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APTHAPI

© MINISTERIO DE CULTURAS, FONDO DE FOMENTO A LA EDUCACIÓN


CÍVICO PATRIÓTICA, PREMIO EDUARDO AVAROA 2017.

© GOBIERNO AUTÓNOMO DEPARTAMENTAL DE ORURO,


SECRETARIA DE CULTURA Y TURISMO.

© KOLECTIVO PERRO PETARDOS.

Diseño y Fotografías:
Alejandro Valdez

Revisión de textos y edición:


Sergio Gareca

PROYECTO APTHAPI
Idea Original de: Jaime Achocalla

Director general:
Jaime Achocalla

Gestión:
Sergio Gareca

Registro y documentación:
Alejandro Valdez
Alejandro Salas

Colaboración en registro y actividades:


Milka Gutiérrez
Marcos Flores
Victoria Huanca
Vanessa Silva

Secretario de festejos:
Rubén Villarroel

KOLECTIVO PERRO PETARDOS

Rubén Villarroel
Pedro Seda
Junior Ojeda
Ediberto Chintari
Sergio Fernández
José Luis Rodríguez
Franz Ramos
Verónica Laura Vargas
Daniel Rodas
Carlos Villegas
Renán Huanca

AGRADECIMIENTOS:

PARQUE NACIONAL SAJAMA

Director
ING. Antonio Huarachi

AYLLU ORIGINARIO JILAUTA TAIPIUTA COLLANA


PARCIALIDAD ARANSAYA PROVINCIA SAJAMA
CANTÓN LAGUNAS

Tata Awatiri
Ceferino Mamani Marca

Mama Awatiri
María Álvarez Cañari

Sullqa Awatiri
Felix Choque

SECRETARIA DE CULTURA G.A.D.O.R.

Secretario Departamental de Culturas


Lic. Marcelo Lara

Jefe de Unidad de Promoción Cultural


Lic. César Fernández
ARANDO EN EL BORDE [Limites invisibles]

“Es importante recordarnos que el arte es un acto de resisten-


cia en sí mismo. Se dirige a la gente cuya voz no es oída, cuya
voz es diferente, la gente que no está. No se utiliza el arte para
dirigirse a la parte atenta de la sociedad, sino que está constan-
temente inventando su audiencia.”
Pia Viewing

El Encuentro Internacional de Arte en la frontera Bolivia – Chile,


es un proyecto que surgió de la experiencia de migrar a países
vecinos, vivir ese escenario de controles policiales, burocra-
cia administrativa en contraste a realidades humanas, tanto
culturales como económicas, fecundaron en mi imaginación la
fantasía de hacer intervenciones artísticas en ese escenario fértil
y dinámico, que es la frontera.

En el año 2016 esta idea de realizar intervenciones artísticas en


las fronteras del país, se transformó en un proyecto más amplio
y complejo, como el de un encuentro internacional de arte, y se
hace realidad gracias a la gestión del Colectivo Antiarte y Perro
Petardos en coordinación con colectivos y artistas chilenos de la
región de Tarapacá, y en consecuencia en septiembre del mismo
año en la frontera Pisiga - Colchane se realiza “El encuentro
de Arte Contemporáneo en la Frontera Bolivia – Chile” donde
participaron 30 artistas, que realizaron diferentes intervenciones
en la zona del hito fronterizo, como también conversatorios y
conferencias.

En la versión 2018 el evento se realizó gracias al Premio Eduar-


do Abaroa y la gestión del Colectivo Perro Petardos, en esta oca-
sión el escenario del Encuentro fue la comunidad fronteriza de
Lagunas del Parque Nacional Sajama, donde se reunieron artis-
tas chilenos y bolivianos de distintas disciplinas para compartir
con la comunidad sus conocimientos, experiencias, emociones y
sentimientos, Se realizaron diferentes actividades, como pintura
mural, grafiti, performance, land art, lectura de poesía, conver-
satorios y rituales ceremoniales.

Este evento asume la metodología del “APTHAPI” que es un


conocimiento y práctica ancestral Aymara que significa “Juntar
para compartir”, es la lógica del encuentro en complementarie-
dad de aprendizajes y conocimientos, utilizamos este concepto
como estrategia metodológica para borrar la frontera que nos
divide.
La estructura conceptual del evento está formada de la
siguiente manera:

Frontera / división /el otro


Arte / encuentro/ el yo
Apthapi /compartir / el nosotros

Comprendemos entonces que el arte es la negación de la divi-


sión (frontera) y el apthapi como la doble negación y síntesis
del encuentro del yo y del otro para compartir y hablar de un
nosotros, es la dialéctica de la resistencia, que se enfrenta a
coyunturas beligerantes que difunden la idea del otro como
oposición y no como complemento, que pretenden ahondar así
las fronteras, donde de un lado eres uno y cruzando la línea
imaginaria eres otro, no en un sentido introspectivo, sino en
cuanto a tu validez política e incluso humana para el otro, y todo
por factores económicos e históricos. Por lo cual el Encuentro
Internacional de Arte en la frontera Bolivia – Chile “Apthapi” es
resultado de la necesidad de acercar a los pueblos a través del
arte en un escenario de confraternidad y reciprocidad, en resu-
men, encontrarnos para crear y sanar.

JAIME ACHOCALLA QUISBERT


DIRECTOR “APTHAPI” ENCUENTRO INTERNACIONAL
DE ARTE EN LA FRONTERA BOLIVIA CHILE
APTHAPI

Lo que pienso que es…

Existen muchos conceptos sobre lo que es un APTHAPI; una


reunión para comer, un encuentro nutritivo, una ceremonia
culinaria, un ritual alimenticio, un banquete inclusivo, un festín
comunitario. APTHAPI como un centro de unidad de la comuni-
dad para disfrutar de los frutos de la Pachamama, de regocijo
por el trabajo cumplido o por la inauguración de un proyecto
común. Si bien una comida participativa como el APTHAP, donde
todos aportan con lo que tienen o lo que pueden compartir, no
es exclusiva de los andes pues existen otras similares en varias
culturas y sociedades del mundo entero, nuestra celebración es
única por sus características cuasi sagradas ya que no sólo es
comer entre y con todos, sino es un acto ritual mediante el cual
la comunidad experimenta una experiencia de sabores, olores,
texturas que nutren no sólo el cuerpo sino también el espíritu.

Este acto grupal nos da la oportunidad de ser uno y muchos al


mismo tiempo, donde la comunión nos acerca al otro mediante
el sabor de aceptar la presencia de alguien no igual a ti, pero
que ha venido a tu encuentro para compartir un alimento que no
necesariamente te gustará, pero que el sólo hecho de probarlo
te acerca al ser de ese otro, pues, es parte de su ser. Una opor-
tunidad de conversar de las cosas buenas, pero también de las
cosas malas, de las cosas que nos unen, de las que nos separan,
de las fronteras que odiamos, y de las que necesitamos, pues,
si bien necesitamos unirnos más por una igualdad de la huma-
nidad, necesitamos ser diferentes para ser más humanos aun,
y respetarnos y aceptarnos así tal cual. APTHAPI ART; y el arte,
si el arte presente en esta comelona unificadora donde gour-
mets andinos, y no andinos ya han creado una orgía de sabores,
formas y colores. Se reunieron todos lo que se tenían que reunir,
aunque algunos no llegaron, pero mandaron su aporte para el
gran banquete que el gran Sajama mandó organizar. La mesa
esta puesta awayos impresionistas sobre la Pachamama, land
art al vivo.

Un bodegón de Paul Cézanne palidece ante la imponencia de los


chuños, negros y tuntas, papas, habas y choclos, y un queso
cubista de Challapata se ríe de Picasso; y Jackson Pollock se
hace presente para ch’allar con chichita o mejor si hay tequila,
pero sin par un de Huari, nunca. K’allus de cebolla con tomate y
killkiña listos para Claude Monet, mirando un cielo azul Dalí con
su Gala imilla bajando del cerro que trae charque de llama EN
COLLAGE, pintado por Rembrandt está un cordero a la cruz.
APTHAPI, una instalación perfecta donde performancean los
comelones y el hambre se hace conceptual, efímero fugaz. Da
vinci no vino a comer pues la última cena no es, cristo andino
pintando está el Cecilio Guzmán ese de Rojas, mote de haba
para Kandinsky y Velásquez que trajo agua desde Sevilla para
preparar la chicha, “dos apthapis son mejor que uno” jallallea
Andy Warhol mientras piden llajwa los expresionistas con Eduard
Musch, camote y oca para estar gordos como Botero. ¿Y el baño
dónde es pues? Pregunta Marcel Duchamp necesita una fuente.

Body art las manos llenas de colores pintados por las naranjas
del Chapare, los plántanos del oriente dúraznos de Lurivay y
uvas de Tarija, Pisara quinua, el grano de oro, amarillos cual gi-
rasoles de Vincent Van Goh, y el ají coloradito para alegrar a los
hiperrealistas que no pueden copiar la receta. El Tío de la mina
le pide un retrato a Goya que se está comiendo un ceviche con
limón, la Pachamama mira a lo lejos con una sonrisa más bella
que la Mona Lisa. Grafitean las migas de pan el suelo orureño
las hormigas afanadas están. Y el pan el pan el manjar mundial
para combinar con una sardina que mandó Damien Hirt (muy
grande como un tiburón) a Jeff Koons nadie lo invitó. Gaugin y
Durero, el Bosco, Anselm Kiefer y los demás saciando su hambre
charlando de esto y esto otro entre papawaikus y huevos duros
comen y comen olvidan que no se conocen.

El festín amenizado por Beethoven está con un sicuri que toca


por novena vez y Pink Flody suena a lo lejos en el lado oscuro
del salar. Todo el día el buffet andino en la pampa dura sin pau-
sa todos comparten lo que pudieron traer y los que no, bueno,
comieron más todavía. Turner el sol bajando está y la noche
estrellada ya llegó tal como lo predijeron los futuristas el
APTHAPI NO TERMINARÁ.

SERGIO FERNÁNDEZ EQUIZA


COLECTIVO TAC CLAUSTRO
LA FRONTERA, ENTRE LA NATURALEZA Y LA HUMANIDAD.

Cuando hablamos de conflictos ambientales, aun se piensa que


la única solución viene de la idea romántica del conservacionis-
mo. Esta idea es común para muchos. Pero hay un sin fin de
intervenciones académicas que van demostrando la relación del
conflicto ambiental como raíz principal de muchos de los proble-
mas sociales.

Y no es raro, hemos creado una frontera imaginaria entre lo


más sagrado que da vida a toda forma en la tierra, y entre el
ser pensante. Tan arraigada es esta frontera, que como especie
hemos llegado a un estado de dominación de la naturaleza de
forma brutal y, por ende, también hacia nuestra misma especie.
Frontera no existe en la naturaleza, el agua no tendría vida
sin la circulación del oxígeno, la tierra no tendría vida sin el
sedimento de las rocas y el llevar del viento, las plantas y los
animales no tendrían vida sin los elementos mencionados, el
ser humano no sería pensante sin las bondades que le ofrece la
gran Madre Tierra.

A partir de esa división imaginaria que nos hemos creado con la


naturaleza, emergen más divisiones, y peor aún entre nuestra
misma especie. Si bien por historia y antropología conocemos de
la dominación de culturas superiores sobre otras, la idea nunca
fue borrar la memoria de las pequeñas culturas, más bien fue la
de reforzase entre ellas, permitirse la expansión del conocimien-
to y, sobre todo, un amplio respeto a lo que les permitía estar
vivos: “La Gran Madre Tierra”.

Sin duda, la dominación colonial ha quebrado ese respeto que se


tenía por la dadora de vida “La Gran Madre Tierra”. Nos divi-
dieron tanto, creando fronteras de resistencia desde el color de
piel hasta en las líneas imaginarias con que nos dividieron como
países, departamentos, ciudades y provincias, creando siempre
una idea de superioridad de uno frente a otro .

La Gran Madre Tierra nos demuestra cada día que lo homogé-


neo no existe, ningún espacio en la naturaleza es uniforme, su
variabilidad permite la vida, no hace divisiones, no hay fronte-
ras. Si ella no lo hace, ¿por qué nosotros sí?, ¿cuán profunda es
nuestra reflexión para entender la simpleza de la naturaleza en
toda su grandeza?, ¿cuántos estudios o cargos deben llegar a
tener las personas para comprender las bondades y el respeto
que se debe tener a lo que nos proporciona vida?

Cuando nos ponemos a pensar en lo elemental, parece difícil,


complicado, casi descabellado entender que, si algo no habla o
grita, no siente. Hemos perdido lo más valioso en el ser huma-
no, la sensibilidad a nuestro entorno, al otro. Sin ese grato don,
todo lo que observemos sólo será físico, mecánico, homogéneo,
al grado de decir que el agua y el aceite no se pueden juntar,
que existen las fronteras imaginarias y físicas.
Cuando creamos que el mundo es una máquina, veremos al
desarrollo de nuestra cultura y el arte como una simple herra-
mienta visual física que cumplirá sólo lo estético, carente de
sentimiento y propuesta, porque ya hemos perdido lo más valio-
so en nosotros, la sensibilidad, sin ella es imposible conectar el
corazón y la mente, el poder de apreciar lo simple e importante,
aquello que nos da vida.

Pensar en soluciones inmediatas no es sencillo, como dijimos


en la naturaleza nada es inmediato, lleva su tiempo, pero iniciar
no nos cuesta nada. A veces estamos acostumbrados a que los
cambios ocurran en la inmediatez olvidado un sinfín de com-
plejidades en cada entorno. Es frustrante. Estamos llegando
a agobiar al planeta tanto, que ya nosotros también sentimos
ese agobio, la consecuencia está ahí: no tenemos buena salud
porque no nos alimentamos como se debe, no hay alimentos
sanos; nos falta dinero porque todo los hemos monetizado; nos
sentimos solos porque desconfiamos del otro; no tenemos fe
porque no creemos en lo que nos rodea como generador energía
y, también, depende qué tipo de energía queremos absorber.

Nuestros pueblos originarios no dejaron registros del desarrollo


de su convivencia, lo que tenemos es la oralidad, sus mitos y
tradiciones. Algo muy bonito que nos dejaron es la ritualidad de
la comida desde la siembra hasta el consumo final. Una parte
muy importante es el apthapi , donde no sólo nos juntamos a
comer, sino es un espacio para conocernos, para desahogarnos,
para preguntar al otro cómo está; donde se junta lo poco o
mucho que hay. Aun así, esta práctica llena no sólo el estómago
hambriento, el cerebro deseoso de conocimiento, sino también
el espíritu, porque sabes que hay otros como tú, otros con la
misma hambre.

El volvernos a conectar con esta práctica comunitaria, es un


camino que nos conduce nuevamente a la sensibilidad. Una
sensibilidad para entender el respeto por la Gran Madre Tierra;
para entender que en la naturaleza no existen esas fronteras
imaginarias. No hay enemigo, sino equilibradores de la vida.
No miremos desde nuestras fronteras, miremos un todo físico y
espiritual.

1. Entendido como toda forma de vida.


2. La costumbre de compartir alimentos entre los miembros de
una comunidad, amigos o familiares se conoce entre los ayma-
ras como apthapi y es una herencia de los pueblos nativos del
occidente boliviano. Esta palabra proviene del vocablo apthapi-
ña, que significa “recoger de la cosecha”.

VICTORIA HUANCA GUTIÉRREZ


COLECTIVO: WASI PACHA
APTHAPI

Juntar para incluir.


Reciprocidad.
La cuarta dimensión.
Espiritualidad Andina.

Encuentro internacional de arte contemporáneo en la frontera


entre Bolivia y Chile.

A mitad de la noche pasan a recogerme los primeros perros,


para comenzar la aventura, es importante aprovechar cada
minuto. Entrando al amanecer a ritmo de rock y morenadas,
tomamos camino hacia el Parque Nacional Sajama, situado al
noroeste del departamento de Oruro con una altura superior a
los 4000 msnm.

Nos recibe en pleno altiplano andino, la comunidad Aymara de


“Lagunas” un caserío amerindio originario, dedicado al pastoreo
de llamas y alpacas y al tejido textil, las alturas de la puna de-
sértica nos albergan, El Tata Sajama impone su cumbre dándo-
nos la bienvenida.

Por días un grupo de artistas, intentaremos visibilizar nuestras


fronteras interiores.
Será el territorio quien nos habite, caminaremos trashumantes
sobrepasando el límite, el borde es nuestro precipicio amplitud
de la frontera, Madre Tierra que nos une. Somos geografía.

En “APTHAPI” Encuentro internacional de arte contemporáneo,


el colectivo de artistas “Perro Petardos” nos sitúa en un contexto
que cuestiona el “ser frontera ” , se contrapone a los discursos
patriotas hegemónicos y promueve la unión de los pueblos. Nos
han invitado a un colectivo de artistas y activistas ambientales a
hacernos parte de un espacio temporal en común, el paisaje de
la cuenca altiplánica de la frontera nos es familiar.

Proponen ante esta cuarta dimensión, afrontar el entorno con


un acto de rebeldía y resistencia, insiste en aquella obra de arte
en sí misma y está dirigida a los seres cuya voz no es oída. Po-
nemos nuestro ser en “el otro” para crear hermandad sensorial,
apthapi es una costumbre de la cultura Aymara, que consiste en
traer alimentos para compartir y ser en comunidad. Esta tradi-
ción traspasa las fronteras geopolíticas, significando compartir
un territorio y la misma cultura andina.
Son los niños quienes nos reciben en primera instancia, felices
por nuestra presencia sus sonrisas nos hacen eco en los muros
de la escuela que luego serán inmortalizadas por sus propias
manos en códices de colores y formas que relatan la cosmovi-
sión del ser niño en la frontera.

Durante el primer día largas caminatas nos sacuden como el


viento, el chillido de las gaviotas nos indica la inmensidad del
altiplano, recorremos el territorio inmediato junto a nuestras vi-
vencias, haciendo nuevos amigos, disfrutando los senderos. Los
artistas creadores comparten sus visiones y se enfrentan a tras-
pasar el territorio en un acto de liberación donde la nacionalidad
se pone en cuestión. El cuerpo comienza a sentir la sequedad
de la puna, las manos la espesura de la helada, los sentidos en
alerta comienzan un lenguaje de unión y fraternidad.

Ya se hace de noche y el rito se hace presente, vienen a salu-


darnos los representantes ancestrales y la comunidad, junto al
fuego challamos y exponemos en la mesa blanca nuestros más
profundos temores, el fantasma de las mineras transnacionales
nos hace dar cuenta que compartimos las mismas problemáticas
en temas sobre la extracción desmesurada de los recursos na-
turales y la contaminación de las aguas. Celebramos esta unión
comunitaria, cantando bailando y quemando, nos elevamos en
contacto con las estrellas.

Al día siguiente continuamos nuestro recorrido haciendo más


concreto nuestro actuar, el paisaje se transforma en lienzo, hoja
en blanco que desde el silencio nos habla e inspira.

Las obras de cada artista actúan en comunión entre ellas y


se hacen una con el paisaje, se ejecutan mediante elementos
naturales encontrados en el lugar y también con formas que se
contraponen al entorno, ofrendamos nuestra arte poética y polí-
tica, pensamos y sentimos nuestras fronteras. En resumen, con
los objetivos bien logrados, como dicen los amigos del Kolectivo
“Perro Petardos”, fuimos la herida misma para encontrarnos,
crear y sanar.

Las fronteras nos dividen/ El Apthapi nos acerca/ el arte nos


une.

DANITZA FUENTELZAR
ESCRITORA
VALPARAISO
23 DE AGOSTO, 2018.
Conversatotios.

Apthapi con los niños


Exposición colectiva

Jura de la bandera
Acciones
EL MURAL DE LOS NIÑOS

Nuestras manos, nos asocian de


inmediato a nuestra labor y nuestra
subsistencia. Tanto el trabajo como la
comida pasan por nuestras manos.

Pero no debemos olvidar otro alimento


importante para el ser humano: La
ilusión.

El compartimiento de los colores en


las manos, hacen nuestro Apthapi con
cosechas espirituales.

No hay tierra más fructífera que los


corazones de los niños que traspasan
la frontera de un mundo acelerado y
contradictorio, con la profunda inocen-
cia y sinceridad.

La actividad estuvo a cargo de los


artistas Carlos Ponce, Neyza Victoria
Huanca Gutiérrez, Vanessa Silva y
Milka Gutiérrez.
Acciones:

“Llama y puma”.
Juan Carlos Ponce.
Desde una exploración al contexto, nos enfrenta a dos ico-
nos totémicos de la región del parque nacional Sajama. Por un
lado, la llama como símbolo de la actividad principal de la re-
gión aymara del occidente del país como fortaleza económica.
Por el otro lado el puma, aguerrido animal salvaje que emula
la fortaleza y la fuerza de la vida en el paisaje, traspasando
la frontera de la convivencia humana y la de los demás seres.
Acciones:

Grafiti.
Andyno.
Desde las artes urbanas y la ruralidad parece existir otra frontera.
Sin embargo, el mismo hecho de ser arte rebasa el concep-
to inicial y lo hace universal, sin prohibirse la técnica estilística
propia del grafiti. Es entonces más allá de su contexto una ex-
presión artística, que derrumba la frontera ciudad y ruralidad.
Acciones:

GRABADO.
PEDRO FUENTEALBA.
Desde la postura política de la denuncia de las injusticias sociales
y las luchas permanentes de los pueblos, asimila la acción polí-
tica de la asimilación del espacio de la frontera para recordarnos
que los mismos dolores latinoamericanos son una patria grande.
Acciones:

RUPESTRE ART CONTEMPORANIUM.


SERGIO FERNANDEZ.
Reflexión sobre la pintura rupestre y la pintura contemporá-
nea, desde la elaboración de los pigmentos naturales como
lo hacían los antepasados, la cultura Wankarani. Todo con la
abstracción del siglo XX. Traspasando las fronteras de tiem-
pos humanos. Mientras el Sajama inmutable ha visto pasar
a los ancestros y también verá pasar a nuestra descendencia.
Acciones:

COMUNIÓN.
JIMENA GUTIÉRREZ.
Toma el collage como un apthapi traspasando fronteras de colores
y tendencias artísticas, estilo, pensamiento, edades, género. Cada
fotografía remplaza a los misterios en una mesa blanca. Éste es
ofrendado al tata Sajama. Es el fuego ritual el que consume la obra.
Acciones:

RECIPROCIDAD.
PEDRO RAMIRO SEDA SALINAS.
Acción de ch’alla que muestra una jarra de cerámica sirvien-
do chicha a una tutuma hasta la última gota para el deleite
de la Pachamama. Al ser rebasada la tutuma por el conteni-
do nos proyecta a Los conceptos de equilibrio y desequilibrio.
Una meditación en la frontera del saber dar y el saber recibir.
Acciones:

CH´ALLA DE LIBRO.
DANITZA FUENTELZAR.
El sacrificio de la propia letra, para perturbar la frontera entre la exten-
sión corporal que implica el libro y la extensión espiritual de las palabras.
Acciones:

PUÑAL DE LA CRUZ.
JORGE CONTRERAS “NEOZ”.
Simbolización de la imposición de la iglesia católica por muerte. Ade-
más de la pervivencia del signo como referente ya entre un hecho y
otro. El recordatorio de una herida. ¿Puede superarse esa frontera?
Acciones:

PACHAMAMA-MAÑAKUY.
RUBÉN VILLARROEL.
Escultura del antebrazo y brazos femeninos. “es mejor dar que
recibir” sin embargo no correspondemos. La madre tierra da todo
sin pedir nada a cambio. En el mes de agosto es cuando la Pa-
chamama saca las manos sucias y ásperas para recibir todo lo
bueno y malo que ofrezcamos. Se derriban las fronteras entre
la humanización de la tierra y la terrificación del ser humano.
Acciones:

LLAMARADA.
DAVID ALEGRE.
En su llegada desde Cochabamba interviene el espacio con
materiales del lugar. En base a queñuas forma siluetas de lla-
mas. Traspasa las fronteras técnicas para aprovechar ma-
teriales que no son usuales y que armonizan perfectamen-
te con el sitio. La animación del paisaje por el paisaje mismo.
COLECTIVOS PARTICIPANTES

Wasi Pacha: Cuidando la casa grande desde Oruro.

Wasi Pacha es un colectivo que trabaja en el departamento de Oruro desde el 22 de marzo de 2016, con los siguientes objetivos.
Encontrar justicia; para las comunidades sin agua potable porque la mina se ha bebido las fuentes de agua, para las madres que no han
podido producir el alimento para sus familias, para los ancianos que quedan olvidados con sus saberes, para los hombres que son explotados
en trabajos que depredan sus propias comunidades.
Buscamos justicia para ese lago que se ha secado, esa tierra desertificada por los monocultivos; para todas esas variedades de alimentos
originarios que han desaparecido, para esos animales que han muerto por beber aguas contaminadas, por los ecosistemas atacados por la
construcción de carreteras.

T.A.C. “CLAUSTRO”

Es un colectivo de arte y cultura que fue fundado el 20 de noviembre de 1995. En sus inicios el grupo realizó TEATRO como actividad princi-
pal, también se realizó POESÍA y MÚSICA. Desde 1997 se trabajó en la PINTURA y otras áreas de la PLÁSTICA, en la actualidad como grupo
se trabaja en arte conceptual, intervenciones artísticas, performance, video art, arte experimental entre otras. La Historia Orureña centrada
en la minería es una actividad permanente con el recorrido denominado “POR LA MINAS DE ORURO”.

QUIRQUIRAP

Colectivo de arte urbano, cuya arte base es el hip hop, emplazado en Oruro desde hace un año. Refuerza y reconstruye la escena rapera.

KOLECTIVO PERRO PETARDOS

Desde el 2010 en acción y gestión cultural en varias ramas entre ellas el audiovisual, la literatura, el arte contemporáneo.

LAS VIOLETAS DE CHILE

Rescatan la esencia de violeta Parra, su amor y conciencia social para un Chile que no supo estar a la altura de tan visionaria artista.

MONSTRUOS VIAJANDO AL PRESENTE

Su trabajo se ha desarrollado en diversas áreas, participando en proyectos ligados a las artes escénicas, cine, video, intervención urbana,
Performance, simulacro y gráfica.

CONFERENCIAS A CARGO DE:

Neyza Victoria Huanca Gutiérrez


Sergio Fernández
Danitza Fuentelazar
Marcos Flores Chávez

ARTISTAS INVITADOS

Danitza Fuentelazar
David Alegre
Milka Gutiérrez
Pedro Fuentealba
Neoz
Andyno

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