AÑO LXXXI Nº 117 DIRECTOR: JORGE HORACIO ALTERINI TOMO LA LEY 2017-C

BUENOS AIRES, ARGENTINA - VIERNES 23 DE JUNIO DE 2017 ISSN 0024-1636

Recursos de la seguridad social:

Determinación de deuda y su impugnación
administrativa
Graciela M. Gurdulich

SUMARIO: I. Introducción. Legislación aplicable.— II. Análisis de la Res. Gral. (AFIP) 79/98 y modificatorias.— III. Análisis de las cuestiones del procedimiento que afectan
el derecho de defensa y debido proceso legal adjetivo.— IV. El principio “solve et repete” (la regla del pago previo).

La garantía del debido proceso En tal sentido, estando en cabeza de
ANSeS la recaudación de los Recursos
debe contemplarse desde la órbita de la Seguridad Social, el procedimiento
judicial y administrativa, es decir, es impugnatorio de las deudas determina-
das estaba regulado por lo dispuesto en
aplicable a todo tipo de procedimiento, el art. 11 de la ley 18.820 y modif., que es-
no sólo penal sino también adminis- tablece:
trativo. La garantía referida tiene valor “Art.  11, ley 18.820. Efectuada intimación
constitucional de carácter general, por funcionario o inspector de la Dirección
Nacional de Previsión social (luego ANSeS
constituyendo casi un principio gene- y hoy AFP-DGI), el deudor tendrá derecho
ral del derecho aplicable a todas las a manifestar su disconformidad o impug-
nación total o parcial, respecto de la deuda
situaciones asimilables a aquellas que establecida, mediante escrito fundado que
originariamente pueden haber dado se presentará en el lugar que indique el acta
de inspección dentro del perentorio plazo
lugar a su formulación. La garantía de 15 (quince) días hábiles siguientes la inti-
está relacionada no sólo respecto de mación (1). Deberá también acompañarse la
prueba documental que estuviere en poder
los actos administrativos, sino de las del intimado y ofrecerse toda prueba de que
vías recursivas por las que se impug- intente valerse”.
nan esos actos. El administrado tiene Para la impugnación contra las inti-
derecho a ser oído para que se puedan maciones administrativas del monto de
actualización e intereses, prevista por
escuchar sus razones ante el órgano el art.11, ley 21.864, modificada por la
administrativo, derecho que sólo tiene ley 23.659, el plazo para la impugnación
es de cinco días hábiles de notificada di-
por límite el decoro y buen orden del cha intimación.
procedimiento.
“Art.  12, ley 18.820. Si el contribuyente o
administrado no manifestara su disconfor-
midad o impugnación o pagare la deuda, la
I. Introducción. Legislación aplicable misma quedará consentida y dará lugar a la
emisión del certificado de deuda respectivo
La recaudación previsional estuvo regu- para su ejecución”.
lada por la ley 18.820 (denominada “Régi-
men de recaudación de las Cajas Naciona- Entonces las opciones del contribuyente
les de Previsión”), algunas de cuyas normas son tres:
siguen vigentes y otras modificadas. Dicha
ley también estableció el mecanismo de im- -No pagar ni impugnar, quedando la deu-
pugnación de la deuda determinada. da consentida;
-Conformidad del contribuyente: los
empleadores que conformen total o par-
cialmente las determinaciones de deuda
practicadas, deberán presentar las de-
claraciones juradas originales o rectifi-
cativas, según corresponda, cumpliendo
las normas que al efecto establece la Res.
Gral. (AFIP)...
-Impugnar la deuda determinada;
En este último caso —cuestionar la de-
terminación de deuda— deberá ajustarse al
procedimiento de la Res. Gral (AFIP 79/98).
II. Análisis de la Res. Gral. (AFIP) 79/98 y mo-
dificatorias
1. El recurso impugnatorio
“Punto 3.1.- La impugnación de la deuda
determinada o de la inspección constatada
deberá presentarse en la dependencia en la
cual el contribuyente se encuentre inscrip-
to dentro de los 15 días hábiles administra-
tivos contados a partir del día siguiente, in-
clusive al de la notificación del acta de ins-
pección, del acta determinativa de la deuda,
del acta de infracción o de la intimación de
deuda...”.
“Si el contribuyente solamente impug-
nara la liquidación de la actualización o
los intereses la impugnación se interpon-
drá ante la dependencia citada, dentro de
los 5 días hábiles administrativos conta-
dos de la forma indicada en el párr. an-
terior”.
Quiere decir entonces que partir de la
presentación de la impugnación que realice
el contribuyente, comienza el procedimien-
to allí previsto.
2. Formalidades
“Punto 3.2.- En el escrito impugnatorio...
el presentante deberá acreditar debida-
mente su personería e identificar los nú-
meros de actas, órdenes de intervención,
conceptos y períodos fiscales impugnados.
Asimismo deberá efectuar una crítica con-
creta y razonada del contenido del acta o
de la intimación que se impugne, ofrecien-
do toda la prueba de la que intenta valer-
se, acompañando la prueba documental
que estuviere en su poder” “Punto 3.2.1.
Cuando se impugne parcialmente la deuda.
Deberá cumplirse con lo establecido en el
punto 2 respecto de la parte conformada,
presentación de las Declaraciones Jura-
das...”.
El Organismo receptor verificara el cum-
plimiento de los requisitos formales y la
temporaneidad de la presentación, pudien-
do presentarse el escrito recursivo dentro
de las dos primeras horas del día siguiente
a la del vencimiento del plazo para impug-
nar.
Respecto a la personería, será aplicable el
supuesto previsto en el artículo 48 del Cód.,
Proc. Civ. y Com. de la Nación.
3. Incumplimientos
“Punto 4.3.- En caso de falta de cum-
plimiento de los requisitos formales... el
área competente dispondrá, en la primera
providencia que emita, todas las intimacio-
nes que correspondiera efectuar...”.
4. Rechazo “in limine”. Irrecurribilidad
Se crea el instituto de “rechazo in limine”
en el procedimiento administrativo, y se

DOCTRINA. Recursos de la seguridad social: Determinación de deuda y su impugnación JURISPRUDENCIA

administrativa IMPUGNACIÓN DE RESOLUCIONES ASAMBLEARIAS. Plazo para hacerlo. Caducidad
CORREO
ARGENTINO
Graciela M. Gurdulich................................................................................................................... 1 (C1aCiv. y Com., Bahía Blanca)............................................................................................4
CENTRAL B

NOTA A FALLO. La improcedencia de la ampliación de la demanda de impugnación de ASTREINTES. Cese. Aplicación hasta el momento del distracto laboral (CNCiv.)..............5
FRANQUEO A PAGAR
CUENTA Nº 10269F1

decisiones asamblearias vencido el plazo del art. 251 de la Ley General de Sociedades

Diego A. J. Duprat........................................................................................................................ 4
CUPO FEMENINO. Igualdad de género. Partidos políticos. Intervención de la agrupación
(CNElectoral).......................................................................................................................6
2 | viernes 23 DE jUNIO DE 2017
sanciona con la irrecurribilidad, de la resolu-
ción que al respecto se dicte, en los siguientes
casos:
“Punto 4.2.-No se substanciará la impug-
nación que se deduzca contra un acta rec-
tificatoria que hubiera sido labrada como
resultado de la disconformidad planteada
respecto del acta original y en la que se in-
voquen causales no esgrimidas en ocasión
de impugnarse el acta original, habiendo
tenido la oportunidad de hacerlo....” En
este supuesto...” el juez administrativo
competente dictará una providencia des-
estimando “in limine” la presentación, la
que será irrecurrible” (punto 4.3.2, Res.
Gral. cit).
“Punto 4.3.1. En caso de inobservancia
del requisito indicado en el punto 4.1.1.:
evaluar si corresponde tomar la impug-
nación presentada extemporáneamente
como denuncia de ilegitimidad y sustan-
ciarla de acuerdo con lo previsto en el
apartado 6) del inciso e) del artículo 1º
de la ley 19.549 y sus modificaciones. De
no considerase procedente la denuncia de
ilegitimidad, el juez administrativo dic-
tará una providencia desestimando “in
limine” la presentación, la que será irre-
currible”.
“Punto 4.3.2. Si el impugnante no subsa-
nare la falta de acreditación de personería,
no cumpliere con los requisitos previstos en
el punto 3.2.1... el juez administrativo com-
petente dictará una providencia desesti-
mando in limine la presentación, la que será
irrecurrible”).
III. Análisis de las cuestiones del procedimien-
to que afectan el derecho de defensa y debido
proceso legal adjetivo
1. El derecho a ser oído
El procedimiento que aplica la Admi-
nistración Federal de Ingresos Públicos
(AFIP) está en pugna con los principios
constitucionales (de defensa y del debido
proceso adjetivo).
Así no pueden sostenerse la legalidad
del rechazo “in limine” que prevé el proce-
dimiento en estudio y la irrecurribilidad de
las providencias y resoluciones que al res-
pecto se dicten.
Con la sanción de la Ley Nacional 19.549
de Procedimientos Administrativos, el
“principio de debido proceso adjetivo” fue
reconocido en su art. 1, inc. f) (2).
Ahora bien, la citada ley es aplicable su-
pletoriamente en las tramitaciones admi-
nistrativas cuyos regímenes especiales sub-
sistan, ello en razón de lo dispuesto por su
art. 2, párr. 2º (3).
El Poder Ejecutivo, en su momento, en
virtud de las facultades otorgadas para
determinar cuáles serán los procedimien-
tos especiales aplicables que continuarán
vigentes, dictó el decreto 9101/72 —luego
derogado por el decreto 722/96—, dispuso
la subsistencia de algunos procedimientos
especiales que regulan ciertas materias, en-
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) Al dictarse el decreto 507/93 (del 24/3/93), las
funciones de aplicación, recaudación, fiscalización y
ejecución judicial de los recursos de la seguridad so-
cial en cabeza de ANSeS (creada por decreto 2741/91),
fueron trasladadas a la DGI. Dichas funciones, por
disposición del decreto 618/97, recaen en la órbita de
la AFIP.
(2) Art. 1 , ley 19.549: “Las normas del procedimien-
to que se aplicarán ante la administración pública
nacional centralizada y descentralizada...se ajustará
a los siguientes requisitos; ...inc. f) Debido proceso
tre ellas, las correspondientes a la AFIP y
otras.
Por ende, respecto de los procedimientos es-
peciales que aplica la AFIP, se aplicará suple-
toriamente la ley 19.549 (cfr. art. 2, ley 19.549).
Este encuadre legal del procedimiento in-
dica que el que estamos analizando debería
garantizar las garantías que emergen de la
Ley Nacional de Procedimientos Adminis-
trativos.
En tal sentido, Cassagne indica que la
garantía del debido proceso adjetivo es un
principio derivado de la garantía constitu-
cional de defensa, reconocido por el art. 18
de la Constitución (4).
La garantía del debido proceso debe con-
templarse desde la órbita judicial y admi-
nistrativa, es decir, es aplicable a todo tipo
de procedimiento, no sólo penal sino tam-
bién administrativo. (5)
También la Corte Suprema ha admitido
que el debido proceso legal debe extenderse
a los procedimientos administrativos.
La garantía referida tiene valor constitu-
cional de carácter general, constituyendo
casi un principio general del derecho apli-
cable a todas las situaciones asimilables a
aquellas que originariamente puede haber
dado lugar su formulación (6).
La garantía está relacionada no sólo res-
pecto de los actos administrativos, sino de
las vías recursivas por las que se impugnan
esos actos.
El administrado tiene derecho a ser oído
para que se puedan escuchar sus razones
ante el órgano administrativo, derecho
que sólo tiene por límite el decoro y buen
orden del procedimiento. Asimismo, a
ofrecer y producir pruebas debiendo ejer-
cerse con suma prudencia la facultad de
rechazar pruebas por falta de razonabi-
lidad; y que las pruebas sean producidas
antes que la Administración tome una de-
cisión sobre el fondo de la cuestión plan-
teada (7).
Además, conforme expresa Bielsa, la
garantía del debido proceso legal se in-
tegra con el derecho del administrado a
obtener una decisión fundada que con-
temple sus alegaciones y resuelva sus pe-
ticiones.  (8)
En este contexto y a la luz de la doctrina
administrativa citada, el procedimiento que
aplica la Administración Federal de Ingre-
sos Públicos (AFIP), está en pugna con los
principios constitucionales (de defensa) y
del procedimiento administrativo (debido
proceso adjetivo).
Así no pueden sostenerse la legalidad
del rechazo “in limine” que prevé el proce-
dimiento en estudio y la irrecurribilidad de
las providencias y resoluciones que al res-
pecto se dicten.
Dijimos “infra” que el administrado tiene
derecho a ser oído, derecho que tiene por
adjetivo. Derecho a ser oído... 2) Derecho a ofrecer
y producir pruebas; ...3) Derecho a una decisión fun-
dada:...).
(3) Art. 2, ley 19.549: “Dentro del plazo de 120
días, computado a partir de la vigencia de las nor-
mas procesales a que se refiere el art. 1, el PE deter-
minará cuáles serán los procedimientos especiales
actualmente aplicables que continuaran a vigen-
tes. Queda asimismo facultado para: a) sustituir las
normas legales y reglamentarias de índole estric-
tamente procesal de los regímenes especiales que
subsistan, con miras a la paulatina adaptación de
límite el “decoro” y el “buen orden adminis-
trativo” (9).
En los casos descriptos, el derecho a ser
oído no puede ser dejado de lado, como así
el derecho a una decisión fundada que con-
temple todas sus alegaciones.
El procedimiento administrativo se com-
plementa con otros principios, como es el
de la eficacia y otros.
Este principio —de eficacia— fue reco-
nocido en la ley 19.549, en el art. 1º, inc. b)
y en el Reglamento de la ley, art.  2 y se
integra con otros principios, el de “eco-
nomía”, “sencillez” y “celeridad” en los
trámites.
En este orden de ideas, el Reglamento de
la ley decreto 1759/72 (t.o. 1981), en su art. 5,
dispone:
Inc. a) Tramitar los expedientes según su
orden...;
Inc. b) Proveer en una sola resolución
todos los trámites que, por su naturaleza
admitan su impulsión simultánea y concen-
trar en un mismo acto o audiencia todas las
diligencias y medidas de prueba pertinen-
tes;
Inc. c) Señalar, antes de dar trámite a
cualquier petición, los defectos de que ado-
lezca, ordenando que se subsanen de oficio o
por el interesado dentro del plazo que fije...;
Inc. d) Disponer en cualquier momento
la comparecencia personal de las partes in-
teresadas... para requerir las explicaciones
que se estimen necesarias y aun para redu-
cir las discrepancias que pudieran existir
sobre cuestiones de hecho o de derecho la-
brándose acta…;
Todas estas medidas, son aplicadas por el
procedimiento en estudio (Res. Gral. 79/98),
ya que el decreto 1759/79 (t.o. 1981) se aplica
supletoriamente, más la regulación que ob-
servamos —rechazo “in limine”—; irrecurri-
bilidad, optó en forma ilegal con disposiciones
para “acelerar la substanciación de los recur-
sos o impugnaciones” contra la determinacio-
nes de deuda que efectúa AFIP, el violación al
derecho al debido proceso adjetivo.
2. El derecho a ofrecer y producir pruebas
Sin perjuicio de que en el acápite anterior
ya hablamos del derecho a ofrecer y produ-
cir pruebas, hacemos puntualmente algu-
nas precisiones.
La Administración tiene el deber de
decretar la apertura de la prueba ofreci-
da conforme al principio del debido pro-
ceso.
Este derecho está previsto en el art.  1,
inc. f) de la Ley Nacional de Procedimientos
Administrativos.
La norma establece que la prueba se debe
ofrecer y producir dentro del plazo que la
Administración fije en cada caso “...debien-
do la Administración requerir y producir
éstos al sistema del nuevo procedimiento y de los
recursos administrativos por él implantados.... La
presente ley será de aplicación supletoria en las
tramitaciones administrativas cuyos regímenes es-
peciales subsistan.
(4) CASSAGNE, Juan Carlos, “Curso de Derecho
Administrativo”, La Ley, Bs. As., 2011, 10ª ed., t. II,
p. 17 y ss.
(5) GORDILLO, Agustín, “Procedimiento y Re-
cursos Administrativos”, Macchi, 1964, Bs. As, 1ª ed.,
p. 36, Nº 15, citado por ESCOLA, Héctor Jorge, Trata-
do Gral de Procedimiento Administrativo, actualizada,
los informe y dictámenes necesarios para
el establecimiento de los hechos y la verdad
jurídico-objetiva”
La garantía del debido proceso adjetivo
se corresponde con el derecho de defensa
que garantiza la Constitución.
En tal sentido, el art.46, dec.1759/72 -t.o
1981-, indica: “La administración de oficio
o a pedido de parte, podrá disponer la pro-
ducción de prueba respecto de los hechos
invocados que fueren conducentes para la
decisión, fijando el plazo para su produc-
ción y su ampliación, si correspondiere.
Se admitirán todos los medios de prueba
salvo los que fueren manifiestamente im-
procedentes, superfluos o meramente di-
latorios”.
Ahora bien, la Res. Gral (AFIP) 79/98, en
consonancia con la inteligencia de dicho de-
creto, expresa:
“Punto 7.2.1.- No serán admitidas las
pruebas que fueran manifiestamente im-
procedentes o superfluas o meramente
dilatorias…” (y seguidamente expresa) “la
observación que pudiera manifestar el im-
pugnante se tendrá en presente para su
debida valoración por la Cámara Federal
de la Seguridad Social en la etapa procesal
oportuna”.
La Administración, que impulsa el pro-
cedimiento, tiene facultades para rechazar
pruebas del carácter indicado.
Al respecto ya se dijo que el administrado
tiene derecho a ofrecer y producir pruebas
y que debe ejercerse con suma prudencia la
facultad de rechazar pruebas por falta de
razonabilidad. Asimismo, deben ser pro-
ducidas antes que la Administración tome
una decisión sobre el fondo de la cuestión
planteada.
La cláusula que indica que la prueba no
admitida de la cual el contribuyente insiste
sobre su producción “será tenida presente
para su debida valoración por la Cámara Fede-
ral de la Seguridad Social...” impide que logre
una decisión fundada sobre todas las cues-
tiones alegadas.
Adviértase la opinión de Cassagne, que
apunta que si la Administración no abre la
prueba, debe dar por ciertos y acreditados
los hechos manifestados por el interesado
en la medida en que la prueba sea condu-
cente (10).
3. Derecho a una decisión fundada
Sobre otro principio integrativo del
debido proceso adjetivo está previsto en
el art.  1, inc.  f), ap. 3) de la Ley Nacional
de Procedimientos Administrativos y
se corresponde con el derecho de defen-
sa de raigambre constitucional (art.  18,
Const. Nac.).
Art. 1, inc. f), ap. 3), Ley Nac. Proc. Adm.:
“El contribuyente tiene derecho a una deci-
sión fundada, que haga expresa considera-
ción de los principales argumentos y cues-
tiones propuestas...”.
Ed. Depalma, Bs. As, 1981, 2ª ed.
(6) ESCOLA, Héctor Jorge, ob. cit., p. 142 y sig.
(7) Cfr. ESCOLA, Héctor Jorge, ob. y lug. cit.; ídem.
CASSAGNE, Juan Carlos, “Curso de Derecho Admi-
nistrativo”, en ob. y lug. cit).
(8) BIELSA, Rafael, “Necesidad de Motivar los
Actos...”, en Estudios de Derecho Público, 2ª ed., t. III,
Bs. As., 1952, p. 551 y ss.).
(9) BIELSA, Rafael, ob. y lug. cit.
(10) CASSAGNE, Juan Carlos, ob. cit.,t. II, p. 62 y sig.

Expresa Escola que la obligación de la
Administración de fundar el acto es un
derecho para el administrado que, al mo-
tivarse, debe hacer mención de sus pre-
tensiones, alegaciones y peticiones, ya sea
aceptándolas, total o parcialmente, ya sea
rechazándolas, en cuyo caso la Adminis-
tración deberá dar las razones de esa des-
estimación (11).
Al ser notificada la decisión y su motiva-
ción, el administrado o contribuyente tiene
otra instancia recursiva administrativa y/o
judicial, en su caso.
Todo esto resulta vulnerado en el “pro-
cedimiento especial” en estudio, ya que si
son rechazadas las pruebas ofrecidas, el
interesado no tiene los fundamentos en la
resolución que recaiga sobre el punto, pues
que lo propuesto “será tenido presente para
su debida valoración por la Cámara Federal
de la Seguridad Social”.
IV. El principio “solve et repete” (la regla del
pago previo)
1. Introducción al tema
Antes de seguir con el análisis del proce-
dimiento especial en estudio, haremos una
pequeña introducción del instituto del “sol-
ve et repete”.
Se ha dicho que el fundamento de la exi-
gencia del pago previo radica en permitir
la normal percepción de los recursos por
parte del Estado, evitando que la recau-
dación quede trabada ante la promoción
de causas judiciales por los obligados al
pago  (12).
En relación con la constitucionalidad de
la regla se ha expresado que es inconstitu-
cional:
—Viola la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (Pacto de San José de
Costa Rica) ratificado por ley 23.054, de je-
rarquía constitucional (13).
No obstante, Hutchinson sostiene que
el Pacto de San José de Costa Rica no ha
añadido demasiado al reconocimiento de
la tutela judicial hacía la Constitución de
1853, conforme la interpretación del art. 18
por la Corte...y a los efectos de evitar su
pago debe acreditarse “la falta compro-
bada e inculpable de los medios pertinen-
tes para evitar la erogación” (CS, Fallos
312:1490). (14)
—Vulnera la división de poderes (arts. 5
y 29, Const. Nac.), porque no permite el
control judicial de los actos administrati-
vos;
—Constituye una restricción a las garan-
tías de igualdad y defensa en juicio.
2. Dispensa del pago previo
El principio no es censurable en sí, pero lo
es en casos que el contribuyente o adminis-
{ NOTAS }
(11) ESCOLA, Héctor Jorge, ob. cit. p. 148 y ss.
(12) DE GIOVANNI, Julio, “Código Contencioso
Administrativo y Tributario de la Ciudad de Bs. As.”,
1999, cit. por HUTCHINSON, Tomas, en Revista de De-
recho Público, 2003- 2, ‘Proceso Administrativo II’, Ed.
Rubinzal Culzoni, p. 381 y ss.,
(13) v. doctrina citada por HUTCHINSON, Tomás,
en ob. cit., p.377 y ss.
(14) El art. 8 del referido Pacto establece: “Toda
persona tiene derecho a ser oída, con las debidas ga-
rantías y dentro de un plazo razonable por un juez o
tribunal competente independiente e imparcial, esta-
blecido con anterioridad por la ley en la substanciación
de cualquier acusación penal formulada contra ella o
por la determinación de sus derechos y obligaciones
trado quede en situación de indefensión o se
viole el derecho de igualdad.
Cuando se da una situación de irrazona-
bilidad, porque se exige el cumplimiento de
“aquello que constituye precisamente el ob-
jeto de la discusión” (15).
También cuando se invoca la situación
económica del apelante que no fue consi-
derada, ante lo cual la Corte exigió al in-
ferior examinar tales circunstancias para
justificar el incumplimiento del previo
pago”  (16).
Lo mismo ocurre cuando se ha invocado
la desproporción del desembolso (17).
En otros casos se ha expresado que es
inconstitucional el art.  15 de la ley 18.820
en tanto exige el depósito previo del im-
porte cuestionado como condición para
habilitar la instancia judicial en la que
se impugna la determinación de la deuda
previsional, ya que significa introducir
una traba al acceso de la jurisdicción y de
tal forma apartar al quejoso de la garan-
tía de ocurrir ante los jueces designados
por la ley...”  (18).
En el mismo sentido pero haciendo hin-
capié en la situación de indefensión en que
podría colocarse al apelante de exigirse el
pago previo del tributo se ha establecido:
“...no son inconstitucionales las normas
que subordinan la concesión del recurso
contra actos administrativos al pago pre-
vio, con exclusión de aquellas hipótesis
donde se demuestra la existencia de un
monto excepcional que traduzca una evi-
dente desproporción con relación a la con-
creta capacidad económica del apelante y
ante la falta comprobada e inculpable de
los medios para hacer frente a la eroga-
ción” (19).
En otro caso, la Corte Suprema dijo
“las excepciones admitidas respecto de
la validez constitucional de las normas
que requieran el pago previo...contem-
plan situaciones particulares para evi-
tar que ese previo pago se traduzca en
un real menoscabo de la defensa en jui-
cio  (20) .
3. La regulación del pago previo la RG
(AFIP) 79/98, para acceder a la vía judicial
La Cámara Federal de la Seguridad So-
cial, constituye Tribunal de Alzada de las
resoluciones administrativas, en el caso, de
la AFIP-DGI.
Este Organismo decidía sobre la proce-
dencia del recurso de apelación y elevación
o no de las actuaciones a la justicia, avan-
zando así sobre lo dispuesto por la ley que
rige la materia (art. 15, ley 18.820, modif. y
concord) (21).
En efecto, dejar en manos del Organis-
mo recaudador, que en el caso dictó la re-
solución denegatoria, decidir si está bien
pago el monto en discusión y si es proce-
de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carác-
ter”.
(15) CFed. Mendoza, Sala B, 13/9/88, “Diario Los An-
des Hnos”, DJ, 1989-I, 311.
(16) Fallos 311:1962.
(17) CS, “Serdoch, Eduardo M c/AFIP-DGI”,
22/5/2007, La Ley Online, AR/JUR/4569/2007.
(18) Del voto en disidencia parcial del Dr. Fernán-
dez, CFed. Seg. Social, Sala II, 16/5/2003, “Soc. Es-
pañola de Beneficencia c/AFIP-”, La Ley Online, AR/
JUR/5556/2003.
(19) CFed. Seg. Social, Sala III, 22/4/2002, “Centro
Empleados de Comercio de Santa Rosa c/DGI”, La Ley
Online, AR/JUR/2916/2002; IMP, 3003-A, 1198; ídem
CS Mendoza, 24/4/73, “Adelphia SAIC s/Apelación”,
dente el recurso de apelación, es quitar
las facultades procesales que en tal sen-
tido tiene el órgano jurisdiccional, en el
caso, la Cámara Federal de la Seguridad
Social.
Es entonces que en 2016, mediante la
Res. Gral. 3929, se modifica la Res. Gral.
79/98, como veremos seguidamente,
en orden a adecuarse la jurisprudencia
uniforme de la Cámara Federal de la Se-
guridad Social, sobre el procedimiento
que cuestionamos (v. Exposición de Mo-
tivos).
El texto en cuestión (RG 79/98 y modifi-
catorias), en la parte pertinente, se regulo
de la siguiente manera:
“Punto 10. Apelación ante la Cámara Fe-
deral de la Seguridad Social (punto 10).
“10.1. Liquidación de deuda. Para el cum-
plimiento del requisito previsto en el art. 15
de la ley 18.820, el contribuyente podrá so-
licitar que se practique la liquidación de la
deuda....”
“10.2.-...
“10.3.- Pago previo. Art. 15 de la ley 18.820
y modificatorias.
“10.3.1.- La obligación de ingreso esta-
blecida por el art.  15 de la ley 18.820 y sus
modificatorias como condición previa para
acceder al recurso de apelación ante la Cá-
mara Federal de la Seguridad Social, de-
berá efectivizarse mediante transferencia
electrónica...”
“10.3.2...
“10.4.- Presentación de la apelación.- El
recurso de apelación ante la CFSS debe-
rá ser presentado dentro de los 30 días
de notificada la resolución que resuelve la
impugnación o la revisión, según el caso
si el recurrente se domicilia en la CABA
o dentro de los 45 días si se domicilia en
cualquier localidad del resto del país, de
conformidad con lo establecido por el
art. 9 de la ley 23473 y sus modificatorias,
en la dependencia de esta Administración
Federal...”.
“10.4.-...
“10.5.-Elevación a la Cámara Federal
de la Seguridad Social. Presentada la
apelación, en todos los casos, se proce-
derá a la elevación del expediente ante
la CFSS para su substanciación. En la
nota de elevación, se dejara constancia
si se procedió o no a la cancelación total
o parcial, en tiempo y forma, del importe
que conste en la liquidación de la deuda
impugnada...” (texto según Res. Gral.
3829 (AFIP).
El Tribunal de Alzada revisa la resolu-
ción, la confirma, o la modifica, o la deja sin
efecto y, en su caso, devuelve las actuacio-
nes al Organismo de origen para que dicte
AR/JUR/63/1973).
(20) CS, 27/12/1996, “Expreso Sudoeste SA c/
Provincia de Bs.As.”, LA LEY, 1997-C, 38; ídem CS,
11/6/1998, “Cadesu Coop. de Trabajo Ltda. c/DGI s/
Recurso de Hecho”, La ley Online AR/JUR/4706/1998.
(21) La ley 18.820, art. 15, establece: “Contra la reso-
lución de la Comisión Nacional de Previsión social (hoy
de la AFIP-DGI) procederá el recurso de apelación
ante la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
(hoy Cámara Federal de la Seguridad Social). Dentro
de los mismos plazos deberá depositarse el importe de
la deuda resultante de la resolución administrativa. Su
omisión producirá la deserción del recurso”.
(22) Garrido Falla, cit. por CASSAGNE, Juan C.,
“Derecho Procesal Administrativo”, T. 2, pág.1390.
viernes 23 DE jUNIO DE 2017 | 3
nueva resolución acorde a derecho, según
se indique.
Asimismo el contribuyente deberá plan-
tear lo que crea haga a su derecho en cuan-
to a lo referido al depósito previo de la suma
o tributo en discusión; y el Tribunal habili-
tará o no la instancia.
La regla del “solve et repete”, en su for-
mulación más rígida, significa que “la im-
pugnación de cualquier acto administrativo
que implique liquidación de un crédito a fa-
vor del Estado sólo es posible si el particu-
lar se aviene previamente a realizar el pago
que se discute” (22).
Ahora bien, cuando esa exigencia del
depósito previo de la deuda se convierte
en un requisito para acceder a la juris-
dicción, es allí donde se verifica la vulne-
ración del principio de la tutela judicial
efectiva.
La jurisprudencia del Tribunal de la ma-
teria, esto es, la Cámara Federal de Apela-
ciones de la Seguridad Social, ha indicado
que “el principio ‘solve et repete’ vulnera el
principio de razonabilidad de la ley (art. 28,
CN), al no existir adecuación entre el medio
empleado por la norma y la finalidad que
persigue; el someter al previo pago significa
introducir una traba al derecho a la jurisdic-
ción y, de tal forma, apartar al quejoso de la
garantía de ocurrir ante los jueces designa-
dos por la ley, y a la vez esteriliza el criterio
del Alto Tribunal relativo a que toda decisión
de connotación jurisdiccional administrativa
está sujeta a revisión judicial” (23)
Por tanto, resulta contrario a la ley 23.054
exigir que previamente a ser oído por el
tribunal competente se efectúe el depó-
sito de la suma cuya ejecución se per-
sigue, ya que nuestro país se adhirió y
ratificó la Convención Americana sobre
Derechos Humanos o Pacto de San José
de Costa Rica aprobado por la citada ley,
de rango constitucional (art.  75, inc.  22,
Const. Nac.)  (24).
Como se dijo “infra”, el recurrente debe-
rá plantear y probar en la Alzada las cues-
tiones que hacen a su derecho y que le im-
posibilitan el pago previo, en su caso, como
lo apuntan los fallos que citamos.
4. Supuestos de aplicación de la RG 3739/15
(AFIP)
En los casos que la AFIP deba intimar el
pago de aportes y contribuciones omitidos,
emergente de las sentencias firmes pasadas
en autoridad de cosa juzgada, en las que se
determina una relación laboral, total o par-
cialmente, no registrada o las sentencias
homologatorias de acuerdos conciliatorios
referidos a ese tipo de relación laboral, se
aplica el procedimiento de la RG 3739/15
(AFIP). l
Cita on line: AR/DOC/1649/2017
(23) CFed. Seg. Social, Sala II, 23/2/2001, el Dial,
Ac.1B13).
(24) El art. 8, inc. 1 del mencionado Pacto sostiene
que “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las de-
bidas garantías y dentro de un plazo razonable por un
juez o tribunal competente independiente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley en la substan-
ciación de cualquier acusación penal formulada contra
ella o por la determinación de sus derechos y obliga-
ciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter”.
4 | viernes 23 DE jUNIO DE 2017
NOTA A FALLO
Impugnación
de resoluciones
asamblearias
Plazo para hacerlo. Caducidad.
Hechos: La magistrada de primera ins-
tancia resolvió hacer lugar al planteo dedu-
La improcedencia de la ampliación de la demanda
de impugnación de decisiones asamblearias vencido
el plazo del art. 251 de la Ley General de Sociedades
Diego A. J. Duprat
SUMARIO: I. Introducción.— II. La nueva perspectiva desde el precedente “Ceteco” de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación.
I. Introducción
Concretamente, las circunstancias que
dieron lugar al fallo bajo comentario fueron
las siguientes.
Dentro del plazo trimestral del art. 251,
de la Ley General de Sociedades (LGS), se
dedujo la impugnación de ciertas decisio-
nes asamblearias. Más de dos años des-
pués de haberse clausurado la asamblea
en cuestión, y no habiéndose aún trabado
la litis, la actora amplió la demanda, agre-
gó nuevos argumentos y ofreció nuevas
pruebas.
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) SCBA, C 94.482, 3/6/2009, “Echarte, Oscar Al-
fredo v. Vivienda Personal SOSBA Sociedad Civil
s/Anulación de asamblea y medida cautelar”, base
JUBA, que —agregamos— es lo que viene sostenien-
do la Suprema Corte provincial desde SCBA, 43679,
4/12/1990, “Salgado, Rodolfo v. Polleschi, Aldo Ju-
lio César y otros s/Disolución y liquidación de socie-
dad”, AyS 1990-IV-411, DJBA 1991-141; 123, ED 148:263;
LA LEY, 1993-A, 242.
(2) FARGOSI, H., “Caducidad o prescripción de
la acción de nulidad de asambleas de sociedades por
acciones”, LA LEY, 1975-A, 1061; ídem, “Estudios de
derecho societario”, Buenos Aires, 1978, p. 227; FAR-
GOSI, H. - GIRALDI, P., “Nuevamente sobre la nulidad
de asambleas de sociedades anónimas”, ED 174-998;
RICHARD, E. H. - MUIÑO, O. M., “Derecho societa-
rio”, Astrea, Buenos Aires, 1998, p. 506; OTAEGUi, J.,
“Invalidez de actos societarios”, Buenos Aires, 1978,
p. 416; ZALDÍVAR, E. y otros, “Cuadernos de dere-
cho societario”, vol. III, Buenos Aires, 1978, p. 393;
BENDERSKY, M., “Impugnación judicial de asam-
bleas de sociedades anónimas”, RDCO, t. 1977, p. 20;
DASSO, A., “La sociedad anónima en la ley de refor-
mas 22.903”, Buenos Aires, 1985, p. 212; ARECHA, M.
- GARCÍA CUERVA, H., “Sociedades comerciales”,
Buenos Aires, 1977, p. 372; SASOT BETES, M. - SA-
SOT, M., “Sociedades anónimas. Las asambleas”,
Buenos Aires, 1978, p. 654; ROITMAN, H., “Impug-
nación de decisiones asamblearias”, RDCO, t. 1984,
p. 99; MARTORELL, E., “Sociedades anónimas”, Bue-
nos Aires, 1988, p. 297; MIGLIARDI, F., “Carácter del
plazo fijado por el art. 251 de la ley de sociedades”,
LA LEY, 1979-B, 394; VERÓN, A., “Sociedades Comer-
ciales, ley 19.550 comentada, anotada y concordada”,
t. 3, Buenos Aires, 1993, p. 929; VERÓN, V., “Trata-
cido por la demandada y declaró extempo-
ránea la presentación de la actora, así como
la incorporación de la documentación ane-
xa. Esta decisión motivó el recurso de ape-
lación del accionante. La Cámara confirmó
la sentencia apelada.
La presentación por la cual se amplía
la demanda y se incorporan nuevos ele-
mentos de prueba resulta tardía y por lo
tanto debe rechazarse, dado que, desde
La sociedad accionada, al contestar el
traslado de la demanda, solicitó que no se
hiciera lugar a la ampliación de demanda
efectuada luego de vencido el plazo de ca-
ducidad de tres meses.
La sentencia de primera instancia decla-
ró extemporánea la ampliación de deman-
da, así como la incorporación de la docu-
mentación con ella acompañada, por haber
sido presentada luego de vencido el plazo
de caducidad del art. 251, LGS.
La sala II de la Cámara de Apelaciones
de Bahía Blanca, a través de la sentencia
do de los conflictos societarios”, Buenos Aires, 2006,
ps. 960/961, nro. 94; Villegas, C., “Sociedades comer-
ciales. De las sociedades en particular”, t. II, Santa
Fe, 1997, p. 339; MUGUILLO, R., “Apostillas sobre la
acción de nulidad de asamblea y la acción de impug-
nación del art. 251 LS”, RDCO, 1994, p. 511; “Conflictos
societarios”, Astrea, Buenos Aires, 2009, p. 425; GA-
GLIARDO, M., “Sociedades anónimas”, Buenos Aires,
1988, p. 255; WILLIAMS, J., “La impugnación de deci-
siones asamblearias nulas y el art. 251 de la ley 19.550”,
LA LEY, 1983-C, 1047; FERNÁNDEZ MADRID, J.
(dir.), “Código de Comercio comentado”, t. 2, Buenos
Aires, 1980, p. 965; UGUET, R., “Régimen impugnato-
rio de las resoluciones asamblearias de las sociedades
anónimas”, JA 2000-IV-1163; PORCELLI, L., “Los ter-
ceros frente a la impugnación de una decisión asam-
blearia”, LA LEY, 2005-F, 1183; MANÓVIL, R. M., “El
uso derivado de los mecanismos societarios como su-
puesto excluido de la caducidad del art. 251 de la LS en
un fallo que marca un hito”, ED 168-545; RALLÓ, M.,
“Impugnación de asambleas de sociedades anónimas”,
LA LEY, 2004-B, 1244; etc.); DUPRAT, D.A.J., “Nue-
vamente sobre la impugnación de decisiones asam-
blearias”, RSyC, nro. 9, marzo/abril-2001, p. 47; “Im-
pugnación de decisiones asamblearias. Caducidad de
oficio y vicios de la convocatoria a asamblea. Distintos
enfoques. Comentario al fallo “Paz Rodríguez v. Clíni-
ca Laferrere SA s/ Ordinario”, RSyC, nro. 44 (2007), y
“El plazo para impugnar decisiones de la asamblea y
los efectos de la mediación previa obligatoria”, en JA
2007-II-48. CNCom., sala A, 28/11/2002, “Argiz, Alfre-
do v. Antena 2 de TV SA y otro s/ ordinario”, REDS,
ref. 1717; CNCom., sala A, 10/7/1997, “Ruberto, Guiller-
mo M. v. Papel Prensa SAICF s/ sumario”, REDS, ref.
1555; CNCom., sala B, 25/3/1979, “Carabassa, Isidoro
v. Viuda de Canale e Hijos SA y otros”, LA LEY, 1979-
la clausura de la asamblea que se intenta
impugnar, hasta dicho acto transcurrió
en exceso el lapso de tres meses estable-
cido para tal fin en el art. 251 de la Ley
de Sociedades, tratándose de un plazo de
caducidad; y por lo tanto no es suscepti-
ble de interrupción ni de suspensión, ni
de dispensa.
120.219 — C1aCiv. y Com., Bahía Blanca, sala
II, 13/12/2016. - Coria, Sebastián Silvestre c.
interlocutoria que comentamos, confirmó
lo resuelto por el juez de grado y aclaró
que la misma solución se impondría aun
cuando los vicios alegados fueran de aque-
llos que traerían aparejada la nulidad ab-
soluta, apoyándose en la posición de la
Suprema Corte de la Provincia de Buenos
Aires (1).
Aclaramos, para completar el panora-
ma, que la propia actora sostuvo que el
plazo del art.  251 era un plazo de caduci-
dad (como lo sostiene la gran mayoría de
la doctrina y la casi totalidad de la juris-
prudencia) (2).
Sentado esto, nos enfocaremos en la pro-
cedencia o improcedencia de la ampliación
de demanda en los procesos de impugna-
ción de decisiones de la asamblea, luego de
vencido el plazo de impugnación que fija el
art. 251, LGS.
B, 394; CNCom., sala B, 13/8/1985, “Sichel, Gerardi v.
Boris Garfunkel e Hijos SA”, JA 1986-III-502; CNCom.,
sala D, 30/6/1999, “Castro, Francisco v. Altos de los
Polvorines SA s/ sumario”, REDS, ref. 307; CNCom.,
sala E, 23/12/2003, “González, Virginia E. v. Textilo SA
y otros s/ sumario”, REDS ref. 2809; CCiv. y Com., sala
I, Lomas de Zamora, 20/9/2007, “Torres, María Noemí
v. Expreso Villa Galicia San José s/ nulidad acto jurí-
dico”, Base JUBA; CNCom., sala A, 15/2/1999, “Pie,
Fabián L. v. Corhoma SRL”, LA LEY, 1999-C, 423 y DJ
1999-2-790; ídem, sala B, 16-11-1999, “Bentivogli, Victo-
rio v. Connect-It SRL”; ídem, sala C, 24/6/1985, “Fari-
na de Pareja M. v. Crédito Liniers SA”, www.societario.
com, ref. nro. 3960; ídem, sala D, 13/5/1991, “Cuffia José
v. La Concordia Cía. Argentina de Seguros SA”, www.
societario.com, ref. nro. 2151; ídem, sala E, 23/12/1997,
“Piermarocchi Ernesto v. Hilados A.P. SA”; ídem, sala
A, 5/3/1987, “Acerbo, A. v. Banco Popular Argentino
s/ sumario”; ídem, sala A, 15/10/1999, “Isola, Alejandro
A. v. Productora Americana SA s/ sum.”; ídem, sala B,
13/8/1985, “Sichel, Gerardo v. Boris Garfunkel e hijos
s/ ord.”; ídem, sala B, 2/11/1990, “Jares, Daniel Ernesto
v. Gascarbo SA s/ sumario”, www.societario.com, ref.
nro. 6731; ídem, sala E, 2/6/1994, “Hirschmann, Juan v.
Centro de Investigaciones Médicas Hansi SA”; ídem,
sala D, 4/9/1989, “Fuentes de Durán, Delia v. Durán
SA”; ídem, “Parodi de Pérez, Nelly v. Transportes del
Tejar SA s/ sum.”, www.societario.com, ref. nro. 4173;
ídem, sala E, 14/9/2005, “Rabuffetti, Diego v. Audito-
rio Buenos Aires SA s/ ordinario”; CCiv. y Com. Ba-
hía Blanca, sala I, 19/3/1992, “López Cabañas, Omar
A. v. Banco Comercial de Tres Arroyos SA”, Abeledo
Perrot nro. 93200194, JA 1993-II-617; SCBA LP Ac
50474 S, 29/3/1994, “Quiroga, Jorge Daniel v. Expre-
so Lomas SA s/ impugnación de asamblea”, AyS 1994
I, 471; SCBA LP C 92864 S, 13/8/2008, “Sydall, Miguel
Loop. Coronel Suárez S.A. y otro s/ socieda-
des acciones derivadas de la ley.
[Cita on line: AR/JUR/99324/2016]
[El fallo in extenso puede consultarse en el Dia-
rio LA LEY del 01/06/2017, p. 11, Atención al
Cliente, www.laleyonline.com.ar o en Proview]
Los tribunales han sostenido, con pacífi-
ca uniformidad, la improcedencia de la am-
pliación de la demanda luego de vencido el
plazo de caducidad dispuesto por el art. 251,
LGS (3).
Alegan que las reglas procesales que
permiten la ampliación de la demanda
antes de su notificación no pueden ser
aplicadas a la acción de impugnación de
decisiones asamblearias, toda vez que ello
desnaturalizaría la finalidad del plazo de
caducidad fijado por el art. 251, LGS, la que
consiste en dotar de certeza y estabilidad a
las resoluciones de la asamblea (4). En pa-
labras de la Suprema Corte de la provincia
de Buenos Aires: “La exigüidad del plazo
para impugnar decisiones asamblearias se
fundamenta en la necesidad de dar estabi-
lidad a las resoluciones sociales y brindar
seguridad jurídica, tanto a los accionistas,
como a terceros” (5).
R. v. Sydall, Erico y ot. s/ cancelación aumento de ca-
pital y rendición de cuentas”; SCBA LP Ac. 86033 S,
6-9-2006, “Asociación de Tiro y Gimnasia de Quilmes
v. Iglesia, Daniel y otro s/ rendición de cuentas”, Base
JUBA, entre otros.
(3) CNCom., sala A, 5/3/1987, “Acerbo, Antonio
A. v. Banco Popular Argentino SA y otros”, Abele-
do Perrot nro. 2/29954; JNº1 CABA.Com, 21-8-2008,
“Tregnaghi, Sandra María v. Metalúrgica Aquiles
Tregnaghi SA”, MJ-REP-M-114352-AR; CNCom., sala
E, 25/8/2004, “Thiriez, Francisco Xavier y otros v. Pé-
rez Álvarez CISA”, MJ-REP-M-108648-AR; CNCom.,
sala B, 21/10/2009, “Mesel Gastón Federico y otros
v. Club de Campo Gran Bell I SA”, MJ-JU-M-52443-
AR | MJJ52443; CCiv. y Com., Mar del Plata, sala II,
9/5/2006, “Cuffia, José H. v. Alba CASSA”, Abeledo
Perrot nro.: 1/70025319-1.
(4) CNCom., sala A, 28/11/2002, “Argiz, Alfredo R.
v. Antena 2 de TV SA”, Régimen Societario Argenti-
no, Legis, abril/2007-abril/2008, p. 344, nro. 1795; CN-
Com., sala E, 1/9/1992, “García, Isolino v. Transportes
del Tejar”, LA LEY, 1994-B, 247; CCiv. y Com., sala I,
San Isidro, 11/3/2003, “Siciliano, Juan v. Mosi SA s/
Nulidad de asamblea”, Base JUBA.
(5) SCBA, LP Ac 86033, 6/9/2006, “Asociación de
Tiro y Gimnasia de Quilmes v. Iglesia, Daniel y otro s/
rendición de cuentas”, base JUBA. En igual sentido la
doctrina mayoritaria. FARGOSI, Horacio P. - GIRAL-
DI, Pedro M., “Nuevamente sobre la nulidad de asam-
bleas de sociedades anónimas”, ED 174-1003 (“Surge
así a nuestro juicio, con absoluta claridad, que el fin
buscado por el régimen societario es el fortalecimiento
de la estabilidad y fuerza vinculante de las decisiones
asamblearias”); MANÓVIL, Rafael M., “El uso desvia-
do de los mecanismos societarios como supuesto ex-
cluido de la caducidad del art. art. 251 de la LS en un

La inflexibilidad del plazo del art.  251,
LGS, y la improcedencia de ampliación de
la demanda impugnatoria, vencido dicho
plazo, están estrechamente vinculadas a la
finalidad que justifica la obligación que im-
pone el art. 253, LGS, de acumular las accio-
nes impugnatorias hasta el cumplimiento
del plazo de tres meses, fecha a partir de la
cual ya nadie puede interponer nuevas ac-
ciones de nulidad, quedando fijo el statu quo
procesal. Quedan acumuladas, así, todas las
causas (procesos) y se conforma un litis-
consorcio activo facultativo (no necesario),
razón por la cual permitir la ampliación de
demanda en forma extemporánea vendría
a alterar tal esquema procesal, con efectos
negativos, básicamente, para la sociedad.
Luego de este plazo, y en consonancia
con el citado párrafo del art.  253, ya no se
puede alterar el contenido y alcance de la
demanda impugnatoria. Y es precisamen-
te así, porque a partir de dicho momento
(en que queda fijado el número, sentido y
alcance de las acciones de impugnación) la
sociedad —evaluándolas— puede decidir la
revocación del o los acuerdos impugnados
(art. 254, 2º párrafo, LGS).
La ampliación de demanda, luego de ven-
cido el plazo de tres meses, afecta este sis-
tema y lesiona, no sólo los derechos de la
sociedad, sino los de los socios y terceros.
Por ello, esta acumulación legal obligatoria
“sólo es comprensible y coherente”, como
dijo el Dr. Cervini, “bajo la hipótesis de la
caducidad” y, agregó, “bajo la prohibición
de alongar espuriamente tal plazo mediante
el instituto de ampliación de demanda luego
de vencido el plazo de caducidad” (6).
Y no cabe duda que tal estricto plazo de
caducidad es de carácter imperativo en el
marco de la ley societaria y, por tanto, no
puede ser modificado por voluntad de las
partes, ni aun bajo el recurso de una extem-
poránea ampliación de demanda.
Partiendo de que el plazo del art.  251,
LGS, es un plazo de caducidad, el momento
{ NOTAS }
fallo que marca un hito”, ED 168-555 (La ley societa-
ria “estableció un mecanismo que quiso idóneo para la
protección de los interesados internos de la sociedad,
pero teniendo en cuenta, también, el interés de la so-
ciedad en la estabilidad de sus actos internos, y el inte-
rés general en preservar el valor seguridad jurídica”).
(6) C1ªCiv. y Com. Bahía Blanca, sala I, 19/3/1992,
“López Cabañas, Omar A. v. Banco Comercial de Tres
Arroyos SA”, Abeledo Perrot, nro. 93200194, JA 1993-
II-617.
(7) CS, 16/12/2014, “Ceteco Arg. SA su quiebra v. Ce-
JURISPRUDENCIA
Astreintes
Cese. Aplicación hasta el momento del
distracto laboral.
Hechos: El juez dejó sin efecto la multa res-
pecto de la ex empleadora del demandado
alimentante. Disconforme, la actora inter-
puso recurso de apelación. La Cámara con-
firmó el cese, pero indicó que la multa dia-
ria debería ser cobrada hasta la desvincula-
ción del alimentante.
Las astreintes impuestas respecto de la
ex empleadora del demandado deben de-
jarse sin efecto y cobrarse solamente has-
ta el momento del distracto, pues aqué-
lla no acreditó la oportuna notificación a
su dependiente de la sentencia de autos
y, por lo tanto, la desvinculación laboral
(tiempo) en que la impugnación se ejerce es
sustancial y opera de elemento integrador
y conformador de la acción procesal. En
otras palabras: la perfecciona.
Así, tiempo oportuno de ejercicio y con-
tenido de la pretensión impugnatoria son
los dos elementos necesarios para dar
nacimiento a la acción procesal (contraria-
mente a lo que sucede en la prescripción,
que afecta a una acción ya nacida pero no
ejercida).
No se trata, como en la prescripción, de
realizar un hecho interruptivo o suspensi-
vo de la acción, sino de considerar que la
acción de impugnación de decisiones asam-
blearias nació con la deducción —judicial y
tempestiva— del reclamo y así se conformó.
La ampliación extemporánea altera esta
conformación interna de la acción, permi-
tiendo su ulterior modificación mediante el
agregado de otros elementos, luego de su
conformación definitiva y ya cumplido el
plazo de caducidad.
II. La nueva perspectiva desde el precedente
“Ceteco” de la Corte Suprema de Justicia de
la Nación
A estar a los términos de la sentencia
sub examine, la apelante habría alegado, en
defensa de la ampliación de demanda ex-
temporánea, el fallo de la Corte de Justicia
de la Nación dictado in re “Ceteco” (7). En
esta causa, donde se trataba la ampliación
de la demanda en una acción de revocación
por dolo (art.  38, LCQ) luego de vencido el
plazo de caducidad, la sala B de la Cámara
Nacional en lo Comercial (8) resolvió, por
aplicación analógica de la doctrina acepta-
da para la acción de impugnación de deci-
siones asamblearias, que no era procedente
la ampliación de demanda de la acción del
art.  38, LCQ, luego de vencido el plazo de
caducidad de dicha acción.
Por su parte, la Corte nacional sostuvo
que si la actora había promovido una acción
de revocatoria por dolo (art. 38 de la LCQ)
teco Finance B.V. s/ ordinario (revocatoria por dolo)”,
MJ-JU-M-91271-AR | MJJ91271 | MJJ91271.
(8) CNCom., sala B, 7/11/2011, “Ceteco Arg. SA
v. Ceteco Finance BV”, Abeledo Perrot nro.: AP/
JUR/379/2011.
(9) CNCom., sala C, 31/5/1989, “Cadenas Madaria-
ga, M. s/ quiebra; incidente de extensión de quiebra de
María Teresa SCA”; CNCom., sala C, 7/6/1995, “Jalile,
Oscar A. s/ quiebra; incidente de extensión de quie-
bra”, MJ-JU-E-10135-AR.
(10) CNCom., sala C, 31/5/2012, “Serafin, Javier
operada tornó de imposible cumplimien-
to la manda.
120.220 — CNCiv., sala G, 09/05/2017. - G., J.
É. y otros c. D., W. A. s/ alimentos.
[Cita on line: AR/JUR/24698/2017]
COSTAS
Se imponen en el orden causado.
2ª Instancia.- Buenos Aires, mayo 9 de
2017.
Considerando:
Se alza la actora contra la resolución de
fs. 201/202 en cuanto dejó sin efecto la mul-
y había quedado establecido que la deman-
da había sido interpuesta en tiempo opor-
tuno, antes de que se venciera el plazo de
caducidad establecido por el citado art.  38
y las ampliaciones de la referida demanda
sólo introdujeron fundamentos y pruebas
referidos al sujeto, causa y objeto del litigio
planteados en aquélla, resulta indudable
que con la presentación de la demanda en
tiempo oportuno se produjo el acto impedi-
tivo de la caducidad de la referida acción de
revocación por causa de dolo.
¿Cambia este precedente lo dicho respec-
to a la ampliación de la demanda en el pro-
ceso de impugnación de decisiones asam-
blearias?
Entendemos que no, con base en los si-
guientes argumentos:
Los tribunales, especialmente la Cámara
Nacional en lo Comercial, siempre dieron
un tratamiento específico para las acciones
de impugnación de asambleas y otro, dife-
rente, para las cuestiones derivadas de la
ley concursal (como, por ej.: la petición de
extensión de quiebra, las acciones por dolo,
etc.) (9). También le dio tratamiento dife-
renciado a la acción de revocación por dolo
(concursal), por un lado, y a la acción de
impugnación de decisiones asamblearias,
por el otro, respecto a la mediación previa
obligatoria. En el primero caso, se conside-
ró que la mediación suspendía el plazo de
caducidad de la acción de revocación por
dolo (10); mientras que en el segundo, se sos-
tuvo —plenariamente— que el trámite de la
mediación no suspendía el curso del plazo
de caducidad del art. 251, LGS (11).
Y este tratamiento diferenciado se debe,
básicamente, a dos cuestiones, sin perjuicio
de que exista algún otro tipo de argumento
secundario.
a) La primera, que en los procesos con-
cursales, los plazos de caducidad apuntan
no sólo a anoticiar al fallido de la interposi-
ción de las acciones, sino a darles un plazo
Omar y otros v. Vairus Noemí y otros s/ ordinario”,
MJ-JU-M-73415-AR.
(11) CNCom., en pleno, 9/3/2007, “Giallombardo,
Dante Néstor v. Arredamenti Italiani SA s/ Ordina-
rio”, Abeledo Perrot nro.: 35010384.
(12) CNCom., sala C, 7/6/1995, “Jalile, Oscar A. s/
quiebra; incidente de extensión de quiebra”, MJ-JU-E-
10135-AR, ya citado.
(13) CNCom., sala F, 18/10/2016, “Vignola, Noemí
Dora y otros v. Korolonok, Amanda Lucía y otros s/
ordinario”, Abeledo Perrot nro. AR/JUR/83015/2016
ta impuesta a fs. 119, punto II, respecto de
la ex empleadora del demandado, en virtud
de los argumentos brindados a fs. 203/204
que fueron respondidos a fs. 206/208.
Las “astreintes” o sanciones conminato-
rias de carácter pecuniario, como las defi-
ne la ley, tienen por finalidad vencer la re-
sistencia del sujeto alcanzado por un deber
jurídico. Previstas en la legislación de fon-
do encuentran su correlato en el art. 37 del
Código de forma que prevé su aplicación
concreta en el ámbito de las cargas proce-
sales; y aun cuando se pronuncien en bene-
ficio del titular del derecho, su fundamento
reside en el poder de “imperio” de los jue-
ces que deben disponer de los medios con-
ducentes al acatamiento de sus decisiones.
Empero, en razón de la provisionalidad que
las caracteriza no causan estado ni pasan
en autoridad de cosa juzgada, razón por la
viernes 23 DE jUNIO DE 2017 | 5
para su ejercicio, de manera de dar seguri-
dad jurídica dentro del proceso y permitir
la continuación del mismo.
En el sistema de derecho societario la
caducidad de la acción impugnatoria de de-
cisiones de la asamblea se constituye en su
parte central, al permitirle que la sociedad
(en tanto persona jurídica) pueda tomar
una decisión válida y cierta, de manera de
traducirla en el mundo jurídico, ya sea res-
pecto de socios o de terceros.
El plazo de caducidad del art. 251, LGS, se
consagra, así, en una parte trascendental
del mecanismo de toma de decisiones de la
sociedad y de su órgano de gobierno.
No se trata de una cuestión meramente
procesal, sino que afecta la forma en que
se conforma la voluntad social. Si este me-
canismo pudiera ser suspendido por muy
largo tiempo (como sucedió en el caso co-
mentado, que se demoró el traslado de la
demanda durante más de dos años desde la
fecha de la clausura de las asambleas cues-
tionadas), sería la sentencia de muerte de
todas las sociedades.
No se trata de que una acción patrimonial
(sea de extensión de quiebra o de revoca-
ción por dolo) pueda ser ejercida o no, sino
de la traba irremediable de la vida de la so-
ciedad y del funcionamiento de sus órganos.
b) La segunda diferencia radica en que
los plazos de la ley concursal son de índole
procesal (art.  273, inc.  2º, LCQ) (12), mien-
tras que los de la ley societaria son de fon-
do (13), lo que justifica que no se aplique lo
dispuesto por el art. 331 de los Códigos pro-
cesales Civiles y Comerciales Nacional y de
la Provincia de Buenos Aires, sobre la pro-
cedencia de la notificación y ampliación de
demanda antes de que esta sea notificada a
la contraparte. l
Cita on line: AR/DOC/1680/2017
(“... encontrándose en análisis una norma de derecho
de fondo [art. 251, LGS], han de computarse los plazos
en los términos indicados por el Cód. Civil y no como
un término procesal”); C1ªCiv. y Com. Bahía Blanca,
sala I, 19/3/1992, “López Cabañas, Omar A. v. Banco
Comercial de Tres Arroyos SA”, JA 1993-II-617, 720
Abeledo Perrot nro.: 93200194, ya citado.
cual pueden ser revisadas y aún ser deja-
das sin efecto si el compelido justifica total
o parcialmente su proceder (cfr. Llambías,
Jorge J. “Obligaciones”, tº I, págs. 102/103;
Borda, Guillermo, “Obligaciones”, tº I, pág.
46 ss., nº 43; Belluscio-Zannoni, “Código
Civil....”, tº 3, pág. 244, com. art. 666 bis;
Cazeaux-Trigo Represas, “Derecho de las
Obligaciones”, tº I, págs. 187 y sgtes.; Pala-
cio, “Derecho Procesal Civil”, tº II, pág. 241;
Reimundín, Ricardo, “Las astreintes en el
Código Procesal Civil y Comercial de la Na-
ción”, JA, 1969 secc. doctrina, pág. 537).
De modo que en el caso la sala no pue-
de más que coincidir con el juez de gra-
do en cuanto consideró improcedente se
mantenga la multa impuesta por no haber
acreditado la empleadora la oportuna noti-
ficación a su dependiente de la sentencia de
autos, por cuanto la desvinculación laboral
6 | viernes 23 DE jUNIO DE 2017
operada (anunciada y acreditada con la
presentación de fs. 170) tornó de imposible
cumplimiento la manda.
No incide en la solución el pronun-
ciamiento adoptado en el incidente de
ejecución al que se refiere la actora, pues
esa decisión versó en rigor acerca de un
supuesto de nulidad de la notificación que
llevó a la aprobación de la liquidación (v.
fs. 39/40 del Expte. nº 16.425/2104 que se
tiene a la vista para este acto); mientras
que lo que aquí se discute es el cese de las
“astreintes” como bien sostiene la contra-
ria al contestar el memorial.
Asiste razón sin embargo a la recurrente
en cuanto a su derecho a percibir la multa
diaria devengada hasta el momento del dis-
tracto, tal como por otra parte así lo dejó
solicitado la obligada al presentar el plan-
teo de fs. 193/195.
A esos fines deberá presentar una nueva
liquidación por el tiempo posterior al indi-
cado en las cuentas de fs. 133 (cuyo monto
fue percibido según consta a fs. 22 y 24 del
incidente antes referido), hasta el momen-
to en que cabe disponer el cese de las “as-
treintes”.
Por lo expuesto, se resuelve: Modificar
los alcances de la resolución de fs. 201/202
y disponer el cese de la multa del punto
II de fs. 119 a partir del 26 de febrero de
2016. Las costas de alzada se imponen en
el orden causado en virtud de la forma
en que se decide. Regístrese, notifíquese
a las partes interesadas en la incidencia
por secretaría en sus domicilios electróni-
cos (ley 26.685 y acordadas 31/11 y 38/13,
CSJN); cúmplase con la Acordada 24/13
de la Corte Suprema y devuélvase. La vo-
calía nº 20 no interviene por hallarse va-
cante (art. 109 RJN). — Carlos A. Bellucci.
— Carlos Carranza Casares.
Cupo femenino
Igualdad de género. Partidos políticos.
Intervención de la agrupación.
Hechos: Un afiliado a un partido polí-
tico solicitó la intervención judicial so-
bre el orden nacional de dicha agrupa-
ción, con fundamento en la existencia
de situaciones irregulares que afectan
su funcionamiento democrático interno,
tales como el incumplimiento del cupo
femenino en la composición de la Junta
Directiva Nacional. El juez federal re-
chazó la demanda. Apelada la decisión,
la Cámara Nacional Electoral revocó lo
resuelto.
1. - La intervención judicial de un partido
político debe disponerse, con el objeto
de regularizar la conformación y el fun-
cionamiento de su Junta Directiva Na-
cional, en el cual no es repetado el cupo
femenino dispuesto por la ley 23.298
mediante un nuevo proceso de elección
de autoridades, al que se deberá dar
plena publicidad, asegurando la efecti-
va participación y control de parte de
todos los afiliados, toda vez que uno de
los límites infranqueables de la autono-
mía partidaria radica en la necesidad
de asegurar la existencia del método
democrático interno.
2. - Los partidos políticos tienen un rol
esencial en la construcción de un sis-
tema democrático inclusivo, que per-
mita a las mujeres participar en pie de
igualdad con los hombres en el juego
político y en el interior de sus organi-
zaciones.
120.221 — CNElectoral, 20/04/2017. - Vi-
llar, Daniel Osvaldo c. Unión Popular O. N.
s/ formula petición – Unión Popular O.N..
[Cita on line: AR/JUR/8890/2017]
2ª Instancia.- Buenos Aires, abril 20 de
2017.
Considerando: 1º) Que a fs.  97/103 la se-
ñora juez federal con competencia electo-
ral del distrito de Capital Federal rechaza
la pretensión formulada por el señor Da-
niel O. Villar, en su carácter de afiliado al
partido “Unión Popular”, dirigida a que se
disponga la intervención judicial sobre el
orden nacional de dicha agrupación, con
fundamento en la existencia de situaciones
irregulares que afectan su funcionamiento
democrático interno (cf. fs. 11/17).
En sustento de su resolución, la señora
magistrado señala que el planteo es extem-
poráneo, porque se funda en actuaciones
producidas en los años 2011 y 2014.
Por otra parte, considera que el actor
carece de legitimación activa, pues “[l]a
sola calidad de afiliado no lo habilita para
efectuar impugnaciones de un órgano
partidario con el que no tiene relación de
causalidad” (cf. fs. 101 vta.) y entiende que
aquél “no se ve afectado [...], en tanto no
se acredita ningún perjuicio a sus derechos
como afiliado” (cf. fs. cit.).
Esta decisión es apelada a fs. 104/114 por
el señor Villar.
Sostiene, en primer término, que la re-
solución es producto de un procedimiento
que afectó la igualdad entre las partes, por
haber incurrido en defectos procesales que
dañaron su derecho de defensa en juicio
(cf. fs. 105 vta.). En tal sentido, afirma que
el a quo se apartó del trámite previsto en el
artículo 65 de la ley 23.298, porque conce-
dió prórrogas de plazos que generaron di-
laciones injustificadas —lo que motivó una
denuncia por retardo de justicia ante esta
Cámara— (cf. fs. 104 vta.); omitió celebrar
la audiencia que aquella norma dispone (cf.
fs. 105) y tampoco dio intervención al fiscal
(fs. 105/vta.).
Por otra parte, afirma que la extempora-
neidad no puede ser invocada cuando hay
interesadas cuestiones de orden público
(cf. fs. 107).
A este respecto, lo agravia que la señora
juez no se haya pronunciado respecto de
la violación del cupo femenino en la com-
posición de la Junta Directiva Nacional,
pues —según entiende— “[u]na afrenta
al orden público debe subsanarse en cual-
quier instancia y aún de oficio” (cf. fs.  107
vta.).
En tal sentido, afirma que la mencionada
junta está compuesta por catorce miem-
bros, por lo que al menos cinco debieran
ser mujeres —según la ley 24.012 y su de-
creto reglamentario 1246/2000— mientras
que solo fueron designadas tres (cf. fs. 108/
vta.).
Sostiene, por último, que la necesidad
de la intervención judicial se desprende de
dos grupos de cuestiones. Por una parte,
porque el principal órgano del partido vio-
la las normas de cupo femenino; el órgano
de control no fue completamente integra-
do y las autoridades actuales excluyen a
ex partidarios a través de “amenazas” (cf.
fs.  111 vta.) sostenidas en una cláusula “in-
constitucional [...] [d]e la Carta Orgánica”
(cf. fs.  109). En segundo término, porque
subsiste la situación de prevalencia de “dos
bandos enfrentados” en que justificó la se-
ñora juez la intervención judicial oportuna-
mente decretada (cf. fs. 113).
A fs. 126/132 contesta agravios la señora
Graciela Devita, en su condición de apode-
rada del partido nacional.
Manifiesta que el recurrente carece de
legitimación para actuar, porque no tiene
“representación legal del apoderado de su
distrito o aptitud para dirimir en una asam-
blea nacional” (cf. fs.  128 vta.) e invoca ju-
risprudencia de esta Cámara relativa a la
necesidad de agotamiento de la vía parti-
daria (cf. Fallo CNE 3681/06).
Con relación a la violación de las normas
de cupo femenino, afirma que “fue el ex In-
terventor Judicial Nacional [...] quien hizo
posible que dos mujeres [...] ocupen [los
cargos más importantes de la agrupación]
dirigiendo esa propuesta a los delegados de
la Convención Nacional del 14 de septiem-
bre de 2014, moción que no recibió oposi-
ción alguna. Se aceptó por unanimidad de
todos los delegados [...] cosa que dejó bien
claro que no hay dos bandos en este parti-
do” (cf. fs. 130 vta.).
A fs. 138/142 emite dictamen el señor fis-
cal actuante en la instancia.
A fs. 177/181 vta. y a fs. 184/210 vta. María
Elena Barbagelata; Carla Carrizo; Gabrie-
la Troiano; Alicia Ciciliani; el Centro de
Estudios “Carolina Muzzilli”; la Asociación
Civil Equipo Latinoamericano de Justicia
y Género (ELA); la Fundación Mujeres en
Igualdad y la Asociación de Abogados de
Buenos Aires, se presentan como amicus
curiae.
Manifiestan, sintéticamente, que en dicha
presentación se “aboca[n] al tema del cupo
de género, cuya aplicación ent[ienden] de
orden público tanto en las listas de candi-
datos a cargos públicos electivos, como en
la composición de los órganos partidarios”
(cf. fs. 177 vta.).
Para fundar tal afirmación, señalan que
“[l]a Convención Americana de Derechos
Humanos, en su art. 23, incluye [...] [—en-
tre otros—] el derecho a participar en la
dirección de los asuntos públicos y el de-
recho al acceso en condiciones de igual-
dad a la función pública. La Convención
para la Eliminación de toda forma de Dis-
criminación contra la Mujer [...] incluye
también el derecho a participar en or-
ganizaciones u asociaciones no guberna-
mentales” (cf. fs. 178).
Asimismo, afirman que “[n]inguna duda
puede caber respecto a que el mandato [...]
[contenido en el artículo 37, segundo pá-
rrafo de la Constitución Nacional] incluye
las acciones positivas en los propios par-
tidos políticos para garantizar la igualdad
real” (cf. fs. 178 vta.).
Refieren, por otra parte, que “[a]nte la
pasividad y omisión del control efectivo
del cumplimiento de las normas electorales
referidas a las cuotas de género [...] y por
[...] la omisión de denuncia de afiliados del
partido en cuestión [...], se va consolidan-
do una práctica lesiva de los derechos de la
mujer a participar efectivamente en cargos
expectables, burlándose la letra y el fin de
la ley” (cf. fs. 180 vta.).
Añaden, luego, que “[e]s fundamental
por consiguiente, que el control sea efecti-
vo y que se reafirme al carácter de orden
público electoral de las normas en juego,
para que efectivamente se asegure el acce-
so igualitario de las mujeres a los partidos
políticos” (cf. fs. cit.).
2º) Que, en primer término, cabe seña-
lar que las irregularidades procesales a las
que se refiere el apelante para cuestionar
el trámite desarrollado en la instancia an-
terior —más allá de las demoras que mo-
tivaron las actuaciones tramitadas in re
“Daniel Osvaldo Villar - Afiliado al Parti-
do Unión Popular s/recurre en queja por
retardo de justicia” (Expte. SJ Nº  248 Fº
90)— no justificarían invalidar lo actuado
en la presente causa.
En efecto, como es sabido, la declara-
ción de nulidad debe responder a un fin
práctico y resulta inconciliable con su
índole la nulidad por la nulidad misma o
para satisfacer un mero interés teórico
(cf. Fallos: CNE 874/90; 898/90; 1377/92;
2243/97; 3150/03; 3242/03; 3350/04, entre
otros). En el caso, no se afirma ni acredita
que la falta de celebración de la audiencia
que prevé el artículo 65 de la ley 23.298
hubiera restringido de algún modo irre-
parable el derecho de defensa del ape-
lante (cf. arg. Fallos: CNE 631/83; 231/85;
304/86; 898/90 y 3350/04).
De allí que si se invalidaran las etapas
procesales cumplidas, se estaría adop-
tando una sanción de una gravedad ex-
trema en exclusivo beneficio de la ley y
en notorio detrimento del principio de
concentración y celeridad que debe re-
gir el procedimiento ante el fuero electo-
ral (art.  71 de la ley 23.298 y arg. Fallos:
671/89 CNE).
Tampoco autorizaría a anular lo actuado
la falta de intervención del fiscal de pri-
mera instancia, puesto que —como ya lo
ha señalado el Tribunal en casos análogos
(cf. Fallos: CNE 457/87; 1739/94; 1743/94;
1744/94; 2190/96; 3100/03 y 3350/04)—
tal omisión se encuentra subsanada con
la vista conferida al Ministerio Público en
segundo grado, oportunidad en la cual pue-
de purgarse, de existir, dicha deficiencia
ritual.
3º) Que, sentado lo anterior, debe re-
cordarse que —tal como se destacó en
otras ocasiones (cf. Fallos: CNE 3847/07;
4322/10, entre muchos otros)— los parti-
dos políticos revisten la condición de au-
xiliares del Estado y son organizaciones
de derecho público no estatal, necesarias
para el desenvolvimiento de la democracia
y, por lo tanto, instrumentos de gobierno
cuya institucionalización genera vínculos
y efectos jurídicos entre los miembros de
la agrupación y entre éstos y la asocia-
ción (cf. Fallos: 310:819; 312:2192; 315:380;
316:1673; 319:1645; 326:576 y 1778, entre
otros).
Es por ello que la Constitución Nacional
reconoce a los partidos como “instituciones
fundamentales del sistema democrático”
(artículo 38) y la legislación los define como
“instrumentos necesarios para la formula-
ción y realización de la política nacional”
(artículo 2º, ley 23.298).
El rol esencial que desempeñan en el sis-
tema democrático de gobierno ha sido bien
sintetizado con la afirmación según la cual
“los partidos políticos, cuyo desarrollo está
íntimamente ligado al del cuerpo electoral,
son a la democracia de tipo occidental lo
que la raíz es al árbol” (cf. Hauriou, André
et al., Droit Constitutionnel et Institutions
Politiques, Montchrestien, París, 1977, pá-
gina 295).
4º) Que precisamente en virtud de su
alto cometido institucional, es imprescin-
dible que los postulados democráticos que
rigen la organización política en la cual los
partidos encuentran su razón de ser y su
génesis, se hallen presentes hacia el inte-
rior de esas asociaciones (cf. Fallo CNE
4535/2011).
Al respecto, se sostuvo que “[e]l carác-
ter y la función que los partidos políticos
invisten en la democracia, exigen imperio-
samente la organización de los mismos so-
bre la base de los principios democráticos,
como requisito indispensable para el logro

de su suprema finalidad” (cf. Linares Quin-
tana, Segundo V., Los partidos políticos. Ins-
trumentos de gobierno, Alfa, Bs. As., 1945, pá-
gina 181), puesto que “la democracia es tanto
más perfecta cuanto más perfectos son los
partidos políticos. Y la perfección [...] sola-
mente puede conseguirse en la órbita polí-
tica, con agrupaciones cívicas democrática-
mente organizadas” (cf. Fallo cit.).
5º) Que a la luz de los principios expues-
tos, no puede soslayarse que el planteo
que motiva la presente causa se encuen-
tra vinculado con la propia legitimidad
de los máximos órganos de gobierno de la
agrupación, cuya normal constitución y
funcionamiento debe resguardar la justicia
electoral.
En efecto, la ley 23.298 impone a los
partidos, como condición esencial para su
existencia, contar con una “organización
estable y funcionamiento reglados por
la carta orgánica de conformidad con el
método democrático interno” (cf. art.  3º,
inc. b). Asimismo, en su art. 6º, encomien-
da a la justicia electoral el control de la
vigencia efectiva de “los derechos, atri-
butos, poderes, garantías y obligaciones
[...] que ésta y demás disposiciones legales
reglan con respecto a los partidos, sus au-
toridades, candidatos, afiliados y ciudada-
nos en general”.
Por ello, en reiteradas ocasiones se ha
explicado que es función natural del Poder
Judicial velar por la transparente expre-
sión de representatividad de las autorida-
des de los partidos políticos, “que incluye
tanto el debido funcionamiento de los ór-
ganos partidarios, como el de las interre-
laciones entre éstos” (cf. Fallos: 307:1774;
316:1672 y Fallos: CNE 5223/2014; Expte.
Nº  CNE 5086205/2013, 11/09/2014, entre
muchos otros).
6º) Que, ahora bien, en el caso se de-
nuncia que se encontrarían vulneradas
las previsiones legales que imponen ga-
rantizar la igualdad de participación
entre varones y mujeres en relación a la
composición de la Junta Directiva Na-
cional —designada por una Convención
Nacional cuya validez también se cues-
tiona— y que las autoridades actuales im-
piden “tomar conocimiento de lo actuado
[...] [así como] intervenir en la vida parti-
daria” (cf. fs. 106/vta.).
De manera que si —como se vio— se
halla demostrada la existencia de un per-
juicio evidente y claro a los derechos y ex-
pectativas de los afiliados y un daño para
la vida democrática del partido (cf. Fallos:
307:1774 y 322:2424), no es posible enten-
der que la vía judicial se encuentre vedada
por falta de legitimación procesal del recu-
rrente.
7º) Que, asimismo, y en relación al ago-
tamiento de la vía interna partidaria (cf.
artículo 57, ley 23.298), corresponde re-
cordar que en numerosas ocasiones se ha
explicado que constituyen una excepción
a dicho requisito los casos en que el con-
flicto esté referido a los órganos máximos,
pues tal exigencia conduciría a que fuera
el propio órgano cuestionado el encargado
de decidir la impugnación, quedando com-
prometida su imparcialidad para resolver
la cuestión (cf. Fallos: CNE 64/84; 376/87;
426/87; 626/88; 627/88; 1483/93; 2790/00;
2858/01; 3323/04; 3345/04; 3397/04;
3809/07 y 4029/08).
En tales condiciones, es claro que en el
caso no correspondía exigir el agotamiento
de la instancia partidaria previa, pues las
conductas atacadas provienen del órgano
máximo del partido.
8º) Que, con relación a la cuestión sus-
tancial en debate, debe señalarse que asis-
te razón al apelante en cuanto sostiene que
la denunciada ilegitimidad en la integra-
ción y actuación de los máximos órganos
del partido, no puede ser desatendida con
la mera alegación de la extemporaneidad
del planteo judicial, pues, por una parte, se
encuentran comprometidas normas de or-
den público que imponen resguardar el mé-
todo democrático interno de los partidos
políticos y —por otro lado— el déficit en la
composición del máximo órgano ejecutivo
de la agrupación se mantiene actualmente,
afectando necesariamente la regularidad
de su funcionamiento.
En efecto, es incontrastable que en la
integración de la Junta Directiva Nacio-
nal existe una violación a las normas de
igualdad de género (cf. ley 24.012, a la que
reenvía la ley 23.298, art.  3º inc.  b), pues
estando conformada por catorce miem-
bros, el mínimo de mujeres que impone la
ley es de cinco (cf. Dto. 1246/2000), mien-
tras que se han incluido sólo tres, según
expresa el recurrente, en afirmación no
controvertida y corroborada con la infor-
mación obrante en el Registro Nacional
de Agrupaciones Políticas de este Tribu-
nal (cf. fs. 146/147).
Esta circunstancia, oportunamente plan-
teada (cf. fs. 14), no ha sido siquiera tratada
por el a quo, ni tampoco controvertida por la
apoderada partidaria, quien se limita a ma-
nifestar que “el ex interventor judicial [...]
hizo posible que dos mujeres” (cf. fs.  130
vta.) —entre ellas, dicha apoderada— ocu-
pen los máximos cargos del partido.
Sin embargo, esta observación no solo
nada dice acerca de la adecuación de
aquel órgano colegiado a las normas de la
ley 24.012, sino que, por el contrario, indica
una actividad del interventor en el proceso
de elección de las autoridades de la agru-
pación que —además de sugerir una extra-
limitación en sus atribuciones— pone en
entredicho la debida adecuación de su or-
ganización interna al método democrático
de selección de las autoridades representa-
tivas de los afiliados.
9º) Que en relación con la observancia
de las disposiciones que tutelan la igual-
dad de género en el ejercicio de los dere-
chos políticos, resulta oportuno recordar
que la “igualdad real de oportunidades”
que el artículo 37 de la Constitución Na-
cional procura garantizar mediante la im-
plementación de acciones afirmativas (cf.
artículo 75 inciso 23) implica un accionar
progresivo por parte del Estado tendiente
a remover los obstáculos a una mayor par-
ticipación.
Al respecto, corresponde señalar que las
acciones afirmativas establecen un trato
formalmente desigual orientado a lograr
una igualdad material. Tanto en el dere-
cho de los Estados Unidos —en el que ha
tenido mayor aplicación la doctrina de las
“acciones afirmativas” o “discriminación
inversa”— cuanto en el derecho comunita-
rio europeo se ha establecido que las accio-
nes afirmativas deben interpretarse exa-
minando con precisión las circunstancias
de cada caso (caso Prontiero v. Richardson
(411 US 677), sentencia del 17 de octubre de
1995 en el caso C-450/93 “Kalanke v. Freie
Hansestadt Bremen” y sentencia del 11 de
noviembre de 1997, en el caso C-409/95
“Marschall v. Land Nordhein-Westfalen”)
(cf. Fallo CNE 3005/02).
En ese entendimiento, vale aquí desta-
car que, como señala el amicus curiae en el
presente caso, las acciones positivas a las
que hace referencia el mencionado artícu-
lo 37 no sólo tienen el objeto de asegurar la
igualdad real de oportunidades entre varo-
nes y mujeres para el acceso a cargos elec-
tivos, sino que, también, deben entenderse
dirigidas hacia el interior de los partidos,
es decir, en relación con la integración de
los órganos partidarios.
En efecto, nuestro país ha seguido los
principios consagrados en el orden inter-
nacional que en materia electoral y de par-
tidos políticos se pronuncian claramente
en favor de una participación igualitaria
y sin discriminaciones fundadas en meros
prejuicios entre varones y mujeres, conte-
nidos en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, en el Pacto de Dere-
chos Civiles y Políticos y en la Convención
contra toda forma de Discriminación de la
Mujer.
Tales prescripciones se enmarcan —como
se señaló— en una concepción progresiva
de los derechos fundamentales que no sólo
requieren del Estado una posición de mero
garante neutral o abstencionista, sino que
le encomienda remover los obstáculos para
hacer verdaderamente efectiva la realiza-
ción de tales derechos, en el caso, a la par-
ticipación política.
10) Que, ahora bien, este Tribunal no
puede dejar de advertir que supuestos
como los que aquí se controvierten son par-
te de una modalidad que se repite, en dife-
rentes circunstancias, en el ámbito interno
de los partidos políticos en general y que,
pese a lo dicho, ésta es la primera ocasión
en que llega a su conocimiento un planteo
al respecto.
En efecto, los hechos denunciados en el
sub examine imponen considerar que la par-
ticipación y representación política de las
mujeres en condiciones de equidad cons-
tituye “una meta ineludible de las demo-
cracias” (cf. Hernández Monzoy, Andira,
“Equidad de género y democracia interna
de los partidos políticos. Políticas partida-
rias para la inclusión política de las muje-
res en América Latina”, TEPJF, México,
2011, p. 33).
Esta meta, “que parte de la observa-
ción de la presencia minoritaria de las
mujeres en cargos legislativos y ejecuti-
vos alrededor del mundo, se ha traduci-
do —en la práctica— en esfuerzos de los
gobiernos por incorporar más mujeres
en puestos de toma de decisión” (cf. cit.).
Pero en muchos casos no se presta “sufi-
ciente atención a los principales respon-
sables de su implementación: los partidos
políticos” (cf. cit.), en cuyos ámbitos hay
“distintas medidas que [...] pueden to-
mar para nivelar las condiciones de par-
ticipación políticas de las mujeres” (cf.
cit. p. 33), como por ejemplo “la regla-
mentación de cuotas para cargos directi-
vos del partido” (cf. cit. pág. 30).
11) Que, en tal sentido, corresponde des-
tacar que los partidos políticos tienen un
rol esencial en la construcción de un sis-
tema democrático inclusivo, que permita
a las mujeres participar en pie de igualdad
con los hombres en el juego político y en el
interior de sus organizaciones.
Hace más de una década, la “Declara-
ción y Plataforma de Acción de Beijing”
(1995) —aprobada por 185 países en la “IV
Conferencia Mundial sobre la Mujer”, de
la que participó nuestro país— ya ponía
énfasis en la dirección que debían adop-
tar los partidos políticos, al establecer la
necesidad de “examinar la estructura y
los procedimientos de los partidos a fin
de eliminar todas las barreras que discri-
minen directa o indirectamente contra la
participación de la mujer” (cf. párrafo 191,
ap. “a”); “establecer iniciativas que per-
mitan a las mujeres participar plenamen-
te en todas las estructuras internas de
adopción de decisiones y en los procesos
de nombramiento por designación o elec-
ción” (cf. párrafo 191, ap. “b”) e “incorpo-
rar las cuestiones de género a su progra-
viernes 23 DE jUNIO DE 2017 | 7
ma político tomando medidas para lograr
que las mujeres puedan participar en la
dirección de los partidos políticos en pie
de igualdad con los hombres” (cf. párrafo
191, ap. “c”).
En este contexto, y con el fin equilibrar
la participación de las mujeres en las orga-
nizaciones partidarias, varios países han
adoptado cuotas de género aplicables a los
cargos de dirección interna, logrando un
incremento del número de mujeres en sus
estructuras de decisión.
Ahora bien, sobre este aspecto se ha
advertido que “[l]as cuotas adoptadas me-
diante ley por los países tienen un efecto
menor [...] sobre la participación de las mu-
jeres en los órganos decisorios de los par-
tidos. Esto puede deberse a que las cuotas
para los órganos decisorios no reciben el
mismo nivel de monitoreo por parte de las
autoridades electorales (comparado con
las cuotas para candidatas legislativas) y
en casi todos los casos no incluyen los me-
canismos indispensables, como son las san-
ciones, para hacer cumplir el mandato” (cf.
Roza, Vivian; Llanos Beatriz; Garzón de la
Rosa, Gisela, “Partidos Políticos y Paridad:
La ecuación pendiente”; Ed. Bid, Idea, di-
ciembre de 2010, p. 11).
12) Que en función de la realidad marca-
da precedentemente, se ha dicho que “[s]
i se quiere avanzar en materia de igual-
dad de género en los partidos y la política
pública nacional, es importante abordar
la sub-representación de las mujeres en
los cargos de liderazgo al interior de los
partidos y los movimientos políticos. Los
dirigentes y los miembros de los máximos
órganos decisorios de los partidos no sólo
vigilan la selección de candidatos y los
planes y políticas públicas una vez que
sus ternas llegan al poder, sino que en mu-
chos casos también eligen a los líderes del
Poder Legislativo. Además, los miembros
del [órgano ejecutivo nacional] [...] son los
responsables de implementar acuerdos y
resoluciones adoptados por la asamblea
nacional del partido, y de verificar que se
cumplan sus estatutos y las leyes electo-
rales nacionales. Por lo tanto, la presencia
de las mujeres en [aquéllos] [...] es crítica
para asegurar que se acaten las leyes de
cuotas en la selección de candidatos al Po-
der Legislativo; influir en la composición
de las listas; monitorear el presupues-
to del partido asegurándose de que este
cumpla con sus compromisos de género;
representar los intereses de las mujeres
en los espacios de decisión; y promover
mecanismos y vigilar las políticas dirigi-
das a impulsar la igualdad de género” (cf.
ibídem, p. 28).
En ese marco, y en cuanto al modo de ha-
cer efectivo el logro de los objetivos que se
proponen las normas sobre cupo femenino,
se ha señalado que “los órganos de justicia
constitucional y los tribunales electorales
son un factor clave en el cumplimiento de
las leyes de cuotas electorales y, de esta
manera, en el acceso de las mujeres a los
puestos de decisión” (cf. Villanueva Flo-
res, Rocío, “La importancia de la justicia
constitucional y electoral para la eficacia
de las cuotas electorales. Las experiencias
costarricense y argentina en comparación
con las de otros países de la región”, en
“Igualdad para una democracia incluyen-
te”, IIDH, Costa Rica, 2009, p. 199/200).
En efecto, “la Constitución es una norma
positiva que adquiere su máximo vigor por
vía jurisdiccional” y que “así lo demuestra
la jurisprudencia en materia del derecho
a la participación política de las mujeres
en [...] [Argentina y Costa Rica]” (cf. ibí-
dem, p. 200).
13) Que en ese entendimiento, desde la
entrada en vigencia de la exigencia legal
8 | viernes 23 DE jUNIO DE 2017 Síganos en /thomsonreuterslaley @TRLaLey

(cf. art.  3º inc.  b, ley 23.298, modif. por
ley 26.774) esta Cámara ha asumido un
rol activo en la tutela de la igualdad de
género hacia el interior de los partidos
políticos, del mismo modo en que lo ha
hecho para los cargos públicos electivos.
Así, en ejercicio de sus atribuciones re-
glamentarias (cf. Ac. 40/13 CNE), esta-
bleció que los jueces federales con com-
petencia electoral deben controlar que en
la estructura interna de los partidos se
observen las normas de cupo femenino,
mandando a regularizar las situaciones
anómalas.
En particular, precisó que “cuando al-
guna de las autoridades partidarias comu-
nicadas por las agrupaciones políticas [...]
afecte el porcentaje mínimo requerido
por razón de sexo, los magistrados inti-
marán al partido a subsanar la anomalía.
Hasta tanto ello ocurra, no registrarán
ni tendrán por reconocida a dicha auto-
ridad. Si la irregularidad afectase a una
autoridad ya registrada [...] los señores
jueces adoptarán las medidas adecuadas
para regularizar la situación” (cf. Ac. cit.,
pto. 7º).
En el caso, no puede dejar de advertirse
que el tribunal de grado no sólo no siguió
dicho procedimiento, sino que, pese a la
interposición de un reclamo judicial, nada
dijo sobre el déficit en la conformación de
la Junta Directiva Nacional, el que forzosa-
mente lesiona la certeza y seguridad de sus
resoluciones y, por lo tanto, desvirtúa la
presunción de legitimidad de la que deben
gozar sus actos para dar estabilidad a la
organización y funcionamiento (cf. art.  3º,
inc. ”b”, de la ley 23.298).
14) Que, en razón de todo lo expresado,
y de las demás situaciones denunciadas
por el reclamante —en particular, aqué-
lla que se refiere a que “existe todavía la
situación de prevalencia de ‘dos bandos
enfrentados’ [...] que justificó [...] la inter-
vención [anteriormente dispuesta]” (cf.
fs.  113)— debe concluirse que las irregu-
laridades planteadas traducen verosímil
y razonablemente un concreto perjuicio e
imponen poner un límite y llegar a la nor-
malización partidaria a través de la medi-
da solicitada.
En efecto, toda vez que uno de los lími-
tes infranqueables de la autonomía par-
tidaria, radica precisamente en la inexo-
rable necesidad de asegurar la existencia
del “método democrático interno” (cf.
Fallo CNE 4535/11), corresponde revocar
la sentencia apelada y disponer la inter-
vención judicial del partido de autos, con
el objeto de regularizar la conformación y
el funcionamiento de su Junta Directiva
Nacional, mediante un nuevo proceso de
elección de autoridades, al que se deberá
dar plena publicidad, asegurando la efec-
tiva participación y control de parte de
todos los afiliados.
Resulta pertinente recordar aquí que la
adopción de medidas como la dispuesta
en esta causa tiende a normalizar el fun-
cionamiento de la agrupación mediante la
realización de elecciones libres y demo-
cráticas, con la finalidad última de salva-
guardar los intereses de los afiliados y los
propios fines de los partidos políticos.
Así lo ha entendido el Tribunal siempre
que encontró en la intervención judicial el
único desenlace justo para situaciones en
las que los partidos atraviesan una pro-
funda crisis institucional (cf. Fallos: CNE
46/72; 127/73; 387/78; 458/83; 643/84;
3389/04; 3847/07 y 5223/14).
En mérito de lo expuesto, oído el señor
fiscal actuante en la instancia y los amicus
curiae presentados, la Cámara Nacional
Electoral resuelve: 1º) Revocar la senten-
cia apelada; 2º) Disponer la intervención
judicial del partido “Unión Popular” Or-
den Nacional, con el objeto expresado en
el último considerando de la presente; 3º)
Hacer saber a la señora juez de primera
instancia que deberá designar a la perso-
na del interventor judicial y 4º) Comunicar
la presente a los señores jueces federales
con competencia electoral en todo el país,
y por su intermedio a los partidos políticos
con reconocimiento provisorio o definitivo
de su jurisdicción. Regístrese, notifíquese,
comuníquese y vuelvan los autos al juzgado
de origen. Firman dos jueces del Tribunal
por encontrarse vacante el restante cargo
de Juez de Cámara (cf. art. 109 del Regla-
mento para la Justicia Nacional). — San-
tiago H. Corcuera. — Alberto R. Dalla Vía.

EDICTOS
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil y Comercial Federal Nº 10, Secretaría
Nº 20, sito en Libertad 731, 9º piso de
esta Ciudad, informa que el Sr. OSVALDO
DARÍO CAMACHO, de nacionalidad
uruguaya con D.N.I. Nº 92.081.280, ha
iniciado los trámites tendientes a obtener
la ciudadanía argentina. Por ello cualquier
persona que tuviere conocimiento de algún
acontecimiento que estimara podría obstar a
dicha concesión, deberá hacerlo saber a este
Juzgado. Publíquese por dos días en LA LEY.
Buenos Aires, 8 de septiembre de 2016
Matías Abraham, sec. int.
LA LEY: I. 23/06/17 V. 23/06/17
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 99, Secretaría Única, emplaza a los
Sres. MEJER WSZEBOR SZAPIRO y DORA
ZELTGHENDLER, para que dentro del plazo de
diez días comparezcan a tomar la intervención
que les corresponda en autos “CIMATO, LIDIA
MARTA c/WSZEBOR SZAPIRO, MEJER
y OTRO s/Prescripción adquisitiva”, Expte.
Nº 30.383/16, bajo apercibimiento de desig-
narse al Defensor Oficial para que lo represente
en juicio. Publíquese por dos días en el Diario
La Ley.
Buenos Aires, 31 de mayo de 2017
Guillermina Echagüe Cullen, sec.
LA LEY: I. 15/06/17 V. 16/06/17
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil y Comercial Federal Nº 10, Secretaría
Nº 20, sito en Libertad 731, 9º piso de esta
Ciudad, informa que el Sr. OSVALDO DARÍO
CAMACHO, de nacionalidad uruguaya con
D.N.I. Nº 92.081.280, ha iniciado los trámites
tendientes a obtener la ciudadanía argentina.
Por ello cualquier persona que tuviere cono-
cimiento de algún acontecimiento que estimara
podría obstar a dicha concesión, deberá hacerlo
saber a este Juzgado. Publíquese por dos días
en LA LEY.
Buenos Aires, 8 de septiembre de 2016
Matías Abraham, sec. int.
LA LEY: I. 15/06/17 V. 15/06/17
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo
Civil y Comercial Federal Nº 8, Secretaría Nº 16,
sito en Libertad 731, 7º piso de Capital Federal,
hace saber que JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ
GARCETE nacido en Asunción, Paraguay el 1 de
febrero de 1984, con DNI: 94.790.147, ha peti-
cionado la concesión de la ciudadanía argentina,
a fin de que los interesados hagan saber a este
Juzgado las circunstancias que pudiesen obstar
a dicho pedido. El presente deberá ser publicado
por dos veces en un lapso de quince días en el
diario “LA LEY”.
Buenos Aires, 30 de septiembre de 2016
Silvina A. Bracamonte, sec.
LA LEY: I. 15/06/17 V. 15/06/17
Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo
Civil Nº 72 de Capital Federal, sito en Uruguay
714, piso 6to., Capital Federal, hace saber por
dos días en autos caratulados: “TRANFINA
S.A. c/ BERNST ERNESTO HÉCTOR s/EJE-
CUCIÓN HIPOTECARIA”, Expte. 61394/91
que el martillero Antonio Ernesto Pierri pro-
cederá a subastar el día 29 del mes de junio de
2017 a las 11:30 en Jean Jaurés 545, CABA,
el siguiente bien: El bien ubicado en Monte
Grande del Partido de Esteban Echeverría,
lote 14, Manzana 66, parcela 14 de la Provin-
cia de Buenos Aires, Nomenclatura Catastral:
Circ.: II, Sección: G, Manzana: 66, Parcela 14,
Matrícula 136.530. Superficie total 200 m2.
Según constatación efectuada, el inmueble se
ubica con frente a la calle Irupe N º 287, frente
al Nº 288 y al lado del Nº 295; de la localidad
de El Jagüel, Partido de Esteban Echeverría,
Pcia. de Buenos Aires. Se trata de un inmue-
ble que presenta en su frente alambrado y
espacio de tierra, existen dos puertas de acce-
so, en la de la izquierda se desarrollan dos ha-
bitaciones, comedor, baño y cocina, todo con
pisos alisados de cemento y patio al fondo.
Por la otra puerta (de la derecha) se accede a
sala, baño y cocina. Todo de chapa. Todo en
regular estado de uso y conservación, con fal-
ta de mejoras y detalles de terminación. Con-
forme constancias de autos, el inmueble se
encuentra ocupado por Delia Ramona Ruibio,
en calidad de ocupante. Subastándose en el
estado en que se encuentra pudiéndose visi-
tar los días 27 y 28 de junio próximos, de 14 a
16 hs. Base: $ 100.000. Seña 30%. Comisión
3% más IVA. Al contado y al mejor postor. Se
encontrará asimismo a cargo del adquirente
abonar el veinticinco centésimos por ciento
(0,25 %) del precio final obtenido en subasta,
correspondiente a arancel de remate, con-
forme Acordada Nro. 10/99. El comprador
deberá constituir domicilio en Capital Federal,
bajo apercibimiento de que las sucesivas pro-
videncias se le tendrán por notificadas en la
forma y oportunidad previstas por el art. 133
CP. Queda prohibida la cesión del boleto de
compraventa y la compra en comisión. Existen
constancias de que el inmueble a subastarse
registra deudas en Municipalidad de Este-
ban Echeverría (fs. 378/9) por $ 3.136,87
al 18/11/15; AySA (fs. 366/7) $ 961,42 al
22/09/15; ArBA (fs. 400) $ 11.429,50 al
22/09/16; sin deudas en Aguas Argentinas
(fs. 390) al 1/07/16; ni en OSN (fs. 387) al
27/05/16. Subasta sujeta a aprobación del
Juzgado interviniente.
Buenos Aires, 29 de mayo de 2017
Daniel R. Russo, sec.
LA LEY: I. 14/06/17 V. 15/06/17
El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 100, a cargo
del Dr. Alejandro C. Verdaguer (subrogante),
Secretaría Única, del Dr. Osvaldo Guillermo
Carpintero, sito en Av. de Los Inmigrantes
1950 (4ºpiso), de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, comunica por 2 días, en au-
tos: “CANCIO ELENA c/CANCIO NORMA
MARÍA s/DIVISIÓN DE CONDOMINIO”
Nº 27974/2012, que el martillero Álvarez
Torres Diego Fernando subastará el día 16 de
mayo de 2017, a las 10:45 hs., en punto, en el
Salón de Ventas de la calle Jean Jaurés 545
de esta ciudad, el inmueble ubicado en la calle
Moreto 782, entre Chascomús y Av. Directorio
de esta ciudad, Matrícula: 1-23090; Nomen-
clatura Catastral: Circ. 1, Sec. 54, Manz. 62,
Parc. 18; según constatación realizada por el
martillero que obra a fs. 193, 197/99 y que
dice: estado de abandono, frente de 8,66 ms
por 37 mts, tres habitaciones con baño y coci-
na, fondo terraza y un patio casa tipo chorizo.
Estado de ocupación: ocupado por el hijo de la
propietaria (fs. 199). Deudas: Aguas Argen-
tinas: no tiene, fecha 23/12/2017, fs. 303/4.
O.S.N.: no tiene, fecha 24/04/2017, fs. 317.
Renta (ABL): no tiene, fecha 21/04/2017,
fs. 326. Las presentes deudas se encuen-
tran sujetas a reajustes por actualización de
las mismas. Téngase presente lo dispuesto
por la Exma. Cámara del fuero en plenario
“Servicios c/Yabra” de fecha 19/02/99”. Cer-
tificado de dominio: Nº E00086897, fecha
15/02/2017, fs. 285/8. Certificado de inhi-
biciones: NºE00086901, fecha 15/02/2017,
fs. 289/90 y Nº E00086899, fecha
15/02/2017, fs. 291/92. Base: $ 1.764.000.
Seña: 30 %. Comisión 3%. Acordada 24/00
(CSJN): 0,25%. Todo en dinero en efectivo en
el acto de la subasta y al mejor postor, debiendo
el comprador acreditar su identidad, y constituir
domicilio dentro del radio de la Ciudad Autó-
noma de Buenos Aires, bajo apercibimiento de
que las sucesivas providencias se le tendrán por
notificadas en la forma y oportunidad previstas
en el Art. 133 del C.P.C.C. El comprador deberá
depositar el saldo del precio al 5º día de aproba-
da la subasta en una cuenta a nombre de autos
y a la orden del Juzgado, bajo apercibimiento de
lo dispuesto por el Art. 580, C.P.C.C. No proce-
de la compra en comisión. Exhibición: los días 10
de mayo de 2017, en el horario de 11:00 a 12:30
hs. Para mayor información dirigirse al Expte. o
al martillero al Te.: 4521-7533.
Buenos Aires, 8 de mayo de 2017
Osvaldo Guillermo Carpintero, sec.
LA LEY: I. 12/06/17 V. 13/06/17

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Impreso en La Ley, Rivadavia 130, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires.