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Querido hijo, Mi Sagrado Corazón siempre ha cargado con todos los pecados del
mundo por amor y misericordia. Siempre la Santísima Trinidad ha querido renovar la
alianza con su pueblo, pero siempre son infieles a nuestra alianza de amor. En La
Salette enviamos mi Padre y Yo en el Espíritu Santo a mi amada Madre para encender
nuevamente la llama del amor y de la fe, haciéndoles un llamado esperanzador al
mundo y a mi Iglesia, pero ningún profeta es aceptable en su pueblo. Mis profetas no
son aceptados en mi Iglesia porque muchos corazones pretenden dirigir mi Iglesia con
las experiencias y no con la acción de mi Espíritu Santo, racionalizando todas las
gracias y mis gracias no son para la razón, sino para que ya sean acogidas con fe en
corazones amorosos. Solo aquellos que tengan amor santo, reconocerán el amor
santo en las manifestaciones de mi amada Madre y en las palabras que le transmito.
Dos grandes ejércitos hay en mi Iglesia: los que creen y aceptan el mensaje y los que
rechazando mi Espíritu Santo, se alejan cada vez más de mí santuario dejando sola mi
casa.
Ora. Te amo y tengo esta obra en mis manos, porque es de mis manos y no del
mundo y como no es del mundo será siempre perseguida. Al final será el grupo fiel
que se levante, viviendo fieles y preparando conmigo mi Reino Eucarístico Mariano en
el mundo. Te bendigo, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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las Lágrimas, dando un mensaje de mucha actualidad para hoy a toda la humanidad y
a toda la Iglesia. Un mensaje en el cual puso de relieve los ataques que la Iglesia,
Nuestra Santa Madre la Iglesia, va a enfrentar, está enfrentando y va a enfrentar. Y
también María nos alertó a todos los cristianos, a estar justamente vigilantes, a estar
preparados velando y en oración.
Este mensaje que dio María en La Salette, Juan Pablo II (gran Papa y gran amante de
María), lo llamó el corazón de las profecías, porque en La Salette, María Santísima
comenzó esa labor de profeta, profetisa de los últimos tiempos, donde explicita el libro
del Apocalipsis de San Juan y también las profecías de Daniel relativas a estos últimos
tiempos. Una labor que luego María desarrollaría en otras apariciones (también
aprobadas por la Iglesia), como en Knock en Irlanda, Fátima en Portugal, Ámsterdam
en Holanda, Akita en Japón, Civitavecchia en Italia etcétera.
María reveló en La Salette unos sucesos que ya estamos viviendo y por tanto María,
nos advirtió de ese misterio de iniquidad que está ya actuando, ese humo de Satanás,
que está ya presente y cómo contrarrestarlo, en esta batalla espiritual que estamos
viviendo. Y ella nos llamó a la conversión, a la oración diaria del Santo Rosario, a la
penitencia, a la mortificación, al ayuno, a la adoración y reparación ante el Santísimo
Sacramento del Altar, a una comunión diaria y como no, a una aceptación de la
voluntad de Dios en nuestras vidas. Es así como ella, a partir de La Salette, ha ido
formándose un Ejército Mariano. Un ejército que ella ya denomina los apóstoles de los
Últimos Tiempos, de los cuales ya habló San Luis María Grignon de Montfort y
prometió que, con ese Ejercito Mariano pisaría la cabeza del Gran Dragón y que
después de ese sufrimiento purificador de la Gran Tribulación, llegaría ese Reinado de
amor y de paz del Sacratísimo Corazón de su hijo. En cualquier caso, la Virgen dio en
La Salette, unos avisos, la verdad que severos, pero también proyectó, sobre los
acontecimientos presentes, una luz tal, que actualmente para la Iglesia, la verdad está
al día y aunque esa hora de la pasión de la Iglesia que María nos avisa que estamos
ya en ciernes, yo diría que ya en el Getsemaní, María en La Salette termina con un
mensaje de mucha esperanza, un mensaje de resurrección: unos cielos nuevos, una
tierra nueva, el fin del mal y el comienzo de ese Reinado del Corazón Eucarístico de
Jesús, en el cual su Hijo será realmente Adorado, Servido, Glorificado por todos los
hombres.
Un poco de Historia...
Este gran acontecimiento ocurrió en una meseta montañosa, al sudeste de Francia,
cerca del poblado de La Salette. En la quebrada, en donde habían hecho la siesta,
Melania y Maximino vieron un globo de fuego. Melania pregunta a Maximino si él ve lo
que ella está viendo. ¡Oh Dios mío! - exclamó Melania - Vieron a una Señora que
estaba sentada en una enorme piedra. Tenía el rostro entre sus manos y lloraba
amargamente. Ella les dijo que no tuvieran miedo. Agregó que tenía importantes
nuevas que comunicarles. Sus suaves y dulces palabras, hicieron que los jóvenes se
acercaran. Melania cuenta que su corazón deseaba adherirse al de la bella Señora. La
Señora era alta y de apariencia majestuosa. Su vestido era de color dorado, pues
estaba hecho de una tela no material. Sobre sus hombros un precioso chal blanco con
rosas de diferentes colores. De su cuello colgaba una cadena con un crucifijo. Sobre la
barra del crucifijo colgaban de un lado el martillo y del otro las tenazas. En sus
preciosos ojos había lágrimas que rodaban sobre sus mejillas.
La señora dijo:
Los sacerdotes, ministros de mi hijo. Los sacerdotes, por su mala vida, por sus
irreverencias, por su impiedad en celebrar los santos misterios y por su amor al dinero,
a los honores y a los placeres, se han convertido en cloacas de impureza. Si, claman
venganza y la venganza está suspendida sobre sus cabezas. Maldición a los
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sacerdotes y a las personas consagradas a Dios que con sus infidelidades y su mala
vida crucifican de nuevo a mi Hijo. Los pecados de las personas consagradas a Dios,
claman al cielo y piden venganza y ésta se halla suspendida sobre sus cabezas,
porque nadie implora ya misericordia y perdón para el pueblo, porque no hay personas
dignas de ofrecer la víctima inmaculada al eterno, por el mundo.
Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, han desdeñado la oración y la
penitencia y el demonio les ha ofuscado la inteligencia. Se han transformado en
estrellas errantes, que el viejo diablo arrastrará con su cola para hacerlos perecer.
Dios, permitirá a la vieja serpiente, sembrar la división entre los reinantes, en todas las
sociedades y en todas las familias. Se padecerán males físicos y morales. Dios
abandonará a los hombres a sí mismos y enviará castigos que se sucederán durante
más de 35 años. La sociedad está en vísperas de los más terribles azotes y de los
más grandes acontecimientos. Se verá obligada a ser gobernada por una vara de
hierro y a beber el cáliz de la cólera de Dios.
Italia será castigada por su ambición de querer sacudir el yugo del Señor de los
señores; también será entregada a la guerra. La sangre correrá por todas partes, las
iglesias serán cerradas o profanadas. Los sacerdotes, los religiosos, serán
perseguidos; se les hará morir y de una manera cruel. Muchos abandonaran la fe y el
número de los sacerdotes y religiosos que apostataran de la verdadera religión será
grande (entre ellos también habrá obispos). Que el Papa esté en guardia contra los
hacedores de milagros, porque ha llegado el tiempo en que los prodigios más
asombrosos tendrán lugar sobre la tierra y en los aires.
Lucifer y un gran número de demonios serán soltados del infierno. Poco a poco,
abolirán la fe, hasta en las personas consagradas a Dios; la segarán de tal modo, que
salvo el caso de una gracia particular, esas personas tomarán el espíritu de esos
malos Ángeles. Muchas casas religiosas, perderán totalmente la fe y se perderán
muchas almas. Los malos libros abundarán sobre la tierra y los espíritus de las
tinieblas difundirán por todas partes, un relajamiento universal para todo lo que se
relacione con el servicio a Dios. Adquirirán un enorme poder sobre la naturaleza.
Habrá iglesias al servicio de esos espíritus malos. Algunas personas serán
transportadas de un lugar a otro por los mismos y entre ellas algunos sacerdotes por
no seguir el buen Espíritu del Evangelio qué es Espíritu de humildad, caridad y celo
por la Gloria de Dios. Resucitarán algunos muertos y justos, es decir, que esos
muertos, tomarán la figura de almas justas que habían vivido sobre la tierra, para así
mejor seducir a los hombres; esos, diciéndose muertos, resucitados, no serán otra
cosa que el demonio bajo sus figuras y predicarán otro Evangelio, contrario al de
Jesús, negando la existencia del cielo y también las almas de los condenados. Todas
esas almas aparecerán, como unidas a sus cuerpos y se verán por doquier prodigios
extraordinarios, porque la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz alumbra el
mundo.
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eclesiásticos serán abolidos y pisoteados serán, todo orden toda justicia. No se verán
más que homicidios, odio, envidia, mentira y discordia, sin amor por la patria ni por la
familia.
El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él hasta el fin, para recibir su sacrificio.
Los malvados atentarán muchas veces contra su vida, sin poder hacerle daño, pero ni
él, ni su sucesor verán el triunfo de la Iglesia de Dios. Los gobernantes civiles tendrán
todos, unos mismos designios, que será abolir y hacer desaparecer todo principio
religioso, para dar lugar al materialismo, al ateísmo, al espiritismo y a toda clase de
vicios. Se verá la abominación en los lugares santos, en los conventos, las flores de la
Iglesia estarán corrompidas y el demonio se erigirá en rey de los corazones. Que los
que se hayan a la cabeza de las comunidades religiosas presten atención a las
personas que han de recibir, porque el demonio empleará toda su malicia para
introducir en las órdenes religiosas a personas entregadas al pecado y los desórdenes
y la pasión por los placeres carnales serán difundidos por la tierra.
Francia, Italia, España e Inglaterra, estarán en guerra. La sangre correrá por las calles.
El francés luchará contra el francés, el italiano contra el italiano. A continuación habrá
una guerra general que será espantosa. Por un tiempo, Dios se olvidará de Francia y
de Italia, porque el Evangelio de Jesucristo no es ya conocido. Los malvados
desplegarán toda su malicia. Hasta en las casas habrá muertes y matanzas mutuas.
Un precursor del Anticristo, con sus tropas de muchas naciones, combatirá contra el
verdadero Cristo, el único Salvador del mundo; derramará mucha sangre y querrá
destruir el culto a Dios para que se le considere a él como Dios, La tierra será azotada
por toda clase de plagas. Aparte de la peste y el hambre, que serán generales, habrá
guerras hasta la definitiva que entonces será hecha por los diez Reyes aliados del
Anticristo, todos los cuales tendrán un mismo propósito y serán los únicos que
gobernarán el mundo. Antes que esto ocurra, habrá una especie de falsa paz en el
mundo. No se pensará más que en diversiones. Los malos se entregarán a toda suerte
de pecados, pero los hijos de la Santa Iglesia, los hijos de la fe, mis verdaderos
imitadores, crecerán en el amor de Dios y en las virtudes que me son más queridas.
Dichosas las almas humildes conducidas por el Espíritu Santo. Yo combatiré con ellas,
hasta que lleguen a la plenitud de la edad.
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La naturaleza clama venganza contra los hombres y se estremece de espanto a la
espera de lo que debe ocurrir en la tierra manchada de crímenes. ¡Temblad, tierra y
vosotros qué hacéis profesión de servir a Jesucristo y que íntimamente os adoráis a
vosotros mismos!. ¡Temblad!, pues el Señor va a entregaros en manos de su enemigo,
porque los lugares santos han sido corrompidos y muchos conventos ya no son casas
de Dios sino establos de Asmodeo y de los suyos. Será en esa época, que nacerá el
Anticristo, de una religiosa hebrea, de una falsa Virgen que tendrá trato con la vieja
serpiente (señora de la impureza). Su padre será obispo. Al nacer, vomitará
blasfemias y tendrá dientes. Lanzará gritos horripilantes, hará prodigios; solo se nutrirá
de impurezas. Tendrá hermanos; serán hijos del mal. A la edad de 12 años, llamarán
ya la atención por las ruidosas victorias que alcanzarán. Muy pronto, cada uno de ellos
estará al frente de sendos ejércitos asistidos por legiones del infierno.
Las estaciones serán alteradas, la tierra no producirá más que malos frutos, los astros
perderán el ritmo de sus movimientos y la luna solo reflejará una claridad rojiza; el
agua y el fuego darán al globo terráqueo, movimientos convulsivos y horribles
temblores, que harán desaparecer montañas y ciudades enteras.
Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo. Los demonios del aire,
con el Anticristo, harán grandes prodigios sobre la tierra y en los aires y los hombres
serán más perversos cada día.
Yo dirijo un llamado urgente a la tierra. Yo llamo a los verdaderos discípulos del Dios
vivo que reina en los cielos. Llamo a los verdaderos imitadores de Cristo hecho
hombre, el único y verdadero Salvador de los hombres. Llamo a mis hijos, a mis
verdaderos devotos, a los que se han dado a mí, para que yo los lleve a mí Divino
Hijo. A los que llevo por así decir, en mis brazos. A los que han vivido de mi espíritu;
en fin, llamo a los apóstoles de los últimos tiempos, a los fieles discípulos de
Jesucristo, a los que han vivido en el menosprecio del mundo y de sí mismos, en la
pobreza y en la humildad, en el desdén y en el silencio, en la oración y en las
mortificaciones, en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento y desconocidos
del mundo. Es tiempo ya, que ellos salgan y vengan a iluminar la Tierra. Id y mostraos
como mis amados hijos. Yo estoy con vosotros y en vosotros, siempre que la fe sea la
luz que os ilumine en esos días de infortunio. Que vuestro celo os haga hambrientos
de la gloria de Dios y de la honra de Jesucristo. ¡Combatid hijos de la luz, aunque
pocos en número!, porque he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines.
La Iglesia será eclipsada. El mundo estará consternado, pero ahí estará Enoc y Elías
plenos del Espíritu Santo. Ellos predicarán con la fuerza de Dios y los hombres de
buena voluntad, creerán en Dios y muchas almas serán consoladas. Ellos harán
grandes prodigios por la virtud del Espíritu Santo y condenarán los errores diabólicos
del Anticristo.
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Enoc y Elías, serán martirizados. Roma pagana desaparecerá. El fuego celeste caerá
y consumirá tres ciudades. Todo el Universo será preso del terror y muchos se dejarán
seducir, porque no han adorado el verdadero Cristo, que vivía entre ellos.
¡Ha llegado el tiempo!, el sol se oscurece, solo la fe vivirá. ¡Ha llegado la hora!, el
abismo se abre, he aquí el rey de los reyes de las tinieblas. He ahí la bestia con sus
vasallos, diciéndose el Salvador del mundo. Se remontará soberbio por los aires para
subir hasta el cielo. Será lanzada por el soplo de San Miguel Arcángel, caerá y la tierra
que durante tres días estará en continuas evoluciones, abrirá su seno, lleno de fuego y
la bestia se hundirá para siempre con los suyos, en los abismos eternos del infierno.
Entonces, el agua y el fuego, purificarán la tierra y consumirán todas las obras del
orgullo de los hombres y todo será renovado. Dios será Servido y Glorificado.
Interesantemente ha habido ahora recién, unas cartas de Melania, que es una de las
principales, mayormente vidente de esta aparición de la Santísima Virgen. En una de
estas cartas que fue escrita o escriturada sobre el 22 de septiembre de 1871 de la
misma pluma y de la boca profética de esta vidente, se desprende una interesantísima
disertación y discernimiento para este tiempo, vigente totalmente. Dice:
Entonces, dice, hablando de esta carta escrita por Melania: Él puede detenerse o
puede repetir sus anteriores advertencias para dar lugar al arrepentimiento - dice la
profeta - pero los pecadores no hacen uso de estas oportunidades. En consecuencia
enviará castigos más graves con ansias de mover a los pecadores a la penitencia,
pero todo será en vano. Por último, la obstinación de los pecadores, hará caer sobre
sus cabezas las mayores y más terribles calamidades.
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Esto es, espíritu de profecía, de la vidente Melania.
Hay un extracto de esta carta del 16 de junio de 1872. Dice la vidente, con espíritu
profético:
Interesante. Dice aquí, la vidente, la profeta: que el miedo es el obstáculo más grande
para que los hombres de bien, hagan lo que se supone se debe hacer. No hay más
mal grande sobre la tierra que aquellos que saben hacer el bien y no lo hacen. Le es
contado por doble pecado y doble culpabilidad, dice un Santo.
Un castigo moderado solo sirve para irritar los espíritus, porque consideran todas las
cosas con ojos humanos. Dios puede hacer un milagro para convertir y cambiar la faz
de la tierra sin aplicar su disciplina. Dios obrará un milagro - sin embargo dice - será un
golpe de su misericordia pero después que los impíos se hayan embriagado así
mismos con sangre, el flagelo deberá llegar.
Y aquí hace una serie de reflexiones, bien interesantes, muy actuales para este
tiempo, toda vez que se anuncian cualquier cantidad de calamidades y de eventos, y
se habla de que dentro de los albores del cierre del jubileo de la misericordia, sería la
puerta del inicio de grandes sufrimientos y de grandes castigos. ¡Y a dónde iremos! ¡Y
que pudiéramos hacer! Justo, dice aquí Melania en esta carta, lo siguiente:
¿Qué países serán preservados frente a ese gran castigo? ¿Donde iremos en busca
de refugio?
Yo a mi vez me pregunto. ¿Cual es el país que siga todos los mandamientos de la Ley
de Dios?
¿Habrá acaso algún país? Sin embargo, la Virgen en Fátima dijo, que Portugal no
perdería la fe. Interesante misterio.
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O sea, ¿Habrá lugar físico acaso para podernos ocultar de los castigos que vienen o
que se anuncian que pueden venir?
Pero, cuando hayan llegado al punto sumo de su barbarie, Dios mismo extenderá su
mano para detenerlos y muy poco después se efectuará un cambio completo en todas
las personas que sobrevivan.
Entonces, van a cantar el Tedeum Laudamus, con la más viva gratitud de amor. La
Virgen María, Nuestra Madre, será nuestra liberadora.
¡Oremos, oremos! ¡Nunca cesemos de orar y de hacer penitencia! - Qué fue lo que la
Virgen, repitió en Fátima y en todas las apariciones: Arrepentimiento, penitencia,
conversión.
Oremos por nuestro Santo Padre, el Papa, la única luz para los fieles en estos tiempos
de oscuridad. Pidamos a la buena, a la dulce, a la Misericordiosa Virgen María, porque
estamos en gran necesidad de sus poderosas manos sobre nuestras cabezas.
La Era de María
Hermano Manuel de Jesús
María la mensajera de la verdad en el Espíritu Santo, la Mamá celestial de los
apóstoles de los Últimos Tiempos, al igual que los niños Melania y Maximino, nosotros
los hijos de María vemos a nuestra madre cubrirse su bendito rostro y llorar por los
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pecados de la humanidad, que cada día se vuelve más graves y causan más caos y
sufrimiento a la creación entera. Y nuestra Mamá, sufre con paciencia y en silencio,
esperando que nosotros, sus apóstoles, tomemos con radicalidad y fidelidad su
mensaje y esperando que los pecadores escuchen y se conviertan.
Queridos míos, les quiero activos y en marcha. Vayan a evangelizar. Propaguen por
doquier la obra culmen de Nuestros Sagrados Corazones. Sean activos en mi servicio
y no tengan miedo; sobre todo les pido, ¡Oren!, ¡Oren mucho por los cristianos
perseguidos! Únanse a mi corazón en oración por esas almas. No den paso al
enemigo. Despierten, velen y oren, sean mis apóstoles misioneros. Les amo y les
bendigo desde La Salette. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Amén.
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Hijo, el mundo seguirá sufriendo y lo anunciado sucederá, porque ya no hay mucho
tiempo, pues cuando el tiempo de misericordia avanza, dará paso al tiempo de la
justicia.
Hijitos Míos, Apóstoles de los Últimos Tiempos, sean conscientes de vuestro llamado.
Combatan con compromiso en la batalla espiritual; No tengan miedo pues al final la
verdad, Cristo, y la mensajera de la verdad en el Espíritu Santo, vuestra Madre del
Cielo, triunfarán.
10 de Octubre de 2015
Hijo, el tiempo de Mi Obra está aquí. Ahora vengo desde 1917 en Fátima, iniciando,
reclutando y preparando a Mi Ejército, los hijos y apóstoles de los Sagrados
Corazones Unidos. Este Ejército que anuncié en La Salette.
La Mamá celestial dice que los Apóstoles de los Últimos Tiempos, se levantarán por la
fuerza de su Hijo y darán testimonio y es hoy que la Madre nos pide dar testimonio. Es
hoy que debemos recordar el mensaje de La Salette; La madre profetizó a los niños, la
sequía de aquella región, la tragedia de todos los campesinos, al ver la infertilidad de
la tierra, al ver que no daban frutos, al ver como morían sus cultivos; Pero ahora ese
cultivo ya no es la tierra, son las almas, las almas que ya no dan fruto, las almas que
ya no dan vida, las almas que mueren sin la presencia del Espíritu de Dios y por ende
y por consecuencia, sin la presencia de Jesús y de María. Esas almas es la sequía de
hoy, esas almas es la tragedia de hoy y por esas almas, la Madre quiere levantar a los
Apóstoles de los Últimos Tiempos, que son su Ejército Mariano, que viene formando
como una escuela de amor desde La Salette, abriendo esa cadena matriz, ese cordón
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umbilical materno que nos une desde La Salette, que nos une en Fátima, en
Garabandal, en Medjugorje, ahora con los llamados de amor y conversión, siendo un
solo cordón maternal que nos une a su Vientre Inmaculado, sencillamente para
instruirnos y decirnos: los quiero formar como los verdaderos apóstoles del Corazón
de Mi Hijo.
Que nuestra mamá nos ayude a vivir sus mensajes, nos ayude a ser apóstoles de La
Salette, de Fátima, de Medjugorje, Apóstoles de los Sagrados Corazones Unidos de
Jesús y de María. Fiat Fiat Fiat Mamá. Amén.
Hijo, ven conmigo a La Salette, donde Mi Madre y yo fuimos enviados por nuestro
“Abba” para dar, a través de sencillas almas, un mensaje de conversión y
amonestación. El don de La Salette, es un don de exhortación y conversión. Es un
mensaje de radicalidad y fidelidad, un mensaje fiel y verdadero, un mensaje urgente e
importante para este tiempo.
Pidan especialmente por Medio Oriente y el pueblo cristiano. Oren por la Iglesia que
sufre. No callen. Si callan, las piedras hablarán. Digan la verdad.
Pequeño, te escogí para recordar mis últimos llamados al mundo. No estás solo. No
caminas solo. Confía y se fiel. Mi madre de La Salette, dice: salgan a iluminar el
mundo Apóstoles de los Últimos Tiempos.
¡En guardia!
Llamado de Amor y Conversión del Corazón Doloroso e Inmaculado de María. 18
de Octubre de 2015
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Preparo a mi Ejército, desde la Salette. Preparo a mi Ejército, para la gran batalla, que
enfrentan ahora la justicia y el pecado. Una batalla terrible de guerra espiritual y
división. La Iglesia es sacudida pero no será vencida.
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