Sei sulla pagina 1di 23

See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.

net/publication/276278616

Adaptación de las tablas del Número de Curva para las


principales formaciones vegetales naturales de la provincia de
Ávila

Article · January 2012

CITATIONS READS

0 1,553

2 authors, including:

Jorge Mongil
Universidad Católica de Ávila
87 PUBLICATIONS   151 CITATIONS   

SEE PROFILE

Some of the authors of this publication are also working on these related projects:

Erosion control; Hidrological and Forestrestoration; Gully restoration View project

Infiltration and runoff in Canary Islands View project

All content following this page was uploaded by Jorge Mongil on 14 May 2015.

The user has requested enhancement of the downloaded file.


ADAPTACIÓN DE LAS TABLAS DEL NÚMERO
DE CURVA PARA LAS PRINCIPALES
FORMACIONES VEGETALES NATURALES
DE LA PROVINCIA DE ÁVILA
MONGIL MANSO, Jorge
LUIS ROSADO, Esther
Grupo de Hidrología y Conservación
Universidad Católica de Ávila

RESUMEN

El modelo hidrológico del Número de Curva es un método que se utiliza para


cuantificar la escorrentía superficial originada por una tormenta en una cuen-
ca. La asignación de un número de curva a un lugar determinado se realiza con
la ayuda de unas tablas, y depende principalmente del uso del suelo que eva-
lúa la influencia de las coberturas vegetales sobre la escorrentía, de la condi-
ción hidrológica para conocer el estado de saturación de agua del suelo que
indicará la tendencia de este a transformar la lluvia en escorrentía o en infil-
tración, y del tipo de suelo en función de su comportamiento hidrológico. Las
tablas se han elaborado en el Servicio de Conservación de Suelos (SCS) esta-
dounidense, y están desarrolladas para los tipos de vegetación y suelos de los
Estados Unidos. Para nuestro país se hizo una adaptación de las tablas
mediante una correspondencia hidrológica de tipos de vegetación. En este tra-
bajo se elaboran unas tablas del número de curva para las principales for-
maciones vegetales naturales de la provincia de Ávila, mediante la adaptación
de las tablas generales. Para ello se ha llevado a cabo un análisis de los fac-
tores que condicionan el número de curva.

145
PALABRAS CLAVE

Ciclo hidrológico, escorrentía, infiltración, número de curva.

ABSTRACT

The SCS Curve Number methodology is a hydrological model used to


quantify surface runoff caused by a storm event in a basin. The assignment of
a curve number to a particular location is performed with the help of determi-
ned tables, and is highly dependant on current land use which evaluatesthe
influence of vegetation cover on runoff, hydrologic condition to determine the
state of saturation of soil water, indicating its own tendency transform rain into
runoff or infiltration, and soil type according to their hydrological behavior. The
tables have been developed by the Soil Conservation Service (SCS), U.S.,
and were prepared for existing types of vegetation and soils in the United Sta-
tes. In order to apply these tables in Spain a hydrological correlation (Mat-
ching vegetation types) was obviously required. In this paper we present some
tables for this curve number applicable for the main vegetation groups of the
Avila province through an analysis of main influencing factors.

KEYWORDS

Water cycle, runoff, infiltration, SCS Curve Number method.

1. INTRODUCCIÓN

El método del Número de Curva, también denominado de los Complejos


Hidrológicos, es un modelo conceptual ampliamente difundido para calcular
la precipitación neta o escorrentía generada por un aguacero (López Alonso,
2001). Fue desarrollado por el Soil Conservation Service (SCS) –llamado des-
de 1994 National Resources Conservation Service (NRCS)– del Departamento
de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). La primera versión fue publicada
en el Nacional Engineering Handbook (NEH) del SCS en el año 1954, y se
han publicado revisiones posteriores desde 1956 hasta 2002 (NRCS, 1997,
2002). También se ha realizado una adaptación a cuencas urbanas (SCS,
1986). La amplia difusión de este modelo en el ámbito hidrológico y ambien-
tal radica en la simplicidad de su aplicación y obtención de los datos físicos
necesarios.

146
El modelo está basado en dos hipótesis principales, formuladas a partir
de numerosos exámenes de la escorrentía directa con respecto a la precipi-
tación caída en cuencas naturales. Estas dos hipótesis son:

1.ª) La escorrentía superficial comienza una vez satisfecho un cierto umbral


de escorrentía o pérdidas iniciales, denominado P0. Estas pérdidas iniciales
consisten en interceptación, infiltración previa a la escorrentía y almacena-
miento en depresiones del terreno.
2.ª) Una vez superado el umbral de escorrentía, el cociente entre la reten-
ción de agua real y la retención máxima es igual al cociente entre la esco-
rrentía directa y la escorrentía superficial máxima:

retención real de agua escorrentía superficial real


=
retención máxima escorrentía superficial máxima

Donde:

– Retención real de agua (Rr) es la retención efectiva o la parte de la pre-


cipitación caída que no escurre, que se infiltra una vez alcanzado el umbral de
escorrentía:

R r = P - E S - P0

Expresión que se obtiene desde la siguiente ecuación:

P = Q + P 0 + Rr

Considerando:

– P = Precipitación del aguacero considerado (mm). Si el episodio de llu-


via tiene una duración superior a 24 horas ha de ser dividido en precipitacio-
nes diarias; en ese caso hay que variar las condiciones previas de humedad
diariamente.
– Q = ES = Escorrentía superficial real (mm).
– P0 = Umbral de escorrentía previo al encharcamiento (mm) o, lo que es lo
mismo, la cantidad de agua necesaria para que dé comienzo la escorrentía
superficial. P0 se corresponde con la cantidad inicial de agua retenida por inter-
cepción, embalse superficial e infiltración antes del inicio de la escorrentía.
– La retención máxima posible (S) depende del tipo de suelo, de su hume-
dad inicial antes del aguacero, de la vegetación que sustenta y del tratamiento

147
cultural que se realice. Representa el potencial máximo de retención de agua
que tiene el complejo suelo-vegetación analizado.
– Escorrentía superficial máxima (P - P0), es lo que llueve menos el umbral de
escorrentía (extracciones iniciales que son inevitables de acuerdo con el mode-
lo). Con la nomenclatura establecida, la segunda hipótesis queda así:

Rr P – Q – P0 Q Q
= = =
S S P – P0 P – P0

Por lo tanto,

(P – P0) 2

Q=
P – P0 + S

Y siempre se debe cumplir:

Q ≤ P – P0

Rr ≤ S

La versión original del método del Número de Curva presenta el modelo con
los dos parámetros P0 y S. Tras la realización de numerosas mediciones en
cuencas experimentales, el USDA establece la siguiente relación:

P0 = 0,2 · S o bien S = 5 · P0

A través de esta relación entre P0 y S se llega a la ecuación del método


del Número de Curva con un solo parámetro:

(P – P0) 2

Q= si P > P0
P + 4 · P0

Q = 0 si P ≤ P0

148
La relación entre los parámetros se puede interpretar como que el 20%
de la retención máxima posible, S, es equivalente al umbral de escorrentía,
P0. El 80% restante se produce por infiltración una vez comenzada la esco-
rrentía y siempre que el aguacero sea suficientemente prolongado, ya que
la estimación en el modelo se ha hecho con datos de precipitaciones diarias.

Pues bien, el parámetro P0 o S puede determinarse mediante la utilización


de unas tablas en las que aparece un número adimensional (CN), denomi-
nado número de curva, y que puede tomar valores comprendidos entre 0 y
100 de la siguiente manera:

– CN = 0, si el terreno o la cuenca es tan permeable que no escurre agua


ante ningún aguacero, con una retención potencial ilimitada (S = ∞) que
permite retener toda la precipitación. Esta situación es extrema y práctica-
mente imposible en la práctica.
– CN = 100, si el terreno es totalmente impermeable, es decir, escurre
todo lo que llueve, representando una condición nula de retención poten-
cial (S = 0). Sería el caso de superficies de agua, tejados o carreteras asfal-
tadas por ejemplo.

Según esto, cabe esperar que a mayor CN mayor escorrentía superfi-


cial ante un mismo aguacero. Con objeto de facilitar la aplicación del méto-
do, P0 o S se relaciona con el parámetro adimensional CN de la siguiente
manera:

25.400 – 254 · CN
S= (mm)
CN

25.400 – 254 · CN (mm)


P0 = 0,2 ·
CN

Para el caso de cuencas o terrenos heterogéneos, es decir, que posean dife-


rentes usos del suelo, tipos de suelo o condiciones hidrológicas, hay que
ponderar para obtener el número de curva correspondiente a la cuenca en con-
junto. El proceso consiste en dividir la cuenca en complejos hidrológicos
(superficies con características hidrológicas homogéneas), asignando a cada

149
una de estas superficies (Si) el número hidrológico más apropiado (CNi). El
número de curva promedio de la cuenca (CN) se calcula ponderando según
superficies:

CN =
Σ CN · S i i
S

siendo:

– Si = Superficie de la cuenca a la que corresponde un número hidrológi-


co Ni.
– S = Superficie total de la cuenca.

El procedimiento de utilización del modelo se basa en localizar un núme-


ro de curva en las tablas correspondientes (se pueden consultar, por ejemplo,
en Martínez de Azagra y Navarro, 1996), que varía para cada complejo uso del
terreno-suelo-vegetación. En la mayoría de las tablas los factores a conside-
rar son: el uso del suelo o vegetación, el tipo hidrológico del suelo y la condición
hidrológica de la ladera. A partir de este número puede estimarse de forma sen-
cilla la escorrentía:

25.400 – 250 · CN (mm)


– Umbral de escorrentía: P0 = 0,2 · CN

(P – P0) 2

– Escorrentía superficial: Q = si P > P0 (mm)


P + 4 · P0

Uno de los principales problemas de la utilización del modelo del Núme-


ro de Curva es que sus tablas están construidas para la vegetación y usos
del suelo de Estados Unidos. Aunque se hizo una adaptación de las tablas para
nuestro país (Témez, 1987), esta resulta algo general para la determinación del
número de curva de formaciones vegetales en áreas concretas de la península
e islas de España. Por este motivo resulta necesaria la realización de una
adaptación de las tablas generales del número de curva a ciertas formaciones
vegetales que no guarden gran correspondencia con las que aparecen en
ellas. Tal es el caso de la adaptación de las tablas que se ha hecho para las
zonas áridas del sudeste de la Península Ibérica (Martínez de Azagra y Nava-
rro, 1996) por analogía de vegetación del árido americano y el español, o la

150
adaptación para el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente (Mongil,
2009), mediante la correspondencia hidrológica entre los tipos de vegetación
de los EE.UU. y de la Caldera.

En el caso de este trabajo, el objetivo es determinar los números de curva


de las principales formaciones vegetales o usos del suelo naturales de la pro-
vincia de Ávila, mediante la adaptación de las tablas generales, por analogía
de vegetación, y con costes mucho menores de los que se tendrían con la ins-
talación de parcelas experimentales que, no obstante, sería lo deseable. Con
esto se logra obtener una mayor concreción en los datos de estimación de volú-
menes de escorrentía y caudales máximos de avenida, como respuesta a una
precipitación en la provincia de Ávila.

2. ZONA DE ESTUDIO

La provincia de Ávila ocupa una posición central en la Península Ibérica, aun-


que desviada hacia el Oeste, si consideramos únicamente el territorio espa-
ñol. Está localizada entre los 40º 7' 30'' y 41º 13' 0'' de latitud norte y los 0º 28'
30'' y 2º 2' 0'' de longitud oeste, respecto al meridiano que pasa por Madrid.
Comprende una extensión de 804.759 ha, que suponen el 1,6% de la super-
ficie total del país. Está rodeada por seis provincias, limitando al Norte con la
de Valladolid, al Este con la de Segovia y Madrid, al Sur con la de Toledo y Cáce-
res y al Oeste con la provincia de Salamanca.

En la provincia de Ávila se distinguen muy bien dos grandes unidades estruc-


turales, que dividen al territorio en una zona llana con una extensión aproxima-
da de 2.000 km y una altitud media de 850 m localizada en la mitad norte y que
ocupa parte de la depresión del Duero, y que puede subdividirse en las comar-
cas Tierra de Arévalo situada al Noroeste, y la Moraña al Suroeste, de lomas y cár-
cavas. La segunda región es marcadamente montañosa, en la mitad sur, con
las sierras centrales que la atraviesan en dirección este-oeste, constituida por
granitos y pizarras que forman una serie de bloques separados por líneas de
fractura. En ella se localizan las cadenas montañosas del Sistema Central entre
las sierras de Guadarrama y Béjar. Destacan la sierra de Ojos Albos que marca
el límite oriental de la provincia, seguida de las de Ávila y Villanueva. Algo más al
Sur y con una situación prácticamente en paralelo a las anteriores, se encuentran
las sierras de Malagón, Paramera, Villafranca y Piedrahíta. La sierra más meridional
y de mayores proporciones de la provincia es la de Gredos, con un total de 100
km de longitud, con la máxima elevación en el pico Almanzor con 2.592 m.

Se encuentran collados transversales que comunican todas estas sierras,


desembocando al sur del valle del Tiétar, y entre las sierras de Ávila y Paramera

151
el Valle Amblés y el del río Corneja. Destacan también los valles de los ríos Vol-
toya, Tormes y Alberche, este último algo más cerrado que el resto. Las men-
cionadas sierras poseen una pendiente más abrupta al Sur, probablemente a
causa de la mayor capacidad erosiva de los ríos que van a desembocar al
Tajo, situado a unos 300 m al sur del Duero.

La caracterización bioclimática de la provincia de Ávila ha sido objeto de


numerosos estudios. Siguiendo las últimas contribuciones en Bioclimatología
de Rivas-Martínez et ál. (2007) en la provincia se pueden reconocer los macro-
bioclimas mediterráneo (termitipos meso- y supramediterráneo) y templado con
carácter sumediterráneo en las áreas de alta montaña.

En cuanto a las precipitaciones, en la vertiente meridional de la Sierra de


Gredos estas aumentan hasta un máximo de más de 2.000 mm en dirección
sur, tomando los valores mínimos al norte de la provincia que resultan inferiores
a los 400 mm. Por lo tanto, se puede observar que la orografía es la respon-
sable, a grandes rasgos, de la división entre una provincia seca (zona norte)
con menos de 600 mm y otra húmeda (zona sur) con más de 600 mm.

3. METODOLOGÍA

La metodología de trabajo se ha basado en el análisis de los diferentes


factores que influyen en el modelo del Número de Curva, mediante la realización
de 23 puntos de muestreo en las principales formaciones vegetales naturales
en la provincia de Ávila. En la tabla 1 se muestra la información más relevan-
te de los puntos de muestreo. En ellos se anotaron datos acerca de la orien-
tación, fisiografía, pendiente, coordenadas o altitud, así como el tipo de
vegetación encontrada (formaciones boscosas, de matorral, de herbazal o
pastizal, o de monte con pastos) indicando especies y espesuras. También se
anotaron datos sobre el tipo de suelo con la descripción del perfil, roca madre,
espesor de humus, condiciones hidrológicas (para la infiltración y escorren-
tía) y pendiente.

El análisis se apoyó en la cartografía temática disponible sobre vegeta-


ción, litología y suelos, como el Mapa de Cultivos y Aprovechamientos de
España (escala 1:50.000), el Mapa Forestal de España (escala 1:200.000), el
mapa geológico MAGNA50 (escala 1:50.000), así como en las ortofotografías
aéreas del Sigpac (MMAMRM, 2010).

152
Punto de Lugar Orientación Fisiografía Pendiente Coordenadas
muestreo (%)

1 Pinar en El Arenal Este Ladera suave con afloramientos 20 40o14’50,8’’N


rocosos de granito 5o04’39,6O
2 Pinar de Sur-oeste Ladera en vaguada con un 35 40o23’32,1’’N
Hoyocasero grado de rugosidad superficial 4o59’21,3’’O
medio
3 Robledal en el pinar Sur-este Ladera suave sin apenas 8 40o23’39,6’’N
de Hoyocasero rugosidad superficial 4o59’16,9’’O
4 Pinar en el Oeste Ladera muy suave sin apenas 3 40o54’31’’N
Bohodón rugosidad superficial 4o43’18,9’’
Ladera suave con grado de
5 Matorral en La Oeste rugosidad superficial medio. 4 40o31’24’’N
Hija de Dios Numerosos afloramientos 4o58’8,1’’O
rocosos de granito. Arroyo en
las inmediaciones
Ladera muy suave. Surcada por
6 Pastizal en La Oeste un curso de agua que en 2 40o31’25,4’’N
Hija de Dios ocasiones encharca la zona de 4o58’8,3’’O
pasto. Sin apenas rugosidad
superficial
7 Dehesa en Ávila Este Ladera suave con afloramientos 5 40o41’11,1’’N
rocosos de granito 4o41’01,5O
8 Pinar de Este Ladera 16 40o36’26,9’’N
Hoyocasero 4o59’33,4’’O
9 Pastizal en Ávila Norte Ladera 15 40o52’44,8’’N
4o42’51,9’’O
10 Pastizal en
Berrocalejo de Este Casi llano 5 40o55’3,6’’N
Aragona 4o35’54,4’’O
11 Matorral en
Berrocalejo de Este Ladera 10 40o55’19,9’’N
Aragona 4o35’46,42’’O
12 Matorral en Oeste Casi llano 5 40o52’41,6’’N
Martiherrero 4o45’20,7’’O
13 Matorral en Riofrío Norte Ladera 18 40o46’81,0’’N
4o45’39,7’’O
14 Dehesa en Ávila Sur Casi llano 5 40o53’50,2’’N
4o41’12,6’’O
15 Encinar denso Norte-noreste Casi llano 2 40o42’24,6’’N
en Ávila 4o40’8,8’’W
16 Pinar en Noreste Ligera pendiente 10 41o7’36,2’’N
El Bohodón 4o43’23,4’’O
17 Pinar en Norte Ladera 37 40o38’53,5’’N
Navalacruz 4o52’42,7’’O
18 Matorral en Este Ladera 60 38o22’59,9’’N
Blascosancho 4o36’0,6’’O
19 Matorral en Sur Ladera 14 38o23’8,0’’N
Blascosancho 4o36’0,7’’O
20 Pinar quemado en Sur-este Ladera 30 40o15’32,8’’N
El Arenal 5o2’27,1’’O
21 Pinar en Sotillo Sur-suroeste Ladera 37 40o31’13,6’’N
de la Adrada 4o36,13,6’’O
22 Pinar en El Arenal Sur-este Ladera 15 40o14’58,0’’N
5o4’33,1’’O
23 Roquedo en Norte Ladera 18 40o46’8,0’’N
Riofrío 4o45’8,0’’O

Tabla 1. Descripción de los puntos de muestreo (elaboración propia).

153
4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

A continuación se muestran los resultados obtenidos tras el análisis de


los factores que afectan al número de curva, estos son el tipo de vegeta-
ción, la condición hidrológica, el tipo de suelo, la condición previa de hume-
dad y pendiente.

4.1. Tipos de vegetación

Dado que la provincia de Ávila posee unas claras diferencias climatológi-


cas, edafológicas y topográficas, la vegetación natural se distribuye en diver-
sas zonas. En general, la tierra llana es una región de cultivo de cereales y
leguminosas con restos de encinares naturales de Quercus ilex subsp. ballo-
ta (Desf.) Samp. y/o pinares cultivados de Pinus pinaster Aiton y P. pinea L.; en
la zona rocosa de la sierra de Ávila aparecen mayores extensiones de encinares,
transformándose en jarales y pastizales a medida que nos acercamos a las cum-
bres. Hacia el Sur, en los valles Amblés y Corneja, lo que domina hasta los 1.700
m de altitud es el rebollo (Quercus pyrenaica Willd.), seguido del enebro (Juni-
perus communis L.) por encima ya de los 1.700 m; si se asciende en altitud se
localizan cervunales y otros pastizales (con especies como Nardus stricta L.,
Festuca gredensis Fuente y Ortúñez, Agrostis delicatula Lapeyr. y Armeria
caespitosa (Ortega) Boiss.); en la Sierra de Gredos encontramos hasta los
1.950 m Pinus sylvestris L. y los pastizales antes descritos en las cumbres.
La cara sur de Gredos soporta considerables extensiones forestales en mosai-
co con sus respectivas comunidades seriales.

Las formaciones vegetales naturales que se han muestreado en este trabajo,


por considerarse las más representativas de la provincia, han sido pinares de
Pinus pinaster y de Pinus sylvestris en la Sierra de Gredos, pinares de Pinus
pinaster en la comarca de la Moraña, montes bajos de Quercus pyrenaica,
matorrales de Cytisus scoparius (L.) Link y de Quercus ilex subsp. ballota en
varias localizaciones, dehesa de Quercus ilex subsp. ballota en el Valle Amblés,
pastizales de gramíneas en el Valle Amblés y en las proximidades de la Sie-
rra de Gredos, bosque denso de encina en el Valle Amblés, pinar de Pinus pinea
en el valle del Tiétar, pinar quemado en la Sierra de Gredos, ladera sin apenas
vegetación en la Moraña y roquedo granítico en el Valle Amblés.

Para el establecimiento de unas tablas del número de curva para la provincia


de Ávila, se ha realizado la asignación de tipos de vegetación de las tablas gene-
rales del número de curva a las formaciones vegetales naturales de la pro-
vincia de Ávila, que aparece en la tabla 2.

154
Para los pinares, montes bajos y encinares, se ha establecido una corres-
pondencia con la formación vegetal «bosques» de las tablas generales. Del mis-
mo modo, los matorrales se corresponden con «matorral-herbazal», los
pastizales con «pastizal y pastos naturales», la dehesa con «monte con pas-
tos» y el roquedo se ha considerado como «roca impermeable», según la
modificación que hace Ferrer-Julià (2003) de las tablas de Témez (1987).
Formaciones vegetales o usos del suelo Tipos de vegetación o uso del suelo de las
de la provincia de Ávila tablas generales

Pinares de Pinus pinaster en Gredos


Pinares de Pinus sylvestris en Gredos
Pinares de Pinus pinaster en la Moraña
Pinares de Pinus nigra en Gredos Bosques
Pinares de Pinus pinea en el valle del Tiétar
Montes bajos de Quercus pyrenaica en Gredos
Bosques densos de Quercus ilex en Ávila

Matorrales de Cytisus scoparius en Gredos


Matorrales de Quercus ilex ssp. ballota y
Cytisus scoparius en el Valle Amblés
Matorrales de Cytisus scoparius y Lavandula Matorral-herbazal
stoechas en Ávila
Matorral de retama, cantueso, tomillo piorno
y Rosa sp. en la Moraña

Pastizales en Gredos Pastizales o pastos naturales


Pastizales de gramíneas en Ávila

Dehesa de Quercus ilex ssp. ballota en el Monte con pastos


Valle Amblés

Ladera sin apenas vegetación con Retama


sphaerocarpa, Astragalus sp. en la Moraña Barbecho
Pinares quemados en Gredos

Roquedo granítico en el Valle Amblés Roca impermeable (Témez, 1987)

Tabla 2. Asignación de tipos de vegetación de las tablas generales del número de curva a las
formaciones vegetales naturales de la provincia de Ávila (elaboración propia).

4.2. Condición hidrológica

La condición hidrológica es una combinación de factores que afectan tan-


to a la infiltración como a la escorrentía superficial. Estos factores a tener en
cuenta son: la densidad y fracción de cabida cubierta de la vegetación, el
grado de cubierta vegetal a lo largo del año, el porcentaje de residuos vege-
tales que están cubriendo la superficie del suelo (donde valores superiores a
20% implican una buena condición hidrológica del suelo), y el grado de rugo-
sidad superficial. En conclusión, la condición hidrológica será pobre si los
factores antes indicados dificultan la infiltración y facilitan la escorrentía super-
ficial; y será buena en la situación contraria.

155
En las tablas del número de curva para los bosques de la provincia de Ávi-
la, se han considerado cinco clases de condiciones hidrológicas a las que se
llega mediante el empleo de ábacos, como el nomograma de Morey (Udall y
Dominy, 1966), y que se basan en la consideración de la profundidad y gra-
do de la consolidación de las capas del mantillo del bosque, de modo que cuan-
to mayor sea el espesor y menos compactas e impermeables aparezcan
dichas capas, mejor será la condición hidrológica para la infiltración.

Para las superficies de matorral se han considerado fracciones de cabida


cubierta de < 40%, entre 50 y 75% y > 75%. Para pastizales hay tres grupos
teniendo en cuenta consideraciones hidrológicas considerándose fracciones de
cabida cubierta de < 50%, entre 50 y 75% y > 75%. Para la dehesa se establecen
también tres clases basadas en factores hidrológicos y no de producción.

4.3. Tipos de suelo

Los suelos de la provincia de Ávila son muy variados, al haberse formado en


condiciones muy diferentes de clima, roca madre, relieve y vegetación. En la zona
norte de la provincia los suelos se han formado sobre materiales poco consolidados
del Terciario y Cuaternario, como arenas, areniscas y arcillas. Aparecen aquí Luvi-
soles órticos y cálcicos y Arenosoles. En las zonas más al Sur (alrededores de Ávi-
la capital, Sierra de Gredos, valle bajo del Alberche y comarca de El Barco de
Ávila y Piedrahíta, donde predominan las rocas plutónicas, están presentes
suelos como Cambisoles dístricos, gleicos y húmicos, Rankers, Litosuelos y
Luvisoles gleicos. Por último, en el valle del Tiétar aparecen Fluvisoles en las
vegas, así como Cambisoles distrícos y gleicos sobre sustrato granítico.

El método del Número de Curva establece cuatro tipos o grupos de suelo


(A, B, C y D), de acuerdo con la siguiente descripción (NRCS, 2002):

– Grupo A: suelos con bajo potencial de escurrimiento por su gran per-


meabilidad y con elevada capacidad de infiltración, aun cuando estén
húmedos. Se trata principalmente de suelos profundos y con texturas
gruesas (arenosa o areno-limosa).
– Grupo B: suelos con moderada capacidad de infiltración cuando están
saturados. Principalmente consisten en suelos de mediana a alta pro-
fundidad, con buen drenaje. Sus texturas van de moderadamente finas
a moderadamente gruesas (franca, franco-arenosa o arenosa).
– Grupo C: suelos con escasa capacidad de infiltración una vez saturados.
Su textura va de moderadamente fina a fina (franco-arcillosa o arcillosa).
También se incluyen aquí suelos que presentan horizontes someros
bastante impermeables.

156
– Grupo D: suelos muy arcillosos con elevado potencial de escurrimien-
to y, por lo tanto, con muy baja capacidad de infiltración cuando están
saturados. También se incluyen aquí los suelos que presentan una capa
de arcilla somera y muy impermeable así como suelos jóvenes de esca-
so espesor sobre una roca impermeable, ciertos suelos salinos y sue-
los con nivel freático alto.

Para conocer el grupo de suelo, lo más habitual es la realización de un


análisis de textura con la posterior aplicación de un diagrama triangular (Ferrer-
Julià, 2003), o directamente consultando la tabla 3. Otro parámetro que per-
mite clasificar un suelo de acuerdo con los grupos que establece el método
del Número de Curva, es su capacidad de infiltración final (Ferrer-Julià, 2003)
(tabla 4).

En el caso de la provincia de Ávila, a la hora de fijar un tipo de suelo, se ha


tenido en cuenta tanto la profundidad del mismo como la permeabilidad de la
roca madre, considerando que un suelo somero (hasta 50 cm) es de tipo D,
un suelo más profundo (hasta 75 cm) es de tipo C, un suelo profundo sobre
roca impermeable (más de 75 cm) es de tipo B y un suelo de profundidad
elevada con un drenaje excesivo sería de tipo A.

La mayoría de los suelos clasificados en la provincia de Ávila pertenecen


a los del grupo D, de escasa profundidad, pero también aparecen suelos de
los grupos B y C principalmente, y uno del grupo A de textura arenosa y ele-
vada capacidad de infiltración.

Grupo de suelo Textura USDA

A Arenosa
Arenoso-franca

B Franco-arenosa

Arcillo-arenosa
Franca
C Franco-arcillosa
Franco-arcillo-arenosa
Franco-arcillo-limosa
Franco-limosa

Arcillosa
D Limosa
Arcillo-limosa

Tabla 3. Equivalencia entre las clases texturales del USDA y los grupos hidrológicos (Ferrer-
Julià, 2003).

157
Grupo Tasa de infiltración mínima (fc en mm•h-1)

A fc ≤ 50

B 20 < fc<50

C 1< fc ≤ 20

D fc ≤ 1

Tabla 4. Tipos de suelo según sea su tasa mínima de infiltración (Ferrer-Julià, 2003).

4.4. Condición previa de humedad

Se refiere a la condición de humedad que tiene el suelo justo antes del


aguacero que se pretende analizar. El modelo distingue tres situaciones dis-
tintas:

– Condición II: suelo en condición de humedad media, alejado de la capa-


cidad del campo y del punto de marchitez permanente. Los números de
curva dados en las tablas están referidos a esta situación.
– Condición I: suelo muy seco, pero sin llegar al índice de marchitez. Esta
sería la condición ideal para la realización de labores agrícolas.
– Condición III: suelo muy húmedo, saturado o próximo a la saturación;
también es aplicable a suelos algo húmedos pero helados.

Estas condiciones de humedad están definidas por consideraciones esta-


dísticas («en el 10% de las ocasiones suelo más húmedo», define la condición
III; «en el 50% de las ocasiones suelo más húmedo», define la condición II; y
«en el 10% de las ocasiones suelo más seco», define la condición I (Hjemfelt
et ál., 1982). La determinación de las condiciones previas de humedad se
realiza en función de la precipitación acumulada en los cinco días previos al
aguacero (120 horas antes), distinguiéndose también entre el periodo vege-
tativo y el de reposo (tabla 5).

Lluvia total durante los cinco días anteriores


Condición
Reposo vegetativo Periodo vegetativo

I Menos de 12,5 mm Menos de 35,5 mm

II De 12,5 a 28 mm De 35,5 a 53 mm

III Más de 28 mm Más de 53 mm

Tabla 5. Determinación de las condiciones iniciales de humedad, para la aplicación del método del
número de curva (elaboración propia).

158
Sin embargo la aplicación en España de esta clasificación no ha dado
resultados buenos, por lo que prácticamente no se utiliza. Sin embargo, han
surgido alternativas para la estimación de la condición previa de humedad,
como la que propone Fernández de Villarán (2006), entre otros.

4.5. Pendiente

Los valores del número de curva obtenidos en las tablas para condición II
de humedad corresponden a pendientes de hasta 5% (Williams, 1995), por lo
que para pendientes superiores es necesario ajustar el número de curva en fun-
ción de la pendiente mediante la siguiente ecuación:

(CNIII – CNII) .
CNIIS = [1– 2 · e –13,86,pt
] + CNII
3

donde:

– CNIIS = Número de curva modificado por la pendiente en condición II


de humedad
– CNII = Número de curva sin modificar en condición II de humedad
– CNIII = Número de curva sin modificar en condición III de humedad
– pt = Pendiente media de la ladera o cuenca en tanto por uno

4.6. Tablas del número de curva

En la tabla 6 se exponen los números de curva de las formaciones vegetales


naturales en los diferentes puntos de muestreo. Las tablas 7 y 8 muestran los núme-
ros de curva en condición previa de humedad II con P0 = 0,2 · S para las forma-
ciones vegetales naturales (tabla 7) y terrenos sin vegetación (roquedos) (tabla
8) de la provincia de Ávila; con pendiente menor o igual del 5%. Para pendientes
superiores habría que corregir el número de curva que aparezca en la tabla con
la expresión indicada anteriormente.

Para condiciones previas de humedad distintas a la condición II, deben


modificarse los números de las tablas 7 y 8 con las siguientes ecuaciones, pro-
puestas por Ponce y Hawkins (1996); siendo CN(I), CN(II) y CN(III) los núme-
ros de curva en condición I, II y III:

CN(II) CN(II)
CN (I) = CN(III) =
2,281 – 0,01281 · CN(II) 0,427 + 0,00573 · CN(II)

159
Punto de Uso del Lugar Características Número
muestreo Suelo de curva

Pinar de Pinus pinaster, Bosque, CH buena (IV), suelo D (roca madre granítica
1 con Pteridium aquilinum y El Arenal a menos de 50 cm) 69
otras herbáceas
Fcc = 80 %

Pinar de Pinus sylvestris, Bosque, CH regular (III), suelo D (roca madre granítica
con sotobosque de brotes Pinar de a menos de 50 cm) 76
2 de Quercus pyrenaica, y Hoyocasero
pastizal de Festuca elegans
Fcc = 85 %

Monte bajo de Quercus Bosque, CH, buena (IV), suelo C (roca madre granítica
3 pyrenaica, con Pteridium Pinar de entre 50 y 75 cm) 63
aquilinum y pastizal de Hoyocasero
Festuca sp.
Fcc = 85 %

Pinar de Pinus pinaster, con Bosque, CH buena (IV), suelo A (sustrato es de


4 tapiz de herbáceas El Bohodón arenas con elevada capacidad 26
Fcc = 85 % de infiltración y muy buen drenaje)

Matorral de Cytisus scoparius, Matorral-herbazal, siendo el matorral


5 con Lavandula stoechas La Hija de Dios preponderante, CH buena (cubierta 73
y herbáceas. vegetal mayor de 75 %), suelo D (roca
Fcc = 85 % madre granítica a menos de 50 cm)

Pastizal o pasto natural, CH buena (cubierta vegetal


6 Pastizal, Fcc = 95 % La Hija de Dios mayor de 75 %), suelo C (roca madre granítica 74
entre 50 y 75 cm)

Dehesa de Quercus ilex L., Monte con pastos, CH buena (cubierta vegetal
7 con cubierta de herbáceas Ávila abundante y protegida del pastoreo), suelo D (roca 77
Fcc = 35 %. Afloramientos madre granítica a menos de 50 cm)
rocosos de granito

Monte bajo de Quercus


8 pyrenaica, con sotobosque Pinar de Bosque, CH regular (III), suelo D (roca madre granítica 76
de Pteridium aquilinum, Hoyocasero a menos de 50 cm)
piorno blanco y herbáceas

Pastizal de gramíneas, con Pastizales o pastos naturales, CH regular (cubierta


9 algún ejemplar de Stipa Ávila vegetal entre 50 y 75 %, suelo D (roca madre granítica 84
gigantea a menos de 50 cm)

Pastizal de gramíneas, Pastizales o pastos naturales, CH buena (cubierta


10 siendo muy frecuente Stipa Berrocalejo de vegetal superior al 75 %), suelo D (roca madre 80
gigantea, y algún ejemplar Aragona granítica a menos de 50 cm)
de Rosa canina

Matorral de Quercus ilex


ballota y Cytisus scoparius, Berrocalejo Matorral-herbazal siendo el matorral preponderante,
11 estando presentes también de Aragona CH buena (cubierta vegetal mayor de 75 %), 65
Rosa canina, Stipa gigantea, suelo C (roca madre granítica entre 50 y 75 cm)
Thymus mastichina y
Centaurea calcitrapa

Matorral de Cytisus scoparius, Matorral-herbazal siendo el matorral preponderante,


12 con Lavandula stoechas Martiherrero CH buena (cubierta vegetal mayor de 75 %), 65
y herbáceas suelo C (roca madre granítica entre 50 y 75 cm)

Matorral de Cytisus scoparius Matorral-herbazal siendo el matorral preponderante,


13 y Lavandula stoechas, con Riofrío CH regular (cubierta vegetal entre 50 y 75 %), 77
herbáceas, Fcc = 66 % suelo D (roca madre granítica a menos de 50 cm)

Dehesa de encina (Quercus


ilex ballota), con Halimium Monte con pastos, CH regular (suelo cubierto de pasto
14 umbellatum, Stipa gigantea, Ávila y mantillo), suelo B (roca madre granítica 60
Ammophila arenaria y a más de 75 cm)
Bromus tectorum

160
Monte denso de encina
(Quercus ilex ballota), con Bosques, CH buena, suelo B (roca madre granítica
matorral de encina, Rosa a más de 75 cm) 52
15 canina, Halimium Ávila
umbellatum, Stipa
gigantea, Ammophila
arenaria y Bromus tectorum

Pinar de Pinus pinaster con Bosques, CH regular (III), suelo A (sustrato arenoso,
16 Halimium icimoides, El Bohodón profundidad elevada y drenaje muy bueno) 36
Festuca sp. Tuberaria
gutata, Helicrysum stoechas

Pinar de Pinus nigra, con Bosques, CH buena (IV), suelo D (roca madre
17 Juniperus communis y Navalacruz granítica a menos de 50 cm) 69
Festuca elegans

Matorral de Retama Arroyo del


18 sphaerocarpa, Lavandula Monte, Matorral-herbazal siendo el matorral preponderante, 67
stoechas, Thymus sp., Blascosancho CH pobre, suelo B
Cytisus scoparius y Rosa sp. (ladera
Fcc = 20 % izquierda)

Ladera sin apenas


vegetación, con Retama Arroyo del
19 sphaerocarpa, Astragalus Monte, Barbecho CR, CH buena, suelo B 83
sp., y otras matas leñosas Blascosancho
de escasa talla. Fcc < 20 % (ladera derecha)

Suelo B:
86
20 Pinar quemado El Arenal Barbecho desnudo, suelo B y C Suelo C:
91

Pinar de Pinus pinea, con


sotobosque de Quercus
21 faginea, Q. ilex, Juniperus Sotillo de la Bosque, CH buena (IV), suelo B (roca madre granítica 52
oxycedrus, Lavandula Adrada a más de 75 cm)
stoechas, Daphne gnid¡um,
Retama sphaerocarpa y
herbáceas

22 Pinar de Pinus pinaster El Arenal Bosque, CH regular (III), suelo D (roca madre granítica 76
a menos de 50 cm)

Roquedo granítico
parcialmente figurado, con
23 vegetación escasa de Riofrío Roca impermeable (Témez, 1987) 96
Cytisus scoparius y
Lavandula stoechas

Tabla 6. Determinación del número de curva en los diferentes puntos de muestreo (elaboración
propia). Fcc= Fracción de cabida cubierta; CH= Condición hidrológica.

161
Tipo de suelo
Tipo de vegetación Condición
hidrológica
A B C D
I- Muy pobre 56 75 86 91
Pinares de Pinus pinaster en II- Pobre 46 68 78 84
la Sierra de Gredos y alrededores III- Regular 36 60 70 76
IV- Buena 26 52 63 69
V- Muy buena 15 44 54 61
I- Muy pobre 56 75 86 91
Pinares de Pinus sylvestris en la Sierra de II- Pobre 46 68 78 84
Gredos y alrededores III- Regular 36 60 70 76
IV- Buena 26 52 63 69
V- Muy buena 15 44 54 61
I- Muy pobre 56 75 86 91
Montes bajos de Quercus pyrenaica en la Sierra de II- Pobre 46 68 78 84
Gredos y alrededores III- Regular 36 60 70 76
IV- Buena 26 52 63 69
V- Muy buena 15 44 54 61
I- Muy pobre 56 75 86 -
Pinares de Pinus pinaster sobre arenas, areniscas, arcosas II- Pobre 46 68 78 -
o sustrato similar, en la Moraña y Tierra de Arévalo III- Regular 36 60 70 -
IV- Buena 26 52 63 -
V- Muy buena 15 44 54 -
I- Muy pobre 56 75 86 91
Pinares de Pinus nigra en II- Pobre 46 68 78 84
la Sierra de Gredos y alrededores III- Regular 36 60 70 76
IV- Buena 26 52 63 69
V- Muy buena 15 44 54 61
I- Muy pobre 56 75 86 91
Pinares de Pinus pinea en II- Pobre 46 68 78 84
el valle del Tiétar III- Regular 36 60 70 76
IV- Buena 26 52 63 69
V- Muy buena 15 44 54 61
I- Muy pobre 56 75 86 91
Montes densos de encina (Quercus ilex ssp. ballota), II- Pobre 46 68 78 84
con matorral de encina, en los alrededores de Ávila III- Regular 36 60 70 76
IV- Buena 26 52 63 69
V- Muy buena 15 44 54 61
Pobre 48 67 77 83
Matorrales de Quercus ilex ssp. ballota y Cytisus scoparius Regular 35 56 70 77
en el Valle Amblés Buena ≤ 30 48 65 73
Matorrales de Cytisus scoparius, con Lavandula stoechas Pobre 48 67 77 83
y herbáceas en Ávila y alrededores Regular 35 56 70 77
Buena ≤ 30 48 65 73
Matorrales de Retama sphaerocarpa, Lavandula stoechas, Thymus sp., Pobre 48 67 77 83
Cytisus scoparius y Rosa sp. en la Moraña Regular 35 56 70 77
Buena ≤ 30 48 65 73
Matorrales de Cytisus scoparius en la Sierra de Gredos Pobre 48 67 77 83
y alrededores Regular 35 56 70 77
Buena ≤ 30 48 65 73
Pastizales en la Sierra de Gredos Pobre 68 79 86 89
y alrededores Regular 49 69 79 84
Buena 39 61 74 80
Pastizales de gramíneas, con algún ejemplar de Stipa gigantea Pobre 68 79 86 89
en los alrededores de Ávila Regular 49 69 79 84
Buena 39 61 74 80
Pastizales de gramíneas, siendo muy frecuente Stipa gigantea, Pobre 68 79 86 89
y algún ejemplar de Rosa canina en el Valle Amblés Regular 49 69 79 84
Buena 39 61 74 80
Laderas sin apenas vegetación, con Retama sphaerocarpa, Astragalus Sin CR 77 86 91 94
sp. y otras matas leñosas, en la Moraña CR y pobre 76 85 90 93
CR y buena 74 83 88 90
Sin CR 77 86 91 94
Pinares quemados en la Sierra de Gredos CR y pobre 76 85 90 93
CR y buena 74 83 88 90
Dehesas de Quercus ilex ssp. ballota en el Valle Amblés Pobre 45 66 77 83
y cercanías de Ávila Regular 36 60 73 79
Buena 25 55 70 77

Tabla 7. Tabla del número de curva para las formaciones vegetales naturales de la provincia de
Ávila, en condición II de humedad y con P0 = 0,2 · S (elaboración propia).
CR= Cubierta de residuos vegetales.

162
Tipo de suelo
Tipo de vegetación Pendiente
%
A B C D
≥ 3 96
Roquedo de granito con vegetación escasa de Cytisus scoparius y
Lavandula stoechas, en el Valle Amblés <3 93

Tabla 8. Tabla del número de curva para los terrenos sin vegetación pedregales, roquedos de la
provincia de Ávila, en condición II de humedad y con P0 = 0,2 · S (elaboración propia).

5. CONCLUSIONES

La determinación de los números de curva de las principales forma-


ciones vegetales naturales de la provincia de Ávila se ha llevado a cabo en
este trabajo mediante una correspondencia entre los tipos de vegetación
que aparecen en las tablas generales y los que se dan en la provincia de
Ávila. Esto es posible ya que poseen comportamientos hidrológicos aná-
logos, y podrían considerarse, en este sentido, tipos de vegetación simi-
lares.

El procedimiento idóneo, si se desea una mayor concreción y exactitud


en la determinación del número de curva, es la utilización de parcelas
experimentales en las que se instale un aforador de escorrentía para el
análisis de varios aguaceros.

Por lo tanto, las tablas y los números de curva que se han determina-
do en este trabajo deben tomarse como una primera aproximación, ya
que no se ha comprobado su validez en campo ni se han hecho ensayos
experimentales al respecto. No hay que olvidar que los números de curva
se han determinado para una condición previa de humedad II y una pen-
diente menor o igual al 5%, por lo que para parámetros distintos a estos es
necesario realizar la correspondiente modificación.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Fernández de Villarán, R. Mejora de los parámetros de cálculo del modelo del


Número de Curva y su validación mediante un modelo hidrológico distri-
buido. Huelva: Universidad de Huelva (tesis doctoral), 2006.

Ferrer-Julià, M. Análisis de nuevas fuentes de datos para la estimación del


parámetro número de curva: perfiles de suelos y teledetección. Madrid:
CEDEX, 2003.

163
Hjemfelt, A. T., Kramer, L. A. y Burwell, R. E. ‹‹Curve numbers as random
variables››. En: Singh, V. P. (ed.). Rainfall-runoff relationship. Proceedings
of the International Symposium on Rainfall-Runoff Modeling held May 18-
21 (1981) at Mississippi State University. Littleton (Colorado): Water
Resources Publication, 1982.

López Alonso, R. ‹‹Consideraciones acerca de los límites de aplicación del


método del número de curva del Soil Conservation Service››. Montes,
2001; 66:92-97.

Martínez de Azagra, A. Diseño de sistemas de recolección de agua para la


repoblación forestal. Madrid: Mundi-Prensa, 1996.

Martínez de Azagra, A. y Navarro, J. Hidrología forestal. El ciclo hidrológico.


Valladolid: Universidad de Valladolid, 1996.

MMAMRM. Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (SIG-


PAC). http://www.mapa.es/es/sig/pags/sigpac/intro.htm. Ministerio de
Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (Consulta: 11/04/2010), 2010.

Mongil, J. ‹‹Adaptación de las tablas del Número de Curva para las forma-
ciones vegetales del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente (isla de
la Palma), España››. Boletín Geológico y Minero, 2010; 121-2:179-188.

Navarro, J., Martínez de Azagra, A. y Mongil, J. (coords.). Hidrología de con-


servación de aguas. Captación de precipitaciones horizontales y de esco-
rrentías en zonas secas. Valladolid: Universidad de Valladolid, 2009.

NRCS. National Engineering Handbook. Part 630 Hydrology. Washington


D.C.: NRCS, 1997.

NRCS. National Engineering Handbook. Part 630 Hydrology. Washington


D.C.: NRCS, 2002.

Ponce, V. M. y Hawkins, R.H. ‹‹Runoff curve number: Has it reached maturity?››.


Journal of hydrologic engineering, January 1996:11-19.

Rivas-Martínez, S. et ál. «Mapa de series, geoseries y geopermaseries de vege-


tación de España (Memoria del mapa de vegetación potencial de Espa-
ña)». Itinera Geobotánica, 2011; 18 (1-2):5-800.

164
SCS. Urban hydrology for small watersheds. Washington D.C.: SCS (Technical
Release-55), 1986.

Témez, J. R. Cálculo hidrometeorológico de caudales máximos en pequeñas


cuencas naturales. Madrid: MOPU Dirección General de Carreteras, 1987.

Udall, S. L. y Dominy, F. E. Diseño de presas pequeñas. México D.F.: Ed.


Continental, 1966.

Williams, J. R. ‹‹The EPIC Model››. En: Computer Models of Watershed Hydro-


logy. Highlands Ranch CO: Water Resources Publications, 1995.

165
View publication stats

Potrebbero piacerti anche