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BIBLIOGRAFIA.
China crece un 6,7% pero advierte de riesgos e inestabilidad económica. (2016). La Vanguardia. Consultado 16 Mayo
2017, Recuperado de http://www.lavanguardia.com/economia/20161019/411117742800/china-pib-crecimiento-
tercer-trimestre.html
Riera, S. (2016). EXPANSIÓN JAPONESA EN ASIA ORIENTAL (1931 -1941). prezi.com. Consultado 16 Mayo 2017,
Recuperado de https://prezi.com/crvn1s3pzmum/expansion-japonesa-en-asia-oriental-1931-1941/
PACTO TRIPARTITO.
El Pacto Tripartito, también conocido como el Pacto del Eje, fue un pacto firmado
en Berlín el 27 de septiembre de 1940 por Saburō Kurusu, Adolf Hitler y Galeazzo
Ciano, representando al Imperio de Japón, la Alemania nazi y el Reino de Italia,
respectivamente. Este pacto constituyó una alianza militar entre estas naciones, y
oficialmente se conformaron las Fuerzas del Eje, opuestas a las Fuerzas Aliadas en
la Segunda Guerra Mundial.
En los siguientes meses, los reinos de Bulgaria, Hungría, Rumania y Yugoslavia se
adhirieron al pacto —los tres primeros para recibir territorio en los Balcanes, y el último
para evitar ser invadido—. La República Eslovaca también se adhirió al Pacto tras la
desmembración de Checoslovaquia.
JUSTIFICACION.
Para la fecha de firma del pacto, el Reino de Italia y la Alemania Nazi ya habían iniciado
campañas militares contra los aliados. El Imperio de Japón solamente había ocupado
pacíficamente a la Indochina francesa, luego de presionar a las autoridades francesas
coloniales que no podían contar con ayuda alguna de la metrópoli (invadida por
la Wehrmacht desde el mes de junio). Hasta entonces, la potencia colonial de Asia,
el Reino Unido, había destinado unidades militares en pequeño número para la protección
de sus colonias, en parte porque la mayoría de sus tropas ya estaban muy ocupadas
luchando contra Alemania. Solamente los Estados Unidos habían estado preparándose
para hacer frente a la amenaza militar nipona, pero no estaban preparados para afrontar
una guerra en dos frentes, es decir, contra Alemania y Japón de modo simultáneo.
El Pacto Tripartito reconocía las esferas de influencia de los tres miembros originales,
promovía la cooperación entre sus miembros para establecer un nuevo orden mundial y
para fomentar la prosperidad y bienestar de sus pueblos. El Pacto también ordenaba a sus
miembros apoyar, por todos los medios posibles, a un miembro que fuera atacado por una
potencia externa, exceptuando a las que ya estaban en guerra, en este caso Francia y el
Reino Unido. Con esta última condición, Japón no estaba obligado a atacar a las colonias
asiáticas del Reino Unido, aunque finalmente lo hizo en diciembre de 1941. Por una
solicitud específica de Japón, la Unión Soviética no fue incluida en la lista de las
potencias atacantes, por lo que cuando Alemania invadió este país, Japón no tuvo
obligación formal de unirse a la agresión alemana. De esta manera, la principal potencia
afectada en la práctica por el Pacto Tripartito eran los Estados Unidos, ya que si entraba
en guerra con Japón, debería prepararse para luchar en Europa y Asia al mismo tiempo.
ARTICULOS.
ARTÍCULO 1: Japón reconoce y respeta el liderazgo de Alemania e Italia en el
establecimiento de un nuevo orden en Europa.
ARTÍCULO 2: Alemania e Italia reconocen y respetan el liderazgo de Japón en el
establecimiento de un nuevo orden en la Gran Asia Oriental.
ARTÍCULO 3: Japón, Alemania e Italia están de acuerdo en cooperar en sus esfuerzos
en las líneas discutidas. Ellas se asistirán mutuamente con todos los medios políticos,
económicos y militares si una de las naciones firmantes es atacada por una potencia que
actualmente no esté involucrada en el conflicto europeo o en el conflicto sino-japonés.
ARTÍCULO 4: Con miras a aplicar el Pacto, comisiones técnicas, designadas por los
respectivos gobiernos de Japón, Alemania e Italia, deben reunirse sin demora.
ARTÍCULO 5: Japón, Alemania e Italia afirman que los acuerdos no afectan en
ninguna manera el estatus político actual entre cada una de las potencias firmantes y la
Rusia soviética.
ARTÍCULO 6: El presente pacto será válido inmediatamente después de su firma y
permanecerá así por diez años desde la fecha en que se volvió efectivo. Antes de la
expiración de ese término, las Potencias firmantes podrán, por petición de una de estas,
entrar en negociaciones para renovar el pacto.
FIN DEL PACTO.
Luego de la invasión aliada de Sicilia, el gobierno italiano inició las negociaciones con
los Aliados para firmar un armisticio. En efecto, el primer miembro del Pacto en
abandonarlo fue el Reino de Italia en 1943 pues la República Social
Italiana de Mussolini, que mantuvo formalmente el Pacto por parte italiana, en la práctica
era un régimen por completo dependiente de la Alemania nazi. Entre agosto y septiembre
de 1944, Bulgaria y Rumania fueron invadidas por el Ejército Rojo y para evitar una
segura derrota se volvieron aliadas de la Unión Soviética, desligándose del Pacto.
Hungría también intentó cambiar de bando, pero fue ocupada militarmente por Alemania
en octubre de 1944, aunque semanas después fue también invadida por el Ejército Rojo,
al igual que Eslovaquia. Con la derrota de Alemania en mayo de 1945, Japón fue el único
miembro del Pacto que quedó, y como éste era un pacto de cooperación, dejó de tener
validez en la práctica.
B
BIBLIOGRAFIA.
Pacto Tripartito. Es.wikipedia.org. Consultado 16 Mayo 2017, Recuperado de
https://es.wikipedia.org/wiki/Pacto_Tripartito
INVASION A PEARL HARBOR.
Los acontecimientos que condujeron al ataque a Pearl Harbor comenzaron en julio de
1940 cuando los militares y políticos japoneses partidarios de la alianza con la Alemania
nazi y la Italia fascista —que acababan de derrotar a Francia— consiguieron derribar al
primer ministro Mitsumasa Yonai, que se había opuesto al pacto porque consideraba que
llevaría a la guerra con el Reino Unido y con Estados Unidos. El giro en la política
exterior de Japón quedó confirmado en septiembre cuando decidió ocupar el norte de
la Indochina francesa y firmó el Pacto Tripartito que lo ligaba a las potencias europeas
del Eje.
En mayo del año siguiente Estados Unidos expuso su posición en los llamados Cuatro
Principios presentados por el secretario de Estado Cordell Hull absolutamente contrarios
a la política expansionista japonesa, que tenía como objetivo el establecimiento de
un área exclusiva en Asia Oriental y el Pacífico occidental llamada Esfera de
Coprosperidad de la Gran Asia Oriental. La invasión alemana de la Unión Soviética a
finales de junio fue aprovechada por Japón para completar la ocupación de la Indochina
francesa, lo que fue respondido por el presidente estadounidense Franklin D.
Roosevelt con la imposición de unas duras sanciones económicas que incluían el embargo
de las exportaciones de petróleo.
Los Estados Mayores del Ejército y de la Armada imperiales, apoyados por el ministro
de la Guerra, general Hideki Tojo, presionaron al primer ministro Fumimaro Konoe para
que se entrara en guerra con Estados Unidos, y éste dimitió el 16 de octubre cuando no
pudo conseguir ampliar la fecha límite de principios de octubre para dar por concluidas
las conversaciones con Estados Unidos y recurrir a la fuerza. Le sustituyó el general Tojo,
que recibió el encargo del emperador de agotar todas las posibilidades para llegar a un
acuerdo diplomático antes de desencadenar la guerra. La nueva fecha límite se fijó para
el 30 de noviembre pero los preparativos bélicos no se abandonaron —el plan de ataque
a Pearl Harbor presentado por el almirante Yamamoto fue aprobado el 20 de octubre, el
mismo día en que se constituyó el gabinete de Tojo— y los líderes políticos y militares
japoneses no hicieron ninguna concesión importante a las demandas estadounidenses,
excepto la retirada de las tropas japonesas del sur de Indochina, por lo que el 26 de
noviembre el secretario Hull entregó a los representantes japoneses la que sería conocida
como la Nota Hull, en la que se exigía a Japón no sólo la retirada completa de Indochina,
sino también de China y el abandono de la alianza con la Alemania nazi.
La Nota Hull fue considerada como un ultimátum por los dirigentes japoneses y el 1 de
diciembre la Conferencia Imperial aprobaba la guerra, aunque no se comunicaría la
ruptura de las negociaciones hasta media hora antes de que comenzara el ataque a Pearl
Harbor, previsto para las 8:00 horas del domingo 7 de diciembre de 1941 (hora de Hawái),
las 13:30 horas del mismo día en Washington D.C. Un problema con el descifrado del
mensaje por la embajada japonesa hizo que el comunicado se entregara a las 14:20 horas,
cuando ya hacía una hora que los aviones japoneses estaban bombardeando Pearl Harbor.
Al día siguiente el presidente Roosevelt se dirigió al Congreso para pedir la declaración
de guerra a Japón. Su discurso comenzó diciendo: «Ayer, 7 de diciembre de 1941, una
fecha que vivirá en la infamia, Estados Unidos de América fue atacado repentina y
deliberadamente por fuerzas navales y aéreas del Imperio japonés».
Una mañana de domingo, la del 7 de diciembre de 1941, amaneció en Hawái con una
inesperada visita; la de la fuerza aérea de la Armada Imperial Japonesa. Se trataba de un
ataque sorpresa a la base militar de Pearl Harbor, ubicación del cuartel general de la flota
del pacífico de la Armada de los Estados Unidos.
Aquella acometida quedaría escrita en las páginas de los libros como un momento
decisivo en el devenir de la II Guerra Mundial. Entre cazas de combate, bombarderos y
torpederos, 353 fueron las aeronaves japonesas que desde 6 portaviones se lanzaron en
una ofensiva militar sin previa declaración de guerra. Su pretensión: anular la fuerza naval
estadounidense en el Océano Pacífico.
Sin embargo, el ataque no fue tan efectivo como el ejercito de Japón hubiera querido. La
suerte quiso que parte del grueso de la fuerza naval estadounidense no se encontrara en
el puerto en aquellos momentos. También cometieron los japoneses el error de dejar
intactos varios enclaves estratégicos en la base de Pearl Harbor. Salváronse del fuego
nipón la central eléctrica, el astillero, los depósitos de combustible y torpedos, los muelles
de submarinos y los edificios del cuartel general y la sección de inteligencia
estadounidense.
El ataque fue un duro golpe para los Estados Unidos, que hasta el momento se habían
mostrado reacios a intervenir en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Aquel día despertaba un gigante dormido que resultó decisivo en el desenlace de la mayor
guerra de la historia de la humanidad. Probablemente, sin la entrada de Estados Unidos
en la contienda, el mundo que hoy conocemos sería muy diferente.
BIBLIOGRAFIA.