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Edad: 19 años Raza:

Género: Masculino Estrato: 3

Lugar de nacimiento: Bogotá D.C. Lugar de residencia: Bogotá D.C.


Localidad de Puente Aranda

¿Cómo y por qué llegó usted a la Universidad Nacional?

Desde pequeño mi educación, reconozco, no fue muy buena o “critica”, por lo general
mis padres discutían bastante y a muy temprana edad se separaron. Pase a vivir con
mi madre, un tío, un abuelastro y mi abuela en un apartamento que quedaba en un
segundo piso. Pienso que en gran medida el que yo me empezara a cuestionar muchas
cosas fue por mi abuela, ella era alcohólica y por mucho tiempo se intentaba escapar
de los encierros que forzosamente mi madre le hacía. Intentaba romper ventanas,
forzar las cerraduras y cosas por el estilo. Un día mi madre cerro la puerta del
apartamento con llave y mi abuela deseaba salir a tomar algo de alcohol, entonces
entre las dos empezaron a discutir, cuando mi madre me llevaba hacia una de las
habitaciones pude ver entre sus brazos como mi abuela se subía a uno de los
ventanales y saltaba desde allí, recuerdo como salto desde el segundo piso con tan
mala suerte que su caída no fue la adecuada, recuerdo cuando vi su rostro contra el
suelo y como poco a poco empezaba a emanar sangre de su cráneo mientras mi madre
gritaba. El recordar esto, aunque aún me cause un poco de tristeza y desesperanza,
siento que fue algo que simplemente paso y que en parte me ayudo mucho a ser quien
hoy en día soy y algo que me alentó de manera directa a ingresar a la Universidad
Nacional de Colombia.

Después de este suceso siempre me preguntaba el “porque”, el porque de sus actos, de


querer estar siempre en ese estado de inconciencia y más aún en el porqué de todos
sus actos en general. Mi abuela siempre era una persona reflexiva, aunque muy
solitaria que nunca compartía mucho con las personas, su forma de ser era
carismática y por lo general siempre me decía que fuera inteligente, leyera mucho y
cuando fuera grande intentara ingresar a la Universidad Nacional. Al inicio nunca
entendía el porque de decirme que ingresara a la universidad, posiblemente porque
de pequeño uno no entiende la magnitud de dicha universidad.

Desde que ella falleció la relación familiar fue en declive constante, mi madre peleaba
mucho con mi tío y mi abuelastro intentaba llegar después de las 11pm para no llegar
en las discusiones. Yo por mi parte intentaba quedarme fuera de casa o dormir en
parques para no sentir esa incomodidad del ambiente. Empezó a irme muy mal en el
colegio privado en el que estaba hasta el punto de que me expulsaron de él. En ese

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momento ingrese a un colegio público llamado “Ricaurte”. Ingrese en noveno grado,
siempre estaba muy solo, me incomodaban las típicas conversaciones de la gente e
intentaba escapar de la realidad escuchando música clásica (inculcada por mi abuela)
y techno, como gusto propio.

Después de un tiempo, grado once para ser más exacto, empecé a consumir marihuana
constantemente, prácticamente todos los días, en primer periodo de las 13 materias
que tenía logré pasar solo 1 que a modo de curiosidad era la más difícil y solo 5
personas logramos pasar. Desde allí mi tío se puso en estado de alerta y logro
enterarse por medio de una profesora de que yo estaba consumiendo marihuana,
tuvimos una discusión muy fuerte y aunque no considero que la marihuana genere
adicción en los consumidores, asumieron que yo era adicto a ella y que necesitaba
tratamiento, por ello a la fuerza me internaron en una clínica psiquiátrica llamada
“Nuestra señora de la Paz”, a pesar de que por ver esos resultados de manera
autónoma llevaba 2 semanas sin consumir.

Dentro de dicha clínica no sé porque, posiblemente por lo alterado que me encontraba


cuando me llevaron allí, los médicos intuyeron que yo tenía esquizofrenia. Duré
internado 6 días dentro de la clínica y por lo general pude ver muchas cosas que me
generaron curiosidad entre ellas la amplia amalgama de personas que allí se
encontraban y los diferentes tipos de actitudes de los individuos, unos debido a
enfermedades mentales, otros debido a consumo de sustancias psicoactivas, unos por
conductas suicidas y por último una que otra persona que consideraba ese lugar como
un sitio de “reposo” a sus actividades cotidianas.

Recuerdo que el primer día me recibió con mucha cordialidad un señor de 42 años
llamado Andres Rengifo, quien se encontraba allí por un supuesto “trastorno de ira”,
digo supuesto trastorno porque a pesar de que no estaba medicado nunca lo vi en un
estado de alteración, solo en un instante en que tuvo una cita con su medico y familia y
estos le decían que debía quedarse muchos más días allí, entiendo su comportamiento
y no lo veo como un trastorno porque siento que cualquier persona sensata
respondería así si le dijeran que debería quedarse más días en ese lugar.

Ese fue mi primer contacto con el lugar, el cual a primera vista no parecía tan duro y
en parte lo vi como un lugar donde podría descansar de la sociedad un tiempo y de mi
ambiente familiar. Recuerdo tanto que Andres me decía que “cualquier ser humano
que, entre acá, sea joven, sea viejo, sea lo que sea, se quiebra al segundo día, porque
esto es peor que una cárcel, por lo menos en una cárcel te dejan hacer ejercicio o algún
tipo de actividad” y efectivamente al segundo día entendí sus palabras, prácticamente
las viví.

Estar en un estado de inactividad desde las 6am a las 6pm, sin poder hacer
absolutamente nada, solo caminando de un lado al otro de un pasillo, sin poder leer,
sin poder hacer algún tipo de actividad física, sin poder recostarse siquiera o dormir,
causa un desequilibrio emocional, pienso que tal vez lo hacen para ver tus limites,
hasta que punto puedes llegar. Lo único que realmente se podía hacer para evitar

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sentirse peor, era ir a un lugar donde según Andres no había cubrimiento de las
cámaras, un lugar en una ventana con barrotes en la cual podías simplemente
quebrarte sin que nadie te viera, llorar y pensar en lo vacío que te sentías y lo
inservible que pensabas que eras.

Posiblemente la persona, o personas si es el caso, que lean esto no lo comprendan,


porque no lo han vivido, pero es algo que a nadie le deseo. También creo que más de
una persona salía peor de allí que lo que habían ingresado, pero eso conllevaría a un
análisis más profundo de la problemática.

Para finalizar, contare lo que paso después de ello. Después de analizar y ver
constantemente lo que pasaba dentro de la clínica empezaba a pensar nuevamente en
el “porque” de todos sus actos, esta vez en los que estaban “locos” y en los que decían
estar “cuerdos”, es por ello que desde que salí empecé a leer sobre psicología y
después sobre cosas superficiales de sociología, empecé a entender muchas cosas y
desde allí entendí que lo que deseaba estudiar era Sociología, y con base en lo que viví
y logre entender con mi abuela, supe que el lugar donde debía estudiar, era la
Universidad Nacional de Colombia.

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