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Unidad XI

Textos orales formales


Sugerencias para su estudio unidad XI

Otros tipos de textos son los orales formales que, como su nombre lo indica, no son discursos
espontáneos. Son discursos planificados, y, por tanto, documentados y preparados con antici-
pación de la misma manera que los escritos. Su objetivo es profundizar un tema de interés para
compartirlo con profesionales o estudiantes del área.
En esta unidad nos proponemos examinar cuáles son las características de aquellos textos orales
que por su pertinencia en el mundo académico, social o profesional, son usualmente parte de la
vida de estudiosos e investigadores, así como de un público ávido de información relacionada
con la ciencia, la tecnología, las artes o la cultura en general.
Tanto en el caso del debate, como en el panel y la exposición, así como en la mesa redonda y la
conferencia, se usa un registro de habla formal, por lo que es conveniente que revises qué signifi-
cado tiene ese tipo de registro y cuáles implicaciones trae consigo su uso. También averigua qué
papel juega el lenguaje denotativo y cuál el connotativo; cuál de ellos recurre a la persuasión y
cuál descansa más en la parte referencial de la lengua. Todo eso porque como futuro profesional
te interesa conocer qué favorece el éxito de este tipo de comunicación.

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Objetivos de la unidad XI

Al finalizar el estudio de esta unidad, y tras la realización de las diversas actividades, serás capaz
de mostrar las siguientes conductas novedosas:
1.- Caracterizar los textos orales formales en general
2.- Describir las características del debate
3.- Diferenciar los argumentos de los contrargumentos propios de un debate
4.- Establecer las cualidades del panel y los panelistas
4.- Participar en un debate y/o panel planificados en el aula.
5.- Discutir en clase en qué coinciden y en qué difieren la conferencia y la exposición.
6.- Ponderar en qué situaciones comunicativas la mesa redonda adquiere preponderancia.
7.- Indicar qué registro lingüístico impone cada clase de comunicación oral formal.

Esquema de contenido de la unidad XI

1.- El Debate
2.- El Panel
3.- La Exposición
4.- La Conferencia
5.- La mesa Redonda

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11.1 Textos orales formales

Cuando se habla de comunicación oral formal se alude a esas presentaciones personales, cuyo objeto es
divulgar un aspecto cultural, científico o filosófico al que se asiste como expositor o como oyente. La
preparación para estos eventos amerita el mismo rigor que si se tratara de un documento escrito, y de
hecho muchas veces las ponencias de una conferencia, simposio o mesa redonda dan pie a su edición
para artículos en periódicos o en revistas de divulgación científica.
En estos acontecimientos hay que cuidar el lenguaje, el tono del discurso, los gestos, la postura y aun
la manera de vestirse; porque, ciertamente, no procede un traje de etiqueta, pero tampoco informal.
Hay que cuidar, además, el aspecto psicológico. Conferencista y panelista tienen mayor control de la
sobriedad de su discurso y de la calidad de las respuestas al público, si llegan descansados y seguros de
sí mismos.
Consideraremos en esta unidad algunos de los tipos más usuales de comunicación oral y formal: El
debate, el panel, la exposición, la conferencia y la mesa redonda. En algunos de ellos se puede recurrir
al apoyo de un proyector, no así en otros.

11.2 El debate
El debate es una técnica tradicional de comunicación oral, en la cual se discute un tema controversial.
La condición para debatir un tema viene dada por los distintos puntos de vista que acompañan a otras
tantas posiciones antagónicas en torno a un problema de interés público. Con este tipo de comuni-
cación no se pretende aportar soluciones, sino exponer argumentos diferentes para que la audiencia a
quien va dirigida pueda tener una información sólida respecto al tema debatido.
En el debate no se trata de imponer una opinión, sino de tratar de convencer con argumentos y
contrargumentos que hay una alternativa idónea. Por eso, escuchar con atención la posición del otro
es fundamental para responder inteligente y adecuadamente. El participante tiene que ser conciso y
concreto al hablar, y, sobre todo, respetuoso de la opinión del contrincante. El auditorio imparcial
condenará cualquier tipo de ofensa o indiscreción de alguno de los contrincantes desvalorando los
conceptos que emita.
Concurren al debate además de los debatientes, un moderador, un secretario y el público que partici-
pa. El moderador es quien determina el esquema de trabajo- que puede ser un cuestionario- y es quien
anuncia el tema y describe la actividad. También da instrucciones a los participantes sobre la forma de

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conducirse durante la discusión. Toda vez que es vital arribar a conclusiones, el secretario se encarga
de filtrar la información esencial.
En el debate se impone el registro lingüístico formal. Se requiere, como puede inferirse, que los partici-
pantes se documenten exhaustivamente sobre el tema, puesto que el objetivo es persuadir informando
al público interesado. Cada uno debería poder visualizar de antemano las posibles argumentaciones de
la contraparte, y tratar de encontrar argumentos favorables para contrarrestarlas. A los argumentos a
favor, los que demuestran la validez de las afirmaciones, se les llama pruebas; a los que intentan mos-
trar los errores del contrario, se les denomina objeciones.
Actualmente, se realizan debates escritos por medio de los foros de Internet. En ellos encontramos,
igualmente, la figura de los participantes, el moderador, el secretario. El público en este caso está cons-
tituido por los lectores.

11.3 El panel
El panel es un tipo de comunicación oral en la cual varias personas denominadas panelistas, profun-
dizan sobre un tema concreto fijado con antelación. Cada panelista expone su opinión sobre el asunto
que, evidentemente, conoce a plenitud. Suele decirse que el panel es una especie de consulta a los
expertos.
Por lo general, el panel consta de cuatro a seis personas, cada uno de los cuales dispone de alrededor
de diez minutos para perfilar su ponencia; sin embargo, no se trata de una exposición en el sentido es-
tricto de la palabra, sino de un conversatorio entre personas experimentadas que comparten diferentes
posturas sobre el asunto propuesto en un tiempo previsto, casi siempre unas dos horas.
Se impone, como en el debate, el registro formal de lengua, aunque se presupone cierta espontaneidad
en la participación de cada quien. La mesura es particularmente valorada entre panelistas, pues de ellos
se espera que arrojen luz sobre un tema de mucho interés para el público. Su participación, pues, tiene
que ser cuidadosa, evitando los juicios irreflexivos y la subjetividad excesiva.
Hay un moderador, que anuncia el tema y los objetivos del panel y, además, establece el tiempo de
discusión. Un secretario se encarga de anotar los aportes y luego resumir lo expuesto, etapa ésta de
vital importancia. Al final, el moderador se encarga de presentar las conclusiones y de acuerdo con la
planificación previa, crear un espacio para las intervenciones del auditorio.

11.4 La exposición especializada y de divulgación


En la exposición se da a conocer un tema de forma objetiva. Suele destinarse a un público especiali-
zado, y cuando se destina a un público no especializado se denomina exposición de divulgación. En

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ambos casos, el expositor o los expositores emplearán el registro formal. Su estructura se establece en
torno a las tres partes del texto discursivo: introducción, desarrollo y conclusión.
La documentación para la exposición tiene que ser profunda. Se pueden incluir gráficas para la mejor
comprensión de la audiencia. Por lo general el público que asiste a una exposición oral está interesado
en el tema, lo que significa que ya tiene algún conocimiento del asunto. El expositor, por tanto, tiene
que prestar mucha atención a la preparación de los detalles para responder con prontitud y propiedad.
Si acaso desconoce una respuesta, confesarlo con elegancia y sin culpas le evitará momentos desagra-
dables.
Se recomienda vigilar que la dicción sea clara, nunca atropellada. Carmen Galindo y colaboradores
(1997) comentan que no es exagerado ni vanidoso escuchar el discurso en una grabadora o pedirle
a una persona de nuestra confianza que observe cómo se escucha nuestra exposición. Con tiempo y
experiencia, estos pequeños trucos se volverán irrelevantes.
En la exposición se puede hacer uso del proyector o data show. Organizar las informaciones por este
medio evita experiencias indeseables de olvido o desliz. No se espera que una persona memorice toda
la información seleccionada acerca del tema; aunque tampoco es conveniente verter todos los conoci-
mientos adquiridos en los diferentes cuadros. Se trata de manejar sin tensiones los puntos indispensa-
bles para guiar el discurrir del razonamiento, de manera que nunca se produzca la traumática “mente
en blanco”.
Es recomendable reiterar una que otra vez, y con palabras diferentes, algunas ideas nucleares. Este
recurso didáctico permitirá que los oyentes no avezados puedan incluir la información en sus notas, y
que los diestros tengan la oportunidad de reorganizar las suyas. En el cierre, se sugiere, asimismo, que
se recalquen las ideas centrales de la disertación.

11.5 La conferencia
La conferencia es una disertación en público sobre un tema concreto. Cuando el conferencista es una
personalidad con amplios conocimientos y experiencia sobre el tema se habla de conferencia magistral.
Sin embargo, es más usual asistir o participar en una conferencia de corte ligero en la que predomina
el intercambio con el público.
También se conoce como conferencia la conversación entre dos o más personas que se reúnen para tra-
tar un negocio, la que sostienen representantes de distintos gobiernos o aquella en que se da a conocer
la producción de un artista, llamada específicamente conferencia de prensa. Hoy, también tenemos la
teleconferencia, en la cual la conversación se mantiene a distancia mediante un sistema de audio o de
video.
Esta forma de comunicación oral tiene la estructura del texto discursivo: una introducción donde se
destaca cuáles aspectos del tema ocuparán el centro del discurso, y se concluye con una ratificación de

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las ideas fundamentales. No es válido pensar que una conferencia es un acto de habla que ocurre es-
pontáneamente, y que por tanto puede ser improvisado. No se trata de una conversación entre amigos
o familiares, aunque se establezca un conversatorio. Un cierto rigor científico es adecuado en cualquier
tipo de conferencia, excepto tal vez en la de prensa.
En este tipo de evento, importa que el conferencista tenga una buena dosis de empatía con el público
no solo para capturar su atención, sino para responder a sus preguntas con la mejor disposición.

11.6 Mesa redonda


La mesa redonda es una opción fundamental en situaciones sociales donde se requiere entendimien-
to entre las partes. Un intercambio fructífero de ideas, es el objetivo de la mesa redonda. Por lo que
cada participante debe preparar con anticipación sus intervenciones y no dejar espacio al azar. Cada
ponente debe ser capaz de exhibir competencia en el tema anunciado, de lo contrario su lugar debería
quedar libre para otro ponente.
El concepto de “mesa redonda” trae consigo una connotación mitológica. En efecto, cuenta la leyenda
que el rey Arturo de Inglaterra se reunía con sus consejeros a discutir asuntos cruciales para la seguri-
dad del reino. Uno de los integrantes solía ser el Mago Merlín, a cuya legendaria sabiduría se sujetaban
los participantes cuando resultaba difícil llegar a una conclusión.
En la mesa redonda se establece un diálogo en el cual cada ponente presenta con objetividad su plan-
teamiento para discutir la idoneidad de cada ponencia con los demás participantes. Es aceptable la
organización en fichas de la información a compartir. Como el objetivo es revisar un tema de interés
desde diferentes puntos de vista, no es inusual que se presenten confrontaciones entre los expositores,
en cuyo caso el moderador debe tomar la palabra, y buscar la forma de asegurar la condición de diá-
logo del encuentro. No hay que evitar la confrontación de ideas, pero sí los enfrentamientos verbales.
Una de las ventajas de la mesa redonda es que no hay posiciones privilegiadas. En la época medieval
se podía inferir la relevancia de cada integrante en función de los asientos que lo separaba del rey. Esto
probablemente no ocurría en el caso del rey Arturo, cuyo sentido de la justicia es legendario.
El papel del moderador en la mesa redonda es presentar a los participantes. Se hace hincapié en aque-
llos aspectos que el expositor quiere que se destaquen. Al moderador corresponde también conceder la
palabra a cada quién. Y al final de la actividad es quien discrimina los aspectos en los que se ha arribado
a acuerdos y aquellos en los que las discrepancias subsisten.
Cada intervención debería estar regulada de tal manera que los minutos asignados sean suficientes para
que los planteamientos sean completos, sin hacer una exposición magistral del asunto, lo cual no es el
objeto de la mesa redonda. Muchas veces resulta eficaz preparar la ponencia de manera que se pueda
alargar o acortar según el caso, pues en ocasiones, y por diferentes motivos, se produce la inasistencia
de algunos participantes.

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En síntesis: Los textos comunicativos orales y formales requieren de preparación, tanta o más que la
que amerita el texto escrito, toda vez que en este tipo de situación el planteamiento de la tesis y la
respuesta por parte del contrario ocurren de manera instantánea. Los argumentos que no se tienen
asegurados, ya no podrán ser recavados dedicando tiempo extra a complementar la documentación
como ocurre en el tiempo diferido que caracteriza la comunicación escrita.

¿Cuál es el origen de la mesa redonda?

Aplconociiquemos
m i e nt o s
gramaticales.
En general hay tres situaciones nucleares en las que se aplica letra mayúscula: Al comenzar un escrito,
después de punto y a los nombres propios o aquellos comunes que funcionan como propios. En los
siguientes enunciados, identifica el último uso, y reescribe la letra mayúscula correspondiente:
1.- Todos quedaron impresionados con la cortesía del presidente.
2.- Esta obra, la traviata, no es apreciada por todos los públicos.
3.- Su nombre, increíblemente, era mimosa.
4.- No alardees, ¡hombre!, bucéfalo no es el nombre de tu caballo.
5.- Alcancé a verte en la calle 27 de febrero.

Para aumentar el vocabulario, busco en el diccionario las siguientes palabras, y luego


las empleo en la preparación de un pequeño discurso de cinco párrafos para una expo-
sición frente a mis compañeros.
1º.- Moderador: ________________________________________________________
2º.- Objeción: __________________________________________________________

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3º.- Controversial: ______________________________________________________
4º.- Rigor: ____________________________________________________________
5º.- Peculiar: ___________________________________________________________

Resumen de la unidad XI

La comunicación oral formal se refiere a las presentaciones personales, cuyo objeto es divulgar un as-
pecto cultural, científico o filosófico, y al que se asiste como expositor o como oyente. La preparación
para estos eventos amerita el mismo rigor de un documento escrito. De hecho, muchas veces las po-
nencias de una conferencia, simposio o mesa redonda dan pie a su edición para artículos en periódicos
o en revistas de divulgación científica.
En estos acontecimientos hay que cuidar el lenguaje, el tono del discurso, los gestos, la postura y la
manera de vestirse: no es adecuado un traje de etiqueta, pero tampoco demasiado informal. Hay que
cuidar, además, el aspecto psicológico. Conferencista y panelista tienen mayor control de la sobriedad
de su discurso y de la calidad de las respuestas al público, si llegan descansados y seguros de sí mismos.
Los tipos más comunes de comunicación oral y formal son el debate, el panel, la exposición, la confe-
rencia y la mesa redonda. Para algunos de ellos se puede recurrir al apoyo de un proyector o data show,
no así en otros.
 El debate es una técnica tradicional de comunicación oral, en la cual se discute un tema contro-
versial. Con este tipo de comunicación no se pretende aportar soluciones, sino exponer argumentos
diferentes para que la audiencia reciba una orientación pertinente respecto al tema debatido.
 El panel es un tipo de comunicación oral en la cual varias personas denominadas panelistas, tienen
como objeto ponerse de acuerdo sobre un tema concreto fijado con antelación. Cada panelista expone
su opinión sobre el tema que, evidentemente, conoce a profundidad. Suele decirse que el panel es una
especie de consulta a los expertos.
 En la exposición, por su parte, se da a conocer un tema relacionado con el quehacer científico de
forma objetiva. Se destina regularmente a un público especializado, y cuando va dirigida al público en
general es una exposición de divulgación. En cualquier caso, el expositor o los expositores emplearán
el registro formal.

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 La conferencia es una disertación pública sobre un tema concreto. Si el conferencista es una per-
sonalidad con amplios conocimientos y experiencia sobre el tema se habla de conferencia magistral.
Sin embargo, es más usual asistir o participar en una conferencia de corte ligero en la que predomina
la comunicación con el público como la que se planifica para poner en circulación un libro o para
presentar la última producción de un artista.
 La mesa redonda resulta la opción indiscutible en situaciones sociales en las cuales es esencial
un mejor entendimiento entre las personas. De manera que el intercambio fructífero de ideas, es el
objetivo de la mesa redonda, y, por lo mismo, cada participante debe preparar con anticipación sus
intervenciones y no dejar espacio a la improvisación.

Bibliografía de la unidad XI

1.- Alvino Romero, S. (2006). Manual práctico de redacción general. Tercera Edición. Santo Do-
mingo: Editorial Búho.
2.- Galindo, C.; Galindo, M.; Torres-Michúa, A. (1997). Manual de redacción e investigación.
México, D. F. Editorial Grijalbo, S. A.
3.- García Molina, B. (1999). Redacción. Curso superior. Santo Domingo, R. D. Editorial Surco.
4.- García Molina, B. (2012). Redacción. Métodos, organización y expresión del pensamiento. 10º
edición. Surco. Santo Domingo, República Dominicana: Editorial Surco.
5.- Sánchez Lobato, J. (Coordinador). (2006). Saber escribir. Madrid: Editorial Aguilar.
6.- Wikipedia, la enciclopedia: http://www.wikipedia.org/

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Actividades de la unidad XI

I. Ejercicios de asimilación:
1.- Investiga en diferentes fuentes cómo se organiza un debate.
2.- Describe la función del moderador en el debate.
3.- Indica las coincidencias y las diferencias entre el debate y el panel.
4.- Haz un contraste entre la conferencia y la exposición como situaciones formales de comunica-
ción oral.
5.- Investiga la historia e importancia de la mesa redonda.

II. Completa:
1.- __________________: Opción importante en situaciones sociales donde es esencial un mejor
tipo de entendimiento.
2.- _________________: Da a conocer un tema de forma objetiva. Suele destinarse a un público
especializado o para la divulgación de asuntos científicos.
3.- _________________: Es una técnica tradicionalmente de comunicación oral, en la cual se
discute un tema controversial.
4.- _________________: En este tipo de evento, es importante que el expositor tenga una buena
dosis de empatía con el público.
5.- _________________: Es una especie de consulta a los expertos.

Ejercicios para mostrar las competencias adquiridas


III. Invita a tres de tus compañeros, y asistan a una conferencia o mesa redonda o panel, y luego
den a conocer sus observaciones. Presenten el tema, e indiquen las estrategias empleadas por los
participantes.
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IV. Elige un tema de interés, y, junto con cuatro o cinco compañeros, organiza un debate o una
mesa redonda, de acuerdo a las peculiaridades del tema seleccionado. Puede ser también una con-
ferencia, o una exposición, ustedes deciden; pero una vez seleccionado el tipo de comunicación, deben
se consecuentes con su elección para que el resultado sea el esperado.
Para asegurar el éxito de la actividad, realiza previamente los pasos siguientes:
a) Busca información acerca de la organización del tipo de comunicación elegido.
b) Investiga cuáles son las funciones del moderador y el secretario, si el caso lo exigiere.
c) Dedica tiempo suficiente a la documentación del tema objeto de la actividad.

V. Ejercicios de autoevaluación.
Indica en cada caso si la aseveración es verdadera o falsa. Si es falsa, explica la causa.
1.- La comunicación oral formal abarca las presentaciones personales, cuyo objeto es divulgar un
aspecto cultural, científico o filosófico. V F
2.- En los diferentes tipos de comunicación oral y formal hay que cuidar el lenguaje, el tono del
discurso, los gestos, la postura, pero la manera de vestirse no es relevante. V F
3.- A la hora de debatir un tema controversial la mejor opción es un panel. V F
4.- Las pruebas y objeciones son elementos característicos del debate. V F
5.- En debate no se pretende que se aporten soluciones, sino exponer argumentos diferentes para
que la audiencia pueda tener una orientación sólida respecto al tema debatido. V F
6.- Cada panelista es un experto en el tema tratado en este acto comunicativo. V F
7.- La mesa redonda tiene prioridad cuando las circunstancias sociales exigen consenso en torno a
un asunto vital. V F
8.- La exposición es una alternativa lógica cuando se trata de dar a conocer los atributos y produc-
ción de un artista. V F
9.- La exposición de divulgación va dirigida al público no especializado. V F
10.- En la mesa redonda se pretende dar a conocer un asunto relacionado con el quehacer científico.
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