Sei sulla pagina 1di 8

Lana Lichfield

Para mi nació don Quijote, y yo para él

Como el libro más vendido en todo el mundo, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La

Mancha ha capturado los corazones de lectores durante siglos. La pregunta es: ¿por qué? ¿Por

qué ha sobrevivido la prueba del tiempo? Aunque han pasado 412 años desde que el libro de Don

Quijote fue publicado, el Quijote sigue aplicándose a la vida de hoy. Más que enseñarnos de la

historia de España durante el siglo de oro, el Quijote nos enseña sobre el deseo, la libertad, la

naturaleza humana, y representa la vida como es: loca, impredecible, amarga y dulce, grosera y

sagrada, larga y corta. El Quijote nos hace hacernos preguntas existenciales. El Quijote solo

dejará de ser pertinente a la vida cuando los humanos dejen de ser humanos.

El libro empieza con un hombre, Alonso Quijano, que lee libros de caballería hasta que

“se le secó el celebro”. (Cervantes, 21) No más satisfecho con solo leer sobre las aventuras, él

quería vivirlas. Eso es un ejemplo perfecto de la filosofía de René Girard, un filósofo francés.

Según Girard, como humanos tenemos un talento para imitar al mundo que nos rodea. Tenemos

este deseo innato para imitar a las personas, pero Girard sugiere que llegamos a imitar los deseos

de las otras personas también. Por ejemplo, Alonso Quijano fue imitando los deseos de Amadís

de Gaula (el autor de los libros de caballería). Eso se llama “mediación externa” y es tan

pertinente hoy en día como lo fue en la época de don Quijote. Eso es lo que vemos en la

publicidad de un producto. Por ejemplo, cuando Justin Bieber habla de cómo le encanta Pro-

Active, o cuando Katy Perry nos ruega comprar los cosméticos de Covergirl, todo es según la

idea de que vamos a quererlo más si ellos lo quieren primero. Solo al verlos a ellos quererlo nos

hace imitar el deseo en nosotros mismos. (Fleming, 17-18) Es evidente entonces que muchos de

nuestros deseos no vienen de nosotros sino de nuestros padres, amigos, el medio, los libros que

leemos, y la música que escuchamos. Nuestros deseos son construcciones de todo lo que vemos,
Lana Lichfield

escuchamos, y creemos. Son increíblemente flexibles. Por ejemplo en el fin de la segunda parte

del libro, don Quijote sugiere a Sancho que sean pastores en lugar de ser caballeros y que vivan

según los libros pastoriles. Este cambio refleja lo que don Quijote desea. Perdió su interés en

grandes aventuras, y quería una vida de paz. ¿No todos somos así? Tenemos etapas de la vida en

que sentimos que podemos vencer el mundo y otras en que solo queremos quedarnos en casa.

Como el rio corriente, nuestros deseos siempre están yendo, cambiando, reflejando el cielo,

reflejando el mundo que nos rodea. Pero si nuestros deseos solo son imitaciones de otros, la

pregunta es ¿Somos libres?

Esa es una de las preguntas más profundas que nos hace pensar al leer El Ingenioso

Hidalgo. ¿Qué significa ser libre? ¿Qué significa ser sano?, y, ¿Es don Quijote aun uno de los

dos? A esa pregunta hay muchas respuestas. Según Girard don Quijote entregó sus deseos a la

manda de Amadís de Gaula y con eso también entregó su libertad. Otros pueden decir que él fue

más libre que la mayoría de gente porque no vivía en el confinamiento de la realidad. Aun

nuestro héroe tuvo una opinión muy alta de la libertad:

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los

cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre;

por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el

contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”. (Cervantes, 812)

Pero no solo escuchamos de su pasión hacia la libertad, sino que lo vemos también. En la

primera parte cuando don Quijote y Sancho se encuentran con la cadena de los galeotes don

Quijote dice “Esta gente, aunque los llevan, van de por fuerza, y no de su voluntad…Pues desa

manera qui encaja la ejecución de mi oficio: desfacer fuerzas y socorrer y acudir a los

miserables.” (Cervantes, 162) Y con estas razones tan nobles él liberó a los esclavos. Está claro
Lana Lichfield

que la libertad fue sumamente importante para nuestro héroe. Al principio, con nada que la

película de “Man of La Mancha” y la canción “The Impossible Dream” para guiar mis opiniones,

yo pensaba que el Quijote fue una novela de la belleza en la locura y estaba de acuerdo con la

idea de que, como loco, don Quijote fue más libre que los sanos. Pero a través el curso del

semestre y el estudio del libro, he cambiado de opinión. No pienso que Cervantes fue tratando de

promover la locura, sino la sanidad. Como dice Oscar Mandel en un artículo sobre el Quijote

“For Cervantes, according to this school, favors the status quo; he believes that ‘the world of

reality has more enchanting beauties and more attractive seductions’ than the world of the

imagination.” (Mandel, 155) El ejemplo más potente de eso se encuentra en el final de libro,

cuando don Quijote regresa a la realidad y llega a ser Alonso Quijano el Bueno otra vez. En la

película/la obra de teatro es un momento sumamente triste, nadie lo quiere, pero en el libro tiene

un espíritu diferente. Me sentí un poco triste pero también feliz por don Quijote. Pero en el fin

cuando don Quijote, o mejor dicho, Alonso Quijano esta al punto de morir, me sentía un poco

satisfecha que volvía a la sanidad en el fin. En la cuestión de la libertad o no, Alonso dice “ya yo

no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano…Ya soy enemigo de Amadís de

Gaula…yo fui loco, y ya soy cuerdo: fui don Quijote de la Mancha, y soy ahora, como he dicho,

Alonso Quijano el Bueno.” (Cervantes, 912, 914) Él sentía que estaba engañado, un captivo de

los libros caballerescos, y estaba finalmente libre cuando regresó a la realidad. No sé cómo

explicarme de porque me gusta este final tan triste, fuera que yo fui con don Quijote en el viaje,

empezando con la emoción de la locura y en busca de aventuras y terminando contento con la

realidad.

Don Quijote nos enseña de la naturaleza humana. El deseo innato en cada uno de

nosotros a buscar y vivir una vida idealizada. Queremos vivir en un mundo de oro cuando en
Lana Lichfield

verdad estamos en un mundo de hierro. (Ovidio, 5) Tal vez hoy en día eso no significa que todos

queremos ser caballeros andantes, pero ¿que niño no quería llegar a ser rico y famoso? ¿Una

estrella de las películas? Al hacerse maduro el ideal no significa ser famoso, mas tener un mundo

en que no haya tantos ataques terroristas, o tener más paz en la vida. El punto es que todos

queremos el ideal, es en nuestra naturaleza humana. Pero no todos vemos el mundo de esta

forma. Todo lo que don Quijote vio fue el mundo idealizado- vio castillos en vez de ventas,

hermosas (o debo decir “fermosas”) princesas en vez de mujeres normales, e intentó tratar a

todos con el respecto de un noble caballero ideal. Pero la naturaleza humana no es toda belleza y

encanto, el libro muestra también las partes de la naturaleza humana menos ideales: como las

tendencias a mentir, a ser ingrato, y usar las personas como títeres de nuestro entretenimiento. En

página 512 de la segunda parte de la novela, don Quijote pide a Sancho que le traiga a Dulcinea,

pero solo hay un problema: Sancho no conocía a Dulcinea. Hay partes en la primera parte en que

nos hace pensar que Sancho la conoce y que ha estado en su casa, pero cuando llega el momento

en que tiene que actuar Sancho está atrapado en una telaraña de mentiras. Y ¿que hace Sancho?

Él hizo lo que la mayoría de gente hace cuando se encuentra en una mentira: hizo otra mentira

para escapar las otras. El soliloquio de Sancho en esta parte es muy interesante. Él está pensando

lo que debería hacer para “encontrar” a Dulcinea para su amo y se dice a si mismo:

“Este mi amo, por mil señales, he visto que es un loco de atar, y aun también yo no le

quedo en zaga, pues soy más mentecato que él, pues le sigo y le sirvo, si es verdadero el

refrán que dice: ‘Dime con quién andas, decirte he quien eres,’ y el otro de ‘No con quien

naces, sino con quien paces.’ Siendo, pues, loco, como lo es, y de locura que las más

veces toma unas cosas por otras, y juzga lo blanco por negro y lo negro por blanco, como

se pareció cuando dijo que los molinos de viento eran gigantes, y las mulas de los
Lana Lichfield

religiosos dromedarios, y las mandas de carneros ejércitos de enemigos, y otras muchas

cosas a este tono, no será muy difícil hacerle creer que una labradora, la primera que me

topare por aquí, es la señora Dulcinea.”

Pobre Sancho estaba justificando sus acciones, como casi todos nosotros hacemos cuando no

queremos confesar que mentimos o cuando queremos hacer algo que sabemos que no es

correcto. Con un lógico sesgado nos hace sentir mejor en la verdadera locura: el pecado.

Entonces Sancho se quedó sentado, esperando unas labradoras para venir (Este episodio nos

enseña dos cosas de la naturaleza humana: la tendencia a mentir/justificarnos y la pereza).

Después un tiempo vinieron tres labradoras andando por pollinos (o pollinas) y Sancho llamó a

don Quijote para que viniera y viera a la “princesa” Dulcinea. Al conocerla aun don Quijote no

podía imaginar una belleza en la cara “carirredonda y chata” de la labradora. En el fin, don

Quijote se quedó con la idea de que Dulcinea estaba bajo un encanto, y que era su gesta para

desencantarla. Eso no fue una mentira piadosa, de hecho fue una mentira que llevaba nuestro

héroe en una melancolía profunda. Me estremezco en pensar que alguna “mentira piadosa” que

hago yo puede causar tantos problemas para otros; aun llevar a un hombre a la melancolía, aun

su muerte. Un ejemplo fuerte de la naturaleza humana y el efecto nuestros acciones pueden tener

en la vida de otros. Otro ejemplo de la naturaleza humana es en la primera parte cuando don

Quijote rescató a los galeotes, uno de ellos siendo Ginés de Pasamonte. Pensaría que al rescatar

alguien de la esclavitud, el esclavo estaría bien agradecido, pero ¿como repaga Ginés a don

Quijote por rescatarle? Él le robó a Sancho su burro. Vemos con el duque y la duquesa en la

segunda parte de la novela que las personas pueden ser crueles, y solo usan personas como

entretenimiento. Eso pienso que vemos más que nunca, gracias al internet y los “memes”. La

gente puede ser cruel. Pero debemos actuar como don Quijote: siendo más noble que los nobles.
Lana Lichfield

Como dijo don Quijote a Sancho, “El que lee mucho y anda mucho, vee mucho y sabe mucho”.

(Cervantes 614) Al leer la novela he llegado a saber mucho de la naturaleza humana y saber más

de quien quiero ser yo.

Finalmente, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha representa la vida como es.

Hay partes graciosas, hay éxitos, hay fracasos, hay lágrimas, hay bueno y malo y mucho gris.

Hay partes claves, pero también hay partes (como el cuento del Curioso Impertinente en la venta)

que no tiene nada que ver con la trama del libro. No hay un clímax, sino una serie de clímax. El

libro es la historia de su vida día tras día. Hay muchos personajes que conocemos en la primera

parte del libro, pero de los que nunca escuchamos otra vez (i.e. Maritornes, Cárdenlo, Ferdinand,

Vivaldo, Ambrosio, etc.). Y así es en la vida actual. Hay miles de personas que conozco cada día

pero nunca los vuelvo a ver (i.e. John el hombre que me ayudó con mi computadora, Sara la

mujer que hizo mi Subway sándwich y muchos de los estudiantes de mi clase de Don Quijote).

En la vida hay muchísima gente y no todos están dependiendo de un protagonista, sino que todos

son protagonistas de sus propia historias. El Quijote no es un libro como los otros libros, con una

trama grande y todo enfocado en la trama. El libro es la vida misma. Es complejo, y absurdo, y

totalmente loco. Es un libro que no leemos, sino que vivimos.

Agrego mi testigo con la palabras de Dostoevsky:

“There is nothing in the world more profound and powerful than this work. It is the

ultimate and greatest word yet uttered by human thought, it is the most bitter irony that a

man could express, and if the world should end and people were asked there, somewhere,

‘Well, did you understand your life on earth and what conclusions have you drawn from

it?’ a person could silently point to Don Quixote: ‘Here is my conclusion about life, can

you judge me for it?’” (Bakhtin, 128)


Lana Lichfield

Tal vez hay unos que piensan que la novela solo tiene pertinencia a su propia época, pero para

mí, he aprendido más del deseo, de la libertad, de la naturaleza humana, y más de la vida en toda

su complejidad. Para mí, la novela es eterna. Así como don Quijote es eterno. Si don Quijote

tenía miedo de morir como sugiere Miguel de Unamuno, no tenía nada para preocuparse porque

nuestro héroe no se murió, no realmente. Él vive cada vez que abrimos el libro; el está ahí

bailando, luchando contra mal sobre las paginas, y vivimos más, o sea, vivimos mejor, al leerlo.
Lana Lichfield

Works Cited
Bakhtin, M. Mikhail Mikhailovich, and Caryl Emerson. “Characteristics of Genre.” Problems of
Dostoevsky's Poetics, U Of Minnesota Press, 1993, p. 128. Ebook.

Cervantes Saavedra, Miguel de. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote De La Mancha. Edited by Salvador
J. Fajardo and James A. Parr, 3rd ed., I & II, Library of Congress Cataloging-In-Publication
Data, 2017. Print.

Fleming, Chris. “Mimesis and the Dynamics of Rivalry: Internal and External Mediation.” René
Girard: Violence and Mimesis, Polity, 2008, pp. 17–18. PDF.

Oscar Mandel, "The Function of the Norm in "Don Quixote"," Modern Philology 55, no. 3 (Feb.,
1958): 155.
PDF.

Ovidio , Publio, et al. “Metamorfosis.” Metamorfosis, Espasa Calpe, 1995, p. 5. PDF.

Potrebbero piacerti anche