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Guía Instruccional.

Unidad Curricular: Psicología médica.


Tema: Campo de la psicología médica.
Material Recopilado por los Facilitadores: Lic. Sulaima M. Silmi P
Dr. Ricardo Castro
Calabozo, Enero 2009.

PSICOLOGÍA MÉDICA

CONCEPTO Y CAMPO DE LA PSICOLOGÍA MÉDICA.


El médico, permanentemente, tiene que resolver problemas en el ejercicio de su
profesión que no tienen nada que ver con los componentes biológicos que ha
aprendido. Por ejemplo atender a una madre incómoda, que pregunta si su hijo
puede seguir estudiando a pesar del diagnóstico que le acabamos de dar; informarle
a un paciente que tiene una enfermedad incurable y/o mortal; entender cómo una
sustancia sin efecto fisiológico puede curar; cómo una ruptura amorosa puede
provocar la ceguera de un paciente o un infarto al miocardio; aceptar que un
paciente no crea en nuestra “omnipotencia científica” y no se cure, a pesar de
indicarle el tratamiento preciso; calmar a un padre angustiado, a cuyo hijo menor lo
encontraron involucrado en una actividad sexual con un amiguito, etc.
Resolver estos problemas, por cierto incómodos para muchos médicos, resulta, hoy
día, i n e l u d i b l e para un profesional graduado en una universidad moderna, en
cuyo diseño curricular de la carrera un buen porcentaje está dedicado a la salud
mental.
De esto se trata esta materia que aquí nos ocupa. De entender, desde la posición de
un médico con visión holística, a la persona que sufre y de cómo podemos ayudarla
más allá de los tratamientos somáticos. Para ello es necesario entendernos a nosotros
mismos en nuestra tarea de curadores (y curanderos) y de comprender el fenómeno
de la interconexión psicológica con el paciente, incluyendo el poder sanador de esta
interconexión.
Por ello vamos a estudiar temas como la evolución de la personalidad, modos de
reaccionar a las vivencias, las enfermedades como experiencia psicológica, la
psicología del enfermo y su comprensión, la relación médico-paciente como factor
de curación, el comportamiento del médico (sus palabras y mímica) como factor
iatrogénico, las bases orgánicas del comportamiento, entre otros temas. Es decir: la
CAPACITACIÓN PSICOLOGICA DEL MÉDICO.
Incluye esta capacitación cambiar algunas actitudes y motivaciones inconvenientes
para la práctica clínica, de modo que el futuro médico se vuelva permeable, sensible,
perspicaz, sintónico, objetivo, amplio, sincero, asertivo, seguro, sereno, maduro,
cordial, humilde, paciente, prudente, tolerante…. en sus relaciones humanas y
fundamentalmente en sus relaciones con los pacientes. En síntesis, prepararse
psicológicamente para el ejercicio de la medicina.
La psicología médica se nutre de las corrientes del pensamiento de la psicología
general (ya estudiadas en segundo año), de la psicopatología, de la psiquiatría y de
la sociología. Pero la psicología médica estudia fundamentalmente al ser humano
que consulta por que ha perdido su salud, no es su misión estudiar las enfermedades
mentales (de eso se encarga la psiquiatría), aunque en algunas oportunidades se
superpongan los temas de estudio de estas disciplinas.
La psicología médica es una ciencia muy reciente, sus orígenes los conseguimos por
las décadas de los sesenta a setenta, cuando se le confundía con la psicología general
o se le tenía como introducción a la psiquiatría. Hoy tiene un propósito bastante
definido, aunque heterogéneo.
El profesional que practica la psicología médica es el médico-clínico. El profesional
que práctica la psicología es el psicólogo. Y el que práctica la psiquiatría es médico-
psiquiatra.
El clínico médico ha practicado la psicología médica de forma empírica desde
siempre, muchas veces sin advertirlo y sin proponérselo, otras veces a pesar de que
él mismo no lo ha querido; ya que la psicología médica es inseparable del ejercicio
clínico, inmanente a su práctica. Está basada en el desarrollo de una relación
personal entre el enfermo y su médico, abundante en impresiones personales, en
subjetividades, sin un esquema predeterminado, rica en creatividad y estética,
cabalgando entre la técnica y el arte.
La medicina científico-natural ve a la enfermedad como un organismo que ha
perdido su equilibrio por noxas biológicas, estudia ese organismo, combate las
noxas de manera objetiva. La psicología médica se ocupa más de la persona enferma
que necesita comprensión. Ambos tipos de medicina se complementan y un médico
no puede pretender desligarse de ninguna de las dos. Deben ser inseparables.
El médico puede afanarse en hallar siempre una enfermedad tangible concreta,
aunque en muchas oportunidades, después de hacer exámenes clínicos y paraclínicos
no descubra esa patología orgánica que busca, sin advertir que dejó de investigar los
problemas humanos de su paciente (como si de un perrito se tratase), por que ignora
que son importantes o por miedo a descubrir un problema que no sabrá solventar. A
esta forma de atención la llamaremos “medicina veterinaria” o modelo
eminentemente técnico.
Otro tipo de médico, generalmente con mala formación técnica, intentará abordar
sus pacientes con modelos pseudocientíficos, recurriendo a técnicas no comprobadas
científicamente y exagerando los consejos personales y familiares, ya que al no tener
suficientes conocimientos científicos intenta rellenar esos vacíos con elementos
mágicos. A esta forma la llamaremos
“medicina ficción”.
Una tercera forma de ejercer la clínica es integrando los aspectos científico-
naturales, que son solo la mitad de la medicina, con los aspectos científico-
humanistas, que son la otra mitad. A esta forma la llamaremos medicina ideal.
El Dr. Ruy Pérez Tamayo en su libro de la magia primitiva a la medicina moderna
explica que “hay 4 maneras o estilos de de ejercer la medicina: 1) con atención
rigurosa a las reglas científicas, 2) con gran cariño y apoyo emocional a los seres
humanos afectados, 3) con una mezcla saludable de 1 y 2, y 4) con ignorancia
científica, despego emocional e impaciencia burocrática. Aunque estos 4 tipos de
médicos han existido siempre y existen hoy…. Desde hace 25 siglos persiste vigente
el aforismo hipocrático sobre la verdadera naturaleza de la acción médica:
Curar algunas veces, ayudar con frecuencia, consolar siempre.”

PERSONALIDAD EN MEDICINA. ENFERMEDAD Y SER HUMANO


ENFERMO.
Cada ser humano tiene una forma particular de enfermar, cada uno de nosotros
siente la enfermedad a su manera, esto es debido a que cada quien tiene una forma
de pensar, sentir, actuar, evaluar los síntomas, percibir los dolores. No existen dos
seres humanos que tengan personalidades idénticas y es por ello que no existan dos
enfermos iguales. Las enfermedades tienen un patrón clínico que le es característico,
pero la forma de percibirlo, de sentir la vivencia de estar enfermo y expresarlo es
especial para cada ser.
En nuestra experiencia familiar, con seguridad, habremos podido observar como
cada miembro de nuestra familia expresa sus dolencias de una manera típica. Para
alguno estar enfermo es una catástrofe, para otro es algo “normal”. Fulano se queja
de forma exagerada, con dramatismo, mientras que mengano lo hace con estoicismo
y zutano se aísla y no quiere que nadie lo vea… en fin, hay una y mil formas de
vivir la enfermedad, dependiendo de la personalidad.
Existe un aforismo en medicina que dice “no hay enfermedades sino enfermos”
atribuido a Claude Bernard, sobresaliente médico e investigador francés de
mediados del siglo XIX, que sintetiza en dos frases la originalidad de cada paciente,
su manera de reaccionar y expresar “su” enfermedad, lo cual nos debe hacer
reflexionar en este sentido. Este autor después de estudiar las enfermedades desde
sus aspectos anatómico y fisiológico entendió que es necesario estudiar los aspectos
de la personalidad del enfermo para poder ayudarlo cabalmente.
Luwdwig Krehl, de la escuela clínica alemana, también entendió que era necesario
estudiar la personalidad del ser humano enfermo ya que la clínica basada solo en la
fisiología y anatomopatología dejaba muchas cuestiones trascendentes sin
responder.
Estos clásicos de la medicina europea, entendieron la importancia de la personalidad
del paciente al notar que cada persona responde de manera original ante la noxa
causante del morbo.
Clásicamente, en medicina, se entiende a la personalidad como una síntesis
dinámico-evolutiva de factores biológicos, psicológicos y sociales que se integran en
un ser y lo caracterizan, haciendo que sea único, con cualidades que lo diferencian
de los demás, que hace que piense, sienta, actúe (y enferme, agregamos nosotros) de
forma constante y estable (Mateo Alonso, citado por Amarista).
Para la medicina la personalidad esta compuesta de manera indivisible, por
elementos biológicos, psicológicos y sociales.
Tratemos de ejemplificar, con casos clínicos reales escogidos de nuestra experiencia,
este aserto:
Caso D W: paciente masculino de 30 años, comerciante, casado con dos hijos.
Personalidad premórbida caracterizada por apego a las normas sociales, responsable,
emprendedor, con aspiraciones de superarse social y económicamente; estaba
saludable y es de contextura atlética. Se ve involucrado en un hecho delictivo y lo
condenan a 13 años de cárcel, posterior a lo cual presenta un cuadro de estupor,
pérdida de peso y mutismo.
Caso T M: paciente femenina de 14 años, quien posterior a accidente de transito
queda con parálisis de ambos miembros inferiores, por lo que no pudo continuar
asistiendo a las clases de baile que estaba recibiendo. La púber es muy extrovertida,
sociable, coqueta y aspira ser periodista. Posterior a la paraplejia de sus miembros
inferiores presentó una depresión, sufrió una osteomielitis e intentó suicidarse.
Caso L C: paciente femenina de 27 años, dedicada al comercio sexual desde la
pubertad. Es miembro de una familia desintegrada, con ausencia de padre, con
mucha dificultad económica desde su infancia. Presenta SIDA. La paciente rechaza
el diagnóstico y no quiere someterse al tratamiento.
Caso N H: paciente masculino de 70 años, llanero, de carácter dominante, con
infarto al miocardio masivo, disneico, cianótico. Poco antes de morir le pregunta el
médico: “¿Cómo se siente?” A lo que el paciente responde, casi sin poder hablar,
levantando el puño: “¡como un rolo doctor!”
Vistos de esta manera resulta evidente la relación que existe entre la personalidad y
la forma de enfermar que tenemos los seres humanos. Lamentablemente muchos
médicos no tienen este conocimiento y dejan de indagar sobre la personalidad de su
paciente, perdiendo de esta manera la oportunidad de entenderlo mejor y darle un
tratamiento cabal.
Resulta obvia la trascendencia que tiene para el médico el estudio de esta materia.
De poco sirve al médico conocer la patología, los diagnósticos y la farmacología
sino entiende (y siente) al paciente en su relación con su grupo, sus creencias, sus
afectos, sus “porqués” y sus “paraqués”. Si no entiende la importancia de su imagen
como sanador en la mente del paciente.

Referencias Bibliográficas:
Amarista F.; Guzmán, A. Kerdel, O. (1981) Manual de Psicología Médica (2ª Ed)
Caracas, Editorial carhel c.a.
Fernández, A. (1974) Psicología médica y social (2ª Ed) Madrid. Editorial Paz
Motalvo.
Gil, J. (2004) Psicología de la salud (1ª Ed) Madrid. Pirámide.
Rios, P. (2006) PSICOLOGIA la ventura de conocernos (2ª Ed.) Caracas. Editorial
texto.
Uriarte, V. (2005) Psicofarmacología (5ª Ed) México, E. trilllas.

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