Sei sulla pagina 1di 15

Septiembre

22
Lección

12

 La Maravillosa Gracia, pág. 37


 Testimonios para Ministros, pág. 296
1
Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe;
1 probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis
a vosotros mismos, que Jesucristo está en
vosotros, a menos que estéis reprobados?
Así que, cada uno someta a prueba su propia
obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse
sólo respecto de sí mismo, y no en otro.
Todos los miembros de la iglesia, si son hijos e
hijas de Dios, pasarán por un proceso de
disciplina antes de poder ser luces en el
mundo. Dios no convertirá a los hombres y las
mujeres en conductos de luz, mientras estén en
EXAMINAOS A VOSOTROS MISMOS

las tinieblas y se conformen con permanecer en


ellas, sin hacer esfuerzos especiales para
relacionarse con la Fuente de la luz. Los que
sientan su propia necesidad y se inciten a sí
mismos a la reflexión más profunda y a la
oración y acción más fervientes y
perseverantes, recibirán ayuda divina. Cada
uno tiene mucho que desaprender respecto de
sí mismo, y también mucho que aprender. Debe
deshacerse de antiguas costumbres, y la
victoria se puede obtener únicamente mediante
empeñosas luchas para corregir estos errores y
la plena recepción de la verdad para poner en
práctica sus principios, por la gracia de Dios.
2 Corintios 13:5, Gálatas 6:4; Testimonios para la Iglesia, tomo 4, pág. 477
2
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no
2 para los hombres.
Bástate mi gracia; mi poder se perfecciona en la debilidad. Por
tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades,
para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor
a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades,
en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil,
entonces soy fuerte.
En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu,
sirviendo al Señor.
Los que se alistan en el ejército de Cristo también deben afrontar
un trabajo difícil, y con paciencia soportar dolorosas pruebas por
amor de Cristo. Pero los que sufren con él también reinarán con él.
¿Quién de nosotros ha entrado al servicio esperando las
ABNEGACIÓN Y PERSEVERANCIA

comodidades de la vida, estar de licencia cuando lo desea, dejar a


un lado la armadura de soldado para ponerse ropas de civil,
dormir en el puesto del deber y exponer así la causa de Dios al
vituperio? Los que gustan de la vida fácil no practicarán el
renunciamiento propio ni el sufrimiento paciente; y cuando se
necesiten hombres que intenten ataques poderosos en favor de
Dios, no estarán listos para responder: ‘Heme aquí, envíame a mí’.
Debe hacerse un trabajo duro y penoso, pero benditos son los que
están listos para hacerlo cuando los llamen por sus nombres.
Estamos ahora en el campo de batalla. No hay tiempo para
descansar, no hay tiempo para la comodidad; deben salir
conquistando y conquistar, y reuniendo fuerzas renovadas para
enfrentar nuevas luchas. Cada victoria ganada aumenta el valor, la
fe y la determinación.

Colosenses 3:23, 2 Corintios 12:9, 10, Romanos 12:11; Recibiréis Poder, pág. 347
3
Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de
3 3 Ninguno que milita se enreda en los negocios de
Jesucristo.
la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si
alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne,
los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene
del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos;
pero el que hace la voluntad de Dios permanece para
siempre.
La guerra contra nosotros mismos es la batalla más grande
que jamás se haya reñido. El rendirse a sí mismo, entregando
todo a la voluntad de Dios, requiere una lucha; más para que
el alma sea renovada en santidad, debe someterse antes a
ABNEGACIÓN Y PERSEVERANCIA

Dios.
Al consagrarnos a Dios, debemos necesariamente abandonar
todo aquello que nos separaría de Él. Por esto dice el
Salvador: ‘Así, pues, cada uno de vosotros que no renuncia a
todo cuanto posee, no puede ser mi discípulo.’ Debemos
renunciar a todo lo que aleje de Dios nuestro corazón. Las
riquezas son el ídolo de muchos. El amor al dinero y el deseo
de acumular fortunas constituyen la cadena de oro que los
tiene sujetos a Satanás. Otros adoran la reputación y los
honores del mundo. Una vida de comodidad egoísta, libre de
responsabilidad, es el ídolo de otros. Pero estos lazos de
servidumbre deben romperse. No podemos consagrar una
parte de nuestro corazón al Señor, y la otra al mundo. No
somos hijos de Dios a menos que lo seamos enteramente.

2 Timoteo 2:3, 4, 1 Juan 2:15-17; El Camino a Cristo, págs. 43, 44


4
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece
4 su vida en este mundo, para vida eterna la
guardará. Si alguno me sirve, sígame; y donde yo
estuviere, allí también estará mi servidor. Si
alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Todos los buenos soldados obedecen a su
capitán prontamente y sin reserva alguna. La
voluntad del comandante es la voluntad del
soldado. Algunas veces el soldado puede
sorprenderse debido a la orden que se le ha
dado, pero no debe detenerse a preguntarse la
OBEDIENCIA, CONSAGRACIÓN Y VALOR

razón de ello. Cuando la orden del capitán se


contrapone a los deseos del soldado, él no debe
vacilar ni quejarse, diciendo: ‘No veo ninguna
conveniencia en estos planes’. No debe inventar
excusas y dejar su trabajo sin hacer. Los soldados
de esta clase no serán aceptados para
comprometerse en conflictos terrenales ni
mucho menos serán aceptados en el ejército de
Cristo. Cuando Cristo ordena, sus soldados
deben obedecer sin vacilación alguna. Deben ser
soldados fieles, porque en caso contrario él no
puede aceptarlos. A cada alma se da libertad de
elección, pero después de que un hombre se ha
alistado se requiere de él que sea fiel como el
acero, aunque el resultado sea vida o muerte.
Juan 12:25, 26; Evangelismo, pág. 470
5
El que siembra escasamente, segará escasamente; y el que
5 siembra generosamente, generosamente también segará.
Hermanos míos amados, estad firmes y constantes,
creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que
vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes
reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto
o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.
Necesitamos romper la monotonía de nuestra labor
religiosa. Estamos haciendo una obra en el mundo, pero
no manifestamos suficiente actividad y celo. Si fuésemos
más fervorosos, los hombres se convencerían de la verdad
OBEDIENCIA, CONSAGRACIÓN Y VALOR

de nuestro mensaje. La manera innocua y monótona en


que servimos a Dios, rechaza a muchas almas de una clase
superior, que necesitan ver un celo profundo, ferviente y
santificado.
La verdadera santidad es integridad en el servicio de Dios.
Esta es la condición de la verdadera vida cristiana. Cristo
pide una consagración sin reserva, un servicio indiviso.
Pide el corazón, la mente, el alma, las fuerzas. No debe
agradarse al yo. El que vive para sí no es cristiano.
Nadie puede tener éxito en el servicio de Dios a menos
que todo su corazón esté en la obra, y tenga todas las
cosas por pérdida frente a la excelencia del conocimiento
de Cristo. Nadie que haga reserva alguna puede ser
discípulo de Cristo, y mucho menos puede ser su
colaborador.

2 Corintios 9:6, 1 Corintios 15:58, Eclesiastés 11:6; Lecciones Prácticas del Gran Maestro, pág. 38,
El Deseado de Todas las Gentes, pág. 233
6
¿Quién es sabio y entendido entre
6 vosotros? Muestre por la buena conducta
sus obras en sabia mansedumbre. Pero la
sabiduría que es de lo alto es
primeramente pura, después pacífica,
amable, benigna, llena de misericordia y
de buenos frutos, sin incertidumbre ni
hipocresía. El fruto de justicia se siembra
en paz para aquellos que hacen la paz.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios,
santos y amados, de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad,
de mansedumbre, de paciencia.
TERNURA, GENTILEZA Y BONDAD

Un espíritu bondadoso y un trato benigno


y persuasivo, pueden salvar a los perdidos
y cubrir multitud de pecados. La
revelación de Cristo en vuestro propio
carácter tendrá un poder transformador
sobre aquellos con quienes os asociéis.
Dejad que Cristo se manifieste
diariamente en vosotros, y él revelará en
vosotros la energía creadora de su
palabra, una influencia amable,
persuasiva, y a la vez poderosa para
restaurar en otras almas la perfección del
Señor nuestro Dios.
Santiago 3:13, 17, 18, Colosenses 3:12; El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 105
7
Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo
7 de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo;
no te dejará, ni te desamparará. Y Jehová va delante
de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te
desamparará; no temas ni te intimides.
Tú eres mi lámpara, oh Jehová; mi Dios alumbrará mis
tinieblas. Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios
asaltaré muros. En cuanto a Dios, perfecto es su
camino, y acrisolada la palabra de Jehová. Escudo es a
todos los que en él esperan..
La esperanza y el valor son esenciales para dar a Dios
un servicio perfecto. Son el fruto de la fe. El
abatimiento es pecaminoso e irracional.
TERNURA, GENTILEZA Y BONDAD

Deben poseer valor, energía y perseverancia. Aunque


imposibilidades aparentes obstruyan su camino, por
su gracia deben avanzar. En vez de deplorar las dificul-
tades, están llamados a vencerlas. No han de
desesperar por nada, sino estar de buen ánimo en
toda ocasión. Con la áurea cadena de su amor sin par,
Cristo los ha ligado al trono de Dios. Es propósito suyo
que la más elevada influencia del universo, que
dimana de la Fuente de todo poder, sea suya. Han de
tener poder para resistir al mal, un poder que ni la
tierra, ni la muerte, ni el infierno puedan dominar, un
poder que los habilite para vencer como venció Cristo.

Deuteronomio 31:6, 8, 2 Samuel 22:29-31; Profetas y Reyes, pág. 120, Obreros Evangélicos, pág. 40

Potrebbero piacerti anche