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LIBERTAD U LA MUERTE.

EJERCITO INDIGENA.

Hoy el primero de enero, mil ocho ciento cuatro, el General en jefe del ejército
Indígena, acompañado por los Generales, Los jefes del ejército, convocados al
efecto de tomar las medidas que deben tender a la felicidad del país.
Después de haber hecho conocer a los Generales reunidos, sus verdaderas
intenciones, de asegurarles para siempre a los Indígenas de Haití, un Gobierno
estable, un objeto de su más viva soledad, lo que hizo por un discurso que
tiende a hacer conocer las potencias Extranjeras, la resolución de devolver el
país independiente, y de gozar de una libertad dedicada por la sangre del
pueblo de esta Isla, y después de haber recogido las opiniones, pidió que cada
uno de los Generales reunidos pronuncio el juramento de renunciar para
siempre a Francia, de morir más bien que de vivir bajo su dominación, y de
combatir hasta el último suspiro para la independencia.
Todos Generales, convencidos de estos sagrados principios, después de haber
dado unánimemente su adhesión al proyecto bien manifestado por
independencia, juraron la posteridad, el universo entero, de renunciar para
siempre a Francia, y de morir más bien que de vivir bajo su dominación.
Hecho en Gonaïves, este primero de enero de 1804 y primer día de la
independencia de Haití.
Firmados,DESSALINES, Jefe General, Christophe, Pétion, Clerveaux, Geffrard,
Vernet, Garbart, Generales de División, P. Romain, E. Gerin, F. Capois, Daut,
Jean Louis-François, Ferou, Cangé, L. Bazelais, Magloire Amboise, J. Jacques
Herne, Toussaint Brave, Yayou, Generales de la Brigada, Bonnet, F. Papelier,
Morelly, Chevalier, Marion, Generales-Adjuntos, Magny, Roux, Jefes de
Brigadas, Chareron, B. Loret, Quené, Makajoux, Dupuy, Carbonne, Diaquoi aîné,
Raphael, Malet, Derenenoncpurt, Oficiales del ejercito, et Boisrond Tonnerre,
Secretario.
EL JEFE GENERAL, AL PUEBLO HAITIANO.
CIUDADANOS,
No es bastante haber expulsado de su país los bárbaros que lo ensangrentaron
desde hace dos siglos, no es bastante haber puesto un freno en las facciones
siempre renacimientos se jugaban de paso a paso del fantasma de libertad al
que Francia exponía en sus ojos, nos hace falta por un último acto de autoridad
nacional, asegurar jamás tiene el imperio de la libertad en el país que nos vio
nacer, hay que encantarle al gobierno inhumano que tiene desde hace tiempo
nuestros espíritus en el torpor más humillante, toda esperanza de nosotros
reaservir, hay que en fin vivir independiente u morir.
Independencia u la muerte… que nos reúnen esas sagradas palabras, y sean una
señal de los combates y de nuestra reunión.
Ciudadanos, mis compatriotas, reuní en este día Solemne a estos militares
valientes, que, en vísperas de recoger los últimos suspiros de la libertad,
prodigaron su sangre para salvarla, estos Generales que guiaron sus esfuerzos
contra la tiranía, no hicieron todavía bastante en absoluto para su felicidad el
nombre francés lúgubre todavía nuestras regiones.
Todo vuelve a trazar allí el recuerdo de los despiadados de este bárbaro pueblo,
nuestras Leyes, nuestras costumbres, nuestras ciudades, todavía todo lleva la
huella francés, digo, existe en nuestra Isla, y ustedes se consideran libres e
independiente de esta República que ha combatido todas naciones, es cierto,
pero que jamás venció las que quisieron ser libres.

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