LIBROS
EL ARTE DE LA NOVELA
UANDO KUNDERA ESTUVO
en México, hablamos de 1a nove-
te, de la literatura, el arte, la terrible
caida de Praga. Ahora racibo ou El arte
de 1a novela, verdadero andlisis subje-
tivo—objetivo de la novela. Me expico.
Kundera es objetivo cuando analiza
las novelan de los demés pero aun den-
tro de eata cbjetividad esta presente el
novelista~ meta, el que crea, con otro
1 & partir de otros, un arte propio de
In novela. Varioe grandes eecritores
hhan oocrito sobre In novela deade Fore-
tear (Aspects of the Nove hasta Unamu-
1n0 (Como se hace una novele). Los
novelistas que eecriben sobre el géne-
ro novelistico suelen proyectar, por ast
decirlo, sus propias idees, sentimien
tos, inctinactones
El arte de la novela me ha levado &
releer varias obras de Kundera y, en
ceapecial, esta maravilloss novela pre-
isa, crtiea, imaginative, irénica, dra-
mdtica —el drama de Praga siempre
presente en Kundera— que es El libro
dela risa y el olvido. En ella, como an-
tes en La vida eaté en otra parte y des-
‘pute en la més reciente La insoportable
Jevedd del ser, el eacritor e entromete
en sus narraciones, como en el prime-
10 de loe aqui citados, de una manera
total y magistral. Por otra parte el pen-
samiento ~see el de Parménides 0 el
de Nietzsche— surge en estas novelas
‘en verdaderoe ensayos.
Milan Kundera se inscribe en una
tradicién que le es muy propia: la de
‘Broch, que tanto ignoramos los que lee-
‘moe en castellano, Kafka, Capek. Por
‘otra parte dos novelistas respetados:
DE MILAN KUNDERA
POR RAMON XIRAU
+ Baio! Vesta, Main, 198, 154 pp.
Cervantes —quien preside el primer
ensayo de El arte de ta novela y Di
dderot. Con todo, Kundera es muy per
sonal, Veamoe solamente un caso. La
obra de Kafka muestra como pocas el
horror de In pura razin que, en nues-
{oe tiempos, e ha convertideen un in
‘telectualismo degpiadado y ajeno a la
vida. Ademés Kafka, al que ahora ve-
mos a veees como profeta “no profet-
1..No sabia que su visin era también
uns pre-visidn”. Katka vivié el buro-
cratismo y vivi6 Ia violencia. lgnoro
hasta qué punto Kundera conoaca a
Canetti, En varina ocasiones se acerca
1 las ideas de éate sobre el poder, este
terrible poder que solamente se reali-
2a, segin Canetti, cuando el poderoso
tha asesinado a todos loa hombres para
ser, extrasiamente, imposiblemente,
poderoso.
Dede el primer capttulode Bl arte de
Janovela , Milan Kundera, que conoce
bien le fowia moderaa sn nunca
confurdir filoofia y novela—,
du que Hnerl ya en ou veer seal
bba que la civilieacin occidental etd
punto de perecer cuando pierde mu Le
benawelt (el “mundo vida” como tra
duce Ferrater Mora). Muchas son tas
smuestran del fin de “‘loe tiempos mo-
ermos” pero Kundera cree (ae trata de
un acto de fe) que la novela podrd ha-
coer vivir la vida, el “mundo-vide" que
la Biloeofia ha pensado anulado —tal el
caso de Heidegger. Bl orte de ta novela
no pretende ser una obra “teérica”—la
palabra es de Kundera—; quiere ser
“un balance” de las ideas del novelia
ta “sobre el arte de la novela”.
Vostia 141 44 Agoate de 1968
El “eopirita de 1a novela” —de una
«otra obra de un mismo autor— ee la
“eontimuidad”. La novela no puede “vi-
vir en paz con nuestro tiempo”. Fren-
te al progreso téenico, cienifico, “la
sabiduria de Cervantes” muestra que
la novela esterd viva cuando “est con-
ta la sabiduria del mundo”.
En Bl artede la novela aparece, divi
dida en doe partes, una larga entrevis-
tade Kundera con Christian Salmon.
Me referiré principalmente ale segun-
da parte, acaso la ma reveladora por
referiree al “arte de Ia composicién””
‘Christian Salmon toma tres temas de
1m obra de Hermann Broch y los plan-
tea a Kundera a modo de preguntas.
Yo especificamente novelistico". Ves
Taos, Uno a uno, estas trea puntos.
““Desnuder radical”. Dice Kunders:
““Asir la complejidad de la existencia
en el mundo moderne exige, a mi mo-
do de ver, una técnica de la elipsis, de
la condensacién”. Una novela exces
vamente larga como El hombre sin
‘atributos que, por lo dems, Kundera
tudmira, hace que el lector ve pierda. La
Jongitud de una novela debe ser “par.
2” para que el lector, al acabar de ler
la, recuerde todavia claramente el eo-
mienzo. Buen ejemplo de esta conden
sacién, las siete partes divididas cada
tuna de elles en siete capitulos breves
de El libro de laraa ye oluido donde,
‘ademés, cada parte y aun cada capitt-
Toconstituyen una suerte de ttalidad
““Contrapunto novelistico”. Bs sabidoque Milan Kundera, hijo de un exce-
lente mésico, se dedicé « la mtisica dee-
de muy joven. Kundera, al referiree
tanto a la economia novelistica como
al contrapunto, recuerda a Janacck.
Jenacek prescindlia de toda téenica int:
{il para quien quiera lleger, como 6 lo
(queria, “al coraném de las cosas” me-
scribe Kundera: “Mi imperative es
‘janacekiano’: despojar a la novela del
‘automatiamo de la téenica novelistica,
hhacerlo denso”. En este punto la eco-
nomia de Kundera algo debe 3 la co-
nomia lingdistica de Kafka,
“BI ensayo novelistico”. Broch pro-
cede, para Kundera, de acuerdo con Ia
“polifonta”. Naturalmente esta met4-
fora es aproximads. En la misica, la
polifonsa ee simulténea mientras que
ln polifonia novelistica ea lineal o, més
polifénico permite, por ejemplo que en
41 Quijote surjan, por lo menos, cuatro
novela. También en el Dostoievaky de
‘Los demonios distingue Kundera trea
dimensiones: la novela “irénica”, la no-
vvela “roméntica”, la novela “politica”.
Por lo demés, en una concepeién poli
fénica de la novela eaben el ensayo, el
‘poems, el pensemiento. Aa en Broch;
EL ARTE DE LA NOVELA
‘ast, sobre todo, en Milan Kundera. Ya
To vimoa en Bi libro de a risa y el olvi-
do, los capitalos se encajonan dentro de
cada parte y cada parte 9e encajona en
In totalidad de la obra. En la primera
parte de la novela (B! angel, titulo que
‘0 repite en la parte sexta) existen los
‘siguientes elementos: la anéedota 80-
‘bre dos estudiantes y sus levitaciones;
Ia marracién autobiogréfiea; el ensayo
critico sobre un libro feminista; la fé-
bula acerca del dngel y el diablo; la
narracién sobre Eluard volando por en
cima de Praga. El angel de ln sexta
parte es Ie narracién onirica de la
igréfico de la muerte del padre del no-
velista; reflexiones sobre musicologia;
reflexiones sobre el olvido que “exter.
mina a Praga” (habria que notar que
esta novela, como casi todas las de
Kundera, esta “vertiginosamente” in:
clinada hacia el “abismo", abiseno del
cual salvan al escritor la imaginacién,
el arta, la reflexién).
Kundera no canfunde nunca la nove-
In com la filosofia. Cree, probablemente
con buena creencia, que en algunas no-
velas puede haber “pensamiento” y
‘aun “conocimiento”, pero no un siste-
‘ma, no una flogotia coherente, sea 0:20
sisteraitica. Lo que Kundera efirma es
‘que el ensayo puede formar parte de la
novela. As{ en #us propias obras. En La
vida eaté en otra parte, “la imaginacién,
0 libera del control de la razéa, de la
Dreocupacién por la verosimilitud”. Ast
In novel inne.
cesibles para la reflexién racional”.
‘La sexta parte de El arte de la nove-
tase titula “Siete palabras”. Se trata
4e las palabras que Kundera repite en
‘sus obras con mayor frecuencia. Al re-
dactar esta lista Kundera ve entera del
terremoto de México. De ahi surge una
palabra, “Octavio”, que lleva a otra,
“Marie—Jooé”. La totalidad de eata
sexta parte, irresumible, es a la vex di-
vertida y apasionante.
En 1985 Kundera recibié el Premio
de Jerusalén. El discurso pronunciado
para recibirlo ne refiere a 1a novela y
Europa y ea le culminacién de El arte
de la novela, Bl texto reitera Ia “sabi-
duria de la novela”, Ia misma que, al
referirse a Cervantes —lo hemos
‘visto— iniciaba El arte de la novela.
Kundera es convincente: lo terrible 6s
‘que “la modernidad haya revestido el
modelo del kitsch” entendido como “la
actitud de quien quiere gustar a todo
‘precio al mayor niimero posible de per-
sonas”, Ante esta amenaza, Ia novela
yy el pensamiento de Kundera constitu:
‘yen un deseo de volver a la eabiduria.
Finalize el discurso; ae acaba el libro.
“Hay que detenerse”, recordemos tan
o6lo la diltima frase de eate arte de la
novela: “Se me estaba olvidando que
Dios se rie cuando me ve pensar”.
COLECCION DE ARENA
B ESTA COLECCION deartt.
recientemente publicada por Alianza
Tree, Halo Calvino, adem de ser el
autor, es también el lector y el prota-
fonista, y el mundo esol bro por
que se desplaza este metédico y curio-
te viajero afin de encontrar y luego
Toosrar certo punto calminantes en
Jos que 1a realidad y la fantasia conflu-
you de tal manera que eurge Ia duda
DE IraLo CaLvino:
POR ALFONSO D’AQUINO
+ Allanan Raleral, Madrid, 1967, 237 pp.
‘acerca de lo que pertenece a uno u otro
‘Ambito, Y¥ una vee localizados estos
puntos vitalen, Calvino se complace en