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INTRODUCCION

El presente trabajo lo constituye no solo reflexiones personales sino citas de

distintos científicos y un teólogo, Soren Kierkegaard, caballero de la subjetividad, poeta de

lo religioso y padre del existencialismo. Le debo a su obra la idea principal de este trabajo

que es aplicar los conocimientos que adquirí en “Works of Love” a las experiencias vividas

en el primer curso intensivo del MAGIS III. En un principio mi idea fue también aplicar lo

leído en “Los Lirios de campo y las aves del cielo” y en “Enfermedad Mortal” para tratar

además del amor, la fe y la esperanza.

La idea central del proyecto se convirtió en captar lo mejor posible de cada uno de

los milagros de Jesús, la materialización de uno de los conceptos más subjetivos de todo el

evangelio, el amor al prójimo, el mismo que haciendolo equivalente al amor a si mismo se

convierte en una de las enseñanzas más importantes de Cristo, digna del mejor Credo, tan

solo superada en dignidad por el Amor a Dios.

Freddy Estuardo Rodríguez Quezada

Guatemala, Mayo 2,008

Ensayo para la segunda fase extensiva del MAGIS III

asesorado por: P. Ricardo Bendaña s.j.


2

El amor al prójimo en los 7 milagros de Jesús según el Evangelio de Juan

Ensayo de Cristología Antropológica con apoyo en 7 disciplinas científicas

Lo que hemos aprendido de Jesucristo lo sabemos por las manifestaciones de su

entrega desbordante a la comunidad que formó, de sus enseñanzas ya interiorizadas en

cada testimonio del Nuevo Testamento y de su amor tan grande, hasta la cruz. De su puño

y letra, no quiso dejarnos ningún escrito.

Por medio de este ensayo quiero profundizar en esas manifestaciones apoyándome

del alto contenido simbólico del lenguaje científico para valorar en una perspectiva más

moderna la interpretación de los siete milagros o signos del reino de Dios en el Evangelio

según san Juan de tal manera que el énfasis recaiga en el amor de Jesús por su prójimo

como se manifiesta en: 1. la maravilla que obra para los novios de Canaán; 2. la sorpresa

que guarda al padre oficial romano en Galilea; 3. el amor a sí mismo para el paralítico de

Bethesda; 4. el significado del amor en la vida religiosa a orillas del lago de Tiberíades; 5.

el amor a la naturaleza en el Mar de Galilea; 6. el amor al enemigo en Jerusalem y 7. el

amor a nuestros muertos en Betania. No podré hablar de como los apóstoles

experimentaron ese amor por ser Juan el evangelista que menos los menciona.

Comenzaré este camino hablando de un poco de Química como introducción al

acontecimiento de Canaán, de un poco de Filosofía en la curación del hijo de un oficial real,

de Psicología en la curación de un paralítico en la piscina de Bethesda, de Economía en la

multiplicación de los panes, de Física en Jesús que camina sobre las aguas, de Medicina en

la curación de un ciego de nacimiento y de Biología en la Resurrección de Lázaro.


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JESUS QUE CONVIERTE EL AGUA EN VINO EN LAS BODAS DE CANAAN

Jn 2, 1-10

La facultad de convertir el agua en vino la poseen organismos del reino vegetal por

medio de la fotosíntesis. La clorofila, una molécula que consta de un núcleo de Magnesio

rodeado de átomos de Nitrógeno con una cola de Carbono, Hidrógeno y Oxígeno, es la

responsable de este proceso y es el pigmento que les da el color verde a las plantas. La

clorofila toma el dióxido de carbono del aire y agua del suelo para producir energía química

y oxígeno con la luz del sol.

6CO2  12 H 2 O  C 6 H 12 O6  6O2  6 H 2 O

La composición química del vino es muy similar a la de la sangre1, la cual es la

encargada de llevar oxígeno de los pulmones a todos los tejidos en la transformación de la

energía lumínica por medio de la hemoglobina, sustancia que da el color característico de la

sangre y está compuesta por los mismos elementos de la clorofila, con excepción de un

átomo de Hierro en vez de Magnesio en su núcleo. Tanto el Hierro como el Magnesio son

átomos pesados producidos en la explosión de las estrellas en un determinado momento, en

algún lugar remoto del Universo…

“Lo que llego a ser, tiene vida en El, y para los hombres esta vida es luz” (Jn 1,4)

Esa luz se prendió divinamente en aquel acontecimiento de amor tan importante,

porque según dice el gran filosofo danes… “La necesidad de amor está tan profundamente
1
Asimov, Isaac. Fotosíntesis (Barcelona: Plaza & Janés, 1992)
4

enraizada en la naturaleza humana que el primer comentario que se hizo acerca de ella, y

que fue hecho por el único que pudo realmente hacerla, por Dios, y acerca del primer ser

humano, dice justo esto. Leemos en las Sagradas Escrituras “Dios dijo, no es bueno que

el hombre esté solo”. Entonces la mujer fue tomada del costado del hombre y dada a él

para compañía –Porque el amor y la vida juntos primero toman algo de la persona y

luego le dan.”2

Pero en un amor maduro, conciente, de corazones puros y de una fe sincera es

necesario un componente religioso si en nuestras ceremonias nos atrevemos a decir que el

amor conyugal es paciente, que todo lo cree, todo lo soporta, todo lo espera... Esta relación

solo podrá ser bendecida entre quienes comprendan que amar, es lograr que la persona

amada, ame a Dios y que cada uno ame a su pareja no como su otro yo, sino igual como se

ama al prójimo, como su otro tu. Así cuando se acabe el vino del primer amor, de la

atracción física y química, queden todavía jarrones con agua suficiente para que todos

compartamos el vino mejor.

JESUS SANA AL HIJO DE UN FUNCIONARIO

Jn 4, 46-53
2
Kierkegaard, Sören. Works of Love. IX, 147 (New Jersey: Princeton University Press, 1995) p. 154
5

Cuando Jesús por tercera vez le preguntó ¨Simón, hijo de Juan, ¿me amas?¨ Pedro

se entristeció porque le había preguntado por tercera vez si lo amaba y le respondió: ¨Señor,

tú lo sabes todo, tú sabes que te amo¨ (Jn 21,17)

En el segundo milagro del Evangelio según San Juan, Jesús ya sabe que el hijo del

oficial real se curó, y se lo comunica para eliminar la angustia de su corazón de Padre. El

Amor de este romano por su hijo agonizante le hizo creer de inmediato en la palabra de

Jesús y tuvo fe también en su hijo. De hecho, se puso en camino y no habia llegado cuando

sus siervos le salieron a su encuentro con la noticia. Para comprender un poco mejor y

adentrarnos en el milagro que pudo experimentar el oficial romano, podemos imaginar en

las siguientes líneas que el oficial real es el discípulo de Jesús y a Jesús lo identificaremos

de inmediato.

“… el discípulo recibe la verdad porque el Maestro se la acerca. Más en este caso

hubo de darle también la condición para comprenderla. Toda enseñanza se funda en que

la condición esté presente, por lo que Jesús que da la condición y da la verdad es más que

un maestro. Dado que el discípulo está en la no-verdad y que está ahí por sí mismo,

podría parecer que es libre, pues la libertad consiste en ser sí mismo. No obstante, está

cautivo, encadenado y encerrado, porque ser libre para la verdad es estar encerrado, y

estar encerrado en sí mismo equivale a estar encadenado.

¿Cómo denominamos a un maestro que le da de nuevo la condición y con ella, la

verdad? Llamémosle: Salvador, porque salva al discípulo de la no libertad, lo salva de sí


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mismo; Libertador porque libera a quien se había aprisionado a sí mismo. Y todavía no

está todo dicho porque mediante la no-libertad el discípulo se ha hecho culpable de algo.

Pero si el maestro le concedió la condición y la verdad, será también un Redentor, porque

aleja la ira que pesaba sobre la falta.

Jamás podrá olvidar el discípulo a este maestro, ya que en ese instante se hundiría

otra vez en sí mismo, como aquel que, habiendo estado una vez en posesión de la

condición, olvidó que existía Dios y cayó en la no-libertad. La condición es un depósito,

del cual siempre es responsable de rendir cuentas el receptor. ¿Cómo llamaremos a este

maestro? Un maestro puede apreciar si el discípulo ha hecho algún progreso o no, pero no

puede juzgarle, puesto que ha de percibir que no puede dar lo esencial al discípulo. Ese

maestro no es exactamente un maestro, es un Juez.

Y ahora el instante. Este instante es de naturaleza especial. Es breve y temporal

como instante que es, pasajero como instante que es, es pasado como le sucede a cada

instante en el instante siguiente, y decisivo por estar lleno de eternidad. Para este instante

tendremos que contar con un nombre singular. Llamémosle: plenitud en el tiempo.”3

EL PARALITICO DE LA PISCINA DE BETHESDA

Jn 5, 1-9

3
Kierkegaard, Sören. Migajas filosóficas o un poco de Filosofía. IV 208-212 (Madrid: Editorial Trotta,
1997) pp. 31-34
7

El sano juicio y el amor propio de un hombre postrado desde hacia 38 años,

esperando una oportunidad para curarse, le indicaba que todo aquel que entrara primero en

la piscina de Bethesda, después que el agua fuera agitada por el angel del Señor, se curaba

de cualquier enfermedad que tuviera. Intentaré con la ayuda de la concepción del

psiquismo de Jung entrar brevemente en el ser del paralítico de Bethesda para ver en donde

opera el milagro que testifica Juan.

“El “ego” tiene como contraposición a la “persona” un ente que Jung denomina

“sombra”, que no es mas que el lado mal amado de sí mismo. Jung considera la

aceptación integral de sí mismo, a la vez de las propias grandezas y de las propias

nimiedades, como “lo esencial de la cuestión moral y la cima de todo ideal de vida”. En

la misma línea, él subraya que la práctica de la caridad, enseñada por Jesucristo, debería

ante todo ejercerse hacia uno mismo. Las partes del yo por muy pobres y desviadas que

sean, dejarán ver la presencia de una gran riqueza, con la condición de aprender a

aceptarlas con inteligencia, amor y paciencia. Después de Carl Jung y bajo su influjo, la

psicología admite más y más la existencia de una componente espiritual del ser humano

que Jung denomina el “YO”. Siguiendo las diferentes tradiciones psicológicas y

espirituales, el Yo ha recibido diversas denominaciones como “el Centro”, “el Corazón de

la personalidad”, “el alma”, “el Yo profundo”, “el Principio organizador”, “el Poder de

curación”, etc. De todos modos, con Jung, el “ego” ( yo conciente) ya no ocupa el puesto

central que uno tiende a darle. El viene a ser entonces una instancia al servicio del Yo.
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Jung tenía la convicción de que el Yo es “la imagen de Dios” en cada uno de

nosotros. Él encierra por consiguiente algo divino, que hace de cada uno de nosotros un

ser sagrado, único y de un valor inestimable.

Mientras que la función del perfeccionamiento moral y social de la persona

pertenece al ego, el trabajo de la armonización de la persona y de la sombra es la obra del

Yo en virtud de su poder creador, curativo y organizador de toda la persona. Sin embargo,

no será eficaz sino en aquel que lo considere como una realidad buena, compasiva y llena

de amor.

John Sanford, uno de los grandes especialistas junguianos de nuestra época,

declaró en una conferencia: “…Dios ama más nuestra sombra que nuestro ego”. Precisa

su pensamiento cuando añade: “En un altercado, Dios (que habita el Yo) favorece más la

sombra que el ego, porque la sombra, a pesar de su aspecto peligroso, está más cerca del

Yo y es más verdadera.”

¿Qué les sucederá entonces a las personas que se formen de el Yo una idea

aterradora? Ellas no osarán nunca abandonarse con confianza a su poder de integración.

En realidad, existen pacientes “incurables” en el plano espiritual porque están

atormentados por una especie de “Super Yo” acusador y tiránico que ellos llaman

“destino” o su “karma”. Su pesimismo espiritual les impide crecer. Sólo aquellos que

consideran su Yo como una realidad llena de ternura podrán acoger adecuadamente a su

lado sombra de su persona.


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Por oposición a una perfección que resulta de los esfuerzos del ego, la santidad

será el efecto de la gracia o de la acción divina aceptada con toda libertad. Jacques

Leclerq escribe así a propósito de esta distinción: “La perfección, soy yo quien la fabrica

por mí mismo; la santidad, es regalada para este momento, para el instante inmediato. La

perfección con frecuencia es humillada…, la santidad no lo es nunca… ella es humilde”4

El primer paso en la curación del paralítico de Bethesdá provino de él mismo y el

mandato de Jesús fue un milagro operado por el verdadero amor a sí mismo. Los 38 años

de espera del hombre de la piscina de Bethesdá no bastaron para que Jesús dejara de

preguntarle: “¿Quieres curarte?” Él, sin saber quién le preguntaba respondió: “Señor, no

tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se mueve el agua. Y cuando trato de ir, ya

otro se ha metido” (Jn 5,7). Pero cuando aquella voz de la misma profundidad de su ser

entró en el corazón de este hombre ordenándole “Levántate, toma tu camilla y anda” (Jn

5,8), aquel hombre descubrió el extraordinario poder del amor a sí mismo!!. ¿Vendrá acaso

del “Yo Profundo” que menciona Jung? ¿No es ese mismo amor con el que debemos amar

al prójimo para juntar así definitivamente el Cielo a la Tierra?. Reconozcamos primero que

amarse a si mismo no es egoísmo, es más, se puede desterrar al egoísmo cuando se aprende

el amor propio mediante la puesta en práctica del mandamiento del amor al prójimo, como

a sí mismo. Kierkegaard dice inclusive que amarse a sí mismo es amar a Dios.

4
Monbourquette, Jean. Apaciguar la propia Sombra. Cap VIII (Colombia: Sociedad de San Pablo, 2001)
pp. 175-181
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LA MULTIPLICACION DE LOS PANES

Jn 6, 1-13

Las palabras de Jesús fueron vida verdadera en aquellos desiertos de Palestina

donde la belleza de su palabra atraía multitudes que se extasiaron de su sabiduría. Ahí debió

surgir la vida religiosa entendida en aquellos que se dejaban transformar por las

bienaventuranzas de Jesús.

El pan de aquel saber no fue solo un fruto intelectual, sino que también fue comida

y bebida que se multiplicaba por donde Jesús estuviera, hasta el punto que los fariseos

tildaron a Jesús de glotón y borracho (Lc 7,34). ¿Cómo sería experiencia relatada tan

abundantemente en los 4 evangelios? El Evangelio según Juan menciona al reino de Dios o

reino de los cielos tan solo en relación con el bautismo de Nicodemo, o sea que como

categoría desaparece prácticamente y en su lugar han entrado otras categorías nuevas como

“verdad”, “vida”…, cuya característica más significativa es su presencia, alrededor de

Jesús, sin necesidad de esperar al fin del mundo.

En nuestros tiempos sin embargo, casi ya no se habla de esa verdad ni de esa vida

abundante para todos. Su lugar lo sustituyen conceptos como el de Mercado Libre,

desenmascado muy atinadamente por el filólogo Noam Chomski en el siguiente extracto:

“Para mencionar sólo un aspecto de la intervención estatal que, comúnmente se

omite de la historia económica, hay que recordar que la revolución industrial temprana fue

fundada sobre el algodón barato, al igual que la "edad de oro" de pos-1945 dependía del

petróleo barato. El algodón no se mantuvo barato por los mecanismos de mercado: más
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bien, por la eliminación de la población nativa y la esclavitud, -una interferencia más bien

seria con el mercado, no considerado como un tópico de economía, sino de otra

disciplina-. (Claro, si las ciencias naturales tuvieran un departamento dedicado a los

protones, otro a los electrones, un tercero a la luz, etc., cada uno limitándose a su dominio

designado, habría poco temor de que se entendiera a la naturaleza.)

El historial es impresionantemente consistente. Gran Bretaña utilizaba la fuerza

para impedir el desarrollo industrial en la India y Egipto, actuando muy conscientemente

para socavar una potencial competencia. Después de la revolución estadounidense, sus

antiguas colonias se desarrollaron sobre un sendero propio, basándose en una extensiva

protección y subsidios para su propia revolución industrial, primero en textiles y

maquinaria, después acero y manufactura y así hasta el día de hoy: computadoras y

electrónica en general, metalurgia, la industria aeronáutica, la agricultura, los

farmacéuticos; de hecho, virtualmente todo sector operativo de la economía. Desde la

Segunda Guerra Mundial, el sistema del Pentágono -incluyendo a la NASA y al

Departamento de Energía- ha sido usado como un mecanismo óptimo para canalizar

subsidios públicos hacia los sectores avanzados de la industria, una de las razones por las

que sigue existiendo con escasos cambios después de la desaparición del presupuesto

alegado. El actual presupuesto del Pentágono es más alto en dólares reales que bajo Nixon

y no muy por debajo de su promedio durante la Guerra Fría y probablemente se

incrementará bajo las políticas de los reaccionarios estadistas mal llamados

"conservadores". Como siempre, mucho de eso funciona como una forma de política

industrial, un subsidio del contribuyente fiscal a la ganancia y el poder privados.

La comprensión de que la industria no puede sobrevivir en una "economía de 'libre

empresa" se extendió a todo nivel. La pregunta operativa después de la guerra consistía en


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qué forma debería tomar el subsidio público. Líderes empresariales entendieron que los

gastos sociales podrían estimular la economía, pero prefirieron la alternativa militar,

por razones que tienen que ver con privilegio y poder, no con "racionalidad económica".

En 1948, la prensa empresarial consideraba los "gastos de Guerra Fría" de Truman como

una "fórmula mágica para tiempos buenos casi interminables" Business Week explicaba

en 1949 que, "existe una diferencia social y económica tremenda entre gastos de

inversiones gubernamentales para la asistencia social y para lo militar", siendo lo último

mucho más preferible.

El control de la población, en su forma más benigna se logra desviando al

populacho hacia actividades no problemáticas por las grandes instituciones de

propaganda, organizadas y dirigidas par la comunidad empresarial, medio-

estadounidense, que dedica un enorme capital y energía para convertir a la gente en

átomos de consumo y herramientas obedientes de producción (si tienen la suficiente suerte

para encontrar trabajo) -aislados uno del otro, carentes aun de una concepción de lo que

una vida humana decente podría ser. Esto es importante. Sentimientos humanos normales

tienen que ser aplastados. Son inconsistentes con una ideología acomodada a las

necesidades del privilegio y poder, que celebra la ganancia privada como el valor humano

supremo y niega los derechos de la gente más allá de lo que ésta puede salvar en el

mercado laboral- aparte de los ricos, que deben recibir una amplia protección por el

Estado.

Junto con la democracia, los mercados también son atacados. Aun dejando a un

lado la masiva intervención estatal en Estados Unidos y en la economía internacional, la

creciente concentración económica y el control del mercado ofrecen mecanismos infinitos

para evadir y socavar la disciplina de mercado, una larga historia que no podemos
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abordar en este ensayo por razones de espacio. Para mencionar sólo un aspecto, alrededor

del 40% del "comercio mundial" no es, realmente, comercio; consiste en operaciones

internas de las corporaciones, gerenciadas de manera central por una mano altamente

visible, con toda clase de mecanismos para socavar los mercados en beneficio de ganancia

y poder.

Hace 170 años, muy preocupado con el destino del experimento democrático,

Thomas Jefferson hizo una distinción útil entre "aristócratas" y "demócratas". Los

"aristócratas' eran "quienes tienen temor y desconfianza en la gente y desean quitarles

todos los poderes para ponerlos en manos de las clases altas". Los demócratas, en cambio,

"se identifican con la gente, tienen confianza en ella, la elogian y la consideran el honesto

y seguro depositario del interés público", si no siempre "los más sabios". Los aristócratas

de sus días eran los protagonistas del naciente Estado capitalista, que Jefferson

consideraba con mucha consternación, reconociendo la contradicción entre democracia y

capitalismo, que es mucho más evidente en la actualidad, cuando tiranías privadas sin

control adquieren un poder extraordinario sobre todos los aspectos de la vida.

Como siempre en el pasado, uno puede escoger ser un demócrata en el sentido de

Jefferson, o un aristócrata. El segundo camino ofrece ricas recompensas, dado el lugar de

riqueza, privilegio y poder, y los fines que naturalmente busca. El otro sendero es uno de

lucha, muchas veces de derrota, pero también de recompensas que no pueden ser

imaginadas por aquellos que sucumben a lo que la prensa obrera denunciaba hace 150

años como "el Nuevo Espíritu de la Era": "Gana riqueza, olvidando todo menos lo tuyo".

El mundo de hoy está lejos del mundo de Thomas Jefferson o de los trabajadores de

mediados del siglo XIX. Pero, las alternativas que ofrece, no han cambiado en esencia.”5

5
Chomski, Noam. Democracia y mercados en el Nuevo orden mundial
http://www.rebelion.org/chomsky/democraciaymercados.pdf)
14

Ante estas realidades solo un amor tan profundo y contracultural como el de la vida

cristiana consecuente o la vida consagrada a Dios puede hacer que volvamos a creer en un

mundo sin hambre, donde las personas religiosas sean señales y testimonios de los valores

escatológicos para todos, donde el único método de control social sea un amor universal

todo-incluyente, sin fronteras de miedo, raza o religión y donde la única ley sea el amor al

prójimo como a si mismo.


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JESUS CAMINA SOBRE LAS AGUAS DEL MAR DE GALILEA

Jn 6, 16-21

En este apartado se tratará brevemente sobre un tópico de la Física previo a la

reflexión que inspira un dominio sobre la Naturaleza tal y como lo experimentaron los

apóstoles al ver a Jesús caminar sobre las aguas.

“La atmósfera terrestre no existió desde el principio. El cielo fue una creación de la

vida, es decir, la biosfera (compuesta en un principio por algas) tuvo la capacidad de

controlar su entorno. Esta vida primigenia se originó en el agua, gracias a importantes

propiedades de la misma, las cuales se enumeran a continuación:

1. El agua al congelarse se expande, con lo cual el hielo flota proporcionando

al agua líquida una capa protectora para la biosfera acuática contra los

fríos glaciares y otros “meteoros”.

2. El punto de fusión del agua disminuye con el incremento de la presión lo

cual proporcionó movilidad a los inmensos bloques de hielo en la época

glaciar.

3. La capacidad calorífica del agua es mucho más grande que la de los

continentes. Esta propiedad, conjuntamente con la inclinación del eje de

rotación de la tierra en su movimiento de precesión, propició la aparición

de climas benignos en nuestro planeta. Esto significa que los océanos

retienen muy bien el calor que ganan durante el verano y por eso el clima

de los litorales es más estable que en los continentes y es el aire de la


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atmósfera que cumple con la función de corregir el desface térmico entre

los continentes y los océanos por medio de la circulación general de los

vientos, además de proveer a nuestro cuerpo de oxígeno.”6

El equilibrio que muestra la Naturaleza en todas las propiedades de sus elementos,

no puede inspirar más que una admiración y un respeto hacia la obra de las manos de Dios.

Es por eso que el amor a la Naturaleza es algo instintivo en el hombre, como lo es la fuerza

inspiradora de Jesús caminando hacia los apóstoles sobre las aguas. Como lo hace la punta

de un Iceberg en el mar de la historia de la Salvación así destacó Jesús sobre Elías, Moisés,

Abraham, Job, David y todos los demás. Jesús camina sobre las aguas porque es el culmen

de la tradición y de la piedad judías, del celo de Elías, la autoridad de Moisés, la fe de

Abraham y la fidelidad de Job, de la alegría de David. Todo ello está en el corazón de Jesús

que como el hielo glaciar resguardó el agua de mar en la formación de la tierra. Así Jesús

dio cumplimiento a la ley de Moisés y a lo que habían anunciado los profetas.

6
Rodríguez Freddy. Un estudio sobre la Turbidad Atmosférica en la ciudad de Managua, Nicaragua
durante el período 1983-2002. (Guatemala: Tesis de Lic. En Física Aplicada, USAC, 2006) pp. 7-8
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LA CURACION DE UN CIEGO DE NACIMIENTO

Jn 9, 1-41

La operación realizada al protagonista de este milagro no esta documentada por

médicos sino por evangelistas, mas si la relacionamos con el primer trasplante con éxito de

un tejido de cadáver a una persona sacaremos conclusiones interesantes.

Eduard Zirm, con los medios más precarios, sin luz y sin apenas instrumental,

realizó el primer transplante de córnea hace ya más de un siglo. Sin antibióticos, ni

microscopio, ni fármacos para evitar el rechazo. Así lo hizo el 7 de diciembre de 1905. La

precariedad de los medios no impidió que el oftalmólogo vienés implantara las córneas de

un niño de once años a un trabajador de 43, ciego desde que un accidente con cal le

abrasara sus dos ojos.

El paciente no recibió ni tratamientos inmunosupresores para evitar el rechazo de las

nuevas córneas, ni antibióticos contra las infecciones que amenazan todas las cirugías.

Zirm tampoco contó con instrumentos quirúrgicos avanzados para facilitarle la labor, ni

siquiera con un microscopio que le permitiera trabajar con más precisión. Y, sin embargo, la

intervención fue un completo éxito.

Alois Gloger, el receptor de las córneas, tuvo sus párpados sellados durante diez

días, para facilitar la adhesión del nuevo tejido, el undécimo día volvió a ver. Desde ese

momento, la visión le acompaño el resto de sus dias y empezó a trabajar a los tres meses de

la intervención.
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El oftalmólogo vienés se convirtió en el “mago” que era capaz de devolver la visión.

Fue un personaje más que popular en su hospital de Olomouc, en la región de Moravia de

la Republica Checa. Su popularidad se forjó por su destreza en el quirófano (desarrolló

tanta habilidad en sus intervenciones que utilizaba el bisturí o cosía con la mano derecha o

izquierda, dependiendo de la posición del enfermo), y también por su generosidad. El

doctor Zirm cuidaba de los ojos de cualquier enfermo, aunque no pudieran pagar sus

atenciones.

Para Jesús también era preciso hacer las obras de el que lo envió mientras era de día,

es decir, a la vista de todos, porque mientras estuvo en el mundo El era la luz del mundo.

Jesús dijo: Yo he venido al mundo para un juicio, para que los que no ven vean y los que

ven se vuelvan ciegos.

La reflexión espiritual de este acto milagroso no la haré yo, sino Soren Kierkegaard

en otro de sus textos memorables traducido libremente de Works of Love:

“El que ama mira el pecado que perdona, pero cree que el perdón lo borra. Eso no puede
verse mientras que el pecado si se puede ver; sin embargo si el pecado no existiera para
ser visto tampoco podría ser perdonado. Así como uno por fe cree en lo que no se mira,
así el que ama, por el perdón cree que se desvanece lo que se mira, ambas cosas son fe.
Bendito el creyente que cree lo que no puede ver; Bendito el que ama, El no cree lo que
en realidad puede ver. Quien puede creer esto? El que ama lo puede creer ¿pero por que el
perdón es tan raro?¿no es porque la fe en el poder del perdón sea tan miserable y rara?,
ahh! una mejor persona una que no este para nada inclinada a cargar malicia y rencor y
esta lejos de ser irreconciliable, no se le oye decir con frecuencia “me gustaría perdonarle,
pero no se como pueda eso ayudar” ¡ah, esto tampoco se mira! Aunque si tu alguna ves
has necesitado perdón, entonces si sabes de lo que es capaz el perdón- ¿Por qué entonces
hablas tan ingenuamente y tan desamoradamente acerca de el perdón? Hay algo poco
cariñoso en decir: yo no se que ayuda pueda ser mi perdón para el. No decimos esto como
si la persona deba sentirse autoimportante por tener en su poder la habilidad de perdonar
19

a otro -nada de eso porque esto, tambien es poco cariñoso. En realidad hay una manera
de perdonar que dicerniblemente y prácticamente aumenta la culpa en lugar de
disminuirla. Solo el amor tiene la suficiente capacidad de borrar el pecado por medio del
perdón. Si yo encumbro el perdón (si yo soy reacio a perdonar o me hago el importante por
ser capaz de perdonar), no ocurre ningún milagro. Pero cuando el amor perdona, el
milagro de la fe ocurre: eso que se mira por ser perdonado, no se mira. Es borrado, es
perdonado y olvidado o como la escritura dice de lo que Dios perdona, es escondido detrás
de su espalda. Isaias 38:17.Pero por supuesto uno no es ignorante de lo que se ha
olvidado debido a que uno es ignorante solo de lo que no conoce y nunca ha conocido., lo
que uno ha olvidado, uno ha conocido. Olvidar en el máximo sentido no es por lo tanto en
lo opuesto de recordar sino de esperar. Esperar es pensar en dar ser., olvidar es pensar en
quitar el ser de lo que sin embargo existe, borrarlo. La escritura enseña que la fe se
relaciona con lo que no se mira, pero también enseña que la fe es la constancia de lo que
se espera. Hebreos 11:1. Por eso es que lo que se espera, así como lo que no se mira , es
algo que no existe a lo cual la esperanza en realidad le da existencia. Olvidar, cuando Dios
lo hace en relación al pecado, es lo opuesto de crear, puesto que crear es traer de la nada,
y olvidar es convertir en nada lo que existe. Lo que esta escondido de los ojos, eso nunca
he visto. Pero lo que esta escondido detrás de mi espalda eso lo he visto. El que ama
perdona en esta forma. Perdona, olvida, borra el pecado, con amor se voltea hacia el que
perdona., pero cuando se voltea hacia el, por supuesto que no puede ver lo que se deja
detrás de su espalda. Es fácil entender que es imposible ver lo que esta detrás de la
espalda de uno, por lo tanto esta metáfora a sido inventada apropiadamente por el amor.
Pero por otro lado es posiblemente muy difícil convertirse en el que ama que con la ayuda
de el perdón pone la culpa de otro atrás de su espalda. Ordinariamente la gente encuentra
fácil poner la culpa sobre la conciencia de otro., Pero por medio de el perdón poner la
culpa de otro atrás de la espalda de uno- eso es difícil. Pero no para el que ama, porque él
esconde una multitud de pecados.”
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LA RESURRECCION DE LAZARO

Jn 11, 1-44

La resurrección de Lázaro supone el fin de las obras milagrosas de Jesús en Juan.

Jesús habiendo ya enfrentado la muerte de su padre adoptivo, compartió también con

nosotros la mala suerte de perder a un amigo, por quien llora de tal forma que los que lo

miran dicen “como le amaba!”. Pero siguiendo el curso del presente ensayo analicemos

primero la enfermedad y la muerte de la mano de Thomas Lewis, para luego ver que nos

deja su resurrección y la posterior reflexión del amor a nuestros muertos.

“hay muchísimos gérmenes alrededor de nosotros; constituyen una regular porción

del volumen cabal del suelo y abundan en el aire. Pero desde luego no es verdad que sean

nuestros enemigos naturales. En realidad, resulta sorprendente darse cuenta de que una

minoría tan pequeña de las poblaciones bacterianas de la Tierra sea la que tiene algún

interés en nosotros. Los más comunes de los encuentros entre las bacterias y los seres

vivientes superiores ocurren después de la muerte de estos últimos, en el curso de reciclaje

de la materia de la vida. Evidentemente es ésta la principal ocupación del mundo

microbiano en general, y nada tiene que ver con la enfermedad. Probablemente sea cierto

que las relaciones simbióticas entre las bacterias y sus huéspedes metazoarios sean mucho

más comunes en la naturaleza que las enfermedades infecciosas, aunque no puedo

probarlo. Pero si se cuentan todos los microbios indispensables que viven en diversos

intestinos, abasteciendo de nutrientes especiales o proporcionando enzimas para el

desdoblamiento de alimentos de otra manera indigerible; y si se suman todos los

agregados bacterianos peculiares que viven como órganos necesarios en los tejidos de
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muchos insectos, además de todos los simbiontes bacterianos dedicados a la fijación del

nitrógeno en colaboración con leguminosas, la masa total de la vida simbiótica es

abrumadora. A su lado, la lista de infecciones bacterianas importantes de los seres

humanos es de veras corta...

…lo violento de esas enfermedades infecciosas se debía principalmente a la

excesiva energía de los mecanismos de defensa del huésped. La lepra, como la

tuberculosis, es una enfermedad altamente destructiva, pero la destrucción es en gran

parte inmunitaria, bajo el gobierno del huésped. Las lesiones mayores de la sífilis, incluso

la arteritis y tal vez la tabes, se basan, cuando menos en parte, en reacciones inmunitarias

contra la espiroqueta. Hoy en día, con tantas enfermedades infecciosas bajo control,

queda una lista de afecciones importantes que, según se ha puesto de moda, se llaman

“degenerativas”. Esta lista incluye enfermedades crónicas del cerebro y la médula

espinal, arteriosclerosis, artritis reumatoide y diversos trastornos causados por

obstrucción de la circulación sanguínea. Aunque los mecanismos subyacentes que

gobiernan tales enfermedades todavía son en gran parte misteriosos, se acepta cada vez

más la posibilidad de que muchas de ellas resultan de influencias ambientales: las cosas

que comemos, respiramos o tocamos. Sin embargo, cuando hayamos aprendido más

acerca de la patogénesis en general, puede resultar que la mayor parte de los

acontecimientos subyacentes al daño tisular de esas enfermedades sean mecanismos del

huésped, bajo control del huésped. Somos vulnerables porque somos intrincados y

complejos. Somos sistemas de mecanismos sujetos a todos los pequeños trastornos, al

daño de pequeñas llaves inglesas en los engranajes que, al final, pueden producir la ruina

y el desquiciamiento de interminables cadenas de interacciones coordinadas y muy

precisamente ordenadas en el tiempo.


22

…el dolor es útil para evitar, para escapar cuando hay tiempo de hacerlo, pero

cuando es el juego final sin regreso, es probable que el dolor se desconecte y los

mecanismos para hacerlo son maravillosamente precisos y rápidos. Si yo tuviera que

designar un ecosistema en el cual las criaturas tuvieran que abandonarse unas a otras y

en el que la muerte fuera parte indispensable de la vida, no podría pensar en una forma

mejor de disponer las cosas.”7

Con respecto a la parte medular de este milagro, el dar vida leemos, siempre con

Thomas Lewis:

“El mayor logro singular de la naturaleza, hasta la fecha, ha sido, seguramente, la

invención de la molécula de los ADN. La hemos tenido desde el principio, construida

dentro de la primera célula que emergió con membranas y todo, en algún punto del espeso

caldo del planeta que se enfriaba, hace unos 3000 millones de años. Todos los ADN de

hoy, esas cadenas helicoides de todas las células de la Tierra, son simplemente extensiones

y perfeccionamientos de esa primera molécula. En sentido fundamental, no podemos decir

que hayamos progresado, ya que el método empleado para el crecimiento y la

reproducción ha permanecido, esencialmente sin cambios.

Pero hemos hecho progresos de toda clase en otros aspectos. Aunque hoy está

pasado de moda hablar de progreso en la evolución, si se emplea esa palabra para

significar algo como mejoramiento, implicando alguna clase de juicio de valor más allá

del alcance de la ciencia, no puedo pensar en un termino mejor para describir lo ocurrido.

Después de todo, haber recorrido todo el camino, desde un sistema de vida que sólo poseía

una especie de célula microbiana primitiva, que llevaba una vida incolora en montículos
7
Lewis, Thomas La Medusa y el Caracol (Mexico, D.F. Fondo de Cultura Económica, 1982) pp. 102-108
23

de algas entretejidas, hasta lo que hoy vemos a nuestro alrededor (la ciudad de París, las

obras de Shakespeare y Miguel de Cervantes, las clases de Riemann …) tiene que

representar un mejoramiento. Hemos llegado lejos a partir de aquella vieja molécula.

Nunca hubiera podido hacerlo la inteligencia humana, incluso si al principio

hubieran llegado, volando en satélites, biólogos moleculares con laboratorios y todo,

desde otro sistema solar. Hemos producido científicos, muy cierto, y así sabemos mucho

acerca del ADN, pero si nuestra mente se hubiera visto enfrentada al problema de

construir, a partir de cero, una molécula similar, capaz de replicarse nunca lo hubiera

logrado. Habríamos cometido un error fatal: nuestra molécula sería perfecta. Con tiempo

suficiente, hubiéramos podido imaginar cómo producir nucleótidos, enzimas y todo lo de

más, para hacer copias exactas de la molécula en cuestión; pero nunca se nos habría

ocurrido, pensando como lo hacemos, que la cosa debería ser capaz de cometer errores.

La capacidad de errar ligeramente es la real maravilla del ADN. Sin ese atributo

especial, todavía seríamos bacterias anaerobias y no existiría la música. Si se consideran

individualmente, una por una, cada una de las mutaciones que nos han traído a lo que

somos, representan accidentes fortuitos totalmente espontáneos; pero no es ningún

accidente el que ocurran las mutaciones; la molécula del ADN estaba ordenada desde el

principio para cometer pequeños errores.

Si la hubiéramos hecho nosotros, habríamos encontrado alguna manera de corregir

esto, y la evolución ni se habría iniciado. Imagínese la consternación de los científicos

humanos, afortunadamente ocupados en la formación de réplicas, perfectas a la letra, de

células procariotas no nucleadas, como las bacterias, cuando de repente aparecieran las

células nucleadas. Piénsese en las agitadas comisiones reunidas para explicar la


24

escandalosa proliferación de trilobitas por todas partes; los despidos en masa y las

retenciones de sueldos.

Errar es humano, decimos, pero no nos gusta mucho la idea, y es todavía difícil

aceptar el hecho de que el errar es también biológico. Preferimos aferrarnos al punto y

asegurarnos contra el cambio. Pero henos aquí; aquí estamos por la más pura de las

casualidades y, desde luego gracias al error. En alguna parte de la línea, algunos

nucleótidos fueron marginados para permitir la introducción de otros; tal vez penetraron

virus, llevando consigo trocitos de genomas ajenos; la radiación solar o la del espacio

exterior produjeron pequeñas grietas en las moléculas, y la humanidad fue concebida.

…La biología necesita una palabra mejor que error para designar la fuerza

impulsora de la evolución. O tal vez error sea adecuada después de todo, si se recuerda

que viene de una antigua raíz que significa errar en busca de algo.

… Y ahora los seres humanos han formado enjambre, como las abejas, sobre toda

la superficie de la Tierra, cambiándolo todo, entrometiéndose en todas partes, imaginando

que dirigen, pero, en realidad, poniendo en peligro la supervivencia de toda magnífica

criatura. Podría perdonársenos o, en todo caso, excusársenos en gracia a nuestra

ignorancia, cuando menos decirse de nosotros que, por fin, después de mucho tiempo nos

damos cuenta de ello. En ningún otro siglo de nuestra breve existencia hemos aprendido,

los seres humanos, en forma tan honda y dolorosa cuán extensa y profunda es nuestra

ignorancia acerca de la naturaleza. Estamos empezando a enfrentar esto y tratamos de

hacer algo con la ciencia, y ello puede salvarnos a todos si somos lo suficientemente listos

y afortunados. Sólo que estamos empezando casi de la nada y tenemos un muy largo

camino por recorrer.


25

Pero, atención, no deseo degradarnos; creo fervientemente en nuestra especie y no

tengo paciencia con la moda actual de rebajar al ser humanos como una parte útil de la

naturaleza. Por el contrario, somos una espectacular y espléndida manifestación de la

vida. Tenemos lenguaje y podemos elaborar metáforas en forma tan diestra y precisa

como los ribosomas sintetizan proteínas. Sentimos afecto. Tenemos genes útiles, y la

utilidad está tan cerca de un “objetivo común” para todo lo de la naturaleza como se

pueda imaginar. Por último, y tal vez lo mejor de todo, tenemos música. Una especie

capaz de producir, en esta primera y juvenil etapa de su desarrollo (casi instantáneamente

después de haber aparecido sobre la Tierra como resultado de la evolución), la música de

Johann Sebastián Bach, no puede ser del todo mala.

…Pero la seguridad es lo último que somos capaces de sentir. De todas las

criaturas de la Tierra, somos quizá las únicas que sentimos preocupaciones. Nos

preocupamos durante toda nuestra vida, por temor al futuro, por descontento del presente,

por incapacidad de asimilar la idea de la muerte o por la incapacidad de estarnos quietos.

En mi opinión, merecemos una prensa mejor. Siempre hemos tenido una poderosa

intuición sobre nuestro origen, lo cual habla en nuestro favor. Del lenguaje más antiguo

que conocemos, la lengua indoeuropea, tomamos la palabra tierra (dhghem) y la

convertimos en humus, humano y también humilde, lo que nos acredita más aún. Sin

comparación alguna somos, la más persistente y obsesivamente social de todas las

especies, más dependientes unos de otros que los famosos insectos sociales y, realmente, si

nos fijamos bien, infinitamente más imaginativos y diestros en la vida social. En esto

somos buenos; es ésta la forma en que hemos construido todas nuestras culturas, y la

literatura de nuestras civilizaciones. Esperamos mucho de nuestro comportamiento social

y le fijamos altas normas; cuando fallamos en ello y ponemos en peligro a la especie


26

(como hemos hecho varias veces en este siglo), las palabras más fuertes que encontramos

para condenarnos a nosotros mismos y a nuestro comportamiento son las eficaces

palabras “inhumano” y “falto de humanidad”.

Nada hay en absoluto de absurdo acerca de la condición humana. Importamos.

Me parece una buena suposición, ya arriesgada por muchas personas que han pensado

acerca de ello, que podemos comprometernos a la formación de algo como una mente para

la vida de este planeta. Si así fuere, estamos aún en la etapa más primitiva, todavía

farfullando con el lenguaje y chapuceando con el pensamiento, pero infinitamente

capacitados para el futuro. Si así lo consideramos, es notable cuánto hemos avanzado en

un período tan corto, realmente en menos de un instante, si aceptamos la norma que para

medir el tiempo emplean los geólogos. Somos lo más nuevo, lo más joven y lo más brillante

de todo lo que existe”8

Ante esta evidencia de lo que somos no es posible que nos sorprendamos con la

irreparabilidad de la perdida de un ser querido. Recordar lo bueno que nos dieron es más

que un tributo, es una oración al creador de todos nosotros. Así Jesús se hizo sentir en su

oración al Padre y aconteció el último milagro, que resultó el preludio del milagro de todos

los milagros, la propia resurrección de Jesús, donde de verdad se percibe la participación de

todos y cada uno, Lázaro incluido, el cual volvió a su misma vida, aunque con un vínculo

ya inseparable con quien es la Resurrección y la Vida.

8
Lewis, Thomas La Medusa y el Caracol (Mexico D.F. Fondo de Cultura Económica, 1982) pp. 33-35, 23-
25
27

CONCLUSIONES

Las obras del Amor, las obras de Dios y las obras de Jesús fueron las que quise

invitar en este ensayo. Para analizarlas también intenté usar las mejores herramientas que

encontré como la poesía de Kierkegaard, la pedagogía de Asimov, las hazañas de Zirm, los

descubrimientos de Jung y el optimismo de Lewis.

Si resultó un ceviche mi obra no salió como pensé. Pero si las piezas se fueron

juntando como un rompecabezas no sentiré el éxito de la originalidad, pero si la

satisfacción de aportar en la noble empresa de difundir las enseñanzas de mi Señor.

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