ANTON SEMIONOVICH MAKARENKO, de origen Ucraniano, nace
en el año l888. Principalmente se dedicó a la re-educación de niños y jóvenes delincuentes y desadaptados. Propuso la escuela única hasta los diez años, fundamentada en la "autoridad de la ayuda", que era la autoridad del grupo resultante de la participación común en las decisiones. Su tesis se basa en que la educación se va desarrollando paulatinamente, mediante el esfuerzo y la disciplina “consciente”, y cuyo objetivo es el ejercicio de una socialización eficaz y productiva. El trabajo, al que él llama “colectivo”, es el medio más adecuado para lograrla; sólo una sociedad que impone quehaceres importantes y exige sacrificios en su realización, puede fomentar las potencialidades de sus niños y jóvenes. Makarenko afirma que no hay jóvenes malos o extraviados, simplemente no han tenido un buen condicionamiento social. Proveer ese buen condicionamiento es la tarea del educador, que no se realiza sólo psicológicamente, sino introduciendo al joven en una experiencia social verdadera.
La pedagogía de Makarenko se basa en la práctica y en la
experiencia, fundamentalmente. Su trabajo no fue fácil, en primer lugar, por las condiciones y dificultades por las que atravesaba su país, la guerra, la revolución, y en segundo lugar, por los jóvenes con los que trabajó, pues muchos eran huérfanos, niños abandonados y desadaptados y jóvenes delincuentes. Poseedor de una gran experiencia como organizador y director de comunas educativas, logró elaborar su propia teoría, concreta y real. Fue, además, escritor y conferencista sobre temas pedagógicos, en donde hace hincapié de su práctica en las comunas en la educación, tanto familiar como escolar. Fue un hombre controvertido, como lo fue en su época y lo sigue siendo en la actualidad. A través de sus obras, se manifiesta como un hombre de personalidad fría, cerebral y permanentemente autocontrolada. Era un hombre poco afectivo, sin embargo, era muy preocupado por los jóvenes, los conocía y ayudaba psicológicamente, y éstos le tenían gran admiración. Makarenko tiene una postura pedagógica muy innovadora, debido a que está en desacuerdo con los teóricos de la pedagogía coetáneos, pues no encuentra validez en sus técnicas, métodos e instrumentos de las doctrinas educativas. Con una marcada oposición, este pedagogo cita “la nueva pedagogía no nació de las torturantes convulsiones de un intelecto de gabinete, si no de los movimientos vivos de los hombres, de las tradiciones y reacciones de una colectividad real, de las nuevas formas de amistad y disciplina.” (La Cuestión Escolar) “El trabajo y la creación a que Makarenko se dedicó permanentemente fueron el trabajo y la creación educativa (La Cuestión Escolar). No acepta que la educación se estructure en torno a los intereses o necesidades del niño, pues el énfasis está en la colectividad, y el rol de la educación se basa en educar al niño en función de la sociedad. La espontaneidad o iniciativa debe ser el fruto del trabajo organizado, y de la responsabilidad y el deber frente a ese trabajo, los cuales están por encima de los intereses espontáneos del niño (los que se asocian al carácter bueno de la naturaleza del niño). “Los educadores soviéticos no somos los ‘servidores de la naturaleza’, sino sus maestros”. (La Cuestión Escolar, pág. 362).
La espontaneidad es socialmente perjudicial; no queda, pues, otra
opción que abandonarla. Para sustituir a ésta, se debe crear la “disciplina consciente” y una organización bien estructurada de los educadores, las cuales requieren la educación de la voluntad, capacidad netamente necesaria para el avance de la comuna y la sociedad. Los objetivos que este pedagogo establece en la educación se fundan en dos principios fundamentales: a) Su confianza en la sociedad soviética. Convencido de que la revolución de 1917 llevó a Rusia a la cumbre de la historia y supuso el inicio de un nuevo orden en las relaciones humanas y en la moral, y de que la juventud rusa se convirtió en ‘un fenómeno mundial incomparable a cualquier otro’”. (La Cuestión Escolar, pág. 365). Estaba orgulloso de pertenecer a la Unión Soviética, y esto lo impulsaba a seguir con su proyecto apasionadamente.
b) Su fe en las posibilidades de la educación.
“Makarenko orienta su pedagogía a la formación de hombres capaces, a su vez, de ser también constructores activos del comunismo... Cuando comenzó su trabajo en la colonia Gorki, se notaba carente de técnicas e instrumentos pedagógicos; sólo tenía claro que debía tener una pedagogía comunista, pero su militancia comunista fue su punto para comenzar. “La praxis le suministró después técnicas e instrumentos, le dio conocimientos pedagógicos”. “Su pedagogía no podía ser sino una pedagogía comunista”.
Makarenko tenía tal confianza en el comunismo como el remedio de
todos los fracasos, que planteaba que una persona con una vida comunista puede resolver todos sus problemas sin dificultades, a condición de no olvidar en la sociedad que está y hacia dónde debe dirigir sus esfuerzos, pues es un miembro de una sociedad, ciudadano de su país y participante de una construcción socialista. Y es en este punto en donde el pedagogo enfoca su éxito: en la formación educativa de esa persona, pues el elemento determinante del triunfo de la educación se basa “en que los padres cumplan activa, constantemente y en conciencia con su deber cívico hacia la sociedad soviética” (La Cuestión Escolar). De esta manera, no será posible el fracaso, pues basta con guiarse con el procedimiento de principios generales de la vida y la moral soviética. Este autor, plantea su trabajo como una gran responsabilidad social, en donde no hay lugar para equivocaciones: se debe lograr éxito y precisión. Para obtener un “producto” tan refinado, Makarenko necesita planes o proyectos de trabajo previos que determinen el resultado final exacto. Es en este punto, en donde el pedagogo da sentido a la “educación activa”: fijarse una meta y poner los medios que sean necesarios para alcanzarla. Él tiene muy claras las cualidades precisas que desea formar en un hombre, y para eso, debe encontrar los medios para conseguir la meta, la cual nunca pierde de vista, pues debe ver el modelo, el ideal al que desea alcanzar. Su ideal es “convertir a los niños bajo su cargo en ‘constructores activos y conscientes del comunismo’, el de hacer de cada individuo un miembro activo de su época y su sociedad, el de formar individuos que se conviertan en constructores y fortalecedores del Estado proletario; lo que Makarenko pretende, en definitiva, es hacer de cada alumno un comunista activo y consciente…”. (La Cuestión Escolar).
Educar, para Makarenko, es introducir a los estudiantes en
perspectivas precisas, comunistas, y que deben profundizarse a medida que éstos maduran y son más conscientes. Lo que se espera conseguir de la educación es un pilar activo, decidido, sin dudas a la causa comunista y esto, a través de la formación de ciudadanos genuina y completamente comunistas, adjudicados de todas aquellas características que la sociedad comunista demanda en ellos. Para Makarenko la educación es ante todo un desarrollo social, y es por esta razón que el hombre soviético no podía ser educado bajo la influencia de sólo una persona; la esencia de la educación del niño está en la organización de la vida de éste en el ejemplo que se le brinda con la vida personal y social. Dicha organización tiene en este pedagogo el nombre de “colectivo”, y es ésto lo que constituye la esencia misma de su método educativo. Makarenko tiene la visión de que el niño debe educarse en el colectivo por dos razones: “en primer lugar, porque sólo la experiencia colectiva puede desarrollar una necesidad moralmente válida, y, en segundo lugar, porque sólo a través del colectivismo podía formarse el hombre comunista”. (La Cuestión Escolar). De esta manera, el pedagogo hace un contraste con el individualismo, pues el colectivismo representa la “solidaridad del hombre con la sociedad”. Makarenko citó: “Mi mundo es el de la creación organizada del hombre. Un mundo de rigurosa lógica leninista.” Consideró a su colectivo un método de gran logro educativo y eficazmente terapéutico.
Cuatro horas de fábrica, cinco de escuela.
La tradición marxista defiende el trabajo como elemento básico, como el componente esencial para la educación; el trabajo es un bienestar para el hombre tanto, como para asegurar su calidad de vida, tras dedicarse un tiempo a la agricultura. Después, pasó a ser netamente industrial, los productos eran exportados al extranjero. Makarenko recomienda a los padres que inculquen a los hijos que realicen cosas que no les guste y que les tengan poca importancia, para que busquen trabajo para su utilidad; pero los niños que llegaban a la colonia de Makarenko eran niños que no tuvieron padres que les educaran de esa manera, por lo tanto, éstos presentaban oposición al momento de trabajar, hecho que no duraba mucho con la lógica implacable que sus propios compañeros les refutaban. La educación tiene que estar al servicio del trabajo. El trabajo debe presentarse como un valor en el individuo, por lo tanto, la educación es un proceso mediante el cual, cualquier persona llega a valorar tanto la enseñanza como el trabajo. El trabajo, más particularmente el trabajo manual es aceptado y ejecutado positivamente por todos. La escuela era definida como una colectividad con una meta común, la que era producida por una moralidad comunista, naciendo de la escuela un sistema bien determinado que denominaba Régimen, que conduce al desarrollo de la disciplina. La individualidad del niño, las diferencias individuales fueron rechazadas. El niño debía ser absorbido en la colectividad de la escuela. El hombre es producto de la experiencia.
Hombre: “no es sólo el deseo y su satisfacción, sino que es también
el deseo y la abstención, el deseo y la renuncia simultánea. Si el niño se habitúa a realizar sus deseos sin ponerles nunca freno, nunca tendrá fuerza de voluntad” (La Cuestión Escolar). Si bien, el hombre se destaca por soñar con más de lo que puede alcanzar, en la teoría de Makarenko el hombre, para ser realista, debe tener un freno en sus expectativas, algo que lo haga ver su propia realidad y lo que de verdad se está viviendo en ese tiempo. Este pensamiento se debe a que Makarenko basó su ideología en lo que estaba viviendo en su momento, en toda la desgracia que vivió gracias a la Unión Soviética; las clases sociales bien marcadas por el lado económico sin ningún tipo de nivelación y sin ninguna posibilidad de surgir a través del esfuerzo, ya que el deseo bloquea lo que de verdad se puede obtener dejando de lado la fuerza de voluntad a la hora de moldear al niño. La pedagogía de Makarenko se basa en la práctica y en la experiencia. Esto fue lo único que le ayudó a solucionar los problemas reales que se vivían en la colonia GORKI. Debido a las características con las que los niños llegaban a la colonia, Makarenko afirmó que el niño no es bueno ni malo por naturaleza, sino que es la educación la que decide este aspecto en última instancia. Para solucionar los problemas que se vivían en la colonia, Makarenko basó su pedagogía en dos puntos principales: la creación de la conciencia de grupo y el trabajo productivo.
Para crear la conciencia de grupo, tuvo la idea de dividir a los niños
en pequeños grupos estables de 4 ó 5 niños, entre los cuales había un responsable. Esto permitía que se creara un grupo consolidado, que favorecía la re-educación de los niños. “Cuando educo a un hombre debo saber precisamente lo que saldrá de mis manos. Quiero responder de mi producción y de la de mis colaboradores, de los futuros ingenieros y maestros, de toda esta organización, de los aviadores, estudiantes y pedagogos. De toda esta producción respondo yo.” (La Cuestión Escolar)
Makarenko tenía una convicción tan fuerte de perfección, que al
tener que crear, moldear o enseñar, vertía la responsabilidad completa sobre él mismo, pues el educar o instruir a alguien no era una tarea sencilla, por el simple hecho de que la ideología de igualdad y perfección que tenían de sociedad, tenía que empezar por el individuo más pequeño. Además, para Makarenko la educación es una obra social, es decir, una obra que define su metodología para ver si era efectiva. El producto, como Makarenko lo llama, debe ser perfecto para demostrar una sociedad perfecta, no puede haber fallas, por el simple hecho de que representan el objetivo de la ideología completa.
Sociedad: “Quisiera decir a todos y repetirlo incansablemente, que
estoy orgulloso de ser ciudadano de la Unión Soviética. Esta afirmación, por común y banal que en apariencia sea, llena cada día mi existencia de una alegría nueva. Ella impulsa mi pensamiento, mi voluntad y mis sentimientos a dejarse penetrar por nuestras perspectivas de futuro, me invita a lanzarme apasionadamente a llevarlas a cabo y a arrastrar conmigo a otros; deseo trabajar, crear; deseo ardientemente consagrarme a hacer realidad nuestras fabulosas e insospechadas posibilidades.” (La Cuestión Escolar, 369)
Para Makarenko su ideología y modelo de sociedad perfecta
tenía ciertas características, tales como: 1. El Estado tiene la obligación de dirigir la vida de las personas. La familia no debe ser la encargada. 2. La educación no está al servicio de la individualidad, sino pensada para la colectividad, la persona al servicio del bien común (Bien Común Producto de una sociedad sin clases, donde las personas contribuyen lo más que pueden). 3. La educación tiene que estar al servicio del trabajo. El trabajo debe presentarse como un valor en el individuo, por lo tanto, la educación es un proceso mediante en cualquier persona llega a valorar tanto la enseñanza como el trabajo. El trabajo, más particularmente el trabajo manual es aceptado y ejecutado positivamente por todos. 4. Disciplina militar, ya que existía la agrupación por destacamento, la vestimenta a través de uniforme, número igual de niñas y niños. Las relaciones eran distantes al dar un anuncio de cambio. Este enfoque fue ideado por Makarenko mediante el método de “Ensayo y Error”, lo que tuvo sus orígenes a partir de los desórdenes civiles. 5. La escuela era definida como una colectividad con una meta común, la que era producida por una moralidad comunista, naciendo de la escuela un sistema bien determinado que denominaba “Régimen”, que conduce al desarrollo de la disciplina. 6. El castigo era ejerciendo presión grupal y haciendo a los niños participar en tareas conductistas, lo que dio paso al fomento del desarrollo moral. Esta era la tradición colectivista o régimen, que actúa como reforzamiento positivo en la conducta infantil. 7. La individualidad del niño, las diferencias individuales fueron rechazadas. El niño debía ser absorbido en la colectividad de la escuela. El hombre es producto de la experiencia. Tal era su fe en su ideología y metodología, que lo creía como una enfermedad para los que no la entendían, pero al mismo tiempo una cura para aquellos que la ansiaban más que una metodología, un sueño con que se llevara a la práctica en su sociedad.