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INTEGRANTE:
KELLY VELEZ
C.I.: 17.470.382
YURAIMA DIAZ
C.I.: 19.791.087
ANA MARABAY
C.I.: 16.245.337
SECCIÒN: 127
Maracay, 31 de Octubre de 2009
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INDICE
INTRODUCCIÓN.............................................................................................................4
POLÍTICAS NACIONALES DEL ESTADO VENEZOLANO.......................................5
FACTORES SOCIOCULTURALES................................................................................6
Clima.............................................................................................................................6
Altitud............................................................................................................................6
Situación social y económica........................................................................................7
Cultura...........................................................................................................................7
ESTADO NUTRICIONAL DEL PACIENTE..................................................................8
ADOLESCENTE...........................................................................................................8
ANCIANO...................................................................................................................10
CARENCIA NUTRICIONALES EN EMBARAZADAS..............................................12
CONCLUSIÓN...............................................................................................................16
BIBLIOGRAFIA.............................................................................................................17
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INTRODUCCIÓN
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POLÍTICAS NACIONALES DEL ESTADO VENEZOLANO
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El objetivo de este “ente” y de la Política así concebida, debe ser
asegurar que se tengan en cuenta las implicaciones y repercusiones
nutricionales de las diversas políticas ejecutadas en organismos
gubernamentales, distintos a los directamente responsables de la producción y
consumo de alimentos.
FACTORES SOCIOCULTURALES
Clima
Altitud
6
Situación social y económica
Cultura
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La ingestión de bebidas alcohólicas y el tabaquismo tienen un importante com-
ponente cultural y social. Son hábitos muy arraigados que fueron potenciados de
diversas formas y que costará mucho tiempo erradicar, a pesar de haberse com-
probado, especia '-"ente con el tabaco, que puede ser carcinógeno, favoreciendo el
desarrollo del cáncer en diversos órganos tanto digestivos como extradigestivas. El
alcoholismo suele acompañarse de malnutrición y es una de las causas de cirrosis
hepática.
El nivel cultural de los individuos suele influir en gran medida en la forma de
satisfacer su necesidad de nutrición. La falta de conocimientos puede ser
responsable de dietas desequilibradas. En otras situaciones te causa de una nutrición
incorrecta es el desinterés o la falta de tiempo.
También la moda influye sobre la nutrición, aunque los conocimientos
dietéticos sean correctos. La estética actual establece que la belleza reside en los
cuerpos delgados. Curiosamente es la mujer mayoritariamente quien intenta seguir
estos cánones; por tanto, es bastante frecuente que «ellas» se sometan a severos
regímenes dietéticos, para alcanzar un peso “ideal”, prescindiendo de mantener una
alimentación equilibrada. Cuando adelgazar se convierte en una obsesión, la
anorexia es un peligro que en ocasiones puede conducir a la muerte.
Algunos grupos sociales y casi todas las religiones mantienen normas
alimentarias concretas, basándose en diversos significados; religiosos, éticos,
filosóficos, etc. Estas normas pueden prohibir de forma absoluta uno o varios
alimentos, o bien limitar su ingestión de forma temporal.
Se puede afirmar que el patrón alimentario de un individuo depende de
factores biopsicosociales.
ADOLESCENTE
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ósea. La composición del tejido depositado presenta diferencias por género. El
crecimiento en las niñas se acompaña de un mayor aumento en la proporción
de grasa corporal, mientras los varones presentan una mayor acreción de
masa magra y un mayor aumento de la volemia y de la masa eritrocitaria, lo
que condiciona requerimientos diferenciados para cada uno de los sexos. En
los hombres hay mayores requerimientos de nitrógeno, calcio, hierro, magnesio
y zinc.
Estos hábitos alimentarios se caracterizan por:
Alimentación desordenada con tendencia creciente a saltarse comidas,
especialmente el desayuno y el almuerzo, concentrando la ingesta en el
horario vespertino.
Alto consumo de comidas rápidas, golosinas y bebidas azucaradas de
alta densidad calórica y bajo contenido de nutrientes específicos.
Baja ingesta de calcio debido al reemplazo de la leche por bebidas o
infusiones de bajo contenido nutricional.
Escaso control y conocimiento de los padres respecto a la alimentación
de sus hijos adolescentes.
Tendencia frecuente a dietas hipocalóricas especialmente en
adolescentes mayores, alcanzando una prevalencia de hasta 60% en este
grupo; asumiendo en muchos casos regímenes vegetarianos o dietas
esotéricas muy restrictivas y desbalanceadas que pueden comprometer el
potencial de crecimiento o inducir carencias específicas.
Como consecuencia de lo anterior, la adolescencia es una etapa con alta
prevalencia de trastornos nutricionales siendo los más frecuentes, la
malnutrición por exceso y las carencias específicas de hierro y de calcio.
Recomendaciones Nutricionales
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Es conveniente propiciar un esquema de cuatro comidas diarias que
eviten períodos prolongados de ayuno y el consumo excesivo de "snacks" y al
mismo tiempo, entregar contenidos educativos respecto al valor nutritivo de los
diferentes alimentos y a los riesgos de salud derivados de conductas
alimentarias inadecuadas.
Las recomendaciones generales deben enfocarse a lograr un
crecimiento óptimo que refleje lo mejor posible el potencial genético y a
disminuir la prevalencia de los problemas nutricionales más frecuentes en la
adolescencia. Es importante asegurar una ingesta proteica suficiente, que
incluya productos lácteos y carnes aportadores de proteínas de alta calidad;
cuando esto no sea posible, por razones culturales o económicas, debe
incentivarse el consumo de alimentos complementarios para mejorar el valor
proteico de la mezcla, como por ejemplo, combinar cereales con leguminosas.
En una alimentación balanceada, las proteínas deben corresponder al 10
- 15% de las calorías totales de la dieta, no más del 30% deben ser dadas por
la ingesta grasa, limitando a un tercio el consumo de grasas saturadas
(principalmente de origen animal) y el 55 a 60 % restantes deben ser aportadas
por hidratos de carbono, privilegiando los hidratos de carbono complejos por
sobre los azúcares.
Debe incentivarse el consumo de productos lácteos para asegurar una
ingesta adecuada de calcio, el consumo diario de frutas y verduras aportadoras
de vitaminas y fibra dietaria, y recomendar moderación en el consumo de sal.
ANCIANO
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etiología de posibles deficiencias, diseñar las intervenciones correctivas y
evaluar su efectividad.
Los requerimientos energéticos declinan con la edad en asociación con
la pérdida de masa magra y la disminución de la actividad física. La ingesta
energética disminuye más aún en los más ancianos a causa de incapacidades
que limitan su actividad física.
La carencia de patrones de referencia y puntos de corte ajustados por
edad para valores antropométricos, bioquímicos y clínicos dificulta una
adecuada evaluación nutricional de los ancianos.
Dentro de las necesidades que deben asegurarse en el anciano, tienen
una importancia especial el agua y las vitaminas.
El agua es uno de los nutrientes más importantes requeridos para la
mantención de la homeostasis en ancianos, debido a su papel esencial en la
regulación del volumen celular, el transporte de nutrientes, la remoción de
desechos y la regulación de la temperatura. La disminución del agua corporal
que ocurre con el envejecimiento (80% al nacimiento y 60 a 70% en ancianos),
los hace especialmente hábiles a la pérdida de agua, lo cual tiene profundas
consecuencias sobre la salud de este grupo.
La sed es el principal mecanismo de control de la ingesta de agua. La
deshidratación celular y la hipovolemia producida por la pérdida de volumen
extracelular son los dos principales estímulos de la sed. Está demostrado que
aún en ancianos sanos con concentraciones plasmáticas de sodio y
osmolaridad alta, la sed está disminuida, lo que puede constituir un serio
problema en caso de enfermedad; ello obliga a anticipar la necesidad de agua
en el anciano.
En relación a los requerimientos vitamínicos en el anciano existen ciertas
evidencias que avalan un aumento de recomendaciones de vitaminas B1, B6,
B12, E, C, Ac Fólico, y β-caroteno para mantener en forma adecuada la función
cognitiva, la respuesta inmune y la tolerancia a la glucosa (5-9); asimismo
confieren protección contra el stress oxidativo y contra la elevación de la
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homocisteína, importante factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares y
deterioro cognitivo (10,11).
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grave de yodo en la alimentación de la embaraza da lugar a efectos negativos
e irreversibles en el desarrollo cerebral del bebé, siendo la principal causa de
retraso mental y físico (cretinismo) y parálisis cerebral evitable en el mundo.
Su carencia provoca trastornos que se deben a la producción insuficiente de
tiroxina e incluyen el bocio endémico a todas las edades y el incremento de los
abortos, de las malformaciones congénitas, de los trastornos de la deglución y
respiratorios, de las alteraciones neurológicas, de la sordera, del hipotiroidismo,
de la mortalidad fetal y de la disminución en el intelecto intelectual del niño de
hasta 10 puntos.
De cinc: Es un mineral de enorme importancia ya que interviene a todos los
niveles en el funcionamiento de los genes que contienen la información de las
células.
Su carencia provoca lesiones en la piel (piel seca), retraso en la cicatrización
de las heridas, caída de cabello, uñas quebradizas, hipogonadismo
(disminución o ausencia de secreción de las hormonas gonadales (glándulas
sexuales)) y mayor frecuencia de complicaciones en la gestación y riesgo de
tener bebés prematuros.
De magnesio: Este mineral participa en el metabolismo de los azúcares, de las
grasas y de las proteínas, interviene en el equilibrio ácido-base, en la formación
de huesos, en la actividad cerebral y en las defensas inmunitarias.
Las necesidades de este mineral se ven aumentadas durante el embarazo. Un
aporte adecuado en esta etapa disminuye la frecuencia de las complicaciones
del embarazo (la eclampsia) y del parto (distocias) además de reducir el riesgo
de nacimientos prematuros.
De vitamina A: Se trata de una vitamina indispensable para el crecimiento y
desarrollo de todos los tejidos y el buen mantenimiento de las mucosas, los
epitelios y la piel.
Tiene una función esencial en los procesos inmunológicos, en los procesos de
reproducción y en el mantenimiento de la visión.
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Un consumo insuficiente puede aumentar el riesgo de abortos espontáneos,
malformaciones congénitas, trastornos en la vista y ceguera e infecciones
microbianas.
De ácido fólico: El ácido fólico desempeña un papel fundamental a varios
niveles: interviene en la formación de células sanguíneas (glóbulos rojos) y
participa en la síntesis de los ácidos nucleicos (ADN, ARN), las proteínas, la
metionina y de neurotransmisores como la adrenalina, la dopamina y la
noradrenalina.
La carencia en el embarazo tiene consecuencias nefastas tanto para la madre
(anemia, hemorragias, abortos y partos prematuros) como para el bebé
(malformaciones en el tubo neuronal del feto (espina bífida), bajo peso al nacer,
nacimiento prematuro y fragilidad durante los primeros días de vida).
De vitamina B12: La vitamina B12 se complementa con la vitamina B9 y es
imprescindible para su buen funcionamiento. Interviene en la formación de
glóbulos rojos sanguíneos, en la secreción de anticuerpos, en la síntesis de
ADN y metionina y en la integridad del sistema nervioso.
Una ingesta carencial provoca la aparición de anemia megaloblástica,
afecciones en la piel y mucosas y trastornos de tipo neurológicos.
De vitamina C: La vitamina C actúa como antioxidante, participa en el
mecanismo de la defensa inmunitaria, estimula la síntesis de colágeno
aumentando la resistencia de los tejidos (piel, cartílagos, ligamentos, paredes
de los vasos sanguíneos, dientes y huesos), favorece la síntesis hepática de la
carnitina y participa en la síntesis de algunos neurotransmisores
(noradrenalina).
Durante el embarazo es necesaria para prevenir la aparición de infecciones,
mantener la integridad de las membranas placentarias, mantener un buen
crecimiento y reparación de las células de los tejidos, encías, vasos
sanguíneos, huesos y dientes, tanto de la madre como del bebé y disminuir el
riesgo de partos prematuros.
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De vitamina D: La vitamina D está implicada en un amplio número de procesos
endocrinos y metabólicos, siendo uno de los más importantes la regulación del
metabolismo del calcio y del fósforo (permite la fijación del calcio en los
huesos). También interviene en el transporte del calcio hacia el feto, en la
diferenciación de los glóbulos blancos, en el control de la síntesis de insulina
por el páncreas y en la concentración del calcio en la leche materna.
La mujer embarazada que no cubre sus necesidades tiene más riesgo de no
aumentar el peso suficiente que requiere la gestación y su leche materna
puede ser pobre en calcio y vitamina D.
El feto a su vez, puede sufrir retraso en su crecimiento y en la formación de sus
huesos, padecer raquitismo congénito, anomalías en el esmalte dental y la
aparición de convulsiones.
De vitamina E: La vitamina E atraviesa con dificultad la placenta de la madre
por lo que los bebés pueden nacer con los niveles sanguíneos de esta vitamina
muy bajos, en especial los que son prematuros. Esta situación favorece la
ruptura de glóbulos rojos y la ictericia (ojos y piel amarillos) tras el nacimiento
cuando los glóbulos rojos se exponen bruscamente a aporte directo del
oxígeno por los pulmones.
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CONCLUSIÓN
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BIBLIOGRAFIA
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