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De la sociedad política o civil

El entendimiento y el lenguaje hacen del hombre un ser sociable por esencia, siendo la
del hombre y la mujer, así como la del amo y siervo, los primeros tipos de sociedad
existentes.

La finalidad de la sociedad conyugal es la de procrear y propagar la especie, la cual


vemos que se cumple también, aunque de modo diverso según las especies, en las
criaturas inferiores. Los lazos conyugales son más firmes y duraderos en el hombre que
en el resto de las criaturas, sobre todo por su capacidad de previsión y su facultad de
prepararse para el futuro.

Locke se pregunta por qué el pacto conyugal, una vez cumplidas sus finalidades, no
puede ser cancelado, como sucede en otros casos, afirmando que pactos de este tipo no
están regulados por ley positiva que ordene que deban ser perpetuos. Por eso, si bien
reconoce que hombre y mujer tienen derecho a separarse, sin embargo piensa que, en
caso de separación, el gobierno, en lo referente a sus intereses y propiedades, debe
concederse al hombre, por ser éste el más capaz y el más fuerte, aunque ello no le da
poder sobre otros aspectos ni sobre la custodia de los hijos, que corresponderá a uno o
otra, según lo determine el contrato entre ambos.

En lo referente a la sociedad formada por el amo y el siervo, éste es un hombre libre y


depende de su amo por un cierto tiempo, el de la duración de su contrato, y a cambio de
un salario, cosa que no sucede en el caso del esclavo, pues el esclavo, capturado en
guerra justa, ha renunciado a su libertad y propiedades, no formando parte de la sociedad
civil, cuyo fin primordial es la preservación de la propiedad.

Ahora bien, cuando el hombre renuncia a su poder natural y lo entrega a la comunidad,


excluyendo todo juicio privado de cada hombre en particular, la comunidad viene a ser un
árbitro que decide, según normas y reglas establecidas, imparciales y aplicables a todos
por igual, y administradas por hombres a quienes la comunidad ha dado autoridad para
ejecutarlas. Se ha formado, en este caso, la sociedad política o civil.

Ese poder que radica en la sociedad política o civil es el que da origen al Estado, al cual
corresponde el poder de hacer las leyes, es decir, el poder legislativo, y
consecuentemente el poder ejecutivo, y por ello la posibilidad de hacer la guerra y la paz.
De aquí que la monarquía absoluta, equiparable al estado de naturaleza, sea,
ciertamente, incompatible con la sociedad civil, excluyendo todo tipo de gobierno civil, al
no existir la posibilidad de apelación a una autoridad común justa e imparcial.

Del origen de las sociedades políticas

Todos los hombres son libres por naturaleza, iguales e independientes, por lo que
ninguno puede ser sacado de esa condición y puesto bajo el poder político de otro sin su
consentimiento.
Cuando un grupo de hombres ha consentido formar una comunidad o gobierno, quedan
con ello incorporados en un cuerpo político en el que la mayoría tiene el derecho de
actuar y decidir en nombre de todos.

Por tanto, la voluntad y determinación de la mayoría, es decir, el consenso de la


comunidad, es el fundamento de toda ley, por lo cual cada miembro de esa comunidad
está obligado, por consentimiento, a someterse al parecer de la mayoría, ya que el acto
de la mayoría se toma como acto del pleno de la comunidad, tanto por ley de naturaleza
como por ley de razón. Y esto es lo único que puede dar origen a los gobiernos legales
del mundo.

Finalmente, Locke refuta dos objeciones a lo expuesto. Primera: que no se encuentran en


la historia ejemplos de agrupaciones de hombres independientes e iguales entre sí, que
se unieran para establecer un gobierno. Y segunda: que todos los hombres nacen ya bajo
un gobierno al que han de someterse, careciendo de libertad para formar otro nuevo.

De los fines de la sociedad política y del gobierno

A pesar de la libertad de que goza el hombre en estado de naturaleza, éste decide, sin
embargo, someterse, voluntariamente, a la voluntad y al gobierno de la mayoría, como
forma de conseguir seguridad en la defensa de su vida, sus libertades y sus posesiones,
ya que en el estado de naturaleza faltan los elementos que hacen posible esa seguridad:
una ley establecida, fija y conocida; un juez público e imparcial; un poder que respalde el
cumplimiento de las sentencias justas. En definitiva, el fin de la sociedad política y del
gobierno no es otro que el de lograr la paz, la seguridad y el bien del pueblo.

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