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TRES VISIONES SOBRE CAPITAL SOCIAL:

BOURDIEU, COLEMAN Y PUTNAM

*
JORGE RAMÍREZ PLASCENCIA
Conforme ha crecido el interés sobre el concepto de capital social y se han
multiplicado sus aplicaciones empíricas, el debate teórico de base ha tendi-
do cada vez a ser más superficial y selectivo de las fuentes intelectuales de
que se nutre. El predominio en ascenso de la visión de Putnam sobre la idea
ha ocasionado, en lo general, un descuido en la revisión y discusión de las
maneras diversas de concebir al capital social que le precedieron. Las apor-
taciones de Coleman y Bourdieu continúan siendo referencias constantes en
la literatura que está surgiendo sobre el tema, pero cada vez más ocupando
un lugar meramente simbólico en el marco de una historia intelectual que
no alumbra nuevas reflexiones ni provoca mayores discusiones intelectua-
les. En este contexto, el presente trabajo se propone realizar una recons-
trucción sistemática del concepto de capital social como fue elaborado, de
manera relativamente independiente, por Bourdieu, Coleman y Putnam. El
interés es poner en evidencia las similitudes, pero sobre todo las grandes
diferencias que subyacen a su entendimiento particular de la idea, motiva-
das por sus diversas formas de concebir a la sociedad y de reflexionar acerca
de ella.

A ntes de 1993, el interés sobre el


concepto de capital social prove-
nía de un reducido número de acadé-
ricas conocidas. Esto cambió pronto
a raíz del enorme impacto provocado
por las investigaciones de Putnam. La
tos, el que gradualmente se descubrie-
ra a otros precursores de la idea. Hoy
sabemos que a lo largo del siglo XX
micos que abrevaban casi exclusiva- publicación de su libro sobre Italia y hubo varios autores que usaron el
mente en los trabajos de James S. Co- su temprana aplicación del concepto término con el significado que se usa
leman sobre el tema publicados para describir la vida cívica de los Es- actualmente antes de que fuera plan-
originalmente en 1988 y 1990 (véa- tados Unidos (Putnam, 1995 y 1995a), teado por Coleman1. Entre ellos, se
se, respectivamente, Coleman 2000a colocaron su versión del capital so- destaca el sociólogo francés Pierre
y 2000b). Dos casos notables en este cial en el primer plano de las discu- Bourdieu. Bourdieu había incorpora-
sentido fueron el de Elinor Ostrom, siones, opacando en cierta forma la do el concepto en su aparato teórico
quien recurrió al concepto en su fa- visión más ambiciosa del concepto en la década de los setenta, o incluso
mosa publicación de 1990 para com- creada inicialmente por Coleman. antes, y había realizado una exposi-
prender la lógica de administración También motivaron el surgimiento de ción refinada de la idea en un artícu-
de los bienes comunes (véase Ostrom, un interés extraordinario por el con- lo publicado en inglés en 1985 como
2000) y, desde luego, de Robert D. cepto que propició, entre otros efec- parte de un libro consagrado a la so-
Putnam, quien lo usó, modificándo-

lo, para analizar el desempeño de los * Profesor-investigador de la Universidad de Guadalajara.


gobiernos regionales de Italia (véase 1 Entre estos autores y los años en que lo usaron, al parecer sin tener noticia entre
Putnam, 1993; 1993a; y Helliwell y sí, cabe mencionar al filósofo John Dewey (1900); al reformador educativo Lida
Putnam, 1995). La idea de capital so- Hanifan (1916); a la socióloga Jane Jacobs (1961); al antropólogo Ulf Hannerz
cial parecía entonces un invento de (1969); al sociólogo Pierre Bourdieu, (1970 o antes); al sociólogo Glenn Loury,
Coleman y sus publicaciones eran 1977 y al economista Ekkehart Schlicht (1984) entre otros (véase Farr, 2004 y
prácticamente las únicas fuentes teó- Putnam, 2002).

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ciología de la educación2 (véase Bour- mo, que la versión del concepto ex- creciente uso de la idea para explicar
dieu, 2000)3. puesta por Putnam ha tendido cada vez toda clase de fenómenos en los más
Sin embargo, esta conciencia más más a dominar la discusión y el traba- distintos campos de las ciencias socia-
informada sobre los orígenes del con- jo académico sobre el tema, particu- les (salud, familia, trabajo y empleo,
cepto pocas veces ha dado lugar a una larmente como punto de partida y criminalidad, empresa, pobreza y de-
discusión más rigurosa de los antece- marco orientador para toda clase de sarrollo, democracia y eficacia guber-
dentes intelectuales de la idea y, sobre investigaciones empíricas (véase, vgr., namental, migración, etc.) y en virtud
todo, de los presupuestos y matices Kawachi y Kennedy, 1997; Szreter y de que, como tratamos de demostrarlo
teóricos que articulan la noción en cada Woolcock, 2004; Knack, 2002) 8. El tra- líneas arriba, el debate se hace cada
uno de los autores principales que la bajo de Coleman, y no digamos el de vez menos informado y más selectivo
trataron inicialmente. Es común obser- Bourdieu o Loury, otro de los precur- de las fuentes a las que recurre. En
var una inercia a seguir considerando sores importantes del concepto, suele general, pretendemos enfatizar más las
a Coleman como el progenitor de la idea aparecer como antecedente general o diferencias de fondo que separan a cada
y, por lo tanto, a no discutir las fuen- como autores que abonan una misma una de estas visiones que las coinci-
tes previas4. Dicha inercia puede ob- definición del término, pero es mayor- dencias que existen entre ellas. Cree-
servarse en el mismo Putnam, quien a mente el trabajo de Putnam el que se mos que poner en evidencia las múlti-
pesar de reconocer en Bowling Alone, discute o usa con fines de investiga- ples tensiones de tipo principalmente
su conocida publicación del año 2000, ción. teórico que están en la base de sus res-
el carácter precursor de Bourdieu so- A contracorriente de esta tenden- pectivos tratamientos del concepto
bre el concepto (véase Putnam, 2002), cia, este trabajo busca indagar en las pueden ser más instructivas que el ex-
recientemente afirma que Coleman “es fuentes intelectuales constitutivas de pediente más fácil de ignorarlas o dar
considerado justificadamente el padre la idea como fueron originalmente ex- por sentado que no tienen relevancia.
intelectual del campo” (de investiga- puestas en Bourdieu, Coleman y Bourdieu: el capital social como meca-
ción sobre el capital social) (Putnam, Putnam. Su interés es reconstruir la nismo de diferenciación social y repro-
2004: 668). Es posible percatarse tam- visión del capital social que formula- ducción de las clases.
bién de que si bien Bourdieu aparece ron cada uno de ellos. Un ejercicio de El uso de la expresión “capital so-
reiteradamente citado en la literatura, este tipo parece indispensable dado el cial” en Bourdieu habría que remon-
no se discuten a fondo sus ideas y

2 Según Smith y Kulynych (2002) y Lévesque (2000) dicho artículo se había publi-
menos se aplican en la investigación
empírica5. Esta relativa ausencia de cado dos años antes en lengua alemana.
3 Ostrom y Putnam no conocieron esta contribución de Bourdieu en las publicacio-
Bourdieu en la discusión del tema ha
sido deplorada por autores que, como nes que hemos citado. Coleman citó a Bourdieu en su trabajo de 1990, refiriendo
Fine6, estiman que con ello se deja fue- únicamente su contribución preliminar y temprana de 1980, publicada en fran-
ra una noción crítica del concepto, de cés. Un caso distinto fue el de Alejandro Portes, uno de los primeros sociólogos en
corte más sociopolítico, que permite usar el concepto y quien ha hecho contribuciones importantes para su desarrollo.
una apropiación despolitizada del tér- En un artículo publicado en 1993, Portes acreditó a Bourdieu como el introductor
mino por entidades como el Banco del concepto al campo de la discusión sociológica (véase Portes y Sensenbrenner,
Mundial7. También es posible darse 1993).
4 Las contribuciones reunidas por Dasgupta y Serageldin (2000) pueden tomarse
cuenta de un tratamiento del concep-
to que privilegia las concordancias y como un buen ejemplo de la centralidad que se concede a Coleman y, desde luego
semejanzas entre los autores de la idea a Putnam, en la génesis de la idea.
5 En una de sus últimas publicaciones, Bourdieu se refirió a este especie de olvido
y omite sus profundas diferencias (véa-
se, vgr., Adler y Kwon, 2000) . Parecie- de sus ideas explicándolo sutilmente como un efecto del “mercado extremada-
ra así que tanto Bourdieu, como Cole- mente protegido de la sociología norteamericana” (Bourdieu, 2001: 16).
6 Fine (2001: 52) ha señalado irónicamente cómo la presencia de Bourdieu en la
man y Putnam, iluminaron en esencia
los mismos fenómenos con el concep- bibliografía sobre el tema ha sido más bien marginal y simbólica, convirtiéndose
to, pero recurriendo a proposiciones y en una muestra del capital académico simbólico de autores y artículos.
7 Para una visión global de estas críticas y su defensa es instructivo consultar a
palabras distintas. Las perspectivas de
teoría que están detrás de sus aproxi- Bebbington (2004)
8 El predominio de la visión del capital social aportada por Putnam ha dado lugar a
maciones, y que abren grandes brechas
entre sus ideas, no son tomadas en reacciones críticas entre académicos para quienes las ideas de Coleman al respec-
cuenta. Es fácil comprobar, por últi- to son más valiosas (vgr. Greeley, 1997).

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tarlo, en sus palabras, a sus primeros política (ibid, 1988:118, subrayado en aquí de la totalidad de recursos basa-
trabajos de etnología en Argelia. Ahí el original) dos en la pertenencia a un grupo (op.
lo habría introducido para explicar “di- cit, 2000: 148; énfasis en el original)
ferencias residuales ligadas, grosso Fue un artículo publicado un año des-
modo, a los recursos que pueden re- pués en las Actes de la Recherche en En esta definición que ofrece Bourdieu
unirse, por procuración, a través de las Sciences Sociales, donde el concepto es habría cuatro elementos esenciales que
redes de ‘relaciones’ más o menos nu- objeto de un examen más detenido. Sin la articulan y que es necesario preci-
merosas y ricas” (Bourdieu, 2001:16). embargo, el propio título de este artí- sar para entender el alcance de su pro-
Es posible entonces que su uso de la culo, “Le capital social: notes provi- puesta: la pertenencia a un grupo, la
idea se remonte a la década de los se- soires”, era indicativo del estado em- existencia de relaciones de intercam-
senta, aunque debió tratarse de un uso brionario que tenía el concepto en su bio material y simbólico que se dan en
ocasional y poco sistemático. Esto pue- pensamiento y de la necesidad de un su interior, su grado de institucionali-
de deducirse si revisamos uno de sus mayor desarrollo. De hecho, la exten- zación y los recursos que posee dicho
primeros trabajos publicado, La repro- sión de aquel texto no era superior a grupo.
ducción, que apareció en 1970. En ese las dos páginas. Debieron transcurrir Bourdieu vio en la pertenencia a
texto, la expresión aparece menciona- tres años más para que Bourdieu pu- un grupo o una red de relaciones por
da en el denso y barroco esquema que blique una elaboración más acabada de parte de los individuos un requisito
diseñó, junto con Passeron, para dar la noción en el artículo “The forms of indispensable para la existencia del
cuenta del papel del sistema escolar capital”, publicado en inglés en 1985. capital social. A diferencia del capital
en la reproducción de los privilegios Ahí el concepto cobra una relevancia económico y cultural en posesión de
de clase (Bourdieu y Passeron, especial, con un poder explicativo equi- las personas, que podían ser perfecta-
1995:136). Sin embargo, la noción no valente a los conceptos de capital eco- mente inteligibles desde el individuo,
llega a ser especificada. Los conceptos nómico y capital cultural, al último de el capital social demandaba la existen-
de capital cultural y lingüístico y el de los cuales dedicó grandes apartados en cia de un grupo o una red duradera de
habitus reciben, a cambio, una mayor sus obras anteriores. relaciones sociales. Bourdieu llegó a
precisión. Fue en su estudio de 1979 En “Las formas del capital” Bour- nombrar a varios de estos grupos: la
sobre los criterios y bases sociales del dieu situó el concepto de capital so- familia, un club selecto y la aristocra-
gusto donde el concepto adquiere ma- cial como una herramienta explicativa cia. Es fácil darse cuenta de algunas
yor visibilidad. Aparece varias veces a para efectos sociales que no podrían características que tiene estos grupos
lo largo del libro. Cuando se le invoca, ser comprendidos de otra manera. A sociales y que Bourdieu debió tener en
las más de las veces es como parte de decir de una nota a pie de página de mente para enumerar a éstos y no a
una enumeración sobre las diversas este texto, introducir la noción de ca- otros: su relativa estabilidad y perma-
formas de capital (económico y cultu- pital social hacía posible entender por nencia, esto es, su institucionalización;
ral). Sólo en un pasaje la noción llega qué dos personas con cantidades equi- su posesión de límites relativamente
a ser clarificada con suficiente preci- valentes de capital económico o cul- precisos, que los definen y distinguen
sión para indicar que: tural, obtenían diferentes beneficios. de los demás, y que sus miembros se
...los miembros de las profesiones libe- Dichas diferencias provenían de lo que preocupan por conservar; y, sobre todo,
rales (y en particular los médicos y los el sentido común nombra con frecuen- su posible vinculación con diferencias
abogados) invierten... en unos consu- cia como tener “influencias” o “rela- sociales más amplias.
mos apropiados para simbolizar la po- ciones” (Bourdieu, 2000b), lo cual no Volveremos sobre este último punto
sesión de los medios materiales y cul- es otra cosa que la capacidad de los más adelante. Concentrémonos por el
turales aptos para ajustarse a las reglas individuos para “movilizar en su favor momento en el elemento del intercam-
del arte de vivir burgués y capaces de el capital de un grupo más o menos bio social. Hay que decir sobre esto que
asegurarles con ello un capital social, institucionalizado y rico en capital” las redes sociales o los grupos poseedo-
capital de relaciones mundanas que (ibid, 2000: 149). Este capital se cons- res de capital social se constituyen y
pueden, llegado el caso, proporcionar tituiría mantienen a partir, como ya vimos, de
‘apoyos’ útiles, capital de honorabili- por la totalidad de los recursos poten- “los consumos apropiados” que hacen
dad y respetabilidad que a menudo es ciales o actuales asociados a la pose- sus miembros para simbolizar una “vida
indispensable para atraerse o asegurarse sión de una red duradera de relaciones burguesa”, pero también especialmente
la confianza de la buena sociedad y, más o menos institucionalizadas de a partir de los actos de intercambio que
con ello, su clientela, y que puede con- conocimiento y reconocimiento mu- sostienen entre sí. Lo que se intercam-
vertirse, por ejemplo, en una carrera tuos. Expresado de otra forma, se trata bia son bienes a la vez materiales y sim-

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bólicos (“palabras, regalos, mujeres, En la definición de Bourdieu, el Bourdieu, no agota todo su análisis.
etc.”) que da lugar, y presupone, cono- capital social implica recursos en po- Su tratamiento del capital social tie-
cimiento y reconocimientos mutuos en- sesión de grupos. No es meramente una ne, por lo menos, dos implicaciones
tre sus miembros. Dicho intercambio red amplia de conocidos o vecinos, a teóricas y analíticas que es necesario
asume la forma de un toma y daca en los que las reglas de cortesía obliguen poner de relieve para comprender el
apariencia desinteresado, gratuito y vo- a cierto trato recíproco. Para que esta funcionamiento del concepto dentro de
luntario, pero que genera en realidad red tenga efectos de capital social debe su perspectiva teórica general: la pri-
un cúmulo de obligaciones duraderas ser capaz de movilizar recursos. Inclu- mera, es la conexión del capital social
que “se apoyan bien sobre sentimientos so el capital social son estos recursos con diferencias sociales más amplias,
subjetivos (de reconocimiento, respeto, aportados por las redes. Pero ¿de qué en particular las relacionadas con la
amistad, etc.), bien sobre garantías clase de recursos se trata? Bourdieu no clase social, en tanto la segunda es la
institucionales (derechos o pretensio- es claro sobre ello. Líneas más adelan- vinculación del concepto con los fenó-
nes jurídicas)” (op.cit, 2000: 151 y 152) te del mismo artículo de 1985, Bour- menos del poder.
y que, junto con el “conocerse y reco- dieu escribe sobre los “beneficios” que La idea de capital social que elabora
nocerse” mutuo, sirve para fijar los lí- se derivan para los individuos que per- Bourdieu, como las restantes formas de
mites del grupo. tenecen a un grupo. Debemos suponer capital que analiza, guardan una estre-
La dinámica de esta clase de relacio- que recursos y beneficios son equiva- cha relación con la noción de clase so-
nes de intercambio requiere, y a la vez lentes. Bourdieu distingue entre bene- cial9. Bourdieu llegó a reconocer al ca-
produce, una cierta institucionaliza- ficios materiales y beneficios simbóli- pital social como un poder o fuerza que
ción del grupo, la cual se logra por cos, pero ningún de los dos recibe una era a la vez causa y efecto de las dife-
“adopción de un nombre común” o me- definición precisa. Sólo son ilustrados rencias entre clases sociales. El capital
diante “actos de institucionalización”. a través de ejemplos. Es el caso, como social, junto al económico, cultural y
Para Bourdieu, la institucionalización vimos, cuando escribe que los bienes simbólico, son “esos poderes sociales
es una característica central del capital intercambiados pueden ser “palabras, fundamentales” que forman la estruc-
social que le hace asumir “una existen- regalos, mujeres, etc.”. De manera más tura de un espacio social dado –como la
cia cuasi-real”. Las relaciones sociales amplia, apunta que los beneficios ma- sociedad francesa, por ejemplo—. Los
difusas, motivadas por la cercanía física teriales pueden ser, “...por ejemplo, los individuos se distribuyen en ese espa-
o social, no podían considerarse relacio- múltiples favores asociados a las rela- cio social en función del volumen de
nes generadoras de capital social, me- ciones provechosas”, en tanto los be- capital que poseen, de la composición
nos aún la simple sociabilidad entre co- neficios simbólicos podrían ser “aque- de ese capital y de su evolución en el
nocidos que otros autores han llos que resultan de la pertenencia a tiempo (ibid., 2000a: 106). En el mismo
considerado como parte del capital so- un grupo selecto y prestigioso” (op. texto de 1985, se puede inferir que el
cial (vgr., Putnam, 2002). En la pers- cit:151). Es probable que Bourdieu no capital social encuentra su expresión
pectiva de Bourdieu, para que esta cla- se haya visto precisado a ofrecer una más lograda si se interpreta, sobre todo,
se de relaciones se transformen en acotación clara de los beneficios des- como un recurso disponible en mayor
relaciones de capital tendrían que estar prendidos de la pertenencia a un gru- proporción por grupos “privilegiados”,
basadas en “el reconocimiento de un po en razón de que los fines de los ac- de elite o “distinguidos”. En la nobleza,
mínimo de homogeneidad” (Bourdieu, tores que se aprovechan de ellos a la que Bourdieu se refiere como el
2000: 150) entre quienes las forman, pueden ser en extremo variados, de ejemplo más claro del principio de dele-
estar penetradas por relaciones de in- modo que sólo la investigación empí- gación del capital (op. cit., 2000:156), o
tercambio y recibir cierta instituciona- rica puede desvelar, en cada caso, de en su enumeración de grupos institu-
lización. Bourdieu aduce que el capital qué beneficios se trata. cionalizados y ricos en capital como los
social en posesión de un grupo tiende a Estos componentes esenciales del antiguos alumnos de un colegio de eli-
concentrarse en manos de un individuo concepto de capital social que ofrece te, un club selecto y la aristocracia, se
o unos pocos mediante “delegación ins-
titucionalizada”, tanto más conforme el

9 Ben Fine (2001) advierte cómo la noción de capital en Bourdieu llega rápidamen-
grupo sea más grande y menos podero- te a identificarse con grupos socioeconómicos. Adam y Roncevic (2003: 159), por
so (Bourdieu, 2000). Pareciera un me- su parte, observan un nexo parecido que recorre toda la distinción de Bourdieu
canismo inevitable para proteger al sobre las formas del capital al decir que “su elaboración de las diversas formas del
grupo y al capital acumulado por él capital (económico, cultural, simbólico) tiene el propósito de explicar los meca-
frente a las “equivocaciones individua- nismos de preservación del sistema de estratificación social y la legitimación de
les” o “las amenazas de deshonor”. la estrategia de reproducción de la clase dominante”

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encuentra una ilustración muy clara de de Cuestiones de sociología. En ese tex- sin embargo, nunca fueron más que un
esta vinculación del concepto con el to, explica que construir el concepto esbozo, limitadas a penetrantes intui-
análisis de las clases sociales. de capital social es ciones, que dejaron intacta la corrien-
Habría que suponer entonces que “producir el instrumento para analizar te principal de argumentación en tor-
existen grupos cuya posesión de ca- la lógica según la cual esta especie par- no a suponer que el capital social es
pital social es mayor al de otros. Esto ticular de capital se acumula, transmi- un recurso íntimamente conectado con
es así porque, como el propio Bourdieu te, reproduce; el instrumento para com- la formación y reproducción de las cla-
anota, el volumen de capital social al prender cómo se transforma en capital ses sociales en una sociedad moderna
alcance de un individuo depende no económico y, a la inversa, el coste del y diferenciada.
sólo de la red de conexiones que po- esfuerzo que supone convertir el capi- Una característica adicional del
sea, sino “del volumen de capital (eco- tal económico en capital social.” (ibid., enfoque de Bourdieu es el vínculo que
nómico, cultural o simbólico) poseí- 2000b: 57) establece con los problemas de la re-
do por aquellos con quienes está presentación política y, en forma más
relacionado” (ibid., 2000:150). El vo- Ciertamente, hay indicios en los tex- general, con el poder. Se pueden iden-
lumen de capital social en posesión tos de Bourdieu donde el capital social tificar tres aspectos de esta ligazón del
de una red, a final de cuentas, de- busca ser un recurso de teoría útil para capital social con el poder. El primero
pendería en gran medida del volumen explicar no sólo la dinámica de consti- es la estrecha cercanía conceptual que
de capital económico y cultural de ese tución de sociedades modernas dividas establece entre ambos. Como ya men-
grupo. Esto ocasionaría lógicamente en clases. Al incluir a la familia entre cionamos, para Bourdieu la estructura
una distribución desigual del capital los grupos detentadores de capital so- de todo espacio social está constituida
social entre los grupos o redes que cial o al referirse a ella como “princi- por lo que llama “poderes sociales fun-
conforman la sociedad. Bourdieu nunca pal ámbito para la acumulación y trans- damentales”. El capital social sería uno
supuso una sociedad conformada por misión de esta especie de capital” de sus poderes11. El segundo deriva de
grupos o redes con disposiciones equi- (idem); o al mencionar que entre los la conexión previamente analizada
valentes de capital social10. La impo- bienes intercambiados se encuentran entre capital social y diferenciación
sibilidad de que algo así sucediera se no sólo palabras y regalos, sino tam- social. En la medida en que el capital
explica, primero, porque para Bourdieu bién mujeres (institución que parece social es un recurso desigualmente dis-
la acumulación de capital social re- más propio de una sociedad poco dife- tribuido entre los diversos grupos o
quiere una inversión de tiempo y ener- renciada); o al suponer que uno de los redes que conforman una sociedad,
gía, y por consecuencia, “directa o grupos donde ocurre la delegación ins- crea y refuerza relaciones sociales
indirectamente de capital económico” titucionalizada de capital social en asimétricas. Smith y Kulynych (2002:
(op. cit.: 153). Para participar en una manos de uno o unos cuantos, puede 158) han detectado esta consecuencia
red y mantenerse en ella, cada indi- ser la nación entera (ibid., 2000: 154), que se desprende de la teoría de Bour-
viduo necesita desarrollar una estra- Bourdieu parecería querer empujar su dieu al argumentar que, mientras la
tegia de inversión con esos fines que teoría del capital social más allá de una concepción de Coleman sobre el capi-
lleva aparejado costos. En segundo estrecha conexión con la teoría de las tal social, puede describirse más pro-
lugar, hay que tener en cuenta que clases sociales y convertirla en pieza piamente como poder para, la de Bour-
para Bourdieu el capital social “no es importante de una teoría social más dieu “cuyo proyecto es comprender la
nunca totalmente independiente” (op. general, de naturaleza antropológica, reproducción de clase, status y rela-
cit.: 150) del capital económico y capaz de iluminar procesos de estrati- ciones de poder, es más poder sobre”
cultural en posesión de un individuo ficación social en cualquier clase de (énfasis en el original). El tercer as-
ni del que, por su parte, poseen los sociedad y la dinámica de constitución pecto se hace evidente cuando Bour-
demás miembros de la red, aunque del poder político. Estas pretensiones, dieu introduce la idea de que el capi-
tampoco se reduzca a ellos. Gran par-

te de su esfuerzo analítico se orientó 10 Que no lo hiciera da cuenta los múltiples estudios empíricos que realizó y que
a mostrar las transformaciones recí- muestran, al contrario, cómo la desigual posesión de capital crea diferencias pro-
procas que se daban entre estas cla- fundas entre individuos y grupos (véase, por ejemplo, su análisis sobre la apro-
ses de capital. En su artículo de 1985 piación del espacio físico, territorial, y de los bienes asociados a ellos, en función
le dedica considerable atención. Lo de las diferencias de capital económico, cultural y social, incluido en Bourdieu,
mismo sucedió en los breves pasajes 1999: 119-123).
que dedicó al tema en sus ensayos pu- 11 Fine (2001) ha advertido esta identificación que hace Bourdieu entre el concepto
blicados un año antes con el título de poder y el de capital social que provoca que lleguen a ser casi sinónimos.

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tal social puede ser objeto, como ya explica a partir de suponer individuos que introdujo ese año, se adapta bien
mencionamos, de “delegación institu- del todo movidos por su interés propio a esta tentativa teórica y constituye
cionalizada” al interior del grupo, lo (tradición que llama economicismo). una respuesta a su búsqueda de esta
cual produce su concentración en ma- Frente a estas tradiciones, el capital clase de modelos. Debió de represen-
nos de uno o unos cuantos quienes social aparece en su opinión como un tar para él todo un hallazgo intelec-
adelante ejercen la tarea de represen- dispositivo teórico especialmente apto tual, pues le ofreció dos posibilidades
tarlo y pueden disponer de “la totali- para integrarlas. Es “una herramienta”, teóricas que no han sido analizadas en
dad del capital social” en su haber. No escribe, que ayuda a su empresa teóri- la literatura consagrada a sus ideas: la
es muy claro por qué Bourdieu hace ca más amplia de de poder ofrecer explicaciones “verti-
esta vinculación con los problemas aso- importar el principio económico de la cales” y “horizontales” de un amplio
ciados a la representación política. Pro- acción racional para su uso en el análi- espectro –en principio, indefinido—de
bablemente esta asociación sea inevi- sis del propio sistema social, incluido fenómenos sociales.
table si, como presuponemos, Bourdieu pero no limitado al análisis del sistema La posibilidad de lograr explicacio-
comprendió a los grupos sociales como económico, y hacerlo sin descartar en nes “verticales” deriva del tratamien-
grupos formales, perfectamente deli- el proceso a la organización social to del problema micro-macro. El capi-
mitados y dotados con una identidad (Coleman, 2000a p: 19). tal social ofrecería en este sentido un
propia. Sólo en esta clase de grupos, doble rendimiento explicativo, según
que se ven obligados a resolver pro- Hay que tener presente que Cole- Coleman: permite dar cuenta de dife-
blemas de coordinación de la acción man había dedicado muchos años de rentes resultados en el plano del actor
colectiva mediante recursos de orga- su vida a la elaboración de esta clase individual y, a la vez, hacer transicio-
nización, vienen al caso los problemas de constructos. Se suele pasar por alto, nes micro-macro sin tener que descri-
de la representación y delegación de como afirma Fine (2001), que Coleman bir los detalles de la estructura a tra-
poderes. Como fuese, lo cierto es que inicialmente trabajó dentro del marco vés de la cual ocurre. Su definición de
la delegación del capital social y la de la teoría del intercambio social. De capital social subraya ambas dimensio-
función de representación de que es esta dedicación probablemente heredó nes:
objeto, nos lleva a estimar que la des- su preocupación central por encontrar El capital social es definido por su fun-
igual distribución del capital social que soluciones teóricas al problema micro- ción. No es una entidad única sino una
se observa en la sociedad más amplia, macro dentro de la sociología, el cual variedad de diferentes entidades, con
se reproduce al interior de los grupos consumió en su momento muchos es- dos elementos en común: todas ellas
o redes: habría individuos con mejor fuerzos de los teóricos del intercambio consisten de algún aspecto de las es-
posición y legitimidad para aprovechar- (véase, por ejemplo, Blau, 1994). En tructuras sociales, y facilitan la reali-
se de los recursos y beneficios poseí- un texto publicado en 1987 sobre este zación de ciertas acciones para los ac-
dos por los grupos o redes a las que tema, Coleman pretendió demostrar el tores –sean personas o actores
pertenece. fracaso de estas tentativas en la teoría corporativos—dentro de la estructura
sociológica y la necesidad de recurrir a (ibid., 2000: 20).
Coleman: el capital social como modelos que permitieran realizar tran-
vínculo entre el actor y la estructura siciones exitosas del nivel micro social Un ejemplo que ofrece el propio
Coleman hizo una formulación siste- al macro social. Piensa que estos mo- Coleman podría ilustrar este poten-
mática del concepto de capital social delos, con modificaciones, pueden ser cial explicativo que le adjudica al con-
en un trabajo publicado en 1988 en el tomados bien de la teoría económica cepto. En Corea del Sur, según repor-
American Journal of Sociology y regre- neoclásica, el cual basa sus generali- ta una nota de prensa, el desarrollo
só a él en su obra magna de 1990 titu- zaciones sobre la presunción de mer- del activismo político radical entre es-
lada Foundations of Social Theory12. El cados perfectos, o bien a partir de un tudiantes pasa por “círculos de estu-
interés por el concepto en ambos es- modelo de acción racional pero sin dio” clandestinos, que sirven al estu-
critos es principalmente teórico. A mercados o intercambios (Coleman, diante como “unidad de organización
Coleman le parece que el capital social 1994). El concepto de capital social, básica” para realizar manifestaciones
es capaz de conciliar dos tradiciones

explicativas de la acción social: la que 12 Coleman había introducido la idea de capital social en conexión con las normas,
tiende a explicarla por referencia al en un artículo publicado en 1987 como parte del libro colectivo publicado por
contexto de normas, reglas y obliga- Radnitzky y Bernholz “Economic imperialism: the economic approach applied
ciones que la gobiernan (sociologismo) outside the fields of economics”. El título de su colaboración fue “Norms as social
y la que deja de lado este entorno y la capital” (véase Lévesque, 2000).

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y otras actividades de protesta. Esta Que el concepto llegue a recibir tal do por retribuirla. Esta obligación, en
organización —como cualquier otra capacidad explicativa es una fortuna opinión de Coleman, puede considerar-
que hace posible estas actividades— para su teoría. A Coleman le permitió se como un “pagaré” (credit slip) ad-
es para Coleman una “forma especial- disponer de una noción que, además quirido por el primero para que sea
mente potente de capital social” (op. de ser compatible con su perspectiva cubierto por el segundo. En toda rela-
cit.: 21). Coleman recuerda que orga- general, es capaz de explicar multitud ción social existe un número impor-
nizaciones como éstas han estado pre- de fenómenos a partir de un solo prin- tante de estos “pagarés” pendientes de
sentes en la historia de la revuelta cipio teórico. El precepto de la parsi- cubrirse (Coleman, 2000a, p:22). Estos
política: las células de trabajadores monia científica, tan caro a las teorías “pagarés” pueden ser comprendidos
en la Rusia zarista, descritos y defen- del individualismo metodológico y que como capital social. Su existencia, sin
didos por Lenin, y los comités de ac- justamente aconseja no multiplicar las embargo, está afectada por dos facto-
ción de los liceos franceses en las pro- entidades innecesariamente para expli- res: qué tan digno de confianza es el
testas estudiantiles de 1968 en ese car un fenómeno, se cumple en una ambiente social y qué extensión ten-
país. Por consiguiente, se podría sus- formulación como ésa13. gan las obligaciones contraídas. El pri-
tentar la afirmación que “los grupos A pesar del poder explicativo am- mero es importante para contar con
constituyen un recurso que ayuda a plio que Coleman atribuye al concep- ciertas garantías de que las obligacio-
pasar de la protesta individual a la to, introduce ciertas acotaciones sobre nes contraídas por los actores serán
revuelta organizada”(op. cit.: 23). su alcance. Si bien acepta que toda re- cubiertas. Sin este requisito, sería im-
La posibilidad de alcanzar explica- lación y estructura de la vida social probable que funcionasen los sistemas
ciones “horizontales”, por su parte, puede generar capital social, existen rotativos de crédito, o los personajes
proviene de afirmar que el rasgo dis- ciertas estructuras que cumplen mejor que están cerca de jefes de estado y
tintivo del capital social es su carácter esta función que otras. En su artículo que ejercen de modo informal poderes
funcional (instrumental, sería más pre- de 1988, distingue tres formas princi- extraordinarios bajo el consentimien-
ciso decir). De acuerdo a esto, ahí don- pales de capital social, mismas que se- to de éstos, ejemplos que ilustran este
de cualquier aspecto de la estructura rán retomadas con algunas ligeras pre- principio según Coleman. La extensión
social contribuya a la realización de los cisiones en su trabajo de 1990 y a las de las obligaciones, por su parte, varía
fines del actor existe capital social. En que agregará tres más. Estas formas de acuerdo a las estructuras sociales y
todo fenómeno social se podría, en son: a) las obligaciones y las expecta- a los actores dentro de ellas. Diferen-
principio, identificar esta posibilidad. tivas; b) el potencial de información; cias en las estructuras sociales, tales
Ya los mismos ejemplos que aporta para c) las normas y sanciones efectivas; d) como las diversas modalidades cultu-
ilustrar la existencia de capital social, las relaciones de autoridad; e) las or- rales vinculadas con el pedir y dar ayu-
indican este ensanchamiento del con- ganizaciones sociales apropiables para da, el grado de “cierre” de las redes
cepto en sus pretensiones explicativas: otros fines y f) las organizaciones in- sociales, la existencia de ayuda guber-
hay capital social en los lazos tan es- tencionales (Coleman, 2000a y 2000b). namental, etc., pueden hacer que la
trechos que unen a los comerciantes Haremos una breve descripción de cada disposición de estas obligaciones va-
de diamantes en Nueva York; en los una de ellas para dimensionar el al- ríen. Pero también los individuos pue-
círculos de estudio de los activistas cance de la teoría de Coleman sobre el den variar entre sí de acuerdo a la can-
surcoreanos, ya citados; en la vigilan- concepto. tidad de obligaciones a su disposición.
cia informal que brindan los adultos a La primera forma de capital social Como lo revela el rol del patriarca en
los niños que pasean por las calles de surge en contextos de intercambio. una familia extendida o el peso que
Jerusalén a diferencia de Detroit, don- Coleman nos coloca en una situación tienen ciertos legisladores en las deci-
de esta norma no existe; en las redes hipotética en la que, si un actor hace siones del Congreso, las obligaciones
de venta que existen en un mercado un favor a otro, es posible que surja pueden concentrarse y dar lugar a
de El Cairo y que permite que cualquier en el primero una expectativa de reci- asimetrías entre los actores (Coleman,
demanda de un bien que presenta un procidad y una obligación en el segun- 2000a y 2000b).
cliente a cualquier vendedor éste la

13 Cuidar que su teoría en general observara este principio fue sin duda una preocu-
canalice, en ese momento, al vende-
dor apropiado, etc. Coleman llega in- pación de Coleman. En su texto capital, Foundations of Social Theory, advierte que
cluso a reconocer este ensanchamien- su teoría del actor cumple con este precepto: “Una propiedad del sistema teórico
to al afirmar que “todas las relaciones desarrollado hasta aquí es la parsimonia. Los actores están conectados a recursos
y estructuras sociales facilitan alguna (y así indirectamente uno a otro) a través solamente de dos relaciones: su control
forma de capital social” (op. cit.: 26). sobre los recursos y su interés en ellos” (ibid., 2000b: 37).

ACTA REPUBLICANA POLÍTICA Y SOCIEDAD AÑO 4 ■ NÚMERO 4 ■ 2005 27


La segunda forma de capital social empresariales donde se invierte en ellas influyan en esta dinámica. La propie-
es el potencial de información inhe- con expectativa de ganancia, o sean dad de cierre de las relaciones sociales,
rente a las relaciones sociales. Recor- organizaciones que se pueden usar para entendida como la “existencia de sufi-
dando una vieja convicción de la teo- fines distintos a su origen, como las cientes vínculos entre un cierto núme-
ría económica en torno a que la experiencias asociativas cuyos recur- ro de personas” (Portes, 1998: 6), es
adquisición de información implica un sos de organización acumulados son importante para el capital social por-
costo, Coleman argumenta sobre los be- útiles para emprender otros fines. Éstas que permite la observancia de normas
neficios que pueden obtener los acto- últimas, que llama genéricamente y la creación de la reputación necesaria
res para alcanzar sus fines echando organizaciones sociales apropiables, entre personas para participar en in-
mano de la información en posesión Coleman las comprendió en 1988 no tercambios del tipo que presupone las
de sus contactos y relaciones sociales, como una forma de capital social, sino obligaciones y expectativas contraídas
sin que sea necesario para ello esta- como una estructura particularmen- por su conducto. Cuando esta propie-
blecer relaciones de reciprocidad en te propicia para producir capital so- dad está ausente, éstas no pueden de-
términos de obligaciones y expectati- cial. Dos años después las concibe sin sarrollarse (Coleman, 2000b: 322). To-
vas. Coleman seguramente tuvo en duda como capital social (Coleman, das las formas de capital social, salvo
cuenta los hallazgos de las investiga- 2000a y 2000b). la de organizaciones intencionales cuya
ciones sobre redes sociales para consi- Como podrá advertirse, Coleman organización basado en puestos las pro-
derar esta clase de información como ofreció una especificación a detalle tege de los cambios de personas, pue-
capital social. En efecto, los estudio- sobre las posibles formas de capital den verse afectadas también en la me-
sos de las redes sociales habían docu- social. Tal elaboración no se encuentra dida en que la estabilidad de las
mentado desde principios de los años en Bourdieu. Hay, sin embargo, un as- relaciones sociales se vulnere por la
setenta el valor de las relaciones so- pecto polémico de su formulación que movilidad de los individuos (geográfica
ciales para ampliar las oportunidades no ha sido ignorado por autores poste- o social). La ideología, por su parte,
individuales, impulsar la movilidad so- riores: el riesgo de tautología. Coleman puede contribuir a la creación de capi-
cial y favorecer la cohesión. La infor- fue poco cauteloso en separar lo que tal social en tanto imponga a los indi-
mación era una parte fundamental de podría considerarse capital social de lo viduos una preocupación por el interés
este valor (véase Granovetter, 1973 y que podría identificarse como benefi- de los demás en lugar de sí mismo, pero
1995; para una discusión reciente Lin cios o efectos asociados (véase Portes, igualmente puede tener un efecto ad-
y otros, 2001) 1998; Edwards y Foley, 1997; Putnam, verso cuando dichas creencias dicten lo
La tercera forma de capital son las 2004). Ya su misma reclasificación de contrario. En general, el capital social
normas y sanciones efectivas. Las nor- las organizaciones sociales apropiables se ve afectado si no es objeto de un
mas inhiben ciertas acciones y esti- que de ser una estructura creadora de constante mantenimiento; puede depre-
mulan el emprendimiento de otras. capital social pasa a considerarlas como ciarse, en opinión de Coleman, como su-
Normas que inhiben el crimen facili- una expresión más muestra los proble- cede con cualquier otra clase de capi-
tan caminar en la calle por la noche; mas que enfrentó para disociar ambos tal: “las relaciones sociales mueren si
normas que reconocen el alto desem- aspectos. Lo mismo puede decirse, por no se mantienen; las expectativas y obli-
peño escolar facilitan, a su vez, la tarea ejemplo, de la información, que en lu- gaciones se marchitan con el paso del
educativa. Coleman nos invita tam- gar de una forma de capital social po- tiempo y las normas dependen de la co-
bién a considerar las relaciones de dría considerarse más propiamente un municación regular” (op. cit.: p.321).
autoridad como una cuarta forma de efecto o beneficio derivado. Junto a la falta de mantenimiento, y
capital social. Un actor puede trans- Debemos considerar un último as- los factores que hemos señalado, ha-
ferir a otro derechos de control sobre pecto de la teoría elaborada por Cole- bría que considerar como destructivo del
ciertas acciones. Estos derechos de man: su opinión de que el capital so- capital social, según Coleman, a todo
control son capital social que queda cial puede ser creado, mantenido o aquello que haga a las personas menos
a disposición del actor que los recibe. destruido. Coleman argumentó que la dependientes unas de otras. Es el caso
Es obvio que entre más derechos de propiedad de “cierre” (closure) de las de la riqueza y de la asistencia guber-
control reciba este actor por parte de relaciones sociales, la estabilidad de la namental en caso de necesidad14, las
otros, mayor será el capital social a estructura social, así como la ideología cuales evitan que las personas pidan
su disposición. Las organizaciones podían ser los principales factores que ayuda unas a otras.
sociales también pueden entenderse

como capital social, sean éstas inten- 14 Este punto es polémico. La idea de que la ayuda gubernamental puede ser nociva
cionales, como las organizaciones para el capital social ha sido vista como una afirmación que se adapta bien a lo

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PUTNAM: EL CAPITAL SOCIAL COMO otros –más eficientes en sus operacio- Putnam caracteriza a la comunidad
RESERVA COMUNITARIA nes internas, más creativos en sus ini- cívica como aquella en la que la ciudada-
ciativas políticas, más efectivos en la nía tiene un alto compromiso cívico, se
Putnam incorporó el concepto de ca- implementación de esas iniciativas asume y actúa como iguales política-
pital social en Making Democracy Work, (ibid.: 81) mente, son capaces de una elevada soli-
libro publicado en 1993. El uso que ahí daridad, confianza y tolerancia, y dan un
hace de la idea se inscribe en un mar- La distribución geográfica de estos fuerte impulso al asociacionismo en la
co de discusión complejo y ambicioso, gobiernos en Italia no era aleatoria. vida pública (ibid.: 86 y sigs.). Son estas
que tendremos que analizar brevemen- Grosso modo, los gobiernos más características —que Putnam intenta
te para poder entender de qué forma exitosos se encontraban en el norte del medir empíricamente con indicadores
se inserta ahí la noción de nuestro in- país y los más ineficientes en el sur, como lecturas de periódicos, números de
terés y comprender el uso más recien- coincidiendo en parte con una anti- asociaciones voluntarias, entre otros—
te que hace de ella. gua brecha socioeconómica entre am- las que podrían explicar de manera más
Aunque Making Democracy Work es bas zonas de Italia que permite distin- consistente las diferencias observadas
un amplio y documentado estudio de guir entre un norte próspero, entre las diversas regiones italianas: “el
caso sobre el desempeño institucional industrializado y con elevados están- factor más importante para explicar el
de los gobiernos regionales de Italia, dares de calidad de vida y un sur atra- buen gobierno es el grado en el cual la
su propósito apunta mucho más lejos. sado, desintegrado y con niveles de vida política y social en una región se
Como su mismo autor declara en la in- bienestar similares a países del tercer aproxima al ideal de la comunidad cívi-
troducción, pretende responder a la mundo. Las diferentes condiciones so- ca” (idem.: 120). Hasta aquí Putnam se
pregunta general de “cuáles son las cioeconómicas explicarían, entonces, ha movido en una línea tradicional de
condiciones que permiten crear insti- las diferencias en el desempeño insti- argumentación vinculada teóricamente
tuciones representativas fuertes, res- tucional, de acuerdo a explicaciones con los defensores del republicanismo y
ponsables y efectivas” (Putnam, 1993: convencionales de la ciencia política. el comunitarismo y empíricamente con
6). Su interés es comprender los facto- Para Putnam esta tesis no era defendi- las investigaciones clásicas sobre la cul-
res que influyen en el desempeño de ble. En su opinión, las diferencias en tura cívica15. Sin embargo, al final del
las instituciones democráticas y, más el desempeño institucional de los go- libro da un paso inesperado y conecta su
particularmente, en explicar “por qué biernos de Italia no se explican cabal- noción de “civilidad” con las ideas de
algunos gobiernos democráticos tienen mente considerando la desigual moder- Coleman sobre el capital social. Para ha-
éxito y otros fracasan” (op. cit.: 3). nización que presentan las regiones cer este enlace, Putnam parte de la pre-
Analizar el caso de Italia parece propi- donde se ubican. No se explican, sobre misa de que detrás de las experiencias de
cio a estos fines. En 1970, el gobierno todo, porque impide comprender los éxito o fracaso de las regiones italianas,
italiano inició una reforma a gran es- casos híbridos: gobiernos exitosos en en la base de los desiguales gradientes de
cala que dio lugar al establecimiento regiones no tan dotadas socioeconó- civilidad y de los círculos virtuosos o vi-
de gobiernos regionales con diseños micamente, y gobiernos cuyo desem- ciosos que se han generado en sus dife-
institucionales idénticos, así como al peño eran menos eficiente, pero incrus- rentes trayectorias históricas, se en-
inicio de un amplio proceso de descen- tados en sociedades relativamente más cuentran formas distintas de resolver los
tralización que al cabo de varios años ricas que otras. Para comprender estas problemas generados por los dilemas de
transfirió importantes responsabilida- diferencias, Putnam cree que se debe la acción colectiva tratados por las teo-
des y recursos a esos gobiernos. Al res- echar mano de una nueva variable: la rías del juego: oportunismos, engaños y
ponder a un mismo arreglo institucio- comunidad cívica (ibid.: 86). evasión de responsabilidades. Para
nal y haber sido dotadas con iguales
recursos, en principio la reforma debía que se ha llamado el “consenso de Washington”, el cual sostiene que si bien el
haber generado resultados equivalen- libre mercado no es perfecto, la intervención gubernamental empeora sus resulta-
tes en cuanto al rendimiento de las dos (Fine, 2001; Schuurman, 2003).

nuevas instituciones. No fue así, sin 15 El vínculo del análisis de Putnam con la tradición republicana lo establece él
embargo. Hacia finales de la década de mismo (véase Putnam, 1993: 87-89). Su relación con los investigadores de la
los ochenta, era evidente que impor- cultura política ha sido señalado por sus críticos. Aunque Putnam ha afirmado
tantes diferencias se habían estableci- que su interpretación no es culturalista, Tarrow observa que “El modelo de
do entre los diversos gobiernos: causación, que va de la capacidad cívica a la conducta política, se inscribe en la
algunos gobiernos regionales han sido línea principal de la investigación sobre cultura política desde los estudios pione-
más consistentemente exitosos que ros de Almond y Verba en adelante” (Tarrow, 1996: 390).

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Putnam, los problemas vinculados a es- laciones continuas de intercambio don- dotaciones de capital social que po-
tos dilemas admiten dos soluciones: o la de la retribución no es inmediata ni seen. Pero es también la existencia
cooperación voluntaria o la solución equivalente en el corto plazo. Putnam de capital social lo que ayudaría a
hobbesiana (esto es, la intervención de destaca las normas de reciprocidad ge- comprender los diferenciales de de-
un tercero con el poder de imponer solu- neralizada como aquellas que pueden sarrollo económico entre estas regio-
ciones verticales). Con cualquiera de las considerarse “un componente altamen- nes. La vida cívica, sustentada en altas
soluciones se puede lograr una situación te productivo de capital social” (ibid.). dosis de confianza, reciprocidad y redes
de equilibrio social, aunque la salida De nuevo, el valor de dichas normas de compromiso, es un factor fuerte-
hobbesiana no es la más adecuada. El para la comunidad reside en su capaci- mente asociado con la prosperidad eco-
equilibrio basado en la cooperación, “es dad de superar los problemas de la ac- nómica, en opinión de Putnam. Al
más fácil en comunidades a las que le ción colectiva. contrario de lo que afirman algunas
son inherentes substanciales reservas de Las redes de compromiso cívico, fi- tesis en cuanto a que el asociacionismo
capital social, en la forma de normas de nalmente, son redes sociales intensa- y la autoorganización social bloquean
reciprocidad y redes de compromiso cívi- mente horizontales, esto es, “donde los la eficacia gubernamental y el desa-
co” (ibid.: 167). Putnam recurre a agentes tienen equivalente status y po- rrollo económico, lo que demuestra
Coleman para introducir el concepto de der” (ibid.: 173). Se trata de asociacio- su investigación es que:
capital social, pero la apropiación que nes como cooperativas, clubes corales, las normas y redes de compromiso cí-
hace de él es selectiva y le añade elemen- partidos de masas, asociaciones vecina- vico han promovido el crecimiento eco-
tos nuevos. Afirma que el capital social les, etc. Estas redes también producen nómico, no lo han inhibido. Este efec-
se compone esencialmente de confianza, beneficios sociales: incrementan los to continúa ahora. A lo largo de dos
normas de reciprocidad y redes de com- costos potenciales para los desertores décadas desde el nacimiento de los go-
promiso cívico. en cualquier transacción individual, biernos regionales, las regiones cívicas
Para Putnam, la confianza es un promueven fuertes normas de reciproci- han crecido más rápido que las regio-
“componente esencial” (ibid.: 170). Su dad, facilitan la comunicación y mejo- nes con pocas asociaciones y más je-
importancia la ilustra trayendo a cola- ran el flujo de información sobre la rárquicas. De dos regiones igualmente
ción investigaciones empíricas sobre los confiabilidad de los individuos, así avanzadas económicamente en 1970, la
sistemas rotativos de crédito, como las como sirven de moldes para futuras ex- dotada con una densa red de compro-
realizadas por Geertz y Vélez-Ibáñez periencias asociativas al tratarse de en- miso cívico creció significativamente
(1993). En dichos sistemas, las perso- carnaciones de éxitos pasados de cola- rápido en los años siguientes (ibid.:
nas aportan cantidades fijas de dinero boración (ibid.: 173-174). 1993, 176, y 1993a).
periódicamente que son entregadas por Así caracterizado el capital social,
turnos a cada una de ellas. Aunque la como un atributo que puede referirse Lo dicho hasta aquí es suficiente para
posibilidad de desertar del sistema una a comunidades, el paso siguiente para percatarnos de que Putnam en realidad
vez recibida la cantidad reunida por vez vincularlo a la noción de comunidad recurre a Coleman pero sólo como pun-
está presente en cada participante, eso cívica es sencillo. Putnam escribe que to de partida para hacer una formula-
no suele suceder. Los riesgos se mini- “Las reservas (stocks) de capital social, ción distinta del concepto. Si bien
mizan por la existencia de confianza, tales como la confianza, las normas y Coleman había considerado la confian-
de fuertes normas y redes de compro- las redes, tienden a ser autorreforzan- za en su análisis de la idea, lo hizo en
miso recíproco que llevan al cumpli- tes y acumulativas. Círculos virtuosos la forma de un rasgo estructural del am-
miento de las obligaciones. resultan en equilibrio social con altos biente social (su nivel de confiabilidad)
Las normas, por su parte, también niveles de cooperación, confianza, re- que hacía posible o no el funcionamien-
forman parte del capital social en la ciprocidad, compromiso cívico, y bien- to de las obligaciones y expectativas.
medida que son capaces de “reducir los estar colectivo. Estos rasgos definen a Del mismo modo, si bien las normas
costos de transacción y facilitar la co- la comunidad cívica. De manera inver- ocupan un lugar importante en la su
operación” (Putnam: 172). Es el caso de sa, la ausencia de estos rasgos en la teoría como una forma de capital so-
las normas de reciprocidad. Dichas nor- comunidad “acívica” son también au- cial, su espectro es mucho más amplio
mas subyacen a intercambios recípro- torreforzantes” (ibid.:177) del que acaba subrayando Putnam, li-
cos. La reciprocidad puede ser de dos . mitando su interés a aquellas que iden-
tipos: específica y generalizada. La es- La explicación última sobre las dife- tifica como de reciprocidad generaliza-
pecífica o balanceada entraña toma y rencias de desempeño institucional da. Por último, es claro que Coleman
daca de bienes de equivalente valor, en las regiones italianas habría que no le adjudicó un valor especial a las
mientras que la generalizada supone re- buscarla, entonces, en las distintas redes de compromiso cívico (Morales,

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2002). Podemos especular que la der son consideradas, más bien, con- El capital social formal se refiere a
membresía en asociaciones, a las que traejemplos de las relaciones más li- las redes y asociaciones constituidas
Putnam concede una importancia es- bres y horizontales que se forman en sobre bases organizativas identifica-
pecial trayendo a colación la vieja des- el seno de asociaciones cívicas, base bles: tienen estructura, autoridades, re-
cripción de Tocqueville sobre el del tejido asociativo de la comunidad glas de funcionamiento, etc. El capital
asociacionismo estadounidense16, ha- cívica que caracterizó. social informal, por su parte, remite al
bría tenido cabida en el pensamiento Los más recientes trabajos de amplio espectro de la convivencia so-
de Coleman pero sólo considerada como Putnam se han erigido sobre las in- cial que carece de estas formalidades:
caso particular y a condición de que tu- terpretaciones que elaboró en su pu- comidas familiares, juegos deportivos
vieran lo que llamó propiedad de “cie- blicación seminal de 1993. El dise- espontáneos, etc. El capital social den-
rre”. La inclusión de las organizaciones ño teórico que adelantó en aquella so versus tenue destaca el diferente
sociales apropiables como una forma de obra es el marco principal de sus re- grado de interacción que puede existir
capital social en Coleman podría consi- flexiones actuales sobre el concep- entre personas que comparten un mis-
derarse una formulación en sintonía to. Su definición formal del capital mo espacio social. Hay mayor densi-
con el valor que Putnam asigna a las social sigue siendo en esencia la misma. dad de capital cuando las redes que vin-
redes de compromiso cívico. Es posible La confianza, las normas de recipro- culan a determinado grupo de personas
una lectura en este sentido, pero no cidad y las redes sociales que tejen son más estrechas y variadas. A la in-
carece de problemas. Si Coleman llegó las personas continúan siendo las di- versa, el capital social tenue compren-
a interesarse en estas organizaciones, mensiones constitutivas del capital de contactos ocasionales entre las per-
al grado de considerarlas una expresión social (Putnam, 2002: 14 y 2003.: sonas, limitados a cierto propósito y
de capital social, fue en razón de que 13-14). Hay, no obstante, nuevos ma- contexto. El capital social vuelto ha-
sus propósitos originales habían pasa- tices. El primero, es que el concepto cia dentro versus hacia fuera, por su
do a ser, de algún modo, marginales, y se agranda subrepticiamente para parte, pretende captar la diferencia de
sus recursos y experiencias estaban ali- abarcar también aspectos de la so- propósito que persiguen las más diver-
mentado fines distintos a los trazados ciabilidad. En opinión de Putnam, sas redes sociales y asociaciones civi-
al inicio. Dicho en otras palabras, las podría considerarse también capital les, sea que éstas busquen apoyar los
redes de compromiso cívico, cristaliza- social, aunque tenue, los encuentros intereses particulares de sus
das en asociaciones relativamente for- sociales más diversos, desde las co- agremiados (vueltas hacia dentro) o
males, tenían interés para él porque de midas con amigos hasta el “encuen- bien que pretendan promover el inte-
manera derivada, como subproducto, tro casual con otro individuo en un rés público (vueltas hacia fuera). Por
permitían que los actores se las apro- ascensor” (Putnam, 2003: 18). El se- último, habría que considerar la dis-
piaran para obtener fines distintos al gundo, es que Putnam también ha tinción entre capital social vinculante
de su constitución: devenían capital tenido mayor cuidado en distinguir y el que tiende puentes. Esta distin-
social en la medida en que perdían o diferentes tipos de capital. Recien- ción, que Putnam incorpora de Gitell y
ampliaban el objeto para las que fue- temente, ha especificado ocho tipos Vidal, dos sociólogos que han usado el
ron creadas. diferentes, los cuales se muestran en concepto de capital social para estu-
Otra divergencia importante entre la tabla siguiente: diar relaciones vecinales (véase Vidal,
la visión de Coleman y Putnam sobre 2004), llama la atención sobre la ca-
el capital social se encuentra en el TIPOS DE CAPITAL SOCIAL racterística que tiene alguna forma de
tipo de relaciones sociales que uno y capital social de unir más estrechamen-
otro estuvo dispuesto a considerar Formal Informal te a personas iguales en ciertos aspec-
dentro de su dinámica de formación. Denso Tenue tos (raza, religión, clase, etc.), a dife-
Mientras que Coleman incluyó las re- Vuelto hacia Vuelto hacia rencia del que une a personas
laciones de autoridad y jerarquía (como dentro fuera desiguales. El primero sería vinculante
las que estructuran a las organizaciones Vinculante Que tiende (bonding) y el segundo tendería puen-
lucrativas) como formas de capital puentes tes (bridging) (ibid.: 17-20).
social, Putnam ha tenido mucho cui- De todas estas distinciones, Putnam
dado en dejarlas fuera. Desde su aná- (Elaboración propia con base en ibid.: 17-20) destaca esta última como la más impor-
lisis del caso italiano, las relaciones

16 Putnam ha conectado en varias ocasiones su análisis del capital social con el


verticales que ligan a las personas con
otra (u otras) a través de mecanis- trabajo de Tocqueville (véase, vgr. Putnan, 1993 y 2002). Para una valoración de
mos de autoridad, clientelismo o po- este vínculo véase Gannet (2004).

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tante (ibid. 2002: 20). Considera que el pueden ser intrínsecos a su propia di- Coleman y Putnam oscilan entre la idea
capital social vinculante tiende a refor- námica de constitución y a los efectos de recursos (o beneficios derivados) y
zar identidades específicas, excluyentes, sociales que lleva aparejados. Dichos factores que podríamos considerar más
y a fomentar la homogeneidad de los resultados podrían ser presiones gru- propiamente como constitutivos del
grupos. Es útil para fortalecer la reci- pales excesivas sobre los miembros que capital social (como redes, confianza,
procidad limitada al grupo y estimular forman parte de redes densas y estre- normas, etc.). Se puede afirmar tam-
la solidaridad. Sirve para fortalecer chas, nivelación hacia abajo de las nor- bién que los tres autores comparten
“nuestro yo más estrecho”. Ejemplos de mas grupales y la exclusión de las per- una visión dinámica del capital social,
esta clase de capital los encuentra en sonas que no forman parte de tales en tanto conjunto de recursos que pue-
las “organizaciones fraternales étnicas, grupos o redes. de ser creado, mantenido o destruido.
los grupos de lectura femeninos parro- La descripción de Coleman de los facto-
quiales y los clubes de campo de la gen- CONCLUSIONES res que provocan estas afectaciones en
te elegante” (ibid.: 20). En cambio, el el capital social, vistos más arriba, es
capital social que tiende puentes se Bourdieu, Coleman y Putnam arribaron más que elocuente de esta visión.
orienta sobre todo hacia fuera de los a una visión del capital social que, sal- Bourdieu, por su parte, introdujo una
grupos primarios. Tiende a integrar a vo algunas coincidencias de tipo muy perspectiva dinámica al enfatizar la
personas de diversas clases sociales y general, observa profundas diferencias necesidad de comprender la lógica de
“puede generar identidades y reciproci- entre sí. La afirmación de que las rela- transformación del capital social en ca-
dades más amplias”. Es más útil para di- ciones sociales que forman las perso- pital económico, y viceversa. En el caso
fundir información y generar puntos de nas entre sí pueden proveer recursos de Putnam, aunque el último capítulo
contacto con “activos externos”. Putnam valiosos para el logro de ciertos fines, de su libro Bowling Alone apuesta a la
recurre insistentemente a dos fórmulas es una premisa común a los tres auto- idea de que el capital social puede ser
generales para describir las diferencias res analizados en este ensayo. La idea formado a voluntad, sus análisis más
entre ambas clases de capital: en una de que dichas relaciones surgen y se consistentes colocan la formación o de-
considera que el capital social vincu- mantienen como productos de actos de terioro del mismo en una visión histó-
lante constituye una especie de “supe- intercambio recíprocos entre las perso- rica de largo plazo y a escala societal.
radhesivo” social, mientras que el que nas que las forman es cabalmente su- Los orígenes del desigual civismo que
tiende puentes representa un “superlu- puesta por Bourdieu, mientras que en muestran las regiones de Italia se ex-
bricante”; en la otra repite una noción Coleman (con su análisis de las obliga- plican por una historia que puede re-
de Xavier de Souza Briggs, para quien el ciones y expectativas) y en Putnam montarse al menos a la Edad Media. Del
primero tiene utilidad sobre todo para (con su insistencia en las normas de mismo modo, su tratamiento del decli-
“salir del paso”, mientras que el segun- reciprocidad generalizada) se encuen- ve del capital social en Estados Unidos
do sirve para “salir adelante”. Ciertamen- tran ecos de esa idea18. Habría que ob- apela a factores de largo aliento (como
te, como el propio Putnam reconoce, el servar también el intento, no logrado la incorporación de la mujer a la esfera
valor de esta distinción es aproximati- totalmente en Coleman y Putnam, de del trabajo, el ascenso de la televisión
vo, pues muchas redes sociales se carac- sostener una definición del capital so- como forma de entretenimiento, etc.).
terizan por lograr ambos efectos: vin- cial en términos de recursos. Bourdieu Estas coincidencias generales, que
cular a sus miembros entre sí y a la vez siempre se atuvo a este rasgo (que jus- es posible identificar si abrimos la len-
tender puentes con otros. tamente le daba su carácter de capital), te conceptual para observarlas, se eri-
Una última diferencia de importan- mientras que las definiciones de gen al lado de profundas diferencias
cia con su formulación original es el

reconocimiento de que el capital so- 17 Véase Putnam, 2002, nota 19 del capítulo 1, aunque él mismo aclara que la
cial puede tener efectos nocivos. Como posibilidad de efectos antisociales asociados al capital social fue reconocida ex-
el mismo reconoció en Bowling Alone, presamente por él en un artículo publicado el mismo año que Making Democracy
estos efectos no fueron considerados Work. (véase también Putnam,1993a)
en Making Democracy Work17. Portes y 18 El análisis de Bourdieu sobre el intercambio social hace recordar el penetrante
Landolt (1996), Portes (1998), Levi análisis de Mauss en su “Ensayo sobre el don” en torno a la centralidad social y la
(1996) y Rubio (1997) han insistido en universalidad de la institución del potlach (véase Mauss, 1991). El ensayo de
que el capital social puede tener “un Mauss fue la base, muchas veces implícita, de trabajos posteriores sobre el inter-
lado oscuro”. De hecho, Portes ha ar- cambio social en el campo de la antropología y la sociología. Como señalamos
gumentado que los resultados negati- anteriormente, Coleman conocía de sobra este debate y su idea del capital social
vos que se derivan del capital social surgió como pretendida solución a sus paradojas teóricas.

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de perspectiva en cuanto a la caracte- nes, visión que podemos atribuir a aun cuando construye una versión del
rización del capital social y sus pre- Bourdieu y Coleman, no da como re- capital social como ventaja comunita-
tendidos efectos sobre la sociedad. sultado, agregándolos, beneficios o ria y aún enfatizando componentes es-
Habría que atribuir estas diferencias a ventajas para la sociedad más amplia tructurales. Así sea porque la investi-
las elecciones de teoría que están de- como supone Putnam, aún si acepta- gación del capital social necesita
trás de cada visión del concepto. La mos que el capital social se constituye metodológicamente al individuo como
teoría de la estratificación, de la elec- mayormente como externalidad, sub- unidad de análisis, o porque una com-
ción racional y del comunitarismo fi- producto o consecuencia no buscada prensión de tipo estructural o sistémica
losófico, que respectivamente suscri- de la acción de varios actores. Es más pura del capital social no es de su in-
ben Bourdieu, Coleman y Putnam, razonable pensar, al contrario, como lo terés, Putnam observa en la base de su
conducen a formulaciones práctica- hace Bourdieu, en que refuerce visión comunitaria del capital social a
mente irreconciliables. asimetrías ya existentes. En Coleman, actores que, a diferencia de los obser-
En primer lugar, cabe advertir una ciertamente, la posibilidad de hacer un vados por Bourdieu y Coleman, no es-
diferencia de la escala de observación tránsito hacia consideraciones de tipo tán egocéntricamente orientados. Al
que ha sido notada por otros autores, comunitario o societal es más factible privilegiar en su análisis el capital so-
entre ellos, por Portes (2000). El punto en razón de que su definición observa cial que tiende puentes, que en su opi-
de partida de la teoría tanto en Bour- no sólo al actor individual, sino a los nión tiene más probabilidad de ser be-
dieu como en Coleman es el actor. El rasgos estructurales de que se vale para neficioso en comparación al vinculante
capital social son ventajas que un indi- hacer posible sus fines (normas, orga- (Putnam, 2003: 20), al concederle ma-
viduo extrae o moviliza en función de nizaciones sociales, confiabilidad del yor aprecio a la organizaciones que
sus intereses. Son recursos que provie- ambiente social, etc.). Presuponer una “miran hacia fuera” y al enfatizar las
nen del grupo al que pertenece, en el sociedad integrada por actores racio- normas de reciprocidad generalizada,
caso de Bourdieu, o de rasgos de la es- nales y sostener un escrupuloso indi- que dan pie al emprendimiento de con-
tructura social que el actor usa para al- vidualismo metodológico como estra- ductas altruistas, Putnam está presu-
canzar sus fines, en el caso de Coleman. tegia teórica, hicieron que Coleman, no poniendo actores cuyas acciones pue-
En Putnam el foco de observación se obstante, nunca diera el salto que lo den calificarse de sociocéntricamente
centra sobre agregados sociales más llevaran a circunscribir su idea de ca- orientadas. Se puede afirmar que su
amplios. El capital social es entendido, pital social dentro de una dimensión teoría del capital social continúa acep-
entonces, como una ventaja colectiva de tipo puramente estructural. Putnam, tando la visión ideal de ciudadano que
(Zhao, 2002) que si bien puede redun- en cambio, comprometido con otras ofreció en Making Democracy Work y
dar en beneficios individuales para los tradiciones intelectuales, sí lo hace. Su que describimos más arriba.
miembros de la comunidad o la socie- visión del capital social, en esencia, Esta diferencia de perspectiva, que
dad que posee dicha ventaja, sus efec- procura retener algunos de estos ras- en nuestra opinión está a la base del
tos más visibles son de orden macro so- gos de estructura que Coleman obser- planteamiento de Putnam, nos per-
cial, conectados con la prosperidad vó aunque siempre conectados con el mite abordar otra diferencia con los
económica, el desarrollo social y la go- actor. Las ideas de Putnam, sin embar- demás autores, en especial con Bour-
bernabilidad democrática. go, no se han desentendido de actor, dieu. Se trata de la carga valorativa
Hemos supuesto que se trata de una

19 En los últimos años, la literatura sobre el capital social ha elaborado muchas


diferencia de escala de observación,
pero es impreciso llamarla así. El trán- consideraciones apoyándose en categorías como micro, meso y macro social. No
sito de una visión centrada en el indi- obstante, estas distinciones han generado más confusión en lugar de contribuir a
viduo o en grupo pequeños a una vi- refinar los razonamientos. En ocasiones, se usan para llamar de forma pretendida-
sión que comprende al capital social mente más precisa lo que se deja atrapar mejor como una cuestión de escala de
como atributo comunitario revela un observación: individual, grupal o familiar, comunitaria o nacional. En otras, lo
abismo conceptual entre los autores macro se entiende, siguiendo por ejemplo a Wright Mills, como las “grandes fuer-
que ni siquiera es posible comprender zas que modelan la sociedad” (en palabras de Szreter y Woolcock, 2004), lo que
reinterpretándolo como una diferencia recuerda una burda distinción entre el individuo y sus interacciones como perte-
entre abordajes micro o macrosocia- neciente a lo micro y la sociedad como constituyendo lo macro. Salvo algunas
les19. Los beneficios que en cada caso excepciones, como la de Turner (2000) el debate micro-macro en torno al capital
extrae o moviliza un autor en función social está lejos de haberse beneficiado de las discusiones más elaboradas que han
de sus intereses y con base en su per- realizado autores como Giddens (1995), donde se da por sentado la existencia de
tenencia a determinada red de relacio- propiedad estructurales (y en ese sentido macro sociales) en microcontextos.

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asociada al concepto. Bourdieu tuvo obligaciones, etc.). Dicha pérdida ten- Otra diferencia interesante de ob-
mayor cuidado que Coleman y Putnam dría que ser recompensada con el di- servar entre los tres autores es su posi-
en adjudicarle algún sentido valorativo seño de organizaciones sociales orien- ción distinta de cara a la posibilidad de
a su noción. A menos que conceda- tadas expresamente a tal fin (Coleman, que el capital social sea un bien distri-
mos que la formación y reproducción 1989 y 1993). Esta convicción de que buido desigualmente. Como vimos, la
de una sociedad estratificada pueda la destrucción o deterioro del capital presunción de Bourdieu en este sentido
ser tildada moralmente de alguna for- social es negativo para la sociedad es que se trata de un recurso que, en el
ma, Bourdieu mantuvo su noción de también se encuentra en Putnam. interior de un grupo, puede concen-
capital social como un instrumento Desde su trabajo inicial sobre Italia trarse de manera desigual y, al seno de
analítico. A través de él, procuró dar hasta su última publicación (véase una sociedad, puede tender a una apro-
cuenta de procesos más amplios vin- Putnam, 2003a), ha insistido en que piación asimétrica vinculada con la po-
culados con la dinámica de las clases las reservas de capital social de una sición de clase. En Coleman se encuen-
sociales y el poder. En Coleman y en sociedad tienen implicaciones profun- tra un planteamiento parecido en la
Putnam, sin embargo, el concepto das no sólo para el desarrollo econó- medida en que reconoce que un actor
adquiere una clara connotación posi- mico y democrático, sino incluso para puede acumular a su favor obligaciones
tiva20. En el caso de Coleman su va- la salud y la felicidad de las personas de terceros o bien derechos de control
loración positiva del capital social se (ibid. 2002: 28). Al igual que Cole- sobre ciertas acciones de otros (en el
encuentra en otros escritos publica- man, Putnam también ha argumen- caso de las relaciones de autoridad). El
dos aproximadamente en los mismos tado sobre la necesidad de realizar in- capital social en posesión de un actor
años en que formuló su concepto. En tervenciones intencionales que se podría ser entonces comparativamente
ellos, Coleman advierte que los pro- encaminen a restaurar, para el caso inferior al que disponga otro. El con-
cesos de transformación social regis- de Estados Unidos, lo que considera cepto comunitario o aún societal que
trados en Occidente a partir del siglo reservas menguadas de capital social. construye Putnam deja fuera de sus
XVIII y continuados hasta el momen- Putnam, desde luego, ha reconocido consideraciones la forma en que el capi-
to habrían provocado el declive de la manifestación de expresiones ne- tal social puede ser un bien repartido
instituciones primordiales basadas en gativas o perversas asociadas al capi- desigualmente. Las diferencias de capi-
la familia. Tal declive habría sido acom- tal social, pero tiende a atribuirlas tal social al interior de un grupo o entre
pañado por una pérdida del capital sobre todo a una clase de capital so- grupos quedan oscurecidos por una vi-
social informal sobre el cual descan- cial, el vinculante, lo que permite pre- sión comparativa de gran escala donde
saba el control social (derivado de la servar su percepción en esencia posi- el foco de observación es una comuni-
observancia de normas, la confiabili- tiva del capital social. dad o sociedad entera.
dad del ambiente, el cumplimiento de

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