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- NIMH Diagnostic Interview Schedule for Children, Version IV (NIMH DISC-IV; Shaffer,

Fisher, Lucas, Dulcan, & Schwab-Stone, 2000).

- Barkley interview for ADHD (Barkley, & Murphy, 1998).

- Brown ADD diagnostic (Brown, 1996).

La entrevista es un componente muy importante en la evaluación (Shaffer et

al., 2000), ya que indica al profesional el camino para seguir con una evaluación más

óptima.

B) Escalas de valoración

Las escalas de evaluación de la conducta de los menores, tanto para padres

como para profesores, son esenciales para una adecuada evaluación. Se exponen a

continuación las más utilizadas para la valoración del TDAH:

- Conners Rating Sacales (Conners, 1997, 2008).

Estas escalas, además de ser las más utilizadas en investigación, y también en la clínica. Con
ellas se identifican los criterios diagnósticos del DSM, además de otros factores. Podemos
encontrar una versión para padres (CPRS-R), una versión para profesores (CTRS-R) y una escala
de autoevaluación para adolescentes (CADS-A). De la última edición existe una actualización
con los criterios del DSM-V.

- Child Behavior Checklist (ACBCL; Achenbach, 1991).

Esta escala también ha sido muy utilizada, aunque a diferencia de la anterior no es específica
para el TDAH. Contiene información sociofamiliar y evalúa tanto aspectos internalizantes como
externalizantes de la conducta infantil.

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- Escala para la evaluación del TDAH (EDAH; Farré & Narbona, 1998).

Se trata de una escala basada en las escalas de Conners y adaptada y validada en población
española. Contiene sólo 20 items y puede utilizarse como cribado, ofreciendo información
sobre cuatro factores: hiperactividad, déficit de atención, trastorno de conducta y déficit de
atención con hiperactividad.

- ADHD Rating Scale-IV (DuPaul, Power, Anastopoulos & Reid, 1998).

También se trata de una prueba de cribado, en la que cada ítem se corresponde con los
criterios diagnósticos del DSM-IV.

C) Pruebas psicométricas

A través de estas pruebas se pretende obtener información sobre el funcionamiento de ciertos


procesos cognitivos. Las hay para medir

Por un lado, para medir la atención se puede utilizar el test CARAS (Thurstone &
Yela, 2012), que es una prueba de percepción de diferencias, el test D2 (Brickemkamp,
2002), con el que se pueden obtener diferentes variables de la atención, y la Tarea de
Atención Sostenida (Servera & Cardo, 2006). Por otro lado, para medir la impulsividad
encontramos el Test de Emparejamiento de Figuras Familiares (MFF-20) (Cairns &
Cammock, 2002).
Además hay un tipo de pruebas que es muy utilizado en la evaluación de este
trastorno, que es el “Continuous Performance Test”. Este tipo de pruebas ofrece
información sobre los errores por omisión y por comisión y de los tiempos de reacción
en las respuestas a los estímulos. También se denominan tareas de tipo Go-NoGo. El
Conner´s Continuous Performance Test (Conners, 1995) y el Test Of Variables of
Attention (TOVA) (Greenberg & Waldman, 1993) son algunas de ellas.

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