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Fundamentación
Desde fines del siglo XIX hasta el presente diferentes enfoques teóricos y epistemológicos han
pretendido dar cuenta de la especificidad del campo de estudio y de la práctica del antropólogo.
Por un lado, el concepto "clásico" de cultura sirvió para mostrar como el hombre podía
simultáneamente ser un individuo biológico y ser, al mismo tiempo social, viviendo y pensando
en función de su grupo, de acuerdo con concepciones compartidas gracias a su capacidad de
comunicación simbólica.
Hoy la cultura se constituye en las tensiones entre lo local y lo global, entre la "cultura-mundo"
y las identidades culturales específicas y diferenciadas que ponen en juego relaciones de poder
hegemónicas, en las que se debate, el intercambio de lo simbólico que hace posible la
construcción misma de las identidades culturales. El principio de identidad entra en una
encrucijada producto de una sociedad donde los códigos culturales de circulación transnacional
no coinciden con lo particular que nos interroga, a su vez, sobre conceptos, nociones y
categorías de análisis de la alteridad en el marco del uso hegemónico/contra hegemónico de la
globalización cultural.
Objetivos generales
Objetivos específicos
Unidad I
Bibliografía
Bibliografía complementaria
Unidad II
El contexto histórico de las nuevas perspectivas teóricas de la Antropología (segunda mitad siglo
XX). El estructuralismo de Lévi-Strauss. Encuentro de marxismo
y antropología. La antropología simbólica o interpretativa de Geertz.
Bibliografía
Lévi Strauss (1974) “Antropología estructural”. Prólogo pp. 11-18 y Capítulo15, La noción de
estructura en Etnología pp 299-310. Ed. Paidos. Barcelona.
https://eva.udelar.edu.uy/pluginfile.php/849767/mod_resource/content/1/Levi-
Strauss_Antropologiaestructural.pdf
Bibliografía complementaria
Geertz, Clifford (2005) “La descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura” En:
La interpretación de las culturas, Gedisa, Barcelona
Godelier, Maurice (2003) “La Antropología cultural vista por un francés”. Revista de
Antropología. Cuarta Época, Año I. Nro 1. Lima
http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/publicaciones/revis-antrop/n1_2003/a01.pdf
Godelier, Maurice (1974) Economía, Fetichismo y Religión en las sociedades primitivas. Siglo
XXI Editores. Madrid.
http://libroesoterico.com/biblioteca/religiones/Economia%20Fetichismo%20Y%20Religion%20
En%20Las%20Sociedades%20Primitivas%20Godelier%20Maurice.pdf
(San Francisco, 23 de
agosto de 1926 - 30 de octubre de 2006)
fue un antropólogo estadounidense,
profesor del Institute for Advanced Study,
de la Universidad de Princeton, Nueva
Jersey. (Tréveris, 5 de mayo de 1818-Londres, 14
de marzo de 1883) fue
Después de servir en la Marina de los un filósofo, economista, sociólogo,2
Estados Unidos durante la segunda periodista, intelectual y militante comunis
guerra mundial (1943-45), Geertz obtuvo ta prusiano de origen judío.3 En su vasta e
su licenciatura en filosofía en el Antioch influyente obra abarca diferentes campos
College en 1950. En 1952, comenzó sus del pensamiento en la filosofía, la historia,
estudios en el Instituto Tecnológico de la ciencia política, la sociología y
Massachusetts. Seis años después la economía; aunque no limitó su trabajo
(1956) obtuvo su doctorado solamente a la investigación, pues
de antropologíaen la Universidad de además incursionó en la práctica
Harvard. En 1958 fue becario en el Centro del periodismo y la política, proponiendo
para el estudio avanzado en ciencias del siempre en su pensamiento una unión
comportamiento de la Universidad de entre teoría y práctica. Junto a Friedrich
Stanford. En 1960, pasó a ser profesor Engels, es el padre del socialismo
asociado a la Universidad de científico, del comunismo moderno,
PRIMERA UNIDAD
Constructores de Otredad
Una introducción a la Antropología Social y Cultural
Mauricio Boivin
Ana Rosato
Victoria Arribas
E
A
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Constructores de Otredad
Introducción
1 Como ejemplo mencionamos a dos autores de habla hispana: Krotz, E., La Otredad cultural entre Utopía y Ciencia, México, FCE, 2002 y a Menén-
dez, E., “Definiciones, indefiniciones y pequeños saberes”. En Alteridades, 1, 1991 pp. 5-11 y su Conferencia Inagural del VI Congreso Argentino
de Antropología Social, “Identidad disciplinaria y campos de aplicación”, realizado en Mar del Plata el 14 al 16 de septiembre del año 2000.
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Introducción
Cuadro I
Contexto fin del XIX (1) entre guerras (2) después de la 2da. Guerra. (3)
Objeto diferencia cultural diversidad cultural desigualdad cultural
Explicación
evolucionismo funcionalismo estructuralismo neomarxismo
(teorías)
comparativismo/relativismo
Método comparativo relativismo (inductivo)
(formalización/deducción)
inventarios/ observación extrañamiento
Técnicas
encuestas participante interpretación
la idea de la dominación de una cultura sobre otra se puso Esta teoría se desarrolló en una época en la que la
en evidencia, el objeto antropológico se construyó en Antropología se estaba constituyendo como ciencia al
torno a la noción de desigualdad: el otro cultural era pro- mismo tiempo que el campo científico se estaba confor-
ducto de esa desigualdad. mando, buscando su propio espacio, en función de ob-
tener un tipo de autoridad distinta a la de la religión y la fi-
Fines del siglo XIX: losofía, y esa autoridad provenía de la objetividad de la
A fines del siglo XIX, la Antropología se formalizó ciencia y, especialmente, del método científico: un con-
como ciencia. Fue un momento en el cual el conoci- junto de reglas para probar las afirmaciones. En este caso el
miento del mundo, de la existencia de modos de vida di- método de la Antropología fue el comparativo, método de
ferentes, se hizo más patente por los cambios ocurridos moda en las ciencias naturales2.
en Europa y por la expansión de Occidente. Por una La teoría de la evolución se constituyó como tal en fun-
parte, la revolución industrial –como producto de cam- ción de la aplicación del método comparativo y sobre la
bios tecnológicos importantes– generó nuevas diferen- base de una concepción precisa de su objeto: el hombre.
cias: de clase, nacionales, étnicas y “problemas” que con Este objeto era concebido con una particularidad: su dua-
el tiempo fueron denominándose “sociales”. La cues- lidad; el hombre era tanto cuerpo como espíritu. Como
tión fundamental de las ciencias sociales fue la de ex- cuerpo pertenecía al mundo de la naturaleza, en tanto “es-
plicar esos cambios que se producían en el mundo eu- píritu” pertenecía a otro mundo, al de la cultura. Si-
ropeo. Pero, a la par de estos cambios, Occidente se guiendo esta dualidad, la Antropología se constituyó en
expandió sistemáticamente por el mundo, sobre otros dos ramas: la Antropología física y la antropología cul-
pueblos, sobre otras culturas, sobre otros modos de vida tural. Pero, no obstante, las diferencias entre los hombres
distintos al modo europeo. fueron pensadas por estos evolucionistas, básicamente,
Si bien el encuentro intercultural no era nuevo y como “diferencias” culturales.
siempre despertó una actitud de asombro ante lo dis- Para estudiar al hombre en las distintas manifesta-
tinto, en este caso el asombro de Occidente se distin- ciones en las que se presentaba, se estableció una división
guió de los anteriores porque no fue un encuentro in- del trabajo científico dentro de las ciencias humanas y so-
genuo, y por sobre todo, porque ese asombro fue do- ciales. Por un lado, la historia y la sociología tomaron
mesticado bajo las reglas del mundo científico: la como objeto (objetivo) de estudio las sociedades com-
diferencia se constituyó en objeto de explicación cientí- plejas, civilizadas, desarrolladas. Por el otro, las sociedades
fica. El nuevo encuentro de los europeos con otras cul- primitivas, no complejas, no desarrolladas, sin historia y
turas distintas dio origen a lo que sería la pregunta fun- sin Estado pasaron a constituirse como el objeto propio de
dante de la Antropología: ¿por qué estos hombres son la Antropología. Esta división, producto de un proceso
distintos? La primera teoría científica sobre la diferencia histórico, se realizó en función de las distinciones de las so-
fue el evolucionismo que contestó esta pregunta a través ciedades o las culturas en tiempo y espacio, teniendo como
del concepto de evolución. parámetro la ubicación de Occidente (ver cuadro II).
2 La idea era que aquellos que vivían de modo diferente en otros lugares podían dar la clave de como había sido el pasado del hombre civilizado. Se
intentó analizar la naturaleza humana a partir de la diferencia entre las culturas y estas diferencias surgían de la comparación entre ellas.
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Constructores de Otredad
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Introducción
Ciencias Antropológicas
3 La Segunda Guerra había contribuido por un lado a ocultar la emergencia de esos nuevos movimientos pero al mismo tiempo los había impulsado
ya que las potencias centrales hicieron participar activamente a sus colonias en el conflicto. Al concluir éste, emergen nítidamente los movimientos
de liberación.
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Constructores de Otredad
(el acercamiento directo y personal del antropólogo), estas nuevas culturas. Por ejemplo, respecto a la técnica, la
sino que es necesario construir un modelo teórico de so- observación participante era una herramienta creada y
ciedad que, aun cuando no corresponda a ninguna de pensada para estudiar culturas “sencillas” o “primitivas”
las que se pueden observar en la realidad, ayude a com- pero ahora esas culturas se habían transformado en
prender los fundamentos básicos de la existencia hu- “complejas” y no podía aplicársele esa técnica de modo
mana. Esta vía podía hacerse efectiva ya que las opera- directo. Lo mismo sucedió con las teorías que habían
ciones de la mente eran independientes del contexto explicado la diversidad cultural a partir del supuesto de
cultural e histórico, porque a pesar de la “superficial ex- que ésta era un hecho natural y que, por lo tanto, todas las
trañeza de los hombres primitivos”, el espíritu del sociedades debían ser tratadas como “iguales”. Así, los
hombre es, en el fondo, el mismo en todas partes. Esto antropólogos que se preguntaron por las causas de las
permite “desarrollar una ciencia general del pensa- transformaciones se encontraron con que el “hecho
miento, una ciencia conclusa, abstracta, formalista, una natural” era producto de un tipo de contacto particular: el
gramática universal del intelecto”4.Pensado en esta de la colonización. Ésta era considerada como un proceso
ciencia, Lévi-Strauss plantea tres niveles del quehacer an- caracterizado por la dominación de un pueblo sobre otro,
tropológico: lo que produjo un fenómeno evidente: la desigualdad
• un primer nivel en el cual el antropólogo pretende entre culturas. De tal forma que las teorías sobre las
“aislar y describir los modelos que un pueblo usa transformaciones de las culturas “primitivas” se centraron
para percibir, relacionar e interpretar sus experien- en explicar la desigualdad cultural como producto de la
cias”. Es el momento en que el antropólogo realiza dominación de Occidente.
la etnografía; De este modo, la Antropología tuvo un giro teórico y
• un segundo nivel donde el antropólogo compara el metodológico importante, se proveyó de las técnicas de
contenido y la organización de los sistemas cultura- otras disciplinas (principalmente de la Sociología y la
les para analizar, interpretar y explicar la diversidad. Historia) y de otras teorías sociales. No obstante, la teoría
Es el momento de la etnología, del estudio que permitía dar una primera explicación sobre la desi-
comparado de las distintas culturas; gualdad y la dominación era el marxismo. La influencia de
• un tercer nivel, el de la Antropología estructural, en esta línea de pensamiento en las explicaciones
el cual el antropólogo llega, a través de la construc- antropológicas se acentuó aún más dado que durante la
ción de modelos formales a los axiomas básicos, a las década del ‘60 hubo una especie de “explosión” de
estructuras constantes y comunes a todas las cultu- discusiones entre las distintas vertientes del marxismo6,
ras. discusiones que fueron ampliamente difundidas y que
influenciaron de manera directa en algunas de las
No obstante este reconocimiento de la práctica cientí- Antropologías dominantes.
fica como tres momentos interrelacionados, Lévi-Strauss Como ejemplo del impacto que esas discusiones gene-
se centró, casi exclusivamente, en el tercer momento5. raron, algunos antropólogos hicieron una revisión de los
Otros antropólogos, en cambio, tomaron otra vía y se estudios realizados por los clásicos sobre las “sociedades
propusieron estudiar las transformaciones que las socieda- primitivas”, intentando describirlas y explicarlas a partir
des no occidentales estaban sufriendo. Uno de los pro- de las relaciones de desigualdad que, según ellos, existían
blemas que tuvieron que afrontar estos antropólogos fue el dentro de esas sociedades. Los antropólogos que se adscri-
hecho de que las herramientas (teorías y técnicas) de la bieron a esta corriente, tuvieron largas discusiones para
Antropología clásica no eran las adecuadas para explicar adaptar una teoría que intentaba explicar la desigualdad en
4 Lévi-Strauss plantea una nueva forma de acercamiento ya no físico sino intelectual: “¿Nunca habremos de conocer a los salvajes? No, hay otro ca-
mino para acercarnos a su mundo, un camino que no es el de la participación personal en ese mundo: la construcción (partiendo de las partículas y
fragmentos de restos que aun es posible reunir o que ya han sido reunidos) de un modelo teórico de sociedad que, aunque no corresponda a ningu-
na de las que pueden observarse en la realidad, nos ayude no obstante a comprender los fundamentos básicos de la existencia humana. Y esto es po-
sible porque a pesar de la superficial extrañeza de los hombres primitivos, en un nivel más profundo no nos son en modo alguno, extraños. El
espíritu del hombre es en el fondo el mismo en todas partes de manera que lo que no puede realizarse mediante un acercamiento, mediante el in-
tento de penetrar materialmente en el mundo de las tribus salvajes, puede realizarse desarrollando una ciencia general del pensamiento, una ciencia
conclusa, abstracta, formalista, una gramática universal del intelecto” (1976).
5 La Antropología se relaciona en esta perspectiva con la lingüística, el psicoanálisis y con la ciencia de la comunicación.
6 Síntesis de estas discusiones pueden verse en P. Anderson (1983), D.C Fol., E. Loy y Olin Wright (1985) y, de modo más reciente, en T. Skocpol
(1993).
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Introducción
la sociedad occidental a otras sociedades, ampliando o mo- este período no fueron totalmente superadas ni se que-
dificando categorías y conceptos. Las etnografías que ha- daron ancladas en el tiempo, sino que tuvieron lo que P.
bían escrito los antropólogos de otras corrientes fueron re- Bourdieu denomina un “efecto de teoría” (otros dirían,
visadas teniendo en cuenta que, más allá del modo en que efecto de ideología).Esto significa que cada teoría o ex-
se presentara, la dominación y la desigualdad eran un plicación formulada, “bajó”, se articuló con, se impuso
atributo posible en toda sociedad, en todo tiempo y es- como parte del sentido común, pasó a formar parte de
pacio. lo “imaginario” colectivo en algunos sectores de nuestra
Todo este movimiento y la enorme cantidad de infor- sociedad, se impuso como “modelo” presente en la ex-
mación obtenida hasta el momento, llevó a que la mirada plicación desde el sentido común. Algunas de esas teo-
antropológica se fragmentara y que el antropólogo se rías o algunos aspectos de las mismas se constituyeron
especializara, ya no en las “sociedades primitivas”, sino en en modelos sobre la alteridad, lo distinto. Esos modelos
problemas que toda sociedad o cultura presentaban. Así tienen la fuerza de las “clasificaciones”, no son ideas o
van a surgir las especialidades: antropología económica, representaciones que están sólo en nuestras cabezas o en
simbólica, política, urbana, rural, etc. Es decir, un proceso la cabeza de la gente, sino que sirvieron como “vehí-
opuesto al de las escuelas nacionales (período de entre culos” para la interacción, para las prácticas que desa-
guerras) donde las sociedades o las culturas se tenían que rrollamos, para la comunicación, para marcar anticipa-
tomar como un todo estrechamente relacionado y donde damente una relación entre “nosotros y los otros”. A
no se podían separar las partes. Pero ahora, la especializa- decir de E. Leach, antropólogos y no antropólogos nos
ción permitía nuevamente la aplicación del método com- encontramos realizando la misma operación clasifica-
parativo. Así, por ejemplo, la Antropología política se toria:
dedicaba a establecer semejanzas y diferencias respecto a
las formas de dominación entre distintas culturas o a “Yo” me identifico a mí mismo con un colectivo “noso-
comparar distintos sistemas políticos. tros” que entonces se contrasta con algún “otro”. Lo que
Pero en esta etapa no sólo cambiaron el objeto y las nosotros somos, o lo que el “otro” es, dependerá del con-
teorías; también se sumaron nuevos “sujetos” de conoci- texto (...) En cualquier caso “nosotros” atribuimos cua-
miento: los antropólogos “nativos” que estudiaban sus lidades a los “otros”, de acuerdo con su relación para
propias sociedades. Esto, sin duda, introdujo nuevas pre- con nosotros mismos. Si el “otro” aparece como algo
guntas para la ciencia: muy remoto, se le considera benigno y se lo dota con los
atributos del “Paraíso”. En el extremo opuesto, el
¿Cómo es posible utilizar y cómo hay que transformar un “otro” puede ser algo tan a mano y tan relacionado con-
instrumento cognitivo creado originalmente para un pro- migo mismo, como mi señor, o mi igual, o mi subordi-
pósito determinado (el conocimiento de los otros desde el nado (...) Pero a mitad de camino entre el “otro” celes-
punto de vista del norte) para otro distinto? ¿Cuál es ese tialmente remoto y el “otro” próximo y predecible, hay
otro propósito? ¿Acaso la Antropología generada en los una tercera categoría que despierta un tipo de emoción
países del sur se encuentra limitada a ser una especie de so- totalmente distinta. Se trata del “otro” que estando
ciología nativa? (Krotz, 1993: 3). próximo es incierto. Todo aquello que está en mi en-
torno inmediato y fuera de mi control se convierte in-
Esto trajo problemas teóricos y epistemológicos: mediatamente en un germen de temor (1967: 50-51).
¿quién es ahora el otro? ¿dónde vemos lo distinto? Y una
respuesta posible fue establecer que era el antropólogo el Pero hay una cuarta categoría posible en esta clasifica-
que de manera consciente y metódica marcaba la distin- ción: el otro lejano e incierto. Y es sobre ella que se cons-
ción. Ya no era el “objeto” el distinto por sus caracterís- truyó la Antropología. El antropólogo se constituyó en
ticas propias, sino que el antropólogo construía la distin- “especialista” del otro lejano e incierto. Su tarea consistió
ción, lo extraño. Es éste el que distingue, desconoce, se en borrar la incertidumbre, en transformar eso exótico, en
“extraña”. Esto modificó la base de observación partici- cierto conocido.
pante e introdujo el “extrañamiento” como un recurso En el resto del libro daremos cuenta del modo en que
metodológico y como punto de partida necesario de toda están construidos estos tres modelos en las teorías antro-
investigación antropológica. pológicas –diferencia, diversidad, desigualdad– y de qué
Creemos que lo expuesto anteriormente sintetiza modo son aún utilizados.
una historia de cien años, pero las teorías construidas en
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Constructores de Otredad
Bibliografía
ANDERSON, P., Tras las huellas del materialismo histórico, LEACH, E., Un mundo en explosión, Barcelona, Editorial
España, Siglo XXI, 1983. Anagrama, 1967.
CLASTRES, P., “Entre silencio y diálogo” en Pingaud, B. y MENÉNDEZ, E, “Definiciones, indefiniciones y pequeños
otros, Lévi-Strauss: estructuralismo y dialéctica, Buenos saberes” en Alteridades, Nº 1, 1991, pp.
Aire, Editorial Paidós, 1968. 21-23.
FOLD, D.C. LOY y WRIGHT, E. OLI, “Recientes desarro- ——— Conferencia Inagural del VI Congreso Argentino
llos en la teoría marxista del Estado capitalista” en de Antropología Social, “Identidad disciplinaria y cam-
Offe, C. y otros, Capitalismo y Estado, Madrid, Revo- pos de aplicación”, Mar del Plata, 14 al 16 de sep-
lución, 1985. tiembre del año 2000.
KROTZ, E., “La producción de la Antropología en el sur” SKOCPOL, T., “El Estado regresa al primer plano” en
en Alteridades,Nº 1, 1993, pp. 5-11. Cuadernos de Sociología, Buenos Aires, Carrera de So-
——— La Otredad cultural entre Utopía y Ciencia, Mé- ciología, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 1993.
xico, FCE, 2002.
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Constructores de Otredad
Capítulo 1.
La construcción del otro por la diferencia
Origen del hombre y naturaleza humana Nuestros modernos investigadores de las ciencias de la na-
La pregunta por el origen se contestó en base a la noción turaleza inorgánica son los primeros en reconocer, fuera y
predominante en la época: evolución. C. Darwin fue dentro de sus campos concretos de trabajo, la unidad de la
1 Hemos citado los títulos y los años de los textos originales de ambos autores. En el caso de Tylor usamos el capítulo 1 de su libro que salió publica-
do con el título “La ciencia de la cultura”, en: Kahn, J. El concepto de cultura, conceptos fundamentales. Barcelona, Anagrama, 1975, y para Morgan
la versión en castellano La sociedad primitiva, Madrid, Ayuso, 1971.
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Capítulo 1. La construcción del otro por la diferencia
naturaleza, la fijeza de sus leyes y el concreto orden de cultural, del lento crecimiento de las prácticas convencio-
causa-efecto por el cual cada hecho depende del que lo ha nales más que del cambio orgánico físico, como había
precedido y actúa sobre el que le sucede. [...] Pero cuando ocurrido en las pasadas edades (1987:53).
llegamos a los procesos superiores del sentimiento y la acción
del hombre, del pensamiento y el lenguaje, del conoci- Finalmente, Tylor al concebir la Cultura como “una
miento y el arte, aparece un cambio en el tono de la opinión capacidad o hábito adquirido” introduce entre este orden
prevaleciente. En general, el mundo no está preparado y el natural una segunda distinción. Mientras que en su di-
para aceptar el estudio de la vida humana como una rama mensión natural el hombre recibe humanidad por he-
de las ciencias naturales y a llevar a la práctica, en un sen- rencia biológica (características innatas), en el orden cul-
tido amplio, el precepto del poeta de “explicar la moral tural éste alcanza su condición humana a través del apren-
como las cosas naturales (Tylor, 1975: 29/30). dizaje (características adquiridas).
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Constructores de Otredad
la cuestión del origen de la especie humana. Sostiene al res- tiempo. El grado inferior es antecedente y pasado
pecto que las semejanzas que se encuentran se deben a que del grado superior que le sucede. El grado cero es el
los principios fundamentales de las instituciones y las téc- origen de la Humanidad.
nicas se desarrollan en el salvajismo (la edad más temprana • casual: el ordenamiento temporal de los grados se
de la humanidad) de forma tal que “allí donde se pueda dis- corresponde con un ordenamiento causal. El grado
tinguir una relación entre una institución presente y un inferior (menos) es anterior y causa el grado inme-
principio común en continentes distintos, quedará implí- diatamente mayor (superior) y posterior (relación
cita la filiación de los pueblos respecto de un tronco origi- de causa y efecto). Los logros y las conquistas cultu-
nario común”. Es decir que para Morgan las semejanzas se rales producidas en un grado provocan el paso hacia
explicaban por la igualdad de la naturaleza física del grados mayores y posteriores de cultura.
hombre, por la igualdad en las condiciones de vida y sobre
todo por el origen común. Estos tres ordenamientos (temporal, causal y acumula-
tivo) de los grados se corresponden con una complejización
Proposiciones sobre las diferencias creciente de los niveles de cultura. La noción de comple-
culturales jidad está atada al aumento (multiplicación) de productos
Taylor y Morgan parten de la crítica a las teorías degenera- culturales y a su mayor especialización y diferenciación.
cionistas, las cuales explicaban las diferencias culturales Esto último lo desarrollaremos al tratar las dos lógicas evo-
por una degradación de la cultura2. En primer lugar, se lutivas que distinguen los evolucionistas.
parte de la afirmación de que la diferencia es un hecho empí- Otra de las proposiciones que sustenta el modelo esta-
ricamente constatable, evidente. La información disponible dial de los evolucionistas plantea que la diferencia espacial
mostraba, sin lugar a dudas, la existencia de modos dis- contemporánea se ordena y explica como diferencia en el
tintos de vida, tanto en el presente como en el pasado. Una tiempo. El “otro” contemporáneo, lejano en el espacio, re-
segunda proposición afirma que la cultura al ser un pro- presenta las huellas del pasado en el presente (noción de
ducto de la naturaleza es, al igual que ésta (unidad psico- supervivencia). La lejanía espacial y cultural relata en vivo
biológica) una sola (la Cultura). Al mismo tiempo se sos- la lejanía temporal.
tiene que –como producto de la naturaleza– la cultura está Las siguientes proposiciones se refieren a la noción de
sometida a un proceso de cambio (evolución), es decir, a progreso cultural, entendido como relación de cambio de
un proceso evolutivo de diferenciación. Por lo tanto, la un grado a otro. El cambio es gradual y la gradualidad im-
cultura presenta diferentes grados de evolución. Se afirma, plica, por un lado, flujo de tiempo (la no inmediatez) y,
entonces, que la diferencia cultural es de grado. por otro, esa gradualidad se despliega según una progre-
Ahora bien: ¿qué representa el “grado”? Representa la sión geométrica (alude a una serie de números en que cada
medida del progreso y esta medida indica un nivel de uno es igual al anterior, multiplicado por una cantidad
acopio y de generación cultural. El nivel de acopio y genera- constante). La acumulación cultural, entonces, no se rea-
ción cultural señala las condiciones de vida y los logros ad- liza según una progresión lineal, de suma, sino según una
quiridos por la humanidad en un tiempo determinado de progresión geométrica. Y al mismo tiempo, la acumula-
su evolución. Se proponen también relaciones entre los ción cultural implica un escalonamiento ascendente, una
grados. Éstos se ordenan según un encadenamiento: elevación progresiva en el devenir de la humanidad. En
• acumulativo de cultura: podemos hablar de grados consecuencia, el cambio de un grado a otro se produce en
inferiores (de menor cultura) y grados superiores función de una relación entre tiempo y acumulación: el
(de mayor cultura) respectivamente. tiempo de transición entre los grados y la duración de éstos
• temporal: los grados inferiores y superiores se orde- disminuye a medida que aumenta la acumulación cul-
nan temporalmente, suponiendo una sucesión en el tural3.
2 Tanto Tylor como Morgan hacen varias referencias a esas teorías. Por ejemplo, Tylor afirma: “las tribus salvajes han llegado a su situación median-
te aprendizaje y no por la pérdida de lo aprendido, mediante elevación desde lo inferior más bien que por degradación de una situación superior”
(1975:39). Por su parte, Morgan sostiene que: “Explicar la existencia de salvajes y bárbaros por la tesis de la degradación del género humano no es
ya sostenible. Este corolario de la cosmogonía mosaica, consentido en razón de una supuesta necesidad que ya no existe, no solamente es insufi-
ciente como teoría para explicar la existencia de salvajes, sino también carece de base en los hechos de la experiencia humana” (1977:70).
3 Morgan afirma: “Cuando se comparan las conquistas de cada período en su conjunto podemos comprobar que mientras que en el primer período
el progreso era muy lento, y en el último muy rápido, la suma relativa puede haber sido mayor en el primero. Se puede sugerir –como de probable
comprobación posterior– que el progreso del hombre en el período del salvajismo, en relación a la totalidad del progreso humano, fue mayor en
grado de lo que fue después, en los tres subperíodos de la barbarie. Asimismo, se puede afirmar que el progreso conquistado en el período de la bar-
barie fue mayor en grado de lo que ha sido después, en el período de la civilización en su conjunto” (1977: 91).
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Capítulo 1. La construcción del otro por la diferencia
Por último, el progreso cultural (evolución cultural) es mulativo de adquisiciones cada vez mas numerosas y efi-
una ley natural, universal y necesaria. Si la evolución na- cientes, la evolución de las ideas e instituciones supone el
tural era una ley universal que involucraba a todos los or- desarrollo de formas elementales, rudimentarias y pre-
ganismos vivos, en el orden cultural el progreso era una ley sentes desde un principio. En el origen se hallan los gér-
universal que involucraba a toda la humanidad. Pero el menes de lo que serán las instituciones modernas; lo que
progreso cultural, a diferencia de la evolución natural, se en términos evolucionistas significa que se hallan los ele-
transmite por aprendizaje, mientras aquella lo hace por he- mentos constitutivos de estas instituciones pero aún no di-
rencia biológica. Ambas afirmaciones llevaban a pensar la ferenciados unos de otros; es decir que estos elementos se
existencia de una tendencia a la homogeneización de las encuentran aún en estado de indistinción.
culturas a partir de su transcurrir por las diferentes etapas El proceso de desenvolvimiento, en tanto lógica evolu-
de la evolución cultural. tiva, implica un “proceso de diferenciación” creciente (di-
ferenciación de elementos y de relaciones), y supone ma-
Lógicas de evolución cultural yores niveles de organización (integración e interdepen-
Los evolucionistas distinguieron respecto a la evolución dencia de elementos diferenciados). Así, en el caso de las
cultural dos lógicas distintas de cambio, una referida a los ideas e instituciones tales como el gobierno, la familia, la
aspectos materiales de la cultura y otra relativa a los as- propiedad, etc., el paso de lo simple a lo complejo alude al
pectos no materiales. incremento de distinciones y no de cantidades. Se parte de
Con el término “aspectos materiales”, Morgan se re- las formas indiferenciadas (idea de mezcla, de confusión)
fiere a inventos y descubrimientos asociados a la subsis- hacia formas más diferenciadas. La comparación es cuali-
tencia; y sostiene que éstos “mantienen una relación pro- tativa y el nivel de diferenciación y organización sumi-
gresiva”, es decir, de avance, de acumulación en una serie nistra el parámetro de la comparación entre los grados.
no interrumpida. Se trata de un proceso de adquisiciones,
de acopio, en el que las últimas instancias (grados) su- El método comparativo
ponen más bienes y más conocimientos necesarios para su Así como Darwin había llegado a sus conclusiones a partir
fabricación que las primeras. La suma progresiva de bienes de la observación y la clasificación de hechos empíricos,
materiales y conocimientos conlleva un aumento en la efi- los evolucionistas culturales consideraban que el progreso
cacia respecto de la satisfacción de las necesidades impli- humano podía mostrarse también a través de la observa-
cadas. ción y la clasificación. Aplicando el método compara-
Los bienes materiales de los distintos “grados” podían tivo, tal como se lo aplicaba en aquel momento en las
ser contabilizados y comparados en función de su eficacia, Ciencias Naturales, estos antropólogos se dispusieron a
midiendo el grado de satisfacción que brindaban con res- ordenar científicamente las semejanzas y diferencias cultu-
pecto al fin buscado. En este sentido, el instrumental aso- rales en un esquema evolutivo: Salvajismo, Barbarie y Ci-
ciado a la agricultura no sólo era mayor en número (vo- vilización.
lumen) al de la recolección sino también más poderoso ya Tylor consideraba que la Cultura debía ser catalogada,
que permitía alimentar a más bocas (posibilidad de medi- diseccionada en detalles y clasificada en grupos. Para un
ción y comparación cuantitativa). Si el proceso evolutivo etnógrafo, decía este autor, el arco y la flecha constituyen
en general, tal como vimos, suponía el paso progresivo de una especie, y su trabajo consiste en:
las formas más simples a las más complejas, en el caso de la
evolución de los bienes materiales, el movimiento de lo [...] clasificar tales detalles con la perspectiva de desci-
simple a lo complejo refería al aumento de cantidad (vo- frar su distribución en la geografía y en la historia, y la
lumen) de cosas y conocimientos y al incremento del relación que existe entre ellos [...] Esta tarea puede ejem-
quantum de satisfacción lograda. plificarse casi perfectamente comparando estos detalles
La lógica evolutiva de los aspectos no materiales es dis- de la cultura con las especies vegetales y animales tal
tinta a la anterior. Morgan se refiere en este caso al uni- como las estudian los naturalistas. Para el etnógrafo el
verso de las ideas e instituciones; y afirma que éstas evolu- arco y la flecha es una especie, la costumbre de aplastar el
cionan por un proceso de “desenvolvimiento” a partir de cráneo de los niños es una especie [...] Igual que el catá-
ciertos principios primarios del pensamiento. El autor logo de todas las especies de plantas y animales representa
quiere destacar que, a diferencia del proceso evolutivo de la flora y la fauna, así los artículos de la vida general de
los bienes materiales en el que partiendo de una situación un pueblo representa ese conjunto que denominamos
originaria de ausencia total (nada) se inicia un camino acu- cultura (1975:34).
30
Constructores de Otredad
La comparación se sustentaba en un tipo de “razona- terminadas zonas y por restos osteológicos (Morgan,
miento familiar”4 (sentido común). Según Tylor “nadie 1971:108-9).
que compare un arco con una ballesta dudará que la ba-
llesta ha sido una evolución del instrumento más simple”. Un aspecto de un estadio intermedio podía “conocerse”
La simpleza, en tanto menos cuantía de conocimientos y también gracias a otros elementos del estadio anterior y pos-
de especialización en la fabricación de instrumental aso- terior: “suponiendo que no existiera constancia alguna de la
ciado a las artes de subsistencia, era un atributo que podía existencia de la familia sindiásmica, considerando la pu-
“simplemente”, valga la redundancia, detectarse y obser- nalúa en un extremo de la serie y la monógama en el otro
varse. Y la simpleza, como vimos, implicaba pasado, le- podría deducirse la existencia de esta forma intermedia”
janía temporal, anterioridad. Los arqueólogos por su (Morgan, 1971:462). Las condiciones de vida del otro dife-
parte, probaban la asociación entre vestigios humanos, rente contemporáneo (el primitivo vivo), básicamente
fauna extinguida y restos materiales “muy sencillos”. Esto aquellas referidas a los aspectos no materiales de la cultura,
no sólo daba cuenta de la antigüedad del hombre, sino se utilizaban, también, para llenar vacíos de información.
también, de la sencillez de las herramientas antiguas. La comparación y la deducción se desplegaban dentro
Pero no siempre el investigador disponía de la ventaja de una perspectiva retrospectiva, la cual se asociaba direc-
de contar con la información necesaria para reconstruir los tamente con la preocupación evolucionista de reconstruir
artículos de la vida de un pueblo o de un estadio de la evo- la historia de la humanidad, de sus inventos e institu-
lución de la Humanidad. No siempre llegaban a manos ciones. Si la humanidad había recorrido un camino ascen-
del antropólogo objetos o relatos de costumbres significa- dente de acumulaciones y generaciones culturales desde el
tivas para completar su tarea. En tales casos, la deducción pasado salvaje hasta la civilización moderna, cuyo máximo
especulativa se constituía en el recurso metodológico por exponente era la sociedad industrial del siglo XIX, el inves-
excelencia. Fundamentalmente, este problema, y su reso- tigador nativo de esta sociedad debía emprender un ca-
lución por medio de aquel instrumento metodológico, se mino descendente para reconstruir el origen y desarrollo
presentó en la reconstrucción de instituciones (familia, del hombre. Y en este descenso, el investigador experi-
gobierno, propiedad, etc.). Morgan consideraba que el ca- mentaba su encuentro con los “otros”, con las sociedades
mino seguido por la humanidad en su desarrollo podía diferentes, concibiéndolas como expresiones desapare-
“ser recorrido siguiendo un encadenamiento de deduc- cidas o vivas del devenir humano. El retroceso en el
ciones necesarias”. tiempo implicaba un retroceso en los niveles de cultura. El
La deducción especulativa se empleó para completar Nosotros social y cultural del antropólogo, cúspide del
datos, por ejemplo sobre las condiciones primigenias, ori- progreso alcanzado hasta el momento, era el punto de par-
ginarias de vida del hombre, basándose en el supuesto de tida del viraje hacia la “otredad”. El viaje, como vimos,
que todo lo que existe debe tener necesariamente una consistía en una operación que suponía movimiento, des-
causa y que ésta expresa un estado más simple (menor dife- plazamiento desde un presente hacia el pasado; pero este
renciación). Así, por ejemplo, la promiscuidad debió ante- desplazamiento encerraba una segunda operación: si la
ceder a la familia consanguínea. La misma operación de- historia del hombre ofrecía la imagen de una suma cons-
ductiva se utilizó para completar datos sobre un aspecto tante de adquisiciones culturales, el viaje al pasado, a los
particular en un estadio. Otros elementos del mismo es- otros, requería una operación de resta, de descarte de los
tadio, o bien otro elemento presente en un estadio anterior logros alcanzados. Morgan afirma:
o posterior, fueron la base de la deducción. De este modo,
aspectos conocidos de un estadio sirvieron para deducir Descendiendo a través de las diversas líneas del progreso
otros atributos del mismo estadio: humano, hacia las edades primitivas de la existencia del
hombre, y descartando, uno por uno, sus descubrimientos,
[…] la inferioridad del hombre salvaje en la escala inte- invenciones e instituciones principales, en el orden en que
lectual y moral, no desarrollado, carente de experiencia, han hecho su aparición, se aprecia el adelanto realizado
sometido a sus bajos instintos y pasiones animales, aun en cada período (1971: 99).
cuando nos disgusta reconocerlo, se halla de todos modos
demostrada por restos de la técnica antigua en instru- Cuando este trabajo de eliminación haya sido realizado
mentos de piedra y hueso, por su vida en cavernas en de- en el orden en que los diversos logros fueron adquiridos,
4 Tylor, afirmaba: “[…] esta noción de desarrollo está tan metida en nuestros entendimientos que por medio de ella reconstruimos sin escrúpulos la historia
perdida, confiando en los principios generales del pensamiento y la acción del hombre como guía para ordenar correctamente los hechos” (1975: 39).
31
Capítulo 1. La construcción del otro por la diferencia
nos habremos aproximado muy cerca del período de la in- Pero, en segunda instancia, el antropólogo reconoce
fancia de la existencia del hombre […] En una condición distinciones en la otredad, según vaya detectando ciertas
tan absolutamente primigenia el hombre aparece, no sólo presencias (con) que identifica como formas conectadas
como un niño en la escala de la humanidad sino también con las modernas pero siempre menos desarrolladas,
poseedor de un cerebro en el que ni un sólo destello o con- menos perfectas, incompletas. De este modo, el investi-
cepto traducido o estas instituciones, invenciones y descu- gador instaura distinciones en el mundo de los otros según
brimientos, ha penetrado […] (1977: 89-91). las presencias halladas sean mayores o menores (+/-) en
términos cuantitativos y según éstas se acerquen más (+) o
De estas citas se desprende que el Nosotros no sólo era menos (-) en su condición cualitativa (sustancia) a aquellas
el punto de partida del viaje al Otro, era también el pará- que caracterizan al Nosotros del antropólogo.
metro para clasificarlo dentro del modelo estadial. Los Podemos graficar ahora de esta manera:
bienes materiales y las instituciones del Nosotros eran in-
dicadores del máximo progreso humano contemporáneo. Nos Otros
En base a la presencia o ausencia de aquellas adquisiciones
Con Sin Sin Sin Sin
materiales y en base al grado de diferenciación que eviden-
ciaran los elementos componentes de las instituciones mo- Con Sin Sin Sin Sin
dernas, el antropólogo adjudicaba a la otredad un lugar en Con Con Sin Sin Sin
el esquema evolutivo de la humanidad: así a mayor pre- Con Con Con Sin Sin
sencia y diferenciación, mayor progreso (grado de cultura)
y menor distancia temporal (cercanía a la civilización mo- Con Con Con Con Sin
derna); a la inversa, a menos presencia y diferenciación,
menor progreso y mayor lejanía temporal (cercanía a la La situación de ausencia total (todo sin) refiere, incor-
edad temprana de la humanidad). porando la variable tiempo, a la situación inicial, origi-
naria del hombre, en la que éste parte de la Nada e inicia
Mecanismos de construcción un camino ascendente de acumulación y generación de
de la diferencia cultura (con progresivos). Pero el antropólogo, a diferencia
Hemos identificado dos operaciones en el viaje del antro- del hombre primitivo que inicia su labor de la nada, em-
pólogo evolucionista hacia el universo de los otros: a) des- prende su tarea de reconstrucción desde la situación de
plazamiento desde el presente al pasado; b) descarte pro- presencia total (todo con); y si el hombre va incorporando
gresivo de adquisiciones culturales. Así, la construcción de con en su devenir, el antropólogo va desechando con e in-
la otredad supone retroceso en el tiempo y despojo de atri- corporando sin en su reconstrucción. Entonces, diremos
buciones culturales. De ambas operaciones, retroceso y que el antropólogo realiza un movimiento del con al sin y
despojo, se desprenden dos mecanismos que organizan la al final del camino, en el origen, él –dotado de todo lo al-
lógica de construcción de la diferencia cultural (modelo canzado por la humanidad– detecta a los primeros hom-
estadial) y de la relación Nosotros-Otros que resulta impli- bres, despojado de todo.
cada en dicha construcción.
El primer mecanismo implica ir de una a otra de las si- El camino seguido por la humanidad en su desarrollo
guientes situaciones: puede ser reconocido […] hasta el punto en el cual, sin co-
nocimiento del fuego, sin lenguaje articulado y sin armas
Presencia / Ausencia artificiales, estaba sujeta como los animales a los pro-
Con / Sin ductos espontáneos de la tierra (Morgan, 1977: 523).
+ / -
El segundo mecanismo implica ir de la Distinción a la
La otredad se caracteriza como un universo en el que Indistinción. La otredad se caracteriza en primera ins-
están ausentes, en primera instancia, las atribuciones del tancia como un universo en el que las ideas e instituciones
mundo propio del investigador (sociedad industrial de Eu- modernas se hallan en un estado germinal (están los gér-
ropa y EE.UU. en el siglo XIX). Se produce así, una pri- menes); esto significa que están sus elementos compo-
mera clasificación general de la otredad: se trata de un nentes pero no diferenciados (indistinción). Pero, como
Mundo sin los bienes e instituciones de la civilización mo- en el caso anterior, la otredad presentaría distintos grados
derna. de indiferenciación (+ o -); detectando las formas más in-
32
Constructores de Otredad
diferenciadas en la situación mas alejada (cultural y tem- tiempo y de su sociedad hacia la Indiferenciación origi-
poral) del Nosotros. Y en el extremo opuesto al Nosotros, naria; proceso éste inverso al que realiza el hombre en su
la indiferenciación (masa amorfa, concepto utilizado por vida evolutiva.
Morgan) se torna mezcla total, confusión total, desorden. Podemos sintetizar diciendo que la otredad, frente al
Así, por ejemplo, la promiscuidad sexual originaria (todos Nosotros, es anterioridad, ausencia o incompletud; con-
con todos) contrasta con la diferenciación que supone la fusión total o parcial. En la situación de otredad más
familia monogámica (un hombre determinado con una ajena al Nosotros, ésta deviene la antítesis de aquel: des-
mujer determinada y su prole en sus particulares y especí- provisión y desorden. Así, la labor del antropólogo se des-
ficas relaciones recíprocas). pliega en el sentido del con (presencia) al sin (ausencia),
El antropólogo, entonces, en su reconstrucción de la del más al menos y del Orden (claridad) a la Indistinción
Historia Humana se mueve desde la Diferenciación de su (confusión).
Bibliografía
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antropológica, México, Nueva Imagen, 1981. TYLOR, E. (1871), “La ciencia de la cultura”, en Kahn, J.
El concepto de cultura, conceptos fundamentales, Barce-
lona, Anagrama, 1975.
33
Constructores de Otredad
Capítulo 2:
La construcción del otro por la diversidad
1 Utilizamos fundamentalmente el texto Una teoría científica de la cultura (Buenos Aires, Sudamericana, 1976) que fuera publicado en 1944 y “La
cultura”, en Kahn (comp.) El concepto de cultura textos fundamentales, Anagrama, Barcelona, 1975, que fuera publicado en 1931.
2 De Lévi-Strauss, utilizamos básicamente “Raza e Historia." en Antropología Estructural II. México, Siglo XXI, 1979 (originalmente una conferen-
cia dada en 1952) y “Raza y Cultura” en: La mirada distante. Barcelona, Editorial Argos Vergara, 1984.
55
Capítulo 2. La construcción del otro por la diversidad
B) Desarrollo de la especificidad del hombre: concepto de por parte de todos los miembros de la comunidad, no po-
cultura y categorías derivadas. demos hablar de cultura. En este punto Malinowski señala
distinciones entre actos preculturales y habilidades ani-
A) Apelación a la animalidad males y aquellas actividades que debemos denominar cul-
El hombre, como especie animal, como toda criatura vi- turales. Distinciones que adquieren, en el pasaje de la ani-
viente, está sujeto a condiciones orgánicas de reproduc- malidad a la humanidad, el carácter de transiciones. Por un
ción. Al nivel de las necesidades biológicas (nutricias, re- lado, el comportamiento cultural supone organización es-
productivas, defensa, protección) el hombre es un ser más table y permanente de actividades, mientras que el com-
de la naturaleza. portamiento precultural o animal supone ejecuciones in-
Con el acto mismo de satisfacción de estas necesidades, dividuales. En el primer caso hablamos de costumbres, en el
el hombre alcanza su verdadera humanidad. En el caso del segundo de hábitos.
animal, la satisfacción de sus necesidades supone una rela- Esta diferenciación termina de ser definida, al nivel de
ción directa con la naturaleza (fuente de recursos) a partir los objetos, al separar entre instrumentos improvisados y
de la puesta en funcionamiento de su aparato anatómico. cuerpos de artefactos manufacturados según la tradición;
Este equipamiento corporal es una dotación fisiológica in- entre formas de hábitos inventadas una y otra vez de ma-
nata. El hombre, por su parte, no puede confiar exclusiva- nera esporádica e individual y reglas tradicionales que sus-
mente en su equipamiento anatómico. Su dotación na- tentan una conducta permanentemente organizada del
tural innata, en lo que se refiere a defensa, seguridad, etc. grupo. La transición entre un comportamiento y otro im-
lo defrauda por completo. Así, el hombre satisface indirec- plica la incorporación de realizaciones individuales a una
tamente sus necesidades a través de la creación de un am- tradición que puede ser comunicada a otros miembros del
biente artificial, secundario: la cultura. grupo y transmitida de una generación a otra (vínculos so-
Malinowski apela a la animalidad en un segundo sen- ciales y aparición del simbolismo).
tido para dar cuenta comparativamente de la hominidad.
Señala entre ambos tipos de comportamiento una relación B) La especificidad del hombre
cronológica en términos anterior-posterior. El anterior El punto de partida del análisis de la cultura, como vimos,
(comportamiento animal) se transforma en originario y en son los hechos biológicos, en los cuales el hombre se revela
condición del surgimiento del comportamiento humano. como un organismo, como una especie animal. Pero el
El anterior se constituye en precultural. Los antepasados hombre se realiza como tal en la satisfacción cultural de sus
“infrahumanos” ejemplifican la condición precultural del necesidades biológicas. En este sentido “el hombre de la
hombre. naturaleza no existe”.
Este autor sostiene que el antropólogo puede reconstruir Malinowski ve, entonces, a la cultura como una rea-
experimentalmente la situación animal de comienzos de la lidad instrumental. La define como conjunto integral
cultura, aislando los principales factores que deben estar pre- constituido por utensilios y bienes, por el cuerpo de normas
sentes en la formación del hábito. Ante la ausencia de la posi- que rige los diferentes grupos sociales, por las ideas, creencias
bilidad de la satisfacción directa, el animal (ejemplo prehu- y las costumbres. Se trata de un aparato en parte material,
mano) puede inventar recursos (objetos y técnicas) y ejercer en parte humano y en parte espiritual por medio del cual el
acciones instrumentales para satisfacer impulsos orgánicos. hombre supera los concretos y específicos problemas de la
El esfuerzo de este comportamiento que conecta impulso or- vida.
gánico-instrumento-satisfacción, a partir del éxito alcanzado, Podemos decir, en términos de Malinowski, que los
conforma el elemento clave para la formación de hábitos al impulsos biológicos (estado puramente orgánico) consti-
nivel de cada organismo individual. tuyen el motor inicial de la acción humana de satisfacción
De esta manera, cada ejecución individual implicaría (determinismo biológico). La satisfacción de estos im-
para el individuo en estado precultural o animal la aprecia- pulsos requiere la creación de un ambiente artificial, el
ción de un objeto como instrumento de uso, como un re- cual impone sobre el comportamiento humano un deter-
fuerzo del hábito y de la conexión integral entre im- minismo cultural. Éste implica una “redefinición” del im-
pulso-hábito-satisfacción. Artefacto, norma y valor están pulso orgánico y la constitución de nuevas necesidades ya
presentes en el comportamiento animal y en la conducta que la cultura de una comunidad debe reproducirse, con-
precultural de monos antropoides. servarse y administrarse. La redefinición del impulso orgá-
Mientras estos hábitos son individualmente improvi- nico significa que estos problemas primarios básicos son
sados y no constituyen la base de una conducta reflexiva solucionados por el hombre a partir de herramientas (apa-
56
Constructores de Otredad
rato material), en el marco de una organización en grupos tura depende de que cada institución desempeñe su papel
cooperativos (aparato humano) y con el desarrollo de co- (puede ser uno solo o varios). Estamos frente a un con-
nocimientos, de un sentido de valor y de la moral (aparato cepto de función que refiere precisamente al cumpli-
espiritual). miento del papel (efecto social) que cada institución juega
Dos conceptos claves se desprenden de estas considera- al interior de la Cultura, contribuyendo de este modo a la
ciones a fin de comprender la relación entre comporta- reproducción del Todo. Si las instituciones son las uni-
miento cultural y necesidad humana: función e institución. dades mínimas de la realidad cultural, no existe ningún
Para especificar el concepto de función en el marco de hecho o fenómeno relativo al comportamiento humano
la teoría de Malinowski, vamos a diferenciar su trata- que no esté integrado a ellas adquiriendo, en este sentido,
miento según la mirada esté puesta en el individuo y sus su significación y función.
necesidades o en la Cultura como realidad instrumental.
Ya sea que tomemos una costumbre, es decir una forma
a) Desde el punto de vista del hombre y sus necesidades, el estandarizada de conducta, ya sea una habilidad, un
concepto de función se asocia directamente con la supervi- modo de comportamiento para la comida, el sueño, el
vencia y reproducción del individuo en tanto miembro de transporte, expresaríamos directa o simbólicamente una
una cultura determinada. Función alude a la satisfacción actitud sociológica. Esto pertenece a un sistema organi-
de necesidades por medio de actividades en las cuales los zado de actividades […] Desafiamos a cualquiera que
hombres cooperan entre sí, usan utensilios y consumen mencione un objeto, una actividad, un símbolo o un tipo
bienes. Lo que está en juego aquí es el sostenimiento del de organización que no esté incorporado en una u otra
organismo individual. Esta noción de función contiene en institución.
su misma definición el requisito de la cooperación. Los in-
dividuos se organizan a fin de alcanzar sus propósitos. El En términos del autor, es incorrecto intentar la explica-
principio de organización es la base del concepto de Insti- ción aislada de elementos, se traten éstos de comporta-
tución. mientos, objetos, etc., o bien, de instituciones. Nada
La institución es la unidad mínima de organización hu- existe fuera del Todo. La idea de totalidad gobierna.
mana e implica la relación de los hombres entre sí y con el Incorporación, integración, conexión orgánica de elemen-
ambiente natural o artificial, según lo establecido por la tos al todo, suponen la noción de incrustación, noción
tradición o por el mandato, obedeciendo a normas especí- clave en la explicación de los hechos culturales. La idea del
ficas de asociación y utilizando el equipamiento material todo supone una unidad organizada que funciona según
de que disponen. Para Malinowski, la institución es la una lógica que le es particular y dentro de la cual cada ele-
unidad mínima concreta y aislable de la realidad cultural, mento o parte define su funcionalidad y su sentido.
y expresa la asociación indisoluble de los tres aparatos que En esta dirección podemos decir que la complejidad es
componen toda Cultura: el humano, el material y el espi- un atributo de toda realidad cultural, del Nosotros y de los
ritual. Cada individuo al satisfacer necesidades realiza acti- Otros, ya que ella es resultado de concebir a la cultura
vidades en las cuales los tres aparatos se hacen presentes en como una totalidad integrada y no como una sumatoria de
sus relaciones recíprocas. Esto es, el individuo ejecuta una partes inconexas. La simpleza, aún la más evidente, se des-
acción institucional. vanece frente a la complejidad que adquiere cada elemento
por su incrustación en una acción institucional, cultural.
b) Si los individuos tienen necesidades que sólo pueden sa- Si bien Malinowski universaliza la complejidad, en tanto
tisfacer culturalmente deben reproducir, conservar y ad- atribución específica del comportamiento humano (ya no
ministrar la Cultura (concepto de necesidades derivadas). se trata, como para el evolucionismo de una condición que
Podemos decir que para Malinowski la Cultura es un or- va adquiriéndose progresivamente en el proceso evolutivo
ganismo que tiene requerimientos vitales que refieren a la de la Humanidad), puede, sin embargo, encontrarse en su
reproducción y funcionamiento de sus elementos consti- discurso la distinción entre esta noción y la de simpleza, y
tutivos, es decir de las instituciones, ya que ellas confi- su uso para comparar culturas en relación al tipo de insti-
guran las unidades mínimas de la realidad cultural. tuciones que operan al interior de ellas. Este autor utilizará
La vida de la Cultura como una totalidad orgánica, de- el adjetivo “simple” para referirse a culturas en las que las
pende del funcionamiento concreto de las instituciones y instituciones son multifuncionales, es decir cumplen va-
de sus relaciones recíprocas a fin de alcanzar el sosteni- rias funciones, mientras que califica como culturas más
miento del organismo social. La supervivencia de la Cul- “complejas” a aquellas en las que se da una especialización
57
Capítulo 2. La construcción del otro por la diversidad
a nivel de sus instituciones, es decir, que éstas cumplen a. una masa de conocimientos intelectuales, técnicos,
una sola función y que cada función, por ende, tiene su morales y éticos que garanticen su fabricación y su uso.
propia institución. Se supone, entonces, la implementación de reglas téc-
Vemos, entonces, como aquello que otorga comple- nicas, morales y éticas.
jidad, es decir la integración y la indisolubilidad, a nivel b. el reconocimiento del valor instrumental y simbólico
del análisis de la Cultura como un todo, deviene simpleza de los bienes en el seno de una comunidad dada a fin
cuando la mirada se centra en la comparación entre cul- de manejarlos y poseerlos.
turas a nivel de la especialización (diferenciación) o gene- c. una organización social que moldee la producción y el
ralización (indiferenciación) de las instituciones. Particu- manejo de los bienes, así como el disfrute de sus resul-
larmente, Malinowski concebirá el mundo propio (Noso- tados.
tros) como un mundo complejo en este sentido, o sea
especializado, mientras en el mundo ajeno (Otros) go- La organización social es la manera concertada y estan-
bierna la generalización. darizada en que se comportan los grupos humanos. El ca-
Si el cumplimiento de las funciones de las instituciones rácter concertado de este comportamiento es el resultado
es condición del funcionamiento de la Cultura y ésta úl- de reglas (leyes, costumbres y maneras) sancionadas explí-
tima lo es de la reproducción de la vida de los individuos, citamente o de formas aparentemente automáticas.
los individuos y sus necesidades vitales constituyen el Ahora bien, la cultura material es la que moldea y con-
punto de partida del análisis antropológico. Volvamos, diciona a cada generación de hombres. Esto constituye su
entonces, a los impulsos orgánicos, convertidos en necesi- particularidad, la cual sólo puede darse gracias a la partici-
dades básicas debido a la intervención de la cultura y a las pación de los otros elementos. La cultura material es la
necesidades derivadas, en tanto respuestas a concomi- única que sobrevive fuera de individuo y así puede trans-
tantes culturales. mitirse a las generaciones venideras. Pero con ella se trans-
Malinowski distingue entre necesidades o imperativos miten todos los condicionamientos técnicos, morales, es-
instrumentales e integrativos. Los imperativos instrumen- pirituales y sociales que son indispensables para su pro-
tales son medios para la satisfacción (su función) de finali- ducción, manejo y disfrute.
dades (necesidades). El imperativo de la Economía (pro- Estos imperativos instrumentales pueden o no consti-
ducción, distribución, consumo de bienes materiales) es tuir una institución específica. En el caso de los trobian-
un medio para satisfacer necesidades de subsistencia. El deses, la economía es sólo una función de otra institución,
imperativo de la Ley y el Orden es un medio para satisfacer la del parentesco.
la necesidad humana de cooperación, que es la esencia de Estos imperativos instrumentales no agotan la satisfac-
toda conquista cultural. Se requieren disposiciones para ción humana indirecta de sus necesidades. Son necesarios
sancionar las costumbres, las normas éticas y legales que otros de carácter integrativo. Estos nacen como respuesta a
organizan la actividad grupal y para responder a las dife- un objetivo integrador o sintético de la cultura. Organizan
rencias de status y jerarquías que se establecen entre los e integran al individuo y a la sociedad como un todo. A
miembros del grupo. El imperativo de la Educación es un modo de ejemplo desarrollaremos dos de estos impera-
medio para satisfacer la necesidad cultural de transmitir la tivos: conocimiento y magia3.
tradición a las generaciones sucesivas.
En cada uno de estos imperativos están presentes los • Conocimiento: el hombre primitivo desarrolló un
tres elementos constitutivos del concepto de cultura (apa- conocimiento de carácter científico basado en con-
rato material, humano y espiritual) organizados en un cepciones empíricas (observación, generalización y
todo complejo. Cada uno de estos elementos tendrá, en el razonamiento lógico) que afectó las actividades hu-
análisis de Malinowski, un rasgo y una función distintiva manas. El conocimiento es más que un medio para
aunque sólo puedan comprenderse a la luz de sus rela- un fin porque su función es la de conectar distintos
ciones de dependencia funcional. tipos de comportamientos. Estos sistemas organi-
Por ejemplo, los artefactos materiales de una cultura, zan e integran las diferentes experiencias humanas y
no sólo los implicados en actividades de subsistencia, traspasan los resultados de las experiencias pasadas a
constituyen su riqueza material. Esta riqueza no es una las futuras empresas. Por último, ese conocimiento
fuerza en sí misma, necesita complementarse con: permite al hombre planificar y premeditar.
58
Constructores de Otredad
• Magia: el conocimiento no puede controlar la suer- narios, no habituadas a formular su pensamiento con
te, eliminar los accidentes, adivinar los giros inespe- algún grado de coherencia y precisión. Para él, esas mentes
rados de los hechos naturales o hacer que el trabajo “están llenas de prejuicios y opiniones tendenciosas inevi-
humano sea confiable y adecuado a todas las exigen- tables en el hombre práctico medio”. El investigador será
cias prácticas. El conocimiento es soberano hasta un quien podrá –y deberá– tener una mirada objetiva y cien-
límite, más allá del cual nada pueden hacer ni la ra- tífica, ajena a los prejuicios y sentimientos de su sociedad,
zón ni la lógica. Interviene entonces la magia. Se superadora de la deformación etnocéntrica. Su crítica a los
trata de sistemas de superstición, de ritual. La magia evolucionistas se basa justamente en este aspecto. Para él,
existe en todas partes. Se recurre a ella cuando la los errores metodológicos que ellos cometieron se de-
suerte y las circunstancias no son completamente bieron a que, en su mayoría, utilizaron datos/informa-
controladas por el conocimiento. La magia tradicio- ciones provenientes de aquellos “hombres prácticos me-
nal es una institución que fija, organiza e impone a dios”, llenos de prejuicios respecto al primitivo o salvaje.
los miembros de una sociedad la posible solución a Malinowski, al igual que los evolucionistas, partía de
problemas que plantea la impotencia humana más ciertas proposiciones fundamentales relativas a las seme-
allá del conocimiento o la habilidad técnica. La ma- janzas entre los hombres. Para él, la especie humana desde
gia posee una verdad pragmática que aparece cuan- el punto de vista biológico es una sola (UPB), lo que im-
do el hombre está desintegrado ante la incapacidad plica que todos los hombres tienen las mismas necesidades
de su conocimiento de controlarlo todo. La magia básicas y por lo tanto esto va a explicar la existencia de se-
es también una fuerza organizativa de la sociedad. mejanzas o la presencia de elementos universales. Por esto
El mago, por su sabiduría y fuerza secreta, controla considera que es importante en el estudio de la cultura una
las actividades prácticas asociadas. teoría de las necesidades, ya que ella permite explicar lo
universal o lo universalmente válido:
El concepto instrumental de cultura reposa sobre dos
conceptos claves: función e institución. Para Malinowski, La teoría de la cultura debe basarse en los hechos bioló-
el comportamiento cultural, atributo universal de la es- gicos. Los seres humanos constituyen una especie animal.
pecie humana supone siempre el cumplimiento de una o Están sujetos a las condiciones elementales que deben ser
más funciones a través de una acción institucional de satis- cumplidas para que los individuos puedan sobrevivir,
facción de necesidades. subsistir la raza y los organismos individuales, sin excep-
Así se proclama la universalidad de la función y de los ción, ser mantenidos en condiciones de actividad
principios de la organización institucional asociados a los (1975:49-50).
componentes básicos de la cultura: equipamiento material
(bienes y utensilios), equipamiento humano (organiza- La satisfacción cultural de las necesidades básicas su-
ción según normas) y equipamiento espiritual (ideas, va- pone la creación de necesidades derivadas, instrumentales
lores, creencias, tradiciones, etc.) y a los imperativos ins- e integrativas. Podemos hablar de universalidad de fun-
trumentales e integrativos. ciones y de principios de organización institucional. Pero
no sólo necesidades y funciones son comunes a todos los
¿Por qué las sociedades humanas son hombres; todos poseen, para Malinowski, un razonamien-
distintas entre sí? to lógico que conduce toda actividad humana.
Desde un principio la presencia del Nosotros y su rol ac- Establece además, al igual que los evolucionistas, una
tivo en la construcción de la otredad preocuparon a Mali- serie de proposiciones fundamentales relativas a la diver-
nowski. El autor se propuso refutar asignaciones prejui- sidad entre los hombres. La primera de ellas considera la
ciosas de la sociedad occidental de su tiempo a ese mundo diversidad como un hecho empíricamente constatable. Y
ajeno, los primitivos específicamente. Estos prejuicios se este hecho expresa la heterogeneidad de modalidades cul-
fundan en un conocimiento del Otro cultural a partir del turales que puede asumir la vida humana. Pero esta hete-
cual ese Otro nos devuelve la imagen imperfecta y retra- rogeneidad implica que la cultura no es una sola como
sada de nosotros mismos. Esta actitud reconocida bajo la para el evolucionismo sino que supone la multiplicidad y
denominación de etnocentrismo, se convertirá desde en- variedad de formas institucionales de respuesta concreta a
tonces en un problema central de la Antropología. Mali- necesidades humanas universales. Si bien podemos hablar
nowski, en una de sus clásicas etnografías, se refiere a este de la universalidad de las funciones (necesidad a satisfacer
problema y lo adjudica a las mentes inexpertas de funcio- por medio de actividades) y de los principios generales de
59
Capítulo 2. La construcción del otro por la diversidad
organización institucional (presencia universal de los tres mundo Ajeno es un mundo con. En el caso del análisis por
aparatos componentes de la cultura), la forma concreta, la la diversidad, el mundo primitivo es un mundo con y no
sustancia que reviste la respuesta institucional (cultural) sin aquellas atribuciones indudables del Nosotros. Se trata
de satisfacción es diversa, múltiple y variada. de un mundo con economía, con política, con arte, etc.,
Así, ya no se habla de la Cultura, sino de culturas, en así como también, con complejidad, con organización,
tanto expresiones particulares y singulares del quehacer con historia y con racionalidad. Así, por ejemplo, el autor
humano. Y estas culturas: no se cansa de realizar afirmaciones como las siguientes:
• no representan un grado, un nivel de acumulación y
de invento, sino una totalidad compleja, ordenada e La religión o la magia, el mantenimiento de la ley o los
indisociable de elementos, dentro de la cual cada sistemas de conocimiento y la mitología se presentan con
uno de estos elementos define su función y su efica- tan constante regularidad en todas las culturas que puede
cia. He aquí la noción de incrustación: toda activi- concluirse que también son el resultado de profundas ne-
dad, todo fenómeno humano existe incorporado, cesidades o imperativos (1975:96).
incrustado en la totalidad que constituye la cultura.
• contemporáneas, distintas de Occidente, no testi- El emparejamiento, es decir, el sistema de hacer la corte,
monian un tiempo pasado de la Humanidad, sino el amor y la selección de consortes está tradicionalmente
su presente. La sincronía se impone a la retrospec- determinado en todas las sociedades humanas por un
ción en el análisis cultural. Así como la otredad viva cuerpo de costumbres culturales que prevalecen en cada
no representa la supervivencia de un fenómeno pa- comunidad (1975: 97).
sado, la presencia de costumbres u otros elementos
de la conducta humana que no parezcan compati- La magia cambia en la forma; varía de fundamento; pero
bles con la realidad cultural en la cual están integra- existe en todas partes (1975: 110).
dos, no reflejan la supervivencia de un rasgo de otro
tiempo, un “peso muerto”, sino una presencia que La universalización de las atribuciones del Nosotros (el
cumple con una función. Es, por tanto, una reali- con) se complementa con las particularidades que asumen
dad viva. estas atribuciones en el mundo primitivo, un mundo con
economía, con política, etcétera, pero donde éstas se pre-
Para Malinowski, la diversidad no implica una suce- sentan de “otra forma”. Esto significa que, si bien la eco-
sión temporal, ni tampoco un ordenamiento causal entre nomía como prototípica del Nosotros (intercambio de
culturas. Ninguna cultura es causa o efecto de otra; se vin- mercado) o la política bajo su fenómeno Estado están au-
culan entre sí en función de ser cada una de ellas la mani- sentes, podemos descubrir su presencia en torno al sentido
festación concreta y singular de la satisfacción de necesi- (su función) que estas categorías asumen en nuestra so-
dades humanas universales y de principios de organiza- ciedad. Para Malinowski el sentido implica la finalidad.
ción, igualmente universales. La ausencia de un Así, el sentido de la economía es la subsistencia, el de la po-
ordenamiento temporal y causal de las culturas supone lítica es el orden, la cohesión, etc. De esta forma el autor
que cada una de ellas se explica a sí misma en la comple- extiende las categorías propias del Nosotros y, al hacerlo,
jidad y singularidad de su ordenamiento funcional. las transforma descubriendo detrás del fenómeno su sen-
Si existe gradación entre las culturas es cualitativa y no tido. En el mundo ajeno existen los mismos sentidos (fun-
cuantitativa, y refiere a la especialización o no de las insti- ciones) pero diferentes formas institucionales. La otredad
tuciones. Malinowski usará el término “simple” para refe- no es la negación de la propia humanidad. Pero este con, a
rirse, en términos comparativos, a culturas con institu- diferencia de aquel que hablamos a propósito de la dife-
ciones generalizadas (multifuncionalidad/incrustación); rencia, no supone gradaciones de más o menos en la pose-
por el contrario, especialización y desincrustación de- sión de atributos que van desde la indiferenciación enten-
vienen condiciones de complejidad cultural. dida como caos, a lo diferenciado entendido como orden y
claridad. El con en Malinowski implica hallar en el mundo
Mecanismos de construcción ajeno el sentido de las categorías de nuestra sociedad.
de la diversidad La extensión del propio universo clasificatorio al mun-
Malinowski fue uno de los primeros antropólogos en pro- do primitivo tiene otra implicancia. En el mundo del an-
ducir el pasaje del sin como mecanismo cognitivo al con a tropólogo la economía, la política, etc., aparecen como ca-
fin de argumentar contra posiciones de su época. El tegorías que poseen cierta especificidad autónoma. En el
60
Constructores de Otredad
Nosotros esto da cuenta de la especificidad de las institu- La relación Nosotros-Otros en la construcción por la
ciones. En el mundo primitivo, esta separación se debilita diversidad se aparta de un discurso temporal y acumula-
en favor de la presencia de funciones e instituciones menos tivo de atribuciones culturales. El Nosotros se relativiza,
especializadas y diferenciadas. Por ejemplo, los impera- expresa un orden posible de experiencia. Relativizar signi-
tivos instrumentales no constituyen instituciones en sí, fica aquí el abandono de la condición de parámetro (de
4
sino que son función de otras instituciones . La lógica de medida de cultura) que reviste el Nosotros en la Teoría
funcionamiento y la forma de estos imperativos dependen Evolucionista. Pero el Nosotros no desaparece, sino que
de la lógica integradora de la sociedad. Lo que para el evo- ahora se presenta como referente, como lugar desde donde
lucionismo es confuso para Malinowski es extraño. La se mira y se llena al Otro. Por eso el Nosotros se particula-
oposición de la indiferenciación-diferenciación no es sinó- riza en la modalidad concreta de sus instituciones y de sus
nimo de desorden, de oscuridad; por el contrario, supone relaciones, pero también, se universaliza en torno a necesi-
la presencia de un orden distinto. dades y funciones.
Sintetizando, podemos decir que a diferencia del evo-
lucionista que viaja a la otredad retrocediendo en el La versión estructuralista
5
tiempo y despojando atributos propios del Nosotros (me- A diferencia de Malinowski, Lévi-Strauss se mostró más
canismo del con al sin), Malinowski viaja siempre en la interesado en trabajar sobre los elementos comunes que en
contemporaneidad de su tiempo y “llena” el mundo del realizar una descripción detallada de una cultura en parti-
Otro con atribuciones del Nosotros. La operación de cular. Y esta, tal vez sea una de las razones por las cuales ha
llenar se corresponde con el primer mecanismo de cons- vuelto permanentemente a las preguntas que se hacían los
trucción de la otredad por la diversidad: el con, la pre- evolucionistas. De las tres preguntas originarias del evolu-
sencia. Pero llenar, hallar presencias significa universalizar cionismo, Lévi-Strauss acepta la primera y la segunda
necesidades, funciones, principios institucionales y razo- (¿qué es el hombre?, ¿por qué las culturas difieren entre sí?)
namiento lógico; pero de ninguna manera implica la iden- pero modifica la tercera (¿cuál fue su origen?) porque para
tidad de las formas que asumen concretamente estas atri- él la pregunta por el origen no tiene una base científica
buciones. En este sentido, se trata de presencias heterogé- sino ideológica. La sustituye entonces por una más amplia:
neas en sus modalidades. El con pero distinto sería el ¿cómo el hombre llegó a ser hombre? Pero aunque dos de
segundo mecanismo de construcción. Las presencias no las preguntas sean las mismas las respuestas son diametral-
son más adquisiciones de la otredad en su camino hacia el mente opuestas.
Nosotros, sino que son parte constitutiva de ella, están or- Para responder qué es el hombre y cómo llegó a ser tal,
ganizadas e integradas en una totalidad funcional y signifi- Lévi-Strauss recurre a la distinción entre naturaleza y cul-
cativa aunque revistan un contenido y ordenamiento dis- tura. Para contestar por qué las culturas difieren entre sí,
tinto, singular. Por último, podemos decir que este orde- recurre a la noción de diversidad cultural.
namiento distinto y singular que evidencia la otredad en
relación al Nosotros tiene un rasgo común que atraviesa La distinción naturaleza-cultura
las distintas expresiones de los otros. Este rasgo es la in- El punto de partida del análisis de Lévi-Strauss es un de-
crustación y la no especialización (o especialización sacuerdo con los evolucionistas. Para éstos la diferencia
menor) de las instituciones en comparación con la dife- entre naturaleza y cultura tenía una significación histó-
renciación/especialización que caracteriza instituciones y rica y buscaban los fundamentos de esa distinción en
funciones en el Nosotros del antropólogo. pruebas empíricas que mostraran el momento en que se
4 Malinowski escribe que en la sociedad primitiva “la ley y sus sanciones raramente están personificadas en instituciones especiales [...] Pero aunque no
estén contenidas en un cuerpo específico de reglas codificadas ni tampoco desempeñadas por grupos especialmente organizados de personas, las san-
ciones de la ley primitiva funcionan sin embargo de forma concreta y desarrollan rasgos concretos en las instituciones a que pertenecen” (1975: 106).
5 La posición teórica del autor se conoce como estructuralismo. Y al igual que pasó con el funcionalismo, puede ser considerado una teoría y un mé-
todo de análisis utilizado por las ciencias sociales principalmente en la década del ‘60. En su estructuralismo Lévi-Strauss retomó las ideas que
Saussure aplicó al lenguaje y los desarrollos posteriores propuestos por Trouberkoy y Jackobson y los volcó en el análisis antropológico; esto le per-
mitió redefinir la antropología como una parte de la semiología: “Nadie, a mi parecer, ha estado más cerca de definirla [...] cuando, al presentar la
lingüística como una parte de una ciencia todavía por nacer, reserva para ésta el nombre semiología, y le atribuye por objeto de estudio la vida de los
signos en el seno de la vida social. Él mismo, por lo demás, ¿no preveía nuestra adhesión cuando, en dicha ocasión, comparaba el lenguaje a la escri-
tura, al alfabeto de los sordomudos, a los ritos simbólicos, a las formas de cortesía a las señales militares, etc.? Nadie discutirá que la antropología
cuenta dentro de su campo propio cuando menos algunos de esos sistemas de signos, a los que se añaden otros muchos: lenguajes míticos, signos
orales y gestuales de que se compone el ritual, reglas matrimoniales, sistemas de parentesco, leyes consuetudinarias, ciertas modalidades de inter-
cambios económicos. Concebimos pues la antropología como el ocupante de buena fe de ese dominio de la semiología que la lingüística no ha rei-
vindicado como suyo” (1979:14-15).
61
Capítulo 2. La construcción del otro por la diversidad
produjo la separación entre ambas. Para el autor es inútil “sociedades” les falta un esbozo del “modelo cultural uni-
buscar pruebas empíricas ya que es imposible pensar una versal”, es decir, lenguaje, herramientas, instituciones so-
fase de la evolución de la humanidad (el hombre como ciales, sistemas de valores. También se han realizado
género) en la cual no se hayan desarrollado formas de ac- experiencias con monos antropoides pero ha sido impo-
tividad que sean parte integrante de la cultura. No obs- sible extraer conclusiones generales a partir de la expe-
tante, considera que “a falta de significación histórica riencia ya que en estos animales “donde no actúa el ins-
aceptable, la distinción tiene un valor lógico, un uso me- tinto hay un vacío, no se puede establecer una norma a un
todológico”. nuevo nivel”. En consecuencia, para Lévi-Strauss, se cae
Lévi-Strauss, responde a ¿qué es el hombre? recono- en un círculo vicioso al buscar en la naturaleza el origen de
6
ciendo que éste es un ser biológico y un ser social-cultural , las reglas institucionales “que suponen –aún más: que ya
es decir, retoma la dualidad planteada por los evolucio- son– la cultura y cuya instauración en un grupo depende
nistas. Tanto a un nivel individual (el hombre), como a un ya del lenguaje”7.
nivel genérico (la humanidad). En ambos niveles, reco- Pero al no encontrar en el comportamiento de los ani-
noce los problemas que existen para responder a ¿qué es males ninguna norma, Lévi-Strauss considera que hay que
natural y qué es social en el hombre? partir justamente de ese punto, de la ausencia de re-
A un nivel individual, la pregunta es ¿cómo recono- glas/normas a nivel del comportamiento natural, para com-
cemos que la respuesta del hombre-individuo frente a una prender la distinción entre la naturaleza y la cultura. Así,
situación es cultural o es natural? ¿Cuándo responde con plantea que la ausencia de reglas en la naturaleza es el cri-
su naturaleza y cuándo con su cultura? Lévi-Strauss dirá terio más seguro para establecer la distinción entre un pro-
que “en la mayoría de los casos ni siquiera se distinguen ceso natural y un proceso cultural. Si la “ausencia” es un
bien las causas, y la respuesta del sujeto constituye una ver- criterio negativo en la naturaleza, por oposición es un cri-
dadera integración de las fuentes biológicas y sociales (cul- terio positivo en la cultura. En los comportamientos “sus-
turales) de su comportamiento”. Plantea, a su vez, que se traídos a las determinaciones instintivas” la regla aparece
podría encontrar esa distinción con el aislamiento de un como un criterio positivo. Así:
recién nacido, y que hubo casos donde el “azar” dio esa • en toda parte donde se presenta la regla sabemos con
oportunidad con los casos de “niños salvajes”. Pero la certeza que estamos en el estadio de la cultura;
única consecuencia válida que se sacó de esas experiencias • simétricamente, lo universal es el criterio de la natu-
es que el hombre, siendo el único animal que se domesticó raleza porque “lo constante en el hombre escapa al
a sí mismo, no puede volver a un estado natural (como un dominio de las costumbres, de las técnicas y de las
animal doméstico) porque no existe comportamiento na- instituciones por lo que los grupos se distinguen y se
tural de la especie al cual el individuo aislado pueda volver oponen”.
por regresión. Concluye, por lo tanto, que la distinción
entre naturaleza y cultura no puede estar presente a nivel Su conclusión es que la constancia y la regularidad
de los individuos. existen tanto en la naturaleza como en la cultura, pero
A nivel de la especie, la distinción parece que puede mientras que en la naturaleza la constancia es dominio de
despejarse a partir de la comparación con otras especies, la herencia biológica, en la cultura la constancia es el do-
comparando el comportamiento humano con el compor- minio de la tradición. Así, todo lo que es universal en el
tamiento animal. Hubo intentos de este tipo de búsqueda. hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracte-
Algunos buscaron la respuesta en los niveles superiores de riza por la espontaneidad, mientras que todo lo que está
la vida animal (confrontando especies), intentando encon- sujeto a reglas pertenece a la cultura y presenta los atri-
trar signos precursores de la cultura en el comportamiento butos de lo relativo y de lo particular. Si ordenamos estas
de otras especies. Así, se han analizado a los insectos, aque- oposiciones, tenemos el siguiente cuadro que sintetiza las
llos que viven en “sociedad” pero, para Lévi-Strauss, a esas características principales de cada estado:
6 El tema naturaleza-cultura está tratado intensamente en los tres primeros capítulos de Las estructuras elementales del parentesco. Buenos Aires, Pai-
dós, 1969. Es necesario aclarar que Lévi-Strauss escribió este libro en 1947, pero veinte años después, cuando se reedita nuevamente, el autor aclara
en el Prefacio que ha modificado su forma de pensar y que algunos puntos respecto a la distinción entre naturaleza y cultura deberían ser modifica-
dos a la luz de los nuevos descubrimientos (principalmente respecto a las investigaciones con especies animales y a la forma que trató la universali-
dad de la prohibición del incesto). Un elemento que se permite introducir en la segunda edición es la nota 1 del Capítulo I; en el texto distingue un
estado de naturaleza y un estado de sociedad y en la nota aclara: “Hoy diríamos mejor: estado de naturaleza y estado de cultura.”
7 Esta es una clara alusión al pensamiento evolucionista que, como vimos en el primer capítulo, planteaba que “Nadie negará que [...] las causas na-
turales y concretas determinan en gran medida la acción humana”.
62
Constructores de Otredad
63
los días en el dominio animal o vegetal y de las que de- incluyen parientes próximos pero, junto con ellos, incluye
pendía su bienestar? [...] ¿cómo comprender que se haya un número considerable de individuos entre los que no es
detenido en las prohibiciones y no haya pasado a las pres- posible establecer relación de consanguinidad”.
cripciones, cuyo resultado experimental -por lo menos en Lévi-Strauss sostiene que los partidarios de este tipo de ex-
ciertos casos- hubiese mostrado efectos benéficos?” plicación se distinguen en dos grupos: aquellos que sólo se
(1969:47). limitaron a proponer como posibilidad que la regla de la
El segundo tipo de explicación que Lévi-Strauss rebate, prohibición del incesto deriva de las reglas de exogamia y
es la que elimina uno de los términos de la antinomia, el aquellos que, afirmando categóricamente esa derivación,
cultural, y la regla es considerada un reflejo de tendencias intentaron probarla como fue el caso de Durkheim. La ex-
naturales (fisiológicas o psicológicas congénitas); esas ten- plicación de Durkheim, aunque parece ser la más com-
dencias son el “horror natural” o la “repugnancia” al in- pleja apela, sin embargo, a un “vicio” evolucionista, a la
cesto derivados del lazo de sangre que une a las partes, por noción de supervivencia. Así, para este autor, la prohibi-
lo tanto, la prohibición es una respuesta a la “voz de la ción del incesto no sería más que el vestigio, la supervi-
sangre”. Las explicaciones, en este caso, se basan en que la vencia de un conjunto de creencias que en algún mo-
prohibición no es más que la proyección o el reflejo, sobre mento fueron comunes a toda la humanidad.
el plano cultural, de sentimientos o tendencias para cuya Según Lévi-Strauss estas tres perspectivas condujeron a
explicación sólo es necesario considerar la naturaleza del callejones sin salida o a contradicciones y, de mantenerlas,
hombre, sea esta de origen biológico o psicológico. Para se corre el riesgo de “pedirle a las ciencias naturales la ex-
Lévi-Strauss, “está perfectamente establecido que el su- plicación de la existencia de una regla sancionada por la
11
puesto horror al incesto no puede derivarse de una fuente autoridad de los hombres” (1969:58) . Reconoce al
instintiva, puesto que para que se manifieste es preciso su- mismo tiempo que la dificultad para comprender la regla
poner un conocimiento previo o establecido posterior- radica en su ambigüedad, en ser una regla cultural y social
mente de la relación de parentesco entre los culpables [...] al mismo tiempo:
pero nada más sospechoso que esta supuesta repugnancia
instintiva, ya que el incesto, si bien prohibido por la ley y La relación entre la existencia biológica y la existencia so-
las costumbres, existe y, sin duda, es más frecuente que lo cial del hombre nos llevó a plantear el problema del in-
que deja suponer la convención colectiva de silenciarlo”; cesto y comprobamos enseguida que la prohibición no co-
justamente el psicoanálisis descubrió lo inverso, el “fenó- rresponde con exactitud ni a uno ni a otra. En este trabajo
meno universal no es la repulsión frente a las relaciones in- nos proponemos proporcionar la solución de esta ano-
cestuosas sino, por el contrario, su búsqueda.”10. malía al mostrar que la prohibición del incesto constituye
El tercer tipo de explicaciones que rebate también eli- precisamente el vínculo de unión entre una y otra. (...)
mina una de las partes de la antinomia, en este caso, la na- Constituye el movimiento fundamental gracias al cual,
tural. Para esta explicación la regla obedece a un orden so- por el cual, pero sobre todo en el cual, se cumple el pasaje
cial y el hecho de que se exprese en términos biológicos es de la naturaleza a la cultura (1969:59).
solo un accidente. El origen de la prohibición del incesto
está en un conjunto más amplio de reglas, denominadas Ahora bien, ¿cómo demuestra que con la prohibición
de “exogamia”: “En muchas sociedades la regla de exo- del incesto se cumple el paso de la naturaleza a la cultura12
gamia prohibe el matrimonio entre categorías sociales que y que en el momento en que se establece la regla se modi-
10 Además, otros pueblos confirman esta visión; Lévi-Strauss menciona el proverbio azande: “el deseo de mujer comienza con el deseo de la herma-
na” (1969:50-51).
11 El problema no consiste en buscar explicaciones de la modalidad que tomó la institución en tal o cual sociedad sino en preguntarse “qué causas
profundas y omnipresentes hacen que, en todas las sociedades y en todas las épocas, exista una reglamentación de las relaciones entre sexos. Querer
proceder de otra forma sería cometer el mismo error que el lingüista que creería agotar, por la historia del vocabulario, el conjunto de las leyes foné-
ticas o morfológicas que presiden el desarrollo de la lengua” (1969:57).
12 En La mirada distante, lévi-Strauss sostiene que para analizar la noción de prohibición del incesto se inspiró en la función asignada al fonema por
lingüistas: “Como el fonema medio, sin significación propia para formar significaciones, la prohibición del incesto debía manifestárseme como la
bisagra entre dos ámbitos. De esta forma, la articulación del sonido y el sentido respondía, en otro plano, la de la naturaleza y la cultura. Y, del mis-
mo modo que el fonema como forma se da en todas las lenguas en calidad de medio universal por el que se instaura la comunicación lingüística, la
prohibición del incesto, universalmente presente si nos atenemos a su expresión negativa, constituye asimismo una forma vacía pero indispensable
para que se haga a la vez posible y necesaria la articulación de los grupos biológicos en una red de intercambio que los ponga en comunicación. Por
último, la significación de las reglas de alianza, imposibles de comprender cuando se las estudia separadamente, sólo puede surgir oponiendo unas
a otras, de la misma manera que la individualidad del fonema no reside en su individualidad fónica, sino en las relaciones de oposición y negativas
que los fonemas ofrecen entre sí” (1984:166-167).
Constructores de Otredad
fica enormemente la situación anterior, se crea un nuevo buscar mujeres fuera de él, de tal forma que las “familias”
orden? Recurre a la constatación que le permitió definir la pueden casarse entre sí pero no dentro de sí:
cultura: la ausencia de reglas en el ámbito de la naturaleza
y deduce que la cultura aprovecha esa ausencia en la natu- Lo cierto es que nunca se insistirá lo suficiente en el hecho
raleza para introducirse. Para mostrar cómo la cultura se de que si la organización social tuvo un principio, éste sólo
introduce en los ámbitos en los cuales la naturaleza no re- pudo haber consistido en la prohibición del incesto; esto se
gula, no determina, recurre a la combinación de dos pares explica por el hecho de que, como hemos mostrado, la
13
de oposiciones: naturaleza/cultura y filiación/alianza . prohibición del incesto no es más que una suerte de remo-
delamiento de las condiciones biológicas del apareamien-
Cuadro II. to y de la procreación (que no conocen reglas, como puede
verse observando la vida animal) que las compele a perpe-
Naturaleza Cultura tuarse únicamente en un marco artificial de tabúes y obli-
gaciones. Es allí, y sólo allí, que hallamos un pasaje de la
Filiación (1) (4)
naturaleza a la cultura, de la vida animal a la vida hu-
Alianza (2) (3) mana, y que podemos comprender la verdadera esencia de
su articulación (1976:36-37).
La relación naturaleza-filiación (1) –la relación entre
padres e hijos– implica que los genes de los padres marcan Sobre este razonamiento podemos hacer algunas de-
los de los hijos (como sean los padres, serán los hijos). En ducciones. Para Lévi-Strauss, la “esencia” de la articula-
este nivel la cultura no puede hacer nada porque, de al- ción se ha sintetizado en la oposición fundamental entre
guna manera, la naturaleza determina fuertemente la filia- naturaleza y cultura, de tal modo que la cultura ya no es,
ción. En la filiación la naturaleza aparece determinando la como para Malinowski, una segunda naturaleza sino con-
relación. forma un nivel nuevo y diferente de organización. De tal
En la relación naturaleza-alianza (2) no ocurre lo mis- forma que con este razonamiento Lévi-Strauss vuelve a la
mo. En la naturaleza la relación entre hombre y mujer no idea de cultura con mayúsculas, es decir, la Cultura como
está individualmente determinada, sólo requiere un ma- distintiva de la condición humana.
cho y una hembra de la misma especie. Es decir que la na- Y si bien su punto de partida para definir las caracterís-
turaleza a nivel de la alianza no dice nada, no determina, ticas de la Cultura fue la ruptura y oposición con la natura-
dejando un espacio vacío. Este “espacio vacío”, esta au- leza, al introducir la prohibición con características de
sencia, da pie para que la cultura actúe sobre él. ambas, y afirmar que esta prohibición es “la Cultura”,
En la relación cultura-alianza (3) la cultura, aprove- transforma a ésta en una mediación, en un elemento me-
chando la indeterminación de la naturaleza respecto a la diador, aunque transformador, entre la naturaleza y algo
alianza, introduce una determinación, una distinción que más. Ese algo más, la sociedad, la historia, es el que va a dar
no estaba en la naturaleza. Impone un “no” que indica sentido a ese “no”. La introducción del “no” (“esta no es
“esto no es una hembra” y transforma esa hembra en una una hembra”) implica simplemente que se está marcando
relación “desconocida” en la naturaleza: la hermana. Al in- una distinción pero no indica la forma que va a adquirir
troducir una relación, la de consanguinidad, que no está esa distinción. Ese “no” se va a definir o aplicar de modo
en la naturaleza, la cultura conforma un nuevo orden, un distinto en las distintas sociedades. Algunas transformaran
nuevo nivel de organización. ese “no” en “hermanas”, otras en “madres”, otras en “pri-
En la relación cultura-filiación (4): al introducir ese mas” o en cualquier otra forma y ésa ya es una determina-
“no” a nivel de la alianza, la cultura incide sobre la filiación ción que, en términos de Lévi-Strauss, no compete a la
ya que, socialmente, ahora puede indicar quién puede ser Cultura sino a la sociedad, a las culturas.
un padre o una madre y quién no. Al introducir una nueva La pregunta que se impone es ¿por qué algunas cul-
relación, la cultura actúa/transforma los ámbitos que es- turas “prohíben” el casamiento con algunos parientes y
taban determinados por la naturaleza. Así, la prohibición con otros no? El mismo Lévi-Strauss, reconoce que esa
de casarse dentro de su grupo obliga a los hombres a sería una pregunta pertinente:
13 Es necesario aclarar estos términos. A nivel de parentesco existen tres tipos de relaciones denominadas: filiación, alianza y consanguinidad. La rela-
ción de filiación es la relación de descendencia ejemplificada en la relación entre padres (Pa) e hijos (Hi); la relación de alianza es la relación entre
sexos ejemplificada en la relación matrimonial (Esa-Eso) y la relación de consanguinidad es relación entre hermanos (Hno-Hna).
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Capítulo 2. La construcción del otro por la diversidad
La naturaleza impone la alianza sin determinarla y la Pero su crítica respecto al evolucionismo parece ser aún
cultura sólo la recibe para definir enseguida sus modali- más profunda. Por ejemplo, en “Raza e Historia” sostiene
dades. Se resuelve así la aparente contradicción entre el que:
carácter de regla de la prohibición y su universalidad.
Esta última expresa sólo el hecho de que la cultura, Por diferentes y a veces estrambóticas que puedan ser,
siempre y en todas partes, llenó esta forma vacía, así como todas estas especulaciones se reducen de hecho a una sola
un manantial llena en primer lugar las depresiones que receta, que sin duda la expresión falso evolucionismo es la
rodean su origen. Por el momento contentémonos con esta más apta para caracterizar. ¿En qué consiste? Muy exac-
comprobación, que la llenó de ese contenido que es la tamente, se trata de una tentativa de suprimir la diver-
Regla, sustancia a la vez permanente y general de la cul- sidad de las culturas sin dejar de fingir que se la reconoce
tura, sin plantearnos aún la pregunta de por qué esta plenamente (1979:310).
regla presenta el carácter general de prohibir ciertos
grados de parentesco y por qué este carácter general apa- El tratamiento que realiza de las dos teorías es distinto:
rece tan curiosamente diversificado (1969:68). su razonamiento se desarrolla de modo paralelo al funcio-
nalista, en cambio critica, pero al mismo tiempo recupera,
La diversidad las ideas evolucionistas en un nuevo marco teórico, en una
La noción de diversidad aparece en la obra de Lévi-Strauss nueva mirada.
relacionada con la unidad. En el párrafo anterior men- Su punto de partida es aceptar, al igual que el funcio-
ciona esa unidad, la cultura, como una “sustancia a la vez nalismo y el evolucionismo, la Unidad Psicobiológica del
permanente y general” pero ese carácter general aparece Hombre (UPB), es decir, que todas las culturas tienen
“curiosamente diversificado”. Así, la diversidad parece todo lo necesario para funcionar y que son equivalentes
unida a la diversificación. Pero será en dos textos poste- entre sí. La especie humana no sólo tiene semejanzas atri-
riores14 donde el autor expondrá en detalle los elementos buibles a la unidad física, a las necesidades comunes o a un
básicos de la diversidad. origen común. Las semejanzas pueden explicarse también
Si analizamos esos textos teniendo presente lo que por el contacto entre culturas aunque podamos encontrar
hemos afirmado sobre las otras dos teorías, el evolucio- culturas “cercanas” entre sí que diferencien de manera ex-
nismo y el funcionalismo, Lévi-Strauss tiene respecto a trema. Es decir que para Lévi-Strauss, las semejanzas
ellas una posición crítica. Por ejemplo en “Raza y Cultura” pueden tener cualquiera de esas causas pero esas mismas
afirma respecto al funcionalismo lo siguiente: causas pueden ser también causas de las diferencias. Pero
Lévi-Strauss se distingue de los otros autores en que des-
Durante cerca de medio siglo, el relativismo cultural y la plaza el eje de la preocupación: pasa de la relación seme-
separación perjudicial que implica entre el orden de la janza/diversidad o semejanza/diferencia a la relación entre
naturaleza y de la cultura han contado casi con el valor de unidad de la especie/diversidad de culturas y la unidad de
un dogma, si bien éste se ha visto progresivamente amena- la especie no es sólo física sino presenta una unidad cul-
zado en varios frentes. En principio desde dentro, en tural. La regla de la prohibición del incesto ejemplifica esta
virtud de las excesivas simplificaciones imputables a la relación entre unidad/diversidad: la regla es una operación
llamada escuela funcional que, principalmente con Mali- lógica (una negación) que es universal e instaura la Cul-
nowski, llegó a subestimar las diferencias entre culturas, tura pero, en tanto tal, se manifiesta histórica y fáctica-
yendo hasta reducir la diversidad de costumbres, creencias mente en una diversidad de modos particulares. Cada una
e instituciones a otros tantos medios equivalentes para sa- de las culturas reformuló esa operación lógica a partir de
tisfacer las necesidades más elementales de la especie, de una serie de transformaciones15.
manera que se ha podido decir que, dentro de semejante Así pues, Lévi-Strauss define de manera contundente
concepción, la cultura no es más que una inmensa metá- la diversidad como un hecho empírico, “natural”. Pero esa
fora de la reproducción y de la digestión [...] (1984:46). diversidad no está unida por ninguna relación de
14 “Raza e Historia”, en C. Lévi-Strauss, Antropología Estructural II. México, Siglo XXI, 1979 y “Raza y Cultura”, en C. Lévi-Strauss, La Mirada Dis-
tante, Barcelona, Argos Vergara, 1984.
15 Por eso el trabajo del antropólogo consiste en un viaje inverso al que ocurrió en los hechos. A nivel de los hechos, las cosas ocurrieron de lo general y
común a lo particular y diverso. A nivel del trabajo antropológico se va de lo particular y lo diverso a lo general y común: la estructura. Lévi-Strauss
ejemplifica este trabajo del antropólogo por referencia a los lingüistas: “ellos saben que las gramáticas de las lenguas del mundo tienen propiedades
comunes, y en un plazo más o menos largo, esperan conseguir algunos universales del lenguaje. Pero al mismo tiempo son conscientes de que el sis-
tema lógico formado por tales universales será más pobre que cualquier gramática particular, y que jamás podrá sustituirla. Los lingüistas saben
66
Constructores de Otredad
causa-efecto, la cual existe, en el plano biológico, entre difieren o se asemejan es en su relación. En la diversidad o
ciertos aspectos observables de los grupos humanos: en la distinción entre sociedades operan simultáneamente
fuerzas que trabajan en sentido opuesto; algunas tienden a
Así que cuando hablamos, en este estudio, de la contribu- mantener y acentuar los particularismos, otras operan en
ción de las razas humanas a la civilización, no queremos el sentido de la convergencia y de la afinidad. Así, culturas
decir que las aportaciones culturales de Asia o de Europa, o sociedades muy cercanas en el espacio pueden presentar
de África o de América obtengan una originalidad cual- diferencias substanciales y otras veces muestran una ten-
quiera del hecho de que estos continentes estén, a grandes dencia opuesta, tienden a parecerse. Lévi-Strauss se pre-
rasgos, poblados por habitantes de cepas raciales dife- gunta si las sociedades no se definirán, teniendo presentes
rentes. Si esta originalidad existe –y la cosa no es dudosa– sus relaciones mutuas por determinado óptimo de diver-
atañe a circunstancias geográficas, históricas y socioló- sidad, más allá del cual no podrían ir, pero por debajo del
gicas, no a aptitudes distintas vinculadas a la constitución cual tampoco podrían descender sin peligro16.
anatómica o fisiológica de los negros, los amarillos o los Y por último, encontramos diversidad en el seno de
blancos (1979:305). cada sociedad. Constatamos que hay también diversidad a
nivel de los distintos grupos que la conforman producto
La diversidad cultural y la diversidad racial se distin- de un proceso de diversificación interna. Y Lévi-Strauss se
guen, en principio, por su número, cantidad: hay más cul- pregunta si no será que esta diversificación es mayor en la
turas que razas humanas. Y se distinguen también por el medida en que la sociedad se torna más voluminosa y más
interés que presentan a la ciencia: mientras que el interés homogénea.
por la diversidad entre razas, se reduce a su origen histó- La consecuencia que saca de la revisión de los modos
rico y a su distribución en el espacio, el interés por la diver- distintos de diversidad que existen, diferencia la mirada de
sidad de culturas “plantea numerosos problemas, pues es Lévi-Strauss de la de Malinowski: la diversidad es menos
posible preguntarse si constituye para la humanidad una función del aislamiento de los grupos que de las relaciones
ventaja o un inconveniente” y este interrogante se subdi- que los unen. Para el primero, la diversidad tiene que verse
vide, a su vez, en otras preguntas y problemas. como un fenómeno natural resultante de las relaciones di-
El primer paso para resolver estas preguntas es el de rectas o indirectas entre las sociedades, como resultado de
constatar la diversidad cultural (¿a qué nos referimos las relaciones mutuas (de oposición, de semejanza, de dis-
cuando hablamos de diversidad cultural?). Para tinción) entre las sociedades.
Lévi-Strauss es un “hecho”, un fenómeno, algo que no
ofrece dudas y que conforma la vida de la humanidad. Si Las actitudes de los hombres frente
hay algo cierto es que la humanidad se desenvuelve a través a la diversidad
de “modos extraordinariamente diversificados de socie- El segundo paso que realiza Lévi-Strauss, a fin de despejar
dades y civilizaciones” y que esa diversidad “atañe a cir- los problemas que presenta explicar la diversidad cultural,
cunstancias geográficas, históricas y sociológicas”. Por lo es una revisión de las actitudes que los hombres han tenido
tanto, la diversidad cultural no debe ser concebida como históricamente frente a la diversidad, preguntándose có-
un hecho estático, porque, como se puede constatar, las mo éstos han reaccionado frente a este fenómeno. De
culturas y las sociedades no difieren entre ellas de la misma modo general sostiene que, a pesar de ser un fenómeno na-
manera ni en el mismo plano. Los modos en que las cul- tural, rara vez se le ha presentado así a los hombres. Por el
turas y las sociedades difieren entre sí varían de acuerdo al contrario, ha habido una tendencia a verla como una
tiempo y el espacio. Encontramos culturas diferentes en “monstruosidad” o un “escándalo”. Y analiza tres tipos de
distintos espacios en un mismo tiempo (contemporáneas) actitudes que los hombres han tenido históricamente fren-
como también encontramos indicios de culturas distintas te ella.
que han existido en otro tiempo y ahora están desapare- La actitud más generalizada, que se da a nivel del sen-
cidas (históricas). tido común y sea quizás la más antigua, es la etnocéntrica,
También se constata que, la mayoría de las veces, las la cual “consiste en repudiar pura y simplemente las for-
diferencias no obedecen al aislamiento de las culturas: si mas culturales –morales, religiosas, sociales estéticas– que
también que el estudio del lenguaje en general, y el de cada una de las lenguas que han existido o existen aún en el mundo, hablando en rigor, cons-
tituye una tarea interminable, y que jamás ningún cuerpo acabado de reglas podrá tratar exhaustivamente todas sus propiedades. Suponiendo que
esos universales sean algún día puestos de relieve, se presentarán como estructuras abiertas, en las que siempre se podrá hacer sitio a nuevas defini-
ciones, y completar, desarrollar o rectificar las ya existentes” (1984:128).
16 Este óptimo variará con el número, el alejamiento geográfico y con los medios de comunicación.
67
Capítulo 2. La construcción del otro por la diversidad
están más alejadas de aquellas con las que nos identifi- el respeto por el otro implica conciliar el derecho de cada
camos”. Así, cuando nos enfrentamos con algo “inespe- cultura a ser como es, pero ese modo de ser puede chocar o
rado” recurrimos a términos como los de “salvajes”, “bár- entrar en contradicción en algunos aspectos con los prin-
baros”, “no humanos” para calificar lo distinto en el otro. cipios filosóficos o religiosos de esos sistemas (por e-
Esta actitud encierra una paradoja ya que es precisamente jemplo, las prácticas de canibalismo, infanticidio, etc.). El
la que tienen aquellos que los occidentales denominan sal- hombre de estos sistemas filosóficos se encuentra “atra-
vajes o bárbaros. La mayoría de estas sociedades se deno- pado entre la doble tentación de condenar experiencias
minan a sí mismos “nosotros los hombres” y utilizan tér- que lo hieren afectivamente y de negar diferencias que no
minos peyorativos (malos, perversos, cobardes, liendres, comprende intelectualmente”.
etc.) para denominar a los extraños, a los “no hombres”. Y la última actitud que analiza es la de la ciencia que se
Incluso, hay casos que el extraño es visto como un ser so- desprende de la teoría evolucionista y a la que Lévi-Strauss
brenatural. Al respecto Lévi-Strauss cuenta cuáles han sido llama “falso evolucionismo”. La actitud evolucionista-cul-
las actitudes en el encuentro entre el español y el indio tural ha sido la de proclamar la diversidad pero en los he-
americano: chos, en su teoría, la suprime y la torna aparente ya que
trata las diferentes culturas como etapas de un desenvolvi-
En las Antillas mayores, algunos años después del descu- miento único que partiendo del mismo punto debe con-
brimiento de América, mientras los españoles enviaban verger en el mismo fin17.
comisiones que indagaran si los indígenas tenían o no Del análisis de las tres actitudes, Lévi-Strauss saca otra
alma, estos últimos se dedicaban a la inmersión de conclusión: la diversidad cultural no sólo es variada por-
blancos prisioneros a fin de verificar, merced a una vigi- que se presenta de diferentes formas, sino que también es
lancia prolongada, si su cadáver estaba o no sujeto a la variada en función de las distintas actitudes, de las dis-
putrefacción (1979: 309). tintas miradas, que han tenido frente a ella los hombres.
Con esta conclusión afirma que lo que se ve como diverso
Unos y otros tuvieron la misma actitud: negarle la hu- dependerá de la posición en la cual se sitúe el que está mi-
manidad al otro. Los españoles se preguntaban: ¿son hom- rando, el observador. Por lo tanto, la diversidad no es
bres o animales?; los antillanos: ¿son hombres o dioses? La tanto producto de aquello que es diverso (de una cultura,
actitud de negarle la humanidad a todo aquel cuyo com- una sociedad, una persona) sino de la ubicación que
portamiento nos parece extraño, es una actitud típica de adopte el que “mira” esa diversidad. Lo relativo no es tal o
todos los hombres, occidentales y no occidentales. De tal cual cultura (como afirmaría Malinowski) sino que lo rela-
forma que, con esta actitud, el hombre occidental se iguala tivo es la “posición” del observador. De esta forma, afirma
con el no occidental, “no se hace sino echar mano de una que toda sociedad puede, “desde su propio punto de
de sus actitudes típicas. El bárbaro es ante todo el hombre vista”, distribuir las culturas en –por lo menos– tres cate-
que cree en la barbarie”. gorías:
Otra actitud, es la que se ha proclamado en los grandes
sistemas religiosos (cristianismo, budismo, islamismo), fi- (1) Las que son sus contemporáneas pero residen en otro
losóficos (liberalismo, marxismo) y en las grandes declara- lugar del globo; (2) las que se han manifestado aproxima-
ciones de los Derechos del Hombre. En todos estos sis- damente en el mismo espacio, pero la han precedido en el
temas se proclama la igualdad natural entre todos los hom- tiempo; aquellas (3), por último, que han existido a la vez
bres, la fraternidad y el respeto mutuo en el cual deben en un tiempo anterior al suyo y en un espacio diferente de
convivir. Es la actitud típica del relativismo cultural. Pero aquel donde ella reside (1979: 312).
esa proclamación de igualdad puede resultar abstracta en
los hechos ya que puede descuidar o negar la diversidad Será la crítica a la forma en que el evolucionismo ha
(¿igualdad respecto a qué?), al olvidar que el hombre “no dado cuenta de estas tres categorías, la que permitirá a
realiza su naturaleza en una humanidad abstracta, sino en Lévi-Strauss avanzar otro paso en las respuestas que busca
culturas tradicionales”. La igualdad es relativa. Proclamar y redefinir la noción de progreso.
17 Lévi-Strauss agrega: “Esta definición puede parecer sumaria cuando se tienen en mientes las inmensas conquistas del darwinismo. Pero éste no
está en cuestión, pues el evolucionismo biológico y el seudoevolucionismo que aquí consideramos son dos doctrinas bien diferentes. La primera
nació como una vasta hipótesis de trabajo, fundada en observaciones en las que la parte dejada a la interpretación es sumamente pequeña. [...] La
noción de evolución biológica corresponde a una hipótesis dotada de los más elevados coeficientes de probabilidad que puedan encontrarse en el
dominio de las ciencias naturales; en cambio, la noción de evolución social o cultural no aporta, a lo más, sino un procedimiento seductor, pero pe-
ligrosamente cómodo, de presentación de los hechos” (1973: 311).
68
Constructores de Otredad
18 Y pone como ejemplo el esquema de edades sucesivas: edad de la piedra tallada, de la piedra pulida, del cobre, del bronce, del hierro, “sospechamos
hoy en día que el pulimento y el tallado de la piedra han coexistido a veces; cuando la primera técnica eclipsa completamente a la segunda, no es
como resultado de un progreso técnico espontáneamente brotado de la etapa anterior, sino como una tentativa de copiar, en piedra, las armas y los
útiles de metal que poseían civilizaciones, más “adelantadas” sin duda, pero de hecho contemporáneas de sus imitadores. A la inversa, la alfarería,
que se creía solidaria de la “edad de la piedra pulida”, está asociada al tallado de la piedra en algunas regiones del norte de Europa (1979:316).
19 Más adelante concluye: “O sea que el progreso nunca es más que el máximo de progreso en un sentido predeterminado por el gusto de cada quien”
(1979:332).
69
Capítulo 2. La construcción del otro por la diversidad
condición necesaria para el progreso humano (de la huma- Los mecanismos de construcción
nidad o de la civilización mundial): sin ella éste no exis- de la diversidad II
tiría. Las sociedades diferentes, lejos de estar en un grado En Lévi-Strauss los mecanismos de construcción del otro,
distinto de progreso, como lo planteaban los evolucio- los mecanismos de cognición, son los mismos que encon-
nistas, son parte de ese progreso. Si la humanidad progresó tramos en el funcionalismo: el con como presencia y el con
se debió a: pero distinto. No obstante, hay algunas especificaciones
el aporte que realizó cada cultura, que no fue un aporte que realiza Lévi-Strauss. Para éste, al igual que para Mali-
fragmentado (un elemento aislado) sino que aportó su nowski:
particularismo. Ese particularismo consiste en el modo
original en el que cada cultura agrupa, conserva, excluye, [...] no existe principio general o proceso deductivo que
elementos que le permiten responder o resolver problemas permita anticipar los acontecimientos contingentes de que
que son “aproximadamente los mismos para todos los se compone la historia de cada sociedad, los caracteres
hombres pues todos los hombres, sin excepción, poseen particulares del medio que la rodea, los imprevisibles sig-
lenguaje, técnicas, arte, conocimientos positivos, creencias nificados que escoge para dar a tal o cual acontecimiento
religiosas, organización social, económica, y política”. La de su historia, tal o cual aspecto de su hábitat, entre todos
“dosis” (la medida) en que cada cultura utiliza estos ele- aquellos que ella hubiera podido retener para conferirles
mentos no es la misma para todas. Estas opciones pueden un sentido (1984:126).
pasar desapercibidas para las otras culturas. Por lo tanto, el
aporte de cada cultura al progreso de la humanidad (civili- Y de igual modo, la cultura de una sociedad conforma
zación) no “consiste en la lista de sus invenciones particu- un sistema, una totalidad organizada de conductas, moti-
lares sino en la separación diferencial que exhiben entre vaciones, juicios implícitos, etc. Pero este sentido no im-
ellas”. plica finalidad ni mucho menos identidad con las catego-
al modo en que se relacionaron las culturas: “coali- rías de nuestra sociedad. Para Lévi-Strauss “sentido” es si-
ción”. Fue la “coalición” la que hizo posible el progreso y nónimo de “significación”, y la cultura “elige” de manera
consiste en hacer comunes probabilidades que cada cul- inconsciente qué retener y qué desechar para otorgarle sig-
tura encuentra en su desarrollo histórico y el aporte ha nificado:
sido más fecundo cuanto más diversificación hubo entre
culturas: Cada cultura representa un caso único al que es preciso
consagrar la más minuciosa de las atenciones para poder,
La probabilidad que tiene una cultura de totalizar este en principio, describirla, y a continuación tratar de com-
conjunto complejo de invenciones de todo orden que lla- prenderla. Solamente un examen semejante revela cuáles
mamos una civilización es función del número y de la di- son los hechos y los criterios, variables de una cultura a
versidad de las culturas con las cuales participa en la ela- otra, en virtud de los que cada una escoge ciertas especies
boración –las más veces involuntaria– de una estrategia animales o vegetales, ciertas sustancias minerales, ciertos
común (1979: 333). cuerpos celestes y otros fenómenos naturales, para dotarlos
de una significación y disponer en forma lógica un con-
Pero esto plantea una paradoja ya que al conformar junto finito de elementos. [...] Cada cultura constituye en
coaliciones se produce, a la larga, una homogeneización de rasgos definitivos solamente algunos aspectos de su medio
las culturas y, por lo tanto, se pierde la diversidad. La hu- natural, pero nadie puede predecir cuáles ni para qué
manidad se ha visto constantemente frente a estos dos pro- fines. Además, los materiales brutos que el medio natural
cesos contradictorios, uno que tiende a la unificación (ho- ofrece a la observación y a la reflexión son a la vez tan
mogeneización) y otro a la diversificación. Pero ha encon- ricos y tan diversos que, de todas esas posibilidades, el pen-
trado “remedios” a esta paradoja provocando procesos de samiento sólo es capaz de aprehender una parte. Éste se
diferenciación, sea estableciendo separaciones diferen- sirve de ellos para elaborar un sistema entre una infi-
ciales dentro de cada sociedad (creando desigualdad como nidad de otros igualmente concebibles; nada reserva a
por ejemplo en el capitalismo), sea introduciendo nuevos uno cualquiera de entre los demás un destino privilegiado
participantes en la coalición (de modo compulsivo como (1984:79).
en el imperialismo o el colonialismo), o introduciendo re-
gímenes políticos y sociales antagónicos (su ejemplo: los La tarea del antropólogo, del etnógrafo, sería la de re-
“bloques” socialistas/capitalistas). construir ese camino. Y en ese sentido, para Lévi-Strauss al
70
Constructores de Otredad
igual que para Malinowski, la antropología es, primero, otros, es decir, lo relativiza pero lo lleva más allá inclu-
una ciencia empírica y el antropólogo un viajero que se yendo la mirada desde donde se mira al otro. De este
desplaza en la contemporaneidad de su tiempo. Pero éste modo el referente se torna consciente y además crítico. La
no es el único viaje que realiza el antropólogo, el otro viaje otredad aparece, tal vez por primera vez como “cons-
recomienza cuando “regresa”. Cuando para Malinowski el truida” por el Nosotros.
viaje termina podemos decir que para Lévi-Strauss recién El segundo elemento que está presente en la construc-
comienza. Se deben realizar dos operaciones más. En ción del otro en Lévi-Strauss y que está ausente en Mali-
primer lugar, intentar responder ¿por qué los criterios de nowski es la reflexión sobre la relación entre las culturas y
selección y las cosas seleccionadas varían de una cultura a su aporte al progreso. Pero además, y de forma funda-
otra? Encuentra así que algunos elementos idénticos han mental, se enuncia la existencia de un tipo de relación par-
sido retenidos en una o más culturas por razones diferentes ticular. Hay varias actitudes posibles en la relación entre
y, a la inversa, algunos elementos diferentes entre sí de- culturas, pero hay un caso en el cual:
sempeñan a veces la misma función. Es decir, cada cultura
se constituye en rasgos diferentes. Para Lévi-Strauss, el La situación se hace completamente diferente cuando la
viaje del antropólogo continúa cuando aplica la compara- noción de diversidad reconocida por ambas partes, es sus-
ción entre culturas. En segundo lugar, transforma la expe- tituida en una de ellas por el sentimiento de su propia su-
riencia de la otredad en modelos, es decir, “en sistemas de perioridad, fundado sobre relaciones de fuerza, y cuando
símbolos que resguardan las propiedades características de el reconocimiento positivo o negativo de la diversidad de
la experiencia, pero que a diferencia de ésta tenemos el las culturas da paso a la afirmación de su desigualdad
poder de manipular”. (1984:25).
Dos elementos más a tener en cuenta respecto a la dife-
rencia entre Lévi-Strauss y Malinowski. En Malinowski, el Estas reflexiones en torno a las relaciones de desi-
Nosotros se relativiza porque pasa a ser un Orden posible gualdad están presentes en los trabajos de Lévi-Strauss
entre otros, pero no desaparece sino que se torna como re- sobre la diversidad pero no fueron desarrolladas en un mo-
ferente, como un punto donde se mira y se llena al Otro. delo teórico explicativo del por qué de esa desigualdad.
En Lévi-Strauss, el Nosotros es un orden posible entre
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México, Siglo XXI, 1979.
71
Constructores de Otredad
Capítulo 3:
La construcción del otro por la desigualdad
95
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
Sólo por la importancia que tuvo para Occidente el se- cada posteriormente, no podía ser aplicada de modo di-
gundo proceso, el de descolonización, se produjeron cam- recto a los nuevos problemas. A los intentos teóricos que
bios en la mirada sobre el otro que tenía Occidente, y espe- hubo en la década del sesenta y setenta para ajustar el mar-
cíficamente, la mirada que tenía la antropología sobre las xismo a estos “nuevos” problemas se los denominó con el
“otras” culturas. Es decir, la práctica de la antropología do- término genérico de “neomarxistas”.
minante también se transformó. Y esa transformación
tuvo como punto de partida la crítica a las teorías que pos- El neomarxismo en Antropología
1
tulaban la diversidad cultural: Con el neomarxismo, el objetivo de la Antropología
cambió. La propuesta fue la de estudiar los procesos so-
—Las teorías elaboradas hasta la Segunda Guerra Mun- ciales, económicos, políticos y culturales que condujeron,
dial, ponían en primer lugar el relativismo cultural rei- de la mano de Occidente, a la transformación de las socie-
vindicando el respeto por el otro cultural (la crítica al dades “primitivas”.
evolucionismo los llevó a postular la equivalencia entre Suponía poner la mirada sobre otro tipo de “uni-
culturas) pero no reconocían la relación desigual que dades”, ya no sobre la sociedad “primitiva” aislada que
vinculaba a esas culturas con Occidente: “El relativis- presuponía la teoría funcionalista, sino en los siguientes
mo cultural naufraga, finalmente, por apoyarse en una problemas:
concepción atomizada y cándida del poder: imagina a
cada cultura existiendo sin saber nada de las otras, —las características de las sociedades no occidentales an-
como si el mundo fuera un vasto museo de economías tes de la situación colonial: en este caso la pregunta era
de autosubsistencia cada una en su vitrina, imperturba- ¿tenía razón el funcionalismo al describirlas como tota-
ble ante la proximidad de las demás, repitiendo invaria- lidades funcionales, equilibradas o era necesario re-
blemente sus códigos, sus relaciones internas” (García constituirlas como totalidades jerarquizadas, en las
Canclini, 1982:37). cuales existían relaciones de dominación?;
—Aun en los casos en que se ponía el acento en la relación —las características de Occidente cuando entró en “rela-
entre culturas como el elemento distintivo de la diver- ción”: ¿cuáles eran los componentes fundamentales de
sidad, al introducir el relativismo a través de considerar Occidente que podían explicar el modo que tomó la re-
que la distinción es relativa a quien está observando lación?;
(como en el caso de Lévi-Strauss) dejaron de lado la si- —las relaciones particulares que se establecieron con el
tuación de dominación que encerraba esa relación, de contacto, por ejemplo, determinados países occiden-
la cual el propio observador era parte.L tales con determinadas culturas no occidentales, las
—La mayor parte de las teorías antropológicas domi- distinciones entre unos y otros ¿implicaba diferencias
nantes negaban la posibilidad de tener en cuenta el en la relación?;
cambio y la historia en las sociedades “primitivas”. —las modificaciones que esa relación había sufrido (del
momento colonial al postcolonial) y las modificaciones
En una palabra, las teorías elaboradas hasta ese mo- que ese cambio produjo en cada sociedad no occi-
mento no podían dar cuenta de las transformaciones que dental: ¿permiten comprender los cambios actuales?
estas sociedades habían sufrido. Por lo tanto hubo que
modificar la óptica desde donde se veía el problema y en- Sintetizando, se establecieron dos unidades de análisis:
contrar nuevas teorías. Los supuestos con los cuales estas una al interior de una sociedad particular (ya sea en socie-
transformaciones fueron encaradas, llevaron necesaria- dades aún “primitivas” o en las nuevas sociedades com-
mente a buscar una explicación posible en una teoría que plejas) donde el interés estaba puesto en la existencia de
justamente tenía una explicación sobre Occidente y sobre desigualdades sociales, en establecer si esas desigualdades
su relación con las sociedades no occidentales: el mar- eran semejantes o diferentes a las que caracterizaban a las
xismo (materialismo histórico). No obstante, esta teoría sociedades capitalistas occidentales. La pregunta generali-
tal como había sido formulada en su momento y modifi- zada dentro de estas teorías fue ¿qué tipo de modo de pro-
1 Con este término generalizamos las posiciones de una variedad de autores que a lo largo de las décadas del ‘60 y del ‘70 publicaron numerosos tra-
bajos tanto en antropología como en las ciencias sociales en general. No se debe por lo tanto entender que ha habido una teoría homogénea, por el
contrario, encontramos diferentes posturas que incluso polemizan entre ellas. Para desarrollar este punto y acotarnos a los conceptos que nos inte-
resan en función de nuestro problema, nos centramos básicamente en los trabajos de tres autores: Balandier (1973, 1994), Godelier (1977, 1979,
1991) y García Canclini (1981,1982, 1984, 1986).
96
Constructores de Otredad
ducción es (o era) tal o cual sociedad? La otra en la relación cepto que más se acercaba a él era el concepto de ideología.
entre sociedades capitalistas y no capitalistas, es decir, en la La segunda operación consistió en revisar los postulados
vinculación entre modos de producción distintos y el in- que la teoría enunciaba sobre la ideología y “adaptarlos” al
terés en el efecto y consecuencia de la expansión de las rela- concepto de cultura: 3
ciones de desigualdad social que caracterizan a la relación
2
entre sociedades capitalistas y no capitalistas. 1. El primer paso consistió en establecer la ubicación que
En una primera instancia, entonces, los conceptos cen- la ideología, en tanto instancia, tenía en la totalidad social.
trales derivados de la teoría de los modos de producción y Marx ya había ubicado esa instancia en su idea de so-
de su articulación fueron los ejes centrales de las nuevas ex- ciedad, idea vinculada con el concepto de modo de pro-
plicaciones antropológicas. Pero esos conceptos ¿agotaban ducción capitalista:
la explicación sobre la desigualdad cultural dentro de so- —Un modo de producción se define por la relación entre
ciedades occidentales, no occidentales u occidentalizadas, los hombres y los medios de producción y por la rela-
o las desigualdades entre culturas? Para algunos neomar- ción de los hombres entre sí.4 En un nivel, la relación
xistas, la respuesta fue “no” y elaboraron teorías alterna- hombre-medios-objetos de trabajo conforma lo que se
tivas cuyo eje era la vinculación de tres conceptos: deter- denomina con el término “fuerzas productivas” (que
minación, dominación y hegemonía con el concepto clave tal vez pueda verse como la base tecnológica de que dis-
del análisis antropológico: el de cultura. pone una sociedad, como la forma de organizar los me-
dios de trabajo). Pero la relación hombres-medios es
El concepto de cultura: una primera también una relación de producción, relación que se-
definición gún Marx es “necesaria e independiente” de la volun-
El concepto de cultura “tradicional” utilizado por la An- tad de los hombres, y que se expresa jurídicamente en
tropología presentaba un problema: tendía a englobar una relación de propiedad de los medios (formas defi-
“todas las instancias y modelos de comportamiento de una nidas de posesión de los medios).5
formación social –la organización económica, las rela- —En el denominado modo de producción capitalista,
ciones sociales, las estructuras mentales, las prácticas artís- esta relación de propiedad es una relación de propiedad
ticas, etc.– sin jerarquizar el peso de cada una.” (García privada de los medios de producción y esta apropiación6
Canclini, 1982:41). La primera operación consistió en se- privada está determinando la existencia de dos ti-
parar “sociedad” (formación social) de “cultura”. La so- pos-clases de hombres: aquellos que son propietarios
ciedad fue considerada como una totalidad conformada de los medios y aquellos que no son propietarios. Estas
por instancias interdependientes y jerarquizadas. La cul- relaciones de producción, que se expresan jurídica-
tura era vista como una instancia o dimensión de la tota- mente en relaciones de propiedad y que determinan la
lidad social determinada por otras instancias. existencia de dos clases de hombres (propietarios-no
Ahora bien, dentro de las teorías marxistas tradicio- propietarios), son también relaciones de explotación
7
nales, el concepto de cultura no tenía ese sentido. El con- (entre capital y trabajo) y son también fuerzas sociales
2 Así, para Balandier “[...] nuestra época puede caracterizarse por la urgencia y la agudeza de dos tipos de problemas que se plantean simultáneamen-
te a las naciones dominantes: los que están vinculados con las presiones que ejerce el proletariado y las clases desposeídas y los que se originan como
consecuencia del ‘ascenso’ de los pueblos colonizados o dependientes, [...] problemas planteados por el proletariado ‘interior’ y ‘exterior’ con su
reacción frente a la dominación que sufre y con sus luchas ‘por el reconocimiento’” (1973:15).
3 En este punto seguimos el razonamiento que García Canclini desarrolla en Ideología y Cultura (1984). También tuvimos en cuenta los siguientes
trabajos: Cultura y Sociedad (1981); Las culturas populares en el capitalismo (1982) y Desigualdad cultural y poder simbólico (1986).
4 Gracia Canclini se basa en el Prólogo a la Contribución a la crítica de la Economía Política. La versión en español que nosotros utilizamos es de Cua-
dernos Pasado y Presente, Buenos Aires, 1984.
5 En un párrafo Marx sintetiza claramente la relación entre fuerzas productivas y relaciones de producción y el modo en que se producen los cambios
de modo de producción: “En un estadio determinado de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción
con las relaciones de producción existentes o –lo cual sólo constituye una expresión jurídica de lo mismo– con las relaciones de propiedad dentro
de las cuales se habían estado moviendo hasta ese momento. Esas relaciones se transforman de formas de desarrollo de las fuerzas productivas en
ataduras de las mismas. Se inicia entonces una época de revolución social.” (1984:67).
6 El término apropiación sintetiza tres operaciones o sentidos relacionados. El primero señala el despojo: alguien le saca algo a otro. El segundo mar-
ca la exclusión, la apropiación implica que ese otro despojado “no tenga” y por eso queda excluido. El tercer sentido indica el control, la apropia-
ción implica que se controle tanto el “objeto” apropiado como la relación instituida con el otro despojado.
7 El capital introduce en la sociedad la lógica de una relación que será fundamental que es la de explotador / explotado. En esa relación, el proleta-
riado es la clase social explotada. La condición de esa explotación se localiza en el mercado cuando la fuerza de trabajo se torna en mercancía y se
consuma en la producción al prolongarse la jornada más allá del tiempo de trabajo necesario (plusvalía).
97
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
(burguesía-proletariado) antagónicas que se enfrentan 2. El segundo paso fue el de establecer qué se entiende por
en “lucha”. “ideología” en las teorías clásicas. Y aquí se presentaron al-
—Las clases sociales, para Marx, se establecen en las rela- gunos problemas. Para García Canclini, las dificultades ra-
ciones de producción. Estas relaciones (junto a las fuer- dicaban en las implicancias que surgían de la definición
zas productivas) tienen una ubicación en su idea de tradicional del término. La ideología era definida como:
sociedad. En sus propias palabras: “La totalidad de esas
relaciones de producción constituye la estructura eco- —un sistema formalmente articulado de ideas y de repre-
nómica de la sociedad, la base real sobre la cual se alza sentaciones, lo cual implica que se piense en algo espi-
un edificio jurídico y político, y a la cual corresponden ritual que aparece separado de toda forma material,
determinadas formas de conciencia social” (Marx, que se piense que esas ideas están en la mente, en el es-
1984:67). Pero esas relaciones no sólo tienen una ubi- píritu de los hombres y que, a veces, toman forma ma-
cación sino que también tienen un “poder”, el de “de- terial (por ejemplo, en los libros), pero esa
terminar el proceso social, político e intelectual de la materialidad es secundaria. Se produce así una distin-
8
vida en general”. Esta famosa metáfora del edificio nos ción entre lo material (lo real) y lo simbólico (la repre-
10
muestra una sociedad conformada por dos partes: una sentación).
estructura9 (fuerzas productivas/relaciones de produc- —que cumple sólo la función de encubrir, deformar y
ción) sobre la cual se construye un edificio (superes- mistificar la realidad, es decir, que estas ideas repre-
tructura): “las formas jurídicas, políticas, religiosas, sentan de forma distorsionada lo que sucede en la rea-
artísticas o filosóficas, en suma ideológicas, dentro de las lidad objetiva, en la base/estructura de la sociedad.
cuales los hombres toman conciencia [...]” (Marx, —la expresión de la clase dominante (la “ideología bur-
1984:67) de lo que sucede en la estructura. La relación guesa”) por lo que se deja afuera las representaciones
entre estas dos partes –estructura/superestructura– es de las otras clases. Es la burguesía la que aparece cons-
una relación de determinación: la estructura o base truyendo “naturalmente” esa expresión a su antojo
“determina” lo que sucede en la superestructura. De tal con la exclusión de las otras clases. En palabras de
modo que la base desempeña un rol primario, en el Canclini, la ideología aparece como: “la elaboración
sentido de que los cambios en la base económica de la más o menos autónoma con que una clase se explica
sociedad conducen (determinan) los cambios, las sus condiciones de vida” (1984:12).
transformaciones, en el otro nivel. —está determinada de manera “causal, mecánica y uni-
—Para Marx, en este texto, la ideología es una forma de direccional” por la base-estructura. Así la ideología
conciencia social, es el modo en que los hombres to- sólo puede transformarse con cambios en la base ma-
man conciencia de lo que sucede en la base, se hacen terial y en tanto instancia de la totalidad social no tie-
conscientes de las relaciones de producción que según ne ningún peso propio ni participa en la
Marx son necesarias e independientes de la voluntad de conformación ni en la reproducción de esa totalidad.
los hombres.
El esquema que surge de esta descripción podría sinte- Estas implicancias que connotan la definición de ideo-
tizarse del siguiente modo: logía, la hacen poco útil para explicar las desigualdades
SUPERESTRUCTURA
formas ideológicas/culturales
formas jurídicas/políticas (poder simbólico)
BASE/ESTRUCTURA
Determinación
8 Marx concluye: “No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino, por el contrario es su existencia social lo que determina su con-
ciencia.” (1984:66).
9 En diferentes traducciones, el término “estructura” es reemplazado por “base” o “infraestructura”.
10 Si bien el Estado, el derecho, etc. son formas ideológicas, se distinguen (en un primer momento) de la ideología propiamente dicha porque estas
formas han tomado “forma”, están objetivadas en instituciones mientras que la forma propiamente ideológica remite siempre a un sistema de
ideas y de representaciones.
98
Constructores de Otredad
“culturales”, ya que toda desigualdad se genera “única- El poder que se denomina hegemónico es un poder que
mente” en la estructura. Para dar cuenta de la desigualdad se puede denominar “sutil”, simbólico o cultural. Es defi-
cultural fue necesario repensarla como instancia (se llame nido como un proceso de dirección política-ideoló-
ideológica o cultural) y dotarla de algún tipo de atributo gica-cultural, en el cual una clase o sector en alianza con
que connotara “poder”, es decir, que fuese una instancia otras clases (en un complejo entrelazamiento de fuerzas)
que generara por sí misma desigualdad, y que tuviera un logra una apropiación diferencial de las instancias de
peso respecto de esa totalidad social. poder, admitiendo espacios donde los grupos subalternos
(no hegemónicos) desarrollan sus prácticas indepen-
El concepto de hegemonía dientes. Este proceso (lucha):
Para que la cultura aparezca como una instancia que re-
produce a la totalidad y a su vez puede sobredeterminar a —constituye todo un cuerpo de prácticas y expectativas
las otras instancias, es necesario que la cultura pueda en relación con la totalidad de la vida social, de tal ma-
ejercer por sí misma un “poder”, una fuerza. Ese poder es nera que constituye todo aquello que nos parece pro-
el poder hegemónico.11 ducto del sentido común (lo natural y lo dado) y afecta o
El punto de partida es la separación que realiza satura a la totalidad de la vida social: produce el sentido
Gramsci entre dos modos de dominación: la coercitiva y o los significados.
la hegemónica. Ambos son modos de dominación pero —actúa a través del consenso: no puede ser impuesto de
basados en formas distintas de control. En la domina- modo coercitivo sino que tiene que ser aceptado
ción propiamente dicha, el control es político y directo, (consentido) por parte de los grupos o clases no hege-
y se ejerce a través de la coerción y, en ultima instancia, mónicas y en ese sentido tiene que ser un poder legiti-
a través del recurso a la violencia física. En una sociedad mado.
capitalista moderna el control monopólico de ese re- —logra la dominación pero nunca de manera total y defi-
curso lo tiene el Estado y no directamente la clase explo- nitiva, necesita ser renovado, recreado, defendido y mo-
tadora.12 Pero ni este poder, el coercitivo, ni el poder dificado porque es también permanentemente resistido,
propiamente económico que deriva de la relación de ex- limitado, alterado y desafiado por fuerzas contrahege-
plotación, son suficientes para mantener y reproducir el mónicas o hegemonías alternativas,
sistema social: —puede ser comprendido históricamente y sólo analítica-
13
mente puede ser entendido como un sistema.
La propiedad de los medios de producción y la capacidad
de apoderarse del excedente es la base de toda hegemonía. Al introducir esta noción de hegemonía en tanto poder
Sin embargo, en ninguna sociedad la hegemonía de clase simbólico, se introduce una nueva diferenciación entre
puede sostenerse únicamente mediante el poder econó- clases de hombres. A la diferenciación económica que
mico. En el otro extremo de la competencia económica en- marcó dos clases de hombres: explotadores/explotados
contramos los mecanismos represivos que, mediante la vi- (que tiene como base la apropiación desigual de los me-
gilancia, la intimidación o el castigo, garantizan –como dios de producción de la vida material) se le sumó la dife-
último recurso– el sometimiento de las clases subalternas. renciación política que separa otras dos clases de hombres:
Pero se trata de un último recurso. No hay clase hegemó- dominantes/dominados (cuya base es la apropiación desi-
nica que pueda asegurar durante largo tiempo su poder gual de los medios para ejercer la violencia física), y ahora
económico sólo con el poder represivo. Entre ambos aparece una tercera diferenciación, la hegemónica, simbó-
cumple un papel clave el poder cultural (García Can- lica o cultural que determina otras dos clases de hombres:
clini, 1981:35). hegemónicos/subalternos (y cuya base es la apropiación
desigual de los medios para producir sentido). La cultura,
ya no es sólo “producción de sentidos”, es producto del
11 Esta noción es tomada de los escritos de Gramsci, quien utilizó este término para mostrar que el Estado moderno dominaba no sólo por el mono-
polio del uso de la fuerza física sino porque ejercía también el poder hegemónico, que implica consenso y legitimación. Pero siguiendo a Gracia
Canclini, tomaremos la interpretación que de esa noción realiza R. Williams en su libro Marxismo y Literatura (1980). Este autor utiliza el mismo
concepto pero para la instancia netamente ideológica.
12 El Estado en tanto institución se apropió, en los tres sentidos que plantemos en la nota 9, de los recursos que le permiten ejercer la violencia física.
13 Es importante recalcar que esta relación es fundamentalmente un proceso. Williams, insiste mucho sobre este punto: “excepto desde una perspec-
tiva analítica, no es un sistema o una estructura.” (1980:134).
99
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
modo en que se relacionan las clases hegemónicas y subal- el espacio (ámbito, instancia) donde dicho proceso se va
ternas, es también instrumento en la lucha (o el proceso) dando. Siguiendo el esquema anterior, podríamos su-
por la hegemonía (poder simbólico) y es al mismo tiempo poner que el mismo toma ahora la siguiente forma:
SUPERESTRUCTURA
Dominación Hegemonía
formas ideológicas/culturales
formas jurídicas/políticas
(poder simbólico)
BASE/ESTRUCTURA
Pero, al existir una lucha por la hegemonía (“en base una sola determinación, sino de modalidades distintas de
a una relación entre homogeneidad y diferenciación, determinación.
entre creación de consenso y creación de nuevas formas En primer lugar, la relación entre fuerzas productivas
de distinción”) se van admitiendo espacios donde los caracteriza a la base/ estructura y a sus determinaciones
grupos dominados, subalternos pueden desarrollar internas, pero también afecta a la totalidad de los dis-
prácticas independientes y no siempre funcionales para tintos niveles de una sociedad y al tipo de articulación
el sistema.14 que existe entre ellos. Es decir, la determinación estruc-
Ahora bien, con el concepto de poder hegemónico se tural implica que la relación existente entre un cierto tipo
restituye a la cultura como una instancia dentro de la tota- de fuerzas productivas y un cierto tipo de relaciones de
lidad social con un poder propio. Pero, ¿en qué medida producción, produce (u origina) efectos sobre la superes-
puede “actuar” sobre las otras instancias de esa totalidad? tructura (que contiene dos niveles o instancias: la jurí-
¿Puede “sobredeterminar” la base sobre la cual está asen- dico-política y la ideológica). La superestructura está
tada? Para responder estas preguntas es necesario remi- afectada por la estructura y ella es su condición de exis-
tirnos a la “determinación” y a un concepto que la amplía, tencia.16 En segundo lugar, las relaciones de producción
el de “causalidad estructural”. (el modo en que se vinculan los agentes y los medios de
producción) tornan necesaria la existencia de una deter-
La noción de causalidad estructural minada superestructura para asegurar su perpetuación
15
El concepto de causalidad estructural es considerado, (su reproducción). Por esa razón, la superestructura
junto con el de hegemonía, como el dispositivo clave que asume un rol dominante ya que perpetúa el modo de pro-
“revolucionó” a la teoría marxista en los años sesenta. Es ducción; la vuelta de la superestructura sobre la estruc-
un concepto acuñado por Althusser para designar la vin- tura permite la reproducción de las condiciones de posi-
culación entre causalidad y determinación: la determina- bilidad de la estructura. A ese efecto se le da el nombre de
ción no es ejercida por una causa eficiente, sino por una eficacia: determinada estructura “necesita” de determi-
relación estructural sobre los diferentes niveles de una to- nada superestructura para perpetuarse por lo tanto, la su-
talidad social. perestructura cumple una función dentro de la totalidad
Esa totalidad social está enteramente estructurada por social y la puede seguir cumpliendo en la medida en que
la unidad específica entre fuerzas productivas y relaciones sea eficaz, que demuestre eficacia en el cumplimiento de
de producción. Se combinan así las nociones de estructura su función. Sólo así la superestructura se torna domi-
y de causalidad para dar cuenta de la existencia ya no de nante.
14 Para García Canclini, ese poder cultural está condensado en aparatos culturales: “en el capitalismo, son principalmente la familia y la escuela pero
también los medios de comunicación, las formas de organización del espacio y del tiempo; todas las instituciones y estructuras materiales a través
de las cuales circula y se produce el sentido” (1981:38).
15 Este término ha sido definido y utilizado por numerosos autores, principalmente franceses. Nosotros vamos a seguir trabajando con las definicio-
nes dadas por García Canclini, Godelier.
16 Para algunos neomarxistas, Marx ya implicaba estas relaciones de determinación que especifican la existencia y la posición de las otras instancias de
la totalidad social, aunque su intención principal fue la de mostrar el efecto principal de “la determinación en ultima instancia”.
100
Constructores de Otredad
Sobre un plano analítico, la estructura determina una rrespondería al de una causalidad recíproca: el efecto estruc-
forma específica de superestructura, pero esa forma asume tural presupone la causa, torna posible su existencia como
un rol dominante porque ella perpetúa el modo de produc- causa y hace “necesario” el efecto, lo hace dominante. Para
ción, al permitir la reproducción de las condiciones de posibi- este último sentido se utiliza el término de sobredetermina-
lidad de esta determinación. En consecuencia, la noción de ción. La necesariedad implica “reproducción”.
causalidad estructural se despliega en dos sentidos. Un sen- El esquema inicial sufre otra modificación a partir del
tido correspondería a la determinación en última instancia concepto de causalidad estructural. Podemos pensar que
de la estructura sobre la superestructura. El otro sentido, co- tomaría en definitiva la siguiente forma:
SUPERESTRUCTURA
Dominación Hegemonía
formas ideológicas/culturales
formas jurídicas/políticas
(poder simbólico)
relaciones de producción/fuerzas productivas
explotación
BASE/ESTRUCTURA
Esta necesariedad implica, en algunas de las vertientes sociales precapitalistas.Y en lugar de ver en las relaciones
del marxismo, sólo al nivel jurídico-político que toma la de parentesco un elemento de la superestructura que per-
forma del Estado moderno. El nivel ideológico, que mite la perpetuación de ciertas condiciones de produc-
cumple sólo una función secundaria, no es la condición de ción, Godelier sugiere considerar esas relaciones de paren-
la existencia directa de las relaciones de producción. Así, tesco como estructuras plurifuncionales comunes a la es-
las formas de dominación política son “condición de posi- tructura y a la superestructura.
bilidad” de las relaciones de producción y las formas de Su supuesto es que la sociedad está dividida en niveles
dominación ideológica son sólo un complemento de “pri- o estructuras y que existen relaciones de orden entre los di-
mera importancia”. En el caso de las sociedades sin clases, ferentes niveles: no todos tienen el mismo nivel porque no
las relaciones de producción no apelan más que a una su- cumplen la misma función. Es decir que entre niveles
perestructura ideológica, es decir a un sistema de represen- existe una jerarquía de distinciones funcionales. No hay
tación que reflejan las relaciones imaginadas por los indi- que prejuzgar el número de funciones que cumple una es-
viduos de sus condiciones reales de existencia. Este punto tructura ni el tipo de funciones que cubren las distintas es-
es el que puso en duda Godelier (entre otros antropólogos tructuras. La causalidad entonces puede darse entre es-
marxistas) introduciendo el problema de las sociedades tructuras (por ejemplo, la base material “causa o deter-
precapitalistas en el campo de la discusión sobre los modos mina” a la estructura demográfica y ésta a la estructura de
de producción en relación con la noción de causalidad es- parentesco) o dentro de una estructura (por ejemplo,
tructural. dentro de la estructura de parentesco, las relaciones de
Godelier propone otra lectura de Marx paralela en el alianza “causan o determinan” las relaciones de filiación).
tiempo pero distinta en cuanto a la interpretación de la de En las sociedades sin clases, las sociedades “primitivas”,
Althusser.17 Su punto de partida es preguntarse sobre las las relaciones de parentesco están presentes en la base-es-
razones del dominio del parentesco en ciertas formaciones tructura ya que regulan el acceso de los grupos e indivi-
17 El trabajo de Godelier presenta dos momentos. En un momento, durante la década del sesenta, se esfuerza en construir un dominio de validez para
los conceptos y métodos de una antropología marxista a partir del estudio de múltiples casos y analizando la diversidad de modos en que opera la
causalidad estructural en sociedades totalmente diferentes. En un segundo momento, están sus trabajos sobre su propia experiencia con los Baruya
de Nueva Guinea y en ellos analiza los conceptos elaborados anteriormente.
101
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
duos a las condiciones de producción y a los recursos; y García Canclini, llamando así a toda producción de sen-
también están presentes en la superestructura, ya que son tido que es al mismo tiempo material y simbólica y que re-
el marco social de las actividades políticas y rituales y son presenta y reproduce la realidad, las estructuras materiales,
también la base del esquema ideológico. Así, las relaciones un sistema social. Para este autor, esa producción:
de parentesco aparecen como dominantes, es decir con- —es considerada como “elaboración, reelaboración de
trolan a las otras estructuras. Pero esa dominación es po- productos” (materiales o simbólicos). Estos productos
sible sólo porque funcionan como relaciones de produc- pueden ser representaciones, fenómenos (materiales y
ción. Para que una estructura sea dominante tiene que simbólicos), hechos, sentidos, significaciones,
funcionar como relaciones de producción, esto es, como la —cumple con la función de reproducir y a veces transfor-
instancia donde se produce, en una sociedad dada, la apro- mar la realidad (las estructuras materiales, un sistema
piación de bienes materiales o simbólicos. social),
En las formaciones sociales donde el parentesco es una —es producto del modo en que se relacionan las clases en
instancia dominante, la separación analítica entre estruc- la sociedad en un momento histórico dado, no sólo en la
tura y superestructura no revela, como en el modo de pro- producción material o económica sino en otros ámbitos
ducción capitalista, una distinción entre instituciones (el como, por ejemplo, en la distribución y el consumo,
aparato de producción de un lado y el aparato del Estado —está determinada estructural, reversible y multidirec-
del otro) sino una distinción entre las diversas funciones cionalmente por la base, “la base material determina
jerarquizadas que asumen en todas las instancias de la so- por múltiples conductos a la conciencia (cultura) y ésta
ciedad las relaciones sociales dominantes. Así, para Gode- sobredetermina dialécticamente, también en forma
lier la causalidad estructural es un tipo de determinación plural, a la estructura” (1984:14).
que debe ser probada para cada sociedad. El antropólogo
debe estudiar para cada caso en particular los efectos que Con esta definición la noción de cultura toma un lugar
tienen las relaciones de producción y de un determinado dentro de la totalidad social, el lugar que en las teorías más
nivel de desarrollo de las fuerzas productivas sobre otros tradicionales estaba reservado a la ideología; la instancia
niveles de la organización social. Para ello debe descubrir cultural es un espacio especifico dentro de la totalidad so-
los lazos internos (relaciones) entre la forma, las funciones cial, aquel espacio donde se produce sentido. El poder he-
y el modo de articulación de esas relaciones. En definitiva, gemónico, a través de la causalidad estructural, reproduce
debe contestar la siguiente pregunta: “¿en qué condiciones la “arbitrariedad” que deriva de la fuerza económica de la
y por qué razones tal o cual instancia asume las funciones clase dominante (explotadora) de un modo particular: in-
de relaciones de producción y controla la reproducción de culcando como necesaria y natural esa arbitrariedad, ha-
esas relaciones y por ello las relaciones sociales en su con- ciéndola percibir como la forma natural. Además, cumple
junto?” (1974:44). un papel fundamental en la reproducción de la totalidad
Siguiendo el razonamiento de Godelier, García Can- social y, si bien esa instancia está determinada por otras
clini saca dos conclusiones. La primera es que ya la ideología instancias (especialmente por las condiciones materiales
no es algo “exterior y ulterior” a las relaciones sociales: de existencia), aparece a veces “transformando” a las otras
“cualquier práctica es simultáneamente económica y sim- instancias.
bólica; a la vez que actuamos a través de ella nos la represen- Volviendo ahora a la desigualdad entre culturas (cul-
tamos atribuyéndole significado” (1984:12-13). En se- turas hegemónicas y subalternas), y la desigualdad dentro
gundo lugar, la ideología o la cultura como parte de la supe- de una cultura o de una sociedad (entre clases, sexos,
restructura y como cualquier otra forma de conciencia grupos, etc.), esas desigualdades ya no son producto de
mantiene con respecto a la base o a la estructura la relación
de causalidad estructural: está originada por la estructura
dominación hegemonía
pero a su vez la sobredetermina a fin de reproducirla.
(político) (cultural)
El concepto de cultura: una segunda
definición explotación
A partir de estas dos nociones, la de hegemonía y la de cau-
colonización descolonización
salidad estructural, la cultura, en tanto instancia de la tota-
lidad social, puede ser redefinida. Un ejemplo de esta re-
formulación es la definición de cultura que propone
102
Constructores de Otredad
“una” relación de dominación sino de tres. Esto se puede turales. Estas serían dos proposiciones fundamentales
graficar del siguiente modo: sobre las semejanzas culturales.
La reproducción no se realiza de manera igual en toda En segundo lugar, también podemos deducir algunas
la sociedad, sino que se realiza a través de una participa- proposiciones fundamentales sobre la desigualdad cul-
ción desigual de las distintas clases sociales, en las rela- tural:
ciones de producción, de distribución y de consumo. Una 1. Tanto la diversidad como la diferencia eran conside-
sociedad que está basada en un sistema desigual repro- radas como hechos empíricos constatables; en este
ducirá ese sistema desigual a través de maneras y formas caso, la desigualdad también es considerada una rea-
desiguales. En el caso de la desigualdad entre culturas, el lidad pero no está dada de manera “natural” sino
punto de partida histórico fue un proceso general de ex- como producto histórico coyunturalmente determi-
pansión económica, política y cultural del capitalismo que nado. Es un punto de partida, pero sobre todo un ele-
“tendió a apoderarse” de otras culturas mediante meca- mento a explicar.
nismos económicos y políticos (base de la “arbitrariedad”) 2. En los modelos anteriores, la diferencia expresaba dis-
pero, también, a través de la modificación de la totalidad tintos grados de evolución y la diversidad expresaba la
de la vida de los hombres, de la readaptación de “los há- heterogeneidad de las modalidades de la vida humana.
bitos de consumo, de sus creencias y de sus objetivos histó- En este caso, la desigualdad expresa (y es producto de)
ricos”, de la apropiación del espacio social donde los su- una relación de dominación.
jetos se representan lo que sucede en la sociedad, donde se 3. La dominación se funda en una apropiación desigual
da el conocimiento del sistema social, donde se piensan las de bienes materiales y simbólicos, una parte se apropia
relaciones materiales, donde se produce sentido (García de algo a expensas de otra. Esta apropiación genera re-
Canclini, 1984:22). Sin embrago, por más estable que esta laciones sociales asimétricas que toman formas di-
relación se presente, sea en una situación colonial o post- versas (entre sexos, entre parientes, entre clases so-
colonial, dentro o entre culturas, no aleja el conflicto. La ciales, entre sociedades) y que se expresan en formas
relación de dominación, incluso la hegemónica, es una re- culturales, económicas, políticas y sociales distintas.
lación conflictiva, en la cual encontramos consenso, adap- 4. La desigualdad se fundamenta en una relación de do-
tación, sometimiento, pero también resistencias, oposi- minación de algunos hombres, de algunos grupos y de
ciones por parte de los dominados. algunas sociedades sobre otros hombres, grupos y so-
ciedades. Esa relación tiene una estructura común,
La construcción del “otro” por la pero no hay idea de gradación sino de transformación:
desigualdad cada forma distinta es una transformación de esa es-
¿Podemos deducir mecanismos de construcción del tructura.
otro a partir de la desigualdad? Sí, teniendo en cuenta 5. En los otros dos modelos, la especificidad de una cul-
los otros dos modelos anteriores (por la diferencia y por tura se explicaba por ser parte atrasada de la propia o
la diversidad) y los supuestos básicos de la teoría que por su ordenamiento funcional diferencial. En este
acabamos de esbozar. modelo, la especificidad de una cultura se explica
En primer lugar, desde esta perspectiva, si existen se- como producto del modo particular que toman las re-
mejanzas entre culturas, las teorías funcionalistas o evo- laciones de dominación.
lucionistas no alcanzan a explicarlas. Así, la UPB
(unidad psicobiológica) del hombre, es un punto de Mecanismos de construcción del “otro
partida pero no una causa de las semejanzas. Tampoco desigual”
el origen común o las necesidades básicas comunes El con y sin están presentes de manera simultánea. En el
agotan la explicación de las semejanzas. Si existen modelo de la diferencia predomina el sin, en un sentido
formas culturales semejantes, pueden explicarse por dos de ausencia de atributos (“a tal cultura le falta...”) o de
vías: o por que hay una lógica común, una estructura despojo de atributos (“no tiene...”). En el modelo del
que compartieron siempre los hombres viviendo en so- “otro desigual” el sin aparece como despojo pero no
ciedad, un conjunto de relaciones comunes a todas las como consecuencia de un acto deliberado del obser-
culturas más allá del tiempo o del espacio; o porque son vador, del antropólogo, sino como un hecho objetivo
productos de un hecho histórico reciente –la expansión “producido” por los hombres cuando se relacionan en
de un tipo particular de cultura– que tiende a homoge- una sociedad o entre sociedades. Hay un despojo/ca-
nizar, hacer semejantes, algunos aspectos o rasgos cul- rencia en tanto un grupo, una clase, una cultura al apro-
103
Capítulo 3: La construcción del otro por la desigualdad
piarse de algo está despojando a otro (otra clase, otro El mecanismo de construcción por la desigualdad
grupo, otra cultura) de los medios materiales y simbó- consiste en encontrar en el “otro” no algo totalmente dis-
licos que garantizan su reproducción. Esta carencia no es tinto ni algo que tenga igual sentido, sino una misma re-
temporal ni transitoria, sino que es un estado estructural. lación, encontrar en el “otro” una estructura común que
Pero al mismo tiempo el sin no deja un vacío, no queda está presente siempre, de modo distinto, en toda relación
un otro “incompleto” ni tampoco es llenado ese vacío social. Este antropólogo puede viajar en el tiempo (hacia
por el “otro” (otra cultura, otra clase, otro grupo) como el pasado de otras sociedades, o de su propia sociedad),
se plantea en la diversidad. El Nosotros no sólo se apropia puede hacerlo en el espacio (hacia otras sociedades) e in-
de algo sino que, además, participa activamente y a veces cluso puede desplazarse dentro de su propia sociedad,
de modo determinante en la conformación de los atri- siempre que su búsqueda sea la de la relación que vincula
butos del “otro”. Los atributos del “otro” son coprodu- a Nosotros-Otros.
cidos por la relación Nosotros-Otros.
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104
Del colonialismo a la globalización:
procesos históricos y Antropología
El asombro y la Antropología
Decimos que es una situación de dominación total en tanto abarca todas las
dimensiones de la realidad social de los pueblos colonizados. Comprende a) la empresa
material, que incluye el control de las tierras y las riquezas, de la población nativa e
impone una economía subordinada a la metrópoli; b) la empresa político-administrativa,
que comprende el control y la imposición de autoridades, de la justicia, la eliminación de
normas jurídicas nativas y la creación de nuevas divisiones territoriales que rompen las
organizaciones políticas autóctonas; y c) la empresa ideológica, que consiste en la
imposición de nuevos dogmas e instituciones, desde una evangelización compulsiva hasta
la exigencia de la aceptación de modelos culturales extranjeros, cuya función será la de
facilitar la dominación por medio de la desposesión y la humillación de la cultura nativa
(Lischetti ibid.).
La situación colonial es el resultado de diferentes etapas. Primero, la conquista y la
apropiación de las tierras usurpadas; luego, la administración del territorio y, por último,
la autonomía política de la colonia, sin romper la estructura de dependencia económica
colonial. Desde el momento del primer contacto se considera lo pre-colonial como
inexistente y lo existente se lo desvaloriza, se lo discrimina o se lo señala como inferior y
exótico, justificando de ese modo la presencia del conquistador y del administrador
(Menéndez 1969). En ese sentido, la situación colonial es percibida por los colonizadores
como una misión civilizadora que explica la inevitabilidad de la conquista europea, en
tanto sociedad portadora de una superioridad total, en lo tecnológico, lo militar, lo
religioso y lo ético. En palabras de Albert Sarrault, un ideólogo de la doctrina colonial
francesa:
Las metrópolis europeas durante el siglo XIX establecieron en sus colonias dos
modelos diferentes de administración política: el gobierno directo y el gobierno indirecto,
de acuerdo con las características de las áreas colonizadas y del grado de desarrollo de los
propios capitalismos. Gran Bretaña, potencia industrial y con escasa competencia
internacional, optó por un tipo de dominación fundamentalmente económica y con poca
incidencia política y militar en las colonias. Mantuvo la estructura política nativa,
limitándose a supervisarla. La teoría colonial británica planteaba la imposibilidad de
interpenetración cultural. Partía del supuesto de la incompatibilidad entre formas
culturales tan diferentes, lo que la llevó a la implementación de una relación colonial
basada en el distanciamiento.
En cambio, Francia, que accedió más tardíamente al proceso de industrialización,
ejerció un dominio económico, militar y político directo en las áreas colonizadas que le
permitió hacer frente a la competencia interna y externa de las otras potencias. Para eso
intentó eliminar toda la organización nativa, desde las prácticas religiosas hasta el uso de
la lengua indígena. Su objetivo era la asimilación de los pueblos colonizados a las formas
culturales francesas.
Una y otra forma de colonialismo justificaban y legitimaban la dominación como
una cruzada moral y una misión civilizadora desde dos perspectivas: como
“recuperación” de las áreas territoriales para “beneficio” de la Humanidad y como forma
de llevar y contribuir al “progreso” de los pueblos no europeos (Menéndez 1969). Los
siguientes ejemplos son claramente ilustrativos, uno, desde la literatura y el otro en la voz
de un funcionario colonial:
1
Los boers eran descendientes de antiguos colonos holandeses de Sudáfrica, que fundaron en
1884 las repúblicas de Orange y Transvaal, independientes de la tutela británica. En esa región se
detectaron yacimientos de oro. Los británicos les declararon la guerra para quitarles las tierras,
pero no les fue fácil, ya que recién los vencieron en 1909. Los boers tipificaron una realidad
paradójica: entablaron una guerra de guerrillas en pos de su independencia enfrentando a un
enemigo poderoso e imperial, siendo capitalistas, esclavistas y racistas. Contra ellos tuvieron que
vérselas los africanos zulúes.
Por último, el tercer método empleado en la relación colonial es la actitud de
distanciamiento. Este tipo de relación facilita también una mirada deshumanizada,
caracterizada por el desprecio en el que domina y el temor y la ignorancia en el
dominado, en la medida que la relación se construye sobre la creencia de la superioridad
total de Occidente. En palabras de Peter Worsley:
Es indudable que el que domina nomina (califica), por eso los otros son los
“salvajes” (en su primigenia acepción de lo cercano al mundo de la naturaleza) o
“primitivos” o “bárbaros” (los que no tienen un lenguaje como los hombres y hablan
como los animales).
2
El explorador David Livingstone -misionero escocés- representa la empresa colonizadora de por
sí, la ciudad de Manchester es el símbolo de la industria capitalista y la Biblia invoca la empresa
ideológica por antonomasia del colonialismo.
Primer momento (siglos XV al XVIII): El “Descubrimiento” de América y “los
otros”
3
Es importante señalar que el tránsito del feudalismo a los inicios del capitalismo trajo consigo
cambios culturales, tecnológicos, comerciales y políticos, que se habían iniciado en los siglos
anteriores ya que no fue una ruptura abrupta con lo medieval, sino el resultado de todo un
proceso social y económico.
En América la situación colonial adquiere las siguientes características: la
expropiación de las tierras a las comunidades indígenas, una economía basada sobre el
monocultivo y en la explotación organizada alrededor de las plantaciones y la minería, de
carácter monopólico. También se establecieron grandes propiedades, como la hacienda
para abastecer a la economía minera y el trabajo forzado mediante la servidumbre para la
población nativa, organizado principalmente a través del sistema de encomienda y mitas
(Menéndez 1969). Los indios fueron explotados como vasallos de la monarquía española.
No serían los únicos explotados: en el siglo XVI, y particularmente a partir del siglo
XVII, se incorporará la mano de obra esclava africana como fuerza de trabajo en las
plantaciones que se extendieron de Brasil a Virginia, en América del Norte4.
En poco tiempo se despliega un comercio triangular que sirvió para fomentar una
división internacional del trabajo que involucraba a tres continentes: “esclavos de África a
América; minerales y comestibles de América a Europa; bienes manufacturados de
Europa y América a África” (Worsley 1966:12). Desde entonces, la tutela europea del
capital sobre el resto del mundo dejó su impronta hasta ser recientemente superada por
los Estados Unidos.
La conquista, ocupación y administración de la colonia permitió a los españoles
construir una sociedad de superiores e inferiores, de señores y siervos, de blancos y no
blancos. En este escenario político y social de dominación, la mirada europea a través de
los conquistadores, cronistas, viajeros y misioneros dividió el mundo colonizado en
salvajes y civilizados. Comienza, conjuntamente con la conquista, la colonialidad del saber
que legitimará la “acción civilizadora” del hombre blanco.
En esta visión dicotómica, la diversidad cultural encontrada en América quedó
subsumida en una sola categoría: los indios. Antes de la llegada de los europeos no había
“indios”, sino pueblos identificados en singular. Podríamos hablar de identidades
arrebatadas, de culturas desguasadas, que han provocado efectos culturales diversos y de
distinta intensidad en los diferentes pueblos indígenas. Sin embargo, muchos de los
pueblos americanos sometidos recurrieron a la rebelión intermitente, cuando las
circunstancias resultaban favorables o, en algunos casos, a la apropiación de elementos y
prácticas de la cultura ajena, como fue el caso de la incorporación del caballo para
ponerlo al servicio de sus propios intereses. En otros momentos, la permanencia de
prácticas tradicionales re-significadas, como ciertos ritos colectivos en las fiestas anuales,
cumplen con la función de renovar el sentido de pertenencia del grupo y, en la mayoría
de los casos, recuperar la humanidad5 que les fuera arrebatada en este proceso colonial
(Bonfil Batalla 1994:193).
4
Las plantaciones eran empresas que se desarrollaron en zonas subtropicales y tropicales,
especializadas en un solo cultivo orientado a la exportación; utilizaba fuerza de trabajo
dependiente e inmovilizada de esclavos traídos de África contra su voluntad.
5
El concepto de humanidad refiere, en este caso particular, a la idea de un sujeto, de un pueblo
que sometido a una experiencia de dominación y humillación tiene la capacidad de intervenir en
su propio destino con el objetivo de lograr su libertad.
Desde los inicios de la gran industria en la era del maquinismo (1800), hasta los
años posteriores a la Segunda Guerra Mundial (1950), se extiende una segunda fase de la
expansión capitalista, caracterizada por los contrastes entre centros industrializados y
periféricos y que se diferenciará notablemente del momento anterior. No obstante la
colonización de América y del África y la existencia de una economía internacionalizada,
hasta mediados del siglo XIX persistían economías sólidamente organizadas en China,
Japón y en el mundo islámico. Estas sociedades son ejemplos de mundos regionales o de
las llamadas economías-mundo, concepto acuñado por el brasileño Renato Ortiz, cuando
hace referencia a aquellos pueblos que pudieron permanecer fuera de la influencia
europea hasta las últimas décadas del siglo XIX, exceptuando algunos pocos contactos
con comerciantes y funcionarios. Es el caso de Japón, que desarrollaba su economía
ligada fundamentalmente al imperio “celestial” de la China (Ortiz:1999:36).
Según Eric Hobsbawm, recién en el siglo XIX se crea una economía única, que
llega progresivamente a los lugares más remotos, con una red cada vez más extensa de
transacciones comerciales y comunicaciones, que conecta a los países industrializados
entre sí y con el resto del mundo. En realidad, la diferencia entre países “adelantados” y
“atrasados” no existía anteriormente, sino que es una consecuencia directa de la
Revolución Industrial, a partir de la cual se clasifica a las sociedades tomando como
parámetro los niveles de desarrollo tecnológico y material para determinar los grados de
progreso o la civilización de las sociedades.
Esta etapa se caracteriza por nuevos adelantos tecnológicos como el telar industrial
y la máquina de vapor, que se utilizará para la producción, la tracción y las
comunicaciones. Por otro lado, la organización del trabajo en las fábricas producirá un
sensible desplazamiento demográfico hacia los centros donde se instalan esas fábricas. Y,
en consecuencia, las migraciones aumentarán la población de los centros urbanos, con
consecuencias sociales importantes para la clase obrera en su conjunto: las enfermedades
y el hacinamiento acompañarán su cotidianeidad transformando a las ciudades en
ámbitos de contraste extremo entre el esplendor de los que poseen el capital y la miseria
del trabajador y su familia.
El capitalismo industrial en sus diferentes momentos contribuyó a cimentar el
poder político y las fuerzas militares de las naciones que llegaron primero a una
economía basada sobre la industria y que no titubearon en imponer la supremacía de su
tecnología en la guerra. Estas naciones se transformaron en las grandes potencias de los
siglos XIX y XX (Inglaterra, Francia, Alemania y un poco más tarde los Estados Unidos
de Norteamérica).
En las últimas décadas del siglo XIX se produjo en Europa una disminución de la
tasa de ganancia en todas las ramas de la actividad económica, como consecuencia de la
falta de salida suficiente para absorber los productos industriales y los capitales
acumulados; esta crisis condujo a una reestructuración profunda del sistema capitalista.
Desde el punto de vista económico, lo fundamental del proceso es el reemplazo de la
libre competencia por los monopolios, que trajo aparejado el fenómeno del
imperialismo, que marcará el comienzo de una nueva manera de dominar: la unificación
del globo en único sistema económico y social en manos de las principales potencias.
Los rasgos más importantes del imperialismo son la continua concentración de la
producción y del capital, que ha conducido a la creación de los monopolios; la fusión del
capital industrial y el bancario, que genera el capital financiero; la importancia creciente
de la exportación de capitales sobre la de mercancías; la formación de asociaciones
capitalistas monopólicas internacionales y, por último, el reparto territorial de todo el
mundo entre las potencias capitalistas. Del mismo modo que en la etapa anterior del
capitalismo mercantil, encontramos nuevamente los dos polos involucrados en la relación
colonial: metrópolis / colonias; “civilizados” / “primitivos”.
En este contexto mundial, el continente africano será botín de guerra de las
potencias europeas, configurándose una nueva situación colonial que repetirá
características ya observadas en otras épocas y espacios: lo pre-colonial considerado como
inexistente, la negación de lo existente mediante la desvalorización y la discriminación, la
apropiación de las tierras y de las poblaciones para su utilización como fuerza de trabajo y
la evangelización forzada. Nada que escape a otros momentos históricos.
Para Peter Worsley, el reparto de África, consensuado por las potencias europeas
durante el Congreso de Berlín de 1885, inicia un nuevo modelo de dominación: la
unificación del mundo en un único sistema social:
La realidad colonial que las potencias occidentales legitiman a partir del Congreso
de Berlín de 1885, posibilitará a la Antropología -hacia principios del siglo XX- a abrir un
nuevo campo de conocimiento: la descripción de culturas desconocidas para Occidente,
al “encontrar” su objeto de estudio en las llamadas sociedades “primitivas”6. Los
antropólogos tornarán visible la diversidad cultural de las sociedades no europeas a través
de una aproximación teórica relativista y poniendo en práctica una técnica particular, el
trabajo de campo, que garantizaría la rigurosidad científica.
Este inicial trabajo de campo consiste en la convivencia y la observación con
participación en las comunidades por un período de tiempo prolongado; su propósito es
observar la conducta tal como se manifiesta, manteniendo con la comunidad un extenso
6
A pesar que, la gran mayoría de los trabajos antropológicos eran llevados a cabo en las regiones
colonizadas, algunos antropólogos realizaron investigaciones en la misma Gran Bretaña en la
década de 1890, en comunidades inglesas e irlandesas con el propósito de estudiar las
consecuencias políticas y sociales de la industrialización y urbanización (Gledhill 2000).
diálogo sobre sus prácticas y creencias. Se torna un requisito el estudio en comunidades
pequeñas que harán posible la implementación de dicha técnica. Estas sociedades
“primitivas” eran consideradas como sistemas cerrados, autosuficientes, como si
funcionaran independientemente del sistema colonial vigente. El objetivo principal del
antropólogo era dar cuenta de la totalidad de la cultura, dejando fuera del análisis las
dimensiones económicas y políticas. Así sintetiza Lischetti, este momento conocido
como el período clásico de la Antropología:
La descolonización y la Antropología
La Antropología
Antropología reflexiona sobre su propia práctica
Si en las primeras etapas del desarrollo del sistema capitalista los estados europeos
eran los actores principales de la expansión conquistadora, en las últimas décadas los
grandes grupos económicos financieros han ocupado ese lugar. La década del 60 se
puede considerar como una etapa transicional dentro de este sistema social en el que se
establecen nuevas maneras de dominar el mundo (Jameson 1999:18). Algunos de los
fenómenos sociales que la identifican son el neocolonialismo, la expansión de las
empresas multinacionales, el desarrollo fabuloso de redes de información electrónica.
7
Se puede ver el detalle de estos debates en el capítulo sobre Movimientos Teóricos Posteriores.
Los cambios políticos y tecnológicos de estos años conducirán a la etapa actual del
proceso histórico, al que Frederic Jameson denomina capitalismo tardío, y que se
caracteriza particularmente por el poder hegemónico del capitalismo financiero y del
proceso de globalización.
La globalización (etapa actual de la expansión capitalista iniciada en los siglos XV y
XVI) representa el mundo entendido como un todo, un sistema único, con una
organización mundial a cargo de algunos estados capitalistas poderosos, que se acrecentó
en 1989 con la caída del muro de Berlín, que representó metafóricamente el fracaso del
socialismo soviético. En la actualidad el proceso de globalización es liderado por los
Estados Unidos, tanto en el terreno económico-financiero cuanto en el militar y
comunicacional.
Como hemos señalado el fenómeno de la mundialización no es nuevo y sus raíces
históricas son profundas. Aún así, debemos destacar algunos rasgos de la globalización
que le otorgan originalidad. Primero, el monopolio de la revolución tecnológica en sus
dos vertientes: la informática y la genética, que parecen permitir un ahorro de la fuerza de
trabajo y de las instalaciones requeridas en la etapa anterior del capitalismo. Por otra
parte, los avances tecnológicos en los medios de comunicación y el transporte nos han
hecho tomar conciencia de la globalidad: es posible estar observando a través de un
televisor o en una pantalla conectada a Internet, en el mismo momento que sucede,
desde la participación de nuestro equipo en el Mundial de Fútbol hasta la imagen
aterradora de un avión de línea lleno de pasajeros que choca y destruye los edificios más
emblemáticos de un país del Norte. Estas innovaciones tecnológicas tienen una influencia
extraordinaria en la mundialización de la cultura dominante: computadoras, conexiones
satelitales facilitan la comunicación a escala planetaria, dejando la trasmisión de la
información en manos de algunas pocas cadenas televisivas globales.
Segundo, el control de los flujos financieros que regulan la economía mundial, el
actual flujo de ganancias y transferencias de capital hacia los países centrales en beneficio
del segmento que domina el capital globalizado (transnacional) supera ampliamente el
reducido flujo de capitales hacia los países periféricos (Amin 2003). Tercero, la
extraterritorialidad de los centros de producción de significados y valores están liberados
de los espacios locales y se manifiesta en la americanización del mundo, irradiada desde
la cultura hegemónica. Cuarto, la creciente urbanización como consecuencia económica y
social del sistema capitalista. Y, quinto, la tendencia a la profundización de la desigualdad
en la distribución de las riquezas.
Pero esta imagen de un mundo globalizado, de una “aldea global”, debe
completarse con la imagen invertida de los “otros”, los locales, los sectores o los
conjuntos sociales de los propios países poderosos y de las sociedades dependientes y
más empobrecidas. En otras palabras, al mismo tiempo que se pone en marcha un
proceso de dimensiones planetarias en los negocios, las finanzas, el comercio y en el flujo
de información, emerge un proceso localizador. En realidad, las políticas planetarias se
reflejan en esas realidades locales. Por lo tanto, la globalización y la localización pueden
verse como dos caras de la misma moneda: son las formas de expresión de la nueva
polarización y estratificación de la población mundial: ricos globalizados y pobres
localizados. Como dice Zygmunt Bauman: “ser local en un mundo globalizado es una
señal de penuria” (Bauman 1999:9).
La Antropología y la globalización
8
En el año 2001, solamente Europa tenía 19 millones de inmigrantes, 3 millones de ellos,
ilegales.
9
Ver en el capítulo Movimientos teóricos posteriores “los diablos del capitalismo”.
Este desandar por la historia del colonialismo nos enseñó cómo la Antropología se
configura como disciplina a partir de “encontrar” su objeto de estudio en el otro cultural.
El aporte de nuestra disciplina y en particular como producto de su praxis (el estudio
empírico en unidades de observación discretas), es el descubrimiento de la otredad
cultural, al recortar inicialmente de la realidad social el espacio de los grupos étnicos y
socioculturales no europeos y de los pueblos campesinos. Estos grupos que, a lo largo del
proceso de descolonización, formarán parte de los pueblos del Tercer Mundo y
recientemente, constituyen el mundo de lo “local”.
El carácter histórico de esta categorización se ha manifestado en los sucesivos
imperios coloniales y además lo veremos reflejado en las escuelas teóricas más
importantes de la Antropología (el evolucionismo, el funcionalismo, el estructural-
funcionalismo británico, el particularismo histórico de la antropología clásica, entre otras)
y en los enfoques de los movimientos teóricos posteriores, a partir de la descolonización.
Como señalamos al comienzo de este capítulo, la situación colonial creó al salvaje,
al primitivo, al indio, con una imagen invertida a la del europeo. Desde esa perspectiva, el
salvaje “confirmará” la superioridad de la civilización y así el europeo estigmatizará a los
otros como portadores de características inferiores, justificándose a sí mismo. Estos
discursos ideológicos son posibles porque en las relaciones de dominación se intentan
licuar las diferencias en una mirada etnocéntrica, simplificadora y esencializada (sin
cambios, inalterable, cristalizada) de los otros.
En el siglo XIX y desde el evolucionismo, primer paradigma científico de la
Antropología, los otros culturales, los salvajes, son caracterizados como los primitivos, en
una escala de progreso unilineal en donde el punto de llegada es la civilización occidental.
Son representantes de las primeras etapas de la evolución cultural en una línea de
desarrollo tecnológico10. En este momento hace su irrupción la ideología racista,
justificadora de la explotación y la desigualdad a que se somete a los otros.
En las primeras décadas del siglo XX, en el momento en que la Antropología se
consolida como ciencia, los “pueblos primitivos” comienzan a ser percibidos como
“diversos”, “diferentes” a las culturas occidentales. Son observados y caracterizados como
comunidades homogéneas en su estilo particular de vida y a sus miembros se los concibe
como inmersos en redes de armonía y estabilidad11. Son buenos ejemplos de esta
interpretación los estudios realizados desde las teorías funcionalista y del particularismo
histórico.
Esta representación de las otras culturas conducirá a exagerar la otredad o a
encerrarla en una pura diferencia, sin tomar en cuenta la situación de dominio colonial a
la que están siendo sometidas. En este momento, van a permanecer ocultas las relaciones
de poder y conflicto, que se diluirán en una perspectiva relativista, de aceptación de las
diferencias y negación de la desigualdad. Un ejemplo clásico de esta perspectiva es la
política de defensa del apartheid sudafricano: se justificaba la discriminación en aras de
mantener la diversidad de culturas negras africanas frente a la cultura blanca europea.
Otro enfoque sobre la diversidad, cercano al anterior y a la Antropología, y también
presente en algunas corrientes filosóficas actuales, consiste en percibir al otro desde el
10
Ver evolucionismo.
11
Ver funcionalismo, particularismo histórico y estructural-funcionalismo.
discurso de la tolerancia, que se expresa en estos términos: “tienen derecho a vivir así”,
“están acostumbrados”, “es cultural”. Esta perspectiva relativiza todos los valores y
creencias. Como defensa de la tolerancia, implica la aceptación de la diversidad en
términos de igualdad pero, paradójicamente, también lleva a la aceptación de realidades
sociales opresivas e injustas, despojando a los sujetos (entre ellos a los científicos) de toda
responsabilidad ética frente a esos otros.
La Antropología puede estudiar diferentes problemáticas relacionadas con
instituciones como la familia, las prácticas educativas, políticas, religiosas, los grupos
étnicos, los migrantes urbanos recientes, las realidades barriales, las relaciones de género,
los rituales, e interpretar las diferencias en términos de diversidad cultural. Ha peleado
esforzadamente “para demostrar que la diferencia cultural no recoge lo exótico y lo
extravagante de otras culturas, sino aquello que las distingue culturalmente, sin dejar de
lado las semejanzas de la vida cultural de las sociedades” (Moore 1996:22).
Pero, una vez admitida y aceptada la diversidad cultural, este punto de vista resulta
insuficiente. La interpretación de los fenómenos sociales requiere contextualizar esas
diferencias en los procesos históricos de dominación, explotación y exclusión. Y, aún
más, en las realidades sociales concretas donde se producen. Es importante comprender,
explicar y denunciar cuándo la noción de diversidad oculta las relaciones de poder y
desigualdad presentes en las sociedades.
Bibliografía de La ciencia y su contexto
it\-.¡-
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,,,
Mirtha Lischetti
(compiladora)
572 LlSa
Antropologia /,..
Lischetti, Mirtha
gr"debd
Anrropología / cornpiltrclo por Ir{irtha L.i.schct ti.- )"
Buetros Aires : ltditorial Utrivcrsitaria de
CDD 301
Eudeba
Universidad de Bue nos Aires
o 1998
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía Mixta
Av. Rivadavia 1571173 (1033) Ciudad de Buenos Aircs
Tel.: 4383-8025 I Fax 4383-2202
wwweudeba.com.ar
ISBN 950-23-0815-8
Impreso en laArgentina
Hecho el depósito que establece laley 11.723
11
A esta misma unidad de análisrs atriDuye iiubsi:¿w,i, el hecho, en su opi-
nión. de que Ia Antropología haya alcanzado, dentro de las ciencias sociales, el
n'ra)'or nivel científico después de la economía y la lingüística. Hobsbawn opina que
el trabajar en la pequeña tribu o localidad nativa ha obligado a los antropólogos
a considerar a Ias sociedades como un todo y a indagar sus leyes de funciolramiento
¡' de transformación"
Y si bien durante el períoclo clásico del funcionalismo, la Antropología Social
tendía a desarrollar sus propias teorías como teorías de un complejo pero estático
equilibrio, hoy los antropólogos han redescubierto la historia.s
Desde la última guerra, la AntropologÍa considera que los conflictos sociales
son inherentes a las sociedades, comcl hechos fundamentales.
"Pocas o ninguna de las sociedades que una investigacién sobre eI lugar nos
permite estudiar, muestran una marcada tendencia a la estabilidad. Si el ritual es
a veces un mecanismo de integración, se podría con la misma frecuencia sostener que
es un mecanismo de desintegración.c
Ésta es una clara alusión a los ritos, elementos que habían sido interpreta-
dos como indicadores de la continuidad sin ruptura de las sociedades.?
Retomando la definición de Lévi-Strauss, podemos precisar que el campo de
intereses de la Antropología es vasto. Cubre todas las épocas el
recorte del campo arqueológico-, todos los espacios, incorporando-incluyendo
en las últimas
décadas estudios en socierlades complejas, todos los problemas
-Antropología
política, económica, estudios de parentesco etc.-. Cubre tanto la dimensión bioló-
gica de hominización, clasificación de las variedades raciales- como la
-estudio
dimensión cultural.
Pretende explicar tanto las diferencias como las semejanzas entre los distin-
tos grupos humanos.'Pretende dar, también, razón tanto de la continuidad como
del cambio de la sociedades.
Ésta es una aproximación abstracta y descriptiva al o§eto de la Antropolo-
gía.
Pero si nos atenemos a la producción antropológica anterior a los años '60,
apreciamos que "la Antropología ha ido configurándose como especialidad a partir
de conceptos que focalizarr¡n la diferenciación del 'otro cultural'. La Antropología
aporta como prodtrcto básico de su praxis, para gran parte de los antropólogos
contemporáneos. el de-ocubrimiento y la objetivación del 'otro-cultural'.8
El punto de partida es una práctica científica que ha encontrado en las
"sociedades exteriores" a la sociedad occidental su terreno de aplicación, sociedades
-cometidas a presiones externas y a las más activas fuerzas de cambio.
"(,'omo ciencia específica, Ia Antropología Social, Cuitural y Etnológicae apa-
rt:ce recortando un sector particular, el de grupos étnicos y socioculturales no
europeos y ulteriormente no desarrollados. Es decir, el sector de la humanidad que
rr partir de la segunda gu.erra mundial se conoce con el nombre de países subde-
sarrollados o "Tercer Mu¡do".
La Sociología recortaba a su vez en esta división internacional del trabajo
irrtelectual, a los países desarrollados.
El ptoceso históricri social mundial, que conducirá a partir de 1945 al sur-
ginrienl,o de Iir-s racionaljdades y a la parcial ruptura de los imperios coloniales, así
12
como al acceso de dichos países a un nuevo tipo de comunicación, si no de distri-
bución internacional, los conformará como "nacionalidades complejas".
Su relación, si bien en la mayoría de los casos sigue siendo de dependencia,
no se manifiesta a partir del mismo tipo de relaciones configuradas durante el
siglo XIX. Dichas nacionalidades reaparecen en el universo de Ia investigación
sociocultural bajo el apelativo etnocéntrico de "nuevas sociedades complejas" y
pasan a convertirse en objeto común del antropólogo y del sociólogo.
Es decir que, en la primitiva división del espacio de realidad sociocultural
la línea pasaba por la diferenciación entre Io superior y lo inferior, entre lo desa-
rrollado y no desarrollado, entre lo occidental y lo no occidental, y en la actualidad
reaparece a partir de una línea que pasa por lo urbano (modelo de lo desarrollado)
y 1o campesino (modelo de lo no desarrollado)."
Entonces, ese "otro cultural", objeto de la antropología, habrían sido en el
transcurso del desarrollo histórico de la disciplina en primer término los pueblos
etnográficos o conjuntos sociales antropológicos, luego los campesinos y por último
¡y'o simultáneamente, las clases subalternas.
En los años'60, además, la producción académica se ocupa de toda una serie
de "Otros" que cuestionan o por lo menos establecen una "diferencia" respecto a la
"normalidad" generada por los sectores dominantes de las sociedades capitalistas
avanzadas. Entre ellos se incluían los campesinos y las clases subalternas que ya
mencionamos, los adolescentes, los enfermos mentales, el lumpen proletariado, etc.
Todos estos "otros" aparecen como ejemplos de una "diferencia". Pero la
razón que permite generalizaciones arbitrarias a partir de esas "otredades" es la
falta de un análisis teórico riguroso. Esas otredades poseen diferencias de signo
distinto; lo único que tienen en común es la afirmación de la diferencia. La dife-
rencia en sí hecho de ser diferente-no puede ser establecida como un valor,
puesto que la -eldiferencia, tanto como la no diferencia ha servido y puede servir
como mecanismo de dominación. En términos abstractos y no contextualizados
puede afirmarse el "derecho a Ia difereneia", pero la diferencia ha servido en
sociedades históricamente determinadas para acrecentar.determinadas expresio-
nes de dominio colonial.
En la actualidad, el campo de estudio de la Antropología es la sociedad en
su conjunto, compartiendo como Antropología Social la especificidad con la Socio-
logía, de la que no la separan diferencias epistemológicas. Con la que cada vez
comparte más técnicas y métodos. Y frente a la cual sólo cabrían esgrimir los
elementos que las diferenciaron en el momento en que se gestaban como ciencias"
q"" corrsqituye.ol a-la-sociología como la ciencia-de "nolotros" y a la Antrofrl)
flogía como Ia ciencia de los "otros". ---/
Si bien el "punto de vista" y el equipo conceptual específico de los antropó-
logos han sido formados por las investigaciones consagradas a las "sociedades
tradicionales", se han realizado numerosas tentativas por ensanchar el campo de
la investigación antropológica, así como para aplicar sus métodos y sus técnicas a
los diferentes tipos de sociedades. También gran número de antropólogos han
trabajado en terrenos muy opuestos (v. g. pequeñas ciudades de Francia o de los
EE.UU. , el conurbano bonaerense, instituciones totales).
Al intervenir en nuevos campos, el antropólogo tiende, o bien a recoger los
datos que escapan a otros tipos de investigaciones o bien a aislar los significrrdos
de conjunto que a veces olvidan las otras ciencias sociales.
Para R. Firth, el antropólogo "puede ser clasificado como un sociólogo que
13
re especializa en la observación directa sobre el terreno y a pequeña escala, y
consen'ando en cuantg la sociedad y a la cultura, un óuadio bonceptual qu'e
I
acentúa Ia idea de totalidad... Ya sabemos mucho acerca de la macroestructura de
nuestras instituciones... Lo que el antropólogo debe proporcionar es un conoci-
miento más sistemático de sú microestroóto.á y de so oiganización".l'
Si bien todavía en la actualidad parece posible una elección entre Antropo-
logía y Sociología, para el análisis de la realidád social, talvez más adelanh sárá
necesario que se cree una "ciencia dei hombre social", que se beneficie de aporta-
ciones conceptuales y metodológicas de ambas disciplinas.
- No obstante, aglque los objetos de la investigación de la Antropología sean,
en la actualidad, problemas de nuestra propia sociedad (la alcoholizációl en una
localidad mexicana; las estrategias familiarés de vida de los sectores populares en
áreas del conurbano bonaerense) se la sigue considerando como estanáo aleiad. de
lo occidental.
_Por-otra parte, creemos que es posible reivindicar el hecho de que nuestra
disciplina ha dado a la cultura occidental el acceso a otras fuentes que áquellas de
i la antigüedad elásica eon las que contaba, convirtiendo en posible un humanismo
ide más amplias resonancias. Los datos de la Antropología proporcionan el conoci-
lmiento de toda la historia cultural del hombre, desplegada en Ia diversidad de la
,experiencia humana.
q En el transcurso de su desarrollo, nuestra ciencia no se conforma sólo con
la.descripción de la diversidad humana, aspira también a proporcionar un conoci-
miento científico de la sociedad. Lo ha hecho por ejemplo tratándo de responder a
los interrogantes sobre los universales o las Invarianzas hurnanas.
{- Para caracterizar su situación en la actualidad, diríamos que el papel de la
:Antropología sería el de cuestionadora de *au rá.i"a"l p""ti."fu. -e"áriá"áá
, significar por cuestionadora, el hecho de que cada sociedad particular se convierta
. en problema para nuestra disciplina.
t4
reiteramos, con una impronta identificatoria, el análisis de microsituaciones a
partir de fuentes de primera mano.
Su metodología ha sido tradicionalmente inductivista y empirista.
La tesis fundamental del empirismo es que los universales o leyes que los
antropólogos debieron tratar de descubrir se hallan a nivel empírico, en el nivel del
comportamiento.
Esta metodología ha sido un obstáculo en el avance científico de nuestra
disciplina, ya que las leyes sociales no pueden hallarse en el nivel del comporta-
miento porque éste es una síntesis de múltiples determinaciones, y en todo caso,
sólo puede expresar dichas leyes de una forma parcial y distorsionada.
En palabras de Popper: "El conocimiento no comienza con percepciones u
observaciones o con la recopilación de datos o de hechos, sino con problemas."lr
Esta particularidad epistemológica de nuestra disciplina se explica por ha-
berse desarrollado en sus comienzos como una ciencia natural de las sociedades
humanas (ver este desarrollo en El Modelo Antropológico clásico, en esta misma
unidad). Así, el antropólogo, ante la comunidad nativa se planteaba la descripción
y clasificación de los objetos extraños que se presentaban ante su observación.
Después del período clásico no encontramos unicidad en la metodología.
Esta debe ser referida a los paradigmas o estrategias de cada investigación, que
dépenden de las ideas básicas en torno a la pertinencia de la ciencia para la
experiencia humana y en torno a la presencia o ausencia de diferentes clases de
procesos causales.
La amplitud y complejidad de nuestra disciplina expresada en la definición
de Lévi-Strauss da lugar a que se configuren diferentes ramas de la Antropología
general, centradas en distintos aspectos o dimensiones de la experiencia humana.
La Antropolngía Biológica o Física fundamenta los demás campos de la
Antropología en nuestro origen animal. Los antropólogos físicos tratan de recons-
truir el curso de la evolución humana mediante el estudio de los restos fósiles de
especies antiguas. También describen la distribución de las variaeiones heredita-
rias entre las poblaciones contemporáneas para deslindar y medir las aportaciones
¡elativas de la herencia, la cultura y el medio ambiente a la vida humana.
La Arqueologúo desentierra los vestigios de culturas de épocas pasadas. Los
arqueólogos estudian secuencias de la evolueión social y cultural bajo diversas
condiciones naturales y culturales.
La Lingüística Antropológica aporta el estudio de la gran diversidad de
lenguas habladas por los seres humanos. Se interesa por la forma en que el len-
guaje influye y es influido por otros aspectos de la vida humana. Se interesa
también por la relación entre la evolución del lenguaje y la evolución del Homo
Sapiens.
Por último, la Antropolngía Cultural,la Antropolngía Social, y la Etnología
se ocupan de la descripción y análisis de las culturas del pasado y del presente.
Estas denominaciones no pueden ser utilizadas como equivalentes que no
susciten ningún problema, ya que revelan orientaciones teóricas diferentes. Las
diferencias se atribuyen a las tradiciones de los distintos países, la Antropología
Cultural en EE.UU., la Antropología Social en Gran Bretaña y la Etnología en
Francia, y tienen que ver con el abordaje diferencial de los problemas, lo que
refiere a marcos conceptuales diferentes. En el caso de la Antropología Cultural se
privilegia el concepto de cultura, en el de la Antropología Social y en el de la
Etnología, los de estructura y de función.
15
Otra distinción en las denominaciones es la que existe entre Etnografra y
Etnología. Se denomina Etnografía al "trabajo sobre el terreno". Toma general-
mente la forma de un trabajo monográfico, que contiene la descripción de un grupo
limitado.
Pero, por otra parte, se constata que la descripción pura no existe, que las
observaciones que realizamos, siempre están sesgadas. Que la distinción entre
hecho y teoría ha sido conservada como una reliquia en Ia Antropología en la
distinción entre la Etnografía (desclipción de las culturas) y la Etnolog¡a(teoriza-
ción acerca de estas descripciones) como una dicotomía que puede ser engañosa.
Observamos los hechos y los filtramos a través de una pantalla de interés,
de predisposición y de experiencias previas, y todas nuestras descripciones están
inevitablemente influidas por consideraciones teóricas. Lo que equivale a decir que
las descripciones varían de acuerdo con los marcos conceptuales o teóricos de los
investigadores. Lo que además cuestiona la distinción entre Etnografía y Etnología
como dos momentos separados en el quehacer científico. O entre Etnografia y
Antropología Social o Cultural, otras denominaciones que habitualmente se utili-
zar, paya señalar los momentos de síntesis teóricas.
El siguiente ejemplo confirmaría nuestro señalamiento, a la vez que serviría
para mostrar la constante reformulación de la explicación científica frente a un
fenómeno; en este caso la explicación antropológica ante una institución (el potlach)
de los nativos de Ia costa noroeste de América del Norte, el grupo kwakiutl.
F. Boas, antropólogo norteamericano, produce en 1886 la primera explica-
ción del potlach: Fiesta en la que se destruyen y regalan toda clase de riquezas.
Segrín su juicio, esta institución escapa a toda causalidad económica.
16
conexión las peculiaridades de la etnografía kwakiutl con tipos más generales de
fenómenos.
EI primer intento de relacionar el potlach con el desarrollo euroamerica¡ro del
1t_o199st9 contemporáneo lo hizo Helen Codere en su libro Fightittg tttith propertJ.
(1950). Las historias de familias que recogieron Boas y Hunt, ásÍ cómo los iestimó-
nios de los de indios de los comerciantes, permiten afirmar que el potlach
-ag-entes
aborigen sólo lejanamente se asemejaba a los que ie observaron a finales del siglo.
T-,os kwakiutl, como todas las otras sociedades tribales que se hallaban en el cam-íno
de-expansión de los euroamericanos, fueron victimas de presiones ecológicas y socio-
culturales extremas que comenzaron en el momento de la aparición delos piimeros
_europeos en la región. Aquellas presiones llevaron, dramática e inevitablemente, a
la desaparición de los modos de üda aborígenes e incluso a la ürtual extinción de
los kwakiutl como población capaz de reproducirse. Ya antes de que el explorador
Vancouver entrara en contacto con ellos en 1792, estaban comerciando en másquetes
que llegaban hasta ellos a través de sus vecinos nutka y habían empezado a expe-
rimentar los p¡14erog efectos de las enfermedades europeas. Durante la priméra
parte del siglo XIX el lento incremento del comercio fue acompañado por un drástico
descenso de la población, producido por las epidemias de üruela y de enfermedades
respiratorias contra las que, como los demás amerindios, no estaban inmunizados.
Entre 1836 y 1853 su población cayó de 23.000 a 7.000. En 1849, el establecimiento
en Forb Rupert de un puesto comercial de la Hudson Bay Company intensificó tanto
el comercio con los europeos como los efectos de las enfermedades. Luego, en 1858,
entre 25'000 y 30.000 blancos se precipitaron sobre la Columbia Britániia en busca
de minas de oro e hicieron de la vecina Victoria su centro de distracción. Muchas
mujeres kwakiutl empezaron a serür a aquellos hombres como prostitutas, con lo
que las enfermedades venéreas aceleraron la tendencia a la despóblación. Hacia los
años ochenta la gran industria conservera del noroeste estaba en plena producción,
con seis_mil pescadores sólo en el no Fraser, y muchos kwakiutl respondieron a las
ofertas de trabajo de la factoría. Por aquel mismo tiempo. la industria maderera, que
en la década de 1870-80 había producido ya 350 millones de pies cúbicos de madeia,
trataba también de atraerse a lc¡s kwakiutl. Para el tiempo de la primera üsita de
Boas, toda la población kwakiutl había descendido a 2.0ó0 personas.
Codere demuestra cómo, con el establecimiento del puesto comercial de la
Hudso-n Bay company, el potlach pasó a incluir un gran núméro de bienes proceden-
tes del comercio europeo, especialmente mantas, reflejando de ese modo la otra
nueva economía industrial y comercial, prodigiosamente expansiva, Otra consecuen-
cia de la presencia euroamericana fue la prohibición de la fuena, y Codere trata de
-desarrollo
establecer una conexión entre la desaparición de la gueria y el de las
agresivas pautas del potlach hostil de la época tardía. según codere, cuando los
indios se üeron obligados a dejar de guerrear, empezaron a luchar con la riqueza,
una riqueza que las nuevas condiciones ponían a su alcance a una escala sin prece-
dentes.
La reformulación de la etnografía kwakiutl por codere y otros (cf. Drucker,
19139, I]ág. 955) no logró deshacer la madeja de particularismo con que Boas había
envuelto su descripción. El material kwakiutl siguió desconectado dél mundo de la
t-eo¡ía. Pese a ello, el potlach de Fort Rupert se presentaba ya como el producto
definido de una situación de contacto, con lo que de golpe quedaban derotaáos todos
los intentos de probar, basándose en los datos de Boás que los factores causativos
que explicaban eran demasiado complejos para prestarse a una formulación
nomotética. El descenso de población, la introducción del trabajo asalariado, la sú-
bita abundancia de bienes, la supresión de la guer:ra y la antigua costumbre del
banquete comunitario, todo eso ju4to indicaba que habÍa un conjunto de factores
perfectamente definidos que actuaba sobre los kwakiutl.
Actualmente hay bastantes posibi)idades de que con el tiempo seamos capa-
17
ces de entender los aspectos del sistema kwakiutl que todavía se nos escapan si
tomanos en consideración el material comparativo caracterlstico de otros fenómenos
de contacto.D
18
rr. srruAcróN Hrsrónrcn y coNocrMmNTo EN ANTnopor,ocÍe
Esta disciplina, que se desarrolla en forma plena y autónoma en las postri-
merías del siglo XIX y se consolida en la primera mitad de nuestro siglo, teniendd\
como elemento fundante y qu9 le_va a_conferir originalicl_ad ''el
-trabajo sobre-elJ
terreno", en localidades situadas lejos de las metrópolis de donde provenían lÑf
antropólogos, va construyendo su objeto de-estudio y el recorte de la realidad Uue\1
le interesa investigar, de acuerdo con los distintos momentos históricos. Sus foq;
mulaciones, sus elaboraciones teóricas, son el producto de una situación histórica:
el Colonialismo. El Colonialismo ha sido Ia condición necesaria de la aparición de
Ia Antropología.
Pierre Bontels distingue cinco períodos histórieos-científicos en el desarrollo
de la Antropología, que caracteÁza de la siguiente manera:
19
1920 Implantación definitiva y triun- Crítica al evolucionismo.
a fante del sistema colonial. Constitución de la Antropologra
1930 Clásica y de sus diversas es-
cuelas científicas que definen
los rnétodos de observación y
análisis.
20
La crisis planteada por primera vez en l-873 estimuló en ciertos sectores Ia
concentración de la producción en pocas pero gigantescas empresas industriales.
Nacían así auténticos imperios económicos que controlaban completamente las
principales ramas de la actividad productiva, como las del acero, de los productos
químicos, de los tejidos, de las fuentes energéticas.
- Por otra parte, la división entre capital bancario e industrial iba desapare-
cien4o dando lugar, con la unión de los bancos y las industrias a un nuevo capital
mucho más pujante: el financiero.
_ La crisis, derivada de un incremento de la producción superior a la capaci-
dad de absorción de los mercados, se prolongaba.
Europa estaba cerrada por barreras aduaneras, las potencias comenzaron a
buscar en otra parte las salidas para sus productos.
Jules Ferry, primer ministro francés (1880-1881y L883-1.885) y promotor de
.ia expansión
imperialista de Francia, escribía que "La política coloniál es la con-
linuación de la política industrial, porque en los estados ricos, en los que el capital
¡s abundante y se acumula rápidamente y en los cuales el sistema de producción
creciendo, Ia exportación es un hecho esencial de Ia propiedad pública. El
"ontinúa proteccionista es como una máquina de vapor sin una
=-istema válvula de seguri-
lad, a menos que tenga el correctivo de una sana y seria política colonial". -
También Gran Bretaña recurre a la penetración en países extraeuropeos.
Entre 1875 y 1880 el valor de las importaciones aumentó en detrimento de
.as- exportaciones y el déficit de la balanza comercial se dobló llegando a los 125
nillones de libras esterlinas al año. Los ingleses se dedicaron entoñces a estimular
'as
inversiones en el extranjero, especialmente en las áreas coloniales.
La carrera por el reparto del mundo, en la que Gran Bretaña partieipó antes
iue nadie, seguida muy pronto por el resto de las potencias, revestía caiacteres
:rruy distintos de los de la época colonial anterior.
La pura y simple búsqueda de mercados, natural en la crisis de superpro-
:ucción agudizada por Ia adopción de sistemas proteccionistas, no basta para-definir
:,:nrplidamente la lógica del imperialismo"
Es necesario remontarse a las nuevas estructuras de tipo monopolista que
-..
dos Io estados industriales estaban realizando. Los grandes-monopolios en fbr-
::ación debían asegurarse un rendimiento continuo e invertir en áreas ventajosas
=. exceso de capitales que su gran vitalidad econórnica les permitía acumulai. En
'uropa esto no era posible. El crecimiento y el refuerzo dá los grandes trusüs no
: -riía, por tanto, verificarse sino a expensas de los territorios extraeuropeos donde
-. ilglrt a buen precio, los salarios bajos. las materias primas a bajo costo y la
'..crlidad de asumir posiciones monopolistas hacían prevér inversionés altaménte
--ntables.
La posesión exclusiva de regiones ricas en materias primas constituía una
-
=,:esidad cada vez más esencial para los grandes grupos económicos.
Cuanto más se desarrollaba el proceso de formación de los monopolios, más
.:rtentaba la carrera por la conquista de nuevos territorios.
El imperialismo se convirtió en la doctrina política de Gran Bretaña susten-
' . i: por la opinión pública y compartida por casi toda la clase dirigente.
El primer país en seguir por este camino a Gran Bretaña fue Francia, luego
:,: elr€garían Bélgica, Alemania y se revitalizarían Holanda y Portugal.
Esta era la situación de la economía política en la Europa del siglo XIX.
Nuestra disciplina, a la que se le confiere en virtud de la. división dél trabaio
21
científico el estudio de las culturas diversas, diferentes de la cultura occidental,
debe colocarse necesariamente ante la "situación colonial".
El abismo entre las ciülizaciones era demasiado grande para tender un puen-
te entre las orillas, a veces incluso demasiado grande para un entendimiento mutuo.
Periódicamente, cuando los hombres rompían las barreras de montes, idioma, océa-
no, murallas, se quedaban boquiabiertos ante lo que veían. ¿Cómo podran los hom-
bres llevar existencias tan animalescas? ¿Eran realmente hombres? En la Colonia
del Cabo los nómadas primitivos eran cazados por deporte. En Tasmania, los colo-
nizadores de 1830, junto con so)dados, policÍas y criminales, recorrieron la isla en
una batida militar para limpiaria rle toda su población aborigen.
En los primeros üas de la colonízación las cosas eran a menudo distintas. En
el Cabo, las relaciones entre los blancos y Ios ncgTos eran Io bastante equilibradas
como para que fueran normales los matrimonios entre holandeses y mujeres
hotentotes. El caso más famoso fue el matrimonio del explorador Van Merhof, en
1664, con Eva, una hotentote, en el que la boda fue celebrada con una fiesta nupcial
en la Casa de Gobierno.
Este breve período de tolerancia no duró mucho. Las guerras de los hotentotes
y la de Kaflir, más la importación de esclavos en gran escala, cambiaron pronto las
cosas. Hacia 1792 e\ Consejo de la Iglesia de Ciudad del Cabo declaró que ya no
existían razones temporales o religiosas para dejar libres a los esclavos que se con-
ürtieran al cristianismo.la
Worsley nos sigue reseñando esa "creación del mundo" que fue la expansión
colonial:
La cultura humana ha sido una, pero sólo "objetivamente"; existió "en sÍ',
pero no "para los hombres"" La sociedad humana sólo üno a existir subjetivamente,
los hombres sólo adquirieron el conocimiento de que formaban parte de un solo
mundo social a través del compadrazgo del imperialismo europeo.
Los hombres empezaron a conocerse y a reflejarse unos en otros. Pero el
reflejo se fue volviendo cada vez más condicionado poí la naturaleza de sus relacio-
nes reales y directas sobre el terreno, más que por las categonas derivadas de sus
propias sociedades. A medida que los blancos entraron más y más en conflicto con
los isleños, el idilio se hizo más difÍcil de concebir. "¿Es posible Jean -
Jacques Rousseau al tener noticia de la matanza de un explorador-recalcó
francés por los
maorÍes-, es posible que los buenos Hijos de la Naturaleza puedan llegar a ser tan
perversos?". La significación moral de las ciülizaciones recién descubiertas empeza-
ba a cambiar a medida que su destino y el de Europa se fue entrelazando cada vez
más desigualmente.
La fase realmente crucial que terminó con la división triunfante del globo
entero entre un puñado de potencias europeas vino en 1885. El logro europeo de este
período no fue simplemente una repetición de üejos modelos de 'lmperialismo";
marcó el alba de una nueva era de la historia humana, caracterizada por un impe-
rialismo de nuevo tipo como respuesta a claras y nuevas presiones económicas y
financieras en la propia Europa. Y tuvo lugar como resultado la unificación del globo
en un solo sistema social, Si hubiéramos de escoger una fecha para los inicios de la
historia mundial, sena el año del Congreso de Berlín y de la partición del África.
En el proceso, la propia Europa fue transformada. Por tanto, la nueva fase
fue destruir sin temor alguno la tradicional nación-Estado europea oecidental. Ahora
era el meollo de un sistema imperial más amplio. La nación-Estado de los antiguos
tiempos, en adelante, sena una categoría arcaica que nunca habría de alcanzar su
antigua importancia, incluso con la disolución del orden mundial imperialista. El
22
espacio social de Francia incluía ahora a Indochina y Argelia; el de Gran Bretaña a
Sudáfrica y la India. No podía haber ya un retroceso a las entidades localistas de la
época preindustrial. Ahora su destino trascendÍa sin remedio los lÍmites tradiciona-
les de una economfa nacionalista o europea occidental o incluso atlántica En parti-
cular, nunca más podría Gran Bretaña encogerse dentro de sus lÍmites; dependÍa del
mundo e:lterno para los materiales y los mercados (Worsley, El tercer mundo, op.
cit.).
Pero la situación colonial y la configuración del globo tal como queda frjada
en el Congresp, de PSfIÍl de 1885, en el que las potencias europeas se reparten el
mundo colonial, no va a-ser percibida por la Antropologa Clásica. Solamente va
a aparecer con la descolonización.
_[Qué--e J.a
s siL!Bc-lj+_...ql gt
iel?--
-C]Bffiñaier lá leññá*áir,-i;E, la dominación impuesta por una minoríal
extranjera racial y culturalmente diferente, que actúa en nombre de una superio-/
ridad racial o étnica y cultural, afirmada dogmáticamente. Dicha minoría se im-l
pone a una población autóctona que constituye una mayoría numérica, p""o qr."
inferior al grupo dominante desde un punto de vista material. Esta dominación "r\
vincula en alguna forma la relación entre civilizaciones radicalmente diferentes:
una sociedad industrializada, mecanizada, de intenso desarrollo y de origen cris-
tiano, se impone a una sociedad no industrializada, de economía "atrasada" y
simple y cuya tradición religiosa no es cristiana.
Esta relación presenta un carácter antagónico básico, que es resuelto por la
sociedad desarrollada mediante el ejercicio de la fuerza, un sistema de
seudojustificaciones y un patrón de comportamientos estereotipados operando en
la relación. La situación colonial es una situación total."r5
O sea que podría decirse que, desde el siglo XV hasta la actualidad y en
diversos g¡ados de relación, vamos a encontrar conformadas situaciones de rela-
ción colonial en América, Asia, Africa y Oceanía.
La situación colonial nace de la conquista y se desarrolla a partir del esta-
blecimiento de relaciones entre dos seres sociales, entre dos civilizaciones. Conoce
en el curso de su desarrollo una serie de tiempos fuertes y débiles en Ia presión
ejercida por el grupo dominante: Fases de "conquista, de aprovisionamiento", de
-administración" y al término del ciclo, un encaminarse hacia la autonomía.
Balandier distingue tres tipos de empresas dentro de su caracterización de
la situación colonial: a) La empresa material (control de la tierra y modificación de
población de los países sojuzgados, economías ligadas a la metrópoli); b) la empre-
sa política y administrativa (control de autoridades locales y autoridades de reem-
plazo, control de lajusticia, oposición a las iniciativas políticas autóctonas, aunque
se expresen de manera discreta); c) Ia empresa ideológica (tentativas de desposesión
religiosa para permitir la evangelización, acción directa de un aprendizaje impor-
tado, transmisión de modelos culturales en función del prestigio desarrollado por
el grupo dominante).
Los colonizados prueban la situación colonial como una empresa de
Cesposesión material y espiritual.
Nkrumahl6 dice en L947:"La escena comienza con la aparición de los misio-
neros, de los etnólogos, de los comerciantes, de los concesionarios y de los admi-
nistradores. Mientras que los misioneros con su "cristianismo deformado" exigen
al sujeto colonial que atesore "sus riquezas en el cielo donde ni la polilla ni el óxido
23
destruyen', los comerciantes, los concesionarios y los administradores disponen
l_o
de sus recursos minerales y agrícolas, destruyen sus artesanías y sus industrias
locales.
La población negra de África del Sur expresa en esta fórmula su situación:
,'3hora, nosotros tenemos la Biblia, pero vosotros los blancos, tenéis la tierra".
i Et sobre esta situación histórica concreta, pero sin percibirla como tal, que
ise va a desarrollar la Antropología Clásica.
i El colonialismo no es sólo expansión y dominación económica, sino también
i dominación y etnocentrismo culturáles. El áolonialismo supone la cieencia en una
soia cultura.
A la visión imperial está ligada la negativa de reconocer a las sociedades no
occidentales una interioridad real, una interioridad que no sea percibida como
pasividad u hostilidad
Según un autor de fines del siglo pasado:
7*
:
En todos los tiempos se ha coJonizado, pero a fines del siglo XIX se va a
;'' pretender adernás, estudiar científicamente los pueblos que se coloni zan y coloni-
zat científicamente.
\-¡'- El antropólogo inglés Lubbock lo expresa de esta manera:
"El estudio de la üda salvaje tiene una importancia muy particular para
nosotros los ingleses, ciudadanos de un gran imperio que posee, en todos los rincones
del mundo, colonias cuyos habitantes indígenas presentan todos los grados de ciü-
lización."
24
una teoría y en una práctica antropológica en sentido estricto (aunque para algu-
nos autores Lévi-Strauss-habría que fijar el inicio de la An-
-Evans-Pritchard,
tropología Científica en el lluminismo)...
EI siglo XVIII conserva ]a creencia en la universalidad de la naturaleza
humana concebida como la expresión, en el plano geográfico e histórico, de la
universalidad de la razón.
Las sociedades salvajes no son estudiadas por sí mismas, sino por la ayuda
que puedan aportar al establecimiento de una tipología de las operaciones de que
es capaz el espíritu humano.
Para los pensadores originales del siglo XVIII los salvajes son los represen-
tantes contemporáneos de los hombres de origen o próximos al origen, Pero esta
idea de los salvajes no es asimilable a Ia de los pensadores evolucionistas, para
quienes el primitivo es el representante del estadio primero de la sociedad. El
origen es concebido en el siglo XVIII como lo auténtico, en tanto que en el siglo XIX
será concebido como lo simple (tosco) y 1o inacabado. En la medida en que el origen
es lo auténtico, se pueden obtener de él enseñanzas teóricas y prácticas.
Condillac dice: "Nosotros, que nos creemos instruidos, tendríamos necesidad
de ir hasta los pueblos más ignorantes para aprender de ellos los comienzos de
nuestro descubrimiento: pues ante todo es de esos comienzos de lo que tendríamos
necesidad; lo ignoramos porque hace ya mucho tiempo que no somos discípulos de
la naturaleza".
El concepto de "pueblo de naturaleza" no solamente remite a la idea de una
norma práctica, de una vida moral auténtica, sino también a la de una norma
teórica, respecto a la cual el saber actual toma sentido y validez.
La ideología del "buen salvaje" está ligada a la del lluminismo. Rousseau ve
en la sociedad salvaje el modelo de sociedad auténtica, de la sociedad que responde
a las necesidades inmediatas. Y Ia sociedad que sus contemporáneos llaman "ilus-
trada" no es más, para é1, que una sociedad en la que las luces consisten ante todo
en el lujo, la afectación, el artificio y la superficialidad, y la exportación de las
luces sería la de los artificios y del lujo europeos, que irían a pervertir al "buen
salvaje" en estado puro, y de encantadora inocencia.
Por otra parte, como las necesidades y las ideas que constituyen la natura-
ieza humana son las mismas en todas partes, las propiedades generales de las
sociedades son comparables; tienen preocupaciones e intereses comunes.
Y es así como el interés y las preocupaciones de las sociedades salvajes son
las mismas que las de Europa. Los pueblos, naturalmente, son ccmerciantes y
cambian sus mercancías y Europa podría organizar con ellos relaciones pacíficas
si no hubiera una dificultad debida al hecho de que esas relaciones han sido
manchadas por la anterior üolencia de Europa.
El pensamiento dominante a fines del siglo XVIII no pretende fundar en la
'.iolencia el establecimiento de relaciones con las naciones salvajes, aunque esto
sea incompatible con una cierta colonización, ante la cual ha tenido que "arreglar"
:us concepciones.
Pero de ninguna manera es asimilable al colonialismo que aparece a mitad
Cel siglo XIX.
Hacia 1860 la reflexión antropológica toma un nuevo rumbo. Entre 1860 y
1S80 aparecen las obras clásicas de Bachofen, Tllor y Morgan. El contenido de las
nismas explica que las sociedades están alineadas según un continuo homogéneo
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25
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y único, jalonado por cortes: "estadios de avance". Toda sociedad real se ve redu-
cida, en un determinado momento, a un estadio de evolución técnico-económico.
En el tiempo de la revolución industrial, el criterio de avance en la escala
de la evolución es esencialmente tecnológico.
El principio de la unidad del género humano se funda ante todo en la
universalidad del conocimiento técnico: "Un principio común de inteligencia puede
encontrarse en el salvaje, el bárbaro y el hombre civilizado. En virtud de ello, la
humanidad ha sido capaz de producir en condiciones semejantes los mismos ins-
trumentos y utensilios, los mismos inventos y construir instituciones semejantes
a partir de los mismos gérmenes de pensamiento originales. Hay algo verdadera-
mente impresionante en un principio que ha dado poco a poco la civilización por
una aplicación asidua a partir de humildes comienzos. De la punta de la flecha que
expresa el pensamiento en el cerebro del salvaje, a la punta en mineral de hierro
que expresa el más alto grado de inteligencia del bárbaro y, finalmente, el ferro-
carril, que puede ser llamado el triunfo de la civilización" (Morgan: "Ancient socie-
ty", L877).
Para Morgan el salvajismo ha precedido a la barbarie en todas las tribus de
la humanidad, y la barbarie ha precedido a la civilización.
, En el siglo XIX se asocia el aporte de la civilización a la valoración de los
recursos inexplotados. "Pretender que hay tribus salvajes a las que una civilización
sensata no llegaría a elevar por encima de su condición, es una afrrmación que
ningún moralista podría sostener: por otra parte, del conjunto de los testimonios,
se desprende que el hombre civilizado es en todo, no solamente más juicioso más
hábil que el salvaje, sino también mejor y más dichoso" (Tylor, cit. por Leclerc, op.
cit.).
Ya ha caído en desuso la ideología del buen salvaje y ha sido suplida por la
de la superioridad de la sociedad ciülizada o industrial. Dentro de esta corriente
de ideas, a la Antropología le cabe como tarea la descripción de esas sociedades
atrasadas "antes de que
sean transformadas por
Occidente".
:' Europa tiene el derecho y el deber de abrir los pueblos coloniales a la civi-
lización. La especificidad de la colonización contemporánea no es sólo el hecho de
una sociedad que se cree superior, sino el hecho de una sociedad que cree funda-
, mentar su superioridad en la ciencia y especialmente en la ciencia social.
Como dice J. Berque: "El imperialismo imponía al mundo una forma de
conciencia al mismo tiempo que una forma de gestión".
Vamos a presentar un ejemplo en el que se evidencia tanto la ideología
evolucionista como el dislocamiento de los sistemas económicos tradicionales: la
expansión colonial a lo largo de los siglos XV a )O( se realizó sobre sociedades
precapitalistas con diferente expresión de modos de producción: primitivo (con
todas sus variantes), asiático, feudal-señorial, en los cuales existía explotación,
pero establecida a partir de una determinada relación de equilibrio ecológico y
social. Esta relación fue destruida, dislocada, deculturada.
El siguiente ejemplo se refiere a la situación de la economía en Argelia a
casi 80 años de haber sido conquistada y colonizada por los franceses.
En Argelia, en vísperas de la civilización francesa, las dos terceras partes de
la población eran pastores nómades dedicados a la cría de ovinos y camélidos: y en
menor proporción, ganado vacuno.
Investigaciones contemporáneas, realizadas por científrcos sociales argeli-
nos,18 demuestran que el verdadero ciclo nomádico incluía la actividad agrícola
26
como elemertto complementario indispensable y que es una falsa alternativa opo-
ner agricultura-crÍa de ganado. Lo que vamos a transcribir es la conclusión de un
trabqio obre Nomadismo realizado por antropólogos franceses en 1906.10 En este
trabajo se reconoce la importancia de la ganadería pastoril como actiüdad econó-
mica, pero el o§eto es lograr la sedentarización de Ia población y la suplantación
de la producción pastoril por la agricultura como estadios a ser alcanzados por los
nativos del pafs.
27
se ;firma la necesidad de un paso gradual y mesurado del viejo estado a la civi-
lización.
No queremos que se entienda nuestra postura como una mistificación del
Paraíso Perdido, dondg todo fue mejor. Nuestra apreciación del ejemplo anterior no
implica ninguna "huida etnográfica" hacia un pasado indeterminado en el cual el
hombre era permanentemente feliz.
_ Pero sí queremos que se constate que la explotación colonial supone en todos
los casos el pasaje de una economía de sübsisteniia o de excedente .élatiuo, a una
economía basada en la producción de excedente para el mercado morropoÍish. Y
que esto conducirá a cambios radicales en las relaciones ecológicas, en lás relacio-
nes de p_roducción, en los contenidos culturales e ideológicos ie esas relaciones.
_ Ademas, reiteramos que la penetración colonial supone dos procesos conjun-
tos: la arropiación y privatización de la tierra y la proáucción de mano de óbra
barata. Rstos procesos se sostienen sobre los siguientes supuestos: a) Considerar
lo "descubierto" como si no perteneciera a nadiq como si lás áreas no estuvieran
habitadas y usadas por otros grupos. b) Invocar causas legales. Derechos creados
por la legislación europea. c) Legitimar los hechos de aprópiación por la superio-
ridad intrínseca de los europeos y por la incapacida¿ dé loi pueblos ,o eoróp"os.
Coincidiendo con la cuarta fase señalada por Bonte, eñ la que .e co.rsolida
definitivamente el sistema colonial, correspondeiía, en la etapa áe pensamienio
etnológico, el pasaje del evolucionismo al funcionalismo.
El funcionalismo va a surgir en el seno mismo de la ideología evolucionista
como la necesidad que tiene la colonización de conocer las instiluciones locales,
para lo cual se requiere el análisis de las estructuras sociales indígenas.
28
armado de un lápiz, de un cuaderno y, a veces, de whisky y soda, se ha habituado
a compilar las afirmaciones de informadores, a anotar historiae y a llenar hojas
enteras de textos ealvqies. Dsbe ir a las aldeas, ver a los indfgenae trabajando en los
I
huertos, eobre la playa, en la selva; debe navegar con ellos hacia los lejanos bancos
) de arena y laa tribus extrarlae, obgervarles en la pesca, en la caza y en las expedi-
I ciones ceremonialeg en el mar. La información debe llegarle en toda su plenitud a
través de sus propias observasiones sobre la üda indfgena, en lugar de venir de
informasiones reticentes, obtenidas con cuentagotas en conversaciones...
La Antropologfa al aire libre, opuesta a la recopilaeión de datos extrafdos de
rumor€E, es un trabajo üffcil, pero también de un gran interés.zr
29
Para el antropólogo que quiere construir una imagen fiel de la sociedad
inügena se impone la necesidad de "vivir lejos de los blancos, en completa convi-
vencia con indígenas". Vivirá entre ellos como un miembro más de su sociedad.
El antropólogo rompe con el mundo blanco, más por razones metodológicas
que románticas, como se manifiesta en los ejemplos que acabamos de leer. Trata
de abolir su condición de europeo para hacerse una mirada desencarnada, objetiva,
pero sobre todo mirada no observada, no percibida
En la Antropología funcionalista el punto de vista comparativo se esfuma y
deja lugar a estudios monográficos sobre culturas que contienen lo que es necesario
para su comprdnsión.
El funcionalismo se defrne por contraste con las otras corrientes que lo han
precedido.
30
que la sociedad en su conjunto y los administradores coloniales en especial, siguie-
ron manteniendo una concepción evolucionista en lo que hace a la valoración de los
S
grupos etnográficos.
a A partir de la Segunda Guerra ltdundial, se abandonan las concepciones
[,
relativistas (por el conjunto de la sociedad y también en el ambiente académico de
las ciencias sociales), se asume un neoevolucionismo que mide el adelanto de las
sociedades humanas por cantidad de energía consumida por habitante. Y el mundo
i'
)
queda dividido en países "desarrollados" y países "subdesarrollados".
31
:"i :- :i\to. una práctica social o un conocimiento científico como es nuestro caso, ot
:'l-::s:É -en establecer un nexo significativo entre los contenidos manifiestos dei tr
:r.ri.l-. ir la práctica, del conocimiento y una variable o un conjunto de variables c(
--: ::rnlan parte de algún modelo del sistema socio-cultural,,.i?
Los productores del fenómeno social que se analiza sostienen valores vincu- g,
"i:s ias
:-rnta
a variables que se han tomado en cuenta. Y el análisis del fenómeno se
a descubrir en él una cierta "concepción del mundo", o una determinada p
,:---Én de la realidad (o de un sector de la realidad), concepción o imagen que se r
=¡.:l¡ca en términos de la identidad social de sus portadoresiproductorel-coniumi- s
l=:
- -I -
Hasta aquí tratamos de aclarar los elementos acerca de los modelos en las
::.rcias que pueden sernos de utilidad.
En el comienzo, al encarar este capítulo nos preguntamos
- también por qué
hablábamos de un modelo antropológico y clásico.
. Antrgpológico porque es el modelo que se construye desde la disciplina que
ej-erce¡nos, la Antropologjl, tal como la caracterizamos en páginas antériores, y
Clásióo porque es el Modelo Antropológico que se construye-e.r ona época en quá
nuestra ciencia se consolida, acumulando un corpus de datos y un corpus teórlco
que va a merecer el reconocimiento de la comunidad científica dentro de tas Cien-
cias Sociales.
Y Clásico también porque ese Modelo va a incorporarse a la cotidianeidad
de los actores de la sociedad en su conjunto, como el reiumen de contenido de las
ideas acerca de los "conjuntos sociales antropológicos".
_ va a resultar, además, muy costoso en tiempo y esfuerzo produeir la ruptura
de ese Modelo, de esa "concepción del mundo" en lo que hace a los puebloj colo-
niales, o conjuntos sociales antropológicos".
El Modelo Antropológico Clásico se construye, es formulado, desde nuestra
disciplina en los años 60-70, después de que Ia deicolonización del mundo permite
ejercer la crítica correspondiente; y desde ese entonces dicha construcción va a ir
sufriendo las consabidas modificaciones. Quienes comienzan a formularlo van a ser
sus_propios últimos usuarios. (L. Strauss: Antropología Estructurol cap. XVII.
Eudeba, 1984).
- En síntesis, el Modelo Antropológico Clásico es una construcción científica,
abstracta, formulada por 1os antropólogos en la década 60-20 para explicar lá
producción antropológica desde fines del siglo XIX hasta despuéi de la Segunda
Guerra Mundial.
Este Modelo ha sido formulado aunque sea parcialmente en los escritos de
Lévi-Strauss (1959), de Redfield (1958) y críticamente en Balandier ( 1958 ), Mercier
(1966), Leclerc (1972), entre otros.
En nrr.estro país, E. Menéndez sistem atiza con claridad este Modelo. Y no-
sotros recurriremos a esa sistematizacién.28
Queremos, señalar, en primer lugar, la unicidad del Modelo a pesar de'la
existencia de diferentes tendencias teóricas ? lo largo de 150 años de antropología:
difusionismo, evolucionismo,2e historicismo de Boasl funcionali smo de Malinowíki,
estructuralismo de Lévi-Strauss , etc.
Por encima de esas diferentes corrientes, existe una forma común, un mo-
delo común en el antropólogo de percibir la realidad sociocultural que analiza.
Esta característiCa qoe sope.a momentos históricos concretoiy hndencias
nacionales debe ser colocada en función de dos situaciones: una, "lá unidad de
32
-análisis", que tradicionalmente ha tenido el antropólogo. la comunidad nativa,
), itra, el origen y desarrollo del objeto de la Antropología, fundamentalmente a
)l :ravés de una perspectiva unificada por parte del observador, es decir, la situacion
S :olonial, que caracterizáramos en páginas anteriores.
El tipo de sociedad que aborda la Antropología va a orientar sus teorías
l.- zenerales.
e El antropólogo opera sobre sociedades de dimensiones reducidas que fueron
a :,rr iargo tiempo ignoradas por los demás especialistas de las ciencias sociales. Ha
e -¿levado parte de su comprensión de la realidad social, justamente a partir de
i- ..iciedades constituidas por no más de 250 a L.000 personas.
Leemos en Linton, en su trabajo sobre los Comanches:30
,S
'El valle üene una población relativamente densa; dentro de un radio de 1600 m
d hay 500 habitantes. divididos en cuatro aldeas con sus pequeños caseríos.
.S
ATIMELANG se encuentra en la parte oriental del vaile y tiene dos caseíos adscriptos.
FOLAFENG y FARAMASANG. La población total es de 180 habitantes. La aldea de
a LA$,¡ATIKA está conectada íntimamente por relaciones de matrimonio con Ia de
).- ATIMELANG y su población se üstribuye en tres caseríos en las accidentadas lade-
las de la cañada de LIMBUR, por bajo del nivel del valle. En la parte occidental del
,
t-a
valle existen otras tres aldeas: DIKIMPE, con una población de 114 habitantes,
e ALURKOWATI, con 95 y KARIETA con 56. Los 55 habitantes restantes üven en
r chozas aisladas".
r
t.
Es esta unidad de análisis, reiteramos, una de las situaciones que va a dar
;r :mpronta básica de las características que el modelo tiene más allá de las
T.
: :=rentes tendencias y momentos históricos. Esta particularidad se podrá ir de-
a
LI
:' : =:rando a medida que detallemos las distintas variables del Modelo.
a Distinguimos en el Modelo Antropológico Clásico dos dimensiones,la dimen-
- :: teórica y la dimensión técnica, con sus correspondientes interrelaciones.
e
La Dimensión Teórica está integrada por un conjunto de variables que se
r ":=sponden con una determinada concepción de los conjuntos sociales antropoló-
::... como ya señaláramos en páginas anteriores. Estas variables son: Objetivi-
F
l":. -\utenticidad, Importancia de lo cualitativo, Totalidad, Homogeneidad, y
;.,.
=:lvismo cultural.
a
El antropólogo pretende ser objetiuo.
¡"
33
sólo para un observador honesto y objetivo, sino para todos los ubservadores posi-
bles" (L. Strauss. "Antropologra Estructural", p. 327').
34
.W
35
"Ehtre las cosas incomprensibles del mundo colonial es citado abundantemen-
te el caso de la mujer argelina. Los estudios de sociólogos, islamistas, juristas abun-
dan en consideraciones sobre la mujer argelina.
Ya sea que se la describa como esclava del hombre o como soberana incues-
tionable del hogar, el status de la mujer argelina es motivo de discusión entre los
teóri cos.
Otros, igualmente autorizados, afirman que la mujer argelina "sueña con
liberarse", pero que un patriarcado retrógrado y sanguinario se opone a su deseo
legrtimo.
Es un dato constante entre los intelectuales colonialistas, el de transformar
el sistema colonial en "caso sociológico". Tal país, dirán, solicitaba, requerÍa Ia con-
quista. Así, para tomar un ejemplo célebre, se ha descripto un complejo de depen-
dencia (psicológico) entre los malgaches.
La mujer argelina es "inaccesible, ambivalente, con un componente masoquis-
ta". Son descriptas conductas precisas que ilustran esas diferentes características,
La verdad es que el estudio de un pueblo ocupado, sometido militarmente a una
dominación implacable, requiere garantÍas difÍciles de conseguir. No es solamente la
tierra la que está ocupada, no son sólo los puertos y los aeródromos. El colonialismo
francés está instalado en el centro mismo del individuo argelino y ha emprendido un
trabajo incesante de expulsión de sÍ misrno, de mutilación racionalmente perseguida.
No hay una ocupación de territorio y una independencia de las personas. Es el paÍs
global, su historia, su pulso cotiüano los que son cuestionados, desfigurados, en la
esperanza de un definitivo aniquilamiento.
En estas condiciones, la respiración del individuo es una respiración ob-
servada, ocupada. Es una respiración de combate. De ahí que los valores reales
del ocupado adquieran, rápidamente, el hábito de existir clandestinamente. Fren-
te al ocupante, al invasor, el ocupado aprende a esconderse, a ser astuto Al escán-
dalo de la ocupación militar, él opone el escándalo del contacto. Todo encuentro
entre el ocupado y el ocupante es mentiroso". (Fragmento de "Resistencia Argeli-
na", periódico del l\{ovimiento de Liberación Argelino del 16 de Mayo de 1957,
citado por F. Fanon). 32
Según este planteo, la ciencia occidental sólo habría podido captar de los
grupos etnográficos la imagen más externa y superficial, es decir, la imagen que
el colonialismo le permitió recibir en su proceso de relación. Plantearía que todo
lo que la Antropologta y las demás ciencias humanas han relevado respecto de los
países colonizados es falso, ya que Io que ha recibido no es más que lo superficial.
De alguna manera, el planteo de Fanon descalifica la totalidad del conoci-
miento antropológico.
Este planteo es uno de los núcleos fundamentales de lo que se podría llamar
la teoría social de las corrientes populistas: es decir, cuando un grupo social es
colonizado oprimido, el grupo social como un todo indiferenciado se repliega sobre
su propia totalidad y alcanza la autenticidad nacional, racial, étnica en sí mismo
y después reactúa contra el opresor, también, como una totalidad indiferenciada,
homogénea e indiscriminada.
El planteo de Fanon es un planteo político, pero, es menester insistir, esta-
blece una crítica radical al relevamiento operado por el antropólogo. Frente a esta
crítica ¿qué pueden hacer los antropólogos?
La Antropología británica plantea que el término medio de permanencia en
el "terreno" para realizar un relevamiento antropológico es de dos años; el antro-
pólogo coactúa, tiene que lograr un status particular, dentro del grupo que preten-
de conocer, pero el grupo reactúa de una manera determinada, contra todo cuerpo
36
extraño que pretenda incorporarse; lo que pasa es que aquí hay que recuperar la
particularidad de la antropología. Una cosa es rechazar a un sujeto que viene,
toma la entrevista y desaparece, y otra cosa es el rechazo de un individuo que
comienza a vivir y se queda dos años con ese grupo. Un antropólogo debe recuperar
el conoeimiento de la totalidad que lo implica como persona.
También aparece el principio de la reciprocidad en el trabajo de campo. Es
en esta dimensión donde adquiere relevancia, en cierta medida, el hecho cualita-
tivo que significa para el antropólogo la convivencia con el grupo etnográfico.
En Evans-Pritchard33 se evidencia la importancia de las observaciones de
Fanon cuando relata sus dificultades para obtener información a causa de proble-
mas de desconfianza y hostilidad motivados por situaciones de violencia colonial
concretas. Pero, a diferencia de éste, se muestra también la posibilidad de acceder
al conocimiento de la cultura a estudiar.
,,Mi estancia en Muot dit (aldea del sudán) fue feliz y productiva. Entablé
amistad con muehos jóvenes nuer, que trataron de enseñarme su lengua y mostrar-
- aunque fuese un extraño, no me consideraban molesto.
me que,
Cada dÍa pasaba horas pescando con aquellos muchachos en los lagos y con-
versando con ellos en mi tienda. Empecé a sentir que iba recuperando la confianza,
y me habría quedado en Muot dit si la situación polÍtica hubiera sido favorable.
Fuerzas del go-bierno rodearon nuestro campamento una mañana al amanecer, hicie-
ron registros en busca de dos profetas que habían sido dirigentes en una rebelión
reciente y amenazalon con tomar más, si no les entregaban a los profetas" Me senti
en una posición equívoca, pues aquellos incidentes podrían repetirse...
...En cualquier época habría sido üfícil hacer investigaciones entre los nuer
y en el período de mi üsita se mostraban extraordinariamente hostiles, pues-la
ieciente áerrota que les habÍan infligido las fuerzas gubernamentales y las medidas
adoptadas para garantizar su sometimiento definitivo les habl'an provocado profundo
resentimiento.
...Ios nuer son expertos a la hora de sabotear una investigación y, hasta que
no ha üüdo uno con ellos durante varias semanas, frustran constantemente toda
clase de esfuerzos para deducir los hechos más simples y para aclarar las prácticas
más inocentes."
37
Cuol: ¿Qué harás si te lo digo? ¿Te lo llevarás a tu tierra?
Yo: No quiero hacer nada con é1, Simplemente quiero conocerlo, puesto que
estoy üviendo en tu campamento.
Cuol: Bueno, somos los Lou.
Yo: No te he preguntado el nombre de tu tribu. Ya Io sé. Te pregunto e]
nombre de tu linaje.
Cuol: ¿Por qué quieres saber el nombre de mi linaje?
Yo: No quiero saberlo.
Cuol: Entonces, ¿por qué me lo preguntas? Dame un poco de tabaco.
38
uno' on frente de uno o contra uno. Uno tiene que ompezar a reconocer que existe
para uno mismo.
Monéndez desarrolla el siguiente ejemplo de ro obvio: una cosa simple, una
cosa sabida por todor es que segrin el grupo-o clase social a la que r" p.-"t"'nr..,
rffi
§e muero de determinada manera; este hecho tan obvio, ha acce?ido g6lo recien-
temente a los encargados do curar y de enftentarso con el problema de morir
los médicos-. También so mostrabá oculto para los cientficos sociales y en gene- -
ral, para nuestra cultura como personas. Es iecir, el hecho de que la geni¿ áeiiase
ffi
bqia s-ea atendida y muera de una determinada manera, en un trosf,itat d; dete;-
ffi
minado tipg; y que la^gento de clase media (haciendo categorfas muy amplias),
pueda morir de otra forma, ha sido puesto al descubierto -últimameite por toé
ffi
:tlt'
,,1§i
etnoeociólogos y antropólogos.
r'l¡*:
,:U*i
:i*,
En un trabqio de investigación, David sudnonfl analiza en los EE.uu. dos
#§.
estructuras hoepitalarias para pacientes desahuciados muy diferentes. Trabaja
ffi, seis meges en cada uqo d_e esos hospitales: un hospital para g-ente de bajos
y un san3torio_ privado. §udnow toma el rol de antropólogo dentro de -esos"ecoreós
jái
fi
:::iia,
grupos
y' releva las relaciones qug los méücos tienen con loe pacientes y con las falmitliae
19 loq pacientes. Lae conclusiones a lae que llega indican que las relaciones esta-
blecidas por-los m6üc-os con sus pacienteJ, contñbuyen en fórma muy significativa
a acelerar el proces_o de muerte o de curación de esos enfermos. Denlro áel tipo de
.materiql que estudia Sud¡oq está lo que recoge, por ejemplo, en las guardias
hospitalarias. En la guardia del hospital para glnto de Lajos r'ecorsos (ñegroe y
puertorrique-ños) existfa una especie de üccionario que recuperaba el léxico, o eeá
las formas idiomáticas, que estas personas de clase bqia y de origen racial negro,
tenían para referirse a sua enfermedadog incurablee. Esto léxico Je paaaba de ánó
en año y €ra a través del mismo como los médicos ee relacionaban "én broma" con
sus enfermos incurables. El médico está "surando", sin embargo recibe al otro
'cargándolo", sabiendo tanto él como el enfermo que se va a morir.
' Cuando Sudnow muestra esta documentación y les reitera este imperativo:
lustedes tienen que curar", es como si de golpe, 1o obvio, que es curar, afareciera
cbjetivado de una manera distinta.
Es tan obvio que las culturas están alienadas por cosas que ge van norrna-
iizando, aú,n cuando contradigan Ia definición inicial de lo que deben ser, que ya
:i son percibidas en Ia propia cotidianeidad, porque están negadas en funcién de
esa misma coüidianeidad.
Éste es el tipo de trabqio que se puede producir si se trabaja con la categorfe
,Je lo obvio.
A partir también de las caracterfsticas de la unidad de análisis, Iévi-Strauss
presenta a la investigación antropológica orientada hacia el estudio de casos y los
;:iveles de autenticidad. Para la concepción clásica de la Antropologfa, en los'icon-
;untos sociales antropológicog", las relaciones entre los indiüduos tienen un carác-
:er directo, personal auténtico. "Sin duda, las sociedades modernas no son entera-
:iente inauténticas. Si se consideran atentamente los puntos de inserción de la
nvestigación antropológiea, es dable comprobar quo, al interesaree cada vez más
en el estudio de las sociedades modernas, la Antropologfa se ha deücado a reco-
iocer y aislar en ellas, niveles de autenticidad. Lo que permite que el ebnólogo se
sienta en terreno familiar cuando estudia una aldea, una empresa o un vecináario
de_ una gran ciudad es el hecho de que t¡do el mundo, poco más o menos, conoce
allí a todo el mundo.'(Lévi-strauss: "fuitropologfa Estructural", p. BB1).
39
Otros autores llaman al nivel de autenticidad, orden moral o nivel moral
(Park, Redfield):
Este tipo de relaciones que según el modelo clásico existe entre miembros de
los conjuntos antropológicos determinaría también el tipo de conocimiento que
puede tenerse de los mismos. Cabría obtener un conocimiento de las relaciones
profundas y no superficiales, de una comunidad.
Estas relaciones auténticas y profundas se obtienen en virtud del trabajo en
una unjdad pequeña, que permite las relaciones directas, no mediatizadas, con
todos y cada uno de sus miembros. Significa, en palabras de Lévi-Strauss, recoger
mecánicamente la realidad y no estadísticamente. Nivel de autenticidad significa
que una persona no representa a otras personas, sino que se representa a sí
misma; que toda persona sigue siendo persona en la instancia de la información
que ofrece, significa que no es un simple ente abstracto. un ente numérico, sino que
representa Ia autenticidad de sí misma.
Esto conduciría a dos formas no opuestas pero sí diferentes de conocer, un
conocimiento de tipo cualitatiuo frente a un conocimiento de tipo extensivo.
Teóricamente todo conocimiento antropológico tiende a cualificar el objeto,
teóricamente todo tipo de conocimiento sociológico tiende a ser extenso, es decir,
a establecer una simplificación del Objeto de trabajo.
Esa información cualificada que se obtiene, en virtud de las características
de la unidad de análisis, se relaciona con la dimensión técnica, como señalaremos
en su oportunidad .
También hay una preferencia por los contenidos cualitativos de la cultura en
la información que recogen los antropólogos clásicos, una focalización en lo
superestructural; tal orientación ha conducido a Ia Antropología a valorizar ciertos
aspectos de la realidad social: los sistemas de valores, el universo de los símbolos,
los comportamientos y las actitudes. Dicha ciencia ha subestimado, en cambio, los
aspectos materiales (cantidad y distribución de los hombres, cantidad y distribu-
ción de las riquezas producidas: la base demográfica así como la base económica)
los cuales no tienen menos importancia en las sociedades llamadas primitivas que
en las nuestras. 37
Eso que acabamos de transcribir fue cierto para el período clásico, pero
luego la Antropología económica, por ejemplo, tuvo un auge y un desarrollo muy
auspicioso.
Lévi-Strauss señala a la Totalidad, como la segunda gran ambición de la
Antropología, después de la objetividad.
Las sociedades de dimensiones reducidas sobre las que comienza a fuabajar
40
la Antropología fueron por largo tiempo ignoradas por las demás ciencias sociales.
Es por esto, por ser eI investigad,or único, exclusivo, por 1o que üebía llevat a cabo
una investigación total relevando datos ecológicos, históricos, sociológicos, lingüís-
ticos, económicos, artísticos, etc.
"La naturaleza de su investigación Io llevaba así a descubrir más fácilmente
Ia vida social como un "todo" cuyos elementos están orgánicamente ligados unos a
otros; este aspecto explica la exigencia de totalidad expuesta por Ia mayoría de los
antropólogos" (Balandier, op. cit., p. L22).
Pero, ¿cuál es el resultado de esta inquietud abarcadora y totalizadora? Nos
encontramos frente a monografías, construidas a partir de los datos proporciona-
dos por la observación que presentan un modelo general de la cultura y de la
sociedad, ilustrando cada relación, cada costumbre. con un "caso" apropia<lo. La
vida social queda desmenuzada y a veces esta acumulación de descripciones puede
impedir que aparezcan las relaciones fundamentales que existen entre los fenóme-
nos estudiados. Se alcanza así una falsa totalidad, la verdadera es la de los pro-
cesos concretamente estudiados en sus relaciones"
"Debe señalarse, sin embargo, que a nivel descriptivo inmediato, a nivel
fenoménico, una gran parte de esta producción describió realmente los fenómenos,
es decir, expresó la realidad dada, una realidad que daba cuenta de determinados
hechos, pero que negaba en sus descripciones inmediatas otros hechos que por otra
parte demostraron ser los estructurales.
En sus descripciones no aparecían las formas de dominación, el cuestiona-
miento de la hegemonía loca.l. La escotomización38 de los o'universos culturales" y
la concentración del enfoque no en los procesos sino en los acontecimientos cultu-
rales condujo a gran parte de la producción antropológica a generar detalladas
monografías de hechos que se resolvieron históricamente, pero no a través del
marco conceptual utilizado". 3e
. En otras palabras, la totalidad es asumida, acordando a los sistemas cultu-
rales una casi total autonomía o disolviendo la realidad social en la realidad cul-
tural, olvidando las complejas relaciones que esos dos órdenes mantienen.
Esa autonomía, autosuficiencia o aislamiento que va a ser desmentida por
investigaciones posteriores, la encontramos formulada explícitamente en autores
del Modelo Clásico:
"La sociedad folk (conjunto social antropolégico) es una sociedad aislada. Pro-
bablemente no existe una sociedad en el mundo cuyos miembros ignoran, de una
manera absoluta, la exjstencia de otro pueblo distinto del de el).os; los andamaneses{o
muy a pesar de que, durante siglos, los navegantes se aprestaron de sus islas, tenÍan
conocimiento de gentes extrañas a ellos y ocasionalmente entraron en contacto con
üsitantes malayos y chinos. Sin embargo. las sociedades foik que conocemos están
integradas por gente que tiene poca comunicación con otra gente distinta de la de su
grupo, y concebimos como la sociedad folk tipo, la que está formada por personas que
no tienen contacto con ningún individuo que no pertenece a su sociedad" (Redfreld:
"La sociedad folk").
4L
A medida que partiendo de las microsituaciones nos elevamos a las
la aparente irracionalidad de Ia conducta en
macrosituaciones, descubrimos que
una escala pequeña cobra una determinada forma de inteligibilidad cuando la
vemos en su contexto más amplio.
Recordamos al respecto el caso de las comunidades mejicanas estudiadas
por Redfield, quien había deseripto sus actividades económicai como efectuadas
dentro de los límites de la comunidad, y no había podido registrar el hecho de que
los campesinos trabajaban como proletarios rurales en las plaátaciones de henequén,
que se encontraban próximas. Y justamente, el impedimento para realizar este
registro había sido su concepción de comunidad total, autosuficiente ("También
podemos pensar que la sociedad folk ideal es como un grupo económicamente
independiente de cualquier otro: el pueblo produce lo que consume y consume lo
que produce". Redfield: "La sociedad folk".)
Situación que se revierte cuando tiempo más tarde, otro investigador, Sid-
ney Mintz, observa y registra las relaciones de las comunidades con las instancias
territoriales y económicas más amplias.
Elntonces, salvando esas situaciones de totalidad, recuperaríamos como po-
sitivo el esfuerzo por captar la totalidad del hombre que actúa y produce en el
mareo de un sistema de relaciones sociales. Y señalamos, además, que en su
desarrollo, nuestra disciplina ha generado conceptos que expresan esalotalidad,
ya se trate del sistema de las producciones y obras humanas de cultu-
ra-, ya se trate del sistema de las relaciones sociales -concepto
de estructura
y de función. -conceptos
La sociedad "tradicional" parece más lnmogénea q\e nuestras sociedades.
EI modelo de parentesco aparece como el elemento significativo de la orga-
niza_ción social, el elemento que 1á confiere estructuración yientido. "son socieña-
des basadas en relaciones personales, en vínculos concretos entre individuos" (los
de parentesco).
Las configuraciones de estas relaciones se realizaban mediante hechos de-
rivados de las diferencias de edad, sexo y conexión familiar.
La homogeneidad de tal sociedad, que sólo reconoce las diferencias mencio-
nadas de sexo, edad y status en el sistema de parentesco:
42
"En cada campamento hay una triple üstribución de chozas para solteros,
solteras y parejas casadas, interponiéndose este último grupo entre el de hombres
solos y el de mujeres solas. Incluso dentro de cada hogar se tiene cuidado de apartar
a los solteros del sexo opuesto y de que las parejas casadas ocupen el espacio inter-
rnedio. Esta clasif-rcación por status conyugal y sexo no equivale a una simple gra-
duación por edad como la que se encontrará en otras partes, ya que incluso ]as
riudas ancianas moran en una de las chozas destinadas al uso de las soiteras. No
cbstante, se establece indirectamente una apreciable correlación con el factor eclrrl,
-!a que en las tribus pnmitivas, por lo regular, el m¿rh'imonio pocas veces se difitire
hasta mucho después de la madurez fisiológica de la joven, y además no parece que
en las Islas Andamán existan obstáculos económicos para que los hombres se casen
pron[o. En verdad, el papel que en la conciencia nativa tienen la edad y sus correlatos,
el estado ciül y la condición de padre se adüerte con claridad en la abundancia del
vocabulario correspondie[te, :-:ue permite una definición nada ambigua de cualquier
individuo de uno u otro sexo con referencia a Ia edad y al status matrimonial. De este
' modo, un niño pequeño es designado con un determinado término durante el primer
año, con obro durante el segundo, con uno ulterior durante el perÍodo del cuarto al
décimo, y otro del undécimo al duodécimo. Se diferencia al hombre que se ha easado
hace unos meses del que lo ha hecho hace pocos dÍas y al padre en perspectiva del
que 1o es en realidad, En cuanto a esposas y madres, existe un refinamiento serr¡¿-
jante en Ia nomenclatura. Sin embargo, los términos más significativos en cuar¡to
atañe al status se cuentan entre los que se refieren a la iniciación de niños y niñas
en su carácter de miembros plenos de la tribu. Las ceremonias pertinentes reqruieren
especial atención." a2
Este ejemplo nos ilustra acerca del tipo de información que los estudios
,.-:ropológicos clásicos privilegian en lo que hace a las diferencias significativas en
:nterior de los grupos.
Sin embargo, habría otras diferencias significativas además de Ias mencio-
- : Jas que
no habrían sido registradas. Nos referimos a las resultantes de la
: =:ribución desigual de riquezas y de poder.
Cuando Balandier menciona Ia heterogeneidad de las sociedades coloniaies
:-:porciona el ejemplo de los Hausas de Nigeria: "Existen sociedades esbatales
.:r Estado) con jerarquías sociales convergentes e imbricadas. Tal es el caso de
"; estados Hausas de Nigeria septentrional. En un sistema de 'extrema comple-
':ld'operan de modo convergentejerarquías de orden étnico, funcicnal, de status,
:.:.:tico administrativo y religioso, aunque subsisten las antiguas jerarquías de
.:r1es...".43
Heterogeneidad y homogeneidad que, por otra parte, no serían generalizables
-- la una ni Ia otra, ya que no se puede poner bajo Ia misma consideración a la
:':¡edad china o a la sociedad india, a los reinos africanos o a las sociedades de
--::érica Latina,
Vamos a considerar, por último, la variable d,el relatiuismo cultut'al, que es
:-herente a la concepción clásica de la antropología.
Relativismo cultural significa que los valores expresados en cualquier cultu-
-' han de entenderse y de juzgarse solamente de acuerdo con Ia forma en que los
*:embros de una cultura ven las cosas que dan vida Ia misma.
a Que al comparar
-:.a sociedad poligámica con une sociedad monogámica no tenemos ninguna forma
;.lida de afirmar que una es n:ejor que Ia otra. Ambas satisfacen necesidades
' .¡manas, cada una tiene valores gue Ie son propios y q,-re se validan desde el
::rto de vista del hombre que vive en uno o en otro sistema.
43
M. Herscovits en "El Hombre y sus obras" eg el antropólogo que ha estudia-
do en detalle este principio. La obra de R. Benedict: "Patteins óf dulture"4 eB un
ejemplo de relativismo cultural. En ella leemos la postura con la'que la autora va
a mirar los materiales recogidos en los conjuntos antropológicos que analiza:
"La señal distintiva de la Antropologfa entre lag ciensias gociales está en que
ella incluye para un estudio más serio a aosiedadee quo no son la nueetra. Para ius
pmpósitoa, cualquier regulación gocial ¿lel matrimonio y la reproducción ee tan aig-
niñcativa como la nuosttra, aunquo ella sea de los Kwakiutls y no tenga relación
histórica alguna con la de nueetra siülización. Para el antropólogo nuestras cogtum-
bres y lae de una tribu de Nueva Guinea son dos posibles eÁ¡quomaa socialee respecto
de un problema común, y en cuanto psrrnansce antropólogo se ve precisado a eütar
toda inclinación de la balanza en favor de uno a oxpensas del otro. A ól le interega
la conducta humana, no tal como está modelade por una tradición, la nuestra, sino
tal como ha sido modslada por cualquier otra tradición. Está interesado en la gran
gama de la costumbre tal como se encuentra en culturas variae. Y su objeto es
entender el modo en que esas culturas cambian y se diferencian; las diversag formag
a través de lae cualee so oxpresan y la manera en quo las costumbres de loe puebloe
accionan en las üdae de los indiüduos que los componen. '
¿Cuáles son las dificultades y las ambigüedades que presenta este principio?
Algunas fueron señaladas desde eI interior mismo del grupo de los antropó-
logos del modelo clásico, otras pertenecen a la crítica posterior a la descolonización.
Entre las primeras se señala la contradicción lógica que supone la aplicación del
principio a toda mamfestación cultural crralesquiera sean sus valores.
Con tal declaración se autorizarfa a los pueblos cazadores de cabezas a
seguir cazando cabezas, por estar dentro de sus tradiciones; a que sigan practican-
do la torüura a las culturag que la practican; al infanticidio, a la brujela con
peduicio de terceros, etc.
Es cierto que los que acabamos de señalar son casos lfmite, pero nos mues-
tran que el principio no puede pasar la prueba de la lógica. 6
Esta doctrina fue formulada en tiempos del nazismo, y cuando aplicando la
misma se redacta en 1947 la Declaración de los Derechos Humanos, se incluye un
párrafo con el que se salvaba de esta manera la dificultad que estamos seflalando:
44
É, r ..
.,.-
Con lo cual esta doctrina se contradice a sí misma, o valen todos los valores,
o se sostiene que algunos de ellos deben primar sobre los otros. Ya que al hacer
referencia a los valores subyacentes se está esperando una "buena elección de
\-alores" y no se está sosteniendo que todas las elecciones sean igualmente buenas
.v válidas.
Una situación equivalente, señala R. Bastide,a6 está contenida en un docu-
nrento que se conoce con el nombre de Acta de Reorganización de los Indígenas y
trata de la colonización de los pueblos nativos de los Estados Unidos. En ella se
expresa que la cooperación económica entre el blanco y el indio no podrá dar frutos
a menos que el primero respete las religiones, costumbres y valores de su socio
nativo. No obstante, la idea de la superioridad de la civilización occidental ronda
a los redactores del Acta de Reorganización, aunque ya no se traduzca en una
voluntad de asimilación; la iniciativa debe emanar de los mismos nativos, no del
exterior. El pensamiento subyacente a esta legislación es el de que cuando los
anglosajones disponían del presupuesto y distribuían por sí las correspondientes
partidas entre individuos o grupos se hacía patente el fracaso, o sea, la resistencia
de Ios administrados; en cambio, dejando que las comunidades se ocupen de dis-
lribuir las asignaciones ha de producirse, necesariamenten un vuelco en la situa-
ción. Estas comunidades, por fin, no dejarán de dar un buen uso a los fondos, es
Cecir, de utilizarlos en el sentido de su occidentalización.
Así vemos que el relativismo encierra en 1o íntimo de sí mismo el
etnocentrismo que pretende denunciar.
La otra crítica a este principio, es la que señala que al valorar por igual
lodas las diferencias, deja de explicarlas, hecho por lo demás grave cuando esas
Ciferencias suponen desigualdades injustas entre las sociedades "diferentes". Y al
ro explicarlas coadyuva a que se perpetúen.
Con todo lo expuesto no queremos decir que las diferencias culturales exis-
tentes no sean merecedoras de respeto y justa valoración, sino que pretendemos
señalar las situaciones que escamotean Ia aplicación del principio del relativismo
cultural.
"Hemos confundido a veces el derecho a ser diferentes con la exigencia de
perpetuación de las diferencias." La siguiente cita de Kluchohn y la que antecede
pueden resultar aclaratorias para lo que queremos expresar en cuanto a los límites
v los alcances del principio relativista, al exponer en qué consiste el respeto por las
diferencias: "La Antropología concede la misma amnistía a las variaciones cultu-
rales que da el psicoanalista a los deseos incestuosos. Sin embargo, en ninguno de
:sos casos está implícita la aprobación. La barbarie de un campo de concentración
no es buena en virtud de ser un elemento en el modo de vida ideado por los nazis.
El antropólogo y el psicoanalista aceptan lo que existe sólo en la medida de afirmar
,1ue tiene un sentido y no puede pasarse por alto... El respeto no significa conser-
i'ación en todas las condiciones."47
O, en otras palabras, no hay por qué considerar el canibalismo, la guerra,
=l sacrificio humano y la pobreza como logros culturales valiosos para llevar a cabo
un análisis de esos fenómenos.
Tampoco queremos restarle la importancia histórica que tuvo este principio,
al conferirle a la Antropología la originalidad que supone poner en tela de juicio
ia supremacía cultural de Occidente (tendencia predominante durante todo el siglo
XIX y no desaparecida en el siglo XX), pero acotando que esto sólo sucede a nivel
ü1>4 Wb
de'l discurso benévolo y voluntarista del relativismo cultural, y en el juicio del
conjunto de personas sobre las que este discurso haya podido tener predicamento.
EI Modelo Antropológico Clásico va a desarrollar una imagen no cambiante
de la sociedad, va a desarrollar concepciones en las cuales se hace abstracción de
la historia; las sociedades o comunidades que se estudien y analicen con este
Modelo van a evolucionar lenta y gradualmente.
46
internacionales. Lewis, analizando el perÍodo durante el cual estuvo Redfield encon-
tró que se habían producido 175 casos reputados como criminales y que la dimensión
política que Redfield trató casi a nivel de un juego, para Tepoztlán era un problema
muy serio para la comunidad, generador de enfrentamientos y üolencias, que duran-
te el lapso de estadía de Redflreld casi desembocó en guerra civil y que fue iustamente
dicha situación Ia que motivó su salida de Tepoztlán. Para más, el área que investígó
Redfield constituyó el foco de la revolución Zápatista, es decir del ala agiaria radiá
de la revolución mejicana."5l
47
Comenzar a introducirse en la comunidad para convivir con la gente, impli-
ca la prepotencia de Ia presencia de un ser extraño que se presenta de pronto ante
un grupo.
F. Boas escribió un trabajo, "El antropólogo como espía", y generalmente el
antropólogo tiene ese modelo de trabajo cuando se plantea el significado de la
observación con participación. Cuando hay que introducirse en un hospital para
relevar la relación médico-paciente o cuando hay que instalarse en un aula del
CBC porque se está estudiando el modelo educativo, ¿cómo hay que hacer? ¿Hay
que disfrazarse de enfermero o de antropólogo? ¿Qué se quiere significar con esto?
Se quiere decir que ir a ver enfermos o estudiantes significa la convivencia perma-
nente, cotidiana, continua en todas las dimensiones de lo que representa la
cotidianeidad de la existencia. Esto es hacer antropología.
¿Qué quiere decir, entonces, observación con participación? Quiere decir no
solamente el transcurrir un Iapso de tiempo determinado, compartiendo la
cotidianeidad, sino también encontrar el rol que la propia comunidad otorga, a
partir de que la comunidad tenga conciencia de la función que va a cumplir el
antropólogo.
Generalmente un antropólogo es de clase media, y desde allí, desde su clase
trata al nativo paternalmente porque pertenece a otro sector de la sociedad. A la
Antropología le costó mucho ponerse a estudiar su propia clase media, su propia
clase obrera, su propia clase alta, porque ya no podía trabajar paternalistamente,
sino que comenzaba a trabajar con gente que le preguntaba qué iba a estudiar.
Hay también en la observación con participación una dimensión de apren-
dizaje. A partir de los descubrimientos hechos por otros hombres en situaciones
diferentes a las del observador, se puede llegar a apropiar ese conocimiento para
una utilización adecuada a la propia realidad.
La observación está íntimamente relacionada con otro elemento de la di-
mensión técnica, la técnica del informante clave, que es la selección intencional
que se realiza sobre miembros de la comunidad con Ia que se trabaja, para esta-
blecer información profunda y calificada.
Esta técnica tiene como presupuesto otra de las variables de la dimensión
teórica del modelo que es la de la homogeneidad social y cultural. Esto supone que
los miembros que componen una comunidad de ese tipo, al no existir diferencia
entre ellos, al no tener diferentes perspectivas de clase pueden dar cuenta de la
totalidad de la cultura en función de la homogeneidad de la misma.
¿Qué queremos significar cuando destacamos la operatividad de estas técni-
cas de relevamiento de datos, en qué consiste la calidad de la información obtenida
por intermedio de las mismas y por qué?
"No hay sustituto para la conüvencia real con un grupo de personas, parti-
cipando en su üda diaria, dándose cuenta de sus valores a través del contacto
personal y la empatía y observando de cerca sus reacciones emocionales. El papel de
los informantes debe limitarse a 1o que no es posible obtener por la observación
directa. Los aspectos más valiosos de Alofs surgieron en el curso de las discusiones
como comentarios laterales, o como recuerdos de acontecimientos de la üda de un
individuo específico. Tal vez los datos recopilados por la participación directa pueden
disminuir las discrepancias entre la cultura manifiesta y la encubierta".sa
48
,-:.io de Malinowski ("Crimen y costumbre en Ia sociedad salvaje". Ariel, Barce-
:-a. 1971) ante el hecho de la muerte de un habitante de las islas Trobriand.
49
de violar )as reglas de la exogamia y que creen lirmemente qr;e el incesto de clan
puede ir seguidó de llagas, enfermedades e incluso la muerte. Este eE el ideal de la
ley nativa y en cuestlones morales es fácil y hasta agradable adherirse estrictament€
al ideal cuando se juzga la conducta de los otros o se explesa una opinión sobre la
conducta en general,
No obstante, cuando se trata de aplicar la moralidad y los ideales a la üda
real, las cosas toman un aspecto diferente. En el caso descrito era obvio que los
hechos no concordaban con el ideal de conducta. La opinión priblica no se mostraba
ultrajada en absoluto por el conocimienio del delito y por los insultos que )a par[e
interesada lanzó públicamente cont¡a el culpable. Incluso entonces, e1 muchacho
tuvo que castigarse a sí rnismo; por lo tanto, ]a "reacción del g:rupo" y la "sanción
sobreriatural" no fueron los principios activos en el caco; adentrándome más en la
materia y recogiendo información concreta, descubrf que la üolación de la exogamia
]o que respecta al comercio sexual, no ¡rl matrimonio- no ee un caso raro ni
-por
mucho ménos, y que Ia opinión púb)ica se muestra indu)gente aunque decididamsnte
hipócrita. Sj el asunto se lleva a cabo ocultamente, con cierto decoro, y si nadie en
particular suscita dificultades, Ia "opirrión pública" murfiurard, pero no pedirá un
cashigo 6evero. Si, por el contrario, se produce escándalo, todo e] mundo se volvorá
contra la pareja culpable y, por el ostracismo y los insultos' uno de ellos o los dos
podrin ser iuducidos al suicidio .
En cuanto a la sanción sobrenatural, este caso rne condujo a un descubrimien-
to interesante e importante. Me enteré de que hay un remetlio perfectamente bien
establecido contra cualesquiera consecuencias patolégicas de esta transgresión, un
remedio que si se aplica correctamente eskí considerado como prácticamente infali-
ble, Es decir, que el nativo posee un siste¡na de magia que consiste en hechizos,
ertcanta¡nientos y ritos ejecutados sobre el agua.
Esta era la primera vez en mi trabajo que mc encontraba con io que podrfa
llamarse un sistema bien establecido de evasión y esto en el caso de una de las )eyes
más fundamentales de Ia tribu. Más ta¡de descubrl que semejantes ilesamollos pa-
rásitog en )as principales ramas del orden tribal existen en otros varios casos, ade-
más de los que sirven para contrarrestar el incesto. La irnportancia de este hecho es
obüa. Muestra clsramente que una sanción sobrenatural no salvaguarda siempre
una regla de conducta por medio de un efecto automátieo; contra la influencia má-
gica puede haber contramagia. Desde )uego que es mucho mejor no correr el riesgo
que puede haberse aprendido mal la contramagia o llevarse a cabo de un modo
-ya
imperfecta-, pero ei riesgo n0 es grande. La sanción sobrenatural muestra por lo
banto una elasticidad considerable en conjunción con un antídoto adecuado.
Este antidoto metódico nos enseña otra lección. En una comunidad donde las
leyes no sólo se quebrantan ocasionalmente, sino que se trampean sistemáticamente
por métodos bien establecidos, no puede esperarse una obediencia uespontánea'a la
ley, una adhesión ciega a la t¡adicíón ya que dicha tradición enseña al hombre
subrepticiarnente cómo eludir algunos de sus mandatos más severos y no se pueds
ser empujado hacia adelante espontáneamente y tirado hacia atrás espontáneamen-
te ¡todo al mismo tiempo!
La magia para deshacer las consecuencias del incesto de clan es quizás el
ejemplo más definido de elusión metódica de Ia ley, pero ádemás hay otros casos. Asf,
un sistema de magia para hacer que una mujer deje de querer a su marido e
inducirla al adulterio es una formq tradicional de burlar la institución del rnatrimo-
nio y la prohíbición del adulterio. Las varias formas de magia deletérea y malélica
pertenecen a una categola ligeramente diforente: magia para destruir cosecha, para
frustrar los esfuerzos de un pescador, para hacer que los puercos se escapen a la
selva, para agostar los bananeros, cocoteros y palmeras do ateca, para echar a perder
una fiesta o una expeüción de áutra, Esta magia, dirigida a instituciones establecidas
y actividades importantes, es realmente un instrum€nto de delito surninistrado por
50
la tradición. Como tal es un departamento de tradición que trabaja contra el derecho
y está directamente en conflicto con é1, ya que el derecho bájo formas diversas
salvaguarda aquellas actiüdades e instituciones. El caso de hechicería, que es una
forma especial y muy importante de magia negra, lo discutiremos ahora, lo mismo
que cíertos sistemas no mágicos de elusión de la ley tribal.
_ La ley de exogamia, la prohibición de matrimonio y comercio sexual dentro
del clan es a menudo mencionada como uno de los manáamientos más rigidos y
generales de la Iey primitiva, ya que prohÍbe las relaciones sexuales dentro del clañ
con la misma severidad sea cual fuere el grado de parentesco existente entre las dos
personas interesadas. La unidad del clan y la realidad del "sistema clasificatorio de
parentesco" están máximamente ündicadas en la prohibición del incesto de clan.
Une a todos los hombres y a todas las mujeres del clan como "hermanos" y "herma-
nas" mutuos y los excluye absolutamente de toda intimidad sexual. Un análisis
cuidadoso de todos los hechos relevantes en las islas'frobriand desmiente comple-
tamente esta teoría. Se trata otravez de una de estas ficciones de la tradición naaiva
tomadas { pta de la letra por }a antropologra e incorporadas en peso a sus enseñan-
zas.55En las Tlobriand, la violación de la exogamia se considera de modo muy dife-
rente segrin que los dos culpables estén estrechamente emparentados o sólo unidos
por Iazos de clan común. Para los nativos, el incesto con una hermana es un crimen
indecible, casi inimaginable cual, repetimos, no significa que no se cometa nunca-
. El quebrantamíento de la-1o ley de exogamia en el caso de una prima hermana por
lÍnea materna es una ofensa muy seria que pueCe tener, como h"mo= üsto, conise-
cuencias muy trágicas. A medida que el grado de parentesco se aleja, Ia severidad
disminuye cuando el acto se comete con una persona que meramente pertenece al
mismo clan; entonces la üolación de la exogamia no es más que una ofensa venial
que se perdona fácilmente. De modo que, respecto a esta prohibición, las hembras del
clan de un hombre no son un grupo compacto, un uclan" liomcgéneo, sino un conjunto
de indiüduos bien diferenciados cada uno de los cuales está en una relación especial
con él segrin el lugar que ocupa en su genealogra.
Desde el punto de üsta del nativo libertino, la sreoasoua (la üolación de la
exogamia) es desde luego una forma de experiencia erótica especialmente interesan-
te y picante. La mayoría de mis infbrmantes no sólo admitíán, sino que incluso se
vanagloriaban de haber cometido esta ofensa o la de adulterio (haytasi¡ y tengo
registrados muchos casos concretos, auténticos, que prueban este heáho.
De m«ldo que la relación de la üda real coñ el estado de cosas ideal, tal como
está reflejado en la moral y el derecho tradicional, es muy instructivo."
51
través de los conceptos de aculturación, transculturación 1' a=irnrlacion. asume de
hecho una dirección del cambio determinado por la cultura donrinante. y una
actuación reactiva por parte de la cultura dominada.
52
Sería una grosera simplificación pretender que la resistencia africana a la
conquista europea condujo, en línea recta y sin desviarse, a las rebeliones nacio-
nales de la década del 60, o afirmar que los modernos partidos y programas
políticos del África y las organizaciones sindicales, son descendientes directos de
los puebios que lucharon primero contra la invasión extranjera. Pero sería igual-
mente engañoso argumentar que no hubo vinculación alguna entre las distintas
fases de la lucha africana, aun pensando que los modernos luchadores anticoloniales
dan un salto hacia adelante, alejándose del pasado, en dirección a algo nuevo, el
establecimiento de sus nuevos estados, la construcción de su nueva economía y la
concesión de una nueva economía y la concesión de una nueva vida a sus propias
culturas.
Muchas son las formas de expresión que han tomado los movimientos de
liberación nacional. La defensa de la tierra, la resistencia al comerciante extran-
jero, a los impuestos y a los trabajos forzados, la oposición a verse complicados en
la primera guerra mundial, la tentativa de formar una iglesia y escuelas africanas
independientes, la lucha por salarios más elevados y por derechos sindicales, la
oposición a las leyes de tránsito y otras formas de discriminación racial, la lucha
por las libertades civiles y por el pleno derecho político para los africanos, la
campaña por la africanización de los empleos públicos, contra la barrera de color
en industrias y la falta de educación: estos y otros problemas son y han sido los
principales en torno a los cuales luchó y creció el movimiento de liberación.
Y de estas exigencias, y a través de las adecuadas formas de aeción y orga-
nización que se desarrollaron en respaldo de las mismas, surgen los movimientos
de liberación de las naciones africanas
Desde L919 hasta 1944 van a comenzar a realizarse congresos panafricanos,
donde se debaten profundamente todos los problemas y donde se elaboran las
exigencias y normas políticas.
Por otra parte, en el continente asiático se produce Ia independencia de la
India 1947) y la revolución comunista en China ( 19a9 ) y en Vietnam del lrlorte
1954).
El rencor contra Occidente, la inquietud ante la tensión creciente entre
China y los EE.UU., el temor de una guerra desastrosa desde el punto de vista
político y económico (todos los países del África y Asia tienen niveles de vida muy
bajos, aunque haya variaciones entre una región y otra), el deseo entre los gober-
nantes de la India (Nehru) de aclarar los términos de las relaciones con China, la
necesidad de conocerse mejor entre todos ellos y de coordinar esfuerzos: todos éstos
son los motivos que hacen que cinco estados de Asia y del sudeste asiático lancen
ia iniciativa de una vasta Conferencia entre todos los jóvenes países de esos dos
continentes.
Se realizan conferencias preparatorias y se llega por fin a la Conferencia de
Bandung, Indonesia tabril de 1955).
Són invitados los países de Asia y de rÚrica que habían alcanzado su inde-
pendencia política.
El encuentro cuenta con la asistencia de los siguientes países: Afganistán.
-\rabia Saudita, Birmania,'Jamboya, China, Ceilán, Costa de Oro (Ghana), Egipto,
Etiopía, India, Indonesia, Irak, Irán, Japón, Jordania, Laos, Líbano, Liberia, Libia,
\epal, Filipinas, Pakistán, Siam, Sudán, Siria, Turquía, Vietnam del Norte, Viet-
:am del Sur, Yemen.
53
La conferencia había sido preparada para discutir cuatro objetivos bastante
generales,
- a) Promover la buena voluntad y la comprensión entre las naciones de Asia
y Africa; estudiar y favorecer r"r lntá..res mutuos.
b) Examinar los probl-emas y las relaciones sociales, económicas y culturales
entre los pafses representados.
c) Examinar.los problunas que interesan especialmente a tos pueblos de
f*iu y Africa: aquellos que afectan la soberanía nacional, el racismo y-el colonia-
lismo.
-d) Apreciar la posición de Asia y Africa en el mundo contemporáneo, tanto
como la contribución que puedan aportar y el afianzamiento de la paz y la'coope-
ración internacionales.
.Estos obiqtivos son debatidos y las conclusiones de la Conferencia quedan
sintetizadas en diez puntos que expresan los principios de Ia coexistencia enire las
naclones.
Como juicio u opinión acerca de Ia importancia de BanduDg, nos parece
acertado el de L. S. Senghor.s
Senghor luzga _qu€ B-andung reüste la misma importancia histórica que el
Renq.cimiento. Que si bien la conferencia-tiele un aspeCto negativo, en tanto que
es solamente una revuelta moral contra la dominación euroflea, er también más
que eso: es la expresión, a escala del planeta, de la toma-de'conciencia de su
emin-ente dignidad-por los pueblos de color. Es la muerte del complejo de inferio-
ridad de estos pueblos.
_ -Bg._dung- fue una afirmación de independencia, inseparable de Ia nocién de
igualdad de todas las naciones.
Las consecuencias de Bandung se reflejaron en el seno de las Naciones
Unidas, donde la solidaridad de las naciones afroasiáticas que Ia integraban con
Ias otras naciones que luchaban por su independencia, cumplieron con Ia tarea de
\Sg.t legftimas esas luchas en el seno de los foros internaciónales (Votos para que
China ingresara en la UN: 1956, Corea, Togo, Argelia [lg5?], etc. ).
E os lazos jurídicos y políticos que loi pueblos afroasiáticos desatan en Ia
década del 50 y del 60 a través de su lucha político-militar y diplomática no los van
a _configurar clmo naciones independientes en toda la ampliiud del término. §u
relación con el occidente €uropeo con los EE.UU. va a séguir siendo de depen-
-y
dencia. Como lo es también la relación de las naciones cen-tro y sudamericanas.
Pero ega depeldencia no se va a manifestar a partir del mismo iipo de relaciones
confrguradas durante el siglo XIX.
EI neocolonialismo europeo, pero sobre todo el norteamericano, eB el sistema
que va a imponer una nueva üüsión internacional del trabajo.
Hasta aquf habfamog reseñado brevemente los contenidos históricos del último
perfodo señalado por Bonte.
Ahora cabrfa preguntarnos por el pensamiento antropológico correspondien-
te.
¿Qué sucede con el reconocimiento de la relación colonial?
La conciencia europea tardará mucho en reconocer la situación colonial. 5a
denuncia de la misma es temprana y se mantiene durante todo el siglo x§( pero
aparece sólo como tema de denuncia, pero no de acción y de transformacióri. Si
bien se encuentran criticas a Ia situáción colonial, duránte todo el siglo y en
potencias coloniales de üferente grado de desamollo económico, como Io erariEaf,ala
54
- -:,giaterra, lo real es que las mismas aparecen absorbidas por el desarrollo de Ia
- ':iica expansionista europea. Absorbidas por la ideologÍa vigente de todo el pe-
- ,i,:. la cual justificará la situación colonial y el racismo consecuente.
Esa ideología, corno lo señaláramos anteriormente, es la del evolucionismo
: del darwinismo social.
"Yo no quiero decir 1o que los filósofos han pensado de la raza negra; no
quiero atribuir a los negros una naturaleza distinta: no quiero invocar la opinión de
sabios anatómicos, cuyo estudio se encaminaba a demostrar caritativamente que
entre el esqueleto y la organización fisiológica de los negros y el esqueleto y la
organización fisiológica de los monos hay magra semejanza".se
55
Estas sociedades se han determinado mutuamente y no son lo que son por
factores metafísicos, predestinados o racistas.Go
Con estos nuevos planteos se ha operado una transformación de la matriz
teórica. Y transformar la matriz teófica significa modificar el tipo de preguntas
que se Ie hacen al objeto y producir respuestas nuevas. Toda teoría es en eiencia
su problemática, es decir Ia matriz teórico-sistemática del planteamiento de todo
problema que concierne al objeto de la teoría.
La función esencial de la descolonización es, al incluir nuevamente en la
historia a las sociedades colonizadas como entes autónornos, crear la necesidad de
una reestructuracion del saber.
Como decíamos al comienzo, parafraseando a Hobsbawn, la Antropología
redescubre la Historia.
Esta nueva construccién científica conoce antecedentes inmediatamente
previos o simultáneos al desarrollo de los movimientos de liberación nacional.
[labría un conocimiento temprano de Ia situación co.lonial, el realizado por
los represenantes de la escuela de Manchester; el análisis de Worsley de los mo-
vimientos milenaristas de Nueva Guinea (1957) se convirtió en una crítica a la
política colonial y en una descripción de los inicios del nlovimiento nacionalista,
dándose de este modo Ia ruptura de las coacciones del paradigma, del modelo
antropológico clásico. Se introduce el estudio de las dinámicas soéiales a partir de
este gran tema: Milenarismo y Mesianismo, que queda incorporado a la problemá-
tica antropológica.
En Francia, Ba)andier publica en 1955 su Sociología del África Negra, desde
esta misma perspectiva.
Volviendo a los comienzos tempranos de la Escuela de Manchester en el
descubrimiento de la relación colonial, Gluckman e Hilda Kuper examinaron en
Africa del sur la organizaeión racial en términos dinámicos y radicales.
A parti.r-de 1939, Gluckman comienza a trabajar en el Rhodes-Livingstone
Institute, en Africa Central, y la producción científrca de este Instituto es diférente
y repr-esenta agudos contrastes con gran parte del trabajo de los antropólogos de
Oxford y Cambridge en esas áreas africanas.
La preocupación de Gluckman por el contexto total de la sociedad pluralista
se manifestaba en su interés por la estructura social total de la región, iñcluyendo
a los blancos. Partiendo de esto, era necesario estudiar las áreaJurbanas,"tanto
como las- rurales, y considerar a los trabajadores africanos como trabajadores que
operan dentro de un sistema social urbano e industrial.
Además, contrasta los "sisbernas estables" con la situación que encuentra
sobre el terreno:
56
Como mínimo, este orden de investigaciones ha sometido los conceptos de
;structur_a y de función a la prueba de la historia y de la dinámica que háce que
ias sociedades preservadas sean hoy prácticamentá imposibles de hallar.
También, Ia reintroducción de estas sociedades como sujetos autónomos de
-a hi,qtoria va acompañada por una interrogación sobré la naturaleza universal de
'¡a historia de Ia que Occidente se ha adueñado de modo exclusivo durante cierto
:iempo y de una ciencia de la que ha pretendido poseer todos los resortes.
En el centro de la reflexión científica se introduce una crítica. La realizan
r:s.antropólog-os indígenas. En el área
del continente africano, se constata y
i'erifica el reclamo de estas naciones por poner fin a la antropología clásica.
Por los años 30 se había asistido a la aparición de obras de antropología
¿laboradas por intelectuales africanos. Esto no ocurría sólo en África, sino támbién
;:r los países árabes, en Ia India, en China y en los países andinos. En estos
:rabajos, los estudiosos se apropian del instrumento teórico que Ios constituía en
:'ojeto. Y aparece una modificación del sentido de estas teorías no sólo en la crítica
3e algunas tesis sino en el cuestionamiento al tipo de'lenguaje cosificante que en
:se entonces usaba el funcionalismo. Pero no se ve, no se descubre todavÍa la
::tuación colonial.
La asimetría de Ia situación no es criticada en tanto tal, sino apropiada,
::iteriorizada por algunos colonizados que consideran en lo sucesivo a sus compa-
:iotas, los otros indígenas, con una óptica antropológica.
El antropólogo africano puede defender Ia cultura de su país, justificar sus
;alores y prácticas dominantes, contra Ias interpretaciones deforman[es y a menu-
io interesadas del europeo. Es así como desde 1gBZ, Kenyatta, el futuio jefe de
iienya independiente redacta el primer estudio antropológico rot.e África, iscrito
--f,r un africano. Presentación completa de la soeledad Kikuyu, de su sistema
eco-
::imico, cultural y político, "Au pied du Mont Kenya", proclama que Ia hechicería
:.0 es una simple superstición, que el gobierno precolonial n0 era despótico sino
::mocrático, etc.
Pero se trataba en ese entonces de una impugnación que operaba dentro del
=ismo lenguaje de la antropología funcional.
A partir de los años 50, va a comenzar a surgir una impugnación de otro
:p0.
La voluntad de los africanos de hacer su propia antropología, combinada con
=u recusacion a la antropología clásica, los conduce a intentar elaborar una nueva
:proximación, en que las culturas del Tercer Mundo no serían ya percibidas desde
':n punto de vista redentor, sino en la significación que se dan
ellas mismas y a
ií mismas.
Y opondrían a la contemplación distante "astronómica", "externa", el valor
:e la larga familiaridad, de la relación histórica con el objeto estudiado.
"Son los mismos africanos, nacidos y crecidos en Africa, quienes conocen
:ejor que nadie el África de ayer y d" hoy, qüiun"s comprenden más protundamente
as vol¡ntades y los deseos de los pueblos africanos. Ásí las investigaciones afri-
:.znas hechas por los sabios africanos pueden alcanzar más fácilmeñte Ia verdad
.." extraer cbnclusiones justas" (Liu Se Mu de China Popular, en Conferencia de
-{3cra, 1963).
El método de esta antropologia será una revalorización de lo vivido, de los
..alores profundos, es decir, de la cultura nacional tal como aparece a qüenes la
57
construyen y la viven. Una comprensión intuitiva del sentido del sistema, por los
miembros de ese sistema.
El desairollo de los nuevos acercamientos será el fruto de tanteos, el resul-
tado de un proceso de "ensayo y error". Pero no hay que subestimar en todo cago
el alcance de las clticas y de Ias tentativas del Tercer Mundo para pensarse a sl
miemo.
En el ámbito de América Latina,la asf llamada'Nueva Antropologfa" acom-
paña a los moümientos "indianistas'(para diferenciarlo del tármino "indigenismo"
con el que se designan los programas gubernamentales y las reflexiones cientfffcas
que tienden a incorporar que pretende ser hecha a expensas de sus
-incoraoración
culturas- a los grupos indfgenas a la vida nacional) que tienen por frnalidad el
pensarse a sf mismos como sujetos y establecer las condiciones y posibilidades rle
un etnodesarrollo.
Lo que una parte de la antropologla contemporánea par€c€ descubrir a la
luz de un mundo que se descoloniza, es que el africano, el indio americano (el
hombre del Tercer Mu¡rdo), es quizás ant¿ todo un campesino, un paetor, un obre-
ro, un ser social e histórico. Y lo hace frente a estos mismos gxupos quo Be erigen
ellos, ahora, en "diferente§", en procura de una recuperación de identidad cultural
y de derechos.
"Como geñaló hace poco un egtuüoeo indonesio, tradicionalment¿ loe antro-
pólogos han sido euroameric¿nos quo estudiaban a los no euroamericanos. Hoy exis-
ten escuelas de antropologfa en Indiq Japón, Máxico, Filipinas, Sudegte asiático y
unoa cuantos palsea africanos. En eetos sitios, los antropólogos-ciudadanoe eetá.n
desarollando una nuova rama de la "antropologfa aplicada'. Además, hoy, ürtual-
mente, todaa las monograflar üenen quo Eer leldar por algr.nos de aus objetor. De
hocho, el pafs en quo se ha llevado a cabo el eetudio ae eetá convirtiendo en el
principal mercado de loe propios estudios. Esta consecuencia secundaria de ls
descoloniación €8 uno de loe factoree más esperanzadoree y olüdados de la actual
situación". u
58
mente a los que así actuaban de estar haciendo un trabajo de inteligencia reñido
con Ia ética. Y aquí surge la discusión de la ulterior utilizaeión de los resultados
cientificos.
En páginas anteriores señalamos que se incluía el carácter de utilidad so-
cial63 de nuestra disciplina en las formulaciones funcionalistas y relativizábamos
si esa utilidad había sido alcanzada o no por Ia antropología británica. En cambio,
esa utilidad es totalmente asumida y explicitada en-la ciencia antropológica .to"-
teamericana.
59
secretos en el extranjero y los antropólogos pronuneiaron conferencias en muchos
cursos de orientación.64
60
abusos, enfermedades, brutalidades políticas, explotación, virtual genocidio.6? Se
conserva, en este caso, el recorte tradicional de Ia realidad: los "pueblos primiti-
vos". Esta no es una respuesta para el conjunto de la disciplina.
b) Otra reacción ha sido la de admitir que la realidad existente, las socie-
dades particulares, o los sectores de esas sociedades, están determinados por la
política estatal centralizada y por la economía internacional.
Recuperan como rasgo más fructífero del modelo su forma de aproximación
totalizadora, definida críticamente como lo hiciéramos cuando tratamos esta varia-
ble, dejando de lado "la falsa o ilusoria totalidad".
Una parte de este grupo considera no realista, impracticable, el intentar
hacer análisis holísticos de las unidades sociales contemporáneas de gran escala
como Ia nación-Estado. Y han tratado de definir unidades de investigación y aná-
lisis que se hallen a mitad de camino entre la pequeña aldea y la nación-Estado.
Estas unidades pueden ser manejadas por muchas de las técnicas antropo-
lógicas tradicionales y al mismo tiempo pueden servir para dar cuenta de ios
vinculos entre los niveles locales, regionales y nacionales de la sociedad.
c) Algunos decidieron hacer una pausa en "el trabajo de campo" y prosiguie-
ron el desarrollo teórico. Consideramos que esta postura es posible sólo tranlito-
riamente, ya que una ciencia necesita de sus datos, de su referente empírico para
elaborar su teoría.
d) Otros, como por ejemplo K. Little, se han consagrado a investigaciones
acerca de enclaves raciales, étnicos, religiosos, situados dentro de sociedades más
amplias, dentro de las cuales se diferencian o no en algunas de sus identificacio-
nes. ("Negroes in Britain", Londres, 1948). "La profundización en la noción de etnia
obliga a reservar este término a un nivel particular de la vida social, el de la
conciencia de sí mismo, como colectividad en un cierto tipo de sociedades". Esta
profundización ha sido esencialmente el elemento primordial de la antropología
soviética, especialmente orientada hacia la resolución de los problemas teóricoi y
políticos de las nacionalidades y de las diversidades étnicas.
e) La antropología ha abordado también el estudio de las sociedades moder-
nas, y en algunos casos el de las empresas industriales Existen, en este caso, tra-
bajos precursores: el de Lynd, relativo a "Middletown" (1g29), el de warner y cola-
boradores, en sus análisis del sistema de clases sociales en "Yankee City" 41941),
trabajos que se han esforzado en combinar técnicas sociológicas y antropológicas.
Y esto es lo que se verifica en las investigaciones más recientes, el beneficio
de los aportes conceptuales y metodológicos de las ciencias sociales.
Toda las ciencias sociales se están haciendo menos diferenciadas y especia-
lizadas en sus metodologías, más interdependientes en la investigación, en el análisis
y en la aplicación, desplazándose colectivamente hacia un nuevo tipo de holismo.
Las realidades de un mundo que se uniformiza, de una decadencia en cuan-
to a variedad cultural y a autonomía de las unidades sociales llevan a todas ias
ciencias sociales a apoyarse unas en otras, a utilizar las formas de penetración, las
técnicas y los datos de las otras como la mejor manera de tratar los temas y
problemas que son preocupación común de todas las disciplinas.
Habríamos señalado hasta aquí algunos, tal vez los más frecuentes recortes
de campos de estudio.
Las conceptualizaciones, las maneras de pensar estos recortes también se
han transformado.
61
Dentro de la nueva manera de pensar antropológica, se incluye la
reintroducción de las sociedales del "Tercer Mundo" en la historia: en estas óondi-
ciones el papel de la antropología actual es el de contrihuir a Ia reestructuración
del saber antropológico que queda centrado en el estudio de las "diferencias his-
tóricas" entre las sociedades humanas, y la problemática de dichas sociedades.
62
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Notas
1 Lévi-Strauss, C., Antropología estructu.ral, EUDEBA, Bucnos Aires, 19U4.
2 Segrln Reichenbach (1938) cit. por l\{anners y Kaplan, op. cit.: "Contexto del clescubrimien-
:c': Orfgenes sociales y psicológicos de las ideas del cs[udio.so. Frente al "contexto de lajustificación",
Iaiidación cientffica, y fecundidad explicativa dc csas ideas, aunque estos autorcs piensan que loi
iesgos y valores individuales jucgan un papel inicial, pcro que no nccesaria¡nente iienen un papel
63
significativo posterior. Nosotros pensamor que eso es válido para la llamada "ecuación perronalo del
investigador, pero sf es significativa poateriormente la expresión de lo colectivo que ee manifiesta en
el investigador.
3 Cf Bourdieu, Paaselon, Ctramboredon: El oficio de eociólogo, Siglo XXI, 1976, Bs, As.
4 Cf, Hobsbawa,8., Para el eeüudb de lu claees subaltemae, Pasado y hesente, julio-diciem.
bre 1963, Córdoba.
6 Ea Gra¡ Bretaüa eapecialmeptc en la Eruela de Manchester, en Francia Balandler y aus
disclpulos que ürabajan sobrc todo en Africa, y en Estados Unido¡ el evolucionisn¡o renovado.
6 l¿ach, E. R., "§istemas polfticos en Alto Burmg 1954, I¿ach trabajó sobre todo en el sudeate
asiático.
7 Como ejemploa de ritos coDtüituyentes y que no cutribuyen a mantener el statu quo,
citamog el caso de lo acaecido ea el traoscurso de la ludra de liberación argelina, c'uando con¡o
ruptura con el ordon y con la! inatitucione¡ e¡tablecidas por los franceaes, los argelinos deciden
realizar gue matrimonios'oogrln el rito mu¡ulmán, como m¡nifest¡ción de reeistencia frente a los
colonizadores y como anutrcio y expresión ile la sociedad que se eataba constituyendo y forjando en
dicha lucha.
I Menéndez, Er, "Colonialismo y racismo: Introducción al análisis de las teorfas racistas en
Antropologfa", Reuiafir Indice No 6.
9 Estas formas de denominar a la Antropologfa no son producto del objeto sino que Bon un
emergente de diferentes corrientes tcóricas gue generalmente se adeoran a tendencias nacionales. A.
Cultural: EE.UIJ., Social: Gran Bretaña; Eünologfa: Francia.
l0 Firth, R., Tipoe huma¡ue, EUDEBA Bueno¡ Aires, 1964.
11 Popper, K' La lógica & lae Ci¿¡taia;a Social'ea, Griialbo, México, 19?8.
12 Harris, M., El fusatdlo ü la teorb antropl6gica, Siglo )OU, 1978, páge. 265-270.
13 Cf. Bonet, P., De la Dtrclqb a la Anlropúglo, Cuadernos, Anagrama, Barcelona, 1976.
14 Woraley, P., El Terer Murú, Siglo )Qtr, Mádco, 1966.
16 B¡landier, G., Teorla de la de¡colonización, Tiempo Contemporáaeo Buenog Airea, 1973.
18 Nkn¡mah, K., Lfder de la repriblica de Ghana y presldente de la misma hasta 1966.
l7 Berque J., Dépo*eesion út Motúe, §euil, 1964.
18 Boukhobza, M., Nonudiamo y Coloniuión" A¡táli¿ie ú lae mecanismu de la d¿eatructu-
ración y de la &eaprieión de l¡ wiod¡d patoil tradicbtul en Argelb, Argel, 1976.
19 Bernard, A. y Lacroix, N, L'ewlulbn du nomdbme cn Ngéri¿, obra publicada bqlo los
auspicioe de Jounart, M. C., gobernador general de Argelia en 1906, págu. 301-802 (cit. en Lucas. P.
y Vatin, J., L'Algéri¿ &e anhrcpologuee, Maaperu, Pals, lg75).
20 Malinowski,8., La oiú eewal ú loc eduajee, Morata, Modrid, 19?6 (1982) pá9. 80.
21 Cit. por Lcclerc, G.,Anhoplagby colonblbnro, Comunicación, Mad¡id, 1972.
22 Montagne, R, La cilili.zuión &l &aier&l, Nómad¿s d,¿ Ori¿nt¿ I de Af¡ba, Hachene, Parft,
1947, págs. 12-13.
23 Malinowski,8., La vid¿ ccanal d¿ los saluajes, op. cii., pá9. 34.
24 Bourdieu, P., Chamboredon, J. C.; Passemn, J. C., El ofi¿b d¿ sociólqo, Siglo )Ofi, 19?6,
págr. 78'?9.
26 Bourdieu, P., op. cit. páS. 79.
26 Yankeleüch, H., ?anel Iaterdiaciplinario',Et Reuista Argentitu de Paicologb, ao 7, 1971.
27 Yerón. E., 'Ilacia una. teol¡ del proceeo ideológico', e¡ El Prcceco l&ológico, Tiempo Con-
teoporáneo, Bueno¡ Airos, 1971, pá9. 266.
28 Cf. Menéndez E., El Md.¿lo Antroplógico Cl.óebo, Buenos Aire¡, 1967/68, Ms,
29 Menéndez incluye al er¡olucionigmo sólo cr¡atrdo cun¡idera una de la¡ variallea ertratégicar
del Modelo, Ia ahigtoricidad.
30 En l(ardiner, F\ont¿¡zc psbol.ógieaa d¿ la Sei¿ü.d, I'.C.E., México, 1966, pág. 73.
3l Alor, pequeña igl¡ de lú India¡ Orientales, a 960 k al E. de Java. En Kardinor, op. cit. pág.
tgz.
32 Lucao, Ph.; Vatin, J. C., LiAlléric fue Anthroplogruc, Maapert, Parla, 1976, píg. 246
(t¡aducción de la autora).
33 Evanr.Pritchard, E. E., ¿or Nucr, 1977 (1940), Aaagrame, Ba¡celona, glga. 28-24-26.
Jarvie L. C., Thc rtoolution in Anthroplog, Routledge and lGgan l¡adon, 196? (196{), pág. f98.
E¡to autor coloca a Evan¡-Pritchard junto on P. l{orrley e¡tre lo¡ antropólogor que conrideran le
dimensión hi¡tórica. La diferencia ontre a¡¡bo¡ e¡tarla dada por el hecho de quo para Ev¡n¡-Pritchard
la Antropologl¡, poryue es hi¡tori¡, e¡ un hua¡nirmo, mieatrar que para lflorrley, porquo e¡ hi¡torla
e¡ ciencia,
84 Fopper. K, Ia bgba d¿ be ciercioa wialca, Griialbo, México, 1978 (1969), púgr. 14 y 16.
64
35 Cf. Sudnow, D., In organi.mci.ón soci.al de la ntu.erte, Tiempo contemporáneo, Buenos Aires,
1973.
36 Redfield, R., El nrund,o prinilit,o y su.s transfonnaciones, F.C.E., México, 1973, págs. 36-37.
37 Balandier, G., "Sociologla, Etnograffa", en Gurütch, G., Tratado de Sociología, Kapelusz,
Buenos Aires, 1962.
38 Escotomizar: en el lenguaje de la Psicologla, hacer desaparecer del campo de la conciencia.
39 Menéndez, E., "IIltimas crlticas al modelo antropológico, en Poder, estrati.ficación y salud,
Casa Chata, México, 1981, pá9. 500.
40 Islas Andamán: se encuentran en el Golfo de Bengala, al S de Bi¡mania. Pertenecen a la
India.
41 Redfield, R., El ntundo printi.titto y sus transforntaciones, op. cit., pá9. 28.
42 Lowie, R., La sociedad, pri.mi.ti.ta, Amorrortu, Buenos Aires, 1972, págs. 181-182.
. 43 Balandiet, G., Teoría de la d.escoloni.zación, Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires, 1971.
44 En castella¡o: El hontbre y la cultura, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1971.
45 Por otra parte, el caso del relativismo lingrifstico radical, llevado hasta su última consecuen-
cia lógica, demostraba Ia imposibilidad de traducción de una lengua a otra, al afirmar que las lenguas
pueden ser no sóio diferentes en sus redes conceptuales, sino también plenas y cerradas, cs decir,
pueden dil'erir unas de otras al punto de no poseer ningún elemento comun y de ser *impenetrables"
a la traducción.
46 Cf.: Antropología aplicada, Amorrortu, Buenos Aires, 19?1.
47 Kluckhohn, C., Antroplogía, Breviario del F.C.E., I\{éxico, 1965, pág. 284.
48 Redheld, El ntundo pri.miti.uo y sus transfornncíones, op. cit., págs. 17-18.
49 Redfield, R., La sociedarl folk.
50 Menéndez, E., "Ideologfa, ciencia y práctica profesional", e¡ Ciencias Socriol¿s; i.deología y
-tali.dnd nacional, Tiempo Contemporáneo, Buenos Aircs, 1970, pág. 118.
51Illenéndez, E., "El Modelo Antropológico Clásico y la práctica psiquiátrica", en /ndice, Nq9,
1970.
52 Mercier, P., Historia de la Antropologra, Penlnsula, Barcelona, 1969.
53 AIor, isla ya mencionada en nota 8, donde trabajó C. Du Bois.
54 Kardiner, A., Fronteras psicológi.cas d,e la soci.edad." op. cit., pá9. 2a5.
55 Como ejemplo ilustrativo invirtiendo el papel de salvaje y civilizado, dc etnógrafo e irrfor-
:ante, he aquf el siguiente: muchos de mis amigos melanesios que tomaron al pie de la letra la doctrina
::-l "amor fraternal" predicada por los misioneros cristianos y la prohibición de guerra y de matanza
:=mbién predicada y promulgada por los funcionarios del gobierno, no podían conciliar los relatos de
: Gran Bretaña que les llegaban a través de agricultores, comerciantes, inspectores y trabajadores de
:,s plantaciones, con las doctrinas predicadas. Estos relatos llegaban hasta los más remotos poblados
:-elanesios y papúes. Se mostraban verdaderamente asombrados al ofr que en un solo dla los hombres
:.ancos exterminaban a tantos otros de su propia raza como se necesitarfan para constituir varias
::ibus melanesias de las mayores. Forzosamente llegaron a Ia conclusión de que eI hon¿bre blanco era
.:r mentiroso tremendo, pero sin tener Ia certidumbre de dónde estribaba la mentira, si en la simula-
::in moral o en su jactancia.
56 Para ampliar esta problemática ver 'Emic y Etic" en Harris, M., El nnterialis»to cultural,
.:-lianza, Madrid, 1982.
57 Cf. Woodis, Jack,Africa, el león despierfo, Platina, Buenos Aires, 1962.
58 Hombre de Estado y escritor senegalés. Presidente de su pafs (1960-1980). Escribió ensayos
-:bre la negritud.
59 Cf. en Rivas, L., La situación coloni.al, CEAL, Transformaciones, Buenos Aires, 1973.
60 Rivas, L., la situación colonial, op. cit.
61 l\tax Gluckman enAfrican Political Systen, Londres, 1940, cit. por Kuper, "Antropología y
::rropólogos", Anagrama, Barcelona, 1973.
62 Kuper, Antropología y antropólogos. Anagrama, Barcelona, 1973.
63 No cuestionamos el carácter utilitario de las ciencias. Pensamos que todas lo son o debcrfan
-:rlo. Lo que proponemos para disflrtir es el destino o destinatario de esa utilidad.
64 Kluckhohn, C., Antropologlb, Breviario F.C.E., Iüéxico, 1965 (1949), pág. 182.
65 ldeología y realidad nacional, Tiempo Contemporáneo, Buenos Aires, 1970.
66 Horowitz, I., The ri.se an fall of Proyect Canrelot, The MIT Press Cambridge, Massachussets.
67 La idea de que el "primitivo" está siempre muy próximo a la inanición y que por lo tanto
'stá preocupado por las necesidades de subsistencia, deriva en parte de la experiencia del derrumbe
ie- las economfas agrlcolas (y cazadoras y recolectoras) por efectos del capitalismo. Sólo en los rlltimos
:ños hubo hambrunas que afectaron a decenas de millones de personas en Bengala (1947), Bangla Desh
65
(1974/75), Afganistán (L972/73), Bihar (1974), Etiopfa (1973) y el Sahel (1973 y cn la actualidad). Entre
quinientos y sciscientos millones de personas están crónicament,e próximas al nivel de inanición en
Asia Sudoriental (Worsley, P., Canrpesi.nado e i.ntegración nacionaL, Colegio de México, México, 1"982,
pág. 18).
68 Bontc, P., De la elnobgía a la antropologia, op. cit.
66
Ocampo, Beatriz. 1992. “Principales teorías antropológicas” En Antropología, Mirta Lischetti (comp.), Buenos Aires: EUDEBA. Fragmentos.
OCAMPO, Beatriz. 1992. "Principales teorías antropollógicas". En Lischetti, Mirtha (comp). Antropología. EUDEBA, Buenos Aires. Fragmentos pp.80-86 y 96-99
OCAMPO, Beatriz. 1992. "Principales teorías antropollógicas". En Lischetti, Mirtha (comp). Antropología. EUDEBA, Buenos Aires. Fragmentos pp.80-86 y 96-99
OCAMPO, Beatriz. 1992. "Principales teorías antropollógicas". En Lischetti, Mirtha (comp). Antropología. EUDEBA, Buenos Aires. Fragmentos pp.80-86 y 96-99
OCAMPO, Beatriz. 1992. "Principales teorías antropollógicas". En Lischetti, Mirtha (comp). Antropología. EUDEBA, Buenos Aires. Fragmentos pp.80-86 y 96-99
OCAMPO, Beatriz. 1992. "Principales teorías antropollógicas". En Lischetti, Mirtha (comp). Antropología. EUDEBA, Buenos Aires. Fragmentos pp.80-86 y 96-99
OCAMPO, Beatriz. 1992. "Principales teorías antropollógicas". En Lischetti, Mirtha (comp). Antropología. EUDEBA, Buenos Aires. Fragmentos pp.80-86 y 96-99
OCAMPO, Beatriz. 1992. "Principales teorías antropollógicas". En Lischetti, Mirtha (comp). Antropología. EUDEBA, Buenos Aires. Fragmentos pp.80-86 y 96-99
III. Escuelas francesas de mediados del siglo XX
Estructuralismo
En antropología, el estructuralismo se encuentra asociado con uno de los
antropólogos más conocidos dentro y fuera de la disciplina: Claude Lévi‐Strauss. Sin
lugar a dudas, Lévi‐Strauss aparece como la solitaria figura y el referente del
estructuralismo en la disciplina antropológica (o, para ser más precisos, en la
etnología). El estructuralismo no se da solo en la antropología, sino que se lo puede
considerar como la orientación teórica dominante en el campo intelectual francés de
mediados del siglo XX. En ámbitos del conocimiento como la filosofía (más
concretamente en la filosofía marxista) también encontramos importantes figuras del
estructuralismo como lo es Louis Althusser y en el psicoanálisis se halla la de Jaques
Lacan. Aunque ambos autores han sido muy influyentes no sólo en sus respectivas
áreas de conocimiento, es Lévi‐Strauss el emblema del estructuralismo en general.
Ahora bien, el más referido origen del estructuralismo se remonta al trabajo del
lingüista sueco Ferdinand de Saussure, medio siglo antes. Es Saussure quien da origen
a la lingüística estructural y sustenta la noción de lengua como estructura que será de
inspiración al movimiento estructuralista, incluido Lévi‐Strauss. Saussure constituye
un aporte decisivo para la fundación de la lingüística moderna, ya que introduce el
“método estructural” en el campo de los fenómenos lingüísticos. El libro de Saussure,
titulado Curso de lingüística general (1916), es considerado como el origen del
estructuralismo.
Los planteamientos más relevantes realizados por Saussure en este libro son:
1. La lingüística estudia los signos lingüísticos, mientras que la semiología es el
estudio general de los signos. Esto hace que lingüística sea una rama de la semiología.
En efecto, Saussure establece una clara ddistinción entre semiología y lingüística. La
semiología sería la ciencia de los signos en general, mientras que la lingüística sería
una de sus ramas destinada al estudio de la lengua en particular.
2. Para fundar la lingüística como ciencia, debe partirse de la distinción entre lengua y
los actos habla. La lengua es el objeto de la lingüística y consiste en un código
[ 51 ]
inconsciente compartido por todos los hablantes de un idioma determinado, mientras
que los actos de habla son la expresión y utilización por cada hablante de ese código.
La lengua se manifiesta en los diferentes actos de habla, permite decir unas cosas de
manera correcta (y hace que otras sean incorrectas o prácticamente impensables) por
lo que define un conjunto de posibilidades para los hablantes. El habla es material, es
algo que se oye y se pude leer, y es individual en tanto es efectuada por un hablante
particular (o quien escribe) con unos acentos y características propias de ese
hablante. El habla es inmaterial porque solo se ven sus manifestaciones en el habla y
es colectiva ya que son todos los hablantes de un mismo idioma los que la comparten.
3. El signo lingüístico se encuentra compuesto de una relación entre el significante y el
significado. Son como la cara y el sello de una moneda. El significante constituye la
imagen acústica o visual, mientras que el significado es el concepto. Es importante
considerar que, para Saussure, el signo lingüístico no une una cosa (el objeto árbol,
por ejemplo) con un nombre (la palabra árbol) sino que une un concepto‐idea (el
concepto‐idea que tenemos de árbol) con una imagen acústica o visual (la secuencia
de sonidos o fonética á‐r‐b‐o‐l), que tenemos en nuestra memoria.
Significante (‘árbol’) Æ imagen acústica o visual
Signo lingüístico =
Significado ( ) Æ concepto‐idea
4. La relación entre el significante y el significado es arbitraria, es decir, el concepto de
árbol puede ser expresado en significantes distintos. Así, en diferentes idiomas existen
palabras distintas (significantes distintos) a la palabra del español para referirse al
concepto‐idea de árbol. En inglés, por ejemplo, es tree. La palabra tree en inglés y la de
árbol en español tienen el mismo significado. Pero en español se pudo haber
inventado la palabra “lobra” (o cualquier otra) para referirse al concepto‐idea de
árbol, por lo que no es la expresión necesaria de alguna característica del objeto con
hojas, tallo y tronco que llamamos árbol. Pero también los conceptos‐ideas no son
universales sino que pueden variar dependiendo de la formación cultural en la que
operen. El ejemplo más obvio es el de los pueblos del polo norte que no tienen un
concepto‐idea de blanco (como lo podemos tener aquí en Colombia), sino muchos
conceptos de blancura, en los cuales diferencias matices y texturas asociados a lo que
[ 52 ]
para alguien aquí es sólo uno concepto‐idea. En un signo lingüístico, entonces, la
asociación de un sonido o una imagen a un sentido es arbitraria.
5. Un signo lingüístico adquiere su valor y sentido en un conjunto de relaciones de con
otros signos de los cuales se diferencia. Lunes, por ejemplo, solo tiene sentido en un
sistema de signos lingüísticos (martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo)
de los días de la semana. El lunes es día de trabajo en oposición al domingo que se
supone es de descanso. Es el primer día de trabajo, por oposición al viernes que es el
último… y así sucesivamente se constituye su sentido por el lugar que opone y por su
diferencia con respecto a los otros días. Por tanto, para Saussure el sentido (o valor)
de un signo lingüístico depende del sistema de diferencias que lo constituye: tanto lo
que es como lo que no es, tanto lo que afirma como a lo que se opone, tanto lo que
indica como su posición en el sistema.
6. Distinguir entre un estudio sincrónico y otro diacrónico de la lengua. Lo sincrónico
es un estudio de la lengua en un momento determinado mientras que lo diacrónico es
un estudio del proceso de transformación de la lengua.
Lévi‐Strauss fue influido por Saussure, pero también por otros lingüistas conocidos
como los formalistas rusos y, más específicamente, por los miembros de la Escuela de
Praga, como Roman Jakobson y Nikolai Trubetzkoy. Lévi‐Strauss se conoció con
Jakobson durante la Segunda Guerra Mundial, cuando ambos vivían en Nueva York. La
Escuela de Praga, se centró en el estudio de los fonemas. Sus estudios llegaron a la
conclusión de que los fonemas de una lengua constituyen un sistema, a partir de una
serie de relaciones de contraste y oposición. Así, el inventario de sonidos significativos
en un idioma podía ser analizado en términos de series de contrastes.
Claude Lévi‐Strauss nació hace ya más de un siglo en Bruselas, el 28 de noviembre de
1908. Estudio filosofía en París (1931) e hizo su doctorado en letras (1948). Una vez
terminó sus estudios de filosofía, viajó a Brasil, donde estuvo dictando clases en la
Universidad de Sao Paulo por un par de años antes de regresar a Francia. Años después
relatará partes de este viaje y de sus expediciones etnográficas al Mato Grosso y la
amazonia brasileña en su libro Tristes trópicos. En el marco de la Segunda Guerra
Mundial, viaja en 1941 a los Estados Unidos invitado como profesor de una universidad
(New School for Social Reserch). En Nueva York participa de la vida intelectual de la
ciudad, conociendo a diversos académicos y artistas que confluyeron durante los años
[ 53 ]
de la guerra. Con otros intelectuales franceses funda una universidad llamada Escuela
Libre de Altos Estudios, de la cual fue profesor y posteriormente su secretario general.
Regresa a Francia en 1949 tras haber ocupado el cargo de consejero cultural de la
embajada francesa en los Estados Unidos por dos años. En París es nombrado
subdirector del Museo del Hombre y en 1950 se convierte en el director de estudios de
la Escuela Practica de Altos Estudios. Es nombrado como profesor de la catedra de
antropología social de la universidad más prestigiosa de Francia (Collège de France).
Algunos de los libros más relevantes publicados por Lévi‐Strauss son:
[1948] 1969 Las estructuras elementales del parentesco. Paidós, Buenos Aires.
[1958] 1968 Antropología estructural. Eudeba, Buenos Aires.
[1962] 1980 El totemismo en la actualidad. Fondo de Cultura Económica, México.
[1962] 1964 El pensamiento salvaje. Fondo de Cultura Económica, México.
[1964] 1968 Mitológicas I. Lo crudo y lo cocido. Fondo de Cultura Económica, México.
[1973] 1979 Antropología estructural II. Siglo XXI, México.
[1975] 1981 La vía de las máscaras. Siglo XXI Editores, México.
La lingüística estructural y la fonología se convertirían en la base paradigmática para
el estructuralismo en una gran variedad de formas. En tanto antropólogo, Lévi‐Strauss
recoge algunos de los planteamientos del análisis estructural que se derivaba del
trabajo de Saussure y de los lingüistas de la Escuela de Praga para aplicarlo en
temáticas como el parentesco, la prohibición del incesto, el totemismo, el pensamiento
salvaje, el mito y el arte. Sus estudios parten de lo que puede ser observado, esto es lo
que existe en la superficie socio‐cultural, para colegir la estructura subyacente que
sería su real objeto de interés. Por eso su trabajo apunta a la dilucidación de las
estructuras subyacentes de las formas culturales. El estructuralismo que Lévi‐Strauss
aplica a sus estudios antropológicos toma básicamente tres aspectos teóricos y de
método de la lingüística estructural: la idea de sistema, la relación entre sincronía y
diacronía, y la concepción de que las leyes lingüísticas conciernen a un nivel
inconsciente del espíritu.
El primer libro donde Lévi‐Strauss aplica su metodología estructuralista es en el de
Las estructuras elementales del parentesco. Publicado en francés en 1949 (aunque el
manuscrito ya estaba terminado a comienzos de 1947), este libro demuestra la
relevancia del análisis estructuralista para dar cuenta de ciertos sistemas de
[ 54 ]
parentesco9 al evidenciar que debajo de la diversidad de estos sistemas pueden ser
identificadas unas pocas estructuras básicas con sus permutaciones respectivas.
Puede decirse, entonces, que este libro no sólo constituye la primera demostración de
la aplicabilidad del método estructural en antropología, sino que también muestra que
para este momento Lévi‐Strauss es ya un convencido estructuralista.
Aunque Las estructuras elementales del parentesco pronto se convirtió en un libro de
referencia catapultando la fama de Lévi‐Strauss entre los antropólogos, lo que
popularizo el estructuralismo más allá de la disciplina antropológica fue su libro
Antropología estructural I, publicado en francés en 1958 y traducido unos años más
tarde al inglés y el español.
El interés de Lévi‐Strauss por los mitos se materializa en los cuatro volúmenes
conocidos como Mitológicas. Precedidas por una serie de artículos,10 los cuatro libros
de las Mitológicas muestran un desplazamiento del interés de Lévi‐Strauss de los
sistemas de prácticas e instituciones como el parentesco, el arte o el ritual a los
sistemas de pensamiento articulados en los mitos. El conjunto de estas publicaciones
constituyen una osada aplicación del método estructural a un ámbito de la vida social
que como el pensamiento mítico era considerado el paradigma de lo arbitrario. Con
esta serie de trabajos, Lévi‐Strauss quiere demostrar que bajo la multiplicidad de
mitos, que dan la impresión del reino del desorden y de lo arbitrario, existe realmente
una lógica, unas regularidades de estructuración que pueden ser reducidas a unas
pocas formas de operación de la mente humana.
Para Lévi‐Strauss el objetivo de la antropología es dar cuenta de las invariantes
inconscientes de la mente humana (la lógica generadora de las estructuras) que dan
forma a la variedad de prácticas, relaciones y representaciones que aparecen en la
superficie de la vida social:
“En consecuencia, tanto en lingüística como en etnología, la generalización
no se funda en la comparación sino a la inversa. Si, como creemos nosotros,
la actividad inconsciente del espíritu consiste en imponer formas a un
contenido, y si estas formas son fundamentalmente las mismas para todos
9 La de los sistemas que considera elementales porque no sólo prohíben ciertos casamientos
(los de los primos paralelos) sino que también proscriben con quién se puede uno casar (con
los primos cruzados).
10 Entre los que se pueden resaltar “La estructura de los mitos” (1955), “La gesta de Asdiwal”
(1958) y “Cuatro mitos winnebago” (1960).
[ 55 ]
los espíritus, antiguos y modernos, primitivos y civilizados —como lo
muestra de manera tan brillante el estudio de la función simbólica, tal
como esta se expresa en el lenguaje—, es necesario y suficiente alcanzar la
estructura inconsciente que subyace en cada institución o cada costumbre
para obtener un principio de interpretación válida para otras instituciones
y otras costumbres, a condición, naturalmente, de llevar lo bastante
adelante el análisis” (Lévi‐Strauss [1958] 1995: 68).
En Antropología estructural, Lévi‐Strauss distingue tres planos interrelacionados de
los estudios antropológicos dependiendo del nivel de abstracción en el que operan. La
etnografía sería el estudio de las expresiones socio culturales de poblaciones
concretas en unos lugares determinados. Esto sería posible mediante el trabajo de
campo, que implicaría observación participante y un conocimiento profundo de las
poblaciones estudiadas por parte del etnógrafo. Según este esquema sugerido por
Lévi‐Strauss, la etnología sería un segundo momento caracterizado por la utilización
del método comparativo para estudiar ya no una sola población, sino para contrastar
varias poblaciones en búsqueda de generalizaciones de mayor alcance. El etnólogo
trabajaría con los materiales ofrecidos por los etnógrafos, pero sus elaboraciones se
encuentran en un plano de mayor generalización buscando explicar aspectos de los
sistemas sociales o culturales que van más allá de su validez en una sociedad o cultura
determinada. Finalmente, estaría el plano de la antropología donde nos
encontraríamos con el mayor grado de abstracción dando cuenta de asuntos que son
validos para el conjunto de la humanidad. De esta manera, etnografía, etnología y
antropología se enlazan una a otra en diferentes planos de estudio y comprensión de
las formaciones sociales y culturales.
Postulados teóricos
Como escuela antropológica podemos subrayar algunos de los postulados teóricos
más distintivos del estructuralismo. No sobra señalar, que los postulados indicados no
agotan la amplitud teórica del estructuralismo en general, ni del trabajo de Lévi‐
Strauss en particular. Además, debido a nuestro interés en las escuelas del
pensamiento antropológico el énfasis se encuentra puesto en este último autor.
Un primer postulado que puede ser identificado en la escuela estructuralista, es que
su concepción de la sociedad se encuentra basada en una teoría de la comunicación
como intercambio. Específicamente, Lévi‐Strauss argumenta que existen tres
[ 56 ]
diferentes niveles de comunicación, los cuales operan en cada sociedad. Los niveles
son: (1) comunicación a través de mujeres, (2) comunicación mediante bienes y
servicios y (3) comunicación a través de mensajes (Lévi‐Strauss [1958] 1995: 317). En
otras palabras, parentesco, economía y lenguaje refieren a diferentes formas de
comunicación. Con respecto a esta teoría de la comunicación, Lévi‐Strauss argumenta
que: “La cultura no consiste solamente, entonces, en formas de comunicación que le
son propias (como el lenguaje), sino también —y tal vez sobre todo— en ‘reglas’
aplicables a toda clase de ‘juegos de comunicación’, ya se desarrollen éstos en el plano
de la naturaleza o de la cultura” ([1958] 1995: 317‐318).
Además, Lévi‐Strauss considera que la sociedad se constituye por una red
interrelacionada de dos diferentes tipos de órdenes. De un lado, enfatiza la existencia
de órdenes ‘vividos’ que se corresponden con realidades objetivas (Lévi‐Strauss
[1958] 1995: 334). Los órdenes vividos son: (1) los sistemas de parentesco, (2) la
organización social y (3) la estratificación social. De otro lado, Lévi‐Strauss argumenta
la presencia de órdenes ‘concebidos’ que se asocian al campo del mito y la religión, así
como el de la ideología en las sociedades contemporáneas: “Estas estructuras de
orden ‘concebidas’, y no ya ‘vividas’, no corresponden directamente a ninguna
realidad objetiva. A diferencia de las primeras, no son susceptibles de una
comprobación experimental, porque están asociadas a una experiencia específica con
la cual, por otra parte, a veces se confunden” (p. 334).
Con respecto a la noción de estructura encontramos otros postulados característicos
del estructuralismo. Basada en la lingüística estructural, la noción de estructura se
constituye en una clara alusión a la forma como ha sido pensada la lengua. Un
postulado es, entonces, que las manifestaciones culturales o sociales deben ser
entendidas como expresiones de estructuras subyacentes como lo han hecho los
lingüistas con la lengua respecto del habla.
De manera general, se puede plantear como definición que la estructura es un sistema
de diferencias. Veamos los dos componentes de esta definición. La estructura
constituye un sistema porque una modificación de cualquiera de los términos
(elementos) de una estructura, implica un cambio en los demás términos y, por tanto,
en la estructura en su conjunto. Más radical incluso, los elementos no existen de forma
independiente de las relaciones que los constituyen. Los elementos considerados
aisladamente carecen de sentido, de existencia. No existen como entidades aisladas e
independientes, sino por sus correlaciones en un sistema particular. Al igual que en la
lengua, otros fenómenos sociales y culturales es un sistema en el cual cada término
[ 57 ]
tiene sentido por sus relaciones (de oposición o su lugar) con respecto al resto de los
términos. La estructura constituye un sistema de diferencias en tanto que cada uno de
los elementos que la constituyen es definido por relaciones de oposiciones binarias
(hombre/mujer, casa/calle, sala/cocina) y por su posición de contraste con los demás
elementos (lo de los días de la semana que explicamos más arriba). Si las oposiciones
son binarias, de dos términos a uno se le denomina término no marcado y al otro
término marcado, el primero es el más amplio, el que comprende el término marcado,
que está incluido en el otro.
Para ilustrar esta idea de la estructura como sistema de diferencias podemos recurrir
a un ejemplo de cómo se configura la estructura territorial en la zona de los ríos entre
las poblaciones negras rurales y las indígenas del Pacífico colombiano. En primer
lugar partimos de que el río es el lugar por donde se mueven las personas en sus
canoas, por donde circulan los productos que se llevan a los mercados locales y que se
traen de ellos, por donde se desplazan las noticias con las gentes que llegan y salen. El
río también es el referente de identificación de las personas que habitan en sus orillas.
Alguien es del Atrato, del San Juan o del Baudó, por ejemplo. En las orillas de los ríos y
quebradas se construyen las casas o tambos. Al lado o detrás de las casas se
encuentran los patios, donde se cultivan diferentes plantas para la comida, para la
curación o para la protección. Más adentro, ya en el monte, se encuentran los colinos
que se han sembrado hace ya sea recientemente o lo que ya llevan varios años de
producción. Algunos de los más viejos se han convertido en monte alzado y, más
adentro, donde no se ha sembrado nunca o se lo ha hecho hace ya tanto tiempo que no
se puede identificar esta el monte biche. En el Pacífico sur dicen que el monte biche
está en los centros, hacia los confines.
Debido a que es el hombre el que caza y el que se adentra en el monte, se puede decir
que es más asociado a lo masculino que la casa que es más asociada a lo femenino
(pues en la casa las mujeres desarrollan gran parte de sus labores, sobre todo en la
cocina). El monte es el lugar donde hay muchos peligros, como la culebra y es donde
uno se puede encontrar con visiones del diablo, mientras que la casa es más segura:
allí no se encuentra fácilmente la culebra y los altares a los santos se encuentran a
menudo en las salas. Todo esto que se ha descrito hasta acá, puede ser plasmado en
una estructura como la siguiente:
[ 58 ]
Además de ser un sistema de diferencias, la estructura opera en un nivel ‘profundo’ y
escapan a la reflexividad de los actores sociales. Por esto, Lévi‐Strauss argumenta que
las estructuras operan en el plano de la actividad inconsciente. Ahora bien, los efectos
de las estructuras consisten en imponer a los contenidos mentales y socio‐culturales
ciertas formas que son fundamentalmente las mismas para todos los seres humanos,
ya sean miembros de un país europeo o de un diminuto grupo de cazadores‐
recolectores en el lugar apartado de Europa.
Cuestiones de método
Los términos o rasgos no deberán tratarse como entidades independientes, sino que
es la relación entre ellos la que debe convertirse en base del análisis. En la estructura
no se considera a los términos en sí mismos sino a sus relaciones, es por lo tanto, un
sistema de relaciones y transformaciones, regulado por una coherencia interna que se
revela en el estudio de sus transformaciones.
La estructura siempre se esconde debajo de la superficie y es un modelo construido
por el antropólogo para dar cuenta del sistema de diferencias subyace debajo de las
apariencias de la superficie. La estructura es algo inobservable directamente, con
frecuencia inconsciente, pero inteligible. Por tanto, el estudio de los fenómenos
conscientes debe de dejar paso al estudio de su estructura inconsciente. Las
estructuras son invisibles pero constituyen los mecanismos de organización que
subyacen a las prácticas observables y a los pensamientos explícitos. Desde la
perspectiva de Lévi‐Strauss, una estructura no es una realidad empírica observable
sino un modelo explicativo teórico construido para dar cuenta de los hechos
registrados.
[ 59 ]
Esta concepción de estructura como un modelo construido por el analista para dar
cuenta de los hechos observados supone, al menos, cuatro condiciones: (1) es un
sistema, es decir, que la modificación de uno de sus elementos implica necesariamente
la modificación de los demás elementos que constituyen la estructura; (2) "[...] todo
modelo pertenece a un grupo de transformaciones, cada una de las cuales
corresponde a un modelo de la misma familia, de manera que el conjunto de estas
transformaciones constituye un grupo de modelos”; (3) debido a estas propiedades es
posible predecir de qué manera reaccionará el modelo ante el cambio de alguno de
sus elementos; y (4) “[…] el modelo debe ser construido de tal manera que su
funcionamiento pueda dar cuenta de todos los hechos observados” (Lévi‐Strauss
[1958] 1995: 301). En suma, la estructura constituye una configuración de
determinadas correlaciones dentro del conjunto de posibles permutaciones y
combinaciones.
La estructura como modelo construido por el antropólogo supone un
empobrecimiento y una inteligibilidad de la realidad. De un lado, el modelo
empobrece la realidad pues el analista selecciona unos aspectos que considera
significativos en la construcción de su modelo. Del otro, el modelo arroja una nueva
luz sobre la ‘realidad’ porque permite identificar el sistema de relaciones
fundamentales que opera detrás de la multitud de expresiones en el comportamiento
y en el pensamiento que de otra forma habrían permanecido desconocidas. De esta
manera, el modelo hace inteligible lo que a simple vista no se presenta como tal:
evidencia un orden de relaciones en lo que parece caótico y arbitrario.
En este sentido, puede plantearse que Radcliffe‐Brown y Lévi‐Strauss entienden la
noción de estructura de manera muy diferente. Aunque están usando la misma
palabra de estructura, el sentido no podría ser más diferente. Mientras que Radcliffe‐
Brown plantea una noción de estructura en su marco empírico y naturista, Lévi‐
Strauss entiende por estructura desde una perspectiva formalista y no empírica. Entre
Radcliffe‐Brown y Lévi‐Strauss las diferencias en sus respectivas nociones de
estructura pueden ser presentadas sintéticamente mediante una serie de oposiciones:
realidad observada / realidad oculta; red de relaciones sociales / sistemas de
términos‐relaciones; real / formal; orgánico / lingüístico; consiente / inconsciente.
El análisis estructural propuesto por Lévi‐Strauss es un enfoque lógico o formal, no
histórico. Basado en la distinción de sincrónico y diacrónico de la lingüística
estructural, Lévi‐Strauss se centra en la identificación de las estructuras que en un
momento dado pueden ser inferidas desde unos sistemas de parentesco o el
[ 60 ]
pensamiento mítico. Ahora bien, para Lévi‐Strauss el análisis estructural sincrónico no
niega el diacrónico que consistiría en mostrar las transformaciones lógicas de una
estructura en otra. No obstantes, esto no significa introducir una perspectiva
necesariamente histórica en el análisis porque una cosa es mostrar las
transformaciones lógicas y otra, muy distinta, los procesos históricos.
Críticas
La crítica más reiterativa que se le ha realizado al estructuralismo es su excesiva
tendencia a la formalización que termina sin explicar las singularidades de culturas
concretas por buscar esas invariantes del pensamiento humano. En relación con esta
crítica, a Lévi‐Strauss en particular se le cuestiona su escaso trabajo de campo.
Igualmente se le ha cuestionado su ahistoricismo, es decir, que sus explicaciones
desconocen los procesos históricos puesto que se centra en la identificación de las
estructuras en un momento determinado.
Antropología marxistaestructural
La antropología marxista‐estructural se originó en Francia derivada de una doble
influencia de la antropología de Lévi‐Strauss y del marxismo estructural de Louis
Althusser. Entre sus más visibles exponentes se encuentran Maurice Godelier, Claude
Meillasoux y Emmanuel Terray.
La antropología marxista‐estructural tiene una doble tarea. Por un lado, busca
mostrar el impacto que una perspectiva antropológica tendría en el modelo teórico
planteado por Marx. La antropología al tener presente teórica y empíricamente una
amplia gama de sociedades humanas existentes en el presente aportaría al modelo
marxista de análisis social una visión mucho más amplia que la que se deriva de la
historia Occidental en la que se ha basado principalmente este modelo marxista. De
otro lado, la antropología marxista‐estructural recoge los aportes teóricos de Marx
para formularle a la antropología preguntas así como para retomar algunas de las
categorías y premisas que reorienten el trabajo de los antropólogos.
La antropología marxista‐estructural opera, entonces, sobre una conocida
interpretación del modelo analítico marxista. Esta interpretación parte de la
distinción de la totalidad social entre el ser social y la conciencia social. El ser social
[ 61 ]
serían las condiciones materiales de existencia de una población determinada. Estas
condiciones materiales de existencia incluyen las relaciones sociales que los seres
humanos establecen en la reproducción de su existencia y en la producción de los
bienes que garantizan su supervivencia. Por su parte, la conciencia social se refiere al
conjunto de ideas que los seres humanos se hacen sobre el mundo que habitan y sobre
sí mismos, a los pensamientos y valores que tienen. Cualquier religión, por ejemplo,
supone un sistema de ideas que articulan una manera de percibir y de habitar en el
mundo.
En esta interpretación del modelo marxista, el ser social estaría en la base de la vida
social y estaría siendo un determinante, en última instancia (como suele afirmarse),
de los otros aspectos o componentes de la vida social. En tanto la conciencia social se
derivaría, más o menos directamente, del ser social se le ha denominado
superestructura. Usualmente, en la superestructura se identifican tres niveles: el
jurídico, el político y el ideológico. En el siguiente esquema se muestra la relación
entre estos diferentes aspectos de esta interpretación del modelo marxista que es
fundamental a la antropología marxista‐estructural.
[ 62 ]
expresiones evolucionistas como en sus articulaciones funcionalistas o del
culturalismo boasiano.
Interpretativismo
Para los años setenta surge en los Estados Unidos una corriente de pensamiento
antropológico que tuvo un gran impacto no sólo en la disciplina sino también en otras
ciencias sociales y humanas. Esta corriente se ha conocido como interpretativismo y
se encuentra asociada al nombre del antropólogo Clifford Geertz. La importancia del
interpretativismo en antropología radica en que definió una perspectiva de análisis de
la cultura que consideraba a ésta como una red de significados que debía ser objeto de
interpretación. De la idea de que las culturas se interpretan, como si fuesen un tipo de
texto particular, es que esta corriente deriva su nombre de interpretativismo.
También se la ha llamado enfoque hermenéutico en tanto la hermenéutica refiere a la
interpretación de los significados. En relación a otras disciplinas como la geografía o la
historia, esta corriente tiene su importancia porque lo que ellas denominan giro
cultural (es decir, un creciente interés en la cultura) se asocia a menudo con la cultura
como la entiende el interpretativismo.
La interpretación de las culturas, de Clifford Geertz, constituye el libro seminal de la
antropología interpretativista. Publicado originalmente en inglés en 1973,12 recoge
una serie de artículos escritos producidos por Geertz en un periodo de veinte años,
desde 1952 hasta 1972. La introducción al libro, titulada “Descripción densa: hacia
una teoría interpretativa de la cultura”, constituye uno de los artículos más leídos y
citados de la antropología. Su definición de la cultura y de la labor etnográfica ha
inspirado tanto a seguidores como ha sido fuente de cuestionamiento para sus
críticos.
Con respecto al concepto de cultura, Geertz propone que debe ser comprendida como
una red de significados en las cuales los seres humanos nos encontramos suspendidos
y desde la cual adquirimos sentido de nuestra propia existencia. En sus palabras:
“El concepto de cultura que propugno […] es esencialmente un concepto
semiótico. Creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en
tramas de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es
esa urdimbre y que el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una
12 El libro es traducido y publicado al castellano por vez primera en 1987.
[ 70 ]
ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en
busca de significaciones. Lo que busco es la explicación, interpretando
expresiones sociales que son enigmáticas en su superficie” (Geertz [1973]
2005: 20).
Un concepto semiótico de la cultura quiere decir que la cultura está constituida por
significados. En tanto que estos significados no existen unos independientes de otros,
se introduce la metáfora de la red, del tejido. Así, la cultura sería un entramado de
significados que los mismos seres humanos han tejido y que le dan sentido a su propia
existencia. Antes que un ser sujeto a la razón como no pocas veces ciertos filósofos nos
han querido presentar, para Geertz es más preciso considerar al ser humano como un
ser sujeto a unas tupidas tramas de significación. No sorprende que Geertz escriba,
entonces, que “La cultura de un pueblo es un conjunto de textos, que son ellos mismos
conjuntos y que los antropólogos se esfuerzan por leer por encima del hombro de
aquellos a quienes estos textos pertenecen propiamente” ( [1973] 2005: 372)
Clifford Geertz (1926‐2006). Sus estudios universitarios de pregrado los realizó en
Antoch de donde se graduó en filosofía e inglés, mientras que los de postgrado los
adelantó en antropología en Harvard. Su trabajo de campo, adelantado durante varios
años, incluyó lugares como Java, Bali y Marruecos. Inicialmente profesor de la
Universidad de Chicago, pasó luego al Instituto para Estudios Avanzados en Princeton,
New Jersey. Geertz fue la última gran figura de la antropología estadounidense, antes de
que eclosionaran diversas corrientes y autores menos visibles para el conjunto de la
disciplina antropológica.
Postulados teóricos
Entre los postulados más relevantes del interpretativismo en antropología, se puede
partir del que argumenta que la cultura constituye una dimensión de lo humano y no
todo lo específicamente humano como ha sido a menudo planteado por otros
antropólogos. En contraste con muchas de las nociones de cultura que hemos
presentado, para la escuela interpretativa la cultura no comprende el conjunto de lo
que hacen y experimentan los seres humanos (y que os diferenciarían de los otros
animales), sino sólo una dimensión de cualquier actividad o concepción adelantada
por los seres humanos. La cultura es la dimensión de los significados. En palabras de
[ 71 ]
Geertz: “[…] la cultura consiste en estructuras de significación socialmente establecida
en virtud de las cuales la gente hace cosas […]” ([1973] 2005: 26).
Por tanto, como ya se anotaba, se plantea que la cultura es como un texto. El etnógrafo
debe interpretar la cultura como si estuviese leyendo un texto. Al igual que un texto
que está compuesto por una red de significados que el lector debe comprender, la
cultura es una urdimbre de significación que han tejido los seres humanos. Es
importante anotar que pensar la cultura como texto es muy distinto de pensarla como
lengua. El texto remite a significados y a interpretación, la lengua remite (como vimos
en el estructuralismo) a códigos inconscientes de sistemas de diferencias que hay que
descubrir.13
Otro de los postulados del interpretativismo es que estos símbolos o significados que
debe interpretar el etnógrafo son una especie de ‘documentos públicos’, es decir, se
encuentran a la ‘vista’ de todos en prácticas y en narrativas concretas. Aunque no es
física (esto es una cosa), la cultura no es una entidad oculta ya que está a la vista de
todos, ya que opera como ‘documento público’ (Geertz [1973] 2005: 24). De esta
forma se rompe con las concepciones mentalistas y psicologicistas de la cultura: “[…]
decir que la cultura consiste en estructuras de significación socialmente establecidas
en virtud de las cuales la gente hace cosas […] no es lo mismo que decir que se trata de
un fenómeno psicológico […]” (Geertz [1973] 2005: 26). Por tanto, este postulado de
la cultura como ‘documento público’ supone considerar que la cultura no es algo que
se encuentra metido en la cabeza de las personas, sino que se expresa públicamente
en prácticas significativas con efectos sociales concretos. Se puede argumentar,
entonces, que los símbolos son vehículos de significación y, por tanto, son los puntos
del análisis cultural. Los símbolos troquelan las maneras en que los actores sociales
perciben, sienten y piensan acerca del mundo.
Un tercer postulado, ampliamente referido en la literatura antropológica, es el
conocido como descripción densa. Para decirlo brevemente, la descripción densa
13 Geertz es explicito en establecer la diferencia de la antropología interpretativa con el
estructuralismo de Lévi‐Strauss: “[…] en lugar de tomar los mitos, los ritos totémicos y las
normas matrimoniales como textos que hay que interpretar, Lévi‐Strauss los toma como
códigos [inconscientes] que hay que descifrar, lo cual no es ciertamente lo mismo. Lévi‐
Strauss no trata de comprender las formas simbólicas desde el punto de vista de cómo éstas
funcionan en situaciones concretas para organizar percepciones (significaciones, emociones,
conceptos, actitudes); trata de comprenderlas desde el punto de vista de la estructura interna
de dichas formas simbólicas, independiente de todo sujeto, de todo objeto, de todo contexto”
(Geertz [1973] 2005b: 369; énfasis en el original).
[ 72 ]
consiste en el estudio de la cultura desde el punto de vista del actor. Si, como ya vimos,
la cultura se refiere a esa urdimbre de significados en que los actores están situados,
por lo tanto para dar cuenta de la cultura se debe uno situar en la posición de los
actores. Situarse en la posición de los actores quiere decir que la descripción de
cualquier práctica cultural debe incluir lo que esta práctica significa para los actores
que la realizan. De esta manera una descripción tiene que considerar dos planos: el de
lo que la gente hace y el de lo que significa para la gente eso que hacen.
La descripción densa supone ir más allá de lo que se observa en acciones concretas,
para dar cuenta de los significados que se anudan estas acciones por parte de las
personas que las realizan. La descripción superficial se quedaría solo en las acciones
sin profundizar en los significados. En tanto le interesan no solo las acciones sino
también sus significados, la descripción densa busca dar cuenta jerarquía estratificada
de estructuras significativas. Por tanto, la descripción densa tiene como meta el
desentrañamiento de los significados a partir de los cuales los actores le dan sentido a
su propia experiencia, a las acciones que ellos mismos realizan. Es precisamente este
interés por los significados dados por los mismos actores lo que se constituye como la
explicación para la antropología interpretativa: “La explicación interpretativa […]
centra su atención en el significado que las instituciones, acciones, imágenes,
expresiones, acontecimientos y costumbres […] tienen para quienes poseen tales
instituciones, acciones, costumbres, etc.” (Geertz 1991: 34).
Ahora bien, esto no significa que la labor del antropólogo se circunscriba a transcribir
lo que la gente dice sobre lo que hace. Las interpretaciones de los actores de sus
propias prácticas requieren una interpretación del antropólogo en la cual adquieran
sentido al conectarlas con otros aspectos o componentes de la misma práctica o
representación que no necesariamente son evidentes para los mismos actores. Al
respecto, Clifford Geertz es claro:
“El trabajo de la antropología no consiste en reproducir las interpretaciones
que la gente da, sino de el interpretar las interpretaciones. Dar una segunda,
una doble hermenéutica, un intento de tratar de leer sus textos –como dije
alguna vez—por encima de sus hombros […] Así que no creo que todo el
enfoque del tipo ‘desde el punto de vista del nativo’ indique que lo que se
supone que hay que hacer es representar el punto de vista de los nativos. Uno
debería encontrar la manera de representarlo para la gente de afuera,
analizarlos, interpretarlo y comprender por qué es de esa manera y cuáles
[ 73 ]
son las implicancias. En ese sentido […] no trato de replicar en ingles lo que
dijo otra persona” (Geertz 1993: 16).
Cuestiones de método
La antropología intrepretativa busca comprender significados antes que el
establecimiento de leyes generales: “[…] el análisis de la cultura ha de ser por lo tanto,
no una ciencia experimental en busca de leyes, sino una ciencia interpretativa en
busca de significaciones […]” (Geertz [1973] 2005: 20). Es por ello que la antropología
interpretativa cuestiona a quienes siguen el paradigma de las ciencias naturales en las
ciencias sociales.
Cuestionar el modelo de las ciencias naturales, no significa que se renuncie a producir
conocimiento científico. Para Geertz la antropología es una ciencia interpretativa,
antes que una ciencia natural (como la pensaba Radcliffe‐Brown, por ejemplo). Con
esto, se da un desplazamiento de la mirada del científico (figura del biólogo o el físico)
sobre la conducta para pasar a la del interprete (figura del lector) de la cultura como
texto. De la biología como referente inspirador del antropólogo se pasa a la
hermenéutica o la crítica literaria como referentes intelectuales.
Es por esto que Geertz utiliza la figura del lector de un antiguo e incompleto
manuscrito en una lengua extraña para ilustrar lo que significaría la labor etnográfica:
“Hacer etnografía es como tratar de leer (en el sentido de ‘interpretar un texto’ un
manuscrito extranjero, borroso, plagado de elipsis, de incoherencias, de sospechosas
enmiendas y de comentarios tendenciosos y además escrito, no en las grafías
convencionales de representación sonora, sino en ejemplos volátiles de conducta
moderada” (Geertz [1973] 2005: 24).
El etnógrafo trabaja sobre interpretaciones que él mismo construye y, en múltiples
ocasiones, sobre interpretaciones que los mismos ‘nativos’ hacen de sus prácticas
culturales ante las preguntas del etnógrafo. En este sentido, el etnógrafo trabaja con
interpretaciones de interpretaciones. Los ‘datos’ son interpretaciones (y, a veces,
interpretaciones de interpretaciones). Se puede, por tanto, oponer el
interpretativismo al positivismo. El interpretativismo considera que la realidad social
es producida por los significados que los actores tienen sobre el mundo. El sentido es
constitutivo de la realidad social. Para el positivismo, la realidad social es algo dado,
independiente de las experiencias subjetivas. La distinción objeto/sujeto como
[ 74 ]
entidades claramente diferenciadas e independientes es una premisa fundamental del
positivismo a partir de la cual se sustenta su concepción de la neutralidad valorativa:
esto es, es posible la clara y objetiva diferenciación entre hechos y valores. Desde el
interpretativismo se cuestiona radicalmente que sea posible esta diferenciación e la
que se basa la neutralidad valorativa, así como la absoluta diferenciación de los límites
entre entre objeto/sujeto.
No sorprende, entonces, que desde posiciones positivistas se argumente que el
propósito de las ciencias sociales consiste en el descubrimiento y/o explicación de
leyes o regularidades a semejante a como lo hacen las ciencias naturales como la
biología o la física. De ahí que se imaginen como ciencias nomoteticas. Por su parte,
desde el interpretativismo, antes que la figura del biólogo o el físico lo que se tiene en
mente es la figura del lector, del interprete de significados. La imagen de buscador de
leyes sociales se contrapone así a la del lector que comprende significados. Las
analogías con las que operan son contrastantes: el organismo, la maquina o la lengua
por el lado de los enfoques más positivistas, mientras que esta el texto por el lado de
los interpretativos. La comparación entre estos dos enfoques se resume en la
siguiente tabla:
Positivismo Interpretativismo
-realismo ingenuo: la realidad es -la realidad social es histórica y
dada. culturalmente constituida.
Realidad social -objetiva e independiente de las -actores sociales son sujetos y
experiencias subjetivas. agentes del sentido en procesos
- la realidad es cognoscible. intersubjetivos.
-explicación causal:
hipotético-deductiva / inductiva -comprensión
Método
-leyes generales -ideográfico
-generalizaciones y predicciones
Unidades de
-conducta / observable -significados / entendimiento
análisis
[ 75 ]
Referencias citadas
Geertz, Clifford. [1973] 2005. “Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la
cultura”. En: La interpretación de las culturas. pp. 19‐40. Barcelona: Gedisa.
Geertz, Clifford. [1973] 2005b. “Juego profundo: notas sobre la riña de gallos en Bali”.
En: La interpretación de las culturas. pp. 19‐40. Barcelona: Gedisa.
Geertz, Clifford. 1993. De Bali al postmodernismo: una entrevista con Clifford Geertz.
(Entrevistado por Silvia M. Hirsch y Pablo G. Wright). Publicar. 2 (3): 17.
Geertz, Clifford. 1991. Conocimiento local. Ensayos sobre la interpretación de las
culturas. Barcelona: Paidós.
Vasco, Luis Guillermo. 1975. Los chami. Situación del indígena en Colombia. Bogotá:
Editorial Margen Izquierdo.
Bibliografía recomendada
del Cairo, Carlos y Jefferson Jaramillo. 2008. Clifford Geertz y el ensamble de un
proyecto antropológico crítico. Tabula Rasa. (8): 15‐41.
Vasco, Luis Guillermo. 2002. Entre Selva y Páramo. Viviendo y Pensando la Lucha India.
Bogotá: ICANH.
[ 76 ]
Tabla. Escuelas antropológicas clásicas
Antropología estructural
Título original: Anthropologie structurale. Publicado en francés por Plon,
París, 1974
ÍNDICE
PREFACIO.......................................................................... 19
INTRODUCCIÓN......................................................................................... 21
1- HISTORIA Y ETNOLOGÍA .................................................................. 43
Lenguaje y parentesco
2. EL ANÁLISIS ESTRUCTURAL EN LINGÜISTICA Y EN ANTROPOLOGÍA 75
1° edición, 1987 3. LENGUAJE Y SOCIEDAD .........................................•. 97
2.° reimpresión , 1995
4. LINGÜISTICA Y ANTROPOLOGÍA .......................................... 109
5. APÉNDICE DE LOS CAPÍTULOS 3 Y4 . .......................................... 121
Organización social
© 1958 y 1974, Iibrairie Plon, Paris © de todas las ediciones en
castellano. Ediciones Paidós, S.A., 6. LA NOCIÓN DE ARCAÍSMO EN ETNOLOGÍA....................................... 137
Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona
y Editorial Paidós, SAICF, 7. LAS ESTRUCTURAS SOCIALES EN EL BRASIL CENTRAL Y ORIENTAL 153
Defensa, 599 - Buenos Aires
8. ¿EXISTEN LAS ORGANIZACIONES DUALISTAS ? ............................... 165
ISBN: 84-7509-449-X Depósito legal: B-41.343/1995
Arte
13. EL DESDOBLAMIENTO DE LA REPRESENTACIÓN EN EL ARTE DE
ASIA Y AMÉRICA............................................................................... 263
14. LA SERPIENTE CON EL CUERPO LLENO DE PECES ............................ 293 Como este libro aparece, en 1958, año del centenario
de Émile Durkheim, se le permitirá a un discípulo
inconstante ofrecerlo en homenaje, a la memoria
Problemas de método y enseñanza del fundador de L'Année sociologique: prestigioso
taller donde la etnología contemporánea recibía
15. LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA EN ETNOLOGÍA..................................... 299 una parte de sus armas y que hemos entregado al
silencio y al abandono, menos por ingratitud que
16. APÉNDICE DEL CAPÍTULO 15 ..........................................................339 por el triste convencimiento de que la empresa
excedería hoy nuestras fuerzas.
17. LUGAR DE LA ANTROPOLOGÍA ENTRE LAS CIENCIAS SOCIALES Y
PROBLEMAS PLANTEADOS POR SU ENSEÑANZA ...................................359
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................393
quier manera, es por cierto un índice de la complejidad de una obra lugar, sin duda, los llamados primitivos no representan nuestra in-
destinada a ejercer una influencia decisiva. fancia y es ingenuo evaluarlos por lo que les falta para parecerse a
nosotros. Pero aun cuando así fuera, su estudio sólo podría semejar
Las experiencias recogidas por Lévi-Strauss en el trabajo de campo una visita a la infancia en el sentido que ésta posee en la cura psico-
—realizado en el Brasil a partir de 1935— fueron vinculadas desde analítica: una experiencia que tiene por objeto comprender los ínti-
un principio a problemas teóricos generales. Ciertas características mos resortes de las decisiones de nuestra vida actual, por comparación
de los grupos culturales aborígenes del centro de Brasil (estructura con otras decisiones posibles que nosotros nunca realizamos; recorrer
social de un alto grado de complejidad junto con un nivel material la estructura de la propia individualidad como el desenvolvimiento
muy bajo) planteaban interrogantes fundamentales acerca de la natu- de un proyecto en el que debemos reconocernos a través de los otros.
raleza de tan complejos sistemas de reglas sociales. Para los antropó- Es sólo en el contacto, infinitamente respetuoso, con las culturas dife-
logos tradicionales, impregnados de evolucionismo ingenuo, este tipo rentes donde el hombre occidental puede encontrar una mejor com-
de desajustes entre la complejidad cultural y el «primitivismo» téc- prensión de sí mismo.
nico y económico provocó siempre cierta incomodidad, a la cual se Pero el antropólogo aspira al conocimiento científico, y no puede
hacía frente recurriendo a alguna hipótesis histórica, por lo general conformarse con la descripción de la diversidad de las culturas: debe
ad hoc. Estos casos de desajuste llevaban a los antropólogos evolu- hallar alguna base para la comparación. ¿Qué hay, pues, de común
cionistas, imbuidos de la idea de que la reglamentación de la vida entre los varios miles de sociedades? ¿En qué sentido pueden ser
social está siempre asociada a un proceso evolutivo —definido en tér- abarcadas por el concepto de «humanidad»? Estos interrogantes —for-
minos de algún esquema de progreso—, al punto de vista opuesto y mulados aquí en términos muy simplificados— encierran uno de los
complementario: dado que hallamos muchas sociedades «primitivas» problemas clave de la antropología, en la medida en que ésta aspira
donde hay cuerpos de reglas y pautas que resultan desmesurados con a elaborar proposiciones generales aplicables a culturas muy distin-
respecto a la vida social que organizan y que no parecen aplicados ni tas, es decir, aspira a ser una Ciencia de la Sociedad en general.
aplicables al mejoramiento del nivel de vida, los procedimientos Como es bien sabido, la escuela funcionalista se organizó preocu-
económicos o los objetos técnicos, entonces tales reglas no sirven pándose —entre otras cosas — por la búsqueda de los componentes
realmente para nada y sólo se explican como manifestación de una universales de la cultura. Para la elaboración de su teoría de la cultura,
mentalidad atrasada e irracional. el funcionalismo trató de ir formulando una lista de «problemas fun-
Frente a esta tradición antropológica, que durante mucho tiempo cionales» comunes a toda sociedad, de modo tal que la diversidad de
expresó en su forma más cruda e inmediata la concepción del mundo costumbres, hábitos y pautas aparece como ocultando siempre los
de la sociedad industrial en desarrollo, Lévi-Strauss elabora a lo largo mismos problemas. El lector hallará en el capítulo 1 de este libro una
de sus obras una imagen del llamado «hombre primitivo», que es al crítica acerba de la escuela de Malinowski y sus discípulos.7 Según Lévi-
mismo tiempo una critica radical de los componentes ideológicos de Strauss, las generalidades del funcionalismo son trivialidades: dejando
la antropología clásica. La actitud implícita en buena parte de la de lado la multitud de maneras posibles de construirla, una canoa
antropología tradicional daba a la experiencia del contacto con un sirve para navegar. El funcionalismo, partiendo de una concepción
mundo social extraño —piedra angular de la profesión etnológica— un instrumentalista de las reglas sociales, busca tras la diversidad de las
sentido particular: el estudio de las costumbres de estos pueblos costumbres la identidad de la función. Pero los «problemas» de la vida
«salvajes» resultaba necesariamente teñido de un paternalisrno bené- social son parte de la cultura y los contenidos de ésta sirven, entre
volo, a la manera del hombre maduro, seguro de sí mismo, que reco- otras cosas, para definir los problemas. El del funcionalismo es, pues,
noce en sus hijos las incertidumbres de la propia infancia. De hecho, un camino arriesgado, en el que estamos constantemente expuestos al
la ciencia antropológica alimentó ideológicamente un paternalismo no peligro de definir los problemas funcionales en términos de los
tan benévolo: las ambiciones colonialistas de esas mismas sociedades valores y conceptos de nuestra propia cultura. Si dos culturas que
avanzadas en las que nacieron y se desarrollaron las ciencias antro- habitan regiones naturales muy semejantes son distintas, esto
pológicas. Por otra parte, sin duda, la experiencia antropológica —en significa que han definido de diferente manera los problemas que les
el contexto de una sociedad en creciente industrialización— canalizaba plantea el mundo exterior y consecuentemente les han dado dife -
cierta fascinación por un mundo más «primitivo» y menos socializado rentes soluciones. La base de comparación no se encuentra en el nivel
que el nuestro o simplemente más «elemental» y «natural». En cual- de los problemas funcionales ni de sus soluciones, sino en el plano de
quier caso se trataba de un cierto regreso a la infancia. Lévi-Strauss
ha buscado formular un encuadre radicalmente distinto. En primer 7. Págs. 11 y sigs.
14 ANTROPOLOGÍA ESTRUCTURAL PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA 15
los instrumentos mediante los cuales la especie ha elaborado social- tesco, pero a partir de esta área se interroga sobre la naturaleza de la
mente unos y otras. El mérito particular que recae en la sociedad regla en general, fenómeno constitutivo del «estado de sociedad». Este
occidental es el de haber explicitado la naturaleza de ese instrumento se caracteriza —de manera análoga a los demás niveles de organización
que todo grupo humano ejercita en la praxis social: la lógica. que estudia la ciencia— como la manifestación del orden en cierta
En este sentido, nada más opuesto al antropólogo estructuralista clase de fenómenos que en el plano presocial aparecen dis tribuidos
que el funcionalista; éste parte de la diversidad y está dominado por aleatoriamente. La presencia de reglas se revelará entonces, en
la preocupación de hallar, tras la diversidad, ciertos contenidos uni- primera instancia, en aquellos campos de hechos cuya organización
versales idénticos en todas las culturas; aquél parte de la afirmación es condición de posibilidad para la existencia misma de la sociedad:
de una identidad (puramente formal) en el plano de los instrumentos los bienes escasos, cuyo goce no puede definirse en términos puramente
mentales que el hombre pone en juego en toda vida social, y por lo individuales. En este sentido, el goce de la mujer es un ejemplo
tanto está dominado por el afán de describir las diferencias entre los paradigmático. El pasaje de la Naturaleza a la cultura se identifica
contenidos a que esos instrumentos se aplican. con el pasaje de un estadio en que la significación de la hembra se
De esta manera se establecen para Lévi-Strauss los fundamentos reduce a la de la relación individual biológicamente motivada, a un
de la comparación entre culturas y al mismo tiempo la necesidad estadio donde las mujeres del grupo —como el ruido que se ha
ineludible de estudiar minuciosamente las diferencias. Si la antropo- convertido en palabra— se pueden «comunicar».
logía se ocupa «del hombre y sus obras», la perspectiva estructura - El estudio de los fenómenos de parentesco indicaba la existencia,
lista afirma la identidad del hombre y la diversidad de las obras, o si en uno de los niveles fundamentales de la organización social, de un
se prefiere, la antropología queda así definida como el estudio de la sistema de reglas lógicas de intercambio, susceptible de un tratamiento
diversidad de las obras humanas a partir de la afirmación de la iden- formal con ayuda de instrumentos matemáticos. A partir de este
tidad de las operaciones. momento, resultaba posible llevar adelante un análisis detallado de
la organización social de los pueblos ágrafos, cuyos principios internos
Hemos mencionado ya que ciertos rasgos de los grupos culturales no difieren cualitativamente del pensamiento lógico de la sociedad
de la América tropical, estudiados por Lévi-Strauss, sirvieron de pun- moderna, con lo cual se aceleraba la destrucción de la imagen tra-
to de partida para una reflexión sobre problemas teóricos más am- dicional del primitivo, sumergido en los laberintos de la afectividad
plios. Muchos de esos grupos sobreviven con una población conside - y la irracionalidad. Simultáneamente, Lévi-Strauss elaboraba los pri-
rablemente menor a la que los demógrafos juzgan como mínimo meros lineamientos de una teoría general de los fenómenos sociales
indispensable para el mantenimiento de un grupo social. Esto indicaba como procesos de comunicación definidos por sistemas de reglas,
ya la necesidad de explorar, más allá de criterios cuantitativos, los con lo cual su pensamiento convergía con algunos de los más im-
factores estructurales de la organización social y su relación con la portantes desarrollos de las ciencias humanas contemporáneas: la
supervivencia del grupo. Estas preocupaciones cobraron luego forma lingüística desde Saussure y luego la teoría de la comunicación, la
de interrogante sobre la naturaleza de las estructuras sociales como teoría de la información, la cibernética y la teoría de los juegos.
formas de organización, y dieron lugar a una vasta investigación com- Es fundamental tener e n cuenta que estos sistemas de reglas
parativa, destinada a dilucidar un hecho crucial para la teoría antro- que definen la comunicación social son inconscientes. En este sen-
pológica: la prohibición del incesto, única regla cultural que no tiene tido la perspectiva estructuralista se contrapone decididamente a
excepciones conocidas. El resultado de esta investigación fue una mo- un «estilo» de explicación sociológica muy difundida, particularmente
nografía hoy clásica en la sociología del parentesco: Les structures en los países anglosajones: la explicación de la conducía de los
élémentaires de Ia parenté, publicada en 1949. Su propósito más in- miembros de una sociedad determinada por las «normas» institu-
mediato es demostrar que todos los sistemas de parentesco que no cionalizadas en esa sociedad. Numerosos trabajos sociológicos pue-
sólo prohíben el matrimonio con un cierto tipo de parientes (prohi- den reducirse, en última instancia, al siguiente esquema de explica-
bición del incesto), sino que al mismo tiempo lo prescriben con otro ción: «tales o cuales personas o grupos hacen tales o cuales cosas
tipo de parientes, pueden reducirse a un modelo básico axiomatizable, porque están sometidos a tales o cuales normas». Las «reglas» de
consistente en un principio de reversibilidad de ciertas operaciones que se habla en una perspectiva estructuralista no pueden ser con-
(reciprocidad), a partir del cual, especificada la regla de residencia fundidas en modo alguno con el concepto habitual de «norma». Lévi-
y la de filiación, se pueden inferir unívocamente los ciclos matrimo- Strauss se interesa por aquellos sistemas de regulación de la conduc-
niales observados en estos sistemas. Desde el punto de vista teórico, ta social, de los cuales los actores no tienen conciencia o que sólo se
la obra se presenta como introducción a una teoría general del paren- reflejan en la conciencia de los actores por intermedio de una serie
16 ANTROPOLOGÍA ESTRUCTURAL PRÓLOGO A LA ED1CIÓN ESPAÑOLA 17
de deformaciones sistemáticas. El llamado estructuralismo converge antropología actualiza, en cierto sentido, ese mismo principio. El
así con la más firme tradición teórica de las ciencias humanas: la etnólogo es como un lector que debe descifrar un complejo mensaje
teoría marxista de la ideología y sus muchas derivaciones en el plano que se hace presente en su experiencia, y la cultura extraña es ese
sociológico, y el psicoanálisis en el plano psicológico, planteos que mensaje que transmite, por diferencia, una variante más del tema
en este sentido son complementarios. En ambos hemos aprendido «humanidad».
que la significación consciente de la conducta social oculta, en ma- En esta perspectiva los fenómenos sociales se definen, pues, como
yor o menor medida, los verdaderos mecanismos de regulación. Y en lenguaje: las conductas, las instituciones, las tradiciones, son men-
ambos casos, Marx y Freud se han esforzado por demostrar que la sajes que yo puedo descodificar. Cuando se trata de mi propia socie-
verdadera significación —inconsciente— puede ser «leída» en la con- dad esta descodificación es automática e inconsciente y la cultura
ducta, está implícita en la praxis social —individual o colectiva— y, constituye entonces mi «experiencia vivida». Cuanto más extraña
reunidas ciertas condiciones, un observador puede elaborar una re- es la cultura que observo, tanto más contrastante resulta la expe-
construcción objetiva de los sistemas latentes a partir del compor- riencia del mundo social. Ello facilita la objetivación de aquellas
tamiento y de los sistemas conscientes de representación. operaciones necesarias para reconstruir el código en que son emi-
Ahora bien, tanto en el marxismo como en el psicoanálisis, el tidos los mensajes, operaciones que definen, precisamente, la obser-
status del observador no es un supuesto, sino un problema. Ya se vación científica de esa cultura.
trate de grupos o de la conducta individual, para que la observación En este punto es donde cobra toda su importancia el principio
permita acceder a los sistemas latentes de significación de la acción que he llamado de la «identidad del hombre y la diversidad de las
social es necesario instaurar ciertas condiciones prácticas: tanto en obras». Para poder descifrar «desde» una cierta variante cultural
el caso de la praxis revolucionaria como en el de la situación tera- l o s mensajes de otra variante es necesario contar con las reglas de
péutica, el observador es al mismo tiempo actor dentro de un sistema transformación que permiten pasar de un código a otro. La exis-
social. La teoría de la comunicación, más recientemente, nos ha tencia de este metacódigo es una condición de posibilidad del cono-
enseñado a su vez que para que la descripción tenga sentido, el ob- cimiento antropológico, y en última instancia consistiría en el reper-
servador de un sistema de comunicación debe especificar su propia torio finito de operaciones formales que expresa las leyes «mentales»
posición con respecto al sistema o, si se prefiere, la especificación de la especie. Como hemos dicho, el antropólogo estructuralista da
de la posición del observador forma parte de la descripción del por supuesta la existencia de este repertorio de operaciones for-
sistema observado. Seis años después del estudio «objetivo» de los males o, si se prefiere, ésa es su hipótesis de trabajo para la mejor
sistemas de comunicación matrimonia], Lévi-Strauss ofrece en Tristes explicación de las culturas. El estudio de dichas operaciones en
tropiqu es8 dicha especificación. En el trabajo de campo, el antro- cuanto tales es el objetivo de la lógica y no de la antropología;
pólogo —representante de la «sociedad occidental»— se pone en con- en la medida en que es una ciencia «social», la antropología no se
tacto con un grupo del cual se halla separado por una distancia interesa por el análisis formal de esos principios, sino por el estudio
social enorme. Para Lévi-Strauss la experiencia de este contraste es de la enorme multiplicidad de organizaciones de la vida social que el
un componente esencial de la explicación antropológica, y en Tristes trabajo humano, «en continua lucha con nuevos objetos»,9 ha ela -
trópicos nos proporciona el relato cotidiano de su contacto con so- borado a partir de ellos.
ciedades extrañas y de la resonancia de esa experiencia en el ámbito Lo dicho permite ya inferir que las hipótesis del estructuralismo
personal del autor, ámbito delimitado por la internalización de una abarcan tanto al objeto como al observador, es decir, que a la vez
cultura radicalmente diferente. encierran una teoría de la acción social y tienen consecuencias para
La relación entre estas dos obras traduce un principio metodo- la epistemología y la metodología de las ciencias sociales. Los tra -
lógico que puede considerarse la regla de oro de la perspectiva bajos vinculados sobre todo a las preocupaciones metodológicas fue-
estructuralista: «sólo se conoce por diferencia». En el Cours de lín- ron reunidos por Lévi-Strauss en 1958 en el volumen que el lector
güistique genérale, Saussure había aplicado este principio a la defi- tiene en sus manos. Con respecto a la edición original en francés,
nición misma de «signo»: cada unidad constitutiva de un sistema de esta edición española contiene dos agregados: uno es el texto de la
comunicación no tiene otra ley de existencia que su diferencia con clase inaugural pronunciada por Lévi-Strauss al ocupar la cátedra
respecto a los demás signos del sistema. El trabajo de campo en de Antropología Social del Colegio de Francia, en 1960; se trata de
uno de los pocos textos donde el lector puede obtener una visión
8. París, Plon, 1955. [Trad. cast.: Tristes trópicos. Buenos Aires, Eudeba, 1976;
Barcelona, Paidós, de próxima aparición.) 9. Antropología estructural, pág. 252.
18 ANTROPOLOGÍA ESTRUCTURAL
1. Jean Pouillon, «L'oeuvre de Claude Lévi-Strauss», Les Temps Modernes, año 12, n.
126, julio 1956, pág. 158.
CAPÍTULO 15
mente, el de darnos la esperanza de que las ciencias más avanzadas de este capítulo. Una segunda etapa permitirá comparar nuestra de -
desde este punto de vista pueden proporcio narnos modelos y métodos finición provisional con las que otros autores parecen admitir, explí -
para solucionar nuestros problemas. cita o implícitamente. Procederemos a dicho examen en la sección
¿Qué debe entenderse, entonces, por estructura social? ¿En qué consagrada al parentesco, puesto que éste es el principal contexto en
difieren los estudios sobre estructura social de todas las descripciones, que aparece la noción de estructura. En realidad, los etnólogos se han
análisis y teorías referentes a las relaciones sociales en sentido amplio, ocupado de la estructura casi exclusivamente en relación con los pro -
y que se confunden con el objeto mismo de la antropología? Los blemas del parentesco.
autores no están de acuerdo acerca del contenido de esta noción, y
entre aquellos que han contribuido a introducirla, hay inclusive al - I. DEFINICIÓN Y PROBLEMAS DE MÉTODO
gunos que en la actualidad parecen habers e arrepentido de ello.
Así, por ejemplo, Kroeber, quien escribe en la segunda edición de su
Anthropology: El principio fundamental afirma que la noción de estructura social
«La noción de "estructura" tal vez no sea otra cosa que una con - no se refiere a la realidad empírica, sino a los modelos construidos
cesión a la moda: un término con sentido bien preciso ejerce de de acuerdo con ésta. Aparece, así, la diferencia entre dos nociones
p r o n t o u n a a t r a c c i ó n si n g u l a r d u r a n t e u n a d e c e n a d e a ñ o s — c o m o tan próximas que a menudo se las ha confundido; quiero decir, las de
la palabra "aerodinámico" —; se la emplea porque suena agradable al estructura social y de relaciones sociales. Las relaciones sociales son la
oído. Una personalidad típica puede, sin duda, ser considerada desde materia prima empleada para la construcción de los modelos que
el punto de vista de su estructura. Pero lo mismo vale para un orde - ponen de manifiesto la estructura social misma. Esta no puede ser
namiento fisiológico, un organismo, una sociedad cualquiera o una reducida, en ningún caso, al conjunto de las relaciones sociales
cultura, un cristal o una máquina. Cualquier cosa —a condición de observables en una sociedad determinada. Las investigaciones de es -
tructura no reivindican para sí un campo propio entre los hechos
que no sea algo completamente amorfo — posee una estructura. En -
tonces, el termino "estructura" no parece agregar absolutamente nada sociales; constituyen más bien un método susceptible de ser aplicado
a aquello en que pensamos al emplearla, como no sea un sabor agra - a diversos problemas etnológicos, y se asemejan a las formas de análi -
dable.» (Kroeber, 1948, pág. 325.)2 sis estructural empleadas en diferentes dominios.
Se trata, entonces, de saber en qué consisten estos modelos que
Este texto apunta directamente a la pretendida «estructura de la son el objeto propio de los análisis estruct urales. El problema no
personalidad básica», pero implica también una crítica más radical que
pone en duda el uso m ismo de la noción de estructura en antropología. corresponde a la etnología sino a la epistemología, porque las defini -
La incertidumbre actual no es la única razón que hace indispen - ciones que daremos a continuación no dependen para nada de la
materia prima de nuestros trabajos. En efecto, pensamos que para
sable una definición. Desde un punto de vista estructuralista —que merecer el nombre de estructura los modelos deben satisfacer exclusi-
sin duda es preciso adoptar aquí, aunque sólo sea para dar existencia
al problema—, la noción de estructura no depende de una definición vamente cuatro condiciones.
inductiva, fundada en la comparación y la abstracción de los elemen tos En primer lugar, una estructura presenta un carácter de sistema.
Consiste en elementos tales que una modificación cualquiera en uno
comunes a todas las acepciones del término tal como se lo emplea
habitualmente. O bien el término estructura social no tiene sentido, o de ellos entraña una modificación en todos los demás.
bien este sentido mismo posee ya una estructura. Esta estructura de En segund o lugar, todo modelo pertenece a un grupo de trans -
formaciones, cada una de las cuales corresponde a un modelo de la
la noción es lo que primero hay que captar, so pena de dejarse misma familia, de manera que el conjunto de estas transformaciones
llevar por un fastidioso inventario de todos los libros y artículos que
se ocupan de las relaciones sociales: la sola lista excedería los límites constituye un grupo de modelos.
En tercer lugar, las propiedades antes i ndicadas permiten prede-
cir de qué manera reaccionará el modelo, en caso de que uno de sus
2, Compárese el texto citado con esta otra fórmula del mismo autor: « . . E l elementos se modifique.
término "estructura social", que tiende a reemplazar al de "organización social" Finalmente, el modelo debe ser construido de tal manera que su
sin agregar nada, al parecer, en cuanto al contenido o la significación» (1943, funcionamiento pueda dar cuenta de todos los hechos observados.3
pág. 105).
A lo largo de este capítulo, recargado de referencias bibliográficas, hemos evi-
tado reproducir en nota los títulos completos de las obras citadas. El lector 3. Compárese con von Neumann: «Los modelos (tales como los juegos) son
las encontrará fácilmente, por el nombre del autor y la fecha de publicación, en la construcciones teóricas que suponen una definición precisa, exhaustiva y no de-
bibliografía general incluida al final de volumen.
302 PROBLEMAS DE MÉTODO Y ENSEÑANZA
LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA 303
a) Observación y experimentación verdadero, es decir, aquel que, siendo el más simple, responderá a
la doble condición de no utilizar otros hechos fuera de los conside-
Se distinguirán siempre estos dos niveles. La observación de los rados, y de dar cuenta de todos. La primera tarea es, pues, saber
hechos y la elaboración de los métodos que permiten emplearlos para cuáles son estos hechos.
construir modelos no se confunden nunca con la experimentación
por medio de los modelos mismos. Por «experimentación sobre los b) Conciencia e inconsciente
modelos» entiendo el conjunto de procedimientos que permiten saber
cómo reacciona un modelo sometido a modificaciones o comparar
dos modelos del mismo tipo o de tipos diferentes entre sí. Esta dis- Los modelos pueden ser conscientes o inconscientes, según el
tinción es indispensable para evitar ciertos malentendidos, ¿No hay, nivel en el que funcionan. Boas, a quien corresponde el mérito de
acaso, contradicción entre la observación etnográfica, siempre con- esta distinción, ha mostrado que un grupo de fenómenos se presta
creta e individualizada, y las investigaciones estructurales, a las que mucho mejor al análisis estructural cuando la sociedad no dispone
se atribuye a menudo un carácter abstracto y formal, con el propósito de un modelo consciente para interpretarlo o justificarlo (1911, pági-
de negar que pueda pasarse de la primera a las segundas? La contra- na 67). Sorprenderá tal vez encontrar citado aquí a Boas corno uno
dicción se desvanece cuando se ha comprendido que estos caracteres de los maestros del pensamiento estructuralista; algunos estarían dis-
antitéticos corresponden a dos niveles diferentes o, para ser más puestos a atribuirle el papel opuesto. En otro trabajo 4 he tratado de
exactos, corresponden a dos etapas de la investigación. En el plano mostrar que el fracaso de Boas, desde el punto de vista estructuralista,
de la observación, la regla principal —casi podría decirse la única— no se explica por la incomprensión ni la hostilidad. En la historia del
es que los hechos deben ser observados y descritos con exactitud, sin estructuralismo. Boas ha sido más bien un precursor. Pero ha preten-
permitir que los prejuicios teóricos alteren su naturaleza y su impor- dido imponer a las investigaciones estructurales condiciones dema-
tancia. Esta regla implica otra, por vía de consecuencia: los hechos siado rigurosas. Algunas de ellas han podido ser asimiladas por sus
deben ser estudiados en sí mismos (¿qué procesos concretos los han sucesores, pero otras eran tan severas y tan difíciles de cumplir
producido?) y también en relación con el conjunto (es decir, que todo que hubieran esterilizado el progreso científico en cualquier campo.
cambio observado en un punto será vinculado a las circunstancias Un modelo cualquiera puede ser consciente o inconsciente sin
globales de su aparición). que esta condición afecte su naturaleza. Sólo es posible decir que
Esta regla y sus corolarios han sido claramente formulados por una estructura sumergida en forma superficial en el inconsciente
K. Goldstein (1951, págs. 18-25) a propósito de investigaciones psico- hace más probable la existencia de un modelo que la oculta, como
una pantalla, a la conciencia colectiva. Los modelos conscientes, en
fisiológicas; son aplicables también a otras formas de análisis estruc- efecto —que se llaman comúnmente «normas»— se cuentan entre los
tural. Desde nuestro punto de vista, permiten comprender que no más pobres, debido a que su función no consiste en exponer los resor-
existe contradicción, sino íntima correlación, entre el cuidado por tes de las creencias y los usos, sino en perpetuarlos. El análisis
el detalle concreto, propio de la descripción etnográfica, y la validez y estructural se enfrenta, así, a una situación paradójica, bien conocida
generalidad que reivindicamos para el modelo construido a partir por el lingüista: cuanto más nítida es la estructura manifiesta, tanto
de ella. Se pueden concebir, en efecto, muchos modelos diferentes más difícil se vuelve aprehender la estructura profunda, a causa de
pero cómodos, por distintas razones, para describir y explicar un los modelos conscientes y deformados que se interponen como obs-
grupo de fenómenos. Con todo, el mejor será siempre el modelo táculos entre el observador y su objeto.
El etnólogo deberá, pues, distinguir siempre entre las dos situa-
ciones en que corre el riesgo de encontrarse. Puede tener que cons-
masiado complicada: deben ser también parecidos a la realidad en todos aque- truir un modelo correspondiente a fenómenos cuyo carácter sistemáti-
llos aspectos que tienen importancia para la investigación en curso. Recapitu-
lando: la definición debe ser precisa y exhaustiva, para hacer posible un trata- co no ha sido percibido por la sociedad estudiada. Esta es la situación
miento matemático. La construcción no se debe complicar inútilmente, de modo más simple, y Boas ha señalado que ofrece al mismo tie mpo el terre-
que el tratamiento matemático pueda ser llevado más allá de la etapa de forma- no más favorable para la investigación etnológica. En otros casos, sin
lización y proporcione resultados numéricos completos. Se requiere la semejanza embargo, el etnólogo tiene que vérselas no solamente con materiales
con la realidad para que el funcionamiento del modelo sea significativo. Pero
este parecido se puede restringir, habitualmente, a ciertos aspectos considerados brutos, sino también con modelos ya construidos por la cultura en
esenciales pro tempore, de lo contrario, las condiciones enumeradas más arriba
resultarían incompatibles» (Neumann y Morgenstern, 1944). 4. «Historia y etnología», capítulo 1 de este libro.
304 PROBLEMAS DE MÉTODO Y ENSEÑANZA LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA 305
cuestión, bajo forma de interpretaciones. He señalado ya que seme- No existe, sin embargo, ninguna conexión necesaria entre las no-
jantes modelos pueden ser muy imperfectos, pero ello no siempre ciones de medida y las de estructura. Las investigaciones estructu-
ocurre. Muchas culturas llamadas primitivas han elaborado modelos rales han aparecido en las ciencias sociales como una consecuencia
—de sus reglas matrimoniales, por5 ejemplo— mejores que los mode- indirecta de ciertos desarrollos de la matemática mode rna, que han
los de los etnólogos profesionales. Hay, pues, dos razones para res- otorgado creciente importancia al punto de vista cualitativo, aleján-
petar estos modelos «caseros». Primero, pueden ser buenos o, al dose así de la perspectiva cuantitativa de la matemática tradicional.
menos, ofrecer un camino de acceso a la estructura; cada cultura En distintos campos: lógica matemática, teoría de los conjuntos,
tiene sus teorizadores, cuya obra merece tanta atención corno la que teoría de los grupos y topología, se ha comprendido cómo problemas
el etnólogo presta a sus colegas. Luego, inclusive cuando los modelos que no comportaban solución métrica podían igualmente ser some-
son tendenciosos o inexactos, la tendencia y el tipo de errores que tidos a un tratamiento riguroso. Recordemos aquí los títulos de las
encierran forman parte de los hechos por estudiar y tal vez se cuentan obras de mayor importancia para las ciencias sociales: Theory of
entre los más significativos. Pero cuando el etnólogo dedica toda su Games and Economic Behavior, de J. von Neumann y O. Morgens-
atención a estos modelos, productos de la cultura indígena, no debe tern (1940); Cybernetics, etc., de N. Wiener (1948); The Mathematical
olvidar que las normas culturales no son automáticamente estructu- Theory of Communication, de C. Shannon y W. Weaver (1950).
ras. Son más bien importantes piezas que ayudan a descubrir estas
últimas: ya se trate de documentos en bruto, ya de contribuciones
teóricas comparables a las que aporta el propio etnólogo. d) Modelos mecánicos y modelos estadísticos
Durkheim y Mauss han comprendido bien que las representacio-
nes conscientes de los indígenas merecen siempre más atención que Una última distinción se refiere a la escala del modelo, en com-
las teorías derivadas —como representaciones igualmente conscien- paración con la escala de los fenómenos. Un modelo cuyos elemen-
tes— de la sociedad del observador. Aun cuando sean inadecuadas, tos constitutivos se encuentran a la misma escala que los fenómenos
las primeras ofrecen una mejor vía de acceso a las categorías (incons- será llamado «modelo mecánico», y «modelo estadístico» aquel cuyos
cientes) del pensamiento indígena, en la medida en que se encuentran elementos se encuentran en una escala diferente. Tomemos, por
ligadas estructuralmente con ellas. Sin subestimar la importancia y ejemplo, las leyes matrimoniales. En las sociedades primitivas, estas
el carácter innovador de esta posición, debemos reconocer, con todo, leyes pueden ser representadas en forma de modelos donde figuran
que Durkheim y Mauss no la han llevado tan lejos como hubiese sido los individuos, efectivamente distribuidos en clases de parentesco o
de desear. Porque las representaciones conscientes de los indígenas, en clanes; dichos modelos son mecánicos. En nuestra sociedad es
por interesantes que puedan ser en virtud de las razones que acaba- imposible recurrir a este tipo de modelo, porque los diversos tipos de
mos de indicar, son susceptibles de permanecer6 objetivamente tan matrimonio dependen de factores más generales: tamaño de los gru-
alejadas de la realidad inconsciente como las otras. pos primarios y secundarios a que pertenecen los cónyuges posibles,
fluidez social, cantidad de información, etcétera. Para llegar a deter-
c) Estructura y medida minar las constantes de nuestro sistema matrimonial (lo cual no ha
sido intentado hasta ahora), se deberían definir entonces medias y
Se dice a veces que la noción de estructura permite introducir umbrales: el modelo apropiado sería de naturaleza estadística.
Entre estas dos formas existen, sin duda, formas intermedias.
la medida en etnología. Esta idea ha podido formarse como resul- Así, por ejemplo, algunas sociedades (entre ellas la nuestra) utilizan
tado del empleo de fórmulas matemáticas —o que aparentan serlo— un modelo mecánico para definir los grados matrimoniales prohibi-
en obras etnológicas recientes. Es exacto sin duda que, en algún dos y recurren a un modelo estadístico en lo concerniente a los
caso, se ha conseguido asignar valores numéricos a constantes. Así, matrimonios posibles. Por otra parte, los mismos fenómenos pueden
por ejemplo, las investigaciones de Kroeber sobre la evolución de la depender de los dos tipos de modelos, según la manera en que se los
moda femenina, que marcan una fecha importante en la historia de agrupe entre sí o con otros fenómenos. Un sistema que favorece el
los estudios estructuralistas (Richardson y Kroeber, 1940), y también matrimonio entre primos cruzados, pero donde esta fórmula ideal
algunas otras de las que hablaremos más adelante. corresponde sólo a una determinada proporción de las uniones regis-
tradas, exige, para ser explicado de manera satisfactoria, a la vez un
5. Se hallarán ejemplos y un análisis detallado en Lévi-Strauss (1949b, págs. 558 modelo mecánico y un modelo estadístico.
y sigs).
6. Sobre este tema, véanse los capítulos 7 y 8 de este volumen. Las investigaciones estructurales carecerían de interés si las es-
LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA 307
306 PROBLEMAS DE MÉTODO Y ENSEÑANZA
nomo, independiente con respecto a todos los demás y también con
tructuras no fueran traducibles a modelos cuyas propiedades formales respecto a la investigación de los mismos hechos pero sobre la base
son comparables, con independencia de los elementos que las com- de otros métodos. Y, sin embargo, nuestras investigaciones no se
ponen. El estructuralista tiene por tarea identificar y aislar los niveles interesan en otra cosa que en construir modelos cuyas propiedades
de realidad que pos een un valor estratégico desde el punto de vista formales, considerando la comparación y la explicación, sean redu-
en que él se coloca; dicho de otra manera, que pueden ser represen- cibles a las propiedades de otros modelos pertenecientes a niveles
tados en forma de modelos, sea cual fuere la naturaleza de estos estratégicos distintos. Podemos, así, esperar que los muros que sepa-
últimos. ran las disciplinas vecinas serán abatidos, y que entre ellas se promo-
A veces es posible también considerar simultáneamente los mis- verá una verdadera colaboración.
mos datos colocándose en puntos de vista diferentes, que poseen por He aquí un caso que permitirá ilustrar este punto. El problema
igual un valor estratégico, aunque los modelos correspondientes sean de las relaciones entre la historia y la etnología ha sido motivo re-
ya mecánicos, ya estadísticos. Los ciencias exactas y naturales cono-
cen situaciones de este tipo; así, por ejemplo, la teoría de los cuerpos cientemente de numerosas discusiones. No obstante las críticas que
en movimiento pertenece a la mecánica, si los cuerpos considerados se me han hecho,7 insisto en que la noción de tiempo no constituye
son poco numerosos. Pero cuando este número aumenta más allá el centro del debate. Ahora bien, si lo que distingue a estas dos dis-
de un cierto orden de magnitud, es preciso recurrir a la termodiná- ciplinas no es una perspectiva temporal propia de la historia, ¿en
mica, vale decir, reemplazar el anterior modelo mecánico por un qué consiste su diferencia? Para responder, necesitamos referirnos
modelo estadístico, aunque la naturaleza de los fenómenos perma - a las observaciones presentadas en el parágrafo anterior y situar la
nezca la misma en ambos casos. historia y la etnología en el seno de las otras ciencias sociales.
En las ciencias humanas y sociales se presentan a menudo situa- La etnografía y la historia difieren, ante todo, de la etnología y
ciones del mismo género. Tómese, por ejemplo, el suicidio: se lo la sociología, en la medida en que las dos primeras se fundan en la
puede considerar desde dos perspectivas diferentes. El análisis de reunión y organización de documentos, mientras que las dos últimas
los casos individuales permite construir lo que se podría llamar estudian más bien los modelos construidos a partir de esos documen-
modelos mecánicos de suicidio, cuyos elementos están constituidos tos y por medio de ellos.
por el tipo de personalidad de la víctima, su historia individual, la s En segundo lugar, la etnografía y la etnología corresponden res-
propiedades de los grupos primario y secundario a los cuales perte- pectivamente a dos etapas de una misma investigación, que desem-
neció, y así sucesivamente; pero se pueden también construir modelos boca finalmente en modelos mecánicos, mientras que la historia (y
estadísticos, fundados en la frecuencia de suicidos durante cierto las restantes disciplinas clasificadas por lo general como ciencias
período, en una o varias sociedades, o también en grupos primarios «auxiliares» de la historia) culmina en modelos estadísticos. Las rela -
y secundarios de tipos diferentes, etcétera. Sea cual fuere la pers- ciones entre nuestras cuatro disciplinas pueden entonces ser reducidas
pectiva elegida, de este modo habremos aislado niveles donde el es- a dos oposiciones, una entre observación empírica y construcción de
tudio estructural del suicidio es significativo; en otros términos, nive- modelos (que caracteriza la etapa inicial) y la otra entre el carácter
les que autorizan la construcción de modelos que puedan ser compa- estadístico o mecánico de los modelos, considerados como punto de
rables en cuanto a 1) distintas formas de suicidio; 2) sociedades llegada. Si aplicamos arbitrariamente el signo + al primer término
diferentes; 3) distintos tipos de fenómenos sociales. El progreso cien- y el signo – al segundo término de cada oposición, obtenemos lo
tífico no consiste solamente en el descubrimiento de constantes ca- siguiente:
racterísticas de cada nivel, sino también en delimitar niveles no loca-
lizados todavía, en los cuales conserva su valor estratégico el estudio
de determinados fenómenos. Es lo que ha ocurrido con el advenimien-
to del psicoanálisis, que descubrió el modo de establecer modelos co-
rrespondientes a un nuevo campo de investigación: la vida psíquica 7, Acerca de estas discusiones, véase C. Lévi-Strauss, "Historia y etnología»
(cap. 1 de este volumen); Race et histoire, París, 1952; dichos trabajos han sus-
del paciente tomada en su totalidad. citados críticas y comentarios por parte de: C. Lefort, «L'échange et la lutte des
Estas consideraciones ayudarán a comprender mejor la dualidad hommes», Les Temps Modernes, febrero 1951; «Societés sans histoire et historicite»,
(sentimos la tentación de decir: la contradicción) que caracteriza a Cahiers Internationaux de Sociologie, vol. 12, año 7, 1952; Jean Pouillon, «L'oeuvre
los estudios estructurales. Nos proponemos, primero, aislar niveles de Claude Lévi-Strauss», Les Temps Modernes, julio 1956; Roger Bastide, «Lévi-
significativos, lo cual implica segmentar los fenómenos. Desde este Strauss ou l'ethnographe a la recherche du temps perdu», Présence Africaine,
abril-mayo 1956; G. Balandier, «Grandeur et servitude de l'ethnologue» Cahiers du
punto de vista, cada tipo de estudios estructurales pretende ser autó- Sud, año 43, n. 337, 1956.
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