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Recurso hídrico

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En los últimos años la humanidad se ha concienciado de la necesidad imperativa de preservar


los recursos hídricos, evitando desperdicios y sobre todo evitando la contaminación de los
mismos. Se está muy lejos todavía de alcanzar un uso racional de estos recursos naturales que
si bien son, en parte, renovables, se corre el peligro de que el incremento de su uso y la
contaminación superen la capacidad auto regeneradora de los mismos.

EL AGUA es esencial para la supervivencia y el bienestar humanos, y es importante para muchos


sectores de la economía. Los recursos hídricos se encuentran repartidos de manera desigual en
el espacio y el tiempo, y sometidos a presión debido a las actividades humanas.
¿Cómo satisfacer una demanda en constante aumento?

Resumen del 2º Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en
el mundo: El agua, una responsabilidad compartida

La distribución del agua dulce disponible para el consumo humano es muy variable de región a
región. En el extremo más crítico, en algunas partes del Medio Oriente, las disponibilidades
están en torno a 136 litros por habitante y por día. En el otro extremo, en zonas húmedas y poco
pobladas la disponibilidad supera los 274 m3 por habitante y por día.12

Definición y terminología[editar]

Los recursos hídricos son definidos por la UNESCO, como:

Recursos disponibles o potencialmente disponibles, en cantidad y calidad suficientes, en un


lugar y en un período de tiempo apropiados para satisfacer una demanda identificable.

Glosario Hidrológico Internacional de la UNESCO [1]

Los recursos hídricos se constituyen en uno de los temas naturales renovables más importante
para la raza humana. Tanto es así que las recientes investigaciones del Planeta Saturno se dirigen
a buscar vestigios de agua en éste y en otros planetas y lunas, como indicador de la posible
existencia de vida en ellos.

La correcta gestión de los recursos hídricos ha dado pie a un sinnúmero de investigaciones en


las más diversas áreas, como:

la física, tratando de explicar en profundidad el ciclo del agua;

la química, preocupada con los parámetros de calidad;

la geografía, describiendo la disponibilidad espacial;

la hidrología, determinando su disponibilidad temporal;

la hidráulica, estudiando el comportamiento físico del agua, que no tiene nada de simple, a pesar
de que así parezca, no en vano, a Leonardo Da Vinci se atribuye la sentencia, "Cuando tengas a
queacer con el agua, consulta primero la experiencia y luego la razón"...

la ingeniería, intentando modificar y adaptar la disponibilidad espacial y temporal en función de


las necesidades humanas con vistas a su desarrollo, y tratando de conseguir el mayor provecho;

la ecología, preocupada en preservar los ecosistemas frágiles, casi siempre relacionados a la


presencia o ausencia del agua;

la administración pública, normando el uso para el bien común;

la investigación operacional, compatibilizando usos conflictivos entre sí;

el derecho, estableciendo y afinando normas y convenios internacionales para el uso del agua
en cuencas hidrogáficas compartidas por dos o más países;

la defensa civil, preocupada en el control de eventos catastróficos, muy frecuentemente ligados


al agua, cuando hay en exceso, o cuando esta escasea.

Distribución del agua en la Tierra[editar]

Del total del agua existente en la Tierra, según las estimaciones actuales, (2009)
aproximadamente el 97.5% se encuentra en los mares y océanos,nota 1 se trata por lo tanto de
agua salada, cuyos usos, sin un delicado y costoso tratamiento, son limitados.

El agua dulce disponible es, por lo tanto, de tan solo 2.5%. De éste 2.5%, el 68.7% se encuentra
en los glaciares, principalmente en los casquetes polares, pero también en las altas cumbres
nevadasnota 2. Otra parte importante de las reservas de "agua dulce", 30.1%, se encuentra
en acuíferos subterráneos. El 0.8% se encuentra en el permafrost, el restante 0.4% se encuentra
en aguas superficiales y en la atmósfera.

El 0.4% de agua dulce disponible en las aguas superficiales y en la atmósfera se divide de la


siguiente forma:

67.4% se encuentra en lagos;

12.2% en el suelo bajo forma de humedad;

9.5% en la atmósfera;

8.5% en humedales;nota 3
1.6% en ríos;

0.8% en plantas y animales.

Formas de aumentar la disponibilidad de agua dulce[editar]

Satisfacer una demanda de agua continua y cada vez mayor requiere esfuerzos para compensar
la variabilidad natural y mejorar la calidad y la cantidad del agua disponible.

Captación de agua de lluvia[editar]

La captación del agua de lluvia es una práctica que se conoce y aplica desde hace milenios, en
muchas partes del mundo. Actualmente se utiliza, por ejemplo en Asia, para recargar los
acuíferos sobreexplotados.

En algunos lugares, como por ejemplo en zonas con aguas contaminadas ya sea por causas
naturales o por actividades mineras, como en el Altiplano boliviano, deben recurrir a la captación
de aguas de lluvia para disponer de un agua de calidad aceptable para la ingesta humana.

Recarga de acuíferos[editar]

Los acuíferos sobre explotados hacen que las instalaciones que se basan en su aprovechamiento,
como pozos, estaciones de bombeo y otras estructuras costosas corren el peligro de quedar
fuera de servicio prematuramente. En estos casos las inversiones destinadas a recargar los
acuíferos pueden ser muy convenientes desde el punto de vista económico. La recarga de
acuíferos en zonas costera puede contener la intrusión salina.

El agua para la recarga de los acuíferos puede ser de origen pluvial, almacenando el agua de
lluvia en depresiones en suelos con alta permeabilidad; puede ser de origen superficial,
aprovechando exceso de agua que se produce durante las avenidas; e incluso puede utilizarse
aguas servidas, después de un adecuado tratamiento, considerando que la filtración a través de
un suelo no saturado se comporta como un filtro aróbico.

Reconducir las aguas superficiales bajo tierra puede ayudar a reducir las pérdidas por
evaporación, compensar las variaciones en el caudal, y, en muchos casos, mejorar la calidad del
agua. nota 4 Algunas regiones de Oriente Medio y del Mediterráneo aplican esta estrategia.
Embalses[editar]

Las represas y los embalses se construyen para almacenar agua diversos usos
como riego y abastecimiento de agua potable. Además, las presas pueden proporcionar
electricidad y ayudar a controlar las inundaciones, aunque también pueden tener impactos
sociales y medioambientales no deseados.

Los embalses, al igual que los acuíferos, funcionan regularizando los caudales naturales,
almacenando agua en los períodos de abundancia para ser usados en los meses cuando hay
menores aflujos naturales.

Trasvase de cuencas[editar]

El trasvase de agua entre cuencas fluviales también puede ayudar a mitigar los problemas
de escasez de agua. China, por ejemplo, dispone ya de grandes conexiones entre cuencas, y
planea realizar más. Otro ejemplo lo tenemos en la costa peruana desértica, donde se han
implementado varios proyectos de riego utilizando agua precipitada en el versaste oriental de
los Andes Se debe vigilar estrechamente el impacto humano y medioambiental de estos
proyectos.

Reutilización de aguas servidas[editar]

En muchos países, especialmente en Oriente Medio, se están reutilizando las aguas


residuales para diferentes propósitos, y se espera que esta práctica se popularice. A escala
mundial, el agua no potable se utiliza para el riego y la refrigeración industrial. Las ciudades
también están recurriendo a la reutilización de agua para completar el abastecimiento de agua
potable, aprovechando los avances en el tratamiento de las aguas.

Dependiendo de el uso que se le piense dar a las aguas servidas deberán


considerarse tratamientos previos.

Desalinización de aguas saladas o salobres[editar]

El agua desalada (agua de mar o salobre transformada en agua dulce) se usa en las ciudades y
en la industria, especialmente en Oriente Medio. El coste de esta técnica ha disminuido
notablemente, pero depende mucho de la energía producida a partir de combustibles fósiles y,
por tanto, plantea la cuestión de la gestión de los residuos y del cambio climático.

Uso consuntivo del agua[editar]

Es el uso del agua que no se devuelve en forma inmediata al ciclo del agua. Por ejemplo,
el riego es un uso consuntivo, mientras que la generación de energía eléctricamediante el
turbinado del agua de un río, si la descarga es en el mismo río no es un uso consuntivo.

En agricultura, el uso consuntivo es el agua que se evapora del suelo, el agua que transpiran las
plantas y el agua que constituye el tejido de las plantas. Es la cantidad de agua que debe aplicarse
a un cultivo para que económicamente sea rentable, se expresa en mm/día.

Como ejemplo de uso no consuntivo puede considerarse la generación de energía eléctrica en


las centrales hidroeléctricas. En efecto la central hidroeléctrica, para generar electricidad no
consume el agua, simplemente la traslada de una cota más elevada a una cota menor,
transformando la energía potencial en energía cinética, y a ésta en energía eléctrica.

Actividades humanas que pueden afectar los recursos hídricos[editar]


Las actividades humanas pueden afectar gravemente los recursos hídricos. Las principales son a
través de: la contaminación; la sobre explotación; el cambio climático; el crecimiento urbano y
cambios en el paisaje como la deforestación.

La contaminación tiene muchas formas de dañar los recursos hídricos. Actividades mal
gestionadas como la agricultura, puede:

Contaminar las aguas superficiales y subterráneas con excesos de abonos y pesticidas;

Inducir un incremento de la erosión que finalmente llega a los ríos y lagos reduciendo la
capacidad de los mismos para transportar y almacenar agua;

La construcción inadecuada de carreteras puede también ocasionar derrumbes que perjudican


los cursos naturales de agua, incrementando la sedimentación nota 5 de los mismos.

La descarga de aguas servidas, sin el tratamiento adecuado contamina ríos, arroyos, lagos y las
aguas subterráneas limitando severamente su uso posterior.

La contaminación puede dañar los recursos hídricos y los ecosistemas acuáticos. Los principales
contaminantes son, por ejemplo, la materia orgánica y los organismos patógenos contenidos en
las aguas residuales, los fertilizantes y pesticidas procedentes de las tierras agrícolas, la lluvia
ácida provocada por la contaminación del aire, y los metales pesados liberados por las
actividades mineras e industriales.

La sobre explotación de los recursos hídricos, tanto superficial como subterránea, ha tenido
efectos catastróficos en varios lugares de la Tierra. Como ejemplos basta recordar la drástica
reducción del Mar de Aral y del Lago Chad.

La sobre explotación de las aguas subterráneas no es tan evidente como la de los lagos y los ríos.
Hay menos pruebas visuales y los efectos de la extracción excesiva de agua subterránea tardan
más en ser apreciables. Durante la segunda mitad del siglo pasado, el bombeo de los acuíferos
aumentó a nivel mundial. Sin embargo, a menudo los beneficios (mayores cosechas, por
ejemplo) son efímeros y terminan traduciéndose en una disminución del nivel de los acuíferos,
en la perforación de pozos más profundos y a veces incluso en el agotamiento de la fuente de
agua subterránea.

En las últimas décadas se ha extraído mucha más agua de fuentes subterráneas que en el
pasado, sin tener en cuenta la capacidad de recarga de estos acuíferos. Los beneficios de la
extracción de aguas subterráneas suelen ser efímeros, mientras que las consecuencias negativas
(reducción de los niveles de agua y agotamiento de los recursos, por ejemplo) pueden ser
permanentes o tener una duración muy larga en el tiempo.

La sobre explotación de los recursos hídricos es sumamente peligrosa, sobre todo cuando se
trata de aguas subterráneas, porque utiliza una parte no renovable de los mismos.

Se está haciendo muy poco para atajar las causas del problema, a pesar de que es conocido
desde hace bastante tiempo y existen los medios técnicos para prever estas situaciones y en la
mayoría de las veces también existe la posibilidad de revertir las situaciones desastrosas, si bien
que son intervenciones que tienen costos elevados.

El cambio climático, independientemente de considerarse de carácter andrógeno o no, parece


aumentar las presiones existentes sobre los recursos hídricos, por ejemplo en las zonas que ya
sufren escasez de agua. Los glaciares terrestres y de montaña están retrocediendo más
rápidamente en los últimos años. Los fenómenos meteorológicos extremos derivados
del calentamiento global, como las tormentas e inundaciones, se volverán probablemente más
frecuentes y graves. Sin embargo, basándose en los conocimientos actuales, los científicos sólo
pueden hacer predicciones generales sobre el impacto del cambio climático sobre los recursos
hídricos.nota 6

Referencias[editar]

↑ Saltar a:a b c Resumen del 2º Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los
recursos hídricos en el mundo: El agua, una responsabilidad compartida. 2009

Volver arriba↑ Revisión de estadísticas nacionales sobre recursos hídricos

Notas[editar]

Volver arriba↑ Los porcentajes aquí presentados se originan del informe: "Resumen del 2º
Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo: El agua,
una responsabilidad compartida" y se trata de una de las estimaciones más serias de que se
dispone en la actualidad. Estos valores son extremadamente difíciles de evaluar, y no son
constantes en el tiempo, en efecto el derretimiento de los casquetes polares y de los nevados
en altas cotas esta alterando estos valores.

Volver arriba↑ Los glaciares almacenan agua en forma de nieve y hielo, alimentando los arroyos
locales con el agua que liberan en mayor o menor cantidad dependiendo de la estación. Sin
embargo, debido al cambio climático, muchos de ellos están retrocediendo.

Volver arriba↑ Los humedales (como los pantanos, turberas, ciénagas y lagunas), cubren el 6%
de la superficie terrestre emergida y desempeñan un papel fundamental para los ecosistemas
locales y los recursos hídricos.

Volver arriba↑ En algunas regiones de la Tierra, como por ejemplo en algunas áreas
del Altiplano boliviano, el suelo contiene sustancias minerales que contaminan el agua
subterránea. En estos casos el agua de lluvia debe ser almacenada en aljibes.

Volver arriba↑ Los sedimentos pueden aparecer en los cuerpos de agua de forma natural, pero
también se generan en grandes cantidades como resultado de actividades agrícolas o cambios
en el uso de la tierra.
Actividades como la agricultura, el desmonte, la construcción de carreteras y la minería pueden
provocar una acumulación excesiva de tierra y partículas en suspensión en los ríos. Estos
sedimentos pueden dañar a las plantas y los animales al introducir en el agua sustancias
químicas tóxicas, asfixiar a los huevos de los peces y a los pequeños organismos que sirven de
alimento a los peces, aumentar la temperatura del agua y reducir la cantidad de luz solar que
penetra en ella.
Los sedimentos también pueden reducir la capacidad de los embalses y dificultar la navegación
interior. Además, pueden dañar los equipos de las instalaciones de suministro de agua y las
plantas hidroeléctricas aumentando sus costes de mantenimiento.1

Volver arriba↑ Uno de los recursos hídricos claramente afectado por el cambio climático son
los glaciares. Los científicos llevan tiempo observando que los glaciares terrestres y de montaña
están retrocediendo, tendencia que se ha acelerado considerablemente en los últimos años. Por
ejemplo, se prevé que hacia 2100 la mayoría de los glaciares del Tíbet podrían haberse derretido.
Y si en un principio se pensó que el agua liberada podría beneficiar a las zonas áridas del norte
y del oeste de China, parece ser que la escorrentía adicional se evapora antes de llegar a los
agricultores afectados por la sequía río abajo.1

Véase también[editar]

Aguas grises

Aguas residuales

Aguas subterráneas

Aguas superficiales

Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo

Ciclo hidrológico

Contaminación hídrica

Cuenca hidrográfica

Definiciones usuales en hidrología

Hidrología

Hidrosfera

Purificación de agua contaminada

Bibliografía[editar]

(en portugués) Engenharia de Recursos Hídricos. Ray K.Linsley & Joseph B. Franzini. Editora dá
Universidade de Säo Paulo e Editora McGraw-Hill do Brasil, Ltda. 1978. 798 p.

Barceló, D. Aguas continentales. Gestión de recursos hídricos, tratamiento y calidad del agua.
CSIC. Madrid. 2008. [2]

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