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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LOS


ANDES
ESUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA

“JUSTICIA Y VERDAD”

CURSO : FILOSOFÍA
DOCENTE : CORONADO GAMARRA LILIANA
DISCENTES :
 QUISPE FERNANDEZ
 SHIRLEY DANUSKA
 ILLAPUMA PEREZ THALIA PAOLA
 FLORES AVENDAÑO ROSMERY PAOLA

CUSCO - PERÚ

2018
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PRESENTACIÓN

Docente, del curso que su digna persona dirige, ponemos a consideración de su

criterio la calificación del presente trabajo cuyo tema es “JUSTICIA Y VERDAD” el cual

lo hemos realizado con mucho interés dado que es un tema de suma importancia en la

formación de nuestra carrera profesional.

Hacemos llegar nuestro trabajo, esperando que haya cumplido con toda la

información necesaria, ya que está regida y fundamentada de acuerdo a la información y

enseñanza adquirida, anhelando de esta manera haber cumplido con lo requerido.

Atentamente

Sus Alumnas
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INDICE
PRESENTACIÓN .................................................................................................................. 2
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 4
CAPITULO I
JUSTICIA
1.1. EN EL PENSAMIENTO ANTIGUO ............................................................................. 5
1.2. EN EL PENSAMIENTO ACTUAL ............................................................................... 7
1.3. DEFINICIÓN DE JUSTICIA .......................................................................................... 8
1.4. ACEPCIONES DE LA PALABRA "JUSTICIA"........................................................... 8
1.5. LOS TRES ASPECTOS DE LA JUSTICIA ................................................................... 9
1.6. CLASES DE JUSTICIA ................................................................................................ 10
1.6.1. JUSTICIA PARTICULAR ......................................................................................... 10
1.6.2. JUSTICIA CONMUTATIVA .................................................................................... 10
1.6.3. LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA................................................................................ 10
1.6.4. LA JUSTICIA SOCIAL ............................................................................................. 11
1.6.5. LA JUSTICIA JUDICIAL ......................................................................................... 11
CAPITULO II
VERDAD
2.1. VERDAD ...................................................................................................................... 12
2.2. EL ORIGEN DE LA VERDAD .................................................................................... 12
2.3. LA RELACIÓN DE LOS VALORES Y LA VERDAD .............................................. 13
2.4. LA VERDAD Y LA FALSEDAD ................................................................................ 14
CAPITULO III
VERDAD Y JUSTICIA
3.1. PARA LOS FILÓSOFOS.............................................................................................. 15
CONCLUSIONES ................................................................................................................ 22
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................. 23
ANEXOS .............................................................................................................................. 24
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INTRODUCCIÓN

La Filosofía es un Servicio Público. El pensar, filosofar, es una necesidad, no

podemos dejar de pensar, son las distintas formas de ver el mundo, la vida. Pensar es

experimentar. El pensar es una actitud mucho más femenina que masculina, más intuitiva,

más receptiva, y mucho menos agresiva Si no hay experiencia no hay pensar. Tenemos

experiencias de acciones, de movilizaciones que dan que pensar. ¿Adónde nos conducen?

Pensar es el esfuerzo y el disfrute humano de ir descubriendo la verdad. Un pensamiento

es verdadero si es fiel a la realidad, y si es capaz de transformar esa realidad. La verdad por

tanto supone la identifica-ción con la praxis. (Marx). Los filósofos griegos empezaron a

pensar al descubrir la Naturaleza, observándola. Escribieron lo que veían en la realidad.

La justicia, de la mano de la Ética es virtud, por ende moral absoluta. "Filantropía".

Como introducción quisiera, Plantearos un espacio para definir -muy sintetizado- lo que

podría llamarse o definirse ética. Siempre llamándoos a la reflexión acerca del tópico,

considerando el avance de la civilización y su planteamiento diacrónico, principalmente

dirigido a la cultura occidental, pero sin embargo a la luz del reconocimiento Universal

derivado de la importancia que se merece el fundamento del rubro en análisis, por supuesto

un extremo valor que de no manejarse, podría haber sido -sin lugar a dudas- sustituido por

un elemento con la misma función y fundamento, aunque con otra denominación. Por lo

pronto no queda otra conclusión ni camino que manejar este valor como Ética.

Según la filosofía clásica, en este caso será representada por Platón, donde, un

ejemplo de injusticia es una nación, Estado, donde se tenga que acudir a leyes y

magistrados, o funcionarios foráneos para impartir orden, salud y/o "justicia".


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CAPITULO I

JUSTICIA

1.1. EN EL PENSAMIENTO ANTIGUO

Al remontarnos a los orígenes más remotos de la justicia encontramos que la

concepción que tenían los griegos acerca de la justicia revestía sin duda una gran

peculiaridad. Así, por ejemplo Sócrates la enfoca desde el conocimiento y la observancia de

las leyes que gobiernan las relaciones entre los hombres. Atisbó la diferencia entre lo justo y

lo legal, orientado esto último por el derecho positivo, expuesto a errores e iniquidades; y

afirmado lo primero en el derecho natural, en lo no escrito, en lo bueno y recto. Para Homero

y Hesíodo, poetas e imaginativos a la postre, la justicia, personificada en Temis, no es sino

una divinidad en la corte del Olimpo, aureolado por la divinidad. .

Por su parte, Platón y Aristóteles centran la justicia sobre la virtud. Para el primero es

aquella que mantiene la unidad, el acuerdo y la armonía. En cambio, para el otro filósofo

ofrece aspecto social, que impone a cada uno respetar el bien de los demás.

Para los primeros filósofos, la justicia es una virtud universal. Y ello se ve claramente

evidenciado en la obra Platón, La República, en la cual se dedica al estudio de lo Justo y lo

Injusto, concibió al Estado como un hombre grande (macroántropos); una persona moral en

todo semejante, excepto en las proporciones, a una persona humana. Afirma que las

facultades del hombre son, Inteligencia, la voluntad y los sentidos. A cada uno de estas

facultades le corresponde una virtud: a la inteligencia, la sabiduría; a la voluntad, la fortaleza;

y a los sentidos, la templanza. Estas virtudes accesorias son armonizadas por la justicia que

es una virtud total. En el hombre grande llamado Estado, la inteligencia está representada por

los filósofos, la voluntad por los guerreros, y los sentidos por los artesanos. Conforme a las
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virtudes de estos estamentos, los filósofos deben gobernar, los guerreros defender y los

artesanos producir bienes materiales. Las virtudes propias de cada una de estas clases sociales

son armonizadas por la justicia a fin de que cada uno cumpla con sus roles y actividades sin

Invadir campos ajenos para evitar la desorganización dentro del estado. Nada sería más

funesto para el Estado que la Invasión de los unos en las funciones de los otros, que el

carpintero pretendiera ejercer el oficio de zapatero y el artesano quisiera elevarse a rango de

guerrero; la usurpación de los derechos de otro, azote del Estado, se llama injusticia; de la

que nacen tres vicios opuestos la ignorancia, la cobardía y la intemperancia. En tanto que

Aristóteles trata de la justicia en su aspecto general y particular. Desde el punto de vista

general o legal la justicia es el punto de equilibrio entre los extremos caracterizados por los

excesos y los defectos. Este punto de equilibrio es el "justo medio", La justicia general es la

virtud perfecta; la mejor de las virtudes, pero no absoluta sino en relación a otro, así por

ejemplo, la misma justicia está entre la injusticia que se comete y la injusticia que se produce,

"Cicerón, en los muchos pasajes de varias de sus obras en las cuales trata el tema de la

justicia, se refiere a ésta en función de las ideas siguientes: la justicia es algo que debe

realizarse en la sociedad humana consiente en atribuir a cada uno lo suyo".

En la filosofía más antigua, nos recuerda Ross, la justicia es la virtud suprema, omni

comprensiva, sin distinción entre el Derecho y la moral. Justicia es el amor al bien o a Dios.

En este sentido el sermón de la montaña: "Bienaventurados los hambrientos y sedientos de

Justicia; porque en ella serán colmados". La justicia es igualdad en la distribución o reparto

de las ventajas y cargas. Este concepto fue formulado por los pitagóricos en el siglo IV a.C.,

quienes representaron a la Justicia con el número cuadrado, .en lo que Igual está unido a lo
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Igual las ventajas o cargas a cuya distribución se adule pueden ser salarlos, Impuestos,

propiedad, castigo, derechos, deberes, etc.

1.1. EN EL PENSAMIENTO MEDIEVAL

En la edad media, la definición que se tenía acerca de la justicia era que es "una de las

cosas por que mejor y más enderezada mente se mantiene el mundo y es como fuente de

donde manan todos los derechos. La justicia es arraigada virtud que dura siempre en las

voluntades de los hombres justos, y da y comparte a cada uno su derecho e igualmente.

Establece los siguientes mandamientos: Lo que viva el hombre honestamente; que no haga

mal ni daño a otro; que de su derecho a cada uno, y el que los cumple, hace lo que debe a

Dios y así mismo ya los hombres, con quien vive, y cumple y mantiene la justicia".

(Cabanellas, 2002)

1.2. EN EL PENSAMIENTO ACTUAL

Actualmente cuando hablamos de justicia, nos referimos a la virtud que consiste en dar

a cada uno lo que le pertenece, considerada ésta como uno de las cuatro virtudes cardinales

(junto a la prudencia, fortaleza y templanza). A menudo creemos que la justicia debería ser

sinónimo de Derecho, pero la realidad de los hechos demuestra lo contrario, ya veces el

Derecho deja de ser justo por impulsos motivados en el ambiente. "Luchar por la justicia es

la lucha Interna del Derecho, decía JHERING, dejando en claro que el Derecho no es sino

un medio que sirve para garantizar los Intereses de la vida, ayudar a las necesidades, realizar

sus fines." (Donaires, 1998)


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1.3. DEFINICIÓN DE JUSTICIA

Son muchas las definiciones que se presentan al hablar de Justicia, pues, como bien

dice Perehman, de "entre todas las nociones prestigiadas, la justicia parece una de las mas

Irremediablemente confusas, desde hace miles de años todos los antagonistas en los

conflictos públicos y privativos, en las guerras, las revoluciones, los procesos, las querellas

de Intereses, declaran siempre y se esfuerzan por probar que al Justicia está de su parte, que

se Invoca a la justicia siempre que se recurre aun arbitro Inmediatamente uno se da cuanta

de la multiplicidad inverosímil de los sentidos que se dan a esta noción, y de la confusión

extraordinaria provocada por su uso". (Perelman, 1983) Sin embargo, podemos mencionar

las mencionaremos las siguientes definiciones: Para Platón, "la justicia es una virtud superior

y ordenadora de las demás virtudes estableciendo entre ellas una relación armónica". Por su

parte Aristóteles dice lo Justo es lo igual y puesto que lo igual es un medio, la justicia será el

"Justo medio". Ulpiano expresa que "la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a

cada uno lo suyo" Para San Ambrosio la justicia es la madre fecunda de las demás virtudes.

(Castillo, 1999)

1.4. ACEPCIONES DE LA PALABRA "JUSTICIA"

"La palabra justicia" ha sido usada en dos acepciones de diferente alcance y extensión,

Incluso por los mismos autores: por una parte la palabra "Justicia" se ha usado y se usa para

designar el criterio ideal o por lo menos el principal criterio ideal del Derecho (Derecho

natural, Derecho racional, Derecho valioso), en suma, la Idea básica sobre la cual debe

Inspirarse el Derecho. Mas por otra parte ha sido empleada también para denotar la virtud

universal comprensiva de todas las demás virtudes: Así por ejemplo, en ese sentido lato para

Platón la justicia es la virtud fundamental de la cual se derivan todas las demás virtudes¡ pues
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constituye el principio armónico ordenador de éstas, el principio que determina el campo de

acción de cada una de las demás virtudes pues constituye el principio armónico ordenador de

éstas, el principio que determina el campo de acción de cada fortaleza o valor para la voluntad

y de la templanza para los apetitos y tendencias sentido estricto como pauta para el Derecho

usa, asimismo la palabra "justicia" como expresión de la virtud total y perfecto, de la cual

dice que consiste en una medida de proporcionalidad de los actos, la cual representa el medio

equidistante entre el exceso y el defecto".

1.5. LOS TRES ASPECTOS DE LA JUSTICIA

"En su sentido subjetivo, la justicia como virtud moral es la virtud suprema,

omnicomprensiva, la expresión del bien absoluto, la santidad, la perfección Individual del

ser humano. En sentido, se ha definido como "el hábito del alma, observado en el interés

común, que da a cada cual su dignidad", o "la constante y perpetua voluntad de dar a cada

uno lo que es suyo" (ULPIANO); O "el hábito según el cual, con constante y perpetua

voluntad, da a cada cual su derecho".

"En su sentido objetivo la justicia como valor jurídico es la cualidad por la cual un acto

humano es justo, aun cuando no sea acompañado de ánimo de justicia, con tal que se

conforme al Derecho, la justicia es simplemente el ajuste de las relaciones sociales con el

ordenamiento jurídico a fin de hacer posible que la vida colectiva se lleve a cabo la menor

fricción posible, o sea, en paz la justicia consiste en dar a cada uno lo que le corresponde de

acuerdo a las condiciones Impuestas, no por la voluntad del agente, sino por el Derecho.

En su aspecto Ideal la justicia es el sentimiento que cada uno lleva consigo en cada

lugar y en cada época sobre como deben ser los actos humanos y el Derecho. La justicia

existe siempre como una Instancia crítica y valorativa del Derecho, éste no satisface los
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ideales de Justicia más que parcialmente; el Derecho siempre es Imperfecto de la justicia. El

Derecho tiene en la justicia un fin superior que alcanzar, que persistentemente le sirva de

meta y de fundamento".

1.6. CLASES DE JUSTICIA

Como se ha venido diciendo a lo largo del trabajo, la justicia en su sentido subjetivo,

se refiere a la virtud, o Ideal, por cuanto corresponde dar a cada uno lo que le corresponde;

y es así como la justicia abraza a todas las demás virtudes.

1.6.1. JUSTICIA PARTICULAR

Es la que delimita y armoniza los interese individuales en la vida social de la

comunidad o Regula las relaciones de los individuos entre sí y las de la sociedad con ellos.

Busca el bien de los Individuos, sin perjuicio de lograr el bien común. Su necesidad deriva

de la necesidad de mantener el orden social. La justicia particular puede ser conmutativa o

distributiva. (Torres, 2001)

1.6.2. JUSTICIA CONMUTATIVA

Tiene por objeto que exista igualdad entre lo debido y lo que se da; opera allí donde

hay dos magnitudes frente a frente. Por ejemplo: prestación -contraprestación.

1.6.3. LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA

Opera donde varios (por lo menos dos), reciben de un tercero ventajas o la Imposición

de cargas. Es la debida por la comunidad a sus miembros. Debe estar auxiliada por otros tres

valores fundamentales: bien común, seguridad jurídica y orden público.


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1.6.4. LA JUSTICIA SOCIAL

Tiene el propósito de realizar acciones que benefician a las clases más necesitadas y

una mejor distribución de la riqueza que produce un país para asegurar mejores condiciones

de vida. Se habla de justicia social para incidir en el hecho de que sus destinatarios son las

clases desvalidas y menesterosas.

1.6.5. LA JUSTICIA JUDICIAL

Es la justicia del caso concreto y lo propiamente del acto de Justicia. La justicia judicial

existe cuando el juez tiene que integrar el Derecho ante las lagunas de Ia ley, haciendo uso

de la analogía o de los principios generales del Derecho, con el fin de encontrar una solución

justa en el caso concreto. (Montoya, 2005)


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CAPITULO II

VERDAD

2.1. VERDAD

La verdad puede referirse a una proposición o a una realidad. Una proposición es

verdadera cuando no es falsa y una realidad es verdadera cuando no es aparente, ilusoria,

irreal, inexistente, etc.

Los primeros filósofos buscaron primero la verdad frente a la falsedad, la ilusión, la

apariencia, etc. En este caso la verdad y la realidad eran idénticas y la realidad era considerada

idéntica a lo que es. Los griegos se ocuparon además de la verdad como propiedad de los

enunciados que se dice que son verdaderos. Aristóteles fue el primero en expresar lo que

después se llamará concepción lógica de la verdad, o sea, que no hay verdad sin enunciado y

sin la cosa que se afirma que es verdad.

2.2. EL ORIGEN DE LA VERDAD

Es del punto de vista filosófico, la verdad se describe con respecto al conocimiento. En

este contexto, “la verdad del conocimiento consiste en que el conocimiento concuerde con el

objeto” (García, 1978). El criterio de la verdad se establece con base en la correspondencia

entre el pensamiento y el objeto. El estudio de la psicología, la lógica y la ontología está

estrechamente vinculado con el conocimiento ya que el conocimiento es una correlación del

sujeto-objeto, mediando el pensamiento. Para la psicología, el conocimiento correlaciona al

sujeto con el objeto y trata al sujeto y al pensamiento como vivencia del sujeto con el objeto.

La lógica trata de los pensamientos como enunciados referidos a un objeto y no como una

vivencia particular. Para la ontología, el conocimiento correlaciona al sujeto con el objeto,

es decir, “no hay conocimiento sin un sujeto que lo sea para un objeto y un objeto que lo sea
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para un sujeto. Por consiguiente, el objeto, lo que es, lo que está ahí para ser conocido y

siendo conocido, es lo que estudia la ontología.” Desde la perspectiva anterior, el

pensamiento se determina en el sujeto por el objeto ya que la actividad del sujeto no recae

sobre el objeto sino que el objeto permanece intacto. (Márquez, 1977)

2.3. LA RELACIÓN DE LOS VALORES Y LA VERDAD

La verdad está estrechamente vinculada con las virtudes, y las virtudes, a su vez, están

estrechamente relacionadas con los valores. Los valores son los que permiten darle un sentido

a la vida humana. Entre las características de los valores encontramos que:

 Son sui generis,

 Son irreales,

 Son inespaciales e intemporales,

 Son absolutos,

 Son inmensurables e imponderables,

 Pueden tomarse en sentido positivo y negativo,

 Son obligatorios, y

 Son subjetivos-objetivos (Martínez, 2001)

Para determinar el origen de la verdad, es decir, la relación entre el sujeto y el objeto,

de las características anteriores sobresale la subjetividad y objetividad de los valores ya que

nuestra actitud ante las cosas establece la esencia del valor o porque las cosas o los hechos

tienen un valor que despierta en nosotros una reacción de agrado o desagrado.

El subjetivismo establece que los valores son una proyección de nuestro ser sobre las

cosas, es decir, el sujeto es el que les da el valor a las cosas y es por eso que a algunos les
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gustan y a otros no. Además, la variación del valor no sólo se encuentra de un sujeto a otro,

sino también de un estado de conciencia a otro del mismo individuo.

2.4. LA VERDAD Y LA FALSEDAD

La verdad sirve de norma tanto para sí misma como para la falsedad. La falsedad es

únicamente un espejismo de conocimiento, pero tal conocimiento no existe. La falsedad o el

conocimiento falso es el que no tiene relación con la realidad. La falsedad no debe entenderse

como algo real u objetivo. La falsedad es la inconformidad entre el entendimiento y la cosa.

Esta inconformidad puede ser positiva o negativa. La inconformidad positiva se refiere a la

introducción de características ajenas al objeto, afirmando lo que no debe afirmarse o

negando lo que no debe negarse. La inconformidad negativa se refiere a la aprehensión de

un aspecto inteligible del objeto debido a la naturaleza abstractiva de la mente. La

inconformidad negativa es tan sólo un conocimiento parcial e incompleto, pero no un

conocimiento falso. Entonces, la verdad y la falsedad pertenecen al mismo género del

conocimiento ya que ambas determinan un conocimiento positivo (verdadero o falso) que no

puede presentarse simultáneamente en el mismo sujeto o en el mismo aspecto. La falsedad y

la verdad se centran en el juicio, con el que se afirma o niega algo. La verdad surge cuando

existe conformidad y adecuación entre el entendimiento y la cosa, es decir, cuando se afirma

lo que debe afirmarse o se niega lo que debe negarse. Contrariamente, la falsedad surge

cuando existe inconformidad entre el sujeto y la cosa, es decir, al negarse lo que debe

afirmarse o al afirmarse lo que debe negarse. (Larroyo, 1981)


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CAPITULO III

VERDAD Y JUSTICIA

Con la verdad y la justicia es imposible improvisar. La propuesta de crear una comisión

de la verdad que, escuchando a todas las partes, contribuya a poner fin al conflicto armado

en Colombia ha despertado muchas preguntas e inquietudes. ¿Cómo habrá de incidir la

verdad en los procesos judiciales que se llevan o se podrían llevar a cabo en un país tan

históricamente violento como Colombia? ¿Cuánta verdad se requiere o se soporta para hacer

posible la reconciliación?

Verdad y justicia son dos conceptos con capítulo propio en la historia de la filosofía.

Desde hace cerca de 2.500 años, los filósofos que se formaron a la sombra de Atenas se

vienen preguntando cómo entender ideas tan complejas como verdad y justicia, si entre

ambas existe una relación, y qué tipo de relación: ¿están coordinadas, articuladas, o

subordinadas? ¿Son independientes? ¿Están llamadas a colaborar, o han de reñir entre sí?

Hay filósofos antiguos, modernos y contemporáneos– que piensan que verdad y justicia

son conceptos inseparables, que se requieren mutuamente, de modo que donde no esté uno

tampoco podría estar el otro.

3.1. PARA LOS FILÓSOFOS

Para Platón, por ejemplo, ambos conceptos forman parte de la idea de lo bueno, de esta

idea reciben legitimidad, consistencia, validez, e incluso belleza. Por eso intentar desvincular

o alejar un concepto respecto del otro inevitablemente conduce a desaciertos y

equivocaciones teóricas y prácticas, esto es, políticas.


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También Hegel, muchos siglos después, pensaba que la unidad entre verdad y justicia

se alcanza a través de lo que él llamó espíritu absoluto, el único capaz de lograr, mediante la

filosofía, la religión, la estética y el Estado, la síntesis de todas las contradicciones, que son

el motor de la historia.

Por más atractivas que resulten estas ideas unitarias, para el mundo en el que vivimos

no dejan de ser peligrosamente autoritarias.

¿Quién, sino un indagador incansable de la verdad esto es, un filósofo podría gobernar

la polis? Dicen que Platón, ya viejo y un tanto desilusionado, fue abandonando la doctrina

del rey filósofo y fue acercándose cada vez más al concepto ateniense de democracia, que

acabaría siendo reivindicado por Aristóteles, su discípulo más ilustre. En todo caso no

podemos olvidar que Karl Popper, en La sociedad abierta y sus enemigos, no duda en señalar

a los defensores de estas ideas (Platón, Hegel y Marx) como tristes patrocinadores filosóficos

del autoritarismo y enemigos declarados de la democracia liberal.

El hecho es que cualquier forma de organización política que se crea poseedora de la

verdad sobre la naturaleza, el ser humano y el sentido de la historia –como la Unión Soviética

o el Tercer Reich–, e intente vincular esa verdad con formas estructuradas de justicia, o va

de camino hacia el autoritarismo o se encuentra en medio de él, pisoteando los derechos y la

dignidad de la persona humana. Nunca los Estados que se declaran poseedores de la verdad

han hecho felices a la gente que ha vivido en ellos.


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Quizás haya sido Aristóteles el primero en desarrollar una teoría de la justicia que

puede ser considerada consistente conceptualmente y al mismo tiempo independiente de una

teoría de la verdad. Tal fue su empeño en el Libro 'V de la Ética a Nicómaco', donde el

concepto de justicia es sometido a un análisis riguroso que, en principio, no depende de su

propia doctrina metafísica.

Si Platón es considerado el padre del idealismo, Aristóteles debe serlo del realismo.

Para él, la verdad no procede de las ideas, está en las cosas y en los hechos, y nosotros de

algún modo lo que hacemos es extraerla y formularla en juicios organizados, que llamamos

ciencias. (CNM, 2000)

La justicia, por su parte, es siempre relativa a sus circunstancias, de ellas depende, y

no de la idea de lo justo o lo bueno en sí mismo. Los juicios sobre lo justo y lo injusto son

obtenidos a partir de las situaciones en las que estos se hacen necesarios, y en ese sentido

podríamos decir que la justicia es la respuesta del hombre prudente en medio de los conflictos

en los que continua e inevitablemente habrá de encontrarse.

Por diversas razones que no es del caso aquí considerar, el pensamiento filosófico y

político de Aristóteles solo fue redescubierto muchos siglos después, y para sus más cercanos

contemporáneos este no tuvo mucho impacto.

Y es que, mucho antes de los filósofos griegos, los autores de los libros sagrados en

torno a Jerusalén también se habían ocupado de cómo Dios pueda ser, a la vez, fuente de

verdad y de justicia. “Justicia y verdad son las obras de sus manos, todos sus preceptos

merecen confianza”, dice el Salmo 110. A partir de la doctrina de Jesús de Nazaret, el


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cristianismo añadió a la justicia la misericordia, como la actitud fundamental de Dios hacia

los hombres: “Sed misericordiosos como vuestra Padre es misericordioso” (Lucas 6,36).

De esa forma termina de configurarse el conjunto de representaciones mentales,

filosóficas y teológicas con las que hoy, en Colombia, nos seguimos preguntando por la razón

de ser de una comisión de la verdad en medio del conflicto armado.

Con la idea de que Dios es infinitamente sabio, infinitamente justo e infinitamente

poderoso, el cristianismo occidental no solo reforzó y desarrolló la idea de que verdad y

justicia se requieren mutuamente, sino que Dios –el Padre misericordioso revelado en

Jesucristo– pasó a ser el garante metafísico y también el responsable último y definitivo de

dicha unidad; todo ello, por supuesto, con matices.

Tomás de Aquino, por ejemplo, concibe el carácter correlativo de verdad y justicia, ya

que el ser humano, como criatura racional que es, tiene acceso a conocer, con verdad, la

justicia.

Durante muchos siglos el poder político de la Iglesia se justificó en la misión tanto de

enseñar la verdad como de impartir justicia, y ambas tareas eran realizadas en nombre de

Dios. Ningún juicio de la justicia humana podía contradecir la verdad divina, de la cual

aquella aspiraba a ser, al menos, un pálido reflejo. La Ilustración intentó modificar esto, con

un resultado no muy alentador: la hoguera de la Inquisición fue reemplazada por la guillotina,

lo cual hizo evidente que la política no es la mediadora ideal entre verdad y justicia.

Pero es un hecho que con el surgimiento de la modernidad muchas cosas empezaron a

cambiar. En ello influyeron de manera lenta pero decisiva la configuración de los Estados
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nacionales europeos, el desarrollo del conocimiento científico, la apertura a la diversidad a

través del comercio, la irrupción de América en la geopolítica mundial y la Reforma

Protestante. Todo ello fue conduciendo a que la unidad entre verdad y justicia comenzara a

resquebrajarse.

La tendencia dominante en la filosofía moderna consiste en distinguir y separar el

ámbito de la verdad del de la justicia, no porque alguno de estos conceptos haya perdido

significado o relevancia social, sino precisamente por la enorme importancia que tanto el uno

como el otro, si bien de un modo independiente, habían conquistado. La ciencia y la política

celebraban por igual su independencia de la metafísica. La física, con Newton, mostró

innegables avances y progresos gracias a la formulación de leyes universales y necesarias, y

con ello la ciencia experimental consideraba haber alcanzado su mayoría de edad. Verdad,

en todo caso, equivalía a verdad demostrable científica o experimentalmente.

Por su parte, la política se afirmaba como una actividad que poseía un dinamismo

propio que no podía ser controlado desde fuera. Las relaciones entre ética, política y

metafísica cambiaron sustancialmente. La justicia divina iba quedando aplazada para el más

allá y su lugar fue ocupado por los derechos humanos, el derecho positivo y la democracia.

Para Hume, por ejemplo, la verdad procede de la forma en que repetidamente

resultamos siendo afectados por impresiones sensibles. Tanto es así que, de tanto ver que el

sol sale cada mañana por el oriente, decimos que ha de salir también mañana, de modo que

la verdad de este juicio, que poco tiene que ver con la metafísica, es obtenida por mera

inducción.
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Las verdades de la ciencia son algo así como el poder de la costumbre agudizado por

la observación y la medición cuidadosa. También los conceptos morales, como el de justicia,

proceden de la experiencia y no de la razón. El fundamento de nuestros juicios morales está

exclusivamente en los sentimientos, de modo que cuando decimos que algo es bueno o justo,

lejos de querer decir algo que pueda ser verdadero o falso, lo único que en realidad hacemos

es decir que se lo recomendamos a otros. Desde esta perspectiva es claro que verdad y justicia

van de la mano, pero carecen de cualquier valor o significado universal.

Kant sostiene la posición contraria. Para él, la verdad de la ciencia moderna se

fundamenta y legitima tanto en la experiencia sensible como en elementos a priori de la

sensibilidad y del entendimiento, y eso explica las legítimas pretensiones de universalidad

que la caracterizan. Pero quizás su mayor grandeza consista en haber comprendido que la

ética, y con ella los derechos humanos y la justicia, si bien no se fundamentan en experiencia

alguna, no por ello son menos racionales que la ciencias naturales. Se desarrollan con base

en la razón, pero autónomamente respecto de la verdad científica. La razón humana es una

sola, pero tiene un uso teórico y otro moral. Para Kant, la verdad y la justicia transitan

caminos diferentes, caminos que quizás en este mundo nunca se cruzan, pero que han sido

allanados por una misma razón que es capaz, a la vez, de conocer y transformar el mundo y

de generar valor moral en él.

Verdad y justicia, para Kant, si bien obedecen a leyes diferentes, pueden ser articuladas

en un proyecto de sociedad que garantice, a la vez, la autonomía del conocimiento y de la

verdad, y la dignidad la persona humana.


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El pensamiento filosófico contemporáneo hereda la diversidad de perspectivas que nos

llegan desde la modernidad.

Existe la mal llamada posmodernidad (que a nuestro juicio no es más que un reflejo de

la gran diversidad de modos de asumir, alargar o postergar la modernidad), según la cual

preguntar por la unidad de algo desentona en épocas de dispersiones, y preguntar por la

relación entre verdad y justicia evoca más bien la pesada solidez de metarrelatos que

precisamente han de ser deconstruidos.

Pero hay también filósofos actuales más optimistas, como el norteamericano John

Rawls, quien definitivamente valida y resignifica la pregunta por la relación entre verdad y

justicia desde una perspectiva contractualista. Al comienzo de su Teoría de la justicia, afirma

Rawls: “La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad lo es de

los sistemas de pensamiento”. Y añade: “(...) lo único que nos permite tolerar una teoría

errónea es la falta de una mejor; análogamente, una injusticia solo es tolerable cuando es

necesaria para evitar una injusticia aún mayor”. Y concluye: “Siendo las primeras virtudes

de la actividad humana, la verdad y la justicia no pueden estar sujetas a transacciones (are

uncompromising)”.

Afirmar hoy que ni la verdad ni la justicia pueden estar sujetas a transacciones es

políticamente temerario y culturalmente arriesgado. Pero es filosóficamente necesario.

Cuando todo puede ser y está siendo objeto de transacciones, los filósofos levantan su voz

para poner límites. Es mucho lo que está en juego. Lo dice uno de nuestros contemporáneos

más lúcidos, y vale la pena repetirlo: “(...) lo único que nos permite tolerar una teoría errónea

es la falta de una mejor (...) una injusticia solo es tolerable cuando es necesaria para evitar

una injusticia aún mayor”.


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CONCLUSIONES

La justicia es la capacidad de dar a cada uno lo que es suyo, lo que le corresponde. La

justicia es entendida como el equilibrio entre las personas, por esta razón no puede

entenderse desde el ámbito individual sino como la pertenencia a un grupo que interactúa en

sociedad y que manifiesta sus intereses y necesidades.

Desde el punto de vista filosófico, la verdad y el conocimiento deben ser lo mismo.

Existen tres tipos de verdades: la ontológica, la lógica y la moral. Aunque estas concepciones

parecieran estar divididas, están estrechamente vinculadas ya que el sujeto debe ser

congruente con su pensamiento y sus acciones, y sus acciones con su pensamiento.

Al determinar si un juicio es verdadero o es falso, generalmente intervienen tres

aspectos de la verdad: la verdad ontológica, la verdad lógica, y la verdad moral. La verdad

ontológica se refiere a la verdad del ser, la verdad lógica a la verdad del conocer y la verdad

moral a la verdad del deber. Todas ellas se usan o deben usarse para expresar lo que realmente

se piensa.

Podemos hablar de Verdad y Justicia, pero muy difícil es llegar al perfecto significado

que estas dos palabras tienen en esta cita Bíblica. Merece que escudriñemos en los escritos

de Pablo para conocer la amplitud a la que quiso llegar. Evidentemente ambos se refieren a

poder, protección, salvación y justificación.


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BIBLIOGRAFÍA

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ANEXOS

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