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Bienvenida: Recuerda dar la bienvenida en una de las maneras que hemos estado aprendiendo.
Objetivo: Que los niños puedan aprender que Jesús es la luz y debemos confiar en El
I Lectura Bíblica:
33 »Nadie enciende una lámpara para luego ponerla en un lugar escondido o cubrirla con un cajón, sino para
ponerla en una repisa, a fin de que los que entren tengan luz. 34 Tus ojos son la lámpara de tu cuerpo. Si tu
visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz; pero si está nublada, todo tu ser estará en la oscuridad.[j]
35 Asegúrate de que la luz que crees tener no sea oscuridad. 36 Por tanto, si todo tu ser disfruta de la luz, sin
que ninguna parte quede en la oscuridad, estarás completamente iluminado, como cuando una lámpara te
alumbra con su luz.»
Pasa un tiempo meditado en el texto de la clase y el verso a memorizar. ¿Qué significa este texto para
nosotros?
III Lección:
(Uno de los retos de esta lección es ayudar a entender a los niños como el ejemplo físico tiene una implicación
espiritual)
Primero introduce el concepto de luz, puedes una lampara y una canastilla donde ocultarla. Preguntales a los
niños para que usa una lampara ¿que hace la luz? Luego al esconderla debajo de la canastilla preguntarles
que estas haciendo mal.
Después de ayudar a los niños a entender que lo mas lógico es poner una lampara arriba de la mesa o en lo
alto para que ilumine. Enséñales como Jesús también hablo sobe las lamparas para enseñarnos algo acerca
de nosotros.
Jesús estaba enseñando a los hombres, había hecho milagros que todos habían visto. Jesús es como una
lampara que debe verse para que todos conozcan sus palabras y sus obras. Somos responsables cuando
oímos las palabras de Jesús de recibirlas y creerlas. Si lo hacemos así Jesus va a iluminar nuestro corazón
Jesús hizo una advertencia también a los que lo escuchaban porque aunque muchos habían visto sus obras y
habían oído sus palabras no creían en el. Jesús enseño que de la misma manera que si tuviéremos los ojos
nublados seria como estar ciegos. Los que ignoran las palabras de Jesús están ciegos de su corazón y no
quieren creer en Jesús
(Haz una actividad donde puedas ejemplificar lo que Jesús dijo sobre un ojo nublado)
Si confiamos en Jesús y en sus palabras tenderemos luz y vida eterna pero si ignoramos a Jesús y sus palabras
nuestro corazón estaremos ciego y no disfrutaremos de la luz y vida que Jesús nos ofrece
IV Comprobación y Memorización:
Lucas 11:33 “Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los
que entran vean la luz”
Pasa un tiempo con los niños meditando sobre el mensaje en general. Recuerda hacerles preguntas para
reflexionar en el tema y verificar que lo hayan entendido
Termina la lección orando y prepara los juegos correspondientes para el resto de la clase.
Muchas veces se ha dicho que los ojos son la ventana del alma. Todos sabemos que si una
ventana se encuentra sucia, la luz del día no penetra bien a la casa y no alumbra bien a los que la habitan.
También dificulta la visualización de los que viven en ella. Así también lo es en el caso del hombre y la
mujer que han permitido que su visión espiritual sea manchada y miope por el diablo el cual los ha
enceguecido por la maldad de este mundo. San Jerónimo dijo en cierta ocasión: “El hombre que tiene los
ojos sucios ve multiplicadas las luces, mientras que el ojo simple y puro ve las cosas simples y puras”.
Podemos entender el uso de esta metáfora para hacer la comparación de que así como el ojo es la
lámpara del cuerpo, así lo es el corazón para el alma. Es del corazón de donde manan todas las intenciones
y sentimientos, por lo que si el corazón es malo, las intenciones serán malas y por ende las acciones.
Como creyentes debemos cuidar nuestro corazón, para que todas nuestras intenciones y
sentimientos sean buenos y se transformen en acciones que glorifiquen a Dios. La Biblia nos enseña que
debemos ser cuidadosos al momento de poner nuestra atención en cualquier cosa. Rick Warren
dice:“cualquier cosa que atrape tu atención te atrapara a ti”. Nuestros ojos juegan un papel muy
importante ya que generalmente todo lo que nos cautiva entra por ellos. Jesús advirtió que el codiciar a una
mujer es considerado adulterio (Mateo 5:28). Job dijo que cuido sus ojos para no codiciar a las jóvenes
doncellas (Job 31:1). El pecado de adulterio de David inicio con solo ver a una mujer hermosa desnuda que
se bañaba (2 Samuel 11:2). El pecado de Acán consistió en codiciar un manto babilónico muy bueno, y
doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, que Dios había maldecido (Josué
7:21). Todos estos pecados entraron por la vista a través del órgano del ojo, y por ello debemos cuidarnos
de poner nuestra atención de aquellas cosas que nos puedan arrastrar al pecado.
“Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda de tus
pies, y todos tus caminos sean rectos”.
Proverbios 4:25-26
Por lo tanto, nuestra atención principal debe estar en lo espiritual ya que ellas son las que producen
las verdaderas riquezas espirituales y definen nuestra fidelidad hacia aquello que nosotros consideramos
más importante: Dios o lo que el mundo ofrece. Así cuando algo captura nuestra atención se apodera de
nuestro corazón, y generalmente define nuestra fidelidad a aquello que tanto apreciamos. Si nuestra mirada
está dirigida a las cosas eternas, nuestro corazón le pertenecerá a Dios y por ende nuestra fidelidad; pero,
si nuestro interés está en hacer riquezas en esta tierra, nuestro corazón le pertenecerá a las cosas terrenales
y sus prioridades giraran alrededor de ellas y por tanto Dios no será su Señor, y por ello ahora Jesús nos
hablara que nadie puede servir a dos señores.
¿Hay un doctor en la casa?
Traducción de Zulma M. Corchado de Gavaldá
Estoy seguro que todos ustedes han visto un estetoscopio. ¿Quién usa un
estetoscopio? Así es, el doctor. ¿Has estado enfermo alguna vez? Desde luego que
sí. Cuando estuviste enfermo, ¿te llevaron a la oficina del doctor o vino él a tu
casa? Probablemente fuiste a la oficina del doctor porque esa es la manera que se
hace hoy en día. Quizás te sorprenda saber que antes lo normal era que el doctor
hiciera “visitas al hogar”. El doctor cargaba su maletín negro y pequeño lleno de
medicinas e iba al hogar de las personas que estaban enfermas.
Ese es un buen ejemplo de lo que Jeús hacía cuando estuvo aquí en la tierra. Él iba
donde estaba la gente, especialmente personas que sentían dolor o tenían
problemas en su vida. Una de las personas a las cuales Jesús ministro fue un
recaudador de impuestos llamado Mateo. Los recaudadores de impuestos eran
odiados (no muy queridos) en el tiempo de Jesús porque en muchas ocasiones eran
codiciosos (deseaban retener lo que recogían) y eran desonestos. Jesús cambió la
vida de Mateo y éste vino a ser uno de sus discípulos. Un día Jesús fue a cenar a la
casa de Mateo. Mucho de los antiguos amigos de Mateo vinieron a escuchar las
enseñanzas de Jesús. Los líderes religiosos estaban muy disgustados porque Jesús
estaba hablando y comiendo con esas personas.
Ellos le preguntaron a sus discípulos: ¿Por qué come su maestro con estos
pecadores? Jesús, al oír esto, les contestó: “No son los sanos los que necesitan
médico sino los enfermos. Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.”
Tal como los doctores hacían antes, Jesús iba a los hogares de las personas que lo
necesitaban y al tocarles los sanaba.
Creo que a veces nos sentamos en los bancos de nuestra iglesia esperando que las
personas que necesitan a Jesús vengan a nosotros para contarles acerca de Jesús y
de su amor. Debemos estar haciendo lo que Jesús hacía, debemos ir donde están
las personas y contarles las buenas nuevas de Jesús. Me pregunto, “¿habrá un
doctor en esta casa?”
Búsqueda de palabras
¿Hay un doctor en la casa?
Traducción de Zulma M. Corchado de Gavaldá
Estoy seguro que todos ustedes han visto un estetoscopio. ¿Quién usa un estetoscopio? Así es, el doctor. ¿Has
estado enfermo alguna vez? Desde luego que sí. Cuando estuviste enfermo, ¿te llevaron a la oficina del doctor o
vino él a tu casa? Probablemente fuiste a la oficina del doctor porque esa es la manera que se hace hoy en día.
Quizás te sorprenda saber que antes lo normal era que el doctor hiciera “visitas al hogar”. El doctor cargaba su
maletín negro y pequeño lleno de medicinas e iba al hogar de las personas que estaban enfermas.
Ese es un buen ejemplo de lo que Jeús hacía cuando estuvo aquí en la tierra. Él iba donde estaba la gente,
especialmente personas que sentían dolor o tenían problemas en su vida. Una de las personas a las cuales Jesús
ministro fue un recaudador de impuestos llamado Mateo. Los recaudadores de impuestos eran odiados (no muy
queridos) en el tiempo de Jesús porque en muchas ocasiones eran codiciosos (deseaban retener lo que recogían)
y eran desonestos. Jesús cambió la vida de Mateo y éste vino a ser uno de sus discípulos. Un día Jesús fue a
cenar a la casa de Mateo. Mucho de los antiguos amigos de Mateo vinieron a escuchar las enseñanzas de Jesús.
Los líderes religiosos estaban muy disgustados porque Jesús estaba hablando y comiendo con esas personas.
Ellos le preguntaron a sus discípulos: ¿Por qué come su maestro con estos pecadores? Jesús, al oír esto, les
contestó: “No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. Porque no he venido a llamar a justos
sino a pecadores.” Tal como los doctores hacían antes, Jesús iba a los hogares de las personas que lo
necesitaban y al tocarles los sanaba.
Creo que a veces nos sentamos en los bancos de nuestra iglesia esperando que las personas que necesitan a
Jesús vengan a nosotros para contarles acerca de Jesús y de su amor. Debemos estar haciendo lo que Jesús
hacía, debemos ir donde están las personas y contarles las buenas nuevas de Jesús. Me pregunto, “¿habrá un
doctor en esta casa?”
Querido Jesús, ayúdanos a tener el deseo de ir a aquellos que te necesitan y hablarles de tu amor. Amén.
Búsqueda de palabras
"Estoy orgulloso de tí"
Traducción de Zulma M. Corchado de Gavaldá
Sé que lo estaba pues la Biblia nos lo dice. La Biblia dice que cuando Jesús fue bautizado, se escuchó una voz del cielo que
decía: "Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él."
Creo que una razón por la cual Dios estaba orgulloso de su Hijo nos la señala la Biblia cuando dice que " Jesús siguió
creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente." (Lucas 2:52). El ver que un
hijo crece en madurez y en sabiduría hace a un padre orgulloso de su hijo. Y, desde luego, un padre siempre está orgulloso
cuando su hijo es aceptado, querido y respetado por otras personas Creo que la razón principal por la cual Dios estaba
orgulloso de Jesús es que Jesús siempre hacía lo que su Padre le enviaba a hacer. ¿Haces tú siempre lo que tu padre te pide
que hagas? Dudo que alguno de nosotros pueda contestar esa pregunta con un "sí", pero Jesús podía. Jesús dijo: "Porque he
bajado del cielo no para hacer mi voluntad sino la del que me envió" (Juan 6:38). Eso haría sentir orgulloso al Padre, ¿no es
así?
¿No te gustaría ser la clase de niño que cuando Dios mirara desde el cielo, como hizo con Jesús, pudiera decir: "Mi niño,
estoy orgulloso de ti?" Desearía que fuera así y todos los días trato de ser de esa manera, (ser más como Jesús) sabiendo
que Dios me ama y está presto a ayudarme a ser la clase de persona que desea que yo sea.
Querido Señor, ayúdanos el ser más como Jesús para que seamos la clase de hijo del cual tú te sientas orgulloso. En el
nombre de Jesús oramos. Amén.
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Actividades Grupales Interactivas
por Carol Williams y Charles Kirkpatrick
Traducción de Zulma M. Corchado de Gavaldá
Acompañamiento (MP3)
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