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ADVERTENCIAS.
El contexto bíblico no solo es del tipo literario, por eso la definición debe
ampliarse al aspecto histórico. Pese a que la Biblia habla al público de
hoy, está redactada en épocas determinadas y climas socioculturales, es
decir, cuando se escribieron los relatos bíblicos se escribieron en el
lenguaje que los primeros lectores podían comprender.
La Biblia no es un libro de historia, pero si está lleno de acontecimientos
históricos, considerar esto nos ayuda interpretar el texto de manera
eficaz, por ello para una correcta comprensión del texto se debe leer en
el pensamiento da la época en la que se escribieron, desde el punto de
vista oriental y no desde una perspectiva occidental, con esto
evitaremos malas interpretaciones del texto Sagrado.
¿QUÉ ES HISTORIA?
La historia nos presenta los eventos del pasado, la historiografía se
ocupa de escribir los eventos.
Es historia el relato que nos presenta el pasado de forma coherente, es
relato histórico el que nos presenta una perspectiva, para el caso de la
Biblia, esta perspectiva es la óptica teológica del pasado. Por eso tanto
la historia como la teología se convergen en las Sagradas Escrituras.
Es importante considerar la historicidad, pues los autores bíblicos alegan
autenticidad a los eventos efectuados en las narraciones bíblicas.
El hecho base de la fe cristiana es que Cristo murió por nuestros
pecados y resucitó venciendo a la muerte.
COMENTARIOS.
La Biblia no es un libro de historia, pero no deja de contener eventos
históricos. El lector debe dejar la costumbre de acudir al texto con su
pensamiento occidental y posmoderno, debe procurar pensar como se
hacía en aquella época en la que se desarrollan las narraciones
históricas en la Biblia y así mismo debe entender que no es el énfasis en
la historia sino en la relación de una nación con el Dios verdadero.