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Preferencias alimentarias de Phylloicus sp. (Trichoptera: Calamoceratidae) en un río tropical de la Sierra Nevada de Santa Marta (Colombia) View project
Evaluación de la población bacteriana total en tres cuerpos de agua lénticos mediante la técnica de epifluorescencia. View project
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Colección Textos
Facultad de Ciencias
Edición
Coordinación de Publicaciones, Facultad de Ciencias
Resumen 11
Abstract 17
Prólogo 23
Agradecimientos 25
Introducción 27
Capítulo 1
Protocolo para el muestreo y seguimiento de humedales
Protocol for sampling and monitoring of wetlands 33
Resumen 34
Abstract 34
1.1. Definiciones básicas y consideraciones generales sobre el monitoreo de humedales 34
1.1.1. Objetivos de un programa de biomonitoreo 35
1.1.2. El problema de la replicación en el monitoreo 37
1.1.3. Muestras individualizadas vs. muestras compuestas 37
1.1.4. Tipo de análisis de datos 39
1.1.5. Tipos de datos y métricas biológicas 39
1.1.6. Muestras cualitativas vs. cuantitativas 42
1.1.7. Localización de los sitios para la toma de muestras 43
1.1.8. Variabilidad temporal en el monitoreo 44
1.2. Aspectos estadísticos para el muestreo en humedales 45
1.2.1. Poblaciones y muestras estadísticas 45
1.2.2. Diseños estadísticos 46
1.3. Elementos de biomonitoreo y evaluación biológica rápida 47
1.3.1. Biomonitoreos, bioensayos y monitoreo químico 48
1.4. Protocolo para la recolección de muestras de agua para análisis físicos y químicos 50
1.4.1. Categorización de sitios de muestreo en el monitoreo físico y químico de los humedales 52
1.4.2. Estimación preliminar y simplificada de la calidad del agua 54
1.4.3. Tipos de variables físicas, químicas y bacteriológicas importantes en el monitoreo de
los humedales 55
1.5. Las algas en los humedales 57
1.5.1. Muestreo del fitoplancton 58
1.5.2. Muestreo del neuston 59
1.5.3. Muestreo del metafiton 59
1.5.4. Muestreo del epipelon y el plocon 60
1.5.5. Muestreo del epifiton, epixilon y epiliton 60
1.5.6. Preservación de las muestras 60
1.5.7. Procedimientos de identificación y conteo de muestras de algas 60
1.5.8. Análisis semicuantitativo rápido de algas 63
Capítulo 2
Los productores primarios en la evaluación limnológica de los humedales 81
2.1. Implementación del protocolo para estudiar las microalgas del perifiton en
los humedales urbanos Guaymaral, Santa María del Lago y Tibanica
Implementation of the protocol to study microalgae periphyton in the urban wetlands
Santa María del Lago, Guaymaral and Tibanica 82
2.1.1. Introducción 83
2.1.2. Metodología 83
2.1.3. Resultados y discusión 84
2.1.4. Referencias bibliográficas 106
2.2. La comunidad del fitoperifiton y el estado ecológico de los humedales Santa María
del Lago, Meridor y Juan Amarillo
Phytoperiphyton community and the ecological state of the Santa María del
Lago, Meridor and Juan Amarillo wetlands 107
2.2.1. Introducción 108
2.2.2. Metodología 109
2.2.3. Resultados 112
2.2.4. Discusión 121
2.2.5. Agradecimientos 123
2.2.6. Referencias bibliográficas 124
2.3. Estado trófico de los humedales Tibanica, Guaymaral, Jaboque y Meridor a partir de
la composición, biomasa y producción del fitoplancton
Trophic state of Tibanica, Guaymaral, Jaboque and Meridor wetlands based on the
composition, biomass and production of phytoplankton 126
2.3.1. Introducción 127
2.3.2. Metodología 128
2.3.3. Resultados 130
2.3.4. Discusión 137
2.3.5. Conclusiones 142
2.3.6. Agradecimientos 142
2.3.7. Referencias bibliográficas 142
2.4. El fitoplancton y el grado de trofismo de los humedales Santa María del Lago y
Juan Amarillo y del embalse San Rafael
Phytoplankton and trophic status of Santa María del Lago and Juan Amarillo wetlands
and San Rafael dam 147
2.4.1. Introducción 148
2.4.2. Metodología 149
2.4.3. Resultados 151
Capítulo 3
Los macroinvertebrados como herramienta de valoración de los humedales 197
3.1. Implementación del protocolo para valorar las comunidades de
macroinvertebrados asociados a la vegetación de los humedales Guaymaral,
Santa María del Lago y Tibanica
Implementation of the protocol to assess macroinvertebrate communities
associated with the vegetation of Guaymaral, Santa Maria del Lago
and Tibanica wetlands 198
3.1.1. Introducción 199
3.1.2. Metodología 199
3.1.3. Resultados y discusión 200
3.1.4. Referencias bibliográficas 217
3.2 Estado limnológico de los humedales Tibanica, Guaymaral, Jaboque y Meridor
utilizando macroinvertebrados como bioindicadores
Limnological state of the Tibanica, Guaymaral, Jaboque and Meridor wetlands using
macroinvertebrates as bioindicators 218
3.2.1. Introducción 219
3.2.2. Metodología 220
3.2.3. Resultados 222
3.2.4. Discusión 227
3.2.5. Agradecimientos 230
3.2.6. Referencias bibliográficas 230
3.3. Relación de las variables físicas, químicas y microbiológicas con la distribución
espacial y temporal de las comunidades de odonatos en los humedales La Vaca
y Santa María del Lago
Relationship of the physical, chemical and microbiological variables with the spatial
and temporal distribution of odonate communities in La Vaca and Santa María del
Lago wetlands 232
3.3.1. Introducción 233
3.3.2. Metodología 234
3.3.3. Resultados 240
3.3.4. Discusión 248
3.3.5. Conclusiones 250
3.3.6. Agradecimientos 251
3.3.7. Referencias bibliográficas 251
11
Desde el punto de vista físico y químico, todos los humedales tendieron a valores
altos de ortofosfatos, nitrógeno inorgánico, conductividad eléctrica y materia orgá-
nica. Estas condiciones se reflejan tanto en la composición de organismos autótrofos
(las algas perifíticas, las algas planctónicas y las plantas acuáticas) como en el tipo de
individuos heterótrofos (los macroinvertebrados acuáticos).
Se encontró que las cianobacterias, las clorofíceas y las bacilariofíceas fueron los gru-
pos con mayor representatividad en el fitoperifiton de Santa María del Lago, Meridor
y Juan Amarillo (subcapítulo 2.2). Las variables de la comunidad perifítica que resul-
taron tener mayor potencial como indicadoras fueron la abundancia y la composi-
ción. Otras variables de las algas perifìticas, como el índice de diversidad de Shannon
y la concentración de clorofila a no reflejaron eficientemente las diferencias entre los
sistemas estudiados. Para las diatomeas del perifiton de cinco humedales urbanos
(Guaymaral, Jaboque, Juan Amarillo, Santa María del Lago y Tibanica) y un hume-
dal rural (Meridor), se establecieron valores de polución y se calculó un índice para
evaluar la calidad del agua en cada ecosistema (subcapítulo 4.2).
12
se estableció el estado trófico con base en las algas planctónicas y en otros índices.
Independientemente de las categorías arrojadas por los diferentes índices tróficos uti-
lizados, el orden entre los sistemas se mantuvo constante, con Juan Amarillo como el
ambiente de mayor trofismo, San Rafael como el de menor y Santa María del Lago
en una posición intermedia.
13
En cuanto al índice de calidad fisicoquímica del agua (ICA) y a los índices de estado
trófico, se vio que Santa María del Lago tuvo la mejor calidad, seguido por Guay-
maral con un valor intermedio (capítulo 4.1). Tibanica mostró la menor calidad del
agua. Las clasificaciones tróficas basadas en las concentraciones de clorofila a y fósforo
total no discriminaron el grado de trofismo de cada humedal. Los índices tróficos de
Carlson (IET) señalaron que Tibanica tendió a la hipereutrofia, Guaymaral fluctuó
entre hipereutrofia (fósforo y transparencia) y oligotrofia (nitrógeno y clorofila a) y
Santa María estuvo en las categorías de mesotrofia (clorofila a), eutrofia (nitrógeno
y transparencia) e hipereutrofia (fósforo total). Estas clasificaciones son confusas y
sugieren tener en cuenta otros factores como la proporción nitrógeno: fósforo, la
extensión y profundidad del espejo de agua y la presencia de vegetación macrofítica.
14
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Studies compiled in this document were developed in several wetlands of the Sabana
de Bogotá and at different times. Guaymaral, Santa María del Lago, and Tibanica
served to test the protocol in terms of periphyton and macroinvertebrates (Subchap-
ters 2.1 and 3.1, respectively), as well as to propose physicochemical water qual-
ity indices (Subchapter 4.1). The general estimation of phytoperiphyton was held
in Santa María del Lago, Meridor, and Juan Amarillo (Subchapter 2.2). In Jaboque,
Meridor, Tibanica, and Guaymaral biomass and production of phytoplankton was
assessed (Subchapter 2.3). San Rafael, Santa María del Lago, and Juan Amarillo were
chosen for the assessment of different measures of trophic state, including phyto-
planktonic ones (Subchapter 2.4). The study of macrophytes and their seed bank was
made in Tibanica (Subchapter 2.5). In Tibanica, Guaymaral, Meridor, and Jaboque
the macroinvertebrate communities were evaluated (Subchapter 3.2), and in La Vaca
and Santa María del Lago only the odonates were studied (Subchapter 3.3). Guay-
maral, Jaboque, Juan Amarillo, Santa María del Lago, Tibanica, and Meridor were
selected to develop limnological indices based on periphytic diatoms (Subchapter
4.2), and other communities (Subchapter 4.2).
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From a physicochemical point of view, all the wetlands had high values of ortho-
phosphates, inorganic nitrogen, organic matter, and conductivity. These conditions
were reflected in both autotrophic organisms composition (periphytic algae, plank-
tonic algae and aquatic plants) and the kind of heterotrophic animals (aquatic mac-
roinvertebrates types).
According to the sampling protocol proposed in this book, the valuation of peri-
phytic algal communities in Guaymaral, Santa María del Lago and Tibanica (Sub-
chapter 2.1) allowed the detection of four algal arrangements, which were indicative
of the limnological conditions of each wetland. It was found that the biotic richness
in Santa María del Lago considerably increased when abundance increased slightly.
In Guaymaral abundance and richness varied widely without correlation in this
changes. Tibanica recurrently presented lower richness in contradiction of wide vari-
ations in abundance. The Bacillariophyceae dominated Guaymaral, there was a more
equitable distribution of Chlorophyceae, Bacillariophyceae, and Cyanophyceae in
Santa María, and an absolute dominance of Cyanophyceae in Tibanica. Significant
correlations between the algal reasons and the Carlson’s index of trophic state for
total phosphorus occurred. These ratios between taxa richness of algal groups could
be used as biotic indices to assess the degree of wetlands trophy.
The phytoplankton had a high primary production and an elevated chlorophyll a con-
centration (72.6 to 75.2 mg m-3) in Jaboque (Subchapter 2.3). Meridor, considered
as the best preserved wetland, suffered a bloom of Ceratium furcoides (Dinophyceae).
The euglenonoids were found in all wetlands and Cyanobacteria were dominant in
Guaymaral and Tibanica during dry seasons. The phytoplankton showed that Mer-
idor was a system with a meso-eutrophic state, while the other wetlands were eutro-
phic. Meanwhile, in Juan Amarillo, Santa María del Lago and San Rafael reservoir
(Subchapter 2.4), the trophic state was established based on planktonic algae and
other indices. Regardless of the categories assigned by the different trophic indices
used, the hierarchy between systems remained constant, with Juan Amarillo as the
environment of greater trophy, San Rafael as the lower trophic state and Santa María
in an intermediate position.
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The aquatic plant community was studied in detail in Tibanica wetland (Subchapter
2.5). The seed bank (SB) was evaluated in patches of rushes (Schoenoplectus californicus)
and bulrushes (Typha latifolia) stands in three areas of the wetland. In the SB 15 spe-
cies with densities between 125 and 2438 seeds m-2 were found. In the standing veg-
etation 17 species were recorded. The patches of rushes showed greater richness, but
also more invasive species as Pennisetum clandestinum. The bulrushes communities
were heavily dominated by T. latifolia. The similarity between the SB and the stand-
ing vegetation ranged between 31% and 54%. It is proposed to limit the use of SB as
restoration strategy in the short term due to the abundance of invasive species’s seeds.
It is also suggested to control the invasive plant P. clandestinum to avoid or reduce it
presence in the plant communities of Bogotá wetlands.
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The Odonate naiads of La Vaca and Santa María del Lago wetlands (Subchapter 3.3)
showed certain tendency to abundance diminution in places with higher organic
matter and enterobacteria. Both wetlands had a great variability in the physicochem-
ical conditions, with a trend of decreasing pollution as the dumping points were
more distant. This improvement in the physicochemical and microbiological vari-
ables matched with the increase in the abundance of nymphs. Thus, in La Vaca hap-
pened a gradient in the abundance of species Enallagma civile and Ischnura cruzi,
which increased from the water ingress to the nearest point to the effluent. In Santa
María del Lago, nymphs were presented throughout the wetland, although the spe-
cies Mesamphiagrion laterale was only found in the water mirror points. Apparently,
organic matter and bacteriological contamination affected the abundance and spatial
distribution of the naiads. The abundances of three species of Odonata were scarce at
sites where total coliforms and E. coli were higher. Naiads of Rhionaeschna marchali
exhibited some tolerance to pollution, while the abundance and distribution of M.
laterale had no clear association with the environmental variables.
With regard to the index of physicochemical water quality (WQI) and the trophic
state indices, Santa María del Lago showed the best quality, followed by Guayma-
ral with an intermediate value (Subchapter 4.1). Tibanica exhibited the lowest water
quality. Trophic classifications based on the concentrations of chlorophyll a and total
phosphorus did not discriminate the degree of trophy of each wetland. The Carl-
son’s trophic state indices (TSIs) stated that Tibanica had a tendency to hypereutro-
phy, Guaymaral fluctuated between hypereutrophy (phosphorus and transparency)
and oligotrophy (nitrogen and chlorophyll a), and Santa María was in the catego-
ries of mesotrophy (chlorophyll a), eutrophy (nitrogen and transparency) and hyper-
eutrophy (total phosphorus). These classifications are confusing and suggest taking
into account other factors such as the ratio nitrogen: phosphorus, the extension and
depth of the water mirror and the presence of macrophytic vegetation.
The correlations between the diatom index of Bogotá wetlands (IDHB) and the
pollution variables were high (Subchapter 4.2). According to the scale of limno-
logical state established with the diatom index, the six wetlands were classified as fol-
lows: Santa María and Meridor had acceptable limnological conditions, Guaymaral,
Jaboque and Tibanica were in fair condition, and Juan Amarillo showed poor condi-
tion, which indicated that this wetland was severely contaminated.
Finally, the limnological index (Icol) developed (Subchapter 4.3) was based on
physical and chemical variables (temperature, dissolved oxygen, pH, conductiv-
ity, hardness, chloride, ammonium, nitrite, nitrate, orthophosphate, biological oxy-
gen demand) and phytoplankton, periphyton, macroinvertebrates and macrophytes
communities. Wetlands were classified according to the Icol into three categories:
with “acceptable limnological conditions” (Meridor, Jaboque and Guyamaral), with
“regular limnological conditions” (Santa María del Lago and Juan Amarillo) and
20
with “bad limnological conditions” (Tibanica). The proposed index can be used to
assess changes in wetlands due to restoration actions, cleaning, and hydraulic con-
trol, as well as to monitor the deterioration caused by deposition of waste and debris,
introduction of exotic species, and water pollution.
21
Los humedales son ecosistemas acuáticos insertos en la naturaleza, que no solo han
sido testigos de la evolución de las sociedades en la tierra, sino que paradójicamente,
por la expansión del ser humano, la escasez de agua, el cambio climático y la demanda
de los servicios ambientales, son hoy los más amenazados, hecho que reclama una
mirada sostenible para su conservación y manejo integral.
23
El desarrollo de los capítulos sienta las bases para la construcción de un sistema jerár-
quico del estado trófico de los humedales, la aplicación de una versatilidad de índices
(BMWP, índice de calidad fisicoquímica del agua [ICA], índices de estado trófico,
índice limnológico [Icol], e índice biótico de familias de Hilsenhoff [HFBI], entre
otros) y la propuesta de una herramienta metodológica seria para abordar el estudio
de la calidad del agua, la biodiversidad, los organismos indicadores y la ecología de
los humedales.
Este libro será una obra de consulta obligada para entender los aspectos asociados a la
ecología de la perturbación de ambientes acuáticos urbanos neotropicales.
24
25
27
muy singular”. La flora singular de los humedales bogotanos está constituida funda-
mentalmente por plantas herbáceas acuáticas y semiacuáticas (macrófitas), que son
las dominantes en la fisonomía y en el funcionamiento ecológico de este tipo de
ecosistemas. Los humedales así definidos son sistemas palustres, es decir, ambien-
tes cenagosos o pantanosos de escasa profundidad, cubiertos por vegetación acuá-
tica (Cowardin, Carter, Golet y Laroe, 1979). Vistos como un bioma, los humedales
palustres se asimilan a los pedobiomas freatófitos (Hernández y Sánchez, 1992), los
cuales son formaciones vegetales en áreas localizadas en las que el suelo está sobresa-
turado, saturado o subsaturado de agua.
28
En términos generales, los trabajos que forman parte de este libro se refieren no solo a
la caracterización biótica y ecológica de los diferentes componentes de los humedales
bogotanos, sino principalmente a los usos que dicha información puede tener para la
valoración del estado de “salud ecológica” de estos ambientes. Así, los distintos capí-
tulos incluyen aspectos relativos a la determinación del grado de eutrofización, de
contaminación o de su condición limnológica, mostrando qué tan alterados están
los humedales estudiados. Esta información será muy útil para comparar en el futuro
cómo se recuperarán o deteriorarán los ecosistemas valorados. También es informa-
ción que puede emplearse en planes de manejo y de gestión ambiental.
El primer capítulo de este libro presenta una propuesta metodológica muy completa
para el muestreo y monitoreo de los humedales, que va desde la definición de obje-
tivos hasta la revisión de los métodos particulares para el estudio de cada comunidad
biótica. A continuación, se muestran las investigaciones relacionadas con algunos
grupos de organismos autótrofos; es decir, aquellos que tienen la capacidad de hacer
el proceso de fotosíntesis, tales como las microalgas planctónicas y perifíticas y las
29
plantas acuáticas (capítulo 2). Los invertebrados acuáticos son el tema del capítulo 3,
en el que se explora su utilidad como biondicadores. Una vez se presentan los datos de
las comunidades acuáticas y las características físicas y químicas del agua, se procede
a exponer algunos métodos de indicación integral, que incluyen tanto los aspectos
abióticos como los bióticos; estos métodos se muestran en el capítulo 4.
Los autores esperan que tanto las personas y entidades comprometidas con el cui-
dado y conservación de los humedales, como los lectores desprevenidos y los inte-
resados en los temas limnológicos, encuentren en este texto una fuente de datos,
técnicas y métodos que permitan un mejor conocimiento de nuestros humedales
urbanos y que a mediano y largo plazo favorezcan su sostenibilidad ecológica.
Referencias bibliográficas
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tensis (Humbold, 1821) (Pisces: Characidae), en la Sabana de Bogotá (tesis de
biología) Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
30
31
33
Resumen
Se propone una serie de metodologías para realizar los muestreos, análisis de labo-
ratorio y tratamiento de la información de los componentes físicos y químicos del
agua y de las comunidades bióticas (algas e invertebrados acuáticos) en los ecosiste-
mas de humedal. Se incluyen algunos aspectos relacionados con el diseño de un plan
de seguimiento y con el tratamiento estadístico de los datos.
Abstract
A set of methodologies is proposed for sampling, laboratory analysis and data pro-
cessing for physico-chemical components of water and biotic communities (algae
and aquatic invertebrates) in wetland ecosystems. Some aspects related to the design
of a monitoring plan and the statistical treatment of the data are also included.
Manejo del ecosistema: está orientado hacia metas definidas, ejecutado por políti-
cas, protocolos y procedimientos que se adaptan mediante monitoreos basados en el
mejor conocimiento disponible sobre los procesos e interacciones ecológicas necesa-
rias para sustentar la estructura, función y composición biótica de los ecosistemas.
34
Los organismos indicadores presentan ciertas ventajas, puesto que tienen un espec-
tro amplio de sensibilidades y rapidez de respuesta a los tensores: desde organis-
mos de reproducción rápida y amplia dispersión (bacterias, microalgas) que actúan
como indicadores tempranos, hasta organismos de larga vida y de lenta recuperación
(macrófitas, algunos invertebrados y peces) que pueden indicar el impacto de tenso-
res no permanentes.
35
El primer objetivo puede ser muy adecuado para ubicar sitios con poco o ningún
impacto, que sirvan de referencia para comparar los lugares degradados o en proceso
de recuperación. El papel de los humedales de referencia en el monitoreo de la recu-
peración y mitigación ha sido analizado por Brinson y Rhinehardt (1996). Es nece-
sario contar con unas condiciones de referencia para establecer metas concretas en la
recuperación de los humedales, evaluar el proceso de recuperación y detectar fallos
para reorientar las acciones.
Idealmente, los sitios de referencia deben ser equivalentes a los sitios de prueba
excepto en la intervención humana. Sin embargo, esto es muy poco factible, por
lo cual es necesario tener una clasificación de los humedales y determinar el inter-
valo de variación de las comunidades dentro de cada clase y así poder evaluar si un
sitio de prueba potencialmente degradado se sale de ese rango o no (Brinson y Rhi-
nehardt, 1996).
Invasoras exóticas No Sí
Calidad del agua (olores, aceites, etc.) Buena (No) Desconocida (Sí)
36
de expertos. Brinson y Rhinehardt (1996) señalan que se deben tener en cuenta los
criterios resumidos en la tabla 1.1 para la selección de humedales de referencia.
Las réplicas varían de acuerdo con los objetivos y el alcance del estudio:
Cuando cada sitio constituye una réplica dentro del diseño de muestreo, las muestras
individuales dentro de cada sitio no contribuyen a la capacidad de detectar diferen-
cias entre sitios (p. ej., sitios de referencia vs. sitios de prueba), pues solo dan el valor
medio de ese sitio en particular. Sin embargo, al conservar los valores individualiza-
dos se puede efectuar un control de calidad de los datos (precisión de la técnica de
colección o medida, variabilidad intrasitio, identificación de datos extraños, etc.).
37
Saber cuántas muestras son necesarias para tener una representación adecuada del
sistema es otra cuestión que debe plantearse. Existen varias aproximaciones, como la
curva acumulada de especies, la curva acumulada de diversidad, las curvas de rarefac-
ción o los estimadores Jack-Knife y Chao, entre otros. Para detallar estas técnicas se
sugiere consultar los textos de Ramírez (2005, 2006).
Figura 1.1. Ejemplo hipotético de un diseño de muestreo para comparar la fauna de macroinvertebrados
entre sectores de un humedal, con réplicas y tamaño muestral definidos. Se toman tres réplicas
en cada uno de los tres tipos de vegetación y en aguas abiertas de cada sector del humedal
38
Ademas de las variables de la tabla 1.2, otro tipo de parámetros cuantitativos que se
pueden considerar son los atributos funcionales de los organismos, tales como los
cambios en la morfología (longitud media, relación superficie/volumen), las modi-
ficaciones fisiológicas (tasas respiratorias, velocidad de crecimiento) o las diferencias
en el comportamiento. Estos rasgos funcionales son sensibles a cambios de baja mag-
nitud pero de gran relevancia ecológica como las fluctuaciones en los nutrientes o la
presencia de metales pesados.
39
Tabla 1.2. Niveles de datos en los que se basan la mayoría de los monitoreos
Riqueza de especies:
número de taxones X Totales Comparación
presentes
Composición
X Presencia - ausencia
taxonómica
Índices de
Rangos de abundancia de espe-
similaridad, análisis
Abundancia relativa X cies y comparación cualitativa:
multivariados,
referencia vs. monitoreado
gráficas
Diferencias (medias ± desviación multimétricas
Abundancia
X estándar) en número, biomasa o
absoluta, producción
producción
40
41
En el esquema de la figura 1.3 se trata de sintetizar los elementos que se deben tener
en cuenta en el diseño del muestreo, tanto para el tipo de muestra, como para la reso-
lución taxonómica y el número de taxones incluidos. El mayor nivel de resolución
taxonómica en la identificación de las muestras permite una mayor capacidad de
detección de respuestas específicas frente a los tensores que ocasionan el deterioro o
a las medidas de restauración. Asimismo, un diseño de muestreo que permita incluir
no solo las especies dominantes por su abundancia y amplia distribución sino las más
restringidas e incluso las especies raras, permitirá detectar cambios de menor magni-
tud en el sentido de la recuperación o el deterioro del humedal monitoreado frente
a la situación de referencia.
El diseño puede combinar las dos técnicas de muestreo: cuantitativo para la abundan-
cia de las especies dominantes, que permite comparar diferencias entre sitios y hábi-
tats; cualitativo para evaluar la riqueza y composición taxonómica. En toda situación
debe tenerse en cuenta un esfuerzo de muestreo estandarizado (tiempo, área o longi-
tud recorrida, número de barridos o dragados, etc.) que permita hacer comparacio-
nes posteriores. Sin esta estandarización, sería muy difícil confrontar los resultados
con los monitoreos que se hagan más adelante, lo que hará perder confiabilidad a los
procesos de seguimiento.
42
Figura 1.3. Elementos a tener en cuenta para el diseño del muestreo (modificado de Rader y Shiozawa,
2001, con permiso de los autores. P \ A: presencia - ausencia)
Para la ubicación de las unidades muestrales (sitios) debe tenerse en cuenta que las
poblaciones biológicas tienden a presentar patrones agregados debido a preferencias
de hábitat. Los criterios de selección varían de acuerdo con la comunidad de que se
trate y las limitaciones técnicas.
Por otra parte, debe decidirse entre muestrear todos los hábitats o solo alguno(s)
específico(s). La riqueza de especies, por ejemplo, puede variar de un hábitat a otro
en un mismo sitio, de modo que deben muestrearse los mismos hábitats en el sito de
43
Si los factores tensionantes actúan diferencialmente sobre los distintos tipos de hábi-
tats, al seleccionar un hábitat menos susceptible al impacto para muestrear se puede
pasar por alto la detección del deterioro. Para solucionar esto se deben muestrear los
mismos tipos de hábitats en el humedal de referencia y en el alterado: una muestra
compuesta cualitativa (3-5 unidades) por cada sitio/hábitat permite detectar las dife-
rencias entre referencia y deterioro.
Cuando los hábitats están fragmentados se dan muchos efectos de borde que incre-
mentan la variabilidad intrasitio. Esta elevada variablidad local puede enmascarar los
efectos de cambio o las diferencias entre hábitats si se seleccionan unidades mues-
trales sobre los bordes. Por ejemplo, muestras de la periferia de un parche de enea
(Typha sp.) con vegetación flotante, pueden diferir de las tomadas en el mismo par-
che, así que al comparar muestras de borde en el humedal de referencia con muestras
de interior en el humedal monitoreado, las diferencias no se pueden atribuir clara-
mente al estado de deterioro o recuperación.
44
— ¿El conjunto de humedales debe dividirse en clases en cuanto a los diferentes atri-
butos?
— ¿Cuáles son las características físicas, químicas y biológicas relevantes para el aná-
lisis?
Según se trate de evaluaciones de humedales individuales, grupos o la totalidad
de ellos en una región dada, deben plantearse preguntas del tipo:
— ¿El humedal monitoreado es (o no) diferente de otros de su misma clase? ¿Es (o
no) diferente de los humedales de referencia?
— ¿Qué proporción y cuáles humedales difieren de las condiciones de referencia?
— ¿Ha mejorado la condición de un humedal deteriorado a lo largo de un proceso
de recuperación o mitigación de impactos? ¿En qué atributos ha recuperado con-
diciones similares a las de un humedal de referencia no intervenido?
Un objetivo importante puede ser establecer relaciones entre variables para desa-
rrollar modelos predictivos o descriptivos (estadísticos) para diseñar medidas de
manejo; las preguntas son del tipo:
— ¿Se pueden predecir atributos de las comunidades bióticas de un humedal con
base en las cargas de nutrientes?
— ¿Se puede predecir un atributo de las comunidades de un humedal con base en el
uso del territorio en la cuenca?
1.2.1. Poblaciones y muestras estadísticas
Tendencia para una región: “La mitad de los humedales del Distrito han incrementado
la riqueza de especies de invertebrados luego de cinco años de acciones de recuperación”.
45
Área constante Todos los metros cuadrados de humedal de una región Infinita
Área unitaria (parcela, transecto, hábitat) Todas las unidades dentro de un humedal Finita
Relación entre variables: “Los humedales que reciben aguas residuales en sus afluen-
tes tienen mayor probabilidad de perder especies de plancton que los que solo reci-
ben aguas lluvias”.
El criterio básico es siempre seguir las orientaciones de los objetivos del monitoreo.
De acuerdo con esto pueden existir puntos selectivos de interés, por ejemplo, las áreas
cercanas a los vertimientos puntuales de contaminantes. Para asegurar una represen-
tatividad adecuada siempre hay que incluir un elemento probabilístico en el diseño,
que asigne aleatoriamente las unidades muestrales, preferentemente de manera estra-
tificada (p. ej., cuadrados aleatorios dentro de cada tipo de hábitat en un humedal).
Otros diseños especiales que permiten reducir la variabilidad, especialmente para datos
con mucha correlación espacial o para especies de muy baja abundancia, son:
46
47
Los arreglos algales son sensibles a contaminantes que pueden no afectar visible-
mente a otras comunidades acuáticas o hacerlo solo a concentraciones muy elevadas.
La información de la EBR integrada con la evaluación del hábitat, los estudios hidro-
lógicos y el conocimiento sobre el uso de la tierra proveen un diagnóstico amplio de
los impactos sobre cinco factores básicos (Gibson, 1992): calidad del agua, estructura
del hábitat, fuente de energía, régimen de flujo e interacciones bióticas.
48
Los datos obtenidos en las evaluaciones sirven para los siguientes objetivos:
Identificar los agentes tensionantes específicos que causan impacto, que pueden
ser múltiples e interactuantes, con lo que el proceso puede ser difícil y costoso
para una identificación de muchos agentes químicos. Por lo general, se hacen
pruebas de toxicidad genéricas (efecto tóxico del efluente total). En situaciones
donde el impacto prevalente es la degradación del hábitat, el enfoque más ade-
cuado es el del monitoreo biológico y la evaluación física del hábitat (Barbour y
Stribling, 1991).
Identificar y limitar las fuentes de degradación. Los monitoreos biológicos sirven
como orientación para los estudios de impactos específicos. Los análisis físicos y
químicos y los bioensayos de toxicidad confirman las fuentes y permiten estable-
cer los límites de vertimiento.
Diseñar tratamientos apropiados para cumplir con los límites permitidos y
monitorear su cumplimiento. Las instalaciones de tratamiento de aguas residua-
les se diseñan para la remoción de constituyentes físicos, químicos y bacterio-
lógicos con el mayor grado de eficiencia posible. Esta eficiencia (porcentaje de
remoción) se mide directamente mediante análisis físicos y químicos para eva-
luar el cumplimiento de las normas permitidas por las autoridades ambienta-
les. Cuando los vertimientos no se controlan de manera directa el cumplimiento
debe evaluarse frente a estándares ambientales. En los procesos de recuperación y
rehabilitación de humedales el monitoreo biológico es el enfoque más adecuado
para evaluar la mejoría en las condiciones del ecosistema.
49
En cada campaña de muestreo deben prepararse dos blancos de campo para control
de calidad. Se debe seguir un procedimiento idéntico al utilizado para las muestras
normales excepto que se sustituye la muestra de agua del sitio por agua destilada y
desmineralizada. Un blanco se usará para control de muestras filtradas y el otro para
muestras no filtradas.
En cada campaña se debe muestrear dos veces uno de los sitios, seleccionado al azar,
para hacer un control de calidad de los datos.
Muestreo
Colocar toallas de papel sobre el área de trabajo para evitar la contaminación con
el suelo.
Tomar 125 mL de agua en recipientes de polietileno numerados, etiquetados y
prelavados incluyendo la tapa (con HCl 10% y luego tres veces en agua destilada).
Preparar una jeringa de 60 mL o una bomba manual de succión con un portafil-
tro de 25 mm de diámetro; colocar el filtro de papel (debe usarse un filtro dife-
rente para cada muestra).
Enjuagar tres veces la jeringa con agua destilada y posteriormente con agua de
la muestra.
Recolectar agua del sitio de muestreo mediante un muestreador adecuado a la
profundidad de la columna de agua. Cuando se trata de sitios con muy poca pro-
fundidad, se dificulta el uso de muestreadores tipo botella, por lo que se reco-
mienda colectar el agua mediante una jeringa directamente y hacerla pasar a
presión a través del filtro, hacia el recipiente de muestra que debe purgarse inclu-
yendo la tapa, con tres porciones de 5 mL de esta agua filtrada antes de la colec-
ción definitiva. Deben recogerse al menos 250 mL de muestra filtrada por sitio.
La muestra no filtrada se colecta directamente en otro frasco etiquetado, prela-
vado y purgado tres veces con agua del sitio.
Para las muestras de nutrientes (nitrógeno y fósforo) se debe adicionar 1-2 mL de
ácido sulfúrico concentrado; debe haber una muestra no acidulada para los aná-
lisis de los otros parámetros físicos y químicos.
50
Se anotan los datos de cada muestra en las planillas del sitio de muestreo.
Almacenamiento y transporte
El etiquetado debe incluir los datos del sitio de muestreo y el tipo de muestra que se
incluye (nutrientes, agua filtrada, no filtrada). Los pasos a seguir incluyen:
Los análisis de las variables físicas y químicas deben hacerse preferiblemente en labo-
ratorios acreditados. Si esto no es posible, como mínimo las metodologías emplea-
das deben estar estandarizadas. Los equipos que se utilicen en campo y laboratorio
deben estar calibrados y certificados a fin de asegurar mediciones con la mayor pre-
cisión posible.
51
Figura 1.4. Muestreador de aguas con descargas de aguas pluviales (modificado de Thurston [1999]
con permiso del autor)
Evaluar las condiciones físicas y químicas actuales de las aguas de los humedales
monitoreados.
Medir las tendencias de variación espacio-temporal de los parámetros.
52
TIEMPO MÁXIMO
VARIABLE PRESERVACIÓN
DE ALMACENAMIENTO
Alcalinidad Frío 4 ºC 24 horas
Carbono inorgánico/orgánico Frío 4 ºC 24 horas
Carbono particulado Filtrado en filtros GF/C 6 meses
Clorofila Filtrado en filtros GF/C y conservado a -20 ºC 7 días
Cloruro Frío 4 ºC 7 días
Conductividad eléctrica Frío 4 ºC 24 horas
DBO5 Frío 4 ºC 24 horas
Fósforo disuelto Filtrado en el sitio con filtro de 0,45 μm 24 horas
Fósforo inorgánico Frío 4 ºC 24 horas
Fósforo total Frío 4 ºC 1 mes
Hierro 2 mL HNO2 concentrado L-1 de muestra 6 meses
Magnesio Frío 4 ºC 7 días
Manganeso 2 mL HNO3 concentrado L-1 de muestra 6 meses
Nitrato + nitrito Frío 4 ºC 24 horas
Nitrógeno amonio Frio 4 ºC, 2 mL H2SO4 L-1 al 40% 24 horas
Nitrógeno total Kjeldahl Frío 4 ºC 24 horas
Oxígeno disuelto Fijado en botella con reactivos Winkler 6 horas
pH Ninguna 6 horas
Potasio Frío 4 ºC 7 días
Sílice Frío 4 ºC 7 días
Sodio Frío 4 ºC 7 días
Sulfato Frío 4 ºC 7 días
53
Sitios de mínimo impacto: en cada humedal debe seleccionarse al menos un sitio que
por sus características represente el sector mejor conservado (o menos deteriorado)
del humedal. Inicialmente debe muestrearse con la misma periodicidad de los sitios
intensivos y, posteriormente, de manera trimestral.
En la tabla 1.5 se muestran los datos que deben registrarse en el momento de ini-
ciar el muestreo de un sitio determinado. Es importante tener toda la información
posible que permita la caracterización completa de los lugares seleccionados para el
monitoreo y que facilite ubicar nuevamente los sitios en posteriores muestreos.
Es posible realizar una valoración inicial (tabla 1.6), previa a la categorización química
detallada, que permita tener una primera idea sobre la calidad del agua en un sitio
determinado. Esta evaluación preliminar puede ser útil para establecer acciones urgen-
tes de control o recuperación mientras se dispone de los datos de laboratorio. Otro
posible uso de la estimación simplificada de la calidad del agua es que las comunida-
des humanas vecinas a los humedales, como por ejemplo escuelas o colegios, tengan
54
una herramienta sencilla para valorar los recursos hídricos de sus localidades. Por esta
razón, la segunda parte de la tabla 1.5 incluye los datos de los colectores de la infor-
mación de calidad, la cual puede contrastarse a lo largo del tiempo para observar la
recuperación o deterioro de los sitios evaluados.
Tabla 1.5. Datos que se deben tener en cuenta en el momento de realizar monitoreos de la calidad del agua
Fecha: ________________________
Localización específica:
Latitud: _________________
Longitud:________________
Orden de la corriente:_______
Cuenca:
Municipio: ___________________
Departamento: _________________
Colectores:
Organización: _________________________
Escuela: _____________________________
Nombres: ____________________________
55
1
En el desarrollo de proyectos específicos de investigación se puede requerir la diferenciación del
componente soluble y particulado de estos elementos, para lo cual se deben implementar los proto-
colos de separación por prefiltración de las muestras.
56
Tabla 1.7. Variables físicas, químicas y bacteriológicas importantes en el monitoreo de los humedales
Análisis bacteriológicos Coliformes totales y fecales (Colonias / 100 mL) [1] 0000
57
Figura 1.5. Objetivos que ayudan a seleccionar los métodos de recolección de algas (modificado de
Goldsborough [2001] con permiso del autor. ME: microscopio electrónico, PSSC: peso seco
sin cenizas, ATP: adenosín trifosfato, C: carbono, N: nitrógeno, P: fósforo, O2: oxígeno gaseoso,
OD: oxígeno disuelto, 14C: carbono 14, CID: carbono inorgánico disuelto)
Las algas en los humedales se desarrollan en variadas formas de vida, cada una de las
cuales, según Goldsborough (2001), recibe una denominación específica (tabla 1.8).
De acuerdo con los hábitats en que se encuentran, los métodos de muestreo varían.
La naturaleza misma de los humedales hace que solo en sitios muy localizados se pre-
senten espejos de agua en los que la profundidad sea mayor a 1 m. Esto hace que la
mezcla vertical sea total. Se usan muestreos superficiales tomando directamente agua
con el frasco de muestra sin concentración previa. Cuando hay una columna de agua
algo más profunda se pueden usar botellas muestreadoras tipo Ruttner, Kemmerer o
Alpha horizontal. Sin embargo, para minimizar el efecto de resuspensión de material
del fondo es recomendable usar una manguera sumergida hasta la profundidad reque-
rida y con una jeringa o bomba de succión manual recolectar el volumen de muestra.
Las muestras tomadas con red de plancton tienen la ventaja de cubrir más ampliamente
58
Tabla 1.8. Tipos de algas según las formas de vida (Goldsborough, 2001)
TIPO CARACTERÍSTICAS
Algas que se desplazan en las capas superficiales de los sedimentos bien iluminados, general-
Epipelon
mente diatomeas y algas flageladas.
Capas de diatomeas, cianobacterias y algas verdes adheridas en superficies sumergidas de
Epifiton
macrófitas.
Epixilon Algas asociadas con superficies leñosas sumergidas. Tambien llamadas epidendron.
Agregados densos de algas verdes filamentosas desprendidas del epifiton y el plocon; se distri-
Metafiton
buyen en la columna de agua o flotan en la superficie en forma de “motas”.
Término genérico para denominar algas y biota heterotrófica asociadas con cualquier tipo de
Perifiton
sustrato sumergido.
Algas suspendidas en la columna de agua, como resultado de la resuspensión (ticoplancton) o
Fitoplancton
el crecimiento in situ (euplancton).
Costras que crecen sobre sedimentos iluminados o sobre rocas emergidas pero húmedas, com-
Plocon puestas por algas no móviles mucilaginosas o filamentosas (clorofíceas, cianobacterias y diato-
meas) visibles fácilmente (macroscópicas).
59
Estas formas de vida algal se pueden encontrar en los humedales donde los sedimen-
tos o las rocas reciben buena iluminación. La heterogeneidad espacial de los fondos
genera una elevada variabilidad de las abundancias y de la composición del epipe-
lon. Cuando hay grandes crecimientos de masas mucilaginosas, se forman costras
que pueden atrapar gases y estos las hacen flotar entrando al metafiton. El método
más práctico para la colección del epipelon es la recolección de núcleos de sedimento
con diámetros entre 3 - 10 cm (Pan, Stevenson, Vaithiyatathan, Salte y Richardson,
2000) y de raspados en áreas conocidas (p. ej., 3 x 4 cm) en los sustratos emergidos
y húmedos debido a la salpicadura, en el caso del plocon.
Las macrófitas son los elementos más dominantes visualmente en los humedales.
Esto ofrece una amplia oferta de sustrato a las algas. Las muestras cualitativas se pue-
den obtener por raspado, como se mencionó para el plocon. Las muestras semicuan-
titativas de algas asociadas a las macrófitas (epifiton) se colectan tomando masas
uniformes de las plantas y exprimiéndolas a través de una red planctónica (ø de
ojo de malla 20-50 µm). La suspensión algal se puede examinar microscópicamente
como una muestra de fitoplancton. Sin embargo, cuando hay demasiada densidad de
material detrítico se dificulta la identificación y el conteo y deben hacerse diluciones.
En todos los casos de muestreos de algas de los distintos hábitats es posible utilizar
varios métodos de preservación de las muestras. Si se quieren conservar los colores,
característica importante para la identificación, la solución Transeau es la más apro-
piada (formol:alcohol:agua destilada, en proporciones 1:3:6). Se debe agregar un
volumen igual de solución Transeau al de la muestra que se desea preservar. Cuando
se planea contar las algas por el método de sedimentación (para más detalles véase
Lund, Kipling y Le Creen et al., 1958), se aconseja utilizar lugol como preservante;
este se adiciona hasta que la muestra tome un color oscuro semejante al té o al
brandy. Las muestras preservadas con lugol requieren conservarse en la oscuridad
para evitar la degradación fotoquímica del yodo (De la Fuente, 2004).
60
trabajan las algas en las categorías de género y división, pero se espera que a medida
que se realicen más estudios, se puedan afinar estos niveles de clasificación.
Cada agregado natural (filamento individual, colonia, célula aislada) se define como
una UNC, excepto las diatomeas que siempre se reportan como células individuales
aunque estén asociadas en cadenas.
Procedimiento
Dispersar una pequeña gota del reactivo rosa de Bengala sobre la base de una cámara
de conteo, limpiar y dejar secar. Si ha quedado muy gruesa la capa teñida, lavar y
repetir hasta obtener una capa muy delgada. Colocar una laminilla cubreobjetos rec-
tangular (22 x 50 mm) a 45º sobre la cámara de conteo. Homogeneizar por agita-
ción suave la muestra y tomar una fracción con una pipeta Pasteur (1 mm ø interno);
colocar gotas de muestra en el centro de la cámara hasta que el líquido toque los bor-
des de la laminilla; cerrar la cámara y sellarla con glicerina (así puede durar sin alte-
ración hasta una semana si se guarda en un lugar fresco y oscuro).
La identificación debe hacerse hasta el nivel taxonómico más fino posible (usual-
mente género).
Es recomendable diferenciar las células vivas de las muertas con base en el contenido
del protoplasma celular; el tinte rosa de Bengala facilita esta diferenciación, especial-
mente en las diatomeas. Si se ha usado como preservante lugol, este también tiñe el
contenido celular. En la tabla 1.9 se muestra un modelo de ficha para el registro y
cuantificación de las algas identificadas.
61
Sitio:_________
Fecha:_______
Especie B || 2
Especie C |||| 5
Transecto 2
Transecto T
Analizó ___________________________________________
Revisó: ______________________
Observaciones: _____________________________________________________________________________________
__________________________________________________________________________________________________
_____________________
Tabla 1.10. Ficha de medición del biovolumen de las muestras de algas. L = longitud, D = diámetro, vol
= volumen.
MUESTRA
62
Objetivo
Este es un procedimiento semicuantitativo para analizar el componente algal de
muestras de un cuerpo de agua, para estimar las proporciones relativas de algas y dia-
tomeas tomadas de sustratos naturales individuales o muestras compuestas por sitio.
Alcance
El método semicuantitativo permite estimar proporciones en porcentaje de cada
taxón, tanto en número como en biovolumen de la muestra.
Definiciones
Biomasa: cantidad de material algal vivo (en peso) dentro de la muestra.
Aparatos y equipos
Microscopio de investigación con objetivos 10X y 40X al menos, láminas portaobje-
tos de 75 x 25 mm, cubreobjetos rectangulares de 22 x 50 mm, grosor n.º 1, pipetas
plásticas, planillas para el registro de datos, agua filtrada (sin algas).
Métodos
Para los micropreparados se debe agitar la muestra para desprender y homogenei-
zar el material. Inmediatamente se toma con una pipeta una submuestra —de una a
dos gotas— y depositarla sobre el portaobjetos. La cantidad exacta no es muy impor-
tante. Si hay grumos coloniales o filamentos grandes se puede usar una pipeta con
punta recortada para poder colectarlos en la submuestra. Colocar el borde del cubre-
objetos en ángulo de 45 ºC y dejarlo caer suavemente sobre la suspensión de algas.
Para evitar la exposición a vapores de formol, usar una cámara de flujo o un pequeño
ventilador en un lugar abierto durante la preparación de las muestras.
63
Para asegurar una densidad uniforme de las algas, examinar la lámina en 10X; si está
muy densa, diluir con agua filtrada y repetir el procedimiento anterior.
PORCENTAJE
PUNTAJE PROMEDIO CLASE DE ABUNDANCIA
OBSERVADO
0,5 0-1 R (rara) una o dos células en toda la lámina
30 20-40 A (abundante) una o dos células aparecen en casi todos los campos
El siguiente paso es cambiar a 40X para estimar los puntajes de abundancia de algas
pequeñas, incluyendo diatomeas; estas últimas se pueden reportar como un grupo
global. Se examinan al azar 10 a 20 campos y se usa la tabla de puntajes anterior.
Para la estimación del porcentaje en biovolumen por taxón, dicho biovolumen se debe
asignar a cada especie o género observados. Se recomienda reexaminar la lámina para
estimar la proporción relativa. No se deben tener en cuenta las algas con abundancias
menores al 10%. De las diatomeas solo se deben incluir las que tienen contenido
celular. El objetivo de este análisis es detectar tan solo las especies más comunes.
En la tabla 1.12 se muestra un modelo para el registro del biovolumen. Este método
solo tiene en cuenta el área superficial del micropreparado ocupado por las algas. No
da valores reales de biovolumen.
64
Análisis semicuantitativo de algas blandas y diatomeas (método PCER) (Clason, Acker, Morales y Marr, 2002)
Analista:________________________________
NÚMERO DE NÚMERO DE
TAXÓN BIOVOLUMEN TAXÓN BIOVOLUMEN
CÉLULAS CÉLULAS
Diatomeas
Observaciones:
Para una identificación más precisa se requiere preservación de los especímenes (eta-
nol 70% y teñidos con rosa de Bengala para facilitar la identificación) y trabajo de
laboratorio.
65
Desde el punto de vista del costo en tiempo, Fore y Yoder (2003) compararon el
nivel de esfuerzo para colectar y procesar muestras de macroinvertebrados. Para 0,
100 y 200 individuos identificados hasta familia en el campo, con un equipo de dos
personas, se obtuvieron los números de muestras por día y mes que se señalan en la
tabla 1.14. En el laboratorio, los tiempos dedicados a la identificación dependen del
número de muestras y de la cantidad de organismos en las muestras (tabla 1.15).
Los estimativos anteriores, tanto del esfuerzo de campo como de las horas de labo-
ratorio, sirven como indicativos acerca de las necesidades de tiempo y personal para
colectar y procesar muestras de macroinvertebrados.
Los dispositivos más usados son canastas con sustrato natural (hojarasca, turba,
Brooks, 2000) o sustrato artificial como las cajas multilaminares tipo Hester-Dendy
(APHA et al., 2000; Spieles y Mitsch, 2000). Se colocan 5 o 6 dentro del humedal y
se dejan entre 30 y 60 días de acuerdo con resultados de muestreos piloto. Kornijow
(1998) ha diseñado un sencillo dispositivo muestreador cuantitativo para macroin-
vertebrados asociados a la vegetación.
Uno de los grupos más interesantes es el de los insectos acuáticos, algunos de los cua-
les habitan el humedal tan solo en las formas inmaduras (larvas, ninfas, pupas). Tam-
bién se encuentran otros grupos como gusanos, lombrices acuáticas y moluscos. Su
presencia, diversidad y abundancia se relacionan estrechamente con las condicio-
nes del medio y, en particular, con el grado de contaminación orgánica de las aguas.
66
Tabla 1.13. Ventajas y desventajas comparativas en los métodos utilizados para la evaluación de comuni-
dades de macroinvertebrados (modificado de Fore y Yoder [2003] con permiso de los autores)
MÉTODO DE
VENTAJAS DESVENTAJAS
COLECCIÓN
Requiere menos tiempo para la recolección. No caracteriza adecuadamente la estructu-
Da buena representación de las especies en ra de la comunidad en términos de abun-
Cualitativo multihábitat el sitio. dancia relativa.
La variabilidad aumenta a mayor número
de hábitats.
El muestreo en un solo hábitat reduce la varia- Muestras con mucho residuo aumentan
Semicuantitativo por
bilidad. el tiempo de limpiado y recuperación de
hábitat (p. ej., sedimen-
Mejor caracterización que con muestras cua- especímenes.
tos y en las plantas
litativas. Menor representatividad del total de espe-
acuáticas)
cies.
Permiten colección en sitios de difícil acceso. Requieren dos viajes por muestreo.
Facilitan muestreo estandarizado. Requieren tiempo de exposición para colo-
Variabilidad menor al reducir el efecto de nización (mínimo 8 semanas).
microhábitats heterogéneos Pérdidas por vandalismo o crecidas impre-
Sustratos artificiales Requieren menos destreza que la colección vistas.
directa. Pueden ser selectivos y no representar a
Muestras relativamente limpias. toda la comunidad.
Aportan información sobre la dinámica suce-
sional de la comunidad.
Tabla 1.14. Comparación del nivel de esfuerzo para colectar y procesar muestras de macroinvertebrados
(modificado de Fore y Yoder [2003] con permiso de los autores)
Materiales y equipos
La lista de elementos para el muestreo de los invertebrados acuáticos incluye: red de
golpe, red D, draga o nucleador de PVC (1 m de largo, 3-7 pulgadas de diámetro), espá-
tula o palustre pequeño, tela plástica de 2 x 2 m para usar como mantel o como cobertizo
protector del equipo, baldes o “poncheras” y tazas plásticas para lavado y transporte de
muestras, bandejas plásticas blancas para colectar especímenes, cubetas plásticas blan-
cas de hacer hielo para separar in situ por grupos mayores los organismos colectados
(alternativamente se pueden usar viales plásticos pequeños), tamiz de 400 µm de poro,
67
Tabla 1.15. Estimativo del tiempo requerido en horas para procesar e identificar macroinvertebrados en
el laboratorio (modificado de Fore y Yoder [2003] con permiso de los autores)
alcohol etílico al 70% para preservación in situ, pinzas de punta fina, pinceles y cepi-
llos suaves, lupa de mano, botas altas de caucho, pantalones de pescador, guantes de
caucho, vara de aluminio o PVC (1,5 m de largo) con un metro (en cm) adherido,
para hacer mediciones rápidas de profundidad y ancho, termómetro para medir la
temperatura ambiente y la del agua en el momento del muestreo, planillas de campo,
libreta de campo, lápiz, guías de campo plastificadas para la identificación rápida del
material y cámara fotográfica o de video.
Procedimientos de recolección
Seleccionar un área que incluya los microhábitats representativos del sitio, estimar y
anotar la extensión aproximada del área seleccionada (m2). Tomar una serie de foto-
grafías (o videos) que documenten las características generales del sitio de muestreo y
sus alrededores; anotar en la planilla los números de identificación de las fotos.
68
Precauciones de seguridad
En muchos humedales deteriorados por impactos antrópicos el agua no es apta para
el contacto directo. Por lo tanto, es recomendable el uso de guantes, pantalones de
pescador y gafas de seguridad. Después del muestreo debe realizarse un lavado minu-
cioso de manos, pies, cara, etc., con jabón antiséptico para evitar infecciones de hon-
gos u otros gérmenes peligrosos. Asimismo, el material debe lavarse con abundante
agua corriente.
Indicadores biológicos
Como se señaló, los indicadores biológicos tienen algunas ventajas sobre los análisis
físicos y químicos, debido a que los organismos son más permanentes y acumulan la
historia de los disturbios que se han presentado en el sitio. Como indicadores se sue-
len usar los macroinvertebrados, las algas perifíticas y los peces. En cualquier caso, se
debe contar con listas de valores de tolerancias o sensibilidad de los taxones a la con-
taminación o al deterioro.
Métricas
Las métricas son números sintéticos que facilitan la comparación de sitios para fines
de monitoreo de calidad ambiental. Cuando se quieren hallar dichos números, la
secuencia es:
69
Tipos de métricas
Riqueza de taxones: se asume que el número de taxones en la muestra está relacio-
nado inversamente con el grado de estrés.
Índices de similaridad: se usan también para comparar sitios de referencia con sitios
impactados por la polución (u otros tensionantes). Se asume que a mayor polución
habrá menor similaridad entre el sitio inalterado (referencia) y el impactado.
70
sugieren que los índices multimétricos, los bioensayos y los rasgos biológicos son las
técnicas más adecuadas.
71
Cálculo
El índice biótico de familias de Hilsenhoff (HFBI) se calcula mediante la siguiente
expresión:
nVT
HFBI =
N
Interpretación
Una vez se tienen los resultados del cálculo del HFBI de cada sitio, o de un conjunto
de sitios, se hace la interpretación de la calidad del agua mediante las categorías esta-
blecidas en la tabla 1.17. Estos grados de calidad establecidos por Hilsenhoff (1988)
se refieren a la intensidad de la contaminación orgánica que puede tener el cuerpo
de agua.
(Continúa)
72
Tabla 1.17. Tabla de calidad del agua usando el valor del HFBI (modificado a partir de diversas
fuentes bibliográficas)
73
Plecoptera
Tabla 1.18. Valores de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Plecoptera (compilados
de varias fuentes bibliográficas)
Capniidae 1 Perlidae 1
Chloroperlidae 1 Perlodidae 2
Leuctridae 0 Pteronarcyidae 0
Nemouridae 2 Taeniopterygidae 2
Ephemeroptera
Tabla 1.19. Valores de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Ephemeroptera
(compilados de varias fuentes bibliográficas)
Baetidae 4 Metretopodidae 2
Baetiscidae 3 Oligoneuriidae 2
Capnidae 7 Polymitarcyidae 2
Ephemerellidae 1 Potomanthidae 4
Ephemeridae 4 Siphloneuridae 7
Heptageniidae 4 Tricorythidae 4
Leptophlebiidae 2
Trichoptera
Tabla 1.20. Valores de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Trichoptera (compilados
de varias fuentes bibliográficas)
Brachycentridae 1 Molannidae 6
Glossosomatidae 0 Odontoceridae 0
helicopsychidae 1 Philopotamidae 3
Hydropsychidae 4 Phryganeidae 4
Hydroptilidae 4 Polycentropodidae 6
Lepidostomatidae 1 Psychomyiidae 2
Leptoceridae 4 Rhyacophiliidae 0
Limnephilidae 4 Sericostomatidae 3
74
Megaloptera
Tabla 1.21. Valores de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Megaloptera (compilados
de varias fuentes bibliográficas)
Corydalidae 0 Sialidae 4
Coleoptera
Tabla 1.22. Valores de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Coleoptera (compilados
de varias fuentes bibliográficas)
Dryopidae 5 Psephenidae 4
Elmidae 4
Odonata
Tabla 1.23. Valores de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Odonata (compilados
de varias fuentes bibliográficas)
Aeshnidae 3 Gomphidae 1
Calopterygidae 5 Lestidae 9
Coenagrionidae 9 Libellulidae 9
Cordulegastridae 3 Macromiidae 3
Corduliiae 5
Diptera
Tabla 1.24. Valores de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Diptera (compilados
de varias fuentes bibliográficas)
Athericidae 2 Ephydridae 6
Blephariceridae 0 Psychodidae 10
Ceratopogonidae 6 Simuliidae 6
Otros Chironomidae
6 Syrphidae 10
(incluyendo rosados)
Dolichopodidae 4 Tabanidae 6
Empididae 6 Tipulidae 3
75
Lepidoptera
Tabla 1.25 Valor de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Lepidoptera (compilado
de varias fuentes bibliográficas).
FAMILIA TOLERANCIA
Pyralidae 5
Amphipoda
Tabla 1.26. Valores de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Amphipoda (compilados
de varias fuentes bibliográficas)
Gammaridae 4 Talitridae 8
Isopoda
Tabla 1.27. Valor de tolerancia a la contaminación orgánica de las familias de Isopoda (compilado de varias
fuentes bibliográficas)
FAMILIA TOLERANCIA
Asellidae 8
76
Preservantes y limpiadores
Formalina: es el principal líquido para preservación de muestras. Se conoce su efecto
carcinógeno y, por tanto, debe evitarse inhalación y contacto directo con la piel.
Debe usarse bata de laboratorio, guantes, gafas de seguridad y trabajar las muestras
en un lugar muy ventilado. El formol es inflamable y muy volátil y debe usarse lejos
del calor y la llama. Los residuos de formalina deben estar muy diluidos en agua antes
de desecharse. Otros preservantes alternativos como el gluteraldehído son menos
tóxicos pero deben manipularse con la misma precaución que la formalina.
Solventes
Tolueno: se usa en pequeñas cantidades en el proceso de montaje de microprepara-
dos de diatomeas. Es tóxico y volátil (debe usarse en cámara de flujo, con gafas de
seguridad, guantes y bata de laboratorio). Los residuos de tolueno se presentan como
vapores que se disponen a través de la cámara de flujo.
Por lo general, los resultados se comparan con análisis de muestras de otros sitios
o épocas. Es importante realizar un esfuerzo equivalente en ambos tipos de mues-
tras (no mayor a una hora por muestra). Las muestras con predominio de diato-
meas pueden analizarse más rápidamente. En promedio, deberían revisarse entre 10
y 15 muestras por día (7 horas por día). Si estos tiempos se exceden mucho, debe
registrarse por escrito como una desviación del protocolo. Es aconsejable anotar las
77
modificaciones que se hagan con respecto a este protocolo a fin de ser consistente y
mantener en el futuro los cambios que se realicen en el monitoreo.
78
79
80
81
Resumen
Abstract
Following the sampling protocol set in the first chapter of this book the periphytic
algae communities of the wetlands Guaymaral, Santa María del Lago and Tibanica
82
were evaluated. Four algae arrangements were detected, which indicate the limno-
logical condition of each wetland. It was found that taxa richness of Santa María del
Lago grew notably when abundance augmented slightly; in Guaymaral abundance
and richness varied largely without correlation; Tibanica showed recurrently a lower
richness as great variations in abundance occurred. Bacillariophyceae predominated
in Guaymaral; Chlorophyceae, Bacillariophyceae and Cyanophyceae presented an
even distribution in Santa María del Lago; Cyanophyceae were dominant in Tibanica.
Significant correlations arose between algae ratios and Carlson trophic index of total
phosphorous. Those ratios amongst taxa number of the algae groups could be used
like biotic indices to assess the wetlands’s trophic state.
2.1.1. Introducción
En este capítulo se presentan los resultados del estudio de las algas perifíticas de
tres humedales con diferente grado de eutrofización. Se buscó no solo evaluar esta
comunidad y a través de ella las condiciones ecológicas de los humedales selecciona-
dos, sino también poner en práctica la metodología sugerida en el capítulo 1 (“Pro-
tocolo de monitoreo y seguimiento de humedales”). De esta manera, el objetivo de
este trabajo fue evaluar la propuesta metodológica desarrollada para el monitoreo y
seguimiento de los humedales de la ciudad. Por dicha razón, no se buscó discutir los
resultados a la luz de un marco teórico limnológico, sino más bien determinar la via-
bilidad de la implementación de los métodos sugeridos.
2.1.2. Metodología
Los humedales muestreados fueron Tibanica, Guaymaral y Santa María del Lago, a
mediados de julio del 2006. Los muestreos se realizaron sobre el perifiton asociado
con sustratos naturales de vegetación macrofítica en cinco estaciones distribuidas en
la extensión de cada humedal. En cada caso se tomaron tres réplicas, tomando por-
ciones equivalentes de masa vegetal sumergida, de acuerdo con lo que estuviera pre-
sente en el sitio de muestreo, para un total de 46 unidades muestrales. Se exprimió
la masa vegetal a través de una red de 20 µm de poro y el extracto obtenido se pre-
servó in situ con solución Transeau. En el laboratorio se observaron al microscopio
submuestras del extracto y se procedió a un conteo hasta obtener 300 individuos
del taxón más abundante. La identificación se basó en claves generales como las de
Bicudo y Bicudo (1970), Yacubson (1980), Parra, González, Dellarossa, Rivera y
Orellana (1982) y Tell y Conforti (1986). Los valores se expresaron en número de
individuos por mL de extracto. Los datos cualitativos se expresaron como grado
de presencia de cada taxón (fracción de las muestras donde se presentó el taxón) por
humedal o por tipo composicional.
83
El análisis de la composición general de los arreglos del perifiton algal de los tres
humedales se realizó mediante la técnica de clasificación de conglomerados (cluster)
con base en los valores de abundancia transformados con el log (n + 1). Se considera-
ron solo los taxones con una frecuencia de ocurrencia mayor a 3 en el conjunto de las
muestras. La estrategia de clasificación fue la aglomerativa de Ward que establece
las agrupaciones de mínima varianza intragrupo (Legendre y Legendre, 1998) a par-
tir de la distancia euclidiana. También se realizaron correlaciones de Pearson, pre-
via comprobación de normalidad en los datos, y pruebas t para comparar las medias.
84
Figura 2.1.2. Variabilidad de la riqueza de taxones (izquierda) y la abundancia (derecha) del ficoperifiton en
las cinco estaciones de Santa María (A y B), Guaymaral (C y D) y Tibanica (E y F)
85
(promedios por réplicas de una misma zona) las diferencias fueron menores. Esto
indica que el rendimiento de muestreo por réplicas es comparable para todos los
casos (es decir, el método de recolección es confiable) y que las diferencias empiezan
a aparecer a escala zonal e interhumedal por causas que se pueden asociar con las con-
diciones ambientales de hábitat y calidad del agua.
Figura 2.1.3. Variación de S (número de taxones) y N (número de orgs mL-1) del ficoperifiton en los tres
humedales estudiados. Cada punto representa el índice de Margalef
HUMEDAL
La distribución en el número de taxones por clase algal mostró una mayor variedad
para el grupo de las diatomeas (Bacillariophyceae), seguidas de las algas verdes (Chlo-
rophyceae) y con menor representación las algas verde azules (Cyanophyceae) y las
Euglenophyceae y Zygnematophyceae (figura 2.1.4).
El patrón general observado fue de mayor riqueza total en Santa María del Lago (86
taxones), intermedia en Guaymaral (74) y más baja en Tibanica (57) (figura 2.1.5).
A escala porcentual, el grupo mejor representado en general fue el de las diatomeas
(Bacillariophyceae), seguido por las algas verdes (Chlorophyceae). Las algas verde
86
Figura 2.1.6. Variación porcentual del número de taxones por clase algal en el humedal de Guaymaral.
Zygnem: Zygnematophyceae, Bacill: Bacillariophyceae, Clorof: Chlorophyceae, Cyanof:
Cyanophyceae, Euglen: Euglenophyceae
87
Figura 2.1.7. Variación porcentual del número de taxones por clase algal en el humedal de Santa María
del Lago. Zygnem: Zygnematophyceae, Bacill: Bacillariophyceae, Clorof: Chlorophyceae,
Cyanof: Cyanophyceae, Euglen: Euglenophyceae
Con el fin de indagar la posibilidad de utilizar las proporciones entre el número de taxo-
nes algales como índice biótico para los humedales, en la figura 2.1.9 a-c se presentan
las razones (cocientes), en número de taxones, entre las clases principales: algas verdes
(Cl), verde azules (Cy), diatomeas (B), euglenoficeas (Eu), zygnematophyceas (Zg).
Figura 2.1.8. Variación porcentual del número de taxones por clase algal en el humedal de Tibanica.
Zygnem: Zygnematophyceae, Bacill: Bacillariophyceae, Clorof: Chlorophyceae, Cyanof:
Cyanophyceae, Euglen: Euglenophyceae
88
Figura 2.1.9. Variación en las razones entre clases algales [número de taxones] del perifiton. Cocientes con
las diatomeas (A), las clorofíceas (B) y las cianobacterias (C). Cy: cianofíceas o algas verdeazules,
B: bacilariofíceas o diatomeas, Eu: euglenoficeas, Zg: zygnematofíceas o desmidias, Cl:
clorofíceas o algas verdes
89
Figura 2.1.10. Distribución porcentual cuantitativa por clases algales en Santa María del Lago (A),
Guaymaral (B) y Tibanica (C)
Chlorophyceae
8,5%
Cyanophyceae
14,8%
Euglenophyceae
8,1%
Cyanophyceae
33%
Euglenophyceae
12%
Chlorophyceae
22%
Cyanophyceae
95%
Chlorophyceae
1%
Euglenophyceae
1%
90
Se halló un grupo de taxones que fueron comunes a los tres humedales estudia-
dos. Entre las Bacillariophyceae, estuvieron: Navicula sp.3, Navicula sp.1, Nitzschia
sp.3, Hantzschia sp.1, Nitzschia sp.1, Gomphonema sp.2, Navicula sp.2, Fragilaria
sp.1, Pinnularia sp.2, Pinnularia sp.4, Gomphonema sp.1, Achnanthidium sp., Cyclo-
tella sp., Pinnularia sp.3, Navicula sp.4; de las Chlorophyceae: Scenedesmus arma-
tus, Chlamydomonas sp.1, Scenedesmus ecornis, Scenedesmus quadricauda, Oedogonium
sp.; en las Cyanophyceae: Anabaena sp., Merismopedia sp., Oscillatoria sp.3, Oscilla-
toria sp.1, Oscillatoria sp.2, Dactylococcopsis sp.; en las Euglenophyceae: Euglena sp.2,
Euglena sp.1, Lepocinclis sp., Trachelomonas sp.1, Trachelomonas sp.2, Phacus sp.1.
Estos taxones de amplia distribución pueden servir como elementos de comparación
a escala regional.
Los elementos del perifiton algal encontrados de forma exclusiva en un solo humedal
se indican de manera específica en la tabla 2.1.2. Es observable la diferenciación clara
entre humedales con respecto a la distribución de estos taxones.
91
Tabla 2.1.2. Elementos del perifiton algal encontrados de manera exclusiva en un solo humedal
SM SM
CLASE TAXÓN GUAYMARAL TIBANICA CLASE TAXÓN GUAYMARAL TIBANICA
LAGO LAGO
Trachelomo-
Cymbella
X nas sydne- X
sp. 2
yensis
Eunotia Euglena
X X
sp. 2 sp. 3
Euglenophyceae
Fragilaria Euglena
X X
sp. 2 sp. 4
Frustu-
X Phacus sp. 2 X
lia sp.
Gompho-
Trachelomo-
nema X X
nas sp. 5
Bacillariophyceae
sp. 3
Navicula
X Euglena sp. X
sp. 7
Navicula Closterium
X X
sp. 8 sp. 3
cf. Aulaco- Spirogyra
X X
seira sp. sp. 2
Zygnematophyceae
Frustu- Closteriop-
X X
lia sp. sis sp.
Hantzs- Closterium
X X
chia sp. 2 sp. 4
Navicula Closterium
X X
sp. 6 sp. 5
Nitzschia Cosmarium
X X
sp. 2 sp.
Cloroficea Gloeothece
X X
verde sp.
Chla- Gom-
mydomo- X phosphae- X
nas sp. 2 ria sp.
Chlorofi-
X cf Borzia X
cea 2
Chlorophyceae
Cyanophyceae
Crucige- cf Chroococ-
X X
niella sp. cus sp.
Golenki- Filamentosa
X X
nia sp. ciano
Scenedes-
Microcys-
mus ecor- X X
tis sp.
nis 2
Scenedes-
mus gra- X Calothrix sp. X
nulatus
(Continúa)
92
Tabla 2.1.2. Elementos del perifiton algal encontrados de manera exclusiva en un solo humedal
(continuación)
SM SM
CLASE TAXÓN GUAYMARAL TIBANICA CLASE TAXÓN GUAYMARAL TIBANICA
LAGO LAGO
Scenedes-
Cyanophyceae
mus oval- X Nostoc sp. X
ternus
Scenedes- Raphidiop-
X X
mus sp. 2 sis sp.
Trachelomo-
Selenas-
X nas sydne- X
trum sp.
yensis
cf Oocys- Euglena
X X
tis sp. sp. 3
Chlorophyceae
Chaeto- Euglena
X X
phora sp. sp. 4
Euglenophyceae
Monora-
phidium X Phacus sp. 2 X
sp.
Coelas-
Trache-
trum
X lomonas X
micropo-
sp. 5
rum
Monora-
Euglena
phidium X X
sp. 5
sp.
Oocystis
X
sp. 1
Crypto-
Cryptophyceae monas X
sp.
Dinobr-
Chrysophyceae
yon sp.
La variación detallada del grado de presencia relativa (escala 0-1) de los taxones
encontrados en los tres humedales estudiados se presenta en las figuras 2.1.11 a
2.1.15. Se han ordenado de manera decreciente los que mostraron mayor heteroge-
neidad en el grado de presencia.
93
Figura 2.1.11. Presencia relativa de algunos taxones de Bacillariophyceae en los tres humedales. SML: Santa
María del Lago, GUAY: Guaymaral, TIB: Tibanica
Figura 2.1.12. Presencia relativa de algunos taxones de Chlorophyceae en los tres humedales. SML: Santa
María del Lago, GUAY: Guaymaral, TIB: Tibanica
94
Figura 2.1.13. Presencia relativa de algunos taxones de Cyanophyceae en los tres humedales. SML: Santa
María del Lago, GUAY: Guaymaral, TIB: Tibanica
Figura 2.1.14. Presencia relativa de algunos taxones de Euglenophyceae en los tres humedales. SML: Santa
María del Lago, GUAY: Guaymaral, TIB: Tibanica
95
Figura 2.1.15. Presencia relativa algunos taxones de Zygnematophyceae en los tres humedales. SML: Santa
María del Lago, GUAY: Guaymaral, TIB: Tibanica
96
Una representación gráfica más detallada del número de taxones por clase algal,
diferenciada en cada humedal y tipo de arreglo, se puede ver en la figura 2.1.18
(a-c). En general, se observa el mismo patrón de predominancia de los grupos
algales mencionados. Se hizo evidente la distribución marcadamente diferenciada
de los tipos composicionales entre los humedales. Los tipos C y E mostraron de
manera consistente una secuencia Bacillariophyceae > Chlorophyceae > Cyano-
phyceae > Euglenophyceae > Zygnematophyceae, en términos de número de taxo-
nes por clase algal. En el caso del tipo A, particularmente pobre en taxones, el
predominio fue para las Cyanophyceae y en B hubo una participación equitativa
entre Bacillariophyceae y Cyanophyceae.
97
Figura 2.1.17. Distribución del número de taxones por clase algal y tipo composicional. Las letras A a E
corresponden a los grupos de la figura 2.1.16
Figura 2.1.18. Número de taxones por clase algal, tipo composicional y humedal. A. Guaymaral, B. Santa
María del Lago, C. Tibanica. Las letras A a E de los ejes verticales corresponden a los grupos
de la figura 2.1.16
98
Navicula sp. 1
BACILLARIOPHYCEAE
Nitzschia sp. 1
Scenedesmus ecornis
CHLOROPHYCEAE
Scenedesmus quadricauda
En la tabla 2.1.4 se compilan los taxones encontrados en un solo tipo de arreglo algal.
Es muy notable la carencia de taxones exclusivos en el arreglo A y el elevado número
de taxones (45) presentes en el arreglo tipo B, ambas situaciones contrastantes en el
humedal de Tibanica. Los otros arreglos presentan un moderado número de taxones
exclusivos, los cuales se pueden encontrar en diferentes humedales.
Tabla 2.1.4. Taxones presentes en un solo tipo de arreglo algal. Las letras A a E corresponden a los grupos
de la figura 2.1.16
CLASE TAXÓN A B C D E
cf. Aulacoseira sp. X
Cymbella sp. 1 X
Cymbella sp. 2 X
Eunotia sp. 2 X
Fragilaria sp. 2 X
Frustulia sp. X
Bacillariophyceae
Frustulia sp . X
Gomphonema sp. 3 X
Hantzschia sp. 2 X
Navicula sp. 7 X
Navicula sp. 8 X
Synedra sp. X
Bulbochaete sp. X
Clorofícea 1 X
Chlamydomonas sp. 2 X
Clorofícea 2 X
Coelastrum microporum X
Chlorophyceae
Coelastrum sp. X
Crucigeniella sp. X
Golenkinia sp. X
Monoraphidium sp. X
Monoraphidium sp. X
(Continúa)
99
Tabla 2.1.4. Taxones presentes en un solo tipo de arreglo algal. Las letras A a E corresponden a los grupos
de la figura 2.1.16 (continuación)
CLASE TAXÓN A B C D E
Oocystis sp. 1 X
Scenedesmus denticulatus X
Scenedesmus ecornis 2 X
Chlorophyceae Scenedesmus granulatus X
Scenedesmus ovalternus X
Scenedesmus sp. 2 X
Selenastrum sp. X
Anabaena sp. X
Aphanothece sp. X
Calothrix sp. X
cf. Borzia X
cf. Chroococcus sp. X
Chroococcus sp. X
Filamentosa cianofícea X
Cyanophyceae Gloeothece sp. X
Gomphosphaeria sp. X
Lyngbya sp. X
Microcystis sp. X
Plectonema sp. 1 X
Plectonema sp. 2 X
Pseudanabaena sp. X
Raphidiopsis sp. X
Euglena sp. 2 X
Euglena sp. 3 X
Euglena sp. 4 X
Euglenophyceae Trachelomonas armatus X
Trachelomonas armata X
Trachelomonas sp. 5 X
Trachelomonas sydneyensis X
Closteriopsis sp. X
Closterium sp. 3 X
Closterium sp. 4 X
Zygnematophyceae Closterium sp. 5 X
Cosmarium sp. X
Spirogyra sp. 2 X
Spirogyra sp. 2 X
Cryptophyceae Cryptomonas sp. X
Chrysophyceae Dinobryon sp. X
Total 0 45 6 2 7
100
Los taxones con una distribución más heterogénea en los diferentes arreglos algales se
presentan en las figuras 2.1.19 a 2.1.23.
Figura 2.1.19. Distribución del porcentaje de presencia de taxones en los arreglos algales de Bacillario-
phyceae. Las letras mayúsculas A a E corresponden a los grupos de la figura 2.1.16
101
Figura 2.1.20. Distribución del porcentaje de presencia de taxones en los arreglos algales de Chlorophyceae.
Las letras mayúsculas A a E corresponden a los grupos de la figura 2.1.16
Figura 2.1.21. Distribución del porcentaje de presencia de taxones en los arreglos algales de Cyanophyceae.
Las letras mayúsculas A a E corresponden a los grupos de la figura 2.1.16
102
Figura 2.1.22. Distribución del porcentaje de presencia de taxones en los arreglos algales de Eugleno-
phyceae. Las letras mayúsculas A a E corresponden a los grupos de la figura 2.1.16
Figura 2.1.23. Distribución del porcentaje de presencia de taxones en los arreglos algales de Zygnemato-
phyceae. Las letras mayúsculas A a E corresponden a los grupos de la figura 2.1.16
103
Figura 2.1.24. Variación en abundancias por clase algal y tipo composicional. Las letras A a E corresponden
a los grupos de la figura 2.1.16. Se incluyen las barras de desviación estándar
Las relaciones abundancia-riqueza para los tipos de arreglo y para los humedales se
presentan en la figura 2.1.25. Se distingue el tipo A de Tibanica (TBN A) por su ele-
vada abundancia (alrededor de 106 orgs mL-1) y su baja riqueza (10 taxones). Los
mayores valores de riqueza (30 taxones) se encuentran en Guaymaral C (GYM C)
con abundancias intermedias (104 a 105 orgs mL-1) y las abundancias más bajas (103
orgs mL-1) están en el tipo E, tanto en Guaymaral como en Santa María del Lago
(GYM E y SML E) con valores de riqueza entre 20 y 25.
Figura 2.1.25. Relación abundancia-riqueza (promedios ± error estándar) por cada tipo de arreglo algal y
humedal. Explicación de las siglas en el texto
104
Tabla 2.1.5. Correlaciones globales entre las razones algales y el TSI (índice de estado trófico) de Carlson
para el fósforo total (PT). CY: cianofíceas, B: bacilariofíceas, CL: clorofíceas, ZG: zygnematofíceas
CY:B 0,937
CL:CY -0,961
ZG:B 0,975
ZG:CL 0,986
Las correlaciones en cada humedal fueron menores pero relevantes (tabla 2.1.6). En
general, los resultados mostrados en las tablas 2.1.5 y 2.1.6 dejan ver que las razones
entre taxones pueden ser una buena herramienta para valorar el estado trófico de los
humedales bogotanos.
Tabla 2.1.6. Correlaciones para cada humedal entre las razones algales y el TSI para el fósforo total. CY:
cianofíceas, B: bacilariofíceas, CL: clorofíceas, ZG: zygnematofíceas, EU: euglenofíceas
HUMEDAL
RAZÓN
S M LAGO GUAYMARAL TIBANICA
EU:CL 0,75
CY:CL 0,80
CY:B -0,72 0,87
EU: CY -0,86 0,83
CL: B -0,81
CL: CY -0,84
Conclusión
Los resultados obtenidos en esta valoración de las algas del perifiton de los humedales
estudiados indican que la propuesta metodológica para monitorear los humedales de
la ciudad de Bogotá, que se presentó al inicio de este libro, puede llevarse a la práctica
y que es posible estimar el estado ecológico de estos sistemas a través de esta comuni-
dad. Para el caso de los cocientes algales que muestran una correlación positiva con el
TSI del fósforo total (p. ej., CY:CL, CY:B), los valores altos señalarán mayor eutrofia
y los cocientes bajos corresponderán a estados tróficos moderados. Las razones que
tiene una correlación negativa en el TSIPT (p. ej., CL:CY, CL:B) indicarán lo contrario,
105
106
Resumen
Abstract
The wetland ecosystems in Bogota are under severe anthropic pressure like urbaniza-
tion, garbage and wastewater disposal, and animal livestock. This paper aims to assess
the ability of phytoperiphyton to indicate changes in water quality of three wetlands
(Santa Maria del Lago, Meridor and Juan Amarillo), which have varying degrees of
human impact. Results showed that Cyanobacteria, Clorophyceae and Bacillario-
phyceae groups are the most representative in the three wetlands. The genera that
provided more information on the differentiation of these wetlands were Anabaena,
Oscillatoria, Navicula, Ulothrix, and Chaetophora. Abundance and composition were
the community variables that had potential as indicators. Other variables such as
Shannon diversity index and chlorophyll a concentration did not reflect efficiently
the differences between the three studied wetlands.
107
2.2.1. Introducción
Los humedales han formado parte de la Sabana de Bogotá desde hace miles de años
y son el resultado de la desecación paulatina del antiguo lago que cubrió este terri-
torio. Se calcula que de las 50.000 ha que cubrían los humedales en la Sabana hasta
1940, hoy solo quedan aproximadamente 1.500 ha (Moreno et al., 2000). Estos eco-
sistemas han sufrido graves alteraciones, principalmente antrópicas, tales como el
relleno para urbanizarlos, la actividad agrícola de alto impacto como la floricultura,
la siembra de papa y la ganadería y todo tipo de actividades industriales (Moreno et
al., 2000).
Los humedales de Bogotá son ecosistemas que recientemente han recibido especial
atención de las autoridades ambientales de la ciudad. El interés en estos sistemas
acuáticos se debe al reconocimiento por parte de los habitantes y de las mismas
instituciones, de la importancia que tienen tales cuerpos de agua para el manteni-
miento de unas mínimas condiciones de integración entre la naturaleza y el ambiente
urbano. Por ello, los humedales son fundamentales en la organización de lo que se ha
denominado la estructura ecológica principal de la ciudad (Pinilla, 2006). Es por eso
que se hace importante evaluar el estado en que se encuentran estos sistemas y esta-
blecer su calidad ecológica. Existen muchas formas de llevar a cabo estas evaluacio-
nes y una de ellas es el uso de bioindicadores (Roldán, 1992; Pinilla, 2000; Salusso y
Moraña, 2002; Arcos y Gómez, 2006a; Herbas, Rivero y González, 2006).
108
Por otro lado, el fico o fitoperifiton (el componente algal del perifiton) es sensible a
cambios en la calidad del agua; en particular responde rápidamente y de forma pre-
decible al enriquecimiento de nutrientes en lagos y corrientes (Hill, Herlihy, Kau-
fmann, Stevenson y McCormick, 2000). El corto tiempo generacional de las algas
permite que respondan más rápidamente a los cambios en la calidad del agua que las
macrófitas o la fauna de macroinvertebrados (McCormick y Stevenson, 1998). Cier-
tos cambios estructurales y funcionales en la comunidad de perifiton son sintomá-
ticos de enriquecimiento de nutrientes y proveen señales tempranas de procesos de
eutrofización (McCormick y Stevenson, 1998; Bellinger, Cocquyt y O’Reilly, 2006).
Por otra parte, es conveniente utilizar el fitoperifiton como bioindicador debido a
que ahorra tiempo y su muestreo no demanda grandes costos (Salusso y Moraña,
2002). Las algas del perifiton son el componente de esta comunidad más conocido y
utilizado en la indicación biológica.
Este trabajo pretende evaluar la capacidad del fitoperifiton para reflejar cambios en la
calidad ecológica en tres humedales de la Sabana de Bogotá y establecer cuáles atri-
butos propios de esta comunidad son más informativos de esa variabilidad.
2.2.2. Metodología
Sitios muestreados
El estudio se hizo en tres humedales de la Sabana de Bogotá con tres grados distin-
tos de alteración antrópica (Conservación Internacional Colombia, 2003; Garzón,
2006; Van der Hammen et al., 2008). Las lagunas de Meridor, sobre la vía Bogotá-
Tenjo, representan un sistema con un grado muy bajo de disturbio, debido a que está
alejado de la ciudad y de las presiones que esta ejerce. El humedal de Santa María
del Lago, al noroccidente de Bogotá (localidad de Engativá), es un humedal urbano,
pero en el que en los últimos años se ha disminuido el impacto humano (elimina-
ción de aguas residuales), por lo cual se le atribuye un grado medio de disturbio. Por
su parte, Juan Amarillo, ubicado en la localidad de Suba (también al noroccidente
de la ciudad), es el humedal más intervenido de los tres que se estudiaron, a pesar de
las obras para reducir la descarga de aguas servidas. En cada humedal se llevó a cabo
un muestreo; las visitas a los humedales se hicieron entre diciembre del 2007 y marzo
del 2008.
109
Variables biológicas
Para los muestreos biológicos (fitoperifiton y clorofila a), en cada humedal se esco-
gieron tres zonas representativas de acuerdo con lo señalado en el ítem 1.1.7 de este
libro, dentro de las cuales se tomaron tres réplicas. El muestreo de la comunidad fito-
perifítica se hizo por el método de raspado directo con cepillo sobre un área cono-
cida, para retirar cuidadosamente todas las algas adheridas al sustrato. Para asegurar
que el área raspada fuese constante, se utilizó un tubo de jeringa de 4 cm de diáme-
tro, dentro del cual se llevó a cabo el procedimiento. Una unidad muestral corres-
pondió a diez barridos sobre el sustrato utilizando dicho montaje. Cada muestra se
fijó con solución Transeau para su posterior observación.
Para el muestreo de la clorofila a se dejaron substratos artificiales sobre los que creció
el perifiton. En cada zona de muestreo se ubicaron tres láminas plásticas de 28 cm x
22 cm, y se dejaron allí durante 3 meses para permitir la colonización completa del
sustrato. Al recoger las placas se realizó un raspado de cada una de ellas por una de las
caras. El raspado se recogió en frascos con agua destilada, los cuales se mantuvieron
110
111
Por último, para cada humedal se calcularon los índices de Nygaard comúnmente
utilizados para el fitoplancton (índices de clorofíceas, diatomeas y el compuesto), con
las ecuaciones reportadas por Pinilla (2000).
2.2.3. Resultados
Juan Amarillo presentó un alto valor de sólidos disueltos totales. Casi todos los nutrien-
tes en este humedal estuvieron en grandes proporciones, a excepción de los nitratos.
Además, tuvo una DBO5 elevada y el oxígeno disuelto y la transparencia Secchi
fueron las más bajas. Meridor registró valores altos de cloruros, dureza y conduc-
tividad (la conductividad superó los 1.000 μS cm-1) y la DBO5 más reducida. La
transparencia del agua en este humedal fue la más alta en comparación con los demás
ecosistemas estudiados.
112
Tabla 2.2.1. Promedios de las variables físicas y químicas en los tres humedales estudiados
113
Figura 2.2.1. Distribución de las abundancias de las clases de algas fitoperifíticas en las tres zonas de
cada humedal
Tabla 2.2.2. Lista de géneros del fitoperifiton registrados en los tres humedales estudiados
114
Tabla 2.2.2. Lista de géneros del fitoperifiton registrados en los tres humedales estudiados (continuación)
115
Figura 2.2.2. Distribución de las abundancias (individuos cm-2) de los distintos géneros de algas encon-
trados en la comunidad de fitoperifiton de los tres humedales estudiados: A) Géneros de
cianobacterias. B) Géneros de diatomeas. C) Géneros de clorofíceas. Las barras de error en
A, B y C corresponden al intervalo de confianza, con un alfa de 0,05
116
cuerpo de agua, pero diferente entre humedales. Se percibe igualmente que una de
las réplicas de la zona 3 de Juan Amarillo tuvo mayor similitud con las registradas en
Meridor. El coeficiente de correlación cofenética de 0,944 indica que los datos estu-
vieron muy bien representados por este dendrograma.
Los resultados del Anosim revelaron la existencia de diferencias significativas de las
abundancias de las especies entre los humedales (tabla 2.2.3). La comparación por
pares indicó una mayor disimilaridad entre Santa María y Meridor, seguida por la
que existe entre Santa María y Juan Amarillo. El test Simper (tabla 2.2.4) mostró que
las cianofíceas Oscillatoria y Anabaena fueron los taxones que contribuyeron más a la
diferenciación entre los humedales. Navicula, Ullothrix y Chaetophora también tuvie-
ron un aporte significativo.
117
Figura 2.2.4. Dendrograma de los muestreos de fitoperifiton obtenido con el análisis de agrupamiento con
base en el índice de Bray-Curtis
Tabla 2.2.3. Resultados del Anosim para las abundancias de las morfoespecies encontradas en los tres
humedales estudiados. Se realizaron 1.000 permutaciones. El valor p corresponde a la
corrección de Bonferroni. El asterisco indica diferencias significativas
TEST GLOBAL
JUAN AMARILLO MERIDOR SANTA MARÍA
Promedio dentro
68,48 Juan Amarillo 0,0003 0,0001
de los rangos
Promedio entre los
223,8 Meridor 0,7425* 0,0001
rangos
R 0,8849*
Santa María 0,8567* 1*
p < 0,0001*
118
Tabla 2.2.4. Resultados del Simper (Similarity Percent) para las abundancias de las morfoespecies de
fitoperifiton encontrados en los tres humedales estudiados. Solo se muestran las 10
morfoespecies que contribuyen con la mayor diferenciación entre los humedales
Tabla 2.2.5. Índices de diversidad y dominancia del fitoperifiton de los tres humedales estudiados
PROMEDIO
ORIGEN DE LAS SUMA DE GRADOS DE VALOR CRÍTICO
DE LOS F PROBABILIDAD
VARIACIONES CUADRADOS LIBERTAD PARA F
CUADRADOS
Zonas 0,2382 2 0,1191 1,8606 0,1842 3,5545
Humedales 1,0979 2 0,5489 8,5756* 0,0024* 3,5545
Interacción 0,3811 4 0,0952 1,4884 0,2472 2,9277
Dentro del grupo 1,1523 18 0,0640
Total 2,8696 26
119
Tabla 2.2.7. Resultados de las comparaciones por pares aplicando el test de Tuckey a los índices de diversi-
dad de Shannon del fitoperifiton. Los datos de la diagonal superior corresponden al del valor p.
El asterisco indica diferencias significativas
Clorofila a
Debido a diversos inconvenientes, desaparecieron algunas láminas plásticas que se
habían instalado en los humedales para la colonización del perifiton y la determina-
ción de la clorofila. Ante la ausencia de datos de algunas zonas, se decidió obviar las
estaciones como un factor en el diseño y se consideró cada muestra como una réplica
dentro del humedal en general. La tabla 2.2.8 muestra los resultados obtenidos. Se
observa que Meridor tuvo los valores de clorofila a perifítica más altos, mientras que
en Juan Amarillo se halló el menor promedio de concentración del pigmento. Los
resultados de la prueba de Kruskal-Wallis sugieren que al menos una de las muestras
es diferente (tabla 2.2.9), lo que queda ratificado en la comparación por pares del test
de Mann-Whitney, que revela diferencias significativas entre los humedales de Meri-
dor y Santa María.
Tabla 2.2.8. Concentraciones de clorofila a (mg cm-2) para los humedales estudiados
Tabla 2.2.9. Resultados de la prueba de Kruskal-Wallis para los datos de clorofila a en los humedales
estudiados y de la respectiva comparación por pares aplicando el test de Mann-Whitney.
El asterisco indica diferencias significativas
120
Grupos indicadores
Los índices de Nygaard (tabla 2.2.10) ofrecen un panorama en el que los tres humeda-
les parecen ser eutróficos (eutrofia = índice clorofíceas > 1, e índice compuesto > 2,5),
aunque los valores del índice de diatomeas no presentaron concordancia con los
otros dos (oligotrofia = índice de diatomeas entre 0 y 0,2).
Tabla 2.2.10. Resultados de los índices de Nygaard para el fitoperifiton de los tres humedales estudiados
2.2.4. Discusión
Los datos muestran que los tres humedales varían entre la mesotrofia y la eutrofia. Los
valores de conductividad por encima de 60 µS cm-1, las durezas mayores a 25 mg
L-1, las cantidades de ortofosfatos muy superiores a los 0,014 mg L-1, los nitritos
por encima de 0,5 mg L-1 (excepto Santa María), el amonio encima de 0,3 mg L-1
(excepto Santa María) y las transparencias Secchi menor a 1,6 m (a excepción de
Meridor) confirman estas condiciones (Roldán, 1992).
En general, se puede decir que las variables físicas y químicas diferencian la calidad del
agua, sobre todo a nivel trófico. Omitiendo a Santa María del Lago (que tuvo una baja
cantidad de ortofosfato), en los otros humedales la condición trófica parece estar dada
en mayor medida por el fósforo. Las relaciones N/P en estos humedales están cercanas
a 1 e incluso son menores. Se considera que las proporciones de N/P son bajas cuando
tienen valores menores a 10 (Wetzel, 1981; Roldán, 1992).
121
Santa María es un humedal que se encuentra en mejor estado. Los nutrientes, y sobre
todo el fósforo, no alcanzaron valores tan altos, lo que se reflejó en la composición
de taxones, como se discutirá más adelante. Sus características tróficas fueron propias de
un sistema mesotrófico que tiende a la eutrofia o que viene de un estado eutrófico
previo. Aunque el oxígeno disuelto fue más alto comparado con los otros dos hume-
dales, fue relativamente bajo para un sistema mesotrófico. Estas condiciones favore-
cen el desarrollo de comunidades biológicas comparativamente más diversas.
Estas diferencias en la calidad ecológica que mostraron los tres humedales provo-
caron diferencias significativas en las comunidades fitoperifíticas, las cuales, según
los resultados obtenidos, parecen ser sensible a estos cambios. Las diferencias entre
la composición de algas (por clases y por géneros) encontradas para estos tres siste-
mas están bien explicadas por la relación N/P en cada humedal. Tanto en Meridor
como en Juan Amarillo predominaron las cianobacterias, que son precisamente las
algas que toleran mejor las limitaciones por nitrógeno dada su capacidad de fijación
atmosférica de este elemento. En especial, las cianobacterias con heterocistos pre-
sentan estas tolerancias (Ramírez, 2000). Como se pudo ver, en estos dos humeda-
les Anabaena fue un género con altas abundancias, lo que fue mucho más evidente
en Meridor, que no tuvo las características extremas de Juan Amarillo. Esta parece ser
la condición normal en los humedales de la Sabana de Bogotá. En Santa María del
Lago, donde el fósforo fue muy escaso, predominaron las diatomeas y las clorofíceas,
que son bioindicadoras de relaciones N/P altas (mayores a 16).
Según varios autores (Mason, 1984; Roldán, 1992; Ramírez, 2005), los valores de
diversidad de Shannon entre 1,5 y 3,5 bits indican aguas medianamente contamina-
das, un supuesto que se acercó a lo visto en estos tres humedales. Sin embargo, en el
122
análisis específico por humedales el índice solo pudo detectar diferencias entre Meri-
dor y Santa María. A pesar de que los promedios de Juan Amarillo y Meridor tam-
bién parecen muy diferentes, el índice de Shannon no tuvo la resolución estadística
necesaria para comprobarlo.
En el caso de la clorofila a, los valores obtenidos son explicables por las condiciones
físicas y químicas y están muy relacionados con el número total de algas encontra-
das en cada humedal. Esta variable logró indicar solo diferencias significativas entre
Meridor y Juan Amarillo, pero no pudo detectar las otras diferencias. Las concentra-
ciones halladas en Meridor y Santa María fueron mucho más altas que las encontra-
das en otros tipos de humedales, como los morichales en el cerrado brasilero, en los
que Dunck, Nogueira y Felisberto (2013) registraron un promedio de 53,6 µg cm-2,
lo cual demuestra la elevada productividad de las algas perifíticas de los humedales
de la Sabana de Bogotá.
Aunque los índices de Nygaard se desarrollaron para las algas planctónicas, su utili-
zación en el fitoperifiton dejó ver algunos resultados interesantes. En principio, los
índices calculados mostraron una notable variabilidad entre los tres humedales, lo
cual confirma la importancia de las algas perifíticas en la diferenciación de los cuer-
pos de agua. Por otra parte, el índice de diatomeas no fue apropiado para el fitoperi-
fiton, debido a que considera la relación entre diatomeas céntricas y pennadas y las
primeras son exclusivamente planctónicas. Por su origen fitoplanctónico, sus resulta-
dos aplicados al fitoperifiton deben tomarse con cautela.
2.2.5. Agradecimientos
Este estudio se realizó dentro del marco del proyecto Icol, financiado por la Divi-
sión de Investigaciones de la Sede Bogotá (código DIB 8003168). El autor agradece
al Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia por el apoyo
logístico, a las fundaciones administradoras de los humedales y a todas las personas
involucradas en la realización de este estudio.
123
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124
125
Resumen
Abstract
Two surveys were made in Tibanica, Guaymaral, Jaboque and Meridor wetlands, the
first at the end of the rainy season in early December 2007 and the second at the end
of the dry season between February and March 2008, in order to assess the trophic
126
status of these ecosystems from the phytoplankton community. Jaboque was the
most productive ecosystem with 1090 mg C m-3 h-1 in the wet season and 617 mg
C m-3 h-1 in the dry season, just as presenting the greatest concentration of chloro-
phyll a with 75.2 and 72.6 mg m-3 at the dry and wet season, respectively. Guayma-
ral and Tibanica exhibited a reduced net primary production. Meridor, considered as
the most preserved wetland, had meso to eutrophic conditions, and showed a bloom
of the invasive species Ceratium furcoides (Dinophyceae), not earlier reported for this
wetland. All wetlands had high values of orthophosphates, conductivity and organic
matter. The most representative taxa were Trachelomonas volvocina, Geitlerinema sp.,
Phormidium sp., Scenedesmus quadricauda, Euglena spathirhyncha, Oocystis borgei,
and Chlorella sp. There were Euglenophytes in all wetlands, but Cyanobacteria were
dominant in Tibanica and Guaymaral on the dry season. The Trophic State Index of
Carlson showed that all wetlands were meso to eutrophic. Meridor revealed a slight
tendency to have a lower trophic state.
2.3.1. Introducción
Los humedales que existen en el Distrito Capital pertenecen a la cuenca del río
Bogotá. Se formaron hace miles de años y son el resultado de la desecación paula-
tina del antiguo lago que cubrió este territorio. Actualmente sufren graves alteracio-
nes antrópicas como la urbanización, actividades agrícolas (floricultura y siembra de
papa), ganadería y actividades industriales de alto impacto. Su importancia radica en
la gran diversidad biótica que presentan, su participación en los ciclos hidrológicos
y químicos y su papel como “riñones” del medio natural. Además, regulan el caudal
de los ríos y quebradas al evitar inundaciones y purifican el agua por medio de los
organismos vivientes que consumen y transforman los desechos orgánicos y quími-
cos (Moreno, García y Villalba, 2000).
127
El objeto principal de este trabajo fue determinar, a partir de las condiciones físicas,
químicas y biológicas, el estado trófico en el que se encuentran cuatro humedales de
la Sabana de Bogotá: Meridor, Guaymaral, Tibanica y Jaboque. El criterio de selec-
ción de cada humedal fue el grado de intervención humana (de menor a mayor inter-
vención) según los estudios de Conservación Internacional Colombia (2003) y Van
der Hammen et al. (2008). Para evaluar el componente biótico se empleó la comu-
nidad fitoplanctónica y algunas de sus características asociadas, como la producción
primaria y la concentración de clorofila a. Este estudio formó parte del proyecto
Desarrollo de un Índice de Condiciones Limnológicas (ICOL) para los Humedales
de la Ciudad de Bogotá, financiado por la Dirección de Investigaciones, sede Bogotá
(DIB, Código 6048), de la Universidad Nacional de Colombia.
2.3.2. Metodología
Humedales estudiados
Meridor
El humedal Meridor está ubicado en el municipio de Tenjo. Constituye un territo-
rio de conservación y alta diversidad de aves, por lo cual se han catalogado como un
área importante para la conservación de las aves (sitio Aicas) por parte del Instituto
Alexander von Humboldt (Garzón, 2006). El lugar seleccionado en este humedal
correspondió a uno de los espejos de agua principales, específicamente en el sitio de
mayor cantidad de plantas acuáticas.
Tibanica
Se localiza al suroccidente de Bogotá. Está conformado por dos grandes áreas, una de
las cuales pertenece a la localidad de Bosa. Se extiende al costado derecho de la que-
brada Tibanica y se encuentra entre los barrios Laureles y Manzanares. La otra gran
área del humedal, Potrero Grande, se ubica en el municipio de Soacha.
Guaymaral
La Autopista Norte es el límite entre dos localidades y atraviesa el humedal dividién-
dolo en tres sectores, uno de los cuales, el perteneciente a la localidad de Suba, recibió
el nombre de humedal Guaymaral. Este humedal limita al oriente con la Compañía
Nacional de Reforestación, con la otrora automotriz Mazda y con el barrio Lucerna;
al sur con el cementerio Jardines de Paz; al occidente con el centro comercial Bima y
al norte con los predios de la escuela de fútbol Alejandro Brand.
128
Jaboque
Se localiza en el occidente de Bogotá. Se extiende entre una pequeña cuenca ence-
rrada del río Juan Amarillo y la meseta donde está el aeropuerto Eldorado. Pertenece
a la localidad de Engativá. Sus márgenes colindan con los barrios Engativá, Bolivia,
Villa del Mar, Villa Amalia, Villas de Granada y Álamos Norte.
Para el muestreo se escogió un sitio de aguas abiertas en cada humedal, del que se
recolectaron cuatro muestras, dos cualitativas y dos cuantitativas. Para la recolección
de las muestras cualitativas se utilizó una malla de 25 μm de poro, con la cual que
se filtraron de 100 a 120 L. El concentrado se fijó con solución Transeau (6 volú-
menes de agua destilada, 3 de etanol al 90% y 1 de formol al 40%) en razón de 1:1
con respecto a la muestra preservada. Las muestras cuantitativas se recolectaron con
una botella Van Dorn horizontal a 30 cm de la superficie y se fijaron con lugol con-
centrado. En el mismo punto de muestreo se recogió agua que se usó para la incu-
bación de las botellas DBO claras y oscuras de 300 mL, técnica mediante la cual
se evaluó la producción y el consumo de oxígeno de la comunidad con el método
Winkler (APHA, AWWA y WPCF, 2000). Se tomaron datos de temperatura, con-
ductividad, oxígeno disuelto, pH y sólidos disueltos totales con equipos de medición
directa marca Extech. Se registró la dureza, la concentración de cloruros, el cloro
libre y cloro total mediante kits titulométricos y colorimétricos de Merck. La trans-
parencia del agua se midió con un disco Secchi. Se recogieron dos muestras de agua
de 500 mL para análisis de nutrientes (nitritos, nitratos, amonio, fosfatos), clorofila a
y sólidos suspendidos en un laboratorio de análisis de aguas, para lo cual se siguie-
ron, en todos los casos los métodos de APHA et al. (2000). La relación N/P se calculó
con base en las formas disueltas del nitrógeno y el fósforo, transformadas a los pesos
atómicos respectivos.
129
Análisis de datos
Se calcularon los índices de diversidad de Shannon (nats) y equitabilidad de Pie-
lou (Magurran, 1989) para a las comunidades fitoplanctónicas encontradas en cada
muestreo. Se realizó un análisis cluster a partir de las abundancias de las divisiones
del fitoplancton; se utilizaron la distancia euclidiana y la aglomeración por unión
promedio. A las variables físicas y químicas se les calculó el coeficiente de variación;
aquellas de mayor variación, junto con los parámetros de producción primaria y de
concentración de clorofila a, se utilizaron para realizar un análisis de componentes
principales (ACP). Estos análisis de clasificación y ordenamiento se hicieron en el
programa de acceso libre PAST 1.8 (Hammer, Harper y Ryan, 2001). Por último, se
calcularon los índices de estado trófico de Carlson (TSI) (Carlson, 1977) para esta-
blecer el grado de trofismo de cada humedal.
2.3.3. Resultados
En el ACP (figura 2.3.1) no se incluyeron las variables pH, sólidos suspendidos, cloro
libre, cloro total, ni nutrientes debido a su escasa variación. La temperatura tampoco
se incluyó dado que sus fluctuaciones estuvieron relacionadas con las condiciones
130
climáticas diarias. El porcentaje de varianza acumulada explicada por los dos pri-
meros componentes fue del 77,9%. El primer componente principal, que explicó
el 53% de la varianza, tuvo correlaciones positivas en especial con la producción
neta, el oxígeno disuelto y la producción bruta (tabla 2.3.2). Las mayores correla-
ciones negativas se presentaron con la transparencia Secchi, la dureza y los cloruros.
El segundo componente explicó el 24,9% de la varianza y estuvo correlacionado de
forma positiva con los sólidos disueltos totales y la respiración, y de manera negativa
con las demás variables, principalmente con cloruros, dureza y producción bruta.
Figura 2.3.1. Resultado del ACP. El número 1 corresponde al periodo húmedo y el 2 al seco
Teniendo en cuenta solamente el primer componente del ACP (eje horizontal), los
dos muestreos de Jaboque se ubican a la derecha de la figura 2.3.1. Este humedal pre-
sentó las mayores tasas de producción primaria, tanto bruta como neta, alto contenido
de oxígeno disuelto y clorofila y bajos valores de dureza, de cloruros, de conductivi-
dad, de sólidos disueltos y de respiración. A la izquierda de la figura 2.3.1 se locali-
zan Meridor y Tibanica, con características contrarias al anterior, es decir, mayores
valores de conductividad, sólidos disueltos, dureza, respiración, cloruros y transpa-
rencia, y menores valores de producción primaria bruta y neta, clorofila a y oxígeno
disuelto. El segundo componente (eje vertical) agrupa a Meridor en sus dos mues-
treos y a Jaboque en el segundo periodo. Estos puntos se caracterizaron por presen-
tar mayor producción primaria, oxígeno disuelto y transparencia, principalmente, a
la vez que menores tasas respiratorias y pocos sólidos disueltos totales. El otro grupo
está representado por Jaboque en el periodo húmedo y Tibanica en los dos muestreos.
131
Este conjunto mostró mayores tasas respiratorias, altos sólidos disueltos totales,
menores tasas de producción primaria, dureza baja, poco oxígeno disuelto y reducida
clorofila a. Guaymaral aparece en el ordenamiento muy cercano a 0; en este humedal
no fue posible tomar datos de producción primaria ni de transparencia por la ausen-
cia de espejo de agua. En la tabla 2.3.2 se pueden ver las correlaciones de las variables
con los componentes de ACP.
Tabla 2.3.1. Datos físicos y químicos, de producción primaria y de clorofila a de cada humedal en las dos
épocas de muestreo
Temperatura (ºC) 18,95 20,1 17,1 19,1 16,5 15,7 20,8 22,5
Conductividad (µS cm ) -1
855,5 1.339 1.210 184 352 485 153,2 168,8
Sólidos suspend. (mg L-1) 0,042 0,020 0,009 0,011 0,047 0,797 0,047 0,046
Nutrientes
NO3 (mg L )
-1
0,04 0,042 0,01 0 0,03 0 0,1 0,016
NO2 (mg L )
-1
0,002 0,2 0,003 0 0,003 0 0,024 0,3
PO4 (mg L-1) 1,4 0,2 0,25 1,4 1,1 0,3 1,6 0,5
En general, se puede decir que Meridor se caracterizó por ser un humedal de aguas
duras, productivo, con una alta biomasa de clorofila a fitoplanctónica, una elevada
conductividad y una alta transparencia en comparación con los demás humedales
estudiados. Tibanica, por su parte, exhibió tasas de producción primaria bajas, redu-
cidos valores en la biomasa de clorofila a, poco oxígeno y altos valores de sólidos
disueltos, conductividad y dureza. Jaboque fue el humedal más productivo, rico en
132
oxígeno disuelto y en clorofila a; además fue de aguas blandas con poca conductividad
y reducidos sólidos disueltos. Guaymaral presentó valores intermedios en conducti-
vidad, sólidos disueltos, oxígeno disuelto, clorofila a y dureza.
Tabla 2.3.2. Peso de los ejes, varianza explicada y correlaciones entre los ejes de ordenamiento del ACP y
los datos de producción primaria, clorofila a y algunas variables físicas y químicas. Se resaltan
en negrita las correlaciones más altas en cada componente
COMPONENTE PRINCIPAL
VARIABLE
1 2 3
Valor propio 5,193 2,566 1,188
% varianza 51,939 25,668 11,882
Varianza acumulada 51,939 77,607 89,489
Sólidos disueltos totales -0,273 0,390 -0,016
Conductividad -0,285 -0,216 0,556
Oxígeno disuelto 0,398 -0,212 0,031
Cloruros -0,287 -0,454 0,101
Dureza -0,315 -0,383 -0,233
Transparencia Secchi -0,308 -0,390 0,119
Producción bruta 0,368 -0,165 0,282
Producción neta 0,413 -0,173 0,080
Respiración -0,112 0,373 0,680
Clorofila a 0,2977 -0,2301 0,2464
Comunidad fitoplanctónica
133
134
Figura 2.3.2. Porcentaje de abundancia de las divisiones de fitoplancton presentes en cada humedal en los
periodos húmedo (A) y seco (B)
Figura 2.3.3. Índices de diversidad de Shannon y equitabilidad de Pielou de las comunidades de fitoplanc-
ton de cada humedal y muestreo. El número 1 corresponde al periodo húmedo y el 2 al seco
Figura 2.3.4. Riqueza de especies de la comunidad de fitoplancton para cada muestreo. El número 1 corres-
ponde al periodo húmedo y el 2 al seco
135
Figura 2.3.5. Análisis cluster obtenido a partir de las abundancias de las divisiones de fitoplancton en cada
muestreo. El número 1 corresponde al periodo húmedo y el 2 al seco
136
Figura 2.3.6. Índices de estado trófico (TSI) de Carlson aplicados a cada humedal en las dos épocas de
muestreo (1 lluvias y 2 sequía). SD: disco Secchi; Chl: clorofila a; TP: fósforo total
2.3.4. Discusión
137
Henao de Uribe (1987) también presenta una clasificación del estado trófico de los
ecosistemas acuáticos según los valores de profundidad de la transparencia Secchi
(mayores a 1,6 m oligotróficos, entre 1,6 y 0,8 m mesotróficos y menores a 0,8 m
eutróficos). Según este ordenamiento, Meridor fue el único humedal oligotrófico.
Tibanica en sus dos muestreos y Jaboque en la temporada lluviosa se comportaron
como mesotróficos y Jaboque fue eutrófico para el muestreo del periodo seco (tabla
2.3.1).
Como era de esperar, la concentración del oxígeno disuelto fue relativamente baja en
todos los humedales debido a la alta carga de materia orgánica. Los mayores valores
de oxígeno ocurrieron en Jaboque a causa de su elevada producción por parte de la
comunidad fitoplanctónica.
Comunidad fitoplanctónica
Como se dijo, las especies más abundantes en las dos épocas de muestreo en Meridor
fueron T. volvocina y C. furcoides. En el estudio realizado por Vásquez et al. (2006) se
registró la presencia de T. volvocina como una de las especies más abundantes. Varios
autores citados en Jahn (1946) opinan que el género Trachelomonas es muy abun-
dante en aguas dulces ricas en materia orgánica; su presencia es evidencia de un alto
contenido orgánico disuelto, no necesariamente de origen residual, y en general de
eutrofia. Por otra parte, varios autores (Moya y Ramón, 1984; Margalef, 1992; Gli-
gora, Plenkovic-Moraj y Ternjej, 2003; Grigorszky, Padisák, Borics, Schnitchen y
Borbély, 2003) están de acuerdo en que C. furcoides y otros dinoflagelados crecen en
lagos someros oligotróficos, principalmente en las capas superiores de aguas estratifi-
cadas, en los que los sedimentos son ricos en materia orgánica y nutrientes. A partir
138
Según Payne (1986), las altas cargas orgánicas reducen el número de diatomeas y de
algas verdes, particularmente de desmidias. Bajo condiciones de saprobiedad proliferan
139
Rai y Hill (1984, citados en Esteves, 1988) proponen una clasificación trófica de los
lagos templados según la tasa de producción primaria y la biomasa de clorofila a de
la siguiente manera: los lagos oligotróficos producen de 4,16 a 12,5 mg C m-3 h-1 y
contienen de 0,3 a 3 mg L-1 de clorofila a; los mesotróficos producen entre 20,8 y 83
mg C m-3 h-1 y tienen de 3 a 15 mg L-1 de clorofila a; los eutróficos producen más de
83 mg C m-3 h-1 y tiene de 15 a 500 mg L-1. De acuerdo con la producción prima-
ria bruta, Meridor en el segundo muestreo y Jaboque en los dos periodos, se podrían
considerar como eutróficos; Tibanica y Meridor en el primer muestreo serían meso-
tróficos. Teniendo en cuenta la concentración de clorofila a, Guaymaral en el periodo
húmedo y Tibanica en la temporada seca se comportarían como ambientes oligotró-
ficos; Guaymaral en la época seca se consideraría mesotrófico; finalmente Meridor y
Jaboque pertenecerían a la categoría de ambientes eutróficos.
140
El TSI del disco Secchi clasifica a Meridor como sistema oligotrófico, tal como se
encontró en estudios anteriores (Vásquez, Ariza y Pinilla, 2006). Guaymaral, en el
primer muestreo, se comportó como oligotrófico según la concentración de clorofila
a, pero dada la limitación por nitrógeno, se le confiere menos peso al índice de fós-
foro. Si se hace un balance de las categorías tróficas que muestran los distintos índi-
ces (TSI ponderado), se puede ver que en general todos los humedales tienen niveles
claros de eutrofia (figura 2.3.6 y tabla 2.3.3). Sin embargo, la fuerte limitación por
nitrógeno en estos ecosistemas (los valores de N/P fueron muy bajos) hace pensar
que tal condición de alto trofismo se debe básicamente al fósforo.
Tabla 2.3.3. Determinación del estado trófico de cada humedal en su respectivo muestreo, teniendo en
cuenta los parámetros evaluados para tal fin. E = eutrófico. M = mesotrófico. O = oligotrófico.
El número 1 corresponde al periodo húmedo y el 2 al seco
141
2.3.5. Conclusiones
A partir de las clasificaciones del estado trófico obtenidas para cada humedal con base
en los distintos parámetros utilizados, se construyó una tabla resumen (tabla 2.3.3) en
la que se deduce que la mayoría de los humedales estudiados se encuentran en un
estado de eutrofia. Se observa la tendencia de estos ecosistemas a ser ricos en nutrien-
tes y en materia orgánica. Estas características están relacionadas no solo con aque-
llas normales de este tipo de ecosistemas ricos en nutrientes de manera natural, sino
también con la influencia urbana. Meridor mostró una condición trófica menor,
debido a que se encuentra en un ambiente rural. La influencia humana ocasiona un
aumento en los nutrientes, principalmente en el fósforo y en la carga orgánica, cuyos
efectos se ven en la disminución de la transparencia y en los bajos contenidos de oxí-
geno de los humedales.
2.3.6. Agradecimientos
Este estudio se realizó dentro del marco del proyecto Icol, financiado por la Divi-
sión de Investigaciones de la sede Bogotá (código DIB 8003168). El autor agradece
al Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia por el apoyo
logístico, a las fundaciones administradoras de los humedales y a todas las personas
que colaboraron en la realización de este estudio.
142
143
144
145
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146
Resumen
Para entender las características, los procesos naturales y las alteraciones que ocurren
en un ecosistema acuático se han utilizado ciertos grupos de organismos como el
fitoplancton, que indican su estado ecológico. El presente estudio buscó determinar
la composición y organización de las comunidades fitoplanctónicas en tres ecosiste-
mas lénticos de la Sabana de Bogotá (los humedales Juan Amarillo y Santa María del
Lago y el embalse de San Rafael), en dos periodos climáticos específicos (época llu-
viosa y época seca), a fin de establecer su estado trófico con base en las algas planctó-
nicas. La metodología incluyó la colecta de agua con botella muestreadora, la fijación
con solución Transeau y lugol, el conteo e identificación de las algas, los análisis físi-
cos y químicos del agua y los análisis numéricos y estadísticos de la información bió-
tica y abiótica. Los resultados mostraron que independientemente de las categorías
arrojadas por los diferentes índices tróficos utilizados, se mantuvo el orden entre los
sistemas, con Juan Amarillo como el ambiente de valores más altos de trofismo, San
Rafael con los registros más bajos y Santa María del Lago con estimaciones interme-
dias. Cada uno de estos ecosistemas presenta condiciones físicas y químicas diferen-
tes que permiten la presencia o ausencia de ciertos grupos de algas.
147
Abstract
Keywords: trophic state, microalgae, bioindicators, Juan Amarillo, Santa María del
Lago, San Rafael.
2.4.1. Introducción
Los sistemas lénticos, como cualquier sistema acuático, presentan ciertas condicio-
nes bióticas y abióticas representativas. La presencia y riqueza de determinadas espe-
cies, junto con las condiciones físicas y químicas en el eje vertical de profundidad,
caracterizan este tipo de ambientes, a los que pertenecen los humedales, las ciéna-
gas, los lagos, las lagunas y los embalses o represas (Bort, Maidana, Rodrigo y Rojo,
2005; Delgadillo y Góngora, 2008). Los ecosistemas lénticos son muy importantes
para las sociedades, puesto que, junto con los ríos, abastecen gran parte de las nece-
sidades hídricas de los seres humanos (Barrett y Odum, 2006). Además, el agua es
un recurso natural necesario para la vida y la supervivencia de cualquier organismo,
por lo que el estudio de los sistemas acuáticos, en especial de los lénticos, se consi-
dera fundamental.
148
El presente estudio formó parte del proyecto Biomonitoreo del estado trófico de eco-
sistemas acuáticos léntico con microalgas inmovilizadas, desarrollado por la Univer-
sidad Nacional de Colombia con la financiación de Colciencias. Con este trabajo se
pretendió determinar la composición y organización de las comunidades fitoplanc-
tónicas de tres ecosistemas lénticos (los humedales Juan Amarillo y Santa María del
Lago y el embalse de San Rafael) en dos periodos climáticos específicos (época llu-
viosa y época seca), con la finalidad de establecer la condición de trofismo de esos
ambientes. Se quiere así aportar información limnológica básica que permita la ges-
tión de estos cuerpos de agua y de otros de similares condiciones. Los ecosistemas
acuáticos seleccionados son de vital importancia por su papel como reguladores hídri-
cos (los humedales) o como fuentes de agua potable (el embalse). El seguimiento al
proceso de contaminación que sufren estos cuerpos de agua, así como un registro de
su historial en el tiempo, permitirá establecer pautas de manejo, rehabilitación y con-
servación de dichos ambientes acuáticos a mediano y largo plazo.
2.4.2. Metodología
Muestreo
Los ecosistemas lénticos estudiados se encuentran en la Sabana de Bogotá, ubicada en
la cordillera Oriental de los Andes en el departamento de Cundinamarca (Colombia),
con una altitud promedio de 2.650 msnm. La región presenta un régimen bimodal
de lluvias, en el que los valores mínimos correspondientes al primer periodo seco ocu-
rren en enero y febrero; en julio y agosto se da un segundo estiaje de menor intensi-
dad. Las temporadas lluviosas están centradas en abril-mayo y en octubre-noviembre
(López, 2012). Los tres sistemas lénticos seleccionados presentan características trófi-
cas diferentes de acuerdo con varios autores (Conservation International Colombia,
149
2003; Moreno, García y Villalba, 2005; Vásquez et al., 2006; Van der Hammen et
al., 2008, López, 2012): el embalse de San Rafael es oligotrófico, el humedal Santa
María del Lago es mesotrófico, y el humedal Juan Amarillo (tercio alto) es eutrófico
a hipereutrófico. Las visitas se hicieron entre enero y febrero del 2012 (periodo seco),
y entre marzo y abril del 2012 (periodo lluvioso). En cada cuerpo de agua se eligie-
ron tres puntos que representaron las condiciones generales de todo el sistema (zona
litoral, zona limnética y cercanía al afluente). En cada uno de estos puntos se extraje-
ron, con una botella alpha horizontal, tres muestras de agua a profundidades diferen-
tes (al 15%, 50% y 100% de atenuación de la luz), como lo indica Ramírez (2000).
Las aguas de cada profundidad se mezclaron en un balde de 6 litros para obtener una
muestra integrada del sitio, de la cual se tomaron los volúmenes necesarios para los
análisis químicos y biológicos. Para los primeros, se conservaron muestras refrigera-
das que se llevaron al laboratorio para la posterior determinación de nutrientes en
las siguientes 24 horas. Las muestras para la medición de las clorofilas (aproximada-
mente 250 mL) se refrigeraron en frascos ámbar y se mantuvieron en oscuridad; otras
muestras se preservaron para los análisis cuantitativos y cualitativos del fitoplancton
con lugol y solución Transeau, respectivamente. En campo se midió directamente la
transparencia (m) y la profundidad (m) con un disco Secchi (diámetro = 0,30 m), y
la temperatura (ºC), el oxígeno disuelto (mg L-1), el porcentaje de saturación de O2
(%), el pH (unidades de pH), la conductividad eléctrica (CE, µS cm-1) y los sólidos
disueltos totales (mg L-1) con una sonda multiparamétrica Hach HQ40d.
Laboratorio
Para los análisis de nitritos (NO2), nitratos (NO3), amonio (NH4), ortofosfatos (PO4)
y clorofilas a, b y c se utilizó un espectrofotómetro Hach DR2800; para la demanda
biológica de oxígeno (DBO5, mg L-1) se empleó una incubadora a 20 ºC; los sólidos
suspendidos totales (mg L-1) se determinaron mediante el método gravimétrico y el
uso de una balanza analítica. En todos los casos se siguieron las metodologías están-
dar de APHA, AWWA y WPCF (2005) y las recomendaciones de Elosegi y Sabater
(2009) para la medición de los fitopigmentos. La identificación de las algas se rea-
lizó con las muestras preservadas con la solución Transeau utilizando un microscopio
directo y claves taxonómicas tales como Bellinger y Sigee (2010), Bicudo y Bicudo
(1970), Coesel (1987), Parra, González, Dellarossa, Rivera y Orellana (1982), Tell y
Conforti (1986) y Yacubson (1980), entre otras. Los análisis cuantitativos del fito-
plancton se realizaron con el método de sedimentación en cámaras de Utermöhl
(Lund, Kipling y Le Creen, 1958). La fórmula empleada fue: organismos por mililitro
= nF/sch, donde n es el número de organismos contados, s es la superficie en mm2 del
campo del microscopio, c es el número de campos contados, h es la altura de la mues-
tra en la cámara en mm y F es un factor de conversión (103 mm3 mL-1).
Análisis de datos
Se determinaron los índices de estado trófico para cada sistema (IET de Carlson, índi-
ces de Thunmark y Nygaard, índice trófico planctónico, índice sapróbico de Palmer)
150
2.4.3. Resultados
El ACP muestra la agrupación de los sistemas según las variables físicas y químicas que
más los influencian. Da una idea de la organización de dichas variables en los ecosis-
temas trabajados. Tanto en la época seca como en la lluviosa, el embalse de San Rafael
estuvo altamente asociado a la mayor transparencia del agua y a un elevado porcen-
taje de saturación de oxígeno. El humedal Santa María del Lago estuvo determinado
151
Tabla 2.4.1. Promedios y desviaciones estándar de los datos físicos y químicos y de clorofila de los tres
sistemas lénticos estudiados, registrados en la época seca y lluviosa; SR: San Rafael, STA:
Santa María del Lago, JA: Juan Amarillo
SR SR STA STA JA JA
VARIABLES
SECA LLUVIOSA SECA LLUVIOSA SECA LLUVIOSA
Cond. electr. (µS cm-1) 49,89±1,03 47,38±0,97 195,80±3,90 181,99±10,0 136,13±1,36 136,44±8,42
Sólidos disueltos (mg L-1) 28,00±0,56 26,58±0,56 106,43±0,59 101,87±6,02 74,96±0,27 72,07±0,82
Sólidos susp. totales (mg L-1) 0,00±0,00 0,00±0,00 0,01±0,00 0,00±0,00 0,02±0,00 0,02±0,00
Chla (mg m-3) 12,40±10,04 2,53±0,98 8,62±3,11 42,08±11,87 73,31±48,2 41,09±11,3
Chlc (mg m ) -3
3,16±1,71 1,21±0,30 1,36±0,88 89,61±33,8 14,50±10,45 76,72±26,3
Nitratos (mg L ) -1
0,02±0,01 0,04±0,02 0,03±0,00 0,05±0,04 0,07±0,02 0,05±0,02
Amonio (mg L ) -1
0,26±0,10 0,38±0,01 0,39±0,09 0,43±0,03 0,49±0,06 0,50±0,04
por la alta DBO5, las mayores concentraciones de las clorofilas y la elevada conductivi-
dad eléctrica. En el humedal Juan Amarillo las variables importantes fueron la DBO5,
los sólidos totales, los nitratos y los fosfatos. En este último humedal las clorofilas
a y c fueron particularmente influyentes en la época lluviosa (figuras 2.4.1 y 2.4.2).
Tabla 2.4.2. Valores propios y varianza explicada por las variables físicas y químicas con respecto a los
primeros cinco componentes del ACP. Nótese que los dos primeros componentes presentan
los valores más altos
152
Figura 2.4.1. Análisis de componentes principales (ACP) para la época seca. Los círculos corresponden a
Santa María del Lago, las estrellas a San Rafael y los cuadrados a Juan Amarillo. En cada eco-
sistema se indican los tres sitios de muestreo con los números 1, 2 y 3
En el humedal Santa María del Lago la clase más abundante en las dos épocas cli-
máticas fue Euglenophyceae, que superó el 80% de la densidad total. La especie más
dominante fue Trachelomonas volvocina. El género Phacus también fue importante
a través de las especies P. longicauda, P. orbicularis y P. helikoides. Otras euglenófi-
tas representativas fueron Lepocinclis ovum, Euglena tripteris y el género Strombomo-
nas. Por otro lado, la clase Chlorophyceae presentó un porcentaje mucho menor pero
no despreciable (figura 2.4.3); los taxones más notables fueron Crucigenia quadrata,
Dictyosphaerium pulchellum y el género Oocystis.
En la época seca la clase más representativa en el humedal Juan Amarillo fue Dino-
phyceae, con una alta abundancia de Ceratium furcoides y Peridinium cinctum. Le
siguió la clase Euglenophyceae, con las especies Trachelomonas hispida, T. volvocina,
Lepocinclis salina y P. longicauda. En la época lluviosa la clase más representativa (con
un poco más del 50% de abundancia) fue Chlorophyceae, con los taxones Mono-
raphidium sp., Closteriopsis sp. y Oocystis spp. Le siguieron en orden de importan-
cia las clases Euglenophyceae, Dinophyceae y Bacillariophyceae (figura 2.4.3), con
las especies T. volvocina, C. furcoides y Asterionella formosa, respectivamente. Se des-
taca la presencia de C. furcoides por ser un taxón que, junto con C. hirundinella, se
han reportado como invasores de lagos y embalses de Sudamérica (Boltovskoy, 2005;
Santos-Wisniewski, Silva, Leone, Laudares-Silva y Rocha, 2007).
153
Figura 2.4.2. Análisis de componentes principales (ACP) para la época lluviosa. Los círculos corresponden a
Santa María del Lago, las estrellas a San Rafael y los cuadrados a Juan Amarillo. En cada ecosis-
tema se indican los tres sitios de muestreo con los números 1, 2 y 3
En San Rafael la clase mejor representada fue Chlorophyceae en los dos periodos cli-
máticos, con el mayor número de especies encontradas y un porcentaje de abundan-
cia mayor al 50% (figura 2.4.3); de este grupo las especies más numerosas fueron
Elakatothrix gelatinosa, Scenedesmus af. granulatus, Radiococcus nimbatus y Sphaerocys-
tis schroeteri. La composición varió entre épocas climáticas, pero E. gelatinosa mantuvo
su predominancia en los dos periodos. La segunda clase más abundante en el embalse
fue Dinophyceae, con la especie Peridinium cinctum y el género Gymnodinium sp.
como los taxones más abundantes. La clase Zignematophyceae tuvo una representa-
ción significativa en la época lluviosa gracias a la abundancia de Arthrodesmus incus.
Figura 2.4.3. Porcentajes de organismos en cada clase taxonómica, en los tres sistemas lénticos evaluados;
SR: San Rafael, SM: Santa María del Lago, JA: Juan Amarillo
154
Figura 2.4.4. Análisis multidimensional no métrico (NMDS) para las dos épocas climáticas evaluadas.
Los círculos corresponden a Santa María del Lago, las estrellas a San Rafael y los cuadrados a
Juan Amarillo
155
Figura 2.4.5. Análisis de correspondencia canónica (ACC). El círculo corresponde a Santa María del Lago,
la estrella a San Rafael y el cuadrado a Juan Amarillo
La permutación de Monte Carlo con un p menor a 0,05 para los tres primeros ejes
del ACC (tabla 2.4.3) permite garantizar que la organización y distribución de las
especies en los ecosistemas estudiados no es producto de una aleatoriedad de los
datos, sino que realmente tal comportamiento ocurre en esos ambientes. En conse-
cuencia, se puede estar razonablemente seguro de que las abundancias de los taxones
de algas en cada ambiente sí están afectadas por las variables físicas y químicas pro-
pias de cada sistema en particular (Fontúrbel y Castaño, 2011).
156
Tabla 2.4.3. Valores propios de las variables en los primeros cincos vectores del análisis de correspondencia
canónica (ACC). Nótese que los dos primeros ejes presentan los valores más altos
Tabla 2.4.4. Diversos índices que muestran el trofismo de cada ecosistema en cada época evaluada. SR:
San Rafael; SM: Santa María del Lago; JA: Juan Amarillo
2.4.4. Discusión
157
transparencia Secchi varía de acuerdo con el estado trófico en que se encuentren los
ecosistemas acuáticos. Transparencias mayores a 1,6 m indican que el ecosistema es
oligotrófico, entre 1,6 y 0,8 m muestran un estado mesotrófico y cuando son meno-
res a 0,8 m la condición es de eutrofia. Los resultados de transparencia indican que
San Rafael es un ecosistema oligotrófico, Santa María del Lago es mesotrófico y Juan
Amarillo es eutrófico, independientemente del periodo climático. El porcentaje de
saturación de oxígeno también parece ser un buen indicador del grado de trofismo. Por
ejemplo, en San Rafael (oligotrófico) los porcentajes fueron mayores al 80%. Según
Ramírez (1987), en aguas oligotróficas la mayor transparencia facilita la penetración
de la luz, lo cual promueve la fotosíntesis y, por ende, la producción de oxígeno. Por
supuesto, la oligotrofia implica también bajas densidades algales, debido a que no
hay suficientes nutrientes para sostener una comunidad fitoplanctónica abundante.
Delgadillo y Góngora (2008) mencionan que en un sistema oligotrófico la concen-
tración de oxígeno es mucho mayor que en sistemas meso y eutróficos. En estos últi-
mos se pueden presentar desde condiciones hipóxicas hasta situaciones de anoxia,
dependiendo de factores propios de cada sistema, tales como la carga de materia
orgánica y la cantidad de nutrientes. No obstante, en sistemas eutróficos el oxígeno
puede llegar a ser elevado a ciertas horas del día en que hay mayor producción foto-
sintética, superando incluso la saturación de oxígeno de los cuerpos de agua oligo-
tróficos. Por otra parte, mirando la concentración de oxígeno en el balance oferta/
demanda, los ambientes oligotróficos tienden, por lo general, a ser más oxigenados.
El humedal Santa María del Lago, considerado como un sistema mesotrófico en este
estudio, se encuentra mayormente influenciado por la baja saturación de oxígeno, la
CE y las clorofilas b y c (Chlb y Chlc, respectivamente). La Chlb parece ser especial-
mente abundante en este humedal. Al respecto, es importante recordar que este tipo
de clorofila es característica de la euglenofíceas y las clorofíceas. Estos valores se pre-
sentaron en mayor o en menor grado según la época, pero en general fueron muy
representativos en este humedal.
158
este humedal corresponden más bien a los de un ambiente mesotrófico, muy cercano
a ser eutrófico. Esto puede ser un indicio de que la cantidad de materia orgánica y
nutrientes en el agua es elevada, muy posiblemente por el crecimiento masivo de la
vegetación acuática. Además, los sedimentos podrían conservar aun grandes cantida-
des de nutrientes que mantendrían un estado trófico elevado por muchos años. Esta
condición de mesotrofia es coherente con lo hallado por López (2012), quien men-
ciona que según la transparencia y la relación N:P, el humedal se considera como un
sistema mesotrófico, pero según el amonio, los nitritos, los nitratos y los ortofosfatos
es eutrófico. Algunas variables cualitativas utilizadas en dicho estudio también cate-
gorizan a Santa María como mesotrófico con tendencia a la eutrofia: olor de descom-
posición vegetal intenso, color pardusco del agua y fondo fangoso y negruzco.
159
Como se mencionó, algunos autores consideran que en el trópico los lagos están más
limitados por nitrógeno que por fósforo (Lewis, 1987, 2000, 2002; Ramos-Higuera,
Alcocer, Ortega-Mayagoitia y Camacho, 2008). Si esto fuera aplicable también a los
humedales andinos, estos sistemas palustres tendrían un estado trófico menor al que
se establece con base en la concentración de fósforo. Por lo tanto, San Rafael sería oli-
gotrófico y Santa María mesotrófico. Será necesario realizar estudios centrados en el
metabolismo del nitrógeno de estos ambientes para evaluar estas suposiciones.
Por otra parte, se debe considerar que, en sistemas palustres como los humedales
de la Sabana de Bogotá, las condiciones de eutrofia son normales. Como lo señalan
Horner, Cooke, Reinelt, Ludwa y Chin (2001), los humedales son pantanos que de
manera natural tienden a la eutrofia y a la saprobiedad. Por supuesto, los procesos
de urbanización incrementan los nutrientes y la materia orgánica en estos ambientes.
El embalse de San Rafael, por su parte, tiende a la oligotrofia y esto se debe a que
acopia aguas de páramo muy desmineralizadas y limpias del Parque Nacional Natu-
ral Chingaza, las cuales representan la mayor parte de las entradas directas de agua
a este embalse. Los aportes del río Teusacá son menores, pero introducen suficiente
fósforo a San Rafael como para producir las concentraciones detectadas (0,16 a 0,39
mg L-1, tabla 2.4.1). Según Delgadillo y Góngora (2008), los sistemas de aguas abier-
tas, profundas y generalmente transparentes, como San Rafael, son típicamente oli-
gotróficos. En el presente trabajo no se midió el efecto de la estratificación y mezcla
del embalse, pero López et al. (2012) han demostrado que estos eventos provocan
cambios tróficos y algales importantes en este cuerpo de agua.
Como se sabe, todas las divisiones de las algas tienen clorofila a, pero las clorofilas b,
c y d solo están presentes como pigmentos accesorios en determinados grupos (Mora
et al., 2002). La clorofila b es propia de las clases Euglenophyceae, Chlorophyceae y
Chrysophyceae, la clorofila c se encuentra en las clases Dinophyceae, Cryptophyceae
y Bacillariophyceae (Parra et al., 1982; Mora et al., 2002) y la clorofila d es exclu-
siva de Rhodophyceae y Cyanophyceae (Reynolds, 1997; Ramírez, 2000). Por lo
anterior, las proporciones en que se encuentran estos pigmentos dan una idea de
la composición fitoplanctónica que presenta un ecosistema. En el presente estudio, la
concentración de las clorofilas concuerda con las especies dominantes en cada sis-
tema. De esta manera, en el humedal Santa María del Lago, donde las Eugleno-
phyceas fueron muy abundantes, la clorofila b tuvo valores altos. En Juan Amarillo
predominó la clase Dinophyceae, por lo cual la clorofila c fue elevada. La abundancia
de Chlorophyceae en el embalse de San Rafael explica la mayor concentración rela-
tiva de clorofila a en este sistema.
160
Comunidades fitoplanctónicas
El fitoplancton es una comunidad acuática que habita la zona limnética y como tal
depende directamente de los factores físicos y químicos imperantes en el agua. Es por
eso por lo que los taxones de algas pueden representar las condiciones oligo, meso o
eutróficas ocasionadas por dichas características ambientales del agua en cada sistema.
La clase Dynophyceae fue la segunda más abundante en San Rafael, con Peridi-
nium cinctum y Gymnodinium sp. como los taxones dominantes. Esto concuerda
con lo hallado por Reynolds (1997), quien sugiere que los dinoflagelados se pueden
encontrar tanto en ambientes oligotróficos como meso y eutróficos, siendo las espe-
cies Peridinium inconspicuum y Gymnodinium fuscum típicas de aguas oligotróficas y
especialmente tolerantes a bajo pH. Estas dos especies pertenecen a los mismos géne-
ros que fueron abundantes en el embalse.
Santa María del Lago presentó condiciones entre meso y eutróficas, lo cual es cohe-
rente con el dominio de la clase Euglenophyceae en este ecosistema, en especial de
Trachelomonas volvocina. Según Pinilla (2000), esta especie es común en todo tipo
de ambientes; sin embargo, es mucho más representativa en aguas meso y eutróficas,
por lo que se considera indicadora de niveles altos de trofismo (Vásquez et al., 2006).
Los géneros Phacus y Lepocinclis también contribuyeron al alto porcentaje que tuvo
la clase Euglenophyceae en este sistema. Esto concuerda con lo reportado por Vás-
quez et al. (2006), quienes afirman que estos géneros son indicadores de la presen-
cia de materia orgánica en el ecosistema. En el estudio realizado por Pinilla (2010),
en algunos humedales de Bogotá, las euglenofíceas predominaron en Guaymaral, el
cual es un humedal similar en sus características físicas y químicas al de Santa María
del Lago. Los dos se consideran sistemas mesotróficos. En términos generales, varios
autores (Ramírez, 2000; Vásquez et al., 2006; Pinilla, 2010) concuerdan en que las
especies pertenecientes a la clase Euglenophyceae son muy frecuentes en sistemas con
una alta carga de materia orgánica debido a su capacidad mixotrófica. No obstante,
Ramírez (2000) afirma que la presencia de estas especies no solo se ve influenciada
por la cantidad de materia orgánica, sino también por la estratificación y estabilidad
de la columna de agua. De esta manera, las euglenofíceas prosperan mejor en aguas
estables y sapróbicas.
161
162
Para el ITP, estimaciones cercanas a cero ocurren donde el sistema presenta casi exclu-
sivamente Desmideaceae, mientras que datos altos, cercanos a 100, indican que el
fitoplancton está mayormente dominado por Euglenophyceae (De la Fuente, 2004).
San Rafael obtuvo los valores más bajos debido a la presencia de desmidias y a la
menor concentración de clorofila. Esto es coherente con la ecología de este grupo
de algas, las cuales comúnmente se encuentran en sistemas desmineralizados, oligo
a mesotróficos (Reynolds, 1998). Por su parte, en Juan Amarillo y Santa María del
Lago el ITP fue alto, debido a la abundancia de Euglenophycea y las mayores can-
tidades de clorofila. Esto fue especialmente cierto en Santa María del Lago. Como
ya se ha mencionado con anterioridad, las Euglenofíceas son indicadoras de sistemas
eutróficos, pero sobre todo de aguas ricas en materia orgánica.
163
Los sistemas evaluados en este estudio presentaron altos niveles tróficos debido a las
elevadas concentraciones de nutrientes. Estos se generan por múltiples factores, tales
como las actividades antrópicas que ocasionan contaminación directa en los hume-
dales. La entrada de nutrientes por parte de los afluentes puede ser el origen de estos
elementos en el caso del embalse San Rafael (río Teusacá).
Este estudio logró demostrar que las especies fitoplanctónicas responden a los cam-
bios físicos, químicos y ambientales de manera temprana. Por lo tanto, su empleo en
164
Algunos índices que valoran el estado trófico de los sistemas acuáticos no tienen en
cuenta todos los aspectos relevantes. Es por esto por lo que se recomienda trabajar
varios índices simultáneamente, con el fin de obtener resultados complementarios.
Además, es importante tener en cuenta el grado de extensión y profundidad de los
espejos de agua y la presencia de los distintos tipos de vegetación acuática, la cual
puede competir por luz y nutrientes con el fitoplancton.
2.4.6. Agradecimientos
Álvarez, R. (2009). Notas sobre la avifauna del humedal Santa María del Lago,
Cordillera Oriental de los Andes colombianos. Revista Luna Azul, 28, 24-39.
American Public Health Association (APHA), American Water Works Association
(AWWA) and Water Pollution Control Federation (WCPF). (2005). Standard
methods for examination of water and wastewater (21.th ed.). Baltimore: Victor
Graphics.
165
166
168
Resumen
Abstract
The soil seed banks (SB) of Schoenoplectus californicus and Typha latifolia communi-
ties within three areas of Tibanica wetland were studied in order to assess their com-
position, structure, and diversity. The current vegetation was also examined to detect
similarities between standing vegetation and the SB. The restoration potential was
determinate regarding to species richness and invasive species emerging from SB.
A pool of 25 species in the SB was found; densities ranged between 125 and 2438
169
seeds m-2 while diversity index (Shannon) was low. The standing vegetation con-
tained 17 species. S. californicus communities were richer but showed more invasive
species, with Pennisetum clandestinum as the most preponderant taxon. T. latifolia
was dominant in those communities where this species occurred. Similarity index
among standing vegetation and SB varied between 0,31 and 0,54. Disturbance
and altered hydrologic dynamics in this wetland, changes in quality of sediments and
water, and changes in land use may explain occurrence of invasive species in the
SB and standing vegetation, besides the dominance of a few species. Despite
the well-known potential of the SB for restoration projects of native vegetation in
marshes, the SB evaluated herein shows very limited potential. Efforts should be
made before in order to control and eradicate P. clandestinum in these and other
wetland plant communities.
2.5.1. Introducción
170
un largo periodo de tiempo, que puede ser de lustros, décadas o incluso lapsos más
prolongados. Los estudios teóricos que han evaluado las contribuciones potenciales
de los BS persistentes y transitorios a la viabilidad y durabilidad de las poblaciones
muestran que los BS persistentes resultan ventajosos para la duración a largo plazo
de las poblaciones de plantas en ambientes ampliamente variables. Los BS transito-
rios se expresan cuando los ambientes son más estables y hay altas probabilidades de
reproducción y germinación exitosas. Por esto el carácter de los BS es importante al
momento de modelar la persistencia de las poblaciones de plantas con propósito de
conservación. La presencia de semillas en hábitats disturbados está determinada por
las relaciones entre los ensambles de especies originales, la producción de propágulos
y las reservas de semillas en el suelo (Chang et al., 2001). Además, se debe conside-
rar que el BS se verá diezmado en función del tiempo transcurrido desde la destruc-
ción de la vegetación original.
171
Los humedales son hábitats importantes conectados física y socialmente con procesos
que involucran territorios aún más grandes (Amezaga, Santamaría y Green, 2002) y
en el pasado se consideraban como tierras insalubres que debían eliminarse (DAMA,
2000; Capon y Brock, 2006). La transformación de humedales por la intervención
humana comenzó desde hace siglos y se ha prolongado hasta tiempos recientes. En
consecuencia, los humedales están entre los ecosistemas más degradados (Amezaga
et al., 2002).
172
2.5.2. Metodología
Área de estudio
El humedal Tibanica tiene 28,8 ha y se ubica al suroccidente de Bogotá, en la loca-
lidad de Bosa. Está conformado por dos grandes áreas: Tibanica y Potrero Grande
(municipio de Soacha), separados ambos por el canal Tibanica (canal de drenaje seve-
ramente contaminado por desechos domésticos e industriales de Soacha). Se encuen-
tra bajo la influencia directa de los municipios de Bosa y Soacha, de algunos predios
rurales y de otros espacios sin construir. La precipitación anual fluctúa entre 550 y
660 mm, lo cual corresponde a uno de los sectores más secos de la ciudad y de toda
la cuenca alta del río Bogotá.
Entre las comunidades acuáticas presentes, las de mayor extensión son las de tipo
juncoide. Se presentan también unos pequeños parches de vegetación de tipo grami-
noide. Adicionalmente, en este humedal se hallan comunidades de especies de tipo
flotante Lemna sp., Azolla filiculoides y buchón de agua Eichhornia crassipes. También
se han registrado especies de porte herbáceo como Bidens laevis. El proceso de terra-
rización se hace conspicuo con dominio del pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum).
La ronda de este humedal se encuentra con escasa cobertura vegetal arbórea o arbus-
tiva y entre los árboles existen algunos eucaliptos (Eucalyptus spp.) (SDA, 2005).
173
Figura 2.5.1. Mapa del humedal Tibanica. Los sitios de muestreo (1 a 5) se señalan dentro de círculos
claros. Modificado del Plan de Manejo del Humedal Tibanica (SDA, 2005)
174
Análisis de datos
Con la información acerca de las especies presentes en el BS, así como con su den-
sidad (expresada en sem m-2), se calcularon índices de diversidad para cada parche,
para lo cual se utilizó el programa libre PAST 1.8 (Hammer, Harper y Ryan, 2001).
También se calculó el índice de similitud de presencia-ausencia de Sørensen para las
especies del BS y de la vegetación en pie de los tres sectores del humedal, para cono-
cer la organización de la vegetación en los diferentes sectores del humedal.
175
2.5.3. Resultados
Caracterización de la vegetación
Los levantamientos de vegetación permitieron identificar 17 especies en total en los
parches evaluados. El parche del sector La Tingua no pudo muestrearse en términos
de vegetación en pie, debido que era el sitio de anidamiento en ese momento de las
garzas que habitaban el humedal, situación que impidió la entrada al parche.
Tabla 2.5.1. Riqueza de especies de la vegetación en pie en diferentes sectores del humedal Tibanica
S. californicus Manzanares 8
T. latifolia Manzanares 8
En las comunidades vegetales en pie del humedal, P. clandestinum tuvo una fre-
cuencia alta en los distintos sectores estudiados (figuras 2.5.2 a 2.5.5). Esta gramí-
nea cumple con las características de una planta invasora, tales como una elevada
capacidad de reproducción, dispersión, establecimiento y persistencia y la formación
de grandes poblaciones que dañan a las especies nativas y que transforman los eco-
sistemas naturales y seminaturales (Vilà, Valladares, Traveset, Santamaría y Castro,
2008). Además, el parche del sector Los Olivos presentó la más alta frecuencia de esta
especie y, a su vez, tuvo el mayor número de especies oportunistas. Allí, el proceso de
terrización ha avanzado de manera acelerada.
176
Figura 2.5.2. Frecuencia de especies encontradas en el parche de T. latifolia, sector Los Olivos. Se incluyen
las barras de desviación estándar
177
Figura 2.5.5. Frecuencia de especies encontradas en el parche de S. californicus, sector Los Olivos.
Se incluyen las barras de desviación estándar
178
Tabla 2.5.2. Índice de diversidad de Sannon (nats) de la vegetación en pie en cuatro sectores del
humedal Tibanica
Tabla 2.5.3. Riqueza de especies del BS en diferentes sectores del humedal Tibanica
S. californicus Manzanares 10
T. latifolia Manzanares 8
S. californicus La Tingua 14
Tabla 2.5.4. Índice de diversidad de Shannon (nats) en los BS provenientes de cuatro sectores del
humedal Tibanica
179
Figura 2.5.6. Densidad total de semillas germinadas por metro cuadrado (s m-2) en diferentes sectores del
humedal Tibanica
En cuanto a la densidad de semillas germinadas del BS, los mayores valores se con-
centraron en los parches de S. californicus de los tres sitios muestreados, mientras que
los parches de T. latifolia mostraron valores muy bajos de densidad (figura 2.5.6).
También es de notar que el parche en el que se observó menor densidad de semillas
el valor de diversidad fue mayor.
El parche de S. californicus del sector Los Olivos presentó la mayor densidad de semi-
llas de todos los parches evaluados, así como la mayor riqueza de especies. Allí se iden-
tificó como especie dominante Cuscuta indecora (49% del BS) (figura 2.5.7), la cual
no se encontró en la vegetación en pie del mismo parche. La densidad de las especies
subdominantes fue más o menos uniforme. En total, tres de las especies que aportaron
semillas no se encontraron en la vegetación actual (C. indecora, Gnaphalium ameri-
canum y morfoespecie 1), mientras que de las especies presentes en la vegetación Azo-
lla filiculoides, Baccharis latifolia, Bidens laevis, Hydrocotyle ranunculiides, Polypogon
elongatus y Senecio madagascarensis no se vieron representadas en el BS de este sector.
El parche de S. californicus del sector Manzanares tuvo una alta densidad de semillas
de la planta L. minuta, seguida de la también flotante S. intermedia (63% y 15%, res-
pectivamente); C. indecora, L. minuta y la morfoespecie 1 estuvieron ausentes en la
vegetación y tuvieron alguna representación en el BS (figura 2.5.8).
180
Figura 2.5.7. Densidad de semillas por especie. Comunidad S. californicus, sector Los Olivos
Figura 2.5.8. Densidad de semillas por especie. Comunidad S. californicus, sector Manzanares
181
En el parche de T. latifolia del sector Los Olivos, la especie Rorippa pinnata fue
dominante en el BS (figura 2.5.10). De los taxones del BS, la parásita C. indecora
y las especies Solanum americanum, Eleocharis sp., Polypogon elongatus, R. pinnata,
Polygonum hydropiperoides y la morfoespecie 1 estuvieron ausentes en la vegetación
en pie. Por su parte, las especies del género Lemna, y T. Latifolia, presentes en la vege-
tación actual, no se expresaron en el BS. Este parche mostró la mayor disimilitud
entre el BS y la vegetación en pie.
Figura 2.5.9. Densidad de semillas por especie. Comunidad S. californicus, sector La Tingua
Figura 2.5.10. Densidad de semillas por especie. Comunidad T. latifolia, sector Los Olivos
182
Figura 2.5.11. Densidad de semillas por especie. Comunidad T. latifolia, sector Manzanares
Las especies que no son propias del humedal, C. indecora y P. clandestinum fueron
de las más frecuentes dentro del BS. C. indecora se expresó en los cinco parches y P.
clandestinum en tres de ellos. Es importante resaltar que la parásita C. indecora, aun-
que presente en todos los BS, no se encontró en pie en ninguno de los parches de
vegetación evaluados.
La prueba t indicó que existen diferencias significativas en la diversidad entre los par-
ches de S. californicus de los sectores Los Olivos y Manzanares, así como entre los
sectores de Manzanares y La Tingua de esta misma comunidad. Del mismo modo, la
diversidad del BS de la comunidad de S. californicus del sector La Tingua, fue signi-
ficativamente diferente de la encontrada para los parches de T. latifolia (tabla 2.5.5).
183
Tabla 2.5.5. Comparación por pares de la diversidad del BS mediante la pruba t; g. l. = grados de libertad;
* la diferencia es significativa
BS G. L. VALOR T
PARCHE IS
Tabla 2.5.7. Eventos de germinación durante la fase I de riego (fase de saturación). * Especies oportunistas
Cuscuta indecora* 52
Eleocharis sp. 1
Gnaphalium americanum* 2
Morfoespecie 1 (Dentada)* 3
Morfoespecie 2 (Fresa)* 2
Morfoespecie 3 (Roseta)* 1
Morfoespecie 4* 1
Pennisetum clandestinum* 4
Rorippa pinnata 6
Rumex conglomeratus 3
Schoenoplectus californicus 9
Senecio madagascarensis* 1
Solanum americanum* 5
Taraxacum sp.* 11
Marsilea crenata 1
Trifolium sp.* 3
185
Tabla 2.5.9. Eventos de germinación durante la fase III de riego (fase de saturación). * Especies oportunistas
Cuscuta indecora* 9
Cyperus sp 2
Eleocharis sp. 5
Morfoespecie 2 (Fresa)* 1
Morfoespecie 3 (Roseta)* 2
Morfoespecie 4* 3
Pennisetum clandestinum* 1
Polygonum hydropiperoides 2
Polypogon elongatus 3
Rorippa pinnata 3
Rumex conglomeratus 3
Schoenoplectus californicus 5
Solanum americanum* 1
Taraxacum sp.* 3
Marsilea crenata 2
2.5.4. Discusión
186
Tabla 2.5.10. Densidad de semillas por m2 germinadas del BS de cada parche, de acuerdo con la fase
de riego
COMUNIDAD COMUNIDAD
SCHOENOPLECTUS CALIFORNICUS TYPHA LATIFOLIA
FASES
SECTOR SECTOR SECTOR SECTOR SECTOR
LOS OLIVOS MANZANARES LA TINGUA LOS OLIVOS MANZANARES
Densidad fase I 2.250 2.438 1.725 363 125
Densidad fase II 575 63 550 100 25
Densidad fase III 138 25 238 113 13
Por otro lado, la baja riqueza de especies que se observa en parches de T. latifolia se
explica por la sombra que genera esta planta y que restringe el crecimiento las plantas
vecinas de manera importante. Al mismo tiempo, es notable que las plántulas de esta
especie son altamente sensibles a la sombra y raramente se observan dentro de comu-
nidades establecidas de plantas adultas de la misma especie (Ervin y Wetzel, 2004),
lo cual también explica la ausencia de esta especie en el BS. También se ha docu-
mentado que la vegetación de humedales que presentan valores altos de nutrientes
187
(como ocurre en los sedimentos de Tibanica, SDA, 2005) no es tan diversa y no con-
tiene tantas especies raras como aquellos que no son eutróficos y reciben aguas bási-
camente de la precipitación (Galatowitsch et al., 2000).
El bajo índice de similitud entre las especies en pie y los taxones del BS indica que
unas y otros podrían ser muy vulnerables ante los disturbios humanos. En el primer
caso, la ocurrencia de perturbaciones de gran magnitud que las estructuras de repro-
ducción vegetativa no sean capaces de tolerar, podría implicar la eliminación de tales
especies, pues no habría reservas en el BS para su regeneración. Por su parte, aque-
llas propias del BS, pero ausentes en la vegetación, pueden perder su viabilidad con el
tiempo si no se presentan las condiciones necesarias para su germinación, como fluc-
tuaciones naturales del régimen hidrológico o una adecuada calidad física y química
del agua.
La disimilitud entre especies del BS y las plantas en pie no es rara. El trabajo adelan-
tado por Hopfensperger (2007) revela que en promedio para 42 estudios que com-
paraban BS y vegetación en pie en ecosistemas acuáticos, el índice de similitud de
Sørensen fue de 0,47. Además, la autora señala que, en comparación con ecosistemas
como bosques y pastizales, los ecosistemas acuáticos (no humedales exclusivamente)
presentan índices intermedios, aunque superiores a ecosistemas de bosque. La revi-
sión de Hopfensperger pone de manifiesto que los disturbios naturales son los meca-
nismos que determinan la composición de las comunidades en todos los ecosistemas
y que la similitud tiende a disminuir a medida que pasa el tiempo desde el momento
en que sucede el disturbio. En los humedales de Bogotá es de esperar bajas similitudes,
188
si se tiene en cuenta que se encuentran sometidos a una elevada tensión desde hace
muchos años.
Con respecto al tipo de plantas expresadas del BS, se observó que las especies flotan-
tes libres y sumergidas propias de los humedales fueron poco comunes, lo cual puede
deberse a su poca frecuencia en el BS, su corta longevidad, la reducida viabilidad de
sus semillas o la ausencia de condiciones óptimas para su germinación dentro del
invernadero (Cherry y Gough, 2006). Es posible también que la ausencia en el BS de
otras especies enraizadas de hojas flotantes pueda deberse a que su reproducción sea
principalmente vegetativa, sin dar lugar a reservas de estructuras sexuales (semillas).
Por su parte, el diseño requiere un estudio detallado que permita entender los rasgos
de historia de vida de las especies involucradas en la restauración. Esto implica cono-
cer la naturaleza de la dispersión y la germinación y los requerimientos ambientales
189
Por otro lado, las condiciones ambientales logradas con el proceso de restauración del
ecosistema son también determinantes del potencial restaurador del BS. Al respecto,
es importante la existencia de periodos de bajo nivel o “sequía” durante los cuales
muchas semillas germinan, en particular aquellas de especies emergentes. Por ello,
se debe atender cuidadosamente al restablecimiento del régimen hídrico en las fases
tempranas del proceso de restauración, puesto que los requerimientos de las plántu-
las después de la germinación pueden seguir siendo exigentes para asegurar que lle-
guen a la edad adulta.
190
Otro factor importante que controla la germinación de las semillas es la salinidad. Las
tolerancias de las especies varían también bastante en este sentido y de allí depende
las especies que tendrán la capacidad de establecerse. De manera similar, la calidad
de los sedimentos es determinante; mientras algunas especies germinan bien en sue-
los arcillosos otras no lo logran, menos aún si se encuentran muy enterradas (Midd-
leton, 1999).
191
2.5.5. Agradecimientos
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194
195
197
Resumen
Abstract
Following the sampling protocol set in the first chapter of this book, the macroinver-
tebrate communities of the wetlands Guaymaral, Santa María del Lago and Tibanica
were evaluated. The greatest richness and abundance of taxa were found in Guayma-
ral. The best groups represented in this system were Chironominae, Orthocladinae,
Ephydridae, Muscidae, Psychodidae, Syrphidae, Ceratopogonidae and Libellulidae.
Notonectidae and Coenagrionidae dominated in Santa María del Lago and Dytiscidae
198
showed greater abundance in Tibanica. The order Diptera had the highest number
of taxa in all wetlands. The ratio between the taxa number of Coleoptera and Dip-
tera (C:D) increased as wetland conditions were more adverse, so it might be a sim-
ple biotic index to show the degree of trophy and pollution. Different ratios of other
insect orders could also be used for this purpose. Each wetland had a characteris-
tic faunal composition, but eleven taxa were common to all three ecosystems. Since
their abundances varied among wetlands, they are suggested as organisms with a
high potential as indicators.
3.1.1. Introducción
3.1.2. Metodología
Los humedales muestreados fueron Tibanica, Guaymaral y Santa María del Lago, a
mediados de julio del 2006. Los muestreos se realizaron con red Thienneman sobre
las comunidades de invertebrados acuáticos asociados a los hábitats de vegetación
macrofítica, considerando la heterogeneidad de los biotipos y fisiotipos de la vege-
tación. Se establecieron cinco estaciones distribuidas en la extensión de cada hume-
dal. En cada caso se hicieron tres réplicas, para un total de 45 unidades muestrales.
Se hizo la limpieza y extracción manual de los especímenes; para esto se utilizaron
bandejas plásticas blancas. Los animales se preservaron en frascos plásticos con alco-
hol etílico al 70%. En el laboratorio, los invertebrados se identificaron y cuantifica-
ron al estereoscopio. Las abundancias se expresaron en número de individuos totales
por sitio. Los datos de riqueza de taxones se expresaron como grado de presencia de
cada taxón (fracción de las muestras donde se presentó el taxón) por humedal o por
tipo composicional.
199
con base en los valores de abundancia transformados con el log (n + 1). La estrate-
gia de clasificación fue la aglomerativa de Ward que establece las agrupaciones de
mínima varianza intragrupo (Legendre y Legendre, 1998).
Riqueza de taxones
Con respecto al número de taxones (figura 3.1.1) se pueden ver diferencias significa-
tivas entre los tres humedales, con los niveles más altos de riqueza en Guaymaral, los
menores en Tibanica y en una situación intermedia Santa María del Lago. En cuanto
a la abundancia, la mayor se presentó igualmente en Guaymaral y en niveles meno-
res, pero no muy diferentes entre sí, se encuentran las abundancias de SM (Santa
María del Lago) y de Tibanica.
200
Figura 3.1.2. Variación (promedio ± error estándar) del métrico de riqueza RBP (protocolo de evaluación
rápida) para macroinvertebrados. SM: Santa María del Lago
Abundancia
La abundancia de los grupos de dípteros mejor representados en la fauna encontrada
se expresa en la figura 3.1.3 (A a H). Las diferencias más notorias muestran un predo-
minio de Guaymaral para la mayor parte de las familias numéricamente importantes,
a excepción de las familias Coenagrionidae (Odonata) y Notonectidae (Hemiptera)
en Santa María del Lago (figuras 3.1.4 A y D) y la familia Dytiscidae (Coleoptera)
que mostró mayor abundancia en Tibanica (figura 3.1.4 E).
201
Figura 3.1.3. Variación en la abundancia (promedio ± error estándar) del orden Diptera, por familias y
humedales. SM: Santa María del Lago
Composición general
La composición general de la fauna de macroinvertebrados en los tres humedales
estudiados se presenta en la tabla 3.1.1.
202
Figura 3.1.4. Variación en la abundancia (promedio ± error estándar) de los órdenes Odonata, Hemiptera y
Coleoptera por familias y humedales. SM: Santa María del Lago
Tabla 3.1.1. Composición general de la fauna de macroinvertebrados en los humedales. Método de recolec-
cion: red manual tipo Thienneman; no id.: no identificado; MT: morfotipo
203
Tabla 3.1.1. Composición general de la fauna de macroinvertebrados en los humedales. Método de recolec-
cion: red manual tipo Thienneman; no id.: no identificado; MT: morfotipo (continuación)
204
Tabla 3.1.2. Subtotales de elementos de fauna de macroinvertebrados en los tres humedales estudiados.
SM: Santa María del Lago
Tabla 3.1.3. Listado de taxones comunes a los tres humedales estudiados. MT: morfotipo
Hubo 28 taxones registrados solamente en uno de los humedales, los cuales se pre-
sentan en la tabla 3.1.4.
205
Tabla 3.1.4 Taxones de macroinvertebrados presentes en un solo humedal. MT: morfotipo, no id.: no identi-
ficado, GUAY: Guaymaral, SML: Santa María del Lago, TIB: Tibanica
En la figura 3.1.6 (A a C) se puede observar que la vegetación que aloja una mayor
abundancia de fauna es E. crassipes seguida por Polygonum, Lemna y Limnobium en
Guaymaral (abundancias > = 1.000 individuos por muestra); con registros modera-
dos en Santa María del Lago sobresale el conjunto Bidens-Hydrocotyle y en Tibanica
la combinación P. clandestinum-Hydrocotyle.
206
Figura 3.1.5. Proporción en una escala de 0-1 de los taxones de macroinvertebrados presentes en más de
un humedal. MT: morfotipo. SM: Santa María del Lago
TIPO PLANTAS
1 Bidens- Hydrocotyle
2 Bidens- Pennisetum clandestinum
3 Eichhornia crassipes
4 P. clandestinum
5 P. clandestinum-Hydrocotyle
6 Lemna
7 Limnobium
8 Polygonum
9 Typha
10 Typha-Bidens
11 Typha-Lemna
207
208
Figura 3.1.7. Número de taxones por orden en cada humedal. SM: Santa María del Lago
Índices bióticos
Como una primera aproximación para la construcción de índices bióticos basados en
la composición de la fauna de macroinvertebrados, se calcularon las razones (cocien-
tes) entre el número de taxones de los órdenes de insectos mejor representados (tabla
3.1.6). La razón Coleoptera a Diptera (C:D) se incrementó en el sentido SM < Guay-
maral < Tibanica. La razón Hemiptera a Diptera (H:D) tuvo valores más bajos en
Tibanica y Guaymaral que en SM, y la razón Odonata a Diptera (O:D) mostró
un comportamiento inverso. Teniendo en cuenta las diferencias en el estado tró-
fico de cada humedal, los cambios espacio-temporales de estas razones pueden servir
como indicadores sencillos, asociados a cambios en las condiciones ambientales en
los humedales en el proceso de recuperación.
Tabla 3.1.6. Variación en la razón de taxones por órdenes entre los humedales. SM: Santa María del Lago
Los promedios de las diferentes muestras en cada humedal tuvieron una tendencia
consistente, que se puede ver en las figuras 3.1.8 A y B, según la cual la razón Coleop-
tera a Diptera (C:D) y Hemiptera a Diptera (H:D) fueron crecientes en el sentido
SM < Guaymaral < Tibanica.
209
Figura 3.1.8. Razones promedio entre taxones para cada humedal: A) C:D, B) H:D, C) O:D. SM: Santa María
del Lago
Arreglos faunísticos
Para evaluar la existencia de arreglos de taxones (tipos de fauna) se procedió a efec-
tuar el análisis de conglomerados cuyo resultado se representa en la figura 3.1.9.
210
211
Figura 3.1.10. Presencia de los tipos composicionales A a D en los humedales. SM: Santa María del Lago
Figura 3.1.11. Relación abundancia eje X - riqueza eje Y (promedio ± error estándar) en los diferentes grupos
composicionales (A a D) de la fauna de macroinvertebrados
212
Figura 3.1.12. Relación abundancia eje X - riqueza eje Y (promedio ± error estándar) en los diferentes grupos
composicionales (A a D) discriminada por humedal. SM: Santa María del Lago
Las diferencias en la abundancia media de cada tipo composicional en los tres hume-
dales se puede apreciar en la figura 3.1.13. Los grupos de mayor abundancia media
fueron A y B en Guaymaral. El grupo D no presentó diferencias notables en los tres
humedales y el C fue ligeramente menos abundante en Tibanica que en Santa María
del Lago
Figura 3.1.13. Abundancia media de individuos por tipo composicional (A a D) y humedal. SM: Santa María
del Lago. Se incluyen las barras de desviación estándar
213
214
Tabla 3.1.8. Taxones presentes en un solo grupo composicional de macroinvertebrados. MT: morfotipo
TIPOS
215
Figura 3.1.15. Número de taxones por orden taxonómico en los grupos composicionales A a D
Figura 3.1.16. Variación entre humedales de las razones entre taxones (C: Coleoptera, D: Diptera;
Hm: Hemiptera, O: Odonata). SM: Santa María del Lago
216
Las razones (cocientes) entre el número de taxones de los órdenes de insectos mejor
representados en los grupos composicionales se indican en la tabla 3.1.9. La razón
Coleoptera a Diptera (C:D) presenta valores inferiores en los tipos composiciona-
les A y B frente a los C y D. La razón Hemiptera a Diptera (H:D) es sensiblemente
mayor en D; caso contrario ocurre para la razón Odonata a Diptera (O:D) que
alcanza su mayor valor en el grupo B.
Tabla 3.1.9. Razones entre el número de taxones por orden según tipos composicionales A a D
RAZÓN A B C D
C:D 0,50 0,56 0,78 0,75
H:D 0,10 0,00 0,11 0,42
O:D 0,20 0,33 0,22 0,17
De acuerdo con la diferenciación del grado de trofismo encontrado en los tres hume-
dales y la ocurrencia de los tipos composicionales en estos, los cocientes entre taxones
pueden ser una alternativa sencilla y viable para bioindicar el estado de los humeda-
les, en especial, el grado de trofismo mediante la razón Coleptera:Diptera.
217
Abstract
Given the ecological importance of the Sabana de Bogotá wetlands and the role of
aquatic invertebrates as bioindicators, it was carried out a study of their macroinverte-
brates communities to characterize the limnological and conservational state of these
unique ecosystems. Four wetlands were studied, one of them without great anthropic
alteration, which was considered like a reference ecosystem. Physical and chemical
analyzes of water were performed and benthic animals and invertebrates associated to
aquatic vegetation were collected with a corer and a net, respectively. Twenty families
were found, with dominance of Diptera and Hemiptera, and with an outstanding
218
3.2.1. Introducción
Los humedales de Bogotá son ecosistemas que recientemente han recibido especial
atención de las entidades ambientales de la ciudad. El interés en estos sistemas acuá-
ticos se debe al reconocimiento por parte de los habitantes y de las instituciones
mencionadas, de la importancia que tienen tales cuerpos de agua para el manteni-
miento de unas mínimas condiciones de integración entre la naturaleza y el ambiente
urbano. Por ello, los humedales son fundamentales en la organización de lo que se ha
denominado la estructura ecológica principal de la ciudad.
Los humedales deben protegerse a escala global debido a que constituyen sistemas
amortiguadores entre los impactos humanos y nuestros recursos hídricos, cada vez
más críticos en cantidad y calidad (Margalef, 1983). Además de participar en el man-
tenimiento de la calidad del agua, los humedales tienen otras funciones valiosas más
específicas. Son criaderos de peces y moluscos, hábitats de aves acuáticas y otros ani-
males benéficos para el ecosistema, fuentes de madera, receptores de agua de inun-
dación, asimiladores de desechos y sumideros de carbono. Se ha encontrado que a
largo plazo los humedales son económicamente más valiosos en su estado natural que
cuando son drenados o modificados de alguna manera para otros usos (Odum, 1988).
Actualmente, solo quedan vestigios del extenso sistema de humedales que existió en
el pasado reciente. De las 50.000 ha de área pantanosa a principios del siglo XX solo
queda un 3%, es decir, cerca de 1.500 ha (DAMA, 2000). Por lo tanto, estos rema-
nentes requieren una considerable atención si se quieren mantener y recuperar. Hasta
la fecha se ha realizado un buen número de trabajos en estos humedales, tendientes
a caracterizarlos y a desarrollar planes de ordenamiento y manejo ambiental. Algu-
nas instituciones gubernamentales (DAMA, 2000; Van der Hammen et al., 2008)
y privadas (Conservación Internacional Colombia, 2003), así como universidades
(Nacional, Distrital, Javeriana) disponen de gran cantidad de información. No obs-
tante, no existe un esfuerzo definido por integrar de alguna manera todo este bagaje
de conocimientos sobre los humedales de la ciudad.
219
3.2.2. Metodología
220
221
3.2.3. Resultados
La tabla 3.2.1 muestra los parámetros físicos y químicos medidos en los humedales.
En general, se observaron datos altos de nutrientes y en algunos ecosistemas se regis-
traron condiciones de elevada conductividad. El oxígeno disuelto fue muy variable
y mostró desde estados hipóxicos hasta valores de sobresaturación. La cantidad de
materia orgánica medida a través de la demanda biológica de oxígeno (DBO5) fue
relativamente elevada.
Tabla 3.2.1. Valores de las variables físicas y químicas tomadas en los dos periodos de muestreo en los
cuatro humedales. (MS: Meridor, periodo seco, MH: Meridor, periodo húmedo, TS: Tibanica,
periodo seco, TH: Tibanica, periodo húmedo, JS: Jaboque, periodo seco, JH: Jaboque, periodo
húmedo, GS: Guaymaral, periodo seco, GH: Guaymaral, periodo húmedo)
VARIABLE TS TH MS MH GS GH JS JH
Conductividad (µS cm-1) 1210 184 856 1343 352 485 153 169
Oxígeno disuelto (mg L-1) 0,2 1,05 2,4 8,9 1,4 3,19 14,40 8,57
PO4 (mg L-1) 0,25 1,4 1,4 0,2 1,1 0,3 1,6 0,5
El índice de Shannon para las familias en los dos periodos de muestreo fue bajo y
muy similar en todos los humedales. La mayor variación en este índice la presentó
Meridor, que cambió de 0,88 (noviembre del 2007, periodo húmedo) a 0,80 (febrero
del 2008, periodo seco) (tabla 3.2.3). La diversidad máxima esperada también fue
baja. A pesar de ser comunidades poco diversas, la uniformidad (J’) fue bastante alta
222
ORDEN FAMILIA MS MH TS TH JS JH GS GH
223
Tabla 3.2.3. Índices de Shannon (H’) en decits, diversidad máxima (H’ max), uniformidad (J’) y riqueza
(Margalef ) para los humedales en los dos periodos. MS: Meridor, periodo seco, MH:
Meridor, periodo húmedo, TS: Tibanica, periodo seco, TH: Tibanica, periodo húmedo,
JS: Jaboque, periodo seco, JH: Jaboque, periodo húmedo, GS: Guaymaral, periodo
seco, GH: Guaymaral, periodo húmedo
ÍNDICE MS MH TS TH JS JH GS GH
Shannon H’ log base 10 0,80 0,87 0,78 0,78 0,89 0,84 0,81 0,78
Shannon H’ max log10 1,11 1,07 1,11 1,11 1,20 1,11 1,07 1,07
Margalef M log10 85,6 76,1 42,0 70,1 58,3 74,6 34,6 32,4
Tabla 3.2.4. Promedio, desviación estándar y coeficiente de variación (%) del número de individuos por m2
en el conjunto de datos de todos los muestreos y épocas climáticas
COEF.
ORDEN FAMILIA PROMEDIO DESV. ESTÁN.
VAR. (%)
Chironomidae 7,9 14,52 182,3
Diptera Simuliidae 35,4 70,82 199,5
Culicidae 12,2 24,10 196,9
Trichoptera Leptoceridae 48,1 96,27 199,9
Plecoptera Perlidae 31,1 62,33 199,9
Unioida Mycetopodidae 34,6 69,32 199,9
Glossiphoniformes Glossipnoniidae 10,4 19,78 188,7
Hidroida Hydridae 17,4 34,90 199,8
Cladocera Daphniidae 29,4 58,84 199,9
Amphipoda Hyalellidae 12,4 24,89 199,4
Tricladida Planariidae 28,4 56,32 197,8
Tubificida Naididae 16,7 32,31 193,4
Coleoptera Hydropsichidae 14,8 29,75 199,9
Gordioidea Gordiidae 17,2 33,93 197,2
Acari Lymnesiidae 14,3 28,62 199,7
Veneroida Sphaeriidae 15,8 31,64 199,3
Naucoridae 31,6 63,37 199,9
Saldidae 21,5 43,01 199,9
Hemiptera
Guerridae 38,1 76,25 199,6
Notonectidae 20,7 41,42 199,9
El ordenamiento NMDS (figura 3.2.3) muestra una separación notable de los hume-
dales Jaboque y Meridor en su periodo seco, con relación a los demás, y una ligera
separación del humedal Guaymaral en sus dos periodos, comparados con el agrupa-
miento general que presentan los demás humedales o periodos.
224
Figura 3.2.1. Cluster de similaridad de los humedales usando la matriz completa sin transformar con el
índice Bray Curtis por grupos pareados. MS: Meridor, periodo seco, MH: Meridor, periodo
húmedo, TS: Tibanica, periodo seco, TH: Tibanica, periodo húmedo, JS: Jaboque, periodo seco,
JH: Jaboque, periodo húmedo, GS: Guaymaral, periodo seco, GH: Guaymaral, periodo húmedo
Figura 3.2.2. Dendrograma de similaridad de las familias usando la matriz completa de datos normalizados
con el índice Bray Curtis por grupos pareados
225
Figura 3.2.3. Ordenamiento NMDS de los humedales con base en la matriz biológica. Estrés de 0,016. MS:
Meridor, periodo seco, MH: Meridor, periodo húmedo, TS: Tibanica, periodo seco, TH: Tibanica,
periodo húmedo, JS: Jaboque, periodo seco, JH: Jaboque, periodo húmedo, GS: Guaymaral,
periodo seco, GH: Guaymaral, periodo húmedo
El ACC (que incluyó 7 variables físicas y químicas y utilizó las matrices de las 8 fami-
lias seleccionadas, figura 3.2.4) revela que la separación de los dos periodos secos de
Jaboque y Meridor estuvo marcada por la conductividad y la concentración de amo-
nio y por la presencia de pérlidos, caracoles y tricópteros. La separación menos mar-
cada del humedal Guaymaral pareció estar definida por el oxígeno disuelto, al cual se
asoció la presencia de guérridos y simúlidos.
Figura 3.2.4. ACC para las variables físicas, químicas y biológicas. MS: Meridor, periodo seco,
MH: Meridor, periodo húmedo, TS: Tibanica, periodo seco, TH: Tibanica, periodo húmedo,
JS: Jaboque, periodo seco, JH: Jaboque, periodo húmedo, GS: Guaymaral, periodo seco,
GH: Guaymaral, periodo húmedo
226
El índice BMWP tuvo el valor más alto en Jaboque, seguido de Tibanica y Meridor. El
menor puntaje lo presentó Guaymaral (tabla 3.2.5). Sin embargo, al aplicar este
índice discriminado por temporada climática se obtuvieron valores más bajos. Los
registros entre 60 y 100 corresponden a una calidad aceptable (aguas con signos evi-
dentes de contaminación) y los ubicados entre 30 y 60 a una calidad dudosa (aguas
claramente contaminadas).
BMWP total 77 84 85 51
3.2.4. Discusión
227
en la diversidad entre los humedales puede ser un indicio de que estos cuerpos de
agua son muy semejantes en sus características ambientales. Las variaciones de la
diversidad en Meridor fueron un poco mayores, al igual que las fluctuaciones de la
riqueza en Jaboque, pero mostraron más estabilidad en la temporada seca que en la
húmeda. En el periodo lluvioso, Meridor presentó mayor uniformidad, indicativo de
cierto efecto de homogeneización del humedal, probablemente debido a las lluvias.
Es posible que para este humedal los cambios en la pluviosidad tengan algún efecto
sobre la diversidad de la comunidad, ya sea por la variación en el nivel de agua o por
el aumento en la concentración de iones. En Meridor fue notorio el aumento de la
conductividad entre las dos épocas de muestreo (de 855,5 µS cm-1 en el muestreo de
la época seca pasó a 1.339 µS cm-1 en el periodo húmedo) (tabla 3.2.1), pero hay que
tener en cuenta que el alto grado de mineralización de este humedal tiene un origen
geológico y no se debe a ningún proceso de contaminación (Garzón, 2006).
Es claro que el índice de calidad BMWP, adaptado para Colombia por Roldán
(2003), se desarrolló a partir de comunidades de invertebrados de sistemas lóticos,
por lo cual no se utiliza en ambientes lénticos. Sin embargo, en este trabajo se quiso
ver su comportamiento con las comunidades de invertebrados de los humedales, lo
cual puede orientar hacia el futuro su posible adaptación para ser empleado en estos
ecosistemas. El puntaje total ligeramente mayor del BMWP en Jaboque y Tibanica
sugiere una menor carga de materia orgánica en el agua y una menor cantidad de
sedimentos disueltos y aguas de calidad aceptable. El registro hallado en Meridor
estuvo dentro de la misma categoría de calidad, pero fue menor. Esto es contradicto-
rio si se tiene en cuenta que este humedal mantiene un buen nivel de conservación, y
que su carga de materia orgánica es baja. Los resultados podrían deberse a que Meri-
dor es el humedal de mayor profundidad, lo que limita el desarrollo de algunas fami-
lias que prefieren los sedimentos someros.
De acuerdo con lo mencionado, se debe resaltar que los resultados del BMWP halla-
dos en la presente investigación se deben tomar con precaución. Los valores encon-
trados en los humedales están claramente afectados por los tipos de familias que
habitan estos ambientes lénticos y que no están incluidas en las calificaciones del
método. Será necesario desarrollar en el futuro un BMWP particular para humeda-
les como los que se encuentran en la ciudad de Bogotá. La aplicación de valores de
tolerancia específicos para las familias de invertebrados de estos ambientes deberá
tener en cuenta que los humedales tienen normalmente elevadas cargas de materia
orgánica. Por lo tanto, se requerirán estudios detallados y en un mayor número de
humedales con diferente grado de contaminación para definir dichas calificaciones
de sensibilidad.
228
organismos que habitan allí, de tal forma que en la comunidad es notable la ocurren-
cia de familias de ambientes altamente eutroficados y alterados. Esto parece confir-
marse por el bajo puntaje que obtuvo Guaymaral en el índice BMWP.
Por otro lado, la separación de Guaymaral, que se observó en casi todos los análisis,
pudiera estar asociada con su reducido estado de conservación, el cual pareciera ser el
más bajo de los cuatro humedales. Esto se reflejó también en el puntaje del BMWP y
en las familias indicadoras de eutrofia y contaminación que abundaron en este hume-
dal, condición que se confirma también con los bajos niveles de oxígeno disuelto que
se encontraron en Guaymaral durante los dos periodos de muestreo.
229
oxígeno disuelto, son características propias de este tipo de ecosistemas. Estas condi-
ciones no son comparables con las de otros ecosistemas acuáticos como ríos y lagos
profundos. Los resultados de este estudio parecen mostrar que, a pesar de las par-
ticularidades químicas mencionadas, los humedales son capaces de soportar nive-
les intermedios de contaminación orgánica sin presentar graves alteraciones en sus
comunidades de macroinvertebrados.
Vale la pena resaltar que en Guaymaral se reflejó un mayor impacto a través de sus
comunidades de macroinvertebrados, al igual que en sus cualidades físicas y quími-
cas. Es recomendable entonces formular un plan de manejo y recuperación de este
ecosistema para asegurar su perdurabilidad y salud ecológica. Se requiere garantizar
la conservación de un hábitat valioso para plantas, aves e insectos y un ambiente más
sano para las poblaciones humanas aledañas que podrían verse afectadas por los nive-
les de contaminación que pueden alcanzar sus aguas y terrenos aledaños. Posible-
mente, la medida más apropiada para mejorar las condiciones de Guaymaral sea la
eliminación de los aportes de aguas residuales y su sustitución por aguas lluvias. Otra
acción importante sería la reconexión hidrológica con las quebradas de los cerros
orientales cercanos al humedal.
3.2.5. Agradecimientos
Este estudio se realizó dentro del marco del proyecto Icol, financiado por la Divi-
sión de Investigaciones de la sede Bogotá (código DIB 8003168). La autora agradece
al Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia por el apoyo
logístico, a las fundaciones administradoras de los humedales y a todas las personas
que participaron de diferentes maneras en la realización de este estudio.
230
231
Resumen
Palabras clave: factores físicos y químicos del agua, humedales, náyades, Odonata.
Abstract
232
at random points to the input, output and water mirrors of each wetland. Patterns
of spatial and temporal distribution of the naiad community in the microhabitats
can be explained by the water physical and chemical factors. Both wetlands showed
considerable variability in their physicochemical conditions, with a decreasing trend
in the concentrations of BOD5, COD, phenols, methylene blue active substances
(MBAS), nutrients and coliforms towards the points of water egress. This improve-
ment in the physico-chemical and bacteriological factors matched with the increas-
ing of nymphs at the distant points to dumping.
3.3.1. Introducción
El ambiente físico, las condiciones químicas del agua y los demás componentes bió-
ticos y abióticos de los sistemas acuáticos influyen profundamente en la ecología y
conducta de los miembros del orden Odonata. Tales factores actúan recíprocamente
entre sí y tienen efectos a largo y corto plazo, por lo cual es preciso su estudio simul-
táneo cuando se quieren caracterizar los diferentes hábitats utilizados por los odona-
tos (Corbet, 1999).
Las condiciones físicas y químicas del agua han demostrado ser buenos determinan-
tes de la distribución y abundancia de las náyades a nivel espacial y temporal. Al rela-
cionar las variables físicas y químicas con las biológicas, se ha observado que cada
sitio tiene características particulares que ofrecen a las asociaciones de náyades micro-
hábitats con condiciones diferenciales entre sí (Alonso, 2004).
233
A partir de estas consideraciones surge el interés de evaluar la relación entre las comu-
nidades de náyades de odonatos y algunos factores físicos y químicos del agua y las
características físicas de los microhábitats en los humedales La Vaca y Santa María del
Lago, cuya historia de deterioro y recuperación se detalla más adelante. Se planteó
entonces la pregunta de investigación: ¿cómo inciden las fluctuaciones de las varia-
bles físicas y químicas en la distribución espacial y temporal de las comunidades de
náyades en los ecosistemas estudiados? Esta cuestión lleva a determinar la posibili-
dad de utilizar los odonatos como indicadores biológicos para el monitoreo y segui-
miento de los procesos de restauración.
El estudio se desarrolló en el marco institucional de las líneas de investigación en eco-
logía que adelanta el programa de Biología de la Universidad Nacional de Colom-
bia, en coordinación con la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAB). Esta entidad
ha desarrollado, conjuntamente con la SDA, el proceso de rehabilitación de varios
humedales urbanos de Bogotá.
3.3.2. Metodología
Área de estudio
El humedal La Vaca se ubica al suroccidente de la ciudad de Bogotá, en la localidad
de Kennedy, al oriente de la Avenida Ciudad de Cali (figura 3.3.1). Tiene una exten-
sión de 7,9 ha y forma parte de la planicie inundable del río Tunjuelo, junto con los
humedales de Tibanica, Techo y El Burro. En el pasado conformaban un cuerpo de
agua que se denominaba Laguna El Tintal. En la actualidad, estos humedales son una
fracción remanente mínima de su extensión original (Van der Hammen et al., 2008).
234
Figura 3.3.1. Ubicación geográfica de los humedales La Vaca (LV) y Santa María del Lago (SM), en Bogotá
235
por drenajes subterráneos con la parte superior del sistema Juan Amarillo (Van der
Hammen et al., 2008).
Fase de campo
Se realizaron cuatro muestreos que cubrieron los periodos secos y de lluvia en cada
humedal. El muestreo I se hizo en agosto del 2009 (lluvias menores), el II en octu-
bre del 2009 (lluvias fuertes), el III en enero del 2010 (época seca) y el IV en mayo
del 2010 (lluvias fuertes). En el humedal La Vaca (LV) se establecieron seis puntos
de muestreo, ubicados en la entrada y salida del humedal, salida de la laguna de sedi-
mentación, salida del humedal construido y en los espejos de agua. El humedal Santa
María del Lago (SM) se muestreó en cuatro puntos ubicados en la entrada, la salida
y los espejos de agua (figura 3.3.2, tabla 3.3.1). Las náyades se colectaron en la vege-
tación asociada en cada uno de los puntos en los que se tomaron las muestras de las
variables físicas, químicas y microbiológicas.
Figura 3.3.2. Puntos muestreados en los humedales. A) Puntos en el humedal La Vaca. B) Puntos en
el humedal Santa María del Lago. (Fuente de imágenes: http://maps.google.es/)
236
Tabla 3.3.1. Coordenadas de los puntos muestreados en los humedales La Vaca y Santa María del Lago. Los
números entre paréntesis corresponden a los puntos de muestreo de la figura 3.3.2
COORDENADAS GEOGRÁFICAS
HUMEDAL LUGAR
N W
Entrada (1) 4º 37’ 39,3” 74º 09’ 30,2”
Salida de laguna de sedimentación (2) 4º 37’ 39,1” 74º 09’ 36,3”
Salida de humedal construido (3) 4º 37’ 39,6” 74º 09’ 40,2”
Cuerpo de agua (4). Punto A 4º 37’ 42,4” 74º 09’ 42,6”
Cuerpo de agua (4). Punto B 4º 37’ 42,6” 74º 09’42,4”
Cuerpo de agua (4). Punto C 4º 37’ 42,8” 74º 09’42,5”
La Vaca
Cuerpo de agua (4). Punto D 4º 37’ 42,7” 74º 09’42,.8”
Cuerpo de agua (5). Punto A 4º 37’ 45,7” 74º 09’ 45,6”
Cuerpo de agua (5). Punto B 4º 37’ 46,4” 74º 09’ 45,9”
Cuerpo de agua (5). Punto C 4º 37’ 45,7” 74º 09’ 46,6”
Cuerpo de agua (5). Punto D 4º 37’ 45,4” 74º 09’ 46,0”
Salida (6) 4º 37’ 47,7” 74º 09’ 48,1”
Entrada (1) 4º 41’ 44,7” 74º 05’ 40,7”
Salida (2). Punto A 4º 41’ 40,5” 74º 05’ 33,7”
Salida (2). Punto B 4º 41’ 41,0” 74º 05’33,8”
Salida (2). Punto C 4º 41’ 40,9” 74º 05’33,3”
Salida (2). Punto D 4º 41’ 40,8” 74º 05’ 32,9”
Cuerpo de agua (3). Punto A 4º 41’ 42,8” 74º 05’ 36,4”
Santa María del Lago Cuerpo de agua (3). Punto B 4º 41’ 42,5” 74º 05’37,3”
Cuerpo de agua (3). Punto C 4º 41’ 41,4” 74º 05’36.5”
Cuerpo de agua (3). Punto D 4º 41’ 42,8” 74º 05’ 35,6”
Cuerpo de agua (4). Punto A 4º 41’ 37,1” 74º 05’ 41,2”
Cuerpo de agua (4). Punto B 4º 41’ 37,3” 74º 05’ 40,1”
Cuerpo de agua (4). Punto C 4º 41’ 37,6” 74º 05’ 40,0”
Cuerpo de agua (4). Punto D 4º 41’ 37,7” 74º 05’ 39,5”
La captura de imagos de odonatos se realizó con una red entomológica, con la fina-
lidad de establecer la relación náyade-adulto. El esfuerzo de captura de imagos por
muestreo fue de 8 horas. La colecta se realizó en la vegetación alrededor y cerca del
espejo de agua. Los ejemplares capturados en estado adulto se depositaron vivos en
sobres entomológicos y se guardaron en recipientes plásticos con cubos de alcanfor
y naftalina.
237
medición de cada parámetro por muestreo. Los resultados de entradas y salidas pro-
cedieron de muestras compuestas, en las cuales se combinaron cuatro muestras pun-
tuales tomadas en el mismo sitio durante una hora. En los muestreos del humedal
SM en que no se presentaron descargas, las muestras de los espejos de agua y de salida
del sistema se integraron en una sola muestra.
Fase de laboratorio
Conservación e identificación de odonatos
El material colectado en cada uno de los microhábitats se depositó en bandejas plás-
ticas, se lavó con agua y las náyades se separaron con pinzas entomológicas. Luego se
depositaron en viales de vidrio con alcohol al 70% rotulados con los datos de campo.
Los imagos se sumergieron en acetona al 99% por 24 horas con la finalidad de con-
servar el color, según la técnica de Morón y Terrón (1988). Para facilitar la identifi-
cación de náyades en futuras investigaciones se efectuó un cátalo fotográfico como
complemento, el cual se puede consultar en Moreno (2011).
2
Pérez-Gutiérrez, L. A., docente de la Universidad del Atlántico, Barranquilla, Colombia.
238
Tabla 3.3.2. Factores físicos, químicos y microbiológicos medidos en el estudio de las comunidades de
odonatos en los humedales La Vaca y Santa María del Lago
FÍSICOS
Caudal L s-1 Volumétrico
Transparencia m Medición disco Secchi
Sólidos sedimentables mg L-1 Cono imhoff
Sólidos suspendidos totales (SST) mg L-1 Gravimétrico
Temperatura ºC Electrodo. In situ
QUÍMICOS
Carbono orgánico total mg C L-1 Combustión-infrarrojo
Conductividad µS cm-1 Electrodo. In situ
Demanda biol. de ox. (DBO5) mg O2 L-1 Electrométrico
Demanda quím. de ox. (DQO) mg O2 L -1
Volumétrico
Fenoles totales mg Fenol L-1 Destilación colorimétrico
Fósforo soluble mg PO4 L-1 Colorimétrico
Fósforo total mg P L -1
Colorimétrico
Nitrato mg NO3-N L-1 Colorimétrico
Nitrógeno Kjeldahl total mg N L-1 Volumétrico
pH unidades Electrodo. In situ
Sustancias activas al azul de metileno (SAAM) mg L-1 Espectrofotométrico
MICROBIÓLOGICOS
Coliformes totales NMP 100 mL-1 Sustrato enzimático cuantitativo
E. coli NMP 100 mL -1
Sustrato enzimático cuantitativo
239
3.3.3. Resultados
240
Figura 3.3.3. Variables químicas relacionadas con la materia orgánica en los humedales LV y SM. A) DBO5, B)
DQO, C) carbono orgánico total
Figura 3.3.4. Variables relacionadas con los minerales y el equilibrio ácido-base en los humedales LV y SM.
A) Conductividad, B) pH
241
Figura 3.3.5. Variables químicas relacionadas con los nutrientes en los humedales LV y SM. A) fósforo
soluble, B) fósforo total, C) nitrato, D) nitrógeno total Kjeldahl
El valor promedio de nitrato fue 0,53 mg L-1 en LV y de 0,2 mg L-1 en SM. Estos regis-
tros corresponderían a cuerpos de agua de tipo oligotrófico según la clasificación de
Esteves (1998). Sin embargo, en el humedal LV algunos datos máximos por encima
de 1 mg L-1 indicarían un sistema mesotrófico (figuras 3.3.5 C). En LV ocurrie-
ron las cargas contaminantes más altas de nitrógeno total Kjeldahl (figura 3.3.5 D).
Sin embargo, la tasa de remoción de un punto al siguiente fue alta (anexos 3.3.1 y
3.3.2). El nitrógeno total representa la suma del nitrógeno orgánico y del ion amo-
nio y generalmente se asocia con altas demandas de oxígeno por parte de las bac-
terias. Las concentraciones más frecuentes de nitrato estuvieron entre 0 y 1 mg L-1
(figura 3.3.6 B).
242
Figura 3.3.6. Distribución de frecuencia de la concentración de fósforo total y nitrato (mg L-1) en LV y SM. A)
fósforo total, B) nitrato
243
Figura 3.3.7. Variables químicas relacionadas con contaminantes en los humedales LV y SM. A) fenoles
totales, B) SAAM
Figura 3.3.8. Variables físicas relacionadas con el transporte de sólidos en los humedales LV y SM. A) sólidos
suspendidos totales-SST, B) sólidos sedimentables
244
245
Análisis de ordenamiento
El ACP de las variables físicas y químicas indicó que los dos primeros ejes explica-
ron el 82% de la variación. Las correlaciones de todas las variables en el componente
uno estuvieron por encima de 0,73, con excepción de la temperatura que se asoció al
componente dos con una correlación de 0,89 (figura 3.3.12). La mayor parte de los
puntos de SM se ubicaron en los cuadrantes de la izquierda, donde las variables pH,
DBO5, PO4, conductividad y coliformes y tuvieron registros menores. Los sitios de
LV y el punto 1 de SM se asemejaron en su fisicoquímica, correspondiente a aguas
más contaminadas.
Figura 3.3.12. ACP de los factores físicos y químicos. SM: Santa María del Lago, LV: La Vaca
246
Figura 3.3.13. Abundancia de las náyades en los puntos muestreados. A) humedal La Vaca (LV). B)
humedal Santa María del Lago (SM)
Figura 3.3.14. Abundancia de las especies de odonatos en los cuatro meses muestreados en los humedales
LV y SM. I: agosto del 2009, II: octubre del 2009, III: enero del 2010 y IV: mayo del 2010
Las especies exhibieron abundancias diferentes durante los meses muestreados. Este
hecho permite distinguir asincronías en las especies y entre humedales. Las especies
247
Análisis de ordenamiento
El ACC mostró que la carga de materia orgánica y la contaminación bacteriológica
estuvieron asociadas a la variación de la abundancia y a la distribución espacial de las
náyades. Tres de las especies de odonatos presentaron abundancias disminuidas en
los sitios donde las concentraciones de coliformes totales y de E. coli fueron mayores.
Las náyades de R. marchali exhibieron cierta tolerancia a la contaminación por ver-
timientos de aguas residuales domésticas. La abundancia y distribución de las náya-
des de M. laterale no tuvieron una asociación clara con las variables ambientales, tal
vez por su registro puntual y muy localizado en ambos humedales (figura 3.3.15).
Figura 3.3.15. ACC en el que se incluyen las especies, las variables ambientales y los sitios de muestreo
3.3.4. Discusión
Los resultados indican que los niveles de tolerancia de las especies a los cambios ecológi-
cos y la variabilidad de la oferta trófica condicionada por los factores físicos, químicos
y microbiológicos, pueden influir en la abundancia y diversidad de las especies de los
odonatos en los humedales con distinto grado de contaminación orgánica, química
y bacteriológica.
248
Las fluctuaciones en las variables medidas en los dos humedales y su relación con el
incremento o disminución en la distribución de náyades concuerda con el trabajo de
Alonso (2004), quien encontró diferencias significativas entre localidades y tiempos
cuando se involucraron a los análisis las variables físicas, químicas, bióticas y estruc-
turales de la comunidad.
La distribución de las náyades en relación con los factores físicos y químicos de los
humedales LV y SM son contrastantes con los resultados encontrados en las ciénagas
de tierras bajas, como La Larga y San Juan de Tocagua en el departamento del Atlán-
tico, posiblemente porque los aportes de materia orgánica en estas ciénagas son por
vertimiento difusos de pequeños predios (Moreno, Lobo, Gutiérrez y Pérez, 2008;
Altamiranda, Pérez y Gutiérrez, 2010). En la ciénaga San Juan de Tocagua se evaluó
la relación entre los parámetros físicos y químicos (oxígeno disuelto, temperatura,
pH, salinidad, transparencia) y la variación de la riqueza y abundancia de náyades.
Se encontró que los factores ambientales no se relacionaron con la variación espacial
y temporal de la estructura de la comunidad de náyades. Al parecer, en ese tipo de
ciénagas la estabilidad de los microhábitats y la oferta de alimento tienen una mayor
influencia en la variación poblacional de los odonatos (Altamiranda et al., 2010).
Para el caso de los odonatos de los humedales estudiados, las condiciones físicas y
químicas de estos ambientes sí parecen mostrar una clara influencia sobre la abun-
dancia y composición de estos organismos. En el humedal LV, mucho más contami-
nado que SM, se observó una respuesta notable de aumento en la abundancia de la
especie Enallagma civile a medida que se pasó del sector más deteriorado al de mejo-
res condiciones físicas y químicas. Las náyades de las otras especies también tendie-
ron a aumentar con la mejora en la calidad del agua. No obstante, es importante
tener presente que la permanencia y abundancia de los organismos también está
determinada por la heterogeneidad del sistema, la oferta de recursos y la posibilidad
de encontrar refugio, entre otros aspectos. Estos factores son relevantes para tener en
cuenta en futuras investigaciones, en especial, considerando la biología y los hábitos
alimenticios de los odonatos.
Es razonable sospechar que las mejores condiciones generales de SM hicieron que las
especies tuvieran una distribución más homogénea en todas las estaciones. Empero, esta
homogeneidad puede estar influida igualmente por otras causas como una probable
249
3.3.5. Conclusiones
Los puntos ubicados después del filtro natural que se construyó en el humedal LV
mostraron una mejor calidad del agua. Esto se reflejó en la presencia de más especies
de odonatos, con mayor abundancia, en estos sitios. El incremento de la calidad del
agua en LV ha hecho que las mismas especies que colonizan al humedal SM estén
presentes allí y que incluso tengan abundancias similares.
En cuanto al estado trófico, el humedal LV tuvo más nutrientes que SM. Además, los
puntos de muestreo del humedal SM mostraron una alta variabilidad en la clasifica-
ción del estado trófico. En un futuro, se podría confrontar el estado trófico del ver-
timiento con el de los demás puntos en los que las concentraciones de náyades son
constantes. Parece ser que la distribución similar de náyades en los puntos 2, 3 y 4
del humedal SM estaría relacionada con dicha homogeneidad trófica, hipótesis que
deberá abordarse posteriormente.
Los patrones descritos pueden estar forzados por el grado de contaminación del agua,
pero también se debe reconocer que las condiciones naturales de los humedales y su
historia evolutiva son factores determinantes en la estructuración biológica de sus
comunidades.
250
3.3.6. Agradecimientos
251
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253
254
Anexo 3.3.1. Factores físicos, químicos y microbiológicos del humedal La Vaca
Estudios_ecologicos_en_humedales.indd 254
_ _ _ _ _ _
FACTORES MÍN. MÁX. MÍN. MÁX. MÍN. MÁX. MÍN. MÁX. MÍN. MÁX. MÍN. MÁX.
X X X X X X
FÍSICOS
Caudal 0,127 27,382 13,127 2,1414 12,808 6,968
Transparencia 0,355 0,48 0,413 0,4 0,57 0,46
Sólidos sedimentables 1,5 1,5 1,5 1 1,5 1,16 0,5 0,5 0,5 0 0 0 0 0 0 1 1 1
SST 51 343 127 34 309 112 29 56 43,33 60 60 60 38 38 38 22 97 49,25
Temperatura 19,52 21,3 20,28 19 22,4 21,105 18,62 23,6 20,52 19,6 24,2 21,275 18,6 20,8 19,8 18,88 22 20,57
ESTUDIOS ECOLÓGICOS EN HUMEDALES DE BOGOTÁ
QUÍMICOS
Carbono orgánico total 14,8 14,8 14,8 9,9 39,2 21,525 5,4 36,9 21,86
Conductividad 179 870 569,75 286 820 550,05 284 521 428,75 275 592 444,25 274 594 462 289 564 438,25
DBO5 28 209 94 30 60 43,25 11 57 33,5 8 81 30,25 7 21 14,66 11 17 14,25
DQO 109 386 238,75 125 222 162 104 124 116,66 61 152 96,5
Fenoles totales 0,24 0,28 0,26 0,1 0,16 0,13 0,05 0,07 0,06 0,05 0,05 0,05 0,05 0,07 0,06
Fósforo soluble 0,43 5,92 3,2125 0,53 4,6 2,4925 0,58 2,63 1,5625 0,66 2,43 1,465 0,64 2,4 1,64 0,58 2,5 1,6475
Fósforo total 1,19 8,82 4,99 1,9 8,5 4,1725 1,04 3,72 2,33 0,92 3,81 2,445 0,81 3,99 2,69 1,48 3,59 2,745
Nitrato 0,09 0,47 0,3266 0,09 0,95 0,3866 0,05 1,43 0,5575 0,32 1,53 0,736 0,04 0,48 0,29 0,02 2,82 0,81
Nitrógeno Kjeldahl total 7,3 55,2 33,05 11,7 42,8 26,9 5,4 18,3 12,025 3,5 15,1 8,275 3,2 16,7 9,833 7,2 17 10,85
pH 7,45 7,66 7,564 7,36 8,1 7,683 7,37 8,94 7,99 7,89 9,08 8,53 7,88 8,77 8,31 7,32 8,84 8,1375
SAAM 2,249 2,6 2,4245 0,509 2,9 1,7045 0,274 0,274 0,274 0,17 0,191 0,1805
MICROBIOLÓGICOS
Coliformes totales 2.613.000 155.310.000 54.711.500 7.270.000 17.329.000 13.040.750 144.000 11.531.000 5.121.750 7.590 122.000 56.422 15.650 169.000 78.790 17.220 171.000 118.905
E. coli 1.162.000 17.329.000 8.657.500 2.247.000 4.106.000 3.583.000 10.000 2.755.000 1.296.500 179 9.804 3.703,2 1.600 6.867 4.345 37 30.000 10.446,7
Estudios_ecologicos_en_humedales.indd 255
FÍSICOS
Caudal 0,0062 0,394 0,1604
Transparencia 1,2 1,83 1,5375 0,4 1,4 0,9425
Sólidos sedimentables 0,5 0,5 0,5 0 0 0
SST 17 434 142,5 5 12 8
Temperatura 17,1 21,36 19,67 20 21,7 20,93 19,57 21,02 20,37 18,9 22,5 21
QUÍMICOS
Carbono orgánico total 9,1 33 16,75 9 32,4 16,875
Conductividad 450 1030 752 160 234 210 170 234 207,5 160 233 207
DBO5 15 304 135,5 2 8 4,25 2 5 3,666 3 5 3,75
DQO 53 749 334,5 6 36 25
Fenoles totales 0,05 0,48 0,225 0,03 0,15 0,085 0,07 0,07 0,07 0,08 0,09 0,085
Fósforo soluble 0,56 2,15 1,25 0,02 0,4 0,23 0,02 0,22 0,146 0,03 0,32 0,153
Fósforo total 2,61 7,06 5,135 0,03 0,61 0,2825 0,03 0,6 0,2625 0,06 0,84 0,4733
Nitrato 0,01 0,72 0,2525 0,01 0,23 0,11333 0,06 0,49 0,21 0,02 0,24 0,13
Nitrógeno Kjeldahl total 20,7 69,2 43,05 0,3 1,9 1,125 0,9 1,3 1,05 0,5 1,6 1,125
pH 7,77 8,89 8,14 6,86 7,22 7,065 6,87 7,34 7,0925 6,83 7,38 7,08
SAAM 0,82 0,841 0,830 0,088 0,099 0,093
MICROBIOLÓGICOS
Coliformes totales 218.000 241.960.000 62.530.240 1.553 61.310 24.341,5 2.420 46.110 25.812,25 2.880 12.360 5.746,5
E. coli 10.000 38.730.000 9.888.740 10 100 58,25 7 310 105,25 1 100 54,5
255
Los macroinvertebrados como herramienta de valoración de los humedales
257
Resumen
Las variables físicas y químicas son útiles para conocer la calidad del agua y el grado
de enriquecimiento con nutrientes de los ecosistemas acuáticos. Se desarrolló un
índice fisicoquímico de calidad (ICA) y se emplearon varias estrategias para esta-
blecer el estado trófico de tres humedales bogotanos. Los resultados mostraron que
Santa María del Lago tuvo el ICA más elevado, le siguieron Guaymaral con un valor
intermedio y Tibanica, que mostró la menor calidad del agua. Las tablas de clasi-
ficacion del estado trófico fundadas en las concentraciones de clorofila a y fósforo
total no permitieron discriminar con certeza el grado de trofismo de cada humedal
(todos cayeron en la categoría de hipereutrofia). Según los índices tróficos (IET),
Tibanica fue hipereutrófico para todos los criterios, excepto la clorofila a; Guaymaral
fue hipereutrófico para el fósforo y la transparencia Secchi, pero oligotrófico para el
nitrógeno y la clorofila a; y Santa María del Lago fue mesotrófico para la clorofila a,
eutrófico para el nitrógeno y la transparencia, e hipereutrófico para el fósforo total.
Estas clasificaciones requieren tener en cuenta otros factores como la proporción
nitrógeno:fósforo, el grado de extensión y profundidad de los espejos de agua y la
existencia de vegetación macrofítica.
Abstract
Physical and chemical variables are useful to identify the water quality and the degree
of nutrient enrichment of aquatic ecosystems. A water quality index (WQI) was
developed and several strategies were employed to establish the trophic status of
three Bogotá wetlands. Results showed that Santa María del Lago had the high-
est WQI, followed by Guaymaral with an intermediate value, and Tibanica that
reflected the less water quality. Classification tables of trophic status based on the
concentrations of chlorophyll a and total phosphorus did not allowed discriminating
with certainty the degree of tropism of each wetland (all fell into the hypereutrophic
258
category). According to trophic indices (TSIs), Tibanica was hypereutrophic for all
criteria except chlorophyll a; Guaymaral was hypereutrophic for phosphorus and Sec-
chi transparency, but oligotrophic for nitrogen and chlorophyll a; and Santa María
del Lago was mesotrophic to chlorophyll a, eutrophic for nitrogen and transparency,
and hypereutrophic for total phosphorus. These classifications need to consider other
factors such as the proportion nitrogen:phosphorus, the degree of extension and
depth of the water mirror and the existence of macrophytic vegetation.
4.1.1. Introducción
Para evaluar las características físicas y químicas de las aguas de los humedales se pue-
den desarrollar índices de calidad del agua (ICA) basados en los valores de algunas
variables físicas y químicas. Se trata de índices multimétricos construidos como pro-
medios ponderados. Por otra parte, una herramienta para hacer el seguimiento de la
salud de los ecosistemas de humedal en proceso de recuperación, es la de los índices de
estado trófico basados en algunos parámetros como los macronutrientes (nitrógeno
y fósforo) y la biomasa fitoplanctónica expresada como concentración de clorofila a.
Los índices de estado trófico (IET o TSI en inglés) se han desarrollado para clasificar
los cuerpos de agua en categorías de acuerdo con ciertas variables críticas. Unos de los
más utilizados son los de Carlson (1977), que fueron ajustados para aguas cálidas tro-
picales por Toledo, Talarico, Chinez y Agudo (1983).
Las condiciones de temperatura (15-23 ºC) de los humedales del Distrito los hacen
caer dentro de la categoría de lagos cálidos tropicales, por lo cual se sugiere el modelo
de eutrofia de CEPIS (Salas y Martino, 2001), cuyos valores de referencia para eva-
luar el estado trófico se presentan en la tabla 4.1.1.
Tabla 4.1.1. Valores de referencia del estado de trofismo en lagos cálidos tropicales (Salas y Martino, 2001)
259
4.1.2. Metodología
Las muestras se tomaron en los humedales Santa María del Lago (SM), Guaymaral
y Tibanica en tres puntos de cada ecosistema, a mediados de julio del 2006. Para el
muestreo y análisis de laboratorio, se siguieron las indicaciones descritas en el capí-
tulo 1 de este libro. Los análisis numéricos se realizaron de acuerdo con las siguien-
tes metodologías.
Calidad fisicoquímica
Para el caso del análisis de la calidad del agua con base en las variables físicas y químicas
se adoptó la forma general del ICA, propuesta por la Fundación para la Sanidad
Nacional de Estados Unidos (IFSN) (Dinius, 1987), cuya formulación básica es:
9
ICA = Σ Vi ∗ Ii
i=1
En este caso, las variables se seleccionaron con el objeto de incluir aquellas relaciona-
das con las causas más importantes de deterioro en las aguas de los humedales, tales
como los vertimientos de aguas residuales con carga orgánica y excretas, la tempera-
tura, la oxigenación del agua, la eutrofia por cargas de macronutrientes y la sedimen-
tación por cargas de sólidos (tabla 4.1.2).
Las funciones de sensibilidad de cada Tabla 4.1.2. Parámetros físicos y químicos incluidos
en el cálculo del índice de calidad del
una de las variables consideradas en este
agua
ICA se indican en la figura 4.1.1 (A a I).
Estas se han propuesto en su forma y VARIABLE
260
Figura 4.1.1. Representación gráfica de las funciones de sensibilidad de las variables para el cálculo del ICA.
Para la temperatura (H) se toma como valor de referencia 15 ºC.
261
Estado trófico
Para clasificar los humedales en determinado estado trófico se utilizaron varias estra-
tegias. La primera consistió en emplear los resultados cuantitativos de clorofila a, a
los que se les aplicaron las escalas propuestas por Davis et al. (1993), ANZECC y
ARMCANZ (2000), Salas y Martino (2001), recomendadas para el uso en humeda-
les de aguas cálidas (temperaturas > 12 ºC). Las tres categorías de trofismo basado en
la clorofila se resumen en la tabla 4.1.3.
Tabla 4.1.3. Clasificación de categorías tróficas para la clorofila a (Cla), según Salas y Martino (2001).
SE: error estándar
Otro método fue usar el sistema de clasificación de estado trófico obtenido a partir
del fósforo total (Salas y Martino, 2001), el cual genera tres categorías de trofismo
(tabla 4.1.4).
Tabla 4.1.4. Clasificación de categorías tróficas para el fósforo total (PT), según Salas y Martino (2001).
SD: desviación estándar
También se emplearon las ecuaciones para calcular los IET con base en la clorofila a
(en mg m-3), el fósforo total y el nitrógeno inorgánico total (mg-L-1) propuestas por
Carlson (1977) y modificadas por Toledo et al. (1983):
IETCLa = 10 6 2.04 0.695In(Cla ) / In 2
TSI (TN ) = 54.45 14.43 In(TN ),[TN es la suma del N en NO2 NO3 NH4 en mg / L ]
262
En general, las diferencias en la estimación de los IET de acuerdo con los dos mode-
los no difieren en gran medida, por lo que para el propósito de esta evaluación se usó
la aproximación de Toledo et al. (1983) para clorofila, nitrógeno y fósforo, y la de
Carlson y Simpson (1996) para la medida del disco Secchi.
4.1.3. Resultados
Calidad fisicoquímica
A continuación se presentan los resultados de la aplicación del ICA (valores x 100
para facilitar la lectura) a los humedales estudiados, en diferentes distribuciones de
los pesos de las variables. En todos los casos se observaron valores bajos a muy bajos
de calidad (inferior a 50) y se conservó la secuencia decreciente del ICA: SM > Guay-
maral > Tibanica (figura 4.1.2).
La distribución de base (equiproporcional, es decir, con una distribución igual de los
valores de pesos relativos) arroja los valores más elevados de calidad, lo cual puede lle-
var a una subvaloración del problema de contaminación. Por lo tanto, su utilización
como herramienta de evaluación para los humedales degradados o en recuperación
puede ser discutible y debe pensarse en otras posibilidades.
Figura 4.1.2. Escenario de distribución equiprobable de los pesos de las variables. A) distribución de los
pesos de las variables; B) comportamiento del ICA en los tres humedales estudiados
263
Una distribución que otorga un peso elevado a las variables relacionadas con la con-
taminación por aguas residuales (coliformes, DBO5) arrastra sensiblemente los valo-
res del ICA hacia abajo, con lo cual se indica de manera muy sensible el deterioro de
calidad por la presencia de aguas servidas. Por otra parte, se puede considerar que su
empleo en un monitoreo a largo plazo puede subvalorar mejorías en la calidad pro-
ducto de la reducción de vertimientos (figura 4.1.3).
Figura 4.1.3. Escenario de distribución que prioriza las variables relacionadas con la contaminación con
aguas residuales domésticas. A) distribución de los pesos de las variables; B) comportamiento
del ICA en los tres humedales estudiados
Al tratar un escenario donde el factor de estrés más prevalente sobre el humedal sea
la eutrofia, lo cual se logra con el incremento en los pesos de los nutrientes (nitrato y
fosfato), el resultado provoca un aumento en las diferencias de Guaymaral-SM con
respecto a Tibanica (figura 4.1.5).
264
Figura 4.1.4. Escenario de distribución que prioriza las variables relacionadas con la sedimentación y la
colmatación. A) distribución de los pesos de las variables; B) comportamiento del ICA en
los tres humedales estudiados
Estado trófico
Con base en los resultados de las mediciones de las variables críticas clorofila a y fós-
foro total (figuras 4.1.6 A y B) para establecer el grado de trofismo de los humedales
estudiados, se puede afirmar que los tres cuerpos de agua se encuentran en el nivel de
hipereutrofia, si bien este se manifiesta en grado extremo en Tibanica.
A partir de los IET de clorofila a, fósforo total y nitrógeno inorgánico total evaluados en
los tres humedales, se obtuvo una clasificación de eutrofia o hipereutrofia (tabla 4.1.5)
en los humedales de SM y Tibanica según el fósforo y la clorofila a, y de mesotrofia
para Guaymaral según el nitrógeno inorgánico, la clorofila a y la transparencia del
disco Secchi (medida en el sitio que presentó una columna de agua con espejo libre).
265
Figura 4.1.5. Escenario de distribución que prioriza las variables relacionadas con la eutrofia. A) distribución
de los pesos de las variables; B) comportamiento del ICA en los tres humedales estudiados
Figura 4.1.6. Valores de las concentraciones en los tres humedales de A) clorofila a (mg m-3); B) P total
(mg m-3). Se señalan con líneas discontinuas los límites de la categoría eutrófica
266
Tabla 4.1.5. Clasificación del grado de trofismo de los tres humedales estudiados con base en los IET. O: oli-
gotrofia; M: mesotrofia; E: eutrofia; H: hipereutrofia
Disco Secchi (Carlson y Simpson, 1996) 79,98 [H] 54,16 [E] 100,54 [H]
Los valores de referencia indicados para la clasificación (Harper, 1992) son: oligotró-
fico [O]: 30-40, mesotrófico [M]:40-50, eutrófico [E]:50-60, hipereutrófico [H]:>70.
4.1.4. Discusión
Calidad fisicoquímica
Como puede deducirse del ejercicio anterior, el empleo de estos y otros índices
fisicoquímicos debe hacerse con un criterio muy analítico, interpretando los cam-
bios en las cifras siempre en función del contexto físico y biótico de cada cuerpo
de agua y de las acciones de manejo y recuperación que se vayan ejecutando en las
diferentes etapas del monitoreo y seguimiento. Esto implica que, en cada una de
las diferentes fases del proceso de recuperación del humedal, se debe revisar la apli-
cación ponderada del índice de calidad para que se adapte a las nuevas condiciones
y siempre cumpla una función utilitaria de detección de cambios positivos, sin que
se pasen por alto posibles eventos puntuales de retroceso en la calidad.
267
Estado trófico
Los valores promedio de las variables (PT, Cla) utilizadas para la clasificación trófica de
lagos cálidos tropicales de la Cepis (Salas y Martino, 2001), difieren sensiblemente
de los empleados en la clasificación trófica de lagos templados (Vollenweider y Kere-
kes, 1981). Por esta razón, se sugiere utilizar la propuesta de la Cepis, puesto que se
refiere a ambientes cuyas características son más concordantes con los humedales del
Distrito. No obstante, la tabla de clasificación con base en los datos crudos de estas
variables (tablas 4.1.3 y 4.1.4) no permite discriminar con claridad el grado de tro-
fismo de cada humedal.
Por otra parte, la comparación de los tres humedales basada en los IET señala que
Tibanica se clasifica como hipereutrófico para tres de los cuatro criterios; Guayma-
ral es hipereutrófico para el fósforo y la transparencia Secchi, pero oligotrófico para
el nitrógeno y la clorofila a; Santa María del Lago es mesotrófico para la clorofila a,
eutrófico para el nitrógeno y la transparencia, e hipereutrófico para el fósforo total.
La mayoría de los IET se han diseñado para sistemas lacustres (lagos y embalses). Es
posible que las condiciones palustres de los humedales, que tienen una tendencia
natural a contener altas cargas orgánicas y de nutrientes, hagan necesario un ajuste
en los valores de los IET para determinar las categorías tróficas. Este tema amerita
un estudio posterior detallado y basado en la evaluación de nutrientes en muchos
humedales de diferente grado de conservación, incluyendo en lo posible ambientes
de referencia.
268
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269
Resumen
Abstract
Five wetlands of Bogotá City (Guaymaral, Jaboque, Juan Amarillo, Santa María del
Lago, and Tibanica) and a rural wetland (Meridor, municipality of Tenjo) were sam-
pling in four different climatic seasons (between 2007 and 2008). The physicochem-
ical variables were measured and samples of periphyton were taken to assess the
diatom community. With the data collected, species pollution values were estab-
lished and indices of pollution of each ecosystem in every climatic period were cal-
culated. The correlations between the diatom index and the pollution variables were
high. According to the scale established for the limnological state of the six studied
environments, these wetlands can be categorized as follows: Santa María del Lago
270
4.2.1. Introducción
Aunque en Colombia se han realizado algunos trabajos que usan especies bioindica-
doras (p. ej., Riss, Ospina y Gutiérrez, 2002; Roldán, 2003; Díaz y Rivera, 2004), la
aproximación al desarrollo de herramientas que funcionen localmente en el campo
de comunidad aún no se ha explorado con suficiente profundidad, porque este enfo-
que es más complejo que la evaluación de un solo componente biótico (Vis, Hudon,
Cattanco y Pinel-Alloul, 1998). Uno de los grupos biológicos usados con mayor fre-
cuencia son las diatomeas, debido a que tienen ventajas frente a otros organismos.
Se encuentran prácticamente en todos los hábitats acuáticos aun cuando el sustrato
se haya secado, gracias a que los frústulos se conservan. Además, son excelentes indi-
cadoras de las condiciones en las cuales se desarrollan debido a que son sensibles a
las variaciones físicas y químicas, de manera que su composición y abundancia rela-
tiva están determinadas por las preferencias y la tolerancia de los diferentes taxones
(Tiner, 1999; Stoermer y Smol, 2004; Moresco y Rodrigues, 2014).
Este estudio buscó diseñar un índice para evaluar el estado de los humedales bogota-
nos, mediante el uso de las diatomeas como organismos bioindicadores. Se involucra-
ron diversas variables físicas y químicas con el fin de incorporar la mayor cantidad de
información posible en una herramienta sensible y eficiente. Se pretende así ofrecer una
metodología que permita evaluar y el monitorear los humedales bogotanos, los cua-
les están sometidos tanto a procesos de degradación como a acciones de restauración.
271
4.2.2. Metodología
Tabla 4.2.1. Ubicación geográfica, altitud y grado de contaminación de los humedales estudiados
ALTITUD
HUMEDAL POSICIÓN CALIDAD DEL AGUAa GRADO DE POLUCIÓN
(MSNM)
Juan Amarillo N4º 44’ 14,1”; W74º 06’ 46,86” 2.562 3 Altoc
Santa María del Lago N4º 41’ 39,84”; W74º 05’ 38,28” 2.570 1 Bajob
* Calidad del agua: 1 = 50-80% del agua con saneamiento; 2 = sin saneamiento; 3 = con descargas de aguas
residuales. a = Van der Hammen et al. (2008). b = Moreno et al. (2005). c = DAMA y Daphnia (1995). d = Garzón,
(2006), Vásquez et al. (2006).
272
Para la construcción del índice se siguió la metodología propuesta por Jiang y Shen
(2003), la cual se basa en tres pasos. El primero consiste en calcular los valores de
polución (IP) de las variables físicas y químicas en cada uno de los humedales, según
la siguiente fórmula:
n C
IP =
i=1 CL
273
El tercer paso fue calcular el valor de polución para la comunidad de diatomeas peri-
fíticas (denominado índice de diatomeas de los humedales de Bogotá [IDHB]) de
cada humedal en cada periodo según la siguiente fórmula:
n
(VPT )i
IDHB = i=1
4.2.3. Resultados
Se calcularon los VPT para los 153 taxones que se colectaron en los seis humeda-
les estudiados durante los cuatro periodos climáticos. De estos taxones, se consignan
en la tabla 4.2.2 solo aquellos identificados hasta el nivel de especie o cuyos géneros
estuvieron representados por un único taxón. La figura 4.2.1 muestra algunas de las
especies más representativas de los humedales bogotanos.
Tabla 4.2.2. Valores de polución de los taxones (VPT) calculados en el presente estudio para las diatomeas
perifíticas de los humedales de Bogotá. Solo se incluyen las diatomeas clasificadas hasta especie
y los géneros uniespecíficos. Los valores altos corresponden a las especies más tolerantes a
la contaminación
(Continúa)
274
Tabla 4.2.2. Valores de polución de los taxones (VPT) calculados en el presente estudio para las diatomeas
perifíticas de los humedales de Bogotá. Solo se incluyen las diatomeas clasificadas hasta especie
y los géneros uniespecíficos. Los valores altos corresponden a las especies más tolerantes a
la contaminación (continuación)
275
Figura 4.2.1. Microfotografías con el microscopio electrónico de barrido de algunas especies de diatomeas
de los humedales de Bogotá. A-Nitzschia amphibia, B-Nitzschia palea, C-Achnanthes exigua,
D-Achnanthes hungarica, E-Achnanthidium minutissimum (valva sin rafe), E’-Achnanthidium
minutissimum (valva con rafe), F-Anomoeoneis cf. sculpta, G-Ephitemia sorex, H-Cocconeis
placentula
Los valores de correlación entre el IDHB y las variables físicas, químicas y de polu-
ción (IP) se registran en la tabla 4.2.3. En esta tabla los datos de la diagonal inferior
corresponden a las correlaciones de Pearson y los valores en la diagonal superior a las
probabilidades de dichas correlaciones. El IDHB presentó altas correlaciones signifi-
cativas (todas negativas) con el IP de las estaciones (r: -0,79, p < 0,001), con la DBO5
(r: -0,76, p < 0,001) y con el amonio (r: -0,62, p < 0,001). El IP de las estaciones
tuvo las mayores correlaciones significativas (positivas) con los fosfatos (r: 0,68, p <
0,001) y con la DBO5 (r: 0,69, p < 0,001). Otra correlación positiva interesante fue
la que se presentó entre el IDHB y el oxígeno disuelto (r: 0,41, p < 0,001).
276
Tabla 4.2.3. Valores de correlación de Pearson entre el IDHB y otras variables (diagonal inferior) y valores
de probabilidad de dichas correlaciones (diagonal superior)
IDHB IP. ESTAC COND SÓL. DIS. OD PH CLORU DUREZ AMON NITRIT NITRAT FOSF DBO5
IDHB 0,00 0,86 0,72 0,05 0,72 0,15 0,11 0,00 0,54 0,53 0,16 0,00
IP. ESTAC. -0,79 0,77 0,90 0,02 0,41 0,42 0,36 0,00 0,00 0,35 0,00 0,00
COND. 0,04 -0,06 0,00 0,13 0,04 0,00 0,00 0,88 0,80 0,41 0,87 0,51
SÓL. DIS. -0,08 0,03 0,84 0,26 0,03 0,04 0,00 0,82 1,00 0,08 0,96 0,86
OD 0,41 -0,47 -0,32 -0,24 0,00 1,00 0,96 0,25 0,34 0,11 0,29 0,21
PH 0,08 -0,18 -0,43 -0,45 0,69 0,53 0,16 0,79 0,61 0,92 0,51 0,79
CLORUROS 0,30 -0,17 0,60 0,43 0,00 -0,13 0,00 0,42 0,68 0,54 0,63 0,40
DUREZA 0,34 -0,19 0,66 0,62 0,01 -0,30 0,89 0,52 0,87 0,17 0,71 0,33
AMONIO -0,62 0,64 -0,03 0,05 -0,24 -0,06 -0,17 -0,14 0,16 0,61 0,12 0,01
NITRITOS -0,13 0,59 -0,05 0,00 -0,20 -0,11 -0,09 -0,03 0,30 0,62 0,00 0,69
NITRATOS 0,13 -0,20 0,18 0,36 0,34 -0,02 0,13 0,29 -0,11 -0,11 0,51 0,68
FOSFATOS -0,29 0,68 -0,04 -0,01 -0,22 -0,14 -0,10 -0,08 0,33 0,94 -0,14 0,78
DBO5 -0,76 0,69 -0,14 -0,04 -0,26 -0,06 -0,18 -0,21 0,50 -0,08 -0,09 0,06
A partir de los datos del IDHB transformados a porcentaje se construyó una escala
que permite clasificar el estado limnológico de cada humedal (tabla 4.2.4). La carac-
terización de los humedales en cada periodo climático según esta escala se puede ver
en la figura 4.2.2. En esta gráfica se puede observar que el humedal que presenta
mayores condiciones de deterioro es Juan Amarillo, que en dos de los cuatro perio-
dos climáticos evaluados reveló malas condiciones limnológicas, catalogándose como
un ambiente severamente contaminado. En el otro extremo de la escala, Santa María
del Lago y Meridor tuvieron periodos en los cuales su calidad del agua correspondió
a condiciones limnológicas aceptables y moderadas; para los periodos tres y cuatro,
Santa María mostró condiciones limnológicas buenas o aceptables, indicadoras de un
nivel ligero de contaminación. Para el humedal Jaboque, el índice determinó que sus
condiciones limnológicas variaron entre aceptables y regulares, lo que señala niveles
de contaminación que van de moderados a elevados. Guaymaral presentó una cate-
gorización similar, aunque en el tercer periodo se clasificó como severamente con-
taminado. Tibanica, por su parte, tuvo condiciones limnológicas regulares durante
todo el estudio, indicadoras de una contaminación moderada.
Tabla 4.2.4. Escala de clasificación según el IDHB para los humedales evaluados
277
Una categorización general del estado de los humedales basada en el IDHB prome-
dio se presenta en la tabla 4.2.5, según la cual, Tibanica, Meridor y Jaboque tien-
den a tener condiciones limnológicas pobres a moderadas, con cambios estacionales
relativamente menores en el índice (desviaciones estándar reducidas). Santa María
también es de condiciones pobres a moderadas, pero con una mayor variación entre
muestreos. Guaymaral es de condiciones moderadas a malas y Juan Amarillo es de
condiciones malas; en los dos casos la variación del índice es alta entre muestreos.
Figura 4.2.2. Puntaje del IDHB para los humedales en cada periodo evaluado. TB: Tibanica, ME: Meridor, JA:
Jaboque, JU: Juan Amarillo, SM: Santa María del Lago; GU: Guaymaral, 1: periodo lluvioso, 2:
periodo seco, 3: transición lluvia-sequía, 4: transición sequía-lluvias
Tabla 4.2.5. Clasificación general de los humedales estudiados de acuerdo con el IDHB
RANGO DE
IDHB DESVIACIÓN INTERPRETACIÓN BASADA EN
HUMEDAL PRECISIÓN DEL
PROMEDIO ESTÁNDAR LAS DIATOMEAS
IDHB
Tibanica 34,29 0,88 33,41-35,17 Condiciones limnológicas pobres
4.2.4. Discusión
278
Por otra parte, es importante hacer notar que a un nivel taxonómico superior (género)
se observa cierta tendencia de algunos grupos a ser tolerantes a la contaminación,
mientras que otros son más sensibles. Dentro de los géneros más tolerantes están
Navicula, Nitzschia y Pinnularia y los más sensitivos incluyen a Achnantes, Cymbella,
Fragilaria y Gomphonema. Lo anterior hace pensar que sería posible desarrollar índi-
ces en este nivel de género, para lo cual se requerirá una base de datos más amplia que
se deberá trabajar en el futuro.
279
Walker y Pan, 2006), pero especialmente con aquellos parámetros que tienen que ver
con la carga de nutrientes en el sistema. Estos últimos parecen ser particularmente
determinantes para las diatomeas en los humedales (Fore y Grafe, 2002; Griffith,
Hill, Herlihy y Kaufmann, 2002; Sierra y Monsalve, 2005; Wang et al., 2006; Lane
y Brown, 2007).
Según el IDHB, Juan Amarillo es el humedal más deteriorado, pero en otros estu-
dios su categorización ha sido menos drástica (Mejía, 2006; Van der Hammen et al.,
2008). Esto puede deberse a que en esos trabajos se tuvieron en cuenta aspectos más
relacionados con las características físicas del sistema (hidrología y morfología), las
cuales parecen otorgarle mejores condiciones ecológicas a este humedal. En dichas
evaluaciones, no se contemplaron mediciones de las variables físicas y químicas ni de
composición de las comunidades bióticas, que sí reflejan de manera directa la cali-
dad del agua. Por ello, las caracterizaciones propuestas en esos trabajos son menos
confiables para establecer el estado de contaminación real de estos cuerpos de agua.
Sin embargo, es importante hacer notar que la categorización limnológica obtenida
en este estudio corresponde a las condiciones de los humedales en el momento del
muestreo, de manera que es posible que las acciones desarrolladas para controlar las
causas del deterioro hayan provocado mejoras y hayan cambiado las características
ecológicas de estos sistemas.
280
De las observaciones realizadas en campo, se pudo establecer que uno de los proble-
mas críticos de Guaymaral es la ausencia de un espejo de agua libre, lo que dificulta el
desarrollo de las funciones ecológicas básicas de las comunidades planctónicas y peri-
fíticas. Es de esperar que en zonas con profundidad menores a 20 cm, las condiciones
para organismos sensibles como las diatomeas se tornen más críticas (mayor tempe-
ratura, fotoinhibición). Paralelamente, desde el inicio del estudio se observó en Juan
Amarillo una progresiva pérdida del espejo de agua a causa del avance del jacinto
Eichhornia crassipes, la cual es una planta que resulta beneficiada por ambientes alta-
mente eutróficos (Cronk y Fennessy, 2001). Por lo tanto, en estos dos humedales, las
circunstancias para el desarrollo de las diatomeas perifíticas fueron poco favorables.
Por otro lado, el IDHB corrobora que en Santa María del Lago la calidad del agua es
buena al menos en dos de los cuatro muestreos, a lo cual se suma que las caracterís-
ticas físicas de este humedal son apropiadas y que existe una oferta adecuada para el
establecimiento de las comunidades bióticas, según lo registra el estudio de Van der
Hammen et al. (2008). Entre los humedales distritales, Santa María del Lago es el de
mejores condiciones, tanto limnológicas, como sanitarias. Esto puede indicar que las
medidas tomadas con fines de restauración y conservación en este humedal, desde
hace más de 10 años, han sido adecuadas y pueden servir de modelo para dichos fines
en otros humedales de la ciudad. Para Jaboque, el IDHB también señaló condicio-
nes que pueden variar entre regulares y aceptables, lo cual coincide, en parte, con lo
encontrado por Álvarez y Yepes (2005) y Pinilla (2010), quienes catalogan a este eco-
sistema como hipereutrófico y eutrófico, respectivamente.
Se puede concluir que el IDHB tiene un buen desempeño como herramienta de eva-
luación de las condiciones limnológicas de los humedales bogotanos. No obstante,
hay que tener en cuenta que un buen sistema de bioindicación debe ser aplicable en
extensas áreas geográficas y en el mayor número de ambientes ecológicos (Jørgen-
sen, Constanza y Xu, 2005). Por esta razón, el IDHB propuesto en esta investiga-
ción, es una primera aproximación y requiere fortalecerse mediante la realización de
una mayor cantidad muestreos, no solo en los humedales trabajados, sino también en
otros de la región, y con la evaluación de distintas zonas climáticas y diferentes hábi-
tats. Se requiere, por lo tanto, una complementación del IDHB con datos de otros
humedales distritales y, eventualmente, con información de otros ambientes simila-
res de la Sabana de Bogotá o del altiplano cundiboyacense, especialmente de aquellos
mejor conservados. Además, en próximos estudios se podrían ponderar las especies
sensibles, lo que probablemente potenciaría la detección de los cambios de la calidad
ecológica del sistema.
4.2.5. Agradecimientos
281
Álvarez, J. y Yepes, F. (2005). Evaluación del estado trófico del humedal de Jaboque:
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282
283
284
Resumen
Abstract
The urban wetlands of Bogotá are ecosystems of great importance, yet they are dete-
riorating. The state of deterioration must be evaluated in order to develop new meth-
ods of ecosystem monitoring and conservation. Here I describe the development of
an index to assess the ecological health of five urban wetlands and one rural wet-
land from limnological data. The field phase of this study took place in November
2007 (rainy season) and February 2008 (dry season). Physical and chemical variables
285
4.3.1. Introducción
Los humedales de Bogotá son ecosistemas de gran importancia por las funciones eco-
lógicas y sociales que cumplen. A pesar de su reconocida trascendencia, estos ambien-
tes acuáticos están en un intenso proceso de deterioro que requiere evaluarse, a fin de
encontrar alternativas para su monitoreo y conservación. Los humedales de la Sabana
pertenecen a la cuenca del río Bogotá. En la actualidad quedan once humedales prin-
cipales: Capellanía (18 ha), La Vaca (40 ha), Techo (3 ha), Tibanica (10 ha), El Burro
(31 ha), Córdoba (40 ha), Jaboque (147 ha), Guaymaral-Torca (73 ha), La Cone-
jera (60 ha), Juan Amarillo o Tibabuyes (40) y Santa María del Lago (4 ha) (Moreno,
García y Villalba, 2005). Los cinco primeros son los más deteriorados, aunque son
muy valiosos por hallarse en la zona seca de la ciudad (Herrera, Díaz, Vargas, Rodas
y Díaz, 2004). En total, el área de humedales de la ciudad se aproxima a 500 ha.
286
287
Tabla 4.3.1. Ubicación geográfica, altitud y condiciones de contaminación y deterioro de los humedales
estudiados. La calidad del agua y el grado de deterioro se basan en diferentes autores
* Calidad del agua: 1 = 50-80% de saneamiento del agua; 2 = sin saneamiento; 3 = con descargas de aguas
residuales. a = Van der Hammen et al. (2008). b = Moreno et al. (2005). c = DAMA y Daphnia (1995). d = Vás-
quez et al. (2006).
Muestreos
Se realizaron dos muestreos (época lluviosa en noviembre del 2007 y época seca en
febrero del 2008), durante los cuales se registraron, en tres puntos de cada humedal,
las siguientes variables físicas y químicas: transparencia Secchi, temperatura, oxígeno
disuelto, pH, conductividad, dureza, cloruros, amonio, nitritos, nitratos, ortofosfatos
y demanda biológica de oxígeno (DBO5). En los mismos sitos se colectaron y eva-
luaron las comunidades de fitoplancton, diatomeas perifíticas, macroinvertebrados y
plantas acuáticas (macrófitas). En todos los casos se siguieron metodologías estándar
(Wetzel y Likens, 1991; APHA, AWWA y WPCF, 1995; Rueda, 2002) y las recomen-
daciones consignadas en el primer capítulo de este libro. La relación N:P se calculó
con base en los pesos atómicos de las formas disueltas de estos nutrientes.
288
donde %IBFito es el índice biótico del fitoplancton, %IBDiatom es el índice biótico de las
diatomeas perifíticas, %IBMacroinv es el índice biótico de los macroinvertebrados acuá-
ticos y %IBMacrof es el índice biótico de las macrófitas acuáticas, todos en porcentaje.
Finalmente, se utilizó la técnica de cuartiles para establecer las categorías de calidad
con base en los valores de los IB y del Icol de los humedales de Bogotá.
4.3.3. Resultados
Ambiente fisicoquímico
La tabla 4.3.2 resume la información de las variables físicas y químicas medidas en
los humedales seleccionados para este estudio. En general, se puede ver que los eco-
sistemas estudiados presentan aguas con características que los hacen diferentes entre
sí. En Jaboque se destacó la alta cantidad de oxígeno y el pH alcalino, debido a la ele-
vada actividad fotosintética del fitoplancton en este humedal (véase el capítulo 2.3
de este libro). Tibanica presentó conductividades y sólidos disueltos prominentes al
igual que Meridor, lo cual es consistente con las mayores concentraciones de cloru-
ros en estos ecosistemas. Por otra parte, Santa María del Lago tuvo pocos sólidos sus-
pendidos y moderadas concentraciones de oxígeno. Juan Amarillo fue el sistema más
rico en nutrientes (amonio y ortofosfatos), lo que señala un mayor grado de eutro-
fización. El humedal más transparente fue Meridor y también el de aguas más duras
(lo que indica altas cantidades de carbonatos), pero la DBO5 fue baja y esto muestra
que fue el sistema con menos carga orgánica.
Al observar los cambios entre periodos climáticos, se nota que se presentó mayor
conductividad y más sólidos disueltos en el periodo seco, como consecuencia de
la evaporación y consecuente concentración de iones disueltos en el agua. Para el
289
segundo muestreo también ocurrió una reducción de la DBO5 por los menores apor-
tes de materia orgánica por escorrentía. Otro tanto se observó con la transparencia,
la cual tendió a reducirse en el segundo muestreo, posiblemente por una mayor con-
centración de algas planctónicas que redujeron la penetración de la luz. Es impor-
tante señalar que en Guaymaral no se midió la transparencia debido a la inexistencia
de un espejo de agua claramente definido.
La relación N:P muestra que todos los sistemas (a excepción de Tibanica y Juan Ama-
rillo en la época lluviosa) estuvieron limitados por nitrógeno. Dicha limitación es
extrema en Meridor, Jaboque y Santa María del Lago. Solo Guaymaral presentó en
los periodos un balance de estos nutrientes más cercano al ideal (16). La no limita-
ción por nitrógeno en Tibanica y Juan Amarillo en el periodo de lluvias podría indi-
car que en ese momento hubo una mayor nitrificación (formación de amonio) por
las condiciones de bajo oxígeno que se presentaron en esos ecosistemas en el mues-
treo de noviembre del 2007.
Tabla 4.3.2. Variables físicas y químicas medidas en los humedales estudiados en el periodo lluvioso
(noviembre del 2007-M1) y en la época seca (febrero del 2008-M2). En Guaymaral, la transpa-
rencia no se midió (NM) por la inexistencia de un espejo de agua; en Juan Amarillo, los cloruros
tampoco se midieron en el primer muestreo
SANTA JUAN
GUAYMARAL JABOQUE TIBANICA MERIDOR
VARIABLE MARÍA AMARILLO
M1 M2 M1 M2 M1 M2 M1 M2 M1 M2 M1 M2
Temp. agua (ºC) 16,5 15,7 20,8 22,5 17,1 19,1 17,9 18,6 20,3 16,5 18,95 20,1
Conductividad (µS cm ) -1
352 485 153,2 168,8 1210 1840 186,9 211,3 214 585 855,5 1.339
290
La comunidad fitoplanctónica
Las abundancias totales de las algas fitoplanctónicas tuvieron grandes diferencias,
tanto entre humedales como entre periodos de muestreo (figura 4.3.1). Fue notoria
la gran cantidad de microalgas en Santa María de Lago, en donde alcanzaron con-
centraciones muy elevadas, en especial en la época seca (más de cincuenta millones
de organismos por litro). En general, el periodo seco presentó mayores cantidades de
algas, muy seguramente por las mejores condiciones para su desarrollo (mayor luz,
más nutrientes que se resuspenden del fondo, aguas más tranquilas). Por otra parte,
Tibanica se destacó por las bajísimas abundancias algales (entre dos mil y diez mil
organismos por litro) y esto puede reflejar condiciones poco favorables para el desa-
rrollo del fitoplancton, tales como un exceso de macrófitas que impiden la penetra-
ción de la luz en el agua.
Figura 4.3.1. Abundancia total del fitoplancton (organismos por L) en los humedales estudiados y en las dos
épocas de muestreo (periodo lluvioso: noviembre de 2007, periodo seco: febrero de 2008)
291
cargas de materia orgánica. Por otra parte, la presencia relativamente mayor de des-
midias en Santa María del Lago indicaría que sus aguas son menos mineralizadas.
Figura 4.3.2. Porcentaje de abundancia de las divisiones de fitoplancton en los humedales estudiados en
el primer muestreo (A) y en el segundo muestreo (B). M: Meridor, T: Tibanica, J: Jaboque, SM:
Santa María del Lago, JA: Juan Amarillo, G: Guaymaral. Ll: periodo lluvioso (noviembre de
2007), S: periodo seco (febrero de 2008)
292
Figura 4.3.3. Porcentaje de abundancia de las especies de diatomeas con abundancias mayores al 10% en
los humedales estudiados, en el periodo lluvioso (noviembre de 2007)
Para el periodo seco (figura 4.3.4), las especies de Navicula perdieron representativi-
dad, mientras que Gomphonema y Nitzschia se hicieron más abundantes. En Meri-
dor, Eunotia adquirió importancia y otro tanto ocurrió con Stauroneis y Cyclotella en
Tibanica, Fragilaria en Jaboque y Achnanthes en Santa María del Lago. En general,
hubo una gran variabilidad de los taxones de diatomeas, tanto entre humedales como
entre temporadas climáticas. Muchos de estos géneros se consideran indicadores de
estados meso a eutróficos (Muscio, 2002; Lane y Brown, 2007), característica acorde
con las condiciones generales de los humedales estudiados.
La comunidad de macroinvertebrados
En la figura 4.3.5 se aprecian las diferencias en abundancia y composición de la fauna
de macroinvertebrados en los humedales estudiados. El hecho más notorio es la gran
293
Figura 4.3.4. Porcentaje de abundancia de las especies de diatomeas con abundancias mayores al
10% en los humedales estudiados, en el periodo seco (febrero de 2008)
Los grupos más representativos en todos los humedales fueron los dípteros (quironó-
midos y culícidos), seguidos por los anélidos (sanguijuelas y tubifícidos). En Meri-
dor fueron importantes también los moluscos bivalvos, los gusanos gordioideos, los
ácaros y los hemípteros; algunos de estos grupos (ácaros y bivalvos) prosperan bien
en aguas con menor grado de contaminación (Pennak, 1978; Timm, Möls y Timm,
2006). En los humedales que se supone están más contaminados (Juan Amarillo y
Guaymaral), las planarias tuvieron una representación importante.
294
Figura 4.3.5. Abundancia de los macroinvertebrados en los humedales estudiados en el primer muestreo
(A) y en el segundo muestreo (B). M: Meridor, T: Tibanica, J: Jaboque, SM: Santa María del Lago,
JA: Juan Amarillo, G: Guaymaral. Ll: periodo lluvioso (noviembre de 2007), S: periodo seco
(febrero de 2008)
La comunidad de macrófitas
Como puede observarse en la tabla 4.3.3, muchas de las especies de plantas acuáti-
cas son comunes a la mayoría de los humedales estudiados. Tal es el caso de las lente-
jas de agua, el botoncillo, la sombrilla de agua, la hierba mora, el barbasco, la lengua
de vaca, el pasto kikuyo, la enea y el junco nativo. Otras tienen una distribución más
restringida que podría indicar cierta preferencia por aguas más o menos contami-
nadas. Es así como el botoncillo (Bidens laevis), el junco (Juncus effusus) y el jacinto
de agua (Eichhornia crassipes) parecen prosperar mejor en los humedales con mayor
carga orgánica, mientras que especies como el helecho acuático (Azolla filiculoides),
la hierba rejo (Ludwigia peploides) y el buchón cucharita (Limnobium laevigatum) son
más abundantes en los sistemas menos contaminados.
Algunas de las especies de la tabla 4.3.3 no son exclusivamente acuáticas, sino que
son capaces de soportar suelos saturados, pero pueden estar también en ambientes
secos. Estas plantas (hierba mora, chilco, senecio, cerraja, vira vira, trébol, diente de
león y pastos, en general) pueden ser independientes del agua, por lo que se ubican
preferentemente en la zona supralitoral de los humedales.
En cuanto a las macrófitas, se puede resumir diciendo que Meridor fue el humedal más
rico en especies, con predominancia del helecho Azolla, la lenteja de agua Spirodela y
la sombrilla de agua Hydrocotyle. En Tibanica dominó el junco nativo Schoenoplectus.
295
Tabla 4.3.3. Frecuencia de aparición de las especies de macrófitas de los humedales estudiados. Los datos
corresponden al promedio de los dos muestreos (época lluviosa y época seca)
296
Tabla 4.3.3. Frecuencia de aparición de las especies de macrófitas de los humedales estudiados. Los datos
corresponden al promedio de los dos muestreos (época lluviosa y época seca) (continuación)
297
Tabla 4.3.4. Índices bióticos (IB) de las comunidades estudiadas en los humedales de Bogotá. Los datos
corresponden a los muestreos de la época lluviosa (Ll) y de la temporada seca (S)
Igualmente, se hicieron gráficas de las regresiones entre los IB y los IP, utilizando la
ecuación logarítmica del tipo Y = a log (X) + b, pues fue la que produjo los coefi-
cientes de correlación más elevados. Los resultados se presentan en la figura 4.3.7.
Es notable el buen ajuste de las ecuaciones del IB del fitoplancton (r: 0,96; R2:
0,92), del IB de las diatomeas (r: 0,93; R2: 0,87) y del IB promedio (r: 0,97; R2:
0,95). La ecuación del IB de los macroinvertebrados tuvo un mal ajuste (r: 0,49;
R2: 0,24), y la del IB de las macrófitas fue moderado (r: 0,76; R2: 0,58). De lo ante-
rior se colige que en el Icol se debe quitar peso a la comunidad de macroinverte-
brados, porque es la que menos explicación y aporte hace a la valoración del estado
ecológico de los humedales, al menos con el método empleado en este estudio. Esto
es apenas lógico si se tiene en cuenta que, de las cuatro comunidades evaluadas, los
invertebrados acuáticos son los que reciben de manera menos directa las variaciones
en la calidad fisicoquímica del agua, dado que sus efectos llegan atenuados hasta estos
298
Figura 4.3.6. Gráfica de cajas y bigotes de los índices bióticos (IB) de las distintas comunidades. El ancho
de la caja representa la distancia entre el primer y el tercer cuartil, la línea interior la mediana
y la barra vertical los valores máximos y mínimos de la varianza. Los puntos por fuera de la caja
corresponden a posibles valores atípicos
Tabla 4.3.5. Correlaciones entre los IB de las comunidades y los IP de las variables físicas y químicas en los
humedales de Bogotá. Se incluyen los coeficientes de explicación de la correlación (R2) y
los valores de probabilidad (p)
Coeficiente R2
0,672 0,629 0,232 0,478 0,774
En la tabla 4.3.6 se pueden ver las escalas propuestas para los IB y para el Icol, com-
putado este último como la suma ponderada de los IB transformados a porcentaje y
restados a 100. En esta tabla también se incluye la interpretación para cada una de
las categorías establecidas.
299
Figura 4.3.7. Regresiones entre los índices bióticos (IB) de las distintas comunidades y los índices de
polución (IP) de las variables físicas y químicas. Se incluyen las ecuaciones resultantes
de las regresiones
300
Amarillo y Santa María (figura 4.3.8 y tabla 4.3.7). El IB del fitoplancton, así como
el Icol, señalaron mejor los cambios entre humedales y entre épocas climáticas. Sobre
este último aspecto, se observa que en todos los casos (a excepción de Santa María),
el estado limnológico mejoró en el segundo muestreo (época seca), posiblemente por
un menor aporte de nutrientes y materia orgánica que dejan de llegar a través de la
escorrentía y de las conexiones de aguas residuales.
Tabla 4.3.6. Escalas de interpretación propuestas para los IB de las comunidades biológicas y para el Icol
de los humedales de Bogotá
4.3.4. Discusión
Muchos de los organismos identificados en este estudio se han descrito como indi-
cadores de condiciones eutróficas o sapróbicas, como las euglenofitas y cianobacte-
rias fitoplanctónicas (Reynolds, 2006), las diatomeas pennadas de perifiton (Muscio,
2002; Lane y Brown, 2007), los dípteros, anélidos y platelmintos de los macroinver-
tebrados (Roldán, 2003), y el botoncillo, el junco común y el jacinto de agua de las
macrófitas (Cronk y Fennessys, 2001). Por lo tanto, los resultados del Icol son con-
sistentes con la bioindicación obtenida a partir de estos organismos. Sin embargo, no
todas las comunidades responden de manera similar a las modificaciones ambienta-
les. Algunos organismos son más sensibles a los cambios fisicoquímicos (p. ej., el fito-
plancton y el perifiton) y su abundancia puede variar rápidamente con el tiempo, lo
que hace de ellos buenos indicadores de alteraciones a corto plazo. Otras comunidades
son más permanentes (p. ej., macroinvertebrados y macrófitas), por lo cual indican
301
Figura 4.3.8. Índices bióticos (IB) de las distintas comunidades expresados en porcentaje, e índice de
condiciones limnológicas (Icol) para los humedales de Bogotá. Ll: periodo lluvioso (noviem-
bre de 2007), S: periodo seco (febrero de 2008)
las fluctuaciones a medio plazo. El Icol tiene en cuenta estas dos sensibilidades, aun-
que la estrategia de ponderación permite darles importancias diferentes. Por ejem-
plo, la comunidad de macroinvertebrados tuvo el peso más bajo en el Icol, porque
la explicación y la contribución de estos organismos en la evaluación del estado eco-
lógico de los humedales mostró menor representatividad. Esto es razonable, porque
las variaciones en la química del agua (con excepción del pH y del oxígeno disuelto)
impactan a los invertebrados acuáticos de manera menos directa (Thorp y Covich,
2001). Otras comunidades, tales como las algas y las macrófitas, se ven muy afecta-
das por las variables físicas y químicas. Los cambios en la calidad del agua pueden lle-
gar indirectamente a los invertebrados a través de estas comunidades, debido a que
les proporcionan alimento y hábitat.
302
Tabla 4.3.7. Estado ecológico de los humedales de Bogotá con base en el Icol. Ll: periodo lluvioso (noviem-
bre de 2007), S: periodo seco (febrero de 2008)
El IP se calculó utilizando los criterios físicos y químicos del agua apta para el con-
sumo humano, debido a que estos criterios son más exigentes que los requeridos para
la preservación de la flora y la fauna en la legislación colombiana. Los parámetros
empleados en Colombia para la preservación de la biota se refieren, principalmente,
a metales pesados y pesticidas y no a las condiciones limnológicas. Simões, Moreira,
Bisinoti, Gimenez y Yabe (2008) emplearon las variables físicas y químicas más rela-
cionadas con el funcionamiento ecológico de los sistemas acuáticos, lo cual tiene más
lógica desde el punto de vista ecológico.
303
La baja puntuación en el Icol de Santa María del Lago es notable, pues se había
establecido a priori como uno de los humedales mejor conservados, debido a las
intervenciones positivas que han ocurrido allí, que incluyen la eliminación de aguas
residuales y la limpieza periódica de grandes masas de macrófitas para mantener un
espejo de agua suficientemente amplio (Van der Hammen et al., 2008). Incluso,
obtuvo una mejor calificación en el trabajo presentado en el capítulo 4.2 de este
304
libro. Sin embargo, este humedal es el más “urbano”, en el sentido de que está situado
dentro de la ciudad, por lo que sus comunidades acuáticas han sido aisladas de las
áreas más naturales. Algunos estudios como los de Pinilla y Guillot (1994) y Ramos-
Jiliberto, Oyadel, Vega-Retter y Valdovinos (2009) indican que el aislamiento de la
masa de agua es uno de los factores más decisivos en la composición del fitoplanc-
ton. Este aislamiento podría explicar, en parte, el bajo Icol de este humedal. Además,
los anteriores niveles de contaminación en este ecosistema han llevado a la acumu-
lación de muchos nutrientes y materia orgánica que no han sido procesados o asi-
milados, debido a su aislamiento total dentro de la ciudad. El aislamiento evita que
haya corrientes que laven el material acumulado e impide la renovación del agua en
el sistema. El Icol permitirá en el futuro hacer seguimiento a las condiciones de este
humedal para ver su evolución en el tiempo.
Como era de esperar, Meridor tuvo una buena calificación por su entorno rural, con
baja contaminación y baja perturbación humana, condiciones similares a las encon-
tradas por Vásquez et al. (2006). Guaymaral mostró una calificación semejante, lo
que hace pensar que este humedal se podría recuperar con relativa facilidad mediante
la mejora de las conexiones con los arroyos de las colinas orientales cercanas, que le
traerían aguas limpias al sistema. Jaboque (un humedal que ha experimentado algu-
nas acciones de recuperación por la Empresa de Acueducto de Bogotá, Van der Ham-
men et al., 2008) también exhibió condiciones limnológicas aceptables, y esto podría
indicar que los esfuerzos de mejora realizados en este ecosistema han sido beneficio-
sos. Tibanica fue el humedal que obtuvo la puntuación más baja, indicativo de que
su salud ecológica era muy precaria al momento del estudio. Los IB del fitoplancton
y de los macroinvertebrados denotan que este humedal tuvo condiciones limnológi-
cas regulares, y los IB de las diatomeas y de las macrófitas correspondieron a los de un
sistema con malas condiciones limnológicas. El mal estado de este humedal ya había
sido reportado por Van der Hammen et al. (2008). Habrá que seguir de cerca este
cuerpo de agua para evaluar su funcionamiento y conservación en el futuro.
4.3.5. Conclusiones
305
biológicos y del Icol parece una buena aproximación al estudio de la salud ecoló-
gica de los humedales y podría extenderse a otro tipo de ambientes acuáticos. De
esta manera, los índices propuestos constituyen una herramienta de gestión de estos
ecosistemas a mediano y largo plazo. Sin embargo, para optimizar y afinar las ecua-
ciones halladas, se requiere profundizar en temas tales como una determinación taxo-
nómica más detallada de los distintos grupos de organismos valorados, la inclusión
de más humedales tanto de la ciudad como de otras regiones de la Sabana y la explo-
ración del papel indicador de otros taxones no considerados en este trabajo, tales
como aves, reptiles (anuros, serpientes, lagartijas) y mamíferos. Alternativamente, se
podrían emplear características funcionales de los organismos (morfología, formas de
vida, tipos de reproducción predominantes, rasgos tróficos, etc.) para reducir la nece-
sidad de un trabajo taxonómico muy detallado. Igualmente, en el futuro sería apro-
piado incluir el análisis de la escala de respuesta de las comunidades a los diferentes
tensores que deterioran la estructura y el funcionamiento de los humedales.
4.3.6. Agradecimientos
Este trabajo fue financiado por la Dirección de Investigación sede Bogotá (DIB) de la
Vicerrectoría Académica de la Universidad Nacional de Colombia (código DIB: 6048).
Agradezco a los biólogos Manuela Venegas, Sandra Rojas, Denisse Castro, Andrés
Malagón y Óscar Jiménez, quienes participaron directamente en el proyecto, tanto en
la fase de campo como en el laboratorio. También manifiesto mi gratitud con el Depar-
tamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia por los recursos y el
tiempo asignados, sin los cuales no hubiese culminado satisfactoriamente este estudio.
306
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