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Verdad y Perspecti

Ortega comienza respondiendo a la acusación de que él es “solamente un espectador”. Al respecto,


destáquese lo siguiente: “la vida española nos obliga, queramos o no, a la acción política. El
inmediato porvenir, tiempo de sociales hervores, nos forjará a ella con mayor violencia.
Precisamente por eso yo necesito acotar «una parte de mí mismo para la contemplación. Y" esto
que me acontece, acontece a todos.”. Desde este breve fragmento, podemos entender que Ortega se
refiere subliminalmente a su doctrina sociológica presentada en El Hombre y la Gente, donde define la
vida del hombre en dos procesos posibles: ensimismamiento o alteración. La alteración es, según ortega,
lo que caracteriza la sociedad en la que vivió, esto es, la sociedad política y su acción. La alteración, en
tanto es la condición del vivir hacia fuera, preso de los estímulos y las respuestas instintivas a ellos,
significa poner en peligro la propia humanidad. Ejemplos de esto lo son los movimientos totalitarios que
devinieron en atrocidades, entre ellos, el fascismo italiano y español, el nacional socialismo y el régimen
soviético. Para Ortega, la exigencia es ensimismarse, esto es, replegarse sobre sí para no vivir en un
puro exterior, sino vivir meditando el exterior para acercarse a él con un plan de acción.

Definición de política: “teoría supeditada a la utilidad”, “pensamiento de lo útil”.

El presente está penetrado por una filosofía pragmatista, una cultura de medios, que reduce el
pensamiento a su eventual utilidad sobre un escenario.

Clase – 12/07

La idea de perspectiva.

El Espectador contempla, teoriza, busca la verdad, busca la postrimería, esto es, frente a los medios, se
interesa por los fines. Esta es la actitud contraria de la que se exige en la política de su tiempo, penetrada
por la búsqueda de los medios, del útil

Espíritu -> Dimensión cultivada del hombre. La política es una actividad espiritual secundaria.

Mentira no es lo mismo que falsedad y error.

La política es el imperio de la mentira en tanto se supedita la verdad a lo útil.

Ortega pone en conexión la verdad con la veracidad. La veracidad significa, en este fragmento, la
búsqueda de la verdad.

El ser de las cosas se le da a un alma especular y serena. El sentido de especular aquí significa ver, esto
es, ver el ser de las cosas. Sereno quiere decir en un alma cuya sentimentalidad y/o afectividad no esté
perturbada por emociones que no llevan hacia el ser de las cosas.

Distinción entre la vida en tanto espontaneidad (pre-reflexiva) y la vida en tanto pensamiento del
pensamiento, teórica y especulativa.

El espectador se opone a las dos posiciones dominantes: escepticismo y racionalismo. El primero afirma
que el único punto de vista es el individual, que no admite como verdadero, negando así la posibilidad de
verdad. El segundo apunta a la búsqueda de un punto supraindividual.

Ortega no admite ninguna de las dos actitudes anteriores por negar la falsedad del punto individual. En
efecto, admite y valora el punto individual como punto de partida epistemológico. El español continúa
citando a Leibniz (Ir a la Teodicea, parágrafo 147; Monadología, parágrafo 57).

Ortega procede a presentar la perspectiva primaria de la vida, esto es, la perspectiva vital. La perspectiva
está configurada por distintos elementos o distintas dimensiones: retina, corazón, visión, intelecto y
valoración. En primer lugar, estarían los sentidos corporales, resumidos en retina y visión. En segundo
lugar, la dimensión sentimental, que marca las tendencias afectivas del hombre (corazón). En cuarto
lugar, tenemos la dimensión axiológica (al que Ortega nombra “estimativa”).

Se está tanto sensualmente como cordialmente en la realidad.

Luego, Ortega se traslada al plano de la perspectiva primaria, esto es, del teorizador, contemplador o
filósofo. En esta, todas las dimensiones de la perspectiva estarán regidas por una legalidad bastante
estricta, a la cual el hombre regular no está sometido.

Lo imaginario es una modalidad de la realidad.

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