Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Dentro del ecosistema de startups y emprendedores, las aceleradoras siempre han sido
una pieza interesante porque influyen en el desarrollo de una empresa y la conectan con
clientes e inversores. En el caso de España, el boom de aceleradoras de startups lo
vivimos durante la crisis económica. Un contexto que vio nacer a Plug&Play Spain en
2012 con una potente propuesta de conexión de las startups aceleradas con Silicon
Valley.
Como en todo boom, habrá una crisis y se regulará el mercado. Sobra un alto porcentaje
de aceleradoras e incubadoras. Cada vez los emprendedores están aprendiendo más y se
dan cuenta de dónde no deben acudir y estoy seguro que muchas cerrarán.
Afortundamente, se está generando ecosistema y va tirando siempre que haya iniciativas
que aporten valor - Rubén Colomer, cofundador de Plug&Play Spain
Una aceleradora es una entidad pública y/o privada que, a través de un programa
periódico, trabaja con negocios de rápido crecimiento para acercarlos al mercado, captar
clientes y hacerlos crecer en un período de tiempo acotado (unos 4 a 8 meses). En este
sentido, la aceleradora ofrece contactos comerciales, inversión, mentorización y
tutorización para hacer crecer el negocio.
Durante el programa de aceleración intentamos ver los puntos débiles y los fuertes de
cada startup e intentamos potenciar los buenos y mitigar los malos con formación y
mentores que puedan darles consejo. El programa está estructurando en unas fases
concretas para que puedan ir creciendo poco a poco a medida que adquieren más
conocimientos. Todo está estructurado y no se deja nada al azar.
En el año 2010 llegaría Business Booster. La siguiente iniciativa en llegar fue Wayra en
2011 por parte de Telefónica y luego le seguiría Plug&Play en 2012 con una propuesta
de conexión con Silicon Valley.
A partir de ahí, vivimos un gran boom de iniciativas tanto públicas como privadas y
hemos visto el nacimiento de iniciativas como Lanzadera, Orizont, Conector, Berriup,
Impact Growth o SeedRocket y también hemos visto aceleradoras efímeras que no han
pasado más allá de una o dos ediciones.
Mapa de
incubadoras y aceleradoras en España según la base de datos de StartupXplore
Desde que empezó el boom de las aceleradoras en 2010-2011 ha habido de todo. Con el
paso del tiempo las primeras que se crearon han sido las mejores porque las hicieron
emprendedores con una finalidad muy clara y un compromiso de servicio que
contagiaron a otros emprendedores para que actuaran de mentores - José Luis Antúnez
Sobre el exceso, Enrique Penichet, fundador de Business Booster (la aceleradora más
veterana en seguir en funcionamiento), nos señalaba el dilema de la "calidad" frente a la
"cantidad":
El exceso sin control es malo. Dentro del saco de aceleradora entran muchas cosas, y se
lo ponemos difícil al emprendedor para que distinga unas cosas de otras
Si atendemos al modelo de negocio, una aceleradora puede ser 100% gratuita, puede
tomar una participación en la empresa a cambio de los servicios prestados (y puede que
también inyección de capital en la empresa) o, incluso, pueden tomar comisión de las
inversiones que consigamos, por ejemplo, en su demo day.
Si una aceleradora se queda con una parte de la propiedad de la startup, los servicios
prestados y el dinero que inyecta en la empresa son una inversión a futuro que se espera
rentabilizar (caso de Plug&Play, por ejemplo). Es decir, aumentar el valor de la
compañía y conseguir una venta (exit) como fue el caso de Ducksboard.
Oficinas de
Plug&Play Spain - Imagen: Eva Mañez - Plug&Play Spain
Quién está detrás y su motivación es importante porque tiene impacto directo en los
resultados de los programas y en lo que se puede aportar a las compañías que se
aceleran, tal y como nos comentaba José Luis Antúnez, emprendedor con experiencia en
la selección de startups en fases tempranas:
Cuando vino el peor momento de la crisis se apuntaron las instituciones públicas, las
educativas y las grandes multinacionales con la esperanza de ayudar y que la mayoría de
veces escondía la necesidad de ocupar espacios vacíos y el postureo de que la
relacionasen con estar contribuyendo a la innovación. Ahí es cuando empezó el
cachondeo:
Creo que han hecho mucho daño los programas que decían que aceleraban o incubaban
porque daban al emprendedor una mesa y ponían a mentorizar a gente que no había
tocado una startup en su vida... pero como he dicho creo que el mercado es muy listo, y
esas aceleradoras/incubadoras sólo recibirán a los incautos o a los proyectos de peor
calidad, lo que en la práctica es hacerlas irrelevantes, ya que son más bien "des-
aceleradoras"
Como en todas las modas, hay mucha gente dispuesta a subirse al carro. Ya sabes, en la
época de los buscadores de oro los que se forraron no eran los buscadores sino los que
vendían las palas. Y no hay nada malo en beneficiarse mientras aporte más valor de lo
que cuesta.
Que una startup pase por una aceleradora, en teoría, debería aportar valor.
Para mi, lo ideal, es un balance sano entre el apoyo y mentorización del emprendedor y
el dejar que experimente y busque su propio camino... y todo ello, a cambio de un nivel
razonable de equity y con cierto apoyo en cash, idealmente.
Los "mentores" que nunca han "tocado balón" y todo lo que saben de startups es porque
se han leído el libro "Lean Startup" son rápidamente desenmascarados por los nuevos
emprendedores, que ya se saben mucha parte de la teoría pero quieren a gente que de
verdad les ayude con su negocio.
Los proyectos buenos son muy exigentes... y se irá abriendo cada vez más el balance
entre las aceleradoras que aportan valor, que cada vez trabajarán mejor y tendrán
mejores proyectos y las que no, que cada vez irán desposicionándose más.
Según nos comentaba Javier Megías, el reto no estaba tanto en la especialización como
en la búsqueda de la excelencia en las propias aceleradoras:
No se trata tanto de que no tengan más sentido los programas de aceleración generales u
horizontales, sino que deben mejorar y mucho. Ahora tienen que competir con
aceleradoras cada vez mejores y ayudar a escalar a emprendedores que ya "se las saben
todas".
José Luis Antúnez sí que veía en la especialización una manera de conectar con los
motores económicos de cada ciudad o región:
En ciudades de 2-3 millones de habitantes como Madrid y Barcelona que hay talento,
dinero y formación tiene sentido que haya 1 o 2 aceleradoras generalistas muy buenas.
No creo que haya espacio ni capacidad para que haya más de calidad, aunque también
sería recomendable una especialización. En este aspecto, a Barcelona se le relaciona
más con e-commerce y a Madrid cuesta relacionarla claramente con un sector.
Valencia, Sevilla, Bilbao... para competir con las dos grandes ciudades e
internacionalmente creo que sería más inteligente y realista que apostaran por una
verticalización acorde al tejido industrial de cada una.
Creo que la gran asignatura pendiente en España son los corporate... y no sólo como
iniciativa de marketing sino por un entendimiento claro del tremendo valor que aportan
las startups a una gran empresa: no sólo como inversión o compra, sino sobretodo como
proveedores. Aunque parece que sea "dogma", los emprendedores no necesitan
inversión, lo que necesitan son clientes que paguen y crezcan con ellos.
Impact Growth, que es de gestión privada, está financiada por fondos europeos y
ofrece 100.000 euros a fondo perdido a las compañías aceleradas.
A priori, podría dar la impresión que el programa tendrá de vigencia lo que duren los
fondos; sin embargo, hay compañías que también se han sumado buscando innovación
y, quizás, podrían convertir el programa en algo sostenible si les aportase valor (pero es
algo que habrá que comprobar con el tiempo).
Javier Megías
(derecha), inversor y fundador de la plataforma StartupXplore en el 9º Expo Day de
Plug&Play Spain. Imagen: Eva Mañez - Plug&Play Spain
Poder encontrar ese encaje, es lo que se busca. Que el corporate se beneficie de ello y la
startup pueda arrancar rápidamente con un piloto y, si funciona, tener una gran cartera
de clientes, que le reportará un beneficio.
Las aceleradoras no siempre provienen de los corporates directamente. Puede ser que,
como hicimos nosotros con Banco Santander, una aceleradora externa que le monte el
programa usando la metodología que ya ha utilizado y probando con startups.
Otros ejemplos que han surgido desde el lado corporativo son el BarLab de Mahou, The
Chivas Venture, Pascual Startup, Cuatrecasas Acelera o CorreosLabs; iniciativas que
parece que comienzan a dejar de lado la RSC pero que, para parte del sector, están más
cercanas al marketing que a la búsqueda de innovación como señalaba Enrique
Penichet:
Hay muchas aceleradoras que se limitan a los impactos en Marketing. Es decir, el fin de
la aceleradora no es es acelerar el proceso de creación de empresas, sino el impacto
mediático y aparecer en la foto porque da buenos resultados en prensa y para el
branding...
Sin embargo, en algunos casos ya se está volviendo en su contra, pues los malos
resultados de las empresas aceleradas genera un efecto boomerang negativo.
De hecho, esta unión entre privados y también con lo público puede ser una vía de
futuro pero, evidentemente, debe haber unión. ¿Tiene sentido que Bankia, Banco
Santander y BBVA compitan por las startups de fintech? La realidad es que cada banco
ofrece su programa de aceleración propio cuando, quizás, deberían unirse porque puede
que no haya tantas startups para acelerar tal y como nos señalaba Javier Megías:
Tras tres años trabajando con startups, siempre he tenido claro que acelerar es un
"trabajo de sastre"; es decir, es un trabajo personalizado y de calidad, no de volumen.
Por tanto, igual que vivimos un boom de aceleradoras, asistiremos a una reducción de
las mismas.
Ahora, existe una saturación de programas de aceleración en los que una vez vencido el
plazo de aceleración la vinculación o seguimiento es residual.
Esto hace que las nuevas que llegan al mercado para distinguirse deban focalizarse en
un sector o segmento, para así llamar la atención de ese público y a la vez especializarse
para agregar valor. Enrique Penichet - Fundador de Business Booster
El futuro de las aceleradoras pasará por una brecha cada vez mayor entre las
aceleradoras que juegan en "liga de campeones" y las de "segunda división".
Rubén Colomer de Plug&Play Spain nos resumía la decisión que han tomado de
"hacerse a un lado" de la siguiente forma:
Llevamos ya 5 años y medios acelerando startups. Durante este tiempo, año tras año, los
emprendedores saben más, son emprendedores que emprenden por segunda vez o que
ya han fracasado. Tienen además un ecosistema que les es propicio, hay mucho capital,
público y privado y los inversores son muy accesibles. Lo que aportábamos al principio,
ahora tiene menos valor. Además hemos invertido y/o acelerado más de 75 startups,
invirtiendo más de 3 millones de euros.
Si encima hay iniciativas que lo único que hacen es aprovecharse de los emprendedores
y más que acelerar, frenan o desaceleran, lo que ocurre es que se crea una mala
reputación en general de las aceleradoras, algo que no es justo. Hay muchas
aceleradoras haciendo muy bien las cosas, y hay otras que ensucian el trabajo del resto.
Si unimos que cada vez aportamos menos de lo que nos gustaría al ecosistema, y que
además, como todo fondo habrá que buscar el retorno. ¿Porque no hacerse a un lado y
dejar pasar a otras iniciativas?, creo que es lo más sensato.