“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.” Mateo 7:24
La cualidad del carácter de septiembre es Discreción. Sinónimo: Prudencia. Opuesto: Insensatez.
Definición: Reconocer y evitar palabras y acciones que provoquen situaciones indeseables. El Señor Jesús pronuncia estas palabras al finalizar el sermón del monte, sermón al que se lo considera la “llave para triunfar en la vida” puesto que guarda consejos e instrucciones para llevar una vida ética y moral que ayudan a mantener una buena relación con Dios y con nuestro prójimo, y concluye relatando la parábola del hombre prudente y el insensato, los cuales edifican sus casas en superficies distintas. El hombre prudente edifica su casa en la roca que es Cristo y cuando vienen las situaciones difíciles se mantiene firme, el insensato edifica su casa sobre la arena, que es su propia opinión, y es derribada por las tempestades. Jesús nos enseña a ser hombres discretos o prudentes y la manera de serlo es, “oyendo”, “haciendo”, “edificando sobre la roca”. En la primera semana vemos siempre las recompensas que trae el poner en práctica la cualidad del mes, y en este caso el ser discretos o prudentes nos da dos recompensas y es lo que veremos hoy. I. LA DISCRECIÓN TE GUARDA (Prov. 2:11-17) Del mal camino y de los hombres perversos (vs. 11-15). La escritura nos habla en el Salmo 1 “Bienaventurado es el varón que no anduvo en consejo de malos ni en silla de escarnecedores se ha sentado sino que en la ley de Jehová esta su delicia” El ser discreto o prudente implica saber escuchar el consejo adecuado y seguir el camino de la ley de Dios. Mientras que el insensato se junta con los hombres que hablan perversidades, que se alejan de los caminos derechos, que se alegran haciendo el mal y se enrolan en diversos vicios. Te librarán también de la mujer ajena (vs. 16-17). Proverbios describe a “la mujer extraña” de la siguiente manera “halaga con sus palabras” “abandona a su compañero” “se olvida del pacto de su juventud” “los labios de la extraña destilan miel, y su lengua es más suave que el aceite” “la mujer mala, de la lengua suave de la desconocida.” En la actualidad hay muchos hombres y mujeres “extraños” que se prestan para ser instrumentos del enemigo. El hombre y la mujer discreta o prudente sabrán ser fiel al pacto que un día hizo delante de Dios, y los jóvenes discretos o prudentes sabrán que dejarse enredar por estas personas estas personas trae destrucción. “Fosa profunda es la boca de las mujeres extrañas; el que es maldito del SEÑOR caerá en ella.” Prov.22:14 II. LA DISCRECIÓN TE AFIRMA. (Prov. 24:3) “Con sabiduría se edificará la casa, Y con prudencia se afirmará” Se construye o edifica las relaciones entre esposos, padre e hijos. Para poder cumplir lo que Pablo recomienda en el libro de Efesios 5:21 “someterse los unos a los otros en el temor del Señor” y la serie de consejos que preceden este pasaje, es necesario la discreción en cada uno de los miembros, sin discreción o prudencia es imposible, que el esposo ame a su esposa como nos amo Cristo, que las esposas se sujeten a sus maridos como la iglesia lo hace con Cristo, que los hijos honren a sus padres, y que los padres no exasperen a sus hijos.la sabiduría y la prudencia van de la mano al momento de edificar y afirmar nuestros hogares. Se ponen los cimientos o bases para que cuando vengan las tormentas no se derrumbe el hogar. El hombre prudente de la historia inicial fue llamado así por edificar su casa en la roca que es Cristo, cuando edificamos nuestras vidas, matrimonios, negocios o cualquier tipo de relación sobre el fundamento que es Cristo “la roca”, la estamos afirmando para cuando vengan las pruebas y los problemas que trataran de derribarnos, pero no lo lograrán, no así, si las edificamos basados en nuestra propia opinión y sabiduría. El destino del discreto o prudente y el destino del sabio lo encontramos en estos versículos Prov.2:21-22. Si elegimos ser discretos o prudentes nuestras vidas serán guardadas del mal y afirmadas en Cristo, y de esta manera estaremos preparados para el día de la tempestad y saldremos victoriosos.