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Ejercicios Espirituales Colegio Babeque

9 al 10 de marzo 2018, Manresa Altagracia


Anotaciones, Modos oración, Principio y Fundamento

Normas prácticas para hacer bien los ejercicios


Seriedad. Entra de lleno en los Ejercicios. Entra en ellos bien desde el principio. Empiézalos con grande
ánimo y generosidad, dispuesto a no negar a Dios nada de lo que te pida. Son pocos días: siquiera durante
ellos dedícate seriamente a pensar en las cosas de tu alma. De eso depende quizás tu salvación eterna y la
de otras muchas almas.

Actividad. Procura vencer la pereza y el desánimo. No te contentes con oír: trabaja tu personalmente en
hacer los Ejercicios bien persuadido de que, si no meditas tú, si no piensas en lo que oyes, si no reflexionas
sobre ti mismo, será todo inútil para ti.

Silencio. De él depende en gran parte el fruto de los Ejercicios. Entra en un profundo silencio. No hables
nunca sin necesidad. Para oír la voz de Dios. Para escuchar la voz de tu conciencia. Para no estorbar a tus
compañeros. Para crear un ambiente de recogimiento y oración. Dios y tú; nadie más en el mundo. Ni una
sola palabra inútil; aunque no te vea nadie.

Sacrificio. Merece con ¿él? las gracias que tanto necesitas conseguirías más gracias si te sacrificaras más.
Se generoso con Dios en sacrificarte. Ofrécele el sacrificio que supone la sujeción de estos días; retiro,
silencio, reglamento. Sigue exactamente la distribución: en el levantarte, acostarte, tiempo de lectura,
meditación en privado, etc. Cuanto más te sacrifiques, mayor fruto sacaras de los Ejercicios.

Meditación. Procura, sobre todo, aprovechar bien todo el tiempo que la distribución señala para meditar.
Es el acto más importante de los Ejercicios, el del trabajo personal, el de la asimilación de las verdades,
mediante la reflexión profunda. No te contentes con oír: piensa, reflexiona, medita. Junta la meditación con
la oración: pide a Dios con insistencia las gracias que necesites. Te podrías dar por satisfecho si salieras de
los Ejercicios habiendo aprendido a hacer oración.

Apuntes. Después de cada meditación, toma nota de lo que te haya impresionado. Notas personales,
impresiones intimas, sentimientos piadosos, propósitos que vayas haciendo para adelante. etc. Conviene
que escribas, es una manera sencilla de meditar: ir escribiendo lo que más te interesa recordar y lo que más
te puede servir el día de mañana.

Utensilios para orar. Recuerda tener a mano siempre tus lápices, diario espiritual, tu biblia y tu reloj. Estos
instrumentos son los que se utilizarán en cada momento de oración. El diario espiritual para tus apuntes
personales y exámenes de la oración y del día. Tu biblia para leer la lectura que vas a orar y tu reloj para
distribuir los momentos durante la oración y poder hacer el examen de la oración a tiempo.

Confesión. Si sientes que debes hacer una confesión, consulta con un sacerdote. Procura prepararte con
tiempo sin dejarlo para última hora.

Tiempos libres. Puedes caminar en silencio o pensar en algo que te haya llamado la atención durante el
día. Pero nunca lo utilices para hablar con nadie ni para pensar en compromisos y deberes por hacer cuando
salgas de los ejercicios.

P. Tirso Arellano, SJ

En Todo Amar y Servir

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