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La iguana y el perezoso

Había una vez una iguana,


con una ruana de lana,
peinándose la melena,
junto al río Magdalena.

Y la iguana tomaba café,


tomaba café,
a la hora del té.
Y la iguana tomaba café,
tomaba café,
a la hora del té.

Llegó un perezoso caminando,


en pijama y bostezando,
le dio un empujón a doña iguana,
y la lanzó de cabeza al agua.

Y el perezoso se toma el café,


se toma el café,
a la hora del té.
Y el perezoso se toma el café,
se toma el café,
a la hora del té.

La iguana volvió toda mojada,


furibunda y enojada,
le espicha la oreja al perezoso,
y lo encerró en un calabozo.

Y la iguana termina el café,


termina el café,
a la hora del té.
Y la iguana termina el café,
termina el café,
a la hora del té.
CINCO RATONCINTOS

Cinco ratoncitos de colita gris,

mueven las orejas, mueven la nariz,

abren los ojitos, comen sin cesar,

por si viene el gato, que los comerá,

comen un quesito, y a su casa van,

cerrando la puerta, a dormir se van

LOS PATITOS

Todos los patitos


se fueron a nadar
y el más pequeñito
se quiso quedar

su mamá enfadada
le quiso regañar
y el pobre patito
se puso a llorar
Los patitos en el agua
meneaban la colita
y decían uno al otro
ay! que agua tan fresquita.

Los patitos en el agua


meneaban la colita
y decían uno al otro
ay! que agua tan fresquita.

El pájaro carpintero
El pájaro carpintero se puso a martillar,
haciéndole un agujero, a un gordísimo peral.
Las peras le reclamaron, gritando a más no
poder,
si sigues martillando, nos vamos a caer,
si sigues martillando, nos vamos a caer.

El pájaro carpintero, siguió con su martillar,


y las peras se cayeron, debajito del peral.
El pájaro carpintero, las tuvo que colgar,
con elástico de goma, y alambre de metal,
con elástico de goma, y alambre de metal.
La pájara Pinta
Estaba la pájara pinta sentadita en el verde limón
con el pico recoge la hoja y con las alas recoge la
flor.
¡Hay sí, cuándo la veré yo!
¡Hay sí, cuándo la veré yo!
Me arrodillo a los pies de mi amante,
fiel y constante, dame una mano, dame la otra,
dame un besito que sea de tu boca.
Estaba la pájara pinta sentadita en el verde limón
con el pico recoge la hoja y con las alas recoge la
flor.
¡Hay sí, cuándo la veré yo!
¡Hay sí, cuándo la veré yo!
Me arrodillo a los pies de mi amante,
fiel y constante, dame una mano, dame la otra,
dame un besito que sea de tu boca.
¡Y sigue volando!
¡Y se cree que vuela!

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