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Resumen
Ha sido de tremenda preocupación para la macroeconomía el estudio de la
influencia de las expectativas sobre el devenir de la economía en su conjunto y
para ello existen dos corrientes principales. Por un lado, se tiene las expectativas
congruentes con principios básicos del modelo Clásico, adaptativas y racionales,
que tienen como propósito mostrar que la economía es inherentemente estable, y
que los precios y sus proyecciones permiten estabilizar cualquier desequilibrio
real, de tal suerte, que la economía en el largo plazo alcanza sus niveles
naturales.
La otra corriente es la de las expectativas exógenas de Keynes (1936 y 1937) las
cuales muestran, por el contrario, que la que la economía lejos de ser estable se
enfrenta a cambios agregados de la confianza (Spirit animal) que resultan
caóticos y no necesariamente compatibles con condiciones de unicidad en el
equilibrio y pleno empleo, desde esta visión la expectativa es más
desestabilizadora y me permite pasar de un equilibrio a otro. Lo anterior descansa
en el principio de no ergodicidad propio de los eventos futuros de los cuales
tenemos información precaria e insuficiente.
El trabajo está dividido en cuatro secciones: las primeras dos muestran las
expectativas adaptativas y racionales, la tercera se muestra la expectativa de
Keynes y la última muestra las visiones Postkeynesianas de Shackle y Davidson.
Cada sección muestra el origen, cómo los individuos adquieren, procesan y usan
la información, su aplicación en los modelos macroeconómicos y sus críticas.
Finalmente se ofrecen unas conclusiones sobre el impacto de las expectativas
Clásicas en la enseñanza, investigación y manejos de política económica con
especial atención en las crisis financieras.
Palabras Clave: Historia del pensamiento macroeconómico, pensamiento
heterodoxo, Expectativas y fluctuaciones cíclicas. JEL: B220, B500, D840, E320
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En el contenido de algunos trabajos las expectativas adaptativas reciben nombres como teoría
de ajuste del error (Harris, 1993), expectativas históricas (Rosende, 2002), expectativas
extrapolativas (Argandoña, 1996).
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Recuerde que el subíndice marca el tiempo.
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No obstante, la condición de convergencia hacia el equilibrio necesita que la pendiente de la
curva de oferta sea más grande que la de demanda.
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Esta escuela se denomina monetarista debido a la revista The Economist quien aseguro que
“un monetarista es alguien que piensa que es más importante regular la cantidad de dinero en la
economía que utilizar otros instrumentos” (Froyen, 2009, p. 192). Y Snowdon y Vane (2005)
siguiendo la clasificación de James Tobin presentan a la Escuela de Chicago como marca I debido
a que este modelo tiene una extensión en la Nueva Macroeconomía Clásica por la explicación
monetaria del ciclo.
Donde:
: Renta permanente como Proxy de la riqueza, r: rendimientos de los activos
sustitutitos del dinero como bonos(B), acciones(A) y bienes durables (D), :
Valorización nominal de activos o bienes durables (Es igual que ) y u: los gustos
por tenencia de activos.
De allí, se tiene que el dinero se demanda como cualquier otra mercancía dentro
del esquema de maximización de la teoría del consumidor basado en las
preferencias de los individuos en la composición del portafolio y restringido por el
monto de la riqueza o en su defecto el ingreso permanente. Así, los monetaristas
se distancian de las ideas keynesianas sobre los motivos de demanda de dinero.
Luego de especificar la función de demanda de dinero Friedman decide
simplificarla mencionando que empírica y teóricamente los rendimientos de los
activos sustitutos no explican la variabilidad de , por lo que la función (5)
queda reducida a , de suerte que la demanda de dinero depende
netamente del ingreso nominal permanente, el cual cree Friedman es aquel que
los individuos pueden proyectan recibir a lo largo de su vida en promedio,
reconociendo que los ingresos sufren fluctuaciones cíclicas pero tienen una
trayectoria tendencial de largo plazo679, así la identidad (6) muestra que el
producto corriente puede descomponerse en su componente permanente y
transitorio:
Con las dos transformaciones hechas anteriormente Friedman se asegura de la
estabilidad de la demanda de dinero ya que k ya no depende de la fluctuación de
los rendimientos financieros y el ingreso nominal depende de sus componentes
tendenciales y no cíclicos. Basándose en la ecuación de Cambridge, y
suponiendo que tenemos que una teoría del ingreso nominal donde el dinero tiene
un impacto directo sobre el producto nominal.
La condición (7) parece ser una herramienta teórica adecuada pero presenta un
inconveniente práctico y es que no existen datos sobre el ingreso permanente.
Para solucionar esto Friedman recurre a una variable proxy que es el ingreso
anticipado o esperado que se construye sobre la teoría de las expectativas
adaptativas así:
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El ingreso permanente en Friedman sustituye a la riqueza como variable que define la
restricción suponiendo que esta última es el rendimiento por periodo de la riqueza existente
. Siendo w la proyección de ingresos futuros de cada uno de los agentes traído a valor
presente de acuerdo a una tasa de descuento, se tiene que el ingreso permanente es la parte del
ingreso que el individuo podría consumirse sin reducir la riqueza . Entonces, sí cambia,
por el ciclo, el ingreso por encima del promedio la riqueza cambia pero menos que proporcional
pues depende de ese y otros ingresos proyectados en el futuro, de allí que el ingreso permanente
sea más estable que el ingreso corriente pues el primero es una proporción de w.
Así las anticipaciones del ingreso (precio) futuro estarán determinadas por los
ingresos (precios) efectivos del pasado, y si el ingreso corriente cambiara
súbitamente esto afectará muy poco el ingreso esperado dado que este depende
de ese valor y todos los anteriores ajustado por el coeficiente β, en otras palabras,
los valores permanentes tiene una buena proxy en los esperados por su grado de
estabilidad y posibilidad de cálculo. Entonces Friedman pudo estimar sus
funciones de demanda y velocidad reemplazando (9 y 10):
,
Como se mostró antes el papel de las expectativas es funcionar como proxy del
ingreso permanente y garantizar, en este caso, que las decisiones de consumo
dependan de análisis intertemporales que permiten a los agentes tomar sus
decisiones de consumo con base en los ingresos esperados a lo largo de la vida
calculado como el promedio ponderado de los errores de pronóstico del pasado.
El resultado más significativo de la Teoría del Consumo Permanente es que un
cambio de la política fiscal genera un cambio transitorio de la renta, lo que tiene
efectos poco importantes en las decisiones de consumo de las personas y por
ende, le resta toda importancia a las políticas anticíclicas de demanda de corte
keynesiano (Vane y Snowdon, 2005).
Adicionalmente, uno de los temas donde más impacto ha generado la TEA en la
Escuela Monetarista ha sido la Curva de Phillips y la Oferta Agregada. La curva
de Phillips. Este trabajo permitió a los Keynesianos ortodoxos conectar la teoría
del empleo y la producción con la teoría de la determinación de salarios, precios e
inflación, en otras palabras, descomponer los cambios monetarios en efectos
reales y nominales. Según Lipsey (1960) y Hansen (1970) el trade off entre
inflación de salarios nominales y desempleo se presenta por: i) una relación
positiva entre la tasa de crecimiento de los salarios y el exceso de demanda de
trabajo y ii) una relación no lineal entre el exceso de demanda de trabajo y el
desempleo (Bajo, 2000).
Así pues, la Curva de Phillips fue interpretada por muchos Keynesianos
ortodoxosos como un trade off de largo plazo entre inflación y desempleo para la
política monetaria. La crítica de esta percepción es levantada por Phelps y
Friedman quienes dicen, por el contrario, que el salario no es independiente de la
determinación de los precios (Vane y Snowdon, 2005).
Friedman introduce tres modificaciones sustanciales a la Curva de Phillips original
de 1958; por un lado, los ajustes del mercado de trabajo se producen por cambios
en los salarios reales y no nominales, teniendo en cuenta que los trabajadores
Pero los trabajadores perciben que el salario real baja, corrigen la expectativa, por
ende piden aumentos salariales lo que reduce el exceso de demanda,
conduciendo a una nueva Curva de Phillips que introduce los cambios de
expectativas:
.
Entonces el trabajo de Friedman reconcilio la posición Clásica de neutralidad del
dinero en el largo plazo con sus efectos reales en el corto plazo. Cualquier
desequilibrio transitorio provocado por cambios no anticipados de la cantidad de
dinero tiene efectos reales, por lo que el corto plazo así definido consiste en
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Parece un tanto confuso este aspecto pues los monetaristas querían destruir el argumento
keynesiano, no obstante, descubrieron que el dinero era no neutro. Pero la diferencia radica en
que los keynesianos creen que el dinero puede ser un mecanismo para restaurar el pleno empleo
y para los monetaristas este actúa como distorsionante y generado de los ciclos.
Como se había mencionado para este modelo antes la demanda depende de los
precios corrientes mientras que la oferta se supone depende de lo que los
empresarios esperan en (t-1) sobre los precios y que es una variable
estocástica que afecta la oferta como el clima o una plaga. (Heijdra y Van Der
Ploeg, 2002). El ejemplo anterior nos suministra una explicación detallada del
conjunto de información de los empresarios:
La ecuación 28 dice que “la expectativa subjetiva sobre el nivel de precio formada
por los agentes en el periodo (t-1) coincide con la expectativa objetiva de
dado el conjunto de información (Heijdra y Van Der Ploeg, 2002, p. 63). Así
que la expectativa individual o subjetiva termina equiparándose con el resultado
sugerido como correcto por la teoría de forma objetiva 681. En ese sentido, “Muth
iguala esencialmente dos conceptos diferentes; las expectativas psicológicas
subjetivas, que los agentes económicos poseen de las variables económicas, con
la esperanza matemática condicionada de esas variables. O […] las expectativas
subjetivas de la gente son, en promedio, iguales a los valores verdaderos de las
variables [según la teoría]” (Sheffrin, 1983, p.20).
Adicionalmente, racionalidad es sinónimo de decisión óptima y ello a su vez es
equivalente a equilibrio de mercado tal cual se mencionó en el ejemplo propuesto
por Heijdra y Van Der Ploeg.
Así pues, las expectativas racionales no son sinónimo de predicciones perfectas
pues existe la posibilidad de no tener una información completa y perfecta,
ejemplo de ello es la parábola de las islas de Lucas. No obstante, dichos errores
cometidos serán incorporados dentro del conjunto de información para que no se
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Según Vane y Snowdon (2005) la probabilidad objetiva sucede cuando los agentes creen que
el pasado es estadísticamente confiable para guiar el futuro, y probabilidad subjetiva es cuando
las probabilidades y proyecciones individuales dominan los resultados globales. La expectativa
racional son un ejemplo donde confluye la probabilidad subjetiva con la objetiva
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De allí que una prenda de garantía de la mencionada credibilidad que garantiza estabilidad
nominal y real es la puesta en escena de un Banco Central Independiente (BCI), pues muestra la
importancia de las instituciones y las reglas para mantener la estabilidad de precios por medio de
una discrecionalidad restringida por el objetivo implícito anti inflacionario actuando como un
dispositivo de precompromiso. La idea de la BCI actúa como un bono de credibilidad que permite
realizar políticas de desinflación sin una tasa de sacrificio grande (Snowdon y Vane, 2005).
Por otro lado, las teorías del salario de eficiencia muestran que las empresas
suelen pagar un salario real por encima del compatible con el equilibrio en el
mercado de trabajo por problemas de selección adversa, costos en la rotación de
nómina o deterioro en el ambiente laboral que redunda en fluctuaciones de la
productividad. Lo anterior se da porque los costos de reducción de los salarios
exacerban los problemas mencionados superando las ganancia de ajuste salarial,
de tal suerte que lo que a nivel de la firma es válido termina generando
desempleo a nivel macroeconómico).
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No todos los modelos de NMK incorporaron la TER dada su ambigüedad teórica y empírica
(Snowdon y Vane, 2005)
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Este concepto en finanzas se conoce como tasa interna de retorno.
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Para ver a profundidad este aspecto consultar Gaviria 2007.