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Nº : 0001 – 2011-13-1001-JR-CI-01
Secretario : Liz Andrea Lizarraga Iturriaga.
Cuaderno : Principal.
Escrito : Ddte. Nº
Sumilla : Apelación de Sentencia.
EXPEDIENTE : (Indicar)
ESPECIALISTA : (Indicar)
ESCRITO : (indicar)
Conforme a lo previsto en el artículo 364 y siguientes el TUO del Código Procesal Civil.
El recurso de apelación interpuesto debe ser concedido con efecto (indicar entre los
siguientes tipos de efectos, uno de ellos)
b. Sin efecto suspensivo (indicar con la calidad de diferido o sin la calidad de diferido)
2.- Naturaleza del Agravio (en este punto se debe de precisar un agravio moral o
económico, pero no de carácter jurídico, por ejemplo)
Me agravia la resolución impugnada por cuanto causa un detrimento económico a mi
patrimonio de (…), dinero que iba a servir para la educación universitaria de mi hijo que
tiene 21 años de edad.
POR LO TANTO:
FUNDAMENTOS DE LA APELACIÓN
Mediante escrito de fojas treinta y siete la demandante formula apelación,
exponiendolos siguientes fundamentos y agravios procesales:
2.1.
Del tenor fáctico de la resolución materia de apelación se advierte
d e m o d o meridiano que el Juzgador desconoce que la recurrente para
interponer la presenteacción había promovido las acciones contenciosos
administrativos en uso irrestricto delos alcances de la Ley N° 27444 en concordancia
con lo dispuesto por la Ley N° 27584,los que no fueron admitidos por haber sido
promovidos a destiempo, que acreditan elagotamiento de dichas vías.
2.2.
La acción interpuesta mantiene un carácter contencioso que carece de una
víaprocedimental propia, que por su naturaleza o complejidad amerita su
trámite en elproceso de conocimiento en ultima ratio y no admitir la
interpuesta dejaría sin tutela jurisdiccional a esta parte.
T E R C E R O : L A N U L I D A D D E L A C T O J
U R I D I C O Y D E L A C T O ADMINISTRATIVO.3.1.
El acto jurídico es el hecho jurídico voluntario, lícito, con manifestación de
lav o l u n t a d y , c o n e f e c t o s q u e r i d o s q u e r e s p o n d e n a l a i n t e n c
i ó n d e l s u j e t o d e conformidad con el derecho objetivo, según el artículo 140°
del Código Civil “El acto jurídico es la manifestación de voluntad destinada a crear,
regular, modificar
o extinguir r e l a c i ó n j u r í d i c a s ( … ) ” ; r e g u l á n d o s e e l a c t o j u r í d i c o
c e l e b r a d o e n t r e s u j e t o s particulares; que es totalmente distinto del
acto administrativo que tiene su propiaregulación especial; en este lineamiento,
la nulidad de acto jurídico es una
pretensiónq u e d e n u n c i a l a e x i s t e n c i a d e p r o b l e m a s d e o r d e n e s
t r u c t u r a l , l a f a l t a d e l o s presupuestos, elementos y/o requisitos
l e g a l e s , d i s t i n g u i é n d o s e l a s c a u s a l e s d e nulidad y anulabilidad previstas en los
artículos 219 y 221 del Código Civil.
3.2.
El artículo 1 de la Ley del Procedimiento Administrativo General - Ley Nº 27444regula
el
acto administrativo
, dispone en su inciso 1.1) “Son actos administrativos, lasdeclaraciones de las
entidades que, en el marco de normas de derecho público, estándestinadas a producir
efectos jurídicos sobre los intereses, obligaciones o derechos delos administrados
dentro de una situación concreta.”, en el artículo 10 de la misma
Ley2 7 4 4 4 s e r e g u l a n l a s c a u s a l e s d e n u l i d a d q u e g e n e r a n l a i
n v a l i d e z d e l a c t o administrativo, el artículo 11 establece la Insta
n c i a c o m p e t e n t e p a r a d e c l a r a r l a nulidad, y el Artículo 16 prescribe que
el acto administrativo es eficaz a partir de lanotificación legalmente
realizada; de estas normas se evidencia que
l a n u l i d a d d e acto administrativo tiene su propia regulación que es
diferente a la nulidad delacto jurídico
civil.CUARTO: LA PRETENSIÓN DEMANDADA.4.1.
La accionante recurre ante el Juzgado Civil de Chincha, y pretende
c o n s u Demanda de fojas veintidós de autos, que por sentencia se declare la
Nulidad delTítulo de Propiedad expedido por la Comisión de
Formalización de PropiedadInformal – COFOPRI
de fecha veintidós de Julio del año dos mil dos, otorgada a favor de los demandados;
respecto del inmueble urbano ubicado en la Manzana 77 A, Lotenúmero dos, cuarta
etapa del Distrito de Pueblo Nuevo, inscrita en la Partida No.P07068565.
4.2.
Los títulos expedidos por COFOPRI son actos administrativos al emanar de
supotestad pública funcional de saneamiento de inmuebles, emitidos
después de unprocedimiento administrativo; siendo ello así, no es posible
admitir la pretensión denulidad de título administrativo en la vía civil, al amparo
del Código Civil que no regulalas causales de nulidad de actos administrativos, que
están previstas en el artículo 10°de la Ley 27444, antes acotada, en
consecuencia tales títulos administrativos sonimpugnables tanto en sede
administrativa, y a nivel judicial mediante la interposición de
un proceso Contencioso Administrativo bajo
los alcances del artículo 5° inciso 1
del a L e y N ° 2 7 5 8 4 ; i n f i r i é n d o s e q u e l a d e m a n d a d e a u t o s r e s u l t a i
m p r o c e d e n t e a l haberse interpuesto en otra instancia y competencia procesal.
QUINTO:
Asimismo, debe merituarse que la propia recurrente se
ñ a l a q u e anteriormente ha interpuesto demanda contenciosa administrativa para
nulificar el
títulod e p r o p i e d a d o t o r g a d o a f a v o r d e l o s d e m a n d a d o s , a d j u n t a n d o
a s u e s c r i t o d e apelación copia de la resolución número uno, emitida en el
Expediente 2009-508,p r o c e s o c o n t e n c i o s o a d m i n i s t r a t i v o , o b r a n t e a
fojas treinta y cinco, de lo que
sed e s p r e n d e q u e y a h a t o m a d o c o n o c i m i e n t o d e l i n d i c a d o t í t
u l o d e p r o p i e d a d administrativo, es decir no se ha enterado
recientemente de la expedición de dichotítulo siendo esta demanda la
primera acción judicial que ejercita; de otro lado, quetambién se haya
declarado Improcedente dicha demanda contenciosa administrativano le faculta a la
accionante para sustituirla con la presente demanda de Nulidad deActo Jurídico;
coligiéndose que es improcedente la demanda formulada en autos, alpretenderse
nulificar un acto administrativo bajo los alcances de la nulidad del
acto jurídico civil, debiéndose confirmar la resolución apelada.
POR ESTAS CONSIDERACIONES:CONFIRMARON
: el auto contenido en la Resolución número uno, de fecha ocho deMarzo
del dos mil once, obrante a fojas treinta y tres, que declara Improcedente
lademanda, archivándose con devolución de anexos. Dejándose a salvo la facultad de
laactora para que canalice si demanda en la vía idónea; con lo demás que contiene y
esobjeto de apelación; en el proceso seguido por MARIA FELÍCITA ESCOBAR
ROJAS,c o n t r a O S W A L D O H I D A L G O O L O R T E G U I Y M A R I A G I N A C H A N C
A S A N A M P A CAYLLAHUA, sobre Nulidad de Acto Jurídico.- y los devolvieron.
Expediente : 2004-1396-0-1001-JR-CI-2.
Demandante : Dulia Rozas Calderón Vda. de Villanueva.
Demandado : Horacio Villanueva Urteaga.
Benita Rodríguez Moya.
Materia : Nulidad de acto jurídico.
Procede : Segundo Juzgado Civil del Cusco.
Ponente : Sr. Murillo Flores.
Resolución Nº
AUTOS Y VISTO: El presente proceso civil iniciado por Dulia Rozas Calderón, contra Horacio
Villanueva Urteaga y Benita Rodríguez Moya, sobre nulidad de acto jurídico.
1. Mediante escrito presentado el veinticuatro de agosto del dos mil siete, la demandada Benita
Rodríguez Moya por derecho propio y en representación de su menor hija Horalia Villanueva
Rodríguez (sucesora procesal de Horacio Villanueva Urteaga), impugnan la sentencia materia de
apelación con la pretensión de que sea revocada (folio 662).
2. Mediante escrito presentado el tres de setiembre del dos mil siete, Bertha Esther Núñez
Villanueva, impugna la sentencia materia de apelación con la pretensión de que sea revocada (folio
674).
FUNDAMENTOS:
1. En este proceso está acreditado y reconocido por las partes, que el derecho de propiedad respecto
al inmueble número ochocientos setenta y tres, ubicado en la calle Saphy del cercado del Cusco, fue
adquirido cuando estaba en vigencia el matrimonio celebrado por Horacio Villanueva Urteaga
(demandado) y Dulia Rozas Calderón (demandada).
2. Dulia Rozas Calderón, con su demanda pretende: a) la nulidad del contrato de compra venta del
quince de enero del dos mil dos (minuta, en el folio 11), mediante el que se transfiere de parte de
Horacio Villanueva Urteaga a Benita Rodríguez Moya (demandada), el derecho de propiedad del
inmueble número ochocientos setenta y tres, ubicado en la calle Saphy del cercado del Cusco, b) la
escritura pública, que contiene el contrato anterior, del doce de setiembre del dos mil dos (folio 9),
c) la entrega de un inmueble y, d) una indemnización.
La demandante, quien fue cónyuge de quien en vida fue Horacio Villanueva Urteaga, pretende la
nulidad del acto jurídico patrimonial referido, argumentando que dicha persona vendió el inmueble
a la ahora demandada Benita Rodríguez Moya, sin tener presente que el bien era de la sociedad
conyugal Villanueva – Rozas.
“En conclusión esta (sic) plenamente demostrado que la demandada BENITA RODRÍGUEZ MOYA,
a la fecha de verificación del contrato de compraventa que es materia de nulidad tenía perfecto
conocimiento que el bien inmueble objeto de venta era de propiedad de la sociedad conyugal
formada por la actora y HORACIO VILLANUEVA URTEAGA, tanto más que estaba conciente que
las personas señaladas se encontraban separadas de hecho y que recién la demanda de divorcio se
ha interpuesto en fecha veintiocho de junio del año mil novecientos noventa y cinco, y la sentencia
ha sido emitida el año dos mil cuatro, dos años después de efectuada la venta, estos hechos no
pueden haber sido desconocidos por la demandada BENITA RODRÍGUEZ MOYA, dada su
condición de conviviente del demandado HORACIO VILLANUEVA” (folio 642).
“El mandato imperativo establecido en el artículo 315 del Código Civil tiene por finalidad establecer
un mecanismo de protección de la integridad y unidad familiar, poniendo limitaciones al actuar de
los cónyuges en perjuicio de la unidad antes señalada. Sin embargo plenamente está demostrado
que los esposos VILLANUEVA ROZAS estuvieron separados por más de cuarenta años y dentro de
dicha unión familiar no se ha procreado hijos, lo que nos permite alejarnos de la interpretación
ordinaria sobre esta norma y asumir la teoría esbozada por RÓMULO MORALES HERVIAS, cuando
señala: “En tal sentido debemos interpretar el primer párrafo del artículo 315 mediante el concepto
de legitimación ...”. “Si se celebran actos de disposición y de gravamen del cónyuge, sin el
asentimiento del otro cónyuge, tales actos serán ineficaces respecto del cónyuge inocente...” Validez
y eficacia de los actos de disposición y gravamen de la sociedad de gananciales. Rómulo Morales
Hervias. Revista Jurídica del Perú Nro. 64 Pág. 167. (folio 644).
Agrega asimismo:
“Es en este sentido y dada la interpretación efectuada por el autor citado, se tiene que se debe
respetar la voluntad de HORACIO VILLANUEVA URTEAGA de transferir el bien de su propiedad
(respecto de los derechos que le corresponde) a favor de BENITA RODRIGUEZ MOYA, más aún si
se tiene en cuenta que con este proceder no ha perjudicado (sic) una familia debidamente
constituida y con hijos que proteger, por tanto el contrato materia de nulidad debe surtir sus efectos
sólo con respecto de la manifestación de voluntad expresada en forma válida por el vendedor” (folio
644).
4. Para desarrollar el presente fundamento, esta Sala Civil ha tenido presente las siguientes
resoluciones casatorias: a) Casación Nº 336-2006-Lima (Publicada en el diario oficial El Peruano el
1 de febrero de 2007) y, b) Casación Nº 111-2006-Lambayeque (Publicada en el diario oficial El
Peruano el 31 de enero de 2007) y también los siguientes trabajos académicos de Rómulo Morales
Hervias: i) “Validez y Eficacia de los actos de disposición y de gravamen en la sociedad de
gananciales. El concepto oculto en el artículo 315 del Código Civil”, en Estudios sobre Teoría
General del Contrato, Grijley, Lima, 2006, P. 487; ii) “Legitimidad para contratar. La protección de
la sociedad de gananciales vs. la publicidad registral”, en Actualidad Jurídica de Gaceta Jurídica,
Lima, Tm. 159, Febrero del 2007. P. 33 y, iii) “Nulidad e inoponibilidad del contrato vs. el principio
de la fe pública registral” en Diálogo con la Jurisprudencia, Lima, Tm. 103, Abril del 2007. P. 25.
Y continua expresando:
“Cuarto.- A mayor abundamiento, conforme lo establece el artículo 292 del Código Civil, la sociedad
conyugal se encuentra representada por los dos cónyuges, la misma que además debe ser ejercida de
manera conjunta; atendiendo a ello, el artículo 315 del Código en mención establece que, para
disponer o gravar un bien social se requiere de la intervención de ambos cónyuges; supuesto que no
descarta la posibilidad que uno de ellos pueda otorgar poder al otro, posibilidad legal que se
encuentra recogida tanto en el artículo 315 como en el artículo 292 del Código glosado, lo cual lleva
a concluir que, la presencia de ambos cónyuges en un acto de disposición o gravamen, no supone un
requisito de validez del acto jurídico, sino supone una adecuada legitimidad para contratar”
Para finalmente concluir: “Sexto.- Siendo así, atendiendo a que se ha demandado la nulidad de un
acto jurídico, la norma sustantiva materia de análisis, al no recoger un supuesto de nulidad, no
resulta aplicable a los autos, por lo que esta primera denuncia debe ser desestimada.”
“El contrato que celebra un cónyuge sin el asentimiento del otro cónyuge es perfectamente válido
porque no hay ninguna causal de invalidez pero si (sic) existe un problema en los efectos jurídicos
del contrato que es la ausencia de legitimación. La legitimación lo ostenta la sociedad de gananciales
en su calidad de patrimonio autónomo conforme lo establece el artículo 65 del Código Procesal
Civil. Así, los cónyuges tienen un interés común respecto de los bienes que conforman dicho
patrimonio social, sin constituir una persona jurídica. El artículo 315 es una norma que regula la
titularidad de los bienes de la sociedad de gananciales. Pero la legitimación nada tiene que ver con
la falta de manifestación de voluntad de uno de los cónyuges. Al contrario, el cónyuge “culpable”
manifiesta su voluntad frente al tercero pero carece de legitimación. Tampoco son aplicables las
causales de anulabilidad porque en los actos de disposición y de gravamen arbitrarios del
patrimonio social no hay defectos en las “condiciones subjetivas de libertad y de conocimiento de las
partes”. En el error y en el dolo se afecta el conocimiento. En la violencia moral se afecta la libertad.
En los actos de disposición y de gravamen que analizamos no se afecta ni la libertad ni el
conocimiento del cónyuge “inocente””[1]
4.3. Aceptando que el supuesto contenido en el artículo 315 del Código Civil no es uno de nulidad,
debemos admitir que por la ausencia de legitimidad para contratar del cónyuge culpable, el acto que
éste celebre con un tercero respecto del patrimonio de la sociedad conyugal, no le será oponible a
ésta.
“Esta consecuencia jurídica –eficacia o ineficacia según sea el caso- ha sido tomada en cuenta por
nuestro CC. La legitimidad para contratar se aplica a varios casos como por ejemplo a la
representación, a la disposición de los bienes de la sociedad de gananciales, a la disposición de los
bienes en copropiedad, a la compraventa de bienes ajenos y al arrendamiento de los bienes en
copropiedad.
En términos generales, en todos los casos señalados existen tres características comunes.
La primera característica común es que quien dispone, transfiere o grava un derecho a un tercero
sin asentimiento o sin autorización del verdadero titular del derecho, carece de legitimidad para
contratar. Ello implica que el ordenamiento jurídico no permite que el contrato celebrado produzca
efectos jurídicos en la esfera jurídica del verdadero titular porque una parte no tenía el poder de
disponer, de transferir o de gravar un derecho.
En los ejemplos (el representante sin autorización, el cónyuge sin asentimiento del otro cónyuge, el
copropietario sin asentimiento de los otros copropietarios y el vendedor sin autorización del
verdadero titular), los sujetos mencionados no tienen legitimidad para contratar, es decir, no son
titulares de derechos y, por lo tanto, no pueden transferirlos o gravarlos. Los contratos celebrados
no afectarán jurídicamente a los verdaderos titulares de los derechos. Ellos serán inoponibles, es
decir, tales contratos no producirán efectos jurídicos en el verdadero titular del derecho.
Una segunda característica es que el verdadero titular del derecho tiene el poder de solicitar la
inoponibilidad o de formular la excepción de inoponibilidad del contrato celebrado entre el no
titutar del derecho y un tercero. Este poder de pedir la inoponibilidad o plantear la excepción de
inoponibilidad tiene como consecuencia práctica que se declare que el contrato en mención es
ineficaz para el verdadero titular o se impida la aplicación de los efectos jurídicos. En otros
términos, la acción de inoponibilidad o la excepción de inoponibilidad otorgan al verdadero titular
la protección de declarar que los efectos del contrato celebrado entre un no titular del derecho y el
otro contratante no le afectan o que no se le aplican a su esfera jurídica. Su titularidad permanece
incólume e inatacable.
Por último, una tercera característica es que la acción de inoponibilidad no tiene plazo de
prescripción. En el Código Civil no se regula expresamente el plazo de prescripción para ejercer la
acción de inoponibilidad. En ese sentido, toda persona tiene derecho de pedir la inoponibilidad de
un contrato para que no lo perjudique o afecte jurídicamente. El inciso a) del numeral 24 del
artículo 2 de la Constitución Política indica que toda persona tiene derecho a la libertad y por eso
“nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe”.
Como quiera que no existe una ley expresa que impida ejercer la acción de inoponibilidad dentro de
un plazo determinado, el ordenamiento jurídico debe proteger al verdadero titular de un derecho
concediéndole el poder de pedir que judicial o arbitralmente se declare la inoponibilidad de un
contrato celebrado entre un no titular de un derecho y el otro contratante”[2]
4.4. Entonces, de acuerdo a lo expresado en la Casación citada, así como en los comentarios de
Morales Hervías, no es difícil concluir que cuando el cónyuge inocente (en este caso la demandante)
pretende se declare la nulidad del contrato de compra venta celebrado por su cónyuge (en este caso
el demandado), respecto de un inmueble de propiedad de la sociedad conyugal, ello es
improcedente porque el ordenamiento jurídico no lo prevé así ni sanciona con nulidad, lo cual en
efecto debe ser declarado conforme al artículo 427.6 del Código Procesal Civil.
4.5. Si como se dice en la sentencia materia de apelación, el Juez del proceso asumió la
interpretación que del artículo 315 del Código Civil hace el autor tantas veces citado, debió haber
declarado la improcedencia de la demanda, mas no declarar la nulidad parcial del contrato
cuestionado, precisamente porque dicha interpretación concluye que el artículo citado no contiene
un supuesto de nulidad.
5. Como corresponde, la decisión judicial apelada, será revisada por esta Sala Civil teniendo
presente el principio de congruencia en sede de apelación, sobre el que la jurisprudencia ha dicho:
“Cuarto: Que, en virtud al principio de congruencia procesal, el Juez debe dictar sus resoluciones de
acuerdo con el sentido y alcances de las peticiones formuladas por las partes, y en el caso de la
apelación, corresponde al superior resolver, en función a los agravios, los errores de hecho y de
derecho que sirven de sustento a la pretensión impugnatoria que haya expuesto el recurrente”
(Casación Nº 2440–2003–Lima. El Peruano del 31 de mayo del 2005. Pág. 14158). (el subrayado
nos corresponde).
6. La pretensión impugnatoria de Benita Rodríguez Moya y Horalia Villanueva Rodríguez, es que se
revoque la sentencia y, en consecuencia, se declare infundada la demanda en forma total.
Esto último además se explica por la imposibilidad, para el Juez, de sustituirse en el diseño de la
pretensión contenida en la demanda y de aplicar el artículo VII del título preliminar del Código
Procesal Civil.
MURILLO FLORES.
PEREIRA ALAGON
DELGADO AYBAR
Lmor.
[1] Morales Hervías, Rómulo, “Validez y Eficacia de los actos de disposición y de gravamen en la
sociedad de gananciales. El concepto oculto en el artículo 315 del Código Civil”, en Estudios sobre
Teoría General del Contrato, Grijley, Lima, 2006, P. 510.
[2] Morales Hervias, Rómulo, “Legitimidad para contratar. La protección de la sociedad de
gananciales vs. la publicidad registral”, en Actualidad Jurídica de Gaceta Jurídica, Lima, Tm. 159,
Febrero del 2007. P. 36
Publicado por Fernando Murillo Flores en 17:35
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Sumilla: “…la donación de un bien ajeno o parcialmente ajeno no tiene amparo en
nuestro ordenamiento jurídico, siendo su objeto jurídicamente imposible, porque
no se puede transferir un bien a título gratuito sin ser propietario…”
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CAS. N°
CONSIDERANDO:
C-928352-177
Nulidad de Acto Jurídico. Lima, cinco de diciembre del año dos mil doce.- LA
SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA: vista la causa en el día de la fecha, expide la siguiente sentencia:
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación obrante de fojas
ciento veinte a ciento veinticuatro interpuesto por Anita Flores Vela contra la
resolución de vista dictada por la Sala Mixta Descentralizada de Tarapoto de la
Corte Superior de Justicia de San Martín de fecha veintiocho de setiembre del año
dos mil once la cual declara nulo el concesorio e Improcedente el recurso de
apelación interpuesto contra el auto que declara fundada la excepción de cosa
juzgada propuesta por la codemandada Estefita Flores Vela consecuentemente
nulo todo lo actuado e improcedente la demanda.
CONSIDERANDO:
Primero.- Que, según lo establecido por el artículo 384 del Código Procesal Civil
modificado por la Ley número 29364 el recurso extraordinario de casación tiene
como fines esenciales la adecuada aplicación del derecho objetivo al caso
concreto, así como la uniformidad de la jurisprudencia nacional por la Corte
Suprema de Justicia por tanto este Tribunal Supremo sin constituirse en una
tercera instancia adicional en el proceso debe cumplir su deber pronunciándose
acerca de los fundamentos del recurso por la causal declarada procedente.
Sexto.-Que, sobre el particular es preciso tener en cuenta que esta Sala Suprema
ha establecido en reiteradas ocasiones que el artículo 139 inciso 3 de la
Constitución Política del Estado ha fijado como principio y derecho de la función
jurisdiccional la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional las cuales
son exigibles a todos los órganos jurisdiccionales y en todas las instancias del
proceso en tal sentido el debido proceso se constituye como un derecho abierto y
de amplio fuste el cual comprende a su vez un haz de derechos que forman parte
de su estándar mínimo: el derecho al Juez natural, el derecho de defensa, la
pluralidad de instancia, la actividad probatoria, la motivación de las resoluciones
judiciales entre otros siendo que en este contexto el artículo 139 inciso 6 de la
Constitución Política del Estado prevé la pluralidad del instancia la cual debe ser
entendida como el derecho que tiene todo justiciable de impugnar el fallo emitido
por la autoridad jurisdiccional competente en un asunto litigioso sometido a su
conocimiento que tiene como objeto que la decisión final sea revisada por la
autoridad jerárquicamente superior en atención a los agravios formulados por el
impugnante al momento de recurrir en tal sentido el Tribunal Constitucional ha
establecido en la sentencia número 5194-2005-PA/TC de fecha catorce de marzo
del año dos mil siete que el contenido constitucionalmente protegido del derecho
en cuestión garantiza que no se pueden establecer y aplicar condiciones de
acceso que tengan el propósito de disuadir, entorpecer o impedir irrazonable y
desproporcionadamente su ejercicio.
Octavo.- Que, siendo ello así resulta manifiesto que en la resolución número siete
que es materia del recurso extraordinario de casación se ha dictado infringiendo el
principio de pluralidad de instancia contemplado en el artículo139 inciso 6 de la
Constitución Política del Estado y el artículo X del Título Preliminar del Código
Procesal Civil por lo que amparando el recurso extraordinario de casación
interpuesto debe disponerse que el Colegiado Superior expida nueva resolución
absolviendo el grado y emitiendo pronunciamiento de fondo acerca de los
fundamentos del recurso de apelación; fundamentos por los cuales, declararon:
FUNDADO el recurso de casación obrante de fojas ciento veinte a ciento
veinticuatro interpuesto por Anita Vela Flores por la causal de infracción normativa
procesal; en consecuencia CASARON la resolución de vista que declara nulo el
concesorio e improcedente el recurso de apelación interpuesto contra la el auto
número dos de fecha quince de abril del año dos mil once la cual declara fundada
la excepción de cosa juzgada propuesta por Estefita Vela Flores; DISPUSIERON
que la Sala Mixta descentralizada de Tarapoto de la Corte Superior de Justicia de
San Martín expida nueva resolución con arreglo a ley pronunciándose sobre los
agravios del recurso de apelación; DISPUSIERON se publique la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos
por Anita Vela Flores con la sucesión de Teolinda Vela Pezo y otros sobre Nulidad
de Acto Jurídico; y los devolvieron. Ponente Señora Valcárcel Saldaña, Jueza
Suprema.- SS. TICONA POSTIGO, ARANDA RODRIGUEZ, PONCE DE MIER,
VALCÁRCEL SALDAÑA, MIRANDA MOLINA C-949778-85
En Lima, a los 5 días del mes de julio de 2011, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrado por los magistrados Mesía Ramírez, Presidente;
Álvarez Miranda, Vergara Gotelli, Beaumont Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz
y Urviola Hani, pronuncia la siguiente sentencia, con los votos de los
magistrados Mesía Ramírez y Vergara Gotelli; y el voto singular del magistrado
Calle Hayen, que se agregan
ASUNTO
ANTECEDENTES
FUNDAMENTOS
7. Por otro lado este Tribunal estima pertinente pronunciarse sobre un asunto
que ha llamado poderosamente su atención en el curso del análisis del
expediente de autos, relativo a un pronunciamiento del juez constitucional a
quo que pone en entredicho una institución procesal primordial para la justicia
constitucional, como es la actuación inmediata de la sentencia estimatoria de
amparo de primer grado.
“(…) el artículo citado por el demandante y en el que se ampara [artículo 22º del Código
Procesal Constitucional] es para el desarrollo de la ejecución de sentencias de los procesos
que han causado ejecutoria (…) en el caso de autos (…) la sentencia expedida en autos ha
sido apelada por la demandada Compañía Minera Casapalca S.A. y concedido por el Juzgado
apelación con efecto suspensivo mediante resolución número diez su fecha trece de mayo
último (…)” (énfasis agregado)
10. Tal como se puede apreciar el juez a quo, al momento de evaluar la solicitud
presentada por el recurrente, desconoce abiertamente la doctrina
jurisprudencial sentada por este Supremo Colegiado en diversos
pronunciamientos (cfr. STC N.º 05994-2005-PHC/TC, fj. 3; STC N.º 04878-
2008-PA/TC, fj. 56; STC N.º 0607-2009-PA/TC, fj. 18), los cuales han
admitido expresamente que el artículo 22º del CPConst. ha incorporado el
régimen de actuación inmediata de sentencia en los procesos constitucionales
de la libertad, por lo que el juez constitucional se encuentra habilitado para
ejecutar los mandatos contenidos en su sentencia estimatoria,
independientemente de la existencia de mecanismos de acceso a la instancia
superior. Más aún, en la reciente STC N.º 0607-2009-PA/TC, publicada el 18
de marzo de 2010 en su página web, el Tribunal Constitucional no sólo ha
sido claro y enfático al reiterar dicho parecer, sino que además ha establecido
como jurisprudencia vinculante los principios y reglas procesales que ha de
observar, respetar y aplicar el juez constitucional para evaluar la solicitud de
actuación inmediata de la sentencia estimativa que le es presentada.
12. El segundo párrafo del inciso 3) del artículo 139º de la Constitución consagra
el derecho a no ser desviado de la jurisdicción predeterminada por la ley.
Dicho atributo es una manifestación del derecho al “debido proceso legal” o
lo que con más propiedad se denomina “tutela procesal efectiva”. Por su
parte, el artículo 8.1º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
establece que “[t]oda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley (…)”.
14. En adición a ello este Tribunal ha entendido que el derecho a no ser desviado
de la jurisdicción preestablecida por la ley participa de la condición de un
derecho de configuración legal, por lo que corresponde al legislador
establecer los criterios de competencia judicial por medio de una ley orgánica,
que concretice su contenido constitucionalmente protegido [STC N.º 01934-
2003-HC/TC, fundamento 6].
18. Sobre el particular es preciso acotar que el artículo 33º, inciso 1), del Texto
Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial dispone que las Salas
Civiles de la Corte Suprema conocen “[d]e los recursos de apelación y de
casación de su competencia”. Por su parte la competencia material de la Sala
Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema se encuentra
debidamente predeterminada en el artículo 35º de dicha ley, cuyo inciso 4
atribuye precisamente a dicho órgano jurisdiccional el conocimiento “[d]e los
recursos de casación en materia de Derecho Laboral y Agrario cuando la ley
expresamente lo señala”. En consonancia con esta disposición, la Resolución
Administrativa de Presidencia N.º 006-2001-P-CS, de fecha 30 de abril de
2001, señala en su artículo 1º que la referida Sala es la competente para
conocer “de los recursos de nulidad y casaciones agrarias pares e impares
(…)”.
19. En atención a las normas glosadas resulta claro para este Tribunal que la Sala
Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la
República es el órgano jurisdiccional competente para conocer de los
recursos de casación cuya materia verse sobre asuntos de Derecho Agrario.
Siendo esto así lo que toca examinar ahora es si el recurso de casación
interpuesto por la empresa minera Casapalca en el curso del proceso civil de
nulidad de acto jurídico seguido con el ahora demandante, se encuentra
referido o no a un asunto de tales características, tarea para la cual será
preciso analizar la pretensión planteada al interior de dicho proceso, esto es,
tanto el petitum (lo que se pide) así como la causa petendi (los fundamentos
fácticos y jurídicos de la demanda).
21. Por otro lado este Tribunal advierte que mediante Resolución N.º 48-2008
(obrante a fojas 34) el Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa
declaró fundada la demanda de nulidad de acto jurídico interpuesta por el
hoy amparista en contra de Compañía Minera Casapalca, por considerar que
existían “suficientes indicios que corroboran la versión (…) de que no hubo
Asamblea General el 19 de setiembre de 1999; el Acta se redactó en
Arequipa en el buffet de abogados Luque Medina (…) que luego se llevó el
Acta a la Comunidad para hacerla firmar por los comuneros (…)
incumpliéndose el artículo 41 y 88 del Estatuto de la Comunidad Campesina
(…)” (considerando décimo tercero). Del mismo modo, tras merituar que el
Estatuto de la Comunidad Campesina de Arirahua establecía en su artículo
88º que sólo podía ceder en uso sus tierras al Estado para fines de
construcción y beneficio de la comunidad, estimó que dicha comunidad “no
[tenía] libre disposición de sus tierras, por lo que éstas no están en el
comercio de los hombres” (considerando décimo quinto). Por último, este
mismo órgano jurisdiccional consideró que al haberse incumplido el artículo
11º de la Ley N.º 24656 - Ley General de Comunidades Campesinas, así
como el Decreto Supremo N.º 008-91-TR, Reglamento de dicha ley, y el
artículo 88º del Estatuto de la Comunidad, se había acreditado la causal
establecida en el artículo 219.8 del Código Civil en conexión con su artículo
V, según el cual “es nulo el acto jurídico contrario a las leyes que interesan
al orden público o a las buenas costumbres” (considerando décimo octavo).
Cabe señalar que similares argumentos fueron utilizados por la Tercera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa para confirmar la apelada,
mediante Resolución N.º 142 (obrante a fojas 46).
HA RESUELTO
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ
ÁLVAREZ MIRANDA
VERGARA GOTELLI
BEAUMONT CALLIRGOS
ETO CRUZ
URVIOLA HANI
... el concepto de fin lícito en la doctrina peruana comprende tanto lo legal como lo moral,
y queda a criterio del juez apreciar esta última, en el marco de las denominadas «buenas
costumbres»... casos en los cuales el ordenamiento jurídico no podría, sin contradecirse a
sí mismo, asegurar al acto su propia validez y eficacia; ya que se trata de impedir que un
contrato dé vida a determinadas relaciones opuestas a las normas fundamentales del
Estado.
Cas. 2988-99 LIMA
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA, vista la causa
número dos mil novecientos ochentiocho - noventinueve, con el acompañado, en Audiencia Pública
de la fecha y producida la votación con arreglo a Ley emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL
RECURSO: Se trata del Recurso de Casación interpuesto por Gian Piero Pierantoni Grellaud,
apoderado del Sr. Piero Pierantoni Cámpora, contra la resolución de vista de fojas quinientos dos, de
fecha primero de setiembre de mil novecientos noventinueve, expedida por la Sala de Procesos
Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, que revoca la sentencia
apelada de fojas cuatrocientos treintiséis, de fecha veintinueve de diciembre de mil novecientos
noventiocho, que declaró infundada la demanda; y reformándola declara improcedente la misma;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que la Corte Suprema mediante resolución de fecha catorce de
diciembre de mil novecientos noventinueve, ha declarado la procedencia del recurso por las causales
previstas en los incisos primero y segundo del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal
Civil al denunciarse: a) La interpretación errónea del Artículo quinto del Título Preliminar del Código
Civil, pues se sostiene en la sentencia impugnada que para aplicarse ese artículo debe indicarse
claramente cuáles son las normas de derecho público o las buenas costumbres que contravienen el
acto jurídico materia de nulidad empero esta exigencia se cumplió, pues en la demanda se indica
cuáles eran esas normas derecho público, señalando normas de la Constitución y del Código Civil; b)
La inaplicación del inciso tercero del Artículo ciento cuarenta del Código Civil pues el acto jurídico
materia de nulidad se otorgó fraudulentamente con el propósito ilícito de apropiarse del inmueble del
demandante; c) La inaplicación de los incisos tercero, cuarto y octavo del Artículo doscientos
diecinueve del Código Civil, que sancionan con nulidad los actos jurídicos imposibles, como es el
caso del que vende una propiedad cuando ya no le pertenecía por haberla enajenado antes; y d) La
inaplicación de los Artículos mil novecientos sesentinueve y mil novecientos ochenticuatro del Código
Civil, que obligan el pago de una indemnización por el daño material y moral que origina una
persona a consecuencia de sus actos, en este caso, por efectuar una venta de un bien ajeno;
CONSIDERANDO: Primero.- Que, el concepto de fin ilícito en la doctrina peruana comprende tanto lo
legal como lo moral y queda a criterio del Juez apreciar esta última, en el marco de las denominadas
«buenas costumbres», como lo sostiene León Barandiarán al comentar el Artículo mil ciento
veintitrés inciso segundo del Código Civil de mil novecientos treintiséis, (Comentarios al Código Civil
Peruano, Derecho de Obligaciones, Tomo I, Acto jurídico, Lima 1938, página 187), casos en los
cuales el ordenamiento jurídico no podría, sin contradecirse a sí mismo, asegurar al acto su propia
validez y eficacia; ya que se trata de impedir que un contrato de vida a determinadas relaciones
opuestas a las normas fundamentales del Estado. Segundo.- Que, desarrollando este concepto,
recogido en el Artículo doscientos diecinueve inciso cuarto del Código Civil como causal de nulidad
absoluta, hay que convenir que es ilícito todo aquello contrario a las normas legales imperativas (ius
cogens), especialmente aquellas que tipifican un ilícito penal; y que para determinar si se produce
ese fin será necesario examinar la causal del contrato, el motivo común a las partes contratantes,
las condiciones que lo delimitan y su objeto. Tercero.- Que la venta como propio de bien ajeno está
tipificada como delito de defraudación en el Artículo ciento noventisiete inciso cuarto del Código
Penal(1), acto ilícito conocido como estelionato. Cuarto.- En consecuencia, la apreciación a priori que
contiene la sentencia de vista en su motivo cuarto para establecer la improcedencia de la demanda
se emite sin haber analizado previamente los elementos antes señalados. Quinto.- Que, será
igualmente ilícito el acto jurídico contra «bona mores», pues las buenas costumbres dentro del
Derecho Civil se refieren a una vasta gama de conductas que se califican como inmorales, lo que en
todo caso corresponderá calificar al Juez, y es errado calificar apriorísticamente, que su invocación
resulta insuficiente para sancionar con nulidad un acto jurídico, como se considera en el motivo
quinto de la de vista. Sexto.- Que, en la demanda se aduce fraude y dolo, y la sentencia de vista se
ha remitido a la figura del fraude del deudor, legislado en el Artículo ciento noventicinco del Código
Civil, lo que no corresponde a los hechos invocados que sustentan el petitorio de la demanda; y
como se ha invocado dolo, se ha remitido al dolo civil como causal de anulabilidad olvidando el dolo
penal que es la base del ilícito penal. Sétimo.- Que, conforme al Artículo sétimo del Título Preliminar
del Código Adjetivo, el Juez debe aplicar el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya
sido invocado por las partes y sólo le está prohibido ir más allá del petitorio o sustentarse en hechos
no invocados por las partes. Octavo.- Que, en consecuencia, la sentencia de vista incurre en la
interpretación errónea del Artículo quinto del Título Preliminar del Código Civil, y la inaplicación de
las normas sustantivas que se señalan en la Resolución de calificación del Recurso de Casación, sólo
será posible verificarla por su confrontación con los hechos que se determinen en la instancia.
Noveno.- Que, la sentencia de vista que ha revocado la apelada, no contiene relación de hechos y
declara la improcedencia de la demanda, lo que no permite a esta Sala Casatoria examinar la
aplicación del derecho pertinente. Décimo.- Que, aun cuando el Recurso de Casación se ha calificado
como procedente por causales sustantivas, es necesario declarar la nulidad de la recurrida, para que
los Jueces de mérito apreciando la prueba actuada determinen la cuestión fáctica y emitan
pronunciamiento de fondo; Por estas consideraciones; declararon: FUNDADO el Recurso interpuesto
a fojas quinientos quince; NULA la sentencia de vista de fojas quinientos dos, de fecha primero de
setiembre de mil novecientos noventinueve; ORDENARON que el órgano jurisdiccional inferior expida
nuevo fallo con arreglo a Ley; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano; en los seguidos por Piero Pierantoni Cámpora con Sociedad Agrícola San Pablo
Sociedad Anónima y otros, sobre nulidad de acto jurídico; y los devolvieron.
SS. URRELLO A.; SÁNCHEZ PALACIOS P.; ROMÁN S.; ECHEVARRÍA A.; DEZA P.