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¿Cuál es la importancia de determinar para una bacteria los parámetros de CIM y CLM?
a) Beta-lactámicos
b) Eritromicina
c) Tetraciclina
4) Describa brevemente el mecanismo de acción de los antibióticos que inhiben la síntesis de la
pared bacteriana y de algunos ejemplos.
Actúan a distintos niveles de la biosíntesis del peptidoglucano, capa esencial para la supervivencia
de las bacterias, y el daño se produce por la pérdida de la rigidez de la célula bacteriana que
puede causarle la muerte; por lo tanto son considerados como agentes bactericidas. La síntesis del
peptidoglucano se lleva a cabo en tres etapas y los distintos antimicrobianos pueden afectar cada
una de ellas. Los representantes de este grupo son las penicilinas y cefalosporinas.
El microorganismo a investigar se inocula en una o varias placas de agar y sobre su superficie se disponen los
discos correspondientes a varios antibióticos. Se incuban las placas durante 16-24 horas y se estudia el
crecimiento en ellas. Se valora el diámetro de la zona de inhibición que se forma alrededor de cada disco y se
compara con las referencias oportunas publicadas por la NCCLS. De esta manera se sabe si el microorganismo
es Sensible, Intermedio o Resistente a cada uno de los antibióticos.
i) Sulfonamidas
Las sulfamidas tienen un efecto bacteriostático. Su acción antibacteriana se debe al hecho de que
funcionan como análogos estructurales del ácido para-aminobenzoico (PABA), inhibiendo
competitivamente por el acceso a la enzima dihidropteroil-sintetasa
Como se puede ver, la dihidropteroil-sintetasa cataliza la condensación del PABA con el 2-amino,4-
hidroxi, 6-hidroximetil dihidropteroil-pirofosfato, que lleva a la síntesis de ácido dihidropteroico
(una de las fases intermedias de la síntesis del tetrahidrofólico -THF). En la figura se puede apreciar
que el PABA y las sulfamidas son muy parecidas. De hecho, la sulfamida es usada por la enzima como
un sustrato alternativo al PABA. En este caso, la enzima cataliza una reacción que genera un
producto que no puede actuar como intermediario en los siguientes pasos de la ruta de síntesis del
THF.
Los microorganismos son sensibles a las sulfamidas porque sus necesidades de THF las han de
satisfacer sintetizándolo a partir de PABA usando la ruta de la que estamos hablando. Sin embargo,
los animales son resistentes, debido a que carecen de esta ruta, y en cambio, se aprovisionan de
fólico directamente en su dieta. Pero áun más: en teoría el ácido fólico de la dieta del organismo
hospedador podría anular el efecto terapéutico si fuera captado por la bacteria, pero en la realidad
esto no ocurre, porque el fólico no puede entra a la célula bacteriana.
ii) Ceftriaxona
Actúan a distintos niveles de la biosíntesis del peptidoglucano, capa esencial para la supervivencia
de las bacterias, y el daño se produce por la pérdida de la rigidez de la célula bacteriana que puede
causarle la muerte; por lo tanto son considerados como agentes bactericidas. La síntesis del
peptidoglucano se lleva a cabo en tres etapas y los distintos antimicrobianos pueden afectar cada
una de ellas. Los representantes de este grupo son las penicilinas y cefalosporinas.
QUINOLONAS
Recientemente se han sintetizado las llamadas fluoroquinolonas, como por ejemplo el ciprofloxacín.
Presentan 600 veces más actividad que el nalidíxico, y actualmente se recetan frecuentemente como
quimioterápicos de amplio espectro.
El bloqueo de las quinolonas sobre la girasa supone que ésta queda "congelada" en la fase en que el ADN está
unido al enzima. Ello provoca la acumulación de roturas de doble cadena, lo que conduce a la muerte de la
bacteria.
8) Mencione cómo adquieren algunas bacterias, de manera natural, resistencia a los antibióticos.
Las bacterias pueden volverse resistentes a los antimicrobianos, pero, ¿por qué mecanismos? Así
como el primer mecanismo de acción de un agente infeccioso conocido fue el de las sulfamidas, el
primer mecanismo de resistencia conocido también fue el de los microorganismos a estas drogas.
Si bien son varios los mecanismos de resistencia a las sulfas que actualmente se conocen, podemos
decir que la hiperproducción de PABA fue el primero en determinarse, siendo el más conocido.
Además de la hiperproducción metabólica, otros mecanismos incluyen:
13.4.1 Inactivación enzimática de los antibióticos, como es el caso de las enzimas beta lactamasas.
En este caso la enzima, elaborada por la bacteria, inactiva a la molécula de la droga volviéndola
incapaz de actuar. Hay que tener presente que este mecanismo es el único capaz de inactivar a la
molécula de antimicrobiano.
13.4.2 Impermeabilidad de la membrana o pared celular. Por ejemplo modificaciones en las porinas,
lo que repercutirá en resistencias de bajo nivel a diversos antimicrobianos.
13.4.3 Expulsión por mecanismos activos del antibiótico. Las resistencias a las tetraciclinas pueden
se debidas a este tipo de mecanismos.
13.4.4 Modificación del sitio blanco del antibiótico en la bacteria. El algunos casos hay una reducción
de la afinidad del receptor por la molécula de antimicrobiano. Una mutación de la girasa de ADN, por
ejemplo, puede dar lugar a una menor afinidad de las quinolonas por la citada enzima. Otro ejemplo
es el cambio de las enzimas involucradas en la síntesis de ácido paraaminobenzoico, lo que da lugar
a resistencias a sulfas y trimetoprima, mecanismo que se suma al mencionado en primer lugar.
9) Mencione cómo se manifiestan los mecanismos de drogorresistencia.
Las bacterias pueden volverse resistentes a los antimicrobianos, pero, ¿por qué mecanismos? Así
como el primer mecanismo de acción de un agente infeccioso conocido fue el de las sulfamidas, el
primer mecanismo de resistencia conocido también fue el de los microorganismos a estas drogas.
Si bien son varios los mecanismos de resistencia a las sulfas que actualmente se conocen, podemos
decir que la hiperproducción de PABA fue el primero en determinarse, siendo el más conocido.
Además de la hiperproducción metabólica, otros mecanismos incluyen:
13.4.1 Inactivación enzimática de los antibióticos, como es el caso de las enzimas beta lactamasas.
En este caso la enzima, elaborada por la bacteria, inactiva a la molécula de la droga volviéndola
incapaz de actuar. Hay que tener presente que este mecanismo es el único capaz de inactivar a la
molécula de antimicrobiano.
13.4.2 Impermeabilidad de la membrana o pared celular. Por ejemplo modificaciones en las porinas,
lo que repercutirá en resistencias de bajo nivel a diversos antimicrobianos.
13.4.3 Expulsión por mecanismos activos del antibiótico. Las resistencias a las tetraciclinas pueden
se debidas a este tipo de mecanismos.
13.4.4 Modificación del sitio blanco del antibiótico en la bacteria. El algunos casos hay una reducción
de la afinidad del receptor por la molécula de antimicrobiano. Una mutación de la girasa de ADN, por
ejemplo, puede dar lugar a una menor afinidad de las quinolonas por la citada enzima. Otro ejemplo
es el cambio de las enzimas involucradas en la síntesis de ácido paraaminobenzoico, lo que da lugar
a resistencias a sulfas y trimetoprima, mecanismo que se suma al mencionado en primer lugar.
Las propiedades que debiera tener un medio ideal para antibiograma son las siguientes:
3. Las pruebas de sensibilidad deben ser reproducibles con diferentes lotes del medio preparados por
diferentes productores
6. Las versiones en caldo y sólida del medio debe tener la misma composición excepto en la presencia de un
agente solidificante
7. Debe ser aproximadamente isotónico para las bacterias y permitir la adición de sangre cuando se requiere
el estudio de microorganismos de difícil crecimiento
Se han desarrollado una serie de medios químicamente definidos (SAAM: Synthetic Amino Acid
Medium, DM: Defined medium ) que pretenden cumplir la mayor parte de las exigencias antes indicadas,
aunque estos medios no se han popularizado.
En un estudio en colaboración internacional se decidió la utilización del Mueller-Hinton (MH), por tener una
buena reproducibilidad, la sencillez de su composición y su bajo contenido en ácido paraaminobenzoico, que
antagoniza la actividad de las sulfamidas. También se utilizan en la actualidad los medios DST (Diagnostic
Sensitivity Test ) e Isosensitest.
Las concentraciones de Ca2+ y Mg2+ tienen un efecto importante en la actividad de los aminoglicósidos; en
medios no suplementados con estos cationes pueden obtenerse valores de CMI falsamente bajos, sobre
todo en Pseudomonas.
Las concentraciones de Mg2+, Ca2+ y Fe2+ también influyen en la CMI de tetraciclinas. Éstas son más
elevadas cuando el MH se suplementa con estos cationes.
Los cationes monovalentes (Na+ y K+) afectan la actividad de bacitracina, ácido fusídico y novobiocina frente
a Staphylococcus aureus y las de penicilinas frente a Proteus.
El aumento de la osmolaridad del medio, condicionado por una alta concentración de ClNa, determina un
aumento en la CMI de los aminoglicósidos. La detección de resistencia a meticilina en S. aureus se manifiesta
con una concentración elevada de ClNa en el medio de cultivo; estas cepas se detectan fácilmente con la
técnica de difusión con disco en agar tripticasa de soja con ClNa al 5 %.
Carbohidratos
Los carbohidratos del medio de cultivo pueden influir en el tamaño de los halos de inhibición: en el método
de difusión el almidón disminuye la zona de inhibición de Enterococcus faecalis con penicilina y ampicilina y
aumenta la de Haemophilus influenzae con cefalosporinas.
Sangre
El medio de cultivo con sangre suele producir en la técnica de difusión con disco, diámetros menores y CMI
más altas que el método de dilución en medio sólido.
El pH del medio debería mantenerse próximo al pH fisiológico. Para algunos antimicrobianos los cambios de
la CMI ocasionados por las variaciones del pH del medio entre 6 y 8 tienen importancia clínica; sobre todo
con macrólidos y aminoglicósidos, más activos en un medio ligeramente básico, y las tetraciclinas y
penicilinas que son más activas en un medio ácido. Sin embargo, las cefalosporinas se ven poco afectadas.
La existencia de glucosa puede ocasionar una disminución del pH durante el crecimiento de cepas que la
metabolizan, la adición de un tampón al medio determina alteraciones que afectan más la actividad de los
antimicrobianos que los cambios de pH que se pretenden corregir.
La atmósfera de incubación es importante para la estabilidad del pH del medio, sobre todo en el
antibiograma en medio sólido debido a la gran superficie expuesta. La incubación en atmósfera de C02
tiende a disminuir el pH del medio de cultivo; en ella la CMI de aminoglicósidos y eritromicina es mayor que
en atmósfera aerobia sin C02. Cuando el microorganismo requiera para su crecimiento atmósfera con C02
deben compararse los resultados de las cepas patrón en estas condiciones y en aerobiosis, paralelamente,
para evitar errores de interpretación.
Densidad del inóculo
El inóculo del antibiograma ha de ser lo suficientemente alto para detectar las tasas bajas de mutación hacia
la resistencia en el microorganismo problema y no debe ser inferior al número de microorganismos que se
encuentran normalmente en las infecciones clínicas.
La densidad del inóculo es una de las variables más importantes, por ello debe ser cuidadosamente
estandarizada para asegurar la reproducibilidad del antibiograma.
El inóculo de las técnicas de dilución en caldo, en particular, puede plantear otros problemas; por ejemplo,
las cepas de S. aureus resistentes a meticilina (MRSA) no se detectan con facilidad con un inóculo reducido.
Se pueden observar discrepancias importantes en la CMI de S. aureus productor de b-lactamasa cuando se
empleen inóculos pequeños respecto a inóculos elevados.
Para preparar el inóculo se aconseja ajustar la turbidez de un cultivo en caldo en fase de crecimiento activo
con la del estándar 0,5 de McFarland (aprox. 10 e8 UFC/ml). Esta suspensión inicial debe ajustarse luego
hasta conseguir un inóculo final de más o menos
5 x 10 e6 UFC/ml.
Para los sistemas de microdilución se ajusta habitualmente la turbidez por nefelometría, siguiendo una
posterior dilución en agua destilada o en caldo. También se puede preparar tomando 5 colonias, que se
emulsionan en suero salino.
Métodos
Método de difusión
Ha sido un método muy utilizado, pero en la actualidad empieza a ser desplazado por otros, en especial por
los sistemas comerciales de microdilución en caldo.
El fundamento es sencillo: se inocula un agar nutritivo y sobre su superficie se aplican discos de papel
impregnados con antimicrobiano. Tras un período de incubación se obtiene alrededor del disco de
antimicrobiano una zona de inhibición de crecimiento del microorganismo (si éste es sensible); el diámetro
de esta zona determina el grado de sensibilidad del microorganismo al antimicrobiano. La aparición del halo
de inhibición es consecuencia del doble proceso de difusión del antimicrobiano en el medio de cultivo desde
el disco y de crecimiento del microorganismo. Además de los factores ya conocidos influyen en el tamaño
del halo la concentración de antimicrobiano en el disco, la capacidad de difusión del antimicrobiano, la
composición y profundidad de la capa del medio de cultivo, la concentración de agar, y la velocidad de
crecimiento del microorganismo.
Con este método no se obtienen directamente los valores de la CMI, aunque se podrian conocer elaborando
una recta de regresión o concordancia (relación entre la CMI obtenida por dilución y el diámetro de halo de
inhibición obtenido por difusión) y una recta estándar, que permite el control de la anterior al relacionar la
CMI de una cepa sensible con los diámetros de inhibición producidos por discos con diferentes cargas de
antimicrobiano.
Los resultados de la prueba de difusión con disco, si la prueba está bien estandarizada, permiten clasificar
los microorganismos en cuatro categorías en función de lo que midan los diámetros de las zonas de
inhibición: resistentes, intermedios, moderadamente sensibles y sensibles.
Aplicaciones y limitaciones de la técnica de difusión con disco. Es un método sencillo y flexible en cuanto a
los antimicrobianos a estudiar, pero requiere un riguroso control de todas sus variables para obtener
resultados fiables. Está ideado para determinar la sensibilidad de microorganismos de crecimiento rápido y
no debe aplicarse a bacterias de crecimiento lento, anaerobios ni capnófilos; no pueden estudiarse
antimicrobianos que difunden mal (de otro modo pueden obtenerse falsos resultados de resistencia), ni
determinar con seguridad la resistencia a penicilina G de Staphylococcus.
La inestabilidad de los antimicrobianos contenidos en los discos, sobre todo penicilinas y cefalosporinas,
exige un cuidadoso almacenamiento de los mismos. No es posible, por otra parte, estandarizar la carga de
los discos, siendo erróneo asumir que uno de ellos asegura las condiciones de todo un lote.
Esta técnica no puede determinar la actividad bactericida y es menos fiable para predecir la sensibilidad que
la resistencia.
La inclusión de cepas patrones no presupone el control de todos los factores que influyen en la
determinación de sensibilidad de las otras bacterias, ya que se realiza en placas separadas.
A pesar de estas objeciones debe reconocerse la mayor definición cuantitativa de este método, cuando se
estandariza correctamente. Los halos de inhibición se pueden medir con menos de 0,5 mm de error y con ±
2 mm de reproducibilidad y al estar basados en una escala continua, los puntos de corte son más precisos
que los obtenidos con los métodos de dilución por dos razones: a) la verdadera CMI en dilución
normalmente es menor que el valor leído (una CMI de 8 mg/ml realmente corresponde a una CMI entre 4 y
8 mg/ml). b) La reproducibilidad de la CMI en dilución está sometida a una variabilidad de ± 1 dilución.
Métodos de dilución
Para el empleo rutinario de este método es necesario mantener soluciones madre de antimicrobianos
regularmente, y controlar el inóculo y las concentraciones críticas de interpretación de resultados.
Los resultados obtenidos permiten clasificar los microorganismos en sensibles, moderadamente sensibles y
resistentes.
Métodos de dilución en medio líquido. Macrométodo: se emplea habitualmente caldo de Mueller Hinton
con suplemento catiónico (Ca3+ y Mg2+) aunque para algunos microorganismos puede ser necesario un
caldo más rico, así caldo tripticasa de soja o DST suplementado.
Se emplea una batería de tubos estériles que contiene concentraciones decrecientes en base 2 del
antimicrobiano a estudiar en caldo. Los tubos se siembran con un inóculo (preparado en el mismo tipo de
caldo) que contenga 5 x 10 e6 UFC/ml; se agitan para obtener una mezcla homogénea y se incuban a 35 °C
durante 18 h. Se incluye un control de esterilidad de caldo y otro de crecimiento del inóculo.
Se define la CMI como la menor concentración de antimicrobiano donde no se observa crecimiento a simple
vista. Haciendo un subcultivo en medio sólido de los tubos sin crecimiento visible y del primero con
crecimiento visible puede establecerse la CMB, definida como la menor concentración de antimicrobiano
capaz de matar el 99,9 % de las bacterias viables del inóculo inicial.
Micrométodo: se usa el caldo antes descrito y placas de poliestireno con múltiples pocillos, en lugar de
tubos; en cada placa se estudia un microorganismo y una serie de antimicrobianos. La disponibilidad de
dispensadores semiautomáticos de antimicrobianos permite preparar una gran cantidad de placas de una
vez y congelarlas hasta el momento de su empleo (6 semanas a -20°C, 3 meses a -70°C).
Los pocillos de la placa se llenan con 100 ml de caldo con antimicrobiano y 1-5 ml de inóculo ajustado. Una
vez inoculadas las placas se incuban tapadas para evitar la evaporación durante 16-20 h a 35 °C realizando la
lectura de la CMI y determinando la CMB, por subcultivo a placas de agar si fuese necesario. La CMI se
establece donde aparece una inhibición brusca o total del crecimiento.
Las CMI obtenidas por dilución en caldo suelen ser superiores a las obtenidas por dilución en agar, salvo
para el caso de las tetraciclinas, por la acción quelante de los componentes minerales del agar.
Métodos de dilución en medio sólido. En esta técnica cada tubo o pocillo de los métodos de dilución en
medio líquido se sustituye por una placa de medio sólido (agar) donde se inoculan simultáneamente varias
cepas.
La solución del antimicrobiano se suele mezclar con el agar fundente en la proporción 2:18 (ml) y la mezcla
se deja solidificar situando las placas en una superficie horizontal. Las placas conteniendo antimicrobianos
se pueden conservar en bolsas de plástico durante 1 semana a 4 °C.
Las placas se inoculan con un asa calibrada o un replicador de Steers (hasta 36 microorganismos/placa) que
depositan de 1 a 2 ml con 10 e4 UFC.
En caso de estudiar Proteus para impedir la invasión de la placa se colocan cilindros de porcelana, plástico o
metal alrededor del punto de inoculación.
Como controles se incluirán cepas patrón con CMI conocida y una placa sin antimicrobiano en la que deben
crecer todas las cepas inoculadas.
Con estos sistemas el resultado se facilita como categoría de sensible, resistente, intermedio y/o como CMI.