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Osteoporosis en Menopausia
Introducción
La osteoporosis es una enfermedad que hace que los huesos se debiliten, aumentando el
riesgo de fracturas súbitas e inesperadas. Osteoporosis significa “hueso con poros” y
resulta en un aumento de la pérdida de masa y de fuerza ósea. Por lo general no se
descubre la osteoporosis hasta que los huesos debilitados causan fracturas dolorosas
normalmente en la espalda o en cadera y estas fracturas pueden ser debilitantes por fortuna
hay pasos que se pueden tomar para prevenir la osteoporosis antes de ocurrir, si ya se
tiene el padecimiento existen tratamientos que pueden reducir la velocidad por la que
perdemos masa ósea. La osteoporosis está relacionada con la edad, pero afecta
preferentemente a las mujeres por dos razones, la mayor fragilidad en la constitución del
esqueleto femenino, con huesos más delgados y la menopausia, un estado en el que se
produce una disminución drástica en los niveles circulantes de estrógenos, los cuales son
hormonas esteroideas ováricas que ejercen un potente efecto regulador de los procesos
metabólicos de los huesos. A pesar de diferentes estudios científicos aun se desconoce la
causa exacta de la osteoporosis, se es conocido el desarrollo la enfermedad, a grandes
rasgos se conoce que los huesos están hechos de tejidos vivos que crecen, una cáscara
de hueso cortico o hueso denso recubre el hueso trabecular, como una esponja, pero
cuando un hueso está debilitado por la osteoporosis los poros se hacen más grandes y
numerosos, debilitando la estructura interna del hueso.
Se distinguen por lo tanto dos formas principales de la osteoporosis, la involutiva y la
postmenopáusica. La primera afecta a hombres y mujeres, pero principalmente a las
segundas por la constitución más débil de su esqueleto. Por otra parte, la postmenopáusica
sólo afecta a las mujeres.
Epidemiologia
Se calcula que hay 200 millones de personas con osteoporosis en el mundo, en la Unión
Europea y en Estados Unidos presenta osteoporosis un 30% de todas las mujeres
postmenopáusicas y más de un 40% sufrirán fracturas por fragilidad en algún momento de
su vida. En cuanto a fracturas osteoporóticas en la Unión Europea se estimó que alcanzaron
3.79 millones en el año 2000. En México se ha estimado que se destina 0.4% del PIB a la
atención de enfermedades musculoesqueléticas. En España un estudio multicéntrico
detectó una incidencia de osteoporosis densitometría semejante a la europea y
norteamericana. Las fracturas osteoporóticas pueden presentarse a nivel de cualquier
territorio óseo, aunque las más frecuentes son las vertebrales y de muñeca, que presentan
cifras significativas a partir de los 60 años, y las de cadera, cuya incidencia es
especialmente detectable a edades superiores a los 75 años. Un estudio clásico encontró
que a lo largo de los 3.8 años de su duración, las mujeres con fracturas vertebrales
presentaban 8.6 veces más riesgo de morir que las mujeres sin fractura. Si la fractura era
de cadera, el riesgo se incrementaba en 6.7 veces.
TABLA 2. ESTUDIOS SOBRE PREVALENCIA DE LA OSTEOPENIA Y LA OSTEOPOROSIS EN MÉXICO
Diagnóstico
Los organismos internacionales, y particularmente la Organización Mundial de la Salud
(OMS), han publicado escalas en las que se define el riesgo absoluto de fractura de una
persona concreta en función de los factores de riesgo que presente. Entre los factores de
riesgo más potentes están la edad ya comentado, el sufrimiento de una fractura
osteoporótica previa, los antecedentes de fractura osteoporótica en familiares de primer
grado, o la baja densidad mineral ósea (DMO). La OMS ha definido la osteoporosis
femenina en función del resultado de la exploración densitométrica: una reducción de más
de 2.5 desviaciones estándar sobre la DMO máxima en cadera, alcanzada a los 30 años,
se define como osteoporosis densitométrica. Adicionalmente, la OMS establece la categoría
intermedia de osteopenia, en la que se encuadran mujeres cuya DMO está incluida entre
los límites de -1 y -2.5 desviaciones estándar, ambos incluidos.
Los marcadores bioquímicos de recambio óseo son pruebas de laboratorio que practicadas
en sangre o en orina traducen cambios en el remodelamiento óseo y aportan información
útil para la población susceptible de osteoporosis postmenopáusica
Se dividen en dos tipos: los marcadores de resorción ósea como N-telopéptido ligado a la
colágena tipo I sérico y urinario, el C-telopéptido sérico y urinario, la fosfatasa ácida
resistente a tartrato y la desoxipiridinolina urinaria, por otro lado, los marcadores de
formación ósea son: la fosfatasa alcalina óseo-específica, la osteocalcina sérica y el N-
tripéptido de procolágeno tipo I sérico. Si bien es aceptado que una tasa de remodelamiento
óseo alta es un factor de riesgo de pérdida ósea, no puede establecerse que la medición
basal o durante el tratamiento de la osteoporosis postmenopáusica sea indispensable en el
manejo. La correlación entre inhibición en marcadores de recambio óseo y respuesta a
tratamiento evaluada por eficacia antifractura se ha demostrado en diferentes estudios, pero
es relativamente pobre y existe gran dispersión en los datos, por lo que puede concluirse
que en el manejo de la osteoporosis postmenopáusica a nivel individual no es
absolutamente indispensable la evaluación periódica de los marcadores de
remodelamiento.
Referencias: