Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
mayordomía
Charles F. Stanley - Ministerios En Contacto
Tiempos de oración
01
Sin embargo, aunque estemos agradecidos por la generosidad que recibimos de Cristo y de otros, nos puede
resultar difícil ser generosos. Sabemos que el valor de un regalo está en el sacrificio, pues el dador debe pagar
un precio, lo cual puede ser intimidante. Por tanto, en lugar de ello, nos esforzamos en ser autosuficientes.
Esto nos hace codiciosos, ya que no sabemos lo que depara el futuro y lo que necesitaremos. Al perseguir lo
desconocido, trabajamos en perjuicio de nuestras relaciones y de nosotros mismos. Robamos, atesoramos y
retenemos lo de los demás, todo por mantener nuestra seguridad.
Cristo nos advierte contra tales actitudes egocéntricas: “¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! [porque]
La vida no se mide por cuánto tienen” (Lc 12.15 NTV). Por el contrario, la vida consiste en entregarnos a otros,
y el Señor recompensa nuestra generosidad. El autor de Hebreos nos recuerda: “de hacer bien y de la ayuda
mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios” (Heb 13.16).
Por esta razón, hemos compilado este folleto lleno de las enseñanzas del Dr. Stanley sobre cómo podemos ser
buenos administradores de nuestro tiempo, talentos y dinero. Como Salomón dijo sabiamente: “Hay quienes
reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza” (Pr 11.24).
Esperamos que el Señor use este folleto para ayudarle a usted a tomar decisiones sabias con respecto a sus
recursos personales y para disfrutar con Cristo una vida generosa.
De sus amigos de
Ministerios En Contacto
LC 12.42
¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a
tiempo les dé su ración?
02
MAYORDOMOS SABIOS
La vida está llena de decisiones: ¿Cuál es el mejor uso de nuestro tiempo, dones y recursos?
¿Cómo deberíamos cuidar a otros? ¿Qué deberíamos hacer por el bienestar de nuestra
comunidad? Por eso es tan importante saber tomar decisiones sabias. Esto es algo que
muchas personas nunca consideran y, sin embargo, la Biblia está llena de versículos acerca
de la oración y la voluntad de Dios. Si seguimos un plan basado en la Palabra de Dios,
tomaremos decisiones de manera prudente y evitaremos las dificultades y angustias.
Una clave para tomar decisiones sabias se encuentra en el Salmo 25.12 que dice: “¿Quién es
el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger”. La guía de Dios
es prometida a quienes le temen. Esto no quiere decir que debamos sentir miedo de Dios,
sino tener una actitud de reverencia y absoluta dependencia de Él. El Señor está dispuesto
a darnos instrucciones y a responder nuestras peticiones, pero puede no ser de la manera
o en el tiempo que esperamos o deseamos. Para tomar decisiones sabias, debemos confiar
en un plan basado en la Palabra de Dios. Los siguientes pasos nos prepararán para recibir
y escuchar la guía de Dios.
• ANTES QUE NADA, debemos pedirle al Señor que nos indique si hay algo pecaminoso en
nuestra vida que nos impida escuchar la verdad. Podría ser una relación, un hábito, un
prejuicio o cualquier cosa contraria a la voluntad de Dios. El Espíritu Santo será fiel en
señalarnos lo que sea que deba abordarse.
• DESPUÉS, confesemos el pecado y aceptemos que no debe ser parte de nuestra vida.
• LUEGO, arrepintámonos y alejémonos del pecado, pues tal no tiene cabida en la vida de
un creyente que desea vivir en obediencia a Dios.
Paso Nº 2: Llevar nuestros deseos a una posición
de neutralidad.
Esto puede ser muy difícil cuando nuestro deseo por seguir cierta dirección
sea muy fuerte. Sin embargo, si queremos recibir la guía de Dios, debemos
estar dispuestos a cederle nuestras preferencias y decir: “Anhelo saber lo que
quieres que haga”. La primera vez que expresemos estas palabras es posible que
en realidad no seamos del todo sinceros porque nuestros pensamientos estarán
enfocados en lo que deseemos. Sin embargo, Dios escucha este tipo de oración, y
podemos confiar en que nos guiará cuando abramos nuestra mente y corazón a
sus planes, con la certeza de que serán para nuestro bien.
03
LA FE Y NUESTRAS FINANZAS
Un aspecto con el que muchas personas luchan a la hora de tomar decisiones sabias es la administración de las
finanzas. Sin embargo, en la Biblia el Señor habla a menudo acerca del dinero. De hecho, hay más versículos
acerca de este tema que de la oración, el cielo y el infierno. Más de la mitad de las parábolas de Cristo tratan
acerca de la administración del dinero. Nunca nos equivocaremos al seguir las instrucciones bíblicas en lo que
respecta a nuestra economía, porque es nuestra mejor guía en la administración de nuestras finanzas.
04
Esta cosmovisión promete felicidad y seguridad financiera para aquellos que acumulan abundancia, pero
estas son promesas vacías. Algunas de las personas más ricas del mundo son las más desdichadas, y no hay
garantía de que su riqueza no se perderá mañana.
05
• DIOS ES EL DUEÑO DE TODO. De acuerdo con el Salmo 24.1, “De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y
los que en él habitan”. Esta es la primera y principal verdad que debemos entender. Todo lo que consideramos
nuestro es realmente de Dios.
• SOMOS ADMINISTRADORES DEL DINERO DE DIOS. Si el Señor lo posee todo, entonces somos tan solo
administradores de sus posesiones. Todo lo que nos confía debe ser usado como Él lo decida.
• LA PALABRA CLAVE DEL SEÑOR ES DISTRIBUIR. A diferencia de la visión del mundo, que enfatiza la acumulación,
Dios quiere que regalemos lo que Él nos da. En lugar de trabajar para recibir todo lo que podamos, debemos
convertirnos en personas que trabajen para compartir generosamente todo lo que podamos.
06
07
LA ELECCIÓN
Después de escuchar el aliento y la advertencia de Dios, cada uno
de nosotros debe elegir. Una opción es ser obediente al Señor
con nuestros diezmos y confiar en que Él cumplirá su promesa
de proveer para nosotros. La otra alternativa es buscar una gran
posición financiera a través de la acumulación, incluso si requiere
endeudarse. El segundo método nunca conduce a la felicidad, porque
la verdadera alegría solo se encuentra en una relación correcta con
Dios y en la obediencia a su voluntad.
08
U N L U G A R P A R A
COMENZAR
Por fortuna, Dios nos enseña de otra manera: una política fiscal con
una promesa garantizada. Solo necesitamos hacer nuestra parte. En
Malaquías 3.10, Dios nos dice: “Traed todos los diezmos al alfolí y
haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de
los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré
sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.
La política de Dios requiere que avancemos en la fe y participemos activamente en su plan. Como vemos a
partir de este principio que se encuentra en Malaquías, el Padre nos dice que llevemos “todos los diezmos al
alfolí”. Pero, ¿qué significa esto?
Primero, el diezmo es el 10% de lo que producimos o ganamos. Cuando damos una parte de nuestro ingreso,
expresamos nuestra fe y comprensión de que todo lo que tenemos proviene de su mano. Segundo, el diezmo
es justo. Cada uno debe dar en proporción a lo que se le ha dado. Tercero, el diezmo ayuda a la iglesia local a
cumplir con sus necesidades y lograr el trabajo que Dios le ha llamado a hacer.
09
El diezmo provee para la obra del Señor. El diezmo no solo se ocupaba del templo y la casa
pastoral, sino que también estaba destinado a satisfacer las necesidades de los pobres y desfavorecidos. Antes
de que existiera la Seguridad Social, las personas recurrían a la iglesia en busca de ayuda (Hch 2.44-47).
Cuando los creyentes son fieles al diezmo, la iglesia puede llegar a más personas con el evangelio y brindarles
la ayuda que necesitan.
El diezmo honra a Dios. El propósito del diezmo es proporcionarnos una forma apropiada de expresar
nuestra reverencia al Señor. El Padre es digno de nuestra obediencia y confianza porque Él es la fuente de
todo lo bueno que tenemos (Stg 1.17). Lo honramos como Dios soberano cuando reconocemos que todas las
bendiciones que tenemos comienzan con Él. Mientras obedezcamos a Dios jamás padeceremos necesidad,
pues Él nunca nos defraudará.
10
LAS PROMESAS
Quienes han adoptado la promesa del Señor de proveerles no han sido decepcionados. Dios ha
transformado sus vidas y también puede cambiar la suya. Estas son las promesas del Señor:
“OS ABRIRÉ LAS VENTANAS DE LOS CIELOS” (Mal 3.10). En otras palabras, experimentará la provisión del
•
Señor de primera mano.
“DERRAMARÉ SOBRE VOSOTROS BENDICIÓN HASTA QUE SOBREABUNDE” (v. 10). Al honrar a Dios, Él le
•
bendecirá de maneras que nunca podría imaginar.
• “REPRENDERÉ TAMBIÉN POR VOSOTROS AL DEVORADOR” (v. 11). Dios le protegerá a usted y a sus posesiones.
• “Y TODAS LAS NACIONES OS DIRÁN BIENAVENTURADOS” (v. 12). El Señor le dará un poderoso testimonio
entre sus amigos y seres queridos. Muchos conocerán a Dios gracias a su obediencia.
11
Usted puede creer que no tiene suficiente para dar una décima parte de sus ingresos al Señor, pero la verdad
es que no puede darse el lujo de no diezmar. Las bendiciones que echará de menos son demasiado grandes y
las consecuencias que enfrentará son demasiado devastadoras.
En Marcos 12.41-44, el Señor habló de una mujer que tuvo que sacrificar mucho para diezmar. Aunque otros
dieron mucho más, Jesucristo se refirió a su ofrenda, diciendo: “De cierto os digo que esta viuda pobre echó
más que todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les sobra; pero ésta, de su
pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento” (vv. 43, 44).
¿Cree que el Señor necesitaba sus dos monedas de cobre? No. ¿Pero honró su confianza en Él? ¡Absolutamente!
Del mismo modo, Dios ni necesita ni quiere nuestro dinero. Lo que desea es una relación personal con
nosotros: bendecirnos y enseñarnos a depender de Él. Y cuando confiamos en el Señor con todo lo que
tenemos, Él cambiará nuestra situación y nuestros deseos.
¿Cree en la Palabra de Dios? ¿Confía en que el Padre lo salvará y lo cubrirá? ¿Cree que sus planes son lo mejor
para usted? Entonces confíe en Él con sus recursos y observe mientras provee para usted. Todo se reduce a la
obediencia y la fe. ¡Ciertamente, Dios cumplirá su promesa de bendecir nuestra obediencia de maneras que
nunca podríamos imaginar!
Todo lo que tenemos te pertenece. Mientras intentamos tener cada vez más, Tú nos llamas a buscar
menos, porque cuanto más nos aferremos, menos tendremos ya que no derramarás bendiciones sobre
nuestros puños cerrados. Ayúdanos a distribuir lo que nos has dado con las manos abiertas, confiando
en que proveerás para todas nuestras necesidades. Sabes exactamente lo que necesitamos, y lo único
que tenemos que hacer es abrir nuestros ojos, corazones y manos a tu bondad y guía. Ayúdanos a ser
generosos, tanto en la entrega como en la recepción de tus bendiciones. Muéstranos cómo acumular
tesoros en el cielo en lugar de simplemente adquirir riquezas terrenales, porque solo los primeros tienen
valor eterno. Amén.
PARA MÁS INFORMACIÓN ACERCA DE LO QUE SIGNIFICA TENER UNA RELACIÓN CON DIOS A TRAVÉS DE JESUCRISTO,
VISITE ENCONTACTO.ORG/CREE. TAMBIÉN PUEDE CONTACTARNOS POR ENCONTACTO.ORG/CONTACTENOS O
LLAMAR AL 1-800-303-0033.