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CICLO :x
TRABAJO : LA SUPREMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA Y LA
TÉCNICA CONSTITUCIONAL
INTEGRANTES:
OBREGON SILVERIO LUIS JUVER
ROBLES HUARAC EDIBELTON
URBANO GARCIA ALEX
CONTENIDO
1. INTRODUCCION…………………………………………………………………3
2. PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACION………………………………….4
2.1 Objetivos de la investigación……………………………………………………...5
2.2 objetivos generales………………………………………………………………...5
2.3. Objetivos específicos……………………………………………………………..5
2.4 Justificación de la investigación …………………………………………………5
3. MARCO TEORICO CONCEPTUAL…………………………………………….6
3.1.1. Antecedentes de la supremacía constitucional…………………………………6
.
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de investigación, fue elaborado con la intención de aportar una idea
más precisa acerca del concepto de “Supremacía constitucional” que en la actualidad
enviste a nuestra Constitución de superioridad respecto a Leyes, Tratados
Internacionales y demás ordenamientos que le dan cuerpo al sistema jurídico peruano,
tema que por su naturaleza es difícil de abordar.
La finalidad del presente trabajo es demostrar que con una reforma constitucional que
deje en claro la interpretación del texto legal del articulo 133 la Suprema Corte e Jicia
de la Nación deje de emitir criterios que resultan volubles ante la constante de que son
criterios que en los últimos tiempos han sufrido cambios tan drásticos respecto a sus
consideraciones y que evidentemente ponen en riesgo la estabilidad del sistema
normativo mexicano, generando controversias constitucionales derivadas de la
interpretación de la carta magna.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
JUSTIFICACIÓN
En la antigua Grecia, existió la Graphe Paranomon, en tiempos de Pericles, que era una
“acción criminal por inconstitucionalidad y que vino a poner la ley por encima de los
caprichos populares y de las luchas civiles, autorizando a todo ciudadano, para actuar
en su defensa como acusador y aplicando sanciones capitales como garante de su
soberanía”. Así “todo ciudadano ateniense estaba autorizado para salir en defensa de
las leyes, per- siguiendo al autor de una moción ilegal, inclusive el presidente de la
Eclesia que hubiera rehusado ponerla en votación. El acusado debía formular su
querella por escrito, indicando la ley que consideraba quebrantada. Po- día enunciar su
propósito, bajo la fe de juramento en la Asamblea del pueblo, antes o después de que
votare las disposiciones que él consideraba ilegales” ( Glotz citado por Linares
Quintana, Segundo V. citado por Fajardo H., Ángel, 1992 : 330). Los Tribunos
romanos podían vetar las leyes del Senado y ejercer cierto derecho de asilo, contra los
actos ilegales del patriciado romano. Pero una de las instituciones más importantes
es la Justicia Mayor de Aragón (Cfr. Fajardo, Op.cit: 330). “Según el parecer de A.
Jor- ge Alvarado, el Justicia es de origen musulmán, pues, un funcionario de esta
índole, o semejante, ya se encontraba instituido en los tiempos del gran Califato de
Córdova, y aún persistió cuando desmembraba la gran construcción de las Omeyas,
surgieron los Reinos de taifas. Sea cual fuere su origen, es lo cierto en que el siglo
XIII es cuando aparece este funciona- rio en Aragón. En realidad, el Justicia era
inamovible, y podía tomar bajo su amparo los ciudadanos violentados. El último
Justicia ejerció su autoridad hasta el 27 de 1707.” (Ibidem: 330-331).
SUPREMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN
Así mismo a este valioso instituto le debemos la coexistencia pacífica de los ciudadanos
y la difusión de valores culturales, que nos encaminan hacia una vida mejor.
Sin exagerar, podemos afirmar con plena convicción, que los países que respetan sus
normas constitucionales, dándolas el rol de directrices de sus respectivos ordenamientos
jurídicos, desarrollan tanto material como culturalmente; en tanto que los países que
pisotean sus constituciones, no pueden salir del subdesarrollo, la anomia y la pobreza
generalizada.
TIPOS DE SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL
Lógico- deductiva: Este tipo de supremacía expone las leyes a modos y formas de
razonamiento humano conforme a las reglas de la lógica y de la razón, partiendo de
principios universales para su ejecución.
1. Supremacía material
2. Supremacía formal
De ahí que acertadamente Maurice Duverger nos afirma que “La supremacía de la
Constitución escrita es, en el hecho el instrumento jurídico de la limitación de los
gobernantes. Ella significa, en efecto, que todos deben obedecer a sus disposiciones sin
poderlas modificarlas. Hamilton, lo recuerda el profesor Linares Quintana , explica
elocuentemente este principio de la Supremacía Constitucional, en El Federalista
conceptuando que “ningún acto legislativo contrario a la Constitución puede ser
válido” porque si así no fuere, equivaldría a afirmar que el mandatario es superior al
mandante, que el representante del pueblo es superior al pueblo mismo, que el servidor
es más que su amo; el acto de una autoridad delegada nunca puede ser contrario a los
términos del mandato con arreglo al cual se ejerce, así pues “Una Constitución es de
hecho una ley fundamental y así debe ser considerada por los jueces”.
LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL EN LA GOBERNABILIDAD
DEMOCRÁTICA.
El Control Constitucional que significa defender y proteger las normas
constitucionales, ante el incumplimiento o violación, implica defender el Estado Social
y Democrático de Derecho, vale decir, la justicia social, los derechos humanos, la paz,
la libertad, el progreso, el orden, la seguridad jurídica y ciudadana, todos los cuales
constituyen el núcleo duro de la Constitución o la Constitución de la Constitución. Por
eso, la defensa de la Constitución es una tarea de todos. Muy bien dice el maestro
alemán Peter Haberle que “En una democracia cívica pluralista, todos los ciudadanos
son “guardianes” de la Constitución. Lo que las antiguas teorías del Estado concedían
solamente como privilegio y predicado a un presidente, o las más recientes, al tribunal
constitucional, ya no resulta ser, desde la perspectiva de la teoría constitucional de la
actual etapa evolutiva, el monopolio de un solo poder o persona, sino asunto de todos:
todos los ciudadanos y grupos, que por ejemplo interponen recursos constitucionales,
todos los órganos estatales, que están sujetos a la Constitución, tienen que “defender” a
la Constitución en el marco de sus competencias, y no sólo eso sino también continuar
desarrollándola” . Y configurando su pensamiento al referirse a los procesos
constitucionales, dice que “si bien los instrumentos jurídicos son importantes
solamente son eficaces cuando todos poseen una “voluntad de Constitución”
Históricamente, a lo largo de la historia republicana, la constitución ha sido agredida,
violentada o incumplida de muchas formas, desde el golpe de Estado, la discriminación
social y jurídica, hasta contradecirla mediante leyes o simplemente al no cumplir el
mandato de la ley. Una burocracia política dominante, hizo escarnio de la Constitución,
prevaleciendo intereses particulares, foráneos y antinacionales. La Constitución fue
simple hoja de papel o una mera declaración lírica. El principio de la Supremacía
Constitucional fue sustituido por el principio perverso de la voluntad arbitraria y cipaya
de los grupos políticos y económicos dominantes. La Constitución como ley suprema y
fundamental, cuya finalidad es el de proteger y respetar a la persona humana y hacer
posible el bien común, históricamente poco o nada significó, y los más grandes delitos
se cometieron en su nombre. Por eso es necesario revalorizar este principio de la
Supremacía Constitucional, tomar conciencia y asumir la responsabilidad de respetar y
acatar su mandato. Es decir, gobernar bajo el imperio de la ley y no bajo el imperio de
las pasiones arbitrarias y de los intereses nefastos de la vieja y renovada plutocracia,
cuyos ideólogos nos dicen que la historia ya llegó a su fin y que las abismales
diferencias de clase son naturales y legítimas. Rescatar el principio de la Supremacía
Constitucional no es sino contribuir a la gobernabilidad democrática de una sociedad
política como la nuestra, porque los sistemas de control constitucionalidad, el orden
jerárquico de la normatividad, derivados del principio de la Supremacía Constitucional,
funcionan y son eficaces. En una vieja novela italiana, que se llama El Gatopardo, uno
de sus personajes afirmó “Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo
cambie”. Por eso quienes hicieron la Constitución del 93, para que todo cambie, no
sólo nos dieron una Constitución fraudulenta, autocrática, sino además, una
Constitución, sólo para simular un cambio social que nunca se produjo.
CONTROL CONSTITUCIONAL
Del principio de la Supremacía Constitucional que la convierte en inviolable, se deduce
que la Constitución debe ser protegida a fin de garantizar su cumplimiento ante el
riesgo permanente de que una autoridad u órgano de poder incumpla o viole la norma.
La Constitución crea sus propios medios de defensa estableciendo procedimientos e
instituciones especializadas, señalando competencias y atribuciones a los poderes
constituidos derivados como el Poder Judicial, el Poder Legislativo o el Tribunal
Constitucional. “A ese medio de defensa de la Constitución y el principio de la
supremacía constitucional se conoce con el nombre de control de constitucionalidad.”
Con la invención de la escritura, aparecen impresas las primeras leyes y, de esta manera,
se instituyó la herencia en el ejercicio del poder político. Los hijos de los gobernantes
muertos se sucedían indefinidamente en el mando, formándose verdaderas dinastías y
castas gobernantes. En aquellos tiempos, los actos de gobierno eran arbitrarios. No
tenían más límites que la propia voluntad de quienes ejercen el mando. Lentamente
fueron surgiendo derechos personales, primero para los nobles y, posteriormente
para el resto de la población. Poco a poco se avanzó en la fijación de límites al poder
omnímodo del gobernante. A finales del siglo XVIII, se dan las constituciones políticas
y, con ellas, se implanta la definitiva sujeción de los actos de gobierno a los mandatos
constitucionales.
Hoy en día es indiscutible que todo gobernante, someta sus actos a la normatividad
constitucional, de lo contrario, dichos actos serían nulos. Cualquier ciudadano podría
impugnarlos y, de no obtener resultados favorables, luchar contra tal gobierno, hasta
que cambie o hasta derrocarlo y sustituirlo por otro que sea respetuoso de la
constitucionalidad en cada uno de sus actos.
Si bien es cierto que la supremacía formal, como tal, es un concepto incompleto y casi
en extinción, sobre todo con el incremento de los llamados bloques de
constitucionalidad, es un hecho que el ámbito sustancial de la supremacía se ha visto
fortalecido, y eso, en realidad, es lo que permite que la supremacía de la Constitución
siga siendo un rasgo distintivo.
La Constitución no será suprema por su carácter de norma fundante, sino que lo será en
la medida que aloja elementos axiológicos que incidan en la vigencia y protección de
los derechos humanos, armonizados con los criterios internacionales en dicha materia.
La naturaleza dual no conlleva una negación del principio de no contradicción sino, por
el contrario, implica una dimensión real y necesaria para que los contenidos sustanciales
de la Constitución se vean garantizados a través del grado de primacía que solo la
supremacía en su forma óptima puede propiciar.
BIBLIOGRAFIA
http://constitucionalrobles.blogspot.com/2007/08/la-supremacia-constitucional.html