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El papel del cristiano en la politica

Autor: Danny José Díaz Rojas

Seminarista del “Seminario Misionero San José”

Email: chocherita7@gmail.com

Introduccion:

En el presente ensayo se busca platear – o mejor dicho – ubicar el papel, rol y deber que tiene un

cristiano en la política actual y puesto que el cristiano como persona se desarrolla en un ámbito

social (sociedad), que tiene leyes para el bien común (política) en la que el participa (democracia).

Desarrollo:

1. ¿Qué es un cristiano?

El hombre ha sido creado por Dios como unidad de alma y cuerpo – “corpore et anima unus”- , por lo cual

la persona – incluido el cuerpo – esta confiada enteramente a si misma, y es en la unidad de alma y cuerpo

donde eela es el sujeto de sus propios actos morales.

Lo mencionado anteriormente es una definición de la persona humana reemplazando el termino de hombre

en cuanto a doctrina social de la iglesia, esto nos indica la unidad indisoluble de cada persona, por lo cual

el crsitiano entra en esta definición, siendo su fe la creencia en Cristo Jesus y todo lo que esto implica, por

lo cual no podemos separar e la persona en un ámbito racional o incluso corporal en cuanto se relaciona en
una sociedad, sino que debe actuar como unidad, y como toda persona, pero con la firme convicción de sus

creen cias que participan de esa unidad.

2. La política:

Toda sociedad necesita mantener un orden, para esto se requiere un sistema de gobierno que busque el bien

común, como no todas las personas pueden gobernar – pero si buscan el bien común – se necesitan lideres

que guien a la sociedad en y por el bien de todos los que participan de ella.

3. Presencia del laico cristiano en la política:

a) En el contexto del compromiso político del fiel laico, requiere un cuidado particular, la preparación

para el ejercicio del poder, que los creyentes deben asumir, especialmente cuando sus

conciudadanos confían este encargo, según las reglas democráticas; esto es: que los cristianos tienen

una gran participación en el sistema democrático y lo aprecian en la medida en que asegura la

participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernantes, o bien la de

sustituirlos oportunamente de manera pacifica, y rechazan los grupos ocultos de poder que buscan

condicionar o subvertir el funcionamiento de las instituciones legitimas. El ejercicio de la autoridad

debe asumir el carácter de servicio, se ha de desarrollar siempre en el ámbito de la ley moral para

lograr el bien ccomun, quien ejerce la autoridad política debe hacer converger las energías de todos

los ciudadanos hacia este objetivo, no de forma autoritaria, sino valiéndose de la fuerza moral

alimentada por la libertar.

b) El fiel laico esta llamado a identificar, en las situaciones políticas concretas, las acciones realmente

posibles para poner en practica los principios y valores morales propios de la vida social. Ello exige

un método de discernimiento, personal y comunitario, articulado en torno a algunos puntos claves:

el conocimiento de las situaciones, analizadas con la ayuda de las ciencias sociales y de

instrumentos adecuados; la reflexión sistematica sobre la realidad, a la luz del mensaje inmutable

del evangelio y de la enseñanza social de la iglesia; la individuación de las opciones orientadas a

hacer evolucionar en sentido positivo la situación presente. De la profundidad de la escucha y de la


intrpretacion de la realidad derivan las opciones operativas concretas y eficaces; a las que, sin

embargo, no se les debe atribuir nunca un valor absoluto, porque ningún problema puede ser resuelto

de modo definitivo, a esto se añade: la fe nunca ha pretendido encerrar los contenidos socio-politicos

en un esquema rigido, consciente de que la dimesion histórica en la que el hombre vive, impone

verificar la presencia de situaciones imperfectas y a menudo rápidamente mutables.

c) Una situación emblemática para el ejercicio del discernimiento se presenta en el funcionamiento

del sistema democatico, que hoy muchos consideran en una perspectiva agnóstica y relativista, que

lleva a ver la verdad como un producto determinado por la mayoría y condicionado por los

equilibrios políticos. En un contexto semejante, el discernimiento es especialmente grave y delicado

cuando se ejercita en ámbitos como la objetividad y rectitud de la información, la investigación

científica o las opciones económicas que repercuten en la vida de los mas pobres o en realidades

que remiten las exigencias morales fundamentales e irrenunciables, como el carácter sagrado de la

vida, la indisolubilidad del matrimonio, la promoción de la familia fundada sobre un hombre y una

mujer.

En esta situación resultan útiles algunos criterios fundamentales: la distinción y a la vez la conexión entre

el orden legal y el orden moral; la fidelidad a la propia identidad y, al mismo tiempo, la disponibilidad al

dialogo con todos; la necesidad de que el juicio y el compromiso social del cristiano hagan referencia a la

triple e inseparable fidelidad a los valores naturales, respetando la legitima autonomía de las realidades

temporales, a los valores morales, promoviendo la conciencia de la intrínseca dimensión ética de los

problemas sociales y políticos, y a los valores sobrenaturales, realizando su misión con el espíritu del

Evangelio de Jesucristo.

Conclusión:

La persona humana es una unidad de alma y cuerpo, al gozar de su libertad religiosa, la creencia

que cada uno adopte se adhiere al modo de vida, que implica una participación en el sitema político
– democracia – y por lo tanto con el compromiso y según lo que esta creencia implique – derechos

y deberes dentro de la iglesia – la persona tiene una plena y activa participación, buscando el bien

común sin que afecte los valores naturales de cada sociedad-estado que además van a la par con

los valores morales del cristiano y que en eso las leyes no pueden modificar el ser del estado, eso

seria no querer ver, asumir y participar en la realidad política, social y humana que conforma

nuestro mundo.

Bibliografía:

 Congregación para la doctrina de la fe, nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al

compromiso y a la conducta de los católicos en la vida política, librería editrice vaticana,

cuidad del Vaticano, 2002.

 Pontificio consejo “justicia y paz”, compendio de la doctrina social de la iglesia, librería

editrice vaticana, cuidad del Vaticano, 2005.

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