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ESCRITOS ESPIRITUALES

DE LA VENERABLE

MARIA BARTOLOME CAPITANIO

FUNDADORA PRIMERA

DE LAS HERMANAS DE LA CARIDAD

EN LOVERE

DE LUIS IGNACIO MAZZA


D.C.D.G.

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VOLUMEN UNO
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CARTAS

MODENA

TIP. PONTIFICIA Y VESCOVIL


DE LA INMACULDA CONCEPCION
1904

1
AÑO 1824
1.- Agradecimientos y significado de la amistad

A UNA COMPAÑERA DE ESTUDIOS

Lóvere, 15 de marzo de 1824


Amadísima Amiga,
Me resulta muy difícil explicarte la alegría que experimentó mi corazón cuando me
entregaron tu queridísima carta, tanto más porque en ella veo delineadas las
características de la amistad, que no pueden borrarse cuando es verdadera, aun cuando
las personas estén separadas y alejadas.
Tu recuerdo, amiga querida, me es muy grato, y entre todas las compañeras, tú
eres una de las que más tengo presente. Me alegro mucho de que Dios te conceda una
buena salud; lo mismo puedo decirte de mí.
Quizás piensas que yo ahora me encuentro en el gran mundo; pero aún estoy por
un favor particular de Dios en este dichoso Asilo 1, y espero quedarme por algún tiempo.
Te ruego que pidas a Dios por mí, a fin de que pueda llegar a ser como Él lo desea. Lo
mismo haré por ti.
Aquellas amigas que me pides que salude, es muy difícil que lo pueda hacer;
pero si me es posible, lo haré con mucho gusto. Tú, recibe los saludos de nuestras
Señoras Maestras y de las compañeras del Monasterio.
Si me vuelves a escribir, tus cartas me serán siempre muy queridas, y siempre
tendrás correspondencia de mi parte. Termino pidiéndote que me cuentes entre aquellas
amigas que desean lo mejor para ti.
Soy toda tuya

Afectísima Agradecidísima Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA

1
El monasterio de Santa Clara, donde fue educada desde el otoño de 1818 hasta julio de 1822. Allí
permaneció como maestra hasta el 18 de julio de 1824 (nota del P. Mazza).

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2.- Disculpas. Amor a la Cruz. Solemnidad del Carmen
A LUCIA ROMELLI
Lóvere, 18 de junio de 1824
Hermana queridísima en el Señor,
Te pido que perdones mi descuido y haraganería por no escribirte antes. Un
reproche interno sentía continuamente, diciéndome que era desagradecida y descuidada
con una amiga que siempre me entregó su lealtad y su cariño: pero al saber que tu
bondad perdonaría mi falta fui aún más negligente. Te pido nuevamente que me
perdones y te prometo estar más presente de ahora en adelante.
Deseo saber si mis anhelos respecto a ti se han cumplido. ¡Oh! cómo deseo que
esa bendita Cruz, cuyo valor y mérito son infinitos, sea tu compañera inseparable. Con
cuánta confianza nos dirigimos a nuestro dulcísimo Esposo, cuando nos vemos
fortificadas con aquel patíbulo, que él mismo por nuestro amor abrazó y llevó con
paciencia divina hasta dejarnos su sagrado Cuerpo como sacrificio. ¡Ah! querida,
apreciemos mucho la Cruz, y agradezcamos de corazón al Señor cuando nos favorece
con algún padecimiento, porque es el mayor regalo que nos pueda hacer para el Paraíso.
Respecto a mí, hasta ahora no he tenido nunca la suerte de participar de este tesoro de
méritos infinitos, puesto que el Señor me ha alimentado siempre con dulzuras, porque
conoce la imperfección y debilidad de mi virtud: pero si en el tiempo el Señor se dignara
hacerme partícipe de algún sufrimiento, te ruego encarecidamente que pidas a Dios que
me conceda la gracia de comportarme de tal manera que él quede satisfecho.
Se acerca nuestra más grande Solemnidad, María del Carmelo 2. ¿Tendremos
tanto gozo y tanta consolación en ese día, como no lo hemos tenido el año pasado? En
cuanto a mí no lo sé: pero al ver el fervor que pondré al hacer la Novena, Dios me
colmará de sus gracias. Y como pienso que tú lo harás muy bien, y que con un fervor
extraordinario, te pido por caridad que me aceptes en tu compañía, y todo el bien que
haces, hazlo también por mí.
Saluda mucho, mucho a Julia, dile que espero su carta y que le dé a San Luis un
amoroso beso en el día de su fiesta. Dale mis saludos a la señora Madre.
Mi corazón no quiere abandonar esta dulce conversación contigo; pero la noche
que avanza y el sueño que me rinde me obligan a terminar estas desatinadas líneas.
Adiós queridísima en el Señor.
Tu Afectísima Hermana y Amiga
CAPITANIO BARTOLOMEA
A la Estimadísima Señora
La Señora LUCIA ROMELLI
CIVIDATE

2
En la fiesta de la Virgen del Carmen se consagró a Jesús con el voto de castidad .

3
3.- Hace bromas amigablemente. Promueve una devota compañía. La anima a
llegar a ser Esposa de Jesús. Celo por la salud de las almas. A la caridad de los
pobres. Al desprecio del mundo

A MARIANA VERTOVA

Lóvere, 21 de Agosto de 1824


Hermana amorosa,
AMEMOS A JESÚS – ALABEMOS A MARIA
Para no olvidarme, comienzo a decirte algo que desde hace un tiempo tenía la
intención de hacerlo; y es, que deseo saber si has recibido una carta escrita de la Madre
Maestra, enviada los primeros días de Julio. Si la has recibido, hacédselo saber, ella así lo
desea, y también pide que le cuentes si haces lo que dice en cuanto a las Novenas, y
otras cosas que allí te escribe.
Ahora venimos a nosotras.
En tu carta lo que más me gustó fue el asombro que manifestaste ante mi
segundo obstáculo, porque es prueba de tu sincero afecto hacia mí. Con esto quiero
decirte que nunca dudé de tu afecto, por eso te conté aquello de lo que aún no estaba
convencida para comprobar una vez más que puedo hablarte con total libertad de todo.
¡Oh! Bien: dejamos de lado estas cosas que no son otra cosa que cumplidos, los cuales ni
poco ni mucho nos pueden ayudar para el camino de la verdadera santidad.
Te dije más arriba «vamos a nosotras», lo repito de nuevo: vamos a nosotras. Sé
que tienen aquella Compañía3 secreta; lo que desearía saber es si tienen Director y si
está bien establecida. Sabed que para participar con fervor en ella, es necesaria una
devoción firme y verdadera, es importante tenerla, no como yo que soy débil y tibia.
Basta. El Señor me conceda un poco de fervor que mucho lo deseo. Además de
esta Compañía está también aquella del sagrado Corazón de Jesús, la cual es tan
beneficiosa que no se puede decir nada más. En ella no hay tanta cantidad de personas
como en la otra, y mejor es cuantas más personas sean.
Si anhelas también esto, no tienes más que hacérmelo saber, que estaré
contenta. Por escrito es muy difícil entendernos, así que mis padres me han dicho que
me llevarían a Cerveno y también a Malegno para encontrarme contigo y así poder
comprender más fácilmente lo que dijimos al respecto. Perdóname la libertad que me
tomo al preguntarte si se encuentran conformes con el Confesor que tienen y si están
satisfechas en cuanto a las Comuniones, penitencias corporales y otros servicios y
prácticas. No te olvides de contármelo, que mucho lo deseo, y esto no creas que es una

3
Varias Pías Uniones surgieron en Lóvere y en los pueblos limítrofes por obra de la Venerable
Capitanio, que era el alma.

4
mera curiosidad; no, te lo puedo decir sin vueltas, es un deseo bueno que trae beneficios
tanto a tu alma como a la mía.
Lo que más me apremia es saber si el Señor aún mantienes en ti el deseo de ser
su Esposa. Si así fuera, sentiría mucha alegría y tendría también algo para sugerirte;
pero… temo... temo... no de nuestra virtud, que sé que ya está muy avanzada, sino que
temo que esto no lo quiera el Señor de ti; sin embargo, si aún te sientes impulsada a
pedirme que te lo diga, te lo diré, sintiéndome yo también inspirada a hacerte estas
preguntas. Puede ser que ya lo hayas hecho, entonces ambas agradeceremos al Señor
que se dignó regalarte una gracia tan grande.
Querida hermana, estamos es cierto, en medio del mundo, en medio de los
peligros, en medio del mal, fuera del bien; pero consolémonos que al fin, debemos estar
poco. Negociemos ese poco, de manera que podamos llegar a ser las predilectas de
Jesús. Procuremos atraer las almas a Él con el ejemplo y con las palabras. Sé que tú te
cansas mucho por esto y yo me gozo en saberlo, solamente me avergüenza mi
negligencia; también yo, deseo comenzar a hacer todo el bien que pueda a favor de las
almas.
Ruega al Señor para que así sea y así tendremos las dos la hermosa consolación
de haber atraído almas al amor de nuestro buen Dios. Amemos sobre todo a los pobres;
ellos son la imagen viva de Jesucristo. Socorrámoslos lo más que podamos, y alguna vez
aún sufriendo algo nosotras. Recordémonos que al obrar así, encontramos lo que agrada
a nuestro amorosísimo Jesús, y esto tiene que ser suficiente para comprometernos a
hacerlo con gran solicitud. Brevemente, despreciemos lo mundano y amemos a Dios,
aborrezcamos las vanidades y busquemos las humillaciones, huyamos de los honores
mundanos, busquemos los desprecios de la Cruz; en fin, imitemos a nuestro Esposo y
estaremos contentas.
Tú dirás que quiero ser una Maestra espiritual, mientras que no soy buena ni
como alumna. Tienes toda la razón, y este es un efecto de mi sutil soberbia, que desearía
solamente enseñar y no ser enseñada. De ti espero compasión, y te ruego, hacer lo
mismo conmigo, que lo aceptaré como un regalo precioso.
Te recomiendo siempre en mis oraciones a Dios. Desearía que hagamos un pacto,
el cual consiste en hacer la Comunión una por la otra una vez a la semana. Termino
porque estoy cansada de escribir, porque temo aburrirte, y quiero que sepas que me
disgusta mucho cada vez que me dices que tienes temor de cansarme; como si una
amiga, más bien, una hermana afectuosa pueda cansarse de leer las noticias de otra
amiga suya. Si tus cartas fuesen largas, cien mil páginas, ciertamente no me aburriría
leyéndolas. Espero que a ti también te ocurra lo mismo.
¡Oh! Adiós, porque no quiero terminar más.

5
La Zitti no recibió tu carta, ella te saluda así como las demás, y te pido que
saludes a tus Señores Padres. Te dejo en los Corazones de Jesús y de María.

Tu Amorosa Hermana
BARTOLOMEA CAPITANIO

A la Estimadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

6
4.- La invita a responder a la llamada del Esposo y a despreciar la vanidad del
mundo. Se lamenta de la poca confianza en ella. Desea ser encomendada a la
Virgen Niña

A LA MISMA

Lóvere, 5 de setiembre de 1824


Apreciada Hermana,
VIVA EL AMOR DE JESUS – VIVA EL AMOR DE MARIA
Aprovechando la oportunidad que una compañera tuya hoy vuelve a su pueblo te
envío mis escritos.
Tu última carta me trajo mucho consuelo al comprender las dulces impresiones
que te dejaron mis consejos. Esto procede de tu alma tan pronta siempre a seguir la voz
de nuestro amado Jesús que de diversas maneras te llama a su seguimiento. ¡Vamos!
querida Mariana, no te hagas la sorda, responde pronto a las llamadas dulcísimas del
Esposo, di con Samuel: «Loquere, loquere, Domine, quia audit ancilla tua». Habla, habla,
oh Señor, a tu esclava que complacida te está escuchando; y cuando hayas entendido lo
que te pide el Señor, procura seguirlo con alegría.
Deseo pensar que las vanidades no tienen lugar en tu corazón, el cual debe ser
todo de Jesús, pero si alguna vez (ya que éstas se insinúan por todas partes) se
adueñasen un poco también de ti, el abandonarlas totalmente ha de ser la primera señal
que des a Dios de tu fidelidad. En lo que a mí toca, también querrían tener un lugar, pero
el recuerdo tan vivo de la muerte que tengo impreso en la memoria, me quita todo
pensamiento de vanidad. ¡Ah! El Paraíso es demasiado hermoso, y merece que
pongamos todo el esfuerzo para merecérnoslo. ¿Qué nos importa ser desconocidas,
despreciadas, abandonadas, maltratadas en este mundo en el que hemos de permanecer
por tan poco tiempo? Pongamos empeño en presentarnos hermosas a los ojos de Dios, y
llegar a ser grandes en el Cielo y pongamos el mundo bajo nuestros pies; hagámosle ver
cuán poco lo amamos, en una palabra vivamos de Dios y en Dios.
Cambiando de tema, qué poco contenta quedé con tus respuestas. Este proceder
tuyo me hace dudar un poco. Las excusas que aduces, no las comparto; tampoco la falta
de tiempo, porque me parece que poco se necesita para escribir algunas líneas; la falta
de capacidad que mencionas, no la acepto en lo más mínimo. Escríbeme sólo lo que la
divina bondad te conceda y eso es suficiente.
Más bien atribuiría este proceder tuyo a falta de confianza para conmigo, no
haciéndome saber tus cosas. Si éste es el motivo, te doy toda la razón en que no me
hayas satisfecho, puesto que no estás obligada a contarme tus cosas, sólo te pido que
hables claro para que sepa conducirme en el futuro.

7
Respecto a mi visita allí, no puedo decirte la fecha exacta debido a que mi
hermana está algo molesta por una afección en los ojos, por lo cual esperamos que se
restablezca para poder llevarla también a ella.
Un momento después de haber recibido tu carta, tuve de repente la alegría de ver
a la hermana Raquel, pero muy rápidamente. Le dije tu deseo, pero no pudo complacerlo
porque estaba apurada para regresar a su pueblo.
Encomiéndame a la Virgen Niña, pídele que renazca en mi corazón y me haga
toda suya. Lo mismo haré por ti a pesar de lo pobre que soy. En tanto, dejo la pluma,
advirtiéndote que si me quieres encontrar, estaré encerrada en el Corazón de Jesús, y te
invito a ti también a venir a este Divino Corazón y allí, juntas, haremos nuestra morada.
Adiós, amadísima. Adiós.

Tu afectuosa Hermana
CAPITANIO BARTOLOMEA

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5.- Artes sugeridos para el provecho espiritual. Competencia en prepararse para
la Santa Navidad con actos de mortificación. Uso de penitencias corporales

A LA MISMA

Diciembre de 1824
Hermana queridísima,
VIVA EL AMANTE NIÑO - VIVA SU AMADA MADRE
Para comenzar acerca de lo que me pides te digo que yo no recuerdo cuáles son
los libros que me pediste cuando nos visitamos, pero si los deseas decímelo en la primera
carta que me escribas, que yo trataré de hacértelos llegar.
Para no mezclar lo espiritual con lo corporal, te reenvío los saludos de todas
aquellas que tú has nombrado en particular, haciéndote un llamado de haber dejado
afuera uno del cual tal vez más que de los otros estás obligada. Tú, no has faltado en dar
mis saludos a tus Padres, ni tampoco a las señoras Romelli, y en cuanto a éstas te digo
que de aquí a una semana enviaré una o dos cartas por medio de Teresa Maccario que
ese día la lleva, y tú me harás el favor de hacérsela llegar en sus manos.
Me alegro al saber que escribiste a la hermana Raquel. Creo que antes de enviarle
la copia del libro debes hacérsela desear un poco. Le escribiré yo también, le hablaré de
tal cosa, pero en enigma, así lo haces tú, hasta que, descubierto su deseo, le enviaremos
aparte de la copia también el libro, porque estas cosas se merecen todo el respeto. Para
no hacer lío sobre el propósito hacemos así: las cartas que tú escribiste a Raquel
envíamelas antes a mí, yo las leeré y luego se las enviaré, y sobre estas me regularé al
escribir las mías. Y si quieres que te haga llegar las mías a ella dirigida, no tienes más
que decírmelo y lo más pronto posible te las enviaré. Entonces, aclarada la duda.
Ese querido Niño que está en el pesebre esperando que Mariana y Bartolomea
vayan a acompañarlo, ¿será acaso olvidado por nosotras? ¡Ah!, No, querida hermana, no
seamos ingratas con este amabilísimo Jesús que no ahorra nada por nuestra salvación.
En estos días del santo Adviento, es decir, de preparación al nacimiento de Jesús,
¡vamos! hagamos en nuestro corazón una cuna bien cómoda y adornada, donde pueda
descansar el querido y amado Niño. Pero ¿cómo adornaremos la cuna de nuestro
corazón? ¿Cómo? Con la mortificación, con la sobriedad, con la oración y la meditación,
con la humildad y con el fervor. He aquí los adornos. ¿No te parece que nuestro deber es
el hacer una Casa lo menos indigna posible para la venida de tan gran Huésped? ¿O
deseamos sufrir porque tantas otras almas menos favorecidas por Jesús que las
nuestras, ofrezcan a Jesús un corazón más puro, más ardiente, más mortificado, más
humilde que el nuestro?

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¡Ah! No, que no sea verdad. Anhelemos de verdad aquello que el amado Señor
desea de nosotras. Vayamos con frecuencia, con nuestro pensamiento al santo pesebre y
pidamos a Jesús, y a María, consejo para nuestras obras, y nos dirán de dejar aquella
vanidad, vestir con mayor modestia en este tiempo, dejar aquella golosina, aquel café,
aquella fruta, aquel dulce, aquella recreación aunque inocente, privarnos de aquel placer
aunque sea lícito, bajar los ojos en aquel encuentro, callar aquella palabra, perdonar
aquella injuria; en fin hacer de manera que podamos encontrar el gusto de Jesús y de
María, y ¡oh! ¡Qué consuelo en la tarde, al poder presentarles algún regalito!
¡Ah! aquel querido Niño acepta todo, aún las cosas más pequeñas, y las
recompensas con gran premio. Ánimo, pues querida Mariana, procuremos competir para
ver quién ama más a Dios. Sé que tú vencerás; pero no importa, buscaré, por lo menos
competir, y tu virtud me servirá de estímulo para enamorarme siempre más de Dios.
Luego deja que te sugiera algo: que tengas confianza en tu Confesor, y que le pidas
algunos permisos para hacer penitencia, como podría ser, darte la disciplina alguna vez;
otra vez, llevar el cilicio, ayunar una vez por semana y mucho más, pídele el permiso
para comulgar por lo menos dos veces por semana en los días feriales. Recuerda que
aquello que no haces, es una falta al deseo del Señor.
Pídelos: sí te los niegan, paciencia; pero si no pides nada, sé que no te serán
otorgados. Verás cómo te sentirás contenta. Hazle caso a una amiga, más bien, a una
hermana que habla por tu bien. ¡Ahora, basta! es hora de acabar, puesto que la noche
avanza y el sueño comienza a hacerse sentir.
Recomiéndame mucho, mucho al Señor, por caridad, y hasta encontrarnos en el
Paraíso, pero antes, en la dichosa gruta de Belén. Adiós querida.

Tu afectísima Hermana
BARTOLOMEA CAPITANIO

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AÑO 1825
6.- Disculpas. Noticias. Estimula a la penitencia para compensar las ofensas que
Dios recibe de los pecadores

A LA MISMA
VIVA EL AMOR DE JESUS Y TAMBIEN EL DE MARIA

Lóvere, 21 de enero de 1825


Apreciadísima Hermana,
Mejor tarde que nunca. Recibí tus dos cartas, pero no te respondí: mi haraganería
me venció también esta vez; no obstante todos tus pedidos los hice y pronto te los haré
llegar. Perdona mi retraso en escribirte, y como penitencia por esta falta, reza a María
siete Ave Marías por mí, con los brazos abiertos así estaré tranquila.
El Señor Don Venancio dejó de ser el Confesor de las Monjas, tanto a ellas como a
mí esto me disgusta: antes de partir me dijo que te saludara y que lo recuerdes a Dios.
Haz que él lo sostenga. Pide a Dios también por la Zitti que está enferma.
Si ves o si escribís a las Romelli, diles que espero la respuesta de mis dos cartas,
y dales mis saludos.
Reconozco por tu penúltima carta que has sido persuadida por mi amor a Jesús, y
esto te parece algo bueno; anímate tú también según mi ejemplo a hacer lo mismo. Todo
lo que hagas por Jesús te será recompensado con un premio eterno; también tienes al
Confesor que te ayuda en todo, ¿qué más quieres? No te falta sino la buena voluntad; y
hacer lo que sea posible. Respecto a la disciplina entendí lo que te pasó: sería realmente
gracioso si de verdad dijiste eso que dices; pero asegúrate de que él, tu Confesor, haya
dicho lo que dijo para ver si tú te dabas cuenta de lo que pedías. Prueba pedírsela de
nuevo, y si te hace la misma pregunta, respóndele que consiste en golpearse duramente,
cuanto más se pueda, como hacían algunos santos, verás que con esta respuesta
entenderá de qué se trata. Recuerda que el Señor exige alguna reparación por las
ofensas que recibe de los pecadores, por esto reaviva tu fervor en el obrar.
En cuanto a Raquel podrías mandarle el librito de la Compañía de María Virgen
Dolorosa, ya que me manifiesta el gran deseo de tenerlo. Dile que tienes orden de mi
parte de enviárselo, recomiéndaselo, estimúlala, y luego yo le escribiré.
Te saludo porque quiero terminar, ya que la noche avanza, y el sueño se hace
sentir. No te olvides en tus oraciones de la que te hace siempre de Doctora, y de esta
hipócrita Directora, la cual es
Tu indigna Hermana
CAPITANIO BARTOLOMEA

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Consolaciones espirituales. Precio del voto de Castidad -.7

A LA MISMA

Lóvere, 26 de marzo de 1825

,Muy queridísima Hermana


Te confieso abiertamente, que me dije a mí misma: la hermana Mariana debe estar
totalmente en gaudeamus, desde el momento que se olvida mandar a buscar los libros
que tanto la apremiaban. ¡Dichosa de ti! El Señor te consuela y eso me pone contenta;
pero mientras tanto estuve sumergida en una de las más terribles tibiezas, y mucho temí
haber sido abandonada por mí dulcísimo Esposo; pensaba con envidia y vergüenza en tu
fervor, mientras yo me alegraba con los gemidos sumidos en la frialdad y la indiferencia,
entonces María, la querida y amabilísima Madre, vino a consolar a esta ingrata e indigna
hija suya con algunas de sus consolaciones, las cuales pacificaron mi corazón.
Agradezcamos mucho al Señor que tan piadosamente nos atrae a Él. Nos quiere
enteramente suyas, no le ofrezcamos resistencia, entreguémonos totalmente a Él.
¡Qué consuelo al momento de la muerte haberlo servido fielmente en vida! ¡Oh!
¡Con cuánta confianza podremos entonces abrazar a nuestro Amor crucificado, si lo hemos
imitado durante la vida! Recordemos que la vida es corta, los días pasan velozmente, los
placeres huyen sin que nos demos cuenta, y al fin, ¿qué nos quedará? Nos quedarán
nuestras buenas o malas obras, así como hayan sido, para presentárselas a Dios y ser
juzgadas. Dispongámonos con todo fervor a amar a Jesús, a practicar las virtudes
cristianas, a domar nuestras pasiones, sobre todo a vivir ocultas a los ojos de los hombres
para agradar sólo a Dios.
No puedo ocultarte algo que pensé respecto de ti. Pensé que en el encuentro de las
Santas Misiones, o antes, pudiste haber hecho el voto de castidad, aunque fuera por un
tiempo determinado. Si así fuera, ¡oh! feliz y dichosa de ti. Se necesitaría una pluma de
Ángel, para describir el mérito y los privilegios de este voto, tan querido a Dios. Las almas
que son llamadas a este estado se pueden considerar las más dichosas no sólo de la tierra
sino también del Paraíso. Te digo abiertamente que aunque yo no merezca esta
atribución, sin embargo siento inundar mi corazón de un gozo enorme cuando considero
mi dicha y me nace un ardiente deseo de corresponder también con las obras. Quiero que
sepas que me harías muy feliz si me haces saber sobre esto. Espero con impaciencia ser
informada al respecto.
Sobre el Sagrado Corazón, me parece inútil hablarte, porque estarás bastante
instruida por el fervoroso Señor Don Ángel Bosio. Los libritos todavía no me llegaron, pero
muy pronto estarán en mis manos, te lo haré saber, para que los mandes a buscar.
Te envío los libros de la Viganoni: si te gustan, te haré copias, y la próxima
semana te las enviaré.

12
Mis Padres te envían saludos, tú salúdalos a tus Padres y a todas nuestras amigas
en común. Te agradezco muchísimo los saludos enviados por medio del Señor Don Ángel
Bosio; estos los aprecio como provenientes de tu amor, y por lo tanto me siento obligada
a agradecértelos.
El Señor Dios te colme de bendiciones, siempre, pero especialmente en el
encuentro de las santas Fiestas Pascuales. Mil veces adiós, hasta pronto.

Tu queridísima y sincerísima Hermana


BARTOLOMEA CAPITANIO

13
8.- Se alegra por su voto de castidad

A LA MISMA

Lóvere, 22 de abril de 1825

Hermana predilectísima,

Recibí por intermedio de las Señoras Romelli tus saludos, los cuales me fueron muy
apreciados, ya que sé que me recuerdas. Te quedo agradecidísima, y no dudes de mi
reciprocidad. ¡Si este afecto nuestro nos hiciera llegar a las dos a la santidad, por medio
de recíprocas advertencias, alientos y consejos! ¡Quiera Dios que esto llegue a ser
realidad! Supe por tu última carta la gracia especial que Dios te hizo: aprovéchala, ya que
esto es un regalo envidiado hasta por los mismos Ángeles. No sé encontrar palabras que
puedan expresar exactamente el consuelo que me trajo tal noticia. La leí y la releí más de
cuatro veces y mientras lo hacía, me inundaba una alegría interior, tan grande era la
consolación que no podía retener las lágrimas. Querida Esposa de Jesús ¿qué debemos
hacer para corresponder a tanto amor?
El amor sólo se paga con amor, amemos por lo tanto, y amemos mucho a nuestro
dulcísimo Esposo, y procuremos seguir atrayendo almas a Él.
En tus tránsitos de amor acuérdate también de mí, porque sinceramente me veo
próxima a hacer una de las mías.
Te envío la tela y el algodón, el importe de los mismos es de 2:9 Liras. Te mando
también una onza y ¼ de algodón que se la enviarás a las Romelli, y si desean saber el
importe, es de 1 Lira. Te digo el valor para que lo sepas, no para que me lo envíes
rápidamente. Tranquila, que yo estoy bien y muévete con toda libertad. Los libritos que te
envié los pagué 1:2,9 Liras, es decir poco, haz tú también la distribución.
Ámame, y créeme que soy y seré siempre

Tu afectuosa y leal Hermana y Amiga


BARTOLOMEA C.

14
9.- Santos ejercicios para ella y las compañeras

A DON ANGEL BOSIO

1° de junio de 1825
Muy Reverendo Padre Confesor,
Mil gracias Le doy por las Reliquias prestadas, y por haberse tomado el tiempo de
escribirnos el hermosísimo ofrecimiento del corazón a María.
Los agradecimientos no son suficientes para compensar tantas obligaciones y
caridad para con nosotras, y por eso le pediré a María Santísima que con sus
bendiciones y gracias compense esta insuficiencia de mi parte. En cuanto a la Reliquia
que Su Reverencia me dejó en libertad de elegir, me siento muy comprometida; pero el
corazón no me deja, ya que me parece un atrevimiento muy grande hacerlo a mi antojo.
Elegí varias jóvenes de aquellas que conmigo hacían el Mes Mariano y a las que
le di la Novena al Sagrado Corazón.
Éstas a mi juicio parecen las más buenas y desean continuar realizando actos de
devoción, por eso les di la Novena, no le había dicho nada a Su Reverencia, suponiendo
que le hubiese gustado. Le incluyo una carta en la que he escrito el método de vida que
yo tendría que tener de ahora en adelante, y le ruego borrar lo que no crea apto y
agregar lo que falte. Encontrará también dos carpetas, con varias prácticas de piedad
que deseo realizar en el curso de esta Novena y hasta el día de la Virgen en Agosto,
pero siempre sometiéndome a su Obediencia. Respecto al descanso, Usted me había
dicho siete horas; pero el Sagrado Corazón parecería no estar contento, ya que para
acompañarlo hizo que me tocaran las horas de la 1 a las 2 y de las 7 a las 8, de acuerdo
con lo cual, debería dormir solamente 5 horas. Pero si 5 son demasiado poco, que no
sean más de 6, por lo menos durante esta Novena. Le suplico. Me encomiendo con
fuerza a sus oraciones, y humildemente le presento mi sincero aprecio, y profundo
respeto, haciéndome el honor de considerarlos.

15
10.- Sobre el amor de María en el pasado Mayo

A MARIANA VÉRTOVA

VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 3 de junio de 1825

Queridísima Hermana,

Encontrándome presa del sueño, te escribo solo dos líneas para que estés segura
de que recibí tu queridísima carta. Los libritos que me pides, como no los tenía, fui a
buscarlos a la librería, tampoco los encontré, pero si tú quieres que los pida a Brescia,
házmelo saber, que muy pronto serás complacida. Mientras tanto perdona mi tardanza.
No puedo no preguntarte acerca del mes Mariano. ¿Con qué fervor lo hiciste,
querida Mariana? ¡Me imagino tu bondadoso corazón comprometido y donado a María en
este mes consagrado a Ella! ¿Y cuántos hermosos actos habrás realizado, formando una
Corona con tus virtudes para colocar a la Reina del Alma? ¡Oh! Dichosa tú, ¡cuánto te
envidio!
Sabrá bien María, recompensarte, sobre todo infundiéndote Fuerza para que
puedas vencer con gran firmeza a los enemigos de tu salvación. ¡Oh! Ahora sí, hablando
de la dulcísima Madre nuestra María, deseo tiempo y capacidad para inscribir sus
grandezas, con el fin de hacerlas amar por todos, ya que yo tengo la desgracia de no
amarla lo suficiente, pero me conviene permanecer en mi deseo de amarla más, pidiendo
fervorosamente por esto, y seguir en mi tarea de hacerla amar a tantos otros.
Mientras tanto te dejo, con la esperanza de poder vernos dentro de poco y
disfrutar juntas algunos días. Recomiéndame muchísimo al Señor. Te mando un tierno
beso.
Adiós, mil veces adiós.

Tu hermana sincera
CAPITANIO BART.

16
A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

Anhela ardientemente ayuda recíproca para adquirir la virtud. -.11


Familiaridad con San Luis

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA. VIVA LUIS Y TERESA

Lóvere, 17 de junio de 1825


,Apreciadísima Hermana
Rápidamente te escribo dos líneas, porque ya es muy tarde y debo aún escribir
otra carta a Lucía Romelli, la cual te haré llegar en el mismo sobre. Tú hazme el favor de
alcanzársela.
El deseo que tengo no es sólo el de verte, sino también la enorme necesidad de
poder compartirte tantas cosas, pero se me hace difícil ir a visitarte; por eso, sabiendo
que tú devuelves bien por mal, espero ser yo quien pronto sea favorecida con una visita
tuya. Creo que la misma servirá no poco para animarnos mutuamente en el amor de
nuestro dulcísimo Esposo, sino también en el desprendimiento de todas las cosas
mundanas, en el ejercicio y práctica de las virtudes cristianas y beneficiosas para nuestro
estado, y finalmente en el progreso de la perfección. Espero, esto sea suficiente para
impulsar a tu tan bondadoso corazón a realizar pronto este paseo.
Los libritos los pediré cuanto antes, pero se necesitará un poco más de tiempo
para conseguirlo, por lo que te pido que tengas paciencia.
Muchas veces, mil veces encomiéndame en tus oraciones. El Martes, día de San
Luis Gonzaga, estás invitada a dar un beso por mí a este Santo, dile que me conceda la
gracia que Él ya sabe. Te deseo del cielo todas las bendiciones y también todas las
tristezas y sufrimientos que te permitan ser cada vez más semejante a aquél a quien has
elegido como esposo. Adiós queridísima.

Tu Hermana B. C.

17
12.- Pésame y consuelo según el ejemplo de San Luis

A JULIA Y LUCIA ROMELLI


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 25 de junio de 1825


Queridísimas Hermanas y Amigas,
Apenas había cerrado la carta que les escribí, y que espero ya la hayan recibido,
me llegó la de Ustedes, muy apreciada como siempre. Lo que allí me escriben me trajo
dolor y consuelo a la vez, ya que hasta este momento no conocía el motivo de su dolor;
cuando leí cada línea no pude contener el llanto: semejante noticia llegó a tocar con
tristeza mi corazón. Así, pobre como soy, no he dejado de encomendarlas a Dios y a
María. No duden, ellos no las abandonarán jamás, al contrario, cuando más huyen las
ayudas humanas, tanto más se manifiestan la providencia y la protección Divina.
Les sirva de consuelo lo manifestado por nuestro querido San Luisito al conocer la
noticia de la muerte de su padre: «Alabado sea Dios. Ahora podré decir con verdad y con
mayor confianza el Padre Nuestro». Ustedes también pueden ahora recurrir con mayor
confianza a Jesús su Esposo y a María su Mamá, y si la muerte les arrebató el Padre y un
hombre la Madre, no hay nada ni nadie que puedan robarles a Jesús y María. Quédense
muy unidas a ellos y no se perderán.

Y después, ¿qué mayor consuelo para Ustedes que llevar el signo de nuestra
Redención? Julia, aquella Cruz que deseaste tanto, ahí la tienes, ¡vamos! abrázala con
alegría, bésala tiernamente y agradece afectuosamente a tu Esposo que te enriquece con
tan preciosos regalos. Hazla valiosa con la paciencia, enjóyala con la resignación, llévala
con grande gozo, ya que es la que te llevará al Paraíso. Lucía, esa cruz que tanto
estimas, aquella Cruz que perfecciona las almas queridas por Dios, se te ofrece. ¡Vamos!
acéptala como el más grande de todos los favores que Dios puede concederte. ¿Qué más
puedes desear? ¡Ser semejante a Jesús!... ¡A tu Esposo dulcísimo!... ¡Oh! ¡Felicidad
incomparable! Más bien que considerarte desgraciada e infeliz, tienes motivo para
considerarte la más dichosa de todas las criaturas, y puedes agradecer de corazón al
Señor, que te favorece tanto.

18
Amigas queridísimas, consuélense; los días de sufrimiento son breves, los días
del gozo serán eternos, y por este sufrimiento de ahora se les dará un premio
inestimable en el Paraíso.
Estoy convencida de que humanamente sentirán el peso de la Cruz, yo también
experimenté una sensibilidad que no puedo expresar, y no pude pasar ni un momento sin
sentir un dejo de compasión por las circunstancias que viven; pero el espíritu
introduciéndose en la carne, encontraba cómo consolarme y estoy segura de que les
pasará lo mismo a Ustedes. Espero poderlas visitar la próxima semana o la siguiente.
Mientras tanto sigan queriéndome, y créanme lo que aquí les digo.

Su sincera Hermana en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

19
13.- Lamenta su soberbia

A DON ANGEL BOSIO

A las 2 de la noche del 24 de Julio de 1825


Muy Reverendo Padre Confesor,
Aquí le incluyo la acostumbrada hoja con las faltas cometidas por la soberbia. Al
respecto, soy siempre la misma, sino empeoro tampoco mejoro, esto ha hecho que
pierda todas las esperanzas de poder llegar de una vez por todas a liberarme de mi
rebelde e invencible soberbia. Aún así, pongo toda la confianza en mi querida Mamá, le
pediré a ella con tanta insistencia la Santa Humildad que su piadoso corazón se rendirá
ante mis súplicas, otorgándome la gracia que tanto necesito.
Permítame que en esta carta me tome el atrevimiento de rogarle una vez más por
la Novena que Usted ya sabe. Créame que me avergüenza molestarlo tanto y venzo mi
naturaleza al hacerlo, generalmente tiendo a decir las cosas una vez y luego callar, pero
esta vez no puedo. Me siento empujada, no sé por quién a obrar de esta manera; quizás
sea mi soberbia que siempre logra dominarme, tal vez sea esta la razón por la que María
permite que Su Reverencia aún no me la conceda.

Esto me causa una gran tristeza, porque por un lado, mientras anhelo con
insistencia dicha Novena para mostrarle a María una señal de gratitud, por otro lado sé
que soy yo misma la causa por la cual Su Reverencia, o mejor dicho María, no me
concede la gracia de poderla hacer. De todos modos, me encomiendo a su generosidad;
haga lo que crea más oportuno para mi pobre alma y esto será suficiente para mí. Usted
discúlpeme si he sido tan obstinada; no volveré a serlo: obedeceré a la primera
insinuación sin protestar. Le suplico cuanto pueda me encomiende al Señor: ya sabe
cuánto necesita mi alma que su caridad se apiade de ella y que nunca la olvide. Para no
aburrirlo demasiado, lo saludo humildemente y tenga el honor de considerarme

Su Devotísima Agradecidísima Hija en Jesucristo

20
BARTOLOMEA CAPITANIO

14.- Tardanza en escribir justificada por la enfermedad de su mamá

A LAS HERMANAS ROMELLI


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 6 de Agosto de 1825

Muy queridísimas Hermanas,


He suspendido por un momento los quehaceres domésticos para ocuparme
enteramente de una dulce conversación con Ustedes, como desde hace tiempo mi Mamá
está enferma, es mi deber ocuparme de estos menesteres. Me parece oírlas decir:
«Bartolomea se ha olvidado de nosotras; prometió escribirnos, pero según su costumbre
no cumplió con su palabra». Realmente tienen razón, y me sentiría mucho más culpable
si esto sólo procediese de mi descuido y de mi indomable haraganería; pero el motivo
que le he mencionado justifica en parte mi ingrato proceder. No crean que por esto las
haya olvidado, amigas queridas, no, no es cierto, y me dolería mucho saber que piensan
así, puesto que Ustedes, mis queridas Romellinas siempre están en mi corazón, en mi
mente y en mis labios.

Respecto a la Novena, conviene que María se haya conformado con la que le han
hecho, porque yo se la pedí en repetidas ocasiones y no me la dio.

Les envío un roquete, el cual me fue entregado por las queridísimas monjas, me
vi en la obligación de felicitarlas por tan generoso gesto.

Saluden de mi parte a la Señora Angelina, y díganle que siempre me acuerdo de


ella, y que me dolió mucho no haberle mandado a decir que la saludaba cuando Ustedes
regresaron, la confusión me hizo faltar a mi deber. Agradézcanle su comprensión.

Por caridad, encomiéndenme a Dios, porque tengo una necesidad y preciso de sus
fervorosas oraciones. Dios las colme con sus más grandes bendiciones, mientras que
abrazándolas afectuosamente me considero

Su Afectísima Agradecidísima Amiga

21
BARTOLOMEA C.

A las Estimadísimas Señoras


Las Señoras Hermanas LUCIA y JULIA ROMELLI
CIVIDATE

15.- Hace mención a la fiebre que sufrió. Aconseja alguna obra creativa para
usarse en los encuentro en las pías uniones. Se alegra por el voto de Castidad

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 27 de Agosto de 1825


Queridísima y amadísima Hermana,
Me parece verte, querida Mariana, un poco enojada con tu Bartolomea ya que no
sólo no te indicó lo que debía y lo que tú tanto deseabas, sino que tampoco contestó tu
gratísima carta. Reconcíliate, pues no fui yo, sino Jesús el que lo dispuso, estuve en
cama unos días con fiebre bastante alta, de manera que no pude cumplir mi deber, ni
satisfacer tus deseos, pero ahora encontrándome mejor lo hago con muchísimo gusto.
Merezco tus reproches, pero hubieses acertado más si me hubieses recriminado el
hecho de ser soberbia, esto de considerarme de tan alto valor que merezca ser rogada
varias veces. Basta, la caridad lo supera todo, y por esto, aun sintiéndome indigna,
procuraré sugerirte cuanto crea más oportuno para tu pía reunión.«Continúa indicándoles
semana por semana la virtud especial a practicar, según la costumbre. Cada mes dadle
también un Santo o una Santa como protector con alguna oración en su honor. Para
acostumbrarlas, comienza por darles la Novena por escrito y escoge pocas cosas y fáciles
para no cansarlas. Divide la pía reunión en tres o cuatro grupos, eligiendo tres o cuatro
de las más virtuosas y más capaces y que sean líderes para las demás. A estas tres o
cuatro niñas entrégales la novena, (es necesario que tengas paciencia y escribas tres o
cuatro copias) y al mismo tiempo indiques a cada una de ellas, el número de niñas que
les das a su cargo. Recomiéndale mucho su tarea, diles que es su deber observarlas; y
ver si son prudentes, contemplativas, devotas, obedientes y en fin si observan cuanto
Ustedes les sugieren. Oblígalas además a leer la novena a sus niñas todos los días, a fin
de recordársela y practicarla. Luego, después de cada reunión hacedle rendir cuentas
de sus niñas a cada una de las líderes, y tú con oportunas recomendaciones procura
encender en sus corazones el amor a la piedad y a la devoción. Si lo logras con las

22
novenas podrás darles todos los meses una carpeta 4. Con el mismo método de las
novenas, entregadles más adelante un método de vida fácil adaptado a sus
circunstancias y hacédselo leer a las demás todos los meses».

Esto es lo que por ahora puedo sugerirte. Si me escribes y me cuentas el


resultado de todo esto, puedo brindarles luego varias ideas que les serviría de gran
ayuda y les podría gustar, al menos tengo la esperanza de que sea así. Por ahora es
suficiente hacer cuanto te he dicho, puesto que todo a la vez no puede hacerse.
Pasemos ahora de lo general a lo particular, y deja que te presente mis merecidas
felicitaciones por la gracia especial que recibiste de la bondad de Dios el día de la gloriosa
Asunción de María.
Querida amiga y predilecta Hermana, deja que desahogue mi corazón, ¿te parece
poco ser esposa de Jesús? ¡Doblemente hija de María… Hija, Sierva y Esposa de un
Dios!...¡Oh! dignidad de favor incomparable por esta razón alégrate y goza, que tienes
toda la razón, ya que has llegado a ser mil veces más dichosa que cualquier gran Reina
que el mundo jamás haya tenido. Me parece verte resplandeciente de alegría, tratando
en toda forma de agradar a tu divino Esposo, y a esta hora ya habrás progresado mucho
hacia la perfección. Feliz de ti, pero recuerda que jamás harás lo suficiente como para
merecerlo.
El Señor me concedió también a mí esta gracia de pertenecerle y la considero casi
la mayor de todas; pero abuso de ella. Por favor, ruega mucho por mí, para que no sea
infiel a un Dios, el cual no reparando en mi miseria y bajeza, me colmó de gracias
especiales, hasta hacerme su Esposa. Yo haré lo mismo por ti, para que amando y
sirviendo a nuestro amadísimo Señor en esta vida podamos luego gozar juntas
plenamente en la otra.
Te ruego que hagas una Comunión por una especialísima necesidad que tengo;
con el correr del tiempo te lo haré saber, ahora no puedo porque tengo que guardar el
secreto.
Quisiera pedirte un favor: ¿Podrías enviarme para el Sábado, ese poco dinero que
me debes? deseo usarlo para algo que no quisiera que supieran mis Padres, y ahora no
tengo el dinero suficiente para hacerlo; si no te resulta incómodo, te pido que me hagas
este favor. Discúlpame y sírvete de mí como algo tuyo. A todos tus conocidos les
agradaron mucho tus saludos, y te lo retribuyen centuplicado. Lo mismo mis Padres. Si
ves a las Romelli, saludádmelas mucho, diles que pronto les enviaré su carta, y hacedlas
conscientes del motivo de mi tardanza en escribir.
Esta vez con lo largo que escribí suplí mi falta pasada.

4
Especie de hoja que distribuía entre las compañeras en las cuales colocaba ejercicios devotos y
actos de virtud a practicar.

23
Te ruego que hagas rezar por mí tres Ave Marías a tus niñas. Adiós queridísima en
el Señor, acuérdate también de quien con mucha alegría se considera

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA CAPITANIO
A las Estimadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO
16.- Significaciones de afecto, de humildad. Consejos y santas creatividades
para una Pía Unión de jovencitas

A LA MISMA
VIVA EL AMABILISIMO ESPOSO JESUS
VIVA LA QUERIDISIMA MAMA MARIA

Lóvere, 30 de setiembre de 1825


Querida Hermana mía,
Recibí todas tus cartas y yo, por haraganería no las contesté, abusando así de tu
bondad, espero tu perdón. Pero no me siento capaz de prometerte reparar esta falta de
consideración contigo, porque es la pereza un recurrente defecto mío y para tolerarlo se
necesita la heroica paciencia de mi Marianita. Pese a esto debes saber que te quiero
mucho, más bien, cuanto menos te escribo, tanto más estás presente, y tu recuerdo me
es muy querido. Espero que esto te haga sentir segura de mi sincero afecto hacia ti.
Antes de hablar de los demás, quiero pedirte por caridad que me encomiendes a
Dios, fervorosa como sé que eres. Si me fuera concedido hacerte ver el estado infeliz en
el que se encuentra mi pobre alma, ciertamente esto te impulsaría a rezar por mí. Lo
sabe sólo Dios y mi Confesor cuánta necesidad tengo de oración, y por esto si tienes
caridad en tu corazón, me encomendarás a Dios.
Me consolé mucho al saber que te resultó bien la práctica de la Novena del Santo
Rosario con tus alumnas espirituales. Ánimo y gran valor, querida Mariana, mucho se
complace Dios por tu solicitud en atraerle almas. Si pudieras aunque sea una sola almita
conducir al Paraíso, esta sola ¿no te daría una gloria mayor? Y si luego te fuese dado el
poder de llevarlas a todas al Paraíso y en aquella santa ciudad verlas a todas formando
una corona, ¿cuál no sería tu gozo? Entonces, toma nuevo ánimo y nuevo fervor para
ejercitar esta virtud que tanto agrada a Dios. Si deseas hacer lo que te sugiero podrías
hacerles continuar todos los meses con alguna pequeña práctica. Es verdad que son
grandes, pero son todas dóciles, y por lo tanto puedes hacer lo que deseas. En cuanto a
la persona que deseas reavivar, va a María Santísima, anda a Ella con gran confianza, y

24
pedidle que te inflame el corazón, así podrás inflamar el corazón de los otros. No dudes:
ella lo hará de parte suya, y tú pon de tu parte todo tu empeño.
Te incluyo tres tarjetas que te podrán servir para guía. Tú dices que no eres capaz
de formar una carpeta apta a las circunstancias para tus discípulas espirituales. Te
enseño inmediatamente cómo debes prepararlas: antes de comenzar a escribir, reza al
Espíritu Santo para que te ilumine y a María para que te dicte lo que ella desea; y luego
según las inspiraciones que tengas, escribe, y verás que seguramente esas cosas serán
apropiadas para tus jovencitas. Tenedme informada al respecto, para mí será un placer,
y no me escatimes, si crees que puedo servirte en algo. Dime si fue hasta allí el párroco
que esperaban, si se confiesan con él, y si responde a tus expectativas. Mañana iré a
buscar El camino de la salvación y te lo enviaré juntamente con esta carta si es que lo
encuentro, porque no estoy segura. Haré todo lo posible para conseguir los libritos del
Sagrado Corazón, aunque me será difícil. Tu librito escrito te lo mandaré la próxima vez
que te escriba, porque todavía no terminé de copiarlo. Es necesario que te diga que
encontré las dos boletas, yo no sé cuánto era mi deuda; tú que lo sabes, puedes decirme
cuánto te debo. Para tu tranquilidad te digo que el dinero que les presté para comprar un
libro que creo fuese de las Romelli, ese no me lo han enviado según lo hablado. No te
digo esto para que les digas a ellas que espero el dinero, sino más bien, para que te
puedas organizar. Ahora creo que no tengo más nada para decirte y el sueño me vence,
y termino dándote un afectuoso beso. Me olvidaba de pedirte que le hagas llegar a Lucía
la carta que te adjunto; hace dos semanas que la escribí y no he encontrado la
oportunidad para enviársela.

Nuevamente adiós, hermana querida, adiós

Tu amorosa Hermana
BARTOLOMEA futura
Sor PACÍFICA CAPITANIO

A la Honorabilísima Señora

La Señora MARIANA VERTOVA

MALEGNO

25
17.- Deseos de verla

A MARIA DO

Lóvere, 1º de octubre de 1825


Queridísima Amiga,
También me veo en el deber de enviarte aunque sea dos líneas, deseo mucho
tener noticias tuyas; y espero que sean buenas, aún guardo la esperanza de recibir
pronto una carta tuya.
Yo no quiero perder el tiempo explicándote cuán grande es el deseo que tengo de
verte y disfrutarte, porque si tienes en cuenta el amor que te tengo, esto podría revelarte
mi gran anhelo de encontrarme contigo.
Si de ti dependiera, desearía pedirte que me complacieras con venir pronto entre
nosotras, pero como eres hija de la obediencia, por eso teniendo que hacer la voluntad
de otros, me alegro con decirte que me consolaría mucho el día que tenga la oportunidad
de verte. Tú, de mi parte no dejes de agradecer a toda tu familia, especialmente al
Reverendo Señor Don Esteban, también hazlo en nombre de mis padres.
Encomiéndame a Dios, y considera sinceramente que soy

Tu Afectísima Amiga y Compañera


BARTOLOMEA CAPITANIO
PD. Saluda de mi parte al Señor Párroco

A la Apreciadísima Señora

La Señora DO MARIA

MONTECCHIO

26
18.- Deseos del Paraíso
A LAS ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere 6 de noviembre de 1825
Hermanas y Amigas más que queridísimas,
Se inundó mi corazón de gran alegría, ya que inesperadamente recibí la visita de
su amabilísima Señora Madre, y ésta creció mucho más en mí cuando oí que ella había
estado junto a Ustedes, en su compañía. Me imaginaba la alegría que habrán vivido en
esos días, y gocé muchísimo pensando en ello. El piadoso Señor no da jamás ninguna
cruz, si no la hace más liviana con alguna consolación. Sea él siempre alabado. Amén.
Queridas amigas, ya pasó la solemnidad de todos los Santos. Me imagino qué
consuelo habrán sentido al ver gran cantidad de Santos que están esperando el dichoso
día en el que Ustedes también participen con ellos de su felicidad. ¡Oh! ¡Qué insípidos se
vuelven los placeres de este mundo ante la consideración del Paraíso! Tengan los
mundanos para ellos las cosas de este mundo, muy de corazón se las dejamos: mientras
nosotras ponemos la mirada fija en aquella querida patria, en la que nuestro buen Dios y
celeste Esposo está totalmente atento para procurar las riquezas a sus queridas esposas.
¡Qué gozo el nuestro queridas Hermanas cuando nos volvamos a ver en el
Paraíso! ¿Quién será la primera que tendrá la hermosa suerte de preceder a las demás?
¡Oh! ¡Qué consoladoras son estas consideraciones tan dulces! Y si tanto consuelo nos
trae solo pensar en ellas, ¿qué será cuando las gocemos verdaderamente? ¿Cómo podrá
nuestro corazón no estallar cuando seamos conducidas a adorar y a ver a nuestro
dulcísimo Esposo? ¿Y cuando veamos por primera vez a nuestra querida Mamá? ¿Qué no
haremos? Y al saludar al querido San Luisito con todos los demás Santos que ahora
veneramos, ¿cómo podremos contenernos a nosotras mismas? ¡Ah! ¡Esto debe ser
superior a todo y por lo tanto merece que ahora pongamos todo el esfuerzo para
conquistarlo. Ustedes ayúdenme con sus oraciones y sus consejos, y yo haré lo mismo
con Ustedes, de manera que si nos amamos ahora, podamos amarnos eternamente
también en el Paraíso.
Yo recitaré las tres Ave María por Lucía, y pretendo otras tres de Ustedes dos.

27
Recibí el dinero y su carta; no respondí porque tenía varias cosas para escribir, las
cuales me quitaban todo el tiempo libre que tenía. Perdónenme, se los pido.
Díganle a la Señora Angelina que me agradaron mucho sus saludos, que le
agradezco mucho el recuerdo que conserva de mí. Salúdenme también a Bernardina.

Adiós, queridísimas Hermanas, quiéranme y créanme

Su Afectísima y Agradecidísima Hermana y Amiga


BARTOLOMEA CAPITANIO
19.- Preparación para la cruz

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 20 de noviembre de 1825


Querida Hermana,
Te pido que me perdones, si no te pude escribir antes. Varios trabajos se unieron
y me quitaron la posibilidad de poder satisfacer tus deseos; tenedme paciencia. Ahora te
incluyo las medidas del Oratorio, y el libro, el importe lo encontrarás arriba del mismo.
Te envío también los seis libritos del Sagrado Corazón, unas Monedas según lo habitual.
Me gozo en saber que tuviste un buen viaje. Dios te bendiga siempre y en cada cosa, te
lo deseo de corazón. Mi padre le comunicó tus saludos a tu Señor Tío; él los agradeció
cordialísimamente y se consoló mucho al saber de tus noticias.
Querida hermana, nuestro dulcísimo Esposo desea algo de nosotras, pero algo
grande, por eso preparemos el corazón para recibir sus gracias. Supliquemos a María, la
querida Mamá, que nos lo disponga según su gusto.
Quizás esta gracia será una gran cruz; mostrémonos contentísimas de poder
participar de alguna manera de la Cruz adorable de nuestro dulcísimo y amabilísimo
Esposo. ¡Oh! ¡Felices de nosotras si pudiéramos vivir siempre crucificadas con Él! ¡Qué
favor para nuestras almas! Roguemos por lo tanto a nuestro querido Jesús que nos
regale un verdadero amor al sufrimiento, y pídeselo tú para mí, ya que me falta mucho
amor al padecimiento.
Te recomiendo mucho a tus alumnas espirituales, ámalas, ya que te serán de gran
gloria en el Paraíso, y pídeles que recen tres Ave María según mi intención.
Recibe los afectuosos saludos de mis Padres, junto a los de tu amiga. Dadle mis
saludos a tus Padres y también de parte de los míos.
Te dejo en el dulce Corazón de Jesús, para que contemples su amor y enloquezcas
por él.

28
Adiós queridísima. Soy

Tu Afectísima y Fidelísima Hermana


BARTOLOMEA CAPITANIO

A la Amabilísima Señora

La Señora MARIANA VERTOVA

MALEGNO
20.- Le encarga un envío para Don Ángel Bosio

A BARTOLOME DO

Lóvere, 17 de Diciembre de 1825


Queridísima Amiga,
Desearía, pedirte un gran favor. El lunes próximo entregaré a la Colombo un
paquete que va dirigido al Señor Don Angel Bosio y a él le diré que lo deje en el Casino;
desearía pedirte que vayas a buscarlo y enviárselo o llevárselo cuanto antes al Señor
Angel. Sé que eres buena y me harás este favor y te pido perdón por la molestia.
Salúdame mucho a los de tu casa y tú recibe los saludos de esta tu hermana y de
mis padres.
Para no aburrir mucho a quien llevará la presente que está aquí esperándome,
paso a declararme

Tu Afectísima y Agradecidísima Amiga


BARTOLOMEA CAPITANIO

P.D. Si el lunes el paquete no está, estará el Martes, gracias por la molestia

A la Estimadísima Señora

La Señora BARTOLOMEA DO

MONTECCHIO

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21.- Santo ejercicio para la noche de Navidad y la Octava para practicar con
otras. Alusión a lo que Dios quiere de la amiga

A MARIANA VERTOVA
ARDA SIEMPRE EN NUESTRO CORAZON EL AMOR DE JESUS Y DE MARIA

Lóvere, 22 de diciembre de 1825


Queridísima Hermana,
Muy querida fue para mí tu carta. Me saltaban lágrimas de los ojos al descubrir en
ella el gran amor que expresas a nuestro Celestial Esposo. Por lo menos si yo no lo amo,
hay otras que lo aman, ya que bien lo merece. Pero querida Mariana, ¿qué haremos
nosotras en la cercana noche de Navidad? ¡Oh! Cuántas consolaciones nos debe traer el
verlo entre nosotras… ¿Pero después sufriremos al verlo sobre la dura paja, en un
pesebre de indignos animales, temblando de frío, lamentarse y llorar?
¡Ah! no, ofrezcámosle enseguida nuestro corazón para su digna morada, y como
(por lo menos el mío) es peor que el pesebre donde nace, hagamos así: recemos a San
Luis y a nuestro Ángel custodio para que podamos hacer un robo en el Paraíso, es decir
robar el corazón santísimo de María y sólo por un tiempo. Con este corazón en el pecho
estoy segura que el Niño Jesús encontrará reposo y calma.
Deseo que hagamos algo juntas, en la noche de Navidad y en toda la octava, no
solo nosotras dos, sino también con las Romelli, a las que les escribo igualmente que a
ti, y así las cuatro estaremos unidas en el espíritu.
A la medianoche iremos en espíritu al pesebre de Belén, y allí pediremos a María
para que nos abra la puerta, y nos acoja dentro colocándonos muy cerca de Ella. Le
agradeceremos porque nos deja entrar, y más profundamente adoraremos a Jesús, le
daremos después un beso, tú por mí y yo por ti; y le ofreceremos nuestro corazón con
todas aquellas buenas obras que hemos hecho en el Santo Adviento, pidiendo a María
que nos purifique el corazón, y que quite todas las imperfecciones de nuestras buenas
obras, poniéndonos junto a sus méritos, así podrán ser agradables a Jesús. Luego

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haremos una hora o más de meditación sobre el Santo Misterio, y rezaremos la una por
la otra al buen Jesús para que nos conceda su amor, y todas aquellas virtudes que hacen
queridas a sus Esposas.
No nos iremos de este lugar si antes no hemos recibidos esas gracias. Sobre todo
pidamos mucho por los pobres pecadores y por las Santas Almas del Purgatorio.
Todo aquello que hagas demás hacedlo por mí, lo mismo haré yo por ti. En la
octava junto con las Romelli nos dividimos de a dos según lo sorteado, le tocó estar
juntas a Vértova y a Julia, y a Lucía y a Bartolomea. Un día una hará de Angel y la de
otra de Pastor y viceversa. Aquella que hará de Ángel irá 9 veces cada día con el espíritu
al Santo Pesebre y pedirá a Jesús cada vez una gracia por sí y por su compañero, el
Pastor, y el Pastor irá también él 9 veces al Pesebre y llevará a Jesús cada vez un acto
hermoso de virtud practicado después de la última visita que hizo, y se lo ofrecerá
también por su compañero, el Ángel. El día de Navidad comenzaremos; Vértova ese día
hará de Pastor y Julia de Ángel; y así también nosotras, Lucía será el Pastor y yo el
Ángel hasta el final de la Octava. Si les gusta es así. Sentí la inspiración de hacer esto, y
yo lo hice. Varias veces Dios se complace en revelar su voluntad a los más pequeños,
para así manifestar su poder.
Querida Mariana, pide mucho a Dios por algo que Él quiere de ti, pídele que te
haga conocer su Santa Voluntad, y yo cuanto antes te explicaré mis sentimientos sobre
ello.
Mañana iré a ver si están las cosas pedidas, y te las enviaré junto con esta carta.
Te mandaré una nota con lo que te compré.
El Rosario no te lo puedo mandar, porque el Señor Don Angel no está en Lóvere,
está en Erbanno en las Misiones.
Las Señoras Bosio te saludan, y también mis padres y todas tus otras amigas.
Adiós queridísima, nos veremos en el pesebre de Belén.

Tu Queridísima Hermana y Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA

P.D. Salúdame tus Señores Padres y la Señora Marietta

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA

31
MALEGNO

22.- Expresiones amorosas de amor a Dios. Devoto ejercicio para la noche de


Navidad y la Octava para practicar entre las compañeras

A LUCIA ROMELLI
ARDA NUESTRO CORAZÓN DEL DULCÍSIMO AMOR DE JESÚS Y DE MARIA

Queridísima Hermana mía,


Tu carta llegó para reavivar en mí el ya casi apagado amor que ofrecía a mi
querido Jesús. Por este volver a despertar a su amor me siento obligada a agradecerte
enormemente. Y antes que llegue la Santa Navidad yo también le escribo al Señor para
animarme y animarte (aunque tal vez no tienes necesidad) a pasar este día santamente,
y poder sacar de ese frutos para los días venideros. ¡Cuánto más, Hermana querida,
tienes razón al decir, que parece imposible que una creatura de Dios, una favorecida con
tantas gracias, pueda vivir y no morir de amor, viendo a aquel querido Jesús hacer tanto
por Ella!... Pero ¡oh! ingratitud humana ¿hasta dónde llegas?...
¡Hasta olvidarte de un Dios que te creó, que te redimió, que te sostiene, que por
ti nace pobre, despreciado, abandonado, y por tu amor, entre mil lamentos, muere sobre
el madero infame de la Cruz! He aquí los reproches que me hago a mí misma. Pero
¿hasta cuándo, oh mi Dios, hasta cuando continuaré siendo ingrata a tu amor?...
¿Cuándo será que dejaré de ofenderte de una vez, y comenzaré a amarte con un
corazón sincero?... ¡Vamos! Haz que comience en este momento; mucho esperé, ahora
ya no quiero hacerlo más. Sí, a este punto a ti me consagro totalmente, y de ahora en
adelante no me consideraré más mía, sino, como algo que te pertenece totalmente a ti.
Queridísima, desde hace un tiempo estamos consagradas al servicio de Dios, pero yo
como siempre ingrata le quité lo que ahora le entrego; ahora de nuevo soy suya (como
espero), te pido que me recuerdes las obligaciones que tenemos con nuestro
amorosísimo Esposo, ayúdame a seguirlo con las oraciones y con las meditaciones.
Especialmente en la noche de la Santa Navidad además de aquello que escribí a Julia,
que entiendo que está escrito también para ti, hagamos algo las dos.

32
He aquí lo que deseo. Apenas entres con el espíritu en el santo Pesebre y te
coloques al lado de María, la primera cosa será adorar profundamente al Niño Celestial, y
luego amorosamente besarás sus pies por mí y por ti.
Después entrégale el corazón, y preséntale también aquellas pocas obras buenas
que hemos hecho en este Adviento, pidiendo a María que purifique todas nuestras
imperfecciones poniéndote junto a sus méritos, así pueden ser más agradables al
querido Niño. Por lo tanto haremos una hora o más de meditación sobre este sagrado
Misterio y pediremos la una por la otra al buen Jesús para que encienda en nuestros
corazones la ardiente llama del amor hacia Él, y que nuestro bello ajuar, como
verdaderas esposas suyas, sean nuestras tantas virtudes. No saldremos de este santo
lugar sin antes recibir alguna de esas gracias, y especialmente tengamos presente a los
pobres pecadores, procuremos quitarle al demonio alguna de las almas, y
entreguémoselas al Niño Jesús, pidiendo para ellos la Santa Gracia y la vida eterna por
los méritos de las lágrimas que derrama en este Pesebre. No nos olvidemos de las almas
del Purgatorio. Digamos a Jesús, que es justo que tenga en cuenta a dichas almas,
especialmente a aquellas que padecen, y que a esas almas, como a las de sus esposas,
haga gozar de los frutos de su redención haciéndolas ir muy pronto al Paraíso. Todo lo
que hagas demás, hazlo también por mí, que yo haré lo mismo por ti. En la octava
hagamos unidas otras cosas. Todo sea junto a Julia, y para hacerlo mejor hagámoslo
también con Mariana, que esta tarde deseo escribirle, y le diré lo mismo que te dije a ti
para hacer. Dividámonos de a dos, yo hice el sorteo y resultó, Vértova y Julia juntas,
Lucía y Bartolomea por otra parte.
Un día cada una haremos una de Ángel y la otra de Pastor, y nos llegaremos 9
veces al día al Santo Pesebre, el Ángel irá a pedir cada vez una gracia para sí y para su
compañero, el Pastor; y el Pastor debe llevar a Jesús algún acto de virtud, pero realizado
en el tiempo transcurrido desde la última visita hasta el momento que va a
presentárselo, así que cada día debe hacer 9 actos de virtud, y los ofrecerá al Niño Jesús
también por su compañero, el Ángel. Haremos un día de Ángel y el otro de Pastor, y
para no confundirse diré quién debe comenzar en primer lugar. El día de Navidad
Vértova hará de Pastor y Julia de Ángel, y de la misma manera ese día Lucía hará de
Ángel y Bartolomea de Pastor; y así seguirán el segundo día aquellas que hicieron de
Ángel harán de Pastor, y aquellas que eran Pastores harán de Ángeles; así siempre hasta
el final de la octava. Si te gusta es así.
Querida Lucía, el Señor nos ponga juntas en todo, lo fuésemos también en el
Paraíso, ¡una a la derecha y otra a la izquierda de San Luis! Dios quiera así.
Las Señoras Bosio te envían saludos, y también mis Padres y Camila. Seguiría
escribiendo, pero me falta papel y tiempo, por lo tanto, te espero en el Pesebre de
Belén.

33
Tu sincera Hermana y Amiga
CAPITANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora

La Señora LUCIA ROMELLI

CIVIDATE

AÑO 1826

23.- Propone ejercicios devotos para santificar el Carnaval

A MARIANA VERTOVA
A MAYOR GLORIA DE DIOS

Lóvere, 9 de enero de 1826


Queridísima Hermana mía en Jesucristo
En nuestros tiempos también existen los milagros, de vez en cuando. Y esta vez
deseo ser yo quien pueda regalarte uno, con el ser atenta, más bien extremadamente
atenta y a encontrarte siempre queridísima aunque no merezca que Mariana considere a
Bartolomea descuidada y haragana. Estoy contentísima de que te haya agradado aquello
que te propuse en mi última carta. Ahora busca hacer algo en este Carnaval. Alabo tu
devoción y deseo acrecentarla, hubieras hecho bien si me hubieses escrito lo que yo
debía hacer, y se lo hubieras dicho a las otras dos; esta vez venció tu humildad, otra vez
tal vez vencerá la soberbia de otra.
Procuremos con la oración obtener de Dios el perdón y la enmienda de tantos
pecados, y recitaremos para ello cada mañana 3 Padre Nuestro, Ave y Gloria y 3 Salve
Reina con los brazos abiertos, y todas las tardes un Miserere y 7 Ave María con las
manos bajo las rodillas. Haremos una Comunión por cada una, todas las semanas, para
la salvación de los pecadores; Lucía tratará de hacerla el Sábado, Julia el Viernes,
Mariana el Martes, y Bartolomea el Jueves. Estos días salieron en suerte; si alguna de
Ustedes no pudiese hacerla en el día que les tocó, lo haga otro día, es suficiente que para
ese fin haga una cada semana. Ayunaremos un día a la semana cada una; Lucía el
Jueves, Julia el Sábado, Mariana el Martes, y Bartolomea el Lunes. Haremos para tal fin
la disciplina dos veces por semana, los días son arbitrarios. Nos privaremos de alguna
curiosidad, aunque lícita, para pagar aquellas tantas que se cometen en nuestro tiempo.
No comeremos frutas ni ninguna golosina para pagar tantas malas conductas que
cometen en este tiempo los pobres pecadores. Al sonar las tres Ave María, es decir a la

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mañana, al mediodía y a la tarde, nos retiraremos con el espíritu a los pies de Jesús
Crucificado, y allí las cuatro unidas pediremos a nuestro dulcísimo Esposo por los pobres
pecadores. Finalmente como en este tiempo Jesús está casi abandonado por todos,
nosotras trataremos de hacerle continua compañía; por lo tanto estaremos siempre
contemplativas y evitaremos todo discurso superfluo. Esto es todo lo que yo puedo
decirte. Si tú, o las otras dos, me escriben alguna cosa, me gustará y procuraré hacerla.
Informa de todo esto a las queridas Romelli, salúdalas y dile que espero casi con
impaciencia encontrarme con ellas.
Hay otra cosa que deseo que hagamos juntas, y tengo la esperanza de que nos
ayudará mucho. Antes de compartirla, deseo recibir carta de las Romelli.
No puedo esta vez complacer tu deseo en cuanto a aquello que te decía: el
Señor no lo quiere. Tú mientras tanto reza, te complaceré la próxima vez, mortifícate. Te
doy el Crucifijo bendecido al momento de la muerte, y el rosario que recitándolo se gana
una vez al mes Indulgencia Plenaria, si además te confiesas y comulgas en el día que tú
elijas se ganan muchísimas Indulgencias parciales por cada oración.
Ya que deseas saber el costo del Corporal y de la Palia es de 17 Liras. Vuelvo a
darles mis felicitaciones para la nueva compañía de la Virgen María Dolorosa. Soy en
nuestro Señor Jesucristo.

Tu queridísima Hermana
BARTOLOMEA CAPITANIO

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24.- Acompaña algunos escritos espirituales

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 21 de enero de 1826


Muy Reverendo Padre Confesor
Le envío dos papeles en los cuales están escritas las faltas de soberbia cometidas
por mí. Le incluyo también otras dos carpetas, en las cuales hay algunos permisos que le
pido a Su Reverencia si me los puede conceder a manos anchas en estos tiempo tan
importantes, tiempos de hacer penitencias.
Junto con estos papeles encontrará el método de vida: en cuanto a éste, conoce
mi intención, haga aquello que cree que es lo mejor y sé que el Señor le inspirará en
esto.
Me encomiendo a sus oraciones. Llena de estima y de respeto le beso la mano
encomendándome

Su Devotísima Agradecida Hija en Cristo


BARTOLOMEA CAPITANIO

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25.- En ocasión de su enfermedad

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 13 de febrero de 1826


Hermana mía querida,
Adivinaste: estuve un poco enferma, tampoco ahora me siento mejor, aunque ya
hace varios días que no estoy en cama. En todo este tiempo no dejé de recordarte, y
fueron tres o cuatro veces las que te soñé. En muchas oportunidades me dolía el hecho
de no poder escribirte, porque son muchas las cosas que tengo para decirte; pero mi
natural haraganería unida a la poca voluntad no me permitieron hacerlo antes.
El sábado te escribiré y te indicaré aquello que te prometí, por lo menos si se me
permitiera dormir menos, ya que desde que estoy en cama no tengo tiempo para nada.
El Señor te conceda muchas gracias en este tiempo de Cuaresma y te deseo de corazón
unos Santos Ejercicios.
Pide tú también mucho al Señor por mí, más en este tiempo en el que me bendice
con una crucecita, reza para que este no sea el motivo por el cual lo abandone.
Salúdame a nuestras queridas amigas Romelli, hacedle saber que siempre me acuerdo de
ellas, y que cuanto antes les escribiré.
Adiós querida, te mando un beso, y de nuevo me encomiendo a tus oraciones,
porque la necesidad es muy grande. Hasta el santo Paraíso, al menos podría llegar a ir.

Tu Afectísima Hermana en Cristo


B. CAPITANIO

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA

37
MALEGNO

26.- Espera buenas noticias de su salud. Consolaciones en ser parte de la Cruz


de Jesús

A MARIA DO

Lóvere, 25 de febrero de 1826


Queridísima Amiga mía,
No sé qué noticia recibiré de tu salud; espero en Dios que sea buena, si fuese lo
contrario me entristecería mucho, ya que guardo la esperanza de ser consolada. Animo,
querida amiga, estás en la cruz y ésta te enriquece con méritos infinitos, llévala con
gusto y agradece al Señor, que de cualquier modo te quiere semejante a él. ¡Qué
consuelo es para un alma amada por Jesucristo tener algo para poder decir «en esto me
asemejo a mi querido Jesús»! Te digo ahora que estás en el mejor estado que se pueda
alcanzar, porque así agradas mucho al Señor, y él te mira con ojos de predilección y dice,
si muchos me ofenden, tengo a mi querida María que sufre algo por mí.
Te digo con sinceridad que me da envidia tu dolor, ya que mientras yo me
compadezco de tu sufrimiento, siento internamente un deseo de ser también alcanzada
por ese estado y tener la paciencia que tienes para soportarlo.
Salúdame muchísimo a toda tu familia, especialmente a Bartolomea; y tú recibe
muchos saludos de mis Padres, de mi hermana, de María Merla, María Cotti, María
Cottinelli y de todas tus amigas.
Mientras te expreso el deseo grandísimo que tengo de verte, me encomiendo a
tus oraciones y me llamo

Tu Afectísima y agradecidísima Amiga


BARTOLOMEA CAPITANIO

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIA DO

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MONTECCHIO

27.- Somete plenamente a juicio de su Confesor su método de vida

A DON ANGEL BOSIO

Lóvere, 26 de febrero de 1826


Muy Reverendo Padre Espiritual,
No pude resistir a las inspiraciones internas que el Señor me concedió para
cambiar mi vida, con el escribir un método en el cual todas mis acciones fuesen
reguladas por la virtud, y cumpliéndolo a la perfección, yo podría verdaderamente
agradar a mi dulcísimo Esposo y llegar a ser Santa. Lo hice según las inspiraciones que
tenía, y puse sin ningún orden todo aquello que me parecía más oportuno para mi
santificación. Ahora se lo envío a Su Reverencia para que lo evalúe si le parece apto para
mí y si me permite seguirlo, asegurándole que con la gracia del Señor tengo firme
voluntad de hacer lo posible para ponerlo en práctica. Le pido si puede agregar todas las
acciones que fui descuidando, aquellas que Usted sabe y que pueden ayudar a mi pobre
alma.
Si luego le parece a Usted algo no apto para mí, lo borra, que yo estaré contenta,
especialmente en cuanto a las penitencias. Las quise poner porque me sentía inspirada a
hacerlo, confiando en que éstas fueran de Dios, él pondrá en Su Reverencia la capacidad
para proponérmelas; ya que si Usted considera que esto procede sólo de mi amor propio,
o del demonio que busca con esto impedir mi santidad, yo misma acepto que me las
rechace. Haga aquello que Dios le manda, y yo estaré contentísima de todo. Me
encomiendo por caridad a sus oraciones: tengo necesidad de ellas ya que en este tiempo
Dios me bendice con alguna crucecita. Perdone mi molestia: besándole respetuosamente
la mano tengo el honor de decirme

Su Devotísima y Agradecidísima Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA CAPITANIO

Al Reverendísimo Señor

39
El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

28.- Inspiraciones sentidas sobre el probable traslado del Confesor. Su plena


conformidad a la Voluntad de Dios

AL MISMO
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 3 de marzo de 1826


Muy Reverendo Padre Confesor,
Le escribo esta carta bajo el don de la inteligencia, y le expreso aquello que sentí
internamente en cuanto al tema que ya conoce. Durante el miércoles por la tarde y la
noche del día siguiente meditaba confiada en que fuese voluntad de Dios que se quedara
aquí, mientras lo hacía tenía presente en mi corazón al queridísimo Instituto, al Hospital,
al Oratorio, a las Misiones, a la juventud, etc.... pero al mismo tiempo me sentía
internamente llamada a cumplir la voluntad de Dios aunque esto significara irse allá, y
realizar menos trabajos, si es así, tal vez esto agrade más al Señor y se ganen más
méritos. Estuve con este pensamiento hasta el momento de la Santa Comunión del
Jueves. Apenas recibí a Jesús en mi corazón, me puse enseguida a encomendarle estos
pensamientos, y me vino este: «dile que se abandone totalmente a la voluntad de Dios,
y que se disponga también a partir si se lo pide el Superior; quien sabe si Dios, no hace
lo que hizo con Abraham, que luego de reconocer su fidelidad lo dejó tranquilo». Después
me vino el pensamiento de pedir mucho al Espíritu Santo que ilumine al Monseñor
Obispo, para que pueda conocer la voluntad de Dios sobre tal tema, y junto a esto que
ponga bajo sus ojos a otra persona apta para semejante oficio. Este pensamiento me
consoló mucho, porque me vino inesperadamente y porque sentía que Dios quería
escucharme. Por lo tanto me comprometo firmemente a hacer rezar a un buen número
de personas, deudoras de muchas Comuniones, prometí también seguir haciéndolo por
ellos aún después de obtener la gracia que necesito. No abandoné las oraciones al Señor,
a mi dulcísima Mamá, y a mi querido San Luisito, y le digo sinceramente que he rezado
de corazón: porque sé que él me escucha si rezo con fervor para alcanzar la gracia que
necesito, él escucha nuestras peticiones si nacen del corazón y no sólo de los labios.
Esta vez creo cumplir con esto, (si no me engaño) de haber rezado más con el corazón
que con la lengua.

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En la Comunión de esta mañana tuve los mismos pensamientos que ayer, y esta
tarde después de que supe que el Señor Párroco fue a Brescia, estaba segura de que se
fue por este motivo, y entonces nació una confianza tan grande en el corazón que
presentí que la gracia me era concedida. Como será después no lo sé, lo más hermoso es
abandonarse en las manos del Señor, haga él aquello que cree más apto para su gloria.
Le confieso sinceramente que tal noticia me ha traspasado el corazón por muchos
motivos, y yo que no soy fácil para llorar, en este encuentro derramé muchas lágrimas,
trataba de retenerlas lo más que podía. No encontré paz hasta que me abandoné
totalmente al Señor y le dije «Señor si lo quieres tomar, yo me abandono a tu Santa
Voluntad, esto es un sacrificio que me cuesta mucho, pero te lo ofrezco». He aquí mi
corazón tal cual es sinceramente.
Le pido por caridad, que recite una sola Ave María por mis intenciones.
Si está contento mañana desearía ir a contarle brevemente lo que me dijo una
Monja, iré un poco más temprano para no quitarle el lugar a otras.
Imploro humildemente Su bendición, mientras de corazón lo respeto

Su Afectísima Agradecidísima y Devotísima Sierva e Hija en


Jesucristo
BARTOLOMEA CAPITANIO

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

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29.- Divide los meses del año entre cuatro amigas para prácticas piadosas.
Posdata

A LAS ROMELLI
SEA GLORIA A LA SOBERANA TRINIDAD. AMEN

Lóvere, 3 de marzo de 1826


Queridísimas Hermanas mías,
Finalmente me es dada la posibilidad de alegrarlas con esta carta y eso me pone
contenta a mí también. Deseé ardientemente poder escribir antes, pero un malestar me
obligó a apagar mis deseos. No crean que en este tiempo yo me olvidé de Ustedes; no
Hermanas amadas, su recuerdo está muy esculpido en mi mente como para que tan
pronto las olvidara: y les cuento con gran alegría que en las noches he soñado hasta
cuatro o cinco veces con Ustedes. Esto es suficiente para asegurarles la sinceridad de mi
afecto.
Ahora quiero decirles aquello que les prometí la otra vez. Mi pensamiento es este;
el de fijar cada mes un motivo particular y pedirlo con varias prácticas. Siendo nosotras,
cuatro, podríamos tomar tres meses para cada una y así cubrimos el año. Yo, me tomé
el atrevimiento de sortear las devociones correspondientes a cada mes y cuáles les
tocaría a cada una en particular: se los digo. A mí me toca «Mayo consagrado a María
Santísima, Junio consagrado a San Luisito y Noviembre consagrado a todos los Santos».
A la Vértova le toca «Enero consagrado al Sagrado Corazón de Jesús por los pobres
pecadores, Marzo consagrado a Jesús Crucificado, y Setiembre consagrado a la dulcísima
Mamá María». A Lucía le toca «Febrero consagrado a la Santísima Trinidad, Julio
consagrado a las almas Santas del Purgatorio y Diciembre consagrado a Jesús Niño». A
Julia le toca «Abril consagrado a Jesús Sacramentado, Agosto a Jesús Esposo de las
almas, Octubre al Ángel Custodio». Antes de que comience el mes que les toca, la
responsable tendrá el compromiso de escribir un fervoroso número de prácticas acordes
al motivo que corresponde al mes, y las escribirá a las demás, luego las cuatro las
haremos juntas. Además si en ese mes cae alguna Novena, será su compromiso escribir
otras prácticas y entregárselas a todas. Aquella que faltase en el ejercicio de las
prácticas, por acto de humillación escribirá sus faltas y se las dará a la compañera que se
las sugirió. Conviene que cada una esté atenta y escriba antes que comience el mes o la

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novena, a fin de que se pueda comenzar a tiempo. Este mes dejemos pasar,
comencemos el próximo que le toca a la querida Vértova. Si les agrada, ésta es la
división que hice, si la aceptan lo hacemos o sino la dejamos de lado.
Háganle saber todo también a Mariana, porque no tuve tiempo de escribirle,
salúdenla muchísimo de mi parte; así como también al Señor Tío Don Carlos y la Señora
Angelina. Le ruego que recen tres Ave María por una urgente necesidad que tengo. A
encontrarnos en el Calvario, donde nuestro dulcísimo Esposo nos espera para consolarlo.
Soy en nuestro Señor Jesucristo

Su Fidelísima Hermana y Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA

Las camisas envíenlas, que serán hechas.


Mándenmelas a mí, porque fui yo quien habló con la Señora Alma, y no sabrá a quién
enviárselas.

Mis queridísimas tres Hermanas,


P.D. En este momento recibo una carta suya. Les agradezco la atención que
tienen para conmigo. Mi haraganería unida a un poco de malestar fueron la razón por la
cual no les escribí antes, con decirles que hace tiempo tengo ésta escrita pero por
distintos motivos no pude enviárselas. Recibí los saludos que me enviaron a través de
María Triaca, y estoy agradecidísima. ¡Oh! Perdonen mi negligencia, y de ahora en
adelante seré más fiel.
Les ruego a las tres hacer una Comunión según mis intenciones.
Las dejo en el Calvario a consolar a Jesús que muere por nosotros. Adiós,
perdónenme se los ruego, recen por mí les digo con sinceridad porque tengo gran
necesidad; si no lo hacen estarían faltando a la caridad.
Denle un beso por mí a María Dolorosa, y díganle, que espero las gracias, de la
cual le rogué.
Adiós de nuevo.

Su Hermana Fidelísima
B. CAP.

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A las Honorabilísimas Señoras
Las Señoras Hermanas JULIA Y LUCIA ROMELLI
CIVIDATE
30.- Exhorta a ganar el Paraíso

A JERONIMA TABONI
VIVA JESUS CRUCIFICADO

Lóvere, 9 de marzo de 1826


Queridísima amiga mía,
Es necesario que comience esta carta poniéndote mil excusas. Mi haraganería
unida a un malestar hizo que prolongase hasta ahora el encuentro con mi queridísima
Jerónima. Perdóname también esta vez, y de aquí en adelante te aseguro que te seré
muy fiel, te escribiré con frecuencia, y responderé con diligencia todas tus cartas.
Para no ponerte más ansiosa te digo que ya tengo los guantes, y desde hace
mucho tiempo. Quédate tranquila y no seas escrupulosa.
Querida amiga, ¿qué hacemos para el Paraíso? ¡Me parece verte correr
velozmente hacia aquella santa patria, y muy ansiosa desear la hora y el momento de
poder entrar!... Y si yo también tuviera la bella oportunidad de poder alcanzarla, ¿cuál
será nuestro gozo al vernos finalmente unidas a aquel dulcísimo Esposo que por ahora
nos consuela aquí en la tierra? ¡Ah! querida amiga, esforcémonos para poder entrar,
cueste lo que cueste. Sé que estás colmada de gracias; por eso me adelanto a pedirte
una yo también, que es la de hacer tres Comuniones sacramentales según mis
intenciones. No me niegues un favor así de grande, te lo pido humildemente. Quisiera
una gracia de Dios, pero no la merezco, por eso imploro a los demás oraciones para
obtenerla. Saluda de mi parte a la Señora Justina, y a la Señora Lucía, y pídele el favor
de una Comunión, según mi intención; diles que perdonen mi libertad, y asegúrales que
les estaré agradecida. Escríbeme si me haces este favor, y si ellas también me la hacen.
Adiós querida Momolina, a vernos en el Calvario donde Jesús nos espera a consolarlo en
sus fuertes dolores. Adiós.

Tu Afectísima y Fidelísima Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA

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31.- Pide disculpas. Exhorta a acompañar a Jesús apasionado. Alude al futuro
Instituto. Agradecimiento, etc.

A MARIANA VERTOVA
LA PAZ SEA CONTIGO. AMEN

Lóvere, 9 de marzo de 1826


Queridísima Hermana en Jesucristo
¿Qué te diré? Debo pedirte mil disculpas por haberte descuidado al no escribirte.
Tu bondad me perdone otra vez más. Si quieres celebrar la Pascua, será necesario que
hagas las paces con la incumplidora de palabra por excelencia, Bartolomea. Hago lo
mismo con todos, prometo, prometo y luego nunca cumplo. A veces dicen que me parezco
a mi Confesor, pero él lo hace por humildad, y yo por haraganería. Sea como fuere soy
capaz de ejercitar la paciencia de mi querida Marianita que también la podrá encontrar en
el Paraíso. Pero dejemos aparte estas cosas.
Querida Hermana ¿qué hacemos por Jesús? ¿Acaso mientras llora y se entristece,
tendremos el coraje de abandonarlo? ¡Oh! ¡Qué poco honor nos haría una actitud
semejante!
Quedémonos junto a esta Cruz adorable, amémosla, besémosla y procuremos
llevarla con gusto. Te digo sinceramente, que en este tiempo no sé encontrar a Jesús
sino es en el Calvario, en Cruz, agonizando por mí, y este pensamiento me anima
muchísimo a llevar gustosamente algunas crucecitas que él me regala. Pero pídele mucho
que mi voluntad se conforme con la suya.
Espero me escribas algunas prácticas para hacerlas el próximo mes, lo deseo
mucho. Dime sinceramente, ¿Has pensado en unirte, tal vez con el paso del tiempo, a la
Señora Justina y a otras para formar un instituto? No es mera curiosidad aquella que me
impulsa a hacerte esta pregunta; más bien es un interés que tengo por tu bien; si eres
sincera dime esto, yo por mi parte te diré enseguida eso que desde hace un tiempo te
prometí. Quisiera pedirte por favor que hagas tres Comuniones según mis intenciones, y
pídele también a las Romelli que hagan lo mismo. Te pido que me hagas este favor, y si
me lo haces, y lo hacen también las Romelli, escribídmelo. Te envío el libro cuyo costo es
de 1.8 Liras, y el Corporal y la Palia que cuesta todo, como ya te dije antes, 17 Liras.
Adiós queridísima, e encontrarnos en el Paraíso.
Soy tu Hermana incumplidora

45
CAPITANIO BARTOL.

Lóvere, 10 de marzo de 1826


P.D. Esta tarde recibí tu carta, la leí con gran alegría y me consoló mucho. Las
prácticas me gustan muchísimo y trataré de hacerlas ayudada por la gracia del Señor.
El Corporal y la Palia no están bendecidos.
En cuanto a la joven nombrada hablé ya desde hace un tiempo con las Monjas, y
me dijeron que no tienen lugar, por lo tanto le pedí que me dieran otro dato. Creí
habértelo ya escrito, pero tal vez me olvidé. Adiós querida, pide a María por mí, haré la
Comunión por ti como lo pactado y tú también haced las tres que te pedí.
Soy en Nuestro Señor Jesucristo.

Tu Afectísima Amiga y Hermana


BARTOLOMEA CAPITANIO

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32.- Parecer sobre la elección del estado. Mención acerca de la idea de un nuevo
Instituto. Propuesta de honrar a María en el mes de Mayo ganándole almas.
Agradecimientos por las oraciones que han sido eficaces para que Don Bosio se
quede en Lóvere.

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 28 de abril de 1826


Hermana mía Predilecta,
Este momento me resulta muy grato porque puedo entretenerme en santa
conversación con mi amadísima Mariana. ¡Dios quiera que lo aprovechemos, la una y la
otra! Me di cuenta por tu carta cuánto te aflige la elección de tu estado. Esta vez quiero
procurar consolarte. Querida Mariana, permíteme que te hable con santa libertad, el
Monasterio no es para ti; por un breve tiempo quiere el Señor que trabajes
incansablemente en tu pueblo para conquistarle toda la juventud. Pero como no quiero
ocultarte nada, me parece que el Señor no te ha destinado a permanecer siempre en tu
casa; no, esto absolutamente no me parece para ti. Me parece que Dios te ha destinado
a unirte conmigo, para hacer algo por Él, etc.. No puedo decirte más por impedírmelo el
secreto.
Había pedido permiso para decírtelo todo, pero por ahora no se me ha concedido.
Espero que pronto lo sepas. Volviendo al asunto, ¿estarías dispuesta a unirte conmigo a
fin de trabajar por el Señor? Por más que trate de alejar de mi mente este pensamiento,
siento dentro de mí que algo me dice: -Mariana está destinada a ser tu Compañera 5-.
Hablé de esto con mi Confesor, pero me dijo que calle por ahora; pero no está tan
lejano que salga a luz.
Espero que tú también estés atenta a lo que sientes al leer mi carta, cuál es la
inclinación que sientes en tu interior, hacia un lado o hacia el otro; sé sincera y
manifiéstamelo. Te alegrarás saber que no lo hago para satisfacer de manera alguna mi
curiosidad, sino por el verdadero amor espiritual que te tengo. Te confío todo esto
porque sé que sabes guardar un secreto, y que todo aquello que te escribo ni siquiera lo
repites al aire. ¡Pobre de mí! Si esto se llega a saber. Pido al Señor que te ilumine. Eso
es suficiente por ahora sobre ese propósito, porque temo desobedecer si sigo hablando
mucho.

5
Lo fue en el preparar compañeras para el Instituto, del cual no formó parte, y murió en el siglo.

47
Se está acercando el mes de nuestra queridísima y dulcísima Mamá. ¿Y qué
haremos, querida Mariana para honrarla? ¿Sabes qué es lo que tenemos que hacer?
Buscarle almas lo más que podamos: esto es un servicio que a María le agrada
muchísimo, y nosotras para agradarla debemos hacerlo con toda la prontitud y con todo
el fervor.
Se me presentaron varios obstáculos que me impidió reunir a las jóvenes; pero
estoy resuelta a sufrir cada cosa y hacer todo aquello que sea a mayor gloria de María
y sólo lo que me sea aconsejado. No sé a qué atribuir estos contratiempos, si al
Demonio, porque con eso busca amedrentarme, o bien a María, porque no le agradan
mis obras, que siempre parecen mal hechas y con un dejo de soberbia. Pide a María
que esté atenta a estas cosas. Tú eres muy dichosa porque puedes obrar mucho; hazlo
de corazón que María te da la recompensa. A las Romelli les entregaré el mes, ya que
por gracia me toca a mí hacerlo. Tus Comuniones tuvieron un buen efecto, eran
dirigidas al fin de hacer permanecer aquí en Lóvere al Señor Don Ángel, si esa era la
voluntad de Dios, y ahora puedo decir que es seguro que se quedará. Te agradezco
mucho, y haré también lo mismo por ti para no estar en deuda. La carta que me has
dado la entregué enseguida al Señor Don Angel Bosio, y él sintió un gran peso cuando
la recibió porque todavía no te había escrito, si quieres que le diga algo, escribídmelo.
Juana Bosio te saluda mucho y te pide que la encomiendes a Dios, lo mismo dicen tus
amigas, y mis Padres y Camila. Adiós queridísima del Señor.
Soy toda tuya.

Afectísima Hermana y Amiga


B. C.

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33.- Envía algunas prácticas para el mes de Junio dedicado a San Luis. Pide
información sobre la salud de una compañera. Discreción en la multiplicación
de ejercicios devotos

A LAS HERMANAS ROMELLI


VIVA JESUS, MARIA Y LUIS

Lóvere, 27 de mayo de 1826


Mis Queridísimas Amigas y Hermanas,
Las camisas ya están casi listas sólo que a una le falta la espalda. Por lo tanto les
pido que miren si no está adentro, y en la primera oportunidad envíenla, que pronto les
serán devueltas.
Les incluyo el mes de Junio dedicado a nuestro amabilísimo San Luisito. Quiero
tanto también a este Santo, que aunque estoy convencida de que serán muy atentas y
muy fervorosas en honrarlo, con todo no puedo no recomendárselo mucho, y aún más
pedirles que me obtengan de él la gracia de imitarlo en sus virtudes y serles agradecida
por las gracias obtenidas. Les envío una sola copia, y les pido por caridad que hagan una
para enviar a la Vértova, de la que deseo saber alguna noticia. Hace más de un mes que
no recibo sus cartas, por eso estoy inquieta, porque temo que esté enferma.
Salúdenmela mucho y si acaso no está enferma, díganle que espero su carta.
El mes pasado hubo varias novenas, pero yo no las quise mandar para no
cargarlas con tantas cosas, ya que todo el mes estaba ocupado en ejercicios particulares
en honor a María, y mucho más porque vi mi poco fervor. En los próximos meses no
será así.
Saluden mucho, mucho a todas aquellas que quieren saber algo de mí. Ustedes
acepten los saludos de mis Padres, de mi Hermana, y de las Bosio.
¡Vamos! queridas amigas, rueguen al Sagrado y Divino Corazón que me inflame
con su amor, y díganle que en el día de su fiesta espero de su bondad algún favor
especial.
Adiós queridísimas amigas, el Corazón dulcísimo de nuestro amado Esposo, sea el
lugar de nuestro continuo descanso y de nuestra morada. Hasta el Paraíso.

Su Afectísima y Fidelísima Hermana


CAPITANIO BARTOLOMEA

A las Honorabilísimas Señoras


Las Señoras Hermanas JULIA Y LUCIA ROMELLI

49
CIVIDATE
34.- Se alegra por el bien realizado en el mes de Mayo. Las estimula a las
obras, preparando la próxima vida, máxime en la circunstancia del Jubileo

A LAS MISMAS
VIVA JESUS CRUCIFICADO Y MARIA DOLOROSA.
A ELLOS LA GLORIA

Lóvere, 9 de junio de 1826


Amadísimas Hermanas,
Queridísimas, me fueron consoladoras las noticias de su mes Mariano, oídas de la
boca de su Señora Madre, ya que tuve el honor de recibir su grata visita. ¡Cuánto se
habrá complacido María, nuestra querida Mamá, en las atenciones, en el celo por la
tarea y por aquella caridad que han usado con tantas jóvenes, a fin de hacerla honrar y
servir! No duden, ella les pagará centuplicado de su parte, si así la sirvieron, estoy
convencida de que ya les hizo probar los efectos de su beneficencia. Tomen nuevo aliento
para trabajar por Jesús y María. Lo que a ellos más les agrada es el ganarles almas para
el Paraíso. Si trabajáramos mil años para hacer que se deje de cometer un solo pecado
venial, nuestras fatigas estarían más que bien empleadas; ¿qué podríamos decir si
logramos ganar un alma para Dios? ¡Qué consuelo probaríamos en el Paraíso!
¡Ah! ¡Qué consolación habría en el Paraíso! ¡Ánimo!, por lo tanto queridas
hermanas, tomen nuevo aliento, y ese bienaventurado Oratorio que la Divina Providencia
colocó en un lugar favorable en su pueblo, Ustedes deben hacerlo florecer ante todo con
el buen ejemplo, como siempre lo han hecho, y luego con la vigilancia y con la atención,
para que así participen muchísimas jóvenes, que sean ellas fieles observantes de las
reglas prescriptas, para que finalmente lleguen a ser verdaderas hijas de María. Estudien
a fondo todos los medios para hacer su Congregación más amada a María, para hacer
más fervorosas a sus jóvenes, y para santificar a todo el pueblo, si fuese posible, con la
gracia de Dios.
Quiera Dios que ya desde ahora todas nos dispongamos de esta manera a vivir
plenamente la vida que nos ha sido destinada para el porvenir. Es suficiente, haremos lo
que Dios quiera.
Si tienen caridad en sus corazones, la deben emplear toda, en conseguir el Santo
Jubileo y pidan mucho al Señor, que todos aprovechen el medio tan grande que la
providencia y la misericordia divina nos manda. Por lo tanto, Comuniones, penitencias,
oraciones, mortificaciones, caridad, obras buenas, todo se haga con el objeto de disponer
a todos, especialmente a los más necesitados para el Santo Jubileo.

50
Luego recen mucho también por mí; la necesidad es muy grande. Recen 3 Glorias
al Espíritu Santo, y uno a San Luis, y 3 Ave María el día que recibías esta carta, para algo
muy importante.
Les mando las Camisas y adentro está el importe.
Salúdenme muchísimo a la Señora Angelina, y díganle que tengo muchas deudas
para con ella por el recuerdo que tiene de mí; díganle que yo me acuerdo continuamente
de ella, y con gusto recordaré las atenciones que de ella recibí, cuando la conocí.
Las Bosio las saludan mucho, y también mis Padres y Camila.
Nuestro amable Luisito sea nuestro modelo en estos días, y el Paraíso y el
Calvario sean nuestra morada.
Soy en Nuestro Señor Jesucristo

Su Afectísima y Agradecidísima Hermana y Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA futura SOR LUISITA

51
35.- Oposiciones a la fundación de su Instituto. Su firmeza de ánimo

A MARIANA VERTOVA

ALABADO SEA JESUCRISTO


SEA ALABADA NUESTRA QUERIDA MAMÁ

Lóvere, 24 de junio de 1826


Mi queridísima Hermana,
Entendí tus disposiciones a través de tu querida carta y esto me es suficiente.
Por ahora no puedo decirte nada, pronto lo sabrás todo. Encomendemos al Señor el
asunto fervorosamente, porque siendo algo de mucha gloria suya (como espero) tiene
grandes dificultades. Pero éstas, no me asustan ni poco ni mucho, antes bien tomo
mayor fuerza, porque sé que es cosa agradable a Dios. Juana Bosio que es una de mis
compañeras en este asunto, se consoló mucho al oír tu carta, porque desea y espera
que tú también seas nuestra compañera. El Viernes estuve en la celebración de la
entrada en el Monasterio de la novicia Elena Bonardi.
Te digo con sinceridad que sufrí mucho, y me costó retener las lágrimas, cuando
estando en el Parlatorio donde se encontraban las monjas, ellas me preguntaron cuánto
tiempo me faltaba a mí, y que me apurara, que de mí no dudaban, y mil otras cosas
que realmente me herían el corazón. Me fue difícil contestar a cada una lo mismo sin
llegar a mentir. Todo ese día lo pasé con gran melancolía, y derramé también algunas
lágrimas, pero no me asaltó ni siquiera un ligero pensamiento de abandonar mi querido
Instituto. Preveo que sufriré bastante por parte de las Monjas, por estar ellas del todo
persuadidas de que he de entrar en su Monasterio, yo misma se los he dado como a
entender con palabras ambiguas, pero vendrá el momento en que he de hablarles con
toda claridad. Ya hace tiempo que comencé a alejarme del Monasterio, ante todo para
no ponerme en ocasión de decir mentiras; y también porque me parece ser una
hipócrita, dar a entender una cosa por otra; además, yo amo mucho a todas las Monjas
y por eso soy sensible al hecho de tener que dejarlas; pero me consuelo porque pienso
que las dejo por el Señor, y por esto me unirá, mucho más a ellas en el Paraíso. Y ya
que he comenzado a hablarte de corazón, te manifiesto también que la vida que se
lleva aquí en el Monasterio, me parece un poco cómoda, o mejor dicho, sólo para sí, y
nada para el prójimo. Bueno, es conveniente que lo sienta así, porque el Señor no me
quiere allí. Te he hablado con toda sinceridad para que puedas encomendar mucho al
Señor este asunto, y hagas que lo encomienden también otras personas, especialmente
las Jóvenes de tu congregación, de las que deseo saber alguna noticia.

52
Además te pido que me digas cómo está la Señora Justina, sabes que la aprecio
mucho. Si le escribes al Señor Don Ángel no le digas nada de cuanto te dije, te avisaré
cuándo podrás contarle.
Ya comenzó la novena de la Visitación de María Santísima y yo te envío una
pequeña carpeta, que harás el favor de copiarla y dársela a las Romelli.
Encomiéndame a Dios por favor, tengo mucha necesidad, di según mi intención
por tres días tres Gloria a San Luis. Hace tiempo que le pido un favor pero no lo hizo,
porque no lo merezco, por eso pedidle tú fervorosamente que estoy segura que me lo
cumplirá. Decidle a las Romelli que me hagan ese favor.
Adiós, querida Mariana, amemos el sufrimiento y la cruz, y procuremos vivir y
morir en ella a imitación de nuestro querido Esposo. Recibe mil saludos de parte de
todos los que conoces.
Soy en Nuestro Señor Jesucristo

Su Afectísima y Agradecidísima Hermana


CAPITANIO BARTOLOMEA

36.- Sobre la enfermedad de la Señora Justina Alberoni

53
A JERONIMA TABONI
AMEMOS A JESUS Y A MARIA

Lóvere, 26 de junio de 1826


Queridísima Amiga mía,
Muy sensible a mi corazón llegó la triste noticia de la grave enfermedad de la
heroica Señora Justina Alberoni. Yo no falté, más allá de mi miseria, siempre la
encomendé a Dios e hice rezar a otras personas por ella. Si al Cielo le agradara dejarla
un poco más en el mundo, aunque sea ya un fruto muy maduro para el Paraíso, se lo
agradeceré mucho al Señor, y por su infinita bondad me hace pensar que quiere
escuchar las oraciones de tantos que rezan con ese motivo. Le pido que me tenga
informada de su estado, escríbeme aunque sea una sola línea y eso es suficiente.
Querida amiga, encomiéndame a Dios por favor, la necesidad es muy grande.
Saluda mucho a la Señora Lucía, y si te parece saluda de mi parte a la enferma, y dile
que soy fiel el pacto que hice con ella.
Recibe los saludos de todas aquellas que tú has conocido especialmente aquellos
del Señor Don Angel Bosio.
Adiós, querida amiga, te dejo a los pies de la Cruz contemplando los
sufrimientos de Jesús y a desear sufrir por Él.
Soy en Nuestro Señor Jesucristo

Tu Afectísima y Agradecidísima Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora
La Señora JERONIMA TABONI
BRENO

37.- Consuela a una amiga enferma

54
A MARIA DO

Lóvere, 7 de julio de 1826


Amiga Queridísima,
Recibí las noticias acerca de tu salud y me dolió mucho saber que en estos pocos
días más bien has empeorado y no has mejorado como esperabas. Te imagino llorando y
suspirando continuamente, no quisiera que esto te llene el alma de melancolía y
pesimismo. Querida María, aparta de ti un poco de tanta tristeza, estar así sólo puede
hacerte más daño. Ponte alegre en las manos de nuestro Buen Dios, une tu cruz a la
suya y no temas nada. Espero realmente en la bondad del Señor que, después de un
poco de padecimiento, te querrá consolar. Mientras tanto ten paciencia y date ánimo, y
trata de estar alegre, de estar alegre, de verdad.
Te mando tu libro de la escuela que sin darte cuenta dejaste aquí. Todas las
jovencitas de mi Escuela te saludan atentamente y Adelina te manda también un
amoroso beso.
Mi Mamá y Camila te saludan muchísimo, así como la Cottinelli, y todas aquellas
con las que tienes amistad.
Saluda mucho a todos los de tu casa, especialmente a Bartolomea, y pedidle que
me encomiende a Dios.
Como estoy apurada me conviene terminar, pero te vuelvo a recomendar la
alegría, la cual te beneficiará más que cualquier otro medicamento. Adiós queridísima, te
dejo en el dulce Corazón de Jesús y bajo el manto de María. Soy en Nuestro Señor
Jesucristo

Tu Afectísima Amiga
CAPITANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIA DO
MONTECCHIO

38.- Le exhorta a dejar de lado la melancolía. Pide Comuniones. De las


procesiones para el Jubileo

55
A LA MISMA

Lóvere, 15 de julio de 1826


Queridísima Amiga,
En este momento recibo tu querida carta. Experimento un gran consuelo al saber
que va mejorando tu salud; pero comprendo que tu obstinada melancolía no quiere
dejarte. ¡Vamos! ¿No te animas a darle un puntapié y arrojarla cien leguas lejos de ti?
Creo que si me escribieras «ahora estoy contenta», te diría que estás curada. En fin,
espero que siendo tú tan dócil, me harás caso y me escucharás. En tu próxima carta,
dame noticias más detalladas al respecto.
Hoy sin falta entregaré tu carta al Señor Don Ángel.
Haré la Comunión por ti, como así también las que me pediste la semana pasada:
pero quiero que me las restituyas; soy muy pobre y si dejara perder mi capital así, sin
rescatarlo, por parte de quien probablemente no tiene necesidad, entonces llegaría a ser
misérrima; por lo tanto a ti te exijo tres comuniones y una a tu hermana.
Saluda de mi parte a Bartolomea, y a todos los de tu casa.
Tú, recibe mil saludos de todas aquellas que te conocen. Mi mamá también te
saluda mucho.
Mañana haremos la procesión para ganar el Santo Jubileo, no todo el pueblo, sino
solo las Congregaciones, es decir la nuestra, el Oratorio de San Felipe, y la Compañía del
Santísimo, pero separadas una de la otra. Reza al Señor que todo salga bien y dé frutos.
Te dejo en el dulce Corazón de Jesús y de María. Soy

Tu Afectísima y Agradecidísima Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA

P.D: Deseo mucho verte, trata de sanarte pronto, así puedes venir a visitarme, y
quedarte aquí si estás curada, para tomar fuerzas ya que tal es el pensamiento de tu
hermano y yo lo deseo mucho, me pone muy contenta pensar que estarás aquí.

A la Estimadísima Señora
La Señora MARIA DO
MONTECCHIO
39.- Pide penitencias para el Jubileo

56
A DON ANGEL BOSIO
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 16 de julio de 1826


Muy Reverendo Padre Confesor,
Ayer fui a propósito a llevarle esa carta para saber su opinión acerca de si puedo
ir descalza en las procesiones para ganar el Santo Jubileo; pero al principio me dio
vergüenza preguntárselo, luego llegó ese Sacerdote, de manera que no pude hacerlo,
pero ahora le ruego me diga si aprueba o no que lo haga. No tenga ningún reparo por el
tiempo lluvioso, realmente no me acobarda en lo más mínimo; la vergüenza y el respeto
humano son todavía muy grandes en mí, pero si Usted está conforme, tengo la
confianza de que el Señor me ayude a superarlos. No se moleste en escribirme, es
suficiente que le diga si o no a Juana, y yo entenderé.
Permítame que le vuelva a pedir el método de vida que Usted sabe.
No tenga tantos reparos por mi salud. Ante todo porque me siento bien, y porque
aún sintiéndome mal no debería dejar de dar todo lo que puedo. Por lo tanto le pido
mucho esta gracia y se la pido en nombre de mi querida Madre la Virgen del Carmen,
cuya fiesta es hoy precisamente. Me parece imposible que el Señor no le dé a Usted
alguna inspiración que permita concederme lo que tanto pido, por eso algunas veces le
ruego que le haga sentir un poco de escrúpulo. Concluyendo digo, que es necesario que
comprenda que al Señor no le deben agradar mucho mis obras, porque nunca permite
que lo consiga. Pero no pierdo las esperanzas, al contrario, tengo plena confianza, que
durante esta semana seré consolada. Lo saludo humildemente y soy con todo respeto

Su Devotísima y Humildísima Hija en Cristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

40.- Pide noticias de una enferma y comunión de oraciones, etc.

57
A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 23 de julio de 1826


Estimadísima Señora y Amiga,
Hacía tiempo que deseaba escribirle pero me retuvo el respeto que le debo; con
alegría descubro que su bondad hace que no se olvide de mí, al contrario, con frecuencia
me envía amistosamente sus saludos, esto me animó, apoyándome en su bondad a
escribirle esta carta, esperando que no le desagrade.
Escuché de varias personas el doloroso estado de la virtuosa y bienhechora
Señora Justina, pero hace un tiempo que no sé ninguna noticia, por lo tanto, deseo
pedirle a Usted si no le es molesto, decirme cuál es el estado actual. Me hará un favor
muy grande, ya que esto me tiene muy inquieta. Me encantaría que en el primer
encuentro me lo hiciera saber, y dígale que si no voy en persona a verla y a visitarla,
cada día, la encuentro a los pies del Crucifijo, y aun siendo indigna, se la recomiendo
mucho.
Ya que le escribo quiero pedirle un favor muy grande. Me veo completamente
desprovista de todo mérito y de toda virtud, por lo tanto quisiera, a título de caridad, que
en las obras buenas que realiza, es decir, en sus oraciones, penitencias, mortificaciones,
obras de caridad, obras buenas, etc. me acepte como compañera, es decir, que las haga
también por mí.
Soy muy pobre, sin embargo lo poco o nada que haga lo haré también por Usted y
así estaremos unidas en el amor de Jesús; su fervor suplirá mis frialdades, sus virtudes,
mis pecados, y Jesús, con la caridad que me dispensará, le dará el premio merecido.
Espero que en su bondad me concederá este favor y con ansia estoy a la espera de la
consoladora respuesta.
Deseo que el Santo Amor Divino la encienda y la abrace totalmente, y la convierta
enteramente en su amada víctima. Soy en Nuestro Señor Jesucristo

Su Humildísima Afectísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

41.- Pide oraciones para las Santas Misiones. Su humildad. Pacto de unión
espiritual

58
A MARIANA VERTOVA
ALABADO SEA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Lóvere, 29 de julio de 1826


Hermana y Amiga queridísima,
Respondo a tu carta y me alegro de tu feliz viaje. No puedo escribirte
extensamente, porque tengo prisa, y en los días pasados no encontré ni un momento
para hacerlo.
Tenemos las Santas Misiones, pero somos poco dichosas. Son tres los
Misioneros, y apenas llegaron, dos se enfermaron; así que uno solo hace cuatro
predicaciones por día, además confiesa, y tememos que él también se enferme. Esto
es un justo castigo por nuestros pecados, y temo mucho que yo sea la causa por la
cual el Señor nos trata tan severamente. Por caridad, Mariana, te pido con lágrimas en
los ojos, si me amas, si amas tantas almas que aquí están, intercede con todo el
fervor de las oraciones al Señor, para que calme su justa ira contra nosotros, y
comience a reinar una misericordia consoladora. Pide también a las Romelli que se
interesen por esto y salúdamelas.
Te manifiesto el pacto que deseo hacer, si tú aceptas: es el de unirnos en todo el
poco bien que hagamos, de manera que todas tus Comuniones, penitencias, oraciones,
mortificaciones, caridad, obras buenas, todo, en fin, lo hagas también por mí. Yo haré lo
mismo por ti y así nos uniremos íntimamente en el Corazón de Jesús y tu fervor suplirá
mi frialdad, tus obras buenas, mis pecados. Jesús por ti me mirará a mí también con ojos
de misericordia. Pongámonos a hacerlo con entusiasmo, la una por la otra, y en algo nos
ayudará. Te envío algunos libritos y los otros te los enviaré en otra oportunidad, porque
me olvidé de comprártelos; así también el Crucifijo y el papel. Te envío también una
carta dirigida a la Señora Lucía que hace un tiempo que la tenía escrita. Si sabes que
está en Breno envíasela, sino tenedla hasta que vaya a Breno.
Mientras tanto te saludo de corazón

Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana y Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO
42.- Informa acerca de su enfermedad. Jubileo. Mes del Ángel Custodio

59
A LAS ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA CON EL ANGEL DE LA GUARDA
EN SU COMPAÑÍA

Lóvere, 30 de setiembre de 1826


Mis queridísimas y amadísimas Hermanas,
Hoy me siento un poco mejor; por eso escribo a mis queridísimas Romellinas,
puesto que las deudas que he contraído con Ustedes son infinitas, y mi corazón siente
un gran agradecimiento por las muchas atenciones que me han prodigado y por la gran
atención que tienen conmigo. A los dos días de su visita me volvió la fiebre, casi con la
misma intensidad de la primera noche; pero la fiebre, sí bien es mala, ha sido bastante
suave y me duró varios días. En esta segunda recaída tuve la dicha de ganar el Santo
Jubileo. Es decir, las procesiones ya las había hecho; me confesé y comulgué en la
cama. Ahora estoy mejor, y si no sucede nada, espero restablecerme pronto. Recibí su
carta y el mes consagrado al Ángel de la Guarda.
Querida Julia, eres demasiado indulgente con el cuerpo de tu Bartolomea;
pregúntale al Ángel de la Guarda si le gusta que me trates tan delicadamente, y oirás
su respuesta. Sin embargo les digo que me cuido con todas las de la ley, como, bebo,
duermo, me recreo según mi agrado para restablecerme lo mejor posible. El mes me
gustó mucho, porque así me han enseñado la manera de santificar también las
delicadezas necesarias que debo prodigar a mí cuerpo. Recomiéndenme mucho a Jesús
nuestro querido Esposo; porque ante tantas gracias y tantas misericordias, como las
que me ha prodigado en este tiempo, soy aún más mala que antes. Perdonen mi
pésima letra, porque la mano me tiembla un poco. Saluden de mi parte a su Señora
Madre y a la Señora Angelina y Ustedes créanme lo que digo.
Viganoni las saluda mucho.

Su Afectísima y Agradecidísima Hermana


CAPITANIO BARTOLOMEA

A las Apreciadísimas Señoras


Las Señoras Hermanas LUCIA Y JULIA ROMELLI
CIVIDATE

43.- De su enfermedad
A MARIANA VERTOVA

60
Lóvere, 30 de setiembre de 1826
Queridísima Hermana mía,
Hoy me siento con un poco más de ánimo para escribir; por lo tanto dedicaré
dos líneas escritas en letra arábiga a mi querida Mariana. Estoy muy sostenida po r el
amor que me tienes, y por eso te agradezco mucho, y además porque deseas saber el
carácter de mi enfermedad, te digo que ha sido una fiebre de aquellas que hay aquí en
el pueblo, pero mansa, acompañada de ciertos malestares que me hacían tener miedo;
especialmente la primera noche que pensaba que no llegaba al día, y ya había hecho el
ofrecimiento al Señor. Esta fiebre lenta me duró algunos días, luego cesó, y después de
unos días volvió con la misma intensidad de la primera noche y duró varios días. Ahora
estoy mejor, y si no me vuelve, eso espero, me restableceré pronto, si Dios quiere.
Aunque la enfermedad haya sido suave, me dejó una extrema debilidad, que
después de diez o doce días en cama, al levantarme no podía mantenerme en pie
porque me temblaban las piernas. Estos son los avisos del Señor, pero yo no los
aprovecho. En cama recibí también el Santo Jubileo, pero soy más mala que antes, por
eso me encomiendo a tus oraciones. Yo, en la cama, aun siendo tan pobre tuve siempre
presente el pacto que hicimos, recuérdate que mi necesidad es extrema. Te mando dos
libros que había comprado antes de enfermarme; los otros te los enviaré cuanto antes,
si el Señor me regala la vida. Adiós, querida hermana, hazte Santa que lo deseo de
corazón. Soy en Nuestro Señor Jesucristo

Tu Afectísima Hermana
CAPITANIO B.

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

44.- De su enfermedad. Pedido de unión de oraciones

61
A JERONIMA TABONI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 30 de setiembre de 1826


Amiga Queridísima,
Recibí tu carta; y la leí en la cama porque estoy todavía convaleciente. No me he
sentido bien, tuve la fiebre que hay en el pueblo; ha sido larga, pero buena, aunque ha
sido acompañada de algunos otros malestares que me hacían temer. Especialmente la
primera noche no creía que llegaba al día e hice por eso el ofrecimiento de mi vida al
Señor; pero aún estoy viva, si no me sucede otra cosa, ahora estoy mejor, excepto la
debilidad que aún se hace sentir.
Te agradezco mucho la caridad que has tenido para conmigo y como así también
las atenciones que me demostraste; quedo agradecidísima. Continúa encomendándome
al Señor ya que mi necesidad es extrema; lo mismo haré yo por ti, aún más, te ruego
aceptar el pacto de obrar mutuamente como hermanas, es decir, en todo lo que tú
haces, oraciones, mortificaciones, caridad, obras buenas, comuniones, todo, pon la
intención de hacerlo también por mí, que lo mismo haré yo por ti, en lo poco o nada que
hiciere. Acepta te ruego este pacto, así harás caridad con esta pobre alma. No me
prolongo más porque mi mano no está muy firme, como te darás cuenta por la pésima
letra de esta carta que es la primera que escribo después de mi enfermedad. Salúdala a
tu Hermana de mi parte, y dile que me encomiende a Dios. Te dejo en el dulce Corazón
de Jesús bajo el manto de María para que lleguemos a ser locas de amor, que es lo que
deseo. Escribidme que tus cartas me son queridísimas, y más que queridísimas. Soy en
nuestro Señor Jesucristo.

Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana y Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora
La Señora JERONIMA TABONI
BRENO

45.- Agradece al médico y ofrece un almohadón

62
A CATALINA BAZZINI

Lóvere, 18 de octubre de 1826


Apreciadísima Señora,
No dejaré jamás de alabar al Señor Dios por habernos dado por Médico a una
persona tan sabia, tan caritativa y tan atenta, como es su dignísimo Señor Esposo. En
efecto, yo misma experimenté los efectos en todas mis enfermedades, pero
especialmente en la última, en la cual fui asistida por él con tanta caridad y atención, que
no hubiese podido hacer más si hubiese sido mi padre. Por lo tanto no sé cómo hacerlo
sentir bien, ni cómo agradecerle. Apoyada en su bondad, me atrevo a pedirle,
Estimadísima Señora de darle las gracias en mi nombre.
Siendo Usted la persona a él más querida, por lo tanto le serán más gratos y
aceptables.
Agradézcale enormemente y dígale que no me olvidaré jamás de las buenas
atenciones que de él recibí, y que si no puedo recompensar de otra manera, al menos no
me olvidaré nunca de pedir al Señor por él y por toda su familia, que lo bendiga siempre,
le conceda prosperidad y le regale una larga vida.
Me abusé de Su bondad y le ofrezco un Almohadón esperando que le agrade.
Perdone mi confianza que sé bien que va más allá de lo habitual; pero sé que su bondad
es muy grande.
Muchos afectos para su estimadísima familia, y especialmente a su Esposo.
Con gran estima y con el más profundo respeto tengo el honor de decirme

Su Devotísima Agradecidísima y Humildísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

46.- Agradece. Compañía del Amor de Jesús. Pide un trato de mayor confianza

63
A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 21 de octubre de 1826


¡Amadísima Señora y Amiga!
Tal vez es tiempo de que corresponda a su apreciada y agradable carta. Se nota
que Usted sabe el motivo por el cual no le escribí antes, por lo tanto espero que me
perdone si no cumplí con mi deber. Le agradezco enormemente los saludos que me envió
por medio del Reverendísimo Señor Don Esteban, y de la atención que tuvo al
recordarme. Esto es obra de su buen corazón sin ningún mérito de parte mía, por lo
tanto estoy agradecidísima. Le agradezco la caridad que tuvo para conmigo en aceptar el
pacto propuesto en mi primera carta, continúe por favor rezando por mí que la necesidad
es extrema. Aunque soy débil, cumplo fielmente el pacto que hice con Usted.
De las queridas Romelli recibí la carta de la Compañía del Amor de Jesús, y espero
pronto establecerla aquí. Las Compañeras elegidas para eso son de buenas costumbres y
deseosas de participar, por eso espero que el Señor las bendecirá. Ruego a Usted que me
indique si es necesario inscribirse en algún lado, si soy admitida a las Indulgencias, y si
hay algo más que hacer.
Le ruego de todo corazón, me trate con toda confianza, especialmente no me
llame Señora, porque me mortifica. Si me ama y desea mi amistad, no debe hacerlo y lo
comprobaré en la primera carta que me escriba.
Salúdeme afectuosamente a la Señora Justina, y envíeme alguna noticia de ella.
El Calvario y el Santo Tabernáculo sean sus dulces moradas y con Usted lléveme
también a mí, a fin de que de una vez por todas pueda aprender a amar y servir a mi
querido Jesús. Soy

Su Afectísima y Agradecidísima Amiga y Hermana


CAPITANIO BARTOLOMEA

47.- Envía un libro. Exhorta al fruto espiritual

64
A GIACOMINA BANZOLINI
ALABADO SEA DIOS

Lóvere, 22 de noviembre de 1826


Queridísima Amiga,
Finalmente te envío el Libro de las Heroínas Cristianas que tú deseas. Perdóname
la tardanza, siendo esta proveniente de mi falta de memoria; porque dejaba siempre
pasar el día Miércoles sin escribir la carta, y al día después me sentía mal. Suficiente,
perdóname, como la buena amiga que siempre fuiste.
Deseo mucho recibir buenas noticias de parte tuya y saber cómo estás
espiritualmente. Me parece verte muy adelantada en la piedad y muy amante del querido
Jesús que tanto nos amó hasta entregarse por nosotras. Por lo tanto, ánimo, querida
Giacomina, el hermoso Paraíso nos espera, coraje en las luchas, que Dios te premiará y
te coronará a su lado. En tus Oraciones recuérdame.
Adiós, queridísima amiga, acuérdate también de mí

Soy tu Afectísima Amiga


BARTOLOMEA CAPITANIO

A la Estimadísima Señora
La Señora GIACOMINA BANZOLINI
SARNICO

48.- Invita a honrar al Niño Jesús. Anuncia admirables conversiones en Lóvere.


Propone santas prácticas hasta la Epifanía

65
A LAS ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 27 de diciembre de 1826


Hermanas Queridísimas,
Tus cartas me fueron muy apreciadas, solo me duele no haber recibido la primera
carta que me escribió Lucía. De verdad, comenzaba un poco a reflexionar sobre su
silencio y más de diez veces habré hecho el propósito de escribirles, sin poderlo
concretar; luego al recibir sus cartas y más aún al leerlas, supe que siguen siendo mis
queridísimas amigas, y que mis sospechas eran mentiras. Alabado sea nuestro buen
Dios.
¡Cuánto me consoló, Hermanas mías queridas, verlas tan llenas del Santo Amor
Divino! ¡Ah! felices Ustedes, agradan al Cielo acrecentándolo siempre más. Me imagino
verlas corriendo ¡dónde el amor las lleva! ¿Dónde irán?
¡Ah! bendito Pesebre que das refugio al Niño Celestial, ¡vamos! ¡Recibe a estas
dos santas amantes que deseosas de abrazarlo te piden con solicitud y atención el
ingreso! He aquí, queridas amigas, la cueva abierta; he aquí a María que las acoge, he
aquí a Jesús que con ojos piadosos y amorosos las observa; he aquí tantas almas
amantes de Jesús que con alegría las invitan a entrar y a amar a Jesús. Tienen toda la
razón de correr, y no se cansen jamás, que serán doblemente bendecidas por Jesús;
pero junto a Ustedes hagan que su hermana Bartolomea las siga.
Ahora me conviene cambiar de tema, porque cuando empecé esta carta, aún no
había comenzado la santa Novena de Navidad, y ahora que la termino, ya han pasado las
fiestas. La escasez de tiempo disponible, y al mismo tiempo las muchas cosas que debo
escribir por diversos motivos me impidieron terminarla antes, pero Ustedes no deben
tomarlo a mal, ya que nunca me faltó voluntad para hacerlo: perdónenme y ténganme
paciencia: aún más, les ruego, que si esto ocurriera nuevamente, no lo atribuyan a un
descuido de parte mía, sino más bien a la falta de tiempo, como les dije, y Ustedes,
como verdaderas Hermanas, sigan escribiéndome y háganlo con frecuencia. De mi parte,
espero tarde o temprano no dejar de contestarles.
Pero volvamos a nuestro querido Niñito, pues aunque hayan pasado las fiestas,
me sigue siendo muy amado, aún más que antes, porque espero que su misericordia
haya nacido también en mi corazón. Queridas amigas, si hubiesen visto aquí en Lóvere
entre mis queridos compatriotas, qué grandes triunfos logró su amor, ¡cómo se
consolarían, y cómo se desharían en lágrimas de consuelo y de agradecimiento hacia el
amable benefactor! Ver tantas almas que antes eran esclavas del pecado, ahora amantes
de Jesús. Ver desiertos aquellos lugares que en el pasado eran aquí tan frecuentados,
como las Hosterías y los Cafés. Oír en las casas y en las calles, hablar de Jesús, de su

66
misericordia y de cosas santas, donde no se oían tiempo atrás sino horribles blasfemias.
Ver tantas personas que hacia 5, 10, 15 y 20 años que no se confesaban, hacer
Confesiones larguísimas y llenas de arrepentimiento. En fin, ver tanta gente que en el
pasado casi nunca concurría a la Iglesia, y ahora se quedan tres, cuatro y hasta cinco
horas corridas. ¡Ah! queridas hermanas, les digo sinceramente que todas estas
misericordias de nuestro buen Dios colman de tal manera mi corazón, que no puedo
contener las lágrimas, y desearía poder agradecer tanta bondad, pero ¿cómo puedo
hacer? ¡Ah! querido Jesús, tú que has triunfado, tú que con tanta bondad, nos has
enamorado de ti, y atraído en tu seguimiento, ¡vamos! haz que nuestra respuesta a
tantas gracias satisfaga al deber de agradecerte.
Y Ustedes, queridas amigas, en cuyo corazón arde la hermosa llama de la caridad
hacia el prójimo, comprométanse con las oraciones y con las penitencias a obtenernos la
santa perseverancia, y más aún recen por aquellos pocos, en el caso de que los haya,
que empecinados en sus males, todavía no han abierto el corazón a la voz del Señor.
Digan a nuestro amabilísimo Esposo «Que por un solo pecador, para que se
convierta y salve, están dispuestas, a dar la sangre, la vida, las posesiones, la salud, y

hasta el Paraíso».
¡Ah! si tuviéramos la suerte de salvar un alma y hacerla feliz por toda una
eternidad, qué alegría, qué gozo ¿verdad? Por lo tanto esforcémonos en hacer lo posible
para ayudar a nuestro prójimo, y nosotras dejémonos cuidar por nuestro amado Esposo,
y estemos seguras del Paraíso.
Me parece que no les disgustará que les proponga algo para hacer juntas hasta la
Epifanía, en honor del Santo Niño, y que por culpa mía, nada hicimos juntas en su
Novena. Les cuento mi idea. Haremos las cuatro, cuatro distintos oficios, según lo que
nos salga en suerte. Comenzaré: a Lucía le tocó hacer el Pastor, por lo tanto cada día
formará un hermoso canasto de virtudes, y a la noche lo llevará como don al Santo Niño,
ofreciéndolo por ella y por nosotras, y pidiéndole para todas su bendición, y junto a eso
en nombre de todas le dará también un beso. A Mariana le tocó el oficio de Ángel, por lo
tanto tres veces al día irá espiritualmente al Santo Pesebre, y pedirá a Jesús que nos
conceda a las cuatro su amor, junto a todas las otras gracias necesarias para hacernos
Santas; practicará de manera particular la santa pureza que es aquella virtud que nos
hace semejantes a los Ángeles, y tendrá su corazón y su espíritu siempre en el Paraíso y
en el Santo Pesebre cerca de Jesús, pidiendo mucho por la salvación de los pobres
pecadores.
A Julia le tocó hacer el oficio de San José, por lo tanto procurará estar con el
espíritu y con el corazón unida a su querida María que en estos pocos días llega a ser su
Esposa por el oficio que hace. Se ejercitará en muchos actos de caridad espiritual y
corporal, entendiéndose con estos alimentar a Jesús y a María. Todos los días pedirá al

67
Niño Celestial alguna gracia indicada por aquellas personas que sabe que tienen
necesidad, y pedirá una cada día también por nosotras cuatro a María Santísima. A mí
me tocó hacer el oficio de María su Mamá; me avergüenzo de decirlo, pero justo en
suerte me tocó a mí. Aunque soy indigna de esta gracia, trataré de corresponder de la
mejor manera posible a estas mociones de mi amabilísimo Esposo, que busca todos los
medios para despertarme de mi debilidad. Ya que soy yo la dueña de Jesús y su Mamá,
en estos días trataré de no hacerlo llorar con mis defectos. Estudiaré también cómo
agradar a aquellos que se acercan a Jesús, con sufrir un poco de frio cada día, lo
calentaré, con el privarme de algún alimento y darlo a los pobres le daré de comer. Tres
veces al día lo adorare profundamente, y varias veces lo recibiré en mis brazos, lo
acariciaré, lo besaré, le pediré por las cuatro, y por todos mis pobres pecadores, y
trataré de hacerlo dormir en mi corazón y en el de Ustedes, y de estar con el corazón y
con el espíritu junto con mi querido Niño. Al sonar las tres Ave María, nos uniremos las
cuatro en el Pesebre de Belén, donde dejaremos nuestras ofrendas, y pediremos a Jesús
y a María que le sean agradables. He aquí mi idea; hagámoslo, que espero esto sea
agradable a Jesús.
Deseo pedirle a las dos si pueden hacerme un gran favor, que es el de escribirme
los dos libritos que ahora les envío. Que Lucía me complazca con aquel que comencé,
escribiendo después de terminar el agradecimiento de la Santa Comunión, aquello que le
agrada, y Julia, que escriba todo el otro, copiando del primero. Son de dos jóvenes
convertidas a Dios hace poco tiempo; por lo tanto me apremia su amistad, y no teniendo
como adherir a su deseo, me apoyo en Ustedes, y les pido este favor. Termino, porque
no tengo más lugar y las dejo en el Paraíso cerca de Jesús. Esta vez suplí las otras
extendiéndome con ésta un poco más.

V.S.B.C.

AÑO 1827

49.- Correspondencia amigable

68
A MARIANA VERTOVA

Lóvere, 12 de enero de 1827


Afectísima Hermana mía,
Estoy algo cansada, y no me siento del todo bien esta noche, sin embargo para
escribir a mi querida Mariana, todo se me hace posible; quiero escribirte sólo algunas
líneas.
Sumamente grata me fue tu carta, como así también el hermosísimo mes que me
enviaste. Se ve que el amor divino te hace creativa en encontrar los medios para amarlo
y reverenciarlo. Haré de todo para seguirlo bien. No veo necesario, hacer cosas
particulares junto a las del Carnaval, porque ahora está todo tranquilo; hacia el final si el
Señor se complace inspirarme alguna cosa te la escribiré, haz tú lo mismo conmigo.
El Sr. Don Angel Bosio te saluda, y me dio también la disciplina para mandarte, y
yo la uno a esta, en un forro del libro que no uso.
También Camila te saluda, y te escribirá la próxima semana. Mis Padres te
recambian tus saludos, y te piden de retribuirlos también a tus Señores Padres, los
cuales saludadlos también de mi parte, y le agradecerás las delicadezas para con mis
Padres y Camila. No te olvides de hacer tú por mí con ellos este deber de
agradecimiento. Mañana Sábado cumplo veinte años, de manera que te ruego
agradezcas al Señor por mí las numerosas gracias que me ha concedido en estos años, y
pídele que me haga morir pronto antes que cometa un solo pecado, aunque fuera
simplemente venial. Te abrazo afectuosamente, y te dejo en el dulce Corazón de Jesús y
yo con el espíritu me quedo contigo en el Corazón de Jesús, mientras que con el cuerpo
me voy a la cama, porque tengo muchas ganas de dormir y me voy inmediatamente.
Adiós.

Tu Querida y Amada Hermana


CAPITANIO B.
A la Honorabilísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

50.- Envía un sorteo. Agradece por la carta y por el libro copiado

A LAS ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA

69
Enero de 1827
Amadísimas Hermanas,
He aquí las prácticas para este tiempo. Hacedme el favor y comunicadle a las
queridas Vertova, Rizieri y a las hermanas Mora, si están todavía y saludádmelas a todas
cordialmente. Gozo que comenzaste las Santas Misiones, y deseo que las aprovechen. En
este instante, me entregan la carta de Julia y el librito escrito, del cual les agradezco
enormemente. Recibí la carta con los Corporales, pero ahora no se lo puedo dar, porque
no estoy en condición. Cuando pueda se los enviaré. Adiós queridísimas. Soy

Su pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

SORTEO6 ENERO FEBRERO


R.7 Taboni, Vertova, Romelli G.
Capitanio C., Taboni 8.23 7. 22
8
S.r Brigida, Bosio L. Dò B.
Mora C., Rosa F. 12.17 11. 26
Bosio M., Rizieri M., Franzoni,
Mora M., Rosa D. 14.29 13. 28
9
M. Abb. , M. Parpani, M. Benedetta,
Gerosa, Romelli L. 20 21. 5
Marzo 3

51.- Amor a la Cruz


A LAS MISMAS
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 3 de marzo de 1827


Queridísimas Hermanas mías. Pax Christi

6
Prospecto en el cual la Capitanio indica los días sacados por ella en suerte para practicar algunas
ejercicios devotos entre los socios de la Pía Unión de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
La asociación estaba formada por 12 Sacerdotes y 72 Vírgenes, en parte religiosas de Santa Clara,
y en parte seculares
7
Reverendo
8
Hermana lega
9
Madre abadesa, Madre ecc.

70
Recibí la carta de Ustedes y me fue gratísima. Agradezcamos a Dios que también
mi Hermana está contenta: deseo que la alegría perdure, puesto que no hay mayor
felicidad en el mundo que la paz del corazón y los consuelos espirituales. Pero no puedo
esconderles la envidia que siento por el estado que se encuentran Ustedes colmadas de
cruces, este es el estado que más nos asemeja a nuestro dulcísimo Esposo Jesús
Crucificado, y por eso es ésta la mayor gracia de un alma amante de Jesús.
Efectivamente, ¿hay algún Santo, que no haya tenido cruces y cruces muy grandes? ¡Oh!
¡padecer! iqué precioso eres y cuán amado por las almas colmadas de Santo amor! ¡Oh!
Cruz, ¡qué deseable me eres, porque por tu intermedio unes el alma al querido Bien!
Queridas Hermanas, amemos mucho el sufrir y rueguen mucho por mí a fin de
que sepa aprovechar las pequeñísimas cruces que el Señor se complace en enviarme.
Les mando los libritos que me pidieron, y les advierto que en nuestra casa está su
paraguas.
Camila, las Bosio, mis Alumnas, y todas sus conocidas, y también mis Padres, les
envían sus afectuosos saludos. Ustedes saluden de mi parte a la Señora Angelina.
Deseando que el Señor las colme de sus favores y de sus celestes consolaciones,
me declaro
Su pobrísima e indigna hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

52.- Comisiones. Invitación al Calvario

A UNA AMIGA
VIVA JESUS CRUCIFICADO Y MARIA DOLOROSA

Lóvere, 13 de marzo de 1827


Querida Hermana en Jesucristo

71
Estoy muy agradecida de tu queridísima carta, y tanto más porque la deseaba
muchísimo. Como lo deseas te envío 3 Libritos, el importe de los mismos es de 10 Liras
cada uno, es decir 1:10 Liras. Deseo que te puedan ser útiles, y con toda confianza
decímelo.
Dale cien mil saludos a tu Hermana, y a la Señora Lucia, a la cual le dirás que
estoy en deuda con un encuentro y lo haré en cuanto pueda.
Desearía que me hagas un favor, recordar a la Señora Lucía la promesa que me
hizo de darme algo en memoria de la bienhechora Señora Justina; pero decídselo de tu
parte, sin decirle que yo te lo dije.
Querida amiga y hermana, el Calvario sea el lugar de nuestra morada,
quedémonos allí para compadecer los dolores intensos de Jesús y de María, aquí
aprenderemos a sufrir por Jesús, aquí nos haremos Santas: Por caridad, encomiéndame
a Dios, la necesidad es particular y extrema, por lo tanto si tienes caridad en tu corazón,
tienes que ejercitarla con la oración por una que más que todas tiene necesidad.
El Señor Don Angel Bosio, mi Hermana y nuestras discípulas te saludan mucho.
Deseándote una buena cantidad de cruces, junto a una gran paciencia, soy en nombre de
Dios.

La pobre e indigna Sierva de Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

53.- Invitación al Calvario

A LUCÍA CISMONDI
ALABADO SEA JESÚS Y MARÍA

Lóvere, 22 de marzo de 1827


Amiga mía Queridísima,
Muy querida resultó la visita de la Señora Giacomelli. Vi en ella un cierto no sé
qué de virtuoso y santo que me enamoró; aunque si yo no la conocía, pero solo al
tratarla conocí que es un alma de Paraíso. Pudiera al menos también yo de esos virtuosos
ejemplos quemar mi dureza y maldad, sobre el ejemplo de otros entregarme de una
buena vez al Señor con verdadero corazón, y dejar de ser la hipócrita como siempre fui

72
en el pasado. Basta: pide a Dios también por mí, que me harás una gran caridad, y El la
hará. Muchas de mis amigas hacen conmigo un viaje con Jesucristo al Calvario. Varias
prácticas para este viaje se establecieron y todas están adaptadas y conformes con
nuestro proyecto.
Pero para hacer este viaje es necesario ser 14, me viene en mente pedir a
Jerónima Taboni que nos acompañe, y se una en espíritu a hacer este Santo Viaje. A
decir la verdad he dejado de lado este pensamiento varias veces, porque me parecía muy
audaz a pedirle, casi sugerir las prácticas, siendo Usted aquella que las debe sugerir a
nosotras; pero el deseo de participar de tu bien me hace dar un paso, esperando en tu
bondad que la atribuyo a un efecto de la amistad. Este viaje lo comenzaremos el
Domingo de Pasión y lo seguiremos hasta el Viernes Santo.
Espero ahora incluirle la hoja de las prácticas, pero si no tuviera tiempo de
copiarla nuevamente, se la enviaré por medio de las Romelli y de la Vertova, porque la
Señora Giacomelli dentro de poco volverá a buscar la carta, y tal vez no tendré tiempo
de copiarla. Si está contenta hágame el favor de decirlo a la Taboni que espero le
agradará.
Ahora le digo las otras Compañeras que creo que Usted conocerá a todas o a casi
todas. Estas son: la hna Francisca Parpani, la hna Paula, Juana Bosio, Lucia Bosio,
Francisca Bosio, Lucía y Julia Romelli, Mariana Vertova, Catalina Bortolotti, María Conti,
Marta Mora, Ustedes dos y yo. El motivo por el cual es necesario ser 14 es porque nos
imaginamos hacer las veces de los 12 apóstoles, de María Santísima y de Santa María
Magdalena y en suerte10 sacamos uno para cada una, para asemejarse y en él poner toda
la confianza. A Usted le tocó San Matías, y a la Taboni, San Lucas, como ven en las
tarjetas que le incluyo aquí.
Mucho deseo verla, y entretenerme con Usted a solas, por lo cual le pido que me
complazca.
Salúdeme a la Taboni, y pídele el sufragio de sus oraciones para mi pobre alma.
Desearía tener tiempo para entretenerme con Usted por lo menos por escrito, ya
que no puedo personalmente, pero me conviene terminar para tener tiempo de escribir la
hoja que le mencioné.
El Señor Don Angel Bosio me dejó saludos para Usted.
Acuérdese por caridad de nuestro pacto, y sin más nos vemos en el Calvario.
¡Dale! Con sus Oraciones obténgame un poco de amor de Dios. Soy en nombre de Dios

Su Afectísima y Agradecidísima Hermana


CAPITANIO BARTOLOMEA

10
Es decir uno de estos personajes

73
P.D. Terminé la hoja y se la incluyo. Le pido no hacerla ver a ninguno, solo a la Taboni a
la que le pido comunicarle todo, porque no tengo tiempo de escribirle. Le pido que me
escriba, que sus cartas me consuelan mucho. Le agradezco.

A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

54.- Condolencias por la enfermedad del hermano. Invitación a honrar a María


en el mes de Mayo

A LA MISMA
VIVA JESÚS Y MARÍA

Lóvere, 24 de abril de 1827


Muy queridísima Hermana y Amiga,
Lamenté muchísimo el motivo por el cual no pudo llegarse hasta aquí. Sentí
mucho la enfermedad de su Señor Hermano, pero gozo al darme cuenta de que Dios la
ama, es decir le hace gustar el Cáliz del sufrimiento, el cual aunque amarguísimo en sí
mismo, sin embargo resulta más dulce que cualquier otra consolación a las almas
amantes de Jesús, porque con él se asemejan a su bien. Sea bendito Dios que la hace
partícipe de tan rico tesoro.

74
El Reverendo Señor Don Esteban Dò me recomendó mucho que le diga que no
envía su carta a la Señora Fenaroli: mucho le agrada la humildad, pero que en este caso
desea que usen la caridad; pero espera sin falta una carta análoga a su deseo, de enviar
a esta Señora.
Para el mes de Mayo nosotros hemos fijado alguna práctica, Ustedes se enteran
ahora y espero que estén contentas, le ruego yo y todas mis compañeras de asociarse
con nosotras. Di también a la Taboni que a ella la deseamos para ser nuestra compañera.
Le envío la hoja, las tarjetas, etc, de aquello que hemos preparado para honrar a nuestra
dulcísima Mamá María. Si desean tener las prácticas que se hacen en común en la
Congregación, háganmelo saber, que pronto se las envío.
Creo que puede darse cuenta de que le hablo verdaderamente de corazón y de
que la quiero como Hermana y Amiga. Quisiera que lo mismo hiciera Usted conmigo, y si
ve que algunas de las muchas cosas espirituales que Usted hace, pueden servirme
también a mí, si le parece que estoy en grado de hacerla, le ruego, a título de caridad,
me las sugiera. Lejos, la humildad donde entre la caridad; lejos el respeto humano, aleje
todo eso, piense que puede ayudar a un alma que así cooperará a la gloria de Dios, y eso
es suficiente. Esperará por lo tanto el triunfo de la caridad para con mi pobre alma. Que
Dios continúe a hacerla toda suya con sus gracias, que lo deseo de corazón. Muy
agradecida a la Dignísima Señora Pierina Giacomelli, y doblemente gracias a la querida
Mamolina.
Soy en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo.

P.D. Di a la queridísima Señora Giacomelli que recibí su carta, que me agradó


mucho y que pronto le escribiré.
Si a Usted le parece desearía sumamente que ella también entrara en nuestra
unión a honrar a María en este mes de Mayo; pero siempre y cuando a Usted le parezca
una cosa bien hecha, y que ella esté contenta; dígale Usted qué virtud y que coro más le
agrada, y que solo como compañera para servir a María desearía que estuviese conmigo;
así suplirá mis desméritos. Me agradará sumamente de oír sobre eso alguna noticia.
Adiós.
Su Afectísima. y Agradecidísima Hermana y Amiga
CAPITANIO BARTOLOMEA
A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

75
55.- Invitación a honrar a Jesús y a María

A LAS ROMELLI
SEA ALABADO JESÚS Y MARÍA

Lóvere, 26 de abril de 1827


Hermanas mías Queridísimas,
Les incluyo la hoja del mes de Mayo. Háganme el favor de transcribirla, y luego
envíenla, junto a la carta que les incluyo, a Martina Mora; hagan copia de la hoja de
sorteo y mándenle también esta. Sea su compromiso de hacer que le llegue a tiempo.
Mis queridas, amemos a Jesús y a María, mucho lo merecen, y nosotras seremos
desleales, si no le amáramos. Y María, ¡oh! la querida Mamá, cuánto placer prueba en el
tener a sus hijas amantes y fieles. Coraje queridísimas, se acerca el tiempo de hacerle
conocer nuestra fidelidad. Recen también por mí.

76
Muchas gracias denle a sus Mayores, y muchos saludos a nuestras Compañeras de
la Escuela.
Amen a María también por mí, y recen para que yo sea digna de amarla.
El amor santo de Jesús y de María nos abrace a todas, y nos haga dignas del
Santo Paraíso.
Adiós, mis queridísimas, nos vemos el Lunes a la tarde a los pies de María
Santísima.
No tuve ninguna respuesta de la carta que escribieron al Señor Don Angel, y
mañana se va. Adiós de nuevo. Soy

La más fiel entre sus amigas y hermanas


BARTOLOMEA indigna sierva de Jesús.

P.D. Hoy me entregaron la carta del Señor Don Angel que encontrarán aquí junto a esta.

A las Apreciadísimas
Las Señoras Hermanas ROMELLI
ISEO

56.- Invitación a honrar a María Santísima en su mes

A LAS HERMANAS BOSIO


SEA ALABADA Y AMADA MARÍA SANTISIMA

Lóvere, 27 de abril de 1827


Amigas queridísimas,
y Hermanas en Cristo apreciadísimas,
Esperé con mucho agrado sus noticias, y tanto más me fueron gratas cuando las
vi buenísimas. Su partida me resultó muy dura, y cuánto me alegro con que gocen de un
poco de libertad y descanso, pero no puedo decirles que no vuelvan pronto a nuestra
querida patria, porque deseo verlas, y gozar de su dulce y amable compañía.
Les incluyo las prácticas para el mes de Mayo, con la hoja del sorteo, tarjetas, etc.
Nuestras Compañeras están fervorosas y comprometidas para honrar, servir y amar a la
dulcísima Mamá María Santísima. Estoy segura que en el número de esas fervorosas

77
están Ustedes, y yo no puedo que envidiar su suerte, y animarme también yo a hacerlo
de corazón, que María lo merece, y Ella les dará la recompensa. Recen también por mí,
para que no me pierda en el camino.
Los de casa están todos sanos, y creo que hoy su Señor Tío partió para las
Misiones.
La Madre Parpani me pidió que les escribiera, las saluda muchísimo y les
recomienda el mes de María. Por caridad recen tres Ave por ella que escribió la hoja que
adjunto, y una también para Bartolomea que se la envía.
Todas sus amigas y mi hermana les envían muchos saludos. Les recomiendo
darme alguna noticia de Ustedes, y espero sin falta su carta.
Nos vemos el Lunes a la tarde a los pies de María Santísima. Mientras tanto deseo
que el amor santo de Dios las abrace y las consuma todas. Adiós. Soy en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo
Su Afectísima y Agradecidísima Amiga
CAPITANIO BARTOLOMEA.

A las Apreciadísimas Señoras


Las Señoras Hermanas LUCIA y FRANCISCA BOSIO
VILMINORE

57.- Sobre el mismo argumento

A Mariana Vertova
VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere, 28 de abril de 1827
Hermana mía querida,
Tienes razón de quejarte de mi silencio; pero créeme, no es un silencio culpable.
He estado un poco enferma, y desde entonces me hace mal hacer algo. Te escriba o no,
tu memoria está siempre impresa en el corazón y en la mente.
Me había olvidado de hacerte hacer el librito que me habías pedido; por ahora no
está listo, discúlpame, pero en la primera ocasión te lo enviaré. Hemos fijado algunas
prácticas para el mes de Mayo, tú también tomarás parte si es que te agrada. Te envío
las hojas, y te pido de hacer copia y luego enviarla a Lucía Cismondi junto a la carta que
te adjunto. En la hoja del sorteo verás que el número 3 está equivocado, tú cópiala bien
y luego envía tu copia a la nombrada.

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Ese sea tu compromiso, si te agrada el honor de María, de hacérsela llegar con
tiempo.
Ama a la Virgen también por mí, oh queridísima, y pídele que me haga digna de
amarla. Haz mucho, mucho por María en este mes, y serás recompensada.
El apuro que tengo no me permite prolongarme, por eso deseándote la santidad y
la virtud, me declaro en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

P.D. Camila le hará el favor buscándola

Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana


CAPITANIO indigna sierva de Jesús

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

58.- Sobre el mismo argumento

A LAS HERMANAS BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 29 de abril de 1827


Amigas Amadísimas, Hermanas Queridísimas en Cristo Jesús,
Me parece oírlas hablar de mí, porque cercanas al mes de Mayo, no han recibido
mis escritos. Tienen razón de lamentarse, pero la culpa no es mía; es de su Señora Tía
Mariana, la cual hace un óptimo servicio con la carta. Yo les había escrito hacia la mitad
de la semana pasada, y le había entregado a ella para que se las envíe lo más pronto
posible, pero ella equivocándose en vez de enviársela a Ustedes se la envió al Señor Tío
Don Angel Bosio; así que ahora me conviene enviar la segunda y colocarles de nuevo la
hoja para el mes de Mayo. En el caso de que su Señor Tío se la envíe reenvíenme la hoja
de las prácticas y del sorteo, porque una de nosotras aquí no la tiene. Nuestras

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Compañeras están todas fervorosas, y me da envidia: lo mismo estoy segura que será
así en Ustedes.
¡Oh! ¡Afortunadas aquellas que aman a María, tienen asegurado el Paraíso!. Y bien
lo merece la querida Mamá, mientras tantas gracias comparte a todos, pero más a quien
la ama con un corazón verdadero. Por caridad rueguen por mí, para que no quede en el
camino, rueguen a María para que sea digna de amarla tanto. Todos los de casa están
sanos y las saludan: lo mismo todas sus amigas, y mi Hermana.
La M. Parpani premurosamente me encargó de escribirles, y de enviarles sus
saludos.
Deseo verlas, o al menos recibir sin falta su carta, que me cuente cómo se
encuentran. Deseo que el amor santo de Jesús y de María, las abrace todas, y yo con el
mismo gusto tengo el honor de decirme

La más afectuosa entre sus amigas


CAPITANIO BARTOLOMEA

A las Apreciadísimas Señoras


Las Señoras Hermanas LUCIA y FRANCISCA BOSIO
VILMINORE

59.- Atenciones por su salud. El Instituto que se formará. Conformidad al querer


de Dios. Pacto de unión espiritual hasta el Purgatorio

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 29 de abril de 1827


Muy Reverendo Señor Padre Confesor,
Por la equivocación que hizo su Hermana en el enviar la carta dirigida a su
Sobrina, me conviene escribirle ésta, pidiéndole de no enviar aquella carta, porque yo
escribí otra, y ya se la mandé porque me apremiaba que la tuvieran antes de comenzar
el mes de Mayo, porque como verá en esa está la hoja con las prácticas para dicho mes.
Si está bien a su regreso, me devolverá dicha hoja, ya que yo no tengo por haber
enviado la mía a su Sobrina.
Aquí encontrará la carta que Juana creyó enviarle en lugar de la mía. Sus
parientes gozan todos de excelente salud; le envían saludos, le ruegan mucho no

80
cansarse demasiado, porque temen por su salud, y están preocupados porque vieron a
Su Reverencia irse un poco enfermo. No le digo nada respecto a su salud porque estoy
segura que no me escuchará: pero lo que no digo a Usted, se lo digo por Usted al Señor,
y por ese motivo le pido de corazón. El Hospital marcha muy bien: de los dos que
estaban por entrar, uno entró y el otro lo hará pronto. Respecto a Simón Sacella aún no
se restableció; y al querer arreglar algunas cosas, parece que estuvo por surgir un
embrollo, de manera que mi Reverenda Madre Superiora 11, Catalina Gerosa, decidió
esperar a Su reverencia y mientras tanto hacer lo que se pueda.
Quiera el Señor bendecir al fin, también el Instituto que piensan formar aquí. Lo
deseo vivamente y de corazón, pero temo hasta de anhelarlo demasiado, por esto en
lugar de pedir al Señor que se apresure, me conviene decirle que haga su Santísima
voluntad, y que estoy dispuesta a esperar aún cien años, si El así lo quisiera. Por otra
parte temo que este gran deseo, si bien no me intranquiliza, no proceda de un verdadero
anhelo de bien mayor; sino más bien de amor propio, para liberarme de aquellas
pequeñas cruces que el Señor se digna enviarme en mi estado actual. De todos modos,
que sea lo que el Señor quiera y todo resultará bien, o pronto o tarde, como a Él le
plazca.
Ya que le escribo quiero pedirle algo que nunca me animé a pedirle personalmente
a pesar de que me apremiaba mucho. Usted por exceso de bondad se dignó hacer
conmigo el pacto de ambos participar del bien que pudiéramos hacer; esto me es muy
querido y lo atribuyo a una gracia especial de Dios; pero quisiera también pedirle que
prolonguemos este pacto no sólo hasta la muerte, sino hasta que el Señor nos haga la
gracia de entrar los dos en el Paraíso: entonces ya no necesitaremos de pactos, pero en
el Purgatorio nos serán de mucho alivio; de manera que le ruego que no me niegue esta
caridad. Personalmente no poseo nada, Usted bien lo sabe, pero estoy unida con muchas
almas excelentes, de modo que si no participa del bien que no hago, tendrá igualmente
parte en lo mucho que realizan mis queridas Compañeras.
Le pido, por caridad, dígale a la Virgen algo por mí, a fin de que me dé la gracia
de servirla dignamente en el mes a Ella consagrado.
Le auguro santidad y salud, y con mucho respeto le beso la mano y tengo el honor
de considerarme
Su Devotísima Humildísima y Agradecidísima Hija Espiritual
CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
PAISCO

11
Con ese título llama desde ahora a su futura compañera de Instituto Catalina Gerosa. Esta tenía
ya en gran parte erigido, con su dinero, el Hospital de Lóvere, que se abrió el 1º de Diciembre de
1826 y del cual la Capitanio será nombrada Ecónoma y Administradora

81
60.- Se acusa de su soberbia. Compañía del Amor de Jesús

A LUCIA CISMONDI
SEA AMADA LA SANTISIMA VIRGEN

Lóvere, 10 de mayo de 1827


Dulcísima y Queridísima Amiga y Hermana en Jesucristo
Ya que hoy tengo un poco de tiempo libre, quiero emplearlo en escribir a la más
querida de mis amigas, es decir a ti. Empezaré diciéndote, que has prestado un
excelente servicio a mi soberbia; al no sugerirme nada de cuanto te había pedido. Ella se
hubiese resentido un poco, si hubieras accedido a los pedidos que te hice (y esto también
por soberbia), por el deseo vivo de sobresalir a los demás y de no ser corregida ni
enseñada.
Créeme, querida Lucía, te hablo con toda la sinceridad de corazón, esta pasión
está tan enraizada en mí, que sólo la Omnipotencia de Dios podrá destruirla. No hago
nada bueno sin que ella se introduzca; complacencias por un lado, vanidad por otro,
justificaciones por otro, estima de mí misma, etc, en fin, no encuentro sino pecados. Me

82
doy cuenta de que hasta nuestras uniones, favorecen mi soberbia, imaginando que yo
soy la causa del bien que realizan todas mis Hermanas. Mi Confesor no cesa de
sugerirme medios para arrancar de mí este vicio y al respecto, hasta me ha hecho
muchas advertencias, entre las cuales la que más miedo me da, es ésta: me dijo que
temía que mi soberbia pudiera llegar a ser mi ruina. Querida amiga, por caridad, ahora te
he revelado mi corazón con el fin de ser ayudada por tu caridad a superar este escollo
que se me hace casi inevitable, si no fuera por el consuelo de la confianza que debo tener
en mi Dios, y la esperanza de que tú también te empeñarás por mí. Todo lo que puedas
sugerirme al respecto, no me lo ahorres, te lo ruego por amor de María: y cuando reces
por mí, no pidas otra cosa sino que la santa humildad. Te digo de corazón que si tú
estuvieras en mi situación, yo haría lo mismo por ti. ¿De qué me valdría en el momento
de la muerte haber hecho algo de bien, si luego el Señor me lo reprochara diciéndome:
¿«Recepísti mercedem tuam»?
Tu amistad me es muy querida, y si llegara a perderla, lo consideraría un castigo
de Dios. Por eso aquello que dije a la querida Faboni no lo tengas en cuenta, que lo dije
por soberbia, y mientras demostraba exteriormente disgusto por no haberme prestado
atención, mi corazón por soberbia se alegraba.
De mi parte quiero procurar conservar nuestra amistad, porque veo que he
encontrado en ti una amiga que con el ejemplo y con las advertencias ayudará mucho a
mi alma. Por esto deseo muchísimo hablar contigo personalmente: si te agrada, quiero
hacer contigo otro pacto que espero que será de gran ayuda a nuestras almas. Si está en
tu posibilidad la elección del día de tu venida desearía que vinieras el jueves, porque ese
día tengo más libertad; pero si no puedes, viene cuando más te agrade, que yo también,
si estaré ocupada, me desocuparé.
Perdona lo que te he escrito, perdona mi soberbia, y de corazón te ruego de
continuar tu confianza y amistad; y esta sea toda orientada a fin de ayudarnos
recíprocamente.
Te mando tus libros, y te agradezco la prontitud y la caridad que has tenido. El
Director de nuestra Compañía escribió los nombres de las Hermanas de nuestro pueblo,
él piensa hacer entrar otras. Cuando hayan hecho el Noviciado te mandaré sus nombres.
Me consoló mucho el ver a tantas almas buenas dedicadas al amor de Jesús, ¡fuese yo
también digna de seguirlo al menos de lejos!....
Hoy pienso escribir a la Señora Giacomelli, y te adjuntaré la carta, si llego.
A ella por esta vez no le hablaré con tanta confianza como lo hice contigo; pero tú
mostradle la necesidad de mi alma, especialmente en cuanto a la humildad y pedidle que
me encomiende a Dios y a María.
El Santo amor de María Santísima nos queme a las dos y yo tengo el consuelo de
decirme

83
La más fiel y afectuosa entre tus Amigas
CAPITANIO BARTOLOMEA

61.- Envía las prácticas para los Domingos de San Luis. Desea encomendar el
futuro Instituto al Monseñor Obispo

A DON ANGEL BOSIO

Lóvere, 12 de mayo de 1827


Muy Reverendo Padre Confesor,
Le incluyo la hoja para las prácticas de los seis Domingos de San Luis. He sido
muy descuidada, pero espero llegar todavía a tiempo. Hágame el favor de corregirla, y
luego se la envía a Teresa, porque esta tarde la leeré a las devotas Hermanas de San
Luis. Perdone si está un poco sucia, ayer a la tarde se me cayó la vela sobre ella, y poco
faltó que además de hacerle caer cera, se quemase. Hágame el favor de decir a Teresa el
día preciso en el cual irá a Gianico, o a Artogne. Pierina Vielmi me pidió de decirle, y
Usted perdone la confianza. Encomiende mucho nuestro Instituto a Monseñor Obispo.
Acuérdese también, por caridad de la pobre Bartolomea, dígale algo por mí a aquella
querida Mamá de la que espero toda gracia. Con prisa lo saludo humildemente

84
Su Devotísima y Agradecidísima Hija en Jesucristo
CAPITANIO BARTOLOMEA

62.- Envía varios objetos devotos. Precio de la humildad. De su soberbia. Pide


correcciones e instrucciones. Su tierna devoción a San Luis al cual desea
encomendar el Instituto

A MARIANA VERTOVA
SEA ALABADO EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPIRITU SANTO. AMEN

Lóvere, 13 de mayo de 1827


Muy queridísima Hermana en Jesucristo,
Recibí tu carta y la leí y releí extasiada. Alabado sea mi Dios que me da amigas
que realmente son más preciosas que un tesoro. No enorgullecerte porque no es un don
tuyo. En verdad, tengo deseos de entretenerme un poco contigo, y ahora tengo tiempo,
si el Señor me da la gracia de no justificarme.
Para no olvidarme comienzo a decirte que yo no ordené nada de aquello que me
has dicho, y menos aún me recuerdo de qué libros e imágenes son; por eso perdóname y
envíame de nuevo la carpeta de aquello que deseas. Ahora te mando el librito que cuesta
5 Liras, y dos carpetas que deseas, las otras te la mandaré en otra oportunidad.

85
Te envío también el hilo de hierro, pero tú usa solo la mitad que cuesta 4 Liras,
con la otra mitad te pido hacer una cadenita y mandármela, que la prometí a una amiga
mía, y no tengo tiempo de hacerla. El Señor pagará tu caridad.
Querida Mariana ¿Qué hacemos por María? ¡Oh! ¡Qué hermoso obrar por esta
dulcísima Mamá! Atribuyo a una gracia especial de María esos hermosos y humildes
sentimientos con los que me abres tu corazón. La Santa humildad es precisamente
aquella virtud que nos hace muy queridas de Dios, aún lo más pequeño se torna
meritorio. Conocemos el valor por el aprecio que tuvieron Jesús y María. Jesús es
considerado por todo un pueblo como el peor de todos los hombres, y por eso ¡es
crucificado sobre el madero infame de la cruz! María, la más grande, la más excelente, la
más Santa entre todas las creaturas, se considera la más indigna de todas y ¡busca todos
los medios para vivir en una continua abyección!... Y nosotras, ¿amaremos ser honradas,
alabadas, apreciadas, estimadas?...
Te confieso ingenuamente que he recibido gracias muy grandes del Señor, pero
mucho temo que precisamente por mi soberbia, el Señor detenga el curso de sus
misericordias, haciendo justamente uso de su justicia. Créedme, hablo de mí misma, esta
pasión de la soberbia está tan enraizada en mí que sólo la Omnipotencia divina podrá
liberarme.
Si hago alguna obra buena, la vanidad o la complacencia o algún fin humano me
roban todo el mérito.
Hasta en estas nuestras santas uniones encuentro alimento para mi soberbia al
imaginar que soy la causa del mucho bien que hacen mis piadosas Hermanas. En fin, te
digo que este es un laberinto para mí, que cuando comienzo a pensar tiemblo y me
parece estar cerca de mi total ruina. Pero me queda aún una gran esperanza en María.
Ella es la Madre de los humildes, esta gracia la quiero realmente también para mí.
Busquémosla juntas, y esforcémonos hasta lograrla. Que en el futuro nuestra amistad
esté totalmente dirigida a estimularnos mutuamente.
Todo cuanto te parezca «que pueda ayudarme», ya sean consejos, correcciones,
inspiraciones, prácticas y hasta tu mismo método de vida, no dejes de ofrecérmelos:
verás que no seré avara contigo. Querramos o no, quiero que alcancemos el Paraíso;
ayudémonos, por lo tanto mutuamente a recorrer este camino dificilísimo, y en esto,
confiemos mucho en María.
Deseo saber aquello que haces con las jóvenes de tu pueblo en este mes para
honrar a María.
Si me complaces, me alegrarás mucho.
Hoy han comenzado los Domingos en honor del Inmaculado Joven San Luis.

86
Un consuelo particular me inundó hoy el corazón. Lo atribuyo a mi queridísimo
Luisito. ¡Quiera Dios que de una vez por todas, según el ejemplo de este Santo, me
consagre enteramente a El!...
Lo deseo de corazón. En estos seis Domingos ten como intención particular rezar
a este Santo por el buen éxito de nuestro Instituto.
Pedidlo de corazón y haz que también otras lo hagan, puesto que la necesidad es
grande.
Me conviene terminar porque empiezo a sentir cansancio.
Espero una larga carta tuya, y con todas las confidencias. Creo que tú estarás
satisfecha de esta mía, y si deseas saber algo de mí no tienes más que decírmelo, que yo
te complaceré. Perdóname si soy negligente para escribir, pero no puedo hacer más. Te
dejo bajo el Manto de la Virgen a enloquecerte con su Santo Amor. Todas tus
Compañeras te saludan mucho. Cien veces adiós. Soy en nombre del Señor

La más sincera entre tus amigas y hermanas


BARTOLOMEA, indigna sierva de María
D.S.B.
A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

63.- Pedido de limosna para el Hospital

A VOLUNNIA BANZOLINI
ALABADO SEA JESUCRISTO Y MARIA

Lóvere, 27 Mayo de 1827.


Estimadísima Señora y Amiga,
Un motivo no ordinario me impulsa a escribirle esta carta. Desde que aprendí a
conocerla íntimamente, descubrí en Usted dones particulares, y conocí que Usted es un
alma muy querida por Dios y es según su corazón. Por eso doy gracias infinitas al Sumo
Dios, que adorna con tantos dones a sus queridas creaturas. Pero aquello que más me
agrada en Usted es aquel tierno amor y caridad para con los pobres. A esto me confío,
hago coraje a pedirle la caridad, no para mí, sino para los pobres del Hospital. Entre las
varias necesidades que hay en él, uno es que desearía una colcha o sobrecamas para
cubrir la cama de los enfermos, para hacerlas necesitaríamos 6 o 7 Liras.
Por esta necesidad me dirijo a Usted y le pido a su hermoso corazón que me
ayude. Le indiqué la suma que se necesitará aproximadamente. Pero después nos dé

87
más o menos según lo que le dicta su caridad para con los pobres enfermos. Dios le dará
la recompensa, y yo porque la conozco mucho tengo gran confianza en ser satisfecha.
Su librito lo escribiré cuanto pueda, y pronto tendrá el libro que me pidió.
Colmada de afecto y de estima tengo el honor de decirme

Su Afectísima y Agradecidísima Sierva y Amiga


BARTOLOMEA CAPITANIO

64.- Una aflicción de su espíritu. Lo consuela por una cruz que le ha tocado

A DON ANGEL BOSIO


EL AMOR DEL ESPIRITU SANTO INFLAME NUESTROS CORAZONES

Viernes a la noche, 1 de junio 1827


Muy Reverendo Padre Confesor,
Le mando la hoja que contiene el modo de hacer nuestra Coronación: 12 espero
haber escrito aquello que María me sugirió, si hay algo mío, lo borra, que estaré
contenta.
Deseo abrir mi corazón sobre el propósito. Ayer a la tarde se me venía en mi
corazón una cierta aflicción, jamás sentida en mí, y comenzó en el mismo momento que
me confesaba, por lo cual estaba obligada a dejar de lado los suspiros y lágrimas y
oraciones, y tenía en mí una inquietud que me molestaba mucho, pero yo no sabía
conocer cuál era el motivo, y hasta de noche no dormí mucho, y eso fue amargo, y
apenas despierta las lágrimas bañaban mis ojos, y los suspiros estaban en mi corazón y
también la agitación, y hasta en la oración y en la Santa Comunión se me caían las
lágrimas involuntariamente, sin saber el porqué, y por lo tanto, varias veces le dije al
Señor: «Pero, ¿mi Dios qué es esto?». A la tarde para sacarme la espina del corazón
escribí una larga carta a la Madre Maestra (de la cual hoy recibí la consoladora respuesta
12
Especie de un devoto ejercicio practicado por la Venerable con sus compañeras al finalizar el
sagrado mes de María.

88
de paz, y hablé con ella; es toda calma y me calmó mi queridísima Madre Maestra),
porque mucho me llevaba a pensar de que estaba enojada. Varias veces me vino el
pensamiento de recurrir a María, pero sentía vergüenza porque la traté tan mal; no podía
casi mirarla, y me parecía que me diese razones de su malcontento, con el no favorecer
su honra.
Pero, María es siempre María, no tiene en cuenta los despropósitos de sus hijas, la
ama y las favorece como una tierna Mamá, aunque cuando son poco leales e infieles.
Esta mañana apenas entré en la habitación miré su Imagen, y me parece que me hizo
una hermosa mirada, pero yo me quedé en mi aflicción. Cuando luego, Usted me mandó
la orden de hacer algo por María, ahí me consolé verdaderamente. Me parece que María
me dice que desea ser servida por ti. Todo el padecimiento en un único punto
desaparece, y me entró en cambio una alegría tan grande que me hizo estar alegre todo
el día. Con esto María me dio coraje de acercarme y encomendarme a Ella, y por ella
espero recibir también el Espíritu Santo.
Ahora yo estoy feliz y contenta, pero espero que María, y más aún el Santo
Espíritu Divino, consolará a Su Reverencia.
Me afligió mucho oír acerca de su padecer. Lo primero que se me ocurrió fue
pedirle al Señor que me hiciera participar de su pena, pero me reconocí indigna y
demasiado débil, por eso no me animé a hacer tal súplica. Permítame que le diga lo que
siento al respecto, aunque se trate de algo que no me corresponde.
Sinceramente hasta ahora me había estado preguntando y no entendía como el
Señor que suele pagar con cruces a las almas que se fatigan por su gloria, para Usted no
permitía sino honores y alabanzas, y yo misma le pedí que Usted fuera la persona más
humillada, contrariada, abandonada, injuriada, etc.; pero el Señor quiso sacarme esta
duda, permitiéndome conocer algo de su padecer. Agradezcámosle al Señor. Así como
me duele por una parte verlo tan afligido, por otra pruebo consuelo, y anoche por todo
esto, recité dos veces el Te Deum, agradeciéndole al Señor porque se digna enriquecer
su alma con gracias tan grandes. Este padecer es para Usted aquella Cruz que a mí
también me hace desear, pero que el Señor no se complace en otorgármela porque no la
merezco. Me parece ver su Angel Custodio anotar en letras de oro en el Libro de la vida
todos sus pasos, todas sus palabras, todos sus suspiros, todas sus acciones, porque
haces cosas más allá de la repugnancia que encuentra; pero sobre todo me parece ver a
Jesús detrás de la Cruz que está mirándolo a Su Reverencia. con ojo de predilección, y
complaciéndose de su padecer, donarle nuevas gracias sin que Ud. se dé cuenta.
Ame la Cruz, pues ésta lo hará gran Santo, y aunque yo no haya tenido nunca la
suerte de llevarla, envidio las almas a quienes el Señor favorece con tan rico tesoro.
Tenga paciencia, después vendrá la calma y espero que el Espíritu Santo querrá
consolarlo y dejarlo satisfecho. Muchas almas pequeñas y buenas ruegan por Usted, pero

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sin saberlo, y les hice ofrecer por tres días todo el bien que hagan con este fin. Estoy
segura de que Dios escuchará sus inocentes oraciones. Yo buscaré el momento oportuno,
es decir el encuentro de nuestra Coronación, puesto que me toca a mí sostener el Manto
de María, bajo el cual lo dejaré, y allí puede estar seguro. También Usted acuérdese de
mí, rece para que no sea ingrata con el amor de mi Dios y de mi querida Mamá.
En este encuentro le envío su libro y le pido la acostumbrada caridad de enviarme
otro. Le incluyo algunas hojas de las faltas de soberbia. Así le pido bendecir los dos
rosarios que aquí encontrará.
Por caridad perdone tanta confianza en todo, conozco que me abuso
continuamente de su bondad, pero no sé disculparme; tenga paciencia que el Señor se lo
recompensará.
Reverenciándolo agradecidamente, y pidiéndole su bendición tengo el honor de
decirme

Su Devotísima Agradecidísima y Humildísima Hija en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA
P. D. Hoy Sábado hacemos las prácticas para honrar a María, y la buena Mamá para
consolarnos hace tocar a la Madre Maestra y a mí la gracia de ofrecerle el Rosario de este
día. Las dos estamos contentísimas, porque de eso comprendemos que a María no le
desagradan ni siquiera nuestros defectos. Ahora estamos en plena paz.

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65.- Su apertura de conciencia y docilidad. Humilde sentir de sí misma

AL MISMO
SEA ALABADO Y AMADO JESUCRISTO

Lóvere, 12 de julio de 1827


Muy Reverendo Padre Confesor,
Al fin le envío el método de vida que encontrará escrito en la libretita: le incluyo
también todos las otras hojas que de vez en cuando he escrito para mí misma, puesto
que deseo realmente ponerme por entero en sus manos para que Su Reverencia pueda
conocer mejor el estado de mi alma, y así continuando conmigo su acostumbrada
caridad, pueda conducirme al Paraíso. Dudaba si enviárselas a todas, puesto que muchas
son cosas insignificantes, pero tenga paciencia, decidí no tener ni siquiera la mínima cosa
sin que Su Reverencia lo sepa; por esto se las envío todas, le ruego devolverme aquéllas
que le parezcan que pueden aún servirme, y las otras arrójelas al fuego.
Le envío también sus libros para el Instituto de las Ursulinas. Hacía mucho que
pensaba devolvérselos, pero la memoria me traicionó siempre: le ruego disculparme.
Encomiéndeme por caridad a Dios. Temo mucho (se lo digo de corazón y con sinceridad)
perderme. Mi soberbia es enorme, por eso me hace temblar y pensar que al final pueda
resultar victoriosa, y a cada momento me parece estar junto al precipicio. Las gracias
que el Señor me otorga son infinitas, las reconozco, pero yo no correspondo en absoluto
y si a otra le fueran concedidas las mismas gracias, sería una gran Santa, y yo no soy ni

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siquiera una Cristiana principiante: por mi falta de correspondencia temo que el Señor
llegue a cesar de darme sus gracias, dejándome abandonada a mis pasiones. Hasta
ahora el Señor ha sido demasiado bueno conmigo, mientras que yo o con un defecto u
otro, especialmente con la disipación quería distanciarme de Él, El de inmediato se hacía
sentir, y con internos reproches y con remordimientos y con intranquilidad, no cesaba
hasta que volvía al primer fervor. Pero temo que también esta especialísima misericordia
llegue a retirármela, y que después de haber llamado y vuelto a llamar deje de mirarme.
Pienso también que no pueden agradarle esas pocas cosas que hago bien, al estar tan
mezcladas con la soberbia y con las imperfecciones. Y de que no le agradan, me parece
tener una prueba en el hecho de estar siempre sin cruces.
Todas mis Compañeras, queridísimas y buenísimas, o muchas o pocas tienen
cruces, y parece que se esmeran en hacérmelas conocer todas: así me doy cuenta qué
agradables son ellas a Dios, pruebo envidia y luego me digo: «Y yo nada; amada,
servida, tranquila, acariciada, etc.». Antes tenía por lo menos un malestar, el cual si bien
muy leve, aunque continuo podía incomodarme algo, pero ahora estoy bien y no tengo ni
siquiera esto. De manera que no sé qué decir, tengo motivo para quedarme muy abajo:
pero no quiero perder la confianza en mi Dios y en María; soy de ellos y por lo tanto
basta.
Le pido de corazón, que si en las prácticas de piedad que deseo comenzar ahora,
llega a descubrir algo o de soberbia, o de amor propio, o de humano, táchelo, que estaré
contenta, y si le parece oportuno negarme todo, hágalo, puesto que si me ayuda, me
alegrará. No me ahorre nada, por caridad, me pongo enteramente en sus manos, trataré
de obedecerle exactamente, y así condúzcame al Santo Paraíso. Tenga paciencia
conmigo, el Señor le dará a Su Reverencia una buena porción de Paraíso más por la
caridad y paciencia que tuvo con Bartolomea, y yo también rezaré por Usted al Señor, de
corazón.
Para su mayor tranquilidad deseo agregar una cosa en relación a la tarea de
Administrador.
Cuando le escribí aquella carta, la última, sentía en mí una cierta duda, por lo cual
no sabía cómo decirla y comentársela, y habiendo rezado al Señor a que me inspire
aquello que tenía que hacer, no sentí más inspiración concreta ni de mandársela ni de
dejarla, así que se la envié con la oración al Señor que si había alguna cosa en contra, le
haga la gracia de hacérselo saber como sea. Agradezco a Dios que se dignó hacerle
conocer su santísima Voluntad, e hizo muy bien a ser complaciente; solo trate que su
predicación no lo lleve a menos; esta es una obra cansadora sí, pero que de Usted desea
el Señor, y también si le tocara morir cansado sería una gran gracia. Ahora ya lo cansé
bastante.

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Por un poco, al menor lo espero, no le mandaré más mis escritos. Mientras tanto
espero para la época fijada del día de María Virgen Carmelita aquello que le agradará
enviarme. Pidiéndole humildemente su bendición tengo el honor de decirme

Su Indigna Agradecidísima y Humildísima Hija en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

66.- Pésame por la muerte de su tía. Desahogos amorosos por la coronación de


María Santísima. Declaración de amistad, etc.

A LUCIA CISMONDI
SEA ALABADO NUESTRO DULCISIMO ESPOSO JESUCRISTO

Lóvere, 19 de julio de 1827


Mi Dulce y Querida Amiga y Hermana,
Sean dadas gracias a mi Dios que al fin me concede poder entretenerme al menos
por carta con la más dulce y querida de mis amigas, que eres tú.
Me enteré con mucho dolor la falta de la bienhechora y no jamás alabada tu
Señora Tía. De una parte cuán grande es la pérdida de una tal mujer, y cuánto dolor
puede traer a todos aquellos que la conocieron, especialmente a ti que has tenido la
suerte de ser su Sobrina; pero debe entrar en ti la consolación porque ella estará
ciertamente en el Paraíso, y si has perdido un sostén en la tierra, has adquirido, en
cambio una poderosa Abogada en el Cielo. Entonces en cambio de llorarla como muerta,
consolémonos y seamos felices que nos ha precedido a esa vida de gozo y de alegría
eterna.
Queda impresa en nosotras la memoria de sus virtudes, y nos sirva para estímulo
para animarnos a llegar nosotras a este grado de santidad al cual ella alcanzó.

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Tu última carta me hizo llorar de ternura y consuelo al ver las gracias que María
derrama sobre tu alma. Estoy demasiado persuadida de que el día de la Coronación
habrá sido para ti un día de Paraíso, y me imagino con cuánto placer habrás ofrecido la
Corona a María, y con cuánta satisfacción Ella la habrá agradecido. Afortunada de ti que
eres toda de María, y que esta hermosa ofrenda tuya (que me gustó muchísimo) te
obliga a conservarte siempre suya. Te confieso que también para mí, ese día, fue
verdaderamente un día de Paraíso. María no tuvo en cuenta mis defectos, al contrario,
me pareció que con gran caridad me aceptaba bajo su Santo Manto junto con mis
dulcísimas Hermanas, y me prometía especial cuidado y asistencia. Querida Lucía,
¡cuántas deudas tenemos para con nuestra amorosísima Mamá…! ¡Qué estricta deuda
hemos encontrado al amarla, servirla y honrarla!...
¡Ah! sí, hagámoslo de corazón, que lo merece. Le agrego la hoja de las gracias
que nosotras hemos pedido. En otra oportunidad te enviaré también mi ofrecimiento; eso
es muy comprometedor, y pienso mandarte también otras dos hojas que me imagino que
te serán queridas.
Discúlpame si no te he escrito más, me costó demasiado también a mí, pero no
pude.
Créeme que estás realmente esculpida en mi corazón y en mi mente. No pasa día
y ni siquiera hora en la que mi Lucía no se asome a mi mente. Aún recuerdo las
hermosas gracias recibidas de ti en los afortunados días en que tuve la suerte de vivir
junto a ti. Especialmente aquellas dulces y edificantes conversaciones del día y de la
noche, aún me consuelan el corazón y estoy deseando otro encuentro para poder
conversar contigo nuevamente y entretenerme con cosas espirituales y santas.
Te devuelvo tu libro de la vida de San Camilo. Te agradezco muchísimo, y te
aseguro que probé una gran satisfacción al leerlo. Esperaba los tomos de Virginia, pero
encontrando los mismos aquí en Lóvere, te agradezco y evito la incomodidad de
prestármelos. En cambio, salúdame a la querida y buena Maestra Angelina; dile que
recibí sus cartas que son queridísimas y ruégale que me disculpe porque no le he escrito
nunca, dile que si está enojada conmigo tiene mucha razón, pero que le pido paz y
perdón por amor de San Luis, y que me envía como señal de su paz la vida de San
Estanislao para leer junto con una carta suya: en fin, dile que yo también pronto le deseo
escribir, y con la extensión de mi carta supliré todas mis faltas.
Salúdame mucho también la Taboni, reverencia a la Señora Cristina Ronchi y las
Señoras Hermanas Ballardini con todas aquellas que pregunten por mí.
Estoy segura que te recordarás de mí en tus Oraciones, la necesidad es extrema:
lo hago yo también por ti aunque soy miserable. Rezá especialmente para que pueda
conservarme siempre fiel a mi Divino Esposo; el día de la Virgen del Carmen renové mi

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querido voto, espero en María que me dará la gracia de ser fiel y corresponder a gracias
tan grandes.
Todas nuestras Hermanas de este pueblo, especialmente la Madre Parpani, les
envían muchas felicitaciones.
Deseando recibir una carta tuya y augurándote un montón de cruces, junto a una
paciencia inalterable, te dejo en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Tu Afectísima Agradecidísima Devotísima Hermana en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

P. D. Salúdame también a la queridísima Giacomelli; comencé a escribirle una carta, pero


no tuve tiempo de terminarla; se la enviaré la próxima semana junto con la respuesta de
la Taboni. Te dejo, querida Lucía, en el dulce Corazón de Jesús.
Haced por favor lo más pronto posible una Comunión para algo importante. Haré yo
también una para el buen éxito de tu Párroco.

A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora LUCIA CISMONDI
BRENO
67.- Humildes expresiones. Consejo confidente. Preguntas

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 3 de agosto de 1827


Muy Reverendo Padre Confesor,
Le envío la carta escrita para quemar. Ahora comprendo que Su Reverencia
conoce hasta dónde llega mi soberbia haciéndome hacer tal cosa, mientras una persona
humilde no lo hubiera hecho jamás, ni Su Reverencia se lo hubiese pedido. Basta, estoy
contenta que mi soberbia sirva de ejercicio a otras humildades: haga Dios que aproveche
de los ejemplos de los demás.
Apoyada en su bondad, me atrevo a decirle algo que no me animé a decirle
personalmente.
Hace tiempo que oigo a varias personas quejarse porque a veces Ud. promete
confesarlas, un día u otro, y casi siempre falta a la palabra dada, y he oído también
hablar no muy bien al respecto, a varias personas. Su Reverencia lo hará seguramente
por necesidad, estoy segura, pero ellas no lo entienden, de manera que procure o
acontentarlas si puede, o bien déjelas en libertad en aquellos días en los cuales Usted
está ocupado, tenga especialmente en cuenta aquellas personas que están ocupadas en

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casa con la familia y aquéllas que necesitan mayor cuidado. No use estas atenciones
conmigo, puesto que me disgustaría, al contrario, le digo que si falta a su palabra, me
hace bien. Disculpe mi libertad.
Le uno la Novena que a pedido de mis hermanas hice para la cercana Solemnidad
de la Asunción de María. Si a Usted no le gusta que yo la haga, la quema que estaré
contenta; mejor aún le digo que en escribirla me vino algún pensamiento de agrado por
lo cual estaba en peligro de romperla, y luego me dije que estaba a tiempo a hacerla.
Usted luego nos la conceda o nos la niegue, según lo que le inspire el Señor. Las Romelli
me dijeron de pedirle a Su Reverencia de buscar su carta, y de agradarlas en su pedido,
y yo en el escribirle le dije que Su Reverencia la habría pronto consolado con el enviarle
aquello que deseaban, donde le pido de mantener mi promesa.
Por si acaso esta noche tuviera dos o tres minutos libres, desearía confesarme,
pero no se preocupe; si no puede no me afecta, pues estoy tranquila: lo hago solamente
para no molestar mañana que habrá mucha gente.
Encomiéndeme a Dios. Temo ser inoportuna escribiéndole en estos días en el cual
estará ocupado con el Monseñor Obispo, pero lo hago para la Novena que si está
contento que la hagamos, pueda con tiempo mandársela también a las Hermanas más
alejadas. Sobre eso es suficiente que diga no o sí a Mónica, que yo entenderé.
Lo saludo muy rápido, soy

Su Devotísima y Agradecidísima Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA C.

Al Muy Reverendo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

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68.- Envía la Novena de la Asunción

A LAS ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 4 de Agosto de 1827


Hermanas muy Queridísimas,
Les envío la novena indicada, y espero que les será querida. Hagan copia y
dénsela a la Vertova porque no tengo tiempo de hacer más. Envíen también la que está
aquí a la Cismondi, y si saben que no estará en el pueblo, complácela con dos renglones
y envíenla a otra Hermana. Sea el compromiso de Ustedes a que la tengan con tiempo.
Los libritos no se los envío, porque solo encuentro aquellos bien encuadernados
con el forro y cuestan 22 Liras o 23 cada uno. Si lo desean igualmente, díganme que se
los envío.
Reciban muchos saludos de todas las Hermanas, y Ustedes, salúdenme a Mariana
y a aquellas que me conocen.
Por caridad, digan 3 Ave María según mi intención.
Les deseo un gran fervor para hacer bien la Santa Novena, suplan también mi
frialdad.
Soy toda de Ustedes.

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Afectísima Agradecidísima y Amadísima Amiga
CAPITANIO BARTOLOMEA

A las Excelentes Señoras


Las Señoras HERMANAS ROMELLI
CIVIDATE

69.- Felicitaciones por los favores recibidos de María. Aceptación de nuevas


compañeras

A LUCIA CISMONDI
EL AMOR DE JESUS ARDA SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES
JUNTO CON EL DE MARIA

Lóvere 28 de agosto de 1827


Dulcísima Hermana y mi fidelísima Amiga,
He recibido tu carta con la relación de los dones recibidos de María. Me has hecho
una gracia demasiado grande al participármelos, y te confieso que no pude no derramar
copiosas lágrimas de alegría al verte tan favorecida por María, y miserable como soy, no
he dejado de arrodillarme ante la Imagen de la amabilísima Mamá agradeciéndole por ti;
yo también me ofrecí toda a Ella, pero temo que la maldad me quite de nuevo de las
manos de María, por esto te ruego en el día de su nacimiento, preséntale por mí mis
ofrendas, haz las promesas que creas oportunas, y luego envíamelas. Ten caridad para
conmigo, te ruego, sabes que no es por casualidad que estamos unidas y espero de
veras por medio tuyo obtener gracias de Dios.
Te envío la Novena, temo ser demasiado indiscreta exagerando siempre con
demasiadas prácticas; si oyes quejas al respecto, dímelo con confianza y te lo
agradeceré.

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Agradecida acepto las buenísimas jóvenes que nos propusieron, y si crees de
agregar otras, estamos contentas, haced tú aquello que te agrada. Ballardini 1 significa
el Señor Don Bortolo, que su humildad haga desear ser admitido, la otra señalada con el
2 es Angelina. No puedo extenderme, porque me falta tiempo. Muchos saludos a todas
las Hermanas, a las que espero cuanto antes poder escribirles.
Hacete santa, y rezá también para tu

Afectísima y Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA CAPITANIO

70.- Envía una Novena. Sentimientos de humildad

A LAS HERMANAS ROMELLI

L6vere, 28 de agosto de 1827


Queridísimas Hermanas,
Miles y miles de gracias a Julia por el favor que me ha hecho tan pronto. El pago
espiritual que desea ya lo he cumplido.
Les envío la novena más cercana a nosotras; traten de hacer copia, y de enviarla
a la Vertova. Sepan decirme con sinceridad si soy demasiado indiscreta excediendo
siempre con tantas prácticas, y me moderaré, háblenme sinceramente. No tengo tiempo
de alargarme. Tengan siempre presente a la que entre sus queridas amigas es la más
pobre y miserable. El amor de Dios las consuma y las haga víctimas agradables a su
corazón. Todas sus Hermanas les envían miles de saludos, y el Señor Don Ángel se los
retribuye centuplicados. Soy en nuestro Señor Jesucristo

La más querida y Afectísima entre sus amigas


BARTOLOMEA CAPITANIO

99
A las Apreciadísimas Señoras
Las Señoras HERMANAS ROMELLI
CIVIDATE

71.- Ejercicios de virtud. Virtud de su compañera

A DON ANGEL BOSIO


SEA ALABANZA A LA SANTISIMA TRINIDAD

Lóvere, 28 de agosto de 1827


Muy Reverendo Padre Confesor,
Le envío su librito, del cual trascribí la Novena del Nacimiento de María; se lo
agradezco de corazón. En la última Confesión mensual me olvidé de hacerme decir la
virtud en la cual me tenía que ejercitar en el mes siguiente, por eso creo bien de hacerle
ver los propósitos que hice, pidiéndole que agregue aquello que cree necesario. Si está
contento, desearía agregar al método de vida los propósitos hechos para alcanzar la
Santa Humildad, y marcarle algunas faltas de estos.
Mis Compañeras desean hacer juntas la Novena, por eso yo la escribí, y si a Su
Reverencia le parece bien la haremos; solo le pido de reenviármela lo más pronto posible
si así lo cree, porque esta vez fui muy lenta para hacerla, temo recibir nuevos llamados
de atención de las Hermanas lejanas.
Las Romelli y Vertova me piden de saludarlo y de agradecerle. Hace un rato leí
una carta de la más querida de mis amigas, y verdaderamente Santa, que es Lucía
Cismondi. No pude no llorar de alegría al verla rica de tantas virtudes, y sentí confusión
al verme tan lejos de ella.

100
María le ha hecho gracias extraordinarias en el día de su Asunción, y permitió que
me las revelara, para que reconociera mi nada, y al mismo tiempo me animara a
imitarla. Créame que Lucía es para mí un estímulo continuo a la piedad, y no porque sí,
el Señor ha permitido que estrechara con ella los vínculos de una gran amistad. Espero
que el ejemplo de sus virtudes y más aún la eficacia de sus Oraciones, la participación en
sus buenas obras comprometerán al Señor a obrar en mí un milagro de conversión.
Laura Vezzoli con quien tuve un discurso familiar, me dijo que espera el Alimento
que Su Reverencia hace tiempo le dio permiso. Me encomiendo a sus Oraciones, y con
todo respeto me digo

Su Devotísima y Agradecidísima Hija en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

72.- Pide ayuda para sus Ejercicios Espirituales. Su obediencia acerca de


frecuentar la Santa Comunión

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 8 septiembre de 1827


Muy Reverendo Padre Confesor,
Desearía pedirle algún favor, que espero no me serán negados de su bondad.
Desearía en estos días de Ejercicios tener alguna hoja que enseña las prácticas para
hacerlos bien, y le pido junto a esta de adaptarlas a mis circunstancias; porque no han
sido hechas para mí, pero sí para Lucía Cismondi. Además desearía pedirle en estos días
que me preste un libro de Lecciones, o de Meditaciones adaptados para los Santos
Ejercicios, no teniendo ninguno. Pero el favor más grande que le quiero pedir es el de
encomendarme a Dios. Temo dejar pasar también esta ocasión sin sacar provecho; y sin
convertirme de verdadero corazón a Dios.
Sin alargarme sobre el propósito, Su Reverencia conoce mis necesidades, y eso es
suficiente para comprometer su caridad hacia mí; tanto más que yo también indigna
como soy, no dejé de rezar, para que sus predilectos de la Congregación obtengan
muchos frutos de los Ejercicios.

101
Hoy en la Congregación el Señor Preboste prohibió hacer Comuniones por toda la
semana, así que si Su Reverencia está bien, necesitará tener paciencia y obedecer,
cuanto una semana entera de ayuno será muy doloroso.
Lo saludo humildemente, y le pido su Santa Bendición. Soy

Su Devotísima y Agradecidísima Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA CAPITANIO

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
Lóvere

73.- Da cuentas de sus inspiraciones internas. Siente cercana su muerte

AL MISMO
SEA ALABANZA A JESUCRISTO

Lóvere, 19 de setiembre de 1827


Muy Reverendo Padre Confesor,
Le devuelvo el libro que me prestó y se lo agradezco de corazón. Realmente me
gustó, si bien es algo que me asusta, se necesitaba algo así para sacudir la dureza de mi
corazón. Le incluyo también la hoja de mis propósitos y algunas memorias que he escrito
en estos Santos días. Cuando Su Reverencia me propuso en los Santos Ejercicios el
hermoso método del ya fallecido Padre Mozzi, yo ya había comenzado a escribir algo
desde hacía dos días, pero en borrador, porque no puedo hacer más; no me animé a
mostrárselo, el porqué no sé, pero ahora le envío todos mis escritos, para que vea el
resultado de los Santos Ejercicios.
Pienso que no le desagradará que le abra mi corazón respecto a las inspiraciones
y tentaciones tenidas en especial en estos Santos días.
Desde hace algún tiempo, siento continuamente en el corazón el deseo de
olvidarme de mí misma, de consagrarme totalmente a Dios, de dejarlo ser el Dueño de
toda mí misma, de no guardarme ni siquiera un suspiro, sino que todo sea de Dios, de
dejarlo obrar en mí según su gusto y tener con El una íntima unión; en fin vivir en la
tierra con el cuerpo, pero con el corazón y el espíritu en Dios. A veces son inspiraciones
tan grandes que me doy cuenta de que soy muy inhábil para seguirlas. Por el contrario,

102
muy a menudo se me ocurre pensar que me engaño, que soy yo misma que me imagino
estas cosas para fomentar más mi soberbia, que no hago sino darlo a entender con algo
de apariencia, que mí fin en el obrar no es recto, que al fin me condenaré, que con esto
no hago sino engañar a mí misma y a los demás y cosas semejantes; dichos
pensamientos me inquietan y me infunden temor, de manera que no sé qué decidir.
Quisiera ser toda de Jesús, sé que mi soberbia me lo impide: todos estos pensamientos
me hacen creer que soy objeto de náuseas para Dios, de manera que estoy siempre
entre el temor y la esperanza, un poco gozando y otro poco temiendo por mis días hasta
que llegue el último de mi vida, y no puedo sacarme de mi mente que no está lejos, y
Dios sabe cómo lo pasaré entonces. Temo mucho no hacerle conocer a Su Reverencia
todos mis defectos de manera que sólo por culpa mía Usted no pueda aplicarme los
remedios necesarios.
Por el amor que tiene a Jesucristo y a mi alma por El redimida, le ruego que pida
al Señor le haga conocer el estado de mi alma tal cual es a sus ojos purísimos, y una vez
conocido me haga hacer lo que crea oportuno. Yo también pediré a Dios que me dé la
gracia de serle obediente. Ahora creo haberle dicho todo.
Me encomiendo de corazón a sus Oraciones; de aquella indigna que soy lo hago
yo también por Usted. Humillada a sus pies le pido su Santísima bendición, en el acto
que plena de respeto me digo

Su Devotísima Agradecidísima
y Humildísima Sierva e Hija en Cristo
BARTOLOMEA CAPITANIO

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

103
74.- Deseos de crecer en el Amor de Dio. Propuesta de un nuevo pacto espiritual

A LUCIA CISMONDI
SEA ALABANZA A LA SOBERANA TRINIDAD

Lóvere, 8 de octubre de 1827


Hermana mía Dulcísima en la caridad de nuestro Señor,
Aprovecho este momento de libertad para escribir a mi queridísima Lucía, ya que
demasiado lo deseo, y quiera Dios que esta conversación escrita sea de ventaja para las
dos.
Ya ha pasado la solemnidad del Santo Rosario de María, y me imagino que la
buena Madre te habrá hecho alguna gracia especial. Estoy contentísima y deseo de
corazón que María te enriquezca mucho con sus virtudes, gracias y dones, que te haga
toda suya; pero por caridad no te olvides de Bartolomea, tengo una necesidad extrema
de tus oraciones.
Hablándote sinceramente, siento inspiraciones grandísimas, el Señor me querría
toda suya de manera de no tener para mí misma ni siquiera un suspiro; que sea
enteramente de Él; sin embargo a pesar de tantas inspiraciones, no hago nunca nada por
Jesús, soy siempre fría, disipada, mala, de manera que tengo motivo grandísimo para
dudar de que Jesús, cansado de mi poquedad, no llegue al fin a abandonarme. Por esto
¡por favor! si me quieres en Cristo, ruega mucho por mí, di al Señor que haga vibrar en
mi corazón una saeta de su santo amor, de manera que así, herido pueda finalmente
rendirse a sus deseos y hacer cuanto El quiere de mí. Mi necesidad espiritual me obliga a

104
rogarte hacer conmigo un nuevo pacto, y el amor que me profesas, unido a la confianza
que me das, me hacen esperar que lo aceptarás.
Desearía que hiciéramos el pacto de no buscar nunca gracia alguna ante Dios, de
no dejar pasar Oración, sino buscarla y hacerla tú también por mí, y yo por ti,
precisamente como si tú y yo fuésemos una sola. Si llegamos a ver que alguna práctica,
alguna advertencia, alguna inspiración, etc., pudiera ayudar a una u otra, hagámonos un
deber el comunicárnosla, tengámonos mutuamente caridad, y la solicitud que usaríamos
para con nuestra propia alma. Me parece que con tu amor y bondad no me negarás una
gracia tan grande, te lo ruego de corazón; pide tú también tus permisos a tu Confesor
para hacer este pacto, y si se muestra esquivo en concedértelo, ruégalo tú; yo también
pediré los míos, y estoy segura de que estará contentísimo, porque verá la gran ventaja
que traerá a mi alma esta espiritual unión. Esperaré con ansiedad la respuesta favorable.
Te incluyo las hojas que te prometí hace tiempo.
Espero que te agraden porque conciernen a objetos que tú amas mucho, es decir
el Sagrado Corazón de Jesús y María Santísima. Respecto a esta última podrías unirte
con nuestras Hermanas de tu pueblo para hacer las prácticas juntas; el bien que hagan
únanlo al de las hermanas de Lóvere, pues ellas también lo hacen. Pero haz como te
parezca mejor y más apropiado a las circunstancias.
Querida hermana, ama a Dios también por mí, demasiado lo merece, y seríamos
bien ingratas si nos rehusáramos de amarlo. Amémoslo con un amor grande,
desinteresado y puro. Amémoslo porque lo merece, porque Él es nuestro sumo bien. Por
caridad ruega para que yo no sea avara con un Dios que es tan liberal conmigo, ruega
para que este corazón mío no ame sino a Jesús y su gloria. Te deseo la más pronta
santidad, deseo que el Señor te haga partícipe de sus regalos más exquisitos,
especialmente del padecer, deseo que llegues a ser Santa, pronto Santa y gran Santa.
Agradécele mucho en el primer encuentro a las excelentes Hermanas, a nombre
de todas estas de mi pueblo. Estoy esperando tu grata visita, la deseo mucho, está en ti
complacerme si puedes. Adiós queridísima, iré a encontrarte en el Corazón de Jesús. Me
digo

Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA CAPITANIO

P.D. Si aceptaste el pacto, fija el día en el cual debe comenzar, y si debe durar siempre,
o solo por un tiempo determinado.
Nuevamente te saludo y de corazón te abrazo.

105
A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

75.- Consejos sobre la vocación religiosa, sobre la caridad con el prójimo, sobre
la humildad
A MARIANA VERTOVA
ALABANZA A LA SOBERANA TRINIDAD

Lóvere, 8 de octubre de 1827


Queridísima Hermana mía,
Me duele no haberte podido responder antes. Tus cartas me son siempre
queridas, pero no las pretendo jamás; más bien me haces siempre un regalo cada vez
que me escribes, pero no tienes ninguna obligación de hacerme sentir culpable cuando a
ello falto, tanto más que yo soy siempre descuidada contigo.
Te envío el libro que me pediste sobre el amor de Jesús, no recuerdo cuánto
dinero te debo. Si te parece bien sea lo que fuere, con este libro dejamos saldadas las

cuentas. Te envío también tres opúsculos « El ocupado que medita », te mandaré los
otros cuando las vendedoras los hayan recibido; cuestan 5 Liras.
No sé qué decirte sobre el consejo que me pides respecto a tu vocación.
Yo soy una enamorada de la vida retirada y religiosa, pero por otra parte me
gusta demasiado emplearme en obras de caridad tanto espirituales como corporales, las
cuales en un Monasterio no se pueden ejercer, excepto la de rezar al Señor por los
pecadores. Si estuviese en tu lugar no sabría qué decidir. La necesidad de tu pueblo es
grande, la juventud, especialmente, necesita mucho de tu asistencia; aunque tú no
hagas nada, sin embargo, sin ti quedaría privada de un apoyo muy necesario, y quizás
acabarían en la nada aún esas pocas fatigas que has realizado hasta ahora para la
ventaja espiritual de la juventud. Por otro lado, me costaría demasiado dejar ese bendito

106
Retiro, sería demasiado amargo abandonar aquella querida soledad que tanto anhela el
corazón para unirse a Dios, de manera que no sé qué decirte. Encomiéndate a Dios de
corazón, El ciertamente te hará conocer su voluntad no te fijes en tu interés, sino en la
ventaja del prójimo, y ten la seguridad de que el Señor no te hará una gracia menor
dejándote vivir una vida de Monja en el Siglo, que si te hiciera retirar en un Claustro o
Retiro y terminar allí tus días.
No te canses de elevar fervorosas oraciones al Señor con esa intención, pero
siempre con gran tranquilidad de corazón; puesto que a veces el Demonio pone en la
cabeza mil pensamientos, deseos, inquietudes y hace parecer mejor un estado que otro,
entre tanto quita el entusiasmo para obrar en el presente, y así los deseos no se realizan
nunca, y ese estado cansa y se descuidan los propios deberes.
Querida Mariana, anímate para actuar en las presentes circunstancias; trabaja
mucho, como si éste tuviera que ser tu continuo estado; será la mejor manera de
comprometer al Señor para que te haga conocer claramente su voluntad, aún si te
llamara a algún otro estado. Me gusta demasiado esta bendita caridad con el prójimo,
que tanto ejerció Jesucristo durante todo el transcurso de su vida, y al ejercerla se
prueba tanto gusto que me parece no se pueda probar jamás una satisfacción igual en
ninguna Religión y te confieso que si a Dios no le agradara que se formara aquí en
Lóvere el proyectado y deseado Instituto, en el cual se piensa unir la vida contemplativa
con todos los actos de caridad que puedan prestarse al prójimo, dudaría ciertamente en
entrar en el Monasterio, pues sentiría demasiado dejar tantas ocasiones de prestarme en
ventaja del prójimo, aunque no prefiero ninguna en particular. Te he expuesto mi
parecer; me será grato al respecto, si me tienes al corriente de las inspiraciones que te
vengan sobre esto en el porvenir. Encomiéndame a Dios, por caridad, la necesidad es
extrema. Siento que el Señor quiere algo de mí, pero yo le resisto y en la práctica, se lo
voy negando continuamente. Necesito de algún estímulo particular que me ablande el
corazón, y así al fin, haga lo que Dios quiere de mí, que lo conozca para mayor confusión
mía. En fin, querida Mariana, ten compasión de mi pobre alma, haz alguna oración
particular y ofrece alguna mortificación o penitencia por mí.
Si llego a tener un poco de amor de Dios, quizás pueda hacer bien a alguna alma.
Realmente tengo toda mi esperanza en tus oraciones, ¡por favor!, haz que los hechos
confirmen mi confianza.
Nuestras comunes amigas te mandan miles de saludos, lo mismo que mis Padres,
para tí y para los tuyos. Salúdame a las queridas Romelli, con ansia y de corazón espero
sus cartas.
Te deseo, querida Hermana un corazón que sea todo de Jesús, un corazón que no
ame, no busque, no anhele, no suspire, no descanse sino por Jesús, anhelo que llegues a
ser no sólo Santa, sino gran Santa y pronto Santa; para esto te auguro que pongas los

107
cimientos de la humildad. No lamentaría en absoluto si fueses maltratada, ofendida,
olvidada, calumniada, y hasta perseguida; esta sería la prueba de que eres muy querida
por Dios, pero si no la tienes en este momento, el Señor te la dará en el porvenir,
mientras tanto abísmate en el conocimiento de tu miseria, ten un bajo concepto de ti
misma, y en tu opinión considérate la última de todas, y merecedora de todo desprecio.
Este es el primer peldaño de la santidad, sin el cual todo lo demás no sirve de nada. Te
hablo con mucha confianza al respecto porque así amonesto mi soberbia, la cual sigue
siempre creciendo, temo ser una verdadera hipócrita, y sabe Dios qué me tocará en el
otro mundo. Ya veo el infierno abierto para mí, y me parece oír las espantosas palabras

que Dios me dirige: «No te conozco; has recibido tu recompensa de los hombres, vete,
no te conozco». Por caridad, Mariana, ruega por mí, de lo contrarío ahora estamos unidas
y en la eternidad estaremos separadas, tú con Dios, yo con los Demonios, tú en el
Paraíso y yo en el Infierno. Termino porque no tengo más tiempo y porque el corazón se
me agita con estas reflexiones.
Adiós queridísima acuérdate de tu pobre amiga y Hermana

CAPITANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

108
76.- La estimula a perseverar en el ejercicio de la piedad y de la caridad,
superando los obstáculos que encuentra y pensando al premio del Paraíso

A MARIA N.
VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere, 16 de octubre de 1827
Amiga mía Queridísima,
Finalmente respondo a tu querida carta escrita hace ya un tiempo. Perdóname mi
tardanza para escribirte; esto procede de la falta de tiempo que yo tengo en libertad;
pero te aseguro que siempre estás presente en mi mente y que tu amistad me agrada
mucho. Te agradezco de corazón las Imágenes que me mandaste, desearía tener algo
para intercambiar tu cordialidad; pero por ahora no tengo nada, sé mi deber, y en el
primer encuentro trataré de hacerlo.
Me consolé mucho al saber los buenos sentimientos que conservas, de lo bien que
te portas a pesar de las muchas burlas que te toca sufrir. Feliz de ti, que tan bien haces
fructificar las gracias que has recibido de Dios; en punto de muerte te sentirás
sumamente contenta y bendecirás con gusto ese afortunado momento en el que te
consagraste totalmente al servicio del Señor.
Pero acuérdate que todo está en la perseverancia, y que lo hecho hasta ahora de
nada te serviría si no continuaras hasta el fin; por lo tanto, ánimo, querida María, deja
que se burlen de ti, que se mofen, que te consideren la última de todas, tú continúa tu
estilo de vida, crece siempre más en el amor de Dios, practica las virtudes necesarias de
tu estado, ama las queridas cruces que Dios te mandará, frecuenta lo más que puedas la
Santa Comunión, ofrécete en cuanto tus circunstancias lo permitan para instruir a las
niñas, socorrer a los pobres, visitar a los enfermos, en una palabra para ayudar a tu

109
prójimo, y tendrás la seguridad de que el Paraíso es tuyo. Coraje, pues y no te agites por
nada, y cuando alguna tribulación te oprima da una mirada al Paraíso, a aquella querida
Patria en la que se acabarán los disgustos, y en la que no se probarán sino consuelos,
alegría, gozo y paz.
Encomiéndame siempre al Señor, por caridad, tengo necesidad extrema, por esto
no te olvides de mí.
Escríbeme frecuentemente, con toda libertad, que yo también lo haré contigo.
Adiós, mi queridísima, deseo saber cuál es el estado al que te sientes llamada por
el Señor.
Soy en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Tu Afectísima y Agradecidísima Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA
77.- Lo alienta a las Santas Misiones. Deseo de imitar a San Luis

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere, 18 de octubre de 1827
Muy Reverendo Padre Confesor,
Ruego a la bondad de Su Reverencia de observar y corregir la novena que le
incluyo, compuesta para nuestra Compañía espiritual. Para la de la Dolorosa haré otra
más fácil, si Ud. lo cree conveniente.
No puedo ocultar el consuelo que pruebo al verlo ya próximo a partir para sus
queridas y santas Misiones. Le auguro un excelente resultado, y pido a Dios de corazón
que las bendiga a todas. Respecto a la que está por iniciar, tenga plena confianza de que
todo resultará bien, porque está bajo la protección de María Santísima, de San Luis
Gonzaga y de San Pablo Apóstol. Estos tres potentísimos Abogados, obtendrán de Dios
todo cuanto sea necesario para el feliz éxito de su Santa Misión. Ud. trabaje mucho,
mucho, puesto que deberá gozar de quietud solo en el Paraíso; pero no obstante sus
fatigas cuide su salud, y sin quitar nada a su empeño busque los medios para conservarla
buena.
Disculpe mi confianza y atrevimiento, puesto que nunca puedo callar con Su
Reverencia y siempre soy atrevida, fuera de toda regla.
Ruegue por mi alma, le suplico de todo corazón, obténgame en especial la gracia
de imitar a mi queridísimo San Luisito que precisamente me tocó en suerte imitar en la
próxima novena. Estoy contentísima de esto, y gozo de veras al ver que El no deja de
venir conmigo, deseo imitarlo, de manera que de corazón, me encomiendo en sus
Oraciones.

110
Le deseo un feliz y próspero viaje, junto con un sinnúmero de gracias
extraordinarias a su alma. Le pido humildemente su Santa Bendición en el acto que con
mucho respeto me digo

Su Devotísima Humildísima y Agradecidísima Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA CAPITANIO

78.- Acusa su soberbia


A LAS ROMELLI
VIVA JESUS

Lóvere, 19 de octubre de 1827


Queridísimas Hermanas,
Le incluyo la novena de los Santos, ya que pienso que la estarán esperando. No
me alargo, porque creo que soy yo la que debe recibir una carta, la estoy esperando con
un deseo inmenso.
Por caridad, hermanas queridas, encomiéndenme a Dios. No hago otra cosa que
obrar por el diablo, y mis obras no servirán sino para aumentarme más el Infierno, que
veo abierto bajo mis pies13. Créanlo, si hago algo, no lo hago sino por soberbia, y me
creo tan grande que hasta pienso que se escribirá mi vida.
Por tanta soberbia y por muchos otros enormes pecados que no nombro para no
escandalizarlas, veo cerca mi ruina, y me parece que de un momento a otro Dios tendrá
que abandonarme porque estaré sumergida en los más horrendos pecados. Les repito,
por favor, rueguen mucho por mí, díganle al Señor que use misericordia, que haga de mi
lo que quiera, en este mundo, pero que me salve; rueguen por las necesidades de mi
alma. No crean que esto se los digo por humildad, no, se los digo con toda verdad, y
para comprometer la caridad de Ustedes hacía mí. Estoy muy afligida por esto, créanlo, y
por lo tanto necesito extremadamente de sus oraciones, de lo contrario me tocará la
infeliz suerte de estar separada de Ustedes por toda la eternidad.

13
Según el estilo de los Santos se llama en culpa de aquello que no era más que una simple
tentación de soberbia, en cuya victoria buscaba multiplicar méritos ante Dios con el ejercicio de la
más sincera humildad.

111
Espero que me ayuden espiritualmente.
Salúdenme a su Señora Madre y a la Señora Angelina. Háganse Santas, grandes
Santas, pronto Santas es lo que les deseo de corazón. Soy

Su Afectísima y Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA C.

79.- Acompaña algunos escritos. Se acusa y pide remedio por su soberbia

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 31 de octubre 1827


Muy Reverendo Padre Confesor,
Le incluyo la hoja mencionada por excelente hermana Lucía Cismondi. Si alguna
cosa no la juzga oportuna, haga el favor de ajustarla: haciendo eso hace un gran favor
también a la nombrada, la cual me pide de decirle simplemente mi parecer, y a mí me
parece todo hermosísimo y muy apto, ruego a Su Reverencia juzgar lo mejor. Y para que
pueda conocer más la intención de la amiga sobre ello, le agrego también su carta, que si
lo considera puede leerla, y conocerá su sentimiento.
Le incluyo una tarjeta, escriba algunas prácticas, que deseo hacer en sufragio de
las almas del purgatorio, donde le pido a Su Reverencia de aceptármelas junto con el
mérito de la obediencia. De salud estoy muy bien, y hace algunos días no me molesta ni
siquiera el dolor de estómago, por lo que he sentido interiormente reprocharme el no
haber pedido permiso para ayunar. En esta oportunidad le envío también las faltas
cometidas contra el método que me propuse, las incluyo para que así pueda conocer en
qué he fallado.
Ayer hice una de las mías en el ámbito de la soberbia, y la hice mientras me
confesaba. Así que Su Reverencia me interrogó si había hecho leer a Lucia la compañía
de San Luis, y diciéndole que no, me vino el pensamiento que Ud. habría dicho que yo
soy humilde, no mostrándole más que defectos, y teniendo escondido algún bien.
Después me di cuenta de este pensamiento, y rápidamente me sentí impulsada de
manifestárselo, pero puse resistencia y no le dije nada por soberbia. El hecho fue que yo
no estuve jamás serena, y no pude rezar si no le prometía al Señor reparar el hecho con
el manifestar a Su Reverencia sinceramente este pensamiento en la primera oportunidad.

112
Por favor no ahorre correcciones sobre el propósito; es verdad que mi soberbia se
resiente mucho; pero el Señor me da la gracia de conocer aquello que es mejor para
librarme de tal defecto; y le digo sinceramente que no rezo tanto de corazón al Señor
como cuando por medio de Su Reverencia me hace una corrección sobre el propósito,
porque ahora Dios me da la gracia de conocer que me hace una caridad grandísima a mi
alma.
Aquello que le dije es para que no abandone mi soberbia que se resiente, por lo
cual me di a conocer a Su Reverencia malcontenta, porque tenía miedo que de ahora en
adelante pudiese usar dulzura para conmigo. Haga aquello que cree necesario para
sacarme ese defecto, que será para mí una caridad grandísima.
Me encomiendo de corazón a sus Oraciones, en el mientras tanto que con toda la
estima le beso las manos declarándome

Su Devotísima Humildísima Sierva e Hija en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Muy Reverendo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

113
80.- Consolación espiritual que tuvo luego de su visita. Unión de dirección en el
espíritu

A LUCIA CISMONDI
ARDA SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES EL AMOR SANTO
DE JESUS Y DE MARIA

Lóvere, 2 de noviembre de 1827


Mi Dulcísima y Amadísima Hermana en la caridad de Nuestro Señor
Si tu venida aquí fue de consuelo para ti, no resultó de menor alegría y favor
para mí. Te confieso que hacía dos días que estaba padeciendo una gran tristeza y debía
esforzarme para retener las lágrimas. Se debía a mi soberbia (te lo digo ingenuamente y
como Hermana) por eso temía muchísimo ser abandonada por Dios, y a cada momento
me parecía que acabaría por caer en pecados graves como justo castigo por mi soberbia.
Tu venida, la dulce charla que tuve contigo, y sobre todo el pacto que por caridad
aceptaste, alejaron de mi corazón toda imagen lúgubre, y una dulce esperanza de ser
ayudada por Dios y conservarme como Hija y Esposa suya, fueron entrando en mí,
dejándome tranquila y contenta. ¡Cuántas deudas para con mi Dios!...
Precisamente cuando me parecía estar abandonada por Él, recibo sus más
exquisitas misericordias y, en el momento en que creía serle objeto de odio, me hace
conocer que conserva hacia mí una tierna y amorosa compasión. ¡Haced oh Dios mío,
que no sea ingrata frente a tantas gracias!... ¡Haced que este corazón mío, se encienda
todo entero de amor por ti, y de gratitud por tus beneficios.
Desearía que para poder estar más unidas, nos comunicáramos, por turno un mes
cada una, la práctica que establecemos en el día de Retiro, y que nos es asignada por el
Confesor, pidiéndole que nos dé la obediencia de cumplirla. Esta vez te la comunico yo,
viene asignada por el Director, unido al mérito de la obediencia también para ti. Lo
mismo tú harás el próximo mes, y pedirás al tuyo la obediencia también para mí, mejor,

114
di al mismo que si el Señor le da alguna inspiración también para mí, y si al encomendar
a ti alguna cosa conociera que podría ayudarme a mí, dile que me la mande que para mí
será queridísimo, y que la aceptaré siempre como una gran caridad, dile en fin que me
ponga bajo su obediencia, ya que debe cuidarme como a ti. Hazte decir todo a ti, que así
no podrás tener escrúpulo. Si lo crees bien haré lo mismo yo con el mío por ti.
Con mucho gusto se me dio el permiso de hacer el ya mencionado, y para mí
ventajosísimo pacto.
El confesor dijo que lo hiciera para siempre, pero para despertar la memoria,
conviene que lo renovemos el primer día de cada mes, y gustosamente otorgó a ambas
el mérito de la obediencia. Yo lo comencé en la solemnidad de todos los Santos; tú hazlo
apenas hayas leído esta mía.
Te envío el método de vida. Dime sinceramente si algo no te parece oportuno, y
veremos de arreglarlo. Recibí tu carta, te la agradezco de corazón y la conservo como un
tesoro. Me parece todo hermosísimo y adecuado, y más no se puede desear; por ahora
se encuentra en manos de mi Confesor, y le dije en nombre tuyo de decir su parecer,
que yo te lo diré cuando nos encontremos. Deseo además (y te lo digo con toda
confianza) que me escribas el método que tienes en cuanto a las penitencias y
mortificaciones corporales, además mencióname los Santos Protectores, porque deseo
pedirles que me cuiden. Adiós queridísima, te auguro de corazón el estar entre el número
de los más grandes Santos y al culmen de la perfección.
Recuérdate de quien tiene el placer de llamarse

Tu Afectísima y Fidelísima Hermana


BARTOLOMEA CAPITANIO

P.D. El Señor Don Ángel te saluda. Yo espero la hora del voto de pobreza, corregido al
presente. La semana próxima te enviaré la novena de María presentada al Templo.

115
81.- Nuevos consejos acerca de su vocación religiosa

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 6 de noviembre de 1827


Mi dilectísima Hermana en Cristo Jesús,
Leí tu carta con ansias y agrado, pero sentí enseguida disgusto al darme cuenta
que fui la causa de tu tristeza. Esto me dolió, pero no sé qué decir. Para darte seguridad
sobre la elección de tu estado, necesitaría una luz superior clarísima que me convenciera
ser voluntad Divina de que tú te hagas Monja; pero esta luz no la tengo ni la merezco,
de manera que me parecería imprudente si yo quisiera, a toda costa insinuarte tu
estado. Más bien, y lo espero, me parece que Dios te llame a ser Religiosa: tu excelente
conducta merece una gracia tan grande, y las gracias que el Señor te ofrece con
prodigalidad, dan a conocer que estás destinada a algo grande. Deja al Señor el cuidado
de guiarte como le guste, y al lugar que Él quiera; y verás que en todas partes
encontrarás los medios para hacerte Santa.
Te ruego que te pongas en santa calma y quietud al respecto, aún más, colócate
en los brazos amorosos de tu querido Padre y dulce Esposo, como una niña pequeña, y
déjale a El por completo el cuidado de ti misma, y verás que te consolará. Consérvate
siempre fiel, ámalo de corazón y tened la seguridad de que pronto conocerás (espero
claramente) la voluntad del Señor respecto a tu vocación.
Te agradezco mucho los queridos consuelos que has procurado a mi corazón. Te
debo muchísimo a ti y a todas mis queridas amigas, por las oraciones mediante las
cuales he conseguido tranquilidad y paz, si bien aún soy malísima. Continúen rezando
por mí, te lo ruego, la necesidad se hace siempre mayor. La novena de la Presentación
de María que hacemos es aquella que has tú escrito dictada por el Señor Don Angel; dile
también a las queridas Romelli, y salúdalas de todo corazón, y agradécele la querida
carta que me enviaron, y asegúrale que pronto, muy pronto le escribiré a ellas. Hacedme

116
el favor de enviar lo más pronto posible la carta que te adjunto a la Maestra Pierina,
porque me apremia mucho. Mis Padres, Camila, nuestras comunes Hermanas y Amigas
te mandan centuplicados tus saludos. La Madre Maestra Parpani espera tu carta, no te
olvides de escribirla antes del encuentro.
Adiós mi queridísima, la paz y el consuelo del Señor esté contigo. Soy

Tu Fiel y Amada Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA indigna Esposa de Jesús
P.D. Pensaba de hacer tiempo esta tarde para copiar la novena y mandarla a las
Hermanas de Breno, pero se me hizo tarde, y la cabeza se me pone pesada por el sueño,
así que me dirijo a tu caridad, y te pido de hacer copia y agregarla a la carta de Pierina,
y así tú suplirás a mi falta. De nuevo adiós.

117
82.- Deseos de santa amistad en Jesús y María

A LUCIA CISMONDI
LA PAZ Y LA CONSOLACION DEL SEÑOR ESTE SIEMPRE CONTIGO

Lóvere, 9 de noviembre de 1827


Mi dulce y fiel Hermana,
Te incluyo la novena de la Presentación de María, ya muy cercana. No pienses
para aquellas de Breno que espero que ya la han recibido, habiendo pedido a Mariana
Vertova de enviársela. Si puedes encontrar allí alguna buena alma, estaré contenta,
como lo estarás tú, si alguien más quiere participar. Cuánto más María sea honrada, más
gracias derramará en tu corazón que le procuras el honor y el ofrecimiento. Estoy
esperando tu carta, mientras tanto te aseguro que no me olvido de ti. Te digo realmente
y con confianza en el Señor, que anhelo que todas las gracias que me otorga por su
infinita misericordia, te las haga a ti también, que te haga Santa, en fin, que te haga
agradable a su Corazón. Estoy segura de que tú harás lo mismo por mí, bien sabes que
la necesidad es grande.
Pídele de corazón a Jesús que me dé la más profunda humildad y también las
ocasiones para ejercitarla. Vivamos, querida Hermana, a los pies de nuestro Amor
Crucificado, allí aprenderemos todo, allí enloqueceremos de amor, allí nos haremos
Santas. ¿Qué consuelo sería, si después de haber estado estrechamente unidas aquí en
la tierra pudiéramos las dos, morir en el mismo momento e ir juntas a ver por primera
vez a Jesús y María en el Paraíso? Quién te dice que quizás el Señor nos haga esta
gracia. Tu carta le gustó mucho a mi Padre Confesor, encontró todo celestial y oportuno,
de manera que no hace sino animarnos a seguir los estímulos de María, para hacernos
siempre más dignas de sus gracias. Pídele a Ella, que todos estos favores se los conceda
también a tu pobre Bartolomea, aunque si es indignísima.
El santo amor de Jesús te abrase toda. Soy

118
Tu Agradecidísima y Fidelísima Hermana en Jesucristo
BARTOLOMEA, indigna Esposa de Jesús.

83.- Sentimientos de gratitud y de humildad

A LAS ROMELLI
LA PAZ Y LA CONSOLACION DEL SEÑOR ESTEN SIEMPRE CON NOSOTRAS

Lóvere, 23 de noviembre de 1827


Mis Dulcísimas Hermanas,
Gran consuelo me trajo la carta de Ustedes, pero al mismo tiempo gran confusión
al verme tan lejos de esa perfección que idealizan en mi, y que por demás estaría
obligada a tener. En fin, si soy pobre tendré más derecho a la misericordia de mi Jesús;
Él es suficientemente rico, y con tal que yo lo quiera puede enriquecerme también a mí,
su última indigna Sierva, pero conviene que El lo haga todo en mí, porque yo aún
cuando me ofrece algún regalo, no hago sino estropearlo con desagradables defectos,
especialmente la soberbia. Espero que hayan presentado alguna Oración al Señor por
mí, ya he sentido el efecto, ya que si bien aún soy mala, sin embargo estoy tranquila y
alegre. Qué gran misericordia del Señor también es ésta, la de tener amigas y hermanas
de tanto valor y virtud, por lo cual el Señor cerrando un ojo sobre mis miserias, me
favorece por amor y consideración de ellas.
Les incluyo la próxima novena; según lo habitual dénsela también a la querida
Mariana, y salúdenmela mucho. A las tres María les hacen una gracia singularísima, y la
encontrarán aquí unida.
Saluden a la Señora Angelina, y Ustedes reciban muchos saludos de todas
nuestras Hermanas de este pueblo, de mis Padres y de Camila. Recen por aquella que
se gloría de ser

Su fiel y constante Hermana


BARTOLOMEA indigna Sierva de Jesús
D.S.R.

119
A la Excelentes Señoras
Las Señoras LUCIA y JULIA ROMELLI
CIVIDATE

84.- Recuerda el pacto espiritual. Recomienda oraciones para las Misiones de su


Confesor, y por sus especiales necesidades

A LUCIA CISMONDI
LA PAZ DEL SEÑOR ESTE SIEMPRE CONTIGO

Lóvere, 25 de noviembre de 1827


Hermana mía Dulcísima y Amadísima,
Le envío la ya próxima novena de la Inmaculada Concepción de María. Le aviso
que esta vez no la mandé a Breno, porque me falta tiempo para escribirla y la
oportunidad de enviarla; por lo que pido a tu paciencia de hacer copia, y de enviarla
también a nuestras fervorosas Hermanas de Breno, porque tendrás mayores
oportunidades que yo.
No te recuerdo nuestro pacto, porque estoy segura que lo recordarás, y espero
que en el tiempo de tus Ejercicios espirituales el Señor te haya dado alguna inspiración
también para mí, de las cuales solo te pido que me des alguna noticia.
Presenté tus pedidos a mí Padre espiritual, y los aceptó con gusto; te asegura
que si el Señor se digna inspirarle algo al respecto, no dejará de hacértelo conocer, y
hasta de ordenártelo. Me dijo que te recomendara mucho la Santa humildad para que
con ella puedas hacerte siempre más agradable a tu Esposo. Te da una orden: que ames
mucho sus Misiones y que te comprometas con ellas, de modo que resulten para gloria
de Dios y de ventaja para las almas. En fin, que llegues a sentir como tuya esta obra
santa, a fin de que sea perfecta y querida por Dios. Me comprometo a hacerte saber
siempre las fechas exactas de las Santas Misiones. Esta orden te debe ser muy querida,
puesto que se trata nada menos que de cooperar en la salvación de las almas, de esas
almas por las cuales nuestro adorable Esposo se ha fatigado tanto y ha derramado toda
su preciosísima Sangre.
Te suplico que pidas al Señor que se digne hacerme conocer su Santa voluntad,
acerca de algo importante, y al mismo tiempo que me dé la fuerza y la virtud para
cumplirla. Te lo diré en otra oportunidad, puesto que ahora no tengo la obediencia, mi

120
Confesor está ausente. Mientras tanto le ruego empeñarte con Dios y con María, para
obtenerme una luz clara y una gracia eficaz para hacer todo lo que El quiere de mí.
Espero la práctica para el próximo mes, y desearía también que me envíes todo
aquello que piensas hacer en este Sagrado Adviento en preparación a la venida del Niño
Celestial.
Todas las Hermanas de este pueblo te saludan cordalmente.
Te deseo la Santa perseverancia, y todo otro don espiritual, para que puedas
alcanzar el bienaventurado Paraíso. Te recuerdo mi pedido a tu Confesor en el próximo
encuentro.
Soy en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA indigna sierva de Jesús
D. S. B.

121
85.- Agradece al Señor y a la amiga por el consuelo recibido. Semejantes
gracias desea para el Confesor de la amiga. Del conocimiento de sí misma

EL AMOR DEL NIÑO JESUS QUEME NUESTRO CORAZON

Lóvere, 4 de diciembre de 1827


Dulcísima Hermana,
Qué grata es tu carta, y también hermosas las prácticas para este mes, por la
cual me apoyo en tu caridad, para que Dios me obtenga la gracia de seguirlas
exactamente. ¡Oh! ¡Qué bueno es Dios! En este momento me oprime una pequeña
crucecita que me pesa un poco, y he aquí que el buen Jesús para consolarme, me hace
llegar tu carta tan querida, que me consuela más que ninguna otra cosa en este mundo.
Sea El infinitamente agradecido. Siento no poder entretenerme contigo, puesto que no
tengo más que dos tiempos libres, pero paciencia, lo haré en otro momento, así te
abriré mi corazón.
Te agradezco de corazón la Comunión que hiciste por mí, y agradécele mucho de
mi parte a tu Padre Confesor por la caridad que usó en el aceptarme bajo su obediencia,
agradécele humildemente, y diciéndole que estoy esperando los efectos de su caridad
para esta pobre alma mía.
Agradece a Dios el conocimiento de ti misma que te regaló. Esta es una gracia
inmensa, y san Agustín no dejaba de pedir esta gracia a Dios, es decir: conocerse bien a
sí mismo para humillarse, y conocer bien a Dios para amarlo.
De manera que en lugar de entristecerte, agradécele de corazón, aún más,
consuélate puesto que si eres pobre, Dios es la misma riqueza y El te enriquecerá como
sólo Él puede hacerlo y como fidelísimo Esposo. Te suplico, con todo el corazón, que
pidas a Jesús que me haga conocer mi pobreza, que me la tenga presente siempre ante
mis ojos, para que aprenda de una buena vez a conocer lo que soy y a no concebir más
pensamientos de soberbia, por los que me vuelvo odiosa ante Dios.
Admiro tu sensibilidad y prudencia en el no admitir todas las prácticas del método
de vida. A decir la verdad sintiendo esto me avergüenzo, porque yo no me doy cuenta,
mientras soy tan descuidada en todo, donde justamente temo no hacer otra que

122
cargarme de leña seca para el otro mundo. Es suficiente… pídele a Dios que me dé la
gracia de hacer todo lo que Él quiere y pretende de mi, así estaré contenta.
Doy gracias a Jesús y a María, y a ti por haber sido admitida en la Compañía de
la Inmaculada. Estoy esperando el día que comienza, y si estás contenta agrega también
el nombre de las Hermanas.
Me causa mucho disgusto la enfermedad de la Señora Taboni, aunque indigna
pediré a Dios su sanación. Saludadme a las Taboni, como así también a todas mis
hermanas queridísimas.
Te pido de hacer alguna oración por una persona que mucho tiene necesidad de
ser encomendada a Dios.
Alegrémonos de que Jesús está cerca y vendrá a nuestros corazones, y
esperemos que en ellos establezca su Santo Reino para no separarse jamás. Soy en el
nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Tu Fiel y Afectísima Hermana


BARTOLOMEA, indigna Sierva de Jesús

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

123
86.- Temores disipados por la obediencia acerca de su voto de perfección.
Desea amor a la Cruz

A LA MISMA
VIVA EL NIÑO JESUS Y SU MAMA SANTISIMA

Lóvere, 21 de diciembre de 1827


Hermana mía Queridísima,
Gracias sean dadas a Dios por tu carta que no poco me sirvió de consuelo y de
coraje. De verdad, en cuanto mi voto, antes de decidirme tuve muchas inquietudes,
pareciéndome que eso procediera de la soberbia, o del demonio, o que en consecuencia
no haría más que cargarme de nuevos pecados; por otra parte no podía estar serena, me
parecía que Dios lo deseaba de mí, así que para quitarme estas penas presenté
sinceramente mi estado al mi Confesor, escribí la fórmula de este voto, y luego le dije
que El juzgase y que yo quedaría serena. El me aceptó todo con buen gusto, pero solo
para dentro de 15 días, y espero poder renovarlo perpetuo.
Tu carta, las caritativas admoniciones que me haces, me devuelven la
tranquilidad.
Si, aunque sea grande mi debilidad, mi Jesús me ayudará, me sostendrá, será
toda mi fuerza y en El descansaré con tranquilidad. Me uno yo también a tu generosa
ofrenda al Niño Jesús, y en la noche navideña, encontrémonos junto a Jesús, y a
nuestra querida Mamá que nos permitirá entrar en la gruta y nos dará un lugar.
Con confianza te digo que el Señor me regala alguna pequeñísima cruz; estoy
contenta pero temo no llevarla como debiera.
Pídele tú que me dé tantas gracias como para gozar de dichas cruces, no sólo
ahora que son muy leves, y casi insignificantes, sino también en el porvenir que me
parece ver preparadas algunas grandes. El día 25 pediré las prácticas para el mes y la
obediencia, y me las enviarás. Ahora te agrego algunas pequeñas prácticas para hacer en
común para la Octava de Navidad. La Madre Parpani deseaba unir otra Hermana
buenísima, que es Francisca Rosa, te lo digo para que sepas. Mi Hermana te saluda, así
también todas las Hermanas, y te pido de agradecer en mi nombre a todas aquellas de tu
pueblo.

124
El Santo amor de Jesús sea la hermosa llama que abrase nuestro corazón. Soy
en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Afectísima Agradecidísima y Fidelísima Hermana


BARTOLOMEA, indigna sierva de Jesús
87.- Invitación a pedir una gracia y a amar a Jesús

A LA MISMA
EL AMOR SANTO DEL NIÑO JESUS ENCIENDA EL CORAZON DE MI QUERIDA HERMANA

Lóvere, 24 de diciembre de 1827

Te envío la hoja de las prácticas para el próximo mes. Para las dos como oíste
nos es acordada la obediencia en todo. Tengo orden de decirte a nombre de nuestro
común Reverendo Superior Bosio, que ruegues al Niño Jesús por tu Párroco. Que no te
canses de suplicarlo a fin de que te lo conceda; más bien te pido que dupliques las
oraciones, las súplicas, y de hacerlas duplicar a tus compañeras a fin de que la hayan
obtenido, y de decir a Jesús que desean esta gracia.
Ve con confianza al Niño Jesús, que esta vez seguramente te consolará, dile que
tienes la orden de no alejarte de Él sin antes haber sido escuchada.
A tus oraciones uniré las mías, aunque débiles y dentro de pocos momentos se
acerca la venida del Redentor, iré a adorarlo en la Gruta Santísima, me uniré a ti en este
Lugar Santo y le suplicaré con insistencia por esa gracia.
El Niño Jesús te hable por mí. Yo no te digo sino que «Jesús nos ama hasta
hacerse Niño por nosotros, y continuamente nos grita: Ámenme, Ámenme». Amémoslo
pues de todo corazón, amémoslo siempre, y sea el amor nuestro último suspiro.
Dejo la pluma para ir a la Gruta y reencontrarme espiritualmente. Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA indigna Sierva de Jesús

P.D. Si crees oportuno dar el mes a Pierina Giacomelli yo estaré contentísima, de otro
moda haced lo que te parezca, que yo estaré contenta igualmente.
Las prácticas de la Octava la seguimos hasta Reyes; tal es el deseo de mi fervorosas
Hermanas.

A la Apreciadísima Señora

125
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO.

AÑO 1828
88.- Tardanza en escuchar la voz de Dios. Celo por la salvación de un alma. Para
compensar las ofensas que Jesús recibe
A LA MISMA
VIVA SIEMPRE JESUS, MUERA SIEMPRE, SIEMPRE EL PECADO

Lóvere, 9 de enero de 1828


Mi Dulcísima Hermana en Jesucristo,
Aquí te envío, queridísima mía, las prácticas que deseabas. Te confieso que varias
veces he oído la voz dulcísima de mi buen Jesús que deseaba esto, pero yo, quizás por
haraganería me he resistido un poco. Agradezcamos que Él haya vencido y tú que me
hayas alertado. En cuanto a las reglas para nuestra devota Unión te las mandaré pronto,
aún no han sido observadas ni corregidas. Tus santas intenciones respecto a ello han
sido tenidas en cuenta, aún más aquello que tú decías, ya lo verás.
Me has dejado una espina en el corazón al contarme de la frialdad de una
hermana nuestra muy querida.
Por caridad, no la dejes escapar.
Si ella huye, ve, córrela detrás, anímala, ruégale, sacúdela, y si no puedes a viva
voz por la lejanía del pueblo, hazlo por escrito; pero te repito consérvasela a Jesús.
Espero tanto que Dios hará posible esta caridad. Ruega también mucho por nuestra
Congregación. En estos días nuestro Reverendo Superior con mucho esmero y
misericordia le da los Santos Ejercicios. Recen para que el fruto de estos sea copioso y
permanente, la próxima novena de la Purificación de María será la misma del año
pasado.
No sé si habrá sorteo, lo observaré; si lo hay me apuraré para mandártelo
pronto.
Tengo muchas cosas para decirte, pero el tiempo es poco y el sueño no me lo
permite, lo haré en otra oportunidad, si a Dios así le agrada.
Te recomiendo mucho al pobre Jesús. Por caridad hagámosle buena compañía.
Muchos lo persiguen, lo odian, lo injurian, de manera que se ve obligado a irse,
acojámoslo en nuestros corazones; seámosle fieles, de manera que estando con nosotras
no pueda estar triste.

126
De nuevo te recomiendo el librito de San Luis, trata de que lo tenga pronto .
La caridad del Señor inflame nuestros corazones.
Soy

Tu pobre Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA de Jesús
89.- Se acusa de haraganería y de resistencia a la gracia

A MARIANA VERTOVA
LA CRUZ DE NUESTRO AMOR CRUCIFICADO SEA LA INSEPARABLE COMPAÑERA DE MI
QUERIDA MARIANA

Lóvere, 18 de enero de 1828

Te incluyo la próxima Novena de María, de manera que tienes que pagarla muy
caro pues te agrego a esta, dos compromisos; uno es el dársela también a las queridas
Romelli, y el otro, de enviarla a Breno, y si puedo, desearía escribir una carta a la
Maestra Angelina e incluirla aquí; de manera que la novena la agregarás a ésta, y si no
encuentras la carta te ruego de corazón enviársela lo mismo, puesto que mi pereza no
sabe encontrar el tiempo para hacer otra copia.
Querida hermana ¿qué haces por el Paraíso?
¿Ah! Sé demasiado que tú eres en un continuo reproche a mi falta de pobreza, y
que Dios se servirá de tu ejemplo para condenar mi maldad; no sé qué decir, siento vivo
remordimiento, quisiera enmendarme, pero mis malos deseos me tienen ligada a la
tierra; el dulce esposo Jesús hace de todo para ganarme, pero yo obstinada, le ofrezco
resistencia, de manera que llena de confusión me encomiendo a tu caridad; ruega a
Jesús que me dé mucha fuerza, para que rotas todas las cadenas, aún los más sutiles
hilos que me atan, pueda volar hacia Él con toda libertad, descansar en su Sagrado
regazo, conformarme perfectamente a su Santísima Voluntad , en fin, llegar a ser
totalmente suya. Lo deseo y lo espero mediante tus Santas Oraciones.
Te deseo gran fervor para las Santas Misiones que dentro de .poco tiempo
tendrán. Saluda de mi parte a tus Señores Padres y a las queridas Romelli, y a ti mis
saludos, los de Camila y los de las Bosio. Adiós. Soy

Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA de Jesús

A la Señora MARIANA VERTOVA

127
MALEGNO

90.- Anima a progresar en la virtud

A LUCIA CISMONDI
SEA AMADO NUESTRO CRUCIFICADO

Lóvere, 5 de febrero de 1828

Mi Dulcísima Hermana,
Tu carta resultó verdaderamente querida a mi corazón, y sumamente gratas las
prácticas para este mes. Aquello que dices de ti, con más razón y exactitud lo puedo
decir de mí misma, mientras me encuentro disgustada por ‘mis acciones’; todavía más
querida me son tus insinuaciones, así que tomaré coraje para saldar la pasada
negligencia, a eso deseo tender; procuremos ser muy atentas durante este mes; las
prácticas no pueden ser más hermosas, ni más estimuladoras: la necesidad es extrema
y Jesús pretende mucho de nosotras. Tomemos coraje ante el Corazón de Jesús y de sus
llagas, y estemos seguras de un excelente resultado.
En aquello que deseas no puedo complacerte ahora, nuestro Superior dijo que
quiere reflexionar antes, y que si a Dios le agrada, me concederá mandartelo cuanto
deseas.
No te escribí antes porque ha sido la voluntad de Dios que me lo ha impedido;
ten paciencia.
Dale muchos saludos a las queridas compañeras de allí; me son todas
verdaderamente queridas, y en sus méritos pongo toda mi esperanza.
No puedo extenderme más, el tiempo no me lo permite. Hagámonos Santas,
tomemos el camino del sufrimiento y el camino de nuestra negación, y el Paraíso es
nuestro.
Soy

Tu fiel Hermana
BARTOLOMEA de Jesús

128
A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

91.- Agradece a Dios su amistad. Las anima al amor de Jesús y a la penitencia


por los pecados de los demás

A LAS ROMELLI
LA GRACIA SANTIFICANTE SEA SIEMPRE CON USTEDES,
MIS DULCÍSIMAS HERMANAS EN JESUCRISTO

Lóvere, 8 de febrero de 1828

No sé cómo expresar el consuelo y el ánimo hacia el bien que me ha infundido su


carta. La caridad que han realizado el día 13 del pasado mes está más allá de mis
propios méritos, y con un verdadero corazón se los agradezco. Para su consuelo les digo
que ese día probé el efecto de sus fervorosas oraciones. ¡Oh! ¡Cuánto debo a mis
buenísimas Amigas! De todo corazón agradezco a nuestro amable Esposo que ha unido a
su Bartolomea en estrecha amistad con almas tan amadas por Él, y adornadas con
tantos méritos, a fin de que yo reciba gran provecho. Las promesas que han hecho por
mí a Jesús no podían ser más hermosas, ni resultarles a Él más gratas; ahora todo está
en que yo sea fiel en mantenerlas.
Mi debilidad, mi miseria, mi maldad son grandes; pero Jesús, en el que he puesto
todas mis esperanzas, es rico, es fuerte, es poderoso. Él me ayudará, me sostendrá,
será mi fuerza y yo confío plenamente en Él.
¡Oh! ¡Lamentables circunstancias las de este tiempo!... ¡Pobre Jesús abandonado
por la mayor parte de sus creaturas!... ¿Qué haremos nosotras para consolarlo?... Nada,
sino darle amor, amor. Hagamos arder en nuestros corazones esa hermosa llama de
amor, y estemos seguras de que Él mismo nos sugerirá los medios para consolar al
afligido Jesús, de manera que aliviemos con bálsamos perfumados sus sagradas heridas,
y ayudemos a tantas almas que se abandonan perdidamente a los placeres y
desenfrenos de este tiempo. Pidamos especialmente al amable Esposo que descargue
sobre nosotras su justa cólera, que nos haga sufrir lo que quiera, aún las penas del
Infierno, para reparar tantas culpas; pero que no se muestre enojado con sus queridas
creaturas, sino que esté en paz. Jesús nos asegura en este tiempo que todo pequeño
acto, alivio, caridad para con nuestro prójimo, Él lo acepta como alivio hecho a sus

129
llagas. He aquí nuestro ejercicio para este tiempo, he aquí el modo de agradar a nuestro
dulcísimo Esposo.
Agradezco la cordialidad de mi querida Julia, en el mostrarse tan paciente con
mis reiteraciones; deseo emplear su bondad, y cuanto antes le enviaré el librito
mencionado.
Me entristecen cuando dicen que yo haría un acto de negación a mi voluntad,
yendo a su casa algunos días; les aseguro que entre las cosas corporales la única que
me consolaría, y que de corazón deseo, es ésta; pero por ahora Dios no quiere, necesito
tener paciencia, a Él agradando satisfago su deseo y el mío.
La querida Señora María Teresa Marenzi, por medio de la cual recibí la carta, me
pide que las salude cordialmente, y Ustedes salúdenme mucho a Mariana, y díganle que
ya compré sus libros, que por favor los mande a buscar, porque no sé a quién
entregárselos.
Recibirán sus Corporales; perdonen el atraso.
Yo estoy muy bien de salud, aunque si los días pasados estuve un poquito
cansada, ahora estoy restablecida. Deseo verlas en el Paraíso coronadas de estrellas a
los pies de la dulcísima Mamá.
Soy

Su sincera y fiel Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

130
92.- Agradece el interés por su enfermedad. Nuevo Instituto Religioso y
esperanzas por el propio

A MARIANA VERTOVA
EL AMOR DULCÍSIMO DE JESÚS QUEME
Y CONSUMA NUESTRO DULCE CORAZÓN

Lóvere, 8 de febrero de 1828

Mi Dulcísima Hermana,
Me es grato en este instante poder gozar de la conversación con mi queridísima
Mariana. Entre todos los placeres corporales, aquel de entretenerme con mis queridas
amigas y hermanas, es el único que me consuela. Recibí tu querida carta; teniendo en
cuenta tu espera te envio los dos libros que cuestan 3 Liras. Te agradezco el amor dado
y demostrado en el mandar a preguntar por el actual estado de mi salud. Estos son
todos signos de verdadera amistad, la cual está unida con los lazos más estrechos de la
santa caridad, espero no se rompan jamás. Sabes para tu tranquilidad que ahora estoy
muy bien, y que el mal que tuve ha sido muy leve, estuve dos mediodías y dos días
enteros.
Espero que las queridas Romelli te hayan dicho algo para ejercitar tu caridad a
favor de los pobres pecadores en este difícil tiempo, por lo que no me extiendo a
indicártelo de nuevo.
La querida Marenzi en su carta me recomendó saludarte. ¡Oh! Cuán contenta
está en haber alcanzado su cometido, no sabe cómo explicar tanta felicidad. Pero,
créelo, la consolación que prueba ahora es fruto de su constancia: pobrecita, sufrió de
todo: contradicciones, discordias, y el Instituto antes pero le surgieron algunos
inconvenientes que retrasaron su deseo, sin embargo ahora junto a cinco Compañeras
vistió el hábito sagrado con el nombre de Hna María Teresa. ¡Oh! ¡Ella feliz! ¡Oh! ¡Plena
fortuna! Es suficiente, su bondad probada tanto mereció del Señor. Y nosotras, querida
Mariana, ¿qué haremos? ¿Tenemos que alegrarnos de envidiar el éxito ajeno, sin poder
llegar a la cumbre de nuestros deseos? Si así agrada a Dios, paciencia. Pero si nuestro
querido Divino Esposo, no mirando nuestros méritos, desease actuar nuestros deseos,
¡oh! Cuán contentas y afortunadas seremos. Golpeemos a la puerta de nuestro Jesús,

131
seamos inoportunas con las oraciones, confiemos en su bondad, y luego estemos
seguras de que o tarde o temprano nos escuchará.
Incluyo en esta carta una libretita para escribir, dáselo a la querida Julia, porque
está dispuesta a hacer actos de caridad, te lo recomiendo.
Salúdame mucho a las queridas Romelli.
Mucho me duele que no se hagan allí las Santas Misiones ya anunciadas, pero los
secretos de Dios son misteriosos, Él sabe el porqué, y sólo a Él se necesita agradar.
Querida Hermana, paciencia, besa la izquierda de aquel Dios que nos golpea, que
pronto sucederán las acciones consoladoras de Su derecha, las cuales tanto más te
serán queridas, cuán amargas te parecen las actuales aflicciones.
Espero que te recuerdes de la pobre Bartolomea, hazlo de corazón, que tengo
mucha necesidad. El amorosísimo Jesús te libere de la más pequeña imperfección, para
que seas sacrificio más agradable a sus ojos santísimos.

Soy tu Afectísima y Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA DE JESUS

132
93.- Su lucha interna con la gracia, etc.

A LUCIA CISMONDI
LAS LLAGAS SANGRIENTAS DE NUESTRO QUERIDO JESÚS
SEAN NUESTRO DULCE ASILO Y MORADA

Lóvere, 29 de febrero de 1828

Dulcísima Hermana,
Agradezco de corazón a mí buen Dios, poder tener el grato placer de
entretenerme contigo en santa conversación, por lo menos por escrito. Este es el único
placer que me agrada; bendito sea Jesús que me lo regala.
Te incluyo la hoja del próximo mes de marzo. Jesús nos pone en mano los
medios poderosísimos para hacernos, no sólo Santas, sino grandes Santas. ¡Vamos!
¡Hagamos de todo para que los sepamos aprovechar!... ¡Cuán contentas nos
encontraremos al momento de la muerte!
Todo pasa y pasa pronto; no nos queda sino lo bueno o lo malo que hemos
hecho. Sin embargo (parece increíble) frente a tantas gracias que el Señor me hace,
tantas inspiraciones que me concede, tantos buenos ejemplos que tengo ante mis ojos,
sigo aún en mi frialdad y maldad. Hoy estuve peor, traté muy mal a mi querido Jesús.
Feliz de mí que tengo un Padre buenísimo, el cual no mira mis defectos, sino que tiene
para conmigo caridad y misericordia, y precisamente hoy que estuve peor me ha
llamado a sí, con modos dulcísimos. Lo digo para mi confusión, parece que
rivalizáramos: yo en ofenderle, Él en amarme; yo, huyendo, El buscándome ¡Oh!
¡Bondad de mi Dios!... y ¡Hasta cuándo me haré sorda a tus llamados!... ¡Hasta cuándo
resistiré a tu amor!... ¡Vamos! romped pronto las cadenas que me atan al mundo y a mí
misma: atraedme toda a vos, haced que sea totalmente tuya.
Te confieso con sinceridad, querida Hermana, que el Señor me da a conocer lo
que quiere de mí, pero yo obstinada, no sé decidirme por sus santos deseos. Sobre todo
se lamenta por la poca unión que tengo con Él y quisiera que tuviera una verdadera vida
interior, yo misma me doy cuenta de cuánta perfección estarían animadas todas mis
acciones, si fueran acompañadas por esta vida interior. Haz de Hermana, te ruego de

133
corazón, pídele tú al Señor esta gracia para mí y pídesela insistentemente, a fin de que
te escuche.
Somos Compañeras en el camino de Jerusalén, Jesús nos precede con su Cruz,
que Él se digne a hacer partícipes también a sus Siervas de un tesoro tan grande. En
este doloroso camino, consuela tú por mí a Jesús puesto que yo no haré ciertamente
sino que acrecentar más sus penas: aplica, te ruego, una gota de la Santísima Sangre
de Jesús por mi pobre alma.
Salúdame a todas las Hermanas de tu pueblo, especialmente a la querida
Giacomelli a la cual le darás como es habitual la hoja del mes, dile que sé de mi deuda
con ella, y que espero pronto satisfacerla. Desearía saber alguna noticia de la amada
Spadacini, porque temo que esté enferma.
El Reverendo Superior Señor Don Ángel te saluda cordialmente y se encomienda
a tus Oraciones. Lo mismo haz tú por mí junto a nuestro común Superior de allí.
Adiós, queridísima, hasta que nos volvamos a ver en el Calvario. Dios nos
haga todas suyas. Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

134
94.- Deseos de santidad y de poder decirme Hna María Luisa de Jesús

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 13 de marzo 1828

Mi Queridísima Hermana,
He recibido tu última carta, la cual me fue muy apreciada; solo me duele mucho
que se haya perdido otra tuya. Mira bien a quien la entregas.
Te mando la novena, dispuesta en forma de peregrinación, como hicimos el año
pasado. Como es habitual pásala a las queridas Romelli y saludádmelas mucho. Deseo
verte Santa, y gran Santa. El amor de nuestro Jesús merece que hagamos todo esfuerzo
para agradarle. ¡Oh! Felices nosotras, si la pureza de nuestras costumbres llega a
merecer la benevolencia y la complacencia de nuestro buen Dios. Esforcémonos para ello
y el Paraíso es nuestro.
No puedo extenderme, ni sé qué más decirte; el Crucifijo te hable por mí, y yo
te encargo a sus llagas Santísimas, rogándote que te acuerdes también de mí. Te
aseguro, que ardientemente deseo la hora y el momento de poder llamarme

Hna MARIA LUISA DE JESUS


Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana

Te recomiendo la carta que está unida a esta, envíala con prontitud a su destino

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

135
95.- Pide disculpa. Envía la Novena para la Anunciación. Sentimientos sobre
Jesús Crucificado

A MARIA CHIODI
SEA ALABADO Y AMADO JESÚS CRUCIFICADO

Lóvere, 14 de marzo de 1828

Mi Queridísima Hermana,
Verdaderamente esta vez tuve la ocasión de reconocer mi descuido, al haber
tardado tanto en responder a tu apreciada carta y te pido que te compadezcas de mí, y
junto a eso goza de que tengas motivo para conocerme así tal cual soy.
Te envío la próxima novena a María de la Anunciación, dispuesta en forma de
peregrinación, como verás, siendo ese el el deseo de varias de nuestras Hermanas. Si la
amada Pierina está allí, hacedla partícipe a ella, salúdamela mucho y pídele que se
compadezca benignamente por la negligencia que tuve para con ella al responder a su
queridísima carta.
Ahora no le escribo porque no sé donde se encuentra, si está allí en Breno; por
otro lado temo que mis cartas sean leídas por otro, por eso espero también de ella que
se compadezca, asegurándole que cuanto pueda me haré cercana por escrito, y así
supliré mi deber.
Jesús Crucificado te hable al corazón, y te hable también por mí. Sus Llagas
Santísimas te inflamen de amor, y te acepten en su interior. ¡Oh! ¡Felices de nosotras si
podemos consolar al afligido Jesús en sus dolores! ¡Bienaventuradas, si Jesús acepta
habitar en nuestros corazones! Hagámoslo siempre más hermoso y virtuoso, y Jesús lo
poseerá totalmente. Sobre todo amemos la Cruz, ella nos conducirá directamente, al
Corazón dulcísimo de Jesús, ella nos salvará. El sacratísimo Costado de Jesús, sea el
Lugar de retiro en el que nos refugiemos en este día, para poder luego habitar allí para
siempre. Acuérdate también de mí, y créeme

Tu Afectísima Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESÚS

136
96.- Desahogos de amor a Jesús. Consejos sobre la dirección de espíritu.
Intimidad de su santa amistad

A LUCIA CISMONDI
LA PASIÓN DE JESUCRISTO
SEA TODA NUESTRA FUERZA

Lóvere, 14 de marzo de 1828

Amabilísima Hermana,
No sé con qué sentimientos ni con qué palabras comenzar esta carta. El amor de
Jesucristo, su infinito padecer, nuestra ingratitud ante tanto amor suyo, son los
principales sentimientos de mi corazón sobre los que quiero hablar con mi dulcísima
Hermana, para despertar su amor en mí, y así procurar romper esa helada dureza en la
que se encuentra sumergido mi corazón.
Digámoslo, querida Hermana y Amiga, ¿qué más podía haber hecho nuestro buen
Dios para inducirnos a amarlo? ¿Hay quizás algo que nosotras podamos desear que no lo
haya hecho? Y sin embargo ¡qué poco es correspondido el amor de nuestro buen Dios!...
¡Parece imposible! Si el último de entre todos los hombres hubiese ofrecido el más
pequeño de los beneficios con que nos ha favorecido nuestro Dios, cuánto amor se
hubiese atraído!... Y ¿Por qué será que Jesús no es amado, no es correspondido?
Ah! querido Jesús, ¡Dale! haz que Lucía y Bartolomea te amen mucho, te amen lo
más que puedan, cuanto no te han amado antes, cuanto no te aman los pobres
pecadores, y si fuese posible cuanto mereces. ¡Oh! ¡Afortunadas nosotras, si supiéramos
amar a un Dios tan amable!... Dios lo quiera, Dios lo haga...
Recibí tu carta que verdaderamente me fue queridísima. A decir verdad tu silencio
me hizo pensar en un enfriamiento de nuestra amistad, pero enseguida me dije: de mi
parte no se romperá ni disminuirá jamás, y de parte de mi querida Lucía, realmente sería
injusto si lo dudara, de manera que inmediatamente me tranquilicé. Tu presentimiento
respecto a mi salud, no fue equivocado. Tuve unas pocas líneas de fiebre, por lo cual me
quedé en cama varios medio días y dos o tres días enteros, y el mal fue tan leve, que
pronto pronto, sin consecuencia alguna, he vuelto a sentirme bien.

137
Siento que vuelvas a encontrarte angustiada por el consejo que te dieron quienes
te acompañan. No sé qué decirte. Tú sabes que prefiero ser dirigida por uno solo, y me
parece que la dirección de más de uno no puede ser de gran beneficio, puesto que
aunque todos sean santos, sin embargo piensan distinto y esta diversidad de
sentimientos creo que no puede aportar mucha ventaja al alma.
Sin embargo, también esto ha sido practicado por muchos Santos y Santas, por lo
tanto, si ellos lo hacían es porque les ayudaba. En cuanto a ti, si los sentimientos o los
consejos del Reverendo mencionado en tu carta fuesen en algo o en mucho contrarios a
la dirección que tienes de tu Confesor, me parece justa causa como para abandonarlo,
puesto que tu alma, entre direcciones contrarias no podrá ciertamente encontrar calma.
Pero si no encuentras oposición alguna y esto te ayudara más a avanzar en la perfección,
no sería bueno abandonarlo. Pero encomiéndate a María y ella te ayudará y consolará.
Te incluyo la novena dispuesta en forma de peregrinación, como te lo dije
anteriormente. Querida Compañera, consolémonos, nuestra unión y amistad agrada a
María. Ella misma nos ha unido también en esta novena, y de esta manera no hace otra
cosa que acrecentar nuevos lazos en nuestra santa unión, tanto más fuertes cuanto más
espirituales y santos sean. Yo estoy contentísima, y llena de gozo, tú tenme paciencia y
sopórtame. Más allá de todo mérito mío me tocó la hermosa suerte de coronar a María.
Espero, no olvides hacer lo mismo. Coronémosla juntas, de esta manera me tocó estar
unida a ti. Hazlo, y cuantas más virtudes encuentres y practiques, sabrás con ellas suplir
mi pobreza. El viaje al Calvario te lo indicaré en otra carta, y gozo saber de antemano
que tendremos un grato encuentro y que pronto volveré a escribirte. Soy en el nombre
del Señor

Tu fiel y constante Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

P.D. No te preocupes por enviar esta novena a Breno, porque ya lo hice, y espero que
la hayan recibido. Nuevamente te saludo. Un beso por mí a las llagas Santísimas de
Jesús. No envíes más las cartas con Ginnasio, temo que haya alguna dificultad en la
entrega, dáselas a las hermanas Dò que ellas me la harán llegar seguramente,
saludádmelas mucho.

138
97.- Sobre el viaje al Calvario

A MARIA CHIODI
VIVA JESUS Y MARIA

Forlì, 21 de marzo de 1828

Queridísima Hermana en Jesucristo,


Tenía el pensamiento esta vez de escribir a la querida Pierina, pero no habiendo
recibido de ti alguna carta en la que me dijese dónde se encontraba actualmente, te
escribo de nuevo a ti, enviándote para las dos el Viaje al Calvario que todas nosotras
haremos, comenzando el Sábado a la tarde, como verás.
Te auguro un verdadero espíritu de fervor en el hacer este viaje, para que puedas
confortar al amable Jesús que va a morir por nosotros.
El tiempo no me permite extenderme más, pero sí quiero agregar que me siento
merecedora de una carta tuya. Muchos saludos a la querida Pierina. Nos encontramos en
el Cenáculo, donde comenzamos nuestro viaje. Soy

Toda tuya Afectísima Hermana


BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIA CHIODI
ARTOGNE

139
98.- Ventajas de una santa amistad. Celo por la salvación de las almas

A LUCIA CISMONDI
VIVA EL AMOR CRUCIFICADO Y LA DOLOROSA MARIA

Lóvere, 27 de marzo de 1828

Mi Queridísima Hermana,
Muy queridas me fueron tus agraciadas cartas. Raras veces sucede que al leerlas
no derrame tiernas lágrimas de consuelo. ¡Cuánto vale un verdadero amigo!... Bendito
sea Dios que tan estrechamente me ha unido a ti, de quien recibo muchas ayudas y
espero recibir aún más en el futuro. ¡Ah! sí, estemos siempre unidas en el dulce Corazón
de Jesús para amarlo de corazón, para repararlo y agradecerle. Realmente espero en la
suma Bondad de mi Dios, estaremos unidas eternamente ¡Oh! Gran dicha.
Jesús nos espera, Hermana querida, Jesús nos llama para consolar su afligido
Corazón, para consolar sus llagas, por demás dolorosas a causa de tantas culpas. ¿Qué
haremos para consolarlo?... ¡Ah! nos lo enseña Él mismo:- Buscadme Almas, así nos
dice - hazme amar, conduce a mis pies mis queridas creaturas.
Por lo tanto no nos reservemos nada, al contrario, pidamos a Dios que nos dé la
gracia de obrar y padecer mucho por la conversión de los pobres pecadores, aunque nos
tocara sufrir el Infierno por toda la eternidad. Si con esto pudiésemos ganar un alma
para el Paraíso, me parece que las llamas del Infierno se transformarían en flechas de
caridad, por lo que no se padecería, sino que se gozaría mucho. Yo soy indignísima, y por
esto el Señor no me regalará nada. ¡Afortunadas aquellas almas que sufren por el
Señor!... En cuanto al Sábado Santo, nosotras aquí haremos las prácticas prescriptas
para todos los primeros Sábados de cada mes. Si a ti te parece cambiar algo, estaré
contentísima. Deseo mucho verte y gozar de tu encuentro, y espero en Dios alcanzar
este provecho. Adiós, querida, recuérdame también a mí.

Tu Afectísima Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

140
99.- Se lamenta de su partida. Acompaña una carta del Superior. Propone
prácticas de amistad espiritual. Mención del Hospital

A LA MISMA
SEA HONOR Y GLORIA A LA SOBERANA TRIADA
Y A LA INMACULADA VIRGEN MARIA

Lóvere, 28 de abril de 1828


Mi Dulcísima Hermana,
Con inmensa alegría, recibí, leí y releí tu carta; pero aún mayor fue la alegría que
recibí al conversar contigo, aunque el tiempo haya sido poquísimo; y por esto deja que te
abra mi corazón, me dolió un poco el ver que deseabas tanto alejarte de mí. Te aseguro
que no lo atribuyo a la mala voluntad, sino que habrás tenido tus justos motivos, y te los
alabo y acepto, pero desearía que por lo menos, todos los momentos que estás libre, los
pases junto a mí, y que no me los mezquinaras tanto como la última vez, puesto que
realmente me confundes. Perdóname si te hablo con tanta libertad, pero ya
comprenderás de dónde procede mi hablar.
Unos pocos momentos después de haber leído tu última carta, tuve la ocasión de
hablar con nuestro Reverendo Superior, al cual le expuse tu pedido, y El dice que
deseaba escribirte para expresarte su sentimiento; y yo de corazón le pedí que lo
hiciera, asegurándole que haciéndote una caridad tan grande a ti me agrada también a
mí, y me lo agradeció mucho. He aquí por lo tanto su carta, y deseo que la aceptes
como venida del Cielo, y que todo aquello que en ella te dice lo aceptes como un oráculo
del Señor; mientras espero que el Señor te haya dado luces particulares al respecto.
Te incluyo las prácticas para el mes de Mayo, hechas por la Reverenda Madre
Parpani, te pido hacérselas llegar a las Hermanas de Breno, porque mis actuales
circunstancias no me dan tiempo para hacerlo. En cuanto a las otras prácticas que me
dices, yo no sé qué decirte, como el año pasado, puedes hacerlo también este año, que
resultará muy bien, y a María le será muy grato.
Me alegra mucho saber que mañana comienzas los Santos Ejercicios, de verdad
que el Señor te donará tantas virtudes si puedes hacerlo con aquella perfección que de
ti exige. Sabes que iré yo también contigo, y si no puedo hacer los Ejercicios trataré de
acompañarte con el recogimiento, escuchando cuanto me diga el Señor al corazón.

141
Recuerda que estamos unidas, de manera que en este santo tiempo busca alguna luz
particular también para mi pobre alma.
Para establecer mejor nuestra unión espiritual, desearía que en el futuro, al
hablar al Señor, ya sea pidiéndole alguna gracia, sea ofreciéndole dones, sea haciendo
actos de amor, de entrega, de súplica, etc. de hablar siempre en plural, y así tener
presente nuestra unión y rezar juntas a Dios, favoreciéndonos siempre.
Con tal fin, anhelo que hagamos también otra cosa, el primer día de cada mes
apliquemos la Santa Comunión la una por la otra, pidiendo en la misma a nuestro buen
Jesús que a ti te haga conocer mis necesidades, es decir aquello que quiere y que exige
de mí para agradarlo; y a mí se digne hacerme conocer lo que quiere de ti, y luego con
toda sinceridad, libertad y caridad manifestarnos mutuamente la inspiración recibida. Si
esto te agrada y si recibes la obediencia para hacerlo, comenzaremos el primero de
Mayo, y gozo que el mes consagrado a María sea el comienzo de nuestro encuentro.
Ciertamente no podrás dejar de decir que sigo siendo una pobre mendiga, ya que
siempre tengo algo que pedirte para mi provecho; pero en fin, paciencia, nuestro
querido Jesús te pagará todo ampliamente.
Si crees bien así, desearía que le digas a nuestro Reverendo Superior de Breno
que me parece que el Señor le habrá inspirado algo para sugerir a mi pobre alma; decile
que si tiene alguna inspiración al respecto me lo diga con libertad, que mucho lo deseo,
más bien lo espero, agradécele de corazón tanta caridad que usa para conmigo, y pidele
que renueve el pacto hecho conmigo.
Me olvidaba de decirte lo que más me apremiaba.
Gozo mucho que tengas la hoja de mi voto etc. porque así conoces cuán grande
son las obligaciones que tengo para con el Señor; y te pido por caridad en todas tus
cartas recuérdame mis obligaciones, te lo recomiendo mucho, avísame, corrígeme,
amonéstame, en fin, haz aquello que consideres más apto para poner empeño en el
seguimiento que prometí al Señor. Hazlo que te lo pido por caridad.
Escondámonos en el Corazón Santísimo de Jesús, allí aprenderemos a amarlo, allí
nos haremos Santas, quedémonos allí siempre, hasta que .El quiera llamarnos al Santo
Paraíso.
Salúdame al Reverendo Dò y también a sus Hermanas, y a la Señora Mariana,
encomiéndame de corazón a sus oraciones.
Adiós, mi querida Hermana, que el Señor me haga digna de poderte ser siempre
tal, y no hacerme indigna de un favor tan grande. María Santísima nos acoja a ambas
bajo su Manto Santo. Soy

Tu fiel y constante Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

142
P.D. El Reverendo Bazzini deseaba saber algo respecto al Hospital, hazme el favor de
decirle que se explique mejor, y después de la enseñanza del Reverendo Bosio le
escribiré aquello que desea, por lo menos así nosotras aquí tendremos alguna luz para
poder darle una respuesta; porque nuestro Hospital tiene por ahora sus propias reglas,
pero lo que le puedo decir, se lo diré con mucho gusto. De nuevo muchas veces, adiós.
100.- Alaba a las hermanas y se humilla en su relación

A LA MISMA
VIVA EL SAGRADO CORAZON DE JESUS

Lóvere, 5 de mayo de 1828

Queridísima y Dulcísima Hermana mía,


Te incluyo la hoja del sorteo14. Ahora no nombro las personas que tú sabes; no le
pude decir al respetable Superior debido a su ausencia.
¡Oh! Querida hermana, cuánto me consoló el encontrar a mis queridas Hermanas
tan fervorosas y virtuosas. Sean dadas las gracias a mi buen Jesús, que tanto obra en
estas almas tan queridas por Él. Yo quedé sumamente confundida, confrontando mi
frialdad y maldad con la bondad y fervor de ellas, y he quedado casi afligida; pero al
reflexionar sobre la bondad de nuestro querido Jesús, espero ser siempre compadecida y
ayudada por El.
Nuevas infidelidades he cometido a mi buen Jesús y he violado las promesas
hechas en la mejor prueba, esos benditos leños del total abandono de mí misma en
brazos de Dios que deben servir para conservar la llama del amor y que debían arder
ante Jesús Sacramentado. Por caridad, pídele perdón al Señor por mí de corazón por
esta falta cometida y ruégale que me dé la gracia de serle siempre fiel a costa de
cualquier contrariedad, angustia, frialdad, fastidio, etc.etc.
Te agradezco mucho a ti y a todas las Hermanas de allí las buenas gracias y las
cordiales atenciones que usaron para conmigo. Todo eso me manifiesta cuán grande es
la bondad de tu corazón.
Saludádmelas a todas cordialmente.
El hermoso corazón de nuestro Jesús sea el dulce nido de nuestra morada, ahí,
aprendamos a amarlo, servirlo, alabarlo como merece. Adiós. Soy en el Señor

14
Hoja en el cual anotaba las sagradas prácticas para ejercitarse en ciertas circunstancias
particulares de Novenas o de Fiestas, asignadas al azar a ella y a cada una de sus compañeras

143
Tu Afectísima Agradecidísima Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO
101.- La estimula a crecer en el amor a Jesús

A MARIA CHIODI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 6 de mayo de 1828

Queridísima Hermana,
No pude enviarte antes mis escritos, ten paciencia querida. Tu carta me fue tan
grata, mucho más porque te veo toda fuego por Jesús. ¡Oh! bienaventurada de ti, has
elegido la mejor parte que no te será jamás quitada. Continúa así, oh querida, aún más,
crece, sobre todo en estos días que son todos de amor. El amante Jesús, no sabiendo ya
más qué darnos, se entrega a sí mismo. Y nosotros, ¿qué le daremos a Él? ¡Ah! yo no
tengo sino miserias, pecados; pero de Él espero grandes gracias.
Ayer tuve la alegría de dar algunos besos a la amada Pierina, pero no podía
hablarle porque era en Silencio, espero pronto escribirle y así asegurarle la sinceridad de
mi afecto.
Querida María, por caridad me encomiendo a tus Oraciones.
Adiós, el Sagrado Corazón de Jesús sea nuestro nido. Soy en el Nombre de
Jesucristo

Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

144
102.- Envía la Novena de San Luis, etc.

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA Y EL INMACULADO SAN LUIS

Lóvere, 9 de mayo de 1828

Mi Dulcísima Hermana,
El Señor me regala un momento, el cual es inesperado, pero muy apreciado ya
que puedo enviarte la novena de San Luis. No tengo tiempo de sugerirte otra cosa,
porque estoy comprometida en la escuela. Te hago memoria de la carpeta de las gracias,
y yo también te enviaré aquellas desde aquí; así espero, pero con calma, la otra hoja que
contiene expresiones ante la Santa Comunión. Salúdame a todas tus hermanas,
especialmente la Spadacini, agradecedle la afectuosa carta que me envió y dile que
deseaba escribirle hoy, pero como tengo poco tiempo, me reservo hacerlo en otro
momento para así poder entretenerme más extensamente con ella.
Adiós querida, el hogar de amor del Sagrado Corazón de Jesús será nuestra
verdadera morada. Soy

La Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI.
BRENO

145
103.- De su voto. La aconseja sobre el hacer algo para la salvación de los
prójimos. Domingos de San Luis. Su Noviciado en el siglo

A LA MISMA
VIVA JESUS Y NUESTRA DULCÍSIMA MAMA MARIA

Lóvere, 10 de mayo de 1828

Mi muy queridísima Hermana,


Leí y releí tu carta con extraordinario placer, y por gracia del Señor espero sacar
fruto. El querido voto que tú tan fervorosamente me recomiendas, te aseguro que me es
muy querido, y espero de mi buen Jesús todas las gracias para cumplirlo fielmente.
Realmente tienes razón al decir que no es cadena que oprime, sino anillo, lazo que me
une a Él estrechamente, y yo me considero sumamente feliz. Dios quiera que yo no
ponga obstáculos a las misericordias que desea usar para con mi pobre alma.
El primer día de Mayo hice la Santa Comunión por ti, y le pedí al Señor que me
hiciera conocer qué desea él de ti, y supe claramente, con dulzura interna, que tu
Compañía le es muy querida, y que en ella encuentra todas sus complacencias, y si algo
desea de ti, es un total abandono en El; El quiere obrar en ti según su gusto, quiere
hacerte instrumento de su gloria, por lo tanto déjate guiar por El como El quiera.
Respecto a los propósitos que estás por hacer, te digo con sinceridad que en
cuanto al primero, es decir, el de ocuparte de muchas cosas, Dios quiere que prefieras el
bien común al tuyo particular, y que en lugar de alejarte debes ocuparte aún más. A Él le
agrada mucho que te fatigues por tu prójimo, y El sabrá compensarte de otra manera el
recogimiento que a veces tendrás que perder, para emplearte en favor de tus hermanos.
Y para unir a esta caridad con la humildad me parece que sería cosa buena pedir a tu
Superior cada mes el permiso de poder emplearte por completo a favor del prójimo;
obtenido este permiso, tenlo como un favor particular que el Señor nos da para ganar
algo para el Paraíso, dispuestas a dejar todo, si a nuestro Superior le parece bien.
En cuanto a lo segundo, yo desconozco algún defecto, pero si el Señor deseara
alguna cosa regúlate según las luces que El te dará.
Comenzamos mañana y dedicaremos todos los Domingos a nuestro querido
Protector. por esto, me parece dispuesto a hacernos gracias particulares. Me fue

146
ordenado pedirle que nos obtenga la gracia de conocer y de hacer en todas nuestras
acciones, hasta en las más pequeñas, sólo lo que agrada a Dios, y que El sea Maestro
haciéndonos conocer, lo que le gusta a Dios, y lo que le disgusta.
También me fue ordenado comenzar mañana el Noviciado, en este tiempo y así
empezar la vida religiosa para hacerme digna de una gracia tan grande.
Quisiera pedirte que cuando puedas me envíes la aceptación de la muerte que
haces después de la Santa Comunión. No puedo extenderme más, por eso te dejo en el
dulce Corazón de Jesús y pide también por tu pobre

Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

A la Apreciadísima Señor
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

147
104.- Su devoción a San Luis

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA Y SAN LUIS

Lóvere, 11 de mayo 1828

Mi Queridísima Hermana,
Sé que has quedado muy satisfecha por mi última carta, y que has recibido de ella
grandes consolaciones. Demos gracias al Señor, yo desearía siempre verte contenta.
Querida Mariana, Dios te visita con crucecitas, tal vez el descanso presente no te
será querido, pero el buen Jesús ve y lo hace dulce, y El, de esta manera, te ayuda a ser
toda suya.
No puedo callarme la consolación que hoy probé por ser el primer Domingo
consagrado a nuestro querido Protector San Luis Gonzaga. Me parece ver todo tu celo
para honrar dignamente a este gran Santo, y por otra parte me parece ver al amable
Luisito todo comprometido por sus devotas, y estoy segura que a todas les hará una
gracia especial.
Pido también al querido Luis que me recuerde a mí, a la más ínfima entre sus
devotas, y me favorezca con alguna gracia que desde hace tiempo necesito. Querida
Hermana, desearía que vieras el empeño de tantas jovencitas, devotas de San Luis,
cuánto fervor, amor y devoción, verdaderamente me da vergüenza, pero estoy
contentísima que este Santo tenga verdaderos devotos.
Camila te saluda, y desea saber cuándo vendrás a Lóvere, porque desea
fervientemente verte.
Agradécele a la querida Bonardi y Mora, por mi parte, te dejo en el dulce Corazón
de Jesús para que en él logres enloquecer al tuyo de su amor. Adiós queridísima, la
Novena de Pentecostés es la misma del año pasado, y te ruego de hacérselo saber a las
Moras. Soy

Tu querida y afectuosa Hermana


Hna MARIA LUISA DE JESUS, futura

148
105.- Con reconocimiento acoge las sugerencias de la amiga. Sigue una tarea
encomendada por el Superior. Personas designadas para coronar a María.
Promete visita. Anhela cruces y conocer cómo reparar al Corazón de Jesús por
las ofensas que hacen en su presencia

A LUCIA CISMONDI
SEA ALABADA LA SOBERANA TRINIDAD

Lóvere, 28 de mayo de 1828

Mí dulcísima Hermana y Amiga,


¡Oh! Cuán bueno es nuestro Jesús: Me acaba de consolar con una carta tuya, me
resultó tan inesperada como querida.
Sinceramente te digo que de ninguna manera estoy oprimida, al contrario, hago
poco o nada, sin embargo la advertencia que me haces, de dejarme guiar en todo por la
bondad de nuestro Esposo, me es queridísima y con la gracia del Señor quiero procurar
ponerla en práctica.
En cuanto a lo que me dices por las Dò, yo me alegro y gozo por la nueva
gratificación : no sé si estarán contentas las demás por no acrecentar tanto el número,
sin embargo todavía haré lo posible para persuadir al menos a los Superiores y espero
que estén contentos con esto.
Nuestro Superior te pide obediencia en el total abandono de ti misma, más bien
me dijo que te envie, de parte suya, una hoja, pero hasta ahora no me la dio, realmente
deseaba mucho escribirte; pero sus dificultades no se lo permitieron; ahora partió para
las Misiones, se encomienda de corazón a tu caridad para el buen éxito de las mismas.
Las afortunadas para la coronación15 son: Reverendo Bosio, Señora Paola, Romelli
Lucía y Bosio Mónica. Sobre el modo de hacerla, la Reverenda Madre Parpani pensó en
no fijar nada, para dejar libertad al fervor de cada uno al hacerlo.
EL Martes si te encuentras en Darfo, si es agradable a Dios espero hacerte una
visita, sino, si estuvieras en Breno, iré el Martes o el Miércoles, ya que iré a Malegno
con mi Madre a buscar a mi Hermana, la cual se encuentra con la Ventura. Me gustaría
más que fueras a Darfo, de todos modos donde estés, te haré una visita.

15
Ver aquello que se escribió en relación a la Carta 64.

149
La novena del Sagrado Corazón será la del año pasado, y te pido hacérselo saber
a las hermanas de Breno.
Querida, deseo que hagas una hermosa acción. Busca con insistencia al Señor
para que te haga conocer lo que desea que hagamos para reparar su ofendido Corazón,
cuando vemos u oímos que se cometen pecados, especialmente graves, luego dímelo o
escríbemelo.
Me parece que el Señor quiere algo de satisfacción por tantas ofensas recibidas,
pero ninguna inspiración me acompaña; ruégale y vuélvele a rogar tú, y estoy segura de
que te hará la gracia. Obtenedme de Dios la gracia de ser constante; si me quisiera
favorecer con alguna cruz, pídele que no me la deje de mandar…
Te pido que cuides tu salud; mucho me dolería saberte enferma. Atiendo con
deseo las prácticas del mes, y las nuevas órdenes de tu querida Mamá. Muchas otras
cosas me reservo para decírtelas personalmente, cuando nos encontremos. Adiós.
Soy en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Toda tuya BARTOLOMEA DE JESÚS

150
106.- Aprueba la resolución de hacer sola los Ejercicios Espirituales y le envía el
libro para tal fin

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS, MARIA Y EL INMACULADO LUIS

Lóvere, 16 de junio de 1828

Mi Queridísima Hermana,
Tu carta como siempre me fue muy queridísima; tu fervor me consuela mucho. Tu
hermosa resolución que tomaste de hacer los Santos Ejercicios privados te ayudará
mucho: el buen Jesús en tal encuentro no ahorrará sus gracias y sus luces, y yo te lo
deseo copiosamente. Te incluyo dos carpetas y un librito, que espero te ayudarán; pero
te pido luego reenviarme todo, porque me puede servir en caso de otra necesidad. El
Señor te acompañe y te bendiga. Camila está en el campo, donde no he podido
participarle tus pedidos: a su nombre te agradezco la Oración fúnebre que me has
enviado. Te incluyo dos disciplinas del Reverendo Señor Bosio que me las entregó a mí y
las cuales se encuentran en casa, una de ellas dice que la tengas tú y la otra pide
dársela a las Romelli y así las usen las dos. Además, me dio orden expreso de que
devuelva aquella que tiene en préstamo Lucía y puedas mandármela, porque él la quiere.
Agradece a tus Señores Padres en nombre de todos los de la casa.
Adiós querida, el Señor colme tu corazón de infinitas bendiciones que lo deseo
plenamente.
Soy en el nombre de nuestro Señor Jesucristo

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Señora MARIANA VERTOVA


MALEGNO

151
107.- Envía una Novena, etc.

A LAS ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA CON EL AMABLE LUISTO

Lóvere, 21 de junio de 1828

Les incluyo la novena, que como siempre se la comunicarán a la querida Vertova.


Hace poco leí la queridísima carta de Lucía, y haré cuanto me dice.
Ahora no puedo extenderme más. A las dos les deseo la santidad y perfección de
San Luis.
Soy

Su pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

Apreciadísimas Señoras
Las Señoras HERMANAS ROMELLI
CIVIDATE

152
108.- Recomienda un Clérigo ferviente. Envía un libro para una jovencita

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA CON SAN LUIS

Lóvere, 22 de junio de 1828

Privada desde hace un tiempo de tus noticias, te envío estos dos renglones, ya
que se me presenta la oportunidad para hacerlo, y te pido si no es molestia alegrar mi
corazón con dos renglones tuyos. El que te la lleva es un Clérigo buenísimo e
inteligentísimo el cual tiene un pensamiento claro de consagrar toda su vida y sus
estudios a favor de sus prójimos: por esto desea conocer todas aquellas personas que de
algún modo puedan ayudarlo en una obra tan buena.
El libro que aquí te uno se lo entregarás a aquella jovencita que se encontró
contigo y que está cerca de ti, diciéndole que todo aquello que desea que yo le diga lo
encontrará en el libro, y que trate de hacer lo que allí dice. Salúdala y encomiéndala al
Señor.
El tiempo no me permite extenderme más; así que te doy un amoroso saludo y te
dejo a los pies de la Cruz para que llegues a ser Santa. Hazme saber, si has recibido mi
última carta unidas a tantas otras hojas. Soy

Tu pobre Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

153
109.- Reglas de la Compañía de San Luis. Su devoción a este Santo

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS, MARIA Y EL INMACULADO LUIS GONZAGA

Lóvere, 27 de junio 1828

Mi muy Reverendo Padre Superior,


Hoy me olvidé de dos cosas, las cuales me apremiaban mucho, suplico a Su
Reverencia a ser bondadoso y escucharlas en la presente. Necesito que mantenga mis
pactos con San Luis si deseo que El sea propicio y fiel para conmigo; por eso le hago
saber que el Reverendo Administrador Don Fabiano desea mucho tener las Reglas de la
Compañía de San Luis, la copia de las mismas dice que las hará él mismo, y quiere
poderlas tener para el próximo Domingo, ese día desea hacer la primera unión y
aceptación con varias hijitas. Hace tiempo que las quiere, y ahora parece que está
disgustado, porque alargué mucho el tiempo para entregárselas. Pienso también que Su
Reverencia no tendrá ninguna dificultad en dárselas, y estoy segura de que la Madre
Maestra Parpani, lo va a considerar excelente.
Mucho deseo que sea honrado e imitado San Luis, por eso le hago saber que
también el Reverendo Ballardini, las Romelli y la Vertova desean tener estas Reglas, para
ponerlas en práctica en sus pueblos, donde le ruego a Su Reverencia el no dejarlos
privadas de las mismas. No importa lo que diga la Madre Maestra pero una copia de su
libro la deseo hacer yo, y espero que Su Reverencia me lo permita, después de haber
dejado contentos a todos los que nombré.
Hoy me ha hecho un enorme regalo y me es tan querido que no tengo palabras
para expresarlo. Le agradezco viva y profundamente, siento en mi corazón una gran
gratitud hacia Usted y hacia quien se la mandó. Esta querida y sagrada Imagen la
conservo realmente como sello y prenda de las intenciones que San Luis tiene para mí, y
de los pactos y promesas que yo le hice a él; por eso me resulta doblemente querida.
Deseo seriamente no ser más Bartolomea mala, sino Luis santo. Los ejemplos de
su vida, sus virtudes heroicas, verdaderamente me enamoran. Si por mí misma no puedo
imitarlo, lo hará Él por mí; en toda acción no pensaré ser más Bartolomea sino Luis, y así
con su ejemplo, aún más haciéndolo todo él por mí, me ilusiono ser menos indigna de las
misericordias de mi buen Jesús, quien a pesar de mis faltas de mérito no cesa de

154
hacerme grandes gracias. Le suplico nuevamente, de seguir dispensándome su caridad,
soy indigna máxime por mi falta de correspondencia, pero Jesús le pagará igualmente.
Me encomiendo de manera especial en sus Oraciones, lo espero mediante el pacto
caritativo que hizo conmigo, pero le ruego no colocarme en el Commune Plurímorum;
mis infinitas necesidades exigen una caridad particular.
Otra cosa que me olvidé de pedirle son las prácticas para el próximo mes, y Lucía
me escribió que las espera. Le pido marcarme más de una, porque también el mes
pasado eran cuatro. Las dos le pedimos que nos indique una práctica particular de
ejercitar en este mes cada vez que vemos o sentimos ofender a nuestro querido Jesús.
Se lo pedimos con fuerza.
Para agradecer al Reverendo Secretario del Obispo, deseo le diga aquello que a
Usted le parezca para hacer conocer mi gratitud y alegría por lo que ha hecho por San
Luis, una y otra son tan grandes en mi corazón que por cuanto le diga no expresará
nunca todo lo que siento. De ahora en adelante, a este Dignísimo Reverendo, no puedo
olvidarlo en mis frágiles Oraciones. El Señor lo haga también a él un perfecto San Luis,
que lo deseo de corazón.
Si tiene que escribir al Reverendo Angelini me lo saluda; recibí tres o cuatros
saludos suyos, sin poder jamás devolverle uno solo.
Daré fin a esta carta pidiéndole perdón por la molestia que le causé, y con el
suplicarle que me conceda su Santa Bendición. Soy en el nombre de Nuestro Señor
Jesucristo

Su Agradecidísima Devotísima Sierva Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESUS

155
110.- Celo por el respeto de las Iglesias. Voto de uniformidad al Querer de Dios.
Nuevos adscritos a su pía unión

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS, MARIA Y EL INMACULADO LUIS

Lóvere, 1 de agosto de 1828

Mi dulcísima Hermana,
Recibí todas tus cartas, y todas me fueron apreciadísimas, sirvieron mucho para
reprocharme mí extraña frialdad e indiferencia en el servicio al Señor. Si a Él le agrada,
espero salir de ellas, y tú debes ser el instrumento de mi santificación.
Hoy hice la Santa Comunión por ti, y le pedí al Divino Esposo que me hiciera
conocer qué deseaba de ti. Me pareció haber sentido que El está muy indignado y
ofendido porque hoy se acostumbra a estar con tanta irreverencia, disipación y desprecio
en la Iglesia, y que en este mes tu empeño sea el de impedir en lo posible todos los
desórdenes que nacen de ellas, inculcando mucho la devoción, el recogimiento, la
reverencia en la Casa de Dios.
Para reparar aquellas ofensas que tú no puedas impedir, el Señor quiere de ti que
estés en la Iglesia con una cierta postura, tanto interna como externa, y con ello
satisfacer las ofensas de los demás y hacer ver cuál es la manera de estar en la
presencia de Dios.
Te incluyo el nuevo sorteo para la próxima novena. Gozo mucho ser tu
Compañera en el servir a nuestra querida Mamá; así espero que tu virtud supla mi
maldad. Cada vez que entremos a la habitación pidamos a María alguna gracia para las
dos, sobre todo te pido que le supliques que nos deje como herencia la santa humildad,
la caridad, la pureza y el padecer. Espero que nuestra dulcísima Mamá lo hará como ella
sabe hacerlo. Además de nuestras prácticas, me fue encomendado (te lo digo a ti,
porque te considero como a mí misma) gran amor, suma confianza, profunda humildad,
y hacer el voto sub levi de ponerme y abandonarme totalmente en las manos del Señor,
sea cual fuera lo que me suceda.
Deseaba escribir a la Señora Panserini, pero esta vez no tengo tiempo, lo haré
otra vez. Las personas que tú nombras han sido todas aceptadas de buena gana, solo me
dijo que deseaba tener el lugar para algunas que él deseaba asociar.

156
Al saludar a la Spadancini dile que escribiendo al Reverendo Ventura de Vezza le
haga saber que el Reverendo Superior se consoló mucho al enterarse de que deseaba
asociarse a esta pía unión, y que le haga conocer alguna noticia de su pueblo y del éxito
de sus Misiones: que se lo pide de corazón. El Reverendo Dò desea unir a una joven de
su pueblo, de la cual no me dijo el nombre, y ha sido aceptada, por ese motivo le hago
saber sobre este asunto, le mandaré también la novena ya preparada, así quedará una
menos para ti. Deseo que en este mes continuamente pidamos al Señor la santa
humildad, un gramo solo de soberbia malogra las más bellas acciones, y yo tengo tanta,
¿qué tengo que hacer? Confío en Dios… Muchos saludos a todas las Hermanas,
especialmente a la excelente Panserini. Adiós mi querida, a encontrarnos el Miércoles a
las 4, en el lecho cerca de María Santísima. Soy

Tu pobre e indigna Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

157
111.- Pide perdón por su tardanza en responder

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 22 de agosto de 1828

Mi queridísima Hermana,
Te incluyo el nuevo sorteo para la próxima novena de María, la cual si a ti te
agrada será aquella del año pasado. Perdonadme por caridad mi tardanza, recibí todas
tus cartas y todas me fueron queridas. Deseo yo también entretenerme largamente
contigo, pero ahora no puedo, espero poder hacerlo pronto, ahora te mandaré también la
carta de la excelente Señora Franzoni.
Muchos saludos a las queridas Hermanas, y cien mil a las Pierinas a las cuales
dirás mil perdones por no haber jamás correspondido a sus cartas. Deseo saber alguna
noticia referente a los 5 Domingos de la Inmaculada.
En el Sagrado Corazón de Jesús te dejo, y yo en nombre suyo me digo

Tu pobre Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

158
112.- Recomienda el envío de una carta

A MARIA DO
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 23 de agosto 1828

Queridísima Hermana
Te pido enviar a su destino la carta que aquí te incluyo, porque no sé ciertamente
dónde está ella y la carta me apremia mucho.
Me encomiendo de corazón a tus oraciones. Te saludo cordialmente. Muchas
gracias a tu dignísima familia. Me digo

Tu pobre Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESUS

159
113.- Una sola cosa importa, hacerse santos

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 24 de agosto 1828

Mi Queridísima Hermana,
Recibí todas tus cartas, y también escuché tus dulces reproches. Ten paciencia si
soy perezosa, a veces estoy impedida legítimamente; también yo deseo siempre de
corazón entretenerme contigo, y cuando recibo tus cartas pruebo un gozo particular. Me
alegra sumamente saber que hayas hecho los Santos Ejercicios. Estoy segura de que
Dios te habrá hecho conocer su voluntad en todo, y que te habrá dado luces particulares.
Ahora imagino verte aún más suya, más Santa. ¡Qué contenta estoy! Sabed, querida
Hermana, conservar como preciosos los dones del Señor, y continúa siempre
correspondiéndole en su amor y te encontrarás sumamente contenta.
Cuando me pongo a meditar sobre la brevedad de mis días, la felicidad del
Paraíso, la miseria de este mundo y los padecimientos del Infierno, siento nacer en mi
corazón un gran deseo de hacer algo para hacerme Santa y gran Santa. Efectivamente
¿qué son las mortificaciones, las abnegaciones, las humillaciones, los padecimientos y
cualquier otra cosa, en comparación con el Paraíso que nos merecemos con ellas?...
Seríamos bien Locas si no nos hiciéramos Santas; pero más loca soy yo que teniendo
todos los medios, pudiendo fácilmente hacer mucho por el Paraíso, hago poco, nada,
todo al contrario. Pero tú, por caridad, no me imites, continua con tu acostumbrado estilo
de vida, si puedes acreciéntalo, que Dios te premiará como El sabe hacerlo.
Tenme por caridad presente en tus Oraciones.
De las Romelli recibirás el nuevo sorteo para la próxima novena. Desearía que lo
más pronto posible me devuelvas las hojas y el libro que te presté para los Santos
Ejercicios.
Te auguro la más sublime santidad, acompañada de una santa alegría.
Yo estoy contenta de llamarme en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Tu pobre Hermana

160
De deseo Hna María Luisa de Jesús. B. C.

114.- La exhorta a propagar la devoción a María. Comunica y pide para


conservar el espíritu de devoción y la presencia de Dios. Encomienda una
hermana que se volvió fría en el espíritu. La espera en la Cuna de la Virgen Niña

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS, MARIA Y LUIS

Lóvere, 5 de setiembre de 1828

Mi dulcísima Hermana,
Sean dadas infinitas gracias a mi Jesús que tan benignamente me concede tiempo
para entretenerme contigo amada Hermana. Tienes toda la razón para quejarte de mi
tardanza en escribirte, pero espero que tu caridad me compadezca, puesto que conoces
mis circunstancias. El Lunes hice la Santa Comunión por ti, y al preguntarle al Señor qué
deseaba de ti, me pareció que decía que le agradarías mucho si te emplearas, de todas
las maneras posibles en dilatar la devoción a María su querida Madre, y en procurar por
todos los medios hacerla amar, servir y obsequiar por cuantos más puedas. He aquí la
hermosa tarea que te toca realizar en este mes, ¡Qué grande será la recompensa que
recibirás de María! ¡Afortunada de ti mil veces!
Te ruego decir un Agímus por mí al Señor agradeciéndole por todo lo que se digna
favorecerme en estos días. A decirte la verdad vivo intranquila. Mis ocupaciones externas
se han multiplicado un poco, y unidas a mi extremada delicadeza y haraganería, me
quitan mucho tiempo que debería emplear en la Santa Oración, por esto me siento muy
distraída, fría y sin espíritu de Devoción. En esta circunstancia necesito mucho de tu
caridad, ofrece alguna oración a Dios para este fin, y luego con toda libertad, dime
cuanto Dios te sugiera al respecto.
Te incluyo las prácticas para este mes, tienden todas a la obtención de un
verdadero espíritu de oración y de una permanente presencia de Dios. También en esto
te ruego indicarme cómo haces para conservarte en la presencia de Dios, aún en medio
de las ocupaciones que distraen, y cómo haces la Santa Oración. Te pido todo esto con
confianza y espero que como verdadera hermana, no me negarás una caridad tan
grande; no me decepciones en mi esperanza.

161
Ahora te incluyo la carta de la apreciada Sra. Franzoni. Me gusta realmente su
corazón tan bondadoso y sus particulares dotes. Que el Señor la conserve siempre así, lo
deseo de corazón.
Tu quieres que le escriba; a ti no quisiera decirte que no en nada, pero te aseguro
que no puedo ayudarla; mis ocupaciones me dejan poco o ningún tiempo de libertad, y
además al no conocerla personalmente, siento reparo en enviarle mis borrones; pero si
tú me lo ordenas, superaré todas mis dificultades y lo haré.
No puedo ocultarte que he oído de algunas personas que la mencionada podría de
alguna manera comenzar a entibiarse. Yo no lo he creído y hasta le dije a quien me lo
contó, que no debía ser cierto absolutamente; pero contigo no lo puedo callar. Procura
indagar la verdad con discreción e ingéniate para poderla ayudar si fuese necesario.
Querida Hermana, por caridad recuérdate de mí. Con ansiedad espero tu carta.
Muchos saludos a las queridas hermanas, y a todas ellas me encomiendo.
Te espero ante la Cuna de nuestra querida Niña, recibí la obediencia de pedirle a
Ella en el día de su fiesta dos gracias; la primera que por lo menos pueda morir en
alguna religión, la segunda que me dé una Santa Infancia espiritual, y yo estas gracias
las espero de corazón. Ruega a la Niña que me tenga a la par tuya en la distribución de
las gracias.
Adiós, mi querida, el amor de Jesús te consuma toda. Soy

Tu pobre e indigna Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

162
115.- Exhorta a adquirir la perfección en el amor de Jesús

A PIERINA VIELMI
VIVA JESUS, MARIA Y LUIS

Lóvere, 19 de setiembre de 1828

Queridísima Hermana en Jesucristo,


Hace tiempo que no sé noticias tuyas, y es más largo el tiempo que yo no te
escribo, amada Pierina. Espero, más bien estoy segura que tú serás toda del Señor, y
que tu corazón está bien encaminado en la piedad, hasta ahora ya has hecho progresos
notables. ¡Oh! ¡Qué fortuna poder servir al Señor!... ¡Qué gran felicidad!... ¡Qué dulce es
el yugo del Señor, qué suaves son sus Leyes, qué amable es Él mismo!
Afortunadas las almas que aman al Señor con gran amor, y más afortunadas las
que lo aman con todo lo que son. De esta manera nuestro valle de lágrimas se convierte
en un delicioso Paraíso, y las aflicciones más grandes del alma amante, son placeres y
delicias. Esforcémonos, mi querida, en amar a Jesús, en amarlo mucho, en amarlo con
todo nuestro ser. Su Santa voluntad sea la nuestra, las virtudes que Él nos enseñó con
sus ejemplos nos sean muy queridas, y amemos hacernos Santas.
Te mando la novena del Santo Rosario, que según lo habitual la compartirán
también a la querida Chiodi. No sabiendo si estás en Breno o en Artogne, haré el sobre
dirigido a la mencionada Chiodi.
Te pido una grandísima caridad, haz una Comunión por mi intención, y la misma
caridad hazla también por la querida Chiodi, pero lo más pronto que puedas.
Deseándote del Cielo todos los medios para que no solo puedas hacerte Santa,
gran Santa, me encomiendo de corazón a tus oraciones y estoy contenta de decirme

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA, espero sea DE JESÚS

A la Apreciadísima Señora

163
La Señora PIERINA VIELMI
ARTOGNE

116.- Alaba la humildad. Precio de esta virtud. Se alegra por la sanación de su


madre. Le confía varios encargos

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS, MARIA Y LUIS

Lóvere, 19 de setiembre de 1828

Queridísima Hermana,
Tu humildad verdaderamente me sorprende. Leí tu querida carta, y maravillada
en tu virtud me sentí edificada. ¡Oh Santa humildad cuán preciosa eres, querida y
grande a los ojos de Dios!... ¡Cuán necesaria para adquirir una verdadera virtud!... ¡Pero
cuán alejada de mi!... Que te sea muy querida esta virtud, y estarás segura del
Paraíso…
Sean infinitas gracias a nuestro buen Dios que le devolvió una excelente salud a
tu Señora Madre, salúdamela mucho, junto con todos los otros de tu familia, a nombre
de mis padres y de Camila.
Te mando la novena, la cual comunicarás también a la Rizieri, y a las queridas
Romelli a la cuales les entregarás el paquete de las imágenes, que te mando junto a
ésta, y que ellas me pidieron que les comprara. Si fueran muchas en número me las
mandas que las tendré yo.
Te pido una gran caridad, que hagas la Comunión según mis intenciones; y la
misma caridad pídele en mi nombre a las queridas Romelli. Esto te lo pido a título de
caridad ya que así no me la pueden negar. Desearía una gracia del Señor, y conociendo
mi indignidad, no puedo más que esperar de las oraciones de las almas que Dios quiere.
Muchos saludos a las Romelli, hazle saber a ellas que deseo mucho sus cartas.
No recibí nada de tu Reverendo Bosio; sus incesantes ocupaciones no le dan un
momento libre para emplearlo a tu favor y a tu consuelo.
Ten paciencia.
Me encomiendo de corazón a tus oraciones, mis necesidades son tan grandes que
casi me oprimen. Amemos a Jesús y a María, y en su nombre me digo
Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA, espero sea DE JESÚS

164
A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO
117.- Dones recibidos de Dios en los Santos Ejercicios y su mala
correspondencia

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS, MARIA Y SAN LUIS

Lóvere, 26 de setiembre de 1828

Mi Respetabilísimo Superior,
Apoyada en su bondad me atrevo a enviarle las hojas que escribí durante este
tiempo, a fin de que pueda conocer el resultado de mis Ejercicios. En ésta no le digo
nada porque procuré escribirle todo con sinceridad en en dichas hojas. Le digo sólo que
estoy en deuda para con el Señor, que me ha ayudado de una manera particular y que
me ha hecho muchas gracias; y también me han favorecido las circunstancias,
dejándome tranquila y sin ninguna agitación. Todo lo debo a la bondad de mi Dios, a la
asistencia de María y de mis Santos Abogados, y a las oraciones de tantas almas que he
comprometido respecto a mí. Sé que si hubiese correspondido a tantas gracias, hubiese
sacado un fruto cien veces mayor del que hice.
Pero estoy contentísima, no de mi maldad, sino de la gran bondad de Dios, y
espero realmente en El para no ser más la que he sido en el pasado. Le ruego de corazón
escribirme su parecer sobre los puntos que le pido, y hágalo con toda tranquilidad.
Me encomiendo a sus Oraciones. Ahora sé que las necesito mucho más que antes;
el Señor me exige cosas grandes y si no correspondo, Dios sabe qué será de mí.
De corazón le agradezco, en el acto en que le beso las manos tengo el honor de
decirme

Su pobre Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA, espero sea DE JESÚS

165
118.- Lamenta su visita perdida. Ofrece un regalo. Pide comunión de bienes
espirituales

A REGINA TAERI
VIVA JESUS, MARIA EL INMACULADO LUIS GONZAGA

Lóvere, 29 de setiembre de 1828

Apreciadísima Señora y Amabilísima Amiga,


Me ilusionaba y sumamente deseaba poderla volver a ver, abrazar y conocer
personalmente: pero en el momento que estaba esperando el cumplimiento de mis
deseos me desilusioné con mucho disgusto.
El Señor no ha deseado darme esta consolación, que para mí hubiese sido muy
grande, no la merecía y por lo tanto me conviene tener paciencia; pero no puedo hacerlo
sin al menos pedirle que si se nos ofrece alguna otra ocasión que tenga a bien acojerla y
asegurarle que no podría darme un placer más grande que este.
Sé que su bondad es inmensa, así que en esta me apoyo para enviarle un
pequeño presente que encontrará junto a ésta; espero que le agrade, por la amistad que
me regala, perdone mi gran libertad.
Desearía saber si recibió mi otra carta, porque temo que se haya perdido. Le
suplico por caridad encomendarme al Señor ya que mi necesidad espiritual es muy
grande, me animo a renovar la súplica de que Usted pueda aceptarme como Hermana,
por el mucho bien que hace, le aseguro que yo deseo hacer mucho más para acrecentar
su bien espiritual. Hágalo por caridad, que Dios la recompensará.
Pido su complacencia de ver a su Reverendo Señor Hermano, y le pida que me
recuerde a mí alguna vez en el Santo Sacrificio de la Misa.
Colmada de respeto, de amor y de estima tengo el honor de decirme

Su Afectísima Agradecidísima Sierva y Amiga


BARTOLOMEA CAPITANIO

A la Apreciadísima Señora
La Señora REGINA TAERI
BRESCIA

166
119.- La exhorta a dejar la frialdad de sus Comuniones. Buen éxito en sus
Ejercicios
A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS, MARIA Y SAN LUIS

Lóvere, 6 de octubre de 1828

Queridísima Hermana,
He aquí la próxima Novena en preparación a la Fiesta de la Pureza de María. Te
deseo gran fervor para que puedas honrar también por mí a nuestra Madre en común,
que mucho lo merece.
Al principio del mes hice la Santa Comunión por ti, y pedí al Señor que me haga
conocer tus deseos, me parece haber sentido que desea que cada Comunión que hagas,
la hagas siempre con grande y nuevo fervor, y eso para reparar la frialdad que tantas
almas tienen al acercarse a la Santa Comunión, especialmente la mía que es grande.
Estoy yo también esperando el fruto de tu Comunión para conmigo, y si no es
molestia desearía saber también aquel del mes pasado, porque ya hace más de un mes
que no recibo carta tuya.
Eso me da un poco de pena temiendo que el Señor para castigar el abuso que hice
de tu santa amistad ahora me la quiera sacar. Reconozco merecer esto, por eso me
encomiendo a tu caridad.
Deseo mucho saber tu parecer en aquellas cosas de las que te hablé en mi
penúltima carta. Mi queridísima, te deseo todo bien y ayuda del Cielo a fin de que puedas
hacerte Santa.
Te agradezco las oraciones que has hecho por el buen éxito de mis Ejercicios. El
Señor te escuchó, porque me ayudó de una manera particular. Ahora no me queda hacer
más que cosechar aquellos frutos que Dios sabe cómo los hice. Adiós querida, Dios sea
siempre con nosotras. Soy

Tu pobre Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESÚS

167
120.- Del servicio de Dios. Caridad para una hermana enferma

A MARIA CHIODI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 18 de octubre de 1828

Hermana muy Queridísima,


Tu carta me fue muy grata. Aprecio mucho el cariño que me demostraste, pero lo
que más me gusta es tu hermoso fervor en el servicio divino. Sé que tú comprendes qué
grande es el Dueño a quien sirves, y qué digno es de amor. Sírvelo realmente con
fidelidad, sufre con paciencia todo lo que te contraría, y ten la seguridad de que el
Paraíso es tuyo. Diga lo que quiera el mundo, nuestra felicidad en servir a Dios es
inmensa, y nosotras que somos las afortunadas aprovechémonos de tantas gracias y
hagámonos Santas. Ruega de corazón también por mí.
Me duele mucho la enfermedad de la querida Vielmi, visítala tú por mí, y dale
ánimo en mi nombre, salúdamela, y no te olvides de informarme el estado actual de su
salud.
Creo que tienes la Novena de los Santos del año pasado, yo te mando el nuevo
sorteo, si por acaso no tienes la Novena házmelo saber, que trataré de enviártela. Te
deseo un gran amor de Dios, junto con una profunda humildad, para que puedas agradar
a Dios. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIA CHIODI
ARTOGNE

168
121.- De su Superior. Afectos de ternura y santa amistad. Manifestaciones en la
Comunión en relación a la amiga. Prácticas en sufragio de los difuntos. Deseo de
participar en la Cruz de Jesús

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 3 de noviembre de 1828

Hermana mía más que queridísima,


Tengo muchas cosas para decirte, que temo olvidar alguna. Comenzaré dando
gracias cordialmente de tantos y cordiales saludos que me enviaste. El Señor te pague la
caridad que tienes para conmigo. Te hago saber que recibí tus dos cartas, y a la
penúltima yo he correspondido incluyéndote también el sorteo para la Novena de los
Santos, que traté de enviártela anticipadamente unos días atrás. Temo mucho que se
haya perdido, porque leo en tu última que hasta ahora esperas ese sorteo.
Ya sé que hablaste con nuestro Reverendo Superior y le expusiste tus dudas, yo
le hice saber tus sentimientos, del cual tuve la respuesta de que El no estaba ni enojado,
ni disgustado contigo; que si callaba, creía que con eso era mejor; pero dice que si te
puede ayudar de cualquier otro modo, ciertamente lo hará sin problemas. Lo mismo
manda a decir también a María Dò, y agrega diciéndole que la espera pronto, es decir en
esta semana, porque después no estará en el pueblo.
Me dijeron que hoy o mañana tú me esperas en Darfo; esta invitación me es muy
grata y te la agradezco de corazón; pero a Dios no le gusta que la acepte, porque
algunas ocupaciones indispensables y otras circunstancias me impiden llegar hasta allí;
lo lamento porque deseo ardientemente verte, y aún más sabiendo que allí se encuentra
la atentísima Franzoni, a quien amo tiernamente, y a quien deseo mucho conocer
personalmente para estrechar con ella una particular amistad; pero el Señor al ver que lo
deseaba demasiado no quiso darme el gusto; pero a El siempre le agradezco. Pensé
tener tiempo hoy para escribir a la mencionada queridísima Franzoni, puesto que mucho
lo deseo, pero tampoco en esto puedo complacerme. Salúdamela tu respetuosamente,
ruégale considerarme su afectuosa Hermana, dile que me dispense la caridad de
encomendarme a Dios.
La cercana Novena de la Presentación será aquella del año pasado que creo que
tienes copia; esta no admite sorteo.
Anteayer hice la Santa Comunión por ti.

169
No puedo callar el hecho de haber conocido que el Señor está muy contento
contigo, y que le eres muy querida, y al rogarle que me hiciera ver algo que deseaba de
ti, me parece haber conocido que el Señor te ha destinado para integrar el número de las
más grandes Santas, y quiere que correspondas en modo particular a sus gracias, y así
serás una gran Santa.
Querida Lucia, ¡qué felicidad inmensa!, el buen Jesús te quiere toda para sí. Que
El te dé todas las gracias, que El obre en ti y tú seas una gran Santa y te lo deseo de
corazón.
Estoy esperando las prácticas para este mes, y la inspiración que el Señor te
habrá dado para mí. En esta Octava de los Muertos tengo la obediencia de unir todas mis
acciones a los méritos de Jesucristo y luego aplicarlos por la liberación de las Almas del
Purgatorio: así al sonar cada hora pediré a Jesucristo por caridad y por los méritos de su
Sangre la liberación de un alma del Purgatorio, al privarme cada día de alguna comida, y
dándola a los pobres entiendo elevar a estas Almas, y decir un Nocturno y los Laudes del
Oficio de los Muertos cada día. Únete también tú conmigo, porque yo ciertamente no
haré nada, y por otro lado me da mucha compasión estas pobres Almas. Te ruego que
supliques todos los días a nuestro Amor Crucificado para que me prevenga con sus
gracias, y además para que me haga participar un poco de su Cruz. Tanta tranquilidad y
tanta quietud en que me deja, me hace temer que no esté contento conmigo, si bien me
doy perfectamente cuenta de que El no me manda el sufrimiento porque ve que no sería
capaz de soportarlo.
¡Ah! mi querida, amemos a Jesús, amémoslo de corazón, amémoslo siempre, y
procuremos hacerlo amar a los demás. Un acto de amor a Dios vale más que cualquier
otra cosa.
Te dejo a los pies del Crucifijo, para encontrarte pronto y para no abandonarte
jamás. Soy

Tu pobre Hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESÚS

170
122.- Vivas significaciones de amistad, de humildad, etc.

A REGINA TAERI
VIVA JESUS, MARIA Y EL INMACULADO GONZAGA

Lóvere, 4 de noviembre de 1828


Estimadísima Señora y Amadísima Hermana en Jesucristo
Estoy verdaderamente mortificada con Usted porque su generosidad y cortesía
superan todo término y yo permanezco confundida. El excelente regalo que me hizo no
me podía ser más querido, pero estoy confundida no pudiendo contracambiar esto en lo
más mínimo. Así que yo no puedo más que agradecerle mucho y asegurarle que si se
dignase honrarme con alguna sugerencia, me sería algo muy agradable, y me quedaría
en deuda con Usted.
No puedo esconderle una vez más el ardiente deseo que tengo de verla y
abrazarla. Soy indigna de su amistad, pero puesto que su bondad me la ofrece, me la
regala, me es gratísima más de cuanto se pueda pensar, y en Jesús la quiero
tiernamente.
Le suplico se digne enviarme sus escritos, los cuales me serán muy queridos,
tráteme con confianza de hermana; ese título de Señora, que bajo ningún aspecto me
corresponde, déjelo completamente aparte, me hará un gran regalo, y me atrevo a
decirle que se lo exijo.
Tendré una cosa que decirle que está muy en mi corazón. Si fuese cierto verla
pronto dejaría de manifestarle ahora mismo mis sentimientos: pero ahora si fuese
alejado e indeciso ese momento, esté usted contenta porque se lo escribiré en otra
carta.
Por caridad encomiéndeme al Señor. Mucho temo que mi ingratitud llegue a
detener el curso de las gracias que el Señor con tanta misericordia, me otorga. Le
aseguro que no hay pensamiento que tanto me entristezca, como el de reflexionar que
estoy en situación de poder abandonar a Dios, y que si El no me ayuda con gracias
particulares, mi maldad lo hará ciertamente. Ruegue por lo tanto, por caridad para que
Dios me otorgue la gracia de serle siempre fiel, puesto que lo deseo ardientemente.
Amadísima en el Señor, recibe los más cordiales agradecimientos del Reverendo
Señor Bosio, y Usted no omita dárselos a su Dignísimo Hermano.
Mientras tanto colmada de afecto y de estima me digo
Su Agradecidísima y Afectísima Hermana en Jesucristo
BARTOLOMEA CAPITANIO
A la Apreciadísima Señora

171
La Señora REGINA TAERI
BRESCIA
123.- Sus remordimientos de conciencia. Encomienda a las oraciones de la
amiga la predicación de Don Bosio

A MARIANA VERTOVA
VIVA EL ESPOSO CELESTIAL Y VIVA LA MAMA INMACULADA

Lóvere, 9 de noviembre de 1828

Hermana mía Queridísima,


Leí tu gratísima carta, y me consolé mucho. El recuerdo de mi queridísima
Mariana me es siempre grato, y tu virtud siempre constituye un fuerte reproche a mi
maldad. Pídele al Señor que por caridad me libre de ella. Es cierto, anhelo amar a Dios,
servirlo fielmente, ser toda suya, conservarme siempre fiel a Él; pero ¿qué importa todo
esto, si continuamente me echo atrás y apago las gracias de mi Dios? No quisiera
entristecerme, pero no puedo; el remordimiento de la conciencia se hace sentir, porque
no hago lo que Dios exige de mí. ¡Ah! querida Mariana, ¿es posible que no ame a ese
Dios que es digno de infinito amor? Y sin embargo es realmente así. Pídele tú de corazón,
que ablande mi dureza, y que me dé la gracia de amarlo realmente.
El Reverendo Bosio te saluda cordialmente, y te pide unir todo el bien que tú
haces, a sus cansancios apostólicos, y con ello pedir a Dios por la conversión de aquella
alma a la cual el anunciará la palabra Divina, y te asegura que él también te hará
partícipe como Hermana del fruto que de ello derivará. Me pidió mucho que te lo diga, y
tú hazlo con fervor. La próxima Novena de la Presentación de María será la misma del
año pasado; ella no admite sorteo. Así luego haremos también las novenas del año
pasado; si yo no te escribo, será signo que no se cambia la novena, así podrás advertir a
tus Hermanas cercanas.
Muchos saludos a las queridísimas Romelli, las cuales deben sentirse contentas de
hacerme probar el gran anhelo de abrazarlas sin esperar su propuesta.
Salúdame cortésmente a tus Señores Padres, y tú cree con sinceridad a quien se
declara

Tu pobre Hermana y Amiga


BARTOLOMEA DE JESÚS

172
124.- De la Novena de la Inmaculada. Del amor de Jesús

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA CON LA COMPAÑÍA DE SAN LUIS

Lóvere, 21 de noviembre de 1828

Hermana dulcísima y amadísima,


Hoy comprendí del Reverendo Dò que tú buscabas la próxima novena de la
Inmaculada. En la última que te envié por medio de la Señora Zattini te indiqué que era
deseo de la Giacomelli, y yo estaba contentísima, que entre nosotras, aquellas que están
inscritas a la Regla de la Inmaculada tengan que hacer la novena prescripta, y para las
otras, a tu gusto, te decía darles esta o aquella que hicimos el año pasado. Por ahora no
recibí tu carta, ya que que él se olvidó de traérmela, por eso no puedo conocer qué es lo
que deseas, porque pienso que una u otra de las novenas nombradas las tienes tú
también. Mañana espero que me entregue tu carta, conoceré que me pides, y trataré de
complacerte. Me haré dar tu carta de parte de nuestro Reverendo Superior y la uniré a
esta.
En cuanto a las prácticas para el Adviento, me prometió que me las dará pronto,
y yo pronto, me ingeniaré para enviártelas.
Hablas demasiado bien al invitarme al amor dulcísimo de Jesús. Muy tarde lo he
conocido, aún más tarde lo he comenzado a amar, y ni siquiera ahora lo amo. Por
caridad, querida Lucia, si me quieres, impétrame un poco de amor de Dios: demasiado
merece este buen Dios nuestro amor; demasiado poco es amado universalmente;
amémoslo por lo menos nosotras que tenemos la inmensa dicha de conocerlo.
Hoy me uní a ti consagrándome totalmente a María, para que ella nos lleve a
Jesús. Tus hermosas cualidades cubrirán mis defectos. Soy
Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

P.D. He aquí aquello que deseas. Perdóname si está hecho muy mal. En cuanto pueda
haré la carta que me indicaste. Adiós.

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

173
125.- Se alegra por las gracias recibidas de la amiga. Pide la ayuda de sus
oraciones

A PIERINA VIELMI
VIVA JESUS Y MARIA
CON EL GRAN SANTO LUIS GONZAGA

Lóvere, 21 de noviembre de 1828

Hermana Queridísima,
Recibí tu agradable carta. Te confieso ingenuamente que tu fervor me da envidia.
El Señor te otorga las gracias señaladas, y tú continúas correspondiéndole. Tu Esposo
quiere grandes cosas de ti, te quiere grande en virtud, te quiere Santa. Sele fiel que Dios
lo merece, y tú al fin estarás sumamente contenta.
Te ruego tenerme presente en tus fervorosas Oraciones: sé que Dios quiere algo
de mí, me llama dulcemente a su suave yugo, y hasta ahora siempre le puse resistencia,
pero estoy decidida a no disgustarlo más, al contrario quiero seguir sus designios
misericordiosos sobre mí, y para llegar a esto imploro de corazón tu asistencia mediante
tus Oraciones.
La próxima Novena de la Inmaculada, si estás inscripta, y si tienes las Reglas de
la Inmaculada, harás aquella allí asignada, de otro modo las Hermanas no inscriptas a la
Inmaculada harán la Novena del año pasado.
Salúdame mucho a la querida Chiodi, decidle que espero su carta. Te auguro un
buen éxito en tus Ejercicios y muchos frutos.
Adiós queridísima, amemos a Dios, amémoslo de corazón, amémoslo siempre y
estaremos contentas.

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

A la Apreciadísima Señora
La Señora PIERINA VIELMI
ARTOGNE

174
126.- Le encarga de hacer en su lugar la pía unión

A LUCIA CISMONDI

Lóvere, 29 de noviembre 1828

Queridísima Amiga,
Había pensado llegarme este jueves pasado; diversas circunstancias me
impidieron realizar mi deseo, pero hoy comenzando la Novena de la Inmaculada
Concepción de María, estimo mi deber enviártela, pidiéndote leerla y dársela a todas
nuestras Compañeras. El jueves próximo espero poder ir a hacer nuestra pía unión;
mientras tanto te pido hagas tú mis veces animando y dando fervor a toda las queridas
Compañeras, y salúdalas también en mi nombre.
Te deseo todo bien, más aun las gracias de Dios, la cual es el más precioso tesoro
que haya, en cielo y en tierra. Encomiéndame a Dios y créeme

Tu pobre amiga y hermana en Jesucristo


BARTOLOMEA CAPITANIO

175
127.- Pésame por la muerte de una hermana. La Santa Unión es prevista hace
40 años. Sentimientos probados en la Comunión en relación a la compañera.
Don Bosio encomienda sus Misiones

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere, 2 de diciembre de 1828

Mi Dulcísima Hermana,
Recibí tu siempre queridísima carta. El anuncio que me das me provoca mucho
dolor en mi corazón por la pérdida que hemos tenido de un verdadero ejemplo de toda
virtud, y de una Hermana muy digna, pero por otro lado me consuela, reflexionando que
hemos adquirido una Abogada en el Paraíso, la cual espero no cesará de pedir por
nuestra pía Unión. Me es muy querida tu propuesta en cuanto al reemplazo de la
Hermana Difunta; aquella que me nombras la propondré a nuestro Superior, y si será por
él aprobada como espero, te escribiré. No puedo callar, y a tu consolación te debo decir
que el Señor tiene grandes designios sobre nuestra Santa Unión.
El Reverendo Conde Tomini después que escuchó nuestras metas e intenciones
sobre esta Unión, todo sorprendido dijo a la Madre Parpani «te aseguro que Dios desea
ciertamente esta hermosa obra, y ha sido ya prevista cuarenta años atrás en estos
términos: Que en un tiempo habría en la Iglesia del Señor una Pía Unión compuesta por
12 Religiosos que representan a los Apóstoles, y de 72 Discípulas Vírgenes, cuya unión
habría dado gloria a Dios y favor a la Iglesia». Dice que eso fue promovido, fue
contrariado, fue examinado, pero jamás resultó, diciendo a todos que el signo era que
aún no había llegado el tiempo de Dios. Por eso, anima a seguir con fervor la obra tan
querida a Dios, es más, él mismo dice llamarse afortunado de estar inscripto. Deseo decir
eso para tu consolación, porque me parece digna de toda la fe la persona que lo dijo. Mis
compañeras aquí son todas fervorosas, diles eso a aquellas que están en tu pueblo, para
que puedan animarse y ser más fervorosas.
El día de María Inmaculada escribamos algo para dar forma a nuestra Unión.
Recen, y hagan rezar a Jesús y a María para que se digne iluminarnos en ese propósito.
Ayer hice la Santa Comunión por ti y pedí al Señor que se dignase hacerme
conocer aquello que deseaba de ti. Entendí que tanto más serás querida, cuanto más
pequeña te hagas, y que si quieres formar su Pesebre en tu corazón, debes prepararlo
puro, y ardiente de amor de Dios, donde pueda morar siempre en ti. Estaré yo también
con deseo de esperar el éxito de tu Comunión para mí. El Reverendo Superior que
actualmente se encuentra ejerciendo su oficio de Misionero, te envía un sinnúmero de
agradecimientos, y te renueva el encargo de rezar y hacer rezar a cuantas personas

176
puedas por el buen éxito de sus Misiones, asegurándote que te hace parte a ti y a toda
aquellas que rezan por el fruto que traerá sus cansancios, de la gracia del Señor.
Te adjunto la hoja para el Adviento que sirve solo para ti y para mí. Te mando
otra hoja que se las comunicarás a tus hermanas, así como el Sorteo para la próxima
Novena de Navidad, ya que hacemos las prácticas del año pasado.
Deseo verte crucificada con Jesucristo, y reza para que en la Cruz yo también
viva siempre y muera.
Te espero en el Pesebre de Belén. Adiós queridísima, soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

177
128.- Envía las Reglas para la Compañía de la Dolorosa. Recomienda observar
la dependencia del Confesor

A HORTENSIA PETENZI

Lóvere, 9 de diciembre de 1828

Queridísima Amiga,
He aquí, oh querida Amiga, que con toda satisfacción me complazco enviándote el
librito de las Reglas de la Dolorosa. Sea tu empeño ponerlas en práctica, pero antes
muéstraselo a tu Confesor.
Me da pena no poder entretenerme contigo, porque el tiempo no me lo permite.
Pero no puedo hacer menos que recomendártelo mucho. Obra mucho por Jesús y María,
que un día recibirás la recompensa.
Salúdame a la Señora Catalina Fiorini, y saludádmela mucho a los de mi casa de
Balia.
Adiós queridísima, encomiéndame a Dios, y dame alguna noticia de tu futura
Compañía de la Dolorosa. Soy

Tu Afectísima y Agradecidísima Amiga


BARTOLOMEA DE JESUS CAPITANIO

178
129.- Agradecimiento por el regalo

A BARTOLOMEA TOMASI

Lóvere, 16 de diciembre de 1828

Apreciadísima Señora,
Estoy verdaderamente mortificada y confundida con Su Señoría. El excelente y
precioso regalo que me hizo no me podía ser más querido y grato, solo me disgusta no
tener modo de compensarlo, tanto más cuanto reconozco haber recibido este regalo
contra todo mérito. La inmensa bondad que ha tenido conmigo se la agradezco. Yo le
aseguro que me considero sumamente en deuda por su amabilidad. Si la encuentro le
haré conocer mi gratitud, y me será muy querida. Mientras tanto, como es mi deber,
duplicaré de atenciones a sus queridas hijas, y en mi frágil capacidad procuraré satisfacer
sus deseos en cuanto a la educación de ellas.
Mis Padres le envían a Usted sus agradecimiento y felicitaciones y con los de ellos
uno las mías por el regalo inmerecido.
Deseándole del Cielo toda felicidad, y con sincera estima y afectuoso respeto,
tengo el honor de decirme

Su Devotísima y Agradecidísima Sierva


BARTOLOMEA CAPITANIO

A la Apreciadísima Señora
La Señora BARTOLAMEA TOMASI nacida en BAZZINI
LOVERE

179
130.- Se alegra por su provecho espiritual. La anima en su falta de
consolaciones sensibles. Agradecimientos

A VOLUMNIA BANZOLINI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 26 de diciembre de 1828

Amabilísima Hermana en Jesucristo,


Tu carta me ha resultado sumamente grata. Estimo por encima de todo tu
amistad, y te agradezco que tan benignamente me la concedas, aunque no la merezco.
Mucho me consoló, y me alegro contigo por las hermosas gracias que el Señor te
regala. Tu humildad (deja que te lo diga) me ha confundido mucho viéndome cien millas
lejos, pero al mismo tiempo consoló mucho mi corazón el ver qué sólidamente vas
levantando el edificio de tu piedad sobre esta virtud fundamental.
Las Santas Fiestas Navideñas han pasado. Estoy segura de que el Niño Jesús
habrá derramado gracias preciosas en tu alma, y que habrá escogido tu corazón como
morada.
Si no has sentido consolación sensible, no importa. El Niño Jesús que apenas
nació, ha querido darte también a ti una muestra de ese pan duro que El ha debido
comer durante todo el curso de su vida. No te aflijas por esto, al contrario consuélate de
que Jesús te hace digna de padecer por El. Sabed que entre las gracias que pedí al Niño
Jesús, está precisamente la de participarnos, todos los días, algo de su Cruz. A mí no me
da nada para sufrir, porque soy indigna, y lo usaría mal. Contigo comparte este regalo,
porque le eres querida y fiel, acéptalo gustosamente y con buen ánimo. ¡Oh! ¡Qué dulce
es servir al Señor aún cuando nos aflige!
Lamento tener que terminar mi conversación contigo. El sueño me molesta, es
está avanzada la noche , de manera que termino diciéndote: «Amemos a Dios,
amémoslo de corazón, amémoslo mucho, amémoslo siempre, y hagámoslo amar por
todos». Soy

Tu Afectísima y Fiel Amiga y Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS, CAPIT.

P. D. Finalmente te devuelvo tu seda para el bordado. Sumamente e infinitamente te


agradezco. Deseo tener el modo para devolverte un favor tan grande. Te aseguro que me
siento en deuda contigo.

180
Espero pronto poder darte el librito para la Santísima Comunión que tú me pediste.
Perdóname mi lentitud. De nuevo te saludo, y te dejo en los dulces Corazones de Jesús,
José y María.
B.C.

A la Apreciadísima Señora
La Señora VOLUNNIA BANZOLINI
LOVERE

181
131.- Cortesías y augurios. Noticias sobre Uniones consagradas a los Santísimos
Corazones de Jesús y de María e invitación a pertenecer

A REGINA TAERI
VIVA JESUS Y SU CRUZ SANTISIMA

Lóvere, 26 de diciembre de 1828

Dulcísima Amiga y Hermana Amadísima en Jesucristo,


Me avergüenzo al conocer que excedo todo límite de deberes; pero tu bondad
sabrá perdonar mi confianza, asegurándote que eso procede del sincero amor que te
tengo.
No me sé explicar cuán grata me resultó tu amable carta. La leí y releí varias
veces, y siempre con nuevo placer. Le agradezco de corazón a Dios que me tenga unida
a ti aún antes de conocernos personalmente, cuya unión siendo ligada con los vínculos de
la caridad, espero que no se disolverá jamás, aunque yo sea indigna de esto.
Me duele mucho tu enfermedad, pero ahora espero que estarás un poco más
restablecida, lo deseo de corazón, y te pido del cielo una floreciente y permanente salud.
Con placer entendí que deseas que yo te manifieste aquello que tú me mencionas
en tu última carta y he aquí que te complazco. Tal vez sabrás que inicié entre las tantas
buenas jóvenes una Santa Unión, por medio de cual recíprocamente se animan a hacer el
bien. Afortunadamente, pero del todo indignamente, de este número estoy yo también.
Por eso si puedes conocer, el Señor tiene grandes designios sobre esta santa Unión. De
todas estas personas se estableció formar como un nuevo Colegio Apostólico, por eso el
número de ellas no puede superar las ochenta y cuatro; doce Sacerdotes que
representan los doce Apóstoles, y de estos falta uno solo, y 72 Vírgenes, que asemejan
los 72 Discípulos de Jesucristo. Todas estas personas se aman, y se consideran en el
Señor como Hermanos y Hermanas; si cada una en particular hace el bien, se entiende
participarlo a toda la devota Unión, así también en las Novenas y en ciertos tiempos de
devoción particular, todas juntas hacen alguna práctica de piedad, y se espera que al
Señor le agrade esta obra. Hay algunas reglas que tienen que practicar las personas
admitidas a esta compañía, la cual es llamada «Unión devota consagrada a los Sagrados
Corazones de Jesús y de María». Te aseguro que tantos Hermanos cuanto las Hermanas
(excepto la que escribe) son todas personas de una piedad singular y muy queridas a
Dios.
Ellas están esparcidas en varios pueblos como conocerás ahora que te envío la
Lista.

182
Muchas otras cosas tendría para decirte de gran consuelo sobre la misma, pero
para no extenderme tanto la reservaré para aquel afortunado momento en que Dios nos
concederá el poder abrazarnos. A lo que te conté agrego que de las Hermanas faltan
como 3 ó 4 aún, así desearía que tú te inscribieras a esta Pía Unión; lo deseo de
corazón, y con todas las Hermanas seremos afortunadas si aceptaras la invitación. El
Reverendo Señor Don Angel que es nuestro hermano, desea muchísimo que tú seas
admitida a esta devota Asamblea.
Espero con ansias tu respuesta sobre lo comentado, y yo tendré el honor de
mandarte todo lo que pertenece a esta Pía Unión. Es suficiente que te diga que todo
aquello que te dije es secretísimo, y que se desea que ninguna persona lo sepa.
Perdóname si te cansé con lo extenso de mi escrito.
Deseo ardientemente que el Niño Jesús te consuma todo en su Santo amor y que
te haga toda suya para siempre.
Adiós, a encontrarnos a los pies del Niño Jesús; aquí encontraré ciertamente a mi
querida Hermana y Amiga, y en dicho encuentro te pido que recuerdes a aquella que es
orgullosa de ser

Tu Afectísima y Fiel Amiga y Hermana


BARTOLOMEA DE JESUS

183
AÑO 1829

132.- Confirmación de su afecto particular. Da cuenta de la Comunión hecha por


ella. Progresos en la Pía Unión. Recomienda los Ejercicios a la Congregación

A LUCIA CISMONDI
VIVA EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESUS

Lóvere, 1º de enero de 1829

Mi Dulcísima Hermana en la caridad de Nuestro Señor,


Sea alabanza y gracia a aquel buen Jesús que este momento me lo concede para
emplearlo en la dulce conversación con la más querida de todas mis Hermanas. Hace
tiempo que no te escribo, y a mí me parece que hace muchísimo porque te amo de
corazón. No es necesario decirte que eso no procede del descuido por tu persona, porque
si eso piensas sería una verdadera injusticia; algunas pequeñas ocupaciones me han
robado el tiempo que emplearía para escribirte.
Tu última carta me fue queridísima, y despertó mi frialdad en el servicio a Dios.
Por caridad cuando tengas tiempo escríbeme y llámame la atención por mi negligencia en
el amor a Dios. Mucha es la necesidad.
Hoy hice la Santa Comunión por ti, y pedí a mi Señor Sacramentado aquello que
deseaba de su Lucía, y me parece haber sentido que te recomienda mucho su causa, es
decir que en este tiempo poco feliz del Carnaval debes hacer de todo para impedir su
ofensa; y para obtener la conversión de algún alma. Empéñate en hacer esto, y serás
afortunada en ejercitarte en algo tan querido por Él.
No puedo callar la alegría que pruebo viendo tanto progreso en nuestra santa
Unión. Te aseguro que todas las Hermanas de mi Patria están encendidas de santo amor,
deseosas de hacer mucho, y todas contentas de estar asociadas a este devoto Grupo. La
hermana que tú me propones para ocupar el lugar de la difunta, no ha sido aprobada por
el Reverendo Superior, y yo le propuse 5, dos han sido aceptadas y 3 no. El Señor sabe
aquello que dispone, y nosotros estemos contentas de su voluntad. Le dije que nosotras
deseábamos alcanzar el número, a lo que agregó que para las cinco o seis que faltan
sabe donde apoyarse, y que ya las tiene bajo su mirada, diciendo que así todas estarán
contentas.
Pronto espero poderte enviar algunas prácticas para el tiempo de Carnaval;
mucho es decirte que nuestra devota Unión se comprometa a atraer almas a Jesús.
Te pido que me hagas un favor, de decirle al Reverendo Ballardini que se apresure
a enviarme el librito de la compañía de San Luis.

184
Un Religioso, a quien se lo había dado, no pudo hacer toda la copia, y ahora con
sus alumnas ya terminó las semanas, y varias veces me insistió para que se lo diera
nuevamente. Es verdad que yo tengo una copia, pero no es en todo igual, por lo tanto es
necesario que tenga el librito ya mencionado. En el pedido dile que me perdone la
molestia, y que me encomiende a Dios.
Muchos saludos a todas las queridas Hermanas, me encomiendo a las oraciones
de todas. Espero pronto tu carta. Deseo que el amor Santo de Jesucristo nos consuma
totalmente.

Tu pobre e indigna Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

P.D. me olvidaba de decirte que el 4 del corriente mes el Reverendo Superior comienza
los Santos Ejercicios en nuestra congregación, de todo corazón te lo encomiendo a tu
caridad, para que puedan tener buen éxito; por caridad reza, y haz rezar mucho mucho.
De nuevo te saludo. De todo aquello que me dices en tu carta, te daré respuesta cuanto
antes. Adiós.

185
133.- Pésame por la muerte del Padre

A UN SACERDOTE
VIVA JESÚS Y SU CRUZ SANTISIMA

Lóvere, 2 de enero de 1829


Muy Reverendo Señor,
No sé cómo debo comenzar esta carta. Por una parte me duele renovar la
memoria de algo que es muy amargo para su corazón; por otra parte, el deber de
trabajar con Usted me obliga a decírselo, aunque me duela. La muerte inesperada de su
padre dejó en mí y en mi familia una gran tristeza y dolor, por lo cual no sé decirle a Su
Reverencia palabras de consuelo. La voluntad de Dios, que si bien es pesada, siempre es
amable porque todo lo dispone para lo mejor, y ese es el único motivo de consuelo que
puede decirle a Usted en este fuerte dolor. Por otra parte gran consuelo le puede dar la
buena vida de su excelente Padre, de la cual estoy segura que Dios lo ha premiado.
Busque todos los medios para sobrellevar la aflicción de su corazón, Dios cuida de
Usted y de su Familia, Él será como un Padre, y lo ayudará en todo encuentro.
Mi familia lo recuerda y lo acompaña en su dolor. Camila se toma la libertad de
enviarle la imagen de San Luis Gonzaga que desde hace tiempo le prometió, ella le envía
también sus libros, le agradece y le asegura que le hizo un gran favor.
Me saluda a su Señora Hermana, y le pide que me encomiende al Señor, aunque
no tenga el gusto de conocerla personalmente.
Le auguro del Cielo toda felicidad, y le pido que me encomiende al Señor, tengo el
honor de llamarme

Su Devotísima Agradecidísima Sierva


BARTOLOMEA CAPITANIO

186
134.- Envía la novena del Esponsalicio, etc.

A LAS ROMELLI

Lóvere, enero de 1829

Hermanas Queridísimas en Jesucristo


Habiéndome olvidado de enviarles la Novena del Esponsalicio de María Santísima
me apresuro ahora a enviársela, pidiéndole como siempre de comunicársela a las cuatro
hermanas cercanas, es decir a More, Vértova y Rizieri.
Le agradecí a las Monjas por sus Corporales, pero por el mal tiempo, no les
ayudé.
Las dejo para que asistan a las Santas Misiones, deseándoles un fruto abundante
y universal. Me digo en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo,

Su pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A las Apreciadísimas Señoras


Las Señoras LUCIA Y JULIA ROMELLI
CIVIDATE

187
135.- De una carta suya perdida. Dependencia de las Hermanas de Don Bosio

A LUCIA CISMONDI

Lóvere, 21 de enero de 1829

Hermana muy Queridísima en la caridad de Nuestro Señor y de María,


Recibí tu queridísima carta, la cual me consoló mucho conociendo el amor que me
tienes. Te aseguro que te debo pagar con intereses. Si no puedo escribirte tan
frecuentemente, cree que no lo hago porque me olvido de ti, sino porque algunas
pequeñas ocupaciones me roban todo el tiempo. Tu bondad me hace saber que me
tienes siempre unida a ti.
Quedé sorprendida al saber que tú no has recibido la hoja de las prácticas del
Carnaval. Podría ser que me equivoqué, que tuve la intención de enviártela, y que no te
la he enviado; pero dime si has recibido mi carta en la que te indicaba el fruto de la
Santa Comunión que hice por ti, y en ella te decía algo de la Hermana Ferrari.
Por lo que recuerdo, me parece que la hoja la incluí en esa carta, pero si la has
recibido sería signo que no me acordé de enviártela; o lo que es peor temo que se haya
perdido, y eso me dolería mucho.
Le preguntaré a nuestro Reverendo Superior si le gustaría que Ustedes con otras
vayan a dicho pueblo, y trataré de comunicarles muy pronto su voluntad.
Las Hermanas de aquí te saludan, y tú no te olvides de saludarme a todas tus
queridas Hermanas de allí.
Te deseo todo bien, en el acto que me llamo.

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

188
136.- Fragmento de carta en la cual expone el juicio del Canónigo Conde Tomini
sobre la Pía Unión

A LAS HERMANAS DE LA PÍA UNIÓN


DE LOS SANTÍSIMOS CORAZONES

25 de enero de 1829

El Reverendo Conde Tomini nuestro Hermano, preguntando a la Madre Parpani


sobre el modo de unir esta Compañía, sobre el número de los Hermanos, es decir que
deben ser 12 Sacerdotes representado a los 12 Apóstoles del Señor y 72 Discípulas
Vírgenes, etc.; todo sorprendido dice: «Sepan ciertamente que Dios quiere esto que debe
producir un gran bien; y verán luego aquello que de ella se producirá». Dice que se
consideraba muy afortunado de ser contado en ella también Él; le recomendó mucho no
cansarse jamás, y no cambiar nunca de proyecto, seguro de que Dios así lo desea.
La Madre Maestra Parpani le dijo que le explicara más claro aquello que sabía
respecto a esa, pero El le responde que no puede hablar, solo comprende que esta
Devota Unión fue anunciada hace 40 años en Roma o en Nápoles con estos términos:-
Que en un determinado tiempo estaría en la Iglesia del Señor una Devota Unión,
compuesta por 12 Sacerdotes representando a los 12 Apóstoles, y 72 Vírgenes haciendo
la figura de los 72 Discípulos, dicha Unión daría a la Iglesia una gran gracia.- Lo mismo
dice que muchas veces esa obra prometida, fue contradecida, fue examinada, pero
siempre se concluyó que no era el tiempo establecido por Dios. Nosotras, afortunadas,
estamos en el número de las almas que Dios favorece mayormente y que tiene por más
queridas.

189
137.- Pensamientos sobre el Paraíso. Le exhorta a fundar la Compañía de San
Luis, a consolar al Corazón de Jesús. Sobre los temores de abandonarlo.
Promete nuevo reglamento de la Pía Unión

A LUCIA CISMONDI

VIVA JESÚS Y LA CRUZ SANTISIMA


VIVA MARIA Y SU PACIENCIA INVENCIBLE

Lóvere, 2 de febrero de 1829


Dulcísima y Amadísima Hermana,
Con gran satisfacción en mi corazón me pongo a escribirte esta carta. Al hablar
contigo, mi dulce Hermana, me parece que la alegría invadiera mi corazón y me colmara
totalmente de un dulce consuelo. ¿Qué será luego, cuando pueda tener la hermosa
suerte de gozarte en el Paraíso?.. lOh! ¡Hermosa Patria:— ¡Oh! ¡Dulce nombre!... Qué
consuelo trae a nuestro corazón este hermoso pensamiento...¡Quizás está cerca! Si tú
me precedes, por caridad, acuérdate también de mí; lo mismo haré yo si tengo la
fortuna de ser la primera en pisar el Paraíso.
Recibí todas tus cartas y el libro de San Luis.
Estoy contenta de que finalmente sé que llegó mi carta con las prácticas para el
Carnaval, espero que hayas recibido otra copia mía de esas prácticas; porque me
apresuré a complacer tu pedido.
En cuanto a aquello que me dices para la Compañía de San Luis Gonzaga, a decir
verdad, son dos años que yo la anhelo, y me parece que el Señor desea que tú te
comprometas para una obra tan hermosa; pero no sé el porqué, jamás expresé mi
deseo. Con todo esto, para mayor seguridad tuya y mía, le pedí consejo a nuestro
Reverendo Superior, y no omití en hacerle notar tus dificultades. El me dice que debes
empeñarte con todo entusiasmo en una obra que resultará ciertamente querida por Dios
y en favor de las jovencitas. Pon gran fervor en esta empresa, y confía en San Luis que
suplirá él donde tú no puedes llegar. El cuidará de aquellas almitas que le confiarás, y
espero que ninguna se pierda, ni una.
Me dices que el Señor desea algo más de nosotras en este tiempo de Carnaval; la
tarjeta que te incluyo servirá para nosotras dos y de eso tenemos la aprobación y la
obediencia del Reverendo Superior. Si Dios te inspira algo, me harás un gran favor al
sugerírmelo.
Ayer hice la Santa Comunión por ti. Pedí al buen Jesús me hiciera conocer sus
intenciones sobre ti; me pareció entender que desea que pongas todo esfuerzo para
embellecer y adornar siempre más con virtudes tu corazón, porque El lo ha elegido

190
como lugar de su morada, en especial en este tiempo en el que es tan indignamente
abandonado por muchos.
¡Querida Lucía! ¡Qué fortuna la tuya!... Por caridad, consuela por lo menos tú ese
querido Jesús que recibe continuamente infinitas ofensas de parte de muchos y de
muchas. Consuélalo con tu amor, con tu fidelidad, con tu servicio, procura también
obtener misericordia por esos pobres que lo ofenden. Pero sobre todo ten caridad de tu
pobre amiga y hermana Bartolomea. Te aseguro que me encuentro en gran necesidad
de tu caridad; temo mucho ser objeto de odio de parte de Dios, y a cada momento me
parece verme abandonada por Él y por lo tanto caer de precipicio en precipicio.
Esta vez sé realmente hermana, y ruega de corazón a Dios; si El prevé que voy a
abandonarlo, ruégale que me otorgue enseguida una gran contrición, y me haga morir al
instante.
Esto me pesa realmente en el corazón, y temo mucho, mucho que llegue a darse.
Pero me concede una dulce esperanza la unión y la caridad que tú me dispensas, y por
tus méritos espero yo también ser ayudada.
Deseo otro favor de ti. Puesto que todas las horas debemos pedir a Jesucristo la
conversión de algún alma, te ruego que al toque del mediodía le pidas a Jesucristo la
perfecta conversión de todas las jóvenes de mi Oratorio, y a las dos de la tarde, pídele
mi sincera y total conversión; lo mismo, aunque indignamente, haré yo por ti en dichas
horas por tu Oratorio, y para ti pediré a Jesús la más alta santidad.
Esta vez deseo cansarte con la extensión de esta carta, y hacerte saber que yo no
me canso de leer las tuyas, y espero, esta vez, una carta pronto y larga para que me
consuele, aunque no la merezca.
Mi queridísima, amemos a Jesús, amemos a María, procuremos hacerlo amar
también a los otros, que mucho lo merecen.
Espero pronto poder enviarte el nuevo Reglamento para nuestra pía Unión,
mientras tanto ten paciencia, porque las cosas más deseadas son aquellas que mejor
salen.
Adiós mi querida, te dejo con el Santo anciano Simeón a gozar de Jesús Niño. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

191
138.- Se alegra por la recuperación de la salud. Da cuenta de los encargos
hechos

A MARIANA VERTOVA
SEA HONOR Y GLORIA A JESUS Y A MARIA

Lóvere, 6 de febrero de 1829


Hermana más que queridísima en Jesucristo,
Estoy obligada y te agradezco mucho el gran favor que me has hecho enviándome
tu queridísima carta. A decir la verdad yo estaba muy afligida e inquieta sabiendo que
estabas enferma, y no tenía novedades de ti. Agradezco al Señor que te regala
nuevamente la salud, y eso me alegra mucho; pero sabes que Dios te hace el regalo de
la salud con el pacto que la emplees para su gloria, y a favor del prójimo. De mucho
consuelo me fueron las novedades del fruto extraordinario recogido de las santas
Misiones. Sea agradecido Dios de corazón, y le pido que lo haga duradero.
Te pido a título de caridad, cada mañana al sonar el Ave María, pedirle a
Jesucristo la perfecta conversión de todas las jóvenes de mi Oratorio, especialmente a
aquellas que más pesan al Corazón de Jesús, indignamente yo haré lo mismo por tu
Congregación.
Mañana a la mañana iré a comprar el libro y las medallas que me has pedido, y la
enviaré junto a esta. El papel que deseas no me ha sido posible encontrarlo igual a la
muestra, aunque he buscado en todos los talleres no lo encuentro.
Escríbeme qué debo hacer que te ayudaré con mucho gusto. Mientras tanto el
dinero lo tengo conmigo, y cuando sepa lo que deseas, si no te podré ayudar te lo daré.
Sabed que me hizo mal que me hayas enviado el dinero antes, trátame con más
confianza, que así lo deseo, y yo actuaré del mismo modo contigo. Que esto sirva de
regla para otra vez. Pronto te mandaré el libro de San Luis.
El Reverendo Superior, las hermanas Bosio y mis Padres y Camila te saludan, y
todas se han consolado sabiendo que has recuperado la salud.
Dios te haga Santa. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

A la gran Señora
MARIANA VERTOVA
MALEGNO

192
139.- Da cuenta del reglamento escrito para la Pía Unión y de otros escritos.
Pide hacer el voto de caridad. Sentimientos de verdadera humildad y devoción a
María Santísima

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y SU CRUZ SANTISIMA

Lóvere, 9 de febrero de 1829


Muy Reverendo Padre Confesor,
Permítame que antes de la partida de Su Reverencia le envíe varios escritos como
es habitual. No pretendo, ni deseo que los mire ahora; se los mando porque están mejor
en sus manos que en las mías, los mirará cuando pueda, y me lo reenviará cuando el
Señor se lo inspire.
Entre estas hojas encontrará el librito del nuevo reglamento para nuestra pía
Unión. La Madre Maestra y Lucía Cismondi han tenido la bondad de mostrarme el
sentimiento de todo lo que escribí, y yo pienso que de todo tuve una inspiración
particular. Su humildad no les permite escribir nada, aunque yo se lo pidiera,
especialmente la Madre Maestra no desea poner ni una palabra.
Yo que soy el instrumento de su humildad y el fomento de mi soberbia, escribí
cuanto esas me enseñaron, pero bastante mal, y no puse de mí más que mi carácter y
los despropósitos. Ahora se lo entrego a Su Reverencia pidiéndole que lo mire y si no los
encuentra apto para un fin , tírelo al fuego, que Dios proveerá mejor.
Le envío la ficha con lo que he prometido al Señor como fruto de los Santos
Ejercicios. Le confieso ingenuamente que mi corazón se siente realmente inclinado a
procurar todos los medios para tener caridad con mi prójimo y especialmente en los
santos Ejercicios, sentí un fuerte estímulo para hacer un voto especial al respecto. No me
animé sin su consentimiento, y ahora le pido encarecidamente el permiso, y le ruego al
mismo tiempo, que me indique los medios, para sacudir mi pereza y timidez y
amonésteme, oblígueme por la fuerza, hágame ejercer la hermosa caridad con cualquier
medio posible. El deseo de poder hacer algo por mi prójimo es el que ahoga en mí los
fuertes suspiros, sin embargo de vez en cuando no dejo de sentir vivamente los deseos
por la querida soledad. Que el Señor haga en esto, como en todo lo que me pertenece, lo
que más le agrade, pues estoy contenta; solamente deseo y le ruego mucho, me
conceda la gracia de no abandonarlo nunca. Temo mucho, muchísimo que Dios indignado
por mi maldad, me saque la mano de la cabeza y me abandone. Esta idea, unida al
temor de ser objeto de repudio y de disgusto a los ojos de mi Dios, hace tiempo que me
fatiga mucho.

193
A cada momento me parece ver cerca mi caída, y la muerte, que me sería
querida, no puedo pedirla por temor a algo peor. Lo merezco todo, lo confieso, pero mi
buen Jesús no me puede negar la gracia de no ofender a mí Dios y de amarlo mucho. En
medio de mis temores, no le oculto que mi dulcísima Madre María me es de gran
consuelo. Hace algunos días sentí en mi corazón un suave reproche de su parte porque
confiaba poco en Ella y la amaba poco. Ahora siento por ella una gran ternura y
confianza que me hace realmente esperarlo todo de una Madre tan buena, y con sólo
nombrarla me siento alegrar el corazón. ¡Oh! María, María, sálvame, por caridad...
No puedo ocultarle que me parece haber sentido en el corazón que María quiere
ser su fiel Compañera en la Misión que está por realizar. Con tal fin ha dispuesto que por
algunos días esté sin Compañero, para hacerle probar qué eficaz es su presencia. Confíe
mucho en Ella y la Misión resultará muy bien.
Lo saludo humildemente, rogándole encomendarme a Dios. Antes de cerrar esta
carta, le pido que le sean gratos mis agradecimientos que los renuevo por su gran
caridad para nuestro Oratorio. Le aseguro que a María le han agradado mucho esas
obras, y el fruto extraordinario de las Misiones de Cividate, estoy segura que se lo dio
María para pagarle la obra de caridad hecha a sus Hijas.
Yo no puedo más que agradecerle vivamente, y asegurarle que conservaré
siempre en mi corazón una gran gratitud con la obra.
Le deseo un buen viaje, y que todas sus palabras sean saetas de amor Divino que
hieran los corazones de sus oyentes. Soy

Su pobre indigna Hija y Sierva en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESÚS

194
140.- Se alegra por el fervor de las Hermanas. Le pide que le envíe las santas
prácticas para cada mes

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 17 de febrero de 1829


Amadísima Hermana,
Te envío una novena, la que comenzará el próximo viernes, y está dirigida para
las necesidades presentes. Comunícaselo a todas nuestras Hermanas etc. Recibí tu carta
y entendí lo que me dijo el Reverendísimo Angelini, por el bien hecho en tu pueblo. Me
consoló mucho, y les deseo a todas la Santa Perseverancia. El Reverendo que te
mencioné me dijo que les comentara su alegría por la gran docilidad a sus sugerencias.
Te pide usar todos los medios para brindar confianza a nuestras hermanas, para
animarlas y confirmarlas en sus santos propósitos.
Te pide un favor. Una Hermana nuestra desea todas las prácticas de los meses
que hacíamos nosotras, hace algunos años. Yo no tengo más que los siguientes: Enero,
Febrero, Marzo, Junio, Julio, Agosto y Diciembre-.
Los otros cinco me faltan, por lo tanto desearía pedirte a ti que se los prestes, te
los devolverá pronto. Adviértele que los meses que busco son esos en que nos hacíamos
dar por nuestros Superiores un mes para cada una. Perdón por la molestia, pero hazme
el favor.
Me encomiendo mucho a tus Oraciones. En la congregación, haz decir, te pido,
tres Ave por una intención que interesa mucho.
El amor de Dios nos consuma. Adiós.

Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María
B. C.

A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora LUCIA SIGISMONDI

BRENO

195
141.- Alaba y estimula su fervor

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 23 de febrero de 1829


Amadísima Hermana en Jesucristo,
Finalmente pude encontrar aquello que deseas, y ahora te la envío. La próxima
semana te mandaré la otra parte si te agrada. No sé explicarme cuánto me consoló tu
visita. Tu fervor y todas tus virtudes me han dejado confundida; desearía imitarte, pero
me sé muy lejos de ti. Por favor hazme la caridad de aceptarme como tu Hermana,
hazme participar del gran bien que haces.
Le comenté al Reverendo Superior el buen éxito de tu tarea, y se consoló
muchísimo. Me preguntó si al Reverendo Taglierini le habías mostrado la carta que
escribió el Reverendo Ballardini; yo le dije que no; no sé si dije la verdad.
Entusiásmate nuevamente en esta santa empresa, Dios la bendecirá ciertamente.
Mil saludos a las queridísimas Hermanas, y tú recibe aquellos que te mandan las
de mi pueblo. Queridísima, Dios te haga gran Santa, y una Serafina de caridad. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

196
142.- Envía algunas prácticas devotas para la elección del Sumo Pontífice. Otras
prácticas ofrece por los Hermanos Sacerdotes. Humilde sentir de sí

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 1º de marzo de 1829


Muy Reverendo Padre Superior
Mi negligencia me llevó hasta este día a enviarle las hojas que aquí incluyo, y a
causa de esto cometí otro error, porque las primeras, es decir las prácticas para la
Elección del Nuevo Sumo Pontífice, las envié a las Hermanas forasteras, y hoy les di
también a aquellas de la patria, sin antes haberlas sometido a su juicio. Otra vez trataré
de estar más atenta. Preparé también el viaje a Loreto para la novena de la Anunciación,
pero ahora no puedo enviársela porque tengo solo una copia; para que pueda expedirla a
las Hermanas más alejadas, pronto, pronto se la daré, para no hacerlo enojar más,
porque muchas se lamentan de mi haraganería, muchas veces han tenido que perder los
primeros días de la novena por mi culpa.
Le pido que me haga saber si desea algunas copias para algunos de los
Reverendos Hermanos, que con mucho gusto se las daré, y le aviso que me servirá para
más adelante. Por favor le pido que me encomiende a Jesús y a María; mis necesidades
se hacen siempre mayores, y sin una ayuda especial de Dios temo terminar mal. Pido a
Dios, si es su deseo, regalarle a Ud. una perfecta salud, a fin de que pueda emplearla
para su gloria y a favor del prójimo. En el acto en que le pido su Santa Bendición, me
llamo

Su Devotísima Agradecidísima Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA, indigna Sierva DE JESUS

Al Muy Reverendo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

197
143.- Le pide mayor confianza y coraje en Dios. Promete el reglamento para el
Hospital

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 2 de marzo de 1829


Queridísima Hermana,
Ayer hice la Santísima Comunión por ti, y me parece que el Señor me decía al
corazón que Él desea de ti más confianza en Él y mayor coraje en las obras, aun en las
más difíciles y las más grandes. El estará siempre contigo, y con su gracia harás toda
cosa, te lo promete, pero también tú debes tener una gran confianza en El, de ti lo desea
para su mayor gloria.
Te envío la novena de nuestro amado Protector San José, espero que te llegue a
tiempo.
Le dije al Reverendo Superior cuanto me habías dicho, y me dijo que cuando
llegará a Breno te lo hará saber. No será pronto, porque se siente un poco mal,
especialmente le falta la voz, casi no se lo siente al hablar.
El reglamento que deseas para el Hospital me prometió el nombrado que me lo
dará, y pronto te lo enviaré.
Adelante queridísima, por favor encomiéndate a Dios. Soy en el nombre de
nuestro Señor Jesucristo.

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Excelente Señora Apreciadísima


La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

198
144.- Busca quien transcriba las Reglas de la compañía de San Luis. Promete
satisfacerla para el Hospital

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, marzo de 1829


Mi queridísima Hermana,
Te envío el resto de los papeles que te debo. En esta te envío lo que tienes que
trabajar para agradar a Jesús y María.
Quisiera pedirte un gran favor. Si allí habría alguno capaz de escribir, te pido
hacerme una copia de las reglas de la Compañía de San Luis; pagaré todo aquello que se
debe con mucho gusto. Si encuentras el modo de hacerme este favor, házmelo saber que
te mandaré el libro. Perdóname la confianza. Ahora no puedo extenderme. Salúdame a
todas las hermanas. Di a Pierina Giacomelli que pronto haré mi deber. Tenme presente
ante Dios y María. Te dejo con el deseo de verte Santa. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

P.D. En este momento recibí la cesta y tu carta, pero la primera carta que me dijiste que
me escribiste no la recibí; cuanto antes te complaceré en lo referente al Hospital y a lo
que me pides. Adiós.

A la Excelente Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

199
145.- Envía las pías prácticas. Humildes temores de sí misma

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESÚS

Lóvere, 29 de marzo de 1829


Muy Reverendo Padre en Jesucristo
Le incluyo algunas hojas para corregir según lo habitual. El viaje al Calvario creo
que Su Reverencia lo tiene, porque si Usted está contento, haremos aquel del año
pasado, del cual le mando el nuevo sorteo. Si no lo tuviera, con mucho gusto le haré
copia.
Perdone mi impertinencia, pero le pido la hoja de Breno, ya que un señor me la
pidió preparársela sin falta para el próximo Sábado, porque viene a buscarla.
Me encomiendo de corazón a sus Oraciones: solo Dios conoce mis necesidades.
Temo mucho, mucho tener que abandonarlo pronto, si Él no usa para conmigo un acto de
su Omnipotencia para socorrerme.
Lo saludo humildemente, en el acto que le pido su Santa Bendición. Soy

Su devotísima Agradecidísima Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA, indigna Sierva DE JESUS

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

200
146.- Tareas encomendadas. Amor a la Cruz

A CATALINA FERRI
VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 11 de abril de 1829


Queridísima Hermana y Amiga,
Espero que te hayan llegado los libros y las plumas que me pediste, te mandé un
libro y una pluma de más para no enviarte tres Liras. Perdón si en ese momento no pude
escribirte.
Ahora te envío casi todo el encaje que deseas, y espero que sea de tu agrado. De
eso me falta aún 13 partes, y ya las encargué. Me queda dinero, deseo que me digas si
tengo que comprar algo, o servirte en alguna otra cosa, o sino reenviártelo. En fin te diré
todo lo que gasté en comprar dichos encajes, para tu tranquilidad y mi justificación.
Si puedo servirte, con mucho gusto lo hago, y tú pídemelo con libertad.
Amemos la Cruz, mi queridísima, llevemos con gusto aquella que el Señor nos
manda, y con esas aliviaremos al querido Jesús que cargado con ellas va al Calvario a
morir por nuestro amor.
Muchos saludos a la queridísima Donda, dile que espero su carta, a la cual le daré
una extensa respuesta.
Saluda al Reverendo Panzerini, y a la Señora Erminia. Te dejo a los pies de la Cruz
a pedir también por la pobre

Tu Hermana en Jesucristo
CAPITANIO BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Señora CATALINA FERRI
CEDEGOLO

201
147.- Triduo a la Virgen del Buen Consejo. Hermanas para agregar. Pide
oraciones, etc.

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 16 de abril de 1829


Amadísima Hermana Cleofe16
Te envío un devoto triduo en preparación a la fiesta de la Madre del Buen Consejo.
Mientras tanto recuerdo que el Reverendo Superior me dijo que podrías agregar
la congregación de Edolo a la de Breno, si ésta está agregada a aquella de Roma, y es
necesario que envíen todos los nombres de las Hermanas de Edolo.
Espero que hayas recibido mi última carta junto a un librito enviado a Breno. Yo
recibí la tuya, que me fue muy querida. Te pido de decir tres Ave a María, y tres Gloria a
San Luis, por una pobre persona que tiene mucha necesidad.
Te deseo un gran fervor, y las más copiosas luces para hacer bien los Santísimos
Ejercicios. Adiós queridísima, a vernos en el Sepulcro de Jesús. A Él le agrada hacernos
sufrir con Él, y de hacernos también con Él resurgir a una vida toda santa.

Tu pobre hermano
JUAN DE JESUS Y MARIA

16
Así llama a la amiga con el nombre del personaje que le tocó en suerte en la práctica
del Viaje al Calvario, como luego firma ella con el nombre de Juan

202
148.- Promete mayor fervor para el culto de María Santísima en el Próximo
Mayo. Sus deseos de conversión de todos los pecadores

A DON ANGEL BOSIO


VIVA LA FE DE JESCURISTO RESUCITADO

Lóvere, 19 de abril de 1829

Mi respetabilísimo superior y Padre en Jesucristo,


Tenga la bondad de observar y corregir la hoja que aquí le incluyo. He sido
dulcemente corregida por mi queridísima Madre Maestra Parpani por haber honrado poco
a la querida Mamá, y deseaba que hiciéramos una Novena. Mi haraganería ha sido la
única causa, y Ella tiene un justo motivo para lamentarse. Para reparar el honor a María
procuraré ser un poco más atenta en el próximo mes de Mayo, a Ella tan querido.
Supe que el Reverendo Angelini se lamenta mucho por nosotras porque no le
mandamos nunca nada de aquello que hacemos, y dice que no sabe qué pensar, y
mientras tanto él siempre siguió y sigue las prácticas del Carnaval.
¡Oh! ¡Cómo me consuela en estos santos días ver tantas almas que, rompiendo
las ataduras del pecado, se ponen en paz con Dios y se acercan a recibirlo!... pero me
apena pensar que pudiera haber, aunque fuera una sola, que se mostrase obstinada y
que se resistiera a la voz del Señor, afligiendo el piadoso Corazón de mi Jesús. Haga
Jesús que los tormentos sufridos por nosotros sean eficaces, de manera que ninguna
persona los rechace.
Lo saludo humildemente al mismo tiempo que le auguro del Cielo la más sublime
santidad. Soy

El pobre JUAN de JESÚS y de MARÍA

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

203
149.- La estimula a hacer bien el mes de Mayo

A PIERINA VIELMI
VIVA NUESTRA QUERIDA MAMA

Lóvere, 24 de abril de 1829


Mi amadísima Hermana,
Solo dos renglones rápidamente, porque la noche está avanzada, te advierto que
el mes de Mayo lo hacemos como el año pasado, y te escribo aquí el nuevo sorteo.
El sábado pasado recibí tu querida carta, y espero que tú también hayas recibido
mi tarjeta junto a esa. Sé que me tienes un gran amor, y te aseguro que responderé a
tus cartas. Agrada a Dios que nuestra amistad nos ayude a amarlo a Él más vivamente.
Querida Hermana, mucho deseo el mes sagrado a María. ¡Oh! ¡Qué hermoso es servir a
una Patrona así amable, querida y digna una y mil veces de ser honrada y amada!
Hagamos lo posible para tratar de ser las más queridas al dulce Corazón de María, y
seremos también las más favorecidas por Ella.
Salúdame a la querida Chiodi, a ti y a ella les encomiendo mi pobre alma, pide
para que me salve. Te dejo con el deseo de hacer mucho por nuestra querida Mamá. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

SORTEO LOS DIAS DE SERVICIO


Ventura, Vielmi, Grassi A., Cismondi C.,
Pasquini-Con los Anacoretasi- Humildad 2.25.
B. Zandrini, Gerosa R., Rosa L.-
Con el Trono- Confianza en Dios 12.29

A la Honorabilísima Señora
La Señora PIERINA VIELMI
ARTOGNE

204
150.- Sobre el mismo argumento

A LAS ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA POR SIEMPRE

Lóvere, 24 de abril de 1829


Amadísimas Hermanas en Jesucristo
En el momento que les envío el nuevo sorteo para el próximo mes Mariano,
porque las prácticas son las del año pasado, tengo el gusto también de saludarlas, y
encomendarme de corazón a su caridad. En el enviar el sorteo a la querida Mora unan
también a la Ghesa y salúdenmelas cordialmente, como así también a la queridísima
Vertova.
Ahora es necesario que diga basta, porque no tengo más tiempo. Todas las
Hermanas de aquí les envían muchos saludos.
Les deseo el fervor de los Santos más enamorados de María para hacer bien el
mes sagrado a ella; desearía hacer algo yo también, pero no haré más que ofenderla.
Recen mucho por mí. Con el hermoso nombre de María termino esta, y me digo

Su pobre hermana
Bartolomea De Jesús Y María

A la Apreciadísimas Señoras
Las Señoras Hermanas LUCIA y JULIA ROMELLI
CIVIDATE

205
151.- Sobre el mismo argumento

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y SU CRUZ

Lóvere, 28 de abril de 1829


Amadísima Hermana en Jesucristo,
Ayer recibí tu grata carta con el librito, y te agradezco la atención que has tenido
al enviármelo. Las prácticas para el próximo mes de Mayo son las del año pasado, y
ahora te mando el nuevo sorteo. Espero que hayas recibido la otra carta mía con un
devoto Triduo, etc. El poco tiempo no me permite extenderme más. Te adjunto una carta
de la excelente Banzolini. Mi queridísima, usa caridad por mi pobre alma que tengo
mucha necesidad.
Te dejo con el deseo de hacer mucho por nuestra amadísima Mamá. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

206
152.- La estimula a grandes cosas para la gloria de Dios. Deseo de unirse para
siempre en el Paraíso y esperanza de hacerlo antes en Religión. Indulgencias
para el Oratorio. Ternura de afecto

A LA MISMA
VIVA JESÚS

Lóvere, 30 de abril de 1829


Queridísima Amiga y Hermana,
No estoy nunca tan contenta como cuando me siento a la mesa y me entretengo
dulcemente con mi querida Lucía. Pero el fin principal por el cual te escribo, es no sólo
procurarme un gran consuelo, sino decirte que en la Comunión hecha por ti me pareció
entender lo que Jesús te pide; es decir, que así como El ha resucitado a vida nueva,
quiere que tu también resucites a una vida aún más santa y perfecta, a una vida llena de
obras grandes que mucho contribuirán a Su gloria y El te será siempre de ayuda, sostén
y consuelo.
Querida Lucía ¿cuándo llegará ese día bienaventurado, en el que unidas para
siempre no temeremos más que el separarnos? ¿Cuándo veremos la belleza de nuestro
divino Esposo?
¡Oh! ¡Paraíso, nuestra querida Patria, acógenos pronto, sólo a ti dirigimos
nuestros suspiros!... Pero antes de que llegue aquel día afortunado, creo que Jesús
quiere aquí en la tierra, encerrarnos en un Paraíso terrestre, el de la Religión, donde el
amor de nuestro Esposo Celestial nos hace dulce y delicioso el mismo padecer. Pero ¿soy
digna de tal gracia? Mi querida, te confieso, que cuando me detengo en este
pensamiento, quedo triste y confundida, y sólo me consuelo cuando reflexiono que,
aunque indignísima, realmente me parece que Jesús me llama a este feliz estado, y si me
llama, es señal de que desea que yo lo abrace. Mientras espero este suspirado momento,
procuro vivir como Religiosa en el mundo, y con tal fin, he hecho en mi reglamento de
vida, varias reformas, particularmente establecí un mayor desprendimiento de todo y un
mayor retiro, y luego me he sentido más tranquila y contenta, puesto que puedo decir
que mi Jesús es mi todo.
Quisiera igualmente poder afirmar que yo soy toda de Jesús, pero mis miserias,
mis imperfecciones, mis innumerables defectos me reprenden secretamente y me dicen
que mentiría. Pero quiero que tú uses gran caridad pidiendo a nuestro Esposo Celestial
que llegue el tiempo en el que lo pueda decir con toda verdad. Perdona mi indiscreción al
escribirte tan largo, mientras tú estás siempre tan ocupada, pero para mí es un gran
consuelo hablar contigo, mi querida, porque lo hago con aquella confianza con que se

207
hablan no sólo dos fieles Amigas, sino con ese afecto con que pueden hacerlo dos
afectuosas Hermanas.
Te pido que me digas por cuánto tiempo te quedarás en Darfo. Espero que sea por
pocos días porque esta mayor lejanía me retrasa el placer de leer tus cartas.
Le pido a nuestra Madre María que nos considere siempre como sus apreciadas
Hijas, y nos permita reencontrarnos las dos siempre bajo su manto.

Afectísima Agradecidísima Amiga y Hermana


LA SIERVA DE JESÚS

P.D. Espero saber alguna noticia que tiene que ver con las Indulgencias para el Oratorio
y si se ganan uniéndose al tuyo. Mientras tanto permíteme que te repita mil veces que te
amo con toda ternura, que recuerdo con vivo sentimiento de gratitud las grandes
bondades que de ti recibí.

208
153.- Disgustada por el haberle negado el permiso de asociarse a la Pía Unión y
desea que sea obediente etc.

A REGINA TAERI
VIVA MARIA Y TODOS SUS DEVOTOS

Lóvere, 5 de mayo de 1829


Queridísima Hermana, Estimadísima Amiga,
Hace un tiempo que estaba esperando una carta tuya, y a decir la verdad me dolía
el verme defraudada. Supe luego que la carta que te escribí en respuesta a tu última se
perdió, entonces supe que el silencio que tienes conmigo es muy justo.
Ahora que pienso que será seguro tu encuentro con mi carta, creo que es mi
deber repetirla. Aquello que me dices en tu última carta, en cuanto a nuestra pía Unión
resultó doloroso a mi corazón, y sé que mis defectos son el motivo. Si todavía la
obediencia te prohíbe asociarte personalmente, es grato a mí y a mis Hermanas tu
corazón y tu deseo, puesto que nosotras te consideramos como nuestra igual.
Me gustaría saber si has perdido toda esperanza de poder obtener el permiso de
asociarte, porque a decir la verdad, tanto lo deseo que pedí dejarte el lugar, y sólo el
tuyo está vacío; pero la obediencia es la dueña de todo, siguiéndola ciegamente no
podemos equivocarnos.
Me imagino el hermoso fervor con el cual servirías en este mes a nuestra común
amorosísima Madre María Santísima. Afortunada eres, mucho merece María ser honrada
y amada, y sabrá recompensar a quien lo hará con un verdadero corazón. No te cause
molestia saludar agradecidísimamente a tu Reverendo Hermano, y a él y a ti, con un
verdadero corazón te pido encomendarme a Jesús y a María.
El Reverendo Rector y el Reverendo Bosio te felicitan. Deseosa de recibir tus
cartas tengo el honor de decirme

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS Y DE MARIA

A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora REGINA TAERI
BRESCIA

209
154.- La compromete a honrar y a hacer honrar a María. Pide sufragios para una
hermana
A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere, 8 de mayo de 1829
Queridísima Hermana en Jesucristo,
Pax Christi.
Mi deseo sería el de entretenerme contigo extensamente, y tú quedarías muy
contenta; pero a Dios no le gusta darme esta satisfacción, porque ahora no tengo más
que unos pocos minutos libres; paciencia. Consuélate con una carta mía, lo deseo de
corazón y es mi gran necesidad . En la santa Comunión hecha por ti el primer día de este
mes me parece haber conocido que el Señor desea de ti en este mes que te
comprometas mucho a honrar y a servir a María Santísima y a procurar todos los medios
para que otros puedan hacer lo mismo, asegurándote que acepta para sí mismo aquello
que harás por su y nuestra Mamá amadísima. Ámala también por mí a esta Madre digna
de infinito amor, y suplícale que se digne a convertirme de corazón.
Te auguro un montón de cruces con la correspondiente virtud para soportarlas
santamente, y me digo con placer

El Apóstol indigno de Jesús y de María


B.C.

P. D. En esta mañana, hace dos horas que pasó a mejor vida nuestra Hermana Señora
Rosa Vignoli. Estoy segura que estará en el Paraíso, porque era un Ángel.
Hacédselo saber a todas las Hermanas, y hagan el sufragio de la Santa Comunión y el
Via Crucis con el Oficio de los Difuntos. De nuevo te saludo.

210
155.- Propone algunas jóvenes para la Compañía de San Luis. De la difunta
Señora Rosa Vignoli. Prueba de su humildad y obediencia

A DON ANGEL BOSIO


VIVA NUESTRA QUERIDISIMA MAMA INMACULADA

Lóvere, 10 de mayo de 1829


Muy Reverendo Padre Confesor,
Creo que es mi deber enviarle la carpeta, a fin de que pueda ver si está contento
con asociar a la Compañía de San Luis a la jovencita en ella mencionada. A las que
señalé con un punto, a decir la verdad, tendrían alguna dificultad, pero he pensado
dejarlas, tal vez estas, que me parecen las más necesitadas, serán aquellas a las que
San Luis cuidará más, y hará más fuerte su protección. Su Reverencia decida según le
inspirará el Señor y San Luis, y si tiene alguna otra para agregarla haga aquello que cree
mejor. Yo deseo hacerles hacer la primera unión dentro de ocho días, el primer domingo
consagrado a Él, y las seis semanas siguientes hacérselas emplear en la devota
preparación a la Consagración que harán el día de San Luis; y ese día Su Reverencia las
asistirá. Todo esto si Ud. está conforme, de otro modo lo haré como le parece.
La amiga Corazzini quedó muy contenta y satisfecha de la caridad que tuvo Usted
para con ella. Sé que desea volver, se la encomiendo mucho de corazón; el Señor desea
algo grande de esa alma, y ella se encuentra en la necesidad de ser ayudada de una
manera particular.
No puedo callar la impresión que me provocó la muerte de nuestra buenísima
Hermana Señora Rosa. No puedo olvidar ningún momento, y no puedo no hablar con
gratitud. ¡Ah! ella es afortunada, espero que estará en posesión de la bienaventurada
patria, la cual era el objeto de todos sus deseos. Me parece verla colocada en el Coro de
las Vírgenes y Mártires, porque ella fue verdaderamente Mártir de amor. Me recuerdo
siempre las palabras que me dijo antes de que se enfermara, preguntándome por el
resultado de una Misión que hacía Su Reverencia y el Reverendo Angelini: «¡Ah!
afortunados ellos, decía, que tienen tantos buenos medios para manifestar el amor de
Dios, y nosotras aquí encerradas, propio de un martirio, no tenemos más que uno,
hacerlo con el corazón, ». Ella afortunada, lo repito, ahora manifestará todo su amor, y
será siempre feliz. Espero que intercederá también por toda nuestra devota Unión, y por
mí en particular porque conocerá cuán grandes son mis necesidades.
Un día de la semana pasada hice la pordiosera con la habitual compañera para
vestir nuestra Imagen de María; se lo digo por si alguna le pidiera algún permiso de
dárselo doble o triple, porque somos pobres.

211
El abuso que hice de mi método de vida, de mis propósitos, sé que son el motivo
concreto por el cual Dios permite que yo ahora no lo tenga. Verdaderamente no lo
merezco, y le ruego que no tenga en cuenta aquello que hice; sino más bien actúe
según lo que le inspira su caridad para esta pobre alma mía; y ayudada por el Señor
quisiera prometerle aprovecharlos mejor en el futuro.
Le ruego a título de caridad que me conceda el mérito de la obediencia y del
Sacramento de la Penitencia en todas mis acciones, hasta la más pequeña, y esto hasta
Pentecostés. Le deseo la más alta santidad.
Tengo el honor de llamarme

El Apóstol indigno de Jesús y María


B.C.

Al Muy Reverendo Señor


El Señor DON ANGEL BOSIO
S.R.M.

212
156.- Prácticas para distribuir entre las hermanas

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 23 de mayo de 1829


Muy queridísima Hermana en Jesucristo
Estoy verdaderamente mortificada, conociendo mi haraganería. Esta semana no
he podido escribir nada, tuve varias dificultades, y no tengo más que algunos minutos
libres. Tu caridad y bondad supliquen por mí. Te mando el sorteo para la coronación de
Mayo, el modo de hacerlo es aquel que hemos usado hace dos años, y tú lo tienes.
La novena al Espíritu Santo es la habitual; solamente que en lugar de estar cada
una unida a un Santo como en aquella cadena, este año estamos todas unidas a nuestro
Coro que nos tocó en el mes de Mayo, y eso puedes hacer tú también , que tienes todo el
sorteo; yo no envié nada a las Romelli, Vertova, Rizieri, Ghesa; te pido hacerlo por mí;
por lo tanto basta una copia; hazla llegar a la Vielmi con su compañera, así me haces un
gran favor.
Muchas gracias por el libro de San Luis. Espero la cuenta para pagarte. No tengo
tiempo de agregar nada. Hazte Santa, que lo deseo de corazón. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

213
157.- Deseos de verla. Estímulo a pasar con fervor la Novena al Espíritu Santo.
Pedido para el vestido para adornar una imagen de María

A REGINA TAERI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 23 de mayo de 1829


Hermana y Amiga Predilecta,
Tu carta me consoló mucho. Me siento obligada a hacerlo por el amor que me
tienes, y te aseguro que eres bien correspondida. Esperaba poder verte en este
encuentro, en compañía de tu dignísimo Hermano. Dios no ha querido complacerme,
porque no lo merezco; paciencia. Lo deseo de corazón, y espero que tarde o temprano
Dios me complacerá.
Me parece que la próxima Novena del Espíritu Santo sacude en algo mi frialdad;
me uno estrechamente a ti, y deseo participar de todo cuanto hagas. Quiera Dios que
hagamos la próxima novena de Navidad con el fervor con que la hizo una vez el gran San
Felipe Neri y que pudiéramos recibir ese ardiente amor que también él tuvo en el día de
Pentecostés.
Envidio tu gran fervor, y quisiera poder imitarte en todo lo que hagas en estos
días para preparar un hermoso Nido en tu corazón al Huésped Divino que está por
hospedarse; y así estarás segura de participar de las hermosas gracias que El te
otorgará.
Como conozco tu bondad y el afecto que me profesas, me atrevo a pedirte un
gran favor, y caridad al mismo tiempo. Mis compañeras de Congregación, quisieran
bordar un vestido en oro para la Imagen de María pero aquí no tenemos ni el oro, ni el
dibujo.
Te ruego ya que de estas cosas entiendes, me compres o me hagas dos o tres
dibujos adecuados para tal objeto. Los quisiéramos más bien bajos y livianos, para
bordarlos en el borde del vestido y adelante en el borde de las mangas. Quisiéramos que
fueran dibujos en oro, no mezcla, y la altura menos de la mitad de la cuarta parte. Te
pido tres distintos, porque siendo algo en común, será necesario adaptarse al gusto de
todas o por lo menos de la mayoría. Respecto al oro, te ruego que me compres todas las
diversas cualidades que te he anotado aquí en la tarjeta. Oí decir que en el negocio
Borghetti se vende ese tipo de mejor calidad; luego tú haz lo que creas mejor. Te envío
algo de dinero para comprar lo que te pido; si te faltara, por favor, agrégalo tú, que
enseguida te lo pagaremos, y te advierto que te seguiré molestando por este asunto. El
pago te lo dará la Santísima Virgen, puesto que es algo que le pertenece a ella.

214
No puedo sino rogarte que me perdones tanta molestia, y decirte que me harás
una gran gracia, si en algo me haces digna de complacerte y servirte.
Devuélveles por duplicado a los Reverendos nombrados en tu carta, los saludos y
los agradecimientos. Mis queridas amigas, aunque no te conozcan personalmente, todas
te aman de corazón y mucho se consuelan cuando hablan de ti, todas te tienen como su
querida Hermana en Jesucristo (pero yo más que todas), y de corazón te envían los más
afectuosos agradecimientos.
El santo Amor de Jesús y de María te consuman totalmente, y los hermosos
ejemplos del querido San Luis Gonzaga te enamoren de manera que pronto te hagan
llegar a ser su fiel y perfecta copia. No te pido rezar por mí porque nuestro pacto nos
obliga a recordarnos siempre mutuamente. Soy

Tu pobre Hermana y Amiga


BARTOLOMEA DE JESÚS

215
158.- Pide que le dé explicaciones de una amiga. Se une a ella para hacer la
Novena al Espíritu Santo

A LUCIA CISMONDI
VIVA MARIA

Lóvere, 26 de mayo de 1829


Queridísima Hermana,
Muy rápidamente te escribo la presente pidiéndote que envíes por manos seguras
la carta que te adjunto para la querida Cesarina, y dile en mi nombre que yo no recibí
más cartas suyas; que me envió a decir algo con las Hermanas Colombi, pero yo no pude
comprender el sentimiento, porque no recibí sus cartas; dile que deseaba escribirle, pero
no tengo tiempo; lo haré lo más pronto posible, mientras tanto que tenga la bondad de
hacerme saber aquello que desea de mí.
El Reverendo Don José Angelini me dijo que la salude. El Espíritu Santo te colme
de Su Amor.
Me uno a ti de modo particular para hacer la novena al Espíritu Santo; en aquel
Cenáculo intercambiémonos recíprocamente aquello que a Él le agrade iluminarnos.
Hagámonos Santas y gran Santas, pronto, más bien rápido.
Otra vez escribiéndote, encontraré tu carta.
El hermoso Corazón de María sea nuestro Nido. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Excelente Señora LUCIA CISMONDI

216
159.- Le agradece en nombre de María. De su vocación religiosa. Cuán queridas
le son sus amigas.

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 4 de junio de 1829


Muy queridísima Hermana,
Me produjo un gran dolor la ausencia de la excelente Alessandri. Espero que Dios
le premiará la virtud con la gloria del Paraíso.
Te mando el nuevo sorteo para la próxima novena de San Luis, las prácticas son
las que hicimos el año pasado.
El Lunes hice la Santísima Comunión por ti, y sentí en mi corazón que María me
decía que agradece mucho por todo aquello que le has hecho a Ella en su honor, y la
atención que tuviste para que otras la honrasen fielmente, te pide continuar y te asegura
que haces algo agradable también a Jesús, comprometiéndote por el honor de su y tu
querida Mamá.
Te agradezco mucho todo cuanto has obrado por mí, y por suplir mi haraganería.
Dios te pagará todo.
Quiero decirte algunas palabras respecto a lo que me escribiste en tu penúltima
carta. Sinceramente te digo que de ninguna manera he decidido algo respecto de mi
vocación; me dicen que me quede tranquila por ahora, y lo estoy.
Sabes que mis amigas, y tú más que ninguna, me son muy queridas, y las tengo
realmente como un don del Cielo. Quizás Dios, para castigarme me las quitará, pero yo
no las dejaré, puesto que ciertamente sé cómo me ayudan espiritualmente y tú más que
todas.
Hagámonos santas, querida Hermana, pero de verdad. Poco tiempo para trabajar
y luego un Dios para siempre gozar. Adiós.

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

P. D. te pido que hagas decir a las devotas de San Luis cada día, en el transcurso de su
novena, 3 Gloria Patri por una persona que tiene mucha necesidad.
Adiós de nuevo.

217
160.- Su ternura por San Luis. Presentimiento de cruces del Confesor y consejos
especialmente acerca de la celebración de la Santa Misa. Recomienda una obra
a favor de los Sacerdotes y un Clérigo. Semejante al propio Padre.

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS MARIA Y LUIS

Lóvere, 4 de junio de 1829


Muy Reverendo Padre Superior y Confesor,
Le incluyo la novena de mi querido san Luis. El solo nombre de este querido Santo
me alegra verdaderamente el corazón. Espero que me ayudará y enseñará a amar a
Jesús.
No puedo quitarme de la cabeza que ahora el Señor lo está visitando a Su
Reverencia con alguna aflicción y cruz interna: hoy lo he tenido muy presente y casi no
podía olvidarlo, pero sin saber el porqué. Ya me lo esperaba que después del consuelo
del cierre del mes de Mayo, el Señor le daría alguna cruz; pero le ruego, en lugar de
afligirse, cualquiera sea la pena que sufra, procure consolarse con el Señor. Nunca es tan
agradable a Él, como cuando padece por su amor. Me equivocaré, puede ser, pero no
puedo quitarme del corazón que Su Reverencia está afligido y apenado a causa de los
defectos que su profunda humildad le hace encontrar en sí mismo.
Si fuese esto, le ruego, aplíquese lo que con santa caridad enseña a los demás: es
decir, que después de haber dicho al Señor que estos son los frutos de nuestra huerta,
sería peor aún si Él no nos ayudara a abrir el corazón y a esperar en Dios, es más,
estamos seguros de que Él lo hará de tal manera que podamos agradarle, aunque
nosotros ni siquiera lo sepamos. Un verdadero acto de amor de Dios roba de su memoria
cuantos defectos podemos cometer. Ni por humildad, ni por defectos, ni por necesidad, si
no fuese extrema, debe dejar la Santa Misa, dejarla sería contraria al Corazón de ese
amabilísimo Jesús, que con toda caridad espera a sus amadas creaturas a su Mesa, y
más que a todos, a las enfermas para consolarlas, ayudarlas y confortarlas. Quisiera
decirle que por humildad deje todo, y se hará Santo, pero la Santa Misa, no, nunca...
Espero que ya habrá comenzado la santa obra que planea realizar para los
Sacerdotes. Si por acaso no hubiese aún comenzado, ésta es la ocasión para hacerlo; es
más, enseguida, hoy mismo debe iniciarla, y esto como prueba de gratitud y de fidelidad
a Dios, porque se digna visitarlo con cruces y no debe dejar pasar ni siquiera un día sin
haber trabajado algo por esta hermosa obra. Espero ciertamente que Dios para
recompensarle su fatiga, bendecirá de tal manera esta obra que hará redundar
totalmente en ventaja de quien la dirige, y para su gloria.

218
No repare en la repugnancia que prueba; yo lo considero una gracia particular del
Señor; porque así le quita al demonio toda posibilidad de tentarle por soberbia, y Usted
trabaja aún con más gusto, amando todo lo que Dios le regala. Le encomiendo mucho la
Misión de Schilpario, sólo una verdadera necesidad de salud o una obligación de caridad,
pueden dispensarlo de ella; por otra parte, sepa que a Dios le agradará mucho que
derrame un poco de sudor por este pueblo suyo, y espero que todo resultará de gran
ventaja.
Otra cosa que está en mi corazón, es aquel pobre Clérigo Gennari. María
Santísima lo encomienda a la caridad de Su Reverencia. Si puede tener algún medio para
consolarlo y ayudarlo, lo use, que le hará una grandísima caridad. por tal motivo, en el
trascurso de la novena de San Luis por sus devotas haré decir alguna Oración cada día al
Santo. Yo también, si me permite, haré una visita cada día al altar del Santo y agregaré
al habitual tiempo de la disciplina cada día 6 Gloria Patri, a fin de que este Santo se
comprometa pronto a Dios, para que a Monseñor le dé luz para hacer la voluntad de
Dios, cualquiera sea el estado al que Dios lo llame, y la gracia para que el Clérigo la
siga.
Le pido que para el Sábado me dé el método de vida de la Corazzini, porque lo
desea. Ella me escribió que estando toda fervorosa, se puso enteramente bajo la caridad
de su Sacerdote y por ahora tiene buenísimos deseos de hacer el bien. Dios le conceda
constancia y perseverancia, que no será de poca ventaja en su pueblo. Si cree que me
puede complacer, desearía que me devolviese la hoja del voto de caridad, para renovarlo
el día de Pentecostés; haga aquello que mejor considere para mi alma.
Esta vez le he abierto demasiado mi corazón, y hablé con atrevimiento; este es
realmente mi oficio, y no sirvo sino para esto. Le ruego me perdone, y después de culpar
a mi atrevimiento, culpe a su humildad que me ha empujado a tanto.
Deseo que el Espíritu Santo descienda a su corazón, con la plenitud de sus Dones
y lo haga realmente ser otro Pedro, lleno de celo y caridad. Lo espero de corazón.
Le encomiendo mi pobre alma. Le pido su Santa Bendición. Lo saludo
humildemente en el acto que me digo con todo el honor

Su indigna Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA DE JESÚS

P.D. Pensaba esta mañana encomendarle a mi querido Padre, téngale caridad de todas
maneras, Dios lo quiere para sí, veo en él ahora un hermoso cambio. El
perfeccionamiento de esta tarea Dios se la confía a Su Reverencia. Le ruego que me dé
permiso para renovar mí voto de Caridad, pues me olvidé de pedírselo. La orden que me
dio de dejar casi toda la Santa Oración, al principio resultó dolorosa a mi amor propio, y

219
no pude dejar de derramar alguna lágrima y me pareció un castigo por mi infidelidad,
pero ahora estoy completamente tranquila y contenta y procuraré llevar conmigo a mi
Señor donde quiera que vaya. Le agradezco por todo. Lo saludo.

Al Reverendísimo Señor
El Señor DON ANGEL BOSIO
S.R.M.

220
161.- Envía las prácticas para San Luis. Consuela al cansancio con el
pensamiento sobre el Paraíso

A PIERINA VIELMI
VIVA JESUS, MARIA Y LUIS

Lóvere, 4 de junio de 1829


Muy queridísima Hermana,
Le incluyo el nuevo sorteo para la próxima novena de San Luis Gonzaga, las
prácticas son las del año pasado. Hazlo saber a la querida Chiodi y salúdala de parte mía.
Hace tiempo que no recibo tus cartas.
Temo algún accidente. Consuélame ahora con dos renglones, que lo deseo de
corazón.
Animo querida Hermana, el Paraíso nos espera, fatiguémonos con gusto para
ganarlo. ¡Oh! ¡Qué felicidad la nuestra si podemos llegar! ¡Un Dios para conocer...
amar... contemplar... sin temor de perderlo jamás! ¡Feliz padecer que nos hace obtener
un bien tan grande! Suspiro por la hora en que te veré plenamente Santa. El Espíritu
Santo nos encienda todas en su Santo Amor. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Excelente Señora Apreciadísima


La Señora PIERINA VIELMI
ARTOGNE

221
162.- Disculpas. Agradecimientos. Le recomienda el recogimiento, una Hermana

A LUCIA ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 4 de junio de 1829


Hermana Queridísima,
Heme aquí finalmente contigo, amadísima Lucía. Perdóname si tardé en escribirte,
pero te aseguro que estuve impedida y no fue por haraganería.
Te agradezco la excelente sugerencia que me has dado en tu última carta,
despreciar el mundo y a mí misma, es aquello que Dios quiere de mí.
Quisiera poder responderle.
Mi buen Jesús, en la Santa Comunión que hice por ti, me hizo conocer, y casi
claramente, que debo encomendarme nuevamente a eso que tú me dijiste la última vez,
porque lo quiere absolutamente. Entendí también que debía recomendarte el
recogimiento interior, y decirte que Jesús tiene designios grandes para ti, que no quiere
conducirte por un camino ordinario, sino que te quiere Santa y gran Santa y, sobre todo,
desea que lo ames y sirvas como una verdadera y leal esposa.
Querida Lucía, Jesús te quiere toda suya, entrégate a Él totalmente, sin reservas.
Te mando el librito que buscabas el cual cuesta 6 Liras; así que yo te debo 3 Liras,
si necesitas algo lo utilizaré, sino te lo restituiré la primera vez que nos encontremos.
Te mando el nuevo sorteo para la Novena de San Luis, que será la misma del año
pasado.
Te entrego a la Hermana Ghesa, que sea tu compromiso o el de Julia enviarle la
hoja lo más pronto posible, y también te mandaré el sorteo para ella.
Mi queridísima, hazte Santa. Espera pronto al Reverendo Angelini, tal vez hará un
paseo por el valle Camonica.
Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

222
163.- Agradece por las sugerencias recibidas, por el aviso de su cercana muerte,
por los amorosos reproches, etc.

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS, MARIA Y EL AMABLE SAN LUISITO

Lóvere, 15 de junio de 1829


Amadísima Hermana y Amiga,
Tu carta fue muy querida a mi corazón y me trajo mucho consuelo. Te agradezco
de corazón la caridad que tienes para conmigo y no sé decirte sino que Dios te lo pagará.
La sugerencia de oro que me das respecto a mi actuar, no podía serme más grata ni
llegar más oportuna. Quiera Dios que la aproveche. Respecto a lo que me dices, que
pronto me espera San Luis, y con una palabrita me haces creer cercana mi muerte,
estaría contentísima si hubiese hecho algo por el Señor, pero al verme con las manos
completamente vacías, no puedo creer que Dios quiera llamarme así, a no ser que fuese
un rasgo de misericordia, que previera que puedo ofenderlo o abandonarlo. De todos
modos, que obre el Señor, de cualquier manera, estaré contenta.
Muy querida me pareció la dulce amonestación que me haces por la omisión de la
novena al Santísimo Sacramento. Te confieso que desde el primer día de la novena hasta
ahora, siempre me lo reproché. Dios me perdone, y tú perdóname también, lo hice según
mi parecer.
Te incluyo un nuevo sorteo para la novena al Sagrado Corazón. Nuestras
hermanas que tienen la regla del Sagrado Corazón hacen la novena en ella señalada; si a
ti te parece bien hazla hacer también a las tuyas, haz aquello que te parece mejor. No
hablé a la Madre Parpani de aquello que me encargaste, lo haré en cuanto pueda y te
avisaré.
El Reverendo Superior me obligó a que te salude, y le es muy querido que hagas
lo posible para acercar a la santa Comunión a aquellas amigas que ya sabes.
Mi queridísima no perdamos más tiempo, amemos verdadera y sinceramente a
nuestro querido Jesús. ¡Cuántos no lo aman!... ¡Cuántos lo ofenden y gravemente!...
Nosotras consolémoslo. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS

223
164.- Desea santificarse en el poco tiempo de vida que le queda a imitación de
San Luis

A LA MISMA
VIVA JESUS MARIA Y SAN LUIS

Lóvere, 22 de junio de 1829


Muy queridísima Hermana,
Te incluyo el nuevo sorteo para la próxima novena de la Visitación; tal vez no
llegue a tiempo.
En cuanto a las hijas que deseas inscribir al Sagrado Corazón, haz un pedido,
luego envíaselo a la Madre Parpani porque ella tiene la tarea de inscribirlas y hacerles
ganar las Indulgencias.
Acuérdate siempre de tu pobre Bartolomea, quisiera por lo menos pasar
santamente el poco tiempo que me resta de vida: el ejemplo de mi querido San Luis es
para mí un fuerte estímulo para amar a Dios, pero aún así nunca hago nada y si avanzo
con este paso, llegaré al tribunal de Dios, con las manos completamente vacías de toda
obra buena y llena de pecados. Ayúdame, por caridad.
Mi queridísima, te deseo la más sublime Santidad; San Luis sea tu verdadero
modelo; soy en la caridad de Nuestro Señor Jesucristo

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA, Sierva indigna de Jesús

224
165.- Trata de disipar las prevenciones de un Sacerdote acerca de la Pía Unión.
De su muerte cercana, a la cual desea prepararse imitando a San Luis. Pide
humillaciones. Aconseja una devoción a Jesús Sacramentado.

A DON ANGEL BOSIO


VIVA EL SAGRADO CORAZON DE JESUS Y EL ENAMORADO DE EL
SAN LUIS GONZAGA

Lóvere, 23 de junio de 1829

Muy Reverendo Padre Superior y Confesor,


Le incluyo la ya comenzada novena de la Visitación de María. Hoy escribí dos
renglones de agradecimiento al Reverendo Taeri porque me ha dado muchas imágenes
hermosas; en esta correspondencia le envié la carpeta diciéndole que se la enviaba Su
Reverencia, que lo saludaba, y que pronto lo satisfacerá enviándole el librito de la Unión,
así quedaría claro el tema. Se lo digo para que se entere de mi mentira.
Las devotas de San Luis le piden a Su Reverencia aplicar la Santa Misa por ellas el
Jueves.
Para dicho día había deseado pedirle a Su Reverencia hacer la primera unión y
aceptación de las Hijas de la nueva Compañía de San Luis; pero temo que esta vez mi
deseo falle, porque sentí en casa decir que debo ir a Séllere 17. Si Dios favorece las
circunstancias se lo avisaré, y le pediré ese favor. El Jueves también deseaba, por lo
menos si Usted me lo permite, hacer mi Confesión anual en preparación a la fiesta del
Sagrado Corazón; si no puedo ese día, la haré cuando a Usted le parezca mejor, y
mientras tanto procuraré prepararme. Los continuos llamados que siento en mi corazón a
hacerme Santa y de hacerme Santa pronto, pronto, me dan a conocer como próximo mi
fin. Su Reverencia así me lo ha dado a entender; pero sobre todo lo experimenté en la
fiesta de mi querido San Luis. Durante todo el día sentí en mi Corazón que debía pasar
este año como San Luis pasó el último año de su vida, que su perfección en todo, debía
ser la norma continua de mi vivir; no pude imaginarme a San Luis sino de esta manera.
Me parecía verlo todo absorto en su Dios, no teniendo en su mente sino a Él y su gloria,
sólo a esto apuntaba en su obrar, pasando tan de prisa, como quien camina sobre brasas
ardientes, por sobre toda otra cosa creada.
Quisiera imitarlo y siento gran deseo; pero mi soberbia es demasiado grande, y si
a veces mi Dios me hace adelantar un paso, ella me hace retroceder diez. Me

17
Pueblito de campaña, cerca de Lóvere, donde la Venerable poseía una pequeña casa, y
donde se retiraba anualmente para los Ejercicios Espirituales. Especialmente durante los
días de Carnaval llevaba a las niñas y jovencitas a descansar para alejarlas de las
ocasiones peligrosas

225
encomiendo a su caridad, si Dios le inspira aún el adoptar hasta formas extrañas para
humillarme, no me las niegue de ninguna manera. Estoy segurísima de que no podré
soportar la mínima prueba, pero estoy contenta lo mismo, ya que igualmente esto
también servirá para humillarme, y hacerme conocer quién soy y qué puedo hacer.
No quiero ocultarle un pensamiento que tuve. Me pareció que Jesús agradecerá
sumamente de Su Reverencia, que todas las veces que esté confesando ante el
Santísimo Sacramento, y se levantan las personas que van confesándose, cada vez, dé
un dulce saludo a Jesús Sacramentado, sin dejar pasar ni siquiera una ocasión de
ofrecerle este regalo; esto para reparar el monstruoso olvido de parte de tantos
Cristianos que no lo visitan.
Me olvidaba pedirle la Disciplina en esta Novena; interpreté como favorable la
respuesta, de manera que quiero pedírsela también para las próximas novenas hasta
Agosto.
Me encomiendo de corazón a su caridad. Lo saludo respetuosamente y soy

Su pobre Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA, Sierva indigna de Jesús

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

226
166.- Pide varios permisos. Con gran humildad lo invita al ministerio de las
Misiones

AL MISMO
SEA HONOR Y GLORIA AL HERMOSO CORAZON DE JESUS

Lóvere, 3 de julio de 1829


Muy Reverendo Padre Confesor,
Le incluyo la novena del Carmen. Como esta fiesta es para Lucia Romelli y para mí
muy particular, con su obediencia, deseamos hacer algo más que las otras, y a tal fin le
incluimos una tarjeta. Si está contento que hagamos las cosas mencionadas en ella, no
es necesario que se moleste para que lo sepamos, porque yo tengo una copia, y mañana
se la enviaré a Lucía; de otro modo haremos aquello que Usted desearía, si nos lo hace
saber.
Después de mi confesión anual me vinieron a la memoria otros pecados, y para
serenarme ahora le incluyo la hoja del promemoria que hacía de vez en cuando, y los
pecados de soberbia, eso servirá para cumplimiento de ella.
Le pido también concederme permiso en el transcurso de la próxima novena para
hacer una hora más al día el Voto que Usted conoce, etc.
No sé si me equivoco al decir aquello que ahora le agrego. Muchas veces me
parece que sentí en el corazón que Dios desee que Su Reverencia tenga como primer
compromiso las Santas Misiones, y que es algo muy grato a su Corazón si hiciera por lo
menos una por mes. Ciertamente no se lo digo por inspiración divina, sino por soberbia,
y Usted dé a mis palabras el peso que merecen aquellas que no parten de un corazón
recto. Todavía no puedo callarlo, porque todas las veces que me venía en mente ese
pensamiento, lo dejaba de lado como tentación, pero no sé porque me sentía impulsada
a decírselo. No lo tome a mal pero estoy segura de que Dios está muy contento con lo
que hace actualmente, y haga aquello que el Señor le inspira.
Me encomiendo por caridad a sus Oraciones. le envío mis propósitos hechos en la
Confesión anual. Usted los corrija como le guste, que se lo agradezco.
Con mucha estima lo saludo

Su Devotísima Agradecidísima Sierva e Hija


BARTOLOMEA DE JESUS

227
167.- Pedidos de sincera amistad

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 8 de julio de 1829


Amadísima Hermana en Jesucristo
Dos renglones, rápidos, porque el sueño y la obediencia no me conceden hacer
más. Tu carta me fue muy querida, más bien queridísima, porque me despertó a la
memoria a mi excelente Mariana, que en el Señor amo de corazón; pero lo que me dices
de la poca confianza que tengo contigo me ofende el amor propio, y no la merezco.
Créeme, queridísima, que contigo no solo tengo una gran confianza, amor sincero, sino
toda la estima que se merece tu virtud, considero como gran honor y gracia tener
contigo esta amistad. Yo no sé por qué me dices esto; en tu querida carta agregas que
yo tengo algo que decirte, pero que lo callo. Sinceramente te confieso que no lo sé, ni
recuerdo haberte dicho algo así, ni recuerdo qué puede ser.
¡Oh! Dejemos de lado estas razones que son de hecho, inútiles; persuádete de
que yo te amo con un amor sincero, y que por esto no te ahorraré nada, como estoy
segura de que tú harás lo mismo conmigo, porque sé que tienes una gran caridad para
con mi alma.
Te recomiendo aquella Oración que me dijo la querida Lucia, y junto con Julia
salúdamelas mucho.
Me encomiendo por caridad a tus Oraciones.
Recuerda la Comunión del segundo Jueves de cada mes por mi; decidle al buen
Jesús que me haga conocer aquello que quiere de mí, y escríbemelo. Lo mismo haré
indignamente yo también.
Adiós, queridísima, a vernos a los pies del Crucificado.
Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Excelente Señora
La Señora Mariana Vértova
MALEGNO

228
168.- Expresiones de amistad. Alegría por su buena conducta. Sus noticias

A MARIA Y MATILDE MARINONI


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 11 de julio de 1829


Queridísimas Hermanas y Amigas,
Me es grato el encuentro con la excelente Rillosi, para enviarles dos renglones y
así hacerme presente a mis queridas amigas, y asegurarles la continuidad de mi afecto, y
de la sinceridad de mi amistad. No crean que yo me olvidé de Ustedes porque les escribo
poco, y casi jamás mantengo las promesas que les hago. Por esto perdónenme, las
excusas son mi negligencia, y la falta de tiempo. El librito prometido no lo tengo, pero lo
tengo siempre en mente y espero pronto complacerlas.
Me pongo contenta al oír las excelentes y consoladoras noticias de su buen
comportamiento. Son afortunadas porque conocen el verdadero bien, y aprovechan
cuanto el Señor quiere de Ustedes. Un día estarán contentas.
Espero que gocen de buena salud, deseo que Dios se la siga regalando y sea
siempre mejor, a fin de que puedan emplearla a gloria de Dios y a favor del prójimo.
De mí no puedo decirles más que excelentes noticias respecto al cuerpo, pero
infelices por el alma, porque no hago más que retroceder en la virtud, y hacerme indigna
de las divinas gracias. A Ustedes me encomiendo por caridad, pidan a Dios que de una
buena vez me entregue a El, y lo sirva con fidelidad.
Deseo mucho verlas, y abrazarlas.
La buena Omio las saluda cordialmente. La paz y la consolación del Señor sea
siempre con Ustedes.
Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

229
169.- Invitación a hacerle compañía a Jesús Sacramentado. Mención de su
cercana muerte. Incerteza de su vocación

A LUCIA CISMONDI
VIVA EL AMANTE JESUS

Lóvere, 18 de julio de 1829


Muy queridísima Hermana en Jesucristo
Heme aquí al fin, amadísima Hermana, no te pido disculpas por mi demora en
escribirte, porque soy la negligente Bartolomea de siempre.
El primer día de este mes ofrecí la Santa Comunión por ti. En dicho encuentro me
pareció haber conocido que Dios te ha destinado para ser la asistente de su Corazón en
el Santísimo Sacramento, porque quiere que, personal o espiritualmente le hagas
compañía.
Dile algo también por mí. Te confieso ingenuamente que siento continuos
reproches de parte de mi dulce Esposo, puesto que no correspondo en absoluto a sus
gracias, especialmente ahora que me parece que me queda muy, muy poca vida por
vivir, estoy algo preocupada también respecto a mi vocación, pídele a Dios que me haga
conocer su Santa Voluntad al respecto.
Le pregunté al Reverendo Superior si se encontrará en casa la próxima semana, y
me dijo que estará allí sin falta, excepto un día en el que desea ir a Trescore para visitar
a Monseñor. No puede fijar un día determinado, porque deberá adaptarse a quien lo
acompaña.
Deseo inmensamente verte y complacerme contigo; pero no vengas con apuro.
Mí queridísima, consígueme de Dios un gran amor a El. Soy en el nombre de
Nuestro Señor Jesucristo

Tu pobre Hermana
Bartolomea de Jesús

230
170.- Agradece la visita recibida. Envía prácticas devotas

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 27 de julio de 1829


Muy queridísima Hermana,
Bartolomea te saluda de corazón junto con todas las queridas Hermanas. Tu visita
rápida me fue muy querida, y deseo aprovecharla.
Ahora te mando el triduo deseado; pronto te enviaré también la novena de la
Asunción, deseo que pueda encontrarme contigo para enviar esta carta. Me encomiendo
por favor a tus Oraciones. Me digo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Tu pobre Hermana
Bartolomea de Jesús

A la Excelente Señora Apreciadísima


La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

231
171.- La impulsa a suplir con mayor fervor las cosas dejadas de lado durante el
viaje. Recomienda la lectura de un libro espiritual

A LA MISMA
VIVA JESUS, MARIA Y SAN LUISITO

Lóvere, 11 de agosto de 1829


Amadísima Hermana,
Tu visita me fue queridísima, por lo tanto no puedo más que agradecerte de
corazón. Tu ejemplo fue un fuerte llamado de atención a mi corazón, porque muy lejos
me veo de ti. Pídele de corazón a Dios por mí, para que de una buena vez pueda
entregarme toda a El, y ser toda suya.
Hice la pactada Comunión por ti. Otra cosa no podía conocer sino que Dios te
impulsa a un mayor fervor y compromiso, para colmar cuanto necesariamente has
dejado de lado durante el tiempo de tu viaje.
Espero con deseo una carta tuya, con la explicación de cuanto has conocido para
mi alma necesitada.
Di, si te agrada, a la excelente Giacomelli que se complazca en hacer leer aquel
librito que yo le di durante nuestro encuentro, cuando me visitó.
Si te parece que no es fuera del propósito, desearía que lo hagas leer al Oratorio.
El Reverendo Ballardini lo desea mucho , sea tu compromiso de hacérselo llegar pronto.
Animo amadísima, por la tarea que tienes, asegúrate que Dios está contigo.
Aunque sean muchas las dificultades, con su gracia saldrás adelante. Volunnia te saluda.
El amor santo de Jesús nos conserve a todas.
Créeme

Tu Afectísima Hermana
La Sierva de Jesús y de María

232
172.- Se alegra por el buen éxito de los exámenes. Pedidos realizados

A CATALINA FERRI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 27 de agosto de 1829


Amadísima Hermana y Amiga,
Tu carta me fue cien veces muy querida. Tus buenas noticias y de Marietta me
consolaron mucho. Gozo muchísimo que has aprobado con honor los exámenes
escolares. De todo sea gloria a Dios que es el autor. Confía que Dios te ayudará a seguir
exactamente tu deber. Qué hermosa consolación para ti, poder tener medios para
usarlos a gloria de Dios y a favor del prójimo. Entusiásmate nuevamente, y recuerda que
Dios te preparó un premio grande en el Paraíso.
Ahora te mando los Corporales y los Purificadores que me enviaste la primera vez,
el importe de los mismos es de 5:4 Liras. Los últimos que me mandaste no están
todavía.
El dinero que me mandaste suplió todas las deudas que tienes conmigo. Pídeme lo
que quieras con libertad, que me haces un gran placer.
Salúdame muchísimo la querida María y a tu Hermana. Salúdame al Reverendo
Panzerini, a la Señora Erminia. De salud estoy bien, y agradezco de corazón al Señor
todo aquello que me regala. Mi queridísima, amemos de Corazón a Jesús y a María,
sirvámosle con fidelidad, y estaremos seguras del Paraíso.
Soy en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Tu pobre Hermana y Amiga


BARTOLOMEA DE JESUS

233
173.- Trata de algunos encargos recibidos

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 5 de setiembre de 1829


Muy queridísima Hermana y Amiga,
Busqué entre los Comerciantes a quienes había comprado las cosas que te envié,
y tuve como respuesta que el Spinone negro costaba 6:15 Liras el metro, y el Girò
cilestro 4:5 Liras el metro.
Recibí la carta de la queridísima Donda, me reservo el encontrarla nuevamente
con más tiempo y así poder escribirle más extensamente, Salúdamela mucho, y
salúdame también al Reverendo Panzerini y a la Señora Erminia con tus Hermanas.
Recuérdame por favor. Encontrémonos en la Cuna de la Virgen Niña, dile una
palabra también por mí.
Soy en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Honorabilísima Señora
La Señora CATALINA FERRI
CEDEGOLO

234
174.- Sugiere ejercicios devotos. Pide disculpas

A MARIA CHIODI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 10 de setiembre de 1829


Muy queridísima Hermana,
Perdóname queridísima, si me retrasé en enviarte esta hoja que te adjunto. Mi
haraganería fue la principal causa. Tú suples mi defecto, y haces que María no pierda ni
un solo día, haciendo luego la octava que a causa mía le robaste a María. Te advierto que
el tercer Domingo de este mes cae la fiesta de la Dolorosa, en preparación a la misma
haremos el Septenario hecho en cuaresma, del cual tú tienes copia, y sirve la misma
también para el sorteo.
Amemos a Jesús, amemos a María, queridísima Hermana, que bien lo merecen y
amémoslos mucho. Vale más un acto de Amor a Dios que otra cosa. Deseo recibir alguna
carta tuya, tu silencio me hace temer que estás enojada conmigo, por la poco o ninguna
compañía hecha en el día de tu visita. De nuevo te aseguro que me entristecí mucho, y
que deseaba también yo hacer algo para complacerme contigo, pero las circunstancias no
me lo permitieron. Perdóname, y hagamos las paces. Recomiéndame de corazón al
Señor. Mil saludos a la querida Pierina si se encuentra allí. Hermana queridísima, hazte
toda de Jesús y de María, y el Paraíso será tuyo. Soy en el nombre de Nuestro Señor
Jesucristo.

Tu pobre Hermana
La Sierva de Jesús y de María

A la Honorabilísima Señora
La Señora MARIA CHIODI
ARTOGNE
S.P.M.

235
175.- Se divierte con la amiga. Sé tú la mediadora ante Dios

A LUCIA CISMONDI

Lóvere, 18 de setiembre de 1829


Amadísima Hermana en la Caridad de Nuestro Señor,
He aquí la carta prometida. Ten paciencia si tardo siempre en escribirte. Si no te
podrá servir este año, me consuelo porque te servirá el próximo, y entonces no
suspirarás por mi haraganería.
Recibe la carta adjunta de la virtuosa y querida Banzolini. Por caridad, ruega al
amable Jesús que no me quite su Santa Mano de la cabeza, porque estoy muy próxima a
hacer una de las mías; ruégale para que se digne hacerme conocer su Voluntad; hace
tiempo que estoy algo inquieta y descontenta, sé que Dios quiere algo de mí; pero no sé.
Hazme tú de mediadora ante Dios, y luego háblame con sinceridad.
¡Oh! ¡Qué hermoso es el Paraíso! trabajemos mucho, mucho para conquistarlo.
En él tendremos a Dios, lo amaremos de corazón, estaremos seguras de no
perderlo jamás. ¡Oh! ¡Qué gran felicidad! Te saludo afectuosamente y soy

Tu Indigna Hermana y Amiga


La Sierva de Jesús y de María

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

236
176.- Envía y declara varios escritos espirituales. Invitaciones que siente a
hacerse gran santa. Gravedad de sus más pequeñas faltas ante Dios. Del
Instituto a fundarse, de la regla a vivirse, de la casa a elegir, de los medios a
utilizar. Su confianza por todo eso en Dios.

A DON ANGEL BOSIO


VIVA EL AMABLE JESÚS
Y SU DULCÍSIMA MAMA

Lóvere, 27 de setiembre de 1829


Reverendísimo Padre en Jesucristo,
Mis necesidades espirituales son infinitas, y no sé por dónde empezar. Diré, en
síntesis, cuanto puedo; tenga la bondad de escucharme. Le envío muchas cosas. Mi
diario, que hace tanto no le hago ver, incluyo también mis faltas de soberbia; pero no
puedo enviarle todas las hojas, porque temo haberlas traspapelado y no puedo
encontrarlas. Le mando ahora el resultado de los Santos Ejercicios que el Señor me
concedió la gracia de hacer, con los propósitos que he formulado.
Espero que mediante ellos, llegue a conocer el retrato de mi conciencia, con los
infinitos defectos que encontré en mí, sin mencionar todos aquellos que mi amor propio
me ha escondido. Procuré escribir con la mayor sinceridad posible y, cuando sentía la
más pequeña inquietud a dejar algo de lado, me parece haber escrito inmediatamente,
aunque sé que lo demás ha quedado oculto por mi soberbia; de esto pediré perdón y luz
al Señor. Usted, mientras tanto, después de haber reflexionado sobre mi estado, y
solamente a título de caridad, hágamelo conocer, e indíqueme el camino que debo
recorrer. Sé y repetidas veces lo he sentido en el corazón durante los días de los Santos
Ejercicios, que el Señor me quiere toda suya, que no está contento con lo que hago, que
me llama por precisa obligación a la perfección, que le disgustan aun mucho mis
pequeños pecados, más que los mayores de cualquier otra persona, porque los míos son
maliciosos y parten de un corazón que no debería ser sino amor para ese Dios que tanto
lo ha beneficiado.
Siento vivo deseo de hacerme santa, pero mediante la humillación y la cruz, siento
que Él me llama al Santo Ejercicio de la Oración, siento, en fin, que debo hacer mucho en
poco tiempo. Pero soy una pobre ciega guiada por el amor propio, empujada
continuamente por la soberbia; por lo tanto no puedo sino encomendarme a su caridad.
Me abandono en sus manos como en las manos de mi Divino Esposo; estoy segura de
que Usted tendrá para mí muchas luces, procuraré obedecerle ciegamente y así evitaré,
todo engaño. Quiero hacerme santa, y no quiero diferirlo más, ayúdeme por caridad
mediante sus consejos y oraciones.

237
Permítame hablarle del querido Instituto objeto de sus deseos y de los míos. El
asunto Gerosa permanece en el silencio. Se ve que el consejo recibido por parte de la
Señora Bartolomea, tuvo el efecto que el Reverendo Dó temía, porque desde entonces
ella no habló más sobre eso. Catalina me hizo escribir, según su sugerencia, sobre el
particular al Reverendo Dó para tenerlo al tanto, pero ella no sabe nada de cuanto el
mencionado me ha escrito, solamente supo acerca de la frialdad de la tía al respecto.
Catalina se encuentra en buenísimas disposiciones y desea efectuar las divisiones; pero
por lo que se sabe desde el punto de vista humano, el asunto parece ir a largo y creo que
si seguimos esperando la decisión, estaremos en el mismo punto aún dentro de diez
años; pero el Señor puede hacer lo que quiere, y nada es imposible para El. En la pasada
novena hice pedir mucho al Señor, para que se dignase dar a conocer:
1° Cuál ha de ser la Regla que desea que se profese en el nuevo Instituto,
2° Cuál ha de ser la casa en la que El ha puesto sus ojos,
3° Cuáles son los medios de los que se quiere servir para el comienzo de su obra.
No dudo en lo más mínimo de que Su Reverencia habrá tenido especiales
inspiraciones sobre todo esto y espero ver pronto los efectos. En cuanto a la Regla, le
pediría que no difiera más, si lo cree oportuno, la elección de la que crea ser más
conforme a la voluntad de Dios y más apta para el fin. Me parece que para decidirse
sobre la Regla que ha de regir al Instituto, no es necesario que se tenga el material del
mismo. Preparada y decidida ésta, se pensará entonces acerca de la compra de la casa,
etc. Yo hice algo que no sé si ha sido oportuno; me sentí empujada internamente sin
poder ofrecer resistencia. Escribí sobre el caso a la querida Viganoni, pues pensé que
como es muy rica puede prestarnos una ayuda al comienzo de la obra. Lo que hice me
pareció una niñería y no quería hacérselo saber, sino luego de haber oído las intenciones
de esa persona, pero no he podido llegar a escribir sin antes haberle hecho ver la carta
que aquí le incluyo; le ruego mirarla, y corregirla como le parezca mejor. Si juzga
inoportuno este paso, échela al fuego, y quedaré contenta, en cambio si le parece que
puedo enviarla, devuélvamela por favor para el Miércoles, a fin de que pueda hacérsela
llegar por correo.
También tengo en vista otra persona que me parece oportunísima: en la primera
ocasión que la encuentre, le manifestaré mis intenciones, para que pueda ayudar a la
obra del Señor.
Probemos todas las llaves para ver si podemos abrir con alguna de ellas la entrada
a la santa Obra: sí el Señor no lo quisiera, después de haberlo probado todo, nos
arrodillaremos junto a su puerta, y estaremos esperando que El abra por sí solo para
hacernos entrar. Confío mucho en la bondad del Señor, que ha de querer proveernos de
lo necesario, pues lo deseo muy de corazón.

238
El libro que me prestó para la lección, si no hay inconveniente, desearía seguir
teniéndolo para terminar de leerlo. Me encomiendo a sus Oraciones. Disculpe mi
confianza y la libertad con que le hablo. Lo saludo atentamente y tengo el honor de
llamarme.

Su Devotísima Agradecidísima Hija y Sierva en Jesucristo


La Sierva de Jesús y de María

Al Muy Reverendísimo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

239
177.- Gratitud por las atenciones recibidas y por las consolaciones espirituales.
Envía regalos

A REGINA TAERI
VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere, 20 de octubre de 1829
Muy queridísima Hermana y Amiga,
Perdona mi poca educación al tardar tanto en darte noticias mías. Las
circunstancias de la vendimia me quitaron tiempo para cumplir antes con mi deber.
Gracias al Cielo hicimos un feliz viaje, con excepción del lago que estaba algo agitado,
pero no tuve miedo.
Conté a los de mi casa las infinitas atenciones que recibí de toda tu respetable
familia y especialmente de ti. Ellos han quedado admirados y confundidos juntamente
conmigo y sienten la más viva gratitud unida al deseo de poder, por lo menos en parte,
satisfacer tantas deudas contraídas. Al no poder hacer más, se unen a mí, y todos te
expresamos el más vivo agradecimiento, rogándote hacerlo extensivo también a toda tu
honorabilísima familia a la cual te ruego una vez más presentar mis más humildes
respetos, como así también los de mi Madre.
Te confieso ingenuamente que las conversaciones que tuve contigo, consolidadas
por tu edificante ejemplo, me llegaron muy hondo, me hirieron el corazón, poco a poco
las voy recordando para consolarme y edificarme. Pero para confusión mía, agrego que
no soy, en absoluto, capaz de imitarte. Alabado sea Dios que te ha favorecido tanto, pero
ruégale fervorosamente que me ayude también a mí, su pobre Sierva. Te incluyo lo que
me pediste. Las estaciones en el Sagrado Corazón de Jesús que te prometí, te las haré
llegar en otro momento, porque no he podido transcribirlas.
Mis padres se toman la libertad de mandarte cuatro pájaros y algunas castañas;
realmente nos avergonzamos de enviarte tan poca cosa; compadécete de nuestra
confianza y recíbelo con agrado por amor nuestro.
El Reverendo Verzi, y Bosío, como así también la Banzolíni, han agradecido mucho
tus saludos y todos me pidieron te los retribuyera centuplicados. Te ruego aceptar la
molestia, si te es posible, enviar la carta que te incluyo al Reverendo Torlíni. Con la dulce
alegría de saludarte cariñosamente, tengo el placer de firmarme

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María
B.C.

240
178.- Le exhorta a la caridad para con el prójimo. Envía el Octavario de los
Muertos. Misiones de Schilpario, etc..

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS CON TODOS SUS SANTOS

Lóvere, 27 de octubre de 1829


Mi Dilectísima Hermana,
Finalmente me llego a ti, mi queridísima Lucía.
Tengo vergüenza conociendo mi negligencia usada contigo. Perdóname te lo pido,
y ten paciencia: estos son frutos de mi huerta, y a todas mis Amigas no le doy más que
continuos ejercicios de paciencia. Bien para mí que son todas buenas, de otro modo, me
habrían abandonado cien veces.
Hice la Santa Comunión por ti al principio de este mes, y me pareció haber
entendido que Dios quiere de ti precisamente todo cuanto me recomiendas como
inspirado a ti por Dios, es decir, una ardiente caridad para con el prójimo. ¡Oh!
¡Afortunadas nosotras si llegáramos a poder salvar una sola alma perdida! ¡Afortunadas
nosotras si pudiésemos evitar aunque sea un solo pecado! No nos midamos en nada para
favorecer a nuestro prójimo.
Dios ayude nuestra debilidad, rectifique nuestro fin, considere hecho a sí, lo que
hagamos por nuestros hermanos, y ya nada podremos temer.
Te envío el Octavario de los Muertos. Por el Ángel Custodio haremos algo el año
próximo. Yo no sé si el año pasado te mandé algo.
Del Reverendo Superior, de quien fui su mensajera, entendí que te escribirá a ti, o
al Reverendo Vicario en el tiempo preciso en que fijará los Santos Ejercicios; ahora se
encuentra en Schilpario para las Misiones.
Ten caridad para conmigo, queridísima, no la merezco, pero hazlo por amor de
Jesucristo. Consuélame a menudo con tus cartas y sacude mi pereza. Deseo verte en el
número de los más grandes Santos y la más cercana a Jesucristo en el Paraíso.
Considérame siempre. Considérame siempre, me declaro

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana y Amiga


La Sierva de Jesús y de María
B.C.
A la Honorabilísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
S.R.M.
DARFO

241
179.- Manda el Octavario de los Muertos. Pide disculpas por la brevedad

A LUCIA ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 30 de octubre de1829


Queridísima Hermana,
He aquí queridísima el Octavario de los Muertos.
Mándaselo a las habituales Hermanas. Encomiéndame a Dios por caridad. Ten
paciencia si te escribo breve; me falta el tiempo. Muchos saludos a la querida Julia. A
encontrarnos en el paraíso en el cual me esperan todos los Santos. Soy en nombre de
Jesucristo.

Tu pobre Hermana
Sierva de Jesús y de María

A la Honorabilísima Señora
La Señora LUCIA ROMELLI
CIVIDATE

242
180.- Celo por una joven que le encomienda

A PIERINA VIELMI
VIVA EL NIÑO JESUS Y SU MAMA INMACULADA

Lóvere, 13 de diciembre de 1829


Amadísima Hermana en Jesucristo
Me es grato escribirte dos renglones sobre el encuentro referente a la vuelta a la
patria de tu compatriota. Hice lo poco que pude para recomendarle piedad y solidez. Ella
se mostró dócil a cuanto le fui diciendo, y ha venido a visitarme más de una vez. Le
recomendé más que nada asistir y frecuentar la Congregación, y para obligarla, le dije
que deseaba escribirte a ti, a fin de que le dieras el cargo que creas más oportuno, para
tenerla vinculada, y prometió complacerme. Tú haz lo que creas mejor respecto a esto.
Hubiese querido que se confesara con el Reverendo Bosio, y hasta me lo prometió, pero
él ha estado siempre afuera por las Misiones.
La joven me demostró gran deseo de aprender a leer, y yo la hubiese complacido
muy gustosamente, si el tiempo de su estadía aquí hubiese sido más largo; al no poder
satisfacer su deseo, te la recomiendo a ti, y te ruego robar a tus compromisos un cuarto
de hora al día para emplearlo en su favor. Esto te servirá de buena excusa para tenerla
más vigilada, para hacerla obediente, para corregirla con mayor confianza, y para
adquirir ascendiente, también sobre el corazón de los Padres, y así hacer de ella lo que te
guste. En esto procura realmente secundarla. También le recomendé la modestia en los
vestidos, el huir de las vanidades tanto en su vestimenta como en la de los demás, y me
prometió cumplir con todo. En fin le rogué que te tenga confianza, que estreche amistad
contigo y que esté siempre cerca de ti. No he podido hacer más. Recomendémosla al
Niño Jesús y esperemos buen éxito. Acuérdate también de mí ante el Señor, y créeme

Toda tu Afectísima
La Sierva de Jesús y de María

A la Señora PIERINA VIELMI


ARTOGNE

243
AÑO 1830

181.- La anima a cuidar a la juventud. Sorteo para el Carnaval

A LUCIA ROMELLI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 8 de enero de 1830


Hermana Amadísima en Jesucristo
Perdóname si tardé en escribirte. Ya puedes darte cuenta de la razón. El mes
pasado hice la Santa Comunión por ti, y me parece conocer que el Señor desea de ti un
nuevo compromiso para el bien de las almas, especialmente de la juventud; desea que
dupliques tus atenciones, y que conduzcas hacia su Corazón a algún alma desviada.
Espero yo también el resultado de lo que haces por mí.
Aquí abajo escribo el nuevo sorteo para las prácticas de Carnaval, las cuales son
las mismas del año pasado. Puedes decirle a Mariana que le diga a la joven Bettina, que
fue su huésped, que le pide que le mande cuanto antes la llave de la puerta porque ella
no la ha encontrado más.
Te dejo en el dulce Corazón de Jesús para hacerte Santa. Soy

Tu pobre Hermana
La Sierva de Jesús y de María

SORTEO
Romelli L.- Enero 11.24. Febrero 6.19
Rizieri M. --- --- --- --- 12. 25. --- --- --- 7. 20.
Sacellini-- --- --- --- --- 13. 26. --- --- --- 8. 21.
Vertua, Romelli G. --- 16. 29. --- --- --- 11. 23.

A la Honorabilísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
CIVIDATE

244
182.- Lo consulta por una viuda aceptada en la Pía Unión. Su profunda humildad

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS JESUS JESUS POR SIEMPRE. AMEN

Lóvere, 19 de febrero de 1830


Muy Reverendo Padre Confesor,
Deseaba explicarle a través de este medio una cosita en cuanto a nuestra Pía
Unión, pero me sentí mal sin saber el porqué (cosa que nunca me había pasado), y por lo
tanto no me atreví a exponer mi sentimiento. Y como fui muy empujada por Madre
Parpani le hago notar esto, y si ella supiera que no lo hablé, se sentiría poco contenta.
Le pido que tenga el sufrimiento de escucharme en esta carta.
De lo que se hablaba acerca de reemplazar en nuestra Unión a la virtuosa difunta
Gerosa por la Señora Clelia, la Madre Parpani es consciente de ello, y me dijo que sin
equivocación hablase a Su Reverencia y lo persuadiera de que no permita que entre
dicha Señora, no por otro motivo más que por ser viuda, ya que se opone a la máxima
de nuestras reglas, que dice que las Hermanas tienen que ser todas Vírgenes, más aún el
Reverendísimo Tomini había dicho y afirmado que ese es el proyecto que él conoce. Yo
por no atreverme antes tardé a hacerle notar a Usted esta razón; por lo tanto
prevalecieron las peticiones de algunas de nuestras Hermanas, como sabe, y la dicha
Bazzini fue aceptada. Es decir, eso disgusta mucho a la Madre Maestra, y yo tengo toda
la culpa, porque no hablé a tiempo , y porque fui la causa de que se hicieran propósitos
para esta viuda; mientras yo tenía en secreto una casada de Breno, Guelfi; en
consecuencia, si la viuda entraba, podía ésta también tener un lugar. Para quitar toda
diferencia y para serenar también a la Reverenda Parpani, no estando Su Reverencia en
el pueblo en ese momento, simplemente yo escribí la situación al Reverendísimo Tomini,
del cual tuve la respuesta que le incluyo. Ahora pido su parecer sobre el mismo, cuando
pueda; me basta solo habérselo mencionado, para que pueda reflexionar mejor y no
hacer nacer la frialdad en la Unión, y menos aun alterar aquello que esa exige. A
propósito, las decisiones que Usted tomará serán sabidas, porque todo lo que yo hice, lo
hice en secreto, y nadie sabe nada, excepto la Madre Maestra.
Esas decisiones no podrán sorprender (así yo lo espero), porque si a Usted así le
parece, serán indicadas a las Hermanas en el encuentro en que se les dará las Reglas de
la Unión, pudiendo decir aquello se exige en el Reglamento de la misma. Encomiéndeme
a Dios, por favor.
Aquel bendito clavo pero amarguísimo, mi soberbia, la de verme siempre en todo
momento en situación de perder a Dios, me hace seguramente temer mi salvación, y me
produce gran dolor. ¡Oh Dios!.

245
Lo saludo. Perdone mi dureza, hasta que viva seré siempre la misma.

Su pobre Sierva e Hija


BARTOLOMEA
Indigna Sierva de Jesús y de María

Al Reverendísimo Señor
EL Señor DON ANGEL BOSIO
LOVERE
S.R.M.

246
183.- Pide disculpas por la tardanza en responder por la grave enfermedad de
su padre. Pide una disciplina para una jovencita Acompaña con el corazón su
madre y su hermana que se acercan a visitarla

A REGINA TAERI
VIVA JESUS JESUS JESUS EN ETERNO Y MAS ALLA
Lóvere, 20 de febrero de 1830
Hermana Amadísima,
Mi larguísimo silencio pudo poner en tu corazón alguna sospecha sobre mí; la
causa de la cual procede quite de ti todo mal pensamiento contra mí. Tuve mi padre
enfermo casi dos meses, y de una enfermedad peligrosa, por lo cual faltó poco para
dejarlo sin vida. En dicho tiempo, como te puedes imaginar, no tenía un solo minuto
libre, y esta fue la causa por lo cual tardé en responder tu grata carta que me consoló
mucho.
Te agradezco la molestia sufrida por mi causa proveyéndome el encaje de oro, el
cual resultó de mi agrado. Deseo nuevamente molestarte. Una buena joven me pide que
le busque alguna disciplina.
Desde un tiempo a esta parte no tuve medios para encontrarla, así que si te es
posible, te pido por favor hacerme hacer 4 pedazos de cadenita de hierro, semejante a
aquella que se usa en los Rosarios, pero un poco más gruesa y no de algodón sino de hilo
de hierro.
Ésta puedes hacerla hacer por cualquier persona que hace rosarios. Para suplir los
gastos recibe de mi Hermana dos Liras, y si fuera necesario más, házmelo saber por
escrito.
Encomiéndate para este servicio a tu excelente hermano el Señor Juan, y estoy
segura que lo hará bien, porque es el jefe de semejantes cosas… Perdóname, te lo pido,
tantas molestias y no me hagas ninguna atención porque no es necesario.
Mi Madre con mi Hermana irá allá por algunas cosas; desean ir a ver a toda tu
estimadísima familia. Yo, con el corazón, también voy a tu casa, y me sentiría
afortunada si pudiese nuevamente conversar contigo. Pero tarde o temprano te espero
aquí en Lóvere sin falta.
Me encomiendo a tus Oraciones. Cuando me escribes, háblame algo de las
Oraciones, que me harás un gran favor. Adiós queridísima.

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESÚS Y DE MARÍA
A la Apreciadísima y Honorabilísima
La Excelente Señora REGINA TAERI
BRESCIA

247
184.- Disculpas. Deseos de verla

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 26 de febrero de 1830


Hermana Amadísima,
Entendí por el Reverendísimo Zandrini tus justas lamentaciones por mi prolongado
tiempo de silencio. Tienes razón por lamentarte, mi haraganería vence siempre. Pido
humilde perdón a tu bondad. Yo no recibí más que tu última carta, las otras dos que me
mencionas se perdieron. Fui descuidada al no enviarte el habitual sorteo, porque hemos
establecido hacerlo por todo el año; te tengo que hacer una copia y te la envío.
Verdaderamente considero querida y preciosa tu amistad, y si te parece que la descuido
escribiéndote de vez en cuando, tú que sabes el motivo, sólo tienes que atribuirlo al
mismo.
Pide mucho para que el Señor me libere de una gran haraganería, que me hace
dejar tantos deberes.
Espero verte pronto: tu presencia virtuosa espero que haga arder mis pocas
ganas de hacer el bien.
Muchos saludos a las queridas Hermanas. Jesús y María sean nuestro consuelo
para siempre.

Tu Obediente y Afectísima Hermana


La Sierva de Jesús y María
B.C.

248
185.- Agradecimientos y disculpas por la acogida hecha a su madre. Deseo de
sus cartas. Nuevas expresiones de viva gratitud

A REGINA TAERI
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 2 de marzo de 1830


Hermana mía más que queridísima,
Mi Hermana, ahora tuve la dicha y la consolación de verte y de conocerte, y se me
olvidó de entregarte el dinero para el encargo encomendado: ahora te lo incluyo y te pido
te compadezcas por este accidente… No tomen ninguna premura.
No sé de qué modo agradecerte tantas preferencias usadas para conmigo y mi
Hermana; nuestras obligaciones contigo crecen, sin jamás tener la ocasión de poderlas
en algún modo satisfacer.
A la nombrada le dolió mucho no poder agradecerte a ti y a tus Padres, porque los
perdí de vista en la Iglesia, como ellos no se dejaron ver, ya no los pude encontrar.
Sabed, como eres buena, compartir esta situación, y acepta las excusas unidas a los
vivos agradecimientos.
Muy sensible resultó a mi corazón la noticia de la muerte de la excelente Señora
Josefa: Dios quiso darle pronto el premio de sus buenas y excelentes virtudes. ¡Ella es
afortunada!...
Gozo que tus cosas vayan prosperando, deseo ver pronto coronados tus deseos y
lo espero. Si te agrada dame alguna noticia también, que me darás una consolación muy
grande. Consuélame con una carta tuya, pero háblame de aquello que te pedí en la
última. Mi hermana te saluda con un afecto particular. El Sagrado Corazón de Jesús sea
nuestra morada para siempre. Soy

Tu afectísima Hermana
BARTOLOMEA, Sierva de Jesús y de María

P.D. Era mi deseo enviar una carta de agradecimiento a tus Señores Padres, me faltó
tiempo, por lo tanto no puedo satisfacer mis deseos, ni mi deber. Te pido por favor
hacerlo de mi parte, agradéceles de corazón por todo aquello que hicieron por mi Madre
y por mi Hermana, salúdamelos de mi parte y de la parte de ellas, diles todo aquello que
le dirías si fuera yo…
De nuevo adiós de corazón.

249
186.- La exhorta a resucitar con Cristo. Felicita y encomienda a Don Ángel Bosio
que no está bien de salud

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 13 de abril de 1830


Hermana Amadísima,
Me encuentro contigo a través de esta carta. Hice la Santa Comunión por ti, y me
pareció haber entendido «Di a mi Cismondi que debe resucitar conmigo, que mi vida
gloriosa, mi resurrección verdadera, le debe servir.de ejemplo y de modelo».
Espero yo también una carta tuya. Te incluyo la Novena, etc. que comienza el
Sábado.
El Reverendo Superior me asignó saludarte atentamente y decirte respecto a los
Ejercicios que te había prometido dar en Darfo, que por verdadera necesidad no puede
cumplir con su palabra; porque no está bien de salud y realmente da compasión; la
Cuaresma pasada dio sólo tres prédicas aquí en el pueblo, y sufrió tanto que tuvo que
decir que se sentía morir.
A pesar de todo ayer partió para una Misión que mucho apremia a Monseñor
Obispo, pero teme algún accidente. Ruega mucho por él. Pidámosle a Dios que le dé una
buena salud, porque es a favor de muchas almas. Haz rezar también con esta intención
particular a algunas almas buenas.
Me encomiendo de corazón a tus Oraciones.
Me digo

Tu Afectísima y Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

A la Honorabilísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

250
187.- Comunica la respuesta de Don Bosio, que encomienda porque está
gravemente enfermo

A LA MISMA

Lóvere, 3 de mayo de 1830


Amadísima Amiga,
Hice referencia al Reverendo Superior sobre aquello que me dijiste. Recibí en
respuesta: que tú no debes decir nada a nadie, que si a él le parece decirlo lo hará, sin
que tú lo prevengas. Me dijo también que quien desea hablar contigo no es Monseñor,
sino el Reverendo Taeri: de cualquier modo, aunque sea el Reverendo Superior, dijo que
él le advertirá que tú no puedes venir, y que estarás contenta diciéndole sobre tus
sentimientos al Reverendo Do.
El sorteo del mes Mariano hace tiempo que te lo envié, pero lo dirigí a Breno. El
Reverendo Superior se encuentra gravemente enfermo, está continuamente en cama, y
por eso te lo encomiendo mucho, mucho, haz hacer alguna novenita a algun alma buena,
sabed que es un tesoro.
Te saludo

Tu Afectísima Hermana
La Sierva de Jesús y de María

A la Honorabilísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

251
188.- Lo consuela en una enfermedad como producto del celo por la gloria de
Dios. Le envía a San Luis cada día a visitarlo y lo exhorta a cuidarse

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 6 de mayo de 1830


Muy Reverendo Padre Confesor,
Me entregaron una carta dirigida a Usted, pero no puedo enviársela, sin incluir
también una mía, aunque tema que puede causarle molestia e incomodidad.
Buscando no hubiera encontrado causa más hermosa y más consoladora de su
enfermedad, como esa por la cual ahora se encuentra enfermo. El deseo de la mayor
gloria de Dios, el fatigarse para llevarle almas, el trabajar sin medida en su favor, fue la
única causa de su mal.
Digan lo que digan, aunque le reprochen, le rezonguen, Usted puede y debe tener
la conciencia no sólo tranquila, sino perfectamente contenta, porque lo que ha hecho, lo
ha hecho con el fin de agradar a Dios, y de complacerlo, y Dios como recompensa de su
agrado, le ha querido pagar con una enfermedad.
Es verdad que con esto el Señor le da a conocer que de ahora en adelante (por lo
menos durante un buen tiempo) agradece sus buenos deseos, sin pretender obras, y yo
debo decirle que antes de su partida para la última Misión me sentía casi forzada a
escribirle que debía contentarse con ofrecer a Dios su buena voluntad, sin poner manos a
la obra; pero mí soberbia me impidió manifestárselo y luego probé remordimiento; si
bien después le dije al Señor (porque yo nunca quiero culpas) que debía hacerse sentir
más claramente, o bien hacer de manera que Usted quedase persuadido al respecto.
Envidio su suerte presente, porque estoy segura de que se verificará en Usted lo
que decía una persona bastante ocupada en tiempo de salud: «Por lo menos cuando
estoy enferma tengo más tiempo para rezar y estar unida a mi Dios». También nuestra
buena y querida Mamá María en este mes ha distinguido a Su Reverencia con cualidades
particulares, todas aptas a las actuales circunstancias, haciéndole tocar como virtud
especial con la cual embellecer su Corona, la Santa Resignación, y colocándolo entre los
Coros de los Arcángeles, los cuales creo que son los más amados por María. Los días de
su servicio son el 8 y el 22, ambos Sábado, con esto María le demuestra cómo lo ama, y
cuán querido le es.
Acepte le ruego, una visita que todos los días le envío, generalmente a las seis de
la mañana, la cual estoy segura que no le traerá ninguna molestia.

252
Le ruego a mi querido San Luis que lo visite, y se entretenga con Usted por lo
menos una hora, lo consuele, lo ayude y le haga cuanto Usted desea. Estoy segura de
que este visitador celestial le hará alguna de las suyas.
Perdone que fui larga; el excesivo abuso que hago de su bondad. Dese gran
ánimo, use todo medio y medicamento para curarse y curarse pronto, como lo espera
Dios, consuélese porque una cantidad de personas ruegan por Usted, sólo a título de
caridad diga alguna palabra al Señor también por mi alma, bendígame desde su lecho,
y acepte mis humildes regalos, al tiempo que me digo

Su Devotísima Agradecidísima Humildísima Sierva e Hija en Jesucristo


La Indigna Sierva de Jesús y de María
B.C.

253
189.- Resignaciones en la enfermedad de Don Ángel Bosio y sus alabanzas

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 8 de mayo de 1830


Amadísima Hermana,
Leí tu carta con verdadero placer. Hablé con el Reverendo Taeri, y entendí
aquello que quería decirme, por lo cual hubiese deseado que tú te encontraras presente,
incluso le aconsejé hablar con el Reverendo Do, y estoy segura de que él podrá darte
detalles casi más precisos de aquello que hubieses podido hacer tú misma. El te
escuchará. Nuestro Reverendo Superior está más o menos de salud. Ayer
accidentalmente entré en su pieza; me dio un poco de miedo al verlo tan fatigado,
demacrado y delgado, por lo que sentí un dejo de melancolía, que apenas pude contener
las lágrimas. Basta, él es un fruto maduro para el Paraíso, si Dios se lo quiere otorgar,
bien lo merece y estoy contentísima.
Sin embargo continuemos rezando, para que Dios se digne mirar no tanto sus
méritos, sino la necesidad de una infinidad de almas. Ruega, para que pueda decir de
corazón: «Fiat voluntas tua».
Te envío el nuevo sorteo; para no hacerte esperar tanto, no tengo tiempo de
hacer copia te mando la mía, aunque esté fea y con tachaduras. Aquella que te envié a
Breno la puse en el correo.
Adiós amadísima, la Cruz de Jesucristo sea nuestro consuelo.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María
B.C.

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

254
190.- Agradece la cadenita, etc. Supone error en el precio a daño de ella

A REGINA TAERI
VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere, 9 de mayo de 1830
Amadísima Hermana y Amiga,
Te agradezco de todo corazón el servicio que me has hecho con la cadenita, etc.
Por cuantas veces te agradezca jamás será suficiente, porque las obligaciones son
infinitas, sin poder jamás reintegrarlas. Tu Reverendo Hermano me devolvió una Lira y
media, me parece que se equivocó; porque seguramente esa cadenita costará más. Le
pedí tanto que se quedara con el cambio, pero no me fue posible. Si mi deuda es mayor
de aquello que pagué, hazme el favor de decírmelo.
Agradezco tu carta: la leí con alegría: el escrito hecho por ti etc. me fue muy
querido, estaré atenta a lo que me dices, al presente no sé nada.
Me encomiendo de corazón a tus Oraciones; especialmente en este mes tan
sagrado dedicado a nuestra Madre María, entiendo unirme contigo a hacer una nueva y
estrecha alianza espiritual.
Saluda en nombre de los míos a toda tu estimadísima familia.
Recuérdate que yo soy y seré siempre

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María
B.C.

A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora REGINA TAERI
BRESCIA

255
191.- Le exhorta a entregarse totalmente a Dios y a procurar su mayor gloria.
Noticias de Don Bosio enfermo. Ordenes a dos Hermanas. Personas elegidas
para coronar a María

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 22 de mayo de 1830

Recibe mi queridísima carta junto a otras dos, las cuales le hice leer a nuestro
Reverendísimo Superior, y los envié a su destino por medio de manos seguras. Hice la
Santísima Comunión por ti, y otra cosa no puedo decirte sino que el Señor te quiere
totalmente suya, y toda aplicada a procurarle su mayor gloria.
El Reverendo te saluda cordialmente, está mejor, se va recuperando, pero aún
tenemos miedo, y ayer me dijo que va muy lento y que todos los días le sucede algo en
contra de su enfermedad. Eso te lo digo a fin de que puedas seguir rezando y haciendo
rezar por él, porque su total sanación debe ser totalmente fruto de la oración.
Pidió rezar por él, y encomendar a las hermanas Do, hacer las habituales
Comuniones, porque lo desea de corazón y pide insistentemente por favor hacer dos
cada semana por él.
Me encomiendo de corazón a tus Oraciones, la necesidad es extremísima, ahora
no vivo sino de latrocinios y de haraganería. Quizás pronto te haga una visita, no sé
decidirme, si Dios lo quiere, lo deseo. Aquí abajo pongo las cuatro afortunadas para la
coronación al finalizar el mes de Mayo, las prácticas son las habituales. Deseo que el
Espíritu Santo nos abrace a las dos en su santo Amor.
Cuando vea que confiesa el Reverendo Superior te lo haré saber.
Adiós.

Tu Afectísima. Hermana
La Sierva de Jesús y de María

R. Tomini
R. Forlini
Cismondi L.
Ferrari.

256
192.- De un viaje por salud. Consejos y ánimo en ocasión de la enfermedad.
Deseos de corresponder al amor de Jesús

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y EL ENAMORADO DE JESUS FELIPE NERI

En este momento desde casa, 27 de mayo de 1830


Muy Reverendo Padre Confesor,
Mis necesidades me fuerzan a escribirle la presente, si bien temo a Usted serle
molesta, por otro lado si yo no lo hago, temo cometer una desobediencia.
Siguiendo sus órdenes de tenerlo informado respecto a mi estado de salud, puedo
decirle que no he encontrado ningún alivio en las medicinas, por lo tanto he dejado de
tomarlas. Los remedios que Usted me ordenó me parecen los mejores, aunque por ahora
no puedo decirle que sienta una sensible mejoría. Pero esta mañana estoy realmente
bien, descansé tranquila toda la noche. Siento muy poco el impedimento habitual. Los
demás días lo he sentido constantemente, pero siempre poco. El médico me ha ordenado
hacer un paseo de unos seis o siete días, Tendría tres lugares, pero no sé cuál elegir.
A uno, iría con gusto a Valle Camónica a visitar a mis queridas Hermanas, pero
mis Padres no estarían muy contentos, porque conocen mi temperamento, temen que
por vergüenza no manifieste mis necesidades y así terminaría perjudicándome.
Otro, podría ser ir a Brescia junto con mi querida Catalina Gerosa, y con otras,
que la semana próxima irán hasta allá, y creo que esto satisfacería también a mis
padres, aunque aún no les he dicho nada.
Ellos además me habían propuesto llevarme a dar un paseo en una silla todas las
tardes, pero eso me provoca algo de desagrado. Para no equivocarme me atendré a
cuanto me sugiera Su Reverencia. Le ruego también dispensarme del ayuno del Sábado
próximo. Para mi tranquilidad es necesario que agregue, que temo mucho que mi amor
propio me traicione, haciéndome creer como enfermedad o necesidad de salud, lo que es
sólo poca voluntad de hacer el bien: por lo tanto debo asegurarle que siento poquísimo
dolor, y ruego constantemente al Señor le haga conocer la verdad al respecto.
Quizás Su Reverencia estará intranquilo por la proximidad de las Santas Fiestas,
viendo por una parte la necesidad y por otra no sintiéndose en condiciones para
confesar. Me siento impulsada a decirle, que Dios acepta su buen deseo, y no quiere la
acción, o el extremo, pero si llegara a sentirse extraordinariamente bien, le agradará que
confiese al máximo una hora. Temo hablarle por soberbia, pero no puedo callar porque
todavía me remuerde mucho la conciencia por la última Misión; tuve este pensamiento a
los pies del altar de María. Ármese de gran ánimo; espero verlo pronto recuperado.

257
Dios lo espera por nuevos compromisos para su gloria, y lo prepara con la
presente enfermedad. Determínese a hacer un viaje largo, espero realmente que este le
sea de gran utilidad. Su buen Felipe, y mi querido Luisito, le serán inseparables
compañeros, y le darán gran consuelo.
Mi hermana, de vez en cuando me dice que desearía renovar sus votos, pero no
se atreve a hablar con otros; si le parece dígame qué puedo aconsejarle.
La buena María Conti (así llamada de Ágata) desea ir a Brescia en el encuentro
con el anteriormente nombrado, y sus Padres la forzaron a decir que sí; pero ella no está
serena hasta que no sepa su deseo. Le pido por lo tanto, si la viese, decirle su parecer o
hacerle entender a los otros, como a Su Reverencia le parezca mejor.
Por caridad, encomiéndeme a Dios, mis necesidades se hacen siempre más
infinitas. Quisiera contentar a ese querido Jesús que tanto se hace sentir, quisiera amarlo
de corazón, pero todos los días le soy infiel y hago una de las mías.
Le agradezco de corazón la caridad tenida para con mi alma y mi cuerpo. El Señor
se lo retribuya con mucho amor de Dios.
Deme su Santa Bendición, le pido de corazón. No se moleste en escribirme ni
siquiera un renglón, ya que el Señor permitirá que lo pueda ver.
Perdóneme. Lo saludo humildemente

Su Agradecidísima Sierva e Hija


B.C. DE JESÚS

258
193.- Realiza los encargos de una amiga. Celo por la salud y santificación de su
Confesor. Su confianza en San Luis

AL MISMO
VIVA EL ANGELICAL LUISITO GONZAGA

Ahora, en este momento 21 de junio de 1830


Reverendísimo Padre Confesor, Dignísimo y Fervoroso,
Le escribo dos renglones, porque temo no poder verlo hoy. La buena Justina
Pennacchio me ordenó decirle que sus hermanos le insisten mucho, porque desean que
vaya a Usted, para decirle las muchas razones a su favor por los trabajos que Su
Reverencia ya conoce, aunque Usted les ha ya dicho que no la molesten, ellos siguen
insistiendo. El Señor Horacio Gallini le dijo pedir a Su Reverencia, porque mañana vendrá
ese Señor, tener la bondad de ir a la Policía, porque de otro modo habría que gastar
mucho dinero sin tal vez concluir nada. Esto se lo pide la Señora Justina; y yo se lo
suplico a titulo de caridad.
Tengo una cosita yo también para decirle y que me apremia; en la primera
ocasión que lo vea tenga la bondad de escucharme.
Hace algunos días que estoy preocupada por su salud, me parece que no se siente
bien: pero hoy he puesto toda mi confianza en mi querido San Luisito, estoy segura de la
gracia. Aunque soy indigna le digo siempre al Señor: «Lo quiero vivo, lo quiero sano, lo
quiero santo». Si el Señor nos hace desear y suspirar tanto su salud, entonces, nos hace
ver que la misma es un puro regalo suyo y que debe ser preciosísima. Yo estoy muy
contenta, deseo verlo un gran santo, y más que todos inflamado en el amor de Dios.
Disculpe mis continuas molestias, no le prometo no procurárselas más, hasta que
tenga vida seré siempre la misma. Cumpliré con todas mis deudas, si llego a tener la
suerte de ir antes que Usted al Paraíso. Exulto de alegría por la fiesta de hoy, mi querido
Luisito es todo mío. ¡Si pudiera imitarlo!...
¡Ojalá pudiera ir pronto a gozar de su querida compañía!...
Lo saludo atentamente. Soy

La indigna Sierva de Jesús y de María


B.C

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

259
194.- Recomienda oraciones por Don Bosio que cayó nuevamente enfermo

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA EN COMPAÑÍA DE SAN LUIS

Lóvere, 24 de junio de 1830


Amadísima Hermana,
He aquí, amadísima, el sorteo para la próxima novena de la Visitación de María. El
tiempo no me permite extenderme. Te encomiendo nuevamente a nuestro Reverendo
Superior. Estaba bien de salud, pero ahora hace una semana que se siente mal de
nuevo, como al principio, y hoy está en cama con peligro de enfermarse seriamente. Te
encomiendo a tu caridad, no cansarte de rezar y hacer rezar por él.
Me encomiendo de nuevo a tus Oraciones. Salúdame a todas tus Hermanas. El
amor Santo de Jesús nos consuma totalmente. Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Amiga


La Sierva de Jesús y de María

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

260
195.- Pide oraciones. Sentimientos en la fiesta de San Luis. Demostraciones de
sincero afecto y gratitud

A REGINA TAERI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 29 de junio de 1830


Amadísima y Queridísima Hermana,
Me alegra hacerme presente, amiga dulcísima, con la ocasión a la ida hacia allí de
una de mis más queridas amigas, te recuerdo que tengo mucha necesidad de tus
oraciones y te ruego solamente a título de caridad que me ayudes a ser fiel a mi Dios y a
amarlo de todo corazón. Todos los días recibo nuevas gracias de mi Dios, todos los días
se hace sentir en mi corazón, y yo ingrata, todos los días le ofrezco resistencia y no lo
amo.
Es muy reciente la dulce memoria de la fiesta apenas celebrada en honor de
nuestro queridísimo San Luis. ¡Oh! ¡Cómo me invita este admirable Santo, con sus
ejemplos a la más alta santidad! ¡Cómo me enseña a amar a Dios generosamente!...
¡Quisiera poder imitarlo!... Quisiera ser su verdadera copia, pero me veo
demasiado distinta y en medio de mis deseos no me queda sino la confusión de verme un
monstruo de ingratitud, una creatura llena de pecados. Basta... Ojalá se me conceda
amar a Dios y estaré plenamente contenta.
Recuerda nuestros pactos espirituales. Indigna como soy, los mantengo y estoy
segura de que tú también lo haces por mí. Es inútil que te pruebe la sinceridad de mi
afecto: me parece que ya estás convencida. A mi querida Regina la tengo esculpida en
mi mente, hablo con suave gozo de ella, deseo verla, gozarla y sobre todo, ser su
compañera en el Paraíso.
Recibe mil agradecimientos de mis Padres, y de mi Hermana. Saluda de parte mía
a toda tu familia y también a nombre de mi Madre.
Adiós amadísima, deseo verte Santa y gran Santa. Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana y Amiga


La Sierva de Jesús y de María

261
196.- Invita a hacer una Novena por la salud de Don Bosio

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA, EN COMPAÑÍA CON SAN LUIS

Lóvere, 2 de julio de 1830


Amadísima Hermana,
Te escribo rápido dos renglones, incluyéndote el sorteo para la próxima novena
del Carmen. El resultado de la Comunión te lo diré la próxima vez.
Sabed que el Reverendo Bosio está mejor, al presente se encuentra en Brescia.
Las Hermanas de nuestra Unión han propuesto hacer una novena por el perfecto
restablecimiento de su salud. Espero que también todas Ustedes puedan ir. Esa comienza
el 3 del corriente, si no llega la carta pueden comenzarla también después. Consiste en
recitar todos los días las Letanías del Santísimo nombre de Jesús, o 9 Pater, Ave y Gloria,
y recibir los Santísimos Sacramentos. Te recomiendo a tu caridad para que tenga buen
resultado.
Encomiéndame a Dios. Salúdame todas las queridas Hermanas. Te dejo con el
saludo de María Santísima: Magnificat anima mea Dominum.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de JESUS y de MARIA

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

262
197.- Cuida la salud. Aceptación de una Hermana

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 4 de agosto de1830


Amadísima Hermana,
Heme aquí, queridísima, un sacudón a tu devoción: te incluyo el nuevo sorteo
para la novena de la Asunción.
Supe con mucho dolor que has estado enferma: te pido de todo corazón cuidar tu
salud lo más que puedas, que Dios la quiere para usarla toda para sí. Agrádame
enviándome algunas noticias tuyas y de tus Hermanas que tanto me consuelan. Sacude
también mi haraganería, e impúlsame al bien, que tengo una gran necesidad. Magdalena
Grassi ha sido admitida a la Unión como tú lo deseabas. Saluda a todas las Hermanas, y
a todas recomiéndales las necesidades de mi alma.
Jesús sea nuestro consuelo, María nuestra esperanza, Luis nuestro ejemplo. Adiós

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

263
198.- Cuán agradable fue la visita de tu hermano, etc.

A REGINA TAERI
VIVA JESUS, MARIA Y EL QUERIDISIMO LUISITO

Lóvere, 10 de agosto de 1830


Amadísima Hermana,
No sé explicarte cuan dulce, querida, grata y edificante fue para mi corazón la
visita de tu buenísimo Reverendo Hermano. Siempre descubro en él virtudes nuevas que
me mueven a amar a Dios de todo corazón.
Pero, queridísima, ¡cuan más consoladora me hubiese resultado, si tú también
hubieras venido junto a él!... Debo decirlo: non Sum dígna de tanta gracia; pero también
he dicho, que no iré más a Brescia hasta que no haya gozado de mi querida Regina, en
mi casa, por lo menos algunos días.
Te agradezco el recuerdo que guardas de mí, por favor, ten compasión de mi
pobre alma que lo necesita, recuérdame con frecuencia ante el Señor, dile que me
enamora todo de Él.
Saludadme a tus Padres, a nombre de los de mi casa, especialmente de parte de
mi Madre, que desea mucho verte a ti y a los tuyos.
Dios te colme de sus queridas bendiciones, te haga vivir de puro amor, te haga
gran Santa.
Quiéreme y créeme

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

A la Apreciadísima Señora
La Señora REGINA TAERI
BRESCIA

264
199.- Acompaña y recomienda a un tío y sus sobrinos, no lo pueden tener entre
los Huérfanos

A N.N.18

Lóvere, 12 de agosto de 1830


Señor,
En cuanto a lo conversado con nuestro Reverendo Párroco en lo referente a los
hijos Francesconi, tus Sobrinos, lo estamos siempre esperando para que pueda venir a
llevarlos y conducirlos con Usted, como ha prometido al Reverendo Párroco; pero hasta
ahora estamos desilusionados, tanto más que supimos que vino aquí a Lóvere, y no
mantuvo su promesa.
Nosotras, por lo tanto, le hacemos saber que dichos hijos no pueden seguir
internados y mantenidos en el Lugar de caridad en el cual han estado hasta ahora,
porque los alimentos son exactos y el número de Huérfanos es superior a las fuerzas de
ese santo Lugar donde se encuentran, y no nos permite tener más de los que ya
tenemos, por lo tanto con el consentimiento, más bien con la orden y voluntad de
nuestro Dignísimo Párroco se los hicimos llevar a los dos hijos del lugar mencionado en la
presente a fin de que Usted pueda cuidarlos, y emplearlos en alguna ocupación honesta,
o internarlos, si le es posible, en algún hogar santo de nuestra ciudad provincial.
Creemos que Usted no aceptará de mala voluntad a los nombrados huerfanitos, porque
ya conoce a nuestro Párroco, y de otro modo, siendo de su sangre, no podrán no hacer
algo por estos queridos. Pensamos que es algo obvio recomendárselos, suponiendo que
estarán muy en su corazón, siendo suyos y conociendo su necesidad, y por lo tanto
esperamos que haga lo posible para que sean buenos Cristianos, ingeniosos
trabajadores, y aptos para conseguir por sus propios medios el alimento.
Nos es grato el encuentro de saludarlo cordialmente

CAPITANO BARTOLOMEA

18
Falta toda indicación

265
200.- Acepta en la escuela una hija y le ofrece habitación

A BERNARDINA VALDINI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 22 de agosto de 1830


Honradísima Señora,
Recibí su carta, en la cual entendí la nueva recomendación que me hace sobre su
hija, la misma es concerniente a la conversación que usted tuvo con el Reverendo Señor
Don Pedro Franzoni.
Le aseguro, por lo tanto, que su hija tendrá lugar en mi escuela, la que comenzará
a principios de Noviembre y procuraré hacer todo lo posible para no defraudar las
esperanzas de buen éxito que ha pensado acerca de ella; pero será necesario que se
contente con poco, porque mi capacidad es muy escasa.
Puede venir cuando mejor le agrade a buscar la habitación para su hija, yo ya
encontré una, que si Su autoridad está contenta podrá aceptarla para la nombrada.
Me encomiendo a Dios. Cuando necesite puedo servirla. La saludo humildemente
en el acto que firmo

Su Devotísima Agradecidísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora
La Señora BERNARDINA esposa del Señor ANTONIO VALDINI
Contrada de Badeto en
CETO

266
201.- Santas prácticas por la salud del Obispo

A DON ANGEL TAERI


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 17 de setiembre de 1830


Reverendísimo Señor,
Le incluyo una nueva carpeta y el sorteo para la próxima Novena del Santo
Rosario de María, las prácticas son las mismas del año pasado.
En este mes todos los Hermanos y Hermanas de nuestra Unión hicieron la habitual
Novena del Principe Hoenlhoe, para la total sanación de nuestro Monseñor Obispo. A Su
Reverencia yo no se lo indiqué, porque estaba segura de que ya la habrá hecho.
Le pido por caridad encomendarme al Señor. Me saluda a toda su respetable
familia, especialmente a mi amadísima Regina. El Señor la conserve por muchos años,
que lo deseo de corazón. Soy

Su Devotísima Humildísima Sierva


La Sierva de Jesús y de María

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL TAERI
S.R.M.
BRESCIA

267
202.- Desea encerrar en el Corazón de Jesús sus propósitos. Le apremia la
petición al Obispo por el Instituto deseado por el Señor. Su grato afecto

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

En este momento en Lóvere, 26 de setiembre de 1830


Reverendísimo Padre Confesor,
Le ruego tenga la bondad de leer la carta que le incluyo, y hágame la caridad de
ponerla en el Corazón dulcísimo de Jesús, para que de Él pueda recibir la gracia de
ponerla en práctica; y al mismo tiempo recuérdemela siempre, porque yo, como de
costumbre, después de haber prometido, no cumpliré. Jesús me ha hecho gracias muy
grandes en este tiempo preciosísimo: quisiera serle agradecida, pero no hago sino
ofenderlo.
Le recomiendo muchísimo el Instituto, haga todo lo posible para poder enviar la
petición a Monseñor antes de que parta de Brescía. Pida cuanto pueda, sufra, aunque
alguna vez pueda ser molesto para alguien sepa que hace una cosa muy agradable, muy
grata al Señor, y que El desea mucho que se ocupe incansablemente de su Obra.
Dios le pague todas las caridades que continuamente tiene para con mi alma y
para mi bienestar corporal: también ayer en mi Comunión he rezado de corazón, aunque
indignamente, por Usted, porque no tengo ocasión alguna de manifestarle mi viva
gratitud.
El Señor lo haga un gran Santo, y le dé un lugar elevado en su Reino, a fin de que
pueda amarlo mucho. Lo saludo humildemente

Su Devotísima Agradecidísima Humildísima Hija en Jesucristo


La indigna Sierva de Jesús y de María

268
203.- Agradecimientos. Le exhorta a corresponder a los dones de Dios. Aprecio
su amistad. Desea un coloquio íntimo. Se ofrece pronta a servirla

A UNA AMIGA
VIVA JESUS, MARIA Y SAN LUISITO

Lóvere, 12 de octubre de 1830


Queridísima y Amadísima Amiga y Hermana en Jesucristo,
Sé, de verdad, un corazón agradecido al Señor, que finalmente me da tiempo y
tranquilidad para cumplir con mi deber, la de responder a tus dos cartas, que no sé cómo
decirte cuán queridas me fueron.
Estoy atormentada y confundida por la molestia que te causé con la búsqueda de
la tintura, yo esperaba poder saber el costo y me quisiste favorecer, muchas gracias,
deseo encontrarte para saldar mis compromisos contigo.
Amadísima, Jesús está siempre contigo. Las buenas y santas inspiraciones que El
continuamente te hace sentir en el corazón, son seguros presagios de que te quiere toda
suya, y yo me atreveré a decir lo que tú no has dicho: «Te quiere santa, gran Santa, y
pronto Santa» Oh! ¡Mil veces afortunada!
Sé generosa y fiel con las gracias del Señor, y probarás qué dulce y fácil es su
yugo, el camino de la santidad. Te confieso ingenuamente que desde que aprendí a
conocerte, siempre descubrí en ti particulares designios de Dios, y descubrí tu corazón
enriquecido con dones especiales, por lo cual me parecía seguro llegar a ver en ti frutos
de excelentes virtudes. Siempre he deseado estrechar contigo una fuerte amistad, y te
aseguro con toda sinceridad que apenas leí tus cartas, al sentir la confianza que me
brindas, la sinceridad con que me hablas, el afecto que me demuestras, me consolé
muchísimo, aún más, me consideré indigna de tu amistad, sólo algo me alentó y es tu
reconocida bondad. Te ruego encarecidamente que me vengas a visitar con tiempo, y
sola, es decir que pueda hablarte un rato a solas; tengo muchas cosas para decirte.
Deseo abrirte mi corazón. El librito del Sagrado Corazón te lo enviaré lo antes posible.
Todas las veces que me escribas, me harás un regalo. Cuando creas que te puedo servir
en algo o ayudarte, pídemelo y sírvete de mí, me harás una gracia particular, y la exijo.
Memento mei, queridísima. Un millón de saludos a tu Hermana. Adiós. Jesús y María
sean nuestros dulcísimos amores. Soy

Tu pobre Hermana y Amiga


CAPITANIO B. Sierva de Jesús y de María

269
204.- Edificaciones recibidas con tu carta. La exhorta a moderarse en las
penitencias corporales y a realizar más bien mortificaciones internas

A LA MISMA
VIVA JESUS, MARIA Y EL QUERIDISIMO SAN LUISITO

Lóvere, 12 de noviembre de 1830


Amadísima Hermana,
Mañana espero recibir tu carta que me será extremadamente grata, esta tarde te
escribo yo a ti dos renglones, muy de corazón. Quedé muy edificada por todo lo que me
dijiste en el gratísimo encuentro que hemos tenido anteriormente. Dios trabaja en tu
alma, y te quiere Santa. La promesa que le has jurado le es muy querida, pero te costará
sudor y sangre. No importa; con tal de que Jesús esté contento, debemos hacer todo. Te
ruego realmente de corazón, que no intensifiques tanto tu promesa de afligir y mortificar
el cuerpo, puesto que pronto arruinarías tu salud, y ésta también es una astucia del
demonio, luego te sentirías descontenta: más bien extiende la promesa mortificando las
pasiones, domándolas, regulándolas, venciéndote a ti misma y aún más, mortificando
mucho las bestias horribles del amor propio y de la soberbia.
Debemos vivir crucificadas, pero crucificadas con Jesucristo; buscar las
humillaciones, gozar ser despreciadas y olvidadas, vivir sólo con Jesús, y para Jesús. El,
es nuestro Esposo amabilísimo, tiene derecho a exigir todos nuestros afectos; nosotras
seamos generosas, démosle el corazón, el alma y la voluntad, los deseos, los
pensamientos, hasta los suspiros. Nuestra vida debe ser la de un Angel, pero la de un
Angel caminante, es decir que debemos siempre temer para no tropezar. Pongamos toda
nuestra confianza en Jesús, y estemos seguras de ser ayudadas por él. Te envío el librito
del Sagrado Corazón, disculpame si está algo ajado. Te encomiendo mi pobre alma. Mil
saludos a la queridísima Magdalena.
Te dejo a los pies de la Cruz para padecer con Jesús.
Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

270
205.- Envía prácticas devotas. Promete respuesta

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 23 de noviembre de 1830


Amadísima Hermana,
Mucho, muchísimo me consoló tu carta. Por caridad encomiéndame a Dios, tengo
tanta necesidad, que no sabría como explicártelo. Te mando el nuevo sorteo para la
próxima novena. Si no has recibido las prácticas para el próximo Patrocinio es culpa de
mi haraganería, esa es la única razón. Te saludo. En cuanto a lo de la joven Teresa te
daré respuesta lo más pronto en que comprenda la voluntad de los Superiores, por mi
parte yo estoy contentísima. El amor de Dios nos consuma toda. Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

271
206.- De las Reglas de la Pía Unión. Propone nuevas hermanas. Voto de una
amiga suya. Continuo pensar en sacar provecho de todo para más humillarse

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y VIVA MARIA

Lóvere, 21 de diciembre de 1830


Reverendísimo Padre Confesor,
Finalmente Dios se complace en hacerme vencer mi haraganería, y he aquí que
aprovecho para enviarle aquello que desea. Mis continuos descuidos y negligencias en
cuanto a nuestra Compañía, traté siempre de justificarlas con varios pretextos
superficiales; pero la verdadera razón es mi soberbia, porque no teniendo yo el deseo de
hacer nada bien, me duele ver que otras hagan tanto, y para no tener vergüenza de ser
la última de todas, dejo de comprometerme, etc… Ya que hice el propósito, no quiero
callar nada que está en el corazón. Las fervorosas Hermanas me piden las Reglas del
plan de nuestra Unión, y se muestran deseosas de tenerlas, y yo deseo vivamente ver
bien establecida esta devota Unión.
Si el motivo de retraso de las Reglas es por justa prudencia, para no poner en
riesgo de suscitar nuevas persecuciones a la piedad, está bien todo el silencio hasta el
día del juicio, porque de dos males es mejor esquivar el mayor. Pero yo pienso que el
motivo no es este, sino más bien porque las Reglas no son aptas, porque son confusas,
falta lo sustancial, abundan ciertas pequeñeces que no importan: por lo tanto usarlas así
no conviene, corregirlas no se puede porque son todas confusas, por no poder ser
corregidas, y por ende, no poder ser usadas, ellos estiman mejor dejar la cosa en
silencio. Estas cosas yo las conocí desde el inicio, no quise decirlo, porque mi soberbia
temía que fuese instruida en la palabra, mientras me dolía no poder hacerlo yo en
primer lugar, etc. Aun ahora pido a Su Reverencia a nombre del Niño Jesús retirar el
libro, quemarlo y luego hacer de modo que pronto nuestra Unión sea perfectamente
establecida. A esta gracia la pido verdaderamente de corazón.
La excelente Señora Panzerini habiendo entrado en el Retiro Canossa en Verona,
dejó el lugar a otra. Cismondi desearía poner una pariente suya, una jovencita de
costumbres angelicales. Algunas otras estarían contentas de aceptar a Juanita Grassi de
Zorzino (de esta la Madre Maestra no está muy convencida).
Diga Su Reverencia aquello que tenemos que hacer y será seguido, y así se dejará
de lado toda diferencia. A mí, la buena Grassi nombrada, me escribió que debería pedir a
Su Reverencia un saludable consejo. Ella con la aprobación de su Director Reverendo
Camplani hizo Voto sub levi de no alegrarse jamás en nada, ni en el pensar, ni en el
hablar, ni en el obrar. Ella confiesa probar en el fondo del corazón una gran paz y una

272
verdadera consolación, por el cual se siente atraída por Dios. Este voto no siempre la
aleja de los temores, y de ciertas inquietudes, porque teme cumplirlo, ya que dice que si
fuese cierto que Dios desea de Ella este sacrificio, nada le pesaría, y que su único temor
es que se engañe a sí misma poniéndose a hacer una cosa que Dios no quiera, y que por
lo tanto sea peligrosa y dañosa a su alma. Por esto pide insistentemente a Su Reverencia
decirle su parecer sobre lo propuesto.
Estoy en el Adviento, tiempo sagrado para la penitencia, esto me horroriza,
puesto que en lugar de inquirir más, pido a Su Reverencia me exceptúe de la obligación
del ayuno19. Si desea que haga otra cosa, tal vez haré lo que me encomienda. Pida a
Jesús Niño, que con su fuerza omnipotente, rompa el hielo de mi corazón, y la soberbia
de mi mente. Le pido a título de caridad el mérito de la obediencia de mi obrar. No
agrego nada de mi conciencia, porque no sé qué decir. Haga Dios que pueda cantar en
eterno su misericordia.
Me encomiendo de corazón a sus Oraciones. Lo saludo humildemente. De salud
estoy muy bien, incluso el estómago mejora. Tal vez el Señor me quiere quitar también
esta mínima ocasión de sufrimiento, para sacarme el placer de ser por otras
compadecida, porque veía el Señor que no me era tan querido el mal, como sí el placer
de poder decirlo, es más, a veces fingía disimularlo para que no me juzgaran aún más.
Ahora estoy bien, estoy contenta… ¡Oh Niño Jesús por caridad da una mirada a quien
tiene más necesidad!
Bendígame Su Reverencia y le pido humildemente, no se canse de usar para
conmigo caridad.

Su Devotísima Humildísima Agradecidísima Sierva e Hija en Jesucristo


La Sierva de Jesús y de María

Es necesario reflexionar que la Venerable además de no tener buena salud era Maestra
19

de la escuela de un buen número de niñas de diversas edades

273
207.- Le anuncia su aceptación en la Pía Unión. De su voto de mortificarse. De
varios encargos

A UNA AMIGA
VIVA JESUS NIÑO

Lóvere, 21 de diciembre de 1830


Amadísima Hermana,
Perdona mi querida, al encontrarme con tu amable carta me avergüenzo de mi
negligencia. Yo soy negligente en todo, y por lo tanto, a causa mía, mis amigas tienen la
ocasión de ejercitarse conmigo en una gran virtud. La buena noticia que te daré te traerá
paz. El Señor escuchó tus deseos, has sido aceptada en nuestra Unión, y entrarás la
noche de la Santa Navidad. Te mando la primera hoja y luego te enviaré las otras. En
nuestra primera entrevista te diré todo aquello que no sabes, pero te pido por ahora no
decir nada a nadie que tú entrarás etc.; te diré el motivo cuando nos veamos.
Hablé al Reverendísimo sobre el voto que me mencionaste. El alabó el proyecto,
pero dice que le parece muy amplio; que según su parecer lo limites a esto: «De no
alegrarme jamás en el actuar, excepto en las cosas necesarias». Luego, haciendo bien
esto, puedes ampliarlo aún más. Ese es su sentimiento, y tu adáptalo según las
circunstancias.
Los libritos que me mencionas, yo no los encontré, puede darse que los
tengamos, y que los llamemos con otro nombre; si quieres los buscamos juntas. Me
ofendes cuando me nombres el exiguo dinero etc. Te agradezco de corazón la tintura que
me regalas; puedo decirte que noto una mejoría en mi estómago.
Encomiéndame por favor al Niño Jesús. Consuélame con una carta tuya. Adiós, a
encontrarnos en el Pesebre de Belén. Muchos saludos a Magdalena. Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

274
208.- La aconseja sobre el cambio de dirección espiritual

A LA MISMA
VIV A JESÚS

Lóvere, 22 de diciembre de 1830


Amadísima Hermana,
Tu carta me consoló mucho. Admiro la confianza que me tienes, aunque yo haga
mal uso de ella poniendo en ejercicio tu extrema paciencia. El consejo dado en cuanto al
sorteo, me gusta mucho, y lo seguiré, comenzando al principio del año. En cuanto a lo
que me confiaste en relación a tu Dirección, según mi poquísimo juicio diré esto: «Prueba
inclusive, y haz el esfuerzo de poner confianza en tu primera Guía, y que no conociendo
un motivo evidente para cambiarlo te fijes en seguir con él, más, siendo una persona de
gran mérito. Si con todo eso se mantiene en ti la falta de confianza y otras repugnancias
que has probado antes, me parece clara la voluntad de Dios, y en tal caso te diría,
«Cambia con verdadera libertad de conciencia».
Este es mi parecer, jamás puedo cambiarlo, incluso aunque piense en hacerlo. Tú
no tengas en cuenta lo que yo te digo, sino haz aquello que ves mejor. Te escribo aquí
abajo el sorteo para la Octava. Te encomiendo a tus Oraciones y firmo

Tu Afectísima Hermana
La Sierva de Jesús y de María B.C.

275
209.- Oraciones para la elección del Sumo Pontífice. Aceptación diferida

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 22 de diciembre de 1830


Amadísima Hermana,
Te incluyo el nuevo sorteo para la Octava de Navidad, las prácticas son las
mismas. Te advierto que el día de San Esteban comienzan las prácticas para la nueva
elección del Sumo Pontífice. La jovencita que deseas hacer entrar en nuestra Unión, no
es el parecer del Superior hacerla ingresar ahora, porque el lugar de la Panzerini se la dio
a otra por motivos buenos y prudenciales: ten paciencia.
Me encomiendo de todo corazón a tus Oraciones.
El Niño Jesús sea tu consolación para siempre.
Adiós.

Toda tuya sinceramente


La indigna Sierva de Jesús y de María

A la Excelente Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

276
AÑO 1831

210.- Deseos del Paraíso y Conformidad al Querer de Dios

A LUCIA SIGISMONDI

Lóvere, 2 de enero de 1831

He aquí que te envío un nuevo “despertador”, el sorteo, es decir las prácticas para
el Carnaval, las cuales son las mismas de los años pasados. Tu carta me fue muy grata;
te agradezco el recuerdo que conservas de mí, aunque no lo merezco. Por caridad,
acuérdate muy a menudo de mi pobre alma, a los pies del Crucificado ruégale de corazón
que ¡cumpla en mí su Santa Voluntad! Te suplico que reces y que hagas rezar a otras
algunas oraciones por diversos motivos que son de mucho interés. ¡Cuándo será, mi
querida, que seremos todas, todas de Dios!... ¡Cuándo nuestro corazón arderá
puramente de su santo Amor!... ¡Cuándo abandonaremos este mundo engañador para
gozar en los jardines del Señor, la paz y la quietud de las almas justas!...
Haga el Señor su Santa Voluntad en nosotras, y nos conduzca por aquel camino
que a Él más le agrada; nos haga dignas solamente de amarlo y sólo esto basta.
Tu carta dirigida a los Reverendos Passi, se la envío pronto por correo, no sé cómo
hacerlo de otro modo.
Adiós queridísima, ¡quizás la próxima vez nos veremos en el Paraíso!... Dios nos
haga dignas. ¡Jesús sea siempre amado!
Adiós.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

A la Muy Ilustre Señora


La Excelente Señora LUCIA SIGISMONDI
S.R.M.
DARFO

277
211.- Le agradece por los dones enviados. La consuela en la desolación
espiritual

A VOLUNNIA BANZOLINI
JESUS, JESUS, JESUS VIVA POR SIEMPRE

Lóvere, 5 de enero de 1831


Amadísima Hermana,
Siempre omití el preciso deber de agradecerte por las hermosas coliflores que
me enviaste, los dibujos que me prestaste, y de miles otras atenciones con los cuales
siempre me has favorecido. Te estoy agradecidísima y siento por ti la más sincera
gratitud, perdóname si soy negligente al hacer mi deber. Te suplico que no me
incomodes más con tantas atenciones, que bien sé que no las merezco. Dígnate solo a
continuar tu amistad, que me es muy querida y preciada.
Tu estado de aflicción y abatimiento me hace sentir en el corazón una sincera
compasión por ti, y quisiera de alguna manera serte de consuelo. Cuando Dios se sustrae
al alma quitándole los consuelos y los gustos espirituales, ella no puede no afligirse: no
queda más que amar mucho al Sumo Bien. Consuélate mi queridísima, Dios quiere
probar tu fidelidad y constancia, y quiere conocer cuánto lo amas; por esto se te ha
escondido, te hace probar de qué sirven las creaturas y las cosas mundanas, para que te
arrojes más generosamente en su regazo, que allí te espera con impaciencia, porque te
ama mucho, porque le eres muy querida y porque te ha elegido como su Esposa
fidelísima. Ánimo, amadísima, éste es el tiempo de hacer sacrificios, ahora debes ser
generosa. No te debatas en lo más mínimo: Jesús está en Ti, Jesús está contigo, Jesús
actúa por ti, aunque tú no te des cuenta. Arrójate tú también completa y amorosamente
en El y no dudes. Besa afectuosamente la izquierda de ese amado Jesús que sabiamente
te golpea y dile que quieres amarlo mucho, que quieres hacerte gran Santa, que amas
las aflicciones por amor suyo, y que no deseas sino hacer su Santa Voluntad. Agradece
de corazón que humille tanto tu amor propio, pero dile que quieres en cambio mucho
amor de Dios. No dudes, mi querida, la calma volverá pronto a tu corazón. Pero recuerda
que Dios te quiere Monja, y pronto. «Sé generosa». ¡Oh! ¡Qué gran felicidad!...
Pídele que te dé el coraje para poder serlo.
Adiós. Memento mei

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

278
212.- Confianza en la misericordia de Dios. Sentimientos contrarios acerca de la
vocación religiosa

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS, MARIA Y EL INMACULADO LUIS

Lóvere, 8 de enero de 1831


Reverendísimo Padre en Jesucristo
Le incluyo una carpeta, que le pido que la corrija según le inspire el Señor, y luego
me la re-envía, para que pueda hacer algo en este tiempo de disipación. Debería decirle
algo acerca de mi alma, pero de verdad no sé qué decirle. Desearía estar en las manos
del Señor, El sabe que necesito todo, que no estoy cargada sino de miserias y de
pecados y que tengo una gran necesidad de su misericordia. Espero que me la concederá
porque es mi amadísimo Padre, por lo tanto confío tranquilamente en El.
En la novena de Navidad sentí tan fuertes impulsos de retirarme a algún
Monasterio, que no sé cómo he podido resistir sin escapar. Por otra parte, el día de
Navidad, cuando había pensado comunicar a Su Reverencia mis intenciones y decidir
conforme a su parecer, sentí en mi corazón una calma perfecta, y un grandísimo deseo
de cooperar a favor de otros, pareciéndome que al Niño Jesús le gustaba mucho que le
dijese que estaba dispuesta a esperar aún hasta el último día del juicio, si era de su
agrado, el inicio de su obra, y que mientras tanto trabajaría por mi prójimo. No sé qué
camino quiere el Señor para mí, quiera El darme su gracia para seguirlo dondequiera y
esto me basta.
Me encomiendo mucho a sus Oraciones: a título de caridad recuerde también
alguna vez a mi pobre Padre. No le hablo del Instituto, porque sé que está comprometido
en ello. Sólo le digo que cada día me parece un siglo, que se pueda iniciar es lo que tanto
deseo. Me lleno de gozo esperando que Juana, su Hermana, pueda tener la hermosa
suerte de obtener en él uno de los primeros lugares; aunque no dejo de tener compasión
por el sufrimiento que tendrá al separarse de los suyos.
Le pido humildemente su bendición, la cual anhelo sea eficaz implorando para mí
un poco de deseo de hacer el bien. Lo saludo

Su Devotísima Agradecidísima Hija en Jesucristo


La Sierva de Jesús y de María
B.C.
Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

279
213.- Sugerencias para el Retiro a favor de las jovencitas. Le da cuenta de
algunas hermanas

AL MISMO
Lóvere, 19 de enero de 1831
Reverendísimo Señor Padre Confesor,
Espero que sepa que el Reverendísimo Señor Preboste anunció que esta tarde
dará Su Reverencia inicio al día de Retiro. Si le parece bien, le pido insistir mucho en la
obligación que tienen las Moderadoras de vigilar a sus hijas, y a éstas, la obligación que
tienen de ser obedientes etc. En esto tenemos mucha necesidad. Recomiendo también la
Santa Perseverancia: me llama la atención ver a algunas que llegaron a ser tibias, y
están menos dispuestas que las otras a tomar el camino de la virtud. Insista con muchos
sermones sobre el remordimiento etc.
La buena Volunnia se encuentra angustiadísima. Le pido escucharla, pues llegara
a la Iglesia una hora después del almuerzo. Si puede abrirle su interior le será de gran
ayuda y alivio.
Camila ahora está tranquilísima, obedece con verdadera sumisión, y continúa con
coraje el camino de la virtud.
La buena Viuda Blanca le recuerda el favor que Usted le prometió, la compra de
los libros de su hijo.
Yo me encomiendo mucho a sus Oraciones. ¡Pudiera con un verdadero corazón
convertirme en este encuentro!... Perdone tantas durezas. Lo saludo

Su Devotísima Agradecidísima Sierva e Hija


La Sierva de Jesús y de María

Al Excelente Reverendísimo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

280
214.- La consuela en las tribulaciones de espíritu y la anima a sentirse digna del
estado religioso

A UNA AMIGA
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 10 de febrero de 1831


Hermana Queridísima,
Tu carta me fue gratísima. Sentí con sensible dolor tus padecimientos internos, y
¡oh!¡Con cuánto gusto te consolaría, si me fuese dado el poder hacerlo!... Dios te pone a
prueba, quiere conocer tu fidelidad con los hechos. Animo, mi querida, haz más hermosa
tu corona con piedras preciosas de resignación, de fervor, de constancia, de caridad. Sé
fiel a Dios aun en las cosas pequeñas, acuérdate que tu actual estado agrada mucho,
mucho a Dios, aunque a ti te parezca lo contrario. Haz como la Cananea en lo que
respecta a la Comunión, pero no pierdas la paz, ni te dejes desalentar demasiado si te la
niegan: súplela con un gran número de comuniones espirituales, y verás que Dios te
consolará, y te ayudará igualmente, y quizás aún más. Acuérdate que Dios considera tu
Vínculo con Él, muy amado y estrecho, y tú debes serle fiel como si cada hora lo
renovases.
La Religión te espera, pero quiere recibirte santa; por lo tanto esfuérzate para
llegar a ser toda, toda de Jesús, y las puertas del Jardín Celestial se te abrirán pronto.
No te lamentes por tu actual estado, por falta de Director, por todo lo que sufres,
al contrario, alégrate de parecerte a Jesucristo; y mezcla con las lágrimas, actos de amor
y de acción de gracias a Jesús. Una mirada al Paraíso, y luego serénate. Una mirada al
Crucifijo, y luego di con alegría: padeceré gustosamente y amaré siempre de corazón a
mi Jesús.
Te enviaré cuanto antes todos los sorteos que ya están compilados. Por caridad,
encomiéndame a Dios. Vive tranquila en los brazos de Jesús, y está segura del Paraíso.
Adiós de corazón.

Tu Afectísima Hermana
La Sierva de Jesús y de María

281
215.- De su aceptación en la Pía Unión. La verdadera felicidad se encuentra en
el mortificarse por Jesús

A LA MISMA
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 20 de febrero de 1831


Hermana Amadísima,
Heme aquí que te transmito una Novena, que la comenzaremos el próximo
viernes, es decir el 25 del corriente mes. Hablé a la Madre Maestra por tu aceptación en
la Pía Unión, y no sé decirte cuán contenta se mostró; diciéndome que si yo no actuaba
contra tu favor, tenia ella la intención de comprometerse, para que fueses aceptada.
Agradece con un corazón verdadero al Señor. No hablo de la Unión, porque, no tengo
tiempo, ni quiero poner una hoja más sobre cosas que deseo que sean secretas: en
nuestra primera entrevista, te diré todo. Mi queridísima, ánimo, a golpear sobre lo duro.
La verdadera felicidad y alegría se la encuentra solamente en el continuo mortificarse por
amor a Jesucristo. Aunque sea pesada la Cruz, Jesús nos ayuda, y la lleva casi toda El
mismo.
Amemos a nuestro querido Jesús y seámosle siempre fieles… Encomiéndame
mucho al Señor.
A título de caridad te pido hacer una Comunión por algo que es muy importante.
Muchos saludos a la queridísima Magdalena. Nuestra querida Mamá nos proteja y
nos defienda siempre. Adiós.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La indigna Sierva de Jesús y de María

282
216.- Lo anima en su compromiso por la erección del nuevo Instituto. Dificultad
a escribir el plan a causa de su humildad. Sabios consejos acerca de la Gerosa y
otra aspirante. Dificultad que encuentra al dar clase

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 9 de abril de 1831


Reverendísimo Padre en Jesucristo,
Rompo el corto silencio mantenido con Usted. Por más que me propongo no ser
demasiado molesta a Su Reverencia con mis frecuentes escritos, Bartolomea es siempre
la misma, y comienza siempre de nuevo, pero conozco su bondad y esto me basta.
Enorme consuelo probé el Jueves al reconocer en Su Reverencia tanta solicitud por el
deseado Instituto. Demasiado me consolaron las palabras que expresa, «No quiero
desistir de la empresa, al contrario quiero trabajar todo lo que pueda, para alcanzar el
objetivo». Palabras que consolaron mucho al corazón de nuestro buen Dios, y que ya las
ha escrito en el cielo con caracteres de oro. Él le done la perseverancia necesaria para
una empresa tan grande, una constancia invencible, una gran paciencia, una prudencia
singular, una ocupación grandísima, a fin de que con la especial ayuda del Señor, pueda
pronto llevar a buen término su obra.
Tengo la seguridad de que el Señor lo ha elegido a Su Reverencia como uno de los
principales instrumentos para su obra, y de que casi sin que se haya dado cuenta, le ha
hecho formular la promesa con las palabras que dijo. La obra no puede ser más grande,
ni más interesante. Dios seguramente la quiere; tantas necesidades como las que hay la
imploran con gran deseo. Tenga la seguridad de que Dios está en Usted y de que cada
vez que hable, piense, obre o sufra algo por esta santa Obra, El le hará alguna gracia
especial, y en el Paraíso será su más grande Corona.
Después de la conversación que tuvo conmigo el Jueves sobre este argumento,
sentí cierta inquietud respecto a lo que me dijo que escribiera, etc… Permítame que le
manifieste toda mi soberbia. Sé claramente que todo aquello que yo hago, pienso o
escribo, todo está siempre mezclado con mi soberbia que todo lo arruina. Por lo tanto
siento internamente que por el bien del Instituto, y para no ofrecer obstáculos a cuanto
el Señor quiere hacer al respecto, haría yo muy bien si no me ocupase de nada, no dijese
jamás nada, ni pidiera nada y ni siquiera pensara nada, rogando sólo al Señor me hiciera
digna, a título de caridad, de no borrarme del número de sus Siervas, permaneciendo en
santa indiferencia esperando que El me abra la puerta. Por otra parte siento en mí el
deseo de obedecer ciegamente, y repetidas veces me sentí empujada a escribir alguna
cosita sobre lo que me ordenó, pero mi soberbia es demasiado grande.

283
Usted ya en parte la conoce, de manera que me dirijo a Ud. y le ruego, si aprueba
mi primer pensamiento, que me lo ordene por obediencia; porque mi soberbia es tan
refinada que sabe encontrar alimento por sí sola, aún allí donde no hay sino miserias y
motivos de humillaciones. Le ruego considerar que bien dañosa es mi soberbia, y estoy
segura de que recibiré la orden de quedarme en un rincón.
De paso, le ruego no llevar a la práctica la propuesta de hacer volver a llamar a
Catalina por el Reverendísimo Preboste: ahora sufre demasiado, hasta la sola
conversación con el Reverendo Dó le causó gran inquietud y le alteró la salud, si bien él
le aprobó sus propuestas y le prometió su protección, aunque indirectamente, para que
no se enterara la Señora Bartolomea 20 . Su Reverencia tenga todavía un poco de
paciencia, y me parece que sería prudente dar este paso, sólo después que hayan
terminado las vicisitudes de la repartición. Entre tanto, podrá para no perder tiempo,
hablar del asunto con el Reverendísimo Párroco, informarlo bien de sus sentimientos, y
concertar algo con él; mientras tanto, ahórrele preocupaciones a Catalina, de lo
contrario temo algún otro embrollo; pero la prudencia de Su Reverencia es grandísima,
regúlese según ella y no fallará.
Permítame una palabra también respecto a la buena Marsiglia.
El otro día, me dio lástima, pobrecita me daba compasión, no podía retener las
lágrimas después de que Su Reverencia le dijo que no le agradaba que fuese pronto a
algún Claustro. Si al volver al pueblo, tiene ella todavía los mismos deseos, le ruego, por
caridad que le permita ir, y gustosamente, para no dejarle ninguna espina; será señal de
que no somos dignos de retener tan grande alegría. También temería que al hacerla
esperar contra su voluntad, y quizás por bastante tiempo, y debiéndola luego colocar en
algún Retiro nuevo, donde ciertamente habrá grandes obstáculos por superar, ella no
llegue a encontrar ese consuelo, quietud, y seguridad que anhela, y por las que tanto
suspira. Si el Señor la quiere en el nuevo Instituto, le disminuirá esas ansias grandes de
querer ir enseguida, y poco a poco le dará deseos por el santo Instituto. Pero no digo
sino disparates. El Señor le haga conocer su Santísima Voluntad al respecto. Estaría bien
contenta si llegara a ser una de las primeras piedras de tan santo Edificio.
El Señor me ha vuelto a dar la paz y tranquilidad primera, por su sola
misericordia, y le agradezco de corazón, porque mucho más me pesa un solo día de
melancolía que cien de mal. El me dé la gracia de amarlo mucho y de servirlo con
fidelidad, puesto que no busco otra cosa.
Le encomiendo de corazón mi pobre Escuela.
Por caridad asístame con sus consejos y advertencias, para que no cambie los
planes de Dios.

20
Tía de Catalina Gerosa que ponía dificultades a la división de los bienes. Ver carta 176

284
Sacuda continuamente mi pereza, corrija mi imprudencia, ilustre mi ignorancia,
ayude al más débil instrumento de la voluntad del Señor.
La Escuela por un lado me es de grandísimo peso, especialmente cuando
reflexiono sobre las infinitas obligaciones que tengo, y casi me siento oprimida. Por otra
parte el Señor es tan bueno y piadoso que me ayuda casi sensiblemente, y realmente
comprendo que El lo hace todo; pero a menudo, diría casi siempre, se le opone mi
soberbia, y por ella está obligado a retirar muchas gracias que desearía otorgarme, y
por lo tanto no cometo sino disparates sobre disparates. A pesar de todo, el Lunes, con
la gracia del Señor y a gloria suya, volveré a comenzar las clases. Le pido a Su
Reverencia el mérito de la Santa Obediencia en todo lo que haga en ella, hasta en las
acciones más pequeñas, de manera que el Señor pueda otorgarme su asistencia. Me
encomiendo de corazón a sus Oraciones.
Hoy lo he cansado, hace tres meses está leyendo cartas mías, pero tal vez no
pasen tres horas y ya lo canse de nuevo; tengame, le suplico, paciencia.
Lo saludo humildemente. Le pido su Santa Bendición. Termino rogándole que
ponga mi cabeza bajo los pies de todos, y tenerme abajo, bien abajo.

Su Devotísima Agradecidísima Humildísima Hija en Jesucristo


La Indigna Sierva de Jesús y de María

Al Reverendísimo Señor
El Excelente Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.
LOVERE

285
217.- Lo anima a confiar en María por el nuevo Instituto y a cumplir en este mes
el plan para el mismo

AL MISMO
VIVA JESUS Y MARIA

El primero de mayo de 1831


Reverendísimo Padre en Jesucristo
Aquí abajo le señalo el nuevo sorteo para el comenzado mes de Mayo, las
prácticas son las mismas del año pasado, que tal vez Su Reverencia ya las tenga. En el
caso de no encontrarlas, tengo la alegría de enviárselas.
Muchas buenas muchachitas lo han comenzado con fervor y espero que su
inocencia despertará el interés de María hacia ellas. Al hacérselas comenzar tuve en
miras a nuestro suspirado Instituto, y realmente espero que María se digne tomarlo bajo
su protección: entonces, estaremos seguros.
Los obstáculos no deben afligirnos absolutamente, aunque sean enormes. Si Dios
quiere servirse de ellos, él sabrá inclinar el corazón a su Voluntad, si desea otra cosa,
realmente espero que lo hará conocer; y aún cuando humanamente pareciera fallar toda
esperanza, creo que no sería temeridad pedirle a Dios un milagro para llevar a término
una obra que es toda suya y que seguramente quiere que se realice para su mayor
gloria. Llamemos con gran confianza a la puerta del Corazón de nuestro Jesús, y verá
que pronto nos escuchará. Nuestra querida Madre lo hará como acostumbra hacerlo. San
Luís que demasiado oportunamente se nos presenta con sus Domingos, nos hará de
Abogado junto a Jesús y María, y pronto nos consolará. Espero que habrá empezado a
escribir el Plan para la marcha de la obra. Le ruego encarecidamente que lo siga, y que lo
termine dentro de este mes: los días son todos santos, y María regirá su pluma, y
seguramente le hará escribir lo que Dios desea. Por caridad, encomiéndeme a Jesús y a
María. Me siento muy inclinada a hacer bien este mes, con el pensamiento de que puede
ser el último Mayo que paso en esta vida. Le auguro la santidad de San Felipe, y la
inocencia de San Luis, mientras que devotamente lo saludo
Su Devotísima Agradecidísima Hija en Jesucristo
La Sierva de Jesús y de María
SORTEO
Reverendísimo Bosio – Con Coro de Arcángeles – Humildad 3-20

Al Reverendísimo Señor
El Excelente Señor DON ANEL BOSIO
S.R.M.

286
218.- Está pronta a enviarle el plan para el nuevo Instituto el primer
Domingo de San Luis. Muestra cierta esperanza de su fundación. Teme solo el
obstáculo de la soberbia y maldad

AL MISMO
VIVA EL SANTO CORAZON DE JESUS Y DE MARIA
Y EL INMACULADO GONZAGA

Ahora, en el día 15 de mayo de 1831

Reverendo Padre Confesor,


Hoy, que el Señor me da tiempo libre, me permito el dulce consuelo de decirle
algunas palabras respecto al pío Instituto que constituye la mayor parte de sus santas
atenciones y solicitudes, y de mis deseos. Me alegra mucho que sea un día tan lindo, me
refiero al primer Domingo de nuestro querido San Luisito, de quien espero tanto se
comprometa en este asunto, hasta el punto que ya me parece una gracia asegurada.
En diversos momentos escribí la hoja que aquí le incluyo. No es necesario que le
diga que la he escrito sencillamente para obedecer, y que entiendo debe ser
inmediatamente echada al fuego, puesto que Usted con sólo leerla, se dará cuenta de su
inoportunidad e inutilidad. El Señor me retira aquellas luces, que quizás estaría dispuesto
a darme, por mi soberbia, que siempre lo convierte todo en incentivo de sí misma: que El
obre, y estaré contenta, no necesito sino ser humillada.
No puedo ocultarle que desde hace un tiempo a esta parte, siento en mí muy
íntimamente una confianza tan viva, una esperanza tan segura de que el Instituto
comenzará pronto, que ya me parece estar a sus puertas. Tantas buenas disposiciones
que se ven en los que deben ser piedra fundamental, ciertamente son efecto de las
promesas de nuestro buen Dios. Le confieso ingenuamente que no puedo olvidarme ni
siquiera un momento de esta dulce esperanza; y ella procura tanto consuelo a mi
corazón que aún la más grande dificultad que me pueda imaginar, me parece nada. Ya
sea de día como de noche, pienso constantemente en ese bendito Instituto; y si me
ilusiono con que yo también, sólo a título de caridad, pueda tener el ínfimo lugar en él,
no puedo contener las lágrimas por la alegría que pruebo. Realmente me parece que
debe ser una Casa bendita particularmente por el Señor, favorecida con muchas gracias
señaladísimas, y que en ella se procure intensamente la Gloria del Señor. Y que a tantas
necesidades, que existen en este pueblo, el Instituto podrá proveerlas, ¡qué consuelo
deben resultar para un corazón cristiano!... Solo una cosa me -da gran pena... Temo
mucho que mi soberbia y maldad sean el único obstáculo para las gracias que el Señor
quiere derramar sobre este pío Instituto. Toda vez que me siento empujada a obrar el

287
bien, oigo siempre, «Para que te puedas disponer bien a lo que el Señor quiere de ti».
Temo mucho que mis continuas resistencias a los llamados y a las gracias del Señor
lleguen a ser obstáculo para todo cuanto quiera hacer por el Instituto. Haré lo posible
para no hacerme indigna de una gracia tan particular; pero si mi maldad se opone, por
caridad, Jesús mío, castígame a mí, pero favorece al Instituto. Por caridad, Su
Reverencia, hágame caminar a fuerza de golpes, puesto que soy un asno que no da un
paso si no es con bastonazos.
Esperemos mucho, mucho, que el Señor consuele a quien le implora. El Espíritu
Santo traerá algún regalo del Paraíso que consolará nuestros corazones. -Deseo
ardientemente besar esos muros que serán la Casa del Señor - Deseo tener en ella mi
refugio - Deseo agradar a mí Jesús - Deseo sepultarme para el mundo y a mí misma -
Deseo hacer lo que Dios quiera de mí.
Le ruego cálidamente que me encomiende a Dios.
El Espíritu Santo santifique la promesa de Su Reverencia, la de no querer jamás
dejar de obrar y fatigarse hasta que el Instituto sea un hecho y lo mantenga activo hasta
que llegue a su total perfección. Agradecidamente lo saludo teniendo el honor de
llamarme en el acto

Su Devotísima Agradecidísima Humildísima Hija en Jesucristo


La Indigna Sierva de Jesús y de María

288
PROMEMORIA
Lóvere 26 de Abril de 1831
Para obedecer escribo.
Creo que en una Comunión tuve este pensamiento: que el Instituto que se fundará en
Lóvere esté totalmente fundado sobre la Caridad, y este debe ser su fin principal;
especialmente ese Instituto ha de ser útil a las jóvenes en peligro, sin excluir a ninguna,
de cualquier edad, condición, carácter, con tal de que sea necesitada espiritualmente, o
corporalmente, y que el Instituto pueda ayudarlas; esto, se debe procurar en cada cosa,
porque para esta clase de juventud pocos medios hay para alejarlas de los peligros etc.
Otra vez, en el tiempo de Oración, creo tuve este pensamiento: El Instituto no sólo esté
basado en la caridad, que constituye la vida activa, sino aún más, que a ella se una la
contemplativa, de modo que las personas que a él se consagran puedan vivir de la una y
de la otra; es decir que en este Instituto haya buena parte del día consagrado a la
oración, especialmente a la Santa Meditación, para que sus ejercicios de caridad tengan
buen fruto, porque todos, partos de oración, pueden enseñar a los otros aquello que han
aprendido de Dios orando. De la oración común vocal se determine poca, y esto para no
quitar el tiempo consagrado a la caridad, y para no agravar con un peso a los sujetos
que, debiendo fatigarse mucho instruyendo y enseñando, quizás les resulte esto una
gran carga, y al mismo tiempo quizás también dañoso a la salud corporal. Otra vez
mientras trabajaba tuve este pensamiento que se me confirmó después en varias
Comuniones y Oraciones: El Instituto debe ser fundado sobre la norma, y sobre los
ejemplos dejados por Nuestro Señor Jesucristo, de modo que la Regla de él sea una
copia de sus acciones. Por lo que todas las Reglas, las Prescripciones, las Normas sean
precisamente dirigidas a imitar lo que hacía Jesucristo en este mundo, y El debe ser el
Protector, la Norma y la Guía. Es así como tantos Institutos tienen por fin o de honrar a
María Santísima o de imitar a algún Santo etc. así este debe prefijarse de honrar al
Redentor, y de imitar sus ejemplos, de modo que quien a él se consagre pueda llegar a
ser verdadera hija de Jesucristo por la imitación. Y me pareció, que Dios desea un nuevo
Instituto, por lo menos por esa nada que comprendo, porque si se abrazara algún
instituto ya aprobado, si bien soy contraria a eso, me parece que serán mayores y más
grandes las dificultades. Sin embargo si Dios lo quiere, sabrá disponerlo todo. Este
pensamiento de la imitación del Redentor etc. lo tuve con alguna claridad, que yo no sé
explicar, y me parece ver las Reglas, sin que las conozca claramente, bellas y suaves
para que sean oportunas a tal fin. Cada vez que me volvía este pensamiento, dejaba en
mi corazón una gran dulzura, y a veces un sentido de gratitud, reconociendo que
Jesucristo nos haría una gran gracia si nos llamara a tanta altura.
De nuevo en una Comunión sentí que el Instituto debe tener por fin principal la
Educación de las Hijas pobres y sin padres, teniéndolas allí y también manteniéndolas,

289
hasta que estén criadas e instruidas en algún oficio, con el cual honestamente puedan
procurarse el alimento.
Además me parece que será muy querido al Señor, que a parte de la Escuela externa,
hecha a las pobres por caridad, el Instituto tenga también la Educación interna para
todas aquellas jovencitas del pueblo, o de afuera que anhelasen ser instruidas allí,
especialmente si tuviesen intención de ser Maestra, o también si fueran de buena
condición, de las que se espera un buen desempeño para prestarse a la caridad del
prójimo.
Muchas veces sentí en el corazón, que las personas que se consagran a este Instituto
sean de una piedad muy sólida, de una virtud singular, y por inclinación, amantes de la
juventud. Por lo tanto, se tenga gran prudencia en el aceptar a cualquier sujeto, que sea
bien examinada su virtud, y su Vocación; puesto que debiendo ser un Instituto libre,
correría gran riesgo de hacer nacer inconvenientes muy perjudiciales. Me parece que el
Señor desea que el Noviciado de estas personas sea muy severo y riguroso, que en él se
incluya grandemente la observancia de las Reglas, que se hagan conocer los grandes
compromisos que se asumen, y que no se omita de hacerles conocer que este género de
vida es bastante más difícil de aquel de las Claustrales, porque hay mayores peligros,
más distracciones por la frecuente comunicación con las personas seculares, y que ellas
tienen mucha necesidad de una gran confianza en Dios, y de un verdadero espíritu de
caridad, animado de una pureza de intención muy viva, con lo cual todo se hace más fácil
y gustoso.
Esta muy bien así en este tiempo prevenirlas de todo esto, para animarlas en aquel
verdadero espíritu que requiere el Instituto, y me parece que el Señor desea que en el
tiempo de Noviciado ninguna se comprometa en obras o ejercicios exteriores, o de
caridad (excepto al principio del Instituto que se necesitará hacer lo mejor), debiendo
antes que nada aprender por sí misma el verdadero espíritu del Instituto, para luego
emplearlo a tenor de cada incumbencia que le serán confiadas.
A mí me parece que el Señor desea que el Instituto admita los tres comunes a las otras
Religiones, de Castidad, de Obediencia y de Pobreza. Aquel de Clausura debe ser
abandonado, porque por causa de algún motivo de Caridad las personas de este
Instituto, con las debidas cautelas, pueden salir; pero sin una precisa obligación deberán
observarla mucho, la observación muy necesaria para el buen funcionamiento del
Instituto.
Finalmente para este Instituto, además de la Caridad con las Hijas, y pobres, y
necesitadas, y ricas y de cualquier género, que a todas debe extenderse, me parece que
será muy querido al Señor, que este Instituto se preste también al alivio de los pobres
enfermos, máxime a la asistencia y gobierno del Hospital, empleándose las personas del
mismo al servicio de las enfermas, a su consuelo y ayuda espiritual y temporal. Este

290
debe ser una rama de ese Instituto, que proviene de aquella Caridad sincera de la cual
deben ser adornadas las personas que se consagran a este género de vida, tan uniforme
a aquel de nuestro amabilísimo Redentor.
Además no puedo quitarme del corazón que Jesús exija de esta nueva familia una santa
premura para el buen ornamento de su Santa Casa; y por lo tanto que a ella recomienda
y obligue tener bien arreglados, lavados los sagrados ornamentos y planchada la
lencería de las Iglesias del pueblo, y que use toda diligencia y solicitud para que en ellas
se observe un santo decoro, y una gran limpieza, no exigiendo de ellas, por sus fatigas,
otra recompensa que la bendición del Señor.
Aunque ya lo he escrito, no puedo callar que me parece haber sentido sensiblemente al
corazón, que se use (por lo menos al principio) gran cuidado en el aceptar a los sujetos
para esta pía obra, que entre los buenos, escasamente se elijan los mejores,
especialmente que se tenga cuidado de elegir personas inclinadas a la Caridad, de
naturaleza dócil y quieta, y que por sentimiento propio sean inclinadas a este género de
vida y sientan gran deseo por ello; porque me parece que de eso depende el todo,
mientras que en los principios no faltarán aflicciones, disturbios, agitaciones etc.
provenientes de causas externas, o mejor dicho de la Providencia del Señor, que todo
dispone para lo mejor. Si en medio de esto hubiere algúna persona naturalmente
inquieta o descontenta, causaría un gran enfriamiento, y también un poco de quiebre.
Aunque las personas de este pio Instituto no sean tenidas en la Clausura formal, para
poder tener más comodidad en atender a la Caridad; no deben poner grandemente la
mirada en el más pequeño trato, o amistad inútil, o conversación superflua, o frecuencia
de contacto con las personas seculares. El motivo de Caridad debe ser la causa de sus
reflexiones con ellos, y el deber; por lo restante deben observar una Clausura, o
recogimiento aun mayor de aquella de las Claustrales, pudiendo bastar una sola palabra
escuchada para poner la disipación en todas las personas del Instituto, que sería luego
arruinado, y esa sería la peste en las Casas del Señor.
Las personas de este pío Instituto deben estar adornadas de todas las virtudes, pero sus
características deben ser la Caridad, la Dulzura y la Humildad, a imitación de nuestro
amabilísimo Redentor, que de estas virtudes parecía hasta que se gloriase. Me parece
que el Señor exige que sean tan grandemente practicadas por ellas estas virtudes, que
formen verdaderamente su carácter, y que con solo tratarse juntas o verlas, se conozca
que son verdaderas seguidoras del Redentor.
En ese Instituto, aunque no tenga que ser un simple Retiro, me parece que el Señor
desea en él una Caridad grandísima entre los individuos, una Comunidad perfecta, una
igualdad total con todas, no debiendo haber ninguna predilección ni por la rica, ni por la
delicada, ni por alguna consideración humana, debiendo cada una, apenas ingresada, ser
perfectamente Hermana de las pobres Hijas de este Instituto. Una verdadera necesidad

291
de enfermedad, será el único motivo que dispensara a las Hermanas de esta universal
comunidad.
Además me parece que el Señor anhela que en la aceptación de algún sujeto no se tenga
reparo a las cosas que pueda traer consigo, sino más bien al fondo de una virtud
grandísima que debe tener; y cuando fuese el Instituto necesitadísimo de ayudas
temporales, y hubiese una persona que pudiese proveerlo con sus dotes abundantes,
pero que fuese privada de aquella virtud que es necesaria, que se deje al Instituto en
necesidad, que Dios proveerá; pero no se acepte alguna persona por este fin humano,
que Dios se disgustaría, y retiraría de él aquellas gracias que desearía dispensarle para
su ventaja.
Me parece que Dios anhela que en este pio Instituto se facilite bastante (en lo referente a
la dote) el ingreso a aquellas pobres personas que serían aptas y que además lo desean
tanto, pero por falta de medios, no pueden tener la consolación que anhelan. A estas se
abra el paso, se las acepte, confiadas en aquella infaltable providencia de Dios que quien
en Él confía no deja nunca a nadie en necesidad: tanto más aun, casi ningún Instituto
tiene esta mira particular, por lo que una infinidad de sujetos que tendrían un buen
desempeño, quedan abandonados por esto. Y me parece que Dios lo quiere,
precisamente por ser coherente al fin que ese Instituto debe tener, es decir, de imitar a
nuestro Santísimo Redentor, mientras que El, cuando alguno deseaba seguirlo, antes de
todo le hacía renunciar a todo aquello que poseía, tampoco pretendía que a su Compañía
le diesen alguna cosa, y deseaba tanto despojo que decía a quien lo seguía, que El no
tenía ni casa, ni techo. Este abandono no se podrá cumplir totalmente en el Instituto,
porque no se debe pretender milagros de Dios en aquellas cosas a la cuales se puede
llegar con los medios humanos; ya que será necesario establecer una discreta dote para
cada individuo que deseara consagrarse a él; pero junto a esto se ha de tener la mirada
de que si hubiese alguna persona con todas las cualidades necesarias para un buen
resultado, y le faltase la dote, se la acepte sin más y así unirla al Pío Instituto.
El viernes próximo pasado en la Santísima Comunión, más claramente que las otras
veces y con particular ternura, sentí en el corazón que el Instituto que se fundara en
breve aquí, tenga verdaderamente que ser llamado el Instituto del Redentor; y las
personas que a él se consagran, las Hijas del Redentor. Y me parece que Dios lo desea
propiamente bajo este título particular, y para indicar la predilección que El desea tener
de este pío retiro, y para enseñar a las personas que a él se consagren el modo de
santificarse; es más, no se sabe de alguna otra congregación bajo este título único y
particular, así que Dios ha reservado a estos tiempos una empresa tan grande y
caritativa, porque la necesidad es grande y extrema.
EL Noviciado podría representar la vida escondida de Jesucristo, y esto me parece que lo
anhela largo, por lo menos dos años y medio.

292
La vida que debe suceder después, es toda empleada al bien del prójimo, sin excepción
alguna, podría de algún modo imitar la vida laboriosa de Jesucristo en los tres años de su
predicación. Y el cuarto Voto de Caridad, que el Señor me parece pretender de estas
personas, es hacer todo lo posible, por sufrir todo, y dar la sangre por el bien de los
prójimos, podría imitar de lejos la caridad ardentisima de nuestro Redentor al morir por
nosotros. La Oración frecuente, máxime la Santa Meditación por un buen espacio de
tiempo cada día, podría parecerse a los frecuentes retiros que hacia el amable Redentor
de los hombres, para entretenerse con su Divino Padre a perorar por nosotros. Y el
número de las 12 Operarias, sin las domésticas, que tal vez podrían bastar a la Pía Obra,
podrían indicar los 12 Apóstoles , que elige para la salud del mundo; pero como admitió
también Discípulos, así me parece que después de alguna circunstancia podría
acrecentarse el número. Haga el amabilísimo Redentor que nosotras seamos sus
verdaderas seguidoras. Amén.

Al Reverendísimo Señor
El Excelente Señor DON ANGEL BOSIO
S.R.M.

293
219.- Le envía la novena de San Luis, etc.

A UNA AMIGA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 19 de junio de 1831

Hermana Amadísima,
He aquí la Novena de San Luis. Perdóname si falté a la palabra. Recordé sobre la
carta del Reverendísimo Tomini, pero lo complaceré otra vez. Encomiéndame a Dios por
favor.
Consuélate que tienes una cadena que estrechamente te une a Dios. Adiós.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Indigna Sierva de Jesús y de María

294
220.- Cadenas de oro con las cuales debes unirte al Señor

A UNA AMIGA
VIVA JESUS, MARIA Y SAN LUIS GONZAGA

Lóvere, 24 de junio de 1831


Hermana Amadísima,
Te incluyo una Novena, y un pacto habitual de devolución. Cuando puedas espero
el librito del Sagrado Corazón, como no era mío, me fue pedido.
Te recomiendo a mi pobre alma, préstale buen servicio ante el Señor. Dios anhela
ser servido de parte tuya, con santa alegría, con libertad de corazón, con suma
desconfianza de ti misma, con una grandísima confianza en él, y con humildad sincera.
Estas son las cadenas de oro con las que Él estrecha su lazo contigo, bésalo, y tenlo
como muy querido.
Cien saludos a la queridísima Magdalena.
Dile que satisfaceré pronto mi deuda con ella. San Luisito sea nuestra norma en el
amar A Jesús. Adiós.

Tu Afectísima Agradecidísima Amiga


La Sierva de Jesús y de María

295
221.- Pide noticias acerca de la salud de una amiga. Desahogos contra el mundo
y de amor a Jesús

A COLOMBA MORA
VIVA JESUS Y MARIA EN COMPAÑÍA DE SAN LUIS

Lóvere, 30 de junio de 183I


Amadísima Hermana en Jesucristo,
Permíteme que me dirija a ti con dos renglones, para pedirte noticias de mi
querida Martina, por quien me siento intranquilísima al haberme enterado de su
enfermedad, y no sé si ha mejorado o si aún continúa enferma. La última vez que le
escribí, le pedí que me hiciera conocer algo acerca de ella; no fui consolada; por lo tanto
me dirijo a ti, rogándote afectuosamente que me quieras complacer, informándome
detalladamente acerca de la enfermedad de la querida Hermana, su duración y como se
siente ahora. Hazme este gran favor y te quedaré sumamente agradecida.
Espero que hayas hecho la novena de la Visitación, la de siempre, aunque yo haya
faltado a mi deber al no enviarte el sorteo.
Te recomiendo mucho nuestra devota Unión. ¡Oh! ¡Si pudiésemos corresponder a
las mirada que el Señor tiene sobre nosotras!... ¡Afortunadas de nosotras! Pasan los días
y pasan velozmente, y no nos quedan sino nuestras obras, malas o buenas. El mundo es
halagador, es traicionero y cuántas almas roba al amable Jesús... Pero por caridad, por lo
menos nosotras, seamos fieles a nuestro querido Jesús, que tanto lo merece... ¡Cómo
nos encontraremos contentas algún día!. Mi querida, ruega mucho por mí, la necesidad
es enorme: quisiera ser fiel a mi buen Dios; pero a cada instante no hago más que
ofenderlo. Ámalo tú por mí, que bien lo merece.
Salúdame a la enferma y la Hermana Afrina, di a esta que el Señor la quiere una
gran Santa. Tú hazte Santa que lo deseo de corazón con toda la bendición. Adiós. Te
encomiendo la novena del Carmen.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


CAPITANIO BARTOLOMEA DE JESÚS

A la Excelente Señora
La Señora COLOMBA MORA
TAVENEROLA

296
222.- Agradecimientos y pedidos de oraciones

A REGINA TAERI
VIVA JESUS, MARIA Y SAN LUIS GONZAGA

Lóvere, 20 de julio de 1831


Queridísima Hermana,
Tu carta me ocasionó suma alegría: me parecía que desde hacía un siglo no
recibía noticias tuyas, y las iba buscando y deseando. Te agradezco que hayas satisfecho
mis ansias, y aún más te agradezco el recuerdo y el afecto que me conservas. Es inútil
asegurarte mi respuesta, pues sabes que entre mis amigas, eres una de las más queridas
a mi corazón.
Acuérdate por favor ante el Señor de las necesidades infinitas de mi alma: dile
que necesito su Misericordia.
En tus contemplaciones, y en la dulce unión que gozas con tu dulce Esposo,
acuérdate de la que no sabe nunca rechazar las cebollas de Egipto, y por lo tanto se
priva del Maná Celestial de los Hijos de Israel. ¡Oh! ¡Cuánto envidio la suerte de aquellas
almas que habiendo muerto al mundo y a sí mismas, no viven sino para su Dios!...
Los de mi casa han agradecido tus saludos: ellos y yo te pedimos agradecer,
compartir y centuplicar los saludos enviados, a toda tu respetable familia.
Mi queridísima, hasta el Paraíso, pero antes te espero en el Calvario, cargando con
la Cruz para luego subir con ella al Cielo felizmente. Adiós.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Indigna Sierva de Jesús y de María

297
223.- Lamenta un enfriarse parcial de la Pía Unión y se echa la culpa. Anima su
celo. Menciona su larga enfermedad y la de su padre. Obligada a estar en
ayunas para recibir la Santa Comunión

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 25 de setiembre de 1831


Hermana Amadísima,
Me consoló mucho la carta que recibí con tus noticias, pero me ha traído algo de
pena al corazón al constatar noticias poco satisfactorias de nuestra devota Unión.
Seguramente debo ser yo la causa del enfriamiento, porque soy negligente, mala,
soberbia. Pero no quiero que por esto nos perdamos el ánimo; el enemigo trabaja para
desbaratar una obra que quizás lo perjudica: trabajemos también nosotras, con la gracia
del Señor mucho más, para no llegar a verlo triunfante.
Te recomiendo de corazón a nuestras hermanas que consideras algo tibias, no
esperes que te pidan ellas las novenas, sino adelántate, anímalas a continuar, hazles
conocer la gran gracia que han recibido de Dios, siendo partícipes de tanto; diles a ellas
que cientos y cientos desean y suspiran su fortuna, y que su Señor se la niega para
dejarsela a ellas, pero ay, si se abusan. No te entristezcas, mi querida, por la pérdida de
nuestras buenas Hermanas, Dios ha deseado humillar nuestra soberbia; agradezcámoslo
y recemos para sacar de ello su mayor Gloria. Haré todo lo posible para tener entre las
manos nuestro Reglamento y dispensarlo ; esperemos que Jesús y María nos ayuden.
Comienzo ahora a estar mejor de salud: sólo hoy, después de 42 días de ayuno,
apenas pude hacer la Santísima Comunión. Tres veces ha repuntado la enfermedad. Mi
padre estuvo en evidente peligro de muerte, pero ahora esperamos su sanación ¡Oh!
¡Cuántas deudas para con mi Jesús!... Agradécele mucho también tú por mí, y pídele que
me dé la gracia de santificar todos los pequeños momentos de esta vida tan preciosa que
ahora recibo en don de sus manos. Te agradezco mucho la solicitud que tienes respecto a
mi. Dios te lo pague, se lo pido de corazón. Mil saludos a todas las Hermanas de allí,
pídeles también en mi nombre que sean fieles a nuestro amabilísimo Jesús, que la
recompensa será sobreabundante. Amemos mucho a Jesús. Adiós.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María
A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

298
224.- Hace celebrar Misa por su padre. Agradece por los servicios recibidos en la
muerte y en el funeral

A DON BARTOLOME CELERI


VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Ahora, en el día 16 de noviembre de 1831


Muy Reverendo Señor
Le suplico la caridad de celebrar la Santa Misa de mañana a favor del alma de mi
pobre padre. He faltado a mi deber, no agradeciéndole durante el encuentro que tuvimos
en ocasión de su muerte y funeral, sabiendo bien cuánto ha hecho Su Reverencia por él.
Perdone nuestra falta, tenga la seguridad de que guardamos en el corazón una sincera
gratitud, y deseamos manifestársela de hecho, si tuviéramos la ocasión de verlo. No nos
hemos presentado personalmente según hubiese sido nuestro deber, porque al ser
vivísimo nuestro dolor por la pérdida, todo pequeño recuerdo se nos hace insoportable.
Acepte ahora nuestro sincero agradecimiento y nuestra disculpa. Pero sume a tantas
caridades suyas, la de tener presente a mi querido Difunto en sus Oraciones, a fin de
obtener ayuda, que seguramente lo necesitará. Encomiéndelo también a la caridad del
Dignísimo Rector, y salúdelo atentamente de mi parte.
Me encomiendo a sus Oraciones: mi necesidad es grande. Mañana cerca de las 3
de la tarde anhelaría decir algo breve en Confesión al Rector, le pido a Su Reverencia de
advertírselo, que si puede me será querida esta caridad, de otro modo Fiat.
Perdone la molestia. Soy en el Señor

Su Devotísima Agradecidísima Sierva


CAPIT. BARTOLOMEA
D.S.B.

Al Muy Reverendo Señor


El Señor Don BORTOLO CELERI
S.R.M.

299
225.- Agradece vivamente en nombre de su familia y ofrece un don

A UN SACERDOTE
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 27 de noviembre de 1831


Reverendísimo Señor,
Las deudas nuestras para con Su Reverencia y para con todos los de su familia
son infinitas. En cada ocasión hemos experimentado qué serviciales y generosos son los
corazones de Ustedes para con nosotros; pero en ocasión de nuestras desgracias, la
caridad que nos dispensaron, las ayudas que nos prestaron, las atenciones que no
escatimaron, fueron innumerables, y podemos realmente decir que Usted y el Señor
Simón nos hicieron de Padre, como así también todos los demás. Y aún ahora
continuamente los estamos molestando, quisiéramos evitarlo; pero nuestra insuficiencia
y la bondad que demuestran en cada pedido nuestro nos animan a solicitarlos.
Solamente lamentamos no haberles demostrado nunca con los hechos, cuánta gratitud
sentimos en nuestros corazones por todo lo que recibimos de Ustedes.
Se lo decimos de corazón, sería para nosotros el consuelo más grande, poder
hacer algo que a Ustedes les agradara. Pero Dios suplirá ampliamente nuestra
incapacidad, y si nos quiere escuchar, le pedimos de corazón que haga feliz a Su familia,
la colme de bendiciones y la haga prosperar siempre y en toda ocasión.
Su Reverencia, dígnese aceptar un pequeñísimo mueble para guardar Ornamentos
sagrados de Misa, que nos atrevemos a enviarle, sin otro fin que el de manifestarles que
nos acordamos de los beneficios recibidos y que anhelaríamos compensarlos, si
pudiéramos. Esta es una mínima satisfacción que damos a la gratitud, que en nuestros
corazones es enorme y esperamos que nos consolará aceptándolo, aunque es algo
mínimo.
Humildemente le presentamos nuestros saludos, y le rogamos que perdone
nuestra gran confianza a Ud., y tenemos el honor de considerarnos

Sus Devotísimas Agradecidísimas Siervas


La Madre y las Hijas CAPITANIO

300
226.- Le avisa de una situación en cuanto a la división de los bienes de la
Gerosa, y le pide por el deseado Instituto

A DON RUSTICIANO BARBOGLIO


VIVA JESUS Y MARIA
Lóvere, 29 de noviembre de 1831
Reverendísimo Señor Preboste,
Permítame que le diga algo que tengo muy vivo en el corazón. Hoy hablé con el
Reverendo Dó respecto al asunto Gerosa ya en curso. De él supe claramente, después de
exponer varias razones, que la Señora Bartolomea retirará la palabra dada respecto a la
repartición de los bienes, seguramente , en ese caso no le dé a Catalina la casa paterna
ni la mitad de sus bienes. Se lo comuniqué todo a ella, a quien este pacto le pareció
muy grave, sin embargo dijo, «Quiero hablar, y si se me dice que lo haga, lo haré». Creo
oportuno prevenirle a Su Reverencia, para que considerando bien el asunto, pueda
aconsejarla mejor.
Si Catalina se inclina a seguir este camino por algún fin humano, o por interés, se
diría que la tía tiene razón, y bien se podría decir que obraría justamente si no quisiera
cederle la casa que más desea, aunque la justicia y los testamentos la favorezcan. Pero
se sabe que Catalina ha dado comienzo a todo esto para ponerse al frente de una obra
que Dios manifiesta querer; por lo tanto si con la obra quisiera también ella este
sacrificio, me parece que complacería a Dios y lo vería con agrado ya que muchas veces
lo que no debería hacerse por las criaturas, bien se puede y se debe hacer por el Señor,
que todo lo merece. Piense bien que si Catalina se mantiene en la negativa, el asunto
(según a mí me parece), caerá otra vez en el silencio y se caminaría al mismo tenor de
antes, sin tener mayor esperanza de llegar a un acuerdo.
Perdóneme si hablo con tanta libertad, pero lo hago para que Usted estando en
conocimiento completo de cómo marcha el asunto, pueda aconsejar lo que su eximia
prudencia le sugiere más oportuno para el caso. Tenga en cuenta, le ruego, la obra del
Señor, es decir el ideado Instituto, y haga de manera que su fundación no se haga
esperar mucho.
Si le parece, le ruego no manifestar esto a Catalina, para conservar la paz y la
armonía entre nosotras. Me encomiendo de corazón a sus Oraciones. Lo saludo
atentamente, y le pido su Santa Bendición.

Su Devotísima Agradecidísima Sierva e Hija en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA indigna Sierva de Jesucristo
Al Reverendísimo Señor
El Excelente Señor Don RUTICIANO BARBOGLIO
Párroco celoso de LOVERE

301
227.- Recomiendo su primo clérigo y el alma de su padre

A DON ANGEL TAERI


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 30 de noviembre de 1831


Reverendísimo Señor,
La semana pasada fui a Brescia y gocé ampliamente de las atenciones que me
dispensó toda su familia, máxime mí buena Regina, la cual estuvo por darme el gusto de
venir a mi casa, si el actual estado de salud del Señor Padre no se lo hubiese impedido;
pero me prometió hacerlo cuanto antes, y yo estaré en la dulce espera de su llegada.
Quiero pedirle un gran favor. Este año irá a Brescia un Primo mío Clérigo (el portador de
la presente David Petenzi).
Sus Padres y yo lo encomendamos muchísimo a su caridad. El joven es de
excelentes costumbres, muy inclinado al bien, sigue sus estudios con diligencia y también
aquí ha dado muy buen resultado, por el cual es muy querido por los Reverendos Padres,
especialmente por nuestro excelente Párroco. Pero mi Primo es algo tímido de
temperamento, por lo cual todo lo teme y fácilmente se desalienta.
Los suyos lo encomiendan a su caridad para que le enseñe, para que lo
recomiende a quien corresponda, de manera que esté en buena compañía, y lo ayude
cuando lo necesite. Además es más bien pobre, y los suyos se esfuerzan trabajando para
que pueda llegar a ser Sacerdote. Le ruego de todo corazón que le dispense caridad,
haciendo que sea grato a Monseñor Obispo y pidiéndole que procure todo el bien que
crea oportuno. Estoy segura de que Su Reverencia se ocupará de cuanto le pido, y su
caridad, que bien sé que es grande, se prestará a favor de este pobre Clérigo.
Disculpe mi sobrada confianza, pero culpe de esto a su bondad que hace que me
atreva a tanto.
Todos sus amigos lo saludan atentamente: también mi familia. El Señor, como
sabrá, me ha privado del ser que más amaba en el mundo: tal pérdida resulta dolorosa,
y no puedo encontrar paz. Ruegue a Dios por mí y diga algún Requíem por el alma de
aquél que Dios me ha robado, a fin de que le dé a él descanso y a mí la quietud.
Comuníqueme buenas noticias tanto del Monseñor Obispo como de Usted. Lo
saludo muy atentamente

Su Devotísima Agradecidísima Sierva


CAPITANIO BORTOLAMEA
Al Reverendo Señor
El Excelente Señor Don ANGEL TAERI
Padre de San Filipo BRESCIA

302
228.- Desea su visita de consuelo. Pide sufragios por el padre etc..

A REGINA TAERI
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, día 30 de noviembre de 1831


Amadísima Hermana,
Tu agradecimiento, que no sabría cómo explicártelo, me quedó impreso. Deseo
algún encuentro para poder expresarte con las acciones mi sincera gratitud. Consuélame
una vez con una grata visita, que me hará un gran placer y servirá mucho para animar a
mi afligido corazón. Mil gracias por todo aquello que tú y toda tu familia han hecho
respecto a mí y a mi familia.
Espero que tu Señor Padre esté mejor, consuélame con alguna buena noticia, y
recuerda en tal caso de mantener tu promesa.
Volunnia y la Señora Clelia se consolaron mucho al sentir tus noticias, ellas te
saludan cordialmente, y se encomiendan a tus Oraciones.
No te olvides de saludar a tu Familia, especialmente a tu Señor Padre; dile que le
deseo una buena salud y una larguísima vida acompañada de toda bendición espiritual y
temporal. Mi Mamá y Camila envían a toda tu familia muchos saludos y agradecimientos.
Gracias a Dios hemos tenido un excelente viaje, e íbamos diciendo: Si nuestra
buena Regina hubiese venido no tendría miedo.
Encomiéndame a Dios por favor, la necesidad es muy grande. Recuerda también
alguna vez a mi querido Padre, sufrágatelo que te lo agradeceré.
La compañía de los Santos nos estimule a hacernos Santas.
Adiós. Mil saludos a Teresita y a tu Secretaria, encomiéndame a las Oraciones de
ambas. Jesús, viva por siempre et ultra.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

A la Apreciadísima Señora
La Señora REGINA TAERI
BRESCIA

303
AÑO 1832

229.- Envía una carta del Conde Passi a favor del Instituto. Augurios de buena
salud

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 1° de marzo de 1832


Reverendísimo Padre Confesor,
Creo que le agradará que le anticipe un gozo santo. Apenas llegué a casa encontré
la carta del Señor Conde Passi, con la otra que le incluyo. La leí y la releí una y otra vez,
y como la interpreté muy favorable a nuestros deseos, probé tanto consuelo que me
pareció no sentir más el peso de mis miserias, y no sabía cómo contenerme en mí
misma. Nuestro Reverendísimo Preboste lloró de emoción al leerla y dijo: Nosotros
quisiéramos deshacer, y Dios quiere la obra.
Catalina está muy contenta, y bendecimos al Señor de todo corazón.
Se la envío enseguida, porque quisiera pedirle que trabaje poco, de manera que
pueda estar suficientemente bien como para ir a Bérgamo, porque allí podrá decidir algo
también respecto a nuestro Instituto.
Los de su casa están todos bien, se han consolado mucho al oír noticias suyas, y
al recibir sus saludos, también me han dado una carta que le incluyo junto a la mía. Su
Angelina realmente me emocionó. Apenas me vio comenzó a aplaudir de alegría, corrió a
mi encuentro, se abalanzó a mi cuello toda arrebatada y no sabía cómo expresar su
emoción. ¡Hermoso Corazón! Sí se consagra totalmente al Señor, llegará a amarlo
mucho.
Lo esperamos pronto, pronto, todos lo desean. El Señor dé nuevas fuerzas a su
salud, de manera que pueda gastarla por El. Le pido su bendición, y toda gracia del Cielo.
Lo saludo humildemente.

Su Devotísima Agradecidísima Hija


La Sierva de Jesús y de María
B.C.
Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
Ardiente Misionero, al Seminario de San Pedro
BESCIA

304
230.- Trata de hacerlo reflexionar por la decisión de dejar Lóvere

AL MISMO
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 7 de marzo de 1832


Reverendísimo Padre Confesor,
No sé cómo comenzar esta carta; quisiera hacer callar el amor propio, y hacer
hablar a ese Jesús que he invocado con todo el ardor de mi corazón.
Con gran dolor en un primer momento oí, y luego leí en su apreciadísima carta la
extraña empresa que asumió…21 ¡Gran desgracia para nuestro pueblo!... yo lo he
merecido, es necesario que lo diga.
Hace unos momentos vi a nuestro Reverendísimo Preboste (querido Padre de
nuestras almas, y por Dios destinado a ser nuestro Superior), y me entregó la carta que
le incluyo, ordenándome hacérsela llegar pronto, y tuvo la bondad de leérmela. El es
muy prudente al escribir, pero verlo y oírlo, daba compasión. Dijo con lágrimas en los
ojos, que Su Obediencia la había recibido de Monseñor Obispo y que ninguno podía
quitárselo; dijo que Usted es el bastón de su vejez, el apoyo que Dios le ha dado, sin el
cual no sabría sostenerse. Yo haré cuanto pueda, pero sin una ayuda, dejaré a quien
quiera la Parroquia, Dios no pretende milagros, etc.etc.
Otras muchas cosas dijo que yo no quiero repetir, capaces de enternecer incluso a
las piedras. Yo no puedo entender cómo Su Reverencia pudo aceptar tal cargo, sabiendo
tantas situaciones tan críticas en nuestro pueblo, en la que Dios parece que lo había
puesto para ayudarlas. Y si nuestro amadísimo difunto Obispo, aunque deseaba tanto
tenerlo junto a sí22, había pensado varios destinos para Su Reverencia, no obstante al
conocer la necesidad que tenemos aquí, lo que podía hacer, lo que hacía, etc. no sólo
resignaba su deseo, sino que decía que estaba contento con que se quedase aquí, ¿por
qué ahora, sin un verdadero mandato del Superior, acepta una propuesta de tanto daño
para una población entera?... ¿Es acaso caridad, hacer mal a uno para ayudar a otros?...
¿Y nuestro proyecto?, y la obra del Señor, bien se puede pensar que va por tierra
con seguridad, ya que nadie quiere aventurarse a obras tan grandes sin apoyo, y contar
sólo con algunas visitantes no sería sino confundirlo más.
En fin no digo ninguna otra cosa, pero pienso que éste es un castigo que yo bien
merezco, y del que ya he hecho el sacrificio; pero Dios es bueno, haremos rogar tanto
que nos escuchará. Usted escúchelo, y piense que no por casualidad ha nacido en
Lóvere; este debe ser su medio para ganarse el Paraíso y el campo de sus fatigas.
21
Fue designado rector del Seminario de Brescia: luego fue dejando sin efecto
22
En calidad de secretario

305
Que Dios hable a su corazón, y le haga entender su voluntad. Espero asimismo
que será benigno a nuestros votos. La buena Catalina está totalmente desanimada, y
abandona ya su intención, si Su Reverencia no vuelve aquí. Lo saludo atentamente.
No le digo nada respecto a los suyos, porque la escena es demasiado dolorosa, y
ya Usted estará sufriendo mucho. Le agradezco la caridad que me dispensó con la
exención. Yo misma me hallo en buen enredo, sin salud, sin oportunidad para hacerme
Monja (que si hubiese ido cuando era tiempo ahora lo sería), sin esperanza alguna de
poder hacer cuanto deseo. Dios mío ayúdame por favor...
María Santísima nos asista, nuestro querido Refugio nos consuele. Le pido su
bendición. Volunnia lo saluda mucho.

Su Devotísima Agradecidísima Hija en Jesucristo


BART. CAPIT. Sierva Indigna de Jesús y de María

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
En el Seminario de San Pedro en BRESCIA

231.- Retracta el escrito antecedente para disuadirlo de aceptar la Dirección del


Seminario, y acepta la Voluntad de Dios

306
AL MISMO
VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 14 de marzo de 1832


Reverendísimo Padre Confesor,
Para retractar la primera carta que le escribí, y para aquietar mí conciencia,
permítame escribirle nuevamente dos renglones. Usted recíbalos de quien provienen, y
no haga ningún caso porque las escribo por mí y no por Usted.
Le aseguro que mi corazón siente muy distinto de aquello que le escribí; me
parece clarísimo que la voluntad de Dios lo quiere como Director de sus futuros Ministros
en Brescía, y siento de tal manera en mí esta fuerza, que si hubiese estado en su lugar,
no habría podido hacer ni siquiera lo que Usted hizo para discernir.
Pero no estoy arrepentida, es decir no siento remordimiento por lo que hice y dije
para que desistiera de tal sentimiento, porque no creo que se ofende la bondad de Dios
usando todo medio humano para retener un objeto del que el Señor se ha servido para
hacer tanto bien en todo un pueblo: y así me parece que Usted también podrá seguir con
más tranquilidad la voluntad de Dios, habiéndose valido de todos los medios para
conocerla claramente. Le confieso que aún en medio de la más fuerte inquietud no he
podido hacer otra oración al Señor que ésta, «Haced, Señor, que los intereses de vuestra
gloria sean superiores a todos los nuestros, y que vuestra voluntad se cumpla a costa de
cualquier contrariedad». Enjugue pues sus lágrimas, el Crucifijo le dará fuerzas para
superar todo obstáculo.
En su nueva ocupación se hará gran santo, sentirá aquella paz de corazón que
Dios da a quien supera dificultades por Él, y hará de sus Clérigos, con la gracia de Dios,
verdaderos Ministros del Señor. Dios proveerá también para Lóvere, la caridad de Su
Reverencia tendrá también su parte para con nosotros. El Instituto nacido entre las
negaciones de la voluntad, será más seguro. Entiendo que tendré que sufrir, pero lo
merezco mucho y estoy contenta de ello.
En cuanto a mí le aseguro que hice el sacrificio desde un principio, y conozco que
para mi alma es una señal de misericordia, ya que yo no puedo liberarme de mi amor
propio y soberbia, y de un año a esta parte he insistido en pedir al Señor que me liberase
de ellos, mandándome alguna contrariedad. Ahora lo hace, le sean dadas infinitas
gracias. Encomiendo con mayor fervor mí alma a su caridad, le pido la guíe hasta la
muerte. Si Dios me asiste, he propuesto corresponderle más. Me reprocho mi negligencia
en el servir a Dios.
Me he propuesto aplicarme con todo empeño, especialmente en el santo ejercicio
de la caridad; hasta que tenga aliento quiero gastarlo en favor de los demás. Sacúdame,

307
y ayúdeme en esto, puesto que lo necesito mucho. Si le parece oportuno devolverme la
fórmula de mi voto de caridad, creo que me ayudaría.
Mañana, si no me conviene ir a Séllere, espero ir a confesarme, de lo contrario lo
haré el Viernes, si le parece. Le envío una carta, que me ha sido enviada desde hace
varios días. No puedo ocultarle un pensamiento que mi natural voluntad me sugiere.
¿Quién sabe si el Señor se contenta con su entero sacrificio, y una situación inesperada
lo trae a su pueblo?... Basta, hágase la voluntad del Señor. Me reservo quejarme con Él,
cuando ya no tema engañarme, por ahora Fíat Voluntas Tua, de corazón.
Le ruego que se apiade con bondad de mi confianza, y le pido que me encomiende
al Señor, y me bendiga y tenga el honor de llamarme

Su Devotísima Agradecidísima Obedientísima Hija y Sierva


BART. Sierva indigna de Jesús y de María

Al Reverendísimo Señor
El Señor DON ANGEL BOSIO
S.R.M.

232.- Consejos útiles para consolarla en la aflicción

308
A REGINA TAERI
VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 22 de marzo de 1832


Hermana y Amiga amadísima,
Siento muchísimo tu dolor. El amor que te tengo me hace sentirlo más fuerte, y
no puedo pensar en tus circunstancias sin probar un vivo sufrimiento. Pero... Dios visita
a los buenos, y al que más ama le hace el regalo de padecer. Querida Regina, en tus
padecimientos consuélate, pues tienes una gran señal de ser muy amada por el Señor.
Hasta ahora te ha tratado casi como a una niña, alimentándote con la leche de los
consuelos; ahora te trata como a esposa, haciéndote participar de sus Cruces. Un Fíat
pronunciado ahora, vale mucho más que muchas oraciones hechas en tiempo de
tranquilidad. Pero no te aflijas si la naturaleza siente el peso de la aflicción y quiere
desahogarse. Reprimirte demasiado podría perjudicar tu salud, y se te haría más pesada
la pena.
Dios no pretende que sofoquemos la naturaleza, sino más bien que nos unamos
con una voluntad superior a la suya Santísima. Te confieso ingenuamente que si pudiese
hacer lo más mínimo para aliviarte, probaría la más viva complacencia. Tu Reverendo
Hermano prometió traerte aquí en Primavera. ¿Quién te dice que el aire de la montaña
no ayude a tu salud y no te alivie espiritualmente?... Yo lo deseo tanto que voy contando
los días... Sufrí mucho la última vez que fui a Brescia, y no pude verte, cuando volví a
ver a toda tu familia; no sabía con qué cara mirarlos: recibí rezongos de tu Dignísimo
Hermano, y yo no pude disculparme, porque si tú hubieras hecho eso conmigo, habría
sentido la más sensible aflicción. Perdóname otra vez no lo haré más así, más bien deseo
cansarte tanto a fin de que me eches de tu casa. Hazme de cualquier modo saber el
estado de tu salud y el de tu Señor Hermano Juan que supe que estaba enfermo. Cada
vez que me informes de tu estado, te prometo que por recompensa te haré encomendar
al Señor de parte de muchas personas. Mi familia te hace a ti y a tu familia mil
agradecimientos. Yo te pido saludar especialmente a tu Reverendo Hermano y a la
Señora Madre. Adiós. La cruz de Jesús sea nuestro consuelo.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María
B.C.

233.- Cambia un favor con otro favor

309
A DON ANGEL FERRARI

Lóvere, 26 de abril de 1832


Honorabilísimo Señor,
Le devuelvo el paraguas y se lo agradezco. Le restituyo el dinero que me prestó y
le agradezco la confianza. Hemos hecho un buen paseo en el lago y su Santina llegó aquí
alegre y contenta.
Le pido que me sepa comprender si le envío además una pequeña sorpresa.
Saludándolo en nombre de toda la familia, me digo

Su Afectísima Agradecidísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Apreciadísimo Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

234.- Da noticias de la hija. Envía los trabajos. Agradece por los dones recibidos

310
AL MISMO

Lóvere, 1832
Honorabilísimo Señor,
Nuestra querida Santina recibió lo que le mandé junto a la toalla que bordó y
ahora la reenvía. Ella continúa superándose, a ser dócil, obediente, y a ser siempre más
querida por nosotras. Ella está muy bien, y continúa contenta. Le manda a Usted, a la
Mamá, al Abuelo, y a la Tía cien besos, y mil saludos. Cuanto más pronto puedan venir a
verla, nosotras y ella gozaremos muchísimo.
Estamos un poco confundidas y mortificadas por las continuas molestias que se
toma Usted para con nosotras. Le agradecemos las hermosas coliflores que nos envió, y
de todas las otras cosas que nos regaló; le pedimos no mortificarse más, porque no
tenemos ningún merito para ser beneficiarias.
Mi familia le envía a Usted y a su Esposa los más afectuosos agradecimientos. Y
yo llena de estima me digo

Su Afectísima Agradecidísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Honorable Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

235.-Buenas noticias de la hijita etc.

311
AL MISMO

Lóvere, 22 de mayo de 1832


Apreciadísimo Señor,
Le envío el trabajo que realizó su Santina, con la muestra enviada hace un
tiempo. Ella espera un nuevo trabajo. Está siempre sana, alegre, contenta y obediente, y
realiza proporcionados progresos en los estudios, y continúa a aplicarse con gusto. Envía
a todos mil saludos, y ciento de besos.
Nosotras les damos a todos Ustedes nuestras felicitaciones. Deseamos además
saber si ha reenviado nuestro trabajo porque no fue entregado aún.
Le pido por favor entregar la carta que le incluyo a quien está dirigida. Esperamos
con deseo a su Esposa y la Tía.
Con mucho respeto me digo

Su Devotísima Sierva Agradecidísima


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Apreciadísimo Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

236.- Le avisa de una enfermedad de la hijita

312
AL MISMO

Lóvere, 25 de mayo de 1832


Honorabilísimo Señor,
Tengo el deber de avisarle algo que tal vez no le cause mucho placer.
Continuando, le digo que su Santina tiene en las manos y en los pies ciertos granos,
nosotras la hicimos ver con el Cirujano, y él teme que pueda ser Sarna.
No podemos entender de dónde se contagió, ya que nosotras no tenemos nada, lo
mismo que las otras jóvenes. Nos encontramos ante un gran problema; nos duele
hacerle saber a ella que tiene esta enfermedad, y por otro lado no podemos estar
tranquilas pensando en que la hija debe que estar aislada. Por otro lado no nos
arriesgamos a pasarle pomada, temiendo que esto a Usted no lo ponga contento. Por lo
tanto, le pido que tenga usted la bondad de venir personalmente, o de enviar a su
Esposa, así podremos ver juntos qué se podrá hacer para que ella mejore.
Nos duele mucho esto, y estamos mortificadas, pero no sabemos cuál es el
motivo. Espero que pronto sane.
Del resto está perfectamente sana y continúa portándose bien. Lo saludamos, y
me digo

Su Devotísima Agradecidísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

A Santina le agradaron mucho las cerezas, y se lo agradecemos

237.- Augura pronta sanación de la hija. Encargos

313
AL MISMO

Lóvere, 3 de junio de 1832


Honorabilísimo Señor,
Muy gratas nos fueron las noticias de nuestra querida Santina, tanto más la
sabemos buenas sabiendo que va mejorando. Quisiéramos que sane pronto y
perfectamente, porque mucho deseamos tenerla entre nosotras; pero sufriremos la
lejanía, hasta que esté sana totalmente, para no tener que volver a caer, y a nosotras el
disgusto de verla alejarse. Salúdela mucho, y dele un beso de nuestra parte.
A su regreso esperamos sin falta también a la Señora Dominga y a la tía
Margarita.
Le pedimos por favor si nos puede comprar 4 Pollitas las más lindas que pueda, a
cuyo fin le mandamos 4 Liras, si es necesario más le pido completarlo y hacérmelo saber,
pues se lo re-embolsaré. Perdone la molestia.
En espera de alguna novedad consoladora, y saludándolo agradecidamente en
nombre también de mi familia, me digo

Su Afectísima Agradecidísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Apreciadísimo Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

238.- Propone un nuevo ofrecimiento de sí a Dios y pide consejo sobre la


Confesión anual

314
A DON ANGEL BOSIO
VIVA JESUS, MARIA Y SAN LUIS

Lóvere, 3 de junio de 1832


Reverendísimo Padre en Jesucristo
Desde hace un tiempo me siento impulsada a hacer el ofrecimiento que aquí le
envío. El día de Pentecostés lo sentí fuertemente, le pido que lo mire, y si lo juzga bien
anhelaría hacerlo el día de Corpus Domini, y de mi San Luis.
Le incluyo una pequeña limosna, pidiéndole que ofrezca una Misa a San Luis por
todas sus devotas; si puede en su día, me gustaría mucho, si no puede ofrézcale cuando
le parezca; pero rece mucho al querido Santo por todas, a fin de que ninguna se pierda.
En cuanto a la Confesión anual, de la que le hablé la última vez, permítame
decirle algunas cosas. Esa no puede producir ningún daño a mi salud corporal, y siento
un cierto disgusto interior al pensar posponerla, ya que me parece fallarle a mi Dios.
Por otra parte tengo poco tiempo y poco deseo de hacer el examen, y más aún
desde hace un tiempo la gran confusión en mi mente que me hace estar siempre más
desorientada, también en la Confesión semanal, me hace saber que no lo haré nada
bien.
De todos modos yo hago su voluntad, y no la deseo hacer, ni aplazar si no es por
obediencia.
Me encomiendo muchísimo a su caridad, y a sus Oraciones.
Lo saludo agradecidamente, y me digo

Su Devotísima Hija
CAP. BART. indigna Sierva de Jesús y de María

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

239.- Anuncia la muerte de una hermana que fue al Paraíso. Pronto comenzará
el Instituto

315
A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA CON EL AMABLE GONZAGA

Lóvere, 23 de junio de 1832


Hermana Amadísima,
Rompo nuestro largo silencio dándote una consolación. Nuestra Santa Hermana,
la Madre Capuchina, Hna Livia Astori, la noche del Corpus Domini y de San Luis, hizo su
paso de la tierra al Cielo. Hago silencio sobre la particularidad de esta Santa Alma porque
ya lo sabes; puedo solo con buena fe asegurarte que ella fue al Paraíso.
Comunícaselo a las Hermanas, pídele las habituales prácticas por ella, aunque no
tenga necesidad, y anímalas a continuar, ya que se ve que Dios establece en el Cielo
nuestra Unión. Reza mucho, mucho por mí.
El Instituto comenzará pronto aquí. El Señor lo va bendiciendo con gracias
extraordinarias. Pídele que continúe haciéndolo.
La Cruz de Jesús, a cuyos pies te dejo, sea nuestro dulce consuelo, y allí
entiende re-encontrarme cada día. Te abrazo afectuosamente.

Tu Afectísima Hermana
BARTOLOMEA Sierva de Jesús y de María

A la Excelente Señora
La Señora LUCIA SIGISMONI
DARFO

240.- Disculpas. Le encomienda una hermana difunta. Sus esperanzas por el


pronto inicio del Instituto

316
A MARIANA VERTOVA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 21 de junio de1832


Amadísima Hermana,
Rompo finalmente mi silencio. Perdóname, amadísima, mi haraganería que no me
deja jamás encontrar el tiempo para cumplir mis deberes. Recibí varias cartas tuyas,
todas me fueron muy queridas. Entendí lo que me pedías que hiciera, y no sé si he
cumplido todas; si esperas algo de mí, por favor renuévame el pedido, porque no me
acuerdo de nada. Te comparto la noticia sobre la muerte, o mejor dicho el feliz paso de
nuestra Santa Hermana, la Madre Capuchina, que fue la noche de Corpus Domini y de
San Luis. Dios establece muy bien en el Paraíso nuestra pía Unión, y con eso nos anima a
imitar los ejemplos de aquellas que nos guardan un lugar en el Paraíso. Te encomiendo
las habituales prácticas por nuestra virtuosa Difunta, y recomiéndalas también a las otras
Hermanas.
Dios favorece con gracias extraordinarias a nuestro Instituto; y va progresando a
pasos agigantados. Espero comenzar el nuevo año en los recintos del Señor.
Encomiéndame a Dios y créeme

Tu Afectísima Hermana
BART. la Sierva de Jesús y de María

N. 3 Libros para escribir a 13 L. 1:19


1 Libro grande para escribir: 18
1 Libro del mes de Mayo: 15

241.- Le pide anticipar su venida con la hija

317
A DON ÁNGEL FERRARI

Lóvere, 13 de julio de 1832


Honorabilísimo Señor,
Entendí con gusto que el próximo Domingo traerá a nuestra querida Santina,
desearía pedirle que adelante nuestro gozo y la traiga el Sábado, porque desearía que
disfrute de la fiesta de San Antonio que se celebra el Domingo. Espero sin falta también a
su Esposa, y a la Tía Margarita, para mantener la promesa.
Mi Madre, y la Hermana lo felicitan. Mientras tanto lo saludo.

Su Afectísima Sierva
CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Apreciadísimo Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

242.- Agradece por la fruta enviada. Da buenas noticias de la hija

AL MISMO

318
Lóvere, 22 de julio de 1832
Honorabilísimo Señor,
Hemos recibido la fruta que nos envió, y gozamos de su atención. Le agradecemos
verdaderamente de corazón.
Su Santina nos es queridísima, continúa portándose bien y es dócil, obediente y
atenta, por los cuales auguramos buenos resultados. Su enfermedad parece que
desapareció totalmente, y deseo esperar en el Señor que no nos dará más motivo de
dolor. Ella goza de perfecta salud y está también de muy buen humor, de modo tal que
es nuestra consolación. Le envía saludos con muchos besos, compártaselos a su Mamá,
al Abuelo, y a la Tía. Ella me dice que no olvide de dar de “comer” a su Virgen Dolorosa.
Mi familia le hace a Usted, y a su Esposa las más cordiales felicitaciones, y yo lo
saludo agradecidísima, tengo el honor de llamarme

Su Devotísima Agradecidísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Apreciadísimo Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

243.- Da noticias y encargos

AL MISMO

319
Lóvere, 30 de julio de 1832
Honorabilísimo Señor,
Lo saludo, también en nombre de su hija, que continúa estando bien, y
portándose aún mejor. Le envío seis Liras, y le pido que me compre algunos pollitos, los
más lindos que pueda.
Perdone la molestia, y reciba las felicitaciones de mi familia. Soy

Su Afectísima Sierva
CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Apreciadísimo Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

244.- Pide con premura noticias sobre la salud de su mujer

AL MISMO

320
Lóvere, 9 de agosto de 1832
Honorabilísimo Señor,
Estamos muy apenados sabiendo alguna confusa noticia de la enfermedad grave
de su Dignísima Esposa. También la Señora Laorina está muy inquieta, porque no sabe lo
que es. Le pido de todo corazón la molestia de escribirnos dos renglones, aclarando la
enfermedad, por mi parte le aseguro, que su Santina no sabe, ni sabrá nada; ella se
encuentra tranquila, quieta y sana, le manda mil saludos y mil besos, para compartir
también con todos aquellos a los que ama.
La Señora Laorina le envía a Usted y a su Hermana, sus más cordiales saludos, y
le dice que ella está muy bien.
Ansiosa de saber alguna noticia de la enferma, y saludándolo
agradecidísimamente, también en nombre de mi familia, tengo el honor de llamarme

Su Devotísima Agradecidísima Sierva


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Excelente Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

245.- Recomienda sus obras por las jóvenes y el alma de su padre

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

321
Lóvere, 1º de setiembre de 1832
Reverendísimo Padre Confesor,
Le pido por favor celebrar mañana la Santa Misa en honor de Santa Rosa,
Protectora de mí Compañía en la Congregación. Usted celébrela cuándo y dónde quiera,
porque siendo campesinas todas las Hijas no es posible juntarlas a la misma hora.
Le agradezco de corazón por tanta caridad espiritual y temporal que
continuamente brinda a nuestro Oratorio; especialmente le agradezco por las múltiples
molestias sufridas a causa de la factura del vestido de nuestra Virgen; nosotras no
podemos darle nada a cambio, que no sea algún Ave Maria, pido a María que se lo pague
de parte de ella.
Le encomiendo nuestro día de retiro, y nuestra fiesta.
A título de caridad le suplico poner en el número de las personas que encomienda
en el Santo Sacrificio de la Misa el alma de mi pobre Padre, pues lo necesitará mucho.
Me encomiendo a sus Oraciones. El Señor me haga permanecer gustosamente a
los pies de la Cruz, y me enseñe a amarlo verdaderamente con el sufrimiento.
Humildemente le expreso mi sincera estima, y lo saludo atentamente

Su Devotísima Agradecidísima Hija en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

246.- La consuela en las penas. La invita a Lóvere etc.

A REGINA TAERI
VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

322
Lóvere, 18 de setiembre de 1832
Hermana Amadísima,
Supe por el Dignísimo Hermano las diversas situaciones que afligen a tu familia y
específicamente a ti. Pruebo un dolor particular, y me sería muy querido si pudiese darte
algún alivio. Pero Dios, que todo lo dispone sabiamente, dio a tu ánimo tanta virtud para
saber tolerar con heroica constancia momentos tan dolorosos. Dios te ama con
predilección, y te quiere su predilecta. En tu sufrimiento consuélate, y dilata tu corazón
con confianza, te recuerdo que un gran premio te tiene preparado.
Tu Hermano, el Señor Antonio, goza de buena salud: el aire de la montaña le
hizo bien; así también espero sea contigo. Por eso los primeros días de Octubre iré sin
falta con mi Mamá a buscarte, pero avísame, para no hacerme hacer el viaje
inútilmente, porque voy solamente por ti. Te pido un gran favor, hazme hacer 30 Brazos
de cadenita de hierro para disciplina, semejante a aquella que me has hecho hacer la
otra vez: cuando iré pagaré mi deuda.
Perdona la confianza. Me encomiendo a tu Oraciones.
Salúdame a todos los de tu casa, especialmente a la Señora Madre.
Con un gran deseo de abrazarte, tengo la alegría de llamarme

Tu Amorosísimo Hermana
CAPITANIO BARTOLOMEA
D.S.R.

A la Excelente Señora REGINA TAERI


S.R.M.

247.- Agradecimientos y disculpas

A DON ANGEL FERRARI

Lóvere, 4 de octubre de 1832

323
Estimadísimo Señor,
Quedan los tres objetos, y el paraguas, del cual le agradezco mucho. Estoy
infinitamente agradecida por su amabilidad, y su cordialidad verdaderamente me
incomoda. Yo no puedo más que agradecerle de corazón. Le pido enviar por mano segura
la carta que incluyo, se la recomiendo porque me apremia.
Me sentí mal por no poder llevar conmigo a la querida Santina; lástima la
coordinación, espero hacerlo pronto .
Mis saludos a su Señora Esposa, y los saludos a la querida Santina. Mientras
tanto, le pido antes que nada que le envié los dos objetos que me olvidé allá. Lo saludo.
Con mucho afecto me llamo
Su Devotísima Sierva

CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Apreciadísimo Señor
El Señor ANGEL FERRARI
ISEO

248.- Sus pedidos para la amiga. Estimula al sufrir

A UNA AMIGA
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 22 de octubre de 1832

324
Amadísima Hermana en Jesucristo
Me interesa tu persona, y no puedo alejar tu recuerdo de mi memoria. Desde la
última vez en que Dios probó tu paciencia, no he recibido más noticias tuyas; quizás has
tenido que sufrir algún gran reproche; pero recuerda que nunca se sirve mejor al Señor,
que cuando se sufre por Él. Deja que el amor propio se queje, tú sé generosa y ponlo
bajo tus pies. Constancia, mi querida, coraje, el camino del cielo es espinoso, estrecho,
difícil, es necesario caminarlo con firmeza, de lo contrario se corre el peligro de
acobardarse.
Recuerda que has hecho grandes promesas al Señor, y es necesario que las
cumplas sufriendo. Besa con amor la izquierda de tu Jesús que te azota, y recuerda que
le debes ser fiel a cualquier costa.
Recuerda a menudo el dicho del Siervo de Dios, Don Pablo Cafaro, «Es necesario
sufrir, transpirar, fatigarse y reventar para hacerse Santos».
Te espero pronto. Pide permiso con humildad y te será concedido. Te recomiendo
la Santísima Comunión y las Oraciones. Recuerda que ahora debes ser más cumplidora
con tus deberes. Encomiéndame a Dios, por favor, especialmente en esta semana. Te
dejo a los pies del Crucifijo, para que te hagas Santa.
Adiós.

Tu Afectísima Hermana
BART. CAPIT.
D.S.B.

249.- Anuncia su salida de la familia. Le encarga consolar a la madre

A SU HERMANA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 16 de noviembre de 1832

325
Dulcísima y Queridísima Hermana,
Entrega a nuestra querida Mamá la carta que incluyo. Por medio de ella sabrás el
día prefijado para mi sacrificio. Querida Hermana, hazlo tú también conmigo, y pidamos
a Dios que le sea agradable. Me cuesta muchísimo tener que abandonarte: ya sabes
cuánto te amo... Pero... Dios es el Dueño de todo... Procura consolarte a ti misma, y al
mismo tiempo ser consuelo para nuestra buena y afligida Madre. Tu aflicción es el mayor
sufrimiento que yo misma experimento...
Tengo miles de cosas que decirte, pero las lágrimas y la aflicción ahogan en mí las
palabras... Perdóname tantos sinsabores que te he dado, y te digo que conservo en el
corazón todos tus beneficios, y que te seré agradecida ante Dios.
Ten presente que deseo que te sirvas de mí en todo lo que pueda serte útil, estaré
siempre a tu disposición, y por ello conoceré el amor que me tienes.
Vuelvo a encomendarte a Mamá, haz cuanto yo debería hacer por Ella, ella es digna
de todo bien. Te recomiendo la Abuela. Ten también presente a la buena Flaminía, tenla
en mi lugar.
Me encomiendo muchísimo a tus Oraciones.
Te doy mil besos, y te dejo a los pies de la Cruz para que te hagas Santa.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA

A la Excelente Señora
La Señora CAMILA CAPITANIO
S.P.M.

250.- Se despide de su Madre y la consuela

A SU MADRE
VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 16 de noviembre de 1832

326
Queridísima y Amadísima Madre mía,
Por un acto de deber y contra mi voluntad, heme aquí en un paso que cuesta
muchísimo a mi corazón y que será asimismo una espina dolorosa en el tuyo.
Los Superiores han establecido que el próximo Lunes comience la Escuela en el
lugar fijado, y que el Miércoles me establezca en él con mis compañeras, para dar
comienzo a aquel Instituto por el que tanto han trabajado, con la esperanza de ver frutos
provechosos para bien de la sociedad. Aún cuando sé que esta noticia volverá a abrir en
tu corazón una llaga dolorosa por el amor que me tienes, y que al decírtelo
anticipadamente no hago sino acelerarte el sufrimiento; con todo, por un acto de
respeto, y por la obediencia que te debo, antes de decirlo a otro, te lo digo a ti, y te
ruego que me acompañes con tu Santa Bendición.
Es inútil decirte cuánto me duele el sacrificio de una Madre a quien debo tanto,
mejor, a quien después de Dios me debo por entero. Siento muy de corazón tu aflicción,
y me es tan dolorosa, que, si Dios no me ayudase, no podría superarla; y te aseguro,
que sí no conociese claramente que mi Vocación es manifiesta Voluntad de Dios, no daría
este paso por todo el oro del mundo. Pero Dios es el Señor de todo, hagámosle a Él
querida Madre, el sacrificio, Tú de una Hija a quien tanto has amado siempre, y yo de
una Mamá, a quien profeso amor, respeto y especial veneración. El recibirá con agrado
nuestro sacrificio, y un día nos dará la recompensa.
De todo corazón y con lágrimas en los ojos te pido humilde disculpas por tantas
molestias que he causado a tu corazón, por tantos disgustos como te he dado, por tantas
desobediencias que he cometido. Perdónamelo todo, y tenme siempre en tu
benevolencia. Con mil corazones te doy gracias por las muchas atenciones, y por lo
muchísimo que has hecho por mí. Siento en mi corazón la más viva gratitud, y querría
demostrártelo aún a costa de mucha sangre, si me aprovechase el derramarla por ti.
Pero acuérdate que no dejo de ser tuya, y te aseguro que me harás un favor singular
cada vez que te sirvas de mí, en todo cuanto pueda complacerte.
Ten en cuenta para consolarte, que nuestra separación será dolorosísima, pero
que el encontrarnos en el Paraíso será mucho más consolador, y bendeciremos este
sacrificio que tanto premio nos mereció de Dios.
Respecto a Santina, si la quieres, y si quieres sufrir la incomodidad, puedes
tenerla en casa y dejarla venir a la Escuela; si te fuese de peso, en ese caso la
tendremos en el Local todo el tiempo, tú haz realmente lo que prefieras.
Precisaría una cama para el Miércoles por la tarde, te pido por lo tanto darme una,
la que quieras. Las mesas para la Escuela, y los dos bancos, si estás conforme, los haré
llevar al Local23.

23
Entiende el nuevo Instituto

327
Jesús y María sean nuestra ayuda, mi querida Hermana será tu consuelo. Imploro
de nuevo tu Bendición y la ayuda de tus Oraciones por mí, y dándote mil besos
afectuosos, tengo el honor de llamarme

Tu Afectísima Agradecidísima Humildísima Hija


BARTOLOMEA

251.- Su alegría por el nuevo estado de vida. La exhorta a no dejar la Santa


Comunión por temor a los propios defectos

A MADRE FRANCISCA PARPANI


VIVA JESÚS Y SU HONORABILISIMA VOLUNTAD

Lóvere, 22 de noviembre de 1832

328
Amadísima Señora Madre Maestra,
Sé que habrá rezado por mí, y como tengo muchas deudas para con Usted no
puedo dejar pasar dos días sin enviarle mis escritos. Estoy muy contenta de hallarme en
el Recinto del Señor, y si bien El ha dispuesto que en estos primeros comienzos me
encuentre de hecho sola, me es más amada la compañía de mi Dios, y de mi querida
Mamá María, que me ayudan conforme a lo que son. No temo nada, porque estoy en las
manos de Dios, que me ama como Padre. Yo soy incapaz de la menor obra buena, pero
El puede hacerlo por mí, y yo me abandono enteramente a Él. Por caridad, continúe
rezando por mí, tengo mucha necesidad, tengo momentos de lucha y de dolor.
Querida Madre Maestra, el Paraíso es muy hermoso, es necesario ganarlo a fuerza
de sufrimiento; en las cruces se hacen los Santos.
Coraje, sufrimos por un Dios que lo merece todo. Abandónese enteramente a Él
que es muy buen Padre. En nombre del Señor le digo que lo contraría, si deja la
Comunión cuando se halla con defectos; acérquese a Él con mayor confianza, entonces Él
está obligado a usar con Usted la caridad.
Perdone mi confianza. Por caridad, ayúdeme.
Unas líneas suyas me serán muy queridas. La saludo muy atentamente. Hasta
vernos a los pies de la Cruz. Diga un Agimus de corazón por mí al Señor.

Su Afectísima Agradecidísima Discípula


CAP. BART.

A la Muy Reverenda Madre


La M. FRANCISCA PARPANI
En Santa Clara

252.- Le pide celebrar una Misa. Lo aconseja a tener firme su contrato

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 28 de diciembre de 1832


Reverendísimo Señor Padre Confesor

329
La memoria nos traicionó el día de Navidad, ya que omitimos nuestra costumbre
de pedirle una Misa para nosotras dos. Pero no queremos perder la costumbre, por lo
tanto le rogamos aplicarla para nosotras el primer día del año. Dígale al Señor lo que
quiera por nosotras, puesto que nuestras necesidades se han multiplicado.
Una palabra respecto a nuestra Iglesita. Le pido con todo el corazón, se mantenga
con firmeza y haga cuanto pueda para que se concluya el contrato. No pretenda más
palabras de Catalina, pero tenga la seguridad de que hará más de lo que dice. Las
contradicciones que encontramos para este proyecto, dan a conocer que tendrá un
resultado felicísimo; por tanto Usted sírvase de su valentía y haga todo lo posible para
que se efectúe.
Es necesario tener muy presente la máxima que Su Reverencia siempre me
repite, «La contradicción es necesaria para que las cosas sean más perfectas». Puede
cerciorarse por otra parte de que no obra imprudentemente, pues yo conozco asimismo
que Catalina puede valerse de algún medio; su timidez es la que la hace dudar. Tenga
paciencia, y perdone mi libertad y mi confianza, frutos de mi soberbia. Por favor,
encomiéndeme al Señor.
El Niño Jesús perdone mis pecados, y queme en nosotros todo lo que no es suyo,
y sea Él nuestro Dueño absoluto. Lo saludo atentamente

Su Devotísima Agradecidísima Hija


BARTOLOMEA

Al Reverendísimo Señor
El Excelente Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

AÑO 1833

253.- Manda un libro. Le desea ser toda del Señor

A MARIANA VERTOVA
VIVA JESÚS Y SU SANTÍSIMA VOLUNTAD

330
Lóvere, 31 de enero de 1833
Queridísima Hermana,
No pude mandarte antes el librito deseado; ahora te lo mando, te pido que me lo
reenvíes lo más pronto posible, ya que no tengo otra copia.
Me encomiendo mucho a tus Oraciones. Ya sabes en qué necesidad me encuentro.
Deseo verte toda, toda del Señor; trabaja mucho por Él que te reservó un premio
eterno. Mis saludos a la Canossi, mis agradecimientos a los de tu casa, y al
Reverendísimo Guarinoni, cuya visita gocé muchísimo.
Soy con todo el afecto en el nombre del Señor

Tu Afectísima Hermana
BARTOLOMEA
D.S.R.

A la Excelente Señora
La Señora MARIANA VERTOVA
MALEGNO

254.- Noticias de su nuevo estado de vida religiosa. Lo experimenta en la


práctica a una verdadera muerte de sí misma

A UNA AMIGA
VIVA JESUS Y SU SANTÍSIMA VOLUNTAD

Lóvere, 31 de enero de 1833

331
Amiga y Hermana Amadísima,
Rompo finalmente mí larguísimo silencio. Mi querida, he pasado diversas
situaciones, y por fin me encuentro en el Recinto del Señor, como ya sabrás: mi corazón
exulta y mi gozo aumenta cada día. Pero no puedo decirte que mis deseos estén
plenamente satisfechos, porque aquí, que me encuentro con dos compañeras, una en
calidad de doméstica, otra como Hermana, pero que un día será mi Superiora, no hay
plan alguno, ni Reglas, ni método, y también ahora, debemos salir para ir a la Iglesia.
Sin embargo todo está basado en la caridad y la obediencia, todo procede con buen
orden, poco a poco vamos avanzando y se espera tener pronto establecido lo que
deseamos.
Te confieso ingenuamente que he considerado siempre el estado religioso como
una muerte a sí misma, en la práctica resulta mucho más verdadero.
Para nada se es dueña de uno mismo, es necesario obrar siempre según los otros,
adaptarse en todo a ellos, pisotear el amor propio, sacrificarse por la caridad, callar,
soportar, mostrarse alegre, no tener inclinación ni siquiera por la cosa más santa, si no
se conforma con las obligaciones del propio estado, en fin, estar de hecho muerta a todas
las cosas, para no vivir sino de Jesucristo y de su Santísima Voluntad. Vida
verdaderamente crucificada, pero oh! ¡Cuán dulce la hace aquel amable Esposo, que se
complace en los sacrificios de sus Siervas! No la cambiaría por todas las consolaciones,
no digo, terrenas, ni espirituales, porque la seguridad de hacer la Voluntad Divina, es lo
que me hace perfectamente feliz. Por favor, encomiéndame al Señor, pídele que me haga
morir antes que ser piedra de estorbo para su obra.
No te pese escribirme algunas líneas. Tu amistad me es demasiado querida, y si
llegaras a venir por aquí, una visita tuya me consolaría mucho.
Mis saludos a la Chiodi. Amemos a aquel amado Jesús que es todo nuestro por
amor, y suframos gustosamente lo que nos envía. El Paraíso nos espera, ánimo en el
sufrimiento; allá arriba seremos eternamente felices. Adiós de corazón.

Toda tuya Afectísima Hermana


CAPÍTANIO BARTOLOMEA
255.- Incluye la limosna para una Misa. Lo desanima de los Ejercicios al Retiro
Canossa y le recomienda cuidar la salud. Lo consuela en el Corazón de Jesús

A DON ANGEL BOSIO

Desde la amada Casa de Caridad, 11 de febrero de 1833

Reverendísimo Padre en Jesucristo

332
Le incluyo una pequeña limosna por la Misa del día celebrada en nuestro Oratorio,
y le agradezco. Permítame decirle algo, a pesar de haber prefijado cien veces no hablar
del asunto, no puedo quedarme tranquila, ni callar. Me parece que el Señor no quiere
que Usted dé los Santos Ejercicios en el Retiro Canosa, teniendo en cuenta sus actuales
indisposiciones. Le ruego de corazón que se disculpe pronto ante las Monjas, para que
puedan proveer a tiempo otra persona, porque están tranquilas con su promesa, y se les
complicarán demasiado las cosas si Su Reverencia no puede ir.
Le ruego verdaderamente de corazón cuidar más su salud, y recuerde que no se
pertenece, sino que debe conservarse en ventaja de su prójimo, pues tal es la obligación
de su estado.
Adapte para sí mismo lo que con tanta caridad sugiere a los demás, «El asnito del
Señor debe ser bien cuidado, si debe llevar vigorosamente la carga». Realmente
contraría la bondad del Señor que con tanta caridad le ordena atender y cuidar su salud,
si no lo hiciera. Haga todo lo posible para arrojar del corazón la melancolía, entregue al
Divino Corazón todo lo que le aflige, y verá que en esa fuente encontrará motivo para
estar contento.
Me encomiendo de corazón a sus Oraciones. Le auguro todo bien, en el momento
que le pido compasión por mi confianza, tengo el honor de decirme

Su Devotísima Agradecidísima Humildísima Hija


La indigna Esposa de Jesucristo
B.C.

Al Reverendísimo Señor
El Excelente Señor DON ANGEL BOSIO
S.R.M.

256.- Recomienda entenderse con la Gerosa por un trabajo en la nueva casa. De


un cuadro de San Vicente donado por la Cismondi

AL MISMO
VIVA JESUS Y SU SANTISIMA VOLUNTAD

Lóvere, 10 de marzo de 1833


Reverendísimo Padre,

333
Permítame ser inoportuna con dos renglones. Estoy algo intranquila respecto al
malentendido de ayer sobre la pared que se quería levantar para cerrar el lugar de
recreo, etc… Yo fui causa del malentendido, porque Catalina me había recomendado
mucho ayer a la mañana pedir a Su Reverencia que viniera a observar el asunto, y había
ordenado a los albañiles no hacer nada antes de oír su parecer. Yo se lo dije de paso de
manera que Su Reverencia creyó que no importaba el momento de hacerlo y tardó en
llegar, y Catalina, por no dejar ociosos a los albañiles los hizo comenzar, creyendo que
Su Reverencia podría estar conforme al respecto, y quedó algo descontenta y en
suspenso cuando se dio cuenta de que Su Reverencia opinaba diferente.
Le ruego aprovechar alguna ocasión para hablarle, y así oirá sus intenciones, y
estoy segura de que estarán perfectamente de acuerdo, puesto que Su Reverencia busca
siempre lo mejor, Catalina, aprobando sus intenciones y sus proyectos ha levantado la
orden dada a los albañiles, la de trabajar en el lugar donde habían comenzado, hasta que
se llegue a un acuerdo con Usted sobre lo que debe hacerse. En tanto esto le sirva de
experiencia y perdone mi confianza.
Estoy muy contenta porque nuestro querido y santo Padre san Vicente de Paul ha
venido a esta casa, sin buscarlo y ni siquiera desearlo, él ha suplido nuestra negligencia
ya que, Lucía Cismondi nos ha hecho el regalo de un cuadro que lo representa, y nos es
tan querido, que no sabemos explicárnoslo. Deducimos de este hecho que él nos ama, y
que quiere ser el Dueño de nuestra casa, y que de ese modo será también nuestro
Protector, Fundador y Abogado. Venga también pronto Su Reverencia para verlo, y
recibirá gran consuelo.
Por favor encomiende al Señor mi pobreza, y pídale que tenga compasión de mí.
Deseo que Dios acompañe con su bendición los planes que Su Reverencia tiene pensados
para su gloria, y que lo haga gran Santo. Lo saluda.

Su Agradecidísima Hija
B.C. Sierva de Jesucristo

CARTAS SIN FECHA


ESCRITAS ENTRE LOS AÑOS 1824 Y 1833

257.- Pésame y consuelo a una jovencita

A MARTA ANDREOLI
VIVA JESUS Y MARIA

334
Lóvere, 9 de Abril
Queridísima Hermana y Amiga,
Llegaron a mis oídos las tristes noticias de lo acontecido en tu familia; y no sabría
cómo explicarte cuánto dolor y aflicción me han causado, esto no sabría cómo
explicártelo.
Te confieso, que tu situación realmente me da pena, imagino el dolor que probará
tu corazón ante tantas desgracias.
Mí queridísima, la pérdida sufrida y las enfermedades presentes que tienes en tu
familia, mirándolas humanamente, son demasiado grandes y dolorosas, y la naturaleza
no podrá no sentir todo su peso. Pero en medio de tantas penas, mi querida, alza la
mirada al Crucifijo, mira al Cielo, y después recuerda que Jesús al hacerte semejante a él
con el padecimiento, te hace la más grande gracia. Recuerda que el Paraíso es tuyo, y allí
tendrás un premio superior a todo sufrimiento.
En medio de tus angustias acuérdate de decir a menudo a Jesús: «Fíat voluntas
tua». Esta es la declaración más hermosa que le puedes hacer, y el sacrificio más grande
que puedas ofrecer. Ten una gran confianza en él, El será tu Padre amorosísimo, que te
ayudará en toda necesidad, que te sostendrá en toda angustia, y que te tendrá siempre
por hija predilecta suya.
Mi queridísima, enjuga tus lágrimas. Jesús te aflige, porque te ama. Jesús te hace
padecer, porque te quiere premiar. Pon tu confianza también en María Santísima: Ella es
tu querida Mamá, que te ama con predilección, bajo su protección no perecerás jamás. Si
yo pudiera serte útil en algo, estaría muy contenta, no dejes de recurrir a mí.
Encomiéndame al Señor por favor. Jesús sea tu consuelo, María tu esperanza, y yo te
auguro todo bien. Soy
Tu Afectísima Amiga
Bartolomea Capitanio
A la Excelente Jovencita
La Señora MARTA ANDREOLI
Plaza de Artogne
258.- Incluye ejercicios devotos para la Novena de la Purificación

A VOLUNNIA BANZOLINI

Muy Queridísima Hermana,


He aquí la Novena que deseas. No puedo mantener mi promesa por ahora, te
escribiré cuanto antes.
Encomiéndame a Dios por favor. Te dejo en el Corazón de Jesús, enloquécete por
su Santo amor. Soy

335
La Sierva indigna de Jesús y de María
B.C.

A la Merecedora Señora
La Señora VOLUNNI BANZOLINI
S.R.M.
CORTI

NOVENA DE LA PURIFICACION DE MARIA SANTISIMA


1. Dirás 9 veces al día «Señor hazme conocer tus designios, y ayúdame a seguirlos».
2. Te ocuparás en aquellas tareas, a los cuales el amor propio le es más repugnante.
3. Recitarás tres veces al día el Himno Ave Maris Stella.
4. Al sonar las horas harás el ofrecimiento de tu corazón a María, y al sonar el
Angelus Domini irás espiritualmente al seno de Ella.
5. Usarás modestia en el vestir, en el hablar, en el tratar, en el caminar, etc.
6. Dirás tres veces al día «María mi querida Madre, cuida mi Virginidad».
7. Día por medio dejarás de comer fruta

VIVA MARIA

259.- Le manifiesta el alto grado de santidad, a la cual Dios la destinó

A BARTOLOMEA N.
VIVA EL AMOR CRUCIFICADO

Hermana y Amiga Amadísima en Jesucristo


A pesar de estar muy cansada, no puedo irme a la cama sin abrirte mi corazón
con esta carta mía. Desde hace mucho tiempo tengo en mi corazón continuos
pensamientos respecto a ti, no pude jamás olvidarlos; sin embargo nunca me atreví a

336
insinuártelos, porque siempre consideré que ellos provenían de mi soberbia, más que de
inspiración divina. Pero ahora ya no puedo ocultarlo, sea como sea, me siento empujada
a manifestártelo... Amadísima Bartolomea, Jesús te quiere Santa, y gran Santa... El te ha
elegido por afectísima esposa suya, ha pensado para ti los más hermosos planes, te ha
destinado a una santidad particular.
Contigo no se contenta con una virtud mediocre, pretende que con generosidad
des un puntapié a todos los respetos humanos y que te aferres a una vida totalmente
entretejida con las más grandes y heroicas virtudes, quiere que el perfume de tus
virtudes se haga sentir doquiera y que sirvas de ejemplo a todos. Amadísima, Jesús
desea tu corazón, tu amor. El, es celoso de tu pureza, él suspira continuamente porque
te quiere totalmente suya de una manera particularísima. El Paraíso es hermoso y
merece que hagamos todo esfuerzo para ganarlo; pero nuestro querido Jesús es mucho
más hermoso, y por El debemos hacerlo todo. Afortunadas nosotras, si pudiéramos amar
a Dios de corazón, sería realmente un Paraíso anticipado. ¿Qué más podemos desear?...
Al momento de la muerte, qué consuelo sería para nosotras poder decir: Estoy cerca de
la posesión de aquél por el cual siempre he suspirado y al que he amado con todo mi
corazón. Permítame que te agregue que desde hace un tiempo a esta parte no puedo ni
verte, ni hablar contigo sin que me parezca ver la gracia divina actuar plenamente en ti,
y como si se hiciera sentir que quiere algo particularísimo de ti; esto me parece verlo
hasta dibujado en el rostro. En mis frías y mezquinas oraciones no puedo olvidarme de ti,
le digo al Señor que se haga oír claro, y que se haga obedecer por ti. Deseo
ardientemente verte pronto una gran Santa, deseo verte enamorada locamente de Jesús,
deseo verte elevada a la más sublime santidad.
Perdóname, mi querida, que te hablo con tanta libertad; el amor sincero que te
tengo, tu buen corazón muy conocido por mí, fueron las causas principales de mi
entusiasmo.
No lo consideres a mal, quisiera que me veas el corazón para que sepas con qué
intenciones te hablo. Yo te estimo mucho, y bien lo mereces. Todas las veces que tuve
ocasión de hablar de ti, sabe Dios cómo te alabé tu virtud y tu sabiduría. Si ahora te
hablo de este modo, no lo hago porque no te estimo, sino porque sé que Dios te llama a
una vida particular, y yo deseo tu mayor bien.
En pago de esta libertad amigable, deseo dos favores de ti. Una que me
encomiendes de corazón a Dios. Desearía poder hacerte ver mis necesidades, para que
te intereses por mí, hazlo por caridad. El otro que después de que leas esta carta la tires
al fuego, y no hables con nadie. Espero que me harás estos dos favores.
Amadísima, te espero a los pies del Crucifijo. Un Dios que muere por nuestro
amor, nos enamore totalmente de Él y nos haga totalmente suyas para siempre.
Soy

337
Tu Afectísima Agradecidísima Hermana y Amiga
La Sierva de Jesús y de María
B.C.

260.- Pide humildemente varios permisos

A DON ANGEL BOSIO


VIVA JESUS Y MARIA

Muy Reverendísimo Padre Superior,


Hoy deseaba entregarle dos tarjetas, pero por la presencia del Reverendo Verzi no
pude, y ahora se la envío. Pensaba pedirle, si me permitía comprar algunos libritos e
imágenes, no se lo diga a mis Padres; también quisiera pedirle, si usted estaría contento
con que yo vaya a visitar a la Virgen de Rezzato, mis Padres quieren llevarme aunque no

338
se los haya pedido. Se lo hago saber al menos e interpreto favorablemente su voluntad
dispuesta a concedérmelo.
Le pido por favor encomiéndeme al Señor para que no lo ofenda, ni pierda el
recogimiento. Le pido su Santa Bendición y el mérito de la obediencia en todos los pasos
que daré.
Tengo muchos deseos de visitar a mi querida Mamá de las Gracias; espero que
tendrá compasión de mi pobreza. Lo saludo en el momento que me digo

Su pobre Sierva y Amiga en Jesucristo


La Sierva de Jesús y de María
B.C.

P.D. Me conviene decirle también una palabra; Si acaso el Reverendo Fortini quisiera
llevarme por un día a su pueblo, ya que me hizo varias veces la propuesta, se lo digo, y
entiendo que voy con su permiso.
A decir la verdad no iría sin ganas porque ya en otras ocasiones sentí ese deseo.

Al muy Reverendo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

261.- Pide humillaciones

AL MISMO
VIVA JESUS Y MARIA

Muy Reverendísimo Padre Confesor,


Le digo que si desea humillarme, me diga algunas faltas de soberbia que nota en
mí, esto es lo que más me humilla. Y le digo aún más, que si alguna vez, en la

339
confesión, me mencionó una de estas faltas, fue tanta la vergüenza que sentí que en esa
falta no caí más.
Me encomiendo a Dios, se lo pido de corazón, y saludándolo agradecidamente
firmo

Su Humildísima Devotísima Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA C.

262.- Invitación a la Congregación de San Luis

AL MISMO
VIVA JESÚS Y SU SANTÍSIMA VOLUNTAD

Muy Reverendísimo Padre Confesor,


La celestial Niña le dice que trabaje por amor suyo. Al Reverendo se lo envié ayer.

340
Si tuviera cuatro minutos de tiempo después del almuerzo, San Luis le pide
emplearlo a favor de sus devotas, y nosotras lo estaremos esperando en la Sacristía de
nuestra Congregación.
Me encomiendo por favor a sus Oraciones; ahora soy cien veces más pobre, y si
Dios no me ayuda estoy muy cerca de hacer una de las mías.
Pido humildemente su Bendición en el momento que firmo

Su pobre Sierva e Hija


BARTOLOMEA
Sierva indigna de Jesús y de María

Al muy Reverendo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

263.- Lo anima en su destino a Breno

AL MISMO
VIVA JESÚS CRUCIFICADO Y MARIA DOLOROSA

Muy Reverendo Padre Confesor,


A pesar de que esta noche estoy muy cansada y tengo mucho sueño, no puedo
dejar de escribirle esta carta: casi todo el día he sentido internamente una voz que me

341
fue repitiendo, «Escribe a tu Confesor», sobre qué, no sé. He sabido del disgusto que
ha probado toda su familia al enterarse de que Su Reverencia deberá quizás partir a
Breno. A raíz de esto, he reflexionado sobre cuánta aflicción deberá tener Usted, pero
le confieso que realmente me parece que Dios hará la gracia de dejarlo aquí, y si
verdaderamente fuese su voluntad que vaya a ese bendito Breno, estoy segura de que
Dios dispondrá de tal manera el corazón de todos los suyos, y hasta el suyo, que no
parecerá absolutamente difícil algo que ahora se presenta tan duro, porque en fin,
hacer la voluntad de Dios, cueste lo que cueste, es siempre dulce.
Cuando rezo por esto, me parece oír siempre la respuesta, «Déjame obrar, sé lo
que hago, al final te sentirás contenta». Respecto a mí, lamentablemente sé que merezco
que Usted se vaya, por haber correspondido tan mal a las fervorosas exhortaciones y a la
solicitud con que se preocupa por mi pobre alma. Pero he prometido a Dios, que si me
escucha, corresponderé más en el futuro. ¿Y si el Señor quisiera con esta cruz algo
también de Usted?...
Disculpe, le ruego, la confianza, que también reconozco es infinitamente excesiva,
pero si quiere culparme culpe a su humildad la cual precisamente me ha hecho tan
audaz.
En verdad temo mucho que se enferme gravemente; por esto le ruego
tranquilizarse, y no afligirse demasiado, deje obrar a Dios que lo aliviará; Es tan bueno
que no abandona jamás a sus siervos y más aún a aquellos que buscan hacer su
voluntad; y además Dios no rechazará las oraciones que tantas elevan con este fin.
También yo he comprometido, sin decirle el porqué, a las pequeñitas de la
Compañía de San Luis, a rezar con este fin, las veo tan fervorosas que me hacen
esperar que Dios escuchará sus súplicas. En fin, de una u otra manera, Dios está
obligado a consolar a Su Reverencia y a los que más sienten este golpe.
Ahora es necesario que le pida mil disculpas por mi atrevimiento al escribir así;
me doy cuenta de que he hecho algo que de ninguna manera me corresponde pero
quisiera que conociera el fin por el cual lo he hecho, y también para que vea mi
corazón, esto sería suficiente para ser justificada.
Una palabra también para mí; le recomiendo mi hoja, sé que soy pesada y
también imprudente en tales circunstancias, pero me perdona. Le pido que diga alguna
palabra también por mí a Jesús Sacramentado, encomiende mi alma, que tiene mucha
necesidad.
Le auguro toda clase de bendiciones celestes y consuelos, y al mismo tiempo que
le renuevo mis disculpas, muy atentamente firmo

342
Su Devotísima Agradecidísima Hija en Cristo
CAP. BARTOLOMEA

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

264.- Pacto de hermana. Augurios por las Misiones. Lo anima a no temer el


infierno

AL MISMO
VIVA EL SAGRADO CORAZON DE JESUS

Muy Reverendo Padre Confesor,

343
Le incluyo la novena del Sagrado Corazón; deseo que Su Reverencia le agregue
algo también.
Puesto que ha tenido tanta caridad aceptándome como hermana en las buenas
acciones, me atrevo a pedirle que ponga la intención de renovar este pacto cada vez que
administre la Santa Absolución a algún alma: yo también todas las veces que bese a
Jesús o a María, he puesto la intención de renovar el pacto establecido con Usted.
Si siente alguna inspiración respecto a mi pobre alma, no la aleje.
El método de vida y todo lo que le dije anteayer no tuve tiempo de escribirlo; se
lo daré cuando vuelva de las Santas Misiones. El Sagrado Corazón de Jesús lo ayudará
seguramente a fatigarse por El; y yo le deseo buen resultado en todo lo que comienza
por su amor, y también le deseo un amor de Dios tan grande que lo consuma totalmente.
Sepa (no puedo callarlo) que disgusta mucho al buen Jesús todas las veces que
dice que tendría que ir al infierno; queda realmente ofendido, ya que lo quiere
seguramente, en un lugar altísimo; todas las veces que se le presente este pensamiento,
aléjelo inmediatamente, pues le repito, disgusta muchísimo a la misericordia infinita de
ese dulce Jesús que con gracias infinitas lo va preparando para el Paraíso.
Lo saluda apurada. Cuide mucho su salud. Soy

Su Devotísima Humildísima Hija en Cristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Muy Reverendo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

265.- Propone prácticas para una hermana

AL MISMO
VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

La pobre Bartolomea lo saluda humildemente y se encomienda a su caridad. La


buena Julia Romelli desea hacer alguna cosa más en esta novena, ya que la fiesta de la

344
Asunción es el día de su Santo Esponsalicio con Jesucristo. Le pide que se acuerde de las
pocas cosas anotadas en la tarjeta que adjunto. Si de todo está contento, yo hice copia,
no es necesario re-enviármela; su silencio lo interpretaré como su buen consentimiento.
De otra manera me lo hará saber.
Esta tarde, si tiene un momento libre, quisiera pedirle que lo emplee para mi
alma, escuchando mi Confesión.
Dios lo haga un gran Santo, que lo deseo de corazón.

Su pobre Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA, indigna Sierva de Jesús

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

266.- Sentimientos de confianza en María Niña. Lamentaciones por San Luis

AL MISMO
VIVA LA INFANTE NIÑA CELESTIAL
Muy Reverendo Padre Confesor,
Le envío de nuevo trabajar por María. Ella no nos deja en reposo ningún día; tiene
mucha razón de hacernos trabajar por Ella, ya que Ella actúa y se cansa por nosotros. Al

345
Reverendo Taeri hoy se la envié en su nombre, porque Su reverencia ciertamente no
tendrá tiempo de podérsela mandar, y yo lo sacaré de alguna parte.
El Señor me ha devuelto mi alegría habitual, y es más, estoy alegre como una
loca. La querida y amable Niña mira y ayuda realmente a los más necesitados. Pero
espero muy pronto alguna cruz. No importa que el Señor me ayude, yo, de todas
formas seguramente lo defraudaré. Espero, aún más, me parece estar segura de que la
dulce Niña consolará mucho también a Su Reverencia.
También Usted deposite todos sus trabajos y aflicciones en la Cuna de María, y
Ella se los cambiará con muchas alegrías por el Paraíso. Por caridad, dígale alguna
palabra también por mí.
Le ruego, a título de caridad, permitirme esta noche, apenas me despierte,
levantarme por una hora para visitar, adorar y hacer compañía a la queridísima Niña. Si
mi estómago se hiciera sentir más de lo habitual, le suplico, me permita hacer dicha
oración sentada en la cama. Este pedido se lo hace también por intermedio de mí, la
fervorosa Conti María.
Ayer Su Reverencia trató demasiado mal a mi querido San Luis, y me parece verlo
algo enojado; será necesario hacer las paces, realice Usted algo de su agrado. No puedo
dejar de pensar que este Santo agradecerá mucho que Su Reverencia se interese por el
joven Gennari, de manera que si Dios lo quiere, pueda retomar la carrera eclesiástica.
San Luis lo protege desde el cielo, Su Reverencia lo ayude en la tierra, y espero que todo
resultará querido por el Señor. Por disposición celestial, las Hermanas de San Luis no se
van del pueblo sino después de la próxima semana; nosotras el Miércoles próximo nos
reuniremos en la Congregación, y si pudiese emplear un momento a nuestro favor lo
estaremos esperando. San Luis se lo pagará.
Le ruego disculparme tanta confianza, Me encomiendo por caridad a sus
Oraciones. Le pido su Santa Bendición y me digo

Su pobre Sierva e Hija en Jesucristo


La Sierva de Jesús B.C.
Al Muy Reverendo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO S.R.M.
267.- Envía escritos después de una oración especial a San Luis

AL MISMO

Muy Reverendo Padre Confesor,


Le envío el método de vida y alguna hoja, que hice. A decir la verdad, estaba
confundida al tener que hacer algo que era superior a mi poca capacidad, y casi que no

346
quería ni probar; pero dije resueltamente a San Luis «Si deseas y anhelas ser honrado,
enséñame el modo en que lo quieres, tú díctame las palabras, y yo las escribiré».
Luego le dije alguna brevísima oración por este motivo, y me puso a escribir en
papel aquello que recordaba. A Usted le toca ajustar aquello que es erróneo, agregar
aquello que falta, borrar lo que está demás y no adecuado.
El día de la unión si no le es incómodo, será Lunes cerca del mediodía, en la
Sacristía de nuestra Congregación.
Para no cansarlo más de leer estas cosas que escribí, termino pidiéndole que me
tenga presente en sus oraciones, y lo saludo atentamente.
La Hna Celeste me dijo muchas veces que lo salude de su parte , y ahora hago mi
deber participándole los mismos.

Su Devotísima Afectísima Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA CAPITANIO

268.- Envía hijas. Lo invita a la Congregación

AL MISMO
VIVA JESUS Y MARIA

Le incluyo algunas hojas. La novena de la Asunción ya se la daré pronto. Me hace


un favor, salúdelo de mi parte al Dignísimo Reverendo Taeri. Después de almorzar, es

347
decir después del mediodía, si está libre lo estaremos esperando en la Congregación. Lo
encomiendo de corazón a su caridad.
Me suscribo, en el momento que Le hago una inclinación. Soy
Por ahora

Su pobre Sierva e Hija en Jesucristo


BARTOLOMEA, la Sierva de Jesús

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.

269.- Pide una hoja de las Semanas de San Luis y permiso de sentarse durante
la oración

AL MISMO

Muy Reverendo Padre Confesor,

348
Hágame el favor de entregar a Teresa la primera hoja de las Semanas de San Luis
de su Compañía, y también aquella en la cual está la fórmula de la Consagración, me
olvidé de buscársela; ya que la que tengo, la copiaron dos veces.
Le quiero pedir también si me permite algunas veces, en la meditación de la
tarde, estar sentada, porque varias veces siento dolor en la columna o en las piernas, y
a querer permanecer de rodillas me distraigo, pero aún más, le digo que el mal es
poquísimo y mi delicadeza es grande, así que si considera negarme el permiso, yo estaré
contenta igualmente y trataré de superarme, me será fácil. Esto, de estar sentada, lo
hice tres o cuatro veces también la semana pasada, y tuve el pensamiento de decírselo,
pero me olvidé.
Le pido por amor a Dios encomendarme a Él.
Lo saludo afectuosamente, mientras imploro su bendición tengo el honor de
llamarme

Su Devotísima y Afectísima Hija en Jesucristo


CAPITANIO B.

270.- Su alegría por estar en compañía de la Cismondi. Saludos a la Madre


Superiora Gerosa. Posdata de la Cismondi

AL MISMO

Muy Dignísimo Reverendo Padre Confesor,

349
El Señor por su misericordia nos hizo hacer un excelente viaje, llegamos aquí
cerca de las 10 horas. Mi excelente amiga (que ahora tiene el lugar de Mamá, no hace
más que imponerme cosas y tengo que obedecer) está empeñada en escribir al Monseñor
Obispo, mientras que ella le escribe, me dio la obediencia de escribirle yo algunos
renglones a Su Reverencia. Ella me sirve de continua escuela para toda virtud,
especialmente la humildad. El Señor no puede dar un sacudón mayor a mi soberbia, al
ponerme ejemplos vivos de humildad. A El, le agrada que yo los aproveche. Haré las
Santas Comuniones: me duele ser colmada de pecados. Dios me regale por lo menos
contrición. Salúdeme por favor a toda su familia, especialmente a sus Hermanas y
Sobrinas.
Mis deberes para con mi querida Reverenda Madre Superiora Catalina Gerosa, no
lo deje para después, se lo suplico, dígale que pronto la molestaré, pero mientras tanto
haga mi parte.
Perdone la escritura. Lo saludo de corazón y le pido por favor oraciones por la
pobre Bartolomea.

Sumo Reverendo Padre,


Porque deseo mucho siempre obedecerlo le adjunto esta carta.
Mi corazón se encuentra en una gran alegría, viendo en mi amiga la imagen más
viva de todas las virtudes.
Por favor su Reverencia, pida a Dios por mí, porque si no me despierto con estos
ejemplos, no puedo esperar más. Con estima lo saludo y soy, la Pobre Cismondi

271.- Le presenta el estado de su alma. Alegría por la negativa recibida. Cuánto


ama sus votos. Dios desea el Instituto

AL MISMO
VIVA EL SAGRADO CORAZON DE JESUS

Reverendísimo Padre Confesor,

350
Finalmente después de ocho meses, me decido a pedirle que mire mi registro
diario, mis continuas faltas en el método de vida, y las faltas de soberbia. Le pido de
corazón al Señor hacerle ver como en un espejo el pobre estado de mi alma, y hacerle
conocer todas mis necesidades que no conozco, y que mi soberbia me hace tener
escondida a la caridad de Su reverencia. Usted a solo título de caridad me controle, y me
conduzca por aquel camino que Dios quiere, me parece desearlo aunque no haga más
que oponerme con mi maldad a las miradas misericordiosas del Señor.
La negativa que me dio respecto al voto etc. hizo nacer en mi corazón una
confianza tal que me colmó de consolaciones, pronto será hecha.
Le aseguro que estas cadenas no me son pesadas, más bien cuando deseo tomar
fuerza y consolarme, doy una mirada a estos vínculos que tengo con Jesucristo, y aunque
sepa que siempre y continuamente soy infiel, me consuelo pensando que me tiene unida
al Divino Esposo.
Le encomiendo el suspirado y querido Instituto. Sea insistente para que pueda
erigirse. Dios lo desea y mucho.
Le encomiendo mi pobre alma, recuérdeme al Señor. El amable San Luis le
obtenga a Usted y a mí grandes gracias, especialmente la de imitarlo.
La Madre Maestra lo está esperando; le pido que use para con ella caridad.
Humillándole mi estima y profundo respeto tengo el honor de decirme

De Su Suma Reverencia

Su Devotísima Agradecidísima Humildísima Hija en Jesucristo


La indigna Sierva de Jesús y de María

272.- Manda los escritos para revisar. Desea sugerencias y correcciones. Su


propuesta en caso de muerte improvisa. Encomienda el Instituto

AL MISMO
VIVA JESUS, MARIA Y SAN LUIS GONZAGA

Mi respetabilísimo Superior,

351
Ya pasaron tres meses, desde que le di a Su Reverencia examinar las anotaciones
diarias sobre el método de vida; ahora permítame enviárselas, junto a dos hojas de las
faltas en general de soberbia. Luego de encomendarme a Dios le escribí algo para este
mes, pero no me atrevo enviárselo a mi querida Cismondi, si no es observado y corregido
por Su Reverencia, y le pido que si siente alguna inspiración en cuanto a mí, no la calle
por favor; trataré de hacer todo lo posible para poner en práctica cuanto me enseñe. Ya
sabe que es un castigo que me da el Señor esto de permitir que Su Reverencia a veces
no me diga aquello que me tendría que decir, si fue fiel en seguir cuanto me sugirió; le
pido y le suplico tener caridad con mi pobre alma.
Me apena mucho mi maldad, y hoy varias veces no pude, por esta causa, dejar de
llorar: pero no quiero abatirme; toda mi esperanza, después de Jesús, la he puesto en mi
querida Mamá y en la amabilísima Niña. Espero recibir grandes gracias, especialmente la
de no abandonar jamás a mi querido Jesús. Le ruego, y quisiera poder pedirle mil veces
en cada momento, que me haga cien y más veces morir antes que abandonarlo, y espero
de corazón que mi querida Mamá me hará la gracia.
Le suplico a Su Reverencia otra caridad. Si el Señor llegara a destinarme una
muerte repentina, le ruego, que en el momento en que se entere, me imparta la Santa
Absolución, y yo también pediré a Dios (si esto hubiese dispuesto) que me otorgue la
gracia de hacer un acto de contrición y de tener la intención de recibir la Santa
Absolución, y espero que Dios por su infinita misericordia se dignara aceptarlo, como si
efectivamente hubiese sido hecho.
No puedo cerrar esta carta mía sin decir por lo menos una palabra respecto al tan
deseado Instituto. Yo no he perdido todavía la esperanza, aunque abiertamente sé que
yo sola con mis pecados, soy el único impedimento para tan santa obra. Basta, obre Dios
y yo estaré contenta. El, sabe cuáles son mis suspiros, mis votos, mis oraciones, mis
deseos al respecto.
Le pido su Santa Bendición y me llamo
Su pobre e indigna Hija en Jesús
BARTOLOMEA, quisiera decir de Jesús

273.- Da cuenta de su especial soberbia. Da para revisar las Semanas de San


Luis, escritas por ella con la asistencia de dicho Santo. Recomienda de manera
especial la fundación del Instituto. Pide mortificaciones y propone una norma
para permitírsela
AL MISMO
VIVA JESUS Y MARIA

Domingo, cerca de las 7 de la noche, 21 de enero

352
Muy Reverendo Padre Confesor,
Le envío un montón de hojas para mirar, porque sé que no tiene nada que hacer,
y yo para no dejarlo ocioso le doy en qué ocuparse.
En estos encontrará las hojas de las faltas o defectos de soberbia cometidos por
mí, en el transcurso de estos 13 meses, ya que hace mucho tiempo que no le mando
semejantes hojas. En cumplimiento de cuanto en ellas se encuentra, conviene que le
diga algo, la cual por efecto de la soberbia no fui capaz de decírselo a viva voz, y es, que
soy soberbia porque lo quiero ser, porque amo serlo, y cuando pido al Señor la Santa
Humildad, no la deseo realmente, y muchas veces descuido aún las ocasiones que se me
ofrecen para humillarme. No piense que le digo esto con el fin y el sentimiento de
humildad; no, mejor aún, se lo digo por soberbia, pensando que con esto pensará que
soy humilde. Sé que esta es una virtud muy necesaria, por eso estoy en un continuo
temor de la salud eterna: por eso, después de Dios y mi querida Mamá, puse toda mi
confianza en mi querido San Luisito, y espero que El me obtenga la gracia de llegar a ser
verdaderamente humilde por su imitación.
Finalmente le envío todas las hojas que escribí para la Compañía de mi amadísimo
San Luis. Mírelas y corríjalas como le parezca mejor; porque le digo con toda sinceridad
que de mí son los errores en la escritura y aquello que está bien es todo de San Luis; ya
que cada vez que me ponía a escribir con ese fin, invocaba su ayuda, y lo experimenté
de modo eficaz, poniéndome él en la mente y casi en la pluma, aquello que tenía que
escribir. Y es de verdad, que en prueba de esto le digo, que al no querer escribir aquello
que tenía en mente porque no me parecía muy apto pensaba escribir otra cosa, pero sin
embargo, no me venía en mente nada, hasta que no escribía lo que él quería. Las
semanas están escritas sin ningún orden, por eso desearía que Su Reverencia las
ordenase, haciéndole suceder una a otra gradualmente, colocando los números 1, 2, 3,
etc. Si no desea hacerlo lo haré yo al copiarlas en el librito hecho para esto.
Permítame pedirle, que se comprometa con el Instituto que piensa fundar en
nuestro pueblo. Por favor no mire los obstáculos que aparecen, trate de superarlos. La
obra es santa, es de Dios, y Él la quiere, por eso no tema nada, que Él en todo lo
ayudará, y le dará aquel premio que, debido a su fatiga, es muy grande.
Yo no puedo hacer nada con la obra, solamente puedo asegurarle que me
comprometeré a hacer rezar al Señor con este fin, y espero mucho, mucho que esté
cercano el tiempo de inicio.
Use todos los medios que se le ofrecen propicios para este fin, los acoja a todos, y
vea de dar inicio y cumplimiento a esta obra toda del Señor. Sé que está muy
comprometido para este oficio santo, y no tiene necesidad de estímulo de mi parte y
menos aún que le diga que para mí, su realización, sería un pequeño desahogo a mi

353
corazón; porque a decir la verdad deseo ardientemente la hora y el momento de
retirarme a alguna casa del Señor y poder decirle, «ahora soy toda tuya, no tengo más ni
parientes, ni amigos, ni comodidades, ni cosas, nada que me separe de ti». Todos los
días me parecen años, y no me consuelo si no pensando en mi querido Retiro.
Le incluyo una tarjeta en la cual están algunas prácticas para el Carnaval que
deseo hacer, son las pocas que me permitió. Le digo que propuse (a causa de un
escrúpulo que me vino) la primera respuesta que me dará cuando le pida los permisos de
los actos de mortificación, por esto le digo que cuando le pido algo, no sea tan rígido, y
me permita realizar el primer pedido, o también si se lo pidiese más veces o me
mostrarse obstinada en quererlo.
Encomiéndeme por favor al Señor: indigna así como soy lo hago yo por Usted.
Taboni y Romelli me escriben diciéndome que lo salude, y así también la Viganoni.
El sueño me atormenta, ya se acerca las siete horas de la noche en la que terminaré mis
escritos saludándolo humildemente.

P.D. Después de que haya mirado las hojas de la Compañía de San Luis, hágame
el favor de devolvérmelas, para que pueda transcribirlas en la libreta, y le pido perdón,
por esas hojas que están ajadas por haberlas tocado tantas veces; y junto a esto le
suplico que me escriba el Oremus de San Luis para la Consagración, porque yo al latín no
lo sé muy bien.

Su Devotísima Agradecidísima Humildísima Hija Espiritual


CAPITANIO BARTOLOMEA

Al Muy Reverendo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
LOVERE

274.- Su celo por la Compañía de San Luis bien correspondido por las hermanas

AL MISMO
ALABADO SEA DIOS

Desde la Campaña de Séllere, 12 de julio


Reverendísimo Padre Confesor,
Le incluyo la carpeta en la cual traté de expresar a Su Reverencia el estado actual
de la pequeña Compañía bajo la protección del gran San Luis Gonzaga. Agrada a Dios

354
que la protección de este Santo y las atenciones de Su Reverencia sean a favor mío y de
ella. Le confieso que no estuve jamás tan contenta con ninguna Unión (excepto aquella
del sagrado Corazón) como lo estoy con la de San Luis. La inocencia de las Hermanas, la
facilidad para orientarlas, la simplicidad de sus corazones, su amor a la piedad me
consuelan mucho; me queda siempre el triste pensamiento de decir, «¿Serán siempre
así?». Dios lo sabe, haga de ellas y de mí instrumentos de su gloria, se lo pido de
corazón. Hice saber a las jovencitas más grandes de la tercera Compañía que Su
Reverencia quería tener una charla con ellas en la Unión, y hacerles renovar la
Consagración. No sé explicarle cuánta alegría sintieron y demostraron al oír esto, y se
decían: recitemos las Ave Maria, para que eso pueda darse verdaderamente.
Y yo las había ilusionado que sería tal vez el Domingo pasado, tenía que verlas
caminar con prontitud bajo la lluvia, desde la Virgen al Oratorio con la idea de ser
consoladas. Comprendieron con dolor que Usted estaba empeñado, y me pidieron que le
suplicara que por lo menos el próximo Jueves después del mediodía les hiciera esta
caridad, por lo cual yo se lo pido, al menos que a esa hora le sea incómodo, o que ese
día tenga otras ocupaciones; en ese caso me avisa, así no las reúno para no abusar de
su paciencia. Si el Señor permite aceptar este deseo, Usted no se incomode, que cuando
estén todas reunidas, lo mandaré a buscar, para no hacerle perder tiempo.
Se las encomiendo a las buenas porque son muy queridas al Señor, procure
conservarlas siempre así; a las tibias porque son las más necesitadas, y esas deben ser
buenas como las otras; a las disipadas, aún más, porque su estado es más doloroso.
Más de todas recomiendo la pobre alma de Bartolomea; ella tiene cien y mil
necesidades. Hoy de salud estoy mejor. Le auguro del Cielo toda bendición, y me digo
devotamente
Su Devotísima Agradecidísima Hija en Jesucristo
La Sierva de Jesús y de María
Al Reverendísimo Señor
El Excelente Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.
LOVERE
275.- Se encomienda por sus Ejercicios Espirituales
AL MISMO
VIVA MARIA

Desde Casa 18 de setiembre

Agradezca aquello que María le manda. Me encomiendo de corazón a sus


Oraciones. Si el Señor me concede la gracia de hacer los Santos Ejercicios, le pido como

355
hermana, que no se olvide de mí en la Santa Misa, y pida a Dios que me haga conocer su
Santa Voluntad, y que mueva mi dura voluntad para hacer el bien.
Lo saludo humildemente en el momento que me digo

Su débil Sierva e Hija en Jesucristo


La Sierva de Jesús y de María

Al Muy Reverendo Señor


El Señor Don ANGEL BOSIO
S.R.M.
LOVERE

276.- Pide recíproca unión de oraciones y obras buenas y de ser corregida de


sus defectos
A JUANA BOSIO
VIVA JESUS Y MARIA

Queridísima Amiga y Hermana,

356
Empujada por la necesidad que tengo de tus oraciones, me adelanto a escribirte
esta carta. La bondad y la confianza que me tienes me hacen esperar que aceptarás el
pacto que quisiera hacer contigo; es decir, el de unirnos, y así todo el bien que hagamos
hacerlo recíprocamente, tú por mí y yo por ti. Por eso todas las Comuniones que tú
hagas, todas las oraciones, mortificaciones, penitencias, caridad, obras buenas, etc. etc.,
las harás todas igualmente también por mí; lo mismo haré yo por ti lo poco bueno que
pueda hacer en todo tiempo. De esta manera seremos dos y una sola en el Corazón
dulcísimo de nuestro queridísimo Divino Esposo, y así nos ayudaremos mutuamente para
servirlo, amarlo y honrarlo cuanto más podamos. ¡Ojalá que con su gracia pudiéramos
llegar a ser Santas las dos! Lo deseo muchísimo.
Te ruego aceptar este pacto, puesto que te lo pido bajo título de caridad, y
también te pido que me adviertas y me corrijas de aquellos defectos que tú veas en mí.
Hazlo sin respeto humano, a título de caridad y como efecto de verdadera y espiritual
amistad. Sí lo haces, conoceré realmente que me quieres y te estaré doblemente
agradecida. Espero por lo tanto alguna respuesta, verbal o escrita.
Quisiera pedirte un gran favor, decir al Señor Don Angel si quisiera hacerme la
caridad de confesarme el Martes en lugar del Miércoles, ya que ese día es la vigilia del
Corpus Domini, y recuérdale la carta que el otro día le di. Perdóname la molestia de usar
tu bondad.
Te dejo en el Corazón de Jesús, y bajo el manto de María, mientras que yo con
toda sinceridad me considero

Tu Afectísima y Agradecidísima Amiga y Hermana


CAPÍTANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora
La Señora JUANA BOSIO
LOVERE

277.- Consolaciones en las cruces

A MARIA CHIODI
VIVA JESUS Y MARIA CON SAN LUIS GONZAGA

Más que queridísima Hermana mía en Jesucristo,

357
Esta tarde no puedo ir a la cama sin escribir por lo menos dos renglones a mi
queridísima Chiodi. Tu carta me fue queridísima. Las nuevas aflicciones que el Señor te
regala me conmovieron el alma, y siento una viva compasión; pero, mi querida, tomate
de las manos de Dios, porque este es el camino que te presenta para alcanzar el Cielo.
Hazlo con coraje, que aunque ésta sea dura, es la más segura. Se ve que el Demonio
tiene envidia de tu virtud, y desearía a toda costa atraerte a su seguimiento, no te
desanimes, querida María, aquel Dios que te permite las aflicciones, y las cruces, será
aquel que te regalará la gracia de superar toda tentación y de soportar por su amor.
No puedo callar que María me dice al corazón que quiere ser tu consoladora, tu
abogada, tu Mamá; ten gran confianza en Ella, recurre a Ella en todas tus necesidades, y
estarás segura de toda gran victoria.
A decir la verdad algunas cosas tuyas me fueron contadas también a mí, las
cuales yo no creía, y me afligían mucho. Tu carta me hizo conocer la falsedad de cuanto
me fue contado, y yo agradezco de corazón al Señor que te ayuda de un modo particular.
De corazón te serviré, te haré hacer los dos cuadritos que me pediste, pero te
pido que me envíes un pedazo de tela con el largo y el ancho que deseas.
Si se te da la posibilidad de visitarme, me harás un gran favor.
Nuestras hermanas te saludan cordialmente. Pronto te enviare para que trabajes
por el Señor.
Adiós, mi queridísima. El amor santo de Jesús y de María nos consuma a las dos.
Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

278.- Disgusto por no poder gozar de una visita. Su humildad. Invitación a la


cuna de María
A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Muy queridísima Hermana,

358
He aquí la hoja que deseas. No sé explicarte cuánto disgusto sentí el Miércoles por
no poder gozar de tu visita. Dios lo permitió así, habrá previsto que yo no hubiese hecho
más que escandalizarte, y por eso lo dispuso de esta manera. Se haga su Santa
Voluntad.
Mi queridísima, por favor, reza por mí. Una necesidad particularísima me oprime,
y te pido que me ayudes.
Mientras tanto te espero en la Cuna de nuestra Reina para adorarla juntas.
Hagámonos Santas por medio del sufrimiento.
Soy

Tu indigna Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Honorabilísima Señora
La Señora MARIA CHIODI
ARTOGNE

279.- Se alegra con ella. Acepta una nueva alumna


A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 19 de febrero
Amadísima Hermana,

359
Recibí tu queridísima carta, que me fue muy grata. Si no te escribí pronto, es
culpa de mi negligencia. Gozo mucho de tus gracias espirituales; espero que Dios te dará
la gracia de sacarle provecho. No pierdas el ánimo, el premio le es dado a quien combate
hasta el final.
Te incluyo una nueva novena, que comenzará el próximo viernes; esa la
practicarán todas las personas de nuestra Unión; si está la querida Pierina, comunícasela
a ella y salúdala de mi parte.
Di a la Madre de la Hija que me recomendaste, que después de Pascua la podré
complacer aceptándola en la escuela, si nada contrario me sucede.
Encomiéndame de corazón a Dios. Te pido por favor que hagas una Comunión por
algo que me interesa mucho.
Adiós, amadísima, el amor de Dios nos consuma totalmente. Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIA CHIODI
ARTOGNE

280.- Sorteo por San Luis. Estímulo para corresponder al amor de Dios

A LA MISMA
SEA HONOR Y GLORIA A JESUS Y A MARIA
VIVA SAN LUIS GONZAGA

360
Lóvere, 14 de junio
Amadísima Hermana,
He aquí el nuevo sorteo para la novena de San Luis; te encomiendo de corazón
también la novena del Corazón de Jesús, que es aquella del año pasado. No te canses
jamás de amar al querido Jesús que debe ser toda nuestra delicia, toma nueva fuerza
para cansarte por su amor a favor del prójimo; si no tienes recompensa ni
correspondencia ahora, seguro la tendrás en el Paraíso, y verás cuánta gloria te será
preparada. Ánimo, mi queridísima, el Señor nos hizo una gracia particularísima
llamándonos a su amor, correspondamos nosotras que mucho lo merece, no haremos
nunca tanto, cuanto Él ha hecho por nosotras; por lo tanto seamos generosísimas con Él.
No sé si la queridísima Pierina está allí, si está salúdamela de corazón y pídele por
favor que me encomiende a Dios, como te pido a ti el mismo favor. Anhelo que
lleguemos a ser una verdadera copia de San Luis Gonzaga. Soy

Tu Afectísima Hermana
La Sierva de Jesús y de María

SORTEO PARA LA NOVENA DE SAN LUIS


Vielmi – Unión con Dios
Chiodi – Resignación

A la Excelente Señora
La Señora MARIA CHIODI

ARTOGNE

281.- Incluye el sorteo para novena del Carmen. Hace mención de la gracia
recibida en esa fiesta. Disgusto por no saber amar, mientras se siente plena del
Santo Amor

A LUCIA CISMONDI
ALABADO SEA JESUS Y MARIA

Hermana cien veces Queridísima,

361
Me es grato el encuentro con mi compatriota para escribirte al menos dos
renglones, te envío el nuevo sorteo para la próxima novena del Carmen, las prácticas
son las del año pasado.
A ti me encomiendo y a ti me uno en esta novena. Desearía presentarme
agradable a mi dulcísima Mamá por el gran favor que me hizo Ella el día del Carmen 24,
como ya te dije, pero preveo que no haré con esto ningún bien.
Ayúdame tú, enséñame qué debo hacer, espero alguna sugerencia y sobre todo
haz tú aquello que debo hacer yo. Nuestra íntima unión, la caridad con la cual amas mi
alma, te llevan a hacer aquello que yo no merezco. ¡Oh! ¡Mi Esposo cuán olvidado
eres!... Sé cuánto mereces ser amado, siento sus llamadas continuas a mi corazón,
siento su misericordia, tendría que ser una Serafina de amor, pero no soy más que un
ruin gusano que continuamente me dejo llevar por mis defectos, sin hacer jamás una
obra por verdadero amor a Dios. ¡Mi querido Jesús me ayude!...
A ti te deseo un fervoroso amor a Dios, el cual te consuma totalmente. Crece cada
hora, cada momento en este santo amor, recuérdate siempre que Dios te quiere una
gran Santa, y yo de corazón deseo verte en el coro de los Serafines.
Soy en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Excelentísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO
S.R.M.

282.- El Señor le pide por su medio total entrega aún en las cosas más difíciles

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Queridísima Hermana,
Esta mañana indignamente hice la Santísima Comunión por ti. Me parece haber
sentido en el corazón que Dios quiere de ti una total entrega en todas las cosas, aún en
las más difíciles, asegurándote que Él continuamente te cuida para tu mayor bien. Ahora
24
El 16 de julio de 1824 se consagró a Jesús con voto de castidad perpetua

362
te envío la novena, ten paciencia si te la mando tarde. Espero una carta tuya. Mi
queridísima, a ti me encomiendo, haz un buen trabajo ante Jesús y María.
Me digo

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

283.- Corrige un sorteo equivocado para la Pasión del Señor

A LA MISMA
ALABADO SEA JESUS Y MARIA

Te escribo estos dos renglones, porque me equivoqué al enviarte esas dos hojas
que te tocaron, es decir San Matías y San Lucas; porque San Lucas no es Apóstol, y San
Matías no lo era en el tiempo de la pasión de Jesucristo. Te incluyo en cambio aquellas
que a ti y a la Taboni le han tocado. El Sábado Santo hacemos de cuenta que

363
acompañamos a María Santísima de a dos, saquen en suerte, y dos horas por cada par,
comenzando a las 21 del Viernes Santo hasta las 13 de Pascua que son las 40 horas que
estuvo muerto Nuestro Señor Jesucristo. A mí me tocó la hermosa suerte de estar
contigo, como verás en la tarjeta que adjunto, te pido a ti de suplirme con tu fervor, con
tu mortificación, en fin, con tu virtud aquello que no haré, por maldad.
Te incluyo otra tarjeta con algunas prácticas, te las adjunto a aquellas que te
envié. Por favor hazle llegar éstas a la Taboni. De la Señora Bartolomea Dò recibí tus
queridísimos saludos, y supe que estabas en Darfo, y temo que no has recibido mi última
carta, llevada por medio de la Señora Pierina Giacomelli, en la cual estaba la hoja del
viaje al Calvario: en caso de que no la hayas recibido, desearía que la tengas pronto,
porque se da inicio a dicho viaje mañana a la tarde.
Espero sin falta tu visita, y con todo gusto tengo el honor de decirme

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


CAPITANIO BARTOLOMEA

284.- Reemplazo de una hermana. Le pide ofrecer al Niño Jesús su voto de


perfección. Su aceptación en la Compañía de la Inmaculada

A LA MISMA

Queridísima Hermana,
Le pedí a las Romelli que te envíen la novena, no tuve tiempo de hacer otra copia.
Si estás contenta, a cambio de la Bertolotti, que se fue de Monja, la reemplacé por mi
Hermana, espero que hará el bien. La noche de Navidad te pido que ofrezcas por mí al

364
Niño Jesús, ya que tengo el permiso de hacer el voto de mayor perfección. Temo mucho
ser odiosa a Jesús con este voto, porque no lo viviré; por lo tanto te pido que le
supliques para que me regale su ayuda, y lo siga hasta el final.
Estoy muy contenta con la Maestra de la Inmaculada, y de ser también yo
aceptada en esta Santa Compañía.
Ama a Jesús por mí, y créeme que soy

Toda tuya BARTOLOMEA

285.- Envía el sorteo de la Octava de Navidad

A LA MISMA
VIVA JESUS Y MARIA

Muy queridísima Hermana,


Pienso hacerte algo agradable enviándote el sorteo para la Octava de Navidad,
porque las prácticas que haremos son las mismas del año pasado, y ahora te las incluyo.
De corazón te saludo, porque no tengo tiempo de extenderme.

365
Soy, encomendándome en tus Oraciones

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

286.- Envía la práctica a realizar para la Coronación de María

A LA MISMA
EL ESPIRITU SANTO INFLAME NUESTROS CORAZONES

366
Te envío el modo para la Coronación, hazlo saber a las Compañeras. Y tú,
Cismondi afortunada, en el momento que coronas a María, pide por esta pobre
Bartolomea. No tengo tiempo de extenderme.
El amor de Dios te abrace y te consuma totalmente.

A la Muy Apreciada Señora


La Señora LUCIA CISMONDI
BRENO

287.- Le agradece por la carta y el Crucifijo aún no recibido

A LA MISMA

Lóvere, 8 de octubre

Amadísima Hermana,

367
He aquí, amadísima, el nuevo sorteo de la próxima novena de la Pureza de María;
las prácticas son las habituales.
Tu última carta me fue muy querida, y te la agradezco. Aunque no lo merezco me
recuerdas y sé que está en tu corazón mi pobre alma. El Crucifijo que en ella me
nombras, me será muy querido y lo tendré como recuerdo tuyo. En la carta no puedo
entender si tú me lo has enviado o no; yo no lo recibí, te aviso, porque temo que se haya
perdido. La hoja que lo nombraba me fue entregada por María Dò, el Crucifijo no. Te lo
agradezco anticipadamente.
Me encomiendo de corazón a tus Oraciones, mis necesidades son muchas. El
Corazón purísimo de María sea el refugio de nuestros pobres corazones. Adiós.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María

A la excelente Señora
La Señora LUCIA CISMONDI
DARFO

288.- Posdata a una carta de la hermana

A MARIA DO

P.D. En el escrito de mi Hermana pongo rápidamente dos renglones. Perdóname si


hace tiempo que no te escribo, créelo que no lo hice porque me olvido de ti, sino más
bien por impotencia ya que no tengo jamás un momento libre; pero perdóname y

368
continúa con tu amor hacia mí y escríbeme, que me haces un gran placer. Te pido,
cuando puedas, enviar a las Romelli el libro que aquí te adjunto.
Te saludo y me digo

Tu Afectísima Amiga y Hermana en Jesucristo


CAPITANIO BARTOLOMEA

A la Apreciadísima Señora
La Señora MARIA DO
MONTECCHIO

289.- Da cuenta de los encargos recibidos. Promete prácticas para el mes de


Mayo para hacer con las jóvenes

A CATALINA FERRI
VIVA JESUS Y MARIA

369
Lóvere, 24 de abril
Queridísima Hermana y Amiga,
Me apresuré a llevar a las Reverendas Monjas tus Corporales, pero aún no están
preparados; cuando ya estén te los enviaré lo más pronto posible. También trataré de
complacerte en cuanto a las novenas, y comenzaré a darte la recompensa con el envío
de las primeras prácticas para el mes de Mayo, que harás hacer a tus jóvenes. Te
agradezco el recuerdo que conservas de mí: lo mismo hago yo también por ti.
Encomiéndame de corazón al Señor, que mis necesidades son infinitas. Adiós y soy

Tu Afectísima Amiga
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Excelentísima Señora
La Señora CATALINA FERRI
CEDEGOLO

290.- Su total conformidad al Querer de Dios en la fundación del Instituto

A CATALINA GEROSA
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

Queridísima y Amadísima Hermana en Jesucristo,

370
No puedo dejar de escribirte dos renglones para manifestarte por escrito mis
sentimientos respecto al consabido asunto. Venero las altas disposiciones del Señor que
con admirable providencia, aunque parezca extraña a nuestros ojos, va disponiendo
paso a paso las cosas, para que al fin vengan a realizarse nuestros deseos. Te prometo,
querida Hermana, que te seré siempre fiel y que te seguiré en todos los pasos que des
para la mayor gloria del Señor y para el bien del prójimo. No me preocupa en absoluto,
emprender cosas grandes: deseo y sólo quiero hacer la Voluntad de Dios.
Si a Él le place encerrarnos en una pequeña casa para obrar por El, estaré
contentísima; si Él quiere bendecirnos y disponer de nosotras de modo diverso, le
daremos las gracias de corazón, sea cual fuere lo que Él quiera de nosotras, te aseguro
que estaré siempre dispuesta a seguirte aún haciendo frente a todas las contradicciones
que puedan oponérseme, con tal de que el Señor se digne ayudarme con su Santa
Gracia. Todas las obras han tenido su comienzo, y así ha de ser también con esta.
Aunque sea pues el comienzo bajo y humilde, estoy contenta con ello, con tal de que en
todo se haga la Divina Voluntad. Recobra nuevo coraje, piensa, habla, obra para que
pronto se realice el proyecto. Pongámonos ambas en las manos del Señor, que Él haga
de nosotras lo que más le plazca. No busquemos en todo sino su gloria, su Voluntad y el
mayor bien del prójimo. No pongamos ningún obstáculo a la obra del Señor y podremos
esperar un muy feliz éxito. Si estás contenta con ello, desearía hiciésemos una novena,
que comenzaríamos hoy, para comprometer la caridad del Señor a que se digne
ayudarnos en estos cimientos. Te la incluyo; aunque indignamente la haré yo también, y
haré asimismo que otras personas piadosas recen. Te auguro todo bien, y suspiro
ardientemente por el momento en que podamos estar unidas para obrar para gloria de
Dios y en provecho del prójimo. Créeme

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA, la Sierva de Jesús

A la Apreciadísima Señora
La Señora CATALINA GEROSA
S.P.M.
291.- Fragmento de carta, en la cual rechaza de dar una mano para no alimentar
la soberbia

A LA MADRE FRANCISCA PARPANI25

25
La Reverendísima Madre Francisca Parpani, Religiosa del Monasterio de Santa Clara de
Lóvere, fue Maestra de la Venerable Capitanio. Rica de no ordinarios dotes de ingenio y e
virtud, contribuyó mucho a la excelente educación de su alumna

371
Soy indignísima, bajo todos los aspectos, de ofrecerme para la obra que Su
Reverencia me pide, pero deseo que sepa, Señora Maestra que sí me aferro en no
querer comprometerme es porque me fue ordenado así, para no alimentar más mí
soberbia. Le digo con toda sinceridad que temo precisamente que mi soberbia llegue a
ser de alguna manera mi ruina definitiva. No puedo hacer alguna acción por buena y
santa que sea, sin que la arruine o con vanidad o con fin no recto o con complacencia o
con vanagloria. En fin, en todas mis acciones no encuentro sino pecado.
En este estado en el que me encuentro, le ruego encarecidamente tener caridad
para conmigo. Todo lo que pueda sugerirme al respecto, no me lo escatime, y si el
Señor le inspira hacerme sufrir alguna humillación, hará una caridad grandísima a mí
alma, porque se lo repito, temo que mi soberbia llegue a ser mi ruina, y si llegara a oír
que Bartolomea ha abandonado a su Dios, que ha cometido enormes pecados, en fin ha
hecho lo que jamás hizo en el pasado, por gracia de Dios, diga que su soberbia la ha
traicionado.

292.- Envía un librito para ayudarla en la práctica del mes de Mayo

A LAS HERMANAS SALARI


VIVA JESUS Y MARIA

372
Lóvere, 1º de mayo
Amadísimas Amigas y Hermanas en Jesucristo
Con gran placer recibí sus dos cartas; les agradezco el amor que me tienen. Mi
negligencia fue el único motivo por el cual no les escribí más pronto. Perdónenme y
asegúrense de que las amo con ternura. Creo que no les disgustará que les incluya el
librito. La devoción del mes de Mayo ya es conocida en todas partes: pido en nombre de
María, comprometerse, para que las jóvenes de ese pueblo honren a María en este mes:
el presente librito les podrá ayudar. Se los recomiendo de corazón; la querida Mamá las
ayudará y les dará un premio. Anímense y comprométanse, que tienen en las manos los
medios, y el Señor les dio aun la creatividad. Perdónenme si les hablo con tanta
confianza; el amor que les tengo es aquel que me hace arder así. Encomiéndenme a Dios
por favor.
Consérvense sanas, háganse Santas, y recuérdense también de mí. Créanme

Su Afectísima Agradecidísima Amiga


CAPITANIO BARTOLOMEA DE JESUS

A las Apreciadísimas Señoras


Las Señoras HERMANAS SALARI
CAPO DI PONTE

293.- La anima a combatir el amor propio

A LUCRECIA SINISTRI
VIVA JESUS Y SU SANTISIMA CRUZ

Lóvere, 22 de noviembre

373
Amadísima Hermana en Jesucristo
Más de cien veces he sentido en el corazón un dulce, aún más, un fuerte estímulo,
a escribirte dos renglones, mi amadísima. Mi haraganería, siendo un mal viejo, ha
vencido hasta ahora; perdóname... tu recuerdo no se me ha borrado jamás, y probé un
sensibilísimo placer al recibir y al leer tu última carta.
Ánimo, queridísima, al combatir el amor propio; es esa horrible bestia la que
arruina y desarregla todo lo bueno de la virtud, y trata de entrar en todo. Pero recuerda
que la virtud se adquiere poco a poco, con gran fatiga, con una continua violencia sobre
uno mismo. Recuerda que el Reino de los Cielos es dado al que combate y al que
persevera.
Consuélate, que todos los esfuerzos que haces para vencerte a ti misma y para
domar tus pasioncitas, son vistos y notados por tu Esposo amorosísimo, Jesús, quien
está siempre cerca de ti para ayudarte y consolarte. Mí queridísima, sé fiel, aún más:
fidelísima a un Dios que se te da Él mismo como premio.
Te incluyo una carta, te ruego que la respondas enseguida, ya hace algunos días
que la tengo en casa, porque quería enviártela con una mía.
Si me escribes, me será muy grato. Encomiéndame a Dios, por favor. Miles de
saludos a la queridísima Cesarina. La Cruz de nuestro querido Jesús sea nuestro dulce
consuelo para siempre. Adiós

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


La Sierva de Jesús y de María
indignísima

A la Apreciadísima Señora
La Señora LUCRECI SINISTRI
S.P.M.
EDOLO

294.- Envía un regalo

A DON ANGEL TAERI


VIVA JESUS Y MARIA

374
La pobre Bartolomea agradece a Su reverencia y a toda su estimadísima familia,
especialmente a la excelente Regina, se encomienda de corazón a sus Oraciones, y le
pido aceptar lo que aquí adjunto.
Esté atento a sus llamados.

Al Reverendísimo Señor
El Señor Don ANGEL TAERI
Dignísimo Secretario Vescovil
BRESCIA

295.- Envía el sorteo para el viaje al Calvario

AL MISMO
VIVA JESÚS Y SU SANTISIMA CRUZ

375
Lóvere, 28 de marzo
Muy Reverendo Señor,
Un vil respeto humano, junto con mi habitual haraganería me impidieron enviarle
aquellas prácticas que se hacen en la Unión; sentí reproches interiores, pero no supe
romper con mis defectos. En el iniciado viaje al Calvario, Jesús lo ha mirado con
predilección, haciéndole hacer las veces de San Juan, tan querido a Dios y por él tan
amado. Me parece que no está bien si callo esta gracia, y es por eso que le envío la
presente.
Las prácticas del Santo Viaje son las mismas del año pasado, y estoy segura de
que Usted las tiene, por eso considero inútil enviárselas nuevamente, solo abajo escribiré
el nuevo sorteo.
Por favor encomiéndeme a Dios. Me encuentro en un estado de extrema
necesidad. Usted que es el Juancito predilecto de Jesús, haga una buena tarea junto a Él
también por mí, y estoy segura de que seré ayudada.
Lo saludo humildísimamente, en el momento que llena de respeto me digo

Tu Afectísima Agradecidísima Sierva en Jesucristo


La Sierva de Jesús y de María B.C.

SORTEO
Reverendo Taeri – San Juan Apóstol
Debe rezar por los Escandalosos

296.- Se alegra por la santa resolución del hermano. Ofrece a María Niña los
méritos de la amiga

A REGINA TAERI

376
Me parece que disgusto del amor que te tengo, ya que dejé pasar el encuentro de
tu digno Hermano sin enviarte por lo menos dos renglones.
Gozo mucho de que Dios te regale una discreta salud, yo se la deseo siempre
mejor. Supe con gran alegría la santa resolución de tu reverendo Hermano; me alegro
contigo de una gracia tan particular; agrade a Dios bendecirlo y hacer todo lo más pronto
posible.
Estoy segura que de ello se dará mucha gloria al Señor. Nuevamente te hago el
habitual pedido; Pronto se acerca la Santa Novena de la Celestial Niña, yo me uno a ti y
ofrezco a María en lugar de mi frialdad, todos tus actos de virtud y todo tu hermoso
actuar.
Así espero que a la querida Niña le agrade lo que hará la pobre Bartolomea
aunque sea indignísima.
Si Dios quiere pronto te visitaré; lo único que me impulsa a hacer esto, es el gran
deseo que tengo de conocerte y de abrazarte.
Mi queridísima, ama a Jesús también por mí, que bien lo merece; yo le soy
continuamente ingrata y temo un castigo. Por eso y por ciento de otras necesidades me
encomiendo de corazón a tus Oraciones. Te dejo mientras tanto con el deseo de verte en
el Paraíso. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA la Sierva de Jesús

297.- Agradecimientos y pedidos

A LA MISMA
VIVA JESUS, MARIA Y EL QUERIDISIMO SAN LUIS

377
Amadísima Hermana,
Te agradezco de corazón a ti y a tus Señores Padres la acogida hecha a mis
Padres, te agradezco mucho por las delicadas invitaciones que me haces, y si pudiese las
aceptaría de corazón; te agradezco infinitamente las molestias por mis tozudeces, y de la
carta que me enviaste, que no sé cómo explicarte cuán querida me fue.
En cuanto al cordoncito de oro que deseo, las muestras que me has enviado no
son según los deseos de quien desea comprar: eso sucedió porque yo no me supe
explicar bien. Ahora le diré, no tengo un pedazo de la muestra para enviarte; si desea
como una espiguita toda de oro, alta menos de medio dedo, así como se usa para colocar
alrededor de las bolsitas para las Reliquias, me dijeron que el comerciante Albergoni
tiene esta mercadería. Hazme el favor de comprar y de mandar la muestra y el importe
aproximado de 30 Brazos…
Otro encargo quisiera dar a tu bondad. Te incluyo una pequeña moneda, quisiera
que con ella me compraras tantas cadenas de hierro iguales o similares a aquellas que
me mandaste la otra vez, para hacer una Disciplina para una devota jovencita que me la
pide.
Perdona, por favor, tantas molestias. Dios te lo pague. Mis queridos Padres han
hecho muy feliz viaje, te agradecen a ti y a toda tu dignísima familia con un sincero
afecto. Deseo verte, consuélame con una visita tuya. Encomiéndame a Dios y créeme

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana en Jesucristo


La Sierva de Jesús y de María

A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora REGINA TAERI
Enfrente del Hospital de Mujeres en
BRESCIA

298.- Pedidos

A LA MISMA
VIVA MARIA

378
Amadísima y Queridísima Hermana en el Señor,
Muy rápido te escribo dos renglones avisándote que si no has pedido, ni comprado
los dibujos que te pedí, suspende por ahora la compra. En cuanto al oro si lo has
comprado tenlo tú, y si no lo compraste ten el dinero. EL motivo de esto es porque ahora
parece que se tiene la intención de hacer bordar ese vestido a alguna persona en Brescia.
Si compraste los dibujos y el oro, estoy contenta, y servirán para otra cosa.
Mi querida, encomiéndame a María, pídele que me conceda la gracia de amarla
mucho, de servirla fielmente, de ser toda suya. Hazte Santa y gran Santa que lo deseo
de corazón. Perdona tantas molestias. Dios te lo pagará. Soy

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

A la Apreciadísima Señora
La Excelente Señora REGINA TAERI
Recomendada al Reverendo Taeri Dignísimo Secretario Vescovil
BRESCIA

299.- Envía imágenes. Agradece. Se abre al amor de Jesús sobre el ejemplo de


San Luis

A MARIANA VERTOVA

379
VIVA EL SAGRADO CORAZON DE JESUS

Queridísima Hermana mía,


He aquí querida Mariana, las imágenes que me has pedido; no sé si te gustarán:
no me recordaba el número que me habías pedido, compré 15 que cuestan 1,13 Liras.
Aquellas de las Romelli no las pude encontrar. Mañana a la mañana le pediré a la Madre
Parpani el Jesús de amor encendido para enviar al dignísimo Don Juan. Si tendré tiempo
le escribiré dos renglones, y si no puedo se lo entregarás tú, agradeciéndole de tantas
gracias, y pidiéndole que se acuerde de mí alguna vez en el memento de los vivos en la
Santa Misa, y asegúrale que yo también lo haré por él en la Santa Comunión.
Querida Mariana, cuánto te debo por las atenciones, cortesías, delicadezas que
me has dispensado; te lo agradezco verdaderamente de corazón; todo me manifiesta tu
bondad. Deseo que también sepas que me has hecho bien con tu buen ejemplo; el
recuerdo de tu buena conducta me sirve para avergonzarme por mi frialdad y maldad.
Basta, ruega a Dios que termine de una buena vez de ofenderlo y comience a amarlo.
Ánimo, amada Hermana, servimos a un buen Patrón; ¡oh! cuánto merece todo
nuestro amor, toda nuestra correspondencia. Los presentes días son todos de amor, el
buen Jesús nos da como ejemplo su hermoso Corazón, y hasta nos lo cambia por el
nuestro, con tal de que lo queramos. ¡Oh! ¡Caridad de Jesús! ¡Oh! ¡Amor infinito !¿Qué
haremos nosotros para corresponderle? No seamos haraganas, entreguémonos
totalmente a Él sin reservas, y a Él le agradará nuestra pobre ofrenda; es tan bueno que
hasta los respiros, los pasos, los movimientos, los pensamientos y las acciones más
pequeñas le son queridas y las acepta. Por lo tanto aprendamos de este Corazón
Santísimo a amarlo como corresponde, como conviene, sin medida y más que todo.
El hermoso Luis que en estos días honramos, con su santa vida nos anima a este
perfecto amor. Tengamos por lo tanto siempre bajo la mirada un ejemplo tan digno y tan
querido al Señor, y confrontemos todas nuestras acciones con las suyas, a fin de que
podamos con su ejemplo llegar a ser Santas.
Gran suerte la nuestra y espléndida luz, el tener siempre a Jesús presente. El lo
observa todo y señala hasta nuestras respiraciones, consolándose mucho al ver que
nosotras todo lo hacemos por El.
¡Oh! Buen Esposo, ¡dale! ¡Haz que tus Siervas Mariana y Bartolomea con todas
sus Compañeras, te complazcan siempre y te alegren! ésta será nuestra suprema dicha.
Mil agradecimientos a tus Señores Padres por tantas delicadezas usada para con
nosotras, y cien mil felicitaciones a ellos hechas en nombre de todos nosotros.
Saludos a las queridísimas Romelli, asegúrales que la próxima semana durante el
encuentro en que les enviaré la novena de San Luis, les escribiré, tengo un gran deseo.

380
Te uno la carpeta del sorteo. Adiós, queridísima, hasta volver a vernos en el Santo
Corazón de Jesús. Soy

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA DE JESÚS

300.- La estimula a una gran santidad por el camino de la humillación y del


sufrimiento

A PIERINA VIELMI

381
VIVA JESUS Y MARIA

Lóvere, 8 de octubre
Dulcísima Hermana y a mí, Queridísima,
Tu queridísima carta me colmó el corazón de consolaciones, sentí en ella los
virtuosos sentimientos del cual está colmado tu corazón. Agradezco muy de corazón al
Señor que te enriquece con gracias tan hermosas, y le pido que me regale la Santa
Perseverancia. ¡Ah! si nuestro celestial Esposo merece todo sacrificio, seamos realmente
generosas con El; todo lo que hacemos debe ser hecho para Él, y la hermosa llama de su
Santo Amor al arder en nuestros corazones nos hará creativas para encontrar siempre
nuevos medios para agradar al Señor. Nosotras no debemos contentarnos con ser
buenas, debemos ser Santas y grandes Santas, pero de la manera como le gusta a Dios,
por medio de la humillación y el padecimiento.
Te agradezco las manifestaciones amables que me ofreces. Yo también deseo
mucho verte, pero será dificilísimo que pueda llegarme hasta allí. Tengamos paciencia,
re-encontrémonos en el Santo Corazón de Jesús. Te incluyo el nuevo sorteo para la
próxima Novena de la Pureza de María.
Salúdame mucho a la querida Chiodi, dale ánimo, en mi nombre, en el Servicio del
Señor; una preciosa Corona eterna la espera para coronarla en el Paraíso. Queridísima,
encomiéndame a Dios por favor. La cruz de Jesús sea nuestro dulce consuelo. Adiós.

Tu Afectísima Agradecidísima Hermana


BARTOLOMEA DE JESUS

A la Excelente Señora
La Señora PIERINA VIELMI
ARTOGNE

301.- Se alegra por el progreso de la Pía Unión. De parte de Dios le pide una
especial imitación de San Luis

A LUCIA CISMONDI
VIVA JESUS Y MARIA Y EL INMACULADO SAN LUIS

382
Mi Dulcísima Hermana,
Finalmente después de haber deseado mucho este momento para entretenerme
contigo, ahora el Señor me lo regala, y yo de corazón se lo agradezco; quiera Él que lo
aproveche. Tengo muchas cosas que decirte, temo olvidarme alguna. Comenzaré
diciéndote que me fueron muy queridas tus cartas, las hermosas noticias que me das me
consolaron el corazón. Muy satisfecha quedé al conocer las hermosas cualidades de la
excelente Franzoni de la cual te incluyo la carta, agradeciéndole el habérmela enviado. Le
dije al Reverendo Superior de los hermosos dotes de ella, de sus deseos de ser por él
ayudada; le agradó mucho, y yo sería del parecer de que le envíes una carta, anímala tú.
Al Reverendo le presenté tus pedidos para el crecimiento de la Compañía, y todas
las personas que tú nombras fueron aceptadas por él, y me dijo que te dijera que desea
que esté la Señora Cándida Rizieri de Bienno, y sea tu compromiso avisarle, y a otra
jovencita Rizieri de Ossimo conocido de la Vértova. La Ronchi que tú nombras es Santina.
Gozo mucho que vaya así tan bien y creciendo nuestra pía unión. Dios la bendiga y nos
haga a todas Santas que lo deseo de corazón. El Reverendo me dijo que ahora desea
hacer entrar varias del alto Valle Camonica.
Creo que es algo agradable enviarles la misma hoja que me dio nuestro
respetable Superior, porque es más tuya que mía. En ella contiene las prácticas para este
mes, y la obediencia en todo hasta en las más pequeñas cosas, me las dio oralmente.
Leela, o haz una copia como a ti más te guste, que yo estaré contentísima, y cuando me
la reenvíes me será querida.
Te incluyo también la novena de la Virgen del Carmen. Esta vez te dejo a ti el
compromiso de enviársela también a las nuevas que han entrado, es decir a la Señora
Panserini, Franzoni y Rizieri, y así le informarás de todo; otra vez te ayudaré también yo,
especialmente te aseguro que deseo encontrar un estrecha amistad espiritual con la
hermosa alma de la Señora Panserini. Mientras tanto salúdamela, y dile que si me
permite deseo mucho escribirle.
Ahora no te incluyo la hoja de las gracias, porque algunas no las recibí. Es tiempo
que nos detengamos en nosotras.
El Martes hice la Santa Comunión por ti, y le pedía al Señor que me muestre
cuáles son los deseos para contigo, y me pareció que me decía: Di a Lucía que mi San
Luis me era queridísimo, que su vida satisfacía mucho mi gusto, que si Ella desea
complacerme se esfuerce por imitarlo perfectamente, que él debe ser su espejo,
especialmente en el total olvido de sí misma para no recordarse nada más que de mí, su
Dios. He aquí aquello que me parece haber conocido respecto a ti.
Deseo de corazón que todas tus oraciones en este mes sean hechas, para que el
Señor nos regale la rectitud perfecta en el obrar. ¿Qué ganaríamos con todas nuestras

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acciones si nos faltara ésta?... Yo tengo mucha necesidad, y por esto tu caridad se
empeñe en obtenerme esta gracia tan deseada.
Con deseo estoy esperando las luces que tú has tenido para mí en el primer día de
Julio.
Mil saludos y agradecimientos a todas las queridas Hermanas, a nombre también
de las de mi pueblo.
La Madre Abadesa se hace a ti presente para que de corazón la encomiendes al
Señor.
La haraganería de mi cuerpo me llama al reposo, yo no te dejo, me uno en el
dulce Corazón de Jesús y de María; aquí hagamos nuestra morada, aquí aprendamos a
amarlos, aquí aprendamos a hacernos Santas.
Deseo saber alguna noticia de la salud de tu Señora Hermana, a la cual
salúdamela mucho. Adiós, me digo

Tu pobre Hermana
BARTOLOMEA DE JESUS

P.D. Sé que en el sorteo dejé afuera a una, hazme el favor de recordar quién es y
agrégala. Adiós.

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