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AL JUZGADO DE INSTRUCCIÓN DE MADRID

QUE POR TURNO DE REPARTO CORRESPONDA

D. Luis Miguel Lorente Moreno, provisto de DNI 52766503H, en nombre y


representación en su calidad de Coordinador General de AGRUPACIÓN
REFORMISTA DE POLICÍAS (ARP), Organización Sindical con domicilio en Avda.
Costablanca 132, Entresuelo C, 03540 de Alicante, inscrita en el Registro Especial
de Asociaciones de la Dirección General de la Policía con núm. 50, y provista de CIF
G54964929; comparezco y como mejor proceda en Derecho, DIGO:

Que por medio del presente y al amparo de lo dispuesto en los arts. 259 y 265 de la
Ley de Enjuiciamiento Criminal (en adelante, LECrim), vengo a formular DENUNCIA
por los presuntos delitos, en concurso ideal del art. 77.2 CP, de prevaricación de los
funcionarios públicos y otros comportamientos injustos, alternativamente del art.
404 o 405 CP, y de malversación del art. 432.1 CP, o aquellos otros en los que puedan
incardinarse los hechos como consecuencia de la instrucción. Todo ello en relación
con la concesión, por Orden de 13 de septiembre de 2018 del Ministerio del Interior,
de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo al Jefe Provincial de Alicante,
Comisario Principal D. Alfonso CID ALGUACIL, provisto de DNI núm. 17136232.

Que la presente Denuncia se basa en los siguientes,

I.- HECHOS

PRIMERO.- De la concesión de la Cruz al Mérito Policial con distintivo color rojo.


Ley 5/1964, de 29 de abril, y Resolución de 11 de mayo 2012 de la Dirección
General de la Policía.

El Decreto de 18 de junio de 1943 que recibió fuerza de ley por la de 15 de junio de


1945 creó la Medalla al Mérito Policial en tres categorías para premiar los servicios
extraordinarios realizados por los entonces funcionarios de la Policía Gubernativa:
Medallas al Mérito Policial de Oro, Plata y Bronce.
La vigente Ley 5/1964, de 29 de abril, estableciendo la reglamentación de la Orden
del Mérito Policial, sin crear nuevas recompensas pero adaptando las existentes a
las exigencias más actuales, mantuvo las Medallas de Oro y Plata al Mérito Policial,
sustituyendo la Medalla al Mérito Policial en su categoría de Bronce por dos
recompensas: la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo o blanco. La primera, para
premiar los hechos distinguidos que impliquen acusado riesgo para quienes los
realicen; y la segunda, para premiar a quienes sobresalgan en el cumplimiento de
sus deberes o en la realización de trabajos o estudios de carácter profesional; en
todo caso, con prestigio para la Corporación o utilidad para el servicio.

El art. 4 Ley 5/1964 establece quiénes podrán ser recompensados con tales
condecoraciones, cuyas referencias han de entenderse en su equivalente a la
actualización del Cuerpo de Policía Nacional: en esencia sus miembros y
funcionarios, cualquiera que sea su categoría, y excepcionalmente las personas
ajenas a dicho Cuerpo, cuando se hagan acreedoras a ello por su decisiva
colaboración con aquellos funcionarios, practiquen actos de relevante importancia
en defensa del orden, de las personas o de la propiedad, o así resulte aconsejable
por otros importantes motivos.

Por su parte, el art. 2.2 Ley 5/1964 establece la competencia y procedimiento para
la concesión de las Cruces al Mérito Policial, tanto con distintivo rojo como blanco:

La Cruz al Mérito Policial, cualquiera que sea su distintivo, será concedida


por Orden del Ministro del Interior, a propuesta del Director General de
Seguridad, quien deberá oír previamente a la Junta de Seguridad.

Por su parte, la Resolución de 11 de mayo de 2012 de la Dirección General de la


Policía, por la que se implementan los criterios y el procedimiento a seguir para las
propuestas de ingreso en la Orden al Mérito Policial, cuya copia se acompaña como
Documento 1, actualiza el procedimiento. Su apartado Tercero establece que la
elaboración inicial de las propuestas corresponde a las Unidades de destino de los
funcionarios afectados, que son elevadas por el Jefe de la respectiva Unidad al Jefe
Superior de Policía o Secretario General competente, en un procedimiento que
contempla la intervención de los representantes de las organizaciones sindicales
policiales y del Consejo de Policía.

Preceptos que han de tener incidencia en la depuración de las posibles


responsabilidades penales que se deriven de los hechos que se describen en la
presente denuncia.

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1.1. La Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo exige que, en todo caso, el
recompensado haya sufrido un riesgo para su vida o, cuando menos, personal.

Centrando la presente Denuncia en la Medalla al Mérito Policial con distintivo rojo,


el art. 6 Ley 5/1964 establece los requisitos que han de concurrir en el interesado:

Para la concesión de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, será


necesario que concurra en los interesados cualquiera de las condiciones
siguientes:

Resultar herido en acto de servicio o con ocasión de él, sin


menoscabo del honor, ni por imprudencia, impericia o accidente.

Participar en tres o más servicios en los que, mediando agresión de


armas, concurran las circunstancias del apartado anterior, aunque
no resultara herido el funcionario.

Realizar en circunstancias de peligro para su persona, un hecho


abnegado o que ponga de manifiesto un alto valor en el funcionario,
con prestigio para la Corporación o utilidad para el servicio.

Observar una conducta que, sin llenar plenamente las condiciones


exigidas para la concesión de la Medalla al Mérito Policial, merezca
especial recompensa, en consideración a hechos distinguidos y
extraordinarios en los que haya quedado patente un riesgo o peligro
personal.

Resulta evidente que, para su concesión, la Cruz con distintivo rojo exige en el
interesado haber afrontado en acto de servicio un riesgo para la vida o cuanto
menos personal. Así lo entiende con claridad el Tribunal Supremo en la Sentencia
de su Sala 3ª, sección 7ª, de 25 de junio de 2007, rec. 58/2004 [IdCendoj:
28079130072007100763] cuando afirma que del “examen del articulado nos
muestra que contempla las siguientes Cruces: la de Oro, la de Plata, la Cruz con
distintivo rojo y la Cruz con distintivo blanco. Y que lo que distingue a las de Oro y
con distintivo rojo, de la de Plata y con distintivo blanco, es que las dos primeras se
conceden a quienes han afrontado riesgos para su vida.”

Exigencia que es reiterada en la Resolución de 11 de mayo de 2012 de la Dirección


General de la Policía aportada como Documento 1.

Resolución de gran interés a los efectos que nos ocupan, toda vez que deja claro
que, mientras que la concesión de la Cruz con distintivo rojo solo puede producirse

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cuando se produzca objetivamente una de las circunstancias de hecho que recoge
el art. 6 Ley 5/1964 y que implican haber afrontado ese riesgo para la vida o
personal; la concesión de la Cruz con distintivo blanco puede producirse con una
simple valoración de la trayectoria profesional, sin haberse afrontado un riesgo de
ese tipo y sin considerar siquiera hechos concretos, atendiendo a criterios como la
dedicación, la disponibilidad o la especial responsabilidad e iniciativa.

Importante diferenciación que, desde luego, justifica que como veremos en el


Hecho siguiente, la concesión de la Cruz con distintivo rojo lleve aparejada una
pensión vitalicia, y no así la de distintivo blanco.

En resumen, la normativa que la regula establece expresamente que la concesión


de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo solo se puede conceder cuando el
recompensado haya afrontado en acto de servicio un riesgo para su vida, o cuanto
menos personal; sin que pueda premiarse con ella exclusivamente una trayectoria
profesional desprovista de un acto de tales características.

1.2. La Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo lleva aparejada una pensión
vitalicia.

Tal y como establece el art. 8 Ley 5/1964:

Cuando las citadas Condecoraciones se otorguen a funcionarios


dependientes de los Cuerpos y Organismos señalados en al artículo 4 de
la presente disposición y cuyos haberes aparezcan consignados en los
Presupuestos Generales del Estado llevarán siempre anejas las
pensiones que se indican, proporcionales al sueldo del empleo que
disfrute el funcionario en el momento de su concesión, o del que vaya
alcanzando en lo sucesivo.

Medalla de Oro: Veinte %.

Medalla de Plata: Quince %.

Cruz con distintivo rojo: Diez %.

La Cruz con distintivo blanco no llevará aneja pensión.

Estableciendo el art. 9 que tales pensiones “tendrán carácter vitalicio y serán


acumulables para el caso de concederse dos o más condecoraciones de las
establecidas en la presente disposición.”

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Por último, el art. 11 determina que “serán abonados con cargo al crédito que figura
en los Presupuestos Generales del Estado.”

Obsérvese pues la importante diferencia entre la Cruz que premia el haber


afrontado una situación de riesgo para la vida o personal (distintivo rojo, 10% de
pensión), y la que solo premia una trayectoria profesional (distintivo blanco, sin
pensión).

De forma que la concesión de la de distintivo rojo tendrá una incidencia directa en


las arcas públicas.

SEGUNDO.- De la necesidad de que, aun siendo una potestad administrativa


discrecional, la concesión de las distinciones se ajusten a los parámetros
normativos que las regulan. En concreto, la concesión de la Cruz al Mérito
Policial con distintivo rojo ha de atenerse a las conductas contempladas en el
art. 6 Ley 5/1964, explicitando las razones que determinan la decisión con
criterios de racionalidad.

Deduciéndose del tenor de la Ley 5/1964 que la concesión de tales distinciones


forma parte de la potestad discrecional de la Administración, no es menos cierto
que la misma ha de ajustarse como tal a las normas materiales y procedimentales
que la regulan y a los Principios Generales del Derecho, a fin (i) de dar cumplimiento
a la interdicción de la arbitrariedad que se recoge en el art. 9.3 de nuestra
Constitución; y (ii) permitir el control jurisdiccional de la actuación administrativa del
art. 106.1 de la Carta Magna.

Así lo tiene explicitado de forma nítida la jurisprudencia sentada específicamente


en materia de concesión precisamente de las distinciones al Mérito Policial
reguladas en la Ley 5/1964. Veamos.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO SALA 3ª, SEC. 7ª, DE 23-6-2000, REC.
273/1999:

TERCERO.- […] 1) Las distinciones y recompensas constituyen una


manifestación de la actividad administrativa de fomento, ya que van
dirigidas a estimular comportamientos que se estiman beneficiosos
para los intereses generales.

2) Esa actividad, como cualquier otra que proceda de un poder


público, debe sujetarse a la Constitución y al resto del Ordenamiento
jurídico (art. 9.1 CE). Esto hace que deba respetar los principios y

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valores constitucionales, siendo aquí de destacar, en cuanto que se
trata de una actividad específicamente referible a una
Administración pública, la importancia que tiene el mandato de
objetividad y eficacia contenido en el art. 103.1 EDL.

SENTENCIA DEL TSJ MADRID, SALA DE LO CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO, SEC.


7ª, DE 8-2-2003, REC. 2973/1999 [IdCendoj: 28079290072003100084], reiterando
lo ya dicho en sus Sentencias de 12-5-2000, rec. 1073/1997; y de 8-5-2002, rec.
1234/1998; y con cita de la doctrina del Tribunal Supremo sobre el control
jurisdiccional de la actuación administrativa, incluyendo sus aspectos
discrecionales:

TERCERO.- […] Sobre esta base hemos de abordar la problemática que


hoy se somete a nuestra consideración para lo cual hemos de destacar,
en primer lugar, que la normativa que regula la materia relativa a las
Recompensas de la Orden al Mérito Policial está constituida por la Ley
5/1964, de 29 de abril, sobre Recompensas y el Reglamento Orgánico de
la Policía Gubernativa, aprobado por Decreto 2.038/1975, de 17 de julio
EDL 1975/1511. Es el artículo 4 de la Ley mencionada en el que se
dispone que "podrán ser recompensados con estas condecoraciones los
miembros y funcionarios de los Cuerpos que integran la Policía
Gubernativa, cualquiera que sea su categoría, así como aquellos otros
componentes de los restantes Cuerpos y Unidades integrados en las
Fuerzas de Seguridad del Estado....", dicción que resulta reveladora del
carácter discrecional de la concesión de las condecoraciones a que alude
aquella Ley. Reconocido lo cual es preciso poner de relieve que si bien las
potestades discrecionales no permiten que, en su ejercicio correcto, se
sustituya la valoración del órgano que la tiene atribuida por ninguna otra,
no es menos cierto que las exigencias a las que en un Estado de Derecho
debe responder la actuación de dichas potestades no las excluye en su
totalidad del control Jurisdiccional.

En este sentido es claramente ilustrativa la Sentencia de la Sala 3ª, de lo


Contencioso- Administrativo, del Tribunal Supremo de 11 de junio de
1991 [EDJ 1991/6186], en la que el Alto Tribunal resume la doctrina
existente al respecto del control Jurisdiccional de la actuación
Administrativa, consagrado en el artículo 106.1 de nuestra Carta Magna,
control que se extiende incluso a los aspectos discrecionales de las
potestades administrativas, y que viene siendo aplicada por los
Tribunales a través de varias pautas que, como expresa la Sentencia
citada, son:

1.- El control de los hechos determinantes que en su existencia y


características escapan a toda discrecionalidad.

2.- La contemplación o enjuiciamiento de la actividad discrecional a


la luz de los Principios Generales del Derecho, que informan todo el

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Ordenamiento Jurídico y por tanto también la norma habilitante que
atribuye la potestad discrecional, de donde se deriva que la actuación de
esta potestad ha de ajustarse a las exigencias de aquellos.

3.- El principio de interdicción de la arbitrariedad de los poderes


públicos, recogido en el artículo 9.3 de nuestra Norma Fundamental,
que aspira a que la actuación de la Administración sirva con racionalidad
los intereses generales (artículo 103.1 de la Constitución).

CUARTO.- De lo expuesto en el Fundamento precedente se deriva que la


actuación de una potestad discrecional, que en el caso que nos ocupa
se refiere a la de otorgar o denegar una condecoración policial
específica, se legitima explicitando las razones que determinan la
decisión con criterios de racionalidad. Y, en el supuesto sometido a
nuestra consideración la Dirección General de la Policía, en la resolución
objeto de recurso, se limita a decir que oída la Junta de Gobierno, y a la
vista del expediente instruido, acuerda no elevar propuesta alguna al
Ministro de Interior.

[…]

Una lectura, siquiera sea superficial, de los preceptos transcritos


revelará, sin duda, que los hechos que determinaron al recurrente a
realizar la petición de concesión en su favor de la Medalla, o de la Cruz, al
Mérito policial con distintivo rojo, pueden encajar por muy restrictiva que
pudiera ser la interpretación, en el supuesto previsto en el apartado a)
del artículo 6 del propio Cuerpo Legal. Dicho de otro modo, los hechos
determinantes de la concesión de la Condecoración que nos ocupa,
criterio de control del ejercicio de las potestades discrecionales como
sabemos, arroja un saldo nítidamente favorable a entender que, en el
supuesto sometido a nuestra consideración, pudiera ser procedente la
concesión al recurrente de la condecoración solicitada. Se nos escapa el
concreto motivo, ante la ausencia de manifestación al respecto por la
Administración demandada, por el que se siguió el proceder que
conocemos y la Administración se limita a decir que acuerda no elevar
propuesta alguna al Ministro del Interior. En conclusión, de lo expuesto
no podemos sino concluir que el control de los hechos determinantes
nos aboca a afirmar lo contrario a derecho de la resolución objeto de
recurso, sin embargo, ello no puede significar que sea la Sala quien
conceda la Condecoración pretendida pues, como sabemos, la concesión
de la misma es una actividad propia de la Administración que no admite
sustituciones en vía Jurisdiccional.

Por tanto, y considerando que existen razones suficientes para estimar


que se ha producido una denegación arbitraria de lo postulado por el hoy
actor en un exceso del ejercicio de una potestad discrecional, lo
procedente es anular la resolución objeto de recurso a fin de que, por el
Director General de la Policía, oída la Junta de Gobierno, se eleve al
Excmo. Sr. Ministro del Interior la propuesta de concesión de la

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condecoración solicitada, Medalla o Cruz, al Mérito Policial con Distintivo
Rojo, en favor del hoy actor a fin de que, con libertad de criterio, dicha
Alta Autoridad resuelva lo procedente.

Criterio que es tremendamente interesante no solo para un supuesto como el


resuelto en tal Sentencia (denegación de la concesión sin justificación alguna en un
caso en el que claramente se daba el presupuesto para la concesión de la Cruz con
distintivo rojo), sino también para el caso en que se conceda sin explicitar las
razones que determinan la concesión con criterios de racionalidad. Sobre todo
en un caso como el que constituye el objeto de esta Denuncia y que más adelante
exponemos, en el que presuntamente no concurre en absoluto el requisito de haber
afrontado un riesgo para la vita o personal.

Y es que, como bien exige la SENTENCIA DE LA AUDIENCIA NACIONAL, SALA DE LO


CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO, SEC. 5ª, DE 11-12-2015, Nº 436/2015, rec.
136/2015 [IdCendoj: 28079230052015100622]:

Este marco jurídico es en el que el Ministro del Interior debe ejercer la


facultad discrecional de concesión de las recompensas relacionadas y
que, según el Tribunal Supremo, ha de hacerse "respetando las premisas
sentadas por la Ley y el Reglamento", lo que "no sólo supone observar
el procedimiento establecido sino, también, atenerse a las conductas
para las que está prevista cada una de las Cruces" (Sentencia de 25
de junio de 2007, referida a condecoraciones de la Guardia Civil, pero
plenamente aplicable a las policiales).

Efectivamente, esa SENTENCIA DEL TRIBUNAL SUPREMO, SALA TERCERA,


SECCIÓN 7ª, DE 25 DE JUNIO DE 2007, REC. 58/2004 [IdCendoj:
28079130072007100763], invocada por la Audiencia Nacional, determina que la
Medalla con distintivo color rojo sólo puede concederse en aquellos supuestos
contemplados de peligro para la vida o personal recogidos en el art. 6 de la Ley
5/1964, y no en otros:

QUINTO.- Los preceptos que acabamos de reproducir trazan el marco en


que ha de ejercer el Ministro del Interior la facultad discrecional de
conceder o no las recompensas que hemos relacionado. Naturalmente,
dicha facultad ha de ejercerla respetando las premisas sentadas por la
Ley y el Reglamento. Esto no sólo supone observar el procedimiento
establecido sino, también, atenerse a las conductas para las que está
prevista cada una de las Cruces.

En este sentido y ya en relación con la Cruz con distintivo rojo,


observamos que la Ley 19/1976 valora "hechos o servicios realizados con
riesgo para la propia vida o demostrativos de valor personal". Y que la

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Orden de 1 de febrero de 1977 distingue (artículo 4) dos hipótesis: la de
quien, en el transcurso de un servicio de manifiesta importancia que
comprenda un riesgo ineludible de perder la vida, ejecuta para su
cumplimiento acciones claramente demostrativas de extraordinario
valor personal, iniciativa y serenidad ante el peligro; y la de quien, en acto
de servicio o con ocasión de él, resulta muerto o mutilado absoluto o
permanente, al afrontar un peligro manifiesto contra la propia vida sin
menoscabo del honor.

Pues bien, debiendo ejercer el Ministro del Interior la potestad


discrecional que le concede la Ley en el marco que trazan los
preceptos que estamos viendo y habiendo considerado que merecía la
Cruz con distintivo rojo D. Luis Angel, mientras que D. Miguel Ángel debía
ser recompensado con la Cruz con distintivo blanco, es menester
comprobar si está justificada esa diferencia. Justificación que ha de
buscarse, precisamente, a partir de los parámetros normativos que
configuran estas condecoraciones y no en virtud de cualesquiera
otros por muy estimables que pudieran ser, ya que aquellos son los
que encuadran la potestad conferida al Ministro de premiar o
recompensar el mérito en el Cuerpo de la Guardia Civil.

Exigiéndose para la concesión de tal distinción haber afrontado una concreta


situación de peligro para la vida o personal en acto de servicio, y concediéndose por
el Ministro del Interior a partir de propuestas de las distintas Unidades policiales,
con intervención de Organizaciones sindicales policiales, Jefes Superiores,
Secretarios Generales e incluso del Consejo de Policía; es fácilmente comprobable
por quienes proponen y deciden la concesión de la Cruz con distintivo rojo si el
funcionario a quien se otorga ha afrontado o no en acto de servicio una situación
de riesgo vital o personal.

Lo que nos lleva a considerar como posibles delitos de prevaricación administrativa


en concurso ideal con el de malversación de caudales públicos, la concesión de la
Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo a un funcionario del Cuerpo Nacional de
Policía que jamás ha afrontado una situación de riesgo para su vida o personal, con
el consiguiente perjuicio para las arcas públicas que implica el abono de una pensión
vitalicia a quien no tiene derecho a ello.

Para que el Instructor se haga una idea del coste que al erario público puede suponer
una Medalla con distintivo rojo (10% vitalicio del sueldo del empleo que disfrute el
funcionario en el momento de su concesión, o del que vaya alcanzando en lo
sucesivo), indicamos que:

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- En el caso de un funcionario de la escala básica, puede suponer 200 € al mes;
es decir, entre 2.400 € al año. Lo que, siendo vitalicia y considerando una
media de entre 25 y 30 años de devengo, conllevaría un coste público de
entre 60.000 y 72.000 € en total por cada Cruz con distintivo rojo.

- Y en el caso de un funcionario del Grupo A (de Inspector a comisario), puede


suponer entre 400 y 500 € al mes; es decir, entre 4.800 y 6.000 € al año. Lo
que, siendo vitalicia y considerando una media de entre 25 y 30 años de
devengo, conllevaría un coste público total de entre 120.000 y 180.000 €
por cada Cruz con distintivo rojo.

Cifra muy superior, desde luego, al límite mínimo del subtipo agravado del delito de
malversación del art. 432.3.b) CP, penado con prisión de cuatro a ocho años e
inhabilitación absoluta por tiempo de diez a veinte años.

Dicho todo lo anterior, procedemos a relatar el supuesto de concesión de esa


concreta distinción al Jefe Provincial de Alicante, Comisario Principal D. Alfonso CID
ALGUACIL, que consideramos que puede haberse producido sin la concurrencia de
las circunstancias de hecho que exige el art. 6 de la Ley 5/1964.

TERCERO.- De la concesión de la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo al Jefe


Provincial de Alicante, Comisario Principal D. Alfonso CID ALGUACIL, por Orden
de 13 de septiembre de 2018 del Ministerio del Interior.

Por virtud de Orden de 13 de septiembre de 2018, del Ministerio del Interior, por la
que se concede el ingreso en la Orden del Mérito Policial, a funcionarios de la Policía
Nacional, Cuerpos Generales de la Administración del Estado y personal laboral, se
ha concedido la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo al Jefe Provincial de
Alicante, Comisario Principal D. Alfonso CID ALGUACIL, provisto de DNI núm.
17136232.

En prueba de ello se aportan como Documento 2 copia de la precitada Orden, como


Documento 3 copia de su Anexo I, en el que constan los reconocidos con la Cruz con
distintivo rojo; y como Documento 4 copia de su Anexo II, en que figuran los
reconocidos con la Cruz con distintivo blanco.

Como es de ver en el Anexo I, el Comisario Principal Sr. CID ALGUACIL aparece el


primero de los 152 distinguidos con la Cruz con distintivo rojo.

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Ignora esta parte si la concreta propuesta del Sr. CID ALGUACIL para dicha distinción
pudiera haber sido hecha durante el mandato del anterior Ministro del Interior, D.
Juan Ignacio Zoido Álvarez.

Si la información que tiene esta parte es correcta, este próximo martes 2 de octubre
se producirá la entrega de distintivos, que se celebra en cada una de las distintas
plantillas.

CUARTO.- De la presunta falta de cumplimiento por parte del Sr. Cid Alguacil del
requisito sine qua non de haber afrontado en acto de servicio una situación de
riesgo vital o personal. Antecedentes de falta de transparencia por parte de la
Administración a la hora de facilitar justificación de los méritos por los que se
produce la concesión, especialmente, de Cruces al Mérito Policial con distintivo
rojo.

A juicio de esta parte, y así habrá de acreditarse mediante las oportunas diligencias
de instrucción, el Sr. CID ALGUACIL no cumple ninguna de las circunstancias de
hecho que constituyen la premisa para concesión de la Cruz con distintivo rojo y que,
recordemos según el art. 6 Ley 5/1964, son:

- Resultar herido en acto de servicio o con ocasión de él, sin menoscabo


del honor, ni por imprudencia, impericia o accidente.

- Participar en tres o más servicios en los que, mediando agresión de


armas, concurran las circunstancias del apartado anterior, aunque no
resultara herido el funcionario.

- Realizar en circunstancias de peligro para su persona, un hecho


abnegado o que ponga de manifiesto un alto valor en el funcionario,
con prestigio para la Corporación o utilidad para el servicio.

- Observar una conducta que, sin llenar plenamente las condiciones


exigidas para la concesión de la Medalla al Mérito Policial, merezca
especial recompensa, en consideración a hechos distinguidos y
extraordinarios en los que haya quedado patente un riesgo o peligro
personal.

Y ello porque hasta donde ha podido conocer este Sindicato policial, el Comisario
Principal Sr. CID ALGUACIL no ha sufrido ninguna situación de riesgo para su vida o
persona en acto de servicio en los años que lleva desempeñando el cargo de Jefe

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Provincial de Alicante, ni tampoco en sus anteriores destinos, ordenados de más
antiguo a más reciente, en Benidorm como Comisario, y en Guadalajara y Teruel
como Comisario Principal.

En este sentido y de un lado, el Instructor ha de ser consciente de la dificultad que


entraña para esta parte acreditar tal hecho negativo. Resulta evidente que, ante el
cuestionamiento de que se cumplan en este 8º en otros casos9 los requisitos
legales para su concesión, ha de ser la propia Administración quien lo acredite, en el
bien entendido de que, de concurrir, por virtud del principio de facilidad probatoria
no ha de ser problemático para ella acreditarlo.

En segundo lugar, es probable que el Instructor se pregunte si esta parte ha acudido


a la Administración a interesar los concretos méritos por los cuales el Sr. CID
ALGUACIL ha recibido tal distinción y, en su caso, cuál ha sido su respuesta.

Al respecto informamos al Instructor de que cuantos intentos se han realizado por


Sindicatos policiales a fin de obtener justificación acerca de la concesión de este
tipo de distinciones, se han encontrado indefectiblemente bien con una negativa,
bien con una contestación evasiva.

En prueba de ello aportamos como Documento 5 Resolución del Consejo de


Transparencia y Buen Gobierno [CTBG] de 29/2/2016, dictada en decisión de
Reclamación presentada por el Sindicato Unificado de Policía [SUP], el 16/12/2015,
en relación con la negativa del Ministerio del Interior a facilitar acceso sobre “el
contenido del historial profesional de las propuestas de ingreso en la Orden del
Mérito Policial con distintivo rojo, de los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía
y personas ajenas a él, a los efectos de conocer cuáles han sido los méritos
acreditados de los condecorados respecto de la legislación que regula estos
reconocimientos (…)”

Resolución que desestimó la reclamación del SUP por considerar que “el acceso a lo
solicitado podría perjudicar al derecho de protección de datos de carácter personal
de los condecorados”. En justificación, el CTBG consideró que dicha distinción “se
otorga, con carácter mayoritario, a miembros del Cuerpo Nacional de la Policía cuyas
funciones, a nadie se le escapa, se desarrollan o pueden desarrollarse en
circunstancias en las que su propia integridad personal o, incluso, el desarrollo de
determinadas operaciones en el marco de la Seguridad del Estado pueden verse
comprometidas. No cabe duda, a nuestro juicio, que el conocimiento conjunto de la
identidad de los condecorados y de los méritos concretos que le son atribuidos
podrían implicar la puesta en riesgo no solo de su propia integridad personal sino,
incluso, el buen término de operaciones que podrían estarse llevando a cabo y en el
marco de las cuales hayan acaecido las circunstancias motivadoras de la distinción.

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Este riesgo, previsible y no hipotético, así como el ámbito de discrecionalidad
concedido por los Tribunales a la concesión de las mencionadas condecoraciones)
lo que no significa que las mismas no puedan ser recurridas jurisdiccionalmente y,
de tal manera, controlar la correcta aplicación de los debidos límites a una actividad
discrecional de carácter administrativo) lleva a considerar a esta Consejo de
Transparencia y Buen Gobierno la aplicación al presente caso del límite al derecho
de acceso previsto en el artículo 15 LTAIBG.”

A la vista de tal criterio administrativo sobre una solicitud de datos conjuntos, el


Instructor ahora puede plantearse si este Sindicato ha solicitado justificación
individualizada sobre los méritos por los que se le ha concedido la concreta Cruz con
distintivo rojo al Sr. CID ALGUACIL.

Y la contestación a esa pregunta ya nos la dio la Dirección General de la Policía, a


través de Oficio de 11/1/2017 del Subdirector General de Recursos Humanos, por el
que se omitió toda contestación a pregunta dirigida por este Sindicato sobre los
concretos méritos por los que el 22/9/2016 se concedió la Cruz al Mérito Policial con
distintivo rojo a otro Comisario, en este caso D. Alberto-Restituto RUBIO MAYO.
Comisario Jefe de la UCOP con destino en la Comisaría Provincial de Alicante.

Se acompaña como Documento 6 solicitud de información al respecto dirigida por


este Sindicato Agrupación Reformista de Policías [ARP] a la Secretaría General de la
Subdirección General del Gabinete Técnico del Ministerio del Interior en fecha
8/11/2016. En ella, especificándose que no se interesaba ningún tipo de datos
personales del citado Comisario, se solicitó expresamente “conocer el contenido del
expediente con los méritos que hayan sido valorados por la Junta de Gobierno de la
Policía Nacional y que han supuesto tan distinguida concesión”.

La respuesta de la Dirección General de la Policía a través del precitado Oficio de


11/1/2017 que se aporta como Documento 7, se limitó a un escueto “a propuesta
del Director General de la Policía, previo informe favorable de la Junta de Gobierno
de la Dirección General de la Policía, coincidiendo con la celebración del Día de la
Policía, al Sr. Rubio Mayo se le concedió la Cruz al Mérito Policial con distintivo Rojo
por orden del Ministro del Interior de 22 de septiembre de 2016.”

Esto es, omitiendo responder a lo expresamente solicitado y dejando plenamente


insatisfecha la exigencia que expresa la STS de 25/6/2007 antes transcrita, de que
el correcto ejercicio por el Ministro del Interior de la facultad discrecional de
concesión de esa distinción "no sólo supone observar el procedimiento establecido
sino, también, atenerse a las conductas para las que está prevista cada una de las
Cruces". Y es evidente que tal respuesta sólo hizo referencia al procedimiento pero
no a la concurrencia de conducta legalmente prevista.

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A mayor abundamiento, observe el Instructor que la remisión hecha a la concreta
Orden Ministerial en la que se concedió la distinción carece de toda trascendencia
informativa pues, como ha podido comprobar de la lectura de la Orden de
13/9/2018 y sus Anexos, aportados como Documentos 2 a 4, la misma carece de
toda motivación.

Por tanto, cuantas solicitudes de justificación incluso individual se vienen dirigiendo


a la Administración, en relación con el cumplimiento de los requisitos del art. 6 de la
Ley 5/1964, son sistemáticamente evacuadas sin facilitar información alguna al
respecto.

De esta forma, la Administración envuelve la concesión de estas distinciones y el


elevado impacto que tienen en el Erario Público en un impenetrable manto de
oscuridad, que únicamente puede ser roto a través del control jurisdiccional.

Por esta razón y en la consideración de que, en caso de concederse la distinción a un


funcionario que carece de los requisitos para ello, los propios órganos de la Dirección
General de la Policía que intervienen en el proceso de propuesta al Ministro del
Interior han de ser conscientes de ello, en actuación habría de activar el reproche
penal; esta parte acude directamente a este Juzgado a fin de que lleve a cabo
las diligencias de instrucción que se relacionan más adelante y las demás que
considere necesarias, para obtener una información que es negada por otros
cauces e imprescindible para esclarecer los hechos.

Y ello, por supuesto, dejando abierta la facultad del Instructor de investigar si en


las restantes 151 concesiones de Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, que
constan en la Orden de 13/9/2018, concurre efectivamente alguna de las
circunstancias del art. 6 e la Ley 5/1964.

En caso de no ser así podríamos hallarnos ante un presunto concurso de delitos de


dimensiones y consecuencias monstruosas, cuya repercusión en las arcas públicas
podría ascender a millones de euros.

II.- Calificación jurídica.

Sin perjuicio de una más precisa calificación a resultas de las diligencias que se
practiquen para el esclarecimiento de los presentes hechos, la conducta de los
posibles partícipes que se diluciden, puede ser constitutiva de un delito de
prevaricación de los funcionarios públicos y otros comportamientos injustos,
alternativamente del art. 404 o 405 CP, en concurso ideal del art. 77.2 CP con un
delito de malversación del art. 432.1 CP.

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III.- Diligencias de instrucción.

Para la comprobación de los hechos relatados y como diligencias de instrucción


a practicar se interesa la práctica de las siguientes diligencias:

a. DOCUMENTAL, consistente en que libre atento OFICIO A A LA DIRECCIÓN


GENERAL DE LA POLICÍA a fin de que aporte de forma certificada:

1. Relación completa de personas a las que se ha concedido el ingreso en la


Oren al Mérito Policial con concesión de la Cruz al Mérito Policial con
distintivo rojo, por virtud de la Orden de 13 de septiembre de 2018 del
Ministerio del Interior, según su Anexo I.

2. Propuesta íntegra por virtud de la cual fue concedida, en dicha Orden de


13 de septiembre de 2018 del Ministerio del Interior, la Cruz al Mérito
Policial con distintivo rojo al Jefe Provincial de Alicante, Comisario
Principal D. Alfonso CID ALGUACIL, provisto de DNI núm. 17136232; y en
la que se exprese el concreto acto o circunstancia previsto en el art. 6 de
la Ley 5/1964 por el que fue concedida tal distinción al Sr. CID ALGUACIL.

3. En caso de existir, Informe previo favorable a dicha concesión emitido por


la Junta de Gobierno de la Dirección General de la Policía.

4. Cualesquiera otras propuestas previas, informes, actas de reuniones,


documentos y/o trámites escritos habidos en el procedimiento de
propuesta y concesión de la citada distinción al Sr. CID ALGUACIL,
regulado en la Resolución de 11 de mayo de 2012 de la Dirección General
de la Policía, por la que se implementan los criterios y el procedimiento a
seguir para las propuestas de ingreso en la Orden al Mérito Policial.

5. Importe bruto a que asciende a fecha de cumplimentación del Oficio la


pensión vitalicia que corresponde percibir al Sr. CID ALGUACIL como
consecuencia de la concesión de la Cruz al Mérito Policial con distintivo
rojo, de conformidad con el art. 8 de la Ley 5/1964.

b. DECLARACIÓN, inicialmente en calidad de testigo, del Jefe Provincial de


Alicante, Comisario Principal D. Alfonso CID ALGUACIL, provisto de DNI núm.
17136232, indicándose como domicilio a efectos de citación el de la
Dirección General de la Policía en Alicante, Calle Isabel La Católica 25, 03007
de Alicante.

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c. DECLARACIÓN, en la calidad que considere procedente el Instructor, de los
firmantes de cuantas Propuestas e Informes favorables a la concesión de la
Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo al Jefe Provincial de Alicante,
Comisario Principal D. Alfonso CID ALGUACIL, provisto de DNI núm.
17136232, indicándose como domicilio a efectos de citación el de la
Dirección General de la Policía en Alicante, Calle Isabel La Católica 25, 03007
de Alicante.

Cualesquiera otras que el Instructor considere necesarias para el


esclarecimiento de los hechos.

Por lo expuesto,

SUPLICO AL JUZGADO, que tenga por presentado este escrito con sus
documentos, lo admita y en la representación que ostento de AGRUPACIÓN
REFORMISTA DE POLICÍAS, tenga por formulada DENUNCIA, la admita a trámite,
acuerde la apertura de Diligencias Previas de Procedimiento Abreviado y la práctica
de las diligencias de investigación interesadas y de aquellas otras que considere
necesarias para la comprobación de los hechos relatados.

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