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Interpretación patriarcal
de la Biblia y violencia contra
la mujer: Relaciones,
coincidencias e incidencias
Dr. Miguel Ángel Núñez*
Universidad Linda Vista, México
Ninguna idea se produce al azar. Todo concepto tiene una historia ideológica
y conyuntural. La violencia contra la mujer, en contextos religiosos se sustenta
en una interpretación patriarcal de los textos sagrados. En el caso de la Biblia
no se está exento de este problema.
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Hay religiones con las cuales encima de las mujeres” (2, 228).6
la violencia es asociada natu-
La autoridad del marido so-
ralmente. Entre musulmanes,
bre la mujer es indiscutible. Ma-
es común encontrar historias
homa insta a los maridos dicien-
de abuso contra la mujer,1 que
do “vuestras mujeres son vuestro
van desde la castración del clí-
campo de labrar, id, pues, cuan-
toris2 hasta la muerte,3 pasando
do queráis” (2, 223).7 Incluso el
por una gama horrenda de vio-
Corán autoriza la agresión psíqui-
laciones sistemáticas de los dere-
ca y física, la “perla” que valida
chos a opinión, religión, concien-
dicha conducta dice “¡Amonestad
cia y libre desplazamiento.4
a aquellas mujeres que teméis
La base para dicha práctica se que se rebelen, no os acerquéis
encuentra en la interpretación del más a ellas, pegadles!” (4, 34).8
Corán. Mahoma señala taxativa-
La mujer no puede escoger
mente que “los hombres tienen
por sí misma a su esposo porque
autoridad sobre las mujeres en
se supone que no está en condi-
virtud de la preferencia que Al-
ciones naturales para hacerlo.9 La
lah ha dado a los unos sobre las
condición inferior de la mujer se
otras” (4, 34).5 Por otro lado, el
rebela en formas de agresión más
islamismo supone la inferioridad
sutiles, como por ejemplo, la in-
natural de la mujer, un pasaje
capacidad de recibir herencia10 o
coránico señala “los hombres es-
una herencia discriminatoria por
tán en un grado (darayatum) por
el sólo hecho de ser mujer.11
problema de la violencia familiar”, Violencia En el matrimonio se supone a
Familiar: Una mirada interdisciplinaria sobre la mujer al servicio del varón. La
un grave problema social (Buenos Aires:
Editorial Piados, 1999), 23.
poligamia se propicia como un
Jean P. Sazón, Sultana: Una vida real (Buenos
1 don imitable de Mahoma quien
Aires: Editorial Atlántida, 1996). tuvo quince mujeres y aconsejaba
2
Waris Dirie y Cathleen Miller, “Flor del de- “casaos, de entre las mujeres
sierto”, Selecciones del Reader’s Digest,
(Septiembre 1999):122-151. Ibid.
Sique
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países cuando una mujer sufre estupro ella a manos de su esposo, generalmente asesi-
como víctima es asesinada y no el delin- nadas de una manera horrenda, quemadas
cuente. vivas, una práctica muy relacionada con las
6
Los efectos sobre las mujeres son devastado- dotes. [http://www.ispm.org.ar/violencia/im-
res en términos de equilibrio físico y emocio- ages/hechos/los-hechos.html 26.3.200]
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(Madrid: Tauros, 1975), citado por Ibid., 59. veáse Rynaldo Perrone y Martine Nannini,
Violencia y abusos sexuales en la familia:
Humberto Maturana R. y Francisco Varela
3
Un abordaje sistémico y comunicacional
G., El árbol del conocimiento, (Santiago: (Buenos Aires: Paidos, 1998), 22-3.
Editorial Universitaria, 1990) y Humberto
Maturana R. “Conversaciones Matrísticas y José Alcántara, “Mitopoises: Fundamenta-
5
Patriarcales”, Humberto Maturana R. y Gerda ción para una psicología pastoral”, en Psico-
Verden-Zoller, Amor y Juego: Fundamentos logía y Religión (Cesar Avendaño, Susana
olvidados de lo humano desde el patriarcado González e Irma Herrera, coors; Buenos
a la democracia. (Santiago: Editorial Instituto Aires: Kairos, 1999), 90.
de Terapia Cognitiva, 1993). Gittins, The Family in Question, 35.
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a través de los varones (y) los prin- Sobre la Mujer (Estella, Navarra: Verbo
Divino, 1995), 21.
1
Un estudio efectuado en Australia observó el
mismo fenómeno en relación a asumir va- Ezell, “Power, Patriarchy, and Abusive
4
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Feliz, Buenos Aires, (Febrero 2001) y “La Upon the Dark Pla ces: Antisemitism and
encarnación”, Enfoque de Nuestro Tiempo, Sexism in English Renais sance Biblical
México, (Enero 2002). Traslation (Sheffield: Almond, 1990).
1
Para una reacción a este pensamiento, Carter Para una discusión exhaustiva del asun-to
4
Heyward, “Re-imaginando a Jesús”, en Del veáse Miguel Angel Núñez, “La rela-ción
cielo a la tierra, 323-332 y Aleixandre, varón y mujer en Génesis 1 y 2: Prolegó-
Dolores y Magdalena Fontanals, “Cuando menos para una antropología”, Tesis,
las mujeres se sienten creyentes y feminis- Magíster en Teología. Universidad Adventista
tas” en Grupo de reflexión de mujeres de la del Plata, 1999; idem., Amor sin fronteras:
HOAC de Barcelona, http://www.fespinal. La relación varón y mujer en Génesis 1 y 2
com/espinal/2_cj_hp.htm (Lima: Fortaleza Ediciones, 2007).
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mente “ser humano” y es el nom- todos los seres humanos por igual
bre con el cual la divinidad señala y que no hace discriminación de
tanto al varón como a la mujer personas. De hecho, “la Biblia,
(Gn 5:2) y significa sencillamente correctamente comprendida, no
“humano”.1 “Estas palabras de prohíbe sino autoriza derechos
ninguna manera implican jerar- iguales”3 para varones y mujeres.
quía, sino sólo diferenciación sex-
El clímax de dicho argumento
ual, pero al mismo tiempo enfati-
se observa en Cristo quien reivin-
zan la diferencia como un rasgo
dica a la mujer de una forma tal
fundamental de ambas formas de
que es una verdadera revolución
la naturaleza humana”.2
en el trato que se daba a la mujer
Si Dios hubiese querido ex- hasta su tiempo. Cristo valora a la
plícitamente señalar que el varón mujer al grado de concederle el
era superior a la mujer lo habría honor de ser enseñada, escucha-
explicitado en el texto original de da y respetada, que para su tiem-
su ideal para la raza humana. po era no sólo una actitud única
Nada de eso hay en el texto, al sino inesperada en un varón.
contrario, Génesis 1 y 2 no son
Por otro lado, cuando se
un buen argumento para quienes
analiza a Pablo y su mensaje de
pretendan subrayar la superiori-
manera real y sin atavismos ba-
dad supuestamente superior del
sado en creencias mantenidas
varón por sobre la mujer. Por di-
por tradición lo que se encuentra
cha razón, la explicación ha de
no es una supuesta misoginia,4
encontrarse fuera de Génesis 1
sino todo lo contrario, un res-
y 2. Y realmente, lo pasajes que
peto y sentido de mutualidad en
hay a continuación muestran
la relación varón y mujer que por
un deterioro de la relación del
decir lo menos, es extraordinaria
varón y la mujer que va desde el
en su mundo altamente radicali-
sometimiento arbitrario hasta la
zado con la figura de una mujer
degradación completa.
sometida,5 esclavizada y sin op-
Sin embargo, en un análisis
Sique
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ción propia fuera del varón.1 ñala a alguien que por con-
stitución esencial es incapaz
Lectura patriarcal: de ejercer más fe, al menos
consecuencias para la mujer como la fe de los varones.
• Al asignarle menos valor, crea
La lectura patriarcal de la Bi-
un ambiente donde la mujer
blia crea condiciones para el abu-
tiende a desvalorizarse a sí
so emocional y posteriormente el
misma y dicho concepto es
abuso físico de la mujer por al
validado y retroalimentado
menos las siguientes razones:
por un ambiente que tiende
• Le asigna un valor a la mujer a hacer creer a la mujer que
inferior por un supuesto dis- ciertas funciones le están
eño divino. Eso hace que la vedadas sólo por ser mu-
mujer sea tratada esencial- jer. Dicho de otro modo, un
mente como una persona de lenguaje sexista que tiende
menos valor sólo por ser mu- a ser “androcentrista”2 crea
jer. Eso es expresado incluso las condiciones psicológicas
en la formulación de algunos para que la mujer sea trata-
términos que tienen su origen da como un ser inferior. Si el
en prejuicios misóginos, por 2
“Es una expresión derivada del griego que
ejemplo, la expresión “fe- significa literalmente centrado en el varón.
menino” que proviene del Considera a los varones como seres hu-
manos normativos, y a las mujeres como
latín “feminus” que significa derivadas y subordinadas”. Mary Hunt en:
literalmente “menos fe” y se- Letty Russell and J. Shannon Clarkson, edits.
Dictionary of Feminist Theologies (Louisville,
Kentucky: Westminster/John Knox Press,
in Light of Ancient Evidence (Grand Rapids, 1996), “Androcentrism”. Es lo que las femini-
MI.: Baker, 1994) y Gilbert Bilezikian, El stas llaman la “falacia androcéntrica”. Penny
lugar de la mujer en la iglesia y en la familia: Jones, Feminist Theology: An Introducction.
Lo que la Biblia dice (Buenos Aires: Nueva http://www.penink.demon.com.uk/femtalk.
Creación, 1995). También es posible encon- htm El término fue acuñado por Lester Ward
trar material en libros que responden a los en 1903 en su libro Pure Sociology y popu-
argumentos que se oponen a la ordenación larizado por Charlotte Perkins G. en 1911 en
de la mujer, por ejemplo, Patricia Habada y su libro The Man-Made World. En el pensa-
Sique
Rebecca Frost Brillhart, eds. The Welcome miento feminista más radical se lo usa como
Table: Setting Place for Ordained Women sinónimo de “falocentrismo” y “masculini-
(Langley Park, MA.: TEAMPress, 1995) y dad”. Lisa Tuttle, Encyclopedia of Feminism
Nancy Vyhmeister, ed. Women in Ministry: (Londres: Arrow Books, 1986), 19. Quien
Biblical & Historical Perspectives (Berrien ha aplicado el término a la teología ha sido
Spring: Andrews University Press, 1998). Elisabeth Schüssler Fiorenza, quien ha cali-
1
Como señala Ezell en “la iglesia del Nuevo ficado muchas hermenéuticas y exégesis de
Testamento en algunos lugares ofrece a la “androcentrismo teológico”. In Memory of
mujer más oportunidades de liderazgo que Her: A Feminism Theological Reconstruction
muchas iglesias del presente”. Ezell, “Power, of Christian Origins (New York: Crossroad,
Patriarchy, and Abusive Marriages”, 19. 1983), xiii-xxiiiss.
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El patriarcado es en esencia
1
Esta actitud contrasta con la tendencia mun-
dial que en intervención en matrimonios un problema de género y un tipo
con violencia recomiendan la separación de relación que se basa en el uso
del agresor, o sacar a la víctima de lado del del poder4 y de la comprensión
agresor y ayudarla a hacer una lectura del
incidente donde no sea victimizada nueva- de éste al interior de las familias.
mente con un discurso que la haga pensar El asunto se reduce a la forma en
que ella tiene culpa o que de algún modo ha
propiciado la agresión. Nada justifica la vio-
que se entiende la utilización del
lencia, eso lamentablemente no es obvio en poder al interior de la pareja. La
Sique
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abusadora, 95.
frente a poderes temporales. En 5
Gittins, The Family in Question, 38.
6
Tal vez la única excepción sean Hulda la pro-
1
Corsi, “Una mirada abarcativa sobre el prob- fetiza y Debora la jueza.
lema de la violencia familiar”, 23. 7
J. Lown, “Not so Much a Factory, More a
2
Jacobson y Gottman, Hombres que agreden Form of Patriarchy: Gender and Class dur-
a sus mujeres, 293. ing Industrialisation”, en Gender, Class and
3
Lagos Schuffeneger, Humberto, Crisis de la Work (E. Gamarnikow, D. Morgan, J. Purvis,
Esperanza: Religión y Autoritarismo en Chile D. Taylorson eds.; Londres: Heinemann,
(Concepción: Presor-Lar, 1988), 16-20. 1983), 35.
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ciplinarias, sin embargo, muy pocos consid- Domestic Violence: What Every Pastor Needs
eran el factor religioso, tal vez la innovación to Know (Minneapolis, MN: Fortress Press,
al respecto lo constituyan los trabajos de 2000) y John McClure y Nancy J. Ramsay,
Catherine Kroeger pionera en el asunto. En eds. Preaching about Sexual and Domestic
Latinoamérica el asunto aún es precario. Un Violence: Telling the Truth (Cleveland: United
buen ejemplo de la integración es el trabajo Church Press, 1998). También sirve un libro
de Diana Sanz y Alejandro Molina que abor- que tiene algunos años, pero, sirve como
dan el problema desde la perspectiva ju- modelo para predicaciones no patriarcales
rídica y psicológica. Diana Sanz y Alejandro es: Elizabeth Achtemeier, Preaching about
Molina, Violencia y Abuso en la Familia family Relationships (Philadelphia: The
(Buenos Aires: Lumen/Humanitas, 1999). Westminster Press, 1987).
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