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Este hombre fue el gran ejemplo de filósofo ya que simbolizó con su vida,
aquella que enseñaba:
“El que busca lo verdadero y lo hace sustancia de su vida conducida
con absoluta coherencia hasta la aceptación de la condena a muerte”1.
Esta sabiduría de Sócrates habla al hombre, del mismo modo que lo estudia,
pues, es un objeto accesible a la razón afirmando que la sabiduría que va a lo
divino es algo desconocido:
“Respecto a una sabiduría mayor… no sé cómo calificarla… porque yo
no conozco esa sabiduría”2
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Reale, G & Artíseri, D. (2000). Cap. IV Sócrates y los socráticos menores. Editorial San Pablo. Historia de la
Filosofía. p. 172. Bogotá-Librería San Pablo.
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Reale, G & Artíseri, D. (2000). Cap. IV Sócrates y los socráticos menores. Editorial San Pablo. Historia de la
Filosofía. p. 174. Bogotá-Librería San Pablo.
1.2 Respuesta del oráculo de Delfos y la tesis de Sócrates para
desmentirla
Y este quiere desmentirle buscando a los que él creía más sabios: políticos,
poetas y artesanos. Así que yendo a cada uno de estos descubre que se
creían sabios pero no lo eran, no sabían nada de lo que decían.
Entonces llega el punto en el que Sócrates acepta lo que dice el dios, pero
afirma que la sabiduría humana no es digna, o dicho de otra manera, el
hombre no es digno de la sabiduría; por eso él es el más sabio, porque
reconoce esto.
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Reale, G & Artíseri, D. (2000). Cap. IV Sócrates y los socráticos menores. Editorial San Pablo. Historia de la
Filosofía. p. 174. Bogotá-Librería San Pablo.
2. EL METODO DE SÓCRATES: IRONÍA-REFUTACIÓN Y
MAYÉUTICA
Mediante ironías y refutaciones hace que las ideas giren y no sean firmes,
haciendo dudar así a los que lo confrontaban.
Llegado el final del juicio llevado por los atenienses, Sócrates, de forma muy
audaz, compara la muerte y la maldad, señalando que la muerte lo ha
alcanzado por ser lento, pero la maldad, más veloz y ágil, ha atrapado a
aquellos que lo han condenado a muerte porque son perversos e injustos.
“Por no esperar un tiempo no largo, atenienses, vais a tener la fama y
la culpa, por parte de los que quieren difamar a la ciudad, de haber
matado a Sócrates, un sabio”4
También les predice que serán castigados, y este castigo, vendido como de
los dioses, lo darán sus discípulos pues sus ideas vivirán a través de ellos.
Sócrates hablando a aquellos que lo apoyaron, les refiere que siente que lo
sucedido es un bien no un mal. Pues dice, que pueden pasar dos cosas: que la
muerte le acabe las sensaciones y por consiguiente el sufrimiento, o que tras
la muerte hay una migración a un lugar donde se reúnen todos los difuntos,
así el gozaría de la compañía de personajes ilustres, a los cuales podría
examinar y estudiar sin riesgo de un juicio.
Así de cualquier forma es una ganancia, un bien.
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Reale, G & Artíseri, D. (2000). Cap. IV Sócrates y los socráticos menores. Editorial San Pablo. Historia de la
Filosofía. p. 183. Bogotá-Librería San Pablo.
4.1 El puesto que dios asignó a Sócrates: vivir filosofando
Analizando todos los pensamientos que se nos dan podemos concluir que el
pensamiento Socrático era un pensamiento que buscaba la verdad del
hombre, indagando al hombre mismo para que le diera esta verdad. También
vemos que la labor de Sócrates, según el mismo dijo en su juicio, era una
labor para el pueblo, es decir, en favor de los ciudadanos.