Sei sulla pagina 1di 14

Paxton, R.

: Anatomía del fascismo


INTRODUCCIÓN
LA INVENCIÓN DEL FASCISMO
El fascismo fue la innovación política más importante del siglo xx. Las otras corrientes importantes de la cultura
política occidental moderna (conservadurismo, liberalismo, socialismo) alcanzaron todas su forma madura entre
finales del siglo XVIII y mediados del XX. El fascismo, sin embargo, aún era inconcebible a finales de la década
de 1890. Engels pensaba que el avance de la demcratización iba a hacer que los socialistas se convirtieran en una
fuerza decisiva en las elecciones y que los conservadores sólo iban a poder quebrar esa legalidad. Engels no podía
imaginar en 1895 que ese ataque contra el socialismo pudiese tener un apoyo masivo. El fascismo logrará concitar
un enorme apoyo popular hacia una dictadura de derecha.
El fascismo nació en Milán, en marzo de 1919. Era una grupo de veteranos de guerra, sindicalistas que habían
apoyado la guerra e intelectuales futuristas, que se había unido para darle batalla al socialismo, por haberse opuesto
al nacionalismo. El programa era una mezla de patriotismo (reclamaban la expansión italiana en los Balcanes y en
el Mediterráneo que la Conferencia de Paz en París había frustrado) con experimento social radical (expropiaciones
a la Iglesia, a los capitalitas, abolición de la monarquía, jornada laboral de 8 hs, participación de los trabajadores en
el manejo técnico de la industria, etc.), a lo que agregaba una predisposición a la acción violenta,
antiintelectualismo, rechazo de soluciones de compromismo, desprecio de la sociedad establecida.
1. Veteranos de guerra: procedían de los Arditi (unidad de operaciones especiales de la armada Italiana en la
Primera Guerra Mundial) y se habían arrogado el derecho de regir el país en virtud de los sacrificios que habían
hecho por él en el frente.
2. Sindicalistas partidarios de la guerra: principales rivales del socialismo parlamentario en Europa. Deseñaban los
acuerdos de compomiso del accionar parlamentario y la idea de evolución gradual de las estructuras sociales. El
capitalismo podía derrocarse por fuerza de voluntad y los sindicatos serían los agentes de transformación. En
mayo de 1915 apoyaron el ingreso de Italia en la 1GM argumentando que ello acercaría más al país a la
revolución socialista que mantenerse neutrales.
3. Intelectuales futuristas: tenía dos vertientes. Una, formada por artistas y escritores seguidores de Marinetti.
Desdeñaban la herencia cultural del pasado recogida en museos y bibliotecas y ensalzaban las cualidades
liberadoras y revitalizadoras de la velocidad y la violencia. Estaban a favor de la guerra. Otra, intelectuales
críticos hacia los compromisos del parlamentarismo italiano que soñaban con un «segundo Risorgimento».
Sostenían que el primer Risorgimento1 había dejado a Italia en manos de una exigua oligarquía cuyos juegos
políticos insulsos no se correspondían con el prestigio cultural italiano y con las ambiciones de gran potencia del
país. Era hora de completar la «revolución nacional» y dar a Italia un «nuevo Estado» capaz de proporcionar la
jefatura enérgica, la ciudadanía motivada y la comunidad nacional unida que Italia merecía.
En abril de 1919, un grupo de amigos de Mussolini atacan las oficinas de un peródico socialista. El fascismo
italiano irrumpió así en la historia con un acto de violencia contra el socialismo y al mismo tiempo contra la
legalidad burguesa, en nombre de un interés nacional superior. Aunque el fascismo nació en Italia, en la Europa de
posguerra estaban surgiendo movimientos similares independientemente del fascismo de Mussolini, que
expresaban la misma mezcla de nacionalismo, anticapitalismo, voluntarismo y violencia activa contra los
socialistas y burgueses. Los marxistas, antes incluso de que Mussolini hubiese consolidado plena-mente su poder,
consideraban al fascismo como el instrumento de la alta burguesía para combatir al proletariado cuando los medios
legales disponibles del Estado resultasen insuficientes para someterlo. En la época de Stalin, los comunistas
endurecieron esta fórumal diciendo que se trataba de la dictadura de los elementos más reaccionarios, nacionalistas
e imperialistas del capital financiero.

IMÁGENES DEL FASCISMO

Paxton rechaza ciertas imágenes del sentido común sobre el fascismo que son erróneas:
a) Dictador omnipotente: personaliza el fascismo, creando la falsa impresión de que el fenómeno se agota en
su dirigente y desviando la atención sobre la participación y consenso de la sociedad civil.
b) Naturaleza antisemita de ciertos pueblos europeos hizo que degeneraran en el fascismo: Mussolini fue
fascista pero no antisemita hasta 16 años despues que llego al poder. El régimen de Vichy fue muy antisemita pero
no se lo consideraba fascista, aunque sí autoritario. La realidad del fenómeno fascista fue muy compleja y no se
puede pensar el antisemitismo como esencia del fascismo.
c) Carácter anticapitalista y antigurgués del fascismo: el programa fascista contenía elementos anticapitalistas pero
una vez en el poder, no se llevaron a cabo. Sí se cumplieron con violencia y minuciosidad las amenazas contra el
socialismo: prohibieron huelgas, disolvieron sindicatos independientes, redujeron el poder de compra de los
salarios, financiaron la industria armamentista para dejar contentos a los capitalistas. Los marxistas interpretaron
que el fascismo vino a ayudar al capitalismo en dificultades.
Paxton sostiene que la retórica anticapitalista del fascismo era selectiva: respetaban la propiedad de los productores
nacionales que debían formar la base social de la nación revitalizada. Cuando atacaban a la burguesía, lo hacían por
débil e individualista para crear una nación fuerte, no por explotar a los trabajadores. Además, rechazaban la idea
de que las fuerzas económicas eran el motor primordial de la historia: para ellos, el capitalismo disfuncional del
período de entreguerras no necesitaba una reordenación estructural. Sus males eran solucionables poniendo
voluntad política para alcanzar el pleno empleo y productividad plena. Sólo confiscaron a enemigos, y como
mucho sustituyeron al libre mercado por la administración económica estatal (pero sobre esto había consenso en el
1
La Unificación de Italia fue el proceso histórico que a lo largo del siglo XIX llevó a la unión de los diversos estados en que estaba dividida (en su mayor
parte vinculados a dinastías consideradas «no italianas» como los Habsburgo o los Borbones) lo que respondía más a una concepción feudal del territorio
que a un proyecto de estado liberal burgués. El proceso es entendido, por algunos historiadores, como la conquista de la aristocrática y rural Italia del sur
(Nápoles, Sicilia) por parte de industrializada Italia del norte (valle del Po), influenciada por potencias europeas como Francia y el Imperio de Austria.
empresariado luego de la Gran Depresión).
d) El fascismo fue revolucionario. Aunque no fue revolucionario en cuanto al orden social, el fascismo fue
revolucionario en los siguientes aspectos:
- Rediseñó las fronteras entre lo público y lo privado, reduciendo notoriamente lo que antes habla sido
intocablemente privado
- Modificó el ejercido de la ciudadanía (pasó del goce de derechos y deberes constitucionales a la participación en
ceremonias multitudinarias de afirmación y conformidad)
- Reconfiguró las relaciones entre el individuo y la colectividad (el individuo no tenía ningún derecho fuera de los
intereses de la comunidad)
- Amplió los poderes del ejecutivo (partido y Estado) con el propósito de conseguir un control total.
- Liberó emociones agresivas que hasta entonces sólo se conocían en Europa en situaciones de guerra o de
revolución social
e) Resuta difícil encuadrar a los fascistas en el mapa político izquierda-derecha. El fascismo conservó siempre esa
ambigüedad.
f) Otra contradicción entre la retórica fascista y la práctica fascista era la relacionada con la modernización: el
cambio de lo rural a lo urbano, de la artesanía a la industria, la división del trabajo, las sociedades laicas y la
racionalización tecnológica. Los fascistas exaltaban una utopía agraria libre del desarraigo, el conflicto y la
inmoralidad de la vida urbana. Los primeros movimientos fascistas explotaron las protes-tas de las victimas de la
industrialización rápida, de los que perdían con la modernización. Sin embargo, emplearon para su propaganda
modernas técnicas y una vez en el poder, aceleraron el ritmo de la producción industrial para rearmarse. Al
comienzo, un número asombroso de intelectuales «modernistas» consideraron emotiva y estéticamente agradable la
combinación que hacía el fascismo del «enfoque» de alta tecnología con los ataques a la sociedad moderna junto
con su desprecio por el gusto burgués convencional. Más tarde, una vez en el poder, los regímenes fascistas
eligieron resueltamente el camino de la concentración industrial y la productividad, las autopistas y el armamento.
La urgencia de rearmarse y desencadenar una guerra de expansión dejó muy pronto a un lado el sueño de un
paraíso para los campesinos y artesanos emprendedores que habían constituido la primera base de masas de los
inicios del movimiento. Se hace por ello difícil emplazar la esencia del fascismo únicamente en la reacción
antimoderna o en la dictadura modernizante.
Lo que los regímenes fascistas buscaban era una modernidad alternativa: una sociedad técnicamente avanzada en la
que los poderes de integración y control del fascismo suavizasen las tensiones y divisiones de la modernidad.
Muchos vieron en la masacre de judíos un rechazo a la racionalidad moderna y vuelta a la barbarie. Pero pueden
considerarse la modernidad alternativa del fascismo desbocada. La limpieza racial nazi no podrían pensarse sin su
basamento en la ciencia y tecnologías modernas. Los anticuados pogromos hubiesen tardado una eternidad en
conseguir lo que el Holocausto logró en 3 años.
La compleja relación entre el fascismo y la modernidad hay que rastrearla en el proceos histórico de adquisición y
ejercicio del poder por el fascismo.
g) Excesivo énfasis en imágenes dramáticas del itinerario fascista (Marcha sobre Roma, inendio del Reichstag, la
Kristallnacht o Noche de los Cristales Rotos) descuida la sólida experiencia cotidiana y complicidad del resto de la
sociedad en el funcionamiento de estos regímenes. Los fascistas nunca podrían haber llegado al poder sin el
consentimiento de la gente común; de las elites tradicionales (jefes de Estado, dirigentes de partidos, funcionarios
de gobierno); miembros del orden establecido (magistrados, policía, oficiales del Ejército, y empresarios)
Es difícil embarcarse en la tarea de encontrar una esencia unica al fenomeno fascista. Las definiciones son
intrínsecamente limitadoras. Congelan en una imagen aquello que se aprecia mejor en el movimiento, como un
proceso.

ESTRATEGIAS

La mayoría de la gente cree que el fascismo es una ideología, en el sentido de un sistema total de pensamiento
incorporado a un proyecto de ordenación del mundo.
Paxton dice que el fascismo no puede abordarse desde sus programas, doctrinas o propagandas puesto que no fue
un “ismo” como los demás grandes sistemas políticos del mundo moderno (conservadurismo, liberalismo,
socialismo).
Los «ismos» clásicos se apoyaban en sistemas filosóficos coherentes expuestos en las obras de pensadores
sistemáticos. En cambio, el fascismo fue una invención nueva creada concretamente para la era de la política de
masas. Pretendía apelar sobre todo a las emociones mediante el uso de ceremonias rituales cuidadosamente
orquestadas y cargadas una intensa retórica. La función que tenían en él los programas y las doctrinas era muy
distinta de la de los demás ismos. El fascismo no se apoya explícitamente en sistema filosófico elaborado, sino más
bien en sentimientos populares sobre razas dominantes, su suerte injusta y su derecho a imponerse a pueblos
inferiores.
La verdad del fascismo no se basa en la de ninguna de proposición abstracta y universal, no había justificación
teórica. El fascismo es «verdad» en la medida en que ayuda a que se cumpla el destino de una raza elegida, una
sangre o un pueblo, enzarzado con otros en una lucha darwiniana. La verdad era lo que permitiese al nuevo hombre
(y mujer) fascista dominar a otros y lo que hiciese triunfar al pueblo elegido.
El fascismo se apoyaba no en la veracidad de su doctrina, sino en la unión mística del caudillo con el destino
histórico de su pueblo. El caudillo fascista quería llevar a su pueblo a un reino superior de la política que
experimentaría sensualmente: la calidez de la pertenencia a una raza plenamente consciente ya de su identidad, su
destino histórico y su poder, la emoción de participar en una gran empresa colectiva; el gozo de sumergirse en una
oleada de sentimientos compartidos y de sacrificar los mezquinos intereses propios por el bien del grupo; y la
emoción de dominio. La sustitución deliberada por parte del fascismo del debate razonado por la experiencia
sensual inmediata transformó la política. Y la experiencia estética fascista definitiva era la guerra.
A Mussolini le gustaba proclamar que la definición del fascismo era él. Lo que necesitaba un pueblo moderno era
la voluntad y el caudillaje de un Duce, no una doctrina. Arendt dice que Mussolini suplantó un programa por la
jefatura inspirada y la acción. (Stalin se consideraba obligado a demostrar por escrito que sus directrices políticas
se atenían a los principios expuestos por Marx y Lenin)
Importancia de los intelectuales de los primeros movimientos fascistas:
- Debilitaron la vinculación de la elite a los valores de la Ilustración permitiendo el surgimiento del fascismo.
- Hicieron posible imaginar el fascismo. Prepararon culturalmente a la sociedad (no es la causa, sino sus
condiciones de posibilidad)
- Ayudaron a efectuar un cambio emotivo sísmico en el que la izquierda no era ya el único recurso para los
descontentos y para los embriagados por el sueño del cambio.
- Los puntales ideológicos del fascismo volvieron a resultar decisivos en las etapas finales como guía y
acompañamiento de la radicalización del periodo bélico (sus odios raciales y su desprecio por los valores
liberales o humanistas se reafirmaron en los campos de exterminio de Libia, Etiopía, Polonia y la URSS)
El estudio de la ideología fascista ayuda a aclarar inicios y finales, pero no ayuda a comprender el período
intermedio del cicloo fascista: para poder llegar al poder y ejercerlo los fascisa tuvieron que hacer alianzas y
acuerdos con otras fuerzas, dejando de lado parte de su programa y marginando seguidores originales.
Paxton sugiere que toda estrategia de abordaje sólida del fascismo no puede obviar el marco en el que se formó y
creció.
- Los marxistas empiezan con la crisis del capitalismo para explicar el fenómeno. Dicen que fue la respuesta que
encontraron los capitalistas frente la imposibilidad de asegurarse mercados en creciente expansión, de acceder a
mayor materia prima y de asegurarse mano de obra barata siempre disponible mediante los regímenes
constitucionales y los mercados libres tuvieron que recurrir a la fuerza.
- Otros explican el fascismo como consecuencia de la crisis de la sociedad y el Estado liberal, que no pudieron
afrontar retos que se le presentaron a partir de 1914 con las guerras y las revoluciones: crisis económica, huelgas,
inflación, aumento de la conflictividad social con peligro de convertirse en revolución, ampliación del voto a
ciudadanos no ilustrados, pasiones exaltadas durante la guerra, trastornos del comercio internacional por deudas de
guerra y fluctuaciones monetarias. El fascismo propuso soluciones nuevas a esto.
Los fascistas odiaban a los liberales tanto como a los socialistas, pero por razones diferentes: la izquierda socialista
e internacionalista era el enemigo, y los liberales eran los cómplices del enemigo por ser indulgentes frente al
ascenso de la lucha de clases. Los propios asediados liberales de clase media temerosos de la izquierda en ascenso
se mostraron a veces tan dispuestos a cooperar con los fascistas como los conservadores.
Toda estrategia para intentar comprender el fascismo debe tener en cuentea la amplia diversidad de sus ejemplos
nacionales. Los fascismos han sido más dispares que los “ismos” ya que rechazan cualquier valor universal que no
sea el éxito de pueblos elegidos en una lucha darwiniana por la supremacía. La comunidad va por delante de la
humanidad y servir al destino del pueblo está por encima del respeto a los derechos individuales o al procedimiento
debido. Por tanto, cada movimiento fascista nacional concreto da plena expresión a su propio particularismo
cultural. El fascismo no está destinado a la exportación: cada movimiento guarda su propia receta para el resurgir
nacional, y los dirigentes fascistas parecen sentir poco parentesco, o ninguno, con sus primos extranjeros.
La diversidad permite la comparación. Es inutil tratar de encontrar una esencia común fascista, mejor buscar las
razones que hay detrás de tan dispares resultados. La comparación utilizada de este modo será una estrategia
básica en esta obra.

¿HACIA DÓNDE VAMOS A PARTIR DE AQUÍ?

Ante la gran variedad de fascismos han habido 3 respuestas:


1. No usar el término fascismo de manera genérica, sino hablar de cada fenómeno concreto (fascismo en Italia,
nazismo en Alemania, etc). Paxton cuestiona esto ya que el fascismo fue un fenómeno general, fue la novedad
política más importante del siglo XX: un movimiento popular contra la izquierda y el individualismo liberal. El
fascismo debe depurarse de un uso impreciso, no desecharse a causa de él ya que es un concepto necesario.
2. Aceptar la variedad del fascismo y efectuar un estudio enciclopédico de sus muchas formas. Esto es incapaz de
apreciar. La descripción enciclopédica proporciona detalles ilustrativos y fascinantes, pero nos deja con algo que
recuerda a un bestiario medieval, con sus grabados de cada criatura, clasificadas por apariencias externas.
3. Afronta la variedad construyendo un «tipo ideal» que no se ajusta exactamente a ningún caso, pero nos permite
postular una “esencia” representativa.
Paxton propone dejar a un lado, por el momento, tanto el bestiario como la esencia porque remiten a una visión
estática y a una perspectiva que conduce a considerar el fascismo en un atado de aislamiento. El fascismo se
obersva mejor en acción, desde sus inicios hasta su final, dentro de la red compleja interacción que forma con la
sociedad.
El fascismo contó con dos socios principales:
a) LIBERALES. A diferencia de los concervadores, aceptaban los objetivos de libertad, igualdad y fraternidad
de la revolución francesa pero los aplicaban de forma aceptable para una clase media ilustrada. Los liberales
clásicos interpretaban la libertad como libertad personal, preferían el gobierno constitucional limitado y una
economía de laissez faire a cualquier tipo de intervención estatal. La igualdad la entendían como oportunidad
hecha accesible al talento por la educación; aceptaban la desigualdad del logro y, por tanto, del poder y la riqueza.
Consideraban que la fraternidad era la condición normal de los hombres libres (y tendían a considerar los asuntos
públicos como asuntos de los hombres), por lo que no había ninguna necesidad de un refuerzo artificial, ya que los
intereses económicos eran armoniosos por naturaleza y la verdad afloraría en un mercado libre de las ideas.
b) CONSERVADORES. Querían orden, tranquilidad y las jerarquías heredadas de riqueza y nacimiento. Les
inspiraba aversión el entusiasmo de las masas fascistas y el tipo de poder total que los fascistas querían conseguir.
Lo que ellos deseaban, era obediencia y respeto, no una movilización popular peligrosa, y querían limitar las tareas
del Estad a las funciones de un «vigilante nocturno» que mantendría el orden mientras las elites tradicionales
gobernaban a través de la propiedad, las iglesias, los ejércitos y la influencia social heredada. Los conservadores
europeos, en términos más generales, aún seguían rechazando en 1930 los principios básicos de la Revolución
Francesa, preferían la autoridad a la libertad, la jerarquía a la igualdad y el respeto a la fraternidad. Aunque muchos
de ellos pudiesen considerar útiles a los fascistas en su lucha por la supervivencia contra los liberales dominantes y
una izquierda en ascenso, lo hacían por una cuestión utilitarista. En el fondo les causaban repugnancia y si el orden
podía mantenerse con autoritarismo, lo preferían con mucho. Algunos de ellos mantuvieron hasta el final su
postura antifascista. Pero la mayoría de los conservadores estaban seguros de que el comunismo era peor.
Los fascismos llegaron al poder con la ayuda de ex liberales asustados y tecnócratas oportunistas y ex
conservadores, y gobernaron en una asociación más o menos incómoda con ellos para lo cual es necesario apreciar
el movimiento. El fascismo debe analizarse como un ciclo que tiene cinco etapas:
1.- Creación de los movimientos
2.- Su arraigo en el sistema político
3.- Su toma del poder
4.- Ejercicio del poder
5.- El final: radicalización o entropía

Capítulo 3: LA LLEGADA AL PODER

Mussolini y la «Marcha sobre Roma»

Paxton intenta desarmar el mito de que los fascistas “tomaron” al poder.


Durante 1922, los escuadristas2 pasaron de saquear e incendiar locales, oficinas de periódicos, bolsas de trababajo y
casas de dirigentes socialistas a la ocupación violenta pero muy exitosa de ciudades enteras al norte de Italia, todo
sin que las autoridades les pusiesen grandes impedimentos. (Fiume, Ferrara, Bolonia, Cremona, Romaña, Ravenna,
Trento y Bolzano). Para octubre habían forzado a renunciar a la mayoría de las autoridades socialistas al norte de
Italia.
Hacia fines de octubre se produjo lo que se conoció la Marcha sobre Roma, una movilización de las masas fascistas
provenientes desde diversos puntos del país alentada por Mussolini con el fin de tomar la ciudad.
El gobierno italiano era débil para afrontar este desafío. En realidad, no había existido prácticamente un Gobierno
efectivo desde febrero de 1922. Los sueños de posguerra de cambio profundo llevaron al Parlamento italiano a una
gran mayoría de izquierdas en las primeras elecciones de posguerra de 1919, pero que estaba dividida en dos partes
irreconciliables: Partido Socialista (ateos, creian que no era tiempo de reformas con una revolucion bolchevique
exitosa) y Partido Popular (querian una reforma radical dentro del marco catolico). La cuestión de la religión los
dividía profundamente y eso hizo que no se conformara una mayoría progresista ya que ambos partidos tenían
juntos 2/3 de los escaños. Liberales y conservadores pugnaban por gobernar en una coalición, sin una mayoría
sólida.
El primer intento de las elites dominantes de incorporar al fascismo a sus propias filas para salvaguardarse lo dio el
primero ministro Giolitti, un liberal que ya habia ocupado ese cargo pero volvió al poder entre 1920 y 1921 como
garantía del orden frente al crecimiento de comunistas y socialistas durante el “bienio rojo” (revuelta popular
ogranizada por los consejos de fabrica al norte de Italia durante 1919-1920, inspirados en los soviets rusos, que
habían llevado a italia a una situacion prerevolucionaria). Al no poder hacer frente a la radicalización, Giolitti
llama a elecciones para mayo de 1921 y decide incoporar a su plataforma a los fascistas. Giolitti pierde las
elecciones por amplio margen, pero le permitió el ingreso de unos cuantos diputados (Mussolini entre ellos) y le
dio a los fascistas peso como actores políticos.
Así, todas las combinaciones gubernamentales que se ensayaron entre 1919 y 1922 fueron por definición frágiles.
Hubo cinco gobiernos:
1) Nitti (junio de 1919 - junio de 1920) apoyándose en una precaria coalición de centro izquierda: su gobierno
no pudo resistir la doble impopularidad del episodio de Fiume y de las duras medidas que hubo de tomar
para hacer frente a la situación económica
2) Giolitti (junio de 1920 y julio de 1921) apoyado por un heterogéneo bloque de centro. Salvó bien, dejando
que el conflicto se consumiera, las ocupaciones de fábricas del verano de 1920 y forzó a D'Annunzio a
evacuar Fiume en diciembre de 1920 con ayuda del Ejército. Pero terminó por dimitir, también a la vista del
rechazo que suscitaron sus disposiciones -aumento de determinados impuestos- para enjugar el déficit
3) Bonomi (julio de 1921 - febrero de 1922)
2
El Squadrismo es el término que hace referencia a un fenómeno característico del fascismo italiano. Designa en particular a los movimiento
paramilitares, dirigidos por jefes locales (los ras, por el nombre de los jefes etíopes) de los Fasci italiani di combattimento. Esta militancia al interior de
escuadras de acción fascista duró entre los años 1919 y 1924. Los escuadristas eran ex soldados, jóvenes y trabajadores parados imbuidos de ideas
nacionalistas que formaban bandas o escuadras al terminar la Gran Guerra, a comienzos de los años veinte en Italia. Atacaban a los socialistas, a los
huelguistas, a algunos locales católicos, se dedicaban a romper huelgas y ocuparon los territorios en dipusta del Fiume y del Trentino en el año 1922. Al
año siguiente se encuadraron en la Milicia fascista.
Estas escuadras surgen del desclasamiento producido por la guerra. Muchos combatientes, al regresar del frente, no pueden reincoporarse a los modos de
vida del momento. Hay una cierta nostalgia del heroísmo y un acusado nacionalismo. Están orgullosos de sus heridas, de sus medallas, de sus uniformes,
de su vida en la milicia donde tenían un lugar y había un orden, donde recibían y daban órdenes, frente a una sociedad y una economía con graves
problemas, con paro y donde no son comprendidos. No se identifican con los burgueses porque su modo de vida es harto distinto, además del interés por
la paz que demuestran para que puedan prosperar sus intereses. Pero tampoco congenian con los obreros y sus reinvindicaciones porque consideran que
son egoístas. Las verdaderas reivindicaciones serían las de la patria a las que debían subordinarse todas las demás.
4) Facta (febrero-julio y octubre de 1922)
Mussolini entretanto había dado señales de estar dispuesto a un acuerdo político con liberales y conservadores, que
también pensaron en incluir a Mussolini como un ministro más dentro de un gabinete de coalición liberal-
conservador, pero al momento de la movilización de los camisas negras, las vacilaciones frustraron el acuerdo.
Los socialistas se dividieron entre los que apoyaban un gobierno de centro sin Mussolini y los que lo consideraban
una traicion de clase. En julio de 1922 acordaron llamar a una huelga general cuyo objetivo era reclamar en favor
de una defensa de la autoridad constitucional pero les salio el tiro por la culata y terminaron incrementando la
figura de Mussolini como baluarte contra la revolucion.
Cuando se sucede la marcha sobre Roma, Facta pidió decretar un estado de sitio ante la situación de emergencia,
pero el rey Víctor Manuel III rechazó firmar la orden, negándose a que el ejército se antepusiera por la fuerza al
ingreso de los fascistas. El moncarca ofreció el cargo de primer ministro al joven dirigente fascista en ascenso. De
manera que no fue la fuerza del fascismo la que decidió el asunto sino el que los conservadores no estuviesen
dispuestos a arriesgar su fuerza en un enfrentamiento.

HITLER Y LA «CONSPIRACIÓN PALACIEGA»


Sólo en Italia el fascismo llegó al poder en su primer impulso. En otras partes, las élites tradicionales hallaron
medios menos perturbadores de restablecer la estabilidad y recuperar cierta apariencia de normalidad luego de la
1GM. Los otro movimientos fascistas quedaron reducidos a la nada durante la década del 20.
Hitler, inspirado por la movilización de Mussolini, intenta su propia marcha. En noviembre de 1923 Hitler intentó
secuestrar a los dirigentes del gobierno conservador de Baviera para obligarlos a apoyar un golpe contra Berlín.
Estaba convencido de que militares y civiles lo apoyarían, pero no fue así. Fue encarcelado y decidió que nunca
más intentaría obtener el poder por la fuerza.
La crisis de 1930 le presentó una nueva oportunidad. Los movimientos fascistas recuperaron impulso en todas
partes. El modelo italiano hizo que los movimientos fascistas pareciesen de nuevo eficaces como un nuevo medio
de lograr apoyo masivo para una restauración del orden, la autoridad nacional y la productividad económica.
La mayoría de la población alemana no veía al sistema constitucional de la República de Weimar como legítimo:
muchos lo consideraban hijo de la dominación extranjera, y de la traición interna. La democracia de Weimar estaba
amenenazada por nazis y por comunistas, y el centro tuvo que necesariamente formar coaliciones difíciles de
conciliar para lograr una mayoría parlamentaria condenada al fracaso puesto que era imposible llegar a acuerdos
sobre situaciones sensibles en medio de una crisis económica del 30.
En junio de 1929 se aprueba el Plan Young, un acuerdo internacional por medio del cual Alemania se comprometía
a seguir pagando los costos de la 1GM pero a una tasa reducida. La ratificación de este compromiso de pago
indignó a los nacionalistas. En octubre se desploma la Bolsa en Wall Street y en 1930, cuando se disparó el
desempleo, el gobierno tuvo que decidir si aumentaba los subsidios por desempleo (socialistas y católicos de
izquierda) o pagaba a los acreedores externos (conservadores y partidos de clase media).
Entre junio de 1928 y marzo de 1930, la República de Weimar (1918-1933) estuvo gobernada por una coalición de
cinco partidos con Müller a la cabeza, que fue la que mas duró. La grave situación económica paralizó a la
coalición y luego de 1930 no se pudo lograr ninguna mayoria parlamentaria. El presidente Hindenburg comienza a
gobernar por decreto, prescindiendo del Parlamento.
La situación de emergencia (agitción nacionalista por Plan Young, caída de los precios agrícolas y del empleo
urbano) catapultó al Partido Nazi a segunda fuerza del país en las elecciones parlamentarias de septiembre de 1930.
Se había convertido en una fuerza, junto con los socialistas (los comunistas estaban excluidos de antemano por
Hindenburg, aunque estos se pusieran de acuerdo con los socialistas), que ningún partido podía obviar si quería
conseguir mayoría parlamentaria. Y a los conservadores, los nazis le venían al pelo porque les permitía obtener
mayoría excluyendo a la izquierda.
El Partido Socialista Alemán (SDP) y el Partido Comunista Alemán (KPD) esperaban que los nazis intentaran dar
un golpe de Estado. Pero esto resultó ser un mito y ello ayudó a que ambos partidos se mostraran pasivos frente a
un ascenso fascista que no fue violento sino por vías institucionales. Los socialistas esperaban el golpe para actuar
sin ser acusados de ilegalidad, como habían hecho con una huelga general en contra del golpe de Kapp en 1920,
pero bajo este diagnóstico nunca encontraron el momento oportuno para contraatacar a Hitler. Lo más próximo a
un golpe de Estado no lo dieron los nazis, sino los conservadores a cargo del entonces nuevo canciller alemán
Franz von Papen (Hindenburg desplazó a Bruning, jefe del partido de von Papen y lo sustituyó por éste, que fue
canciller entre mayo de 1932 y enero de 1933). En julio de 1932, von Papen depuso al gobierno de los socialistas y
católicos del Estado de Prusia y se puso al frente. Los socialistas no actuaron en parte por sus profundas
convicciones legalistas, porque el recurso de la huelga politica estaba desgastado en un contexto de paros masivos
y porque temían que su actuación hiciese que la clase media corriera a los brazos de los nazis. Su ineficacia para
enfrentar a von Papen los dejó mal parados para enfrentar a Hitler que nunca intentó quebrar la legalidad y tenía
todo bajo su control. Los comunistas, en cambio, pensaban que un golpe nazi iba a ser beneficioso para la causa
revolucionaria porque iba a provocar una fuerte reacción por izquierda. Acusaban a los socialdemócratas de
contrarrevolucionarios por querer salvaguardar las instituciones democráticas. Con el éxito electoral de los nazis en
las elecciones presidenciales de marzo de 1932, el KPD se aleja de los medios legales y recurre más a la violencia.
Alemani se acercaba cada vez más a una guerra civil.
El éxito electoral de Hitler (mucho mayor que el de Mussolini), le permitió mayor autonomía en sus negociaciones
con los políticos de orden establecido, cuya ayuda necesitaba para llegar al poder. Los dos ultimos cancilleres
alemanes (von Papen y Schleicher) intentaron mantener a distancia a Hitler pero tuvieron que ceder ante la
deseperación.
En marzo de 1932 hay elecciones presidenciales y Hindenburg le gana a Hitler, per salió segunda fuerza.
En julio de 1932 hay elecciones parlamentarias y los nazis obtuvieron 230 escaños en el parlamento. Este éxito
motiva a Hitler a exigir ser canciller. Papen le ofrece la vicecancillería pero lo rechazó. Los nazis incrementaron la
violencia para presionar, pero fueron más negociadores con el gobierno que Mussolini, que se basó mas en la
violencia directa.
Von Papen decide (estartgeicamente dice en algun lado, supongo que para hacerle perder poder a Hitler) llamar a
elecciones en noviembre de 1932. Aumentan los votos comunistas y descienden los nazis, pero esto no revirtió la
agonía del sistema constitcucional. En noviembre de 1932 Hindenburg desplaza a von Papen y nombra a
Schleicher, más tecnocratico que reaccionario, preparo un plan para la creacion de empleo y reconstruyo relaciones
con las organziaciones obreras. También intentó neutralizar a los nazis en el parlamento, negociando con Strasser
(jefe de la organización del Partido Nazi).
Hitler reflotó con ayuda de von Papen, resentido con Schleicher por haberlo desplazado. Negocio por atrás con
hitler que lo iba a ayudar a ser canciller si el era vicecanciller. Hindenburg, convencido por su circulo cercano de
que Schleicher planeaba un golpe en su contra y por von Papen de queno quedaba otra opcion, nombra Hitler
canciller el 30 de enero de 1933.

LO QUE NO SUCEDIÓ: ELECCIONES, GOLPE DE ESTADO, TRIUNFO EN SOLITARIO

El partido nazi no llegó al poder con el voto de la mayoría: rondó el 30% en todas las elecciones antes de que
Hitler asumiera como canciller.
Tampoco puede decirse que Hitler y Mussolini llegaron al poder por un golpe de Estado. Ninguno llegó por la
fuerza aunque la utilizaron cmo mecanismo de desestabilización del régimen existente, y ambos volverían a utilizar
la fuerza una vez en el poder para transformar a sus gobiernos en dictaduras. Ambos fueron invitados a ocupar el
cargo de jefe de gobierno por un jefe de estado en ejercicio legítimo de sus funciones oficiales, siguiendo el
consejo de asesores civiles y militares. Ambos nombramientos se hicieron en condiciones de crisis extrema,
instigada por los fascistas.
Ningun fascismo llegó al poder mediante un golpe y los que intentaron hacerlo de este modo fueron aplastados por
un dictadura autoritaria (legión del arcángel miguel rumana y partido nazi austriaco). Los conservadores podían
aceptar la violencia contra socialistas y sindicalistas pero no contra el Estado. Los dirigentes fascistas se dieron
cuenta que intentar tomar el poder con la oposición de los conservadores y militares sólo podía hacerse con la
movilización popular a favor en las calles, en condiciones de desorden social que llevar a desetabilizar el
monopolio de la fuerza del estado y le diera ventaja a los comunistas, muy poderosos en las calles y en las fabricas.
Estas tacticas alejarian a los militares tambien, que los fascistas necesitarian mas tarde para concretar la expansion
nacional. Los partidos fascistas, por mas que no quisieran a los conservadores, no tenian futuro si se aliaban con
fuerzas que socavasen las bases del poder conservador.
Los fascistas podían ofrecer apoyo popular a los conservadores atrapados en una crisis. Pero fue igual de
importante la reciprocidad de los conservadres hacia los fascstas, que se entablase una relación de cooperación
entre ellos dada la premura de la crisis.
Con esto Paxton refuta que el fascismo fue su lider y nada más. No! Hay que tener en cuenta a sus aliados y a la
situación que facilito el ascenso.

LA FORMACIÓN DE ALIANZAS

Para llegar al poder, los movimientos fascistas tuvieron que formar alianzas con el orden establecido.
Cuando los fascistas ganaron fuerza a través de éxito electoral e intimidación violenta, los conservadores tuvieron
que decidir qué hacer con ello. Con respecto a la violencia, intentaron aplacarla en un comienzo pero luego fueron
indulentes con ella puesto que vieron que los fascistas podían ofrecer compensaciones frente a las desventajas que
representaba sy irrupción violenta en el espacio público. No juzgaban de la misma forma la violencia de izquierda.
Las complicidades conservadoras en la llegada del fascismo al poder fueron de varios tipos:
-Indulgencia con la violencia fascista (Von Papen retira la prohibición que había establecido Brüning sobre las
actividades de la SA, dándole vía libre a la violencia callejera)
- Otorgándoles respetabilidad (Giolitti incluyó a Mussolini en su coalición electoral en 1921)
Los nazis no recibieron tanta ayuda económica de los capitalistas como se cree. El capitalismo alemán prefería a un
conservador como Papen antes que a Hitler. En los últimos meses, cuando Hitler endurecio su postura negandose a
todo tipo de oferta que no fuera la de ser canciller, el dinero escaseo más aún. Las aportaciones del mundo de los
negocios no fueron un recurso importante para Hitler hasta después de alcanzar el poder, cuando el gobierno
gratfique a algunos empresarios con contratos de armamentos y con la represión a las organizaciones obreras del
país.
El período de construcción de alianzas entre conservadores y fascistas fue tenso para ambos ya que no se querían
mutuamente, pero era lo mejor ante la posibilidad del ascenso de la izquierda o una dictadura militar que excluiría
a conservadores parlamenarios como a fascistas.
El proceso de conformación de alianzas implicó una serie de reformas al interior del partido fascista, limpiando a
los idealistas molestos del medio para que no se dividiera (“compromiso para gobernar”). En este sentido, Hitler
tenía más mano libre en la negociación ya que no estaba en deuda con las SA por su ascenso tanto como lo estaba
Mussolini con los escuadristas (su grupo electoral era insignificante). Pero aún así los dos tuvieron problemas con
sus militantes, que los acusaban de estar vendiéndose cada vez que realizaron pactos. A Mussolini le reclamaron no
salir en defensa de D’Annuzio en Fiume en 1920 (?), de pactar una coalición con Giolitti en 1921. Se le rebelaron
también cuando hizo un pacto de pacificación con los socialistas, que solo pudo superar dimitiendo temporalmente
a la jefatura del partido y renunciando al pacto.
A Hitler se le rebelaron los camisas pardas (SA) cuando vieron sus intenciones de acceder al poder por medios
legales, y le rompieron las oficinas del partido en berlín en 1930. Hitler reaccionó expulsando a Stennes, su
cabecilla, de las SA, lo cual produjo que muchos militantes radicales volvieran al ataque ocupando de nuevo las
sedes del partido. Hitler los terminó persuadiendo, pero tuvo que purgar luego a las SA de sus elementos mas
radicales. A fines de 1932, cuando Hitler estuvo más cerca de perder el poder (disminuyó el voto, sin dinero,
algunos miemrbos de la elite empezaban a mirar hacia otro lado para hacer coaliciones) Hitler apostó a todo o nada
por la cancillería. Los conservadores apoyaron la apuesta ya que les atraía la posibilidad de detentar el poder con el
apoyo de las masas.
Paxton rechaza el determinismo a la hora de explicar la llegada de Hitler y Mussolini al poder: esto no era
inevitable. Huboo condiciones que ayudaron (debilidad de la tradición liberal, industrialización tardía,
supervivencia de elites predemocráticas, fuerza de tendencias revolucionarias, rebelión contra la humillación
nacional) pero en todo caso, los conservadores podrían haber elegido otras opciones (gobernar en coalición con
izquierda moderada o gobernar mediante decretos de emergencia) y no lo hicieron.

LO QUE OFRECIERON LOS FASCISTAS AL ORDEN ESTABLECIDO

1) Masas de seguidores para conseguir mayorías parlamentarias sin necesidad de recurrir a los socialistas.
2) Políticos jóvenes para renovar el envejecido orden político establecido
3) Fórmula para alejar a los trabajadores del marxismo (identidad nacional por sobre pertenencia de clase; “divide
y vencerás”; no tuvieron un éxito aplastante, su composición social dentro del partido siempre fue baja en relación
a la proporción total de la población)
4) Única fuerza no socialista capaz de restaurar el orden que paradójicamente habían contribuido a desestabilizar.
(algunos conservadores tenian sospechas por la retórica anticapitalista de alunos intelectuales y activistas obreros
fascistas, pero no era algo que Mussolini y Hitler adhirieran realmente. Mussolini hacía mucho que se había pasado
al «productivismo» y Hitler dejó claro ante los industriales en 1932 que él era un darwinista social también en la
esfera económica)
Los conservadores creían que aunque le diesen cargos a los fascistas que despreciaban, iban a seguir controlando el
Estado ellos. Hasta poco después de la 1GM era normal que ocupasen cargos sólo los miebros ilustrados de la elite,
con experiencia en diplomacia y administración pública. Hitler y Mussolini serán los primeros políticos de clase
baja en llegar al poder en países europeos importantes.
En suma, los fascistas ofrecían una nueva receta para gobernar con apoyo popular pero sin tener que compartir el
poder con la izquierda y sin poner en peligro los privilegios económicos y scoiales de los conservadores y su
dominio político.

LA CRISIS PREFASCISTA

Las dos crisis que provocaron el ascenso de los fascismos (1GM y Gran Depresión) tuvieron elementos en común:
- Gobiernos con problemas de dislocación económica y humillación nacional que el sistema tradicional de partidos
no podía resolver.
- Parálisis del gobierno constitucional por el grado de polarización política
- Izquierda en ascenso
- Conservadores asustados frente a una situación que se les escapaba de las manos
Miedo a una presunta revolución comunista.
Italia en 1921 acababa de pasar por el biennio rosso, luego de las primeras elecciones de posguerra en noviembre
de 1919, en las que el Partido Socialista Italiano (PSI) consiguió 1/3 del Parlamento acompañado de un gran fervor
popular. Muchos socialistas llegaron a las alcaldias de numerosas localidades, hubo ocupaciones de tierras y
grandes huelgas que culminaron en la espectacular ocupación de fábricas de Turín en septiembre de 1920. Ejemplo
ruso de fondo.
Alemania en 1932. Los comunistas eran los únicos que habían crecido electoralemente junto con los nazis. Los
comunistas y los nazis, prosperaron con el paro y el convencimiento de que el sistema constitucional y de partidos
tradicionales había fracasado. Los nazis esperaban una revolución comunista y se disponían a hacerle frente por
medio de la fuerza.
El gobierno democrático funcionaba muy pobremente. Aunqeu el parlamento italiano nunca estuvo tan paralizado
como el alemán, la incapacidad de la jefatura política de ambos países para resolver los problemas ofreció una
oportunidad indispensable al fascismo.
Fascistas italianos y alemanes hicieron lo posible para que la democracia funcione mal, pero el colapso del Estado
liberal no era producto exclusivo del accionar fascista. La democracia liberal había caído en descrédito luego de la
1GM y se consideraba que el el mal funcionamiento del gobierno era expresión de una crisis sistémica del
liberalismo destinado a la muerte. Con el reflote de la democracia constitucional luego de la 2GM se volvió a la
idea de que se trató de una crisis circunstancial producida por la 1GM, la brusca democratización y la Revolución
Rusa.

LAS REVOLUCIONES DESPUÉS DE LLEGAR AL PODER: ALEMANIA E ITALIA

En el período inicial de gobierno, Mussolini y Hitler tuvieron poderes limitados en su cargos por tener que
gobernar en coalición con los conservadores. Aunque los fascistas ocupaban cargos vitales, eran reducidos.
Pero los dos no tardaron en convertir ese anclaje en una dictadura directa: transformaron su cargo
semiconstitucional en una autoridad personal ilimitada. En esto consistió la “toma del poder”, que siguió
requiriendo del consentimiento de los aliados.
Alemania
Una vez en la cancillería, Hitler tenía en mente presentarse a elecciones, con el covencimiento de que obtendría la
mayoría que hasta entonces no había conseguido, para independizarse más de sus aliados. Pero antes de las
elecciones, se produce el indencio del Reichstag en febrero de 1933 (acusaron a un comunista) lo cual le da un
pretexto para dar un golpe de estado desde dentro sin oposición ni de centro ni de derecha, por la premura de la
amenaza anticomunista.
Si bien Hitler supo capitalizar el terror anticomunista, los conservadores y la sociedad civil le dieron via libre.
Hindenburg saca un decreto para incrementar las medidas represivas contra los sopechosos de terrorismo y la
autoridad del gobierno federal para intervenir en el gobierno de los estados. Ya no se daba proteccion legal a las
reuniones y actividades partidarias, y a la libertad de expresión. Mientras, las SA aplicaban el terror contra
magistrados y activistas de izquierda.
En las elecciones de marzo de 1933 Hitler no obtuvo la mayoría parlamentaria. Los nazis propusieron al
parlamento una ley que le daba facultades extraordinarias a Hitler por un período de 4 años, en el que gobernaría
por decreto sin tener que remitirse al presidente ni al parlamento y luego se retiraría. (“Ley para aliviar el
desasosiego del pueblo y del Reich”) Aunque no eran mayoría y la ley requería 2/3 para aprobarse, detuvo a
diputados comunistas y con apoyo de los catolicos y nacionalistas, la ley se aprobó.
Esto le permitió disolver todos los partidos políticos e instaurar una dictadura unipartidista. Los conservadores se
mostraron cómplices e hicieron oídos sordos a la “revolución desde abajo” hecha por los nazis contra judíos y
comunistas, y a la apertura del primer campo de concentración paa enemigos políticos en Dachau, cerca de Munich
en marzo de 1933.
La llegada de Hitler al poder no aflojó los conflictos al interior del partido. Algunos esperaban cargos y hacerse del
botín. El jefe de las SA, Röhm, apuró a Hitler para convertir a los camisas pardas en una fuerza armada
suplementaria, lo cual alarmó a los miemrbos del ejercito regular. El conflicto intrapartidario se resolvió con la
Noche de los Cuchillos Largos, en junio de 1934, en la que Hitler mata a Röhm y otros jefes de las SA, a varios
conservadores (incluso del equipo del vicecanciller von Papen), a Strasser, a Schleicher, Kahr, y 13 diputados del
Reichstag. Este episodio mantuvo a raya a los dubitativos de ahí en más.
Italia
La revolución de Mussolini iluego de llegar al poder fue más gradual y la lucha por el predominio entre tres rivales
(caudillo, fanáticos del partido, y conservadores) no se rsolvió definitivamente como en Alemania.
Mussolini se resignó a gobernar durante do años como un primer ministro parlamentario normal, en coalición con
liberales, nacionalistas y popolari. Sus medidas fueron conservadoras.
Sin embargo, los escuadristas nunca dejaron de amenazar con desbordar el control de Mussolini. Muchos camisas
negras querian una segunda revolución para obtener todos ellos los puestos de trabajo y beneficios. Mussolini
quería manenerlos a raya, y cada vez que estos creían que su caudillo se estaba normalizando, no dudaban en
enviarle un mensaje (mataban opositores). De todos modos, Mussolini consideraba que de vez en cuando la presión
de los escuadristas no venía mal. La aprobación de la Ley Acerbo 3 en julio de 1923 se hizo con lo camisas negras
patrullando por las calles y Mussolini amenenazando con dejar vía libre a la revolución si ésta no se aprobaba. Del
mismo modo, las elecciones se realizaron en abril de 1924 con al presión fascista sobre el electorado, obteniendo el
65% de los votos. A partir de allí, Mussolini dispuso de un parlamento dócil y una apariencia de legitmidad, pero
su régimen estaba lejos de ser normal.
Este período de seminormalidad se fractura con el asesinato de Matteotti, el secretario del ala reformista del PSI, a
manos de los escuadristas, luego de que presentara pruebas sobre el fraude fascista en las elecciones
parlamentarias. Este escandalo brindó la oportunidad al rey y a los conservadores para deponer a Mussolini, pero
debían hacerlo de manera cautelosa ya que no querían volver a la situación de desgobierno previa y la amenaza
comunista.
Tras varios meses de incertidumbre, en que los aliados conservadores de mussolini vacilaban y la oposición se
retiraba, los ras (jefes locales de los escuadristas) le dan un ultimatum a Mussolini para que aplaste a la oposición o
actuarían sin él. Mussolini frente a la posibilidad de una rebelión de los ras, se las juega y decide clausurar y
detener a la posición a partir de enero de 1925. Durante los siguientes dos años, el Parlamento dominado por
fascistas, aprueba una serie de leyes para la defensa del Estado, que disolvió partidos, reinstalo la pena de muerte,
sustituyeron alcaldes por funcionarios propios, censuraron radio y prensa, dieron a los sindicatos fascistas el
monopolio de la representación obrera. A principio de 1927, Italia ya era una dictadura de partido único. Los
conservadores aceptaron el golpe desde dentro porque no tenían más opción: o se continuaba en estao de punto
muerto o se avecinaba un gobierno de izquierda.

COMPARACIONES Y ALTERNATIVAS

Sólo muy pocos movimientos fascistas resultaron atractivos para los conservadores como potenciales aliados y en
estos casos se convirtieron en socios subalternos dentro de regímenes autoritarios que termnaron amordaznándolos
y destruyéndolos. Hasta entonces, sólo en Alemania e Italia los fascistas lograron tomar las riendas del poder.
Los regímenes conservadores bien asentados han demostrado en general ser terreno desfavorable para que el
fascismo consiga el poder: o lo reprimieron o se apropiaron de sus temas y seguidores. Cuando los conservadores
podían gobernar sin los fascistas, lo hacían. No veían con buenos ojos la violencia de los fascistas y su
menosprecio por el orden establecido (en estos casos que no prosperaron, los movimientos fascistas conservaban
gran parte del radicalismo social de la primera etapa del movimiento).
3
Mediante la Ley Acerbo se dispuso que si un partido ganaba votos electorales por encima del 25% de sufragios, obtenía automáticamente dos tercios de
los escaños del parlamento, mientras solamente el restante tercio de escaños sería repartido proporcionalmente entre los demás partidos. Este mecanismo
permitiría que el Partido Nacional Fascista, inclusive con pocos votos (bastaba superar el 25%), ganara una absoluta mayoría parlamentaria, poniendo
como pretexto para ello «evitar el desgobierno» causado por la «dispersión de escaños entre muchos partidos pequeños».
Fueron pocos los casos en los que las victorias fascistas en otros territorios ayudaron a mvimietnos fascistas locales
a hacerse del poder. A Hitler por ejemplo, le interesaba exportar el nazismo en sí mismo como receta para el
crecimiento y unidad de la nación, no quería el desarrollo de fascismo autóctonos en territorios que conquistaba y
ocupaba.
En Holanda y Noruega, las administraciones fascistas que se hicieron con el poder luego de la invasión alemana
fueron gobiernos títere.
En Francia, Hilter no quería poner en peligro la neutralidad francesa y los productos y recursos humanos necesarios
para la maquinaria bélica del Reich dándole poder a uno de los jefezuelos fascistas qu estaban enfrentados entre sí.
Hilter tuvo suerte porque la derrota de mayo-junio de 1940 desacreditó tanto a la Tercera República que la
Asamblea Nacional otorgó plenos poderes en julio de 1940 a un héroe de la 1GM, Pétain, que se había mostrado
como principal partidario de abandonar la lucha. Pétain estableció una capital provisioria en Vichy (el sur no
ocupado) y gobernó mediante un régimen personal autoritario apoyado por los sevicios públicos tradicionales del
Estado francés, el establishment económico, los militares y la Iglesia.Se esforzó por tener buenas relaicones con el
norte cupado por los nazis, para asegurarse un lugar en la nueva europa dominada por los nazis, pensando que sería
algo permanente. Hilter mantuvo a alguns fascistas franceses a su servicio por si necesitaba presionar a Pétain, pero
éstos sóloo consiguieron puestos en el gobierno colaboracionista (de Vichy?) en los últimos días de la guerra,
cuando la mare cambiaba de sentido y los conservadores abandonaban el barco de Vichy.
El papel principal que Hilter dio a los fascistas locales fue el de reclutar soldados para morir en el frente ruso.
Hitler tampoco tenía interés en promover movimientos fascistas en países satélite puesto que era más barato y fácil
no ocuparlos. Su gobiernos se mostraban dispuestos a colaborar con los nazis aunque no fuesen fascistas (Rumania,
Eslovaquia, Hungría). Hitler invade Hungría en marxo de 1944 sólo cuando sospechó que su administración había
entrado en tratativas con los aliados que se acercaban.
En el Estado cliente de Croacia, los nazis permitieron a los fascistas autóctonos tomar el poder. Se trataba de una
nueva creación sin elites rectoras ya establecidas y se hallaba bajo la zona de influencia italiana. En mayo de 1941,
cuando los alemanes invaden y dividen yugoslavia, le permitieron tomar el poder de la recientemente
independizada croacia al terrorista-nacionalista Utsasa, que llevó a cabo una matanza descomunal de servios,
croatas, musulmanes bosnios, judíos, montenegrinos y eslovenos.
Ninguno de los regímenes títere de estados satélites u ocupados pudo sobrevivir tras la errota de sus protectores del
Eje. En España y Prtual, los regímenes autoritarios siguieron funcionando después de 1945, evitando toda la
parafernalia fascista.
Los fascismos de ocupación no pueden ser catalogados como fascismos auténticos aunque solo sea porque no
tenían libertad para buscar el expansionismo y la grandeza nacional.
¿Por qué el fascismo prosperó en Alemania e Italia y no en Francia e Inglaterra donde había movimientos fascistas
sumamente visibles pero que no pudieron aproximarse siquiera al poder?
En Francia, prosperaron movimientos derechistas radicales, algunos de los cuales eran fascistas, pero la mayoría de
los conservadores no se sentían amenazados en la década de 1930 como para pedirles ayuda y además estos
movimietnos no tuvieron la fuerza necesaria como para postularse como aliados. En Gran Bretaña, el Partido
Conservador conservó la mayoría desde 1931 hasta 1945.
En Escandinavia, los socialdemócratas incluyeron los intereses de los campesinos y la clase media baja en el
programa de su gobierno de coalición, privando a los partidos fascistas de un importante electorado y
reduciéndolos a la insignificancia.
El análisis comparativo del fascismo ayuda a desechar interpretaciones como la instrumental (marxista?), que
sugiere que la llegada de los fascistas al poder se debió a la presión unilateral de los capitalistas, soslayando el
apoyo popular que recibieron, como si se tratasen de creaciones artificiales sin arraigo en las masas.
La comparación permite ver que los movimientos fascistas prosperaron allí donde la profundidad de la crisis y la
desesperación de sus aliados potenciales era más aguda y no tanto por la cualidad de sus dirigentes.
La quiebra de la legitimidad democrática y parálisis de los regímenes parlamentarios fueron las condiciones
específicas que ampliaron el espacio político disponible para que crecieran los fascistas. ¿Pero que hizo que en
estas circunstancias los conservadores recurrieran a ellos para aplastar a la izquierda y no a la fuerza (España) o la
instauración de una autocracia (Austria)?
Austria: el canciller Dollfuss instauró un régimen autocrático católico para aplastar la resistencia socialista
España: Franco aplastó a la izquierda y a la República mediante la insurrección armada y la Guerra Civil, dejando
poco espacio luego de tomar el poder, para la Falange, el pequeño partido fascista español.
Estas opciones violentas significaban devolver la calle, la clase obrera y la intelectualidad ilustrada a la izquierda, y
gobernar por la fuerza. Los conservadores alemanes e italianos quisieron valerse del poder de los fascistas sobre la
calle, la opinión pública y los sectores nacionalistas y antisocialistas de la clase obrera ya que era demasiado tarde
para desmovilizar políticamente a la ciudadanía, y necesitaban afianzar su propia jefatura. Había que ganar a las
masas para la causa nacional y antisocialista.
La alianza de Hitler y Mussolini con las elites conservadoras no fue una peculiaridad de la historia de Alemania e
Italia. Los partidos fascistas tienen pocas probabilidades de llegar al poder de otro modo.
Los movimientos fascistas no tiene por qué llegar al poder en las mismas circunstancias que en alemania e italia.
Balcanes en la década de 1990:se produjo algo similar al fascismo pero en un escenario diferente: los dirigentes
que estaban ya en el poder, cambian de dirección. Los dictadores poscomunistas aprendieron a jugar las cartas del
nacionalismo expansionista como un sustituto del desacreditado comunismo.
Milosevic movilizó el patriotismo de su pueblo, pimero contra los serbios, luego contra los ataque aereo aliado,
para luchar contra enemigos internos y externos en favor de un sistema de gobierno de limpieza etnica ausente en
Europa desde 1945
Un partido fascista pueda ser elegido para ocupar el poder en unas elecciones libres y competitivas, aunque ni
siquiera el Partido Nazi, que de todos los partidos fascistas fue el de mayor éxito electoral, consiguió la mayoría.
La mayoría de los partidos fascistas no consiguieron ningún éxito electoral, o muy escaso, y por tanto do tuvieron
ningún poder negociador en el juego parlamentario. Lo que podían intentar era desacreditar el sistema
parlamentario haciendo que resultase imposible gobernar con normalidad. Pero eso podría resultar
contraproducente porque si los fascistas parecían estar más claramente provocando desorden que bloqueando el
avance del comunismo, perdían el apoyo de los conservadores.
El éxito electoral no era la condición previa más importante para la llegada del fascismo al poder. Era más crucial
el colapso del Estado liberal. En alemania e Italia, el estado constitucional había dejado de funcionar normalmente
mucho antes de que los fascistas llegaran al poder. El fascismo explotó la oportunidad, pero no es la causa
exclusiva del colapso: dejaron de funcionar porque no podían resolver los problemas existentes entre ellos la
oposición agresiva de los fascistas. Hasta puede llegar a pensarse como diferenciado la paralisis del estado liberal y
el ascenso del fascismo.
En la etapa de la consecución del poder, las funciones del fascismo fueron: a corto plazo, romper el bloqueo de la
política nacional mediante una solución que excluía a los socialistas; a largoo plazo, en reclutar apoyo de masas
para la defensa sociall y nacional, para unificar, regenerar y rejuvenecer la nacion en decadencia.
La transformación de los partidos fascistas para ajustarse al espacio disponible implicó purgas y secesiones al
interor del partido, dejando de lado a los puristas que querían mantener el viejo radicalismo social.
¿Qué otra cosa podían haber hecho los conservadores en Italia y Alemania?
Italia: alianza con los popolari socialcatólicos y los socialistas reformistas que le dieran mayoría parlamentaria.
Alemania: un gobierno parlamentario con los socialdemocratas y los partido centristas era una posibilidad,pero
solo con una jefatura presidencil fuerte era una posibilidad real.
Las elits políticas eligieron opciones que no eran de su primera preferencia: siguieron de elección en elección un
camino de opciones menguantes, eligiendo en cada bifurcación del camino, la solución antisocialista.
Es más eficaz ver la toma fascista dl poder como un proceso en el que se van eliminando alternativas.
Ni la llegada de Hitler ni la de Mussolini al poder fueron inevitables. La crisis del sistema político y económico
crearon un espacio asequible al fascismo, pero fueron las elecciones desdichadas de los conservadores las que
situaron a los fascistas en el centro de ese espacio.

Capítulo 4: EL EJERCICIO DEL PODER

LA NATURALEZA DEL GOBIERNO FASCISTA: “ESTADO DUAL” Y AMORFIA DINÁMICA

Las dictaduras fascistas no eran monolíticas ni estáticas. Tuvieron una estructura compuesta, es decir, se apoyaron
en una alianza entre el partido fascista y las fuerzas conservadoras. (Esta estructura compuesta hizo que los
origenes, desarrollo y prácticas de las dictaduras fascistas difirieran de la de Stalin)
Ningún dictador gobierna solo: necesita del apoyo de poderosas fuerzas sociales y económicas, y de la cooperación
o consentimiento de actores fundamentales del régimen como el ejército, la policía, los funcionarios, los jueces.
Esta estructura compuesta hizo que los regímenes fascistas no fueran estáticos: estuvieron atravesados por la
tensión y el conflicto. Los conflictos de la etapa de arraigo se agudizan cuando se llega al poder (luchas por repartir
el botín y por definir las vías a seguir). Los conservadores tienden a retroceder hacia un autoritarismo tradicional
más cauto y respetuoso de la propiedad y la jerarquía social, mientras que los fascistas avanzan hacia una dictadura
dinámica, niveladora y populista, dispuestos a subordinar todo interés privado a los imperativos del
engrandecimiento nacional y la purificación. Se da una lucha entre conservadores que quieren ocupar posiciones
estratégicas y los partidos ocuparlas con sus hombres o crear estructuras paralelas que eludan el poder conservador.
Los dirigentes soportan presiones de la elite y de los fanáticos del partido.
En Italia, el régimen fascista fue virando hacia un gobierno conservador autoritario, mientras que en Alemania se
radicalizó hacia la licencia sin freno del partido. Pero estos no han sido estaticos: el gobierno fascista debe verse
como una lucha interminable por el predominio dentro de una coalición, exacerbada por el colapso de las
instituciones democráticas y por un clima imperante de darwinismo social.
Fraenkel ha reducido esta lucha a un conflicto entre partido y Estado. Concptualizó la alemania nazi como un
Estado dual en el que se disputaban el poder un Estado normativo, compuesto por las autoridades legalmente
constituidas y el funcionariado tradicional; y un Estado prerrogativo, formado por las organizaciones paralelas del
partido. Ambos estados cooperaron de manera conflictiva, pero eficiente, lo que daba al régimen una extraña
mezcla de legalismo y violencia arbitraria.
En el sector normativo del régimen fascista, se continuó aplicando la ley de acuerdo con el procedimiento debido, y
se reclutaron y promocionaron funcionarios de acuerdo con normas burocráticas de competencia y antigüedad. En
el sector prerrogativo, en cambio, no se aplicó ninguna regla, salvo la discrecionalidad del gobernante, las
recompensas a los militantes y el supuesto destino del pueblo elegido.
Hitler nunca abolió oficialmente la constitución de Weimar y nunca desmanteló el estado normativo aunque se
negó a dejarse limitar por él. Con el tiempo, el Estado prerrogativo nazi fue invadiendo el Estado normativo y
contaminó su funcionamiento. Al estallar la guerra, el estado prerrogativo consiguió algo próximo al dominio total.
En el caso de Mussolini, éste le otorgó mucho más poder al estado normativo que el que le otorgó Hitler. La
propagando fascista situó al Estado y no a partido en el centro de su mensaje. Paxton cree que Mussolini subordinó
el partido al estado ya que tenía menos margen de maniobra: el rey Víctor Manuel III lo acompañó hasta el final y
fue él mismo quien lo depuso en julio de 1943 y además temía a la rivalidad de los incontrolables jefes de partido.
Igualmente, Mussolini tenía su estado prerrogativo que se vio reforzado con la guerra (policía secreta, prensa
controlada, feudos africanos, baronías económicas)
De todos modos, la imagen del Estado dual de Fraenkel es incomleta porque no da cuenta de los elementos ajenos
al estado que participan dentro de la pugna por el poder al interior de los regímenes fascistas. Aunque lo intentaron,
los regímenes fascistas no siempre consiguieron fagocitar la sociedad civil. Algunos elementos de esta
sobrevivieron dentro de la dictadura.
Los regímenes fascistas estuvieron atravesados por la tensión permanente entre el caudillo, el partido (militantes
que exigían beneficios, expansionismo, reforma social radical), el aparato del estado (funcionarios como los
militares, la policía, magistrados y gobernadores locales) y la sociedad civil (los que detentaban poder económico,
social, político y cultural como asociaciones profesionales, iglesias, dirigentes políticos conservadores). Todos
estos elementos colaboraron con los regímenes fascistas, y la relación era de tensión ya que ninguno podía
prescindir enteramente del otro: los conservadores necesitaban al caudillo para que la izquierda o los liberales no
recuperaran el poder; los caudillos necesitaban los recursos económicos y militares de la sociedad civil; los
caudillos no se podían debilitar a sus partidos porque era su base de poder independiente.
Estas tensiones a cuatro bandas le dieron a estos regímenes su mezcla de activismo febril y amorfia.
La organziaciones paralelas que desarrollaron los partidos fascistas durante el arraigo no podían desempeñar los
papeles complejos y ambiguos de ese período en las luchas prolongadas por la supremacía dentro del régimen
fascista. Eran un valor para el caudillo que quisiese desbordar por el flanco los bastiones conservadores en vez de
atacarlos frontalmente. Pero a su vez, ofrecían a los militantes radicales ambicioso una base de poder autónomo ara
desafiar la preeminencia del caudillo.
En Italia, el partido fascista duplicó en un comienzo cada nivel de la autoridad pública: el jefe del partido local
flanqueó al alcalde nombrado, el secretario regional del partido al prefecto, la milicia fscista al ejército, etc. Pero
una vez consolidado su poder, Mussolini dio marcha atrás y restituyó autoridad al aparato del Estado, temiendo que
los ras volviesen a zarandearlo.
El partido nazi compitió con los organismos tradicionales con organizaciones paralelas: las SA, tribunal del
partido, policía del partidoy movimiento juvenil. Luego de alcanzar el poder las organizaciones paralelas
amenazaron con usurpar las funciones del ejército, el ministerio de asuntos exteriores y otros organismos. En un
proceso independiente y siniestro, la policía política fue desvinculada de los ministerios el Interior de los estados
alemanes y centralizada paso a paso como en el caso de la gestapo. La duplicación de los centros de poder
tradicionales por organizaciones paralelas del partido fue una de las razones principales de la amorfia y de
las caóticas líneas de autoridad que caracterizaron al régimen fascista y lo diferenciaron de la dictadura
miltar y del régimen autoritario.
En una complicación más, los regímenes fascistas con el objetivo de fascistizar a la población, permitieron a los
oportunistas inundar los partidos, que dejaron con ello de ser los clubes privados de los «viejos combatientes».
Mussolini esperaba que las afiliaciones redundaran en más militantes pero muchos vieron en ello más una cuestión
utilitaria de ascenso social que una convicción. Los nazis también abrieron sus listas, para luego cerrarlas a fin de
preservar su carácter elitista, pero muchos funcionarios oportunistas lograron ingresar acomodados.
En la disputa interminable por el predominio dentro de los regímenes fascistas, el caudillo fascista conseguía a
veces imponer a sus aliados políticas no deseadas (Hitler), y en otros casos, los burócratas y las fuerzas
conservadoras podían conservar un poder independiente considerable (Italia). En Italia loraron persuadir a
Mussolini de que le diera trato preferencial a la Iglesia (auqneu el era ateo), de que sacrificara a sus amigos
sindicalistas a los deseos del empresariado, para luego echarlo en julio de 1943, cuando la proximidad de los
ejércitos aliados les convencieron de que el fascismo no estaba ya sirviendo a los objetivos nacionales. Incluso
Hitler nunca se pudo desligar completamente de la necesidad de satisfacer a los propietarios de las fábricas de
municiones, a los oficiales del ejército a los profesionales especialistas y a las autoridades religiosas, incluso a la
opinión pública.
La legitimidad de los regímenes fascistas se apoyaba en el carisma. Condición mística y excepcional como
encarnación de la voluntad del pueblo y depositario de su destino. Pero a diferencia de otros regímenes fundados
en el carisma de sus líderes, los fascistas no lograron transmitir el poder a un sucesor. Stalin compartió su papel
como portador del destino histórico con el PC, lo cual permitió conseguir un sucesor.
El carácter carismatico de estos regimenes pueden servir para comprender ciertos rasgos. A la vez que vuelve a los
líderes inmunes a las quejas, tambien los hace fragiles en tanto que esa legitimidad es mas suceptible de evaprarse
si no concreta lo que promete, puesto que de ellos se espera más.
NO era una POLIOCRACIA
En la década del 80 se enfrentaron intencionalistas (sobredimensiona la voluntad del caudillo, como si gobernara
solo) contra estructuralistas (la voluntad del dictador no podia aislarse de las multiples conexiones con el Estado y
la sociedad; el motor de la dinamica fascista venia de abajo). Para Paxton, ninguno de los dos enfoques son
sostenibles. La explicación más certera vino en los 90: los funcionarios de medio nivel rivalizaban para anticiparse
a los deseos del caudillo y el caudillo definia objetivos, eliminando limitaciones y recompensando colaboradores.

LA PUGNA ENTRE LOS FASCISTAS Y LOS CONSERVADORES

Cuano Hitler se convirtió en el canciller de Alemania, sus aliados conservadores (Papen a la cabeza) esperaban
manejar sin dificultad a este inexperto jefe de gobierno. Se pensaban que su refinamiento intelectual los haria estar
por encima de los nazis, mientras que Hitler serviría para hechizar a las masas. Von Papen dirigiría todo en ultima
instancia.
La Internacional Comunista también pensaba que el nazismo se extinguiría rápido: iba a servir para que los
trabajadores se desilusionaran con la democracia y se separaran de los socialdemócratas, virando hacia la
izquierda.
Contra estos pronósticos por izquierda y por dercha, Hler desbordó con plena autoridad personal y puso en vereda
a enemigos y a los propios conservadores.
Los conservadores, quedaron bajo el dominio nazi a mediados de 1933 con la ley que instauraba un estado
unipartidista, desbaratando la posibilidad de una lucha legal. Tuvieron que ubicarse en una posición defensiva para
resguardar los centros de podr que les quedaban tras la invasión de las organizaciones paralelas del partido nazi:
defendieron al ejército de las SA, a los gobiernos estatales de los jefes regionales del partido, a los funcionarios
profesionales de los advenedizos del partido, a las iglesias de los esfuerzos de los nazis por crear un cristianismo
alemán y a los intereses empresariales de las empresas de las SS. Hindenburg era una de las pocas esperanzas de
mantener a raya a hitler, pero su muerte les hizo perder la partida. Von papen pronuncio un discurso contra hitler en
1934, lo cual le costo la vicecancilleria, lo mandaron como embajador a Austria. La Noche de los Cuchillos largos
hizo purgas contra los colaboradores de von Papen.
Los conservadores volvieron a arremeter a principios de 1938, oponiendose a la agresiva politica exterior de Hitler
y al peligro que conllevaba. Este conflicto terino con la destitución de los jefes del Estado Mayor General y del
Estado Mayor del Ejército, y la perdida total de independencia del ejército. Al mismo tiempo se puso bajo control
del partido el Ministerio de Asuntos exteriores.
Los nazis y los conservadores tuvieron diferencias auténticas que se resolvieron con derrotas muy reales de los
conservadores. Pero no obstante esto prevalecía en los conservadores la necesidad de defender sus primordiales
intereses comunes y por ellos se tragaron sus dudas respecto de la idoneidad de los nazis.
Hacia el final, cuando se habían convencido de que Hitler estaba conduciendo al país a la aniquilación, algunos
oficiales e alta graduación conservadores y alguno funcionarios de alto nivel fueron los que mas cerca estuvieron
de formar una resistencia efectiva contra el regimen nazi (casi asesinan a Hitler en julio de 1944).
En la Italia fascista, el regimen no logro alcanzar el dominioo total que logro Hitler. El poder entre los cuatro
elementos estaba distribuido de otra forma: Mussolini que desconfiaba de los activistas de su partido, se esforzo
por subordinarlos a un estado todopoderoso. Al mismo tiempo tuvo que compartir su poder con el rey y tuvo que
aplacar a una igleia católica mucho mas fuerte. Los acivistas lo acusaron de permitir que los conservadores
desvirtuaran el movimiento.

LA PUGNA ENTRE EL CAUDILLO Y EL PARTIDO

Pese a la difundida imagen de que caudillo y partido eran una sola cosa, hubo tensi´n permanente entre ambos. El
caudillo fascista desdeña inevitablemente algunas de las promesas iniciales de campaña en su búsqueda de las
alianzas necesarias para llegar al poder, y decepciona así a algunos de sus seguidores más radicales.
Mussolini se enfrentó con escuadristas radicales y con entusiastas del sindicalismo integral.
Hitler tuvo más control sobre su partido, pero igual tuvo disidencia, con la que acabó en junio de 1934. Estaban los
que querían un socialismo alemán coo vía intermedia entre capitalismo y comunismo, que crearon situaciones
embarazosas para Hitler con los empresarios afines.
Al principio estalló el conflicto en torno a la «segunda revolución», momento en que los viejos combatientes se
cubrirían todos los cargos. Los militantes del partido celebraron la llegada al poder continuando con el aaccionar
callejero contra la izquierda, la burguesía moderada y los judíos. Sin embargo, Hitler necesitaba calma y orden y no
desafíos al monopolio de la violencia por parte del Estado por lo que los dirigentes del partido proclamaron el final
de la revolución de inmediato. No obstante ello, las aspiraciones de una revolución continuada seguían presentes
dentr de las SA (inquietando al empresariado), y su deseo de convertirse en la fuerza armada del nuevo régimen
ponía muy nervioso al alto mando del Ejército. La Noche de los Cuchillos Largos sirvió para aniquilar el disenso.
El problema de los regímenes fascistas (que nunca tuvieron las dictaduras tradicionales) era cómo mantener en
marcha la energía del partido sin alterar el orden público ni asustar a los aliados conservadores. Los radicales nazis
se mantuvieron bastante a raya en virtud del contrl personal de Hitler, los exítos interiores yy exteriores del
régimen y el exterminio de judíos.La ocupación de Europa oriental proporcionó muchas oportunidades para la
expoliación y en el frente orienal e partido se entregó al descontrol con la políica de ocupación.
Mussolini también dominó el partido pero enfrentándose a desafíos mucho más claros y duraderos. Los ras
expresaron amenudo su insatisfacción con Mussolini. Esta tensión tenía dos orígenes: funcional, porque el cargo
que desempeñaba Mussolini le permitía ver las cosas de otra manera y personal, porque Mussolini se sentía más
inclinado a normalizar las relaciones con los conservadores tradicionales que sus seguidores mas fanaticos.
En 1921 el movimietno y el caudillo se enfrentaron por la transformación del movimiento en partido; los ras
obligaron a Mussolini a renunciar a su proyecto de un paco de pacificación con los socialistas. Una vez en el poder,
estas diferencias se agudizaron aún más. Los militantes estaban irritados por los dos primeros años de gobierno
moderado de coalición de 1922-1924 (asesinato de Matteotti, salida agresiva por un regimen unipartidista)
Mussolini que necesitaba un fuerte apoyo del partido cuando instauró su nueva dictadura, nombró en febrero de
1925 como secretario del parido al escuadrita más intransigente y violento, Roberto Farinacci. Duró solo un año
puesto que las erupciones renovadas de violencia eran inadmisibles. Le siguieron secretariosmás dóciles que,
aunque aumentaron el tamaño y alcance del partido, lo subordinaron incuestionablemente al duce y a la burocracia
del Estado. Tendencia de Mussolini favorabe a la normalización entremezclada con episodios periódicos de
radicalización.

LA PUGNA ENTRE EL PARTIDO Y EL ESTADO

Hitler y Mussolini tuvieron que conseguir que la maquinaria del Estado les obedeciese, persuadiendo o
reprimiendo. Los militantes de partido querían echar a los burócratas de carrera y ocupar puestos en el Estado. Los
dirigentes casi nunca cedieron a esto. No les permitieron a sus milicias ocupar el ejército.
Los fascistas no tuvieron problemas en hacerse del control de los servicios públicos, pero protegieron al
funcionariado de la intrusión del partido.
El organismo clave fue la policía. La policía alemana quedó libre del Estado normativo y pasó a quedar bajo el
control del partido nazi a través de las SS. En 1936, Himmler adquirió el control de todo el sistema policial. Este
proceso se facilitó por el descontento de la policía alemana hacia la República de Weimar y por el lugar que le
había asignado el régimen a la policía frente a la sociedad. Al principio las SA se convirtieron en policía auxiliar en
Prusia, pero pronto se acabó con esta práctica y la policía no enfrentó más amenazas de absorción por parte de los
militantes del partido. Mientras que la policía alemana estaba controlada más directamente por el partido nazi, la
policía italiana siguió estando dirigida por un funcionario y su comportamiento fue profesional.
Otro organismo claro fue la juridicatura. La magistratura alemana e italiana permaneció en manos de los
conservadores.
La decisión de los nazis de mejorar la pureza biológica de la raza (los italianos eran distintos en este punto)
contenían un componente de salud pública que gratificaba a muchos profesionales médicos, los cuales cooperaron
con el régimen con sorprendente rapidez.
De todas las tensiones que se produjeron durante el régimen fascista, la que con mayor facilidad y de forma
definitiva se zanjó fue el conflicto partido- Estado.

ACOMODACIÓN, ENTUSIASMO, TERROR


El modelo del Estado dual es incompleto en otra dimensión: no tiene en cuenta a la opinión pública.
Ninguno de los dos era concebible sin terror, pero este era selectivo y el consenso fue elevado en Italia y Alemania.
La violencia se dirigía contra judíos, marxistas y marginados sociales, por lo que el resto de los ciudadanos se
sentía más gratificado que amenazado por ella. El resto pronto aprendió a guardar silencio. Sólo al final, cuando los
aliados y rusos se aproximaban, dirigió el régimen nazi la violencia contra los alemanes corrientes.
Mussolini derramó más sangre para llegar al poder que Hitler, pero su dictadura fue relativamente suave después de
eso. La principal forma de castigo para los disidentes políticos era la residencia forzosa en aldeas remotas y el
encarcelamiento en campos de concentración. Aunque esto no debe llevar a una caricaturización del régimen, el
cual estuvoo marcado con sangre y fue especialmente cruel en la conquista colonial. Como en el caso del Tercer
Reich, la violencia fascista estuvo dirigida selectivamente contra los «enemigos de la nación»: socialistas, eslavos
meridionales o pueblos africanos que se impusieron en el camino de la hegemonía italiana en el Mediterráneo.
Ni el nazismo ni el fascismo italiano se basaron sólo en la fuerza bruta. Necesitaron de un escaso aparto policial
para imponer su voluntad: la Gestapo recibía tantas denuncias de ciudadanos fanáticos que podía arreglárselas con
una proporción de un policía cada diez mil ciudadanos.
El Tercer Reich contuvo a los trabajadores alemanes sirviéndose de cuatro medios: terror, división, algunas
concesiones y mecanismos de integración.
1) Terror: Fueron los cuadros de los partidos comunista y socialista los que llenaron los primeros campos de
concentración en 1933, antes que los judíos.
2) División: entre los que seguían resistiendo y los que llevaban una vida normal. La supresión de las
organizaciones obreras autónomas permitió a los regímenes fascistas dirigirse a los trabajadores individual y no
colectivamente. Los trabajadores, desmoralizados por la derrota de sus sindicatos y partidos, pronto estuvieron
atomizados, privados de sus lugares habituales de sociabilidad y temerosos de confiar en alguien.
3) Concesiones: ambos regímenes no se limitaron a silenciar a los trabajadores sino que hicieron concesiones.
Luego de la toma del poder, los sindicatos oficiales disfrutaron de un monopolio de la representación obrera y
debían preservar su credibilidad atendiendo a ciertas reivindicaciones. El Tercer Reich había aprendido la lección
de 1918, y quería evitar paros y escasez de alimentos. Con la reactivación económica del rearme, hubo incluso
subas de salarios. Y durante la guerra, la llegada de esclavos elevó de categoría a algunos trabajadores y les dio
privilegios.
Mussolini estaba particularmente orgulloso de cómo se comportaban los trabajadores bajo su Constitución
corporativista. La Carta del Trabajo (1927) prometió que los trabajadores y los patronos se sentarían juntos en una
«corporación» por cada rama de la economía y olvidarían la lucha de clases al descubrir sus intereses comunes. En
1939 la Cámara de corporaciones sustituyó al parlamento, pero estos órganos corporativos estaban dirigidos por los
patrones.
4) Instrumentos de integración: los fascistas fueron maestros en la manipulación de la dinámica de grupo,
ejerciendo presión sobre los demás a través de técnicas de control social (juventud, manifestaciones del partido,
asociación para el tiempo de ocio, instrucción, insignias, marchas
Mussolini disfrutó de amplio apoyo desde 1929 al menos hasta su victoria en Etiopía en 1936. El acuerdo con la
Iglesia Católica fue decisivo para este apoyo. Los acuerdos de Letrán firmados por Mussolini y el Papa Pío XI en
febrero de 1929 pusieron fin a casi sesenta años de conflicto entre el Estado italiano y el Vaticano, con el
reconocimiento mutuo y el pago por parte de Italia de una indemnización sustanciosa por la expropiación de tierras
papales en 1870. Italia reconoció al catolicismo romano como su religión mayoritaria. Mussolini había sido
anticlerical. El fascismo pagó a la larga un alto precio por la ayuda que prestó la Iglesia para conseguir el consenso:
agotado el dinamismo fascista se agotó, la cultura católica fue la base del gobierno cristianodemócrata de Italia
luego de 1945.
La victoria de Mussolini sobre Etiopía en 1936 fue otro puntal de su popularidad y su ultima victoria militar. La
aprobación popular del fascismo italiano no disminuyó hasta que la política expansionista de Mussolini empezó a
cosechar derrotas (republicanos españoles, Guadalajara, nordeste de Madrid)
El régimen nazi también despertó entusiasmo popularconsiderable en la década de 1930. El pleno empleo y una
larga serie de victorias en política exterior, elevaron el apoyo de los nazis muy por encima del 44% recibido en las
elecciones de 1933. Aunque los alemanes refunfuñaban mucho por las restricciones y escaseces, y aunque el inicio
de la guerra en septiembre de 1939 se recibió sombríamente, el culto a Hitler estaba exento de la crítica reservada a
los burócratas y funcionarios del partido.
Los regímenes fascistas contaron con un gran apoyo juvenil a través de nuevas formas de sociabilidad. La
emergencia de organziaciones sociales fascistas brindaron un sentido de pertenencia e identidad frente a la
destruccion de las organziaciones socialistas y comunistas de sus padres. Una manera de declarar la rebelión frente
al hogar burgués y padres aburridos.
En cuanto a las mujeres, los fascismos consideraban prioridad devolverlas a la labor doméstica y a la maternidad y
muchas mujeres conservadoras aprobaban esto. Pero finalmente las mujeres eludieron este papel menos por
resistencia que por ayuda de la cultura moderna de masas.

régimen nazi despertó también un ¡entusiasmo papular coassidera- - ¿'‘en Alemania ¿mediados de la década de
1930. El pleno empleo, unido fina larga serie de victorias incruentas en política exterior, elevaron el ¡|oyo alos-
nazis.-muy por encima del 44 por 100 inicial de lás elecciones de ¡garzo de 1933. Aunque los
alemanes'refunfuñaban mucho por las restric- oes y escaseces, y aunque el inicio de la guerra en septiembre de
1939 se ibió sombríamente,**(0^culto a Hitler estaba exento de la_critica reaer-^ Ha a los burócratas y a
loTfuncionarios del parúdoJ
regíraóiErfascístos tuvieron un éxito especial con los jóvenes.; La legada fascista al poder lanzó una onda de
choque que recorrió toda la soldad llegando a todos los barrios y aldeas. Los jóvenes italianos y alema- tuvieron
que afrontar la destrucción de sus organizaciones sociales (si irocédían de familias socialistas o comunistas) y la
atracción de nuevas ninas de sociabilidad. La tentación de adaptarse, pertenecer y adquirir jmgo en las nuevas
organizaciones fascistas juveniles y de ocio (que analizaré después más detenidamente) era muy poderosa.” Unirse
a sus escua- (dras uniformadas y en marcha, sobre todo cuando el fascismo aún era nuevo, era un medio de declarar
la propia independencia frente a unos padres tóurrido^y unos hogares burgueses agobiantes.94 A algunos alemanes
e 'os jóvenes de logros por lo demás modestos les complacía prosperar Kcxbensas de otros.95 El fascismo era, más
plenamente que ningún otro mo-7 Tffnittento político, una declaración de rebelión juvenil, aunque fuese mu-
( JEcUraiás que eso. ^
jl.'PMdlmente se podría esperar que las mujeres y los hombres reaedo- del mismo modo ante regímenes que
consideraban una prioridad ■unpórtante conseguir la vuelta de las mujeres a las esferas tradicionales de ¿fus
labores domésticas y de la maternidad. Algunas mujeres conservadoras ^aprobaban esto. Hitler obtuvo una
cantidad considerable de voto femeni- £yu> (aunque sea imposible cuantificarlo con precisión), y los
investigadores te. han debatido encarnizadamente sobre si debería considerarse a las muje- I
l^resxómpiicftsjLvictimas de suLTépimen.*4 Al final las mujeres eludieron los | y? papeles que el fascismo y el
nazismo proyectaban para ellas, menos por resistencia directa que, simplemente, por ser ellas mismas, ayudadas
por la .sociedad moderna de consumo. Los estilos de vida de la era del jazz de-\ | Mostraron ser más poderosos que
la propaganda del partido. En la Italia [^fascista. Edda Mussolini y otras jóvenes modernas fumaban y exhibían un
í . estilo de vida independiente, como hacían las jóvenes en todas partes des- i |pués de la Primera: Guerra Mundial,
al tiempo que participaban también ¡en las instituciones del régimen v La tasa de natalidad italiana no se elevó
H *63

Potrebbero piacerti anche