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lA• India,pesar de que en

el sánscrito, la lengua
su fase clásica de la
más antigua
mayoría sartas y letanías de elogios a los dioses, narran pocas cosas, y los pocos rela-
tos que aparecen en ellos son más bien menciones indirectas de hechos que historias
se parece extraordinariamente al griego contadas, así que el uso que se hace de las posibilidades de matización modal y tem-
clásico en su estructura y en su vocabulario, ya desde los primeros textos indios se poral que ofrecía el sistema verbal indio es muy limitado, tanto que, por ejemplo, no
advierte que, en el lapso de tiempo transcurrido entre la fragmentación de la comu- es posible establecer con claridad las diferencias de sentido entre los diversos tiem-
nidad lingtiística indoeuropea y la composición de los Vedas, la comunidad humana pos de pretérito (aoristo, perfecto, imperfecto), pese a que la masa literaria de la que
que ocupó el valle del Indo, y de la que proceden los hindúes, se había desarrollado disponemos para la investigación es realmente extensa.
en una dirección muy diferente de la del resto de la Indogermania. En efecto, la cul- Pues bien, en cuanto abandonamos los himnos védicos y pasamos a los primeros
tura prehistórica que dejan entrever los primeros textos griegos, latinos, germánicos tratados que los interpretan, en prosa o en verso (los "BrahmaQ.as"), en los cuales sí
y célticos posee muchos rasgos concordantes; a 10 largo de su evolución histórica se cuentan historias múltiples, mitos, gestas y costumbres, lo primero que capta
esos pueblos establecieron numerosos contactos entre sí, contactos que no parecen nuestra atención en el lenguaje literario es el abandono progresivo, muy adelantado
haber sido culturalmente traumáticos: un romano no tenía excesivas dificultades en ya, de la expresión verbal propiamente dicha, de los tiempos personales del verbo,
reconocer a Venus en la Freya de los germanos, del mismo modo que para un grie- reemplazados bien por construcciones de participio, bien por oraciones nominales
go Júpiter era el nombre latino de Zeus; y en la Europa de la Alta Edad Media pudie- puras, ayunas de verbo alguno. Esto produce una marcada impresión de cosa estáti-
ron convivir sin mayores conflictos ordenamientos jurídicos de raíz germánica y de ca, de literatura de ecuaciones y definiciones intemporales más que de narraciones o
raíz grecolatina en un mismo territorio. 'descripciones. Y esta tendencia no hará sino incrementarse con el tiempo.
Por el contrario el cuadro cultural que los textos más antiguos de la India nos La prosa india clásica se caracteriza por lo que llamamos el "estilo nominal", que
sugieren se aparta radicalmente de lo que sabemos de la Prehistoria Europea. Y las consiste en evitar, siempre que se pueda, la expresión verbal propiamente dicha, y en
diferencias no harán sino ahondarse con los siglos, de modo que si aún es posible ras- sustituirla por diversos procedimientos, morfológicos y sintácticos, de nominalización.
trear elementos comunes en el derecho familiar de Grecia y de la India antigua, o En las frases copulativas se omite la cópula "es"; muchas frases que en principio se
temas comparables en la filosofía de Parménides y de las UPanishad, con el tiempo construirían con un verbo predicativo transforman éste en- una perífrasis de verbo
el abismo cultural se hace tan grande que apenas parece posible la comprensión a "ser" con participio, y luego omiten aquél (no se dice "yo amo" sino "yo soy amante",
uno y otro lado del mismo. y luego se omite "soy"); la mayoría de las oraciones subordinadas no sólo sufre este
Esa diferenciación y distanciamiento progresivos se reflejan también en el plano mismo proceso de nominalización de su verbo, sino que con gran frecuencia la totali-
del lenguaje mismo. La lengua de los Vedas es, como decíamos, pariente aún muy dad del contenido de la oración es comprimido en un solo compuesto nominal: no se
cercana y perceptible de la de Hornero; la de la primera prosa india ya no tiene ape- dice "comer carne es pecado, pues se derrama demasiada sangre sin sentido", sino
nas puntos de contacto con la de un Herodoto, y la manera de servirse de la "materia "carne-comer pecado, por-excesivo-insensato-sangre-derramamiento". De este modo
lingtiística" en la expresión literaria de la Grecia y de la India clásicas es tan diver- la expresión se abrevia y adensa hasta extremos inconcebibles en nuestras tradiciones
gente, que para poder comprender algo de la gran literatura india es preciso realizar literarias, y ello no hace sino intensificar la sensación de extrañeza.
un gran esfuerzo de reacomodación de los propios esquemas lingtiísticos. Es curioso que una cultura por lo demás tan verbosa como la India haya optado,
No será seguramente inoportuno introducir en estas observaciones preliminares en su expresión escrita del pensamiento especulativo, por una forma de expresión tan
algunas informaciones sobre el rumbo peculiar que tomó la lengua indoeuropea de concisa. Pero también esto tiene su explicación, y desconocerla supondría no enten-
la India en su evolución histórica. En sus comienzos esta lengua poseía un sistema der muchas otras cosas.
verbal extraordinariamente desarrollado y profuso: cinco modos, cuatro sistemas Aunque haya que suponer que la escritura se introdujo en la India bastante tem-
temporales, de los cuales al menos tres (pasado, presente y perfecto) podían conju- pranamente, esta nación desarrolló antes de su introducción una poderosa cultura
garse en todos esos modos, voz activa y media para todos esos modos y tiempos, for- literaria oral a la que la escritura posterior no afectó sustancialmente. Los Vedas se
mas específicas de voz pasiva para algunos, número dual en las tres personas gra- escribieron sin duda pronto, pero su transmisión a lo largo de los milenios fue oral y
maticales, hasta diez formaciones diferentes del presente, varias de las cuales podían memorística, y ésta es la paradójica explicación de que los Vedas no planteen pro-
darse con una misma raíz, y una para nosotros desconcertante profusión de formas blema textual alguno: no existen variantes textuales ni lugares corrompidos. Se reci-
nominales y adjetivales del verbo, tal que por ejemplo no había un infinitivo que tan sin variar una coma ni un acento desde el Norte hasta el Sur, desde que se com-
expresase la pura y simple noción verbal sin especificación alguna, sino formas de Pusieron hasta nuestros días.
infinitivo con desinencias de caso para indicar la función sintáctica con toda preci- La manera de aprender estos textos es parte de lo más esencial de la cultura india.
sión: dativo para la finalidad, ablativo para la causalidad, etc. El aprendizaje se inicia en la niñez, tutelado por un maestro (guru) que dosifica hábil-
Ya en los mismos Vedas llama la atención el hecho de que toda esta riqueza poten- mente enseñanza y juego. En la actualidad aprender un Veda posee únicamente inte-
cial es objeto de una explotación más bien limitada: los himnos del Rigveda, en su rés espiritual, y constituye un mérito religioso importante (punya), pero en la Anti-

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gtiedad ese aprendizaje, reservado a la casta sacerdotal (1os brahmanes), constituía forma de citas para la ocasión, y lo que se cita es normalmente un dístico. En fases
parte de un complejo sistema de enseñanza destinado a capacitar a los sacerdotes posteriores se componen comentarios a esos textos, comentarios que suelen editar-
para el ejercicio de una profesión complicadísima, la de la ejecución de los numero- se junto con ellos. Las ediciones se incrementan así con pies de página que incluyen
sos ritos que acompañaban la vida de los hombres, tanto la de los humildes como la varios comentarios a una misma obra; e incluso comentarios a los comentarios. El
de los reyes, y de cuyo correcto y preciso desenvolvimiento dependía el destino tanto texto original, a menudo un solo verso por página, resulta ser así la fuente de una dis-
de los hombres como del Universo en su conjunto. cusión; él señala simplemente la doctrina correcta, pero la expresa con tan pocas
El aprendizaje de los Vedas y de las disciplinas auxiliares (Vedangas) era igual- determinaciones que de hecho da pie para las interpretaciones más dispares.
mente oral y memorístico. Se realizaba en el seno de una estrecha relación de maes- No obstante, las interpretaciones no pueden ser arbitrarias, sino que tienen que
tro y discípulo (guru y sisya), tan estrecha que en la práctica (a efectos religiosos y demostrarse legítimas, correctas. Esto se logra tanto por la justeza de la argumenta-
jurídicos) la aceptación de un discípulo equivalía a la adopción de un hijo. El discípu- ción como por el recurso a citas de textos clásicos prestigiosos, a ser posible de los
lo había de respetar y servir al maestro, y éste debía ir proporcionándole la totalidad propios Vedas, que constituyen la autoridad suprema para todo texto. Dado que esas
de los saberes necesarios, en un orden preciso basado, entre otras cosas, en la impor- citas confieren autoridad por su sola presencia, en ocasiones se las trae a colación
tancia y santidad de los contenidos. Pues determinadas enseñanzas poseían en sí mis- más a viva fuerza que por razón de su contenido. Los Vedas actúan en esto genéri-
mas un potencial espiritual tan grande que sólo una meticulosa preparación, a base camente como factor de legitimidad, y con ellos en la mano se justifican posiciones
de ascesis y prácticas piadosas, capacitaba para su asimilación (si faltaba esa prepa- tan variadas que incluso llegan a ser abiertamente contrarias entre sí.
ración, los contenidos podían por así decirlo destruir con su potencia al sujeto). tos textos que nos permiten rastrear los primeros pasos de la filosofía de la India
Esta enseñanza oral se basaba en la memorización de determinados textos extra- son todavía parte de lo que llamamos "Literatura védica": ésta es el conjunto forma-
ordinariamente concisos, normalmente en verso (el ritmo tenía una cierta función do por los cuatro Vedas (Rig, Sama, Yajur, Atharva) y los géneros que los desarro-
mnemotécnica), que contenían lo esencial de la doctrina, y luego en la memorización llan y comentan (brahmat}as, arat}yakas, upanishad y diversos sutras sobre ritos y
y discusión de comentarios y glosas ilustrativas a esos textos iniciales. La idea gene- costumbres). Cada obra (litúrgica, filológica, filosófica, etc.) está adscrita a un Veda
ral, vigente en buena parte también en la India actual, es que sólo se posee realmen- determinado, aunque no precisamente en función de su contenido sino como parte
te la sabiduría del propio conocimiento: lo escrito en los libros no constituye sabidu- de ese contexto legitimador que mencionaba. El idioma está a medio camino entre la
ría alguna si no ha sido aprendido de manera que sea conocimiento disponible en lengua de los Vedas y el sánscrito clásico: no ha alcanzado los extremos del "estilo
todo momento. Asombra la presteza con la que un indio instruido en una escuela nominal", pero no es ya tampoco una lengua narrativa sino definidora y sentenciosa.
védica puede citar de memoria todo tipo de textos y máximas para cada ocasión. Para el propósito de este libro los más importantes de estos escritos son las UPanis-
Obviamente es este tipo de enseñanza de las castas superiores el que condicionó hado
la tendencia de los pensadores indios a comprimir sus ideas en fórmulas lo más bre-
ves y densas posible (dentro de la tradición de estudios de gramática, vyakarat}a, se
decía que un erudito se alegraba como por el nacimiento de un hijo varón cada vez que En los orígenes griegos de nuestra
lograba eliminar media sílaba en la formulación de una regla). El período de instruc- 11. filosofía occidental llama la atención el
ción de un bráhman, aproximadamente doce años, comprendía la memorización de hecho de que desde muy pronto el pen-
docenas de obras básicas sobre todo tipo de materias relacionadas con el culto y los samiento se desarrolla con entera inde-
ritos, de modo que la condensación de los saberes era indispensable si éstos habían pendencia de las creencias religiosas: es un pensamiento laico, a veces abierta-
de ser aprendidos en un plazo limitado. De la maestría de los indios en la enseñanza mente agnóstico, caracterizado por la distancia e incluso ruptura consciente res-
memorística es testimonio indudable el hecho ya mencionado de que los Vedas no pecto de mitología y religión. Por el contrario en la India, país poco proclive a rom-
hayan sufrido corrupción textual alguna en su transmisión oral a lo largo de al menos per con nada, observamos una sorprendente continuidad entre religión y pensa-
tres milenios, a pesar de que la lengua ha sufrido alteraciones tan importantes que miento especulativo, aunque basada más en la voluntad de enlazar con el pasado
esos textos no se entienden en absoluto desde la lengua contemporánea. que en una constancia real de los conte,1Ídos. Un ejemplo elocuente: los Vedas son
El pensamiento filosófico de la India tiene sus primeras expresiones en pequeños utilizados todavía hoy para legitimar cosas como la dieta vegetariana ortodoxa, por
tratados en verso, de autor conocido o no (a veces están atribuidos a un autor mítico, más que sus versos contienen incontables menciones de sacrificios de animales e
y son por lo tanto anónimos de hecho), y que se caracterizan por una expresión con- ingestión de su carne. Y lo mismo ocurre con el pensamiento especulativo: la filo-
ceptista a ultranza. Más que tratados discursivos son series de dísticos, cada uno de sofía pretende pasar por continuación consecuente de lo que pone en los Vedas, a
los cuales expresa una idea completa. En ocasiones no es fácil discernir el hilo argu- pesar de que apenas existen elementos comunes entre el mundo de referencias de
mentativo que los enlaza entre sí, de modo que muchas veces ni siquiera se entien- éstos y el de las primeras Upanishad, por poner un ejemplo todavía muy cercano a
de bien la razón de la división en capítulos. De hecho estos textos serán utilizados en ellos.

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Los Vedas son colecciones de himnos a los miembros de un panteón profuso y Brahma no se establece con claridad, aunque no cabe duda de que etimológicamen-
poco conexo. De hecho apenas hay en ellos mención alguna de relaciones de los.dio- te son la misma cosa. La palabra misma es muy antigua, y designa en los Vedas la fór-
ses entre sí, y una corte olímpica corno la que describe Hornero, llena de renCIllas, mula ritual, los versos sagrados. Una atrevida hipótesis del indólogo Paul Thieme,
amores, intrigas y confabulaciones, sería impensable en el mundo de los dioses védi- controvertida pero no refutada, relaciona esta palabra con la griega "morphé",
coso Los Vedas ensalzan ciertamente a muchos dioses diferentes, pero tratan a cada "forma". Es éste un ejemplo muy ilustrador de cómo conviven en la India antigua la
uno corno si fuese Dios a secas. A este fenómeno se le ha dado el nombre de "heno- especulación teórica y la mitología, administrando espacios comunes cada una a su
teísmo", para distinguido del monoteísmo: no un solo Dios sino muchos, pero tra- manera.
tando a cada uno corno encarnación plena de 10 divino, corno creador o conservador Los himnos védicos no contienen ninguna teoría expresa sobre casi nada, de
de todo 10 existente y corno dispensador universal de bienes. modo que la teología brahmánica, montada en parte sobre ideas y costumbres muy
Los dioses del panteón védico son de condición muy diversa. Indra, el rey de los antiguas Y en parte sobre desarrollos especulativos a propósito de los textos, puede
dioses -un rey sin corte, corno quien dice- es un tipo heroico que recuerda a Hér- moverse con notable libertad a la hora de elaborar explicaciones de las cosas. Los
cules (y que tal vez procede del mismo mito indoeuropeo que él): es un tipo formi- mitos védicos son fragmentarios, frecuentemente confusos, a veces contradictorios,
dable, vigoroso y arrojado, que blande una maza y mata con ella a sus enemigos, en y están saturados de alegorías complejas y enigmáticas que alientan interpretaciones
particular al reptil primigenio Vrtra, el que encerró en los anillos de su inmenso cuer- de todo tipo. Por ello el período brahmánico, de formación del conglomerado de
po todas las aguas del universo y sumió éste en la sequía y la desesperación. Esta ideas más tarde llamado hinduismo, desarrolla sobre todo una cultura de exégesis
acción heroica constituye el único relato épico propiamente dicho dentro del Rigve- de los Vedas.
da, y su glorioso protagonista, bebedor incansable del soma de la inmortalidad -tres Pero nada hay tan distinto como el trabajo de interpretación de los indios y el de
lagos de sorna caben en su vientre-, es por derecho propio el rey de la creación y el los griegos sobre sus textos más antiguos. Los griegos fundaron la filología. Los
dispensador de bienes, en particular de descendencia masculina y de vacas. Es el indios por el contrario construyeron sobre sus textos un complejísimo edificio con-
destinatario de la porción más extensa de himnos védicos~ No obstante con el correr ceptual, tenuemente sustentado con citas védicas y en el que poco a poco van encon-
de los tiempos su estrella fue declinando hasta quedar en el papel de un simple reye- trando cabida las pulsiones espirituales de los nuevos tiempos. Pero nunca los pen-
zuelo celestial. Este cambio es parte de los síntomas de la profunda transformación sadores indios introducen en sus textos motivos del momento como tales: la idea de
que experimentó la religión india en los tiempos postvédicos. la historia es occidental. Ellos se limitan a explicitar "cómo tuvo que ser en realidad"
Otros dioses son personalización más o menos directa de fuerzas y fenómenos de lo que se narra en textos más antiguos, eliminando 10 que ya no es verosímil y reem-
la naturaleza: la lluvia (Parjanya), el viento (V'ayu), el fuego (Agni) ... Un extraño plazándolo por 10 que "diríamos ahora", no en la idea de enmendar errores sino en la
dios, Savitar, es la personificación de la fuerza que todo lo mueve: su simbología es de poner en claro cosas que los antiguos dejaron deliberadamente confusas, por
la del Sol, es todo de oro, y es el que infunde el movimiento a las criaturas a la salida ejemplo para desorientar a quienes no son dignos de conocer la verdad.
de la noche. Su nombre significa "el que impulsa", y una estrofa dedicada a él, la Savi- De este modo se elimina cualquier idea no sólo de crítica histórica o de ruptura
trT, se convirtió en la jaculatoria con la que debía iniciarse toda lección en el marco con el pasado, sino de evolución histórica en general. La exégesis no está atada a
de los estudios védicos: una cierta asociación con la iluminación del espíritu y el aquello que interpreta, sino sólo a la verdad tal como el exegeta se siente obligado a
conocimiento harán de él un dios algo esotérico, aunque desde luego nunca dotado concebida, por razón de 10 que ha aprendido de sus maestros y de su propio racioci-
de personalidad individual. nio. Los dogmas más profundamente enraizados sustentan así esta tradición conti-
La tendencia, con el tiempo, es a incrementar la importancia de las figuras divinas nuista, y si bien van modificándose también ellos con el tiempo, el cambio no es per-
que encarnan de una u otra forma ideas abstractas. Mitra es el "dios pacto" o "dios cibido como tal, sino sólo como explicitación de algo contenido en germen en el
contrato", y vigila atentamente el cumplimiento de los compromisos contraídos; su material anterior.
compañero de invocaciones, el gran dios Varu~, rodeado de simbología acuática, es Tal vez el cambio espiritual más profundo e importante en la India, el que pro-
el que castiga al pecador, a quien comete injusticias de cualquier clase, deliberada o porciona a la filosofía de los indios su fisonomía más propia y genuina, sea el pro-
inadvertidamente. Es un Dios del buen orden del cosmos. Y finalmente, en himnos gresivo abandono del ritualismo de la época antigua en beneficio de una piedad
más bien tardíos, van ganando terreno divinidades de nombre abstracto, un dios personal, bhakti, que es relación del fuero interno de cada individuo con la divinidad.
"visvakarman", literalmente "el hacedor de todo", un dios "brahma~spati", literal- Los ritos védicos eran la pura extroversión. Eran acciones y fórmulas estrictamente
mente "el señor de la palabra o fórmula ritual", llamado también Brhaspati. regulados, con un complicado aparato externo de cosas materiales: construcciones
En este último está sin duda el germen de lo que más tarde serí~ el concepto clave para sacrificios, fuegos diversos orientados hacia los puntos cardinales, tortas y pre-
de la primera filosofía especulativa de la India, el "bráhman", de algún oscuro modo parados culinarios con tales o cuales ingredientes, que tenían que ser cocinados de
personificado finalmente corno dios Brahma el creador que sin embargo no recibe una cierta manera y luego ofrendados conforme a ritos precisos, en lugares y
culto propio. La relación entre el principio ~bstracto llamado "bráhman" y el dios momentos señalados y a tales pero no a cuales divinidades; vestidos de ciertos tipos

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(pieles de antílope negras, o negras y blancas, túnicas de tal o cual tejido ...), anima-
¡es de talo cual edad y color, criados de ciertas maneras y en ciertos lugares ... Quie-
nes organizaban estos ritos lo hacían para obtener favores muy concretos de la divi-
nidad, y habían de contratar a expertos que garantizasen que todo se hacía exacta-
mente como debía hacerse, pues de lo contrario se podían concitar catástrofes ini-
maginables. Los organizadores debían someterse a prácticas ascéticas muy riguro-
sas de ayuno e inmovilidad. Todo eran condiciones externas para que el rito funcio-
nase correctamente, y el alma de los individuos no tenía en ello participación algu-
na.
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Es más, los ritos, sacrificios y prácticas ascéticas podían realizarse con malos pro-
pósitos, y si se hacían bien, tenían éxito. La mitología india está llena de historias de
ascetas criminales, que conquistan poderes extraordinarios por medio de su heroico
ascetismo, y emplean esos poderes para destronar a los dioses y erigir en su lugar
gobiernos tiránico s del universo.
La primera filosofía india:
En algún momento esta extraña cultura ritual y litúrgica, profesionalizada hasta
lo inconcebible, empezó a pesar en exceso a los individuos, que difícilmente podían
encontrar ahí la clase de consuelo y complacencia espiritual que suele esperarse de
el período védico
las religiones "superiores". No es posible fechar los cambios que terminaron con la
cultura védica: multitud de textos muy antiguos defienden tanto esa cultura como
las nuevas formas de bhakti basadas en la pureza de corazón, en la bondad, en la
relación afectuosa con los dioses, en el culto incruento a imágenes benditas. Al
mismo tiempo que se componían los complejos tratados de interpretación de los
Vedas y los ritos al estilo brahmánico, tenían que estar ya en vigor esas nuevas
maneras de relacionarse con lo divino, que acaban triunfando y arrinconando defi-
nitivamente las prácticas védicas, y que han ejercido sobre la cultura occidental una
auténtica fascinación.

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El Rigveda fue compuesto a lo largo de un periodo de tiempo desconocido pero segu- sagrados y las fórmulas rituales (el Yajurveda), los caballos, las vacas, las
ramente dilatado, quizá en tomo al comienzo del primer milenio antes de Cristo. Entre los cabras y las ovejas. Su boca fue el bráhman, sus brazos el rajanya, sus mus-
himnos más antiguos y los que parecen más recientes se obselVan algunas -pocas-- dife- los el vaisya, sus pies el sudra4• La luna nació de su espíritu, el sol de su ojo,
rencias de lenguaje, y profundas diferencias de sentido, de pensamiento y de contexto cul- de su boca nacieron lndra y Agni, de su aliento el viento. Su ombligo fue el
tural. Entre los más recientes, concentrados sobre todo en el décimo libro o Ma'!4ala, se espacio, de su cabeza nació el cielo, de sus pies la tierra, de sus orejas los
encuentran cuatro que se preguntan expresamente por el origen de todas las cosas. puntos cardinales. Rodearon el ara siete postes, prendieron siete veces siete
Estos cuatro himnos son muy desiguales. El primero (RV X, 81) está dirigido a haces de leña. "Con el sacrificio sacrificaron los dioses al sacrificio."
ese dios "Visvakarman" (el hacedor de todo), advocación bajo la cual hay que enten-
der un intento de dirigirse a un dios creador supremo por encima de las divinidades Las contradicciones, los dobles orígenes para una misma cosa y el doble efecto de
singulares. El himno contiene numerosas preguntas: una misma causa, no deben desorientamos: en el juego de las alegorías se puede
encarar un mismo tema de formas diferentes. Recuérdese que también en el Evan-
"¿Cuál fue el lugar, cuál el inicio, cómo era aquello de lo cual ViSvakarman creó gelio cristiano Jesús habla de sí mismo ora como "el cordero", ora como "el pastor",
la tierra y desplegó el cielo con su grandeza?" y esto no es razón para descalificar el Evangelio como contradictorio. La mención de
las castas que aparece en este himno es la primera de la tradición escrita de la India: en
y también: el resto del Rigveda no se mencionan. Pero es un buen ejemplo de cómo entran
en esa tradición los nuevos temas: introduciéndolos como parte de los más antiguos.
"¿Cuál fue la madera, cuál el árbol del que tallaron! cielo y tierra?" El tamaño de Purusha es determinado en este himno sólo como inmenso. En las
imágenes de Purusha que algunas UPanishad utilizan más tarde como símbolos mís-
El poeta exhorta a "los que reflexionan con la mente" a que se pregunten a sí mis- ticos se añade que, además, Purusha es también lo infinitamente pequeño. Con ello
mos estas cosas, y termina con una invocación a ViSvakarman llamándole también se ganará un concepto realmente místico del alma.
"señor de la palabra" (vacas pati). En cierto modo la invocación al dios no constituye El tercer himno, llamado del "hiranyagarbha" (el embrión de oro), muestra un
una respuesta religiosa a las últimas preguntas de los hombres, sino más bien la afir- curioso juego de afirmaciones cosmogónicas que terminan con el estribillo "¿A qué
mación de que estas preguntas son convenientes, que es bueno reflexionar sobre dios hemos de honrar con sacrificios?". Por eso se le llama también "el himno al dios
ellas, y que se debe honrar a un hacedor supremo que ha de ser también el señor de desconocido". Desde el punto de vista de la historia del pensamiento este himno
toda palabra, pero que permanece anónimo bajo sus epítetos y advocaciones. resulta significativo precisamente porque entrevera certidumbres y dudas:
El segundo de estos himnos narra (RV X, 90), en un estilo no muy elevado, el
sacrificio de Purusha, un gigante mítico cuyo nombre significa en principio "hom- "El embrión de oro se produjo al comienzo, de lo existente fue engendrado
bre", y que en la primera filosofía india designa algo así como el alma en oposición a como único señor, él hizo firmes la tierra y el cielo. ¿A qué dios hemos de hon-
la materia (Prákrti). Dado su limitado valor literario, reproduciremos su contenido en rar con sacrificios?"
síntesis, respetando la forma de la expresión:
El dios por el que se pregunta es "el que da vida y fuerza, (...) aquel cuya sombra
Descripción: Purusha poseee mil cabezas, mil ojos y mil pies, cubre toda la son la muerte y la inmortalidad, (...) el que por su poder es el rey único de cuanto
extensión de la tierra y la rebasa en diez dedos; él es el mundo entero, lo que alienta y duerme ..." Parece como si el poeta estuviese construyendo el concepto de
ha sido y lo que será, señor de la inmortalidad. Un cuarto de él son todas las Dios que la creación y nuestros conocimientos están pidiendo, para luego pregun-
criaturas, los otros tres cuartos son lo inmortal que está en el cielo. De él nació tarse dónde está, quién es ese ser necesario pero desconocido.
Viraj (el que gobierna todo), y de Viraj nació Purusha. Al final del himno, y como estrofa última, aparece una respuesta a esa pregunta,
El sacrificio: cuando los dioses hicieron el sacrificio del que Purusha era la que la tradición filológica ha entendido como un añadido posterior:
ofrenda, la primavera fue la mantequilla derretida, el verano la leña y el otoño "Pra}apati(señor de la progenie), nadie sino tú abarca a todos estos seres, el amor
la ofrenda. Los dioses, los sadhyas2 y los rshis3 sacrificaron a Purusha para sí. con el que te invocamos revierta en nosotros, y seamos señores de riquezas."
Consumida la ofrenda, se convirtió en la grasa sacrificial. De la ofrenda con-
sumida nacieron los versos (el Rigveda) y cantos (el Sama veda) , los metros Esta última petición es una fórmula propia de los himnos más antiguos, en tanto
que la advocación "pra}apati"es parte del mundo de ideas más tardío, y constituye un
intento de pensar la creación en términos monoteístas.
I La representación más extendida de la "arquitectura del cosmos" en la India antigua es que es una
estructura de madera, construida con técnicas de carpintero o tornero.
2 Hombres santos.

;¡ Son los grandes profetas-videntes de la Antigiiedad, los redactores de los Vedas y los fundadores de
4 Éstas son las designaciones tradicionales de las cuatro grandes castas.
las grandes disciplinas filosóficas. Se supone que sus obras les fueron reveladas.

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El cuarto de estos himnos es la auténtica joya de la colección y una de las piezas
correspondan exactamente con ellas. Nuestras traducciones son muy poco precisas,
literarias y filosóficas más notables de la literatura universal. He aquí una traducción
tentativa: pues omiten inevitablemente muchas connotaciones semánticas y ponen exagerada-
mente de relieve otras, de manera que el lector debe saber que estas versiones a las
lenguas occidentales contemporáneas sirven únicamente para hacerse una idea
Ni no ser ni ser había entonces; no había el espacio, ni el cielo sobre él.
general, nada más.
¿Qué se movía
profundas, allí? ¿Y dónde? ¿Bajo qué protección? ¿Qué eran las aguas
insondables? Pero además, por su tema y por la manera de tratarlo, este texto constituye una
Ni muerte ni inmortalidad había entonces; señal no había de la noche ni pieza aislada. Aunque pertenezca a los estratos más recientes del Rigveda, y pueda
suponérsela no muy alejada de las primeras Upanishad, su lenguaje es distinto del de
del día.
más, Alentaba
distinto sin no
de él, viento según su propia ley aquello que era uno. Algo
había. éstas. Es la primera expresión poética del pensamiento especulativo indio, y la mayor
parte de las interpretaciones que se han ofrecido de él pretenden entenderlo a la luz
Tinieblas había, envueltas en tinieblas, al principio; una marea indiscer- de temas Ytópicos muy posteriores, pertenecientes a cosmologías plenamente desa-
nible era aquel todo. La nada que estaba encerrada en el vacío, por el rrolladas. Este poema es profundamente agnóstico, y constituye en un sentido muy
poder del ardor nació como lo uno.
crucialla contrapartida india del "Poema del ser" de Parménides.
El deseo al principio sobrevino, el que fue la semilla primera del pensar; Frente a las interpretaciones de Paul Thieme, basadas sobre todo en cosmologías
del ser el hilo en el no ser hallaron, en el corazón buscando, los sabios
con el pensamiento. PQsteriores, creemos poder defender la literalidad del poema con pleno sentido. Fun-
damentalmente el texto plantea las siguientes tesis:
Por medio se tensó la cuerda que los une5• ¿Es que había un abajo?
¿Había acaso un arriba? Había lo que siembra y lo que es grande; el ins- 1) Hay que plantearse el origen de las cosas con anterioridad a la distinción con-
tinto abajo, arriba el consentir.
ceptual entre ser y no ser: dada ésta, 10 existente está ya dado también.
¿Quién sabe con certeza? ¿Quién anunciaría aquí de dónde es nacida, de 2) En el todo indiscernible, anterior a cualquier distinción de conceptos, no se
dónde, esta emanación6? Los dioses son luego, son después de que ella puede postular signo diferenciador alguno, ni de conceptos ni de cosas (día y
surja. De dónde viene ella, ¿quién lo sabe? noche, muerte e inmortalidad ...).
Esta creación de dónde viene, si fue hecha o no fue hecha, aquel que vigi- 3) Ese todo anterior a las distinciones es, o posee en sí, "ardor": "tapas". La pala-
la en el cielo más alto, tal vez él lo sepa, a no ser que ni siquiera él lo sepa. bra significa en sánscrito clásico tanto "calor" (está etimológicamente emparen-
tada con el latín tepidus) como "ascesis", ya que una de las formas más antiguas
Rigveda X, 129. de mortificación consistía en exponerse al calor del sol rodeándose de cuatro fue-
gos.
En su extremada concisión y en el uso de conceptos abstractos en plural, imposi- 4) El poder de "tapas" hace que 10 indiscernible nazca como "10 uno" (ekam): es
bles de traducir directamente, este poema nos sume al mismo tiempo en la especu- el primer concepto, y aquí se afirma que la unidad de 10 existente se basa en el
lación más sublimemente abstracta y en imágenes de extraña fuerza concreta. Las "calor", imagen que sin duda debe entenderse como símbolo de la fuerza o ener-
enigmáticas expresiones que traducimos como "lo que siembra y lo que es grande" gía de la vida7• En mitos posteriores se hablará de un embrión de oro que nace por
son dos de estas abstracciones pluralizadas y concretizadas: lo que pone es "había el calor, como el pollo sale del huevo empollado.
sembradores y grandezas", esto es, principios que engendraban simientes y poderes 5) A esta unidad originaria de toda vida le sobreviene (ádhi ávartata) el deseo,
capaces de hacerlas grandes. Estas imágenes, del mismo modo que las alusiones a "kama", palabra que significa desde el deseo indiferenciado total (en alemán "Be-
océanos insondables y a tinieblas primigenias, no deben relegar a segundo plano el gierde") hasta el amor. Esta, se dice, es la simiente primera del pensamiento,
hecho de que el poema trata de un problema ontológico preciso: el de la relación luego el pensamiento y los conceptos son fruto del impulso de la vida hacia 10
CIsas.
entre el ser y el no ser, y que ofrece para esta cuestión respuestas notablemente pre- que la rodea, del deseo.
6) Esta secuencia (el todo indiscernible, la energía vital, 10 uno, el deseo y el pen-
La interpretación de este poema se enfrenta con dos tipos de dificultades. En pri- samiento) constituye "el hilo del ser hallado" especulativa mente "en el no ser": no
mer lugar están las que rodean a todos los textos védicos: en estas frases ultraconci- hay por 10 tanto un mito cosmogónico revelado por algún ser trascendental, sino
sas el sentido de cada palabra es crucial, y nosotros no tenemos palabras que se pura y simple reflexión teórica, la cual se trasciende a sí misma y descubre que ella

7 En el himno X, 190 se dice que "el ¡;ta (orden) '! la verdad ~acieron del encenderse
Frase
más 5allá conenigmática,
las preguntasquey se
conhaelsolido interpretar como la existencia de una barrera que impide pasar
pensamiento. el tapas, de donde
nació la noche y la corriente del océano. De la comente del oceano nació el año que ordena noche y día y
¡; Vís~ti: es la forma habitual de referirse a todo lo creado, y el preverbio vi- sugiere un "despliegue". cuanto abre los ojos",

20 21
misma no es sino el eslabón final de una cadena necesaria, no contingente, que secuencia infinita de creaciones y destrucciones, mientras que en nuestro poema se
puede ser reconstruida por medios racionales: en cierto modo una cadena "lógica". habla de una anterioridad absoluta respecto de todo tiempo Y lugar, sin contamina-
7) Hallado el hilo "lógico" del ser en el no ser, queda sin embargo sin resolver el ción rnito1ógica alguna. Por eso los indios consideran el "nasaduktám" como la más
problema, ya no especulativo sino de algún modo empírico, del origen de las pura y fina filosofía producida en su suelo.
cosas concretas que nos rodean. El cosmos es en todo caso algo distinto del ser y
el pensar, y su vínculo con ambos no puede ser establecido por la mera especula-
ción teórica racional. Y puesto que repugna a la razón suponer que el cosmos es
factura de los dioses, ya que éstos forman parte de él, la pregunta por la creación
debe suspenderse: o existe una divinidad superior a todo lo imaginable, que cono-
ce el origen de lo dado, o no existe tal divinidad, y la pregunta por el origen no
tiene respuesta racionalmente conocib1e.

Esta pieza maestra de la especulación filosófica en ropaje poético no resultó


fácil de asimilar para las generaciones posteriores. El "nasaduktám" o "poema del
no ser" no desempeña un papel importante en la filosofía upanishádica posterior,
y nO es muy citado en ella. Es pieza universalmente admirada, pero generalmente
incomprendida, porque se ocupan de ella quienes buscan poesía, y encuentran
aquí durísima ontología primera, o quienes buscan cosmología poética, y encuen-
tran lógica de conceptos. Y quienes buscan sólo lógica, encuentran imágenes des-
concertantes.
No obstante la filosofía inmediatamente posterior exhibe desde el comienzo
características y motivos cuya raíz está aquí, en el contexto definitivamente perdi-
do de esta reliquia aislada, que se convierte así en el testimonio más valioso y más
difícil de interpretar de 10 que fue la prehistoria del pensamiento filosófico de la
India.
Tal vez lo más llamativo de esta pieza, después de su sorprendente agnosticismo,
sea el esfuerzo por pensar la unidad de todo, más allá de las distinciones y escisiones
de los conceptos. El poeta-filósofo ha hecho un notable esfuerzo por expresar en imá-
genes de confusión la falta de toda frontera reconocible más allá de las de los con-
ceptos, y ha intentado crear un lenguaje de imágenes anterior a todo lenguaje de con-
ceptos y consistente en su negación. Frente a las escuetas formulaciones de Parmé-
nides, que prohíbe decir nada que no sea el casi mudo "que es", ''has estin" (formu-
laciones que veremos aparecer también en textos upanishádicos), aquí se realiza un
esfuerzo literario por hacer imaginable la indiscernibi1idad absoluta, lo uno como no
distinto ni siquiera de su concepto contrario. Y una característica común a la mayor
parte del pensamiento indio, y al mismo tiempo uno de sus motivos centrales, será
justamente el intento siempre renovado por reconquistar esa indiscernibilidad, esa
unidad absoluta del todo consigo mismo, en la cual desaparecen y se redimen las
individualidad es.
En textos más tardíos de mitología, singularmente en las narraciones de los
Pura1Jas, estas mismas imágenes de océanos en tinieblas, sin riberas ni contrastes,
de quietud y vacío absolutos, reaparecerán como escenografía de los mitos sobre los
tiempos que median entre una creación y la siguiente: acabada una era y extinguido
cuanto existe, en medio de las aguas sin fin flota inmóvil el gigante Vishnu y sueña la
próxima creación. Pero éstos son mitos del "eterno retorno", del tiempo cíclico de la
23
22
Upa-ni-sad significa literalmante "sentarse a los pies de alguien". El término "Me parece que la verdad es más bien que los kshatrias e incluso algunas
alude a la posición del alumno que recibe instrucción de su maestro, sentado en el mujeres se interesaron por la indagación religiosa y filosófica que se manifies-
suelo a sus pies. Esta instrucción es individual y se realiza en soledad y aparta- ta en las UPanishad. Estos estudiosos eran tan fervientes que tanto al recibir la
miento. Para recibirla hay que estar purificado y espiritualmente preparado. El doctrina del bráhman como al impartírsela a otros no hicieron caso de diferen-
maestro tiene la obligación de cerciorarse de que su discípulo posee las condicio- cias de casta ni de sexo; pero no hay evidencia de que la filosofía upanishádica
nes adecuadas para recibir esta enseñanza excelsa, pues impartirla a personas se originara entre los kshatrias, ni de que el germen de su doctrina no pueda
indignas constituye un terrible pecado. Y así "upanishad" acabó significando "doc- ser hallado en los brahma1Jas y aranyakas, que son obra de brahmanes."g
trina secreta". Como término literario designa una serie de tratados pertenecientes
a las escuelas de los diversos Vedas, que se ocupan tanto de temas de metafísica, Dasgupta reconoce así que existe un cambio impqrtante, pero entiende que consti-
ascéticas yypiadosas.
ontología epistemología como de cuestiones de moral, cosmología y prácticas tuye una evolución consecuente dentro del brahmanismo, evolución que acabó hacien-
do saltar la rigidez de la cultura litúrgica y abriéndola a temas más profundos e impor-
Dada la autoridad que adquirió pronto esta literatura sapiencial, el género de las tantes para la vida. Es el paso de la mentalidad ritualista, convencida de que los ritos
upanishad fue cultivado durante muchos siglos, bien como imitación de los textos
poseen eficacia por sí mismos, a una reflexión sobre el simbolismo de esos mismos
más antiguos, bien como adaptación de las formas antiguas a los contenidos de la ritos, sobre su significación y sobre la relación entre la divinidad y el individuo humano.
nueva piedad. Existen colecciones de extensión diversa. La más amplia recoge 108
textos. Unas sesenta son consideradas textos clásicos, y dentro de ellas hay doce que
gozan de un sólo
referiremos reconocimiento
a ellas. general como "upanishad antiguas". En lo que sigue nos En las UPanishad no existe una evolu-
ción del pensamiento comparable a la
Dentro de este grupo antiguo las primeras están escritas en prosa, y son muy cer-
La doctrina que se produce por ejemplo en Grecia, o
canas en su estilo a los brahmar¡,as: contienen narraciones y diálogos, prontuarios de en nuestra Filosofía moderna desde Des-
preguntas y respuestas como de catecismo. Les siguen otras en verso, de lenguaje del atman- cartes a Hegel, sino que la esencia de la
más cercano al sánscrito clásico. La extensión tiende a reducirse: B.rhadaranyaka doctrina está dada desde el principio, y
Upanishad y Chandogya Upanishad son tratados relativamente extensos, en tanto que no es posible rastrear el modo como los
la comparativamente más tardía Isa UPanishad consta de tres páginas solamente. Las brahman indios llegaron a esa doctrina. Simple-
de fechas posteriores vuelven a ser tratados voluminosos, pues se abandona la con- mente está ahí, y se condensa en una sola
cisión extrema del grupo central y se entra en formas de exposición más argumenta-
tivas. fórmula: el atInan es el bráhman. Todo lo demás es propedéutica para ella e inter-
pretación de sus posibles significados y aplicaciones.
Pese a la continuidad de lenguaje y estilo entre brahma1Jas y primeras upanis- La fórmula no puede ser traducida, ya que se trata de una ecuación entre dos pala-
had, la ruptura en cuanto a la temática y el modo de abordarla es tan profunda que bras muy ricas en connotaciones y con una densa historia tras de sí. El único modo
incluso se ha hablado de un cambio en la "sociología del conocimiento". En algu- de acercarse a ella es intentar hacer expreso su contenido.
nas UPanishad el marco narrativo que introduce la exposición de la doctrina Atman parece etimológicamente relacionado con la raíz an- "respirar", pero ya en
muestra a un individuo joven y ansioso de saber, hijo de brahmanes, que pre- la lengua de los Vedas la palabra ha perdido prácticamente toda significación concreta
gunta a diversos sacerdotes por el verdadero significado de las cosas y no halla y se ha convertido en una especie de pronombre equivalente al latín iPse: "uno mismo",
respuesta satisfactoria. Finalmente acude a un maestro, no necesariamente bráh- en inglés self De todos modos los indios cultos fueron siempre muy sensibles al paren-
man -en ocasiones un rey, por lo tanto de la casta kshatria-, y éste le revela la tesco de sus palabras, de modo que no les pudo pasar inadvertida la relación entre este
verdad. En este marco se ha querido ver una sugestiva posibilidad: la de que en pronombre y la raÍZ an-. La respiración ocupa desde los comienzos del pensamiento
plena crisis del ritualismo extremo de la cultura brahmánica los nobles y reyes, teórico de la India un lugar central. Su dominio y control funda el yoga, que es una téc-
gentes instruidas y con tiempo y medios para meditar por su cuenta, hubieran nica de autocontrol asociada a toda una filosofía del cuerpo y del alma, y en cuyo cen-
desarrollado una especie de cultura alternativa, menos formalista, más filosófica tro está el término pra1Ja, también intraducible y que designa el aire que entra y sale
en nuestro sentido del término, y que sólo para legitimar sus ideas en el contex- por la respiración y da vida a todo organismo, y que constituye no sólo la esencia de la
to brahmánico
de los Vedas. habrían incluido sus tratados en la tradición de la interpretación vida sino el principio mismo de todo el cosmos. Como aliento humano se clasifica en
varios pra1Jas: el que entra, el que sale, el que se pierde al expirar, etc.
El profesor Surendranath Dasgupta, autor de una excelente enciclopedia de la
símil:
Filosofía india, discutiendo esta hipótesis extrae una conclusión matizada y muy vero-
• S. DASGUPTA. A History ollndian Philosophy, New Delhi 1975, vol. 1, p. 35.

26 27
Existe pues un estrecho contacto entre el "ser uno mismo" designado por fitman ta. El individuo ha de llegar a hacer suya esta verdad, y puede lograrlo de varias
y esa especie de comunidad profunda entre el individuo y el cosmos que se refleja en ¡uaneras, pero la idea misma no es el resultado de su esfuerzo reflexivo sino el
el concepto del prat}/J o aliento universal. Atman es así la palabra que hace referen- comienzo absoluto. Por eso se dice en general que ha sido revelada, y que no se la
cia a lo más íntimo y vital del sujeto, pero sin atribuirle ninguna propiedad individual
puede alcanzar por reflexión sino sólo siendo instruido por un guru.
específica; por su etimología sugiere no obstante una referencia a todo lo que vive y Desde el punto de vista occidental esto se consideraría puro y simple dogmatis-
alienta. No es el "sujeto" en nuestro sentido, esto es, el presupuesto que subyace a la ¡uo. Pero hacerlo así sería pasar de largo ante lo más importante. Intentaremos en lo
relación de conocimiento y que se opone al "objeto". Es la más inespecífica referen-
que sigue hacer verosímil esta idea.
cia al interior de cada hombre, de cada ser que puede señalarse a sí mismo diciendo Innumerables textos, de los que ofreceremos aquí una selección, muestran que la
"yo".
gran ecuación atman = bráhman es la condensación de la idea de que ninguna esci-
El segundo miembro de la ecuación upanishádica es de significación más com- sión conceptual de la realidad, ninguna clasificación que oponga unas cosas
pleja. El sustantivo neutro bráhman, que como veíamos más arriba designa en prin- a otras, alcanza la verdad última, la cual consiste en la cancelación de toda
cipio la fórmula métrica (mantra) dentro del ritual védico, es una de las derivaciones distinción. "La verdad es el todo", diría entre nosotros Hegel en un sentido compa-
de la raíz brah-. Otra de ellas es el sustantivo masculino bráhman, que designa en la rable. Pues toda clasificación puede acabar revelándose inconsistente o contradicto-
lengua antigua a uno de los cuatro sacerdotes principales del sacrificio. En los ritos ria: en todo intento de determinar algo por oposición a lo demás hay una intervención
más complejos, realizados con varios fuegos, un sacerdote llamado hotar recitaba arbitraria del sujeto conocedor, que traza fronteras entre las cosas de acuerdo con la
. himnos del Rigveda, y uno o varios otros sacerdotes (udgatar) cantaban himnos del manera como él delimita las cosas, manera que podría ser distinta en otro individuo.
Samaveda; sacerdotes menores ejecutaban las acciones sacrificiales (encender los De hecho, desde nuestro actual conocimiento de las lenguas se pueden aportar infi-
fuegos, echar en ellos ofrendas ...) mientras murmuraban las fórmulas rituales del nitos testimonios de cómo los hablantes de ciertos idiomas cuentan con objetos que
Yajur Veda: son los adhvaryú. En un lugar central del sacrificio presidía todo ello, en hablantes de otros idiomas no considerarían como tales, ya que no tienen palabra
silencio concentrado, el bráhman, cuya función era vigilar que todo se realizase con- para designados. Un poco más arriba nosotros mismos nos veíamos envueltos en la
forme a las prescripciones. Si se producía alguna alteración, por confusión de algún dificultad de hacer plausible para un occidental la existencia de algo (el bráhman) en
oficiante o por causas ajenas (el vuelo de un pájaro ominoso, un fenómeno atmosfé- lo que nosotros no creemos, porque ni siquiera podríamos designado, y que sin
rico ...), en ese momento el bráhman entraba en acción pronunciando alguna fórmula embargo para los indios constituye la realidad más genuina.
en verso (un bráhman) con la que restaurar la armonía y garantizar la eficacia del Nuestra manera de entender la relación entre sujeto y objeto, por ejemplo, parte
sacrificio. El Atharva Veda (cuarto Veda) es básicamente una colección de estas fór- de que lo único incuestionable es la evidencia empírica, la cual se funda en la expe-
mulas, que en origen habían de ser improvisadas. Para desempeñar esta delicadísi- riencia de los sentidos. Los indios ponen desde el primer momento de relieve el
ma función el bráhman debía conocer perfectamente los tres Vedas. hecho de que los sentidos nos engañan con frecuencia, motivo por el cual el conoci-
El término que designa al portador de esta función es el que da origen a la desig- miento, si ha de ser seguro, no puede tomados como criterio de certeza Oa certeza
nación de la casta sacerdotal en su conjunto. El nombre abstracto de la fórmula utili- sensible aparece en cambio afirmada en textos más tardíos). La filosofía de la ciencia
zada por él acaba autonomizándose respecto de este estrecho contexto técnico y en Occidente sigue dando vueltas a este problema de la "base empírica", y de ningu-
alcanzando una significación cósmica difícil de precisar, pero que de algún modo se na manera se puede afirmar que exista entre nosotros un acuerdo unánime sobre lo
refiere al conjunto de lo existente, pensado como un todo, y al mismo tiempo a su ori- que ha de ser considerado "objetivo". Tampoco los indios han alcanzado esa meta
gen y al principio que lo mantiene. Dasgupta señala que en esta evolución debe verse final, pero su forma de concebida, distinta de la nuestra, no exhibe al menos uno de
una especie de sublimación de la mentalidad mágica: dado que se suponía que los los errores más groseros que lastraron durante siglos el pensamiento occidental.
mantras poseían una eficacia propia, y que por su propio poder y santidad lograban Dadas las profundas disparidades entre las maneras como los diversos sujetos
lo que se pedía con ellos, esta misma fuerza mágica del bráhman se agranda hasta el aprehenden la realidad, la consecuencia radical que extrae de ello la filosofía upani-
plano cósmico y acaba designando el conjunto de las fuerzas que crean y soportan shádica, la de que toda aprehensión basada en determinaciones conceptuales contie-
todo lo existente. De ahí que ese mismo término, personificado, engendre la idea de ne un momento de falsedad, lejos de aparecérsenos como misticismo injustificable
un dios creador, Brahma, dios que de algún modo queda fuera del panteón politeís- muestra ser inobjetablemente lógica.
ta, y que encarna la idea más abstracta de divinidad absoluta, la más cercana también Así pues, también para un occidental puede tener pleno sentido la fórmula atman
al monoteísmo.
= bráhman. Simplemente hay que poner entre paréntesis el aparato místico que la
Las Upanishad se mueven en torno a esa idea muy abstracta de un principio cós- acompaña, y que constituye lo específico de la vía india hacia la crítica del conoci-
mico que es la unidad del origen y de lo originado, del cosmos y de su creación. El miento conceptual, y situarse en el plano lógico en el que también en Occidente se
bráhman es el todo. De él se afinna, en la gran ecuación upanishádica, que no ha revelado indispensable ir más allá de la ontología ingenua de las clasificaciones y
es distinto del atman. Ésta es la verdad única, y saberla es saber todo lo que impor- poner en cuestión la formación misma de los conceptos. Es por ahí por donde resul-

28 29

~
ta posible acercarse a la fórmula atman = bráhman sin necesidad de interpretada Pensó entonces: ¿cómo puede ser esto sin mí? Pensó: ¿por dónde entraré?
como divagación mística precientífica, sino tomándola en serio como planteamiento Pensó: si es dicho por la palabra, si es respirado por el pra11fl, si es visto por el
epistemológico. ojo, si es oído por la oreja, si es tocado por la piel, si es meditado por la mente,
si es inhalado por el apana, si es eyaculado por el pene, ¿quién soy yo?
Traspasando la frontera, entró por esa puertall. Esa puerta se llama 'fisura', es
A los autores upanishádicos no se les la beatitud. Tres son sus moradas, los tres sueños12: ésa es una morada, ésa es
El acceso 1 a oculta que el grado de abstracción de la una morada, ésa es una morada.
Una vez nacido, contempló a los seres. ¿Quién se llamará aquí 'otro'?, se dijo.
fórmula titman = bráhman no sólo exige
un esfuerzo considerable de la mente, y él vio al purusha que es el bráhman mismo. 'Lo he visto', dijo."
conocimiento sino que no es comprensible si no se
accede gradualmente a ella. Son muchos He reproducido el texto por extenso con el fin de proporcionar una idea concreta
del bráhman los textos en los que se realiza la deriva-
ción conceptual de esa ecuación final a
de cómo tratan las Upanishad los temas que acometen. Estas repeticiones de fórmu-
las en las que sólo varía un elemento son muy frecuentes, sobre todo en razona-
partir de ecuaciones mucho más concre- mientos referentes a las vías que se revelan inútiles o insuficientes para acceder al fin
·tas y cercanas a la experiencia, con una metodología que recuerda a la de los símiles último, el conocimiento del atman-bráhman. Las muchas frases cuyo sujeto sólo es
artesanales de Platón. En las UPanishad la forma habitual de llegar al bráhman es indicado por el demostrativo masculino "éste" se refieren al atman. Son numerosos
mostrar la insuficiencia de las formas de experiencia y conocimiento basadas en los los pasajes en los que el atman aparece como creador de un algo dotado de sentidos
sentidos. He aquí una muestra, tomada de la Aitareya Upanishad, que constituye una y luego entra en ello, formándose así la unidad. Algunos traductores suplen entonces
especie de narración simbólica de la creación: palabras como "el hombre" (en nuestro texto, en el primer párrafo, Lilian Silburn
interpola: "Si lo hubiese retenido por la voz, el hombre se habría satisfecho ..."). El
"Éste9 pensó: he aquí los mundos y los protectores de los mundos, vaya crear texto no introduce sin embargo cambio alguno de sujeto, y mantiene en suspenso esa
alimento para ellos. E incubó las aguas, y de la aguas así incubadas nació una extraña identidad del creador y lo creado. Ello causa dificultades de comprensión, y
forma. Esa forma que nació es el alimento l0. Una vez nacido el alimento quiso se las causó a los propios filósofos indios posteriores, pero a la vista de la explicitud
escapar. Intentó retenerlo con la palabra, pero no pudo retenerlo con la palabra. de estos pasajes no parece aconsejable introducir en ellos elementos no expresados.
Si lo hubiese retenido con la palabra, se habría satisfecho con sólo decir el ali- También aquí se debe optar por la lectio difficilior.
mento. Intentó retenerlo con el pra1Ja, pero no pudo retenerlo con el pra1Ja; si El objetivo de estos razonamientos es introducir el pensamiento unitario, el
lo hubiese retenido con el pra1Ja, se habría satisfecho con sólo respirar el ali- "monismo" radical. Los indios, como decía más arriba, parecen haber sido muy sen-
mento. Intentó retenerlo con el ojo, pero no pudo retenerlo con el ojo; si lo sibles, desde sus primeros esfuerzos teóricos, al género de catástrofes epistemológi-
hubiese retenido con el ojo, se habría satisfecho con sólo contemplar el ali- cas que inevitablemente trae consigo cualquier oposición de conceptos. En Occiden-
mento. Intentó retenerlo con la oreja, pero no puedo retenerlo con la oreja; si lo te fue Parménides quien por primera -y en realidad también última- vez expresó
hubiese retenido con la oreja, se habría satisfecho con sólo escuchar el alimen- con radicalismo semejante esa idea: la de que toda oposición de conceptos implica
to. Intentó retenerlo con la piel, pero no pudo retenerlo con la piel; si lo hubie- afirmar la existencia de lo negativo y trae consigo el caos. Platón concibió una salida
se retenido con la piel, se habría satisfecho con sólo tocar el alimento. Intentó para esta situación de conflicto absoluto: partir no del ser sino del movimiento, y
retenerlo con la mente, pero no pudo retenerlo con la mente; si lo hubiese rete- aceptar cuantas consecuencias teóricas deriven de su aceptación como ente de pleno
nido con la mente, se habría satisfecho con sólo meditar el alimento. Intentó derecho (Sofista, 240 y ss.). Veremos más adelante que el Buda planteó un comienzo
retenerlo con el pene, pero no pudo retenerlo con el pene; si lo hubiese reteni- muy semejante para el pensamiento. En las UPanishad se intenta una vía diferente: la
do con el pene, se habría satisfecho con sólo eyacular el alimento. Intentó rete- del esfuerzo de pensar el todo como uno. Se trata de un pensamiento difícil, pues
nerlo con el apana (el aliento que sale), y lo consumió. El viento es pues el que el espíritu está habituado a las diferencias y tiene que ser entrenado para compren-
retiene el alimento, el viento es el buscador del alimento. der que toda diferenciación es relativa, y que por lo tanto 10 único que es absolu-
to es el estadio previo a todas ellas. En Svetasvatara UPanishad se dice, en una
estrofa parcialmente enigmática, que:
"EIAtman.
10 La noción del alimento (anna) desempeña aquí siempre un papel importante, por cuanto la alimen-

tación es aquella relación de cada ser con lo que le rodea que le permite crecer. desarrollarse y llegar a 11 Esto es: superada la barrera de la incomprensión. s~ intro~ujo en el cuerpo para ser su alma.
ser en definitiva lo que es. Se trata de la conexión entre cada individuo y el cosmos, y también de la con-
versión de la materia inespecífica en sustancia esencial de uno mismo. l' Las diferentes clases de sueños son con frecuencia conSideradas como las manifestaciones más
genuinas del alma en sí misma, al margen de sus contactos con lo exterior.

30 31
"En la rueda inmensa del bráhman, que es la vida y el acabamiento de todo, el Realizada esta obra y nuevamente destruida, entrando en unión con la mismi-
ánsar va y viene, juzgándose a sí mismo distinto de aquel que lo promueve; de dad de la mismidad, por medio de lo uno, de la díada, la tríada y las ocho, con
allá, por él gozosamente aceptado, entra en la inmortalidad" (Sv. Up. 1, 6). el tiempo en fin y con los atributos sutiles del atman, el que habiendo iniciado
obras asociadas a cualidades, puede distribuir todos los estados16, mas si éstos
El ánsar, metáfora del alma, no puede escapar de la rueda de la existencia mien- no existen, anulada queda toda obra hecha; aniquiladas las obras, él avanza,
tras cree en la diferencia entre sí mismo y la fuerza que lo ha puesto en movimiento; verdaderamente otro17•
sólo anulando esa diferencia, fundiéndose con el creador y siendo aceptado en esa Él es contemplado como el comienzo y el origen de la causa de la unión, allen-
unidad, escapa al devenir. Un poco más adelante, en el mismo texto, se ofrece una de los tres tiempos y sin partes, cuando ha sido venerado como omniforme,
formulación más claramente teológica:
cumplimiento de cuanto existe, como el dios originario, digno de adoración,
que se aloja en nuestro pensamiento.
"Unido en él lo que perece y lo imperecedero, lo que se ha desplegado y lo que Otro es él, por encima del árbop8, del tiempo y de las formas, desde quien se
no13,el Señor porta todo eso; el atman, apartado del Señor, queda apresado en despliega esta diversidad de acá, cuando se ha conocido al que trae el dhar-
las ataduras de su condición disfrutadora14; cuando ha reconocido a Dios, ,; ma19 y aparta el mal, al que es señor de la riqueza, sito en nosotros mismos20,
queda libre de toda atadura" (Sv. Up. 1, 8). inmortal, morada universal.
A él, que de los soberanos es el supremo gran soberano, que de los dioses
La Svetasvatara UPanishad es teísta, y encarna el bráhman en "el Señor" (lsvara): es la divinidad suprema, que es el supremo señor de los señores, y que está
sus razonamientos se asemejan a los de la teología monoteísta. Pero el contenido del aún más allá, a Dios hallemos, al señor del mundo, al que se debe adora-
concepto de divinidad de esta UPanishad no es otro que el del bráhman abstracto, ción.
anterior a toda distinción, origen y absorción final de todas ellas: Ni efecto ni órgano suyo es conocid021, no es contemplado quien se le aseme-
je ni quien le supere; revelado es que su fuerza extrema es en verdad variada,
"Una a una sus redes extendiendo en este campo de múltiples maneras, el que y que innata es la actividad de su conocimiento y de su fuerza.
es el dios las recoge nuevamente, (...) él que es el gran atman" (Sv. Up. V, 3). No existe en el mundo señor sobre él ni quien lo gobierne, ni existe señal suya;
la causa es él, y el señor de los señores de los órganos de los sentidos; de pro-
La principal diferencia entre las Upanishad ateas del comienzo y las teístas más tar-
genitor carece y de señor.
días estriba en que en éstas se admiten nuevas vías para el acceso al conocimiento del El que, siendo dios único, a semejanza de la araña, con los hilos nacidos de la
bráhman. En particular aparecen las técnicas del yoga como forma de entrenar el espí- materia primigenia a sí mismo se envuelve por su propia voluntad, que él nos
ritu y preparado para la recepción de la verdad. Por otra parte la actitud teísta permite otorgue la entrada en el bráhman ... "
combinar las abstracciones más arduas con formas más cercanas a las representacio-
nes y a los sentimientos del alma individual. El sexto capítulo de Sv. Up. es un hermo-
so ejemplo de algo que por su forma externa parece un himno de ensalzamiento del
dios único, pero que está saturado de tesis filosóficas sobre el mundo, su creación y su
esencia:

IH No se trata de cualidades y estados cualesquiera, sino de una triada antigua y bien establecida, de
"La naturaleza nombran los unos de entre los sabios, el tiempo los otros, obce- origen incierto: el sattva (el ser como el bien), el rajas Oa pasión dominadora) yel tamas Oa oscuridad, la
cados15; del dios la grandeza en el mundo, en cambio, es lo que hace moverse opacidad de la materia). Desde muy antiguo los indios consideran que todo lo existente consiste en com-
a la rueda del Bráhman. binaciones diversas de esas tres cualidades primigenias, que por ejemplo se asocian también con las cas-
tas, al modo platónico de asociar virtudes y jerarquía social.
Aquel que por siempre rodea este mundo entero, sabio, hacedor del tiempo, 17 La idea de que toda creación implica una destrucción constituye una convicción tan arraigada en el

dotado de atributos, omnisciente, por su gobierno despliégase la obra que ha pensamiento indio que la omnipotencia sólo se concibe aquí como la capacidad simultánea de crear y des-
de ser pensada como tierra, agua, fuego, viento y espacio. truir. En la trinidad hindú los dioses encarnan los tres estados de la materia: creación, conservación y des-
trucción. Para la religiosidad occidental la destrucción es demoníaca; los indios en cambio la ven como la
otra cara inevitable de la misma divinidad.
IX Existe una vieja alegoria del cosmos como un árbol primigenio con las raíces hacia arriba y las ramas
1:' Vyakta-avyakta: es terminología de la escuela samkhya (vid. inf.) para designar la totalidad al mar- hacia abajo, símbolo también de toda vida.
gen de la distinción entre cosa ya creada y cosa por crear, tal vez entre acto y potencia. 19 Dhanna es la palabra india que designa lo debido, la ley moral a la que deben sujetarse los seres, y

14 El disfrute, ejemplificado casi siempre como disfrute del alimento, es una relación imperfecta con el que es diversa según sean éstos.
todo, pues se basa en la diferencia entre el individuo y lo demás. ,,, Que el "señor de toda riqueza", que es el epíteto más común en el Rigveda para los grandes dioses,
Estoaquí
gicas15 que es: algunos piensan que el todo es la naturaleza, otros que es el tiempo; son las tesis cosmoló-
se refutan. sea algo "sito en nosotros", ésta es la tesis upan!shádica en ~u forma más clara.
" Esto es: el pensamiento no puede discernir partes en el, no puede"analizarlo".

32 33
"
El monzsmo Más arriba hacíamos referencia a la
aspiración más profunda de los pensado-
direcciones, salen los pra1Jas cada uno a su dominio, de los pra1Jas los dio-
ses, y de los dioses los mundos. He aquí este pra1Ja, el atman consciente,
res upanishádicos: la de cancelar las opo- que
- ha" entrado en el atman que es el cuerpo, hasta los cabellos, hasta las
radz"cal siciones de conceptos en un pensamiento unas.
unitario, previo y superior a todas ellas.
Esta aspiración se vuelca hacia todos los El monismo no es sin embargo, a despecho de esta imagen del sueño profundo,
aspectos del pensamiento teórico y funda propuestas filosóficas de sorprendente unidad inicial, espontánea o ingenua, sino unidad conquistada mediante la relativiza-
"modernidad".
(capítulo IID: Así ocurre por ejemplo en el siguiente texto de KaushitakT Upanishad ción de las diferencias existentes. Es unidad crítica, no pasiva indiferencia. Uno de
los más bellos pasajes upanishádicos, perteneciente a la brevísima lsa Upanishad, lo
expresa así:
7) Pues sin conciencia la voz no puede hacemos conocer nombre alguno; dice
entonces: "Mi espíritu estaba fuera, no he tenido conciencia de ese nombre." Sin "A las más ciegas tinieblas van a dar quienes creen que algo llega a ser, mas
conciencia la nariz no puede hacemos conocer olor alguno; dice entonces: "Mi las tinieblas son peores todavía para quien se complace pensando que nada
espíritu estaba fuera, no he tenido conciencia de ese olor" (...) Sin conciencia nin- llega a ser. Distint022,dicen, es tanto del llegar a ser como del no ser jamás: así
gún pensamiento puede realizarse, ningún objeto de conocimiento puede darse a
-conocer. oímos decir a quienes lo explicaron.
El llegar a ser y el dejar de ser, quien los conoce unidos, por el dejar de ser
8) No hay que intentar conocer la voz, es quién habla lo que hay que saber. No rebasa la muerte, y por el llegar a ser accede a la inmortalidad.
hay que intentar conocer el olor, es quién huele lo que hay que saber. No hay que A las más ciegas tinieblas van a dar quienes creen que no hay saber alguno,
intentar conocer la forma, es quién la ve lo que hay que saber. (...) No hay que mas las tinieblas son peores todavía para aquel que se complace en el saber.
intentar conocer el espíritu, es quién piensa lo que hay que saber. Distinto, dicen, es tanto del saber como del no saber: así oímos decir a quie-
9) Pues estas diez parcelas del ser se refieren a la conciencia, y las diez parcelas nes lo explicaron.
de la conciencia se refieren al ser. Pues si las parcelas del ser no estuviesen ahí, Saber y no saber, quien los conoce unidos, por el no saber rebasa la muerte y
tampoco lo estarían las de la conciencia, y si no estuviesen ahí las parcelas de la por el saber accede a la inmortalidad. (oo.)
El rostro de la verdad se encuentra oculto en el cáliz de oro; el purusha que
unas y sin eltampoco
conciencia, concursolo de
estarían las del ser, pues ninguna forma se realiza por las
las otras.
mora allá arriba, en el sol, ése soy y023.Om. El bráhman es el espacio."

En este texto la idea monista se aplica a la relación de conocimiento, negando la Ese sujeto no nombrado, distinto del ser y del no ser, del saber y el no saber, esto
escisión de facultades sensoriales y entendimiento, y negando también la oposición es, distinto de toda distinción, es tanto el espíritu supremo simbolizado por el sol
de conocimiento y objetos. El objeto como tal, segregado del sujeto, no interesa: inte- como yo mismo. Dicho de otro modo, la sabiduría suprema, al llevamos más allá de
resa sólo como parte indiscernible del sujeto. toda distinción, nos hace indistinguible s también del todo y de su promotor, del bráh-
Pero las negaciones han de llegar hasta el núcleo mismo del sujeto, anulando toda mano
escisión dentro de él. La misma Kaushitaki Upanishad contiene un famoso diálogo
entre un bráhman y un kshatnya, donde este último, habiendo comprendido la rela-
Uno de los aspectos que causan más
tividad de cada enseñanza particular del bráhman, le revela a aquélla insuficiencia de La extrañeza en la filosofía india es el hecho
cuanto sabe. El bráhman le pide entonces que le instruya, y el kshatriya Ajatashatru
se limita a mostrarle a un hombre dormido y a despertarlo a bastonazos. Le pregun- de que hasta el más abstracto razona-
ta entonces al bráhman: "¿Dónde estaba acostado este hombre, de dónde ha retor- liberación" miento metafísico está expresamente
nado al despertar?" y enuncia entonces, en imágenes, la doctrina común de que el dirigido a lograr la redención del indivi-
duo, su salvación, o como dice literal-
atman que es el bráhman se identifica con el pra1Jll del sueño profundo y sin enso-
ñaciones,
pecto el estado
de nada del sujeto en el que éste no se diferencia ni en sí mismo ni res-
exterior.
moksha mente el término moksha, su "libera-
ción".

"Así se llega a ser uno en ese pra1]a. La voz entra en él con todos los nom-
bres, la mirada con todas las formas, el oído con todos los sonidos. Yal des- 22 El adjetivo en forma neutra se refiere al bráhman.
pertar, como salen las chispas del fuego recién encendido en todas las 2:1 Otra fórmula fija de la ecuación upanishádica: "ese/eso soy yo".

34 35
La filosofía india no se concibe a sí misma como el puro y desinteresado "amor "La cuestión referente al hombre que ha muerto: 'es', dicen unos, 'no es', dicen
por el saber" que la define en Occidente: no es teoría pura en ningún plano, sino siem- otros. Eso quiero saber, por ti instruido, ése es de mis deseos el deseo tercero" (K
pre y sólo reflexión encaminada a liberar al hombre del sufrimiento, suprimiendo las
Up. 1, 20).
causas que 10 producen. En un cierto sentido esta filosofía redentora constituyó Yama intenta por todos los medios apartar al joven de su curiosidad improcedente:
durante muchos siglos un obstáculo infranqueable para el desarrollo de la técnica y "Los propios dioses tuvieron sus dudas al respecto en tiempos, pues no es fácil salir
del conocimiento científico: las mentes mejor dotadas, instruidas en un pensamiento de ellas; es un problema sutil. Busca otro deseo, Naciketas. ¡No me hagas presión,
rígidamente continuista, presidido por la autoridad moral y social del maestro y déjalo estad"
amparado por grupos institucionales cuyo abandono equivalía en la práctica a la pros- Pero Naciketas tiene a Yama bajo su control por la palabra dada, y no está dis-
cripción, no podían llegar a desarrollar interés alguno por mejorar las condiciones de
puesto a renunciar: "Nadie hallaría a otro mejor capacitado para responderme, no hay
vida materiales, ya que toda su reflexión tenía por objeto alcanzar la indiferencia res- favor que con éste pueda compararse." Yama insiste: le ofrece riquezas, vida tan larga
pecto de la miseria material. como desee, poder, el amor de las mujeres, mas todo en vano. El joven bráhman sabe
Por otra parte la doctrina de la reencarnación establecía una relación de
que aun la vida más larga sobre la tierra es un corto período, que la vejez empaña los
causalidad entre la situación real de cada persona en cada vida y su comporta- sentidos, que ninguna riqueza terrena traspasa la barrera de la muerte. De modo que
miento moral en vidas anteriores, de manera que toda miseria tenía que ser quiere saber el misterio del "gran viaje" y no otra cosa.
entendida como debida a una culpa moral en existencias anteriores. La única Yama tiene que contestar pues, y sus respuestas forman tres círculos concén-
clase de esfuerzo que se concebía como sensato en orden a mejorar las condi- tricos, tres formulaciones de la doctrina upanishádica progresivamente esotéricas. La
ciones de la propia existencia era desarrollar en esta vida un karman24 tan posi- última respuesta será la definitiva. Pero Naciketas (y el lector) tendrá que hacer un
tivo que implicase una reencarnación ventajosa en la vida siguiente. El "progre- gran esfuerzo de concentración para ir depurando su juicio hasta alcanzar el plano en
so" filosófico constituye aquí un avance en sutileza: de nada sirve mejorar la vida el que la respuesta última pueda ser comprendida.
próxima si en ella uno puede recaer en actuaciones que en vidas siguientes vuel- En un primer acercamiento Yama elogia sin reservas la prudencia y sabiduría
van a hundirlo en las esferas más miserables, así que hay que buscar una libe- demostradas por Naciketas al rechazar como vanos las riquezas y los placeres terre-
ración duradera, definitiva: la salida de la rueda de las reencarnaciones, del nales; advierte que quienes se confían a ellos, pensando que no hay nada más allá de
sa~s¡¡ra. esta vida, son como "ciegos guiados por un ciego", y su ignorancia los hace caer a
El camino que halló la más antigua filosofía india para huir del sa~s¡¡ra y cance- todos bajo el dominio de Yama Oos conduce a la muerte).
lar todo karman fue especulativo. En las UPanishad todo el esfuerzo reflexivo culmi-
na en una doctrina secreta de la más alta abstracción, cuyo conocimiento es él La segunda fase de la doctrina es la enseñanza del atman, con la advertencia pre-
mismo la liberación definitiva. En Kathaka UPanishad se encuentra una de sus liminar característica:
formulaciones más interesantes, más nítidas y más explícitamenhte vinculadas con la
escatología. "Proclamado por varón de baja estirpe no es (el atman) discernible, por varia-
Esta UPanishad se inicia con una escena típica: un hijo de bráhman, curioso de do que sea el pensamiento. Si no es enseñado por otro, no hay acceso a él.
las cosas últimas, importuna infinitamente a su padre con preguntas hasta que éste Pues más sutil es que los medios de la razón, no es comprensible.
lo maldice: "¡Te doy a la muerte!" El joven Naciketas parte hacia la morada de Yama, No se accede a esa idea por el razonamiento, sólo si la proclama otro, hombre
señor de la muerte (el primer inmortal que halló el camino de la muerte, dios de los excelente (...)" (K Up. U, 8-9).
muertos por eso), pero Yama está ausente y nadie le ofrece los honores de hospita- Naciketas hace ahora una pregunta "correctamente formulada", pues entiende el
lidad debidos a su rango. Cuando al tercer día regresa el dios, comprueba horrori- plano en el que ha de moverse desde ahora. Ya no pregunta simplemente por el más
zado lo ocurrido y ofrece a Naciketas tres deseos en compensación. Éste pide pri- allá, sino por "lo absolutamente otro":
mero que cese la cólera de su padre contra él, y luego que se le revele el secreto del
fuego que conduce al cielo. Yama le concede ambos deseos y pregunta cuál es el ter- "Dime pues qué consideras que es lo otro tanto del dharma como de su con-
cero.
trario, qué es lo otro de lo hecho por nosotros y de lo no hecho, qué es lo otro
de lo que ha sido y de lo que ha de ser."

24 El karman, nombre abstracto derivado de la raíz kar- "hacer", es el conjunto de las cosas hechas por Estamos ya en el centro mismo de la doctrina esencial, la que busca sus respues-
cada individuo en cada vida, o más exactamante las consecuencias o implicaciones de esas acciones. Si por tas más allá de las contraposiciones lógicas habituales. Y la respuesta, como ocurre
ejemplo alguien hace algo aparentemente inofensivo, pero que por alguna circunstancia acaba traducién-
dose en un grave perjuicio para otro, las consecuencias de esa acción se cargan en su cuenta moral, y en toda la cultura védica, está vinculada al lenguaje sagrado, es el contenido de las
habrán de pagarse de una u otra forma, ahora o en una vida venidera. palabras verdaderas:

36 37
"La palabra que los Vedas nos recuerdan, igual, según afirman, a toda peni- luta, este borrar toda distinción, incluida la que nos hace individuos, es para nosotros
tencia2S,la palabra por la cual nos dedicamos al estudio del bráhman, yo te diré la idea más difícil de entender en la filosofía india. Es también la clave fundamental
brevemente cuál es: om. 26
de la diferencia entre ambos mundos29•
Esta sílaba es, en verdad, el bráhman, ella es lo más alt027; quien comprende A la luz de esa formulación abstracta y enteramente nítida se comprenden
esta sílaba obtiene todo cuanto anhela.
también mejor las afirmacionmes precedentes sobre la imposibilidad de llegar
He aquí el fundamento excelso, he aquí el supremo fundamento. Quien este
"por sí mismo" a la verdad. Sólo la enseñanza del maestro puede acercamos a
fundamento ha conocido es encumbrado en el mundo del bráhman28". ella, no tanto porque el maestro sea más sabio, sino porque es otro, es parte de
(K. Up. 11,15-16).
ese mundo distinto de nosotros con el que tenemos que identificamos hasta no
reconocemos ya más que como parte de él. La renuncia a la individualidad
El conocimiento de ese saber implicado en la verdadera comprensión de "om" empieza ya con la actitud del "sisya" que acepta en su interior la enseñanza ajena,
lleva al sabio mucho más lejos en sus inferencias sobre sí mismo y sobre la existen-
que renuncia a construir su propio mundo mental por sí mismo. Este abandono
cia. La UPanishad formula ahora las consecuencias últimas de la sabiduría, aquéllas inicial constituye la actitud correcta, y en el fondo es ya el comienzo de la com-
en las que se encuentra su potencial redentor:
prensión.
La Katha Upanishad inserta a continuación una larga serie de pensamientos
"El iluminado no nace ni muere, no viene de parte alguna, no es alguien. No en torno al atman y su identidad con el bráhman, repitiendo como estribillo ince-
engendrado, eterno, permanente, primordial, no lo golpea la destrucción del sante: "etad vai tat": "esto es eso", la fórmula abreviada que simboliza la identi-
cuerpo." (K Up. 11,18). dad de todo con todo, del atman con el bráhman. Finalmente, en la sección VI,
tras la mención del yoga como la actitud de concentración más apropiada para el
Ésta es la esencia de la idea de la que cabe esperar una liberación definitiva. Es pensamiento, se introduce la formulación ontológica más radical de la idea cen-
una doctrina del alma que no sólo es inmortal -no engendrada, imperecedera-, tral:
sino que además carece de origen y de toda identidad: "no es alguien". Esta respuesta
es consecuente con la pregunta que preguntaba por "lo otro de cada cosa y de su con-
trario": el sabio va más allá de toda contraposición de conceptos, y rebasa incluso "No es posible aprehenderlo con la voz ni con la mente, tampoco con el ojo.
aquella que lo contrapone a lo que no es él. De este modo pierde su perfil identifica- 'Es', se ha dicho. ¿Cómo de otro modo cabría aprehenderlo?
'es', así ha de ser aprehendido, pues ambos tienen existencia. A quien lo apre-
dar y se sume en el océano sin fronteras de la identidad absoluta de todo con todo,
hende diciendo 'es', la existencia se le vuelve clara."
allí donde ningún proceso, por aterrador que sea, destruye nada importante. La
siguiente estrofa ilustra este pensamiento con un ejemplo estremecedor que halla-
mos también en la Bhagavad Gita: "Cree el que mata que ha matado, cree su víctima La cláusula "pues ambos tienen existencia" es de sentido oscuro. El resto en
cambio es claro: sólo la nuda predicación "asti", "es", sin sujeto ni complementos,
que ha sido matada: ni uno ni otro poseen discernimiento: no ha sido muerto el uno,
no ha matado el otro." constituye un signo lingliístico apropiado para expresar la esencia última. Idéntico
Desde la actitud occidental respecto de la moral y la responsabilidad esta idea no pensamiento hallamos en Parménides, y expresado de la misma forma, con el verbo
ser sin sujeto alguno: "esti". La predicación pura del ser es la única en la que no se
puede ser digerida en modo alguno. No es posible para el hombre occidental apar-
tarse de su individualidad hasta el extremo de sentirse sólo parte intrascendente del recoge oposición alguna de conceptos, la única que respeta la identidad absoluta del
proceso universal, indiferente a su destino como individuo. Esta in-diferencia abso- todo consigo mismo, sin mezcla ni contaminación de negación, la única que expre-
sa la unidad en la que se redimen los individuos. Naciketas halla en esta respuesta
su liberación, pues con ella le es posible "renunciar a todo deseo", "deshacer todo
25 Esto es, la palabra cuyo conocimiento posee tanto valor de redención como la más extremada de las
nudo del corazón".
mortificaciones realizadas por el asceta.
21i Esta sílaba sagrada constituye una alegoría fonética del todo: es la forma contracta de la secuen-
cia "a-u-m", en la cual la a simboliza el comienzo de todo, la u el final (como entre nosotros "el alta y
el omega"), y la m es un sonido de cierre. En diversos textos upanishádicos (y otros) se ofrecen inter- 29 Nuestra interpretación se aparta en este punto resueltamente de la que desarrolla PAUL DEUSSEN en
pretaciones místicas de la sílaba, dando a sus componentes nuevos valores simbólicos: se trata desde su conocida obra Die Philosophie der Upanishad's, Leipzig 1899. Deussen se ha ganado un merecido
luego de especulaciones arbitrarias, pero su sentido no lo es, ya que toda interpretación de esta alego- renombre con su minucioso y competentísimo análisis filológico y filosófico de las doctrinas upanishádi-
ría abstracta es un intento de hacer explítica la manera como se contiene en ella el todo que ella sim-
boliza. cas, pero enfoca explícitamente su lectura desde las premisas del neokantismo, lo que le lleva a establecer
conexiones entre Upanishad y pensamiento idealista (alemán) que la mayoría de los indólogos contemplan
27 Aquí om se interpreta como abreviatura de la ecuación upanishádica.
con reserva. No es éste el lugar de entrar en una crítica pormenorizada de la posición de Deussen, pero el
2" El brahmaloka, que se traduce a veces también como "el seno del bráhman", debe entenderse como
el universo espiritual de la verdad absoluta, no como un componente de una cosmología mítica. le~tor interesado puede acercarse, bien a su texto (no traducido), bien a la sin duda justa apreciación del
mIsmo en la citada obra de Dasgupta.

38 39
Los indios no sólo reconocen pues el carácter relativo de toda distinción y con-
traposición de conceptos, sino que extraen de ello la conclusión ulterior de que hay
que intentar abandonar las regiones de la relatividad y entrar en el dominio de lo
absoluto. Pero lo absoluto, concebido como identidad, significa inevitablemente el
final del sujeto como tal.

III
El budismo

40
La inspiración que recibió Siddhartha, el Gautama, y que 10 convirtió en el "budd- erradicar para alcanzar la liberación definitiva. Todos los demás deseos que sujetan
há", "el que ha despertado", constituye en realidad una última vuelta de tuerca en esta al hombre a la existencia, a sus riesgos y miserias, son concreciones posteriores que
misma línea de razonamiento. El punto de partida de la revolución budista del pen- tienen su raíz en el deseo primigenio de ser y seguir siendo. La doctrina del Buda
samiento consiste en pensar hasta el final esta idea de la disolución del suje- introduce aquí una modificación de la doctrina hinduista del karman: para los hindú-
to. El Buda comprendió que si se abandonan determinados prejuicios de pensa- es ortodoxos el destino de cada individuo en cada vida está determinado por las con-
miento muy asentados, es posible concebir el todo en términos tales que no exista ya secuencias de sus actos en vidas anteriores, y sólo por ellas. Para el Buda en cambio
temor alguno para el individuo, que se suprima de raíz toda causa de sufrimiento. Y los actos involuntario s no contribuyen al karman, y sí en cambio los deseos cons-
fue por compasión hacia todos los seres que decidió desarrollar su pensamiento en cientes. De hecho para el Buda el destino de cada individuo es el producto de sus
forma de doctrina y difundirla a través de una orden monacal. deseos (tanha), y cuanto más intensamente se ha deseado algo, o cuanto más inten-
En realidad no se puede hablar de una completa ruptura filosófica entre las Upa- sa es la participación de la voluntad en 10 que se hace, mayor es la repercusión sobre
nishad y el budismo, y entre los filósofos postupanishádicos tempranos, de los que no el destino ulterior. Por el contrario, quien logra eliminar todo deseo interrumpe la
se conservan textos completos, no siempre es posible saber si son o no son budistas. cadena del karman y escapa a la rueda de las existencias.
Desde que irrumpe el budismo como doctrina se enciende una vivísima polémica filo- Se le ha objetado al Buda que si no hay un sujeto por debajo de los atributos de la
sófica en la que participan con el mismo ardor los brahmánicos ortodoxos de los seis forma humana alcanzada en cada vida, no hay nada que pueda reencarnarse. La res-
"darSana", sistemas filosóficos dependientes de las UPanishad, y los budistas30, y se puesta del Buda es que la continuidad del deseo es lo único que mantiene la conti-
comprueba una intensa influencia de los unos sobre los otros, de manera que el nuidad del sujeto que se reencarna; de ahí que con la supresión del deseo acabe tam-
budismo, al margen del problema de su heterodoxia religiosa, no es sino un desa- bién la permanencia.
rrollo más del pensamiento indio antiguo. La liberación es pues aquí la disolución definitiva de los elementos de
Básicamente el Buda desarrolla una tesis epistemológica de la que se infiere todo cada forma humana en el todo fluyente, el vacío total (§Unyafá): el nirva1Ja32•
lo demás: en su visión de la realidad todo cuanto existe es tan sólo un fluir de Quien realiza el vacío en su conciencia actual, lo conquista también en la realidad y
energía, en cambio y variación perpetuos, sin "esencias" que. cambien. Al se garantiza la disolución definitiva.
contrario de lo que supone toda metafísica de la identidad, esto es, que existen seres La doctrina budista consiste en un completo replanteamiento de la totalidad de los
y que éstos cambian, para el Buda sólo hay el fluir en el que cristalizan de manera efí- temas filosóficos tradicionales a la luz de las nuevas tesis. Muy pronto se formó una
mera formas que nosotros, obcecados, interpretamos como esencias. Esta posición tradición de discusión teórica y de fijación de dogmas, y la doctrina fue creciendo y
recuerda intensamente la alternativa de Heráclito a la filosofía del ser de Parménides. expandiéndose bajo la forma de una compleja dogmática con profuso casuismo y una
También el sujeto humano es una de estas cristalizaciones momentáneas, una acusada tendencia a la elaboración de listas numeradas: las cuatro nobles verdades,
"forma" nacida de la conjunción de cinco "grupos" de energías o estados (kandhasj31: los cinco estados, el óctuple camino, las doce causas Veremos en lo que sigue sólo
oo.

la sensación, la percepción, el entendimiento, la razón y la conciencia (rupa, vedana, los elementos de la doctrina más estrechamente relacionados con el núcleo filosófi-
sañña, sankhara, viññana). No hay una esencia humana, ni individual ni colec- co-moral de la misma.
tiva, por detrás de esta constelación contingente: no hay un sujeto humano, En el origen del encadenamiento a la existencia -a la rueda de las doce causas
un alma distinta de sus cualidades y atributos, subyacente a ellos, (entre los que nos atan al ciclo de nacimiento, muerte y reencarnación- está la "ignorancia"
kandhas no se halla en sitio alguno el "yo soy", Samyuta Nikaya I1I, 130), ni hay una (avijja) debida a cuatro clases de anhelos: el de placer o disfrute, el de existir, el de
naturaleza humana que pueda ser positivamente definida. El budismo poste- pensar en términos herético s y el de ignorar las causas del sufrimiento y los medios
rior llama a esta "no esencia" el "ser buda": buddhata. La comprensión de esta de eliminarlas. El deseo de herejía (ditthasava) es la tendencia natural a expli-
negatividad esencial convierte al hombre en un iluminado, y lo libera de carse las cosas últimas por medio de la dicotomías tradicionales de alma y
todo temor. cuerpo, causa y efecto, materia y forma, etc., dicotomías que el Buda ha demostrado
El Buda comprendió que lo que encadena al hombre a la rueda de las re encarna- que son insustanciales desde su tesis del fluir perpetuo sin esencias.
ciones es su propio deseo de ser, de permanecer. Es este deseo el que hay que La práctica de la recta disciplina (sila) y de la concentración (samadhiJ y la con-
quista del saber correcto (Pañña) sobre las causas del sufrimiento y las vías de su eli-
minación constituyen el medio para eludir éste y liberarse. La liberación puede pro-
:lO Es entonces cuando se produce la clasificación de las filosofías de la India en "astika" y "niistika", ducirse espontáneamente, bajo la forma de una iluminación súbita del entendimien-
esto es, en las que dicen asti, "es" (es decir, las que afirman la vigencia de los Vedas) y las que dicen na to, y el hombre que accede a esta experiencia única se convierte en un bodhisattva,
asti, "no es" (que niegan esa vigencia).
:ll La terminología budista nos es conocida primariamente por el canon en lengua pali, una variante
meridional del sánscrito que se caracteriza por toda una serie de simplificaciones y erosiones consonánti-
caso En lo que sigue, salvo indicación en contra, los términos citados son los del palio :" Término sánscrito.

42 43
un redimido en vida, alguien que puede ayudar también a otros a redimirse (incluso redención última. De ahí que la calificación del budismo como "religión" deba emple-
a seres de otras esferas: espíritus, titanes, animales inferiores ...). Pero 10 normal es arse con alguna cautela.
que el hombre esté apresado en la ignorancia de sus muchos prejuicios intelectuales En vida del Buda no se fijó ninguna de sus palabras por escrito: sus discípulos más
y morales y de los deseos y objetivos que derivan de ellos, de manera que para libe- atentos Y mejor dotados fueron memorizando sus enseñanzas y transmitiendo tam-
rarse se hace necesario un largo y difícil entrenamiento, basado sobre todo en la bién de palabra esos relatos. Pero dada la rápida expansión de la nueva religión, muy
meditación (las prácticas ascéticas no son especialmente recomendadas, a no ser pronto empezaron a surgir variantes y dudas sobre lo que realmente dijo el fundador,
para objetivos concretos). También el budismo defiende por 10 tanto que la reden- y hubieron de realizarse diversos concilios para poner de acuerdo las tradiciones y
ción humana sólo llega por el conocimiento. fijar un canon, que finalmente fue escrito. Aun así sus diversas partes fueron objeto
Al igual que en las Upanishad, las verdades que se han de ir comprendiendo son de nuevos desarrollos divergentes, y desde muy pronto tenemos noticia de la exis-
resumidas aquí en fórmulas doctrinales, aunque una y otra vez los maestros, inclui- tencia de varias, cada vez más, escuelas budistas. Los textos se han perdido en su
do el propio Buda, aseguran que su papel es el de un mero instrumento auxiliar. El mayoría, y lo que queda son menciones en textos muy posteriores. La falta de un
budismo bien entendido es sin duda menos "literal" que las UPanishad, y no partici- Evangelio seguro hizo que, pese a los diversos intentos de relacionar y homogenei-
pa ya en la misma medida de la sacralización del lenguaje de la verdad que caracte- zar, cristalizasen definitamente diversas variantes. Las dos más importantes son las
riza a la cultura védica. conocidas como HT ~ayana y Mahayana.
En cambio el budismo desarrolla una vasta sistemática de pensamiento como Al margen de las numerosas cuestiones de detalle referentes a la disciplina inte-
alternativa crítica al dogma básico de las UPanishad, el carácter permanente y eterno lectual y moral, existe un núcleo común que no deja de desarrollarse, el de la nega-
del atman-bráhman. La contraposición entre ambas doctrinas es sobre todo de carác- ción sistemática de la metafísica tradicional. La primacía del cambio sobre toda
ter ontológico. Para las Upanishad 10 que existe es el todo, permanente, inmutable, esencia vuelve insustancial toda discusión sobre la existencia o no existencia de tales
eternamente igual a sí mismo- para el Budismo nada es eterno, permanente ni igual o cuales cosas, y los filósofos budistas suelen argumentar, a propósito de nociones
a sí mismo, todo es cambio incesante, constelación efímera. No obstante el plano en como la de bhiitatathata (el ser igual de todo, que no puede ser expresado por nin-
el que el budismo desarrolla la doctrina es el del razonamiento moral: hay sufri- gún concepto definido), que "ni es algo que existe, ni es algo que no existe, ni es algo
miento porque la ignorancia de los hombres les hace fijarse a metafísicas equivoca- que existe y no existe al mismo tiempo, ni es algo que ni existe ni deja de existir": tal
das, sin advertir la secuencia de las doce causas del error: nacimiento, existencia, es la forma algo alambicada de mostrar la falta de objeto de contraposiciones como
dependencia, deseo, sentimiento, sensación física, campos de los sentidos, alma y la de "existir y no existir", "ser y no ser". A la obcecación consistente en insistir en
cuerpo, conciencia, conformaciones e ignorancia. Si se pone remedio a la ignorancia este tipo de oposiciones Buda le llama herejía. Pero ya vimos en el "Poema del no ser"
cesan las conformaciones (de la conciencia), si cesan éstas, cesa la conciencia que también los filósofos preupanishádicos intentaban relativizar esas oposiciones
misma, etc. Cuando no se conocen las doce causas, se interpreta equivocadamente la aparentemente absolutas.
esencia del hombre como alma inmortal; tal interpretación se origina en los cuatro "Nada existe" y "todo existe" vienen a ser en un cierto sentido la misma afirma-
anhelos mencionados más arriba. ción: "nada existe" quiere decir que ninguna cosa está dada en sí misma de la mane-
Para cada una de estas categorías del error y su posible remedio la doctrina va ra como nosotros la identificamos desde el nombre que tenemos para ella. Nosotros
estableciendo sub clasificaciones. Por ejemplo el karman que determina la naturaleza organizamos nuestra percepción del mundo desde nuestros nombres y nuestras cos-
de cada reencarnación, o su definitiva supresión, puede ser karman de obra, de pala- tumbres de referirnos a lo que nos rodea, pero nada nos garantiza que ésa sea tam-
bra o de pensamiento, con efectos diferentes según la constelación de los tres que se bién la organización real de las cosas (de las "cosas en sí", por decirlo en lenguaje
produzca en cada caso. Las potencias del alma, la acción y recepción de los sentidos, kantiano). Nos engañan nuestros sentidos, nos obcecan nuestras tradiciones, nos
etcétera son también objeto de clasificaciones y subclasificaciones pormenorizadas, mueven nuestros deseos e intereses privados: todo esto ha sido también objeto de
hasta constituirse una profusa antropología filosófica. reflexión crítica, a lo largo de la Edad Moderna sobre todo, en Occidente. La única
En esta doctrina no hay lugar real para divinidad alguna: el Buda se inserta en forma de eludir la posible falsedad de nuestra manera particular de particularizar el
esto en la tradición de las UPanishad ateas, si bien no somete a crítica ni la idea de la mundo es renunciar a esa particularizar~ón Y quedarnos sólo con la idea del "todo":
divinidad ni el panteón hindú. Admite la existencia de cuantos seres pueblan el cos- "lo que existe es el todo" ("la verdad es ti todo", que dirá Hegel).
mos brahmánico, incluidos los dioses, pero insiste en las incomparables ventajas de ¿Pero qué es ahora el "todo"? Es la noción genérica de la existencia, sin ningún
encarnarse como hombre, pues sólo en la esfera de la vida que ocupa la humanidad perfil concreto que separe cosas o elementos y los determine; es la falta de toda deter-
hay una relación equilibrada de placer y dolor, de conciencia e ignorancia, que per- minación. El verdadero contenido de la idea del todo en este contexto es la nada.
mite vencer a los segundos y redimirse definitivamente. En el budismo posterior cier- Nuevamente en palabras de Hegel: "Ser, el ser puro, sin ninguna determinación ulte-
tas figuras divinas son re interpretadas como santos (arhant) budistas. Lo que niega rior. En su inmediatez indeterminada sólo es igual a sí mismo, y no es 10 no igual a
el budismo es la existencia de una divinidad suprema causante o simbolizadora de la lo otro, no posee ninguna diferencia ni dentro de sí ni hacia fuera. Cualquier deter-

44 45
minación o contenido que distinguiésemos en él, o por los cuales quisiésemos dis-
tinguirlo de otra cosa, impediría que lo retuviésemos en su pureza. Es la pura inde-
terminación y el vacío. No hay nada que contemplar en él, si es que tiene sentido
hablar aquí de contemplación alguna; o más bien es este puro contemplar vaCÍo en sí
mismo. No hay nada que pensar en él, o bien es este mismo puro pensar vaCÍo.El ser,
lo inmediato indeterminado, es de hecho nada, y no es más ni menos que nada."
Este limpio razonamiento hegeliano, que el propio Hegel pone en relación con la
posición de Parménides como última consecuencia suya, puede sernos de gran ayuda
IV
para comprender el sentido de las propuestas budistas, así como de las upanishádi-
cas que presentábamos más arriba. Los indios al comienzo de su tradición filosófica,
nosotros casi al final-medido en siglos de existencia-, todos hemos llegado a un
punto en el cual los conceptos máximamente abstractos del ser y el no ser se reve-
lan como condicionados el uno por el otro, como las dos caras de la misma moneda Jainismo
-del mismo impulso metafísico hacia la abstracción estática-, y como en el fondo
la misma noción, comienzo necesario pero también final inevitable de todo pensa-
miento. No hay redención posible en esa manera de pensar, piensan tanto los indios
como Hegel, -y como cualquiera que realice el esfuerzo de pensar la lógica final de
la metafísica de la identidad.
De ahí que el Buda, cuya iluminación debió de ser sin duda la comprensión de
esta relatividad última de toda determinación de la realidad por los conceptos, bus-
case una filosofía alternativa, y lo hiciese remontándose a las causas que pudieron lle-
var a la humanidad a abrazar ese credo destructivo de la metafísica de la identidad,
por decirlo en nuestros términos. Y el Buda halló las causas sin duda donde estaban:
en el alma humana, en sus anhelos inmediatos y contradictorios, en lo que nosotros
llamaríamos sus ideologías, superficialmente estabilizadoras al precio de la inconse-
cuencia, la obcecación y el sufrimiento.
La crítica budista a la metafísica tradicional, al constituir un cuerpo de doctrina
sistemático y muy elaborado, arroja luz también sobre los nexos crípticos de los tex-
tos upanishádicos y nos ayuda a descubrir su coherencia interna.

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Más o menos contemporáneo de Buda debió de ser MahaVlra, el "último profeta" En el interior de las dos grandes corrientes heterodoxas, el budismo y el jainis-
del jainismo, la otra gran corriente filosófico-religiosa ajena a la ortodoxia brahmánica. mo, la polémica no era menos viva y persistente: ninguna fijación dogmática logró
El jainismo se presume doctrina eterna, predicada a cada creación por un profeta; en nunca domeñar el ansia india por alcanzar la iluminación personal a través de las pro-
nuestra era el profeta fue el mencionado MahaVira. Es también una corriente de pen- pias ideas y especulaciones, ni el afán de proselitismo vinculado a esta pasión por el
samiento que busca la liberación del sufrimiento por la vía de la iluminación intelec- conocimiento verdadero, de manera que, a despecho de concilios y compromisos, las
tual. El rasgo más popular de la doctrina jaina es su radical afirmación de la vida en escuelas disidentes surgían por doquier. La mayoría de las disidencias afectaban en
cualquiera de sus manifestaciones, lo que implica la prohibición tajante de matar nin- realidad a cuestiones de detalle, pero no por eso se las defendía con menos ardor. La
gún ser vivo, y la obligación de evitar en lo posible cualquier destrucción inadvertida misma heterodoxia, la necesidad de justificar estas posiciones frente al brahmanismo
de la vida. Los jainas se cubren frecuentemente la boca con una gasa para evitar que establecido, alentó sin duda el espíritu polémico, los cismas y la formación de nuevas
entren insectos que pudieran perecer, apartan de sí con todo cuidado cualquier bicho escuelas.
que se pose sobre ellos, y se encargan de desparasitar gratuitamente viviendas, extra-
yendo de ellas hasta el último bichito para devolverlo a la naturaleza.
El jainismo se opone por igual a la idea upanishádica de que el cosmos es una sus-
tancia única e imperecedera y a la idea budista de que la sustancia es una pura ilu-
sión metafísica. Para los jainas todo cuanto existe es conjunción de cualidades más o
menos cambiantes o efímeras: ni todo cambia siempre y en cada momento, ni todo
permanece siempre inmutable. Es nuestra perspectiva (n aya) la que nos lleva a fijar-
nos en cada momento bien en algo permanente, bien en algo mudable.
Esta filosofía del sentido común comparte algunos rasgos esenciales con la teoría
del conocimiento budista: también para ella el conocimiento es tan sólo un medio
para evitar el mal y procurar el bien. Las condiciones bajo las cuales nos es posible
alcanzar un conocimiento válido de las cosas no interesan en exceso ni a unos ni a
otros, ya que lo importante, en el conocimiento de lo exterior, es su utilidad para
nuestros fines. El conocimiento no se legitima por lo tanto por su grado de acerca-
miento a una verdad en sí, sino sólo por su rendimiento material y moral de producir
ventajas y evitar inconvenientes.
Los jainas, a diferencia del budismo, no niegan la existencia del sujeto, ya que les
parece evidente que son los sujetos los que conocen y actúan. No hay aquí una pene-
tración tan profunda como la de Buda en los problemas de la metafísica de la subje-
tividad. Se admite la necesidad de relativizar ciertas ideas ingenuas sobre la fijeza de
las cosas y de sus propiedades, pero no se discute la existencia de unas y otras: en
lugar de suponer que nuestra percepción está condicionada por nuestros sentidos,
entienden que está en la naturaleza de las cosas afectar a nuestros sentidos y abrir de
este modo nuestra alma a su conocimiento.
No podremos entrar aquí en las múltiples implicaciones teóricas y morales del
planteamiento jaina; únicamente quería mostrar cómo en la India preclásica los temas
filosóficos eran vividos como parte fundamental de las necesidades del alma, como
vía para la iluminación personal que puede conducimos a la liberación. De ahí que las
disputas filosóficas fuesen vivaces y apasionadas, y que muchos individuos que alcan-
zaban alguna nueva idea teórica se echasen a los caminos para buscar interlocutores
e intentar convencerlos de la justeza de su convicción.
Estos individuos, con frecuencia hombres de visible santidad, vivían de las limos-
nas que todo padre de familia estaba obligado a dar a los menesterosos y peregrinos,
y su vida consistía en un apostolado itinerante, de predicación y de controversias con
los partidarios de ideas opuestas.

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Las UPanishad más tardías dentro del grupo antiguo contienen ya múltiples men-
ciones del yoga y del samkhya. No es fácil saber hasta qué punto estas alusiones se
corresponden con verdaderas escuelas ya formadas de pensamiento, pero lo cierto es
que en la India clásica la filosofía ortodoxa, constituida ya en una disciplina por dere-
cho propio, aparece dividida en seis escuelas o cosmovisiones, "shaq darsana". Estas
seis escuelas forman pues la filosofía brahmánica ortodoxa, "astika", que reclama
para sí la autoridad de los Vedas y de la tradición ininterrumpida de su cultivo y exé-
gesIS.
No podremos exponer aquí ni el contenido de estas doctrinas ni las diferencias
VI
entre ellas, sino que deberemos limitamos a una panorámica muy esquemática. El
samkhya constituye de algún modo la tradición de pensamiento más arraigada; en los
tratados que lo exponen aparecen casi todos los elementos que con ligeras variacio-
nes constituyen también el sustrato de pensamiento de las demás escuelas. Desde Advaita Vedanta
muy pronto se produjo una estrecha asociación entre la filosofía samkhya y las formas
de pensamiento vinculadas con la práctica del yoga, de manera que en definitiva
ambas corrientes acabaron confluyendo en el complejo llamado samkhya-yoga. Se
trata de un pensamiento radicalmente dualista, que parte de la oposición entre purus-
ha y prakrti, cuyo correlato quizá más exacto sería la oposición cartesiana entre res
cogitans y res extensa. El yoga reconoce la existencia de un señor supremo, lsvara, en
tanto que el samkhya puro no ve la necesidad de esa hipótesis, ya que el conocimiento
le parece vía suficiente para alcanzar la liberación.
La llamada purva mrmaff}Sa es menos una filosofía sistemática que una tradición
de interpretación de los Vedas consistente en buscar en éstos normas e indicaciones
para la acción moral; la smrti o ley moral del hinduismo ha hecho suyas sin restric-
ciones las interpretaciones de la mrmaff}Sa. Este pensamiento está asociado con
numerosas reflexiones en torno al lenguaje que son de gran valor para comprender
la concepción india del papel de éste en el conocimient033•
Dos escuelas que también acabaron confluyendo en la práctica son el nyaya y el
vaisheshika; el primero es fundamentalmente un sistema de lógica, en tanto que el
segundo constituye un conjunto de especulaciones de metafísica y física. La reper-
cusión de estos dos sistemas en el pensamiento indio posterior no ha sido sin embar-
go tan grande como la del sexto gran sistema, el vedanta.

:n Veáse a este respecto la muy documentada y clara exposición de MADELEINEBIARDEAU.Théorie de


la connaissance et philosoPhie de la parole dans le brahmanisme classique, Ed. Mouton, Paris.

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La palabra vedanta significa "final del Veda", lo que debe entenderse como "última realiza experiencias e inferencias, y que conoce las cosas en su diversidad empírica,
consecuencia" del mismo. Si bien el término se aplica en principio a las Upanishad, en el es ese aha1flkara que es individuo también empírico, dotado de cuerpo y sentidos, de
origen de la forma canónica clásica de esta corriente, denominada más específicamente biografía individual, de intereses y capacidades concretos. Para él es importante
advaita vediinta (esto es: vedanta no dualista), hay un texto sagrado, los Brahma-siitras conocer lo que le rodea, designarlo, categorizarlo y comprenderlo. Para él tiene pleno
de Ba:darayana. El vediinta se entiende a sí mismo como filosofía upanishádica sistemáti- sentido afirmar que unas cosas son y otras no son. Su conciencia se forma en el con-
ca. Los brahma-siitras mismos son uno de esos textos ultraconcisos, de interpretación tacto con las cosas y adquiere la forma de éstas. En este plano se considera ver-
difícil, que pueblan la filosofía india antigua, y la sistemática vulgarizada del vediinta dad todo conocimiento que la experiencia no invalide.
remonta al gran comentario de ese texto y de las UPanishadrealizado por Sankara, el ver- Pero éste es sólo el concepto de verdad relativo al plano de la diversidad de los
dadero padre del vedantismo clásico, y a la profusa obra de sus sucesores. seres. El concepto absoluto de verdad no sólo no atiende a este plano, sino que
Sankara mismo ha sido considerado como un santo, y existen biografías suyas afirma que es pura ilusión, y que cuanto acontece en él es falso en sentido tras-
que le atribuyen prodigios diversos. Incluso se postula que constituye una encarna- cendental, aunque pueda ser verdadero en el sentido relativo de cosa no invalidada
ción de la divinidad. El sistema de pensamiento propuesto por él, y desarrollado dia- hasta el momento. Pero ningún conocimiento de cosas concretas puede tener la cer-
lécticamente por sus sucesores, sigue siendo considerado hoy día como la esencia teza de que jamás será invalidado; de hecho un examen atento de categorías como la
misma del hinduismo ortodoxo. El advaita vedanta merece no obstante por derecho de la diferencia revela que todas las clasificaciones de la diversidad de los seres son
propio un lugar preeminente en la historia del pensamiento universal. en última instancia contradictorias, y que sólo tienen vigencia en la medida en que no
Por razones que se advertirán enseguida muchos han formulado la sospecha de se las somete a un examen exhaustivo.
que Sankara pudiese ser un "criptobudista". De hecho Sankara comprendió muy bien La razón no puede por sí misma trascender este plano ilusorio. La verdad
la hondura filosófica de la revolución intelectual de Buda, entendió los profundos vín- absoluta, de certeza autoevidente, sólo es asequible por la iluminación: ella resplan-
culos que unían su doctrina con la de las UPanishad, y creó una especie de síntesis dece por sí misma, y quien contempla ese resplandor no podrá creer ya nunca más
entre ambas formas de pensamiento. Él pretende una y otra vez que tan sólo está en la realidad de los fenómenos. Quien sabe que el atman es el bráhman no es que
haciendo expresas las implicaciones de la doctrina upanishádica, que entiende como niegue la existencia de éstos, sino que se sitúa en un plano superior al de la dicoto-
revelada y absolutamente cierta. Acepta sin discusión que el mundo de los fenóme- mía entre existencia y no existencia. Ésta tiene su lugar únicamente en el plano de lo
nos es ilusión (maya), que la única verdad absoluta es la ecuación atman=bráhman, que nosotros llamaríamos conocimiento empírico. Este plano, aunque a la luz de la
y que la liberación consiste en acceder a este conocimiento. El bráhman, como idén- verdad absoluta carezca de sentido ontológico, de realidad última, no es simplemen-
tico al atman, es conciencia pura y beatitud, y es la realidad última. te un "no ser": es lo que hay, y que revela ser ilusión desde una perspectiva superior.
El atman es ciertamente el "yo", pero no como sujeto empírico sino como algo La ignorancia (en sentido trascendental: avidya), que nos mueve a creer en la reali-
que podría calificarse de sujeto trascendental. No quiere esto decir que Sankara ima- dad de las cosas diversas que nos rodean, no es tampoco lo contrario del conoci-
gine la existencia de un supersujeto universal del que cada individuo sería reflejo o miento, sino el modus humano de relacionarse con las cosas, inevitable pero vano si
emanación, aunque en ocasiones la metafórica utilizada parezca sugerir algo de esto. se comprende su carácter relativo. Si conocemos cosas, las conocemos de esa mane-
En realidad la distinción entre el atman y el aha1flkara (el "yo" individual propia- ra, a base de delimitaciones y contrastes, y todo conocimiento de objetos es, diríamos
mente dicho) tiene su origen en una posición que nosotros tenemos que entender nosotros, contingente y condicionado.
como epistemológica. Veamos por qué. El saber absoluto, cit, no es contingente sino necesario; no depende de la expe-
La ecuación upanishádica afirma que la distinción entre sujeto y objeto, y todas las riencia sino que la trasciende. Y éste es el punto en el que para nosotros el edificio
distinciones categoriales que se siguen de ella, es vana, ilusoria. Sólo es verdad cier- del vedanta se revela lleno de sentido como filosofía crítica del conocimiento. Inclu-
ta la unidad absoluta del ser. En consecuencia sólo el conocimiento de éste es cono- so se podría decir que el vedanta realiza una crítica de la "razón pura" no menos radi-
cimiento seguro. El sujeto que accede a él está en la única verdad segura y absoluta, cal que la kan tiana si bien el resultado no es una "dialéctica negativa" sino una espe-
porque se trata de una verdad evidente por sí misma, que no depende de la cie de metafísica p~sitiva de lo absoluto. Indudablemente las características de la ver-
experiencia ni de sus circunstancias imprevisibles. Las experiencias sensibles dad absoluta que enuncia son, como diríamos nosotros, "a apriori": la unidad_del
y sus distinciones categoriales, por el contrario, se mueven en un plano de fenó- ser no es un hecho empírico, como tampoco lo es -en esto los textos de! vedanta
menos que no tiene entidad por sí mismo, que es sólo namariiPa34• El sujeto que son insistentes- la del atman, la subjetividad trascendental que acompa~a a todo
acto de conocer. La unidad trascendental es un postulado especulativo. puro
(es, por así decirlo, una necesidad absoluta del marco lógico de todo p~nsamlent?),
"4 Este término es un compuesto de nama "nombre" y riipa "forma"; se lo encuentra en todos los sis- y aquí nos movemos en el dominio de las ideas o esquemas de pensamIento pre~lOs
temas filosóficos como designación de aquello que no es la realidad propiamente dicha sino sólo la aso-
a toda experiencia, un dominio que sólo puede ser explorado consecue.nt~I?ente SIs~
ciación de nombre y forma, esto es, la objetividad entendida como mero correlato imaginario de las pala-
bras del lenguaje. lo mantiene en ésta su completa abstracción. Las cualidades de la subJet1V1dadempl-

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rica e individual por el contrario son contingentes, dependen del karman de cada
uno, y nadie hace las mismas experiencias que los demás. Y no hay una gradación Epílogo
entre ambos planos, sino diferencia absoluta (la misma diferencia que existe, en el
pensamiento kantiano, entre los juicios a priori y a posteriori). El vedlinta procede
aquí con entera consecuencia epistemológica, lo cual le acarreará dificultades no infe-
riores a las que encuentra Kant a la hora de "mediar" entre el plano trascendental y
el empírico, entre categorías a priori y categorías de la experiencia.
Pero a partir de aquí los caminos del pensamiento indio y de la crítica epistemo-
lógica de la filosofía moderna en Occidente se separan. Pues el interés del vedantis-
mo, como el de toda la filosofía india, es y sigue siendo la liberación, aquí la libera-
ción del individuo por medio de la reconquista consciente de su unidad con el todo a
través de la contemplación de la ecuación litman = bráhman. Sankara afirma que cada Como decía en el prólogo, esto no es un compendio resumido de filosofía india
sujeto es positivamente una combinación de litman y aha~klira, y por eso está some- sino un intento de acercarse a su núcleo esencial y de entenderlo como una alterna-
tido a la acción de la ignorancia inevitablemente asociada a los componentes de este
tiva de pensamiento llena de sentido comprensible incluso para quienes no participan
último. Pero el sujeto puede trascender esa ignorancia y alcanzar la realidad
de los significados de su lenguaje. La lectura que yo he hecho aquí no es neutral: cada
última que es conciencia pura. No se trata de hacer una experiencia sólo intelec- uno lee los textos desde su propia biografía intelectual, y el contexto de mi acerca-
tual, de corrección de errores concretos, sino una experiencia completa, que abarca miento al pensamiento indio es, además de la filología indológica, la tradición de filo-
a toda la personalidad y que se basa en la actitud moral de renuncia a toda atadura sofía crítica europea que culmina en Kant y Hegel. También, inevitablemente, mi
(placer, vínculos emocionales) y de perfecto control de todas y cada una de sus poten- experiencia de lingliista comparativa y de traductora. El lector curioso hará bien en
cias. La vía de la iluminación es una vía de santidad. Y siendo una vía de renuncia a
consultar otras fuentes para formarse una idea más contrastada del complejo de ideas
toda determinación individual, de anulación de la diversidad empírica del sujeto en la
que conforman la esencia de la filosofía india. Yo confío en haber puesto a su alcan-
unidad absoluta del ser, es, como en el budismo, renuncia a la condición misma ce el testimonio de una individualidad que ha logrado encontrarle sentido pese a la
de sujeto. Como afirma Dasgupta, no son tan distintos el "ser puro" y el "puro no diversidad de lenguaje, contexto e intención.
ser".

AnaAgud
Salamanca, diciembre de 1993

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