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MAKARENKO (1888-1939), IDEOLOGÍA

ANTON SEMIONOVICH MAKARENKO, de origen Ucraniano, nace


en el año l888. Principalmente se dedicó a la re-educación de niños
y jóvenes delincuentes y desadaptados.
Propuso la escuela única hasta los diez años, fundamentada en la
"autoridad de la ayuda", que era la autoridad del grupo resultante de
la participación común en las decisiones.
Su tesis se basa en que la educación se va desarrollando
paulatinamente, mediante el esfuerzo y la disciplina “consciente”, y
cuyo objetivo es el ejercicio de una socialización eficaz y productiva.
El trabajo, al que él llama “colectivo”, es el medio más adecuado
para lograrla; sólo una sociedad que impone quehaceres
importantes y exige sacrificios en su realización, puede fomentar las
potencialidades de sus niños y jóvenes.
Makarenko afirma que no hay jóvenes malos o extraviados,
simplemente no han tenido un buen condicionamiento social.
Proveer ese buen condicionamiento es la tarea del educador, que
no se realiza sólo psicológicamente, sino introduciendo al joven en
una experiencia social verdadera.

La pedagogía de Makarenko se basa en la práctica y en la


experiencia, fundamentalmente. Su trabajo no fue fácil, en primer
lugar, por las condiciones y dificultades por las que atravesaba su
país, la guerra, la revolución, y en segundo lugar, por los jóvenes
con los que trabajó, pues muchos eran huérfanos, niños
abandonados y desadaptados y jóvenes delincuentes. Poseedor
de una gran experiencia como organizador y director de comunas
educativas, logró elaborar su propia teoría, concreta y real. Fue,
además, escritor y conferencista sobre temas pedagógicos, en
donde hace hincapié de su práctica en las comunas en la
educación, tanto familiar como escolar.
Fue un hombre controvertido, como lo fue en su época y lo sigue
siendo en la actualidad. A través de sus obras, se manifiesta como
un hombre de personalidad fría, cerebral y permanentemente
autocontrolada. Era un hombre poco afectivo, sin embargo, era muy
preocupado por los jóvenes, los conocía y ayudaba
psicológicamente, y éstos le tenían gran admiración.
Makarenko tiene una postura pedagógica muy innovadora, debido a
que está en desacuerdo con los teóricos de la pedagogía
coetáneos, pues no encuentra validez en sus técnicas, métodos e
instrumentos de las doctrinas educativas. Con una marcada
oposición, este pedagogo cita “la nueva pedagogía no nació de las
torturantes convulsiones de un intelecto de gabinete, si no de los
movimientos vivos de los hombres, de las tradiciones y reacciones
de una colectividad real, de las nuevas formas de amistad y
disciplina.” (La Cuestión Escolar)
“El trabajo y la creación a que Makarenko se dedicó
permanentemente fueron el trabajo y la creación educativa (La
Cuestión Escolar).
No acepta que la educación se estructure en torno a los intereses o
necesidades del niño, pues el énfasis está en la colectividad, y el rol
de la educación se basa en educar al niño en función de la
sociedad. La espontaneidad o iniciativa debe ser el fruto del trabajo
organizado, y de la responsabilidad y el deber frente a ese trabajo,
los cuales están por encima de los intereses espontáneos del niño
(los que se asocian al carácter bueno de la naturaleza del niño).
“Los educadores soviéticos no somos los ‘servidores de la
naturaleza’, sino sus maestros”. (La Cuestión Escolar, pág. 362).

La espontaneidad es socialmente perjudicial; no queda, pues, otra


opción que abandonarla. Para sustituir a ésta, se debe crear la
“disciplina consciente” y una organización bien estructurada de los
educadores, las cuales requieren la educación de la voluntad,
capacidad netamente necesaria para el avance de la comuna y la
sociedad.
Los objetivos que este pedagogo establece en la educación se
fundan en dos principios fundamentales:
a) Su confianza en la sociedad soviética. Convencido de que la
revolución de 1917 llevó a Rusia a la cumbre de la historia y supuso
el inicio de un nuevo orden en las relaciones humanas y en la
moral, y de que la juventud rusa se convirtió en ‘un fenómeno
mundial incomparable a cualquier otro’”. (La Cuestión Escolar, pág.
365). Estaba orgulloso de pertenecer a la Unión
Soviética, y esto lo impulsaba a seguir con su proyecto
apasionadamente.

b) Su fe en las posibilidades de la educación.


“Makarenko orienta su pedagogía a la formación de hombres
capaces, a su vez, de ser también constructores activos del
comunismo... Cuando comenzó su trabajo en la colonia Gorki, se
notaba carente de técnicas e instrumentos pedagógicos; sólo tenía
claro que debía tener una pedagogía comunista, pero su
militancia comunista fue su punto para comenzar. “La praxis le
suministró después técnicas e instrumentos, le dio conocimientos
pedagógicos”. “Su pedagogía no podía ser sino una pedagogía
comunista”.

Makarenko tenía tal confianza en el comunismo como el remedio de


todos los fracasos, que planteaba que una persona con una vida
comunista puede resolver todos sus problemas sin dificultades, a
condición de no olvidar en la sociedad que está y hacia dónde debe
dirigir sus esfuerzos, pues es un miembro de una sociedad,
ciudadano de su país y participante de una construcción socialista.
Y es en este punto en donde el pedagogo enfoca su éxito: en la
formación educativa de esa persona, pues el elemento
determinante del triunfo de la educación se basa “en que los padres
cumplan activa, constantemente y en conciencia con su deber
cívico hacia la sociedad soviética” (La Cuestión Escolar).
De esta manera, no será posible el fracaso, pues basta con guiarse
con
el procedimiento de principios generales de la vida y la moral
soviética. Este autor, plantea su trabajo como una gran
responsabilidad social, en donde no hay lugar para equivocaciones:
se debe lograr éxito y precisión.
Para obtener un “producto” tan refinado, Makarenko necesita planes
o proyectos de trabajo previos que determinen el resultado final
exacto. Es en este punto, en donde el pedagogo da sentido a la
“educación activa”: fijarse una meta y poner los medios que sean
necesarios para alcanzarla. Él tiene muy claras las cualidades
precisas que desea formar en un hombre, y para eso, debe
encontrar los medios para conseguir la meta, la cual nunca pierde
de vista, pues debe ver el modelo, el ideal al que desea alcanzar.
Su ideal es “convertir a los niños bajo su cargo en ‘constructores
activos y conscientes del comunismo’, el de hacer de cada individuo
un miembro activo de su época y su sociedad, el de formar
individuos que se conviertan en constructores y fortalecedores del
Estado proletario; lo que Makarenko pretende, en definitiva, es
hacer de cada alumno un comunista activo y consciente…”. (La
Cuestión Escolar).

Educar, para Makarenko, es introducir a los estudiantes en


perspectivas
precisas, comunistas, y que deben profundizarse a medida que
éstos maduran y
son más conscientes.
Lo que se espera conseguir de la educación es un pilar activo,
decidido, sin dudas a la causa comunista y esto, a través de la
formación de ciudadanos genuina y completamente comunistas,
adjudicados de todas aquellas características que la sociedad
comunista demanda en ellos.
Para Makarenko la educación es ante todo un desarrollo social, y
es por esta razón que el hombre soviético no podía ser educado
bajo la influencia de sólo una persona; la esencia de la educación
del niño está en la organización de la vida de éste en el ejemplo que
se le brinda con la vida personal y social. Dicha organización tiene
en este pedagogo el nombre de “colectivo”, y es ésto lo que
constituye la esencia misma de su método educativo.
Makarenko tiene la visión de que el niño debe educarse en el
colectivo por dos razones: “en primer lugar, porque sólo la
experiencia colectiva puede desarrollar una necesidad moralmente
válida, y, en segundo lugar, porque sólo a través del colectivismo
podía formarse el hombre comunista”. (La Cuestión Escolar). De
esta manera, el pedagogo hace un contraste con el individualismo,
pues el colectivismo representa la “solidaridad del hombre con la
sociedad”.
Makarenko citó: “Mi mundo es el de la creación organizada del
hombre. Un
mundo de rigurosa lógica leninista.” Consideró a su colectivo un
método de gran
logro educativo y eficazmente terapéutico.

Cuatro horas de fábrica, cinco de escuela.


La tradición marxista defiende el trabajo como elemento básico,
como el componente esencial para la educación; el trabajo es un
bienestar para el hombre tanto, como para asegurar su calidad de
vida, tras dedicarse un tiempo a la agricultura. Después, pasó a ser
netamente industrial, los productos eran exportados al extranjero.
Makarenko recomienda a los padres que inculquen a los hijos que
realicen cosas que no les guste y que les tengan poca importancia,
para que busquen trabajo para su utilidad; pero los niños que
llegaban a la colonia de Makarenko eran niños que no tuvieron
padres que les educaran de esa manera, por lo tanto, éstos
presentaban oposición al momento de trabajar, hecho que no
duraba mucho con la lógica implacable que sus propios
compañeros les refutaban.
La educación tiene que estar al servicio del trabajo. El trabajo debe
presentarse como un valor en el individuo, por lo tanto, la educación
es un proceso mediante el cual, cualquier persona llega a valorar
tanto la enseñanza como el trabajo. El trabajo, más particularmente
el trabajo manual es aceptado y ejecutado positivamente por todos.
La escuela era definida como una colectividad con una meta
común, la que era producida por una moralidad comunista,
naciendo de la escuela un sistema bien determinado que
denominaba Régimen, que conduce al desarrollo de la disciplina.
La individualidad del niño, las diferencias individuales fueron
rechazadas. El niño debía ser absorbido en la colectividad de la
escuela. El hombre es producto de la experiencia.

Hombre: “no es sólo el deseo y su satisfacción, sino que es también


el deseo y la abstención, el deseo y la renuncia simultánea. Si el
niño se habitúa a realizar sus deseos sin ponerles nunca freno,
nunca tendrá fuerza de voluntad” (La Cuestión Escolar).
Si bien, el hombre se destaca por soñar con más de lo que puede
alcanzar, en la teoría de Makarenko el hombre, para ser realista,
debe tener un freno en sus expectativas, algo que lo haga ver su
propia realidad y lo que de verdad se está viviendo en ese tiempo.
Este pensamiento se debe a que Makarenko basó su ideología en
lo que estaba viviendo en su momento, en toda la desgracia que
vivió gracias a la Unión Soviética; las clases sociales bien marcadas
por el lado económico sin ningún tipo de nivelación y sin ninguna
posibilidad de surgir a través del esfuerzo, ya que el deseo bloquea
lo que de verdad se puede obtener
dejando de lado la fuerza de voluntad a la hora de moldear al niño.
La pedagogía de Makarenko se basa en la práctica y en la
experiencia. Esto fue lo único que le ayudó a solucionar los
problemas reales que se vivían en la colonia GORKI. Debido a las
características con las que los niños llegaban a la colonia,
Makarenko afirmó que el niño no es bueno ni malo por naturaleza,
sino que es la educación la que decide este aspecto en última
instancia.
Para solucionar los problemas que se vivían en la colonia,
Makarenko basó su pedagogía en dos puntos principales: la
creación de la conciencia de grupo y el trabajo productivo.

Para crear la conciencia de grupo, tuvo la idea de dividir a los niños


en pequeños grupos estables de 4 ó 5 niños, entre los cuales había
un responsable.
Esto permitía que se creara un grupo consolidado, que favorecía la
re-educación
de los niños.
“Cuando educo a un hombre debo saber precisamente lo que saldrá
de mis
manos. Quiero responder de mi producción y de la de mis
colaboradores, de los
futuros ingenieros y maestros, de toda esta organización, de los
aviadores,
estudiantes y pedagogos. De toda esta producción respondo yo.”
(La Cuestión
Escolar)

Makarenko tenía una convicción tan fuerte de perfección, que al


tener que crear, moldear o enseñar, vertía la responsabilidad
completa sobre él mismo, pues el educar o instruir a alguien no era
una tarea sencilla, por el simple hecho de que la ideología de
igualdad y perfección que tenían de sociedad, tenía que empezar
por el individuo más pequeño. Además, para Makarenko la
educación es una obra social, es decir, una obra que define su
metodología para ver si era efectiva.
El producto, como Makarenko lo llama, debe ser perfecto para
demostrar una sociedad perfecta, no puede haber fallas, por el
simple hecho de que representan el objetivo de la ideología
completa.

Sociedad: “Quisiera decir a todos y repetirlo incansablemente, que


estoy orgulloso de ser ciudadano de la Unión Soviética. Esta
afirmación, por
común y banal que en apariencia sea, llena cada día mi existencia
de una alegría
nueva. Ella impulsa mi pensamiento, mi voluntad y mis sentimientos
a dejarse
penetrar por nuestras perspectivas de futuro, me invita a lanzarme
apasionadamente a llevarlas a cabo y a arrastrar conmigo a otros;
deseo trabajar,
crear; deseo ardientemente consagrarme a hacer realidad nuestras
fabulosas e
insospechadas posibilidades.” (La Cuestión Escolar, 369)

Para Makarenko su ideología y modelo de sociedad perfecta


tenía ciertas
características, tales como:
1. El Estado tiene la obligación de dirigir la vida de las personas. La
familia no debe ser la encargada.
2. La educación no está al servicio de la individualidad, sino
pensada para la colectividad, la persona al servicio del bien común
(Bien Común Producto de una sociedad sin clases, donde las
personas contribuyen lo más que pueden).
3. La educación tiene que estar al servicio del trabajo. El trabajo
debe presentarse como un valor en el individuo, por lo tanto, la
educación es un proceso mediante en cualquier persona llega a
valorar tanto la enseñanza como el trabajo. El trabajo, más
particularmente el trabajo manual es aceptado y ejecutado
positivamente por todos.
4. Disciplina militar, ya que existía la agrupación por destacamento,
la vestimenta a través de uniforme, número igual de niñas y niños.
Las relaciones eran distantes al dar un anuncio de cambio. Este
enfoque fue ideado por Makarenko mediante el método de “Ensayo
y Error”, lo que tuvo sus orígenes a partir de los desórdenes civiles.
5. La escuela era definida como una colectividad con una meta
común, la que era producida por una moralidad comunista,
naciendo de la escuela un sistema bien determinado que
denominaba “Régimen”, que conduce al desarrollo de la disciplina.
6. El castigo era ejerciendo presión grupal y haciendo a los niños
participar en tareas conductistas, lo que dio paso al fomento del
desarrollo moral. Esta era la tradición colectivista o régimen, que
actúa como reforzamiento positivo en la conducta infantil.
7. La individualidad del niño, las diferencias individuales fueron
rechazadas. El niño debía ser absorbido en la colectividad de la
escuela. El hombre es producto de la experiencia.
Tal era su fe en su ideología y metodología, que lo creía como una
enfermedad para los que no la entendían, pero al mismo tiempo una
cura para aquellos que la ansiaban más que una metodología, un
sueño con que se llevara a la práctica en su sociedad.

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