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Leg n° 97580/7
El mundo popular urbano, en la década del setenta, comienza a atravesar una serie de
cambios estructurales que tienen una fuerte incidencia por ambos lados (“arriba” y
“abajo”) en las transformaciones que caracterizan al peronismo y que le permite su
persistencia y adaptación. Desarrollaremos esto utilizando los textos de Svampa y
levitsky y como cada autor interpreta la experiencia del peronismo.
Podemos comenzar por Levitsky, quien piensa las transformaciones del peronismo
desde un enfoque organizacional al Partido Justicialista (desde ahora PJ). Para este,
las transformaciones “por arriba” comienzan a partir de la vuelta a la democracia en
1983, donde se presenta un cambio coalicional y cambios dentro del PJ, se produce
un proceso que les quita centralidad dentro del PJ.
El primer objetivo lo logra apelando a las clases medias e independientes, por lo cual
buscaron una reformulación de la imagen y estrategia electoral dentro del PJ. Esta
estrategia tenía diversos componentes, entre los cuales se encontraba: la distancia
respecto a los sindicatos, se trató que pasaran a un segundo plano; el PJ adopto un
perfil políticamente liberal y socialmente progresista, asumió una clara posición de
defensa de la democracia y los derechos humanos. Además, se cuidaron de presentar
una imagen democrática de la política interna del partido, oponiendo lo que
denominaron el “nuevo peronismo democrático” a la “prepotencia” de los antiguos
dirigentes.
El segundo objetivo, intenta lograr que los dirigentes del PJ empezaran a buscar
nuevas fuentes de recursos que no fueran los sindicatos, y hallándola en el Estado con
la obtención de cargos que brindaron acceso a recursos de patronazgo. En parte, se
generó una fragmentación política-organizativa del sindicalismo que establecían
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Encina, Marian. Leg n° 97580/7
alianzas individuales con los jefes del partido o creando sus propias agrupaciones
políticas.
Durante los noventa en plena reforma neoliberal, la persistencia del peronismo “desde
abajo” fue acompañada de grades transformaciones vaciado de su contenido
fundacional, este dejo de ser una contracultura política y paso a expresar una lógica
de dominación, asentada casi exclusivamente en las multiplicadas formas de
clientelismo afectivo que se fue convirtiendo en una manera estable de definición del
vínculo político “desde abajo” en el periodo pospopulista. El peronismo dejo de ser el
principio de articulación entre una identidad obrera, un sentimiento nacional y una
conciencia popular, reduciéndose a un dispositivo de control y dominación política de
los sectores populares, por medio de las nuevas y diferentes formas de intervención
territorial. Hay un triunfo del peronismo en su versión neoliberal menemista. Se
produzco un distanciamiento de la política (peronista), del sindicato y del trabajo en si
con la cual solo se mantiene una relación instrumental.