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CURSO SUPERIOR DE ENTRENAMIENTO EN FUTBOL Edición – Año 2010

Lesiones Deportivas en
Fútbol. Epidemiologia,
Factores de Riesgo
Extrínsecos e Intrínsecos
Lic. Matías Sampietro

 Epidemiologia en Futbol.
 Introducción
 Incidencia de Lesiones en Futbol.
 Riesgo de lesiones en Futbol.
 Tipo de lesiones y zonas afectadas.
 Severidad de las lesiones en futbol.
 Circunstancias frecuentes de la lesión en futbol
 Prevalencia de lesiones en futbol.
 Distribución de las lesiones un una temporada según su mecanismo de lesión. Lesiones
Traumáticas y por Sobreuso.
 Epidemiologia de lesiones en futbol en las distintas edades
 Edades entre 6 y 12 años.
 Aspectos especiales entre los 9 y 13 años
 Entre 12 y 14 o U14 (menos de 14 años)
 Entre 15 y 16 años (U15-U16)
 Entre 17 y 19 años (U19).
 El problema del registro de las lesiones por sobreuso

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LESIONES DEPORTIVAS EN En términos generales, la incidencia de lesiones
producida en entrenamientos, registradas a partir de la
FÚTBOL. EPIDEMIOLOGIA, perdida de entrenamiento y partidos, se encuentra entre
FACTORES DE RIESGO 2.1 y 7.6 lesiones por 1000 hrs para los varones
EXTRÍNSECOS E INTRÍNSECOS mayores, con una media de 4.2 (±1.8) lesiones por 1000
hrs. (modificado de Walden, 2007), y la incidencia de
EPIDEMIOLOGÍA EN FÚTBOL lesiones en partidos se ha reportado entre 11.9 y 20.7 por
1000 hrs de juego para los jugadores amateurs y entre 18
y 34.8 para jugadores de elite con una media de 23.2
Introducción (±5.64) (modificado de Walden. 2007) (Tabla 1).

Estudi País Periodo del Poblaci Mat Traini

Resulta obvio decir que el futbol es uno de los deportes o estudio ón ch ng
más populares en el mundo y que el número de 14/14
1
participantes en todos los niveles de rendimiento en este Equipos
Temporada.
Anders Norueg de I
deporte es elevado. 2000 21.5
en et a división.
(Abril *
al 330
Octubre)
Debido a este motivo, en los últimos años ha existido jugador
es
una creciente preocupación por desarrollar modelos
5/10
preventivos eficientes y de fácil aplicación con Equipos
Árnaso 1
objetivos de reducir la incidencia de lesiones en los de I
n et al. Temporada
futbolistas, intentando incrementar su tasa de Islandia división 34.8 5.9
1991
84
participación en el juego y disminuir los efectos (May-Sep)
jugador
negativos de las lesiones, tanto en términos deportivos es
como económicos y sociales. 17/20
1 Equipos
Árnaso Temporada de I -II
En este material abordaremos las nuevas miradas que n et al. Islandia 1999 división 24.6 2.1
existen sobre los modelos preventivos tradicionales (May-Sept) 306 *
(epidemiológicos y biomecánicos) con el intento de Jugador
es
lograr su mayor aplicación en el mundo real, es decir se 9/12
intentará observar la efectividad que las medidas Equipos
Ekstra
preventivas propuestas tienen en ambientes reales de de I 21.8
nd & 4.6
1 división,
diferentes niveles de la competencia y la aplicación de Tropp3
Temporada 135
los resultados encontrados en RCT en las poblaciones a 3
Suecia 1980 jugador
-
las cuales están dirigidas estas propuestas. (Enero- es
180
diciembr) 12/12 II 18.7
players 5.1
equipos
Desarrollaremos también cuales son las lesiones más división
frecuentes en las diferentes edades de este deporte para
su directa aplicación de las medidas de prevención, tanto Engstr Suecia 1 3 13 3
öm et Temporada equipos
como los factores de riesgo intrínsecos y extrínsecos que al. 1987 I-II
influyen en la incidencia y prevalencia, para direccionar (January- división,
mejor estos programas. Decembe) 64
players

Hawkin Inglater 3 4 25.9 3.4

Incidencia de lesiones en fútbol s & ra Temporadas equipos
Fuller 1994-1997 I-III
(November- división,
Los trabajos publicados en la literatura científica que May) 108
postulan la incidencia y patrones lesionales en fútbol, en players
forma sistemática, datan desde fines de la década del
70 y 80 (McMaster, et al 1978, Ekstrand J and Gillquist Hägglu Suecia 1 8/12 20.6 4.6
nd et Temporada1 equpos
J 1983a, Nielsen & Hide, 1989) con mayor énfasis al 982 I
desde la década del 90 (Ekstrand & Tropp, 1990, (January- divisió,
Engström et al 1991, Arnarson et al, 1996), y a partir de October) 118
players
la última década con diseños que fueron los precursores
del consenso de FIFA del año 2006 (Andersen, et al Hägglu Dinama 1 8/12 28.2 11.8
2004; Arnason et al 2004; Hawkins, et al 2001; nd et rca temporada equipos
al.68 de I
Hägglund et al, 2003; Hägglund et al 2005; Hägglund et
primavera división
al 2005; Hägglund, 2007). 2001 188
(January- players
June)

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Hägglu Suecia 1 12/14 22.7 5.3 equipo y más si el jugador es considerado importante.
nd et temporada Equipos
En muchos casos las lesiones obligan a los equipos a
al 2002 I
(January- división, cambiar sus estrategias de juego, y en lesiones durante
November) 262 los partidos a modificar la alineación inicial que
players representa en principio la mejor alineación de un equipo
Hägglu Suecia 1 11/14 28.1 4.7
para el objetivo propuesto. Finalmente un equipo que
nd temporada Equipos depende en mayor medida de determinados jugadores
2005 I presenta una tendencia a hacer descansar menos a esos
(January- división
October) 239
jugadores y por ende exponerlos a mayores de riesgos de
players lesión. Estas apreciaciones si bien son basadas en
trabajos epidemiológicos sobre torneos temporarios de
Nielsen Dinama 1 2 18.5 2.3 calendario apretado (Juegos Olímpicos, Euro
& rca Temporada Equipos
Yde11 1986 II Championship, etc.), pueden resultar aplicables en
0 (January- división, equipos en calendarios apretados o de planteles ―cortos‖
November) 34 (Walden, et al 2005).
players

Tabla 1. Incidencia de lesiones por 1000 horas de exposición Puntos claves

durante el entrenamiento y la competencia. Modificada a partir de
Walden, M 2007.
 La incidencia de lesiones en futbol es
significativamente mayor en partidos, que en
Un dato interesante a resaltar aquí es que faltan estudios
que clasifiquen mejor las actividades de entrenamiento entrenamientos.
(entrenamiento de fuerza, resistencia, entrenamientos
específicos del futbol, etc.) o monitoreo de la carga  Faltan estudios de cohorte prospectivo, con un
interna, para poder cotejar con el índice lesional de tamaño de la muestra suficiente en ligas
manera de intentar determinar posibles patrones de sudamericanas para establecer la real incidencia
incidencia de acuerdo a los tipos de entrenamientos
en nuestro medio.
sugeridos (Walden et al, 2005).

Como observamos en la tabla 1 la mayoría de los datos

corresponden a las ligas europeas. El problemas radica
Riego de lesiones en fútbol
en la falta de datos publicados fidedignos y estables de
las ligas sudamericanas, tanto en sus divisiones mayores
Como se desarrolló en el apartado anterior, debido a su
(sea I o II división), como en sus divisiones menores.
característica de deporte de contacto, el fútbol presenta
un riesgo relativamente alto de lesiones. Por ejemplo, si
Existen algunos datos individuales de equipos, como los
se compara al fútbol profesional con otras actividades
publicados por Paus et al (2003), sobre lesiones en
laborales como las ocupaciones industriales,
temporadas de un equipo de I división del futbol
manufactura y la construcción, consideradas de alto
argentino, pero faltan datos con un número (N) mayor
riesgo dentro de las actividades laborales de este tipo, el
de equipos de una misma liga, lo que nos permitiría
fútbol presenta 1000 veces más riesgo de lesiones con
poder establecer y comparar las lesiones en el ámbito
pérdida de entrenamientos y partidos, por lo que
sudamericano y establecer correlaciones. Por ejemplo si
representa un mayor ausentismo en comparación con
los estilos de juego, de entrenamiento, calendario, etc.,
otras profesiones (Drawer and Fueller, 2002).
afectan la incidencia de lesiones con respecto a otras
ligas, como ser las europeas.
Según este trabajo, que evaluó el riesgo en futbolistas
profesionales de la liga inglesa, si el riesgo de lesiones
Finalmente es importante destacar en este punto que la
en el futbol se lo coteja con los criterios de riesgo de
importancia de cuantificar el riesgo de lesiones o su
trabajo de la Health and Safety Executive, estos son
incidencia radica en el intento de disminuir el riesgo
catalogados como inaceptables, especialmente para las
lesional de nuestros jugadores, basados en que las
lesiones menores, moderadas y lesiones agudas mayores,
lesiones presentan un impacto directo sobre el
tanto como el riesgo de osteoartritis en las articulaciones
rendimiento y resultados del equipo (Walden, et al
de los futbolistas profesionales (Drawer and Fueller,
2005).
2002).
En este sentido, en un trabajo de este autor (Walden)
Esto determina un importante hecho en cuanto al
sobre la incidencia de lesiones en torneos o
cuidado de la salud de los futbolistas y el
campeonatos, se plantea que las lesiones de un jugador
establecimiento de los riesgos de este deporte, así como
resultan en una directa influencia sobre el resultado del la preocupación que debe existir por parte de todos los
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involucrados en el juego profesional, sobre la
prevención de lesiones y la reducción del riesgo
profesional.
Tipo de lesiones y zonas afectadas
Un alto número de lesiones con pérdida de participación
en entrenamientos o partidos registradas en el futbol se
localizan en los miembros inferiores (entre el 77% y el
93%) (Árnason, et al 2004; Faude et al 2005; Hawkins,
et al 1999; Hawkins, et al, 2001; Hägglund M, et al
2005; Morgan, et al 2001; Dupont, et al 2010).
Las zonas, dentro de los miembros inferiores, más
afectadas son la rodilla y los tobillos. Estos datos se han
reportado tanto para mujeres como para varones
futbolistas, aunque en la última década estos valores han
sido reducidos, especialmente en varones con la
implementación de programas preventivos a tal fin.
La zona corporal de mayor preocupación actualmente,
por el incremento de la incidencia, es la zona del muslo
y en especial el muslo posterior (isquiotibiales), y dentro
de la tipología que más afecta esta zona obviamente se
resaltan las lesiones musculares (Hawkins, et al, 2001;
Árnason, et al 2004; Junge A, et al 2004; Woods, et al,
2004; Dupont, et al 2010).
Como manifestamos anteriormente los tipos de lesiones
más frecuentes reportados en la literatura son los
esguinces ligamentarios especialmente de tobillo y
rodilla, las contusiones y distensiones musculares,
especialmente en la zona del muslo.
Si bien los datos publicados para cada tipología de
lesiones presentan una variabilidad relativamente alta
(ya que como observaremos en los factores de riesgo
muchas de éstas dependen de factores poblacionales de
cada equipo, entrenamientos, nivel de competencias,
etc.), podemos decir que las lesiones musculares en la
zona del muslo representan entre un 21 y 25% del total
de lesiones en varones, y que el músculo más implicado
dentro de la zona anterior es el recto femoral (principal
participante en las acciones de remate). Y en la zona
posterior los isquiotibiales, y dentro de ellos el bíceps
femoral, involucrado específicamente en las acciones de
sprint (Árnason, et al 2004; Hawkins, et al, 2001;
Woods, et al, 2004; Dupont, et al 2010).
Dentro del análisis de la tipología de lesiones que más
afecta a la rodilla, contrariamente a lo que se piensa o la
relevancia que adquiere la lesión de ligamento cruzado
anterior (LCA), la lesión del ligamento colateral interno
(LLI) es más frecuente y representa las dos terceras
partes del total de lesiones ligamentarias que asientan en
la rodilla (Hawkins, et al, 2001; Woods, et al.2002).
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En este sentido la lesión de LCA presenta una incidencia
relativa baja con respecto a otras lesiones (0.09 por 1000
atletas expuestos, del 1.9% al 5% del total de lesiones en
fútbol) con mayor prevalencia en mujeres (Renstrom et
al, 2008; Bjordal et al, 1998; Giza et al, 2005).
Con respecto a la articulación de tobillo, las lesiones en
esta zona son en muchos reportes tan frecuentes como en
la rodilla, y como es de suponer la lesión del complejo
ligamentario externo es la más frecuente (Árnason, et al
2004; Faude et al 2005; Hawkins, et al 1999; Hawkins,
et al, 2001; Hägglund M, et al 2005; Morgan, et al
2001).
Finalmente la zona de la pelvis y la cadera es una zona
en donde se manifiestan frecuentemente lesiones en el
fútbol, y especialmente en futbolistas varones de elite,
quienes sufren en esta zona una incidencia 5 veces
mayor que las mujeres futbolistas de elite (Hägglund M,
et al 2007).
Puntos claves
 Las zonas corporales más implicadas en el fútbol
son las articulaciones de la rodilla y tobillo, y la
zona del muslo.
 Las lesiones más frecuentes son las lesiones
musculares (especialmente de los isquiotibiales o
femorales posteriores), los esguinces de tobillo
(complejo ligamentario externo), y las lesiones
ligamentarias de LLI en la rodilla.
 Las lesiones por contacto son más frecuentes que
las de no contacto.
 El riesgo relativo de lesión de LCA es bajo en
comparación con otras lesiones.
Severidad de la lesión
Dentro de esta categoría los datos reportados sufren
grandes variabilidades por las características
metodológicas de los estudios y las características
especiales de las poblaciones involucradas.
La mayoría de los estudios (basándonos en los trabajos
reportados en la tabla 1) han mostrado una tasa
relativamente baja de lesiones severas de entre 9 y 16%
(Walden, 2007), y una distribución relativamente
similar en cuanto a mayor porcentaje de lesiones
moderadas, en comparación a las lesiones leves y
menores. Aunque esta comparación es relativa, ya que el
rango de tiempo para las lesiones moderadas es mayor
por lo que este hecho modifica el análisis estadístico.
4/17
Lo más relevante de este punto radica en que las lesiones
severas en términos generales deben mantenerse por
debajo de las lesiones menores y moderadas.
Circunstancias frecuentes de las lesiones en fútbol
Si bien es difícil estipular correctamente el mecanismo
lesional en los diferentes trabajos, parece claro que las
lesiones en futbol se pueden producir en dos grandes
categorías de circunstancias, por un lado las acciones
con contacto con otro elemento del juego (como
jugadores, poste, etc.), o sin contacto con otro elementos
del juego.
De todas maneras, es importante destacar en este
apartado que entre el 15 y 29% del total de lesiones en
juegos o partidos en hombres futbolistas profesionales
reportadas en diferentes estudios, son producidas en
acciones de contacto catalogadas como ―foul‖ por el
árbitro (Hawkins, et al 1999; Hägglund, et al 2005).
Es importante resaltar también que el 18-28% del total
de lesiones traumáticas en partidos han sido atribuidas a
acciones de foul (Arnasson et al, 2004).
De aquí que la FIFA dentro de los principios y filosofía
del juego postula el ―Fair Play‖, para que en relación a
este punto, se produzcan cambios actitudinales de los
jugadores en el campo de juego en situación de contacto
con el oponente, y contemplen la posibilidad de lesión
tanto en el poseedor del balón como en el jugador que
intenta recuperarlo. Siendo esto un aspecto que hace a la
prevención de lesiones.
Prevalencia
Teniendo en cuenta que en la mayoría de los trabajos
que estudiaron los patrones lesional en diferentes
periodos de la temporada, reportaron modificaciones en
el índice lesional entre pretemporada y temporada
competitiva, el trabajo de Woods et al (2002), analizó
las lesiones de pretemporada, a través de la recolección
de datos de 91 staffs médicos de clubes profesionales de
las divisiones del futbol inglés.
Este grupo de investigación centró su foco sobre la
distribución de las lesiones en pretemporada en
comparación con la temporada competitiva, relevando
que un 17% del total de lesiones se produce en este
periodo.
La distribución de las lesiones representa un patrón
similar a los datos encontrados por Hawkins et al (2001)
en el estudio de toda la temporada, siendo la lesión
muscular la más frecuente con un 37% (especialmente
en la zona del muslo), seguida de las lesiones
ligamentarias con el 19%. Como dato estadístico
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importante este grupo encontró que existe un mayor
numero porcentual de lesiones menores y leves, así
como lesiones por sobreuso, en especial tendones
(tendón de Aquiles el más afectado) en este periodo, en
comparación con la temporada competitiva.
Otro dato interesante de analizar encontrado por este
grupo es la distribución de las lesiones musculares del
muslo. En este periodo de pretemporada las lesiones del
recto femoral son el doble de frecuentes que durante el
periodo competitivo. Esta distribución se invierte en el
grupo muscular isquiotibial, siendo significativamente
más frecuente en la temporada competitiva que en la
pretemporada (Figura 1).
Pretemporada
Temporada
45
40
35
30
25
Lesiones (%)
20
15
10
5
0
Gemelos
Psoas
Femorales
Cuadriceps
Aductores
Grupos Musculares
Figura 1. Porcentaje de lesiones del miembro inferior en temporada
competitiva y en pretemporada. Woods, et al 2002.
En este punto parece interesante observar como las
lesiones producidas en entrenamiento tienen su media
más alta en el mes de pretemporada, coincidiendo con el
mayor volumen de sesiones del mismo. Aunque este
punto hubiese sido más relevante al cotejarlo con las
horas de exposición, constituyendo el cálculo de
incidencia y las lesiones en partidos en el primer mes de
competencia adjudicando a la transición entre periodos
de la planificación como un punto de mayor riesgo
lesional. Este hecho no deja de ser importante de
considerar, ya que el momento del tappering y la
planificación de la pretemporada antes de la
competencia debe ser un punto importante de análisis en
la discusión sobre la prevención de lesiones (Figura 2).
5/17
 Total 298(45) 5.8 2.1 3.6 a
4 Temporada 6.4
Partidos
3,5 54(8) 28.6 15.0 18.5-
Pretemporada
38.7
3 306(47) 30.9 12.1 22.8-
Competencia
39.0
Total 360(55) 30.5 11.0 23.1-
2,5 Temporada 37.9
Total
2 Pretemporada 129(20) 8.2 3.5 5.8-10.5
Competencia 529(80) 9.7 3.9 7.1-12.3
1,5 Total 658(100) 9.4 3.2 7.3-11.5
Temporada
Tabla 2. Numero de lesiones e incidencia de lesiones (numero de
1 lesiones por 1000hrs de exposición) en jugadores profesionales de
elite Europeo. Waldèn, M ,Hagglûnd, M and Ektrands, J en 2005.
0,5
Por otro lado, si solo nos basamos en datos relacionados
0
de las ligas que presentan un solo periodo de
pretemporada en el año, perderíamos un información
valiosa para comparar con otras ligas como la de
Entrenamiento Partidos Argentina, que presenta dos picos de pretemporada, uno
Figura 2. Distribución de las medias por club de lesiones por al comienzo del torneo (en los meses de julio y agosto
entrenamiento y por competencia durante la temporada. Hawkins, aproximadamente), y otro entre partes del torneo
2001. Apertura y Clausura (los meses de enero y parte de
febrero).
Otro estudio relevante fue el Walden, Hagglûnd, and
Ektrands (2005). Estos autores realizaron un estudio En la figura 3 se observa un grafico que presenta el
epidemiológico de jugadores que participan en la UEFA análisis lesional de un año completo de un equipo de
Champions League y competencias internacionales con segunda división argentina (Luna Cáceres y Sampietro,
sus selecciones nacionales, durante una temporada 2010, datos sin publicar) (Figura 3).
completa para identificar la incidencia de lesiones, el
riesgo lesional y los patrones de las mismas. En este Cabe mencionar que este dato no representa un valor
trabajo 11 equipos top (266 jugadores) de 5 países estadístico significativo debido a un tamaño de la
europeos fueron seguidos prospectivamente durante una muestra pequeño, que no representa la real implicancia
temporada completa. que podría observarse en un análisis estadístico de todos
los equipos que pertenecen al mismo torneo, según el
Fueron reportadas un total de 658 lesiones, con una consenso epidemiológico de estudio de lesiones de
media de incidencia de 9.4 (±3.2) lesiones por 1000 hrs. FIFA, el Injury Consensus Group (Fuller, et al 2006).
La incidencia en competencias fue de 11.0 lesiones por
1000 hrs de exposición en juegos, y 2.1 lesiones por De todas maneras, como dato ejemplificatorio, puede
1000 hrs correspondió a la incidencia de lesiones observarse como el patrón de incremento de lesiones
entrenamiento. El riesgo lesional en partidos fue refleja un dato a tener en cuenta. En el primer periodo de
significativamente mayor en equipos de Inglaterra y pretemporada del año (enero, febrero), que representa en
Alemania en comparación con equipos de Italia, España realidad al periodo de preparación previo al torneo
y Francia. clausura en Argentina, se produce un incremento de las
lesiones en entrenamiento, pudiendo conjeturar que esto
También se observo que tanto la incidencia de lesiones es debido al súbito incremento de volumen e intensidad
de entrenamiento en la pretemporada es mayor que en la del entrenamiento luego de un periodo relativamente
temporada competitiva, y que las lesiones producidas en corto de receso. Mientras que el segundo pico (segunda
los partidos entre temporadas (los de pretemporada pretemporada -julio y agosto-) refleja un incremento de
representan encuentros amistosos y de preparación) la lesiones en los partidos de pretemporada, o amistosos
mostraban una mayor incidencia para la temporada con rivales diferentes, atribuyendo este hecho a la
competitiva con respecto a la pretemporada (Tabla 2). readecuación al contacto competitivo luego de un
periodo mayor de receso, conjuntamente con un periodo
relativamente corto también de preparación.
Nº de Incidencia de lesiones
lesiones Medias SD 95%CI
Entrenamiento
75(11) 5.2 3.7 2.7 a
Pretemporada
7.6
223(34 4.8 2.2 3.4 a
Competencia
6.3

Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 6/17

 12
10
8
6 influyen en la prevalencia, así como los súbitos
4 entrenamiento.
2
0
Febrero
Marzo
Junio
Enero
Abril
Mayo
Partido
Figura 3. Distribución de las lesiones producidas en entrenamiento
vs producidas en partidos (tanto oficiales como de preparación con
otros equipos). (Luna Cáceres J y Sampietro M; 2010 datos sin
publicar.)
Entonces podríamos decir que los periodos de
pretemporada, específicos para desarrollar las
capacidades condicionantes y limitantes del deportista
con el objetivo de rendimiento en nuestro ámbito, se ven
demasiado apretados y por lo tanto se presentan dos
tipos de riesgo relacionados a la incidencia de lesiones.
Por un lado el incremento súbito de volúmenes e
intensidades del entrenamiento con el objetivos de
alcanzar el rendimiento optimo precompetitivo en
periodos cortos destinados a ello; y por el otro el
incremento de las lesiones por contacto en partidos de
preparación por su inmediatez en muchos casos, y la
falta de adaptación eficiente a estos gestos en periodos
destinados a la puesta a punto.
También es importante destacar que los partidos de
preparación, tan comunes en nuestro ámbito con el
objetivo de incrementar las respuestas tácticas y
estratégicas para el torneo, se conjugan con momentos
muy estresantes de la planificación con el intento de
incrementar el rendimiento físico. Es interesante
entonces desarrollar un análisis de los modelos de
entrenamiento pertinentes para estas circunstancias
especiales, así como poder establecer un estudio
epidemiológico (estadísticamente bien realizado) de
cada liga para que este sirva de real conocimiento del
índice y patrón lesional de cada nivel de competencia
con sus especificidades.
Punto clave
 La prevalencia de lesiones tiene una alta relación
con las formas organizativas de los torneos, los
periodos de pretemporada y temporada competitiva.
 Mientras más cortos sean los periodos de receso y
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pretemporada, mas comprimido el calendario, por
lo que habría mayores modificaciones en la
prevalencia o riesgo de determinadas lesiones o
zonas corporales implicadas.
 Las metodologías de entrenamiento también
incrementos de volumen o intensidad del
Distribución de las lesiones un una temporada según
Octubre
Septiembre
Julio
Agosto
Noviembre
Diciembre
su mecanismo de lesión. Lesiones traumáticas y por
sobreuso
La distribución de las lesiones de causa traumática o por
Entrenamiento sobreuso durante una temporada en el futbol, presenta
una directa relación con el apartado anterior, ya que
como sabemos la incidencia de lesiones en partidos en
este deporte es significativamente mayor en
comparación con la incidencia de lesiones en
entrenamientos.
Para graficar un patrón relativamente constante en el
futbol sobre este punto, tomamos como referencia el
trabajo de Walden et al (2005), realizado sobre una
temporada en futbol de elite europeo, donde podemos
observar la distribución de las lesiones según su
mecanismo de lesión durante toda la temporada,
incluidos el periodo precompetitivo (julio y agosto) y
competitivo (septiembre y marzo) (Figura 4).
En dicho grafico, es claro como al inicio de la temporada
competitiva las lesiones traumáticas se incrementan para
luego descender progresivamente; por otro lado las
lesiones por sobreuso tienen su pico máximo dentro de
los dos primeros meses de pretemporada, y en el punto
de transición entre periodo de pretemporada y
competitivo, atribuido probablemente al tappering o
puesta a punto, para mantenerse luego relativamente
constante en un nivel inferior al alcanzado durante este
momento del año. Este dato es concordante con el
trabajo de Hawkins, et al (2001), y Woods, et al (2002).
7/17

Figura 4. Distribución de las lesiones traumáticas y por sobreuso en
el futbol profesional de elite europeo. Pretemporada=Julio a Agosto,
temporada competitiva= Septiembre a Mayo. Walden et al 2005.
En este sentido podemos ver como es importante la
adaptación y transición entre periodos dentro de la
temporada. Si bien este estudio no lo especifica, la
realización de amistosos durante la pretemporada puede
ser un recurso interesante también como medida de
preparación al contacto competitivo y utilizado al
margen de sus características de desarrollo y preparación
de las facetas tácticas del juego, como una manera de
disminuir el aumento de la incidencia de lesiones por
contacto en los primeros meses, teniendo jugadores
adaptados progresivamente a los mismos. Ahora bien, la
inclusión muy brusca de estos amistosos, tanto en
tiempos de partidos, microciclos de choque del
entrenamiento de forma física, o control del Fair Play
pueden resultar contraproducentes en vez de adaptativos.
Finalmente este estudio concluye (como datos más
relevantes), que la incidencia de lesiones difiere
significativamente entre países de distintas regiones
europeas que compiten en la UEFA. Por otro lado,
destaca que si bien los jugadores que debido a su
cronograma regular de partidos con sus equipos y horas
de competencia con sus selecciones nacionales presentan
una exposición significativamente mayor a partidos, no
presentan un mayor riesgo de lesión. Finalmente y
concordante con otros estudios en este deporte, la lesión
muscular en la región del muslo, especialmente de los
isquiotibiales, resulta la lesión más frecuente en
jugadores profesionales de futbol de estas ligas.
Este último dato no deja de resultar significativo a la
hora de diseñar programas preventivos tendientes a
disminuir esta incidencia de lesiones en los isquiotibiales
así como de rever los controles de rendimiento y fatiga
de los futbolistas a medida que transcurre la temporada.
Queda claro entonces que en el periodo de pretemporada
los factores influyentes en la producción de lesiones son
los directamente implicados a la planificación de las
capacidades que proporcionarán la forma física que
determinará el rendimiento físico en la temporada
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competitiva. Por otro lado, es interesante evaluar la
necesidad de introducir programas preventivos en esta
fase, como también el volumen y la direccionalidad de
los mismos. En este sentido, nuestra opinión es la de
monitorizar todas las variables del entrenamiento en el
periodo de pretemporada, corrigiendo aquellas variables
que puedan incrementar el riesgo lesión por sobreuso y
promover programas preventivos que involucren los
factores de riesgo para toda la temporada (Sampietro,
2009).
Ahora bien retomando también el ejemplo anterior, este
modelo de torneo (una pretemporada al año y periodo
competitivo largo) no se refleja en ámbitos como el
nuestro, ya que en un modelo de campeonato con dos
torneos y dos periodos de pretemporada con sus
consecuentes periodos de receso, el patrón lesional
puede variar.
En este sentido observamos en el siguiente cuadro, un
grafico de la distribución de lesiones según su
mecanismo en un equipo de segunda división del futbol
argentino, aclarando aquí también que este no representa
un valor estadístico significativo debido a un tamaño de
la muestra pequeño, que no representa la real
implicancia de la población de estudio (todos los
jugadores pertenecientes a todos los equipos, o su
mayoría, del mismo campeonato) (Figura 5).
12
10
8
6
4
2
0
Sobreuso Traumaticas
Figura 5. Distribución de las lesiones por sobreuso y trauamticas en
un equipo de segunda división argentina (Luna Cáceres, J y
Sampietro, M; 2010 datos sin publicar).
Entonces puede observarse como la distribución de
lesiones por sobreuso presenta dos picos dentro del año,
correspondientes tanto al periodo de pretemporada como
de tapering para cada torneo; y las lesiones traumaticas
manifiestan un incremento más marcado luego del
primer periodo de pretemporada (en muchos casos el
más intenso, y consecutivo al periodo de receso más
marcado), y su corresponidente periodo de tapering,
mateniendose relativamente estable luego durante el año.
8/17
De este hecho, por un lado podriamos establecer que es
importante mensurar el estado de recuperación de los
jugadores luego de los periodos de receso, y por otro, el
cuidado del manejo de la planificación (en especial del
volumen de actividades inespecificas), como de las
puestas a punto para cada torneo.
En base a lo expuesto, y como parte de los programas y
modelos preventivos aplicados al fútbol, parece
determinante en este tipo de situaciones, un monitoreo
completo de la carga interna de los jugadores para
planifcar la la carga externa de trabajo en virtud de ésta.
Se intenta de esta manera disminuir la incidencia de
lesiones por sobreuso por un lado, y no condicionar el
desempeño en los juegos preparatorios, tratando así de
disminuir el riesgo de lesiones traumaticas por contacto,
por el otro.
Finalmente otro dato que puede parecer menor en
relación a este hecho, pero resulta al menos importante
de tener en cuenta, es el de propiciar en los juegos de
preparación previos a la temporada competitiva oficial,
el Fair Play, ya que es en situaciones de foul donde se
producen un alto porcentaje de las lesiones por contacto
(agravadas en esta etapa por las descordinaciones tipicas
del los periodos comprimidos de preparación).
Punto clave
 Existe una relación con los periodos de la
temporada y sus objetivos o características de
entrenamiento y partidos, y la prevalencia de
lesiones.
 Parece importante establecer cuáles son los riesgos
relativos más prevalentes para cada periodo del año,
con los fines de implementar programas
preventivos y cuidados especiales para cada uno de
ellos.
EPIDEMIOLOGIA DE LESIONES EN FUTBOL
EN LAS DISTINTAS EDADES
Un aspecto importante también a tener en cuenta en el
análisis de la lesiones en este deporte es la incidencia y
tipología de las lesiones en las distintas edades.
Este hecho adquiere relevancia ya que la cantidad de
niños y adolecentes que practican este deporte en todo el
mundo es difícil de contabilizar, así como su crecimiento
en países donde este no estaba tan desarrollado es al
menos impresionante. Por ejemplo, en USA el
crecimiento anual de niños que practican fútbol en edad
escolar es aproximadamente del 21.8%, según la
Academia Americana de Pediatría para el año 2000.
(Leininger et al, 2007).
Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com)
Por otro lado, el incremento de la especialización del
entrenamiento y la competencia en las diferentes edades
formativas (antes del profesionalismo) es un factor que
merece ser tenido en cuenta.
Si bien el estudio de incidencia resulta complicado en
este apartado, debido a las características regionales y
organizativas de las poblaciones estudiadas en los
diferentes estudios, y además por ser una de las
falencias reportadas en la literatura actual en relación a
la falta de mayores estudios prospectivos de cohorte y
epidemiológicos e futbol de diferentes edades y genero,
algunas inferencias podrían realizarse.
Edades entre 6 y 12 años
Este grupo de edad parece ser el menos afectado por las
lesiones. La incidencia total reportada para este grupo de
edades por Froholdt et al (2009), es significativamente
menor a la incidencia promedio reportada para los
adultos (1.6 1.2-2.0), que como establecíamos párrafos
antes se presentaba, realizando una media de diferentes
trabajos, en torno de 4.2 (±1.8) lesiones por 1000 hrs. de
entrenamiento (Modificado de Walden, 2007) (Tabla 3).
El trabajo de Froholdt et al (2009), muestra la misma
tendencia que la mayoría de los trabajos en fútbol
profesional sobre la incidencia de lesiones relativas a
partidos y entrenamientos, mostrando una incidencia
mayor en partidos en relación a los entrenamientos para
ambos géneros estudiados en este trabajo (incidencia
total en partidos en torno a 12.4 en niños y 10.5 para las
niñas).
Niños Niñas
6/12 años 6/12 años
(n=894) (298)
Tota lesiones, n 52 15
Incidencia 1.6 (1.2-2.0) 1.4 (0.7-2.2)
Lesiones 44 11
traumáticas, n
Incidencia 1.3 (0.9-1.7) 1.0 (0.4-1.7)
Lesiones por 8 4
sobreuso, n
Incidencia 0.2 (0.1-0.4) 0.4 (0.0-0.8)
Tabla 3. Distribución de incidencia total en niñas y niños en este
grupo de edades (Froholdt, et al 2009).
En este trabajo es importante destacar que los niños y
niñas de la población estudiada compiten en futbol 5 y 7
(modificaciones del futbol adaptados a la edad de los
niños, o mini fútbol) (Figura 6).
Como puede observarse en la tabla 3, en este grupo
estudiado y en esta edad las lesiones traumáticas parecen
ser de mayor incidencia en concordancia con el patrón
de distribución en el fútbol adulto, lo que marca la
influencia de los contactos como un aspecto relevante en
9/17
el patrón lesional en este deporte para todas las edades,
si bien es claro que este número es significativamente
menor en este rango etario (Figura 7).
De todas maneras para este grupo y en estas edades, las
lesiones según la interacción entre jugadores (contacto y
no contacto) parece mostrar una mayor tendencia de
lesiones por contacto, que está en relación al mayor
índice de lesiones traumáticas (64% por contacto-36%
por no contacto, tanto en niños como en niñas).
Finalmente podemos decir que en este rango etario el
riesgo mayor radica en las lesiones por contacto,
especialmente en los juegos o competencias, dato
esperable teniendo en cuenta que la mayor cantidad de
horas de exposición se distribuyen en competencias de
acuerdo a la etapa formativa y características
organizativas del futbol a esta edad.

Figura 7. Traumatismos y lesiones por contacto en futbol infantil.

Aspectos especiales entre los 9 y 13 años

Un aspecto importante en este rango de edades y que

presenta una importancia específica para los niños
futbolistas, es la fase de aceleramiento del crecimiento o
la ocurrencia del pico de crecimiento en altura (PHV).

La importancia de demostrar aquí este hecho, aunque sin

entrar en detalles específicos hormonales y somáticos de
éste, radica en su relación con dos aspectos. Primero la
Figura 6. Fútbol infantil. superposición de esta curva (PHV) y su desorganización
del esquema corporal, con una etapa de alta eficacia en
La zona del cuerpo más afectadas en estas edades, para la adquisición de las habilidades técnicas del futbol. Y
este trabajo, en los niños se distribuye en los miembro en segundo lugar, por el incremento de la incidencia de
inferiores, especialmente en tobillos (27% la zona más entesitis, especialmente en la rodilla (eg: lesión de
afectada). Mientras que en las niñas el mayor porcentaje Osgood- Schlater ) (Figura 8).
de lesiones se distribuye entre en los miembros
superiores (27% en general), y las rodillas (27%). De
todas maneras es imposible conjeturar alguna
explicación a este hecho, ya que la presentación de muy
pocos trabajos específicos epidemiológicos de estas
edades y de estas características en fútbol no permite
aglutinar datos suficientes para confirmar esta
tendencia.

En cuanto a la severidad, tanto para los niños como para

las niñas, la distribución muestra un mayor porcentaje
de lesiones leves y un muy bajo porcentaje de lesiones
severas, que por las características de la población
estudiada, representa un hecho esperable.
Figura 8. Grafico de la entesitis e inflamación del cartílago de
crecimiento en la TAT. Lesión de Osgood- Schlater.
Las conclusiones de este trabajo es que el deporte fútbol
(especialmente el mini fútbol o fútbol 5/7) en estas
Las causas postuladas a esta lesión muy habitual en
edades, presenta una baja incidencia de lesiones y
niños futbolistas de esta edad, están relacionadas a la
raramente severas, mostrando que este parece ser un
conjugación de factores como un incremento de la
deporte seguro para estas edades.
solicitación de estas estructuras periarticulares

Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com) 10/17

especialmente en fútbol, y el desequilibrio que se
produce entre el crecimiento óseo y de las estructuras
musculo-tendinosas (Nakazawa, et al 2009) (Figura 9).
Figura 9. Curva de pico de mayor velocidad de crecimiento en
altura (Nakazawa, et al 2009).
Los trabajos de Koga et al (2000), Nakazawa, et al
(2009), establecen que existe una correlación positiva
entre el momento de mayor dolor y clínica de la lesión
entesica de la TAT y la fase II de la curva de
crecimiento, que corresponde al momento de mayor
velocidad de crecimiento en altura (Figura 10).
Figura 10. A la derecha imagen de la protuberancia típica en la
TAT como signo patognomico de la lesión de Osgood- Schlater. A la
izquierda imagen radiológica de la avulsión del cartílago de
crecimiento de la TAT.
Las sugerencias de estos autores es que los entrenadores
y especialistas que trabajen con estas edades tengan en
cuenta la curva de máximo crecimiento en altura a la
hora de planificar las actividades.
Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com)
Entonces sería importante en base a estas
recomendaciones, minimizar el impacto sobre esta
articulación especialmente con aspectos altamente
estresantes como los saltos o las fases excéntricas
importantes de los cuádriceps, en los momentos en que
los niños ingresen en la fase II de la curva de velocidad
de crecimiento.
Entre 12 y 14 o U14 (menos de 14 años)
A partir de estas edades (entre 12 y 14 años) se han
reportado algunos trabajos más que para las edades
anteriores, siendo la mayoría comparativos entre éstas y
las edades mayores subsiguientes (U15, U16, U18),
pudiéndose implementar un sistema de vigilancia de
lesiones en fútbol con iguales características que para los
estudios en adultos o profesionales.
En este sentido, Le Gall et al (2006), realizó un trabajo
prospectivo durante diez temporadas en el INF (instituto
nacional de futbol, programa de elite) de la liga francesa
de fútbol, para las edades de U14, U15 y U16.
Este trabajo resulta interesante para los fines de este
análisis, porque puede transpolarse de mejor manera a
las realidades de los clubes, ya que resulta en el análisis
de un solo equipo para cada grupo de edades pero
durante un periodo de 10 años o temporadas completas,
mostrando datos comparables para los análisis
epidemiológicos de equipos individuales.
Le Gall (2006) establece sobre un numero de 420
(n=420) jugadores U14 estudiados durante los 10 años,
una incidencia total de 4.9, diferenciadas en 4.1
lesiones por 1000 hrs de entrenamiento y 9.5 lesiones
por 1000 hrs de partidos.
En este estudio para esta edad el puesto más riesgoso
resultó el de mediocampista (sean centrales o laterales)
con un porcentaje 41% del total de la lesiones, seguido
en forma relativamente pareja para las otras dos grandes
categorizaciones de puestos (delanteros y defensores).
Un dato de este estudio es que el total de lesiones fue
mayor para este grupo que para los grupos de edades
subsiguientes (U15 U16), pero cuando se correlacionó
con la incidencia por 1000 hrs, este grupo mostro una
incidencia menor a las de los grupos siguientes,
mostrando una tendencia que concluiremos luego de que
la incidencia de lesiones se incrementa con la edad en
futbolistas jóvenes.
En cuanto a la lesiones más frecuentes para este grupo y
este estudio, las lesiones ligamentarias (especialmente de
tobillo y rodilla) presentan una incidencia mayor que las
lesiones musculares (18.1% para lesiones ligamentarias,
12.6 musculares). Aunque se nota en comparación con
11/17
las otras edades un número mayor de lesiones tendinosas
(13.1%), reflejando probablemente la adaptación a
entrenamientos más específicos, o el incremento del
volumen e intensidad de los entrenamientos con
relación con las edades precedentes. En esta etapa el
nivel de la competencia o competitivo es
significativamente mayor (Figura 11).
Figura 11. Futbol juvenil o en púberes.
En este trabajo la lesión severa más frecuente para este
grupo y que está en concordancia con lo expresado en el
apartado anterior, fue la lesión de Osgood Schlatter, con
el 30% de las lesiones sufridas por este grupo durante el
periodo estudiado. Se observa cómo esta lesión persiste
y alcanza puntos altos mientras dura la curva de alta
velocidad de crecimiento en niños y pre púberes como
sus consecuencias osteomiarticulares.
Se concluye que este grupo es el más susceptible a sufrir
lesiones en los entrenamientos, en relación a las edades
subsiguientes y que las lesiones más frecuentes están
relacionadas con los desordenes por sobreuso
relacionados a la curva d crecimiento (entesitis y
desordenes osteocondrales del crecimiento)
especialmente la lesión de Osgood-Schlater.
Entre 15 y 16 años (U15-U16)
En estas edades, la incidencia de lesiones en
entrenamientos ronda los 3.7 (3.5-3.8) y las lesiones en
juegos en torno de 10.5 y 14.2, para 15 y 16 años
respectivamente en el trabajo de Le Gall, et al (2006).
En este grupo existe una disminución de la incidencia de
lesiones por entrenamiento en relación al grupo anterior
(U14), probablemente debido a adaptaciones al
entrenamiento específico, pero fundamentalmente por
estar considerablemente disminuida la incidencia de
lesiones relacionadas a entesitis y desordenes
osteocondrales del crecimiento, propios de edades
dentro del pico de velocidad de crecimiento en altura.
Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com)
Por otro lado, existe un incremento en la incidencia de
lesiones competitivas o en juegos, lo que refleja el
incremento de la competitividad en estas edades y las
edades subsiguientes como veremos más adelante.
En este grupo de edades las lesiones más frecuentes
presentan datos interesantes si se las compara con los
jugadores U14, mostrando una disminución significativa
de la lesiones ligamentarias a medida que pasan de edad
(16.1 % U15; 15.6% U16), y un incremento de la
lesiones musculares (16.7 % promedio para la dos
edades), en comparación con la edades precedentes.
En relación al puesto más afectado por la lesiones este
trabajo muestra un paulatino incremento de las lesiones
en los defensores y disminución de los mediocampistas,
hasta emparejarse en la U16.
Es decir, que para estas edades los puestos más riesgosos
resultan los defensores y mediocampistas de acuerdo a la
distribución planteada por este trabajo.
También es importante destacar que en esta edad se
presenta una diferenciación en el patrón lesional y la
incidencia con respecto al nivel de competencias.
Este hecho está relacionado con el comienzo de mayores
exigencias competitivas y la diferenciación de niveles
competitivos como los torneos de las federaciones (Ej.
Torneos de AFA, Torneo de las Ligas Locales, Torneos
Regionales), así como el incremento de la exposición en
hrs de entrenamiento y partidos que estos niveles
representan.
Peterson et al (2000), plantean en un análisis
epidemiológico prospectivo de un año las lesiones en
diferentes grupos de edades y niveles competitivos. En
este trabajo se establece para esta edad una diferencia
significativa en relación a la incidencia de lesiones en
equipos de nivel alto y equipos de nivel bajo, mostrando
una mayor incidencia de lesiones en equipos de nivel
bajo (11.4vs 6.0) en relación a equipos de nivel alto
(Peterson et al 2000).
Estos autores argumentan que el mayor desarrollo de las
habilidades específicas del juego prepara en mayor
medida a los futbolistas de niveles más altos para las
demandas competitivas del juego que en los equipos más
bajos. También el mayor tiempo destinado
entrenamiento en el grupo de mayor nivel reduce el
riesgo de lesiones en comparación con la menor
preparación en entrenamiento que los equipos de nivel
más bajo (Peterson et al, 2000).
Por el contrario, Emery et al (2005), encuentra una
mayor incidencia de lesiones en este grupo de edad en
los extremos de niveles de competencia en países bajos.
12/17
Este trabajo es un estudio cohorte prospectivo, que
analizo a los equipos de diferentes niveles de una región
en países bajos durante las 13 semanas que dura el
torneo completivo en dicha región.
Esta autora, en este grupo de edad, analizando tanto
mujeres como varones futbolistas, determina la
incidencia de lesiones en 4 niveles de competencia,
encontrando un riesgo relativo de 1.12 en el nivel más
alto y 1.0 en el nivel más bajo (IR=9.67 nivel 1 y 8.6
nivel 4).
De todas maneras, plantea que el mayor riesgo de lesión
se produce en este grupo de edades y en el nivel más
alto, argumentando el aumento de la intensidad de juego
en esta división y la falta de adaptación a este súbito
incremento en relación a otras edades.
También en coincidencia con los datos epidemiológicos
de otras edades y niveles así como con datos
epidemiológicos en futbol elite, la incidencia de lesiones
en partidos es significativamente mayor que en
entrenamientos.
En el análisis estadístico de lesiones de nuestra
institución para este rango de edades se puede confirmar
un incremento progresivo de la incidencia a partir en
este rango de edad (Abrutsky, Schanton, Sampietro,
2010. Datos sin publicar).
Entre 17 y 19 años (U19)
En estas edades, al aproximarse a la edad promedio del
profesionalismo o de la división mayor, la incidencia de
lesiones crece en comparación con las edades
precedentes a nivel similar o levemente por debajo de la
incidencia reportada para el futbol elite.
Hägglund, Walden, Ekstrand (2009), en un análisis
epidemiológico de tres torneos ―European
Championship‖ sub 19 y 2 torneos sub 21, en donde las
medidas de edades para cada uno era de 18.5 (U19) y
21.3 (U21), establecen que la incidencia de lesiones para
este grupo de edades en estos tornes de fútbol formativo
elite europeo es de 1.8 por 1000 hrs de entrenamientos
durante el torneo y 23.3 por 1000 hrs de partidos para el
U19; y 4.0 por 1000 hrs de entrenamientos y 33.9 por
1000 hrs de partidos para U21.
Estos datos reflejan el incremento progresivo de las
lesiones especialmente en partidos para los distintos
grupos de edades y en relación a las edades precedentes,
estableciendo el patrón que referíamos párrafos
anteriores de que la incidencia de lesiones
(especialmente de las lesiones producidas en partidos)
se incrementa con la edad y por lo tanto el riesgo de
lesiones se incrementa especialmente en competencias a
Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com)
medida que esta se hace de mayor intensidad y se
asemeja al ritmo y demandas del juego en adultos.
En este trabajo también es claro el mayor porcentaje de
lesiones traumáticas que por sobreuso, siendo las
lesiones más frecuentes las lesiones ligamentarias en
zonas de la rodilla y tobillo; y las lesiones musculares
no traumáticas (distenciones y desgarros) y traumáticas
(contusiones), especialmente en la zona del muslo.
Siendo también estas lesiones en su mayor porcentaje las
más severas en términos epidemiológicos.
Las conclusiones de este trabajo son que la incidencia de
lesiones en futbol U19 y U21 se incrementa
progresivamente con la edad, especialmente la
incidencia en partido, y que la distribución lesional
respeta las zonas estipuladas como más riesgosas en este
deporte, las articulaciones de tobillo y rodilla y los
músculos del muslo.
Punto clave
 El índice de lesiones se incrementa con la edad y el
nivel de competencia.
 Las lesiones musculares incrementan su incidencia
en las edades mayores.
 Las articulares de rodilla y tobillo, son las zonas
más afectadas en todas las edades de este deporte.
 Existe una lesión prevalente entre los 9 y 13 años
(coincidente con el pico de máximo crecimiento en
altura) que es la lesión de Osgood- Schlater.
EL PROBLEMA DEL REGISTRO DE LAS
LESIONES POR SOBREUSO
Partiendo de la definición de lesión por sobreuso, como
toda lesión ―producida por repetidos microtraumas sin la
presencia de un evento responsable de la lesión‖ (Fuller
et al, 2006) e incluyendo también el termino de
comienzo gradual de los síntomas (Bahr, 2009).
Podemos entonces ahora plantear la discusión que existe
en la literatura actual sobre como registrar
epidemiológicamente estas lesiones, para entender mejor
sus factores de riesgo luego.
En muchos casos es bastante simple determinar cuándo
una lesión es por sobreuso y cuando traumática, pero en
algunos casos esto es menos claro.
En el fútbol el consenso epidemiológico, resulta
aclarador en gran parte de la recolección epidemiológica
de los datos relacionados a las lesiones, y si tenemos en
cuenta que el mayor porcentaje de lesiones en futbol
corresponden a las lesiones traumáticas, el problema del
13/17
registro de lesiones en futbol queda contextualizado en
gran parte.
De todas maneras, el problema del registro de las
lesiones por sobreuso en fútbol, radica en que éstas
serán registradas solo cuando el jugador detenga su
entrenamiento y pueda ser catalogada como una lesión
con pérdida de entrenamientos y juegos. Este hecho
subestima un grupo de lesiones que si bien no retiran al
jugador de la práctica activa del deporte, en algunos
casos modifica el tipo de entrenamiento del sujeto o
limita su rendimiento.
Es entonces importante resaltar aquí como puede
graficarse el proceso de producción de la lesión por
sobreuso antes de que el atleta notifique la presencia de
síntomas o sea retirado de la práctica activa del deporte.
Figura 12. Visión general hipotética del comienzo de la lesión
tisular y el dolor en una lesión típica por sobreuso (Tomada de Bahr,
R, 2009).
En este grafico puede observarse como fuerzas de bajo
grado pero repetitivas exceden la tolerancia del tejido y
producen la lesión por sobreuso. Estas fuerzas quiebran
en algún punto la homeostasis propia de carga y
adaptación-reparación del tejido, generando un daño
progresivo hasta determinarse la lesión por sobreuso.
(Figura 12).
En fútbol, si bien su incidencia es baja, las lesiones por
sobreuso más frecuentes representan las tendinopatías
rotulianas y aquileas, o los síndromes de fricción de la
banda iliotibial, así como otras tendinopatías menos
frecuentes (Tibial posterior, Peroneos, etc.).
Entonces desde esta perspectiva, resultan subestimadas
una serie de lesiones frecuentes en la práctica del futbol
que, si bien no retiran a al futbolista de la práctica activa
del mismo, pueden limitar su rendimientos.
Grupo Sobre Entrenamiento (www.sobreentrenamiento.com)
Es entonces en este sentido que se podrían plantar
algunas consideraciones en cuanto al análisis de este tipo
de lesiones.
Resulta necesario, en la medida de lo posible registrar
tanto las lesiones con atención medica (es decir aquellas
consultas medicas que no representan una separación del
futbolista de la práctica activa del deporte) como las
lesiones con pérdida de entrenamiento y partidos. De
esta manera podría estimarse mejor la incidencia d estas
lesiones por sobreuso.
Por otro lado, el análisis de la prevalencia en relación a
este registro integrado o no de las lesiones por sobreuso
reportaría mayores beneficios epidemiológicos,
pudiendo determinar relaciones entre el tipo de
entrenamiento, volumen, intensidad, factores de riesgo
intrínsecos asociados y las lesiones por sobreuso y la
cantidad de jugadores afectados por la misma en un
momento determinado de la temporada.
También resulta interesante aplicar aquí un registro o
control validado de los síntomas, para determinar la
severidad y evolución de las lesiones por sobreuso, más
que determinar la severidad a expensas del tiempo
perdido de entrenamiento y partidos. Ejemplos de estos
serian los scores VISA P y A para el monitoreo de las
tendinopatías rotulianas y aquileas (Bahr, 2009).
En conclusión con este apartado podemos decir que este
tipo de registro paralelo no invalida el consenso de
registro lesiones en fútbol, sino que lo aumenta (Bahr,
2009) procurando un mejor registro de las lesiones por
sobreuso, para poder luego entender mejor sus causas y
factores asociados. Así se buscará intentar disminuir su
incidencia o la pérdida de rendimiento de los futbolistas
que las presentan (lesiones por sobreuso) modificando
el entrenamiento para disminuir el efecto nocivo de
ciertas actividades, remplazándolas por otras que
cumplan objetivos de rendimiento similares y no
presenten un incremento del daño estructural.
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