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Marx. (1980). Manuscritos; economía y filosofía.

Madrid: Alianza Editorial


Kacl M~rx
102 Primer Manuscrito lOJ
dio el reproche de la división, pues también en ,e~ lati- quiere hacer tanto dinero corno sea posible. Da al pro-
fundio reina la división, sólo que en ~orma ngtda Y pietario la mayor .renta posible, ni arrendatario el beoe·
anquilosada. En general, la propiedad pnvada se apoya ?cio del capital más elevado que sea posible. Los traba-
siempre sobre la división ..Po~ lo demás, as{ c<;>mo ~a ¡adores del campo están asl ya reducidos al mínimo y
división de la propiedad ternt~nal recond~ce al lanf_un~o la clase de los arrendatarios representa ya dentro de la
como riqueza-capital, as{ también l_a propiedad. ternto~1~ propiedad territorial e.I poder de la industria y del capi·
feudal tiene que marchar necesariamente ?ac~a la d1v1· tal. Mediante la competencia con el extranjero, la mayor
sión, 0 al menos caer en manos de los capitalistas, haga parte de la renta de la tierra deja de poder constituir
lo que haga. un ingreso independiente. Una gran parte de los ptopie-
Pues el latifundio, como sucede en Inglaterra, echa_ a tarios debe ocupar e.I puesto de los arrendatarios, que
la inmensa mayorla de la población en brazos de ~a ~­ de este modo se hunden parcialmente en el proletariado.
dustria y reduce a sus propios obreros a una misen~ Por otra parce, muchos arrendatarios se apoderan de la
total. Engcod.ca y aumenta, p1;1es, el pod_cr de su enemi- propiedad territorial, pues los gmndes propietarios, mer-
go del capital, de la industria, al arro¡ar al otro lado ced a sus cómodos ingresos, se han dedicado en su ma-
br;zos y toda una actividad del pal~. Hace ª. la ~ayorí~ yoría a la disipaci6n y son, en lo mayor parte de los
del pafs industrial, 'esto es, adversaria del latifundio. As1 casos, también incapaces para dirigir la agriculturn en
que Ja industria ha alcanzado un gran pod~, <X'.mo ahora gran escala; no poseen ni capital ni capacidad para ex·
en Inglaterra, arrnnca poco a poco a~ latifundio su mc;i· plotar la tierra y el sucio. Así, pues, una parte de éstos
nopolio frente al extranjero y lo arro111 a l~ compete?~ª se arruina completamente. Finalmente, el salario redu-
con la propiedad territorial extranjera. Ba10 el domuuo cido al mínimo debe ser nún m:fa reducido para resistir
de la industria, el latifundio sólo l?odrfa asegmar su i:nag· la nueva compctcncín. Esto conduce entonces necesaria-
nitud feudal mediante el monopolio frente ni exi:an¡ero, mente a la revolución.
para protegerse de las leyes generales del ~omerc10, que La propiedad territorial tenla que desarrollarse en cada
contradicen su esencia feudnl. Una vez _arro1ado a la co~- una de estas dos formas para vivir en una y oua su
eteocia, sigue sus leyes como cual9mer otra, mi:rcancia necesaria decadencia, del mismo modo que 111 iodustria 1,
~ ella arrojada. Va fluctuando, cre~eo~o y d1smmuyd· tenía que arruinarse en In forma del monopolio y en la
do, volando de unas manos a ot.tns y n10gu~a ley pue e forma de la competencia pnra aprender a creet en el
mantenerlo ya en unas ~oc.os me~os predestma~as. . hombre.
(XXI) La consecuencia inmediata es el fracoonamJen-
to en muchas manos, en todo caso caída en el poder de El traba;o enajenado
los capitalistas industriales. .
Finalmente, el latifundio que de est11 ~orma ha sido (XXII) Hemos partido de los presupuestos de la Eco-
lllJllltenido por la fuerza y ha cngendr~do ¡~nt~ ~ sí una norrua Polftic:i. Hemos aceptado su tcrminologfa y sus
temible industria, conduce a la crisis a~ m_as r~p1damen· · 1eyes. Damos por supuestas la propiedad privada, fo se-
te que la divisi6n de la propiedad te!ritortru, Junto a
cual el poder de Ja industrio está siempre en segun o
Jº 1 parad6n del trabajo, capirnJ y tierra, y la de salario,
beneficio del capital y renta de In tierra; admitamos Ja
clivisi6n del trabajo, lo competencia, el concepto de valor
ra~!'tatifunclio, como vemos en Ingla~crra, h_a perdido 1 de cambio, etc. Con la misma Econom!a Política, con
ya su carácter feudal y tomado carácter mdustnal cuando sus mismas palabras, hemos demostrado que el trabaja-
104 Kacl Marx
dor queda rebajado 11 mercanda, a la más miserable de
/ Primer Manuscrito
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todas las mercancfas; que la mise!IÍa del obrero está en LioJa dorporación y la propiedad feudal, y no como sus
razón inversa de la potencia y magnjtud de su produc- res ta os necesarios, inevitables y naturales.
ción; que el resultado necesario de la competencia es la l
Nuestra tarea es ahora por tanto 1 d
'ó . • , a e compren er
d
acumulación del capital en pocas manos, es decir, la más ~ CODCXI n e~enc.tuJ entre la propiedad privada, Ja codj.
terrible reconstitución de los monopolios; que, por últi- ~:i, ~~1 separación de. trabajo, capital y tierra, fo de foter-
mo, desaparece la dilerencia entre capitalistas y terrate- b m 0 Y co~perenc1a, valor y desvalorización del hom-
ruentes, entre campesino y obrero fabril, y la sociedad 'fe, mo~opolio y competencia; tenemos que com render
toda ba de quedar ruvidida en las dos clases de propieta- la coi;iex1ón de roda esta enajenación éon el siste!a mo-
netario.
rios y obreros desposeídos.
La Economía Polftica parte del hecho de la propiedad re No n.os coloquemos, como el economista cuando qaie-
privada, pero no lo explica. Capta el proceso material Tale~üca.r6 aJg~, ~ una imaginaria situación primitiva
de la propiedad privada, que ésta recorre en la realidad, sltuac1 n prmutiva no explica nada . 1 •
lad J 'ó • s1mp emente tras-
con fórmulas abstractas y generales a las que luego pres- ª a cucstt n a una lejanía nebulosa y grisácea. Supo
ta valor de ley. No comprende estas leyes, es decir, no c?mo hecho, como a~onrccimiento, lo que deber1a ded~~
prueba cómo proceden de la esencia de Ja propiedad pri- e~, esto es, la relación necesaria entre dos cosas o
vada. La Economla PoUtica no nos proporciona ninguna e¡empl!;.éentre división del trabajo e intercambio' ~s~
explicación sobre el fundamento de la división de tra- es tam ' n como la teología explica el origen deÍ mal
bajo y capital, de capital y tierra. Cuando determina, por por elhl?eca~o original: dando por supuesto como hecho
ejemplo, la relación entre beneficio del capital y salario, N 1Stor1n, aquello
como . que debe explicar. . •
acepta como fundamento último el interés del capitalista, osotros parumos de. un hecho económico actual
CD otras palabras, parte de aquello que debería expl.icar. 1 El obr~ro es más pobre cuan ta más rique~a produce
Otro tanto ocurre con la competencia, explicada siem- 1 cuanto. m s cr.ece su producci6u en potencia y en volu~
m~n.bEl trnbo¡ndor se convierte en una mercancía tanto
pre por drcunstanc:ias •!Xternas. En qué meclida ~stas
circunstancias externas y aparentemente casuales son sólo l O?• s .óara~a cuantns más mercancías produce. La desvalo-
1
expresión de uo desarrotlo necesario, es algo sobre lo 1
.m:aci. n . e mundo humano crece en ra?.ón directa de 1
que la Economía Política nada nos dice. Hemos visto
c6mo para ella hasta el intercambio mismo 1lp.arece como l' valorización del mundo de las cosas. El trabajo no sól~
produce mercancfos; se produce también a si m1
un hecho ocasíonol. Las únicas ruedas'º que la Econo- ,¡J obrero como t11ercancla, y justamente en In prop~1:1~ó~
mía Política pone en movimiento son la codicia y la en que produce mercanclas e.o general. .
guerra etilre los codiciosos, la competencia. 1 b.Este hecho• por lo d em ás, DO expresa • s1.no
. esto· el
Justamente porque la Economía Política no compren-
de la coherencia del movimiento pudo, por ejemplo, opo-
ner In teoría de Ja competencia a la del monopolio, la
de la libre empresa a la de la corporación, la de la divi· S:
r
o ¡eto que el trabajo produce, su producto se enfr~nta
~ co:¡o u.o ser extraño, como un poder í~dependiente
hprJj. dtor. El pr<>?ucto del trabajo es el trabajo que t
ª Ja 0 en un ob¡eto, que se ba hecho cosa· el r
sión de la úerra a la del gran latifundio, pues compe- duc~ es la objetivación del trabajo. La realiza'ción pd l 1
tencia, libertad de empresa y división de la tierra fueron traba¡o es su objetivación. Esta realización del trab ~
comprendjdas y estudiadas sólo como consecuencias ca· apa~ece . en el estadio de la Economía Polftica da¡o
suales, deliberadas e impuestas por la fuerza del monopo- real1UZCt6 rlel b . d 1 como u-
n tra a¡a or, a objetivación como pérdida
Kad Marx Primer Manuscrito 107
106
iación como extra· El trabajador no puede crear nada sin la naturaleza,
del obieto y servidui:nbre. a él ' 1a aproP
sin el mundo exterior sensible. Esta es In materia en
iiamiento, como cn:i¡enac1ón. la realización del trabaio que su trabajo se realiza, en la que obra, en la que y
Hastt\ tal . pu?lO apare~b . ador ue éste es desreali· con la que produce.
corno desreal1zac1ón del ua ªJ ! q · ción La objetiva· Pero as! como la naturaleza ofrece al trabajo medios
zado hnsta llegar a laalmuerte po~~~a~érdida del objeto de vida, en el sentido de que el trabajo no puede vivir
ción aparece: hasta t e ~~~~doc de los objetos más ne~e­ sin objetos sobre los que ejercerse, as!, de otro lado, ofre-
que el traba1ador se lv ' d s"no 1 incluso para el traba¡o. ce trunbién viveres en sentido estricto, es decir, medios
sarios no sólo p~ra ~ vi a, convierte en un objeto del para la subsiste.ocia del trabajador mismo.
Es más, el t~aba¡o m1smou~de apoderarse con el mayor En conscculmcia, cuanto más se apropia el trabajador
q ue el uaba1ador sólo P di . s ·i ntemmriones. La • el mundo exterior, la naturaleza sensible, por medio de
esfuerzo Y las m.
ás extraer nana ··-.--
en tal medida como extra- su trabajo, tanto más se priva de vlveres en este doble
apropiación del ob1eto ap¡recb. etos produce el trabajador, 1 sentido; en primer lugar, porque el mundo exterior sen·
ñamieoto, que cul antas mpo\~e: v tanto más sujeto qu_eda l sible cesa de ser, en creciente medida, un objeto perte·
tantos menos a ca 01 a 11 d ·t es decir del capital. oeciente a su trabajo, un medio de vida de su trabajo;
a la dominación de su p~o u:s~'n deter~adas por el j en segundo térmfoo, porque este mismo mundo deja de
Todas estas conseb~endoas e relaciona con el producto representar, cada vez más pronunciad:unente, víveres en
or s extraño. Paruen
hecbo d e q.ue el tra a¡a bºeto · do de es.te sentido inmediato, medios pnrn la subsistencia física del
de su traba¡o c?m~ un oe Jcuanto más se vuelca el traba· trabajador. ·
supuesto, es evidc~te qu más poderoso es el mundo \ El trabajador se convierte en siervo de su objeto en
jador en S";I ~rnba¡o~ ~~~:ºftente a s! y tanto más pobr;s un doble sentido: primeramente porque recibe un objeto
extpliío, ob1et1vo qu d interior tanto menos dueoo de trabajo, es decir, porque recibe trabajo; en segundo
son él mismo Y su m~n ° uccde ;n la religión. Cuanto lugar porque recibe medios de subsistencia. Es decir, en
de sí mismo es. \~ mismD.~s tanto menos $':10rda en sí primer término porque puede existir como trablz¡iidor,

:f:r!oº~~ E~ ~~abarad~; ~~~le' st~r~~~:c~a~1~~~~0'il~b. en segundo término porque puede C)(istir como sujeto
físico. E l colmo de esta servidumbre es que ya sólo en
a partir de entonces yn 1 ctiv'\dacl tanto más carece de cuanto traba¡ador puede mnnrcnerse como suieto físico
jeto. Cu:into m~yor es 11 a ue es' ei producto de su tta· y que sólo como sujeto ffsico es YR 1ro bajador.
objetos el trabaiador. Lo q a or es, pues, este produ~o, (La enajenación del trabajador en su objeto se expre-
cs.
bajo, no lo. él:{jCuanto :'ef trabajador. La ena;enac16n
tanto más ins1gn1 tcan te e. . · ºfica no solamente que
sa, según las leyes económicas, de Ja siguiente forma:
cuanto más produce el trabajador, tanto menos ha de
. d ~u producto s1gru . ·
del trabaia or en . objeto en una existencia consumir; cuanto más valores crea, tanto más sin valor,
su trabajo_ se conv1e.rte en t:nde él ¡~dependiente, eictra· tanto m:ís indigno es él; cua nto más elaborado su pro-
exterior, srno qu~ existe ft1~~ ode; independiente frente ducto, tanto más deforme el trabajador; cuanto más
ño que se convierte en t Pd 1 objeto se le c.ofrenra civilizado su objeto, tanto más bárbaro el rrabajador;
a él; que la vida que ha l?restn o a cuanto más rico espidtualmeme se hace el trabajo, tanto
como cosa extr~a y hostil. hora más de cerca la ob¡e- más desespiritunl izado y ligado o la naturaleza queda el
(XXlll ) Cons1de~oremdelos a b . dor y en ella el extra· trabajador.)
. . 1 oduco6n tri\ a¡a ' lA Economla Politica oculta la e11a;e11aci6n esencial
tivae16n, a pr dºd d 1 objeto de su producto.
ñamiento, la pér ' ª e '
Karl Marx t>, 1n1cr .t\<lunusc:rito
108 109
del traba¡o porque no considera la rel';fión_)nmediata en- trabajo, el trabajador no se añr:ma, sino que se niega;
tre¿Z:;:~:i~º'ei (~a~aj~í;?0Ju~~ P~~r::nía:· para los d- 1
no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una
libre energía fisica y espiritual, sino que mortifica su
cos, pero produce
1
priv:acidne:rab:J:d:~ ~h:~d~~0J;~ 1'
cuerpo y arruina su esptriru. Por eso el trabajador sólo
22

tu~!ª ~~~s,d!'f:~mfdades ~abajador. Su~ti°J~~


se siente en si fuera del trabajo, y en el trabajo fuera
para el de si. Está en lo suyo 23 cuando no trabaja y cuando
el trabajo por máquinas, pero arro¡a un~ parte e. . trabaja no cst& en lo suyo. Su trabajo no es, así, volun-
. d a un trabajo bárbaro, y convierte .e? maqu1- tario, sino fon.ado, trabajo forzado . Por eso no es la sa-
trab a¡a
nas otra parte. Produce esp.{rºiru, pero origma estu·
a laores tisfacción de una necesidad, sino solamente un medio
.d cretinismo para el trabaiador. para satisfacer las necesidades fuera de.l trabajo. So ca-
p1 cz y l º6 . diala del traba;o y su producto es rácter extraño se evidencia claramente en el hecho de
La re ac1 n mme b. d producd6n
La relación del acau a a o con
d
la relación del trabadjaldodr y el ~~~to ed:la produccíó~
l . d
que tao pronto como no existe una coactjón ffsica o de
cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste.
la roducción misma es sólo una ~011secuenc1a e El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se ena-
esta . p relación y ¡0 confirma. Consideraremos más
Y conpnmera jena, es un trabajo de autos::icrificio, de ascetismo. En
tarde este otro aspecto. ál es Ja relación último término, para el trabajador se muestra la exterio-
Cuando preguntamos, por tanto, cu 1 1 ción entre ridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro,
esencial del trabajo, preguntamos por a te a gue no le pertenece; en que cuando está ea él no se
el trabajador Y la producclóii. - • t Ja pertenece a sí mismo, sino a otro. As! como en la reli-
ta ahora hemos considerado e1 extranam1en o, . gión Ja actividad propia de la fantasía humana, de la
en!f:~ación del trabajador, sólo end un nsJecto, tc~b~Í~ mente y del corazón humanos, actúa sobre d individuo
ta mente en su relación con el pro ucto o e e~' c{ resul~ independientemente de él, es decir, como una actividad
Pero e~ extraña~~~~tde nl~ ;!o:J:C~~~~~ d~~tro de Ja acti· extraña, divina o diabólica, ns! también .la actividad del

~~~~d s~:OdZc~~a misma. ¿Cclómo pod~í~d e1 ~~~~ª~i~


trabajador no es su propia actividad. Pertenece a otro,
es fa pérdida de sf mismo.
f con el producto e su acttv1 a De esto resulta que el hombre (el trabajador) sólo se
en rentnrs:_ . el acto mismo de la producción no
algo t;Xtrano s~ e~ a si mismo? El producto no es más
siente libre en sus funciones anÍIDales: en el comer, be-
ber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la
se hiciese ya a¡end 1 ctividnd de la producción. Por
q ue el resumen e ª n • · ·, 13 habitación y al atavío, y en cambio en sus funciones
. l roducto del trnbajo es la ena¡cnacion, . humanas se siente como animal. Lo animal se convierte
tanto, s_1 e !? ha de ser la enajenación nctiva, la ena· 1 f
prodl:'~c16d: ~~s~d~ividad; la actividnd de lo e.najenacih'ón.
en lo humano y lo humano en lo animal.
1
Comer, beber y engendrar, etc., son realmente también
¡enaa n - i· b"tO del producto del trab::t¡o no ace
En el extr:mam ~' · ·, la auténticas funciones humanas. Pero en la abstracción que
más que resumu . se . eJ extrañamicnro
. • • ' la cn:1¡cn:1c100 en las separa del ámbito restante de la accividad humana
ac~~~a~~cl c~~~i¿I~, m:~:~·ccs, la enajenación del tra- y las convierte en fin único y último son animales 2•.
Hemos considerado el acto de la enajenación de la ac-
ba~:ÍID~ramentc en que el trabajo es externo al trabaja-
tividad humana práctica, del trabajo, en dos aspectos:
1) la relación del trabajador con el producto del trabajo
dor, es decir, no pertenece a su ser; en que eo su como con un objeto ajeno y que lo domina. Esta relación

1
1 i!l Karl Marx Primer Mnnuscrito 111
es, al mismo tiempo, la hlnci6n con el mundo exterior naturaleza to~a su cuerpo inorgánico, tanto por ser
sensible, con los objetos naturales, como con un mundo (1) un medio .de sub~istencia .inmediato, como por
extraño pata él y que se le enfrenta con hostilidad; s~r (2) .la matena, el ob¡eto y el instrumento de su acti-
2) la relación del trabajo con el acto de la prodt1cci6n vidad vual. La naturaleza es el cuerpo inorgánico del
dentro del traba¡o. Esta relación es la relación del traba- hombre; la naturaleza, en cuanto ella misma, no es cuer-
jador con su propia actividad, como con una actividad po .humano. Que el hombre vive éle la naturaleza quiere
extraña, que no le pertenece, la acción como pasión, la decu que la naturaleza es su cuerpo, con el c:ual ha de
fuerza como impotencia, la generación como castración, ~antene;se en pr~so continuo para no morir. Que la
la propia energía física y espiritual del trabajador, su vida vida física y espm tual del hombre está ligada con la
personal (pues qué es la vida sino actividad) como una naturaleza no tiene otro sentido que el de que la natu-
actividad que no le pertenece, independiente de él, diri- raleza está ligada consigo misma, pues el hombre es una
gida contra él. La enaitmaci611 respecto de sí mismo como, parte de la naturaleza.
eo el primer caso, la enajenación respecto de la cosa. Como quiera que el trabajo enajenado (1) convierte
(XXIV) Aún hemos de extraer de las dos anteriores ª. la naturalez~ en algo ajeno al hombre, (2) Jo hace
una tercera determinación del traba¡o ena;enado. a¡~~ de sf. mJsmo, de su propia función activa, de su
El hombre es uo ser genérico no sólo porque en la actividad vital, también hoce del género algo ajeno al
teoría y en Ja práctica toma como objeto suyo el género, hombre; hace que para él In vida genérrca se convierta
tanto el suyo propio como el de las demás cosas, sino en m~dío de la vida. individual. En primer lugar hace
también, y esto no es más que otra expresión para lo extranas entre sf la vida genérica y la vida individual eo
mis¡no, porque se relaciona consigo mismo como el gé- segundo término convierte a la primera en abstracto' en
nero 11ctual, viviente, porque se relaciona consigo mismo fin de la última, igualmente en su form; extrañada y ~bs­
como un ser universal y por eso libre 25 • tracta.
La vida genérica,-tnnto en el hombi-e como en el ani- Pues, en primer término, el trabajo, la actividad vital
mal, consiste físicamente, en primer lugar, en que el la vida productiva misma, aparece ante el hombre s61~
hombre (como el animal) vive ele la naturaleza inorgá- como un medio pata Jn satisfacdón de un~ necesidad de
nica, y cuanto mils universal es el hombre que el animal, Ja necesidad de mantener la cxistencin física. La ~ida
tanto más universal es el ámbito de la naturaleza inorgá- productiva .es, sin embargo, In vida genérica. Es la vida
nica de la que vive. As! como las plantas, los animales, q ue crea vida. En la forma de la actividad vital reside
las piedras, el aire, la luz, etc., constituyen teóricamei:te el car~~ter d~do de una. cspc<;ie, su carácter genérico, y
una parte de la conciencia humana, en pare.e como ob¡e- Ja actividad libre, consciente, es el carácter genérico del
tos de la ciencia natural, en parte como ob¡etos del arte hombre. La vida misma aparece s6lo como medio de vida.
(su naturaleza inorgánica espiritual, Jos medios de sub- El animal es inmediatamente uno con su actividad
sistencia espiritual que él ha de preparar para el goce vital. No se distingue de elin. Es ella. El hombre hace
y asimilación). asf también con~ti.tuyen prácticame~te de su actividad vital misma objeto ele su voluntad y de
una parte de la vida y de la actividad humana. Física- su conciencia. Tiene actividad vital consciente. No es
mente el hombre vive sólo de estos productos naturales, ~a determinación con Ja que el hombre se funda inme-
aparezcan en forma de alimentación, calefacción, vestido, ~atamente. La actividad vital consciente distingue inme-
vivienda, etc. La univel'$olidad del hombre aparece en diatamente al hombre de la actividad vital nnimal. Jus-
la práctica justamente en la universalidad que hace de la tamente, y s61o por eUo, es él un ser genérico. O, dicho
112 KarJ l'vl.arx Primer Manuscrito
113
de otra forma sólo es ser consciente, es decir, sólo es
su propia vida' objeto para él, porque es un ser ge~e- ' enajenado, al arrancar al hombre el óbjeto de su produc-
rico. Sólo por ello es su actividad libre. El trabajo ena¡e- ción, le arranca su vida genérica, su real objetivjdad
nado invierte la relnción, de manera que el hombre, pre- genérica, y transforma su ventaja respecto del animal en
cisamente por ser Ün ser consciente, hace de su actividad desventaja, pues se ve privado de su cuerpo inorgánico,
vital, de su esencia, un simple medio para su existencia, de la naturaleza. Del mismo modo, al degradar la acti-
La producción práctica de un mundo ob¡etivo, la ela- vidad propia, la actividad libre, a la condición de medio,
boración de la naturaleza inorgánica, es la afirmación del
hombre como un ser gcn&íco consciente, es decir, la afu:-
'
1
hace el trabajo enajenado de la vida genérica del hombre
un medio para su existencia física.
mación de un ser que se relaciona con el género como Mediante la enajenación, fa conciencia del hombre que
1 el hombre tiene de su género se transforma, pues, de tal
con su propia esencia o que se rel.aciona consigo mismo ¡ manera que la vida genérica se convierte para él en
como ser genérico. Es cierto que también el animal ~ro­ simple medio.
duce. Se construye un nido, viviendas, como las abe¡as,
los castores, las hormigas, etc. Pero produce únicamente 1 El tr:abajo enajenado, por tanto:
lo que necesita inmediatamente partl sf o para su prole; 1 3) Hace del ser genérico del hombre, tanto de la na-
produce unilateralmente, mientras que el hombre produ- turaleza como de sus facultades espirituales genéricas, un
ce universalmente; produce únicamente por mandato de ser ajeno para él, un medio de existencia individual Hace
la necesidad ffsica inmediata, mientras que el hombre extraños al hombre su propio cuerpo, la naturaleza fuera
produce incluso libre de la necesidad física y sólo pro- de éJ, su esencia espiritual, su esencia humana.
duce real.mente liberado de ella; el animal se produce
sólo a sí mismo mientras que el hombre reproduce la
4) Una consecuencia Jnmedfata del hecho de estru: ena-
jenado el hombre del producto de su trabajo, de su 'j
naturaleza enter~; el producto del animal pertenece in- actividad vital, de su ser: genérico, es la enajenación del
mediatamente a su cuerpo físico, mientras que el hombre
se enfrenta libremente a su producto. El animal forma
únicamente según la necesidad y la medida de la especie
a la que pertenece, Q:\Íentrns q~e cl ho'!1bre sabe pro-
ducir según fo medida de cualquier especie y ~abe siem-
pre imponer al objeto la medida que le es mhercnte;
hombre respecto del hombre. Si el hombre se cnftenta
consigo mismo, se enfrenta también al- otro. Lo que es
válido respecto de Ja fclaclón del hombre con su traba-
jo, con el ptoducto de su trabajo y consigo mismo, vale
también para la relación del hombre con el otro y con
el trabajo y el producto del trabajo del otro.
! l
.·1 ,
por ello el hombre crea también según las leyes de la En general, la a.6.rmnción de que el hombre está ena-
belleza. jenado de su ser genérico quiere decir que un hombre
Por eso precisamente es sólo en la elaboración del está enajenado del otro, como cada uno de ellos está
mundo objetivo en donde el hombre_ se afirma ~ealmenr_e enajenado de la esencia humana. ¡
como un ser genérico. Esta producc1ón es su vida gene- La enajenación del hombre y, en general, toda rela-
rica activa. Mediante ella aparece la naturaleza como su ción del hombre consigo mismo, sólo encuentra realiza-
obra y su realidad. El objeto del trabajo es por eso la ción y expresión verduderas en la relación en que el
objetivación de la vida ge11bica del hombre, pues éste hombre está con el otro.
se desdobla no sólo intelectualmente, como en la con- En la relación del trabajo enajenado, cada hombre con-
ciencia, sino activa y realmente, y se contempla a _si sidera, pues, a los demás según la medida y la relación
mismo en un mundo creado por él. Por esto el traba10 en la que él se encuentra consigo mismo en cuanto tra-
bajador.
114 Kacl M.'ltx Primer Manuscrito 115
(XXV) Hemos partido de un hecho económico, el ex· ción del hombre consigo mismo únicamente es para éJ
trafiamieoto entre el trabajador y su producción. Hemos objetiva y real a través de su relación con los otros hom·
expuesto el concepto de este hecho: el trabajo enajenado, bres. Si él, pues, se relaciona con el producto de su
extrañado. Hemos analizado este concepto, es decir, he· trabajo, con su trabajo objetivado, como con un objeto
mos analizado simplemente un hecho económico. poderoso, independiente de él, hostil, extraño, se está
Veamos ahora cómo ha de exponerse y representarse relacionando con él de forma que otro hombre indepen-
en la realidad el concepto del trabajo enajenado, ex- diente de él, poderoso, hostil, extrafio a él, es el dueño
trafiado. de este objeto. Si él se relaciona con su actividad como
Si el producto del trabajo me es ajeno, se me enfrenta con una actividad no libre, se está relacionando con ella
como un poder extrafio, entonces ¿a quién pertenece? como con la actividad al servicio de otro, bajo las órde-
Si mi propia actividad no me pertenece; si es una nes, la cumpulsión y el yugo de otro.
actividad ajena, forzada, ¿a quién pertenece entonces? Toda enajenación del hombre respecto de s{ mismo y
A un ser otro que yo. de la naturaleza epaxecc en la relación que él presume
¿Quién es ese ser? entre él, la naturaleza y los otros hombres distintos de
¿Los dioses? Cierto que en los primeros tiempos la él. Por eso la autoenajenación religiosa aparece necesaria·
producción principal, por ejemplo, la ronstrucción de tem- mente en la relación del laico con el sacerdote, o tam-
plos, etc., en Egipto, India, Méjico, aparece al servicio bién, puesto que aqu{ se trata del mundo intelectual, con
de los dioses, como también a los dioses pertenece el un mediador, etc. En el mundo práctico, real, el extraña-
producto. Pero los dioses por s{ solos no fueron nunca miento de s{ sólo puede manifestarse mediante la rela-
Jos dueños del trabajo. Aún menos de la naturaleza. Qué ción práctica, real, con los otros hombres. El medio
contradictorio seda que cuando más subyuga el hombre mismo por el que el cxtrafiamiento se opera es un medio
a la naturaleza mediante s\J trabajo, cuando más super- práctico. En consecuencia mediar¡te el trabajo enajenado
fluos vienen a resultar los milagros de los dioses en razón no sólo produce el hombre su relación con el objeto y
de los milagros de la industria, tuviese que renunciru:: con el acto de la propia producción como con pode-
el hombre, por runor de estos poderes, a la alegría de la res (") que Je son extraños y hostiles, sino también la
producción y al gocé del producto. relación en la que los otros hombres se encuentran cop
El ser extraño a] que pertenecen el trabajo y el pro- su producto y la relación en la que él está con estos
ducto del trabajo, a cuyo servicio está aquél y pata otros hombres. De lo misma manera que hace de su
cuyo placer sirve éste, solamente puede ser el hombre propia producción su desrcaliMción, su castigo; de su
mismo. propio producto su pérdida, un producto que no le per-
Si el producto del trabajo no pertenece al trabajador, tenece, y así también crea el dominio de quiea no pro-
si es frente a él un poder extraño, esto sólo es posible duce sobre In producción y el producto. Al eaajeaarse de
porque pertenece a otro hombre que no es el trabajador. su propia actividad posesioaa al extraño de la actividad
Si su actividad es para él dolor, ha de ser goce y alegría que no le es propia.
vital de otro. Ni los dioses, ni la naturaleza, sino sólo Hasta ahora hemos considerado Ja relación sólo desde
el bombee mismo, puede ser este poder extraño sobre los (") Sigo aqul d texto de MEGA, que dice Miichten, que es
hombres. d t<!rmino que empica uuobibi la edición Dietz. En la edición
Recuérdese la afirmación antes hecha de que Ja rela- de Hillman ge dice, por el ronuuio, Mmschen (hombres).
116 Karl Márx
' Primer Manuscrito 117
el lado del trabajador; la consideraremos más tarde tam-
bién desde el lado del no trabajador. · dad privada son idénticos, pues el salario que paga el
Asf pues meruante el traba;o ena;enado crea el traba- producto, el objeto del trabajo, el trabajo mismo, es s6lo
jador •la relación
• de este trabajo con un b omb
. re que esta' una consecuencia necesaria de la enajenación del trabajo;
fuera del trabajo y le es extraño. La relación del traba- en el salario el trabajo no aparece como un fin en sí,
jador con el trabajo engendra la relación de éste con el sino como un servidor del salario. Detallaremos esto
del capitalista o como quiera llamarse al patrono del más tarde. Limitándonos a extraer ahora algunas conse·
cuendas (XXVI).
trabajo. La propiedad privada es,_ pues, el p~uc~, el
resultado la consecuencia necesaria del traba10 ena1ena- Un alza forzada de los salarios, prescindiendo de todas
do• de la'relación externa del trabajador coa la naturaleza las demás di6cultades (prescindiendo de que, por tratarse
y consigo mismo. de una anomalía, sólo mediante la fuerza podría ser
Partiendo de la Economía P olítica hemos llegado, cier- mantenida), no se.ría, por tanto, más que una mejor re-
tamente, al concepto del traba;o ena;e11ado (de la vida muneraci6n de los esclavos, y no conquistaría, ni para el
enaienada) como resultado del m01Jimiento de la pro- trabajador, ni para el trabajo su vocación y su dignidad
humanas.
piedad privada. Pero el aniilisis de este concepto muestra
que aunque Ja propiedad privada apl\rece como funda- Incluso la igualdad de salarios, como pide Proudhon,
mento, como causa del trabajo enajenado, es más bien no hace más que transformar la relación del trabajador
una consecuencia del mismo, del mismo modo que los actual con su trabajo en la reJación de todos los hom-
dioses no son originariamente la causa, sino el efe:to de bres con el trabajo. La sociedad es comprendida enton-
la confusión del entendimiento humano. Esta relación se ces como capitalista abstracto.
transforma después eo uoa interacción recíproca. El salario es una consecuencia inm.:diata del trabajo
Sólo en e1 último punto culminante de su desarrollo enajenado y el trabajo enajenado es la causa inmediata
descubre la propiedad privada de nuevo su secreto, ~ de la propiedad privada. Al desaparecer un té(mino debe
decir, en primer lugar que e_s el producto de~ traba10 también, por esto, desopru:ecer el otro.
enajenado, y en segundo término q~e es el me4io poi; _el 2) De lo relación del trabajo enajenado con la propie-
cual el trabajo se enajena, la realtzaci611 de esta ena¡e- dad privada se sigue, además, que la emancipación de la
naci6n. • . sociedad de la propiedad privada, etc., de la servidumbre,
Este desarrollo ilumina al mismo tiempo diversas coli- se expresa en la forma política de la ema11cipaci6n de los
siones no resueltas hasta ahora. trabajadores, no como sl se tratase sólo de la emancipa-
1) La Economía Política parte del trabajo como del ción de éstos, sino porque su emancipación entraña la
alma verdadera de la producción y, sin embargo, no le emancipación humana general ; y esto es así porque toda
da nada al trabajo y todo a la propiedad privada. Par- la servidumbre humana está encerrada en la relación del
tiendo de esta contradicción ha fallado Proudhoo en favor trabajador con la produccióo, y todas las relaciones ser-
del trabajo y contra Ja propiedad privada. Nosotros, s_in viles son s61o modi6caciooes y consecuencias de esta re-
embargo, comprendemos, que esta. apar~nte contra~c­ lación.
ción es la contradicción del trabaw ena1enado consigo Así como mediante el an4lisis hemos encontrado el
mismo y que la Economía Politice simplemente ha ex- concepto de propiedad privada partiendo del concepto
presado las leyes de este trabajo enajenado. . . de trabajo enaienado, extrañado, así también podrán des-
Comprendemos también por esto que salarto y propre- arrollarse con ayuda de estos dos factores todas las cate-
gorías económicas y encontraremos en cada una de estas
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categorías, por ejemplo, el tráfico, la competencia, el el p~oducto de su traha¡o y con el no traba¡ador.' y la


capital, el dinero, solamente una expresi611 determinada, relación del no trabajador con el trabajador y co11 el
desarrollada, de aquellos primeros fundamentos. producto de su trabajo.
Antes de considerar esta estructuración, sin embargo, Si_ hemos visto,_pues, que respecto del trabajador, que
tratemos de resolver dos cuestiones. II!ed!~te el tr11b1110 se apropia de la naturaleza, la apro-
1) Determinar Ja· esencia general de la propiedad pri- p1acon ap~rece como enajenación, la acúvidad propia
vada, evidenciada como resultado del trabajo enajenado, como aCUVJdad para otro y de otro, la vitalidad como
en su relación con la propiedad verdaderamente humana bol~austo de _la vida, la producción del objeto como
y social. pérdida del obieto en f~vor de un poder extraño, consi-
2) Hemos aceptado el exlrafiamiento del trabajo, su deremos ahora la relación de este hombre extraño al
enajenación, como un hecho y hemos realizado este he- era.bajo y al trabajador con el trabajador, el trabajo y su
cho. Ahora nos preguntamos ¿cómo llega el hombre a objeto.
enajenar, a exlrafiar su trabajo? ¿Cómo se fundamenta Po~ de pronto,. hay que observar que todo lo qu~ en el
este extrafiamiento en la esencia de la evolución humana? traba1odor aparece co~o actividad de la enajenaci6n,
Tenemos ya mucho ganado para la solución de este pro- aparece en el no trabaiodor como estado de la enajena-
blema al haber transformado la cuesúón del origen de la ci6n, del extrafiamienlo.
propiedad privada en la cuestión de la relación del traba. En segundo_ término, que el comportamiento práctico,
¡o enajenado con el proceso evolutivo de la humanidad. real, del trnbo1ador en lo producción y respecto del pro-
Pues cuando se habla de propiedad privada se cree tener ducto_ (en cuanto estado de i{nimo) aparece en el · no
que habérselas con una cosa fuera del hombre. Cuando traba1ador a él enfrentado como comportamiento te6rico.
si" habla de trabajo nos las tenemos que haber inmedia- (~I) Tercero . El no trabajador hace contra el
tamente con el hombre mismo. Esta nueva formulación traba¡ador todo lo que éste hace conu:a sí mismo, pero
de la pregunta es ya incluso su solución. no hace contra sí lo que hace contra el trabajador 27 •
ad. 1) Esencia general de la propiedad privada y su Consideremos más detenidamente estos tres relaciones.
relaci6n con la propiedad verdaderamente humana.
El trabajo enajenado se nos ha resuelto en dos com-
ponentes que se condicionan recíprocamente o que soo
sólo dos expresiones. distintas de una misma relación.
La apropiación aparece como extrañamiento, como enaje-
naci6n y la enajcnoci6n como apropiaci6n, el extraña-
miento como la verdadera naturalización.
Hemos considerado un aspecto, el trabajo enajenado
en relación al trabajador mismo, es decir, la relación del
trabajo enajenado consigo mismo. Como producto, como
resultado necesario de esta relación hemos encontrado la
relacién de propiedad del no-trabajador con el trabajador
y con el trabajo. La propiedad privada como expresión
resumida, material, del trabajo enajenado abarca ambas
relnciones, la relación del trabaiador con el trabajo, con

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