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Libertad de crear

Poemas, cuentos y testimonios


de alumnos y alumnas privados de libertad.
Edición, producción e idea original: Camila Fuentes - Karina Codelia
Ilustraciones y edición: Augusto Gómez Fuentes

Escuela E508. Valparaíso


Nuestra libertad es la que nos conmueve:
“Libertad de Crear. Poemas, cuentos y testimonios de alumnos
y alumnas privados de libertad” constituye una ventana hacia la expe-
riencia del encierro en Chile. En el libro convergen el contraste de la
vida en la prisión y la oscuridad, el horror, la desesperación, el desalien-
to, la muerte, la tortura, el tiempo suspendido, con universos infinitos y
luminosos de amor y libertad.

En “Libertad de Crear” se reúnen también la experiencia


universal de la cárcel con el testimonio local chileno. Las prisiones
azotan al mundo, pero la esquina de cada comunidad define los recove-
cos del encierro. Los y las artistas de “Libertad para crear” retratan su
experiencia en Chile y nos cuentan de las desventuras en nuestras
instituciones estatales. Como el siniestro y maldito SENAME, en el
relato de Dante en “Mi vida en riesgo”, y como sus propias técnicas de
tortura, como el “botecillo” agrilletado del poema “Bajo un sistema
limitado” de Héctor Alvarez Morales. También nos recuerdan de las
propias pesadillas del sistema penal chileno, como el incendio de la
cárcel de San Miguel en “81 razones para vivir”. Pese a su tormento, los
autores y autoras también nos relatan de su amor a sus barrios, a Valpa-
raíso y sus cerros, al mar, a sus familias, a sus hijos, y a un Dios presente
incluso en el rincón del mundo que son las cárceles chilenas.

Esta obra colectiva también nos demuestra la naturaleza indes-


tructible del arte. La pulsión todopoderosa de vida creativa y creadora
de vidas imaginadas y maravillosas trasciende la experiencia del encie-
rro. A través de la literatura y su inspiración inagotable, los autores de
“Libertad de Crear” despliegan la infinita y versátil creatividad humana.
Rodolfo Arévalo narra: “que nuestra libertad es la que nos conmueve/el
aliento que fluye,/ suspiro, aire fresco”. A través de la metáfora del aire y
del cielo, los poemas y relatos nos recuerdan la conmovedora fuerza de
las vidas que resisten (y vencen) las embestidas más duras de la cárcel.
Con sus poemas y relatos, los presos y presas en Chile declaran y procla-
man que mantienen incólume su libertad de crear.

Isabel Arriagada
Cofundadora ONG Leasur
Libertad de crear
escuela E508
escuelae508.blogspot.cl

Diagramación:
Augusto Gómez Fuentes
negroperro@gmail.com

Tipografía:
Fenix Por Fernando Díaz,
ferfolio.com

Impreso en Valparaíso.
marzo 2017.
Libertad de crear
Poemas, cuentos y testimonios
de alumnos y alumnas privados de libertad.

Héctor Álvarez Morales


Alfredo Eduardo Sanhueza Espinoza
Rodrigo Daniel Ortiz Álamos
Rodolfo Agustin Arévalo
Gabriel Leiva
Carlos fernando Barrios Durán
Alejandro Devia
Cristian Reinaldo Seguel Pacheco
Diego Rafael Dos Santos Palma
Bryan Javier Adolfo Castillo Fernández
Andrés Millay González
Diego Stany Barrientos Olguín
Fabiola Cisterna.
Freddy Rene Vargas Vargas
Eduardo Antonio Leiva Quijada
Yordan Alexis Cortes Pavés
Alan Ocaranza

Edición, producción e idea original:


Camila Fuentes - Karina Codelia

Ilustraciones y edición:
Augusto Gómez Fuentes
Apología de un lugar.

¿Puede extrañar que la prisión se asemeje a


las fábricas, a las escuelas, a los cuarteles, a los
hospitales, todos los cuales se asemejan a las
prisiones?

-Michel Foucault

La Cárcel es, claramente, un espacio creado con el fin de


limitar y adoctrinar con ello a un grupo de personas cuyos actos
son condenados por la sociedad. Es entonces un “lugar” que
tiene un principio y un fin claramente definido y restringido;
lleno de rejas que no dejan avanzar, con cámaras de seguridad
que vigilan los pasos, amurallada de tal forma que muchas veces
no llega el sol al patio. Pero a pesar de esos límites obvios que han
sido impuestos, es un espacio en donde caben otros “lugares”, los
cuales transgreden la concepción espacio-temporal, ya que están
ligados a los recuerdos, a la memoria y el sentir. Estos otros
lugares no tienen límites.

El libro compila estos espacios de intimidad que tienen


los reclusos del Complejo Penitenciario de Valparaíso, que en su
mayoría son estudiantes de la Escuela Especial de Adultos E-508,
buscando con ello reconocer la libertad que existe al conmemo-
rar otros sitios a través de la literatura; pues ésta es la llave que
abre nuevas puertas y desde ella se pueden crear otras posibili-
dades, además se logra llegar a tiempos personales, en dónde el
alma se reconfortó, fundando recuerdos llenos de sentimientos.

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Por esto cada uno de los cuentos, relatos o poemas están atrave-
sados por estos “lugares” que se convierten en tópicos: espacios
comunes que se comparten con un mate o jugando cartas para
matar el tiempo presente, que es el tiempo de la cárcel.
Al compartir estos espacios comunes, se logran visualizar otros
“lugares” en donde el agón renueva este tiempo presente, refle-
jándose en una lucha que busca conseguir la preciada libertad
para recuperarse y volver a convivir con lo amado. La búsqueda
es también una columna vertebral potente en los escritos de los
internos y es aquí en donde la agonía tiene un objetivo sin
límites. Por esto resulta interesante acercarse al imaginario y
poder entender desde ahí, la trinchera que ha significado sus
vidas. Podemos constatar que existe un mundo colmado de
lugares que los acerca a la redención.

Todo esto, es el reflejo del trabajo realizado durante el


año pasado, en que los estudiantes y oyentes de la escuela, a
través de talleres de literatura, lograron escapar de ese espacio
limitado y echaron a volar sus mundos, logrando establecer una
dinámica que los llevaba a libertad de crear .

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A ti Valparaíso
Freddy Vargas.

Crecí en tus faldas Valparaíso de mi vida,


compañero mío fue el amor,
tus ascensores fueron mis juegos,
y tus quebradas mi hogar,
y así crecí en tus pasarelas,
de tu extenso plan,
de gente humilde y bonachona.

Me diste las alternativas para triunfar en la vida,


las cuales no supe aprovechar,
nada te reprocho, puerto hermoso,
y en la cárcel de la pólvora,
envejeciendo estoy.

Me diste tantas alegrías:


la mejor fue una mujer del puerto,
de esas aguerridas y luchadoras,
con esas tremendas piernas que sube y baja la escalera.

Cuando me muera Valparaíso,


ponme tirantes en el alma para despedirme,
como volantín de cada cerro que me cobijó en su falda.

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Vivo y asertivo
Alfredo Espinoza.

Cuando voy a la escuela analizo y escribo,


pienso en cada clase, con cautela,
olvido que estoy cautivo.

El conocimiento nace libre y eso es muy positivo,


lo rescato entre todo este ambiente negativo.

Me concentro, me motivo.

Siempre hay algo nuevo que aprender para ser más asertivo.
Educación de calidad y gratis, es atractivo,
relativo al tiempo y los sentidos,
voy a la escuela para sentirme más vivo y asertivo.

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Rodolfo Arévalo.

Observando a cada uno


que nuestra libertad es la que nos conmueve,
el aliento que fluye,
suspiro, aire fresco.

Es él que nos sigue y nos mantiene vivo,


entre oscuridad y soledad,
es la que vemos cada vez que estamos privados de libertad,
no perdiendo la esperanza de algún día volver a estar,
caminando por la orilla del mar,
con la ansiedad de poder regresar al lugar
que nunca tuve que dejar,
la cual fue mi querida libertad.

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Desde mi ventana respiro y pienso
Brayan Castillo Fernández.

Desde mi ventana respiro y pienso,


en eso tan bello que me he privado,
estando aquí yo lo he notado,
falto de amor,
falta de alegría.
Yo estoy desolado,
Poco enamorado.

Una agonía de años he vivido,


fallándoles a mis tesoros queridos.
Desde mi ventana respiro y pienso,
en eso tan bello,
que me he perdido.

Sabiendo que en algún momento,


llegará ese día,
pienso en mi agonía,
desde mi ventana respiro y pienso,
que ya llegará ese gran día.

Desde mi ventana respiro y pienso.


Desde mi ventana:
Respiro y pienso

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La cárcel
Rodrigo Ortiz

Aquí me encuentro entre cuatro paredes,


trato de despejar mi mente,
ya no quiero ser más un delincuente,
quiero vivir mi presente,
sin mi familia ausente.

Es difícil estar aquí cumpliendo una condena,


que a veces piensas que no tendrá fin,
pero me convencí que de aquí voy a salir sí o sí.

Pienso en mi familia,
ellos me quieren, aunque esté encerrado en cien redes.

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Bajo un sistema limitado
Héctor Alvarez Morales.

Bajo un sistema limitado,


en ocasiones doblemente encerrado en un cuarto frío,
desolado, castigado, golpeado,
y con el botecillo agrilletado,[1]
viendo partir vidas,
que literalmente con fuego se han quemado,
otros se han ahorcado,
y unos a la vena, a través de una cuchilla,
para siempre han caído y callado,
y el sistema dice una carga menos para el estado.

Doy gracias a Dios por el tiempo de vida que me ha dado.

He vivido mucho tiempo en este cuadrado estigmatizado;


pero mis sueños y proyecciones no se han contrarrestado,
más fortaleza han alcanzado.
Y aunque un ejército acampe contra mí,
yo estaré confiado,
porque sé que el Todopoderoso está a mi lado.

Este verdadero amigo


su fidelidad me ha demostrado y enseñado.

1: Botecillo engrilletado: Posiciones de reducimiento y tortura por parte de Gendarmería.

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Lo que te escribo no me lo han contado,
no es una falacia,
lo he vivido, trascendido,
y superado la calle y la vivencia.

La vieja escuela me lo ha ensañado.

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Prejuicios
Diego Dos Santos.

Para un poco de mundo,


por hambre muere un vagabundo.

¿De qué me estás hablando?


Estás afuera del asunto;
Enfócate en el tema
¿Por qué tanto dilema?
¿Por qué piensas que yo soy el del problema?

Dime tú,
si has vivido lo que he vivido yo,
cuando de niño buscaba la luz.

¿Y dónde estabas tú?

Si ahora estoy perdido,


buscando el camino y no encuentro el sentido,
dime ¿qué puedo hacer?
si un delincuente no nace, se hace.

Tú tienes que entender

¿Cómo puede crecer


Un niño con una madre
Sin su querer?

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Mi mente y mi corazón
Eduardo Leiva Quijada.

Hoy nace un nuevo hombre,


alguien culto y algo frágil,
tanto sufrimiento en esta cárcel,
que mi mente trabaja a mil,
por tanta injusticia y abuso
de poder en este sistema.

Hoy sale el sol y desde el cielo,


alguien hermoso sana mi corazón,
porque a pesar de todo lo malo que he sido,
nunca me dejó solo,
y ha podido iluminar mi mente y corazón.

Hoy es el mejor momento de mi vida,


y le doy gracias al Señor por aprender,
y adaptarme a una gran sociedad.

Lleno de emociones y sabiduría mi mente,


tranquila y el corazón sensible, como el dolor.
Hoy espero mi vida mis hijas,
mi libertad mi amor, mi familia,
ya termina esta condena
y se cortarán las cadenas hacia una mejor vida,
y llena de oportunidades.

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Hoy estoy feliz y muy agradecido,
porque de tanta maldad
desde el cielo alguien, abrió mi mente,
y ha podido darle vida a mi corazón.

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De un hombre amado a un hombre feliz
Carlos Barrios Duran.

De un hombre amado a un hombre feliz


De un hombre feliz a un hombre orgulloso
De un hombre orgulloso a un hombre ocupado
De un hombre ocupado a un hombre solo
De un hombre solo a un hombre atareado
De un hombre atareado a un hombre atrapado
De un hombre atrapado a un hombre engañado
De un hombre engañado a un hombre desilusionado
De un hombre desilusionado a un hombre disgustado
De un hombre disgustado a un hombre enojado
De un hombre enojado a un hombre enloquecido
De un hombre enloquecido a un hombre prisionero
De un hombre prisionero a un hombre delincuente
De un hombre delincuente a un hombre asustado
De un hombre asustado a un hombre solitario
De un hombre solitario a un hombre en oscuridad
De un hombre en oscuridad a una luz en el camino.

Y la luz cada vez más fuerte y brillante,


con un camino de esperanza y la anhelada libertad.

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Pensamientos reales
Yordan Cortes Pavés.

Hay días que sueño que estoy en distintos lugares


lindos con mi familia, es una sensación tan bella volver a
revivir algunos momentos junto a ellos. Al despertar me
doy cuenta que me encuentro aquí con mi espíritu y
cuerpo prisionero en este pequeño cuarto; donde la triste-
za y la soledad son tus mejores aliados.

El tiempo se detiene como en una cápsula, en


donde a nadie le importas. Todo se vuelve oscuro.

Mi cuerpo y alma se estremecen al soñar para luego


despertar y no tener el placer de esa anhelada libertad.

En mi vida la soledad se convierte en la sensación


de cada día, ya que la llamada rutina es la que empieza a
deteriorar cada uno de mis sentidos y sentimientos. Te
hace fuerte por fuera, pero por dentro te destroza, porque
ya no tienes todo lo que algún día te hizo sonreír, al contra-
rio lo pierdes. Ponen a prueba tu fortaleza y colocan en una
balanza lo que has perdido por ser delincuente. Es así que
veo que el sentimiento de felicidad cada día se vuelve más
lejano.

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Mi vida en riesgo
Dante.

Soy Dante, mi edad es de 29 años; me considero un


hombre con doble personalidad. Quiero dejar en claro que
una de ellas la fabriqué en la cárcel y créanme que me ha
servido lo suficiente para lograr mis libertades. Al momen
-
to de un balance he pasado la mayor parte de mi vida priva
-
do de libertad; con 4 años fui arrebatado de mis padres por
el SENAME.

Después de un tiempo me encontré en un discipli


-
nario en la ciudad de Iquique, para mí era mi algo nuevo:
era un módulo con puertas eléctricas funcionaban con un
mecanismo de imán, tenía una cámara de punto fijo en mi
pieza, una en el pasillo donde caminaba para él, al patio solo
bajaba una hora, y en él no podía fumar cigarrillos, los
allanamientos eran constantes, para poder cepillarme los
dientes tenía que hacerlo delante del gendarme, ya que los
cepillos eran utilizados para rasparlos y hacer punzones
que servían para pelear. En aquel submundo habíamos 12
internos, y en lo personal el puto sistema putrefacto me
tenía colapsado psicológicamente. No me podían ver
haciendo gimnasia, era castigado de forma inhumana, me
encerraban en un cuarto obscuro solo podía sentir agua
helada que me rociaban palos, por donde me llegaran y

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harto gas pimienta insultos y amenazas. Siempre me recal-
caban que no me iba a escapar que el sistema estaba cons-
truido para eventuales fugas.

Fue pasando el tiempo en aquel disciplinario,


comencé a conocer otros internos y planificábamos como
escapar de dicho módulo. Un día me dirigí a un teniente al
cual le presentaría un escrito para una autorización. Fue
entonces que en esa tarde, el teniente por la falta de perso-
nal estaba solo en su oficina, me abalancé al cuello y
comenzamos a forcejear bruscamente; logré reducirlo con
armas blancas, el funcionario sabía mi historial, por lo que
no puso mayor resistencia. Una vez maniatado, le doy la
señal a cuatro internos más para que cruzaran donde me
encontraba, lograron llegar a mi lado y tuvimos un peque-
ño dialogo donde les digo aún no estamos ni en la cuarta
mitad de nuestra libertad asique los pedí que todo fuera
con calma tal como se planificó.

Nos colocamos los trajes anti motines. Tomamos


las radios para ir al tanto de lo que estaba sucediendo en la
cárcel. Lo primero era salir del disciplinario, así que el
primer obstáculo era un portón que daba al primer períme-
tro de zona de fuego, salimos con calma los cinco internos
logramos llegar al portón que tenía un candado, lo comen-
zamos a forzar con un fierro en el momento y escuchamos
por la radio la voz de una mujer solicitando la identifica-
ción, no le tomamos importancia. Logramos cruzar al
segundo perímetro de zona de fuego, ahí se nos hacía más

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difícil, ya que arriba del portón que forzaríamos había una
garita de vigilancia, fueron momentos de desesperación y
nervios, no podíamos frustrarnos, estábamos a doce pasos
de la libertad; fue justo en ese momento en que la radio
suena por segunda vez, era la voz de una mujer dando aviso
que 5 gendarmes no identificados forzaron un portón. Yo
no quería creer lo que mis oídos escuchaban, comenzaron
rápidamente a comunicarse vía radio módulo por módulo.
Fue entonces que nos cuadramos, quedando uno al medio
cubierto por los escudos y lo rodeábamos, luego cruzamos
corriendo al portón, cuando escuchamos por la radio que
andábamos trayendo: “dispárenle son reos que intentan
escapar” el garitero en dudosa decisión hace uso de su arma
y los comienza a disparar siendo alcanzados dos amigos en
el cráneo y otro en las piernas, en ese momento el vigilante
deja de disparar y comenzamos a escuchar otros disparos,
eran quienes nos esperaban afuera. Lo primero que hago
es ver que todos estuviéramos en el vehículo, tomo la sub-
ametralladora y comienzo a disparar dándome a la fuga.

Logré mi objetivo. Una vez en libertad comienzo a


cometer una seguidilla de asaltos durando 17 días en liber
-
tad.

Ingresé a Antofagasta, una cárcel que conocía muy


bien y no querían tenerme por mis antecedentes. Empecé
a observar la rutina de la cárcel y en dónde estaban los
puntos débiles. Un gendarme me ingresó un teléfono, el
cual el uso no se lo di para pololear ni joderme la mente en

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Facebook, para mí un celular es libertad. Comencé a plani-
ficar un escape con dos internos más; desde mi pieza tenía
acceso a ver la garita de vigilancia que estaba frente a mi
pieza los días viernes y sábados era común ver a los vigilan-
tes curados hasta durmiendo del cansancio o con resaca de
un carrete, fue así el día 23 de diciembre del año 2012
estaba en mi pieza a las 23:40 de la noche y al mismo
gendarme que me ingresó el celular le solicité ir al baño.
Abre mi puerta salgo al baño y de vuelta lo digo que tenía
30 mil pesos y que sentía demasiada hambre, si podía
llamar a Telepizza y comernos una más bebidas y churras-
co, el gendarme me dijo “shaaaa culiao” yo le sonreí y lo
acompañé a llamar por teléfono de su oficina. Me percato
que estaba acompañado compartiendo cerveza con otro
gendarme, durante la espera subo a mi pieza me encierro y
comienzo a llamar por teléfono a mis dos compañeros
explicándoles el plan. Fue así que después de 20 minutos
llegó a mi pieza y me solicitó bajar a su oficina, le pedí un
cuchillo para partir la pizza, me lo da, corto los trozos y
partimos a las piezas de mis demás compañeros, como se
planificó.

El primero requiere ir al baño, el gendarme quería


esperarlo para encerrarlo y después abrir las siguientes
celdas, eso no nos servía a nosotros, de todas formas el
funcionario no era pequeño. Fue mucho la demora de mi
compañero en el baño simulando tener indigestión.
Fuimos a la otra celda donde un total de dos compañeros se
le abalanzan, luego yo tapándole su boca con cinta adhesiva

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y amenazas constantes, se sale de control lo planificado
cuando llega un cuarto interno agrediéndolo con una
cuchilla dándole puñaladas graves en su pulmón. Seguimos
con lo proyectado, le quitamos todo el uniforme y me visto
completamente de gendarme. Bajo al primer piso, tomo
todas las llaves, unos tarros de gas pimienta y un traje más
de gendarme. Desde mi pieza visualicé a un gendarme que
estaba un poco ebrio y hablaba por celular con su polola.
Eran las 11:50 quedaban diez minutos para el cambio de
turno de vigilancia, me apresuré y llamé para la calle;
estaba todo listo: dos vehículos esperando. En esos
momentos solo pensé estoy en libertad fugado, con dos
gendarme agredidos porque el garitero fue tirado de la
garita para abajo quebrando su brazo izquierdo en tres
partes y su pierna.

Ahora estoy en Valparaíso y cada cierto tiempo me


van cambiando de cárcel para no planear otra fuga.

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Un presidario más
Diego Barrientos.

-
La rutina de un preso comienza con el desencierro,
luego el rancho y finalmente el encierro. Todo ocurre a la
misma hora. El único tiempo que tiene un presidario para
cambiar la rutina es el día de visita, ya sea familiar o conyu-
gal.

Estar privado de libertad no es grato, pero uno trata


de que el día a día sea más ameno.

Soy Diego y esta es mi historia, estoy preso no por


un error propio, sino por darle la libertad a mi padre.
Estando acá he aprendido muchas cosas entre ellas malas y
buenas, pero uno trata de rescatar solo lo bueno.

En el módulo de imputados no se puede hacer


conducta y eso afecta pues muchos reos pasan muchos
meses en esos módulos. Lo mejor que puede hacer un
recluso es terminar sus estudios para que el día de mañana
cuando estén en libertad se puedan desenvolver en un
trabajo y educar a sus hijos para que no cometan los
mismos errores y no lleguen a estos lugares.

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Un cambio
Fabiola Cisterna.

Todo empezó por frecuentar un barrio donde había


mucha droga, con ello aprendí a ganar dinero fácil y pude
adquirir todo lo que deseaba. Al pasar el tiempo vinieron
-
mis hijos, que son lo más importante para mí. Su padre, un
personaje que pasó todos sus años en la cárcel.

Por lo que tuve que criarlos sola.

Visitando a mi pareja durante años, experimenté


mucho sobre la vida carcelaria, además encontré la forma
de mantener a mis hijos y darles lo que ellos necesitaban.
Crecieron en cuna de oro, mientras el papá “hizo los años
en la playa.”

Pero pasó lo que nunca pensé que me ocurriría.

Me vine a la cana, y recién ahí dimensioné lo que


pasaba. Sufrí por mis hijos al estar privada de libertad y me
di cuenta que nada vale más que la familia, que lo más
importante en la vida son los hijos, que no cambio la fami-
lia que tengo por todo el dinero del mundo.

Acá en este lugar he pasado por muchas cosas


malas, la gente es veleidosa y mala, solo quieren perjudi-

37
-

carte y no se dan cuenta que uno quiere un cambio y que le


hace falta su familia.

-
Después de ser una persona que sabía defenderse
con armas y muy peleadora, ya no tengo armas para defen-
derme de estas personas que solo quieren hacerme daño.

Moraleja
Recuperar el tiempo perdido y no volver a este
maldito lugar la cárcel no es para nadie.

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39
Libertad
Andrés Millay González.

Otra vez me encuentro en este terrible encierro,


todo esto pasa por no escuchar a las personas que realmen-
te me quieren. ¿Por qué las personas solo se dan cuenta
cuando ya es demasiado tarde? Hay muchos compañeros
que piensan igual ¿Será que la mala suerte anda siempre a
mi lado? ¿O será por el lugar donde me crié? Donde yo vivo
todo es droga, alcohol, delincuencia y sufrimiento, me
gustaría haber nacido en un lugar diferente, o yo haber
tenido otra forma de ver las cosas de otra forma y de gene-
rar dinero. Ahora me encuentro privado de libertad sin
poder estar con la gente que me apoya en las buenas y en las
malas, me da tanta tristeza ver a mis padres venir a este
lugar en cada visita, y para peor mi hermano menor se
encuentra en un módulo diferente, encerrado por causas
similares, y ahí es peor la convivencia, todo esto es una
pena para mi familia; “hijita mía, te prometo que cuando
salga estaré mucho más tiempo contigo, te amo mi prince-
sa, yo sé que ya estaremos juntos.” No quiero estar privado
de mi libertad, ya son tres veces con ésta, aunque han sido
condenas cortas, igual estoy perdiéndome cosas bonitas
que suceden en la calle. Ya saldré y recuperaré el tiempo
perdido, ahora solo me queda esperar y tratar de alejarme
de los problemas.

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En esta oscura jaula pasaré mis días pensando en
mis seres queridos a los que les mentí, pero les voy a
demostrar que estando alejado de ellos me ha servido para
reflexionar y saber escuchar a los demás cuando me dan
consejos. Tengo fe y sé que seré libre en poco tiempo más,
ahora solo agradezco a las familiares que han creído en mí
y a la señorita profesora que me dejó estar en sus clases sin
haber estado en su lista. Me hacía falta escribir lo que
pienso porque es difícil conversar con alguien, ya que lo
que pienso nunca puedo expresarlo con palabras al 100%,
yo creo que es mejor escribirlo porque cada segundo que
escribo se me vienen más ideas a la mente. Puedo estar
horas y horas con un par de hojas y un lápiz escribiendo, es
una buena terapia. Si todos estuviéramos en este lugar solo
escribiendo y aprendiendo que diferente serían las cosas,
cuantos problemas menos habrían, cuantas peleas se evita-
rían. Bueno todos no tienen lo misma mente y a todos no
les gusta estar aquí en esta sala de clases piensan que les
van a mirar como unas personas débiles, que mal están, si
supieran lo bien que hace desahogarse.

Ahora solo busco la libertad y sé que lo lograré y si


no, seguiré escribiendo para algún día decir ese libro lo
escribí yo y es el fruto de mi encierro que me hizo ver las
cosas desde otro punto de vista.

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43
81 razones para vivir
Alejandro Devia Pradel.
-

El 8 de Diciembre fue uno de esos días que marcan


tu vida para siempre, pues lo que vivencié nunca pensé que
lo pasaría.

Todo comenzó por tener un poco más de comodi


-
dad dentro de la celda, pero luego se pusieron a pelear. Viví
en persona todo el sufrimiento de amigos y compañeros,
veía como se quemaban y gritaban para que los funciona
-
rios los sacaran de ese lugar, sus bramidos eran devastado
-
res, y los gendarme no podían hacer nada, el calor de las
llamas no los dejaba abrir las puertas.

De a poco comenzaron a caer, hasta que lograron


abrir las puertas y comenzaron a escapar de esas llamas que
cubrían la torre cinco del complejo penitenciario de San
Miguel, hasta que una persona quedó atrapada en el portón
y no pudieron seguir saliendo, ya que las llamas cubrían su
cuerpo. Desde mi torre se escuchaba a ese hombre que
gritaba con desesperación ¡auxilio! ¡ayuda! Empezó a
llenarse de humo y no se pudo ver más. Yo estaba en el piso
del frente, veía arder en llamas la torre, corrían de un lado
para otro para poder salvarse, pero no se pudo hacer nada
porque las tuberías de agua estaban secas.

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Con tanto humo se empezaron ahogar y comenza
ron a caer asfixiados, con la desesperación comencé a gritar
¡Ayuda! Pero no pudieron hacer nada, el fuego impidió-
cualquier acceso a las torres del complejo. Mi corazón no
paraba de latir, sentía miedo y no dejaba de pensar en mi
familia y le pedía a Dios que salvara a mis compañeros, a
pesar de que somos personas que hemos cometido algunos
delitos.

Cuando lograron abrir las rejas, ya estaba todo


consumido por las llamas, todo se veía negro, no lográba
mos entender lo que realmente había pasado, en cosa de
minutos estaba todo quemado. -

Al llegar la noche aún se escuchaban los gritos de


mis compañeros, son las almas que andaban deambulando
por el complejo penitenciario de San Miguel. Fue una
noche terrible, el humo estaba impregnado en nuestras
celdas, todo estaba carbonizado, y a lo lejos se escuchaban
los gritos de sus familiares pidiendo una explicación del
sucedido, pero los pacos no daban ninguna información.
Puedo decir que la vida me dio otra oportunidad, vi como
todos luchaban por la suya al tratar de escapar del fuego; 81
compañeros fallecieron esa noche y fue como si el infierno
en persona se estuviera llevando a cada uno de esos inter-
nos.
-

46
Al pasar los días llegó la comisión de Derechos
Humanos y todo comenzó a cambiar para todos los reos.
Las personas que habían fallecido estaban por bajo com-
promiso delictual; había compañeros que estaban haciendo
cinco días, otros estaban por no pagar una multa, y por
sobre todo había muchos vendedores ambulantes.

No hay noche que no sueñe con lo sucedido.

47
El Diablo y yo
Cristian Seguel Pacheco.

Soy kris, tengo 30 años, he pasado muchas


- cosas en
mi vida. Pero de un momento a otro me encuentro tirado
en el piso con dos heridas en el pecho, en medio de una
cancha, la gente se amontona y empiezo a sofocarme. Todas
las cosas lindas de mi vida pasan en un segundo por mi
mente. Estoy muriendo me dije, la multitud hablaba.

Todos a la vez, y en mí agonía no entendía


- nada, era
como un disco rayado. De repente en medio de tanta
muchedumbre, una voz que podía oír con tanta claridad, no
veía su rostro, pero si su silueta. En ese momento él me dijo
“¡ayyy no me hagas llorar! ¿Qué querías tu Kris, un par de
alas para volar?” En ese instante recordé todo, yo estaba en
una cárcel y en medio de una riña había recibido dos heri
-
das con un cuchillo en mi pecho, la gente que me sofocaba,
eran internos del penal, yo en medio de la cancha
- agoniza
-
ba, estoy muriendo, nadie me escuchaba.

Pero ahí estaba de nuevo aquel hombre burlándose


en mi agonía, le pregunte ¿quién eres tú? “Yo soy Lucifer”
dijo con voz ronca el diablo, y yo me pregunté: “¿y Dios
donde está, no me vino a socorrer?” Era un debate entre mi
conciencia que preguntaba y el diablo quien respondía:

49
“Ayyy kris una cosa a la vez, tú en tu vida has tenido
muchas oportunidades, Dios ha mandado a muchos que te
hablen te han salvado la vida en muchas veces y tú no has
escuchado, no has creído, has seguido haciendo lo malo a
muchos, has robado, has matado y esta vez te dejaron de mi
lado-“

En ese momento me acordé de Dios y le rogué,


pero la única voz era la de esa sombra malvada. ¿Por qué? –
Pensé- Estoy haciendo una condena de dos años y faltan 4
días para mi libertad y estaba muriendo en la cárcel. La
sombra habló nuevamente y me dijo yo puedo ayudarte. Mi
respuesta fue: “si es contigo no quiero trato, déjame morir
en paz y vete”. De pronto Satanás se acercó y hablo a mi
oído: “¿Con quién vas a dejar a tu mujer?”

Parecía que todo se había terminado.

“Habla” respondí, él sonrió: “En 10 días más, en la


plaza central se encontraran dos hombres en un auto
negro, mataras a los dos y te llevaras el botín, son 50 kilos y
70 millones. Tu futuro, será autos de lujo, casa de todo,
tenemos un trato” me dijo y se alejó. En ese momento todo
se obscureció.

De pronto estaba despierto de nuevo, me encontra-


ba con mi mujer y mi hijo. Ella se acercó y me beso lloran-
do: “Pensé que ibas a morir dijo estuviste 5 días en coma,
estás vivo amor y en libertad.”

50
Pero yo lo había decidido, hago esto y vivo mi vida
en familia no me meto más en nada. Pienso cambiar defini
-
tivamente. Los días pasaron como un segundo.

Llegó el momento pactado con aquella sombra. Me


dirigí al lugar acordado y mientras manejaba me pregunta
-
ba si esto había sido cierto o si era una alucinación, me sentí
ridículo dirigiéndome a un lugar donde supuestamente el
diablo me había enviado fui solo porque si contaba no lo
creerían.

Llegué a la plaza, tal como me lo había indicado,


dos hombres me esperaban en un auto negro.

La verdad, no sé cómo, pero me reconocieron.

Me subo al auto en el asiento de atrás con mi pistola


cargada, un bolso con la droga, se encontraban a mi lado y
sin pensarlo saco mi pistola y le doy un tiro a cada uno.
Muevo los bolsos camino hacia mi auto y de pronto suenan
dos tiros unos de los hombres estaba vivo y me había dispa
-
rado.

Nuevamente estoy tirado en el piso ahora, con dos


tiros en mi cuerpo, a lo lejos las balizas de la policía, quiero
escapar pero no puedo, la gente se amontaba alrededor de
la plaza y apareció la sombra de nuevo con su risa maldita:
“has perdido todo” –dijo- y despareció y de nuevo la oscu
-
ridad.

51
Han pasado tres años de aquello y me condenaron a
diez años por asesinato y tráfico, estoy destruido, perdí a mi
mujer y mis hijos, la única esperanza que me queda es
Dios, mi único Salvador y aprendí que él es el único apoyo,
la única fortaleza. Un consejo: cree en Dios y anda en sus
caminos.

52
El despertar de los monstruos
Gabriel Leiva.

Había una vez unos ogros gigantes y abominables


que llevaban cientos de años encerrados en la cárcel de
monstruos. Habían entrado allí voluntariamente después
de darse cuenta que asustar a los niños no era una buena
forma de ganarse la vida. Desde entonces los tres tristes
monstruos andaban solitarios, no conversaban con nadie.

Lo único que sabían era asustar. Carecían de ilusio-


nes y pensaban que no servían para nada, ya que estaban
por terminar sus condenas.

Hasta que vino un gendarme junto a una profesora


y les dijeron que serían libres, a lo cual respondieron
felices diciendo que no asustarían más a los niños.

Ese mismo día abandonaron la cárcel dispuestos a


crear su primer negocio de despertadores y se hicieron
famosos con sus servicios. Siempre hay algo genial que
podemos hacer y descubrir.

55
Autores/as:
Héctor Álvarez Morales
m110

Alfredo Eduardo Sanhueza Espinoza


m110 33 años

Rodrigo Daniel Ortiz Álamos


m111 20 años

Rodolfo Agustin Arévalo


m111 28 años

Gabriel Leiva
m115

Carlos fernando Barrios Durán


m113 50 años

Alejandro Devia
Cristian Reinaldo Seguel Pacheco
m107 29 años

Diego Rafael Dos Santos Palma


m113 22 años

Bryan Javier Adolfo Castillo Fernández


m113 26 años

Andrés Millay González


m110

Diego Stany Barrientos Olguín


m110 24 años

Fabiola Cisterna.
Cpf

Freddy Rene Vargas Vargas


m108 36 años

Eduardo Antonio Leiva Quijada


m113 30 años

Yordan Alexis Cortes Pavés


m113 25 años

Alan Ocaranza 108


m113 25 años

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