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María

(Padre Flaviano Amatulli)


Sin duda María tiene un lugar muy especial en el plan de la salvación, que Dios
estableció desde toda la eternidad. Al ser destinada a ser la madre de Jesús, el Hijo
único de Dios, se transformó en la más grande creatura.
En realidad, nadie como María puede llamar a Jesús «hijo mío» (Lc 2,48). Por eso,
la misma María exclamó:
De hoy en adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada (Lc 1,48).
Pero al mismo tiempo, María es grande por su fe y obediencia:
Feliz tú que has creído, porque de cualquier manera se cumplirán las promesas del
Señor (Lc 1,45).
He aquí la Esclava del Señor: que se haga en mí según tu palabra (Lc 1,38).
Por eso María es el modelo de todo cristiano, que, al recibir el llamado de Dios, está
invitado a responder con generosidad en un espíritu de fe y obediencia.
¿Y qué pasa? Que tantos hermanos separados no quieren saber nada de María,
tratándola como una mujer cualquiera y buscando algún pretexto para atacarla. Un
motivo más para darnos cuenta de que andan mal. Ojalá que estas breves
reflexiones sirvan para invitarlos a reflexionar y abandonar una actitud tan poco
cristiana.
ARCA DE LA NUEVA ALIANZA
Es uno de los temas que encontramos en el primer capítulo del Evangelio según
San Lucas. Al llevar a Jesús en su vientre durante nueve meses, María se
transformó en el «Arca de la Nueva Alianza».
Veamos los textos de San Lucas, relacionados con los textos del Antiguo
Testamento, a los cuales se refieren.
Danza
Al oír Isabel el saludo, el niño dio saltos en su vientre (Lc 1,41).
David, vestido de lino, danzaba con todas sus fuerzas delante de Yahvé, mientras
subían el Arca (2Sam 6,14).
Visita ¿Quién soy yo para que venga a verme la Madre de mi Señor? (Lc 1,43).
¿Cómo voy a llevar a mi casa el Arca de Yahvé? (2Sam 6,9).
Tres meses
María se quedó cerca de tres meses en casa de Isabel (Lc 1,56).
El Arca permaneció tres meses en casa de Obededón (2Sam 6,11).
Sombra del Altísimo
El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra (Lc 1,35).
La Nube cubrió entonces la tienda de las citas y la gloria de Yahvé llenó la morada
(Ex 40,34).
Cuando los sacerdotes salieron del lugar santo… la Nube llenó la casa de Yahvé.
Por causa de la Nube, los sacerdotes no pudieron continuar con la ceremonia, pues
la gloria de Yahvé había llenado su casa
(2Cro 5,11-14).

Como la nube (= Gloria de Yahvé) llenó la Morada, así Jesús llenó a María.
En el Arca no hay nada fuera de las dos tablas de piedra, que Moisés colocó allí en
el Horeb (1 Re 8,9-10).
En el vientre de María estuvo solamente Jesús, el autor de la Nueva Alianza.
INMACULADA
Dios, habiendo destinado a María como Madre de su Hijo, la liberó de cualquier
mancha de pecado, desde el momento de su concepción.
He aquí la Bula «Inefabilis Deus» del Papa Pío IX, del 8 de diciembre de 1854:
Para honor de la santa e indivisa Trinidad, para gloria y ornamento de la Virgen
Madre de Dios, para exaltación de la fe Católica y acrecentamiento de la religión
cristiana, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados
Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra declaramos, proclamamos y definimos
que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune
de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por
singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo
Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto
firme y constantemente creída por todos los fieles (Denzinger, 1641).
Mientras nosotros nacemos con el pecado original, María por los méritos de Jesús,
fue liberada de esta mancha desde antes de recibirla. Es como si se liberara a un
preso, antes de caer en la cárcel. La Tradición explica que se trata de una liberación
total de cualquier mancha de pecado, hasta del pecado original.
Con la definición dogmática del Papa Pío IX, el 8 de Diciembre de 1854, esta
doctrina, ya presente en la Tradición desde un principio, se vuelve obligatoria para
siempre y para todos.
MADRE DE DIOS
María dio a Jesús el cuerpo humano. Sin embargo, al tratarse del cuerpo que
pertenece a la persona del Verbo, María se transforma en la Madre del Verbo, que
es Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad.
He aquí el documento aprobado en el Concilio de Éfeso (año 431):
Pues, no decimos que la naturaleza del Verbo, transformada, se hizo carne; pero
que tampoco se trasmutó en el hombre entero, compuesto de alma y cuerpo; sino,
más bien, que habiendo unido consigo el Verbo, según hipóstasis o persona, la
carne animada de alma racional, se hizo hombre de modo inefable e incomprensible
y fue llamado hijo del hombre, no por sola voluntad o complacencia, pero tampoco
por la asunción de la persona sola, y que las naturalezas que se juntan en verdadera
unidad son distintas, pero que de ambas resulta un solo Cristo e Hijo, no como si la
diferencia de las naturalezas se destruyera por la unión, sino porque la divinidad y
la humanidad constituyen más bien para nosotros un solo Señor y Cristo e Hijo por
la concurrencia inefable y misteriosa de la unidad.
Porque no nació primeramente un hombre vulgar, de la Santa Virgen, y luego
descendió sobre Él el Verbo; sino que, unido desde el seno materno, se dice que
se sometió a nacimiento carnal, como quien hace suyo el nacimiento de la propia
carne. De esta manera (los Santos Padres) no tuvieron inconveniente en llamar
Madre de Dios a la Santa Virgen (Denzinger, 111a).
Por lo tanto, todos los ataques contra esta doctrina provienen del hecho de
desconocer el significado profundo de la expresión «Madre de Dios», como si
nosotros católicos pensáramos que María hubiera dado origen a Jesús como Dios.
MADRE DE LA IGLESIA
La Iglesia es la continuación de Cristo en el mundo, es su cuerpo místico:
Todos nosotros, ya seamos judíos o griegos, esclavos o libres, hemos sido
bautizados en un mismo Espíritu, para formar un único cuerpo. Y a todos se nos ha
dado a beber del único Espíritu (1 Cor 12,13).
Al ser María, la madre del cuerpo físico de Jesús, es también la madre de su cuerpo
místico, que es la Iglesia.
SIEMPRE VIRGEN
Es una doctrina que encontramos muy claramente en la Iglesia desde el principio.
Las objeciones vienen de una mala interpretación de los textos bíblicos
Compromiso de María
El mismo diálogo con el ángel Gabriel hace suponer un compromiso de María al
respecto:
¿Cómo puede ser esto, pues no tengo relación con ningún hombre? (Lc 1,34).
Por obra del Espíritu Santo
Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios (Lc 1,35).
Virgen antes y durante el parto
Es lo que anuncia el profeta Isaías.
He aquí que una virgen concibe (antes del parto)
y da a luz (en el parto) a un hijo
y le pondrá por nombre Emmanuel (Is 7,14).
Hasta que Y María no tuvo relación con José
hasta que nació Jesús (Mt 1,25).
«Hasta que» no quiere decir que después sí hubo relaciones entre María y José. Se
quiere afirmar sencillamente que Jesús nació por obra del Espíritu Santo y sin la
participación de San José. Este es el tema que se está tratando. Por lo que se refiere
al futuro, no se afirma nada.
Es como si yo dijera: «Hasta que salí de la ciudad, no hubo ninguna huelga de
camiones». Con esto no quiero decir que después sí hubo huelga de camiones.
Con respecto a esta manera de expresarse, la misma Biblia dice:
Mikol no tuvo hijos
hasta el día de su muerte (2 Sam 6,23)
¿Qué quiere decir? ¿Qué después de su muerte sí tuvo hijos? Claro que no.
Veamos otro ejemplo:
Siéntate a mi derecha,
hasta que haga de tus enemigos
el estrado de tus pies (Sal 110,2).
¿Qué quiere decir? ¿Qué después ya no estará sentado a su derecha? Claro que
estará sentado siempre a su derecha.
A este respecto se puede ver también estas citas: Gén 8,7; 28,15; Mt 28,20.
Primogénito
Dicen algunos: «La Biblia presenta a Jesús como hijo Primogénito (Lc 2,7). Esto
quiere decir que María tuvo más hijos. De otra manera, la Biblia diría hijo Unigénito».
Respuesta: Esta manera de pensar no está de acuerdo con la Biblia. Para la Biblia
primer nacido o primogénito es lo mismo (Ex 13,2; Núm 18,15). Para estos existían
leyes especiales que había que aplicar pronto, sin esperar para ver si se trataba de
un hijo único o del primero entre muchos.
Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la ley de Moisés, debían cumplir
el rito de la purificación de la madre, llevaron al niño a Jerusalén. Allí lo consagraron
al Señor, tal como está escrito en la ley: «Todo varón primogénito será consagrado
al Señor. Además ofrecieron el Sacrificio que ordena la ley: una pareja de tórtolas o
dos pichones» (Lc 2,22-24).
Como prueba extrabíblica, el año 1922 se encontró en Tell El Yejudieh (Egipto) una
lápida sepulcral escrita en griego el año 5 antes de Cristo. Dice así: «La joven madre
judía Arsínoe murió entre los dolores del parto al dar a luz a su hijo primogénito».
No obstante que esa mujer no pudo dar a luz a más hijos, de todos modos, al
primero y único hijo que tuvo, se le llamó primogénito y no unigénito. Lo mismo pasó
con Jesús
Hermanos de Jesús
La expresión bíblica «hermanos de Jesús» representa el plato fuerte de los
enemigos de María y de la Iglesia Católica. He aquí algunas observaciones al
respecto:
1. – Idioma hebreo
La palabra «hermano» («ah, ahót») en hebreo y arameo tiene un significado más
amplio que en nuestros idiomas.
Se usa para toda clase de parentesco: primo, sobrino, cuñado, etc. Se usa también
para señalar a los componentes de la misma tribu y del mismo pueblo, a los amigos,
a los aliados y al prójimo en general.
Por ejemplo, Abraham, tío de Lot (Gén 11,27), declara que los dos son «hermanos»
(Gén 13,8). San Pablo llama «hermanos» suyos a Tito y Epafrodito (2Cor 2,13; Fil
2,25). Jesús nos invita a no presentarnos frente al altar, si tenemos algo en contra
de un «hermano» (= prójimo Mt 5,23).
Reunió David a los hijos de Aarón…
y a sus hermanos, ciento veinte (1Cro 15,4).
Uno de aquellos días,
Pedro se puso de pie
en medio de los hermanos
que eran alrededor de ciento veinte (Hech 1,15).
¿Es posible que todos estos «hermanos» hayan tenido a la misma mujer como
madre?
Con relación al significado tan amplio de la palabra «hermano», tenemos
muchísimas citas bíblicas. He aquí algunas: Gén 14,14-16; 29,15; Jos 17,4; Lev
10,4; 2Sam 19,12-13; 1Cor 2,1; Mt 18,21.35, etc.
2.- Jesús, hijo de María;
María, madre de Jesús
Cuando se habla de la familia de Nazaret, se mencionan siempre Jesús, María y
José. Nunca se mencionan otros hermanos.
Los Padres de Jesús iban todos los años
a Jerusalén para la fiesta de la Pascua (Lc 2,41).
Se pusieron a buscarlo
entre sus parientes y conocidos (Lc 2,44).
Hijo, ¿por qué te has portado así? (Lc 2,48).
Su madre guardaba fielmente en su corazón
todos esas cosas (Lc 2,51).
¿Dónde estaban, pues, los «hermanos de Jesús»? No los encontramos, cuando
María y José buscan a Jesús en el Templo de Jerusalén; no los encontramos en las
bodas de Caná ni en la crucifixión de Jesús. Es que no existe ningún hermano carnal
de Jesús.
Fíjense bien: Nunca la Biblia dice que los «hermanos de Jesús» fueran «hijos de
María». Solamente Jesús es mencionado como «hijo de María» (Mt 1,18; 2,11; Lc
2,34; Mc 6,3; Jn 2,1; etc.).
A los tres días los tres días se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre
de Jesús era de la fiesta (Jn 2,1).
Si María hubiera tenido más hijos ¿por qué aquí se menciona a María solamente
como «la madre de Jesús»?
3. – Los cuatro
«hermanos de Jesús»
He aquí la cita fundamental, que subrayan los hermanos separados:
¿No es este Jesús el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José,
Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven aquí entre nosotros? (Mc 6,3).
Así que los cuatro hermanos de Jesús son: Santiago, José, Judas y Simón. Pues
bien, la misma Biblia aclara quiénes son sus padres. Antes que nada, notamos que
se trata de padres diferentes.
• Santiago y José.
Unas mujeres miraban desde lejos… Entre ellas, María Magdalena, María, la madre
de Santiago el menor y José, y la madre de los Zebedeos (Mt 27,56; Cf. Mc 15,47).
En Mt 10,1-4, se aclara que los hijos de Zebedeo son Santiago el Mayor y Juan;
mientras Santiago el Menor y José son hijos de Alfeo (= Cleofás) y por lo tanto su
madre María no es la madre de Jesús, sino otra María.
Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, la hermana de su madre, María mujer
de Cleofás, y María Magdalena (Jn 19,25).
Aquí se habla de una María, que es prima de la madre de Jesús (hermana = prima),
esposa de Cleofás (= Alfeo) y madre de Santiago el Menor y José.
• Judas y Simón.
En todas las listas son mencionados con los nombres de sus padres y hasta con
sus apodos. En ninguna parte se dice que su padre fuera José, el esposo de María,
la madre de Jesús (Mt 10,1-4, Mc 3,13-19; Lc 6,13-16). Se habla siempre de «Judas
Tadeo, hermano de Santiago» y de «Simón el Cananeo, apodado el Zelote».
Es importante notar cómo los apóstoles Santiago el Menor y Judas Tadeo, parientes
entre ellos, se consideran «servidores de Jesús», (Stgo 1,1 y Jud 1,1). Si hubieran
sido hermanos carnales de Jesús seguramente habrían hecho alguna referencia al
respecto.
Además, si se hubiera tratado de hermanos carnales, ¿por qué, antes de morir,
Jesús entregó su Madre a Juan, que era un extraño? (Jn 19,25-27).
4. – Los que hacen
la voluntad del Padre
La siguiente cita bíblica ha sido muy utilizada por muchos grupos de hermanos
separados para desprestigiar a María:
Estaba todavía hablando con el pueblo, cuando su madre y sus hermanos, que
estaban afuera, quisieron hablar con él. Alguien dijo a Jesús: «Mira, tu madre y tus
hermanos están afuera y preguntan por ti», Pero él respondió: «¿Quién es mi madre
y quiénes son mis hermanos?» E indicando con la mano a sus discípulos, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que cumple la voluntad de mi
Padre que está en los Cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre» (Mt
12,46-50).
Lo que Jesús quiere subrayar aquí es que la fe y la obediencia (Jn 1,12) están por
encima de cualquier vínculo de sangre (Jn 1,13), y esto tenía plena vigencia con
relación a los «hermanos» de Jesús, que «no creían en él» (Jn 7,5).
Con esto, Jesús no quería reprender a María por no escuchar y cumplir la voluntad
del Padre. ¿Acaso esos hermanos, que interpretan así este pasaje bíblico, se
olvidaron de la respuesta que dio María al Ángel Gabriel (Lc 1,38) o del elogio que
hizo Santa Isabel acerca de su fe? (Lc 1,45).
Conclusión
María fue siempre virgen. Este ha sido siempre el sentir de la Iglesia desde un
principio. Así la Iglesia interpretó Is 7,14, «la Virgen que concibe» un hijo, que es
Jesús.
Solamente el año 380 d. C., un tal Elvidio empezó a decir que los «hermanos de
Jesús» eran hermanos «carnales» de Jesús, enfrentándose al rechazo general de
todos los cristianos. Ahora surgen las sectas y hacen lo mismo. Una señal más para
darnos cuenta de que andan muy mal.
ASUNTA AL CIELO
Este dogma fue proclamado solemnemente por el Papa Pío XII el 8 de diciembre de
1950.
Al no tener ningún pecado y al no estar sujeta a la corrupción del sepulcro, María
fue elevada al Cielo en cuerpo y alma, al terminar

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