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Octava reimpresión, I gg3
ADVERTENCIA PRELIMINAR
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a impulsos de una realidad siempre apremiante y cada y tan le¡-ano. Lo mismo quisieron conocer de los gran-
vez más alejada de los viejos módulos peninsulares. El des problemas polÍticos y económicos que afectaban a
conjunto de estas nofinas constituyó lo que se llamó todas las Indias o a toda la demarcacióh territorial de
específicam ente derecho indiano. una Audiencia o un Virreinato, que de cuestiones peque-
Este nuevo derecho, o sea el derecho propiamente in- ñas que interesaban sólo a una ciudad o a un reducido
diano, presentó pronto como rasgos más característicos distrito rural.
los siguientes : Comprelrdían las dificultades que esto ofrecía, y mo-
vidos por la desconfianza en sus áutoridades coloniales,
1. ün casuistno acentuado y, €rr consecuencia, una multiplicaron las instrucciones de gobierno y complicaron
gran profusión. No se intentaron, salvo en contadas extraordinariamente los trámites burocráticos y admi-
ocasiones, amplias construcciones jurídicas que compren- nistrativos.
diesen las distintas esferas del derecho. Se iegisló, por
el contrario, sobre cada caso concreto y se trató de 4. Un ho'ndo sentid,o religioso y espiritual. La conver-
generalizar, en la medida de lo posible, la solución sobre sión de los indios a la fe de Cristo y la defensa de la
cada caso adoptada. religión católica en estos territorios fue una de las pre-
ocupaciones primordiales en la política colonizadora cle
2. Ilna tendencia asimiladora y uniformista. Se pre- los monarcas españoles. Esta actitud se reflejó amplia-
tendió desde la Metrópoli, primero por los monarcas de mente en las llamadas Leyes de Indias. En buena p-arte
la casa de Austria, y más todavía por los de la casa fupro4 dictadas estas Leyes, más que por juristas y hom-
de Borbón, estructurar la vida jurídica de estos terri- bres de gobierno, por moralistas y ieólogos. Sg acusa
torios con visión uniformadora y tratando de asimilar- en ellas, sobre todo al abordar el difÍcil problema del
los a las viejas concepciones peninsulares. indio, un tono de plausible elevación morall pero se des-
No hay que ercagerar, sin emb'argo, los resuttados, ni conoc_en al propio tiempo, o se tratan de soslayar,
awn lo's propósitos de esta política. La realidad se im- ineludibles imperativos económicos y sociales.
puso y unas mismas instituciones adquirieron modali- Esta es la causa de que se observe, a lo largo de toda
dades diferentes en las distintas comarcas, según el la vida jurídica colonial, un positivo divorcio entre el
ambiente geográfico, social y económico en que hubieron derecho y el hecho. Una fue la doctrina declarada en
de desenvolverse. No faltan, por otra parte, en la pro- la ley 1r ot¡a la realidad de la vida social. Se quiso ir de-
pia legislación, preceptos dictados con una clara visión ma-siado lejos en el noble afán de defendér para el
realista que admiten la vigencia de las prácticas consue- indio un tono de vida elevado en el orden sociál y en
tudinarias aceptadas en cada lugar.s el orden espiritual, y al dictar, para protegerle, noimas
de c_umplimiento difícil o imposible, se dió pie, sin de-
3. Una gran mínucio'stdad reglamentí.s/4. Los monar- searlo, para,que de hecho prevaleciera en buena parte
cas españoles quisieron tener en sus manos todos los la -arbitrariedad, quedando el indio a merced de los éspa-
hilos del gobierno de un mundo tan vasto, tan complejo ñoles encomenderos y de las autoridades de la colonia.*
e El buen legislador, decía Solórzano, "ha de acomodar sus Este descondcimiento de la realidad, unido a la mi-
preceptos conforme Ias regiones, y gentes a quienes los endereza, nuciosidad reglamentista de los monarcas, señalada an-
y su disposición y capacidad" (Política Indiana, según cita de teriormente, explica también una práctica política y ad-
Levene en su Introducción, p. 36). Este respeto a Ias prácticas ministrativa que es necesario tener en cuenta para
consuetudinarias de cada lugar se advierte en la regulación jurí-
a Véase mis Instituci,orces socí.ales de la Améica españala du-
dica de algunas instituciones referentes a los indios: cacicazgos,
tasaciones de tributos, mita, pago de diezmos, etcétera. rcnte el perioda coloniol, La Plata, 1934.
t-
14 BASES JURfDICAS DE LA COLONIZACIÓN BASES JURIDICAS DE L"A, COLONIZACIÓN 15
comprender, en su justa verdad histórica, la vida jurí- En cuanto a Ia influencia positiva que lograron ejercer
dica de los territorios indianos. Con frecuencia apela- en la vida de las instituciones jurídicas iolonidás las
ron las autoridades coloniales, frente a Cédulas Reales primitirzas costumbres de los indios aborígenes que no
de cumplimiento difícil, o en su concepto peligroso, a la estuvieran en clara contradicción con los principioi besi
socorrida fórmula de declarar que se acata Wro mo se cos del-Estado español, es cuestión que nó ha sido toda-
curnple. Recibida la Real Cédula cuya ejecución no vía suficientemente estudiada. Sabemos, no obstante,
se consideraba pertinente, el virrey, presidente o gober- que dej_aron_ huella considerable en orden a la regula-
nador, la colocaba solemnemente sobre su cabeza, en ción del trabajo, clases sociales, régimen de la tiérra,
señal de acatamiento y reverencia, al propio tiempo que ctcétera, instituciones tan representativas como los caci-
declaraba que su cumplimiento quedaba en suspenso. cazgo's, la mita y otras que examinaremos en el mo-
No implicaba esta medida acto alguno de desobedien- mento oportuno.
cia, porque en definitiva se daba cuenta al Rey de lo
acordado para que éste, en última instancia y a la vista
de la nueva información recibida, resolviese. Y si bien B. C¡nÁcrm DE I-aS ExpEDrcroNES DEscuBRrmRAS: EL ES-
es cierto que al amparo de esta costumbre pudieron co- FUERzo pRrvADo TNDTvTDUAL y r¿ ¡,ccróN oFrcrAL DEL
meterse abusos y arbitrariedades por parte de algunas Esreoo. Las caprrulAcroNEs. por,frrce DE poBLAcróN:
autoridades, no lo es menos que, gracias a ella, pudo LAS ORDENANZAS DE 1573
dotarse al derecho colonial de una cierta flexibilidad que
le era muy necesarta, y que de otro modo no hubiera Sc ha dicho, y es una verdad histórica absolutamente
podido conseguirse dada Ia tendencia centralizadora de comprobada, que el descubrimiento, conquista y coloni-
los monarcas y de sus hombres de gobierno.s r.ación de América española, fue una obra eminentemente
Cerremos estas observaciones haciendo notar que, fren- popular.
te al derecho propíame,nte indíano, el derecho de Casti- Significa esto que en las expediciones descubridoras
lla sólo tuvo en estos territorios un carácter supletorio; predaminó el esfuerzo privado, indivídual, sobre la ac-
únicamente a falta de precepto aplicable en la llamada cíón ofícíal del Estado.
legislación de Indias, podía acudirse a las viejas fuentes
del derecho castellano peninsular. Advirtamos, sin em-
. El títu]o jurídico que sirvió de base a toda expedición
rlc descubrimiento o nueva población fue la c,apitulación
bargo, que aun siendo esto así, jugó este derecho caste- o co¡rtrato otorgado entre la Corona o sus representan-
llano un papel preponderante en lo que se refiere a ia fcs y el jefe de la expedición proyectada. En éstas capi-
organización jurídica de la familia y al derecho de su- Itrlaciones, que recuerdan poi su carácter y contenido
cesión.6 Ias viejas cartas de poblaclón de la Edad Media caste-
llan'a, se fijaban los derechos que se reservaba la Corona
5 Esta facultad cle las autoridades coloniales de suspender la cn los nuevos territorios a descubrir y las mercedes
aplicación de las Rea1es Cédulas que pudieran estar básadas en t'r¡ncedidas a los distintos,participantes en la empresa
informaciones erróneas, la reconocieron las Leyes XXII y XXIV,
tít. I, lib. II de la Recopilación de 1680. Bovadilla, en su P+ tlcscubridora. El estudio dé sus óláusulas pone de re-
lítica para cotegidores. .. Lib. II, cap. x, Madrid, t775, decia liervc que sólo en muy contadas ocasiorr". llo, .rriuj",
que Ias leyes que se dieron contra derecho y perjuicio de partes, colombinos, las expediciones de pedrarias Dávila y la de
no valgan y sean obedecidas y no cumplidas. (Cita de Levene en Ma¡¡allanes- participó el Estado directamente en el
su "Introducción", p. 31, n. 2,) t'oslcamiento de los gastos que la expedición originaba.
e El desarrollo histórico de estas observaciones puede verse
en mi libro El derectn de f,amilin y eI dereclw de wcesíón qt l.r).(:or-riente es que todos los gastos fueran de caigo del
la legislación de Indias, Madrid, 192.1. irrrlivicluo que organizaba la expedición, el cual lodia
i
ser al propio tiempo caudillo militar de la misma, o sim- rinl. el título de Adelantado con un carácter
Se otorgó
plemente su empresario o finanzadot.T vitalicio o hereditario al jefe de la expedición descubri-
Esto explica que, en ocasiones, la capitulación se con- rkrra; se le facultó para repartir tierras y solares, y en
virtiera en un verdadero título negociable y fuera ob- rrcasiones también para hacer repartimientos de indios;
jeto de diversas operaciones jurídicas: ventas, traspasos, sc Ic autorizó para la erección de fortalezas y para gozaÍ,
permutas, contratos de sociedad, etcétera. En algunos vitalicia o hereditariamente, de la tenencia de las mis-
historiadores de la conquista Díaz del Castillo: nr¿ls; se le permitió la provisión de oficios públicos en
-Bernal
Historia de la conquista de Nuet¡a España- se contie- las ciudades de su jurisdicción, y se unieron a éstas
nen a este respecto noticias del mayor interés.8 ot¡'¿rs lucrativas recompensas de carácter patrimonial.lo
No faltaron voces que denunciaron los vicios graves Fue así como la vieja Edad Media caqtellana, ya supe-
que se derivaban de este sistema privado aceptado por lacla o en trance de superación en la Metrópoli, se pro'
los monarcas españoles. Recordemos entre otros al licen- continuó en estos territorios de las Indias.
'vctctó y sepesar
ciado Alfonso de Zuazo y al P. Las Casas. A pesar de Pcro, a de esta preponderancia del elemento pri-
ello, eI sistema prevaleció y fue sancionado expresamen- v¿rclo en las empresas descubridoras, la presencía del
te en las ordenanzas de Felipe II, de 1573,y enla Reco- llslado españm,I se acusa con matices más o menos acen-
pilación de Leyes de la.s Indias, de 1ó80. Pesó más en el Iuaclos desde ios primeros descubrimientos.
ánimo de los reyes de España la economía de gastos para No se consideran nunca los nuevos territorios descu-
el Tesoro que este sistema implicaba, que las dificul- bicrtos corno meras factorías comerciales o depósitos de
tades de carácter político y social que al propio tiempo esclavos. Colón y sus continuadores obraron siempre
producía.e cn nombre de la Corona de Castilla y con tal carácter to-
Las consecuencias jurídicas, originadas por este siste- maron posesión de las tierras y mares que descubrían}l
ma preponderantemente privado, fueron importantes. La No sé produjeron desmembraciones de la soberanía
fuente primera ¡z principal del nuevo derecho en los te- t,n el ordén jurisdiccional: de los fallos dictados por las
rritorios de nuevo descubrimiento, la constituyeron las ,ir-rsticias nombradas por los descubridores podía ape-
capitulacíones. Tuva así este derecho, en sus orígenes, larse ante los Tribunales del Rey, y esto aun en los casos
un carácter particutarí.sfa, porque cada capitulación cons- clc privilegios más excepcionales.
tituyó el código fundamental de carta puebla Las cláusulas sobre el buen tratamiento de los indios
-especie
o fuero municipal- en el territorio a su amparo des- se intercalaron en los textos de las capitulaciones tal y
cubierto. como quedaron fijadas en la Real Provisión de 17 de
Por otra parte, la necesidad de recompensar con lar- noviembre de t526. También se hicieron constar en los
gueza a los particulares que todo lo ponían y que tanto tcxtos de las capitulaciones los fines espiritu,ales de la
arriesgaban en estas expediciones descubridoras, motivó conquista, junto con los fines políticos, con lo cual se
la concesión a los interesados en las mismas de privile- accntuó el carácter público de estos contratos.
gios extraordinarios de carácter acentuadamente seño- Se impuso, poco a poco, en el contenido de las capitu-
? Una construcción sistemática sobre el carácter.y contenido laciones, una tendencia a la uniformidad y se dictaron
de las c,apitulaciones puede verse en mi estudio El derecho de nonnas reales complementarias, en las que se acusaba
propied,ad en ta legisl,acíón de Indias, Madrid, 1925, incluido en una verdadera política de población que tiene manifes-
Estudios de hist'oria del derecho esp,miot en las Indias (Universi-
dad Nacional de Bogotá, 1940) y en Silvio A. Zavala, Las instit* 1o Véase mi citado estudio, Et detecha de propieiltad. en la
ciones iurídiaas en la conquista de América, Madrid, 1.935. "rrl"acian de I ndías.
l.c ¡¡,k
8 Véase Silvio A. Zavala, ob. cit. Silvio L. Zavala, ob. cít. Reproduce a este respecto algunos
s lbidem. rkrcumentos históricos de interés.
18 BASES JURfDICAS DE LA COLONIZACIÓN
En el índice de las persaws prohibidas en las expeü- y mallorquines, siendo ésta la doctrina que se recoge en-
ciones descubridoras o colonizadoras figuraron: los des- la Rempdtacion de 1680.
cendientes de moros o judíos, los herejes reconciliados Persistió la prohibición para los extran:jeros en sentído
o castigados por la Inquisición, los negros ladinos y los estricto. Incluso para aquellos europeos que en ocasio-
gitanos. No se ha investigado todavía suficientemente nes portugueses, habitantes de las Sicilias
el alcance que haya podido tener el posible divorcio en- y del-flamencos,
Milanesado- tuvieron que reconocer la soberanía
tre el derecho y el hecho en orden al cumplimiento de política de los monarcas españoles.
estas prohibiciones. La doctrina legal expuesta no cerró de un modo abso-
Una última observación a hacer es la de que, pasados luto a los extranjeros toda posibilidad de acceso,a las
los primeros tiempos de los descubrimientos, se generb Indias. La incapacidad legal que de su condición de
Iizó el sísterma de organízar las rurcvas expadicianns cwt extranjeros derivaba, pudo subsanarse de un modo legal
los núcleos de pobtadares ya radicadas er¡ las lrlúias. también, obteniendo la carta Real de noturalización.
Con esto se economizaban gastos, se aprovechaba la ex- Los requisitos que se exigieron para obtener estas
periencia ya adquirida por estos pobladores en los terri- cartas de naturaleza, así como los efectos jurídicos de
torios indianos y se atajaba la disminución alarmante las mismas, cambiaron según los tiempos y las circuns-
de la población peninsular. Pero se creó un nuevo pro- tancias.
blema, la posible despoblación de ciudades coloniales En un primer momento bastó para conseguirlas haber
recién fundadas, al que hubo necesidad de hacer frente vivido diez años con casa abierta y estar casado con
con medidas muy rigurosasl! mujer natural del Reino de Castilla. Los abusos que en
este orden de cosas se cometieron, falseando las infor-
maciones exigidas, y el incremento peligroso que tomó
B. EI'pRoBLEMA JURfDrco DEL ExTRANJERo EN r¿, @LoNr- el comercio de extranjeros, fácilmente naturalizados al
zacróN sspAñorA DE.AMÉRrcA amparo de estas dispósiciones, motivaron nuevas cédu-
las reales de tendencia restrictiva. Se elevó a veinte el
Aceptando preceptos'generales imperantes en la época número de años de residencia previa, se exigió la pose-
en todos los pueblos europeos, se decretó que sólo los sión de bienes raíces y se determinó que sólo el Consejo
súbditos de la Corona de Castilla estaban autorizados de Indias, y no corno antes la Casa dela Contr^tación áe
para pasar a las Indias y para comerciar con estos te- Sevilla, pudiera entender en la concesión de estas natu-
rritorios. ralizaciones.
Como extra,nieras fueron considerados, a este respec- No fue la naturalización el único camino legal que per-
to, los propios españoles peninsulares nn castellarns. mitió a muchos extranjeros arraigar en los territorios
Carlos V quiso equiparar a los efectós del comercio con indianos, o sostener co'n ellos, desde la Metrópoli, rela-
las Indias a todos los súbditos, castellanos o no, de su ciones cornerciales. La necesidad de fo nentar, en las
Imperio. Pero este criterio de amrplitud no logró preva- Indias el ejercicio de ciertos aficíos y profesíones mecá-
lecer. Pronto, sin embargo, a partir de 1596, lograron nic,as hizo abrir la mano a los gobernantes españoles y
ser iguales a los castellanos los otros españoles de la permitir la entrada en aquellos territorios a extranjeros
Península: navarros, aragoneses, catalanes, valerrcianos hábiles en semejantes menesteres, mediante examen de
capacidad y prestación de hanza, garantizando que se-
rz Se llegó a castigar con pena de muerte y confiscación de guirían-desempeñando en las Indias los oficios en los
bienes a los que, sin el debido permiso, abandonasen una ciudad cuales habían acreditado su eficiencia.
recién fundada para sumarse a nueva expedición descubridora. Pero también al amparo de estas autorizaciones hu-
Véase mi citado estudio El dereclp dc propiedod....
72 LAS INSTITUCIONES SOCIALES LAS INSTITUCIONES SOCIALES 23
bieron de cometerse abusos, que motivaron medidas res- que alcanzó el oficio de Adelantado y, en los casos de
trictivas recogidas en la Recopilación de Ió80. iluv".iáti*" histórico, el disfrute de títulos nobiliarios,
Quedó siempre abierta, sin embargo¡ la posibilidad de ,rnidot a otros importantes privilegios. Con el tiem-po
la licencia individual, conseguida por algún título desta- ;;r;d"j" ál entrónque de ésta alta aristocracia colo-
cado concurrente en el favorecido de explotar
algún aparato de su invención útil-promesa
para intensificar las ni^i-!oni; vieja nobleza de la Metrópoli' A1 avarrzaÍEs- La
t" hi"o más acentuada 1á presencia del
granjerÍas de perlas, e[ laboreo de las minas, etc.-, y, en "ofá"itá"ió" de una buro-
riltimo término, como recurso supremo, la composición ;;6;;t"ñol en estos territorios por medio puestos más ele-
crácia óxcesivamente frondosa, óuyos
o pago de una cantidad por la obtención de permiso para
continuar viviendo en las Indias aquellos extranjeros vados en el gobierno y en Ia administración fueron
que habían logrado arribar a ellas de manera clandes- o".rpá¿ot por índividuoi d" esa misma nobleza peninsu-
tina. Estos expedientes de compsícíón de extranjeros lar,'que sé mantuvo ausente en la etapa heroica de los
descubrimientos.
--ñ;-;;colonizadora de españoles que no logró sgpre-
se resolvieron con criterio de mayor o menor amplitud,
segrin las necesidades del Tesoro.
-dores iát capas
puiá. sociales inferiores
Tal fue la doctrina legal imperante en la materia: -peque,ño¡ ""ltiYi-
de la tierra, menestrales.y artesanos de las cruda-
lo mismo las normas generales prohibitivas, que las ex- des- vivieron económicamenté con el esfuerzo de su
cepciones admitidas legalmente. El volumen que la pe- pi'opio trabaio, agrupados en sus corporaciones gremia-
netración de extranjeros logró alcanzar al amparo de i""io, en los distintos oficios que est'-
estas excepciones, o por vía clandestina, no ha sido inves- "rp"óiuii"ádoi
tigado suficientementeJ8 ;8r." ra-dicados en poblaciones relativamente -impor-
iñ;;, y á tu sornbra protectora, en el orden político y
á¿r"i"ir1ráti"o, ¿" las' viejas instituciones municipales
C. I¿TS CIASES SOCIALES EN If}S TERRITORIOS INDIANOS de Castilla trasplantadas a estos territorios'
Se entrecruzaron con estos grupos sociales de espa-
Al calor de los grandes privilegios señoriales concedidos ñoies los mestízos y los críofios. No constituyer-on é-stos
a los caudillos o empresarios de las expediciones des- ;;;;i;" social piopiamente dicha ni en el indiano orden ju-rí-
cubridoras, pronto surgió en los territorios de las Indias &;;l el ord^en^económico. EI' derecho les
una nueva aristocracia colonial integrada por los des- ;;;;-;;; "" ¡tá"o de igualdad con los pr.op-ios españoles
cendientes de los primeros descubridores, qrie llegó a su- peninsulareJaquí radicados. Pero la realidad social fue
perar, en ocasiones, tanto en poderío como en riguezas, a ilt;ñ. Con'reiteración fueron apartados de los altos
Ia vieja nobleza de la Peninsula. L,a encomisnda, ins- ,""1tá* á" üvida política y adminiitrativa de las ciuda-
titución de la que habremos de ocuparnos más adelante, 'd;;";;1."t;üt, ; i"tut dé las nobles advertencias de
fue la base principal del sostén económico de estas nue- ;1il;t-tt;tadistas^ como Juan de SolórzanoÍe
vas familias aristocráticas. ---f;;; ;na esferaeminentes,
servil o intermedia entre la servi-
Dentro de este grupo social más elevado se acusaron, ¿"-ili"-v ia iibertad, completan el cuadro de los grupgs
con los resultados distintos de los primeros descubri- ilñ;; if"r p"ti"ao'colonial, Ios negr'os de im-portados de
mientos y conquistas, los obligados matices diferencia- ;i"d, africa}as y los indios aborígenes las distintas
les: desde el simple encomendero hasta el conquistador conquistadas.
-"i;;ñññ"iui"to"
comarcas
18 Véase mi estudio "[,os portugueses y eI concepto jurídico
en una situación de esclavitud'm
de extranjería en los territorios hispanoamericanos durante el le Véase Levene, ob. cit.
periodo colonial", publicado en mi libro citado Estt¡día de his- *
toria del derecha españal efl las Indias. üéai; u óui. .lá1i"" de Saco, Historía de ls' esctottít^d dF
t" ,rzs'*áil en lt ttf*á u""'m y la tesis doctoral de Alcalá
% LAS INSTITUCIONES SOCIALES I.AS INSTITUCIONES SOCIÁLES 25
salvo en aquellos casos individuales en que consiguieron hubo de persistir hasta que decretó su total abolición ia
la libertad por la manumisión. La condición jurídica, segunda Audiencia nombrada para este territorio.
económica y social de los segundos, presenta una com- No se conoce el volumen económico que estas co-
plejidad mayor, y por su interés histórico merece ser rrientes esclavistas lograron aLcanzar?
exp-uesta con una mayor amplitud.
2. Repartimientos de imdios y encomiendas
D. Los rNDros: su coNDrcró¡r ¡unfrrca, E@NóMrcA y
SOCIAL Los indios, considerados como hemos visto, en términos
generales, como vasallos libres de la Corona de Castilla,
1. EI problerna d.e la escta'vitud y de la tibertad de I'os vieron condicionada esta libertad en el orden doctrinal
aborígenes al ser equiparados, jurídicamente, a los rústicos o ?ne-
na'res del viejo derecho castellano; o sea a aquellas per-
Por Real Cédula de 20 de junio de 1500 se condenaron sonas necesitadas de tutela o protección legal.
las actividades esclavistas desplegadas por Colón en las Esta declaración repercutió, según veremos, en todas
Islas por é1 descubiertas y se declaró que los indios de- las esferas del derecho. Pero, además, en el orden estric-
bían ser cbnsiderados, jurídicamente, co no vasallos li- tamente económico también vieron los indios cercenada
bres de la Corona de Castilla. su libertad por medio de las instituciones reguladoras
Se admitió, sin embargo, que pudieran ser tenidos del trabajo, entre las cuales figuran en primer término
como esclavos los indios cautivos en just.a guerra. te- Ios repartímient'o,s y las enao'míendas.
nor del conocido requerimiento redactado por el -acéle- La costumbre de repartir indios entre los españoles
bre 1'urisconsulto castellano Palacios Rubios. Pero al am- colonizadores para que pudieran beneficiarse con su tra-
paro de esta excepción se cometieron tales abusos que, bajo, fue establecida de manera violenta, contraviniendo
en2 de agosto de 1530, hubo de decretarse que ni aun en los preceptos legales; pero logró al cabo prevalecer y
los casos de guerra iusta pudieran ser hechos escla- genetalizarse, después de un largo proceso de contradic-
vos los indios que se cautivasen. torias vacilaciones por parte de los monarcas, que tuvie-
F;n20 de febiero del año de 1534 se restableóió el prin- ron eco acusado en la primera legislación. Se repartieron
cipio anterior en cierto modo' esclavista. La doctrina indios para el cultivo de las tierras, para la guarda de
sancionada al cabo como definitiva en las Leyes nuer)6ts los ganados, para el laboreo de las minas, para la eje-
de 1542 y en la Recopilación de 1680, estableció que sólo cución de obras p'úblicas, y-éir general para toda clase
pudieran ser sometidos a esclavitud los indios caribes, de actividades económieáí
los araucanos y los mindnnnos, rebeldes siempre a la do' Se repartieron también indios a título de anporníendn.
minación española. La enmmíevtda es una institución de origen castellano
Al margen de estas disposiciones legales prevaleció en que pronto adquirió en las Indias caracteres peculia-
Nueva España la exportación como esclavos a las Anti-
llas de los indios de Pdntrc,o, argarrizada y defendida por zr Véase mi estudio citado Et derecÍu de propí.fud en ln
el gobernador Nuño de Guzmán. Esta exportación, rea- legíshción de Indias; mis ensayos, también citados, Algwws
lizada sobre la base de cambiar 100 indios por un caba- wnsiderosínaes en torno a la pollti.m española, y fisml del Estado
llo, primero, y sólo 15 indios por un caballo, después, espaful en las Indias, y mi übro Instittrcianes socinles de.la
Amériaa, española durante el perisfu calonial. Véase también
Sitvio A. Zavala, ab. ctt,, y "Lff trabajadores antillanos en el si-
Henke, In esclmtitud de tos negros en la Amérím esfiola, Ma- glo xv.r", publicado en el ne 2 de Ra¡ista de Histaña fu An¿rie,
drid, 1919. México, 1938.
26 I.AS INSTITUCIONES SOCIALES
LAS INSTITUCIONES SOCIALES N
Pero en donde la intervención del legislador español csl'ucrzo y perseverancia de los religiosos de esta Orden,
se hizo más necesaria fue en la regulación de Ia mita quc se crelran importantes !úcleos de población en
minera. Fue éste uno de los servicios personales más r:r,giones hasta entonces no colonizadas, y que vivieran
duros de cuantos pesaron sobre el indio trabajador. st¡incticlas a nonnas de trabajo y convivencia social, den.
Carlos V decretó su abolición en 1549 para las minas de lro cle los principios de la religión cátólica, numerosas
Nueva España, haciéndose extensiva esta prohibición l'rrnilias ináias que antes vivían errantes y entregadas a
poco después para las minas del Perú y Nueva Galicia. cr¡stumbres no civilizadas.
Pero estos preceptos abolicionistas no lograron preva- La organización de estos pueblos indios de las mi-
lecer. Los altos poderes de España tuvieron que ceder siones jesuitas se ajustó a nonnas de una rígida- discipli
ante exigencias económicas de gran fuetza, y la mita na. Bajo ella encontraron los indios un estimable bien-
miner,a continuó, aun cuando se procuró proteger al in- r:star material, conseguido a expensas de una entrega
dio mitayo con una serie nutrida de normas legales, que lbsoluta en el orden espiritual y de una total anulación
cobran su más sistemática expresión en las ordenanzas clc su propia personalidád, pero con elevación evidente de
del Virrey Don Francisco de Toledo, y que fueron incor- su nivel de vida.
poradas al título XV del libro VI de la Recopilación Estas del Paraguay no fueron las únicas misiones co-
de 1ó80. Ic¡nizadoras creadas en las regiones fronterizas de las
Al propio tiempo que se procuraba regular con un sen- clistintas comarcas de América. Tampoco fueron los je'
tido humanitario el trabajo del indio mitayo, se dictaron suitas los únicos reiigiosos fundadores de pueblos o re-
otras disposiciones de carácter tutelar también, prohi ducciones de indios sometidos a la tutela de misioneros.
biendo determinados servicios personales de los indios Pero las misiones de jesuitas de La Guaira alcanzaron un
y fijando nonnas para la regulación de otros que, a pe- volumen tan destacado que sobrepasan a todas las otras
sar de su dureza, no se consideró oportuno suprimir. Tal cn importancia. Cuando los jesuitas fueron ex,pulsa-
ocurrió con el trabajo en tambos, recuas y transportes; dos en 1767,Los pueblos indios de sus misiones fueron
con las obras para la construcción de fortificaciones mi- cntregados a funcionarios civiles, secundados en el orden
litares y con el sen'icio de los remeros de las naves espiriiual por sacerdotes pertenecientes a otras Órdenes
dedicadas a la navegación fluvial.2ó religiosas.2c
ral, que todos pudieran descubrir y beneficiar libremente El grado de desarrollo que en el orden económico lo-
las minas, pagando a la Corona eL qui:nto y aun en oca- ot'oioñ-ái"unzar las explotáciones mineras, a io largo del
siones sólo el diezmo o el vigésimo. ñ"ii"do colonial, no há sido estudiado suficientemente.
'-buUl*ot por Ántonio de León Pinelo que la explota-
- 3r En fecha que no se puede puntualizar se ordenó que
fueran tornadas para el Fisco todas las minas que en los r,¡ón'directu d" lut minas reservadas a! Rey no dio,-.en
documentos de la época se designan de uná manera gcneral, buenos resultad-os, por lo que las más de ellas
vaga, pero expresiva, como "minas ricas o de nación". ," u"rrdi".on o se arrendaron a los particulares'm
49 Desde entonces parece que se distingue entre las
minas "ricas o de nación" y las que pudiéramos llamar
ordinarias. D, Cou¡ncro Y NAvEGAcTÓN
Las primeras se las reservan lo's monarcas. Las segun- lil régimen de comercio y navegación entre España y
das se siguen beneficiando libremente por los particu-
-privilegio l¡r.s In?ias descansó en el-principio del monopolio esta-
lares, pagando el quinto. A veces, por espe- i;i;"id; en favor del puertó de Sevilla v de los grandes
cialísimo, se concede también el aprovechamiento -de lnercaderes radicados en esta ciudad.
Qguéllas, pero sólo por plazos de tiempo muy cortos: Sien un primer momento fue Cádiz el puerto de.pa¡-
de ordinario uno o dos años. tiü párá lás Indias, al crearse en- 1503 la Casa de la
5* No sabemos hasta cuándo se mantuvo este estado Co"tiutu"i¿n de Sevilla, organismo del cual más adelante
de cosas; pero ya en las Ordenanzas del Virrey Don Fran- f,"ti"*ói ¿á o"rrpu*ot, palsó a ser esta última ciudad el
cisco de Toledo se presupone. como vigente otro estado .¿;t- metropofitano de-todo el comercio deporUltramar'
de derecho distinto: que todo descubridor de minas, sin Todavía durante el reinado de Carlos I, razones
hacer distinción entre ellas, estaba obligado a consentir tle técnica comercial, se creó en La Coruña una Casa de
que en el terreno denunciado se acatd,se Lxna veta,la me- lo Cót*tutución de la especiería, ya que el comercio de las
jof, como mina de Su Majestad. i.ti"á^ se hacía "n ttarríos de hondo calado para los cua-
En la Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias l"í *t"ti"ba insuficiente, o por lo menos peligroso, puertos
el
de 1680 ya no se habla de esa Mina de Su Maiestad. Se rlo de Sevilla. Y en 1529 se habilitaron nuevos
permite a todo descubridor el libre aprovechamiento de neninsulares: Bavona, Coruña, Avilés, Laredo, Bilbao,
Ia mina por él descubierta, con sólo la obligación de pa- ban Sebastián, Málaga'y Cádiz, además de Sevilla, para
gar al Fisco el quinto de los beneficios obtcnidos, Iibres el tráfico con las Indias'
de todo costo. Pero en el reinado de Felipe II se acusa un retroceso
Todo el derecho colonial cle r¡inerfa mantiene con fir- *rtu lohiica de tendencii abierta y liberal' Triunfa-
meza el principio cle ln scparación entrc cl dominio del ""
ron con este monarca las tendencias centralizadoras, tan
suelo y el dcl subsuclo. Comr¡ corn¡rlemcnto clc esta doc- ;;;t;; t ilespíritu de burócrata, y los intereses de los
trina jurldica scñalamos ln im¡rortancia grande que grandes
- ntt tot comerciantes de Sevilla.
desde el punto dc vista tclcnico v socinl tuvieron las Or- primeros años de su reinado, en 1561, se reg-ula
denanzas del Virrey Do¡r Frmnciseo rlc Toledo, y recorda- tol" ü-"uvegación a las India-s, según el régimen lla-
mos las palabras del gran histol'iirdor" argcntino Ricardo mado de flotás y galeones. En 1579 se derogó la Real
Levene, según las cuales "cl elcreclrt¡ clc mincría indiano CJ¿"lu de 1529, qu"e habría al tráfico con las Indias los
adquirió caracteres más técnlcos v r:sl)ceialcs con las nueve puertos antériormente citados. Quedó Sevilla como
ordenanzas de 1783, dictaclas ¡rarn Nuevn Espafia, exten- único puerto de partida y de regreso.
didas dos años más tardo al Pcrúr y Chilc y generali- 2s Véase mi estudio citado, Et dereclw de ptryiedad en l'u le'
zadas después a todos los temitclrlos his¡ranoamericanos". císlación dc ltúias.
N LAS INSTITUCIONES ECONÓMICAS LAS INSTITUCIONES ECONÓMICAS 4I
Ya en 1526 se había prohibido que las naves mercan- norte de España, con privilegios importantes para dedi-
tes españolas pudieran navegar aisladamente. La trave- carse al comercio de ciertos géneros en diversas comarcas
sía tenía que hacerse yendo estas naves en aonserva de de las Indias. Se establecieron en 1764 correos marítimos
flotas, armadas y pertrechadas según las reglas estableci- mensuales entre España y sus colonias de Ultramar. Se
das por la Casa de la Contratación de Sevilla. Entre los habilitaron para el comercio, en 1765, diversos puertos
años de 1564 a 1566 quedó establecido que anualmente peninsulares. Se permitió el comercio intercontinental
partieran de Sevilla dos flotas distintas: una para Nueva americano, en 1774, entre los cuatro reinos del Perú,
España y otra para Tierra Firme. La primera había de Nueva España, Nueva Granada y Guatemala, Se auto-
salir en primavera con rumbo al Golfo de México, lle- rizó, igualmente, el comercio entre Buenos Aires y Chile
vando naves no sólo para el puerto de Veracruz, sino y las colonias del interior en 1776. Y, por último, en
para el de Honduras y los de las Antillas. La segunda 1778, se promulgó el Reglamento y Aranceles Reales para
salía en agosto, con rumbo al istmo de Panamá, Santa el cornercio libre de España y las Indias.
Marta y otros puertos de la costa norte de la América Los resultados de esta política liberal fueron sorpren-
del Sur. dentes. "El comercio de Cuba el profesor Har-
Esta minuciosa y exclusivista reglamentación del co- ing-, que en 1770 se hacía con-afirma
cinco o seis navÍos, nece-
mercio entre España y las Indias tuvo su complemento sitaba 200 en 1778. La exportación de cueros de Buenos
en las medidas restrictivas promulgadas para el iomercio Aires aumentó de 150 000 anuales a 800 000. En un periodo
intercontinental entre los distintos puertos de América. de diez años, desde t778 a 1788, el valor total del comer-
Se prohibió que el comercio entre Europa y la Améri- cio de España con sus colonias aumentó en 700 0/0. Al
ca del Sur se hiciera por vía Buenos Aires y que el final del periodo colonial, las provincias españolas de
comercio con los-puertos del Pacífico se hiciera por el es- América gozaban de mayor prosperidad y bienestar que
trecho de Magallanes. Se dificultó, en suma, por todos nunca. Las colonias españolas poseían riquezas mucho
los medios, el comercio directo entre unas comarcas y mayores que las colonias inglesas del norte de América
otras de la propia A.mérica, sobre todo cuando se tratabá y adquirieron todos los símbolos exteriores de opulen-
de artículos que pudieran hacer la compete¡rcia a los cia, corno importantes edificios públicos, universidades,
que E,spaña exportaba. catedrales y hospitales, en ciudades bien pobladas que
, Esta política monopolizadora y restrictiva motivó el eran centros de lujo, de enseñanza y de cultura."so
desarrollo de una fuerte corriente comercial de carácter
clanc{estino. Los focos más poderosos de cste comercio porfrrcn EcoNóMrcA
de contrabando fueron las costas del rnar Caribe y el E. Rrscos cENERALES DE LA DE
puerto de Buenos Aires. Españ¿ EN LAS lNores
Todo este estado de cosas cambió radicalmente a lo Como un resumen de lo expuesto en este capítulo, y acep-
largo del siglo xvrrr. Por el impulso de nuevas doctrinas tando puntos de vista presentados por el citado profesor
económicas y por el resultado cle guerras desgraciadas Haring, creemos que, como rasgos fundamentales de la
sostenidas por España con la Gran Bretaflri, se implantó so C. H. Haring: Comercia y nmtegrción entre Espútn y las
poco a poco un nLlevo slstcrna de comercio más liberal Indias, en la época de los Hrysburgos (Fondo de Cultura Eco
en su cr:¡ntenido. nómica, México, 1939). De este mismo autor hemos utilizado los
_
Se sustitqyó el viejo régimen de llotas y galeanes por textos originales de las lecciones de un curso explicado en el
el sistema de nn,vl,os st¿titos que se reglstinhan aislada- Centro de Estudios de Historia de América de Ia Universtdad de
mente para Ios distintos pu€rtos cle las Indias. Se orga- Sevilla que estaban preparados para ser entregados a la Impren-
ta al estallar la Guerra Civil española. fgnoramos Ia suertc quc
nizaron compañías mercantiles en elistintos puertos del hayan podido correr estos originales. El Profesor Harlng, sobre
42 I.AS INSTITUCIONES ECONÓMICAS I."A.S ECONÓMICAS 43
INSTITUCIONES
política económica desarrollada-por.el Estado español retención allí prohibiendo su exportación a las otras
in las Indias, interesa subrayar los siguientes: naciones europeas.
Estuvo esta política inspirada por las doctrinas mer- Las consecuencias de esta política, equivocada en todo
caso, y más en un país como Castilla, de economía po-
cantilistas, imferantes en Euroia en la época de los bre y de industria tan rudimentaria, no tardaron en ha-
grandes descu6rimientos en el Nuevo Continente'
cerse sentir. La producción industrial española, que no
Dos fueron sus princip'ios reguladores: el exclusivismo
bastaba para satisfacer las exigencias del mercado inte-
colonial y la [amáda teoría de los metales preciosos' rior, mal podía cubrir las necesidades cada día aumen-
Basadós en ellos, los monarcas españoles declararon tadas de sus mercados coloniales. Hubo necesidad de
f"r iáitii"tios de lás Indias coto ceirado, abierto sólo acudir a otros centros de producción europeos y, en este
u i"i-"ti"tlos de la Corona de Castilla y vedado a los esforzado intercambio de productos, España hubo de ce-
rriU¿itot de potencias extranjeras' El intervencionismo der, al cabo, su mercadería más preciada: el oro impor-
á"á"O-i"o d"l E.tado español en los territorios colo- tado de las Indias.
niales se acusó con un próteccionismo manifiesto hacia Todo ello con daño evidente de la economía nacional,
iár uóti"iaudes mineras para fomentar el envío a la Me- abandonadas sus verdaderas fuentes naturales de rique-
I
itáp"li-¿" ios metales práciosos, con menoscabo evidente za, y en provecho exclusivo de las grandes dinastías de
de ias explotaciones agrícolas e industriales'
I
en cuenta, cuando la naturaleza del cargo asÍ lo regue- nroblema de la tierra en el Nuevo Reino de Granada
ría, la capacidad profesional del presunto funcionario. lli,.ánt" el siglo xvrn. Fueron los Virreyes de entonces
Se decretó, en términos generales' que se tuviera en :iot b,t"ttos-Vitt"y"t- los que propugnaron por la in-
cuenta esta capacidad, al hacer las adjudicaciones en re- r"iige"tá apücación de los preóept-o1del Derecho Indiano,
mate al aprobar las renunciaciones-, de los indica- doótrina encaminada a defender el interés eco-
-o de pluma. Se impuso también esta formación
dos oficios ",rrr"r.,
;,1-i"t áe la cornunidad frente a los intereses qrivados
profesional previa, en los nornbramientos de Oidores y ;i; i;; latifundistas: Que la tierra estuviera debidamente
Fiscales de las Audiencias y en los de los funcionarios .rflit"¿" y que no exiitiera la mera posesión en el-papel'
pertenecientes a los distintos rarnos de la Real Hacienda. ü ó"át ni producían los gue podían y debían hacer-
No es que llegaran a existir verdaderas carreras admi- """
lo ni dejaban óultivar la tierra a los auténticos agricul-
nistrativás, tal como hoy las concebimos, pero sí se habló tores. É.r"rot por el contrario, los Oidores de la Real
de ascensos y de permutas, de traslados y de jubilacio- Audiencia la única excepción del Fiscal Moreno y
nes, llegando a formarse con los Oidores de las Audien- -con
nl"á"áó"- los que hicieron prevalecer frente a los pre-
cias un- cuerpo de Supernumerarios, dentro del cual se á-t oái.óho Indiano'-a pesar de ser éste el
diferenciaban los que eran de mérito sea de capaci- "Jñür
nüti"ho principal- los del Derecho espaiol histórico
I
dad profesional más o menos -o
acreditada- Y !os, que eran obsünte iu carácter de Derecho supletorio- ins-
I
de beneficio que habían satisfecho al.gún -no
pi;;¡; en ;l viejo Derecho Rornano Justinianeo: Defen-
il -aquellos
servicio pecuniario para obtener esta situación. 'sa,
sitt limitaciónes, de las facultades dominicales dely
Por eso puede hablarse, históricamente, de una Fgto- frbpietario, ,rru'conocidos ius utmdi' ius lruendí
y Oficiales de la Real Ha-
I
meticulo-
los IV- de todo lo que significaba o podía significar, La obligación de informar a la Corona con
tener en sus manos y a su servicio ese poder enorme de r" dp;:;como deber ineludible a todas
rl.l,ú;;;;iuu, significa"t"l,l:
la burocracia. Supieron que no les convenía tratar de i,;";"-;;á;'J¿t "ó-t..,itiát"s de alguna
iir¡rr^-áá i"rormar, virtualmente, sobre todo:
disminuir ese poder, que les había permitido aniquilar, sobre los
acros de Go-
políticamente, a las otras fuerzas del Reino: nobleza no iii'Jiiiit", i"*á, ¿"'ta-Real Hacienda, sobre
por del'ga-
cortesana, Cabildos de las ciudades con su representación i;;;;Ñ ¡'á*ittittt""i¿tt, tobte el ejercicio asuntos de Jus'
en las Cortes. .ián ¿"í Regio Patronato Indiano, ¡9bresobre
ii"io,-tóUte- comeróio y Navega-ción'
problemas
Supieron también que la utilización, por su parte, de
Reducciones de Indios
ese formidable instrumento de dominación política, sólo r-i"Ji""Jó, óot lut lvtiJiones,lás
de infor-
podía conseguirse mediante un sistema de gobierno que v los Nesros. Lo *iráo truuian de ser objeto.
les permitiera ser, en todo mornento, árbitros de la situa- i"""iO" u?os de alta trascenden_cia y de interés general,
o estrictamente parti-
ción, apoyándose en una doctrina que un complejo de ;i;;ñ;;h;;-át ittt"tZs réstringi{o que a estos efectos
circunstancias históricas habían hecho realizable. cular. Las cartas yi"pt"t""táciones
No podían aspirar a imponer su voluntad personal de ,"'il^Ul"i, i"-"1"rítir;'e;Éiu'' versar iadaenuna las
de. ellas
mismas
ri manera caprichosa y arbitraria: la ley siempre era la ley *utr." t'rrru misma maieria, sin involucrar la
y los altos Consejeros de la Corona, organismos que por ii"rtl""* lifár"rrt"r: y porque convenía "que -en
lo que representaban hablan de ser respetados, aun cuan- ;ñ;;;;; oo ," falte a-lo neóesario v se excuse lo su-
jr
I
do doctrinalmente estuviera en sus manos el sustituir ir"tiüJ,'.e previn-o-u-vitt"y"t y Prásidentes que "no
la mayor cornpro-
una ley por otra y el remover a los miembros de sus ;;;ib;"' genbralidades... enviando
Consejos. lr;;;;";iul"". r.iu obligación de informar era. previa
Pero sí podían impulsar un sistema que les permitiera ;ffi; á"i, ,".tf"ño; ún'icamente ante imperativos.de
resolución
controlar en lo posible toda la inmensa maquinaria bu- i^"rJiááa foHtica-quá demandaban urgente
rocrática, por medio de recfprocas fiscalizaciones y con- ál"táise la próvidencia oportuqa' dando cuenta-a
traponiendo frente a la competencia de un alto orga- ",,áit
i;'U';;,;'i'áiiár¡"i¡, de las décisiories adoptadas' NÓ
v Presidentes'p arte Au-
I
nismo del Estado, la cle otro organismo no menos ; ;;;;t;¿-" árit-uí que virreves
en b uena
I
calificado. ;ii -;;i;? t coberna dores-, vieron limitadas
I
En lo que se refiere a estos territoricls dc América, hi- *ü?iilri aá áái p"titi"* ud-ittitttutivas alaun simple ej erci-
cio cle funciones -"iá-á"t" ejecutivas' tratándose
cieron más imperiosa la implantación clc un sistema
semejante la enormidad de las distancias v la dificul' .i" .átot en que sólo se habían de aplicar,normas
"th9l?:
tad de las comunicaciones, cidasdeantemano.Poresoyantelosapreml-antes
llega-
Por eso ha podido decirse, con acierto, que fue la des- .""""ri*i*ios de información que desde_ E_spaña
proce-der
confianza la causa determinante de la polftica española ban, se ve, con frecuencia, a estas autoridades
colonial. d"-""to, remitiendo espontáneamente infor-
Esa clesconfianza tuvo manifestncioncs históricas di- "J"',"r."*
-*i¿"sobrehechosdeescasísimointerésyenpuntoa
versas. ior estaban ple4amente facultadas para resolver
Si de un lado se concedieron a Vlrreycrs, Prcsidentes ""ut"t
sin necesidad de informar.
y Gobernadores Independientes, ampllsinrns atribuciones, Y iunto a este agobiante deber informativo' la figura
se recortaron de otro lado estas ntribuciones por medio iurídica de la Real Confirmación'
de Instrucciones muy minuciosas a lns cunlcs habían de '--s-";;-áili"it tratar de delimitar el área de.aplicación
ajustarse estrictarnehte en el desenrpeño de sus cargos d" ;; fieu." jurídica. Encomiend-as de indios y ven-
respectivos. ;; t-;";Fsiciones de tierras baldías o realengas' re-
T'
52 GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN 53
quinaria burocrática del Estado español en estos terri- En la interpretación justa,de esa posible "contraven-
torios. Lo fue durante la etapa insular de la colonizaciá¡ por ordenanza ' radicaba todo- el
.r¡lt-d" io aiip,l"tto ^án
y segunda Audiencia de Santo Domingo- y ,',rüf"Áá. E,ra tacil, teoría, puntualizar las atribu-
que correspon-
-primera
loliguiO siéndo en la etapa continental a lo largo de los l irtt"t del Virrey y diferenciarlas de las
sigloi xw y xvrr. Mantuvo este rango durante el -si- ellan de manera específica, a la Audiencia' En rigor'
Hacienda'
gló xvrrr, á pesar de las reformas centralizadoras lle- I;;;t l;t ;;untos d! cobi"rno, los del Regio Patrona-
Guerra'- Real.
vadas a cabo por los monarcas de la Casa de Borbón lu*átiio y Navegación, así-como
que incrementaron el régimen de gobierno personal a r(). eran de Ia comp"té"óiu del Virrey; de la competencia
cbsta de los organismos de carácter corporativo" ;;¿;;añ'ilái;;¿i. sólo eran los asuntos de Justicia'
-"El
hecho de que en el orden jerárquico estuvieran subor-
udicial
Pcro ¿ cómo pr""rru, !n o,1e..tuto,1 cab.ía recurso Superior
-j
ili" it Á"¿iéncia contra^fallos dictados por el
dinadas lal Audiencias a Presidentes y Virreyes no dis- primera-
rninuyó en Ia práctica la importancia de su ¿gfu¿sif¡'"- b-áUi"rrro en asuntos referentes a los ramos debía el
"No és aventurado afirmar que las Reales Audiencias ñ;;;-;;"*"tá¿oti-¿ót'á"do, por -otra P{rte'
jugaron en América un papel quizá más importante que üttü t"'"iüiái-rroio "otttttÍtivo delera Real Acuerdo?" '
él desempeñado en la Metrópoli por el propio Consejo La respuesta a estas preguntas no fácil; en parte
pt;;;;í;iáli" n"v ré intá"'aba que.no 1o fuera' Mien-
de las Indias."
Advirtamos, por otra parte, que la técnica profesional tras la polémica t^t d-os pote.stades nudiera surgir'
de los Oidores, hombres de formación jurldica, tuvo ""ít"
eran más difíciies üt "*itufi*itaciones'
- Óuizás con ello
que- perjudicasen
que impresionar a muchos de los Virrey,es, hombres to- ;;;t;;;;-iit.tu"iott"s embarazosas
p-ero el arbitraje en
áavía de capa y espada. La opinión y el consejo de los i; b;;;;;ui.rtu de los asuntos; Corona y esto
primeros nó podían ser por los segundos alegremente iá¿" óá"ti""da quedaba en manos de ladel sisterna po-
iubestimados. La propia Corona se encargaba, en oca- suponÍa compensación suficierrte dentro
inspi-
siones, de recordárselos, como qcurrió en el Nuevo Reinq ilii*'*ráh"iia; ü; "ó-o tt"mos dicho' estaba
de Granada con el Virrey Villalonga, al -que se le decía rado por la desconfianza'
-*tár-át""to,
en una Real Cédula de I de mayo de l72l: "se ha con- de ett" sistema de equilibrio se dejaron
siderado que para las providencias qtre pedfs, devere,ys ."n'i. ü;bi¿" en las'relaciones entre virreyes y Gober-
tener presentá, las leyés de la nueva recopilaciól 4"1 ;e;;;;; ;; i;; iástenidas entre los virreves v.Ios
derechb y a esa Audiéncia para comunicar con ella las óñ;;ütU lu n".r lru"i""au' A pesar de las diferencias'
resoluciones que no comprendiéreys". iurr-áó,ttu¿ur, .tna y otra-jerarquías' fueron nu-
"rrti" para prote-
Subrayamos, sin embargo, el hecho cle que las co-s-as ñ.rJs;;ñ;'-Reales Cédulás q¡re le dictaron
ocurrierón de otro modo cuando el Virrey en lugar de lla- ;;;; ó.-b";"u¿otét-v=óii"ii"t para. recordar a intromi
Reales contra
a-quéllos
rnarse Villalonga, se llamó Eslava o Cnballero Góngora. fffn;S #;J;:-.ilios virreves v No deja de
A unos y otros, Oidores de la Audiencia de Santa Fe y i;;ti.o "u.¿i"""á qt'" u éitbsel debían'
hecho de que de ma-
VirreyeJ del Nuevo Reino de Granada, se les tuvo que ser significativo, u'éti"i"tpecto' pro-
nera reiterada se ,Ñ;ñ;-¿.oÍ'"r una cuestión de
recordar también, en 20 de agosto de t739, "quan com-
beniente es que el Govierno de ese Reyno esté mui junto", administrátivo aparent-emente sin impor-
por lo cual lbs Oidores debfan,guardar y hacer guardar ""ái*i""ro
ñ;;;;v";;-pi;;dá; nq iq' virreYes: q'e toda
;'en todo y por todo", las Cédulas y Despachos que el la corona v los Gobernl;
precisamente' como
Virrey "pioveyere como tal en las cosas cle Govierno y il;;;-a; "" virreinato, se hiciera
"""i"?rr"á"í0"'párrti"á-á"ti"
del ilahado Superior Go-
Gueria i ¡dministración de ml Real Hacienda... como parecía lógico, pot^ü"h""to
no sea en contravención de lo dlgpueato por ordenanza". bierno.
5ó GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN 57
Parccia l.ógico que así se hiciera para conseguir la de- Ostentaron éstos, como ya hemos dicho, el título de
bida cohesión orgánica en el gobierno de un determina- Aclelantado, vieja palabra castellana de origen medieval
do territorio. Nada se hizo, sin embargo, para corregir con la cual se designaba al funcionario que ejercía el
esta evidente irregularidad, porque esta comunicación rrrnndo, más con un carácter militar que civil, en los te-
directa del Rey con las autoridades subordinadas podía n'itorios peninsulares fronterizos con los árabes.
ser eficaz contrapeso de la obligada concentración de En las Indias se hace difícil puntualizar las atribucio-
poderes en los Jefes políticos superiores. rrcs peculiares de los adelantados, porque de ordinario
d,Qué significación pudo tener dentro de este compli- t<¡do ,A.delantado era al propio tiempo Gobernador. Con
cado sistema de gobierno, esa conocida fórrnula jurídica tun carácter o con otro, se les ve ejerciendo el gobierno
del se acata pero no se cumple? político y administrativo, con facultades también de na-
También sobre este particular se ha escrito, a mi jui- Luraleza militar y jurisdiccional.
cio, muy a la ligera. Ya hemos dicho que el cargo tuvo un carácter vitali-
En esta fórmula se ha querido ver, amplio portilio cio y en ocasiones hereditario. Cuando se crearon los
para la cautelosa infiltración de un estado de arbitra- virreinatos, se mantuvo a los adelantados exentos de la
riedad, poco menos que constante. Nada importaba que .ir-rrisdicción de los virreyes. Esta institución de los ade-
t, se dictasen leyes y más leyes, con acierto mayor o me- lantados fue desapareciendo al superarse la etapa histó-
I nor, si frente a la Real Cédula que lesionaba intereses rica de los descubrimientos y al hacerse más acusada la
determinados, podía fácilmente acudirse al expediente ¡rresencia del Estado español en las Indias por medio
de decretar su no aplicación, alegando que había sido de su alta burocracia.s2
1
rle Nrrevn lis¡rnffa, pero los abusos de poder cometidos tL:ntro de la jurisdicción del primero las Audiencias de
Hr.ts oidores motivaron la destitución de esta Auüen-
pur' Santa Fe de Bogotá, Panamá, Quito y Venezuela; y den-
eia. Se restableció en 1531, y ya desde entonces se gene- ll'o cle las del ságundo, las de Buenos Aires y Charcas;s
ralizó esta institución en tierra continental, creándose
nuevas Audiencias a medida que así lo requerían los
avances de la conquista. C. L-os vTRREYES
Las Audiencias de Indias tuvieron como modelo las
Reales Audiencias y Cancillerías de Valladolid y Gra- [.¿rinstitución del virreinato tuvo en las Indias, desde el
nada. Pero pronto se diferenciaron de estos precedentes ¡rrimer momento de su creación, un carácter netamente
peninsulares. Tstatal- Aun cuando a Colón se le concedió este título,
Fueron fundamentalmente órganos corporativos de la csta concesión tuvo sólo un valor meramente honorífico.
administración de justicia. Pero ejercieron al propio Los dos primeros grandes virreinatos, el de Nueva Es-
tiempo funciane,s de gobierrn muy importantes, que ¡raña y el áel Perú, sl crearon err el siglo xvr, cuando.ya
en España no llegaron a desempeñar nunca. Actuando en impeiO a tenerse en la Metrópoli una visión ryás prgci-sq
corporación, como Reales Acuerdos, controlaron, en bue- deihecho geográfico americano y de la cornplejidad del
na parte, las altas funciones de gobierno de los propios nuevo -uttdolttcorporado a la Corona castellana. En el
virreyes. siglo xvrrr se crearón los virreinatos de Nueva Granada
La enormidad de las distancias, la dificultad de las co- y tel Río de la Plata, ya que desde Lima e,ra práctica-
municaciones y la desconfianza de los monarcas expli- inente imposible la gobernación de una demarcación
can, como ya hemos dicho, este complejo de atribuciones territorial tan vasta.
de que las Audiencias gozaron y el hecho de que, si de Fueron los primeros virreyes, como encarnación su-
una parte estaban sujetas a la autoridad de los virreyes, prema del Estado español en las Indias, altos funcjona-
estuvieran por otra parte facultadas para compartir con iios que gozaban de un complejo de atribuciones hasta
ellos sus funciones de gobierno y aun para fiscalizar la entontes áunca igualadas. Como un alter ego,hablan de
actuación de estos altos funcionarios. ellos los monarcás. La inmensidad de las distancias, la
Un investigador argentino, el señor Ruiz Guiñazu, ad- dificultad de las comunicaciones con la Metrópoli y la ur-
mite, en su'obra titulada La magístr,atura indianq, la gencia de los múitiples problemas a resolver obligaban
siguiente clasificación de las Audiencias coloniales: Vi- á los virreyes a decidir por sí y ante sí, en muchos ca-
rreinales (radicadas en la capital de un virreinato y sos, sin plantear siquiera la cuestión a los altos organis-
presididas por el propio Virrey); Pretoriales (presididas mos del gobierno radicados en España.
por Capitán General), y Subordinadas. Esta diferencia Por medio de instrucciones trazaban pautas para el
jerárquica fue más nominal que efectiva. desempeño'de sus actividades públicas a gobernadores
El número de oidores de cada Audiencia fue cambian- y otro; funcionarios de la Administración, dependientes
do según la complejidad de los asuntos sr¡metidos a su áe r,, autoridad. En sus memorías dejaron consignadas
jurisdicción. sus experiencias de gobierno, para que pudieran s-er apro-
En el siglo xvrr dependían del virreinato de Nueva Es- vechaáas por sus Jucesores; en el llamado ptiego de
paña las Audiencias de Santo Domingo, México, Gua- mnrtaja désignaban al que había de sucederle en ínterin,
temala y Guadalajara; y del virreinato del Pcrú, las de caso de falleóimiento, hasta la llegada del nuevo virrey
Panamá, Lima, Santa Fe de Bogotá, Charcns, Chile y nombrado por la Corona.
Buenós Aires. En el siglo xvrrr, al crearsc los virreinatos
88 Véase Ruiz Guiñazrl , La tttagístrotura indintu' Buenos
de Nueva Granada y Río de la Plntn, se cncuadraron Aires, 1916.
óO GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN 6I
Su nombramiento fue vitalicio en los primeros tiem-
pos. Luego se fijó el plazo de tres años, que gradual- fronterizos con comarcas inexploradas o habitadas por
mente se extendió hasta cinco. indios rebeldes al yugo de los conquistadores.
Al frente de las ciudades importantes figuró otro fun-
- E:|u
fue
amplitud de poderes de los primeros virreyes se
limitando poco -a poco, de un laáo, por la obligación cionario, representante en la ciudad del poder del Es-
que se les impuso de informar a los mónarcas dJtodas tado, con ef nombre de Alcalde M4yor en unas regiones
sus aetividades de gobierno con detallado pormenor, y, y en otras de Corregidor.'Estos alcaldes mayores o co-
i" 9tr9, por la minuciosidad reglamentaristá .on qr.ró Jé rregidores, supeditados directamente a los-virreyes, pre-
iegislaba desde España. Ya hemos visto, por otra |arte, sidántes, gobernadores y- capitanes generales, según los
l-a fiscalizacién que sobre los virreyes ejeicieron las ¡u- casos, repiesentaron, en la ciudad en- que ejercieron sus
diencias por medio de sus Reaies Ácueidos, y ya hemos funcionei de gobierno, el poder inmediatamente superior
visto también lo que a este respecto significaioñ las visl- y con frecuenéia tuvieron-conflictos jurisdiccionales con
/as y los juici,a's de resid,errcia. ios cabildos municipales y con sus alcaldes ordinarios'3ó
La exposición detallada de las atribuciones de los vi-
rreyes sería tarea muy prolija. Su nota distintiva fue Ia
universalidad, abarcando, en consecuencia, todos los as- E. RÉcnvrnN MUNTcTPAL
pectos de la vida pública: legislativo, gubernativo, fiscal EI régimen municipal de las ciudades de Indias fue
y económico, judicial, militar y aun eclesiástico, por vir- en sul Hneas generáles,un fiel trasplante del viejo mu-
tud del Regio Patronato Indiano, en su condióión de nicipio castellano de la Edad Media.
Vicepatronos de las Iglesias del Virreinato.Ba Pero así como en Castilla, al tiempo de producirse los
descubrimientos colombinos, había llegado el municipio
a un momento de postración y decadencia grandes, sien-
D. Los cAprrANES-cENERALES-coBERNADoREs y Los GoBER- do sólo una sombra de lo que fue el vigoroso régimen
NADORES, AICALDES MAYORES O CORREGIDORES
municipal castellano de los siglos xrr y xrrr, en las nuevas
En el mapa político y administrativo de las Inclias se ciudadés de las Indias, estas mismas instituciones mu-
regis_tran otras circunscripciones que fueron designadas nicipales, caducas en la Metrópoli, cobraron savia jo'ven
con los no nbres de Capitanlas Generales y Gobeinacio- en un mundo de características sociales y económicas
nes. Al frente de las primeras hubo un alto funcionario tan distintas, y jugaron un papel importantísimo en la
de-carácter preponderantemente militar Gene- vida pública dé los nuevos territorios descubiertos.
¡¿l-, pero con atribuciones tambión -Capitán de orden civil: Para lo que pudiéramos llamar el estad,o llano de los
gubernativas, administrativas y aun jurisdiccionales. El colonizadoi.s, foe el Concejo Municipal de la ciudad el
mando de las segundas lo ejerció un Gobcrnador, fun- órgano adecuado para dar curso a sus aspiraciones so-
cionario de nombre civil, pero con facultaclcs también ciJles, así como el punto de apoyo necesario qara hacer
de carácter militar. frente, de una parte, a los privilegios señoriales excesi-
Ha hecho notar el profesor Haring guc no sc advierte vos de los grandes descubridores y sus descendientes y,
un-a eogcepción sistemática, por parte del Estado espa- de otra, a los abusos de poder de las propias autori-
ñol, en la determinación de estas demarcacjc¡ncs polítióas dades de la Corona.
y administrativas. De ordinario se crearon cn lugares No duró mucho este periodo de florecimiento del mu-
sa Véase L. E. Fischer, Vicerregal adminlstrülk¡n ln the Span- nicipio colonial hispanoamericano. Ya en tiempos de
ish American Colonies (en "Univeisity of Callfornla pr"rblications Feliire II, para hacei frente a las apremiantes necesida-
in History", xv, 1926).
s5 Lecciones del curso cltado del profesor Harlng.
F*
GOBIERNO Y ADMINIST'RACIÓN GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN 63
des del Tesoro, se implantó en las Indias, como se había Ordenanzas de Felipe II, de 1573, sobre fundación de
establecido en España, la práctica viciosa de enajenar ciudades y urbanismo.s6
en pública subasta y adjudicar al mejor postor los ofi-
cios priblicos de más lucrativo desempeño, cuya provi-
sión correspondía a la Corona como una de sus rega- F. I-os óRcexos DE GoBTERNo RADrcADos EN LA METRÓPoLr.
lías. Casr on Coxtn¡r¿crÓN DE Spvrr¡-e. CoNsr.ro SupneMo
De este modo los oficios concejiles de las distintas ciu- DE LAS INPTAS
dades pasaron a manos de las familias más acaudaladas. EI gobierno metropolitano de los territorios descubier-
Surgió así un tipo de gobierno municipal de carácter tos lor Colón y sus heroicos continuadores estuvo, en
oligárquico, en eI cual no siempre coincidían los intere- los frimeros mómentos, en manos- de-l arcediano Fonseca,
ses particulares de los regídor¿s con los generales de los u,r*iliudo por el contador Juan de Soria. Para la regu-
vecinos, que debían ser sus representados. taciO" del'cornercio se creó una Aduana en Cádiz eI29
Es necesario llegar a los años precursores de ia Inde- de mayo de 1493.
pendencia para que los cabildos municipales vuelvan a --Fllió de enero de 1503 se creó ya en Sevilla la llamada
recobrar su perdida significación, haciéndose intérpretes Casa de la Contratación de las Indias. Razones geográ-
de los anhelos generales de Ia ciudad. iióái --*t ser Sevilla un puerto interior, al abrigo de
El derecho de la época admitió la existencia de Ca- fosibles incursiones de pirátas y corsarios-, económicas
bildos abiertos, a los cuales concurrían todos los vecinos i-políticas, aconsejarorila elecóión de esta ciudad como
del lugar, y Cabildos cerrados, integrados únicamente ieáe de todo el comercio ultramarino.
por los regido'res y demás magistrados municipales, bajo Esta Casa de la Contratación fue, al propio tiempo que
la presidencia de los alcaldes ordinarios o de los al- el organismo rector del comercio con las Indias, una
caldes mayores o corregidores en las ciudades en que instiñición de gobierno con atribuciones políticas -sin-
existieran estos últimos funcionarios. Los Cabildos abier- gularmente en él orden fiscal-, una pieza importante en
tos sólo tuvieron efectividad considerable en los mo- ir üf"tu de la administración de justicia y un factor
mentos iniciales de la colonización y en los años precur- ;;d;;;; para el estudio de la geogiafía americana y de
.sores de la Independencia. la ciencia náutica de la éPoca.
En la legislación se distinguieron tres, clases de pobla- En sus comienzos sólo-formaron parte de la Casa de
ciones: ciudades metropolitanas, ciudades diocesanas o la Contratación un Factor, un Tesorero y un Escribano-
sufragáneas y villas o lugares. El Cabildo de las pri- Contador.
-
meras estaba integrado por "doce Regidores, dos Fieles L"; fli"tot jurisdiccionales con las otras autorida-
"ot frecuentes'-
Executores, dos Jurados de cada Parroquia, un Procu- - de Sevilla fuéron, en todosemomento,
des
el de Piloto
rador General, un Mayordomo, un Escribanc¡ dc Concejo,
n" fSOg -22 de marzo- creó cargo
Mayor, á1 cual se le confió el examen de piiotos para la
dos Escribanos públicos, uno de Minas y Rcgistros, un travesia a las Indias y la redacción de cartas de marear'
Pregonero Mayor, un Corredor de Lonja y clos P<lrteros". B" fSfO se nombró un Juez Letrado, asesor en el orden
En las segundas, "ocho Regidores y los clcmás oficiales
perpetuos". Para las villas y lugares: "Alcalde Ordina- fudicial de los oficios de la Casa. En 1511 se concedieron
á alto organismo facultades jurisdiccionales, tanto
rio, cuatro Regidores, un Alguacil, un Escribano de de"rt"
orden civil comq.criminal, en asuntos de comercio
Concejo público y un Mayordomo." (tey II, tít, VII, y navegación.
lib. IV de la Reaopilacíón de 1680.) B€ Véase mi estudio"citado, El régirnen municípal hispanb
Son muy interesantes los preceptos contenidos en las omericatto..,
& GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN ó5
La Casa de Contratación estuvo directamente supedi- En el siglo xvrr, con el gobierno de los privados o fa-
tada al Poder Real, ejercido primero por medio de los uoiitot defos monarcas,la-decadencia general de España
Secretarios Fonseca y Lope de Conchillos, y luego por el r" también en el Consejo de Indias' Se realiza-
Real y Supremo Consejo de Indias. ron ""*á
en esta época algunas refbrmas importantes, en la
!ilt""i"tu de este or-ganismo. Se creó dentro Comisióndel Con-
Los orígenes históricos de este último organismo son una de
muy confusos. El investigador alemán profesor Scháf- iá:o numeroso- especie
-d"*asiado
ttu*á¿u Cámara de Indias, que fue suprirnida
fer, aceptando las noticias de Solórzano, admite como "iÉá"ti"t
fecha definitiva de su creación la de 1g de agosto de 1524. áii fOOq y restablecida en 1644. Se crearon también, en
Con anterioridad a esta fecha, había sido confiado el ioO+, Secretarías, que fueron reducidas a dos
""átto
en t'OO : una para Nueva España- y otra para el Perú'
estudio y resolución de los asuntos de Indias a algunos
miembros del Consejo Real de Castilla. Ya en 14 de sep- En 1636 se reáactaron nuevas Ordenanzas' Entretanto'
tiembre de 1519 se había creado, dentro de este Consejo tr económica del Consejo aumentaba con el incre-
de Castilla, una Sección especial para conocer de los
"iiiitdel personal y cle los salarios'
mento
---Út
asuntos indianos. pto."so análbgo cle decadencia sufrió la Casa
'Contratación de Sevilla. En 1772 se dispuso su
La organización y atribuciones amplias- del d"-iá
Consejo de Indias se presenta con -muy irusiado a Cádiz, y en 1790 se decretó su extinción'
gran indeterminación - ñi óo"t*:o de indias se convi.rtió,en mero organismo
en los primeros tiempos y se va precisando a lo largo de
la primera mitad del siglo xvr. En sus manos estuvo Luando Felipe V implantó, en t7L7,la Secre'
todo el gobierno político y administrativo de los terri-
"o"i"iti""
lá1" aá Despacho lJniversal de las IndiasiT
torios de las Indias: Jurisdicción civil y criminal en últi-
ma instancia; nombramiento de funcionarios ; presen- G. OacaNrzacrÓN FrscAL v nÉcrueN TRrBurARro
tación de prelados; aprestos de flota; expediciones de
descubrimientos; hacienda colonial; tratamiento de los No fue rnuy complicado el cuadro de la burocracia fiscal
indios. Pero todo ello con subordinación efectiva a la d; i;. Inciias. Én los primeros tiempos, un Ios oficiales
alta autoridad de los monarcas, que en tiempos de Fe-' neales de cada ciudad importante fueron: Tesorero'
lipe II se acusó con una intervención personaf constante, un
-_MásContador, un Factor Y un Veedor'
reservada y cautelosa. tarde desaparecióLl cargo de veedor y en algunos
Las actividades científicas para el mejor conocimiento lugares también el de factor.
de Ultramar no füeron descuidadas. En el Consejo lara ciertos impuestos especiales,,como eI de alcabala'
hubo un Cronista Mayor de las Indias y un Cosmógrafo hubo
-- un recaudaáor especial en cada distrito'
Mayor. ia política general financiera de cada territorio fue
En las célebres leyes nuevas de 1542 se fiió la estruc- t"lüJ¿t por ia Junta Superior de la Real Hacienda'
tura de este alto organismo por medio de unas Ordenan- i;;Jñá"iór el Virrey o Gbbernador, los oficiosLas
Reales'
cuentas
zas muy minuciosas. Nuevas y elogiables Ordenanzas eI Jlez Dicano y el Fiscal de la Audiencia'
fueron redactadas en 157I, con motivo de la t¡isita-ins- r" r"-itl"" pliiáai"u-ente a la Casa de la Contratación
pección al Consejo, realizada por cl destacado jurista de Sevilla y-al Consejo de Indias'
Juan de Ovando. En 1605 se estableóieron tres Tribunales de Cuentas:
A pesar de la gran autoridad del Conscjo, se crearon t.rrr-ltt México, otro en Lima y otro en Santa Fe de Bo'
algunas Juntas especiales para conoce¡: clc determinados
asuntos. En 1575 se creó la Junta de Haciencla de Indias, st E. Schiiffer, Hbtorin d'el Rgrf y Supremo Cwaejo ¡te 16
y en 1579 la Junta de Guerra. Irtdiús, Sevilla, 1935.
66 GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN 67
gotá. Hubo además un Contador especial en La Habana se una respuesta sólidamente documentad-a, puede .uno
pieguntarsi, con el tantas veces citado profesor. Haring:
-y otro en Caracas.
En el cuadro de los ingresos del Tesoro español en las
t'¿Ño fn"tott las riquezas de las
¡n-ina¡ de América una
Indias figuró en primer término lo procedente de las dis- d;rgd;ú fara la riación española? ¿No es verdad que
los
-tesoroJ traídos de América motivaron un aumento
tintas regalías, anteriormente enumeradas.
Entre los impuestos, además del tribufo que estuvie- ¿" di""to y una subida de precios en un país no indus-
ron obligados a pagar los indios del cual-ya nos trial y que" estos tesoros siÑieron solamente para satis-
hemos oóupado-, figuraron los siguientes: -y el alma'iari' iacér""anidades sociales y para hacer a la nación más
fazgo',por todas las cosas que en las Indias se importasen lillp", para el desarroiló de su vida industrial y mer-
de Europa, así como por las gue en España se impor- cantil?" Bc
tasen de las Indias y cuyo tanto por ciento cambió a lo
largo del periodo colonial ; La sisa, viejo imp'uesto de H. El Rncro PlrnoNero INur¿No
origen medieval, que consistía en una reb-aja en- favor
deferario, que se hacía en las pesas y medidas al reali- Por bulas de los pontífices Alejandro VI y Julio II, ejer-
zat Ias traniacciones de mercaderías y que en las Indias cieron los monar-cas españolei el Regio Patronato sobre
tuvo un carácter extraordinario, estando facultadas las todas las iglesias de las Indias.
autoridades para exigirlo en caso de guerra o de otro Los iuristas consideraron el Regio Patronato corno
gasto urgenté; la alcábala, que sólo se introdujo en las ,rnu d"iut regalías de la Corona y los reyes dq España se
Índias a fines del siglo xvt, después de vencer encona- -
mostraron miry celosos de su defensa y ejercicio' - ^
das resistencias, y cuyo tanto por ciento varió también Por virtud del negio Patronato, correspondió a la.Co-
según las circunstancias ; los impuestos eclesiásticos, rona la presentación de todas las dignidades eclesiástr-
coáo los diezmo's y Io que se recaudó por la predicación áá fát Indias, cualquiera que fuere su jerarquía, y la
de la tsula de la Santa Ctuzada; los impuestos especia- percepción de los diezmos, con la obligación, por parte
"ái
Ies que pesaron sobre los funcionarios, como la mesada ile loi monarcas, de atender cumplidamente a los gas-
y Ia media anrtata. ñ ¡¿ la erección de iglesias y a los de su sostenimiento.
Las llamadas rentas estancadas cambiaron con los Ninguna iglesia podía erigirs-e en las Indias sin auto-
tiempos. En la Recopilación de 1680 se registran como ,i;;;ií; del"nev. 'iu-po"olodía estable-cerse v. fundar
taleJ: el azogue, la sal donde conviniere, la pimienta, áorrárt"rios niriguna orden ieligiosa sin la previa licen'
el solian, loi naipes y el papel sellado. Con razón ha cia
-- real.
hecho notar el piofesor Haring que la recaudación de Él Cottt"jo de Indias estaba autorizado para,examinar
estos derechos produjo más irritación en los contribu- v *.ó"áét put" de las Bulas y Breves pontificios' pu-
yentes que beneficios para la Hacienda. Recorclemos la áiá"á" ordenár su retención con su aplicación al Pontí-
"1
iublevaóión de los conuneros de la Nueva Granada. fice cuando contuvieren preceptos que lesronaran los
Constituyeron también fuente de ingresos los -donati- derechos del Regio Patronato.€
vos o servitios o menos voluntarios- de los par-
ticulares, los -más
empréstitos, los embargos extraordinarios del curso citado del profesor Ha¡iqg'
se Lecciones
de bienes particulares enviados en los navíos de las In- * ñ-;ür; ió¡re esta materia es la de P' Fraso, Regio
clásica
dias, las compa'siciones, las multas y las confiscaciones.ss Patrolitá-i;di";"*, Madrid, 1775'- Solórzano estudia amplia-
estudio modemo'
Aun cuando sobre el particular todavla no puede dar- ñ;i"-ñ-"*stión en-su Polltiba Indlann' -QomoHl' Stuhl und das
;-;;;;;mendable el del P' Leturla, "Der
88 Sobre el régimen fiscal en el siglo xvnr, vétse mi !ib1o ,rrriiiÉniipáiiú;i i" Amerika" (publicado en Hlstorisches Jahr-
Nuevos aspectas del siglo xviii español én América, Bogotá' 1947' tiuoh, Colonia, 1926).
ó8 GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN 69
I. I¿s cRANDES REFoRMAS polfrrcas y ADMrNrsrRATrvAs El profesor Haring ha hecho observal, por su- parte,
DEL SIGI¡ XVIrI q,re si con la implantación del sistema de Intendencias
Con la subida al trono de España de los monarcas de se consiguió saneár la administración del Est-ado espalol
la Casa de Borbón, se inicia pé.io¿o d;;;;;;;
en las Índias, incrementándose considerablemente los
""
formas políticas y administrativás ingresos del Tesoro, los beneficios-que por este lado se
que tuvióron en los aléanzaron quedaron contrarrestados con creces p-or- eI
territorios de ias Indias repercusión- acusada. f,elipa V
y Carlos III sus miiistros- fueron, ,obr"__iodo,
error políti"ó qr'te implicó desplazar a los criollos de los
-coninnovadores.
grandes monarcas ouestos de eob^ernadóres, alcaldes mayores o corregido'
Las reformas políticas y administrativas de estos re_ i"t qn" hab'ían logrado alcalzar-y sustituirlos -por fun-
yes- estgvieron inspiradas en un sentido altamente cionários peninsuláres que absorbieron sus atribuciones
tralizador, tomando como modelo ei régimen francés.
cen- oolíticas v administrativas, desde los nutridos cuadros
Ya hemos visto cómo, en orden a lo-s órgano, d" go_ burocrátióos de tas distintas Intendencias.a2
bierno radicados en la Metrópoli, las Secretárías de DÉs-
pacho Universal suplantaron- en'buena Darte al Real v J. Las TI.EFoRMAS rNsTrrucroNalEs TNTENTADAS PoR I-AS
Suplemq Consejo de las Indias, qu" qu"dó reducido eá Conres DB CÁ¡rz
sus funciones a un organismo meiaménte consultivo.
Pero el nervio de las grandes reformas introducidas Después del letargo en que caen las- instituciones colo-
por Carlos III en el gobie-rno de las Indias 6;;;iilt; niales cuando, en los últimos años del siglo xyru Y- P1i-
la aplicación a estos:territorios dei sistema de Intenclei- *"iot del xrx, triunfan en España los hombres de la
gias. F,l plimer intento a este respecto se registra en tllO. contra-Ilustración, sólo se registran nuevos y ambicio-
Después de varias vicisitudes, ie llega a1a OrCeiania sos intentos de reformas durante el breve periodo en que
de 1782, que asigna al Intendente del-Río de la plata ia imneran los leeisladores de las Cortes de Cádiz.
alta. funcíó-n gubernativa en los ramos ¿e Uu"i""aa, Pero así comlo los gobernantes de la llustracíón aclua-
Justicia,.Policía y Guerra. Cinco años m¿is tarcle se aplicó ron bajo el signo [olítico del despotisrno ilustrad'o:
esta Ordenanza en Lima y poco despuós se hizo "todo para el pireblo nada con eI pueblo", los homble¡
^Cortes
"it"rl-
siva a Nueva Espaíra y, en general, ál resto de América. dé las de Cádizlegislaron bajo el signo polílico del
Con-la implantación eite régimen los antiguos go- régim'e,n constitucional y, por !o ta1lo, de la soberanía
.bernadores de
compartida entre la Corona y el pueblo.
de los territorios coroiiares r"eto" i"riif"i-
d-os por los intendentes-gobernadores, someticios ." poii" Sóbre la obra política de lás Cortes de Cádiz se ha es-
al Virrey, y en parte, a[ Intendente bencral. crito mucho corr ánimo polémico. Los tradicionalistas
han tildado a la Constituóión de 1812 como algo extran-
, P.uede decirse que el establecimiento de este régimen
de intendentes afectó a todo el viejo sistema polítiio co- jerrzante, producto del snobismo político de la fPoca'
lonial, desde los virreyes hasla los-cabildos municipale", i¡s liberálLt, por el contrario, sostuvieron -recordemos
que también vieron disminuida su autonomfa. los nombres'freclaros del Conde de Toreno y d-e Martí-
Comentando el esqíritu informador de estas reformas, nez Marina-- que lo auténticamente tradicional en Es-
ha dicho el historiador Ricardo Levene: ,,Asf .rÁáiñ paña había sidb la libertad y que 1o extranjetizante y
mo de los Borbones pretendía deshacer la obra "t a? los cfn indiano, repetidamente citada. Sobre el régimen de Interu
siglos y, lo que es más importante, rectificar la obra ei- dencias, véase L. E. Fischer, "Thc Intendant.System in Spanish
pontánea de la naturaleza."aa America" (en University o'f California Publicatisns in Htstory,
ar Véase Ricardo Leyene, Inttú"rcción a reze).
la historía del dere 42 Lecciones del curso citado.
7l
GOBIERNO Y ADMINISTRACIÓN
70 GOBIBRNO Y ADMINISTRACIÓN
Ia exnresión de Quin-
superpuesto estaba representado por el absolutismo de nor de servir, pues no ha olvidado qui dolem pati
los Austrias y por el despotismo de los Borbones. tiliano que dice , *l"iüii-li t".'*"ntis
kentietur qui non Potest"',
Creemos,'por nuestra parte, que sin dejar de recono- ';;;;t, de rhorca'
También f,-r* uu"iia i iu'p"nu que sean condenados
^ "sustituyén-
cer influencias francesas en la Constitución de 1812, es-
dose por la de garro cpu"lbs
re-os
tán más cerca de la verdad el Conde de Toreno y Mar- acuerdo cle las
tínez Marina, que sus impugnadores.
a muerte". En eI ;"'5fr;b;ú^áá
-'rqü"
pena "1i13
ha de ser trascen-
Como una muestra de la comprensión y generosidad
¿#;';; ¿"Ju t á:l ning"na que se debía evitar
dental a la familia -G üqT.1;".rt-"'-,t-
con que procedieron los legisladores de Cádiz con res- llilf;i ;ill;il d" de[nquentes ofrezca un espec-
pecto a los naturales de los dbminios de América, recor- j;r"'tu"uvarcarác-
demos que en un Decreto promulgado por las Cortes -y
ü;r;;";"i-*..,"n:;¿llg,.?je
notificaáo por el Consejo de Regencia con fecha 24 d'e i"t g"tt"toto de la Ia decencia v a la dig-
marzo de i811, se declaraba: "Que siendo uno de los Por ser edu"un para ser hom-
"ont,u"u');i';;J";:;
nidad de los qt" tot,;ti;;" y se
principales derechos de todos los Pueblos Españoles su
bres libres v ü'ú "1úié' v"orcen
hóroica Nación
del 18 de
óompétente representación en las Cortes Nacionales, la
Española" r,,""i,,auü!iit
Real
de la parte [mericana de la Monarquía Española en "'pti'iáá'*J"gtt"azotes "en todas las en-
asósto de 1813, f" t"ttüi¿"?e
todas las que en adelante se celebren, sea enteramente
.áñur,rur, d";"*":-:i?:,, v reclusión v
igual en e[ modo y forma a la que se establezca en la "ol"giot]"";; de la Monarquia' '
Península"... "Que los naturales y habitantes de Amé- á"#at se decretó
rica puedan sembrar y cultiüar quanto Ia Naturaleza y En cambio, "o"-l"'p""to a la
"tt"Ulec'ímientos -masonería'
d"f n"ol Decreto d'e 2 de
el Arie les proporcione en aquellos climas; y del mismo la observancia en
":ii!;1í,;
modo, promovér la industria, las manufacturas y las ar- :"rí,J"i7'1_1":i*:]ífr X11ffi1',,"..ffiTi":'i"',""1';*";
-
.
a as
ffi :i;ft *'JlüJ";; ;;i;;';
tes en toda su extensión"... "Que los Americanos, asi álui u" pá'é"tuito s I
territorios hispanoamericanos de Ultramar. Primero, con lee: "Otrosí : mandamos que el dicho Nuestro Goberna-
la variedad de formas y solemnidades imperantes en la dor e las personas que por él fueren nombradas para
Metrópoli al tiempo de producirse los descubrimientos tener cargo de las dichas poblaciones, e ansí mismo los
colombinos; después, con la rigidez doctrinal prescrita dichos Capellanes, procuren como los dichos indios se
en el Concilio de Trento. Así 1o atestigua una Real Cédu- casen con sus mujeres en b'az de la Santa Madre Igle-
la de 12 de julio de t564, al ordenar a los arzobispos y sia; e que ansí miimo piocure que algunos cristia,ros se
demás prelados de Indias que publicasen los cánones del casen cbn algunas mujeres indias, y las mujeres cristia-
mencionado Concilio, "cuyos acuerdos son ley de Reyno", nas, con algunos indios." Y en Real Cédula de 5 de
y a las Justicias oidinarias que prestasen todo el auxilio febrero de 1515 se advertía: "El Rey... my voluntad es
necesario para que no se alterase su observancia. que las dichas yndias e yndios tengan entera libertad
El principio de la libertad en la prestación del consen- para se casar con quien quisieren, así con yndios como
timiento, fundamentaL para la validez del m4trimonio con naturales destas partes."as
canónico, no se declara expresamente en la legislación La doctrina establecida en España sobre la necesidad
de fndias, pero resulta incuestionable su vigencia por del consentimiento paterno en los matrimonios de los
numerosos documentos históricos que de una manera in- hijos de familia sufrió al aplicarse en las Indias algunas
directa lo atestiguan. módificaciones de interés, impuestas por las circunstan-
"Que los Virreyes y Gobernadores declara en la cias. Se exceptuó del requisito previo de la licencia pa-
-mulatos,
-se
Ley XXXII, tít. III, lib. III de la Recopilación de 168G- terrla "a los negros, coyotes e individuos de
no traten casamientos de sus deudos y criados con mu- castas semejantes", a los cuales, sin embargo, -se les
jeres que han sucedido en encomiendas... .y las dejen había de hacér ver el respeto natural gue se debe a los pa-
casar y tomar estado con ta libertad que tan iusta y dres y personas mayores. Los indios, por estar equip-a-
debída es." Otros testimonios, no menos significativos, radoi jürídicamente a los españoles, habían de cumplir
podrían ser aducidos fácilmente.ag con loé preceptos establecidos para la obtención de la
Los matrimonios entre españoles y mujeres de las dis- licencia paterna al celebrar sus matrimonios-; pero los
tintas razas indias sojuzgadas estuvieron recpnocidos y tributarios podían suplir este requisito con la licencia
sancionados por la ley, desde los primeros años de la de sus curai y doctrineros, si sus padres no fueran co-
conquista. En realidad, puede decirse que el problema nocidos o vivieran en lugares alejados. Con respecto a
no llegó siquiera a plantearse. Son muy abundantes y los españoles que vivieran en las Indias y cuyos padres,
conocidos los pasajes de los primeros cronistas de las parientes o tutores se encontrasen en España o en otras
Indias que nos hablan de la facilidad con que los espa- provincias muy distantes de las propias Indias, se admi-
ñoles se unieron con mujeres de aquellas razas, general- tió que pudieran suplir el consentimiento- paterno con
mente en simples concubinatos que acabaron las más de la hóencia judicial, sin pagar por ello der,echo alguno. Se
las veces en legítimos matrimonios. El legislador, por attorizó a'las AudienCiaé pára que redactasen Regla-
una parte, se limitó a reconocer y sancionar los hechos mentos con las modificaciones exigidas por las circuns-
producidos y aun trató de fomentar estas uniones mix- tancias, aun cuando sin alterar la esencia de la doctrina
tas. Así, en una Instrucción de 29 de marzo de 1503,4a se jurídica peninsularÍ6
" Resolviendo dudas planteadas por el Arzobispo de
,13 Véase mi estudio El dereclw de
famllla en ta legislaciótt
de Imdins, publicado en mi libro citado, Instltucinnes s,ociales de +6 Calección. de documentos inéditos,.. de Ultrcm:ar. T' lX,
la Amérira espaíwla... p. 52. ng 16.IÉy II, tlt. I, lib. VI, Recopilación 1ó80.
a+ Col.ec,cíón de drcurnentas inédltos,,. del Archhn General ' *'véu." mí estudio ittado sobre Ei derecho de farnilia en la
dc lrldix. T. XXXI, pp. 156 y 163. Iegíslación de Indias, PP. 12O123.
LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 77
Charcas sobre si los Ministros eclesiásticos podían auto- real debía ser tenida en cuenta la mayor o menor paren-
rizar los matrimonios sin la presentación previa de la tela que tuviese la mujer con la que se pretendiera
licencia paterna, cuando los Contrayentes sé conforma- contráer matrimonio; y que el Oldor que se hubiese
sen de antemano con la pena de desheredación estable- casado sin licencia no estaba obligado a dejar el cargo
cid-a en la Pragmática, se resolvió, por Real Cédula de hasta que no se hubiera promovido el c,orreqpondiente
8 de marzo de 1777, que la presentación de esta licencia proceso y hubiese recaídq sentencia condenatoria.ae
era requisito previo inexcusable.a? En la esfera estrictamente canónica también se regis-
También sufrió algunas modificaciones de interés en tran adaptaciones peculiares de la doctrina establecida
la llamada legislación de Indias la doctrina canónica v en Trent-o a las nuevas modalidades de vida imperan-
civil de los impedimentos matrimoniales. tes en los territorios indianos. No sólo hubo de alterarse
En el orden civil son terminantes y reiteradas las dis- eI cuadro cornprensivo de los impedimentos matrimonia-
posiciones que pr-ohibieron los matrimonios cotr mujeres les derivados del parentesco, cuando se trataba de ma-
avecindadas en los distritos de su jurisdicciór, á los trimonios entre indios, sino que aun para las uniones
virreyes, _presidentes, oidores, gobernádores, corregido- matrimoniales de mestizos, criollos y españoles radicados
res, fiscales, alcaldes mayores y del crimen. La docfrina en el Nuevo Mundo se dictaron nortnas distintas res-
no constituía ninguna novedad, pero en las Indias hubo pecto a la forma en que las dispensas debían solicitarse
de exigirse el cumplimiento de éstos preceptos con ma- y obtenerse, concediendo a este respecto a los prelados
yor energía y decisión, ya que la enormidaüde la distan- áe las Indias y a otras dignidades eclesiásticas facul-
cia-que se-pa-raba aquellos territorios de la Metrópoli y tades especialísimas para dispensar impedimentos que
la facultad de las comunicaciones aumentaban loi ries-- en circunstancias normales no hubieran sido dispen-
gos de, los abusos que en este orden podían cometerse. sables.so
Juan de Solórzano, estudiando esta cuestión en su p,o[í- Por motivos circunstanciales y puramente políticos se
tica Indiana, sostiene que estas prohibiciones eran válidas llegó en ccasiones a desconocer el principio de la liber-
también en el fuero interno, pórque no iban, como algu- tad en orden a la celebración de matrimonios, para fo-
nos pretendían, contra el derecho canónico ni contrila rxentar el aumento de la población en los territorios
libertad que debe presidir en la celebración de los ma- conquistados. No es que se vulnerase, propiamente, la
trimonios, ya que éstos eran siempre válidos, aun cuan- doctrina canónica a este respecto establecida; pero se
do se contrajeran contra la prohibición expresa del Rey, dictaron disposiciones de tipo más o menos coactivo,
llevando por única sanción lá pérdida de lós cargos paiá obligando a contraer matrimonio a los que se encontra-
los contraventores; "y todos los autores están-confor- sen en determinadas circunstancias. "Que los que tu-
mes en que pueden los Príncipes, por justas vieren indios encomendados ordenó en una Real
-añade-
causas, prohibir matrimonios entre sus súbditós, aúnq,re -se
Provisión cle 8 de noviembre de 153961- sean obligados
no forzarlos".a8 a casarse dentro de.tres años, no teniendo justo impedi-
Otro tratadista clásico, el padre Avendaño, sostenía a mento"; "que el Prelado y Gobernadot persuad,an alos
este respecto en su Tesora fndico: que no debía ser con_ que tuviesén indios, que se casen", se dispuso en la
siderado como p-ecado la contravención cle estas leyái
civiles; que para la concesión o denegación de la liceícia 4s Cita de Solórzano en su Palltiw In'dlann, lib. V, cap. rx.
Más detalles en mi estudio citaclo El derecha de familia... '
¿? Archivo General 49 Indias (Sevilla): Indiferente General, pp. 125 ss.
739:7-13 (T. XV, folio 289) y registros t3Wó (T. tI, año 1777', 6o Véase mi citado estudio El derecho d'e faffiília,. ., pp. 145 ss.
ng 3). ur Biblioteca Nacional de Madrid. Manuscritos,3OlS. Colec.
+e Polítita Indi.ana, lib. V, cap. rx. de fuatttp¡ttos lnédítos. .. & Ultranur. T. X, p. 162.
r. 78 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRTVADO 79
Ley XXXVI, tit.IX, lib. VI de la Recopilación de 16g0 giones existía de hecho una verdadera poljgamia, y por
¡r en la V, tít. V de la misma Recopilació;, ; ;;Jió éllo, al tiempo de su conversión, fueron frecuentes los
insistiendo en el tema, pero en términos máÁ g""éi¿"r -í q.l"ios neófitos se encontraban casados con más
"Que los vecinos solteros sean persuadidos t "urór
áé "tt*ir3"t, siendo verdaderamente difícil resolver en
";;;;;.;-
Pero, sin duda, uno de los aspectos más interesantes "ru
justicia ld" éstas tuviera mejor derecho, ya- que
que ofrece la legislación de Indias en orden al derécho ".tál
io podia aceptarse el que siguieran -en aqqeJ estado de
familiar es el que se refiere a la forma en que lr"Uiérá" peligrosa desmoralización. El Fontífice Pablo III trató
de regularse los matrimonios entre los indioi ,""i¿" col- áe iesolver este conflicto declarando que en estos casos
vertidos al catolicismo. El legislador español, ááUiá .ot tiderarse como legítima a la mujer con la que
diendo lo injusto e impolíticó que hubieru éido "o-pr"rr-
iratar lii*"tu*"nte se hubiera tenido acceso carnal, reservan-
de imponer a los hombres de aquellas razas los mismos á;;ñ;;ido Ia fu"nltad de elegir, para cuando-aquello
moldes en que se había venido faciando una civilización p"aiátu precisarse; pero esti última salvedad del le-
de siglos, buscó el medio de condensar en preceptos "ó
ei.Éá;. f"e'portillo abiertoporquea toda clase de abusos y de
nuevos l-3s reglas más adecuadas para el régimen óivil ;;;;i¡ut inteipretaciones, los indios, maliciosa-
dS aquellos pueblos, atrayéndolos lentamenle al dere- m""t" ut..cionados, fingían siémpre igno-rar cuál había
cho de- Castilla, sin transiciones demasiado violentas, sido su mujer primera, para d,e este modo poder elegrr
que hubieran resultado, a más de abusivas y tiránicasj ;;l;"- todas aquella qui más les conviniese o les gus-
en absoluto contraproducentes. Uno de los fines col tase. Hubo, p,ret, que pensar en corregir tales.excesos'
más ahinco-perseguido en nuestra obra colonizadora era, ,, ouru ello' ie retiió j los interesados la facultad que
como es sabido, la conversión de los infieles; para ello íru'.tá entonces habían tenido de designar por sí mismos
era forzoso ir administrando a los neófitos'lós ;u;;_ con cuál de sus mujeres habían contraído primeramente
mentos del catolicismo, y si en cada uno de éstos se ."Iu"" -utrimonial, encomendando esta misión a los in-
ofrecían dificultades de muy penoso vencimiento, éstás áiot -et viejos de cada Parro-quia, quienes sentencia-
aumentaban todavía más al- tiatar del matrimorío, po, ban después de haber escuchado las razones -que- cada
el carácter básico que esta institución tiene en la'vida áf.ÉuUa en apoyo de sus pretensiones' Elegida así
de los pueblos. Pensar en,imponer a aquellas gentes lás ""ó
1á que h"abía de seguir siendo desde entonces única mu-
preceptos canónicos- con el mismo rigoi y disciplina que ier'del contraventé, t" "ottugraba en ella el matrimo-
hubieron de ser declarados en el Con-cilió de T;";;, É;: tio. .t a las demás se las dotaba convenientemente para
biera sido acometer una empresa poco menos que irrstr- J"ái"iun atender en adelante a sus necesid_ades pro-
perable, con todas las probabilidaáes de un frá.áro ,"_ """
üiÁ'u t"t de los hijos que quedaban en su poder'
gy{o; pero, por otra ,parte, no podía tampoco consentir '-iáUlá" hubo dL sei esfudiado y discutido amplia-
el fervor apostólico de la épocá exageradás p¡óUt"*u de la convalidación canónica de
en materias de tanta trascendencia y que tan "o""ño"".
a lo ínti_
-";;;:t"
iói matrimonios entre los indios, en el "Sínodo orde-
mo de las conciencias afectaba. Veamos cOmo pudiáion ;;;;ñói"¿u¿-á* los Reves (Lima)'-", en el 1s50"'
armonizarse en la ley exigencias tan opuestas. ri""¿" de excepcional interés los acuerdos que-en este
. pl n5imgr problema a resolver qué en este respecto il;1;r" "doptáron. Dice así el testimonio literal qu-e-qg
hub-o de plantearse, fue el de la cónvalidación, dentro íor *it*o, it"-ot encontrado en el manuscrito 3 045
de las norrnas canónicas, de los matrimonior yu áe la Biblioteca Nacional de Madrid:
traíd_os por los indios en tiempos de su infidelidaá. Como
"órr- "Capítulo 14: De lo que se ha de hacer cuando estu-
acreditan los conocidos testlmonios de los primitivos .'i"r"f fiel cor infiel.-Cuando algún infiel se
cronistas de Indias, en la casi totalidad de aquellas re-
;;-*; a"itiiur, el sacerdote se entere de si es casado
"uiudos
80 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 81
-conarreglo a,su rito, y si lo es, y los dos se quisieren hacer, se le darán cien azotes y -se le cortarán los cabe-
bautizar,les debe compeler a qué ratifiquen sü matri- llos. v la misma pena se dará a la que se case con é1, si
monio con arreglo a la lglesia; si uno no se quisiere ruUíu que el tal éra casado ; y éste será -vuelto a su pri-
bautizar, pero quisiere estár con el que se bautizáre, sin mera riujeri y para evitar esto se manda que no se les
injuria pala Nuestro Señor, sin persuadir al fiel a que case sin ámonestarles tres veces."
52
niegue la fe recibida y sin corneter algún otro pecaido La necesidad de corregir abusos contrarios a la liber-
nrortal, no se les debe apartat, y si .se quisiese lpartar, tad matrimonial de los indios, cometidos ulas veces por
no se Ie case con otro_; pero si el infiel cometiése pe- sus propios caciques y otras por los españoles- encomen-
cado^mortal y-requerido tres veces por el fiel para que ááio., olbne¿ a intervénir a los monarcas- españoles, tam-
rectifique, no lo haga, queda el fie[ libre pará casaise bién áe uttá matt"ta enérgica y reiterada'
nuevamente. En una Real Cédula de 5 de febrero de 1515 se dispu-
"Capítulo 15: Al bautizar el sacerdote al indio debe so: "El Rey. . . my voluntad es que los dichos yndios e
preguntarle cuál fue su primera mujer, sin dejarie adi- yndias tengan enlera libertad para se casar con -quien
vinar el móvil de la pregunta para que no lo niegue u [,riri"t"tt isí con yndios como con naturales destas
L
o_culte, y averiguado cuál sea,-aunque ya no vivá con partes. . ."
I ella, debe casarse. Si esto no se averiguale, debe casarse Posteriormente, el 17 de diciembre de 1557, se ra-
I
con cualquiera de las otras, o con otra india, tomán- tifica el mismo principio, ordenando a la Audiencia
dose primero cristiana. ¿ál i"..t que "A ningún cacique. aunque infiel se le per-
mitiese caiar más de una vez, ni tener mujeres encerra-
I
"CapÍtulo 16: Con los que sean casados con sus pro-
1 pias hermanas, con arreglo a sus ritos y costumbred, re das, o privarles de que ellas- lo executasen con quien
I
permite que se ratifique el matrimonio, segrirn ia Iglesia, quiÁieren." Disposicién que hubo -de -repetirse, porque
hasta tanto que el Pontífice sea consultado respeJto de Iás infraccionei persistieron, en 29 de noviembre de
lo que se clebe hacer; y con los casados con sús tías o Tiza, i que últimámente fue incorporada a Ia Reco'píIa-
sobrinas carnales y cuñadas, como la sentencia del Após- ción de Leye,s ile Indias de 1680.
tol dic-e que las leyes de los fieles no obligan a los -que No fue ésta la única reminiscencia de las primitivas
están fuera de la lglesia, se declara que debón áueCar ásí. costumbres indias que hubo de ser corregida por el lqgit-
"Capítulo 17: A los nuevamente convertidos, habien- lador español, por suponer una negación intolerable a
do causa para ello, se les puede dispensar en el tercero iá tiUertá¿ con'que lós matrimonios debían celebrarse
y cuarto grado de consanguinidad y afiniclad. v un atentado paiente a los principios de la rnoral me-
"Capítulo 18: Hasta tanto que S. S. sea consultado, se íor Así, en 29 de se-ptiembre, también de
declaran nulos todos los matrimonios clandestinos que "r.topulosá.
loi¡, h"¡b de preceptuarse por monarca Felipe IV:
t;Qrré lot indioi no pueden vender -el
en adelante se hicieren entre los indios; sin testigo, sus hijas para- con-
con un solo testigo, etc., y el casarse contra esta prohi-bi- tiaer matrimonio", cbstumbre muy arraigada en alguna
ción se considerará como impedím'entum críminus. de aquellas regiones, singularmente entre las tribus arau-
"Capítulo 19: Que se desposen y velen juntamente, canas del reino de Chile.
salvo en caso de necesidad, y las béndicionés se les po- Pero donde los abusos hubieron de repetirse con más
drán dar en todo tiempo del año, salvo desde ín do.mini- frecuencia fue en las encomiendas de indígenas por parte
can passianfs hasta el segundo día de Pascua. á" tor españoles encomenderos, motivando con esto las
, "Capítulo 23: El sacerdote, al casar a algún indio, 62 De los privilegios espiritu.alcs conccdiclos para los matri-
debe amonestarle de que ya no lo puede hacei otra vv., monioi-aó loi in¿ió recién convcrticlos, trata Solórzano en el
salvo en caso de muerte del cónyuge, y, si lo volviere a lib. II, cap. xxrx de su Polltíca Indlanú'
82 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO
LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 83
ros.-Iey III: Que pgne la forma en que los casados en tase, el hecho de que en algunas Ordenanzas de las
España serán enviádos (dando u *"ái¿á, Audiencias figure una declaración especial de este prin-
muy rigurosas).-Ley IV: eue los enviado, "rie "f""t"
po, .uüáo, cipio.
y mercaderes que tienen término limitado, o Hasta aquí nos hemos limitado a reseñar, sin penetrar
en el viaje.-Ley V: eue los casados en Erpuña, "i, il;d;;
il;; en sus maiices, el núcleo más importante de estas dis-
excusen de ser enviados por Oficiales de'Cruzaaa_ posiciones, para dar de este modo una visión de conjunto
Ley VI: Que los enviados por casados del p".i * ,"u" de la cantidad grande de preceptos legislativos que so-
sueltos en Tierra Firme.-Ley VII: eue a ningunos ca_ bre esta materia hubo de promulgarse. Vamos ahora a
sados en las Indias se dé úcencia iara venir a estos desglosar, estudiándolas brevemente, cada una de las
Reinos sin fianza para responder de que la ñ.""i";; particularidades dignas de interés que en estas dispo-
será por más del iiempo ieñalado-iey VfIf ; siciones se encerraban.
que estuvieren ausentes O;; i;;
{_e sus mujeró en las indias, La primera actitud del legislador f-rente al hecho de
yayan a hacer vida con ellas.-Ley iX: eue ,oUr"-"eñj los müchos casados que vivían en Indias con abandono
ficar Ja co nprobación de los qúe ,ro ,.r, casados en completo de sus mujeres residentes en España fue,- como
esto"s Reino,sT po5 alegar haber tnviudado, ," pióó.áá hemós visto, la de corregir estos abusos, ordenando que
contorme al derecho'." dentro de un plazo preciso fuesen aquéllos conminados
A más de éstas se.encuentran esparcidas por todo el para que recogiesen y llevasen consigo a_ s-us mujeres.
texto de la Recopilación otras leyes de fechas'¿it"i""t"r, Estas medidas se completaron con la prohibición gene-
que se referían también al miimo objeto. fal"s són í ral de que ningún casado pudiera pasar a Indias de no
Ley XIV, rít.,VII, lib. I: eue los preládos ,t i"1;;;; ir acompañado de su mujer, aun cuando fuera allá para
de los españoles que haya allí casados o desposados en desempéñar un cargo determinado. Así lo preceptuaba
estos.Reings.y avisen a los Virreyes, presidentes, Au_ terminantemente la Ley XXVIII, tít. XXVI, lib. X de la
chencras y Gobernadores, para que los hagan embarcar._ Recopilación de 1680, al disponer: "Declaramos por per-
Ley LX, tít. IrJ, lib. III : Oue loj Virreyes-no den decretos .onai prohibidas para embarcarse y pasar a las Indias,
en perjuicio de la cosa juzgada ni piorroguen el térmi= todos ios casados y desposados en estos Reinos, si no
lo p?lq que los casados en estos ReinoJ se vengan._ llevaren consigo a sus mujeres, aunque sean Virreyes,
Ley CItrI, tít. XV, libro IX: eue los Generat", iiuiga" Oidores, Gobernadores, o nos fueren a servir en cual-
a los casados en estos Reinos y den cuenta en la Casí._ quier cargo y oficios de Guerra, Justici-a y Hacien-da,
Ley XV, tít. VII, lib. WI: eúe los Oidore, ,ro i""lt"" porque eJ nuestra voluntad que todos los susodichos
ni den esperas a los casados presos po, u.rr"rr"i" d"-;;; il"nétr a sus mujeres: y asimilmo concurra la calidad
mujeres.-Ley XXXIII, rít. XvIII, iiU. ll: I-os fislales de lleva.r licencia nuestra para sus personas, mujeres y
procuren se ejecute lo dispuesto contra casados en estos criados."
Reinos que residieren en las Indias. No sólo se prohibía a los casados eI pase de España
_ Finalmente, aun después de Ia promulgación de la a Indias sin llévar consigo a sus mujeres, sino que para
Reco,pilación de Leyes de Indías ¿á tO8O,"h"bi"r;; d; trasladarse de un sitio a otro dentro de los distritos co-
hacerse necesarias nteva-s y terminantes ratifica;i;;;;, loniales, necesitaban cumplir también con aquel requisito
segin atestiguan las RealeJ Cédulas de 12 de agosto dé inexcusable. Así, en una- Real Cédula que luego fue la
199:,23 de septiembre de 1799,2 de octubre de ti50 y ig Ley XXX, tít. XLV, lib. IX de la Recopilación de 1680,
del mismo mes y año; siendo también un cletalle iruv se-ordenó: "Que no pasc de Nueva España a Filipinas
significativo del empeño especial que el legislador pusó hombre casado sin su-muier, o con licencia y fianza."
en que la unidad de domicilio conyugal nó sc quebran- Una idea del rigor con que se persiguió el cumpli-
8ó I.{S INSTITUCIONES DEL DERECI{O PRIVADO IAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 87
miento de estas leyes, la da una Real Cédula de 30 de precediese la previa licencia de la mujer;-y finalmente,
septr,embre.de 1688, por_la que se concedía indulto ge- én otra dispoiición de 19 de noviembre de 1618, man-
neral a todos los españoles'que habitaren en las Indías daba el Rey a la Audiencia de Nueva España que para
sin li.cencias, exceptuando los que fueren casad.os en Es- conceder esta clase de licencia a los casados debían en-
paira";-y también el hecho de que se crease un Juzgado terarse antes de las causas por las que lo solicitasen, así
especial para conocer de esta clase de delitos. Sin"em- como de su edad, la de sus mujeres, hijos que tuvieren
9u.gg, a pesar de todas estas disposiciones de la ley, loi y medios de sustentagión que 1es quedasen <lurante la
fraudes se repitieron con frecueicia, cometiéndolóé va áusencia, poniendo especial óuidado en registrar la fecha
personas solteras, que se fingían casados para llevar ásÍ y demás circunstancias del permiso para ejecutar en
consigo a sus conc_r'binas; ya otros realmente casados, iodo caso lo que en justic:r procediere,
pero que en lugar de hacerse acompañar de sus mujeres Respecto a los mercaderes casados que tuvieran sus
hacían pasar por éstas a sus amantis. Estos abusos mo- rr"gocior en Indias, hubieron de ser mayores las conce-
tivaron una Real Cédula de 1546, que fue recogida en siofres que se establecieron, aunque sin alterar tampoco
las Ordennnzas de Errcinas (tomo I, p.497), y mái tarde, la esencia del principio general apuntado. En una Real
9g-!" I*y-XXVI, tít. XXVI, lib. IX dé ta Recópilación dé Cédula de 16 de 3ulió de-t550, que ]ue-go fue recogida ert
1680, en la cual, a este efecto, . se mandabal .,Cuando la Ley XXIX, tí¡. XXVI, lib. IX de la Recopilación .de
Slgunos hombres casad-os quisieren pasar a las Indiai y 1680, se disponía literalmente: "Concedemos facultad a
llevar a sus mujeres, el Presidente -y Ju"ces de la Casá los mercaderes casados que pasaren a las Indias, para
:sepan si son casados y velados a la ley y bendición como que por tiempo de tres años que corrtuf -y se -cuenten
lo manda la Santa Madre lglesia, y i"óiban la informá- áesdl el día áe la data de la licencia que han de ilevar
ción hecha en sus residenciás y, cónstando que son los del Presidente y Jueces de la Casa de Sevilla, puedan ir
contenidos, los dejen y consiéntan pasar cbnforme a a aquellos Reinos y volver a sus casas, v en l¡. iicencia
las licencias que llevarén y no en otr-a forma.', se ha de expresar que, sin embargo de ser casados, se
-lg 4 pesar del rigor con que hemos visto se mantuvo en les da por i."t años para ir, estar y volver, y que los
lqv el principio de que ningún casado pudiera pasar,a Jueces y Justicias no lot extrañen e, inquieten en virtud
Indias sin ir acompañado
-algunasde su mujer, ie registran en de las'órdenes generales dadas sobre que los- casados
nuestra l-egislación excepciones'al curñpii-i*"t" vengan o envíen por sus mujeres, y cumplienclo- el tér-
general de este precepto, siquiera en ella no só atacara minó de los treinta y dos meses de los años que ilevaren
la sustantividad de_la doctrina, pues fueron sólo por'un de licencia, los compelan las Justicias que luego, en la
periodo de tiemp_o determinado y exigiendo garantías su- primera ocasión, se émbarquen y vengan a estos Reinos,
ficientes de que Ia separación conyugal habíá de concluir y no lo cumpliendo los prendan y envíen presos' Y rnan-
al expirar el plazo señalado. Asi, én una Real Cédula áamos al Présidente y Jueces de la Casa que dé esta licen-
de 13 de octubre de 1554 se consentía en que pudieian cia a los mercaderes casados, por el dicho término, y
pasar. a Indias los casados sin llevar consigo a sus mu- tengan libro aparte en que las asienten; pero si dijeren
jeres, giepn-rg que prestasen fianza bastante de que su los mercaderes casados que quieren vivir y pe-rmanecer
ausencia había de ser sólo por dos años, y estableóiendo en las Indias, y llevar a sus mujeres, y dieren fianzas de
la pena de prisión para el caso de que incumplieran iu llevarlas deniio de dos años, lás Justicias de las Indias
promesa. los dejen estar con que las fianzas sean de la cuarta par-
En otra Real Cédula, de lZ de noviembre de 1611, se te de sus bienes y óxcedan de mil ducados. Y si luego
ve- qug para_concede¡ estos permisos se
hacfa n"""rriio, que sean pasados los dichos treinta y d9s meses no
además de los requisitos señalados en la anterior, qué áhartzarem los compelan a venirse. Y asimismo man-
88 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO
damos que de los términos asignados por esta nuestra se venían cometiendo por parte de los españoles engo-
ley no se dé prorrogación." menderos. Ya en unai Ordenanzas para el buen trata-
, Sin embargo, como al amparo de los privilegios conce- ;i;;;á; tot-inái"i, hechas en 4 de diciembre de no
1528'
retu-
didos en esta ley hubieron de cometerse grandés fraudes, ." *á"duba en su cap. rtl que los encomenderos
se estableció por otra que fue recogida en el núme- ;i";;-;1;, irrdiut aé to répartimiento separadas de sus
ro xxx, tít. XXVI, del libro IX: "Que habiendo venido maridos e hijos, aun cuando las propias interesadas
los mercaderes con sus mujeres no vuelvan sin ellas, y üi;;;;"; ;üi; hacían voluntariamente v se les pa-
con los enviados por casados se guarde lo mismo." gase al efecto.
El Licenciado Juan de Matienzo, en su libro Gobierna ' i;ñ¿; podia ninguna persona" ' "sacar india -de
del Perú, recogiendo eI espíritu de todas estas leyes en su reducción o esta;í;- ti tto fuere con su marido"
el cap, rv de su obra, que tratai "De la Audiencia-de las ;r;ú;; el servicio de las indiaspor casadas y solteras.en "'
Real cédula de Fe-
Charcas y cuanto conviene que resida en la Ciudad de la ¿";;; i";t;;;];t, ie estableció
puede concertarse
Plata, y de las Ordenanzas para ella hechas y que con- iiülfi q"é: "ninguna india casada
viene que se añadan", dedica un artículo, el 82, para páiu t"*it J" -español,
-en ni a eito sea apremiada
disponer' "Que los casados vengan con sus mujeres"; ii no "r, "utá
sirviere su marido
-;dteüi la misma casa' ni tampoco
y más adelante, ocupándose "de la Audiencia de los Re- i;r queriená;sé estar y residir en los pueblos'
yes y de su Distiito y Gobierno", consagra también todo ;i"";;i;iÉr" padre o madre no pueda concertarse sin
el cap. xxx a regular Ia misma materia, con Io que de- su
- vóluntad".
muestra claramente el interés que esta cuestión vino indios' se
n"to""to ai domicilio de los hijos de los"se
inspirando en todo tiempo a nuestros tratadistas y le- ios habidos por mujeres casadas tengan
"re;;á-;; áét mariáo v.li pueda admitir prr
gisladores. ;-;;Ñü;"' '9
banza en contran";t;;t"hijo deial indio
Mayor extensión le concede Juan de Solórzano en su hayan.de
célebre Polític.a Indiana, aunque se limita a reprodu- íJ;ñ ;f d"í óuái", u.tttq"e se diga que son hijos
cir, con breves comentarios exentos de interés, la doc- "*t1;
de"espaRóI, y los de indias solteras sisan el de la ma-
trina legal promulgada hasta entonces. Sin. embargo, dre", añadiéndose ;;;;óéd"la dicta"da por Felipe rrl
pa{qes"'
estudiando las Reales Cédulas arriba reseñadas, en vir- *l;t;"-j;t""rot i"áiát'tto t" dividan
;;i¿28;q"" de sus --
tud de las cuales se exigía como indispensable para que l"ái* "átudut se tenían n"t -4:lti?bl:
los casados pudieran pasar a Indias el que llevasen con- d";;;ido"; pero si enviudaban-podían recobrar el cle
sigo a sus mujeres, se plantea una cuestión realmente ;;;;ü; Í"uátiao1á"sigooctubrea sus h-ijos; así lo disponía
interesante al preguntarse si en todo caso venían las il""d;;l¿¿¡;ú
*-p"ll""ao á" 10 d; de 1618'
mujeres obligadas a seguir a sus maridos; cuestión que advertir q,'", u pesqf del contenido de esta
resuelve recogiendo la doctrina sentada por Santo Tomás cá;i;;erin testimónió ae solórzano'-"eqeJ Perú por
y por Fray Juan Bautista y Fernando Zurita, diciendo: ó;;;;"; á"1 vlt."vprovincias
Don Francisc-o de Toledo' v en
"Que la mujer que es invitada por su marido a ir a ;;-i;á;; tás- q"" J"
aemas de l-1s Indias por cos-
Indias clebe seguirle; pero es un precepto, no una impo- ffib;;l i"áró con india de otro pueblo'
sición, y por eso si ella pretexta miedo al mar debe ser "ui"
renartimiento o encomienda, sigue el municipio o-
enco-
respetada." ;ffiáil; li Átj"t", se añadiendó que "en apov-o de esta
También en los matrimonios de los indios sc persiguió y pye.{.e Ponderar una-I-ey nues-
Otd"rruotu costumbre
con mucho empeño por parte del legislador cl que no ;;;-;Ñt'áu--Íir, fi!.. ril, lib' vI, su
Rryp, de.cast'-'
glosador Acevedo'
se quebrantase en ningún caso la unidad del domicilio con 1o que cerca ¿é -?punta
"Uu por casamiento
conyugal, reprimiendo en este sentido los abusos que ;;; ei.i."e que el Vasalló Solariego
90 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 91
sale con 5gs bienes de aquel-derecho, y las mujeres si- En cuanto a menores y tutelas, la disposición más in-
guen de ordinario el fuero y domicilio'¿" ,"r;;'.i;;,i;t teresante que se encuentra en nuestra legislación de
, -El problTrna^de Iegirimai la condició" :"iiJi"u á" fo, Indias es una Real Cédula de 7544 contenida en las Orde-
hijos nacidos fuera del matrimonio, asÍ .ó*o orá_ nanzas de Encinas, por la cual se disponía "que no se
t-eger-las perscnas y los bienes de los huérfanos"i-¿" discierna tutela ni curatela de ningún menor en que in-
{e edad, lrrvo también manifestaciones acusadas^".rár",
;;l;; tervenga hacienda sin avárse assentado por el escrivano
llamadas Leyes de Indias, para hacer frente u ,it"á"i._ del ayuntamiento Ia razón de la tal tutela en el iibro
nes nuevas que no podían regirse por el derecho que ha de tener"; cuyo principio hubo de ser ratificado
llano peninsular o para coriegir ^abusos cometidos ";;i;-al por Cédulas de 1581 y 158ó e incorporado más tarde a
amparo de Ia impunidad que proporcionaba la dlstancia. la Ley VI, tít. VIII, lib. V de la Recopilación de 1ó80,
Podemos citar con respecto a legitimaciones, en ori_ ordenando "que el Escribano de Cabildo tenga libro en
mer término, una Re-al Cédula de l0 de abril 'd,e láZS, que asiente las tuteias y fianzas". Sin embargo, a pesar
que. Iuego fu,e recogidS qn la Ley CXX, tit. XV,-liü. de .todas estas medidas de precaución adoptadas por la
de la-Recoprlación de 1ó80, en la cual, restableciendo Ia
fj
ley, debieron de ser muy frecuentes en Indias los fraudes
jurisdicción co-mpetente para otorgar toda clase A" i"ri_ de que los menores se veían objeto, pues se encuentra
timaciones a los hijos habidos f-uera del ;;;rir";;i;, en nuestra legislación un núcleo relativamente nume-
ante los slpesos cometidos_ por los virreyes, gob.r"ááE roso de disposiciones encaminadas a corregir estos des-
res y_otras autoridades de las_Indias, se óu¿eñaba:-;;d"e manes. Así, en una Real Cédula del 20 de rnarzo de 1525,
Ios.Virreyes, Audiencias y Gobernadores ,ro p,r".tur, áui "Noticioso el Rey de los muchos fraudes que los meno-
Iegitimacio4es, y las_ que se pidiesen se remiian al Con_ res de la Isla Española recivian de sus tutores, por apro-
sejo", bajo 13 pena de que las así ,"i""i"iá" vecharse de sus bienes, y no dar la cuenta anual a que
por nulas, declarando in_capacitados "orr""¿i¿á,
a los pretenáien_ eran obligados, mandó a la Audiencia de Santo Domingo,
tes para 6flenerlas.en adelante y residenciand^o prr-".i., tomasse en adelante razón de dichas haciendas y las
abusos a las autoridades contráventoras. que después de muertos los menores se hallaren en po-
Tam_bién pueden
-se¡ incluidas en este grupq gran nú_ cler de los tutores, se entregasen al Depositario de bienes
mero de Reales cédulas que se encuentrin én'rás .oié"- de difuntos,para que según la orden que le estaba dada,
ciones de documentos que hemos podido los remitiese a la Casa de Contratación de Sevilla."
c-ediendo las legitimacibnes soliciiadas , "*u-i"".,
hlfi;;;.ñ;"t"_ Y posteriormente, en 31 de octubre de 1543, "infor-
de padres que al tiempo de Ja concefción V a"i á1"-_ mado el Príncipe. que para la buena administración de
oramrento oe ta mad-re podían contraer matriruonio, los bienes que quedasen a éstos convendría nornbrar
entre ellas una para los hijos de Inga non cririébai personas de satisfacción con cornpetente salario, que
Baca Tupa,.y muy singularmente, otri de 16 d;;;; anualmente tomasen cuenta a los tutores de lo que hu-
de 1766, en la cual,.contra-tocl_as Ias leyes vigenter-;ábrá biesen granjeado; comprando hacienda con ello á bene-
la materia, se legitima_a Ios hijos de"Do" Suluáaorl" ficio de los menores, y, de no hallar en ellas el recaudo
Bayamo, a pesar de'haber sido procreados de p"¿i" O._ conveniente, se le quitase la tutela y encargase a otros",
denado ¡¡1 gacris, siendo su mádre -;üi";;" mandó al Virrey de Nueva España proveyese "lo que le
una composición de 20 reales.s "asada;i
Archivo Histórico Nacio,nal de Madrid. Palabra: Legitimación.
cr También sobre es_ta-materia pueden consultarse Sobre el carácter de este Di.cciorurio puede consultarie mi estu-
las citas Ie_
gales hechas en mi estudio Et derecla d.e ii dio "D. Manuel Josef de Ayala y la Hiltoria de Ia l-egislación de
6ú Véase s1 Diccion
fndias", publicado en The HlsWnic-Amerícan, Historícal Review,
^!ffÁi ffiJ#lMH,:¿Xmt
<re D. Manuei ,",., 9m.
92 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRTVADO 93
pareciese más conveniente al bien de dichos menores y incapacidad para el cargo de tutor, solamente
Sobre-"*ó"ii"¿o
población de aquella tierra, cuidando especialmente de h"*ot tto"ttra investigación una Real
que las costas que se hubiesen de hacer de sus bienes Cédula, fechada en "ri7 de mayo de 1548, que merezca eI
fuesen moderadas, y avisase el recaudo que había habido ser reproducida. Se disponía en ella gue se guardasen
hasta entonces y el que hubiese en lo sucesivo". 'las leyes del Reino sobie que no sean pro.veídos los pa-
También en otra Real Cédula de 18 de febrero de 1555 Aruiitót por curadores de sus Entenadas", Y fue moti-
se hablaba de los muchos huérfanos de españoles y mes- vada, según 1o atestigua su propio texto, por l-os mucnos
tizos que se encontraban en Indias en completo aban- ub"ió" {t .o este ientido- venían ocurriendo' en me-
dono, sumidos en la miseria; y para evitarlo ordenaba "
nár"abo absoluto de todos los preceptos legales entonces
el Rey que se les proveyese de tutores para sus personas vigentes.
-Segun
y haciendas, poniendo en oficio a los varones y en servi- una Real Cédula de 9 de octubre de 1637, no
cio o en Colegios y Casas de recogida a las doncellas, d"bil" los virreyes conceder habilitacio¡es de edad "a
según consistieran sus respectivos patrimonios, y dando lo" -!"ot"s de ig o 20 años, por seguirse el perjuicio de
en general licencia para que los que quisiesen regresar que por la poca edad o nin-guna experiencia gastan- con
a España pudieran hacerlo. facitida¿ süs legÍtimas y déspués ie hallan perdidos",
Respecto a las fianzas que debían prestarse al tiempo añadiendo que'nóuando se solicitaren semejantes gracias
de discernirse las tutelas, hubo de dictarse una Real deberían remitir al Consejo las instancias con las co-
Cédula en 9 de junio de t697, cuyo contenido literal era rrespondientes Informaciones para en su vista proveer
el siguiente, según el testimonio que de la misma hemos a lo conveniente".
encontrado en el Diccianarb de Go'bíerna y LegísIación Finalmente , pata terminar con este grupo de {ispogi
de Indías que se guarda en el Archivo Histórico Nacio- ciones, debemoi citar una Cédula dictada por Felipe II,
nal de Madrid: "Hecho presente el Ayuntamiento de en 10 de noviemlre de 1578, y recogida más tarde en
Panamá el perjuicio que ocasionaba a los menores el la Ley VII, tít. IX, lib. VI de la Recopilación de 1680,
que los Escribanos de Provincia se entrornetiesen a dis- sobre"los ttt"oot". poseedores de encomiendas, en la cual
clrnir tutelas contra la privativa facultad que les conce- se establecía "que el tutor o curador puede nombrar
den las Iryes a los Públicos y Justicias Ordinarias, por- escudero por el menor de 25 años", disposición que :e
que admitiéndose las que se dan por los jueces de refería a ia obligación que tenían los encomenderos de
Frovincia, si éstos son promovidos a otras Audiencias resldir en el lugár de su encornienda o de nombrar un
son muchas las quiebras de los fiadores y los pupilos escudero que débidamente les representase cuando pe-
pierden sus herencias; lo que no sucedía en las tutelas seían encomiendas en sitios distintos, y que fue motivada
que üscernía la Justicia Ordinaria, por quedar los A1- porque los virreyes se entrometían abusivamente en ha-
caldes que las recibían a su satisfacción; comoquiera l"r L.tot nombiamientos, señalando fuertes salarios a
que los Escribanos de Provincia tengan jurisdicción y los favorecidos, con lo que quedaban perjudicados los
competencia para otorgar cualesquiera fnstrumentos, intereses del menor.ffi
mandó su Majestad se observase la práctica hasta enton- El cuadro de las instituciones más representativas del
ces habida; pero con calidad de que las fianzas que se derecho indiano referentes a la regulación jurídica de la
tomaren por los Escribanos de Provincias corriesen por familia puede cerrarse con las leyes que específicamen-
su cuentá y riesgo en cuanto a la seguridad, y que el te se diciaron para el funcionamiento en estos territorios
que las recibiese sea Propietario del Oficio, o al menos de la institución de los mayorazgos.
tenga la tercera parte de su valor en éI,-con cuya pre-
venóión se ocurría a los daños referidos." óa Diccíarrcrio citada: menores, españoles, fianzas y escribanos'
i
94 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 95
la autoridad paternal o a una tutela desempeñada por el oue hubo de prevalecer al cabo, lo atestiguan una Cgtta
mayor de sus hermanos varones o por el más próximo il;id;1554,'en la cual se mandaba a los oficiales de la
de sus otros parientes. El matrimonio, única causa de ¿;;; á" Coniratación de Sevilla que "sean obligadas las
emancipación familiar, la libertaba de estas estrechas *"i"tát a dar información de su limpiega como los hom-
redes, pero la hacía caer dentro de la órbita de un nuevo breá y que no dexen passar a ning-una sin licencia ex-
poder tan acusado como el primero. Sólo la circunstancia pr"ru;', y otras disposióiones reales de 1539 y 1575,,incor-
de viudez permitía a la mujer gozar de su plend capa- boradás a la Recópilación de 1ó80, donde se ordenaba
i'q.r"
cidad civil. ,ro passen múgeres solteras sin licencia del Rey"'
Se cornprende, por tanto, que en un estado semejante pü"i fot iequisitos óe aquí se exigían eran formalidades
de cosas, no podía plantearse el problema de la capa- iomr.tn"t a-hombrei Y mujeres.
cidad para pasar a Indias más que con respecto a aque- En ocasiones, por motivos de lndole- política, e.n su
llas mujéres que no estuvieren sometidas a la patria po- afán los monarcás de fomentar la población de deter-
testad, aI régimen tutelar o a la autoridad marital, ya minados territorios, se llegó a ordeflar 9r1e s9 permitiera
" ¡il
que con respecto a éstas la cuestión quedaba reducida en ellos la entrada de muJeres sin exigirles la presenta-
'I a la obtención de la correspondiente licencia familiar ción de la licencia. Asl consta que ocurrió con respecto
que habían de conseguir sus respectivos padres, tutores ái-i"*, h""i¿ttdot* más tarde eitensiva esta disposición
o maridos. En efecto, se observa en nuestra legislación a las ciudades de Nombre de Dios y Panamá'
de Indias, desde el primer momento, que no se pone Al lado de estas norrnas generales se registral taq-
ninguna dificultad a los cabezas de familia que hubieran bié; ;; nuestra legislación te Indias algunas disposi-
de partir con rumbo a los territorios de Ultramar para ciones de excepción, en las cuales se,prohibía el pase a los
llevar consigo a sus hijas, pupilas o esposas; es más, con territorios colóniales de determinadas mujeres po-r razo-
respecto a las mujeres casadas, no sólo se permite que pa- nes oarticularísimas. Así vemos que en dos Reales Cé-
sen a Indias acompañando a sus maridos, sino que de una áula'i de 11 de abril de 1600 y 22 de novie¡nbre de,1662,
manera reiterada se dispuso en toda ocasión, según ya i*"óeiJut ;ás tarde en la Reóopilació-n de 1680,,se clispo-
hemos visto, que ningún hombre casado pudiera pasar
"iu i"" las hijas y nue,ras dé los Virreyes de Nueva
padres en
a dichos territorios sin ir acompañado de su mujer. E;¡"í; y del Pérú áo podían ac-ompaña,r a susTambién
Queda así circunscrita la cuestión a las mujeres viu- r"'uiu:" a Indias ni iesidir allí con ellos' se
y
das y a las solteras que no f,ueran acompañadas de sus .f oái" a Indias a las mujeres de vida airada
padres o tutores; y a este respecto interesa reseñar, en "r"friUi"
á las mu¡eies, hijas y criadas de los.-gitanos' Con res-
primer término, una Real Cédula expedida por Fernando pecto a las mujeres extranjeras, no sÓlo se las declaraDa
el Católico el 18 de mayo de 1511, explicando y arn- in"upu"es parapasar a Ináias, sino que se lleeó a orde-
pliando las Ordenanzas de la Casa de Contratación de b" ,rttu n.ul Cédula de 13 de enero de 150ó- queque' no
Sevilla, en la cual, al hablar de las personas que tenían "ái
il;.; a campsición; es decir, que las
prohibición de pasar a las Indias, se decía: "que en i"tlá"¿""ámitiaut
iu 1"y, hubieran conseguido llegar a cualquiera
por
cuanto a las mujeres solteras, sobre lo que se habían á; i;t territoáos coloniales, debían ser expulsadas situación
ofrecido dudas a los Oficiales vista su condición, pro. f", u"tori¿udes, sin que pudieran legitimar su
vean lo que estimen más provechoso". :;.*;;;iabá óermitido a otras perionas, inc-apacitadas
No se contiene en esta Cédula Real ninguna declara- tu*Uil"- mediante el pago de una cantidad que osci-
ción precisa y terminante; pero claramente se ve, con laba según las circunstancias.6o
sólo lo expuesto, que el sexo, por sf, no originaba nin- 0o Las citas históricas contenidas en estos pasajes puq$:n 99n-
guna incapacidad especial. Y que ésta fue la doctrina suttarle en mi estudio "El sexo como circunstancia modiftcatrva
98 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO I.^AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRTVADO 99
En la esfera jurídica del derecho de obligaciones no nos exclusivamente en lo relativo al régimen de trabajo
se registran en la legislación de Indias preceDtos esne- de la mujer, hemos de recoger aquí, en primer término,
cíficos que reg_ulen de una manera amplia y ,irt"-áti- unas interesantes Instrucciomes hechas por el Padre Las
zada la capacidad jurídjca de la mujer. -Se han de supo- por encargo
Casas en colaboración con Palacios Rubios y -a
nervigentes, por_tanto, los mismos principios del dereóho de Cisneros, para que sirriieran de normá la comi-
peninsular, con la sola salvedad de algunas normas res- sión de los Jerónimos enviada a la Isla Española para
trictivas de la capacidad para contratár impuestas a las corregir los abusos denunciados, en la cual se establecía
mujeres de determinados funcionarios púbjicos v otras que las mujeres de los indígenas sometidos no habían
reguladoras del contrato de arrendainiento á" ser- de ser obligadas a trabajar en las minas, ni a amasar el
vicios, encaminados a proteger a las mujeres de raza pan, ni a ejercer, en general, ninguna clase de trabajo
india. tenido por excesivamente rudo o penoso.
No podían tratar ni contratar en los territorios colo- En otras Instrucciones de 1518 se volvió a ordenar
niale-s, por razón,del cargo desempeñado por sus mari- que las mujeres indias estuvieran exentas del trabajo
dos, las mujeres de los ministros yias de lós Oficiales de en las minas. Fue ésta una declaración que se repitió en
la Real. Hacienda. También se prohibía a las mujerés multitud de ocasiones, porque múltiples hubieron de ser
de los ministros q-ue interviniesei en "negocios suyós ni también los abusos que en este orden de cosas se come-
ajenos", que escribiesen "cartas de ruegoi ni inteicesio- tieron por parte'de los patronos mineros. Todavía la
tgr" y que se-sirvielan o "dejaran acoripañar por nego- Recopilación de ló80, al regular el servicio de la mita,
ciantes"; y-a las de los Presidentes y Oidores, que hic-ie- hubo de insistir en que no estaban sujetas a este género
1an, "partido con Abogados ni Receptores", o r'ecibieran de trabajo las mujeres y las hijas de los indios mitayos,
dádivas. Los juegos de envite y azit "de iualquier can- aunque admitía que, "caso que libremente quisieran ayu-
tidad que _sea", estaban también vedados a las esposas dar'i pudieran hacerlo, pagándoseles eI salario "que
de estos altos funcionarios. fuera justo".
. Un interés mayor tienen las disposiciones reguladoras Pedro de Valdivia, el heroico conquistador de Chile,
del contrato de arrendamiento áe servicios, -dictadas, hubo de prohibir expresamente que se obligara a las mu-
como hemos dicho, con un carácter tutelar para las mu- jeres mapuches a transportar cargas de un sitio a otro.
jeres indias. En los primeros tiempos del descubri- En las misianes de los jesuitas establecidas en el Para-
miento y conquista de América, mienfras imperaron las guay, si bien se empleaba a las mujeres indias en el
encomiendas de indios establecidas sobre ia base de cultivo de los algodoneros, se consideraban exceptuadas
qrestación de servicios personales por parte de los,in- de esta fatigosa labor "las embatazadas, las que criaban
dios encomendados en favor de sus eniomenderos, vi- y otras legÍtimamente impedidas de salir al campo".
vieron las mujeres de raza india, al'igual que los varones, Cuando el jesuita Torres declaró abolido el servicio per-
s
lietas.a u-n régimen de trabajos forzados que presen- sonal de los indios en el colegio de Chile, hubo de esta-
taba todos los caracteres de uná verdadera servidumbre. blecer, entre otras cláusulas, la siguiente: "Las mujeres
Pero bien pronto -los abusos extremados que ;" ;;; no servirán de cosa alguna, y si se ofreciera alguna ur-
orden de cosas hubieron de cometerse, motivaron enér- gente necesidad de ayudar a desyerbar o cosa semejante,
gicas condenaciones de algunos espíritus generosos, que se les dará de comer y se les pagará conforme hubieren
encontraron un eco cordial en las altas esferas. Fiiánáo_ trabajado." En el año de 1ó09 decretó también la Real
de la capacidad jurÍdica en la legislación de Indias',. nublicado Audiencia de Santiago de Chile que las mujeres indias
en mi libr<r citado Institttciones iaciales de la Amérirh urpii* estaban exentas del servicio personal obligatorio, a.fia-
J4..., pp. 205ss. diendo que las que voluntariamente quisieran trabajar
LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO
PRIVADO 101
lOO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO también en la
que no había de antiguo venía cometiéndose' se dispuso Recopilación'
lo habrían de hacer "bajo un contrato i:;;-xv,'iit.-xVl, ii^h'vi-á" la- reterida
a;ñ;ar de un año" ybbteniendo previamente,-las qge para que hilen y te
ñ;;;;;J";,-él consentimiento de sus maridos' En il¿ fit'i"ái;.'"oi""tu"-encerradas
que sus *uti¿oi hubieren- dé tributar"'*
í;-;;;;;-ñá los repartirr¡ientos de chile hubo de es- -ianAl"lo
abordu, p,oüü"'i;;;-i; übertad o esclavitud de
disponía igual- "t i"i"t"ttcia concreta a la con-
i;úñ;t'ñíJ""n" "tt^*ut,é de 1620,nose-habían r.ii"?"iát*-*"ti¿"t v^"oo Ia posición de los hombres
;;t" q* iás y los niños de estar
-n¡"t"seí el caso de que quisieran iilfT:i*rá"üá"1u t""5"r'
servir primer mornento' de-
de gobierno a" n,pui"T;ft"td;ól
"üli-"dátLitrabajl'y
iái"'"t.ii"-""ié á"uétian ser remunerados"' de las distintas razas
;idiJ;; i";.r,inu,ttá'--t-us mujeres seres libres' sin que
Todas estas normas, tan dispersas, se recogen'.funda- indias clebían ,"t "o*o para l.tacer-
*"rriál*"ote, con un cierto séntido de sistematización' se admitieru
"átttiJ"tááut
rri"g""u'J""tá-""*o bastante'
;i; ú;pliación de 1680'servicioYa hemos visto cómo en este estad.o de iibertad' No
de la mita' se eximía
ñ;;:ü;;-:"'iá-i."á;;ü-J especial de la
;;; ú;1, al tratar del ramb-ié-n constituía ert" prrrrlipil;í"gr1";iiuit"gio
;:1il';;;;; i;';"j;;; se las relevó del
XIII' lib'-Vl; ;; j;-;;'s^a.ipo'iá'ónd--esu.sexorn;:'JJrr:"f"-1?il:
la IX'
;"b"ñ é" Íut estincia,i libro Ja LVII del
en Ley- tít' üi;i-i";;iiái uá'o"es eran tenidos e
eistran normas definidoras de aplicación general- Sólo miendas, fueron medio adecuado al que se acudió con
lestimonios aislados que acreditan la existencia de esta frecuencia para recompensar a las mujeres -viudas de
i"ái"i¿"ot que habían prestado servicios señaladosmuy en
acción tutelar por parte del Estado, pe{o,que no-son su-
ficientes para ieñalar los detalles que debieron de presi- iás primeras- colonizaciones. También fue práctica
dir en su aplicación. ,rruáu la concesión de determinados ofici'ls públicos y la
-P;;, y beneficio
cobranza de ciertos derechos fiscales'
En una L-ey de la Recopilación de 1680 se establecía:
"Que informen las Audienéias para hacer mercedes a viu- aparte de estos géneros de reco npensa,.excepcio-
das de Oidores." nul"r ántqlre relativamente numerosos, que sólo se. con-
concurrían en los causantes de las bene-
Las viudas de los militares, aparte de los socorros que
puüeran corresponderles, tenían derecho a- pasaje- gra- iiciadas méritos y servicios muy señalados,, el medio
".ái".ó" "irando
e""éiul que se para socorrer a las viudas menes-
iuito para su re-greso a España si sus maridos hubieran ;;;;; áá tot "m-pleódescubridores v primeros pobladores fue
en India! sólo en guarnición; pero carecían de
"tiadó
este privilegio cuando se trataba de individuos que e-sta- ái- óiótgát"iento de pensionei vitalicias, cuya cuantía
aquellos territorios con destinos fijos -
cambiaba según los casosia
ban vivienáo de Io que acabamÜ$ de exponer'
"tt
por ellos solicitados. Como los militares pertenecientes Co-o
"oto-pl"-"ttto
h";;;á";"óóg"t ahora un núóleo-muy nütlreroso de dis-
á las clases subalternas tenlan prohibido el matrimonio, todas ellas--a difundir y f9-
si a pesar de esta prohibición se casaban, no podían re- ;;;;i";;r, enZaminadas de colegios y casas de
clamár sus viudas socorro alguno de su montepío. La il;tJ "r, Iodiut la creación
recogimiento para niñas y mujeres'
viuda de militar que contrala segundas nupcias perdía, nñ la neci,p¡tac¡¡n de Leyes de Indias de 1680, rece
desde luego, todo derecho a la viudedad que le hubiera -doctrina
si;il-y-tiitémati"undo la establecida en dis-
comesponáido por la muerte de su primer marido. muy numerosas y dispersas'
ñáti"iot Reales anteriores,
El régimen de las mercedes y socorros concedidos-,a I"-á.J"""Ua"t a las autoridades ioloniales que se infor-
las mujéres e hijas de conquistadores y primeros pobla- y mestizos hay
dores, presenta una diversidad mucho mayor. No es po- *u."" ¿";qne tti5ot o hijas dg ersp-añoles-
sible señalar ninguna nonna general a este respecto. En
Llr tnt distritos i.ue lnden perdidos y los hagan reco-
cada caso concreio se procedía según aconsejaban el gra-
uetr.... v provean que las mujeres sean puestas en casas
do de necesidad de las solicitantes, los méritos y servi- íirt"oiás, donde iirvan y aprendan buenas costum-
cios que en sus causantes concurrían y las posibilidades bres..., y si estos medios no fueren bastantes, pongan
las hemUias en casas de recogidas... Y porque así convie-
mayores o menores del Tesoro público. Cuando los servi-
t i otd"oumos que si alguno de los dichos mestizos o
cioi prestados hablan sido eminentes, no era indispen- ÁÉrii"ái ie quieri venir a estos Reinos se les dé licencia".
sable un verdadero estado de pobreza en las viudas y
huérfanas para aspirar a conseguir m,ercedes, en ocasio-
Los testimonios particulares de Cédulas Reales orde-
nes muy saneadas. La recompensa revestía entonces más
nando la creación áe colegios para niñas y"casas.9" t9-
I
los carácteres de un acto dé justicia que de una libe- cosidas" para mujeres o autorizando la fundación de
I
ralidad benéfica. Lalargveza de los soberanos alcanzaba i"i,iii""i""es de esie género, debidas a la iniciativa pri-
I
muchas veces a personas que no ostentaban otro mérito ;;dr"-;üúian en los?ocumentos de 1a época, con refe-
que el de estar cisados con hi;as o nietas de los prime- ;;;i; " iodos v cada uno de los diversos territorios
I ros descubridores. Las encomiendas de indios poll con- ;;ú;*út. ia foUtica tutelar del Estado español no
I
cesión directa o por vía de disimulación en aquellas que 0a Leves LI, XXXIII, XIII v CIII, tít' XV, lib' III-; v XCV'
habían sido otorgadas a sus maridos cuando todavía no tft. XVI; Iib. II de Ia Recopilación de 1680. Véase tambien en el
I
I
se había sancionado la sucesión hdreditaria en las enco- piccionário citaclo: Viudaé, vir'¡cleclad y merced'
I
lr
I
lL-
LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO IVI
10ó LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO
se detuvo en las mujeres de raza blanca -españolas- o el puesto de adelantado. Dos nombres d-e mujer figuran
mestizas-, sino que extendió su protección a las muje- ;;-üiñ" ¿" to, gobernadores de los distintos territo-
;;G ,uri indii. En efecto, en-una ley de la citada tiár cáto"iales: D6ña Isabel Manrique y Doña Aldonza
Recopilación de 1ó80 XIX, tít. III del lib' IV-, se üiffuio6or. por elección del Cabildo, llegó a regir Gua-
-la
ordeñó, en términos generales, "que se hagan.y€onser- temáia Don a Beatrtz de la Cueva. Título tan importante
ven casas de recogimiento en que se críen las rndras'; y ;;;; "i áe almirante fue'ostentado en cierta ocasión
en otra, del libro lV, se dispuso: "-. . . mandamos que e-n por una mujer: Doña Isabel Barreto'
los campos Arauco y Yumbei lraya dos o tres casas donde Pero insisiimos en que todos estos nombres y otros
." i""oiut de noche todas las indias solteras"' Tam- *il q;tpodrían añadirse debenporsertanto, mirados como ex-
que una^habilita-
bién se tubo de disponer, con mayor generalidad' en una sin impliquen,
;iil-;;;;á
""ocionalés, m":"i pátu intervenir en Ias funciones
n""t-C¿á"ia de o db abril de 160i, "que en las ciudades, áárá
por los
;iii;t t lngut"t y"sépueblos de todas lai Indias se- pusiesen á" ?áür"á". il d"ttg"uói¿tt se hace alguna.vez
d"onde enseñase Ia lengua española, ad-v!r- áoiát"u. atendiendJ a los méritos personales extraor-
"iá"Já"
ii""J" q"á "tt lo" lugares que lo permitiesen, se estable- :lñ;il;;;-"o tut solicitantes concurrían; de ordina-
niños, y q la pueden alegar para
;i;; d'os, para que-a una concuiriesen lospudiese il,;i;"i;; tituio que las mujeres
es el ser descen-
áttu iut sollmente; y en las que no
"lnusv hubieren dé convivif ambos sexos, fuere
haber ;ü;t;-;;"-á"iiu.iudus recotñpen-s.ás distinguieron por sus
;a;;; ""u ¡fft* áe conquistadores que secaso de entrar una mu-
t*putucidn, y que a las niñas, en pasando de 10 años' servicios relevantes. No falta el
"ot
no se ies permiiiese más ir a la escuela"i6 ier en el desempeno de un cargo muy elevado en virtud
El probiema de la capacidad o inca-pacidad de la mu- ü ;;t-;táá?-áiu t"cesión teitamentaria, por haberse
j"¡ü;; J desempeño de catgo. públicos, con jurisdic- u ,o el privilegio- especial d" loTl
Li¿" sin ella, no se planteu tampoco en las fuentes del "átr""ái¿o
brar "un*nte
libremente a la persona que hubiera de sucederle
derecho " indiano, y aun cuando es lo cierto que este si- Jir ,"r'atribuciónes y haber recaído en
lencio del legisladbr debe suplirse pensando que.en.tér- "f'"i"r"f".-d"
.tttu *,rl"t esta designación. Aunque muy raro' q:tt"Tlt
minos genetáles la cuestión no podÍa suscitarse siquiera, también el ejemplo, según ya hemos visto' de muJe-
p* tu "evidente incapacidad qué el sexo implicaba para i"'. ñ"" a"uiJ;; i;;'"utiot qüe disfrutaron a la elección
i. páiti"ipución activa de la mujer en la vida del Estado, *P;;J;-;ño
de un cabildo municiPal.
no es *"nos cierto que, en determinadas circunstancias uau"tiit que cua,nd-o- se trataba de mu-
^merced del cargo se. hubiera
áe excepción, llegarbn algunas mujeres a desempeñar ieres casadut' uttttq.t"-la
e'l manoo
ouestos muu'"l"uádos en lós diversos ramos de la admi- ít."tt" pensando en beneficiar a la mujer' era al mrsmo'
iristración ótibli"u. No son los hechos que -conocemos.lo ;;t"" áesempeñaba las funciones inherentes
que
bastante n-rrmerosos ni explícitos para inferir de ellos
-áiitt"tt"ia Ábundan los testimonios de persolas aparecen. go-
ü de una verd-adera dóctrina jurídic? sus- ;;üá; determinados cargds ptlblicos, sil otro mérito
óptible de generalización, p,e1o sí ofrecen, sin duda, re-
sufici"ñt" p"tu que no deban ser pasados-en silencio'
il;;i J" "itur.urááá, con Éi¡a; o descendientes de con-
ii,eie
---Conocido, quistadores.
,ott lot^"asos de Doña María de T-oledo y También son muy frecuentes los documentos en
que
noáu'Átta de Borja, que desempeñaron, aunque sólo fuera ," uiuAás rematando determinados oficios
accidentalmente, el
-cargo
de virreinas. Doña Juana de "á " -"iái"r
o la recaudación de ciertos arbitrios para sus
Zárate y Doña Catalini Montejo heredaron y jercieron """JiUt"i
hijos menores de edad.@
06 Leyes IV, tft. VI, lib. VII; tXI, tít. XVI, lib' VI, y en el Dic-
l,as citas históricas sobre la capacidad de la mujer
60 para
cionario citado: Colegios.
LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 109
Mayor interés jurídico tienen las discusiones doctri- comiendas con los feudos militares, no vacila en acon-
nales que se suscitaron sobre si debería considerarse a sejar a las au.toridades facultadas para encomendar
las mujeres capacitadas o no para recibir encomiendas indios que se apiadasen "de las viudas y doncellas ho-
de indios o para suceder en su disfrute y aprovecha- nestas para evitarles los peligros de su sexo".
miento a sus padres o maridos, cuando las bncbmiendas Sólo por razones fácilmente comprensibles se prohi-
se concedieron por dos o más vidas. bió la concesión de encomiendas a las mujeres e hijas
De hecho, la cuestión se resolvió por vía consuetudina- de los ministros de Indias y a las mujeres, hijas, pa-
ria en un sentido favorable a Ia mujer, mucho antes de rientes, criadas y allegadas de los Oficiales Reales. En
que el derecho de la época sentase sobre este asunto nor- cambio, se concedieron, en ocasiones, encomiendas a mu-
mas reguladoras. Pero,los reparos doctrinales opuestos jeres indias de gran alcurnia, hijas o descendientes de
por algunos juristas a la capacidad de las mujerés para Ios primitivos monarcas indígenas.
recibir indios en encomienda, por entender que su iexo Desde el punto de vista del derecho de sucesión, la
no les permitía desempeñar cumplidamente los deberes capacidad de la mujer para suceder en las encomiendas
que sobre- los encomenderos pesaban, lograron impresio- de sus maridos o de sus padres fue todavía más patente.
nar el ánimo de los monarcas y encontraron eco en la Mucho antes de que en la ley se sancionase la posesión
esfera legislativa. de las encomiendas por más de una vida, introdujeron
En una Real Cédula de 9 de agosto de 154ó se decla- las autoridades coloniales la costumbre de perrnitir, por
raba que procedía anular varias encomiendas concedidas vía de "disimulación", que las mujeres e hijos de los
a mujeres, porque éstas "no son hábiles ni capaces de conquistadores siguieran disfrutando de los indios enco-
tener indios encomendados"; y como ya entoncLs había mendados a sus causantes.oz
muchas-mujeres encomenderas, que lo eran no por con- También se suscitaron discusiones doctrinales, de in-
cesión directa de alguna autoridád colonial capacitada terés mayor o menor, sobre el grado de capacidad de las
para repartir indios, sino por haber sucedido e-n la en- mujeres indias para suceder en los cacicazgos. Según
comienda a sus maridos o a sus padres, se ordenó que Solórzano, de aplicarse a la sucesión de los cacicazgos
"si alguno se casare con mujer que por sucesión esté la doctrina que en punto a los mayorazgos imperaba, hu-
gozando de encomienda, se haga nuevo título v se ponga
-mieñ- biera resultado indudable la capacidad sucesoria de las
a nombre del marido, aunque éste sólo la disfrute mujeres, porque en los mayorazgos la mujer de grado
tras viva Ia mujer". más próximo excluía al varón del grado más remoto;
Este criterio restrictivg no logró, sin embargo, preva- pero este criterio favorable a la equiparación de estas
lecer. Con posterioridad a la Cédula de 1546, ie en- dos instituciones, defendido por muchos y aplicado en
cuentran testimonios abundantes de concesiones de algunas regiones del Perú de los llanos, entre
encomiendas en primera vida, hechas directamente a otras-, no fue aceptado por-la todos, y así, en el propio
determinadas mujeres, en consideración a servicios se- Perú, en virtud de unas Ordenanzas promulgadas por
ñalados prestados por sus causantes; y aun entre los el virrey Don Francisco de Toledo, se estableció que
tratadistas del derecho indiano se encúentran también en la sucesión de los cacicazgos tuvieran preferencia los
opiniones muy calificadas en favor de esta capacitación varones, excluyendo, en caso de concurrencia de los dos
de la mujer. Juan de Solórzano, el autor tantas veces sexos, a las hembras, aun cuando éstas fueran de grado
citado de la Política Indiana, a pesar de los escrúpulos más próximo.
doctrinales que oponían los que querían equiparar las en-
s? Véase Solórzano, ob, cit,, lib. III, caps. vr y xrr. Leyes XIII,
el desempeño de cargos pfiblicos pueden consultarse en mi estu- tlt. VIII, lib. VI, y LIII, tlt. IV, lib. VIII, y en el Diccionario
dio El set6o como circunstancia nndificativa, . . , pp. 234 ss. citado: Merced.
IIO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO I11
Resulta, por tanto, como único dato positivo, la ca- mujeres indias, "pero sí a los españoles culpables, evi-
pacidad de la mujer para suceder en los cacicazgos, ya tando el escándalo". Por el delito de bigamia cometido
en un plano de igualdad con el varón, ya colocada con por indios ya convertidos al cristianismo, se imponían
respecto a éste en un segundo término. Solórzano, po,r a los varones culpables penas determinadas, que nunca
su parte, opinaba que no debía sentirse ningún escrúpulo habían de revestir mucha gravedad y que habían de ser
legal en admitir a la mujer al desempeño de estos car- precedidas de tres amonestaciones persuasorias.
gos, puesto que eran admitidas a otros que también Para poner a la mujer al abrigo de cualquiera impu-
llevaban anejo el ejercicio de alguna jurisdicción.ffi tación calumniosa, se ordenaba en una ley de la Reco-
Cerremos esta esquemática exposición de la condición pilación de ló80, que no se pudiera prender a ninguna
jurídica de la mujer en la América española del periodo mujer a,pretexto de ser tachada de manceba de clérigo,
colonial estudiando sumariamente su situación desde el fraile u hombre casado, sin que precediera una inforrna-
punto de vista penal y de la policía de las costumbres. ción en que se acreditasen cumplidamente los hechos
En la esfera del derecho penal sólo se advierte en la denunciados. En una Cédula Real de 13 de noviembre
legislación de Indias un criterio de diferenciación entre de 1713, dirigida al Obispo de Puerto Rico, después de
los sexos, manifestado de una manera patente, con refe- recomendar que se procurase por todos los medios evi-
rencia a los que podemos llamar delitos contra la hones- tar los adulterios, incestos y otros delitos sexuales co-
tidad. El mismo régimen de desigualdad metidos por los indios, se insistía en que debía presidir
para la mujer y laxitud para el hombr* que -rigorismo
imperaba un criterio de benignidad y se ordenabá que en adelante
a este respecto en la Metrópoli, rigió también para los s€ enterrase en sagrado a las mujeres que, sin ser casa-
territorios coloniales de una manera expresa, obligando das, muriesen de parto.@
no sólo a los españoles residentes en estos dominios y a Tampoco sobre la policía de las costumbres se regis-
los criollos, sino también a los mestizos habidos de las tra en la legislación de Indias ninguna particularidad
uniones entre razas diferentes. Sólo para las mujeres in- jurídica que acuse una novedad con respeto a la doctrina
dias hízo quiebra este criterio rigorista, imponiéndose tradicional imperante en la Metrópoli; pero, en cambio,
norrnas inspiradas en una mayor amplitud y benignidad. las disposiciones circunstanciales corrigiendo excesos se-
Según una Real Cédula de 10 de septiembre de 1548, ñalados son copiosas, y aun cuando predomine en ellas
incorporada más tarde a la Recopilacibn de 1ó80, en el lo anecdótico, no dejan de ofrecer por eso un interés
delito de adulterio se habían de guardar las leyes "sin general.
diferencia entre españoles y mestizos".
Lo que disponían estas leyes, cuya observancia se man- _La primordial preocupación del legislador fue poner
a las mujeres indias al amparo de los hábitos de violen-
daba, ya lo sabemos por las fuentes del derecho español cia de soldados y colonizadores. Y así, en la propia Reco-
de'entonces: que la mujer que cometiese adulterio fuese pilación de 1680, se prohibía terminantemente a cami-
entregada, juntamente con su amante, aI marido ofen-' naltes y navegantes que pudieran llevar consigo mujeres
dido, para que éste saciase sobre los culpables su sed de indias "casadas ni solteras"; y análoga prohibición se
venganza. Solamente se exigía como condición que el establecía con respecto a los soldados, a la par que se re-
I esposo ultrajado no pudiera dar muerte a uno de los comendaba a los capitanes que procurasen que sus subor-
I
adúlteros sin matar también al otro. dinados vivieran con moralidad.
En una carta de 15 de noviembre de 1505, dirigida Persistiendo en el mismo punto de vista, se disponía
i al Comendador Ovando, advertia el monarca que no se
I
castigasen con mucho rigor los extravlos sexuales de las _ _60 Las citas legales sobre Ia situación de la mujer en Ia esfera
68 Véase Solórzano, ob. cit., lib. II, cap. xxvrr.
del Derecho Penal pueden consultarse en mi 'citado estudio
El sero mnta círcunst,ancia madificativa.. ., pp. 250.ss.
LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO
',12 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 113
en otras leyes de Ia citada Recopilación ,,que se hagan y
conserven casas de recogimiento en que se críen lis esforzarse tratadistas y legisladores en la elaboración
dias", y que "en los .u*-po, de Arauco y yumbel havan
in-- de un sistema jurídico que hiciera frente a esta nueva
dos o tres casas donde se reco¡an á; ;r;il^ft;'ñ realidad social. Las normas contenidas en el viejo de.
indias solteras..., para evitar jmancebami""tá, u-¿"r_ recho castellano para regular la transmisión hereciitaria
honestidad€s..., y ningún capitá" ni ofi;;i de los bienes, no eran áplicables al caso de las
il;;rir;;;
lndtas solteras en su servicio,,. Se completair estas clis_ "rr"o-
miendas de indios. Se trataba de una institución nueva,
posiciones ordenando que ,,las justicias upr;*i;;;l; forjada en estos territorios y condicionada en cada fasó
indias amancebadas,a i-rse u ,.r, p,r"Ui;; ;-r;;;i;;1 histórica de su evolución por las circunstancias sociales
no se permitiese a las mujeres ésclavas vivir f*i"-á" , ü; y eco!ómicas del momento. Ya hemos dicho que el viejo
sus casas, ni ir desnudos a los esclavos deunoyotrosexo" vocablo castéllano con que se la designa no -debe indü-
Est-a politica de tendencia moralizadora il ñ;iáü cir a error en punto a la interpretación histórica de su
que.desde lo¡ nripelos tiempos fuera admi;iá.;;'ú; con_tenido jufdico. Las.encomiendas de indios, como
territorios coloniales la prostiiución, reglam""iá"¿ór" r,l realidad viva de los nuevos territorios coloniales y no
ejercicio. mera concepción más o menos abstracta del legislador
peninsular, poco o nada tienen que ver con la vieja enco.
. Pr qga Real Cédula de 152ó se dio licencia a uu indi- mendación de la España de la Edad Media. Só entre.
viduo llamado Barto.lomé Conejo fáru q"" p"ái"r"
cruzan en ellas influencias aborígenes y aportaciones
.curu á" ñr"j".é, p.iUfi"ái..."¿i
ficar en Puerto Rico "una
sitio conveni_ente,.habiendo europeas. Sin perder de vista todos estos factores his-
necesidaá d; ;iñ-;;;;'; "" tóricos, cornplejos y variables, fueron articulando los
cusar otros daños"; y el otra Real disposición, dñ"d"
el mismo año, se concedía idéntico f"ri"ir" pui" 5á"iá juristas de Ia época los perfiles jurídicos de esta insti-
Domingo a otro sujeto nombrado iuan Sánchez Sár_ tución, singularmente en lo que se refiere a la esfera del
miento. Sólo en ciertas circunstancias excepci;;i;,p* derecho sucesorio.
atajar abusos crecientes, se cortó este criterio de'iole" Estableció la Real Provisión de 153ó gue a la muerte
rancia, llegándose a ordenar qug- ,,castigase de un encomendero que estuviera gozañdo del disfru-
!e rigurosa- te de su encomienda en primera vidá se había de hacer
mente a las mujeres prostitutás,,.?o
merced de esta encomienda al mayor de sus hijos legíti-
mos, "con cargo que hasta tanto que sea de edad para
C. El DEREcHo oE sucnsró¡,r tomar annas, tenga un escudero que nos sirva en las gue-
Fn Ia esfera del derecho de sucesión, las fuentes Decu_ rras con,la costa que su padre servÍa y hera obligádo;
Iiares de la llamada legislación d" i"áiur-;?;;;";"; y si el tal casado no tuviere hijo de legítimo matrimonio
interés doctrinal todavíimenor. nascido, encomendaréis los dichos yádios a su mujer
Sólo en torno a los problemas jurídicos que planteó la viuda; y si ésta se casare y su segundo marido tuviére
sucesión en las encomiendas cuándo éstas, u'párti, á" otros yndios, daraéisle uno de los dichos repartimientos
153ó, se concedieron por más de una vida, i""i-"iá"-q""
que quisiere _y si los tuviere encomendaréisle los yn-
dios que así la muger viuda tuviere".d
--_lj L9Ve_s__XLUII, tít._I¿ lib. VI; XXI, tít. XXI, lib. IX; Claramente se desprenden del texto de esta Real pro-
LIX_,._lít._ rrr, lib. Vrr; LXr, tÍt. XVi,lib.'vl, v viii, iit. vllil visión los siguientes principios: l. eue la concesión de
de ra Recopiración dé 1680. ú¿;;-iu*lién ti rirJ"if,i#ii
111: YrI una segunda vida en el disfrute de las encomiendas no
i crracro: ¡tegros y amancebamientos. En el Archiro b¿il;;f;;
--a"
!r$as,, ( S evilla ), cot ección manuscrita
-
Sehbnt"i ii.iii ir: alteraba la naturaleza jurídica de esta institución. La
i cron. vease, además, mi Bosquejo histórico de los ¿erecfool
de
la mttier en la legisktción de tríá¡os,-l¡áar¡d, lgl[, n Colec. de Dacs. In¿d.... de lJltrannr,
l, tft. X, p, 3ZZ.
ii
it
il
li
'lr
I.AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRTVADO 115
I14 I,AS INSTITUCIONBS DEL DERECHO PRIVADO
encoinienda seguía siendo una merced real, inüvisible e Indias jurisprudencia favorable a los derechos de los
del primogénito muerro,
sólo del-pnmogellto
á"r"""ai""tds, no sÓlo
descendientes, srritr tam-
muerto,-si-no L4u¡-
inalienable. Pór eso el primer encomendero no- podla d9t hij.o
disponer rnortis coilsa dé la encomienda: el orden de üiá-á;i ñcapacitado, so6re los. .derecho¡. 1e-
sucesión quedó rígidamente establecido po¡ el p-ropio *trao, cuyo c,'riterio fue compartido- por el- insigne trata-
monarca tégisladof ; 2. Que este posible disfrute de las áiJái"uti de solórzano, aun cuando no de una manera
encomiendal en segunda vida sólo se permitía cuando resueltaJs
el primer encomendero fuera casado, y en favor única= Hemos visto gue, a falta de hijos -V -de hila9, fueron
meite del mayor de los hiios legítimas y, a falta de ff"ÁJái "i¿irf*té de la segunda vida las vilrdas de los
Peio para coffegir los.fraudes
;rtÑ;; á""o*""¿"ros. encomenderos
éstos, de la mujer. -"áá"ti¿ot no casados, Qle
Las dudas que se suscitaron en un primer mome,nto por algunos
sobre si también las hijas podían ser llamadas al disfru- óó"tiálu" matrimónio in articulo ¡rprtis-para conse*uir
te de las encomiendal de sus padres fueron resueltas asl la sucesión en sus encon'tiendas, se dispuso, en 27 de
favorablemente para aquéllas en Reales Cédulas de 4 de i"Ut"to de 1575, que para que la,mujer-pudiera.suceder
marzo y 5 de abi'il de i552: "cuando falleciere alguno y ; h ."""-i""¿á aét marido debían haber vivido en
dejase dos, tres o más hijos, o hiias,-y el mayor 9!e--s1 *"t¡*o"io por lo menos durante seis meses'ra
gdl la Provisión antecedente lse refiere a la de 1536] La determinación de las causas de incapacidad para
áebiese suceder en los yndios entrase en Religión o tu- t"""a". áitfi"t" de las encomiendas fue también
viese otro impedimento, deberá pasar al segundo y- assi "" "t
;;bk;Adairajo ylaAntonio atención de los tratadistas' Según
iarones ; sucedi'en
hasta acabar los varones;
consiguiente hasta
consisuiente sttced¡nidao lo itr"o ¿" SolOrzanó de l"eón Pinelo, quedaron
tnisnp ut lcs hijas por falta de aquéllos, y por la de unos ;;"l"td"t á" t" t"ósión en las encomiendas todos los
y otras la mujer"J2 ñijos oo legítimos, incluso los naturales' Tampoco po
Otras dudas se presentaron en torno a la interpretación dián s,rcedá lot nietos legÍtimos, hijos de ilegítimos'.ni
de estos textos legales: en caso de que el hijo mayor del los hiios adoptivos.?s Respecto a los hijos legitimaclos
primer encomendero falleciese dejando sucesión antes por rescripto áel Príncipe, éntendía Solórzano, no contra
llamado al crsfnrfe
¿deberfa ser rtamaco
que su padre, ¿creDerra de la sc-
disfrute (¡e se- á" ü .piitión
-á de Pineio, que tampoco podían. ser lla-
gunda vida en la encomienda el segundo de los hijos, del *uáót lu t,t""tión, a no ier que el propio lríngip-e 19
encomendero o el
priner encomenclero el mayor ce de los nretos
nietos, hijo áói"*t" asl de una-manera expresa al conceder la legi-
del primogénito fallecido? Muchos tratadistas se se incli- timación. Se consideró, en cambio, que estaban capaci-
naron en favor del hijo segundo, basándose en las pro- i"a"t üt legitimados por subsiguienté matrimonio y los
pias palabras de las leyes transcritas y en eJ hecho-de hijos putativos.ro
i¡ue por ser las encomiendas, al igual que lo-s feudgs, g" cuadro de los incapacitados figuraron también
una donación Real, no cabía admitir en ellas el derecho "t
los religiosos de ambos seios y los clérigos, si bien a
d,e representaciótt. Sin embargo, en una Real Cédula de
Felipe II, dictada en 3l de enero de 1580, que luego fue zs fulltixa Indinna,lib. III, caP. )ocr.
recogida en la Ley V, tlt. II,lib. VI de la Recopilación de zr biccionario citado: Matrimónios y encomenderos' Ley VI,
1680, se dispuso:- "que muriendo el hijo mayor en vida tít. XI, lib. VI, Recopilación de 1ó80.
del padre, süceda su hijor nieto o descendientes"; y fun-
¡¡ Éste criierio, ian rigurosq no prevaleció e1 !99^-nrlr-nery8
tiempos, ya que en una Próvisión de 15 de enero de 1529, üctada
dándose en esta Cédula ReaI, se sentó en el Consejo de p.*'lu'lii.'Española, se admitió expresamente que "los indios
?s Estas dos Reáles Cédulas fueron recogidas en la Ley II, ie encomienden como'hasta aquf, y en muriendo r¡n casado no se
quiten a su mujer e hijos aunqre sean bastmdo!'.
tlt, XI, lib. VI
de la Recopilación de 1ó80. Véase también en el ¡0 Solórzano, ab, cit., lib. III, cap. xrx.
Diccionario citado: Encomenderos.
11ó I.AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO I.AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO II7
estos últimos se les concedió el beneficio de deliberar, Antonio de l-eón Pinelo pretende que con esta prorre
mientras no hubieran recibido órdenes mayones.fl gación se llegaron a disfrutar las encomiendas en Nueva
Si el llamado a suceder no estuviere en las Indias al España por una quinta vida, equiparando la primera y
tiempo de deferirse la encomienda, le sustituía el si- segunda de que hablaba la Real Cédula de 1629, a la ter-
guiente en grado. Sin embargo, Solórzano advierte que cera y cuarta que en aquel virreinato estaban consenti-
esta incapacidad cesaba cuando la ausencia se justificase, das al margen de la ley y por vía de disimulación. Pero
pues en buena regla de derecho se debía el beneficio de en una Cédula Real de 20 de marzo de 1ó59 se condenó
la restitución in íntegrum para las lesiones sufridas por expresamente esta interpretación, ordenando que Ia pro-
esta causa.?8 rrogación debía entenderse solamente con los que pose-
Señalaremos, por último, que tampoco poüan suceder yeran sus encomiendas en primera o segunda vida, y no
los que ya poseyeran otra encomienda, cualquiera que con los que ya las estuvieran disfrutando en tercera o
fuera el título por el que la hubieran adquirido. en cuarta, como indebidamente hahÍan sancionado algu-
Este criterio restrictivo en punto a la capacidad para nos Presidentes.&
suceder en el disfrute de las encomiendas, hizo quiebra, Ya hemos visto, por otra parte, que en 30 de octubre
en más de una ocasión, por razones de índole fiscal. de 1704 se concedió nueva pronogación por una cuarta
Asl, en una Real Cédula de 1559, se permitió "que los vida, mediante el pago de dos annntas para los gastos
hijos naturales puedan suceder a sus padres en los in- de la guerra.sr
dios, no teniendo hijos legítimos, sacándoles por esta Las analogías observadas entre las encomiendas y los
merced para S. M. todo lo que se pueda, atendido el valor feudos, derivadas, principalmente, del hecho de ser unas
de los indios".Te Y cuando en 8 de abril de 1629 se y otros en su origen una merced Rml,lLevaron a los tra-
modificó la ley de sucesión concediéndose una prórroga tadistas de nuestro derecho indiano a conclusiones más
por una tercera vida a todos los poseedores de enco- o menos discutibles, pero de indudable interés jurídico.
miendas mediante el pago de una composición que as- Así, Juan de Solórzano entendía que el que sucedía en el
cendía a la renta de tres años cuando Ia encomienda se disfrute de una enconaienda no era llamado a la suce'
estuviera poseyendo en segunda vida, y a la renta de sión a tftulo de heredero de su causante, sino por minis-
dos años iolamente iuando todavía la estuviera disfru- terio de Ia ley, y, en consecuencia, no podía admitirse
tando su primer poseedor, se añadió en otra Cédula, dic- en este orden sucesorio el derecho de representaciffi nt
tada el día 20 del mismo mes y año, que en este beneficio tenía trascendencia ninguna el hecho de gue el último
quedaban comprendidas todas las encomiendas cuya ren- poseedor se hubiese olvidado de instituir heredero al híjo
tá no excediese de ochocientos ducados, ya que éstas se o persona llamada por la ley, ni aun el que expresa-
reservaban para nuevas recompensas.e mente lo desheredase. Tampoco podía ningún encomen-
1z Pudieron suceder, en cambio, los caballeros de las órdenes dero hacer en la encomienda nada que perjudicase a su
militares, a pesar de su carácter religioso (Solórzano, ob. cit., sucesor ni establecer sobre la misma ningún legado. Si
lib. III, cap. xrx). Con respecto a los entretenimientos y ayudas el llamado a la sucesión fuera al propio tiempo heredero
de costa, una Real Cédula de 24 de noviembre de 1568 dispuso: universal del causante, podía repudiar la herencia y
'{Con las ayudas de costa señaladas a hijos y mujeres de descu-
bridores, siendo seglares, se ha de acudir a sus hijos aunque sean
clérigos, y a sus hijas y mujeres, aunque sean religiqsas_'_Pol er Arch. de Ind. Ind. Gral. 139:7-L0. T. I, folio 84. L,o mismo
todos sus- días." (Ley XIX, tít. II, lib. V, Recop lación de 1ó80.) atestiguan las Leyes XIV y XV, tít. XI, lib. V.
?8 Solórzano, ob. cit., tib. III, cap. xx. . e2 Arch. de Ind. Registros: 139-7-6. T. I, folio 33 v., nr 4.
ze Arch. de Ind. Ind. Gral. Registros. Reales Cédulas 139:7'5. 8¡l Ya hemos visto, sin embargo, que la Real Cédula de 31 de
T. I, folio 105 v. enero de 1580, anteriormente citada (Ley V, tít. II, lib. VI), pa-
eo Arch. de Ind. Ind. Gral. l3W-9. T. II, folio ¡l9l v. rece sentar a este respecto doctrir¡a contraria.
I-AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO T19
118 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO
antes de que se expidiese a su favor el nuevo título, de-
aceptar, en cambio, la encomienda. El orden de los lla- bía considerarse eitinguida la segunda vida y reincolpo;
--"i"iáltotniaaun la sucesión en la encomienda no podía ser rarse la encomienda a la Corona, porgue según una- Real
alterado por el mismo Príncipe, a no ser que
grávísima. Finalmente, respecto -al- Pagq cáduta de 31 de mayo de 1562, eita clase de beneficios,
mediase causa
hÉreditarias, quedaba también excluido eI muerto el primer poieedor, pasaban ipso iure a su here-
6ü;¡;¡;t dero sin nécesidad de previá aceptación, Y, P,or lo tanto,
r,"""tot la encomienda' a no ser que fuese, al propio aun cuando éste muriése sin haberle despachado nuevo
""
---iá heredero de su causante.sa
tiempo, tiiuto, el goce de la segunda vida había tenido-lug3r'86
cuestión de si los maridos estaban o no capacita- Enire las obligacioáes que pesaban sobre los- hijos- e
d";;;;-;;der a sus mujerqs^encomenderas -a entre falta
varones o hembral-, fue muy discutida- hiias sucesor"t Jo la encomieñda de su padre, figuraba
de hijos
-iiát"¿istas. la'de prestar alimentos a sus hernoanos o hermanas--y a
for Solórzano se inclina por la solución ne-
,a, -u'dte mientras no contrajese segundas nupcias, "en-
saüva. mientras que Pinelo se pronuncia favorablemente'
ios tóxtos legales y otros testimonios históricos pare- tre tanto que no tuvieren con qué se--sustentar"' Estos
la opinión de este último autor'
$ alimentos habían de ser "según la calidad de las perso-
- confirmai
cen 1f
nas, cantidad de la encomienda y lecesidad que tuvieren
') Ot* ptóUt"ttt iriteresante- que- Solórzano plaltelley es 9l
de
j¡
ser alimentados"9
- que hanpordemuerte
los
¿" d"i"i-inar si las dos vidai de que hablaba,la ,f,
I
Cüando de los primogénitos sucedían en
lr ;.;ió" habían de contarse a partir de la fecha en-queo la encomiettda t..t hijos, nietos del primer poseedor, en-
1t
* rü""r^Uá tá C¿¿rrtu de concesión de la encomienda, téndía Solórzano queá pesar del silencio de la ley, venían
sólo desde que los indios se situaban de una manera también éstos obligados a prestar alimentos a sus tíos,
ái""tiuá-"" ptd"t del nuevo encomendero' La cosa tenía hermanos del primógénito muerto, !? que no sería justo
;;;üñ;éitá""iu en la práctica, porque como de ordi-
entre una y -otra que representasen a1u -padre en el disfrute de la engo-
nario soHá mediar bastante tiempo iiien¿l sin hacerse sohdlarios, al propio tiempo, de todas
f""ú, ocurría con frecuencia cuando el goce de la
-que, muerto ya sus cargas.88
ettcoái"nda podía hacerse efectivo, había
En el-capítulo xvr, lib. III, de su -Palítica Indi'ana, se
Éóñna u ó,tyo favcir se había hecho la merced'
-- con crite' Dregunta Sblórzano: ¿Tienen los padres derecho a gazar
fá*¡ie" sobie este punto se pronunciaron y El áel"usufructo de las éncomiendas que se dan por nueva
rioi contrarios Antonió de kón- Pinelo Solórzano'
merced a los hijos o hijas que están bajo s9 pa!$a po-
p¡-"* se mostró partidario de qu-e las dos vidas comen- testad o que lás han heredado en segunda vida por
zaran a -auncontarse desde que se hubiera concedido la sucesión alu madre o abuelos matenros?
;;;;i;. cuando, de hecho, el primer favorecido no También esta cuestión trajo muy divididos a los tra-
il"gur" a gozar de la encomienda o la gozase por muy
ooóo tiempo, ya que en esta clase de mercedes no podía tuáiitát de, entonces. Para áleunos autores estuüando
ef problema desde el -punto de vista del derecho co'
!rti."u.t"'qúe el ney se \allase obligado a la evicción' mrin, la contestación aflrmativa resultaba -evide-nte, por-
éái¿-""o,'sio d"s"oñocer la fuerza de estos razonamien- ñ;á los padres correspondfa en general el usufructo de
t*, d"fi"áde la solución más favorable a los encomen- poseídos por los hijos s-ujetos a su
en sentido vio que se resolvieron óda clasé de bienes
l"ros, t dt"e que este
ooiestad, aun cuando se tratase de bienes adventicios o
ri"."pté estos problemas por los Virreyes y Audiencias irinculados en algún mayorazgo. Pero el licenciado Ma-
del
-?*"Perú.sti el hijo llamado a la sucesión fallecfa a su vez s6 II, tlt. XI, lib. VI. Diccionario citado: Encomiendas'
Ley
e* Solórzano, ob. cit., lib. III' cap. ntrr.
sr l*íei-irt v rv, tit. xI, lib. VI, Recopilación de 1ó80.
8s P;lítie l¡;üa/ta, Iib' III, caP. xwr'
s Potítiu ltúiau, lib. III, cap. xvrrr'
T F
ü
rS
LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO d I.AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LzI
*
tienzo, "y con él el insigne Consejero Gil Ramfrez de $
hubiera de suceder, perc sólo por vía de permisión v
Arellano, y ultimamente Antonio de León, opinan resuel- i',,
sin que se hiciera nuevo título de la encomienda hasta lá
tamente que no, sin admitir sobre ello duda de ninguna .rnqerte- del primer poseedor. Sin embargo, como según
clase, ni aun cuando la encomienda se haya dado preci- la ley de suc-esión en las encorniendas, lós hijos varoáes
samente por méritos del padre". Sin embargo, a pesar tenían en todo caso derecho preferente sobre l-as hembras
de la gran autoridad de estos últimos juristas, Solómano y podía ocurrir el nacimiento de un varón después de
se pronuncia resueltamente al lado de los primeros, des- que se hubiera hecho la trasmisión dotal en favór de la
pués de razonamientos muy prolijos. hija, quedaba en este caso revocada ipso facto la dona-
Las muchas analogías existentes entre las encomien- ción sin que pudi_era ser alegada la préscripción adquisi-
das y los feudos, llevaron a los tratadistas más cali- tiva o extintiva.e2
ficados del derecho indiano a sostener que la propiedad En las encomiendas concedidas con alguna carga o
o el dominio de las encomiendas no podÍa nunca tener gravamen a favor de detenninada persona surgía Ia cues-
el carácter de gancnciales, a los efectos del derecho tión de si, muerta ésta, se trasmitiría la perisión a sus
sucesorio, pero sí los frutos o rentas que aquéllas produ- legítimos herederos o, por el contrario, sé consideraría
cían. Solórzano acepta sin reserva esta opinión pero extinguida la-carga al tiempo de su muerte. Según So-
I
exceptúa el caso de las encomiendas adquiridas durante lórzana, si el_ gravamen sé consideraba comJ simple
lt, el matrimonio por título hereditario, puesto que en los pensión, no admitía trasmisión hereditaria; pero si éra
'ii bienes así adquiridos no cabía jamás la consideración de tenido como parte de la encomienda, había foizosamente
,i
gananciales.se que aceptar el criterio opuesto. En todo caso, dado el
Sobre si cabía o no en las encomiendas el llamado de- carácter de m"ercad real que la encomienda tenía, había
recho de acrecer, nada dicen los textos legales. Solór- que someterse siempre a lo que hubiera sido voluntad del
zano entendía que sólo podía tener lugar este derecho monarca al hacer la concesión.eB
cuando la encomienda hubiere sido concedida a varias Cuando la encomienda se hubiese concedido condicio-
personas en concepto de proindiviso, esto es, sin señalar nalmente y hubiera muerto su primer poseedor antes de
a cada uno de los beneficiados la parte específica que que la condición se hubiera cumplido, entendía Solótza-
pudiera corresponderle; pero cuando las distintas por- no que si la condición impuesta era de las llamadas m
lir ciones, aun sin dividirlas, se hubieran individualizado, términos de derecho potestatívas, se extinguía Ia sucesión
no podia alegarse el derecho de acrecer, quedando en sin que el presunto heredero pudiera reólamar derecho
situación de vacante la parte de aquellos que muriesen ninguno, aun cuando se ofreciése a subsanar la omisión
poseyéndola en segunda vida o sin legítimos sucesores.s de su causante dando cumplimiento a la condición irn-
Tampoco tenían las encomiendas el carácter de ser p-uesta. Pero si la condición era de las llamadas cau.sajes,
bienes mlacionables, ni podían ser computadas en las desde el momento mismo en que se produjese, aun
legítimas de los que por ministerio de la ley eran llama- ""u"-
do el primer,llamado hubiera mqerio, poáia su iegítimo
dos a su sucesión.e1 heredero reclamar la encomienda conóedida.e
Segrin dos Reales Cédulas de 1537 y 1574, recogidas Finalmente, contra los llamados a Ia sucesión en las
en la Ley XIII, tít. II, lib. IX de la Recopilación de 1680, encomiendas por ministerio de la ley, no podía alegarse
podían cederse los aprovechamientos de las encomien- la prescripción extintiva, salvo si ésia fueie inmeñrhl"
das a título de capital o dote en favor del hijo o hija que pues como anteriormente hemos dicho, dada Ia natura-
s Pol. ítú, lib. III, cap. nn. e2 Pol. ind., lib. III, cap. xv.
s Op. cit., cap. xrft. s8 lbidem.
et Op. cit., cap. xv. sa Op. cit., cap. xu.
I
'!i
122 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO f LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 1?3
..
leza de esta institución, sé entendía que el hijo sucesor sores para conseguir que sus fieles otorgaran -testamento
lu po.".íón de la encoirienda a título de en faüor de sus áeudós, Iglesia o Religión;x@ y, por úl-
". ""ti"U"
["téd".o de"o
su cáusante, sino por l]amamientg Real' y' timo, ciertas Bulas o Breves pontificios, con sgs cg
;;;ñ;i";- no podían perjudicárle los actos de su an- rresponüentes leyes aclaratorias, puntualizando las fa-
cultades dominiiales de los Obispos sobre sus bienes
tecesori6
Hasta aquí los preceptos jurídicos más interesantes patrimoniales y sobre los adquiridos por tazón de sus
¿"i-á".""fró indiano sobre la-sucesión-en las encomien- áignidades eclesiásticas Jo1
d;r.i;i;ót ¿i"rt" que fuera de lo-relacionado con esta É., cambio, extraordinariamente nutrido el g{uP9
i*tit"ói0", los principios de, derecho sucesorio que se dJeyes "o que se ái"taton para conseguir la buena admi-
ü"ii*""é" la ilamaáa legislación de Indias presentan y la remisión a España de los bienes de los di-
un interés doctrinal muy escaso' "istiáci¿"
funtos en indias cuyos herederos estuvieran radicados
-'S¿i;;igñs disposiciones Reales,encaminadas a co- lvf"ttópoli. Se ilegaron a crear jrlzg-ados especiales
,tr-ni. los" abusos ió-"iiaot por algunas autoridades "flu
de bienes dé difuntos en todas las ciudades importantes
;il;";;id áe loi cac¿cazsofl v contra la y se dispuso que en todos los Concejos hubiera un arca
l,t ".i5"'l"i"t
ii6lit"a de testar de los indios;ffi otras sobre eI cump'- ) á" i."t iluu"r'-q,te debían estar en poder del -Juez,- del
i"l""t" ¿" ús restiluciones de conciencia que al,tiempo Fiscal y del Escribano-, do,nde s-e había de depositar,
liii á" ." muerte hicieren a los indios sus encomencleros;-" iut" debidas garantías, el producto de estos bienes,
;i;;t R"ales Cédulas correctoras de las extralimita- "ól que por loi Oficiales Reales se realizase eI envío
hasta
ii
;ü;;t;ñ"tidas por los Prelados de Indias en purlto a u tu Cá.u'de la Contratación de Sevilla' Pero el con-
la libertad testamentriu á" sus clérigos y prebendados,s j;;it d; estas disposiciones sobre los bienes de difuntos
de los fraudes cometidos por algunos conte- óur""" de interés éspecífico desde el punto de vista jurí-
"ii ""*o á1"á v sirve s¿lo pátu poo*r de relieve la importa.ncia
ss tut. ind., l1b. III, caP. xv' á"t oioblema en eiorden social y administrativo, debido
* l"ii-i"g"r-u"ié" i"¡'¿i"a de los cacicazgo-s-se
tbá" ét tít. vII del libro vI.
dedica en I-a
Solótzano sos- Ñ;.ñ;i;;te a la enormidad de las distancias v a la
n""opii.ü¿"?"-ro¡o áifi"nitad de las comunicaciones]o2
tiene rr, cap. x:ú;$ i paia* qde-la forma
¡
lrr -lib.
de suceder que se t"gufu ." institución era "la de los mayo
llr ;;;üs=tpañá d a*."to-"" "tt" lo contradixeren sus ordenan- D. Er DEREcHo DE PRoPTmAD
z.as". Se aplicaron, este respecto' en orimer término' las
Por tratarse de lugares de nuevo descubrimie:nto y nue-
i
la amplitud que presenta el cuadro general de las rega- Los r-equisitos que se habían de observar para inten-
lías de la Corona de Casiilla eo estos territorios, según tar el descubrimiento de tesoros se puntualizan minu-
la doctrina articulada por los juristas más destacados ciosamente en la Ley I, tít. XII, libro VIII de la propia
de la época, ya hemos dicho que no es aventurado afir- Recopilación: "que si alguno. . . intentare descubrii teio-
mar que todo derecho de propiedad privada de los colo- ros en las Indias, capitule antes con Nos, o los Virreyes,
nizadores en las Indías derivaba, originariamente, de la Presidentes o Gobernadores, la parte que se les ha de
gracia o merced real. dar de lo que sacare, y obligándose por su persona, v
La enumeración y alcance de estas regalías, así como bienes, con fiangas bastantes de que satisfard, y pugurá
el proceso histórico seguido en orden a la apropiación los daños y menoscabos, que de buscar el tesoro sJ si-
privada de las tierras de realengo y el posible aprove- guierenenJg-9--9q-s_q:,'s::S&dgs*9_p9:S:Iq¡¡gqalosdueños
chamiento por los particulares de los yacimientos mine- donde preiüñíóiéif quñffi;oñ-ffi'dü prirruAo pá.
ros, ha quedado sumariamente expuesto al tratar de las p-ersonas de inteligencia y experiencia, nombradas pára
instituciones económicas. ello, y hará el descubrimiento por su cuenta y paga.á d"
Veamos ahora otros aspectos importantes del derecho su hazienda todas las costas y gastos necestrios.
tY hecha
1,"
de propiedad indiano, que en buena parte rebasan, como esta prevenciónl el Virrey, Presidente o Gobernador elija
ya hemos dicho, la esfera del interés puramente privado. otra de confianga, rectitud y satisfacción, que vava, v
lii
assista con el descubridor, y tenga cuenta, y razón de ló
que se halla, con orden de que lo haga avaluar y tassar,
il l. Hallazgp de tesoros. y acuda al descubridor con la parte que le pértenec",.
En las Capitulaciones de nuevo descubrimiento y pobla- conforme a lo resuelto o por concierto, o capitulación'
ción se dispuso con respecto a los tesoros que se descu- se le hubiere concedido, menos los derechos y quintos,
briesen "en enterramientos o cualquiera otros parajes que a Nos pertenecen, y traiga la restante cantidad a la
ocultos", que pertenecla a la Corona "la mitad sin des- parte gue se le señalare, dándonos avisso de todo, y re-
cuento de cosa alguna, quedando la otra mitad para la mitiéndolo a estos Reynos. Y assimismo ordenamos, que
I' persona que así lo hallare y descubriere"J6 para el cunpliq¡egtgde_l,o,referido, v allanar las caéáll-
ü eié ilácGi y p os sesi ones, qüe-=ii- déscúU¡iA*,señáláie,€Í*
l
i¡' Esta misma doctrina se sanciona con caracteres de
il
ill general aplicación en la Real Provisión de 4 de septiem- .ryirrey;?réEid"eñiá b'Góbém áAói-A¿- éémi;i:tid, "énó?i'Éán_
bre de I59ó1o1 y en Ia Rwpílaciott de la,s Leyes de las do a las personas, que ha de assistir, que use deiloton
Indías de 1680. Se previno también en esta Recopilación lim-itación, y a la Audiencia y Justicia. .. que Ie presten
que, con motivo de supuestos descubrimientos de teso- el favor necesario".
ros, ¡ro habían de ser "defraudados los indios de lo que Según el testimonio de dos tratadistas del derecho in-
tuviesen por suyo, por tenerlo guardado o escondido por diano de tanta autoridad como Solórzano y Matienzo, a
temor, o por otra justa causa"; que para poder aprove- ^[
t,i
p_esar de la doctrina legal expuesta en punlo a los dere-
charse de un enterramiento descubierto era necesario chos de la Corona sobre los tesoros descubiertos en los
registrarlo previamente, y que en punto a estos descubri- enterrarnientos de las Indias, "lo más ordinario', era
mientos habÍan de ser equiparados los indios con los "pagar solo el
españolesJ0ó
-elinto de lo que se saca a su Majestad,
como se haze de los metales, y otro.s Tesoros"Jü
Parece interesante hacer constar que las lglesias de
r08 Véase mi estudio citadq "El derecho de propiedad en la
Ias Indias pretendieron "ser suyo lo-qu" se lia hallado
legislación de Indias", p. 24.
fia de Docs. Inéds... de Ultramar, t. X, p. 342.
ls Cobc.
Icyes II, III y IV, tlt. XII, tib. VIU. tu Polftim, Indiota, lib. VI, cap. v.
126 I.AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRTVADO IáS INSTITUCIONES DEt DERBCHO PRIVADO IN
en adoratorios, V santuarios, sin descubridor, y assi a|-@feSS*es Y.:e crias-
mesmo las tierras, ganados, chaxquizas,joyas, y otras sffi páit el mismo
=Ies-d4és,
efecto".l@
cosas que eran de loi Yngas, y d9l $ayo- y Sol, y Estos antecedentes históricos explican que eD torno a
"ltup?o
dedicaias al seruicio de los idolos". El Rey, en Cédula la propiedad privada de estos oficios públicos se desarro-
¿á fSZS, salió al paso de tales pretensiones, reivindicando llaie fodo un cuerpo de doctrina jurídica para fijar las
sobre estos bienés los derechos de la Coronalü facultades dominicales de sus poseedores.
Se discutió entre los teólogos la licitud de las explora- Se hizo constar a estos efectos: que de los oficios ven-
ciones para descubrir supuestos tesoros en los enterra- dibles no se pudiera pedir rescisión por lesiótt en el
mientoi de los indios, daclo el caráctet sagrado de-estos preciofo y que no se pudieran gravar con censos y otras
enterramientos. El Concilio II de Lima, celebrado en cargas, porque "aunque los poseedores de los oficios ven-
1167, se pronunció en contra, ordenando h¡jo pena.de dibles y renunciables tengan el dominio útil, con las
á"ioi""oion'ique no se desbaraten las sepulturas de los limitaciones que prescriben las leyes, no se hallan auto-
indios attoque-t"an infieles". Este mismo criterio p-rohi- rizados para disponer de ellos a su arbitrio, como de
bitivo habíá sido sostenido antes por el Padre Las Casas cualquiera otra finca de su patrimonio, por conseruar
y otros tratadistas. Juan de Solónano, defensor siem- siempre mi Corona el dominio directo, con un derecho
p"" áéi p""to de vista rnás favorable al regalisttn, sostu- espectativo de reversión de ella, por causas diferentes
oo'q.r" Ln el Supremo Concejo de las Indias "nunca se que puedan sobrevenir".fll
ha dudado que séan lícitos estos descubrimientos, ar¡nque Al admitirse gue los tenedores de estos oficios pudie-
en consecuáncia de ellos suceda que también se descu- ian renunciarlos en favor de otra persona mediante el
bran, y desentierren los cuerpos de los indios muertos, pago de los derechos fiscales establecidos, se señalaron
qo" átiáo en las dichas Huaóas, como essos se buelban como requisitos necesarios para la validez, de estas tras-
io"go:a entetrar, y a acomodar como antes estaban"Js misiones mediante renunciación, los siguientes: que el
renunciante sobreviviera durante veinte dlas; que Ia re
nuncia se hiciera por escrito; que se renunciase a fa-
2. Sobre la propiodad pripada ile las oiicias piblicos vor de persona capaz por su edad y sin impedimento
qt ltúios.
las "para poder tener y sen¡ir el oficio"; que la renuncia-
Ya hemos visto que, segrln la doctrina de !a época, -la clón recayera "en persona digna y hábil". De estos cuatro
institución y provisión de oficios priblicos fue conside- requisitos el tratadistal.eón Pinelo en la obra
-advierte
ariiba citada- los dos primeros "inducen irreparable
rada como una de las regalías vinculadas en la Corona
de Castilla, de la cual hicieron uso los monarcas recom- nulidad"; los otros dos "son más dispensables".
pensando con estos oficios a sus vasallos beneméritos, Cuando para defraudar a la Hacienda pretendieran
renunciante y renunciatario
un¿ls veces con concesiones de carácter vitalicio o por
un número determinado de años, otras por dos o tres
-y deseñalar
los testigos al efecto requeridos-
acuerdo con ellos
al oficio re
vidas y otras a perpetuidad. nunciado un precio notoriamente inferior a su valor,
Ya hemos visto también Que, en de Fel 10o Véase Antonio de León Pinelo, Tratafu ire las wnfirno
se acordó, para subvenir a las ciottcs rmles... (edición facsimilar por el Instituto de lavesti-
prlblico, "que se vendiessen todos los oficios que no- tu- gaciones históricas de la Universidad de Buenos Aires).
110 f,s¿l Cédula de 1602. Archivo Gewal de Indias: 139-11,
iiessen jririsdiccion.YgougsJa'cst-?b.b,g*"*Y,:**i*9: 'ltb. XXXII, folio 52.
ul Real Cédula de 15 de octubre de 1787, Pérez y l-bpez,
1ü Véase Solónano, ab. cit., üb. VI, cap. v. Tatto de la legislación wtiversol de Esaño e Indire, t. XXVI,
tog Polltica Indiatu, lib. VI, €p. v. p.226.
PA I.AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO I.A.S INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO IZ9
debían los Fiscaies reclamar para el Estado el oficio de del periodo colonial. Pero en series nutridas de legajos
referencia pagando al renunciante la mitad o los dos ter- que se conseryan en el Archivo General de Indias de Se-
cios, según los casos, del precio fraudulentamente es- villa se contienen nurnerosos testimonios históricos de
tablecido.ü2 expedientes instruiclos a instancia de particulares, por
Con respecto a los oficios que hubieren sido compra- virtud de los cuales se concede permiso para la impresiórr
dos "por Ciudades, Villas y otras Comunidades de las y venta exclusiva de algún libro en los territorios de las
Indias", se había de obligar a éstas "a que cada una Inclias por el plazo de tiempo que se señala, o para la
señale persona cierta, y determinada, en cuya cabega explotación, también con carácter exclusivo, y por él tiem-
corra el riesgo de la vida, para que vaquen y se cobren po que concretamente se fija, de algún invento de apli-
los tercios, y mitades". Se advertía en la Recopilación de cación industrial que detalladamente se describe.
ló80 que en lo sucesivo no se vendiesen oficios a estas El interés histérico de estos documentos (que figuran
personas jurídicas.11E inventariados en la Colección manuscrita dé Belmonte
Un último punto que interesa recoger es el relativo a del Archivo de referencia) es incuestionable. Pero su
si por deudas de sus propietarios podía llegarse al em- volumen, aun siendo considerable, no es suficiente para
'\
bargo y ejecución judicial de los oficios públicos. Una fundamentar conclusiones susceptibles de generalizaóión.
Cédula Real de 2l de noviembre de 1603 resolvió esta Hemos querido, sin embargo, dejar constancia del he.
li
,11
cuestión afirmativamente, siempre que el ejecutado care- cho en estas páginas, como posible punto de partida para
ciese de otros bienes con qué pagar, y con la condición, ulteriores investigaciones.
/
además, de que el nuevo rematante no fi¡era menor de
edad, ni sirviera el oficio por medio de tenientes ni otras
terceras personas y lo poseyera y disfrutara solo "por los 4. Prryiedad comunal. Bienes de propíos.
días y bida de la persona cuio hera el oficio quando se Desde los tiempos rnismos de los primeros descubrimien-
bendió, de que a de mostrar testimonio y rrecaudo sufi- tos se ve a los legisladores españoles preocupados por
ciente de cómo es bibo en principio de cada ¿fi6".114 mantener y fomentar en las Indias la existenóia de 6ie-
En una Real Cédula de 15 de octubre de 1787 se con-
;l
nes comunales. Fue este principio uno de los que más
dicionó todavía rnás el posible embargo de los oficios ü1
q persistentemente influyeron toda la política coloniza-
públicos, declarando que no pudiera embargarse más dora del Estado español,en estos territorios. La expe-
que la tercera parte de emolumentos y sueldos de los ta- riencia, I'arias veces secular, adquirida en Ia Metrópoli
les oficios por Ias deudas de sus poseedores.lls en lag luchas por la Reconquista nacional, había puésto
de relieve la importancia económica de la existeniia de
3. Sobre la propied,ad intelectual e industrial en los bienes de aprovechamiento comrin pastos v
aguas- para conseguir la repoblación -montes,
de las comarcas
territori.os de las Indias.
ganadas a los árabes.
No se encuentran, en las fuentes del derecho indiano, Por eso, tanto en las Capitulaciones colrto en las Realcs
nonnas jurídicas reguladoras de esta materia a lo largo Cédulas y Ordenanzas de nuevo descubrimiento y pobla-
ción, se dictan a este respecto preceptos reiterados. A la
x12 Véanse las leyes del tít. XXI, lib. VIII, de la Recopilación nueva población las célebres Ordenanzas de Fe-
de 1ó80.
il3 Iipc Itr cle 1573- -Cicen
se ha cle señalar ejido "en tan compe-
\,r$¿¡1ss las leyes del tlt. XX, lib. VIII, de la Recorpilación tcntc cantidad, que aunque la población vaya en muCho
de 1680.
rr4 Colec- de Docs. Inéds. del Arch. de Ind. T, XVII, p. 351. cr"c<.:imiento siempre quede bastante espacio a donde la
:t16 Pérezy L.ópez, ob. cít., T. XXVI, p. n6. gcntc se pueda salir a recrear y salir los ganados sin.
ilt'
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l¡
130 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO
I
I LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 131
que hagan daíto"; confinando con los ejidos se habían
lcncio-de la legislación particular de aquellos territorios
de señalar dehesas "para los bueyes de labor y para los sobre las numerosas cuestiones que
caballos, y para los ganados de la carniceria, y para el la óapacidad o inca-
pacidad para ejercicio del derécho de propiedad nece-
número ordinario de ganados que los pobladores por or- -el
sariamente_ plantea, prueba que sobre esfe punto se
denanza han de tener, y en alguna cantidad más para
que se cojan para propios del Concejo". aplicarÍa allÍ el derecho de Caslilla, que, como és sabido,
regía con el carácter de supletorio.
La doctrina se estructura con mayor amplitud en la
Recopilación de 1ó80: "que los pastos, montes y aguas , I$_o r" encuentra, por tanto, en nuestra legislación de
Indias, una regulación amplia y general de lás incapaci-
sean comunes en las Indias"; "que las tierras sembra-
dades que se oponían al libre-ejircicio del derechb de
das, algado el pan, sirvan de pasto común... excepto propiedad; sóIo aisladas declaraciones con respecto a ca-
las dehesas, boyales y concejiles"; "que los montes, y sos muy concretos, que, aun cuando no suponen inno-
pastos de las tierras de Señorío sean también comunes"
y que lo sean igualmente los montes de frutas; añadien- vación alguna de interés en la doctrina general aplicable,
debemos recoger aquí.
do con respecto a estos últimos: "que cada uno la pueda
Desde los-primeros tiempos abundan las disposiciones
\ coger, y llevar las plantas para poner en sus hereda-
reales prohibiendo a determinados funcionarios priblicos
I
des y estancias y aprovecharse de ellos como de cosa
común".116
la propiedad de ciertos bienes ordinario tierras y
I
Sobre bienes de propios se encuentran también nume- c.stancias de ganados- en los -de
distritos de su juris-
t rosos testimonios acreditativos de su existencia desde dicción.
la fundación de las primeras ciudades. . . En la Rempilación de Leyes de Indias de 1680 se prohi-
bía expresamente a los virreyes que tuvieran ,'granjerias,
I
De ordinario estuvieron integrados estos bienes por
l'
tierras y solares. En ocasiones, dada la pobreza de cier- 9e ganados mayores ni ménorés, ni estanclar, ni la-
tas ciudades, se les concedieron como bienes de propios brangas".
determinado número de indios, cuyos servicios persona- . . A los Oidores, Alcaldes y Fiscales se les prohibía tam-
li les debían ser empleados en la construcción de obras bién- que poseyeran "ca-sa-s, chacras, estanlias, huerias,
públicas municipales. Otras veces se ve a ciudades que ni tierras... en las ciudades donde residieren, ni fuerá
ptlseen como bienes de propios los productos de las lla- de ellas, ni en otra parte en todo el distrito de la Áu-
madas penas de Cámara. Como tales bienes de propios diencia".
figuraron también, en deterrninados casos, algunos ofi- , Los Oficiales Reales no podían tratar ni contratar ,,con
cios públicos. hacienda,d"l \"y, ni propia, ni ajena", ni tener .,purt"
En el tít. XIX, lib. IV de la Recopilación de 1ó80 se en_Armadas, ni Canoas de perlas'i Tampoco podían be-
contienen reglas abundantes sobre el carácter y admi- neficiar minas ni ingenios de azucar.
nistración de estos bienes. Estas prohibiciones se hacían extensivas d sas maie-
res e hijos.
A los infractores de estas leyes se les castiga con el ma-
5. Personas incapacítada,s o con capacidad restringida yor rigor, -con penas_ que expresamente se señalan; y
para el ejercicio en las Indias del derecho de propiedad. tgdavía se llega. a ordenar a este respecto que los visíta-
dores puedan "executar embárgo dé apelación-
Fundamentalmente debió de aplicarse en Indins sobre las penas impu_estas a los-sin
esta materia la misma doctrina legal que en España. El si- Ministros, q-ue tuvieian sitios,
cstancias y molinos".rrz
116 \,r{¿¡ss las leyes del tít. XVII, lib. IV, de la Rccopilación
de 1ó80. .,, v_Égll" lgygg_ LXXIyf tÍr. III, lib. Irr; LV, título XVr,
lilt.'i1-
II; XLV a XLIX, tír. VIII, lib. IV y XXIX, tír. XXXIV,tib.IÍ
t
i
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LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 137
14 de junio de 1621, haber dado orden ya en c) Empréstitos de la Corana. Los consideramos como
-puesta
ejecución- de que se pagase a los particulares perjudi- una limitación más al libre ejercicio del derecho de
cados ciertas cantidades ---con sus intereses- de que la propiedad en Indias, porque aun cuando jurídicamente tu-
Corona se incautó para atender a apremiantes necesida- vieran un carácter voluntario, de hecho debieron de ser
des, y prometía, por su "fee y palabra Real, que en ningún en las más de las ocasiones forzosos. Basta leer algunas
tiempo ni por ninguna causa ni ocasión, por urgente cartas de particulares y funcionarios de Indias al Rey
que sea, se les tomará más a sus haciendas; sino que para coñvErrcerse del fundamento de esta sospecha.
luego que llegasen a estos Reynos se les entregará a ius En efecto, en una carta al Emperador de un tal Ma-
dueños enteramente y sin dilación". nuel de Rojas, fechada en 19 de agosto de 1530, vemos
A pesar de esta declamatoria promesa, todavía tenía cómo éste se excusaba con apuro de no poder mandar
necesidad el Rey de declarar, en 10 de abril de 1643, que "los mil pesos que en calidad de préstamo le había pe-
"a sido preciso de algunos años a esta parte llegarme a dido", a la par que remitía "cuatrocientos que a su vgz
baler de la plata de particulares, que a benido de las tuvo que buscar".
Indias, unas bezes por vía de préstamo, y otras por En 30 de agosto del mismo año de 1530 un vecino de
trueque a la moneda de vellón"; v ante el retraimiento Indias llamado Juan Barba escribía a la Reina dolién-
que esto había originado en el comercio, "aunque se.a dose de no poder prestar "los trescientos pesos que se
dado satisfacción a sus dueños en la forma que mexor le han pedido".
se a podido", se reiteraba que tales confiscaciónes no se El gobernador Gonzalo de Guzmán, el 18 de septiem-
repetirían. bre de 1530, tarnbién se creía en el caso de escribir al Rey
En la Recopilación de Leyes de Indias de 1680 se decla- "refiriendo los medios de que se ha valido para obligar
raba de una manera general que no se secuestrasen a los ve¡inos pudientes a que hagan el préstamo que
ni'se.embargasen bienes "sino en los casos que las leyes el Emperador pide: cantidades que ha señalado y obte'
disponen". nido de cada uno, sintiendo no hallarse en disposición
A los compradores de plata no se les había de embar- de enviar por su parte más de 500 pesos".
gar la procedente de Indias ni se les habfa de pedir los Creemos que estos testimonios bastan para justificar
libros'"sin auto de Presidente y fuezes de la Casa" de la la conjetura de que'los dmpréstitos hechos por la Corona
Contratación. a sus vasallos de Indias pueden ser considerados como
A los corregidores y alcaldes mayores se les ordenaba verdaderas limitaciones del derecho de propiedad, aun
que no tomasen "a los vezinos e indios comida, ni cosa cuando no sean, ni con mucho, suficientes para apreciar
alguna, ni se sin¡an de ellos sin pagarles". la importancia que pudieran tener por su número y por la
Con respecto a las armadas o flotas se prevenla que cantidad en cada caso pedida. Este es uno de tantos
"quando conviniere embargar vino o otra cosa" se hi- problemas a investigar en la historia de nuestras insti-
ciera "solamente de la cantidad que fuere menester, y tuciones colonialesJ*
con intervención del Gobernador y Justicia de la Ciudad, d) Intromisianes del Poder Públíca en Ia üwersi'ón de
Villa, o Lugar, y assf lo guarden los Generales de las Iets rentas de determinados bie,nes. Se encuentran algu-
FIotas". nos testimonios acreditativos de ciertas limitaciones en
Se prohibía que se embargasen los frutos eclesiásticos
con destino a las armadas, y que los generales de éstas tarse eD mi estudio "El derecho de la propieclad en la legislación
gastasen de los bienes de difuntos ni de personas parti- pp. 89-90,
cte Indias", -c-onsultar
culares que transportasen.l'2 12¡¡ Para las citas de los textos aducidos, puede
verse mi citado estudio, "El derecho de propiedad en la legisla'
1:r¿ Las citas de los distintos textos legales pueden consul- ción de Indias", pp. 9S91.
138 I.A,S INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO t.AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 139
el ejercicio del derecho de propiedad en Indias, como
,^D,"
rru TT"T3 general^se disponía en Ia Recopilación
resultant-e de particulares intrornisiones del poáei-oril ae Leyes cte Indias. (e l6gQ,.que los ,,Gobernadoies pro_
btrco en Ia inversión de las rentas de determinados bie. curgn que se beneficie y cultive Ia tierra, con cargo de
la
nes. Así, en una Real Cédula de 1ó de febrero ¿á fS¡i s" omisión".
ordenaba "que todos ellos, asy los que át piár""i";;;; Más concretamente.se mandaba en otras leyes de la
en esa tierra como adelante fueren a mbrar en ella et propia Recopilaciór1: "q-ue los Virreyes y Govérnadores
tubieran yndios en encomienda e por otro iil,.rto nagan sembrar, y- beneficiar lino y cáñámo,'; ,,que las
que_fuere, sean tenudos en cada á¡o d" comprar
".rutqrri"r
e gastar cortas p.ara enmaderamie-nto se hagan en tiempos
en hedificios e otras que perrnanescan ésa tiefa la e1 la Habana ,ro J" corten Cáobaq-óe_
"oor.r.
dezena parte de lo qré "n 1ientes."¿'icye
los dichos y"aio"-o g-ros nl_Robles, sino para el servicio Real, o fábrica.de
qualquied manera óvieren "orr de provechó lu, ""-otrá Navíos"; ,.que no se óorte maderu
"" etE"h;;
para que lo que ansí compraren iea suyo propio puéáá Habana... y assimi-smo mandam.. q,.rá "rr-tu-ót
ár;;;; d. I;
di;l;g";;; ñ;:
en qualquier tiempo que quisiere disponir áe[o';.'plio love.nto y diez a Sotavento de la ü"dál il;;-
se añadia
-que
"desta obligáción par"sce acá que debrían maderas ningunas sin lidencia del Governador,';""tt"" ;;d;
ser libres los vezinos queál tiempo que Io hüd";;á;; Ios Encomenderos. hagan plantar árboles para ieñá,,;
tobieren en plantas o hedificior b oiru" cosas que ayan "que, los Virreyes hag{n rerrorra" y
de pe-rmanescer en.esa ysla gastada t, .o"tiááa-ir* donde se crÍa la grana". ""tii"ár-to, ""p;1"¿
viéredes sea razonable, pues áuestra yntención oo'", l"o..repartimientos de_tierras se prevenía que se
que_resciban por ella- veiación alguna,i Análoga dispo_ ,^P,1
qab¡a de tomar pose,sión de Ias tierras repartidas áentro
tj"Lo_" se dictó para
_los conquistadores de la irovintü
cle Honduras en 29 de enero de 153g. 9: tre:
pena
meses, y se habían de hacer de eilas ptaniiói io
de perderlas.
También a Vaca de_ Castro, en fnstrucción de 15 de ju_ A los virreyes se les advertía que hiciesen ,,sacar los
nio de 1540, se le ordenaba, entre otras cosas, q.r";,Li.- ganados de las tierras de regadío y se siembren
cute dos provisiones para,g s,e hagan cu.u, y'pára q los de tri_
9o..., si no tuvieran los dueños títúlos para tener estan_
q. tovieren yndios gasten lá d¿cimá parte en óultiUár ta cias desta calidad".,
tierra". Ios- ejemplos de disposiciones prohibitivas de deter_
No hemos encontrado nuevas Reales Cédulas de este minados cultivos podríán multiplicarse todavía tnar.-g;r-
tipo en épgca posterior. Sin duda, porque ya para enton- te recordar que en Ia Recopilación d" 1óg0 se consasraba
ies se estimaban innecesarias, puésto qu-e tá finalidad todo un título al regulamiento de las ltamada;;A;;;
que con- ellas se perseguía era-sólo el-procurar el fo- .stancadas, y_ que entre éstas figuraban tas proc.derriéi
mento de la población en territorios recñntem"nte des- de ciertos cultivos, cuyo aproveihamiento se reservaba
cubiertos.l2a la Corona para explotarlos por sí o por arrendamiento.
e) Intramisiones del poder púbtico en Ia rmnera de _
Algunas de estas prohibiciones fueion abolidas con e,l
caltívar las tierras: toedidas fomentadar* l; A;i;rrd-
nú.os cultít¡os y prohibitívas áe oftos. En una Real pro_ !iempo_. Así, en la Ley IV, tít: VIII, lib. IV, d" ü ñ;t;
Recopil-ación de 1680,,se estableció que ,"
visión d,e 20 de noviembre de 1539 se ordenaba que los brar tabaco "en las Islas de Barlovento y oiras b"ai"rá-*"-*-
partes,';
-"á"1
encomenderos del Perú fueran obligados ,,en sus'repar- condicionando este permiso con la
timjentos de plantar Ia cantidad delauzes que al gorr".- ir
ducir derechamente á Sevilla "todo el "Ufga"ién
taÍaco out: ,ro iL
nador pareciere". consumiese y huviese de sacarse de cada Isla, ó provin-
rzl Consúltense las citas en mi estudio, ,,El derecho de pro cia donde se cogiere"
piedad en la legislación de Indias,', pp, gl,g2, No todas las prohibiciones de ciertas clases de cultivos
110 IAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO
LAS INSTITI'CIONES DEL DERECHO PRIVADO 141
tuvieron por causa un interés exclusivamente fiscal. AI-
gunas hubo motivadas por otras razones diferentes. Tal Como nonna general se establecía "que en Ias execu-
ocurrió, por ejemplo, con el cultivo de la vid. Pero con ciones contra vezino-s, descubrid-ores, pobladores, y enco-
referencia concreta a esta prohibición, como quiera que, menderos, se guarde el derecho de estos Reyios de
a pesar de ella, se plantaron viñas. en fndias, el legiila- Castilla". Pero aparte de las reglas excepcionales sobre
dor, ante el hecho consumado, aün cuando ratificó la esta
-materia que contenían las ordenanzas y leyes so-
prohibición para lo sucesiyo, dispensó las plantaciones bre descubrimiento nuevo y población, en la piopiá Reco-
pilación de- 1680 se recogíaa ciertos principi-os áe excep-
hechas mediante el pago de una composiciónJz6
t) Intrcmisianes del Púer Público en Ia ttunera de ción para favorecer determinados cultivoJ o industriai.
betreficiw estancias de gaindos. En la Recopilación Así, se rrandaba que, salvo por deudas contraídas con el
de l*yes de Indi"as de 1ó80 se establecía a este respecto Fisco, no se pudiera hacer ejecución judicial "en canoas
"que no se saquen ganados de una provincia para otra; ie perlas, y su aviamiento, haviendo-otros bienes,,; ,,en
que no se den licencias para matar yacas, ovejas ni ca- los ingenios de moler metales, ni sus avlos", ni "en inge-
bras; que el Presidente de Santo Domingo dé con recato nios de azitcaf'; si bien con respecto a estoé dos últimos
las licencias para matar ganados y hazer cueros". se añadía que se podría "hacei execución en todo un
Al declarar en términos generales que los pastos, mon- ingenio de moler metales, y fabricar azírcar, si la deuda
tes, aguas y términos de Indias fueran comunes, se montare todo el precio" y el deudor no tuviere otros bie-
nes, "dando la persona en quien se rematare fiangas
advertía con respecto a los ganados que "cada hato de llanas de conservarlo entero,-bien reparado, molienté y
ganado tenga de término una legua en contorno, para
que dentro de ella otro ningrino pueda hazer sitio de ga- corriente, como lo tenía el deudor".
nado, coral, ui casa, con que el pasto de todo ello sea -- Tampoco se_ p_odía hacer "execución en armas, y cava-
asf 'nismo común, como está dispuesto, y donde huviere
llos, sino en defecto de otros bienes".
hatos se puedan dar sitios para hazer ingenios, y otras - Con re-specto
fueran
a los duefios de minas, se ordenaba que
"favorecidos, y en las execuciones reservados ios
heredades, y en cada assiento haya una casa de piedra, y
no menos de dos mil cabegas de ganado: y si tuviere de
instrumentos del mineraje".w
seis mil ariba, dos assientos; y de diez mil cabegas
arriba, tres assientos: y precisamente en cada uno de su 8. .tos indíos y el derecho de propiedad.
casa de piedra, y ninguna persona pueda tener más de
hasta tres assientos y assl se guarde, donde no hubiere a) La propiedad. de la tierra entre los iná,ios. Hemos
tltulo o menced nuestra, que otra cosa disponga",rco visto que, salvo aqqellos casos excepcionales en que la
esclavitud de los indios estaba permitida y dejandó a un
7. Normns prrcesales que afectafun al derecha de pw lado los innumerables abusos que se cometiáon, abierr
tamente unos, encubiertos con los servicios personales
fipdnd. tolerados por la ley los más, fueron los indioi conside-
Parece oportuno recoger aquf algunas disposiciones le- rados casi desde el primer momento y sin interrupción
gislativas donde se contienen normas reguladoras de la como hombres libres, vasallos de la Cbrona de Caitilla.
ejecución judicial-Indias.
por deudas, en ciertas clases de bie- Consecuencia natural de este postulado fue que en el
nes radicados en terreno de los principios se reconociese a los indios so-
r¿o Consrlliense las citas en mi estudio, "El derecho de pro rnetidos c_apacidad para poseer, disfrutar y dispo.
piedad en la legislación de fndias", pp,92-93. ner de -amplia
bienes de distintá naiuraleza, aunqud
uB Qs¡súIfsnse las citas en mi estudio, "El detecho de pro "ondi-
rz¡ Consúltense las citas_e! m-i estudio, ,,El derecho de
piedad en Ia legislación de Indias", p. 94. pro
piedad en la legislación de Indias,', p. 95.
142 I.A.S INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO I-AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO I43
elno que desde los primeros tiempos aparecen reales dis-
:jol.uag el libre ejercicio de esre derecho con diversas
llmrtaclones. posiciones ordenando- qug s,e hióieran también r*puiii_
Concret¡índonos de- a la propiedad de la mlentos de tierras a los indios que careciesen ae Llas.
tiora, era incuestionable-mornento
en este prrrto i";L;l;;u;;";: - Y asf, en una Instrucción de Ig de marzo de 1503, se
cidad de los indios para posee¡á v U""éfi"-iáiri;;"r" disp_onla entre otras cosas que los indios vi;ie;;';
g{ 111.f lesto que són múy abun díntesi;; ;irp"ri";;"; pnidos -en lugares y se señalasen a cada uno á" Aü1
reales drctadas para que en los repartimientós de heredades propias.
rras a conq_rlistadores J¿ pobladorés españoles tie_ -; A los famosos frailes Jerónimos se les encargó, en lg
""
tocasen, aquell?s que estuviéran poseÍdas individualmen_ de septiembre de 15ló, que se formasen p""Ut", áá'iláiá,
re por los indios sometidos. Aparte de estos preceptos con.término apropiado "dando de lo mejor a cada uno
legales, no faltan otros testimlonios que acreditan de ellos, parte de tierra donde puedan pl"urrtur ei¡ótü-"
en otras cosas, e hazer montones para éf e para toda su
ciertos casos la observancia de estas cottumbres
familia,, más o menol segund lá caüdad á" h p;;";;
, En la deRecopilación de Leyes de Indias d;i6áb se or_
qenaba un modo general: ,,que a Ios Indios se les e cantidad de la familia, é al cacique, tanto comó a qua_
d.exen tierras... cor sgUra de toáás lu, q,r. ies-pñe;;: trovezinos"...
cieren, assí en pa_rticular, como por Comunidaaés.-" l* En unas Ordenanzas de las minas de Guamanga se
aguas, y riegos; y las tierras en que hubierán- ñ;h;';: mandaFa qug a los indios que se repartiesen pur" t?áUá_
otro cualquier benefició, con que por industria jar en las referidas minas, ie les habia de señálar,,iitiói
lliur,u
p_.::9iil:"ya selayan fertilizado, se reseryen en primer y lugares donde hagan sus rancherias v casas. en oue
rugar y por ningún caso no se les puedan vender, ñi residan los dichos indios en la cantidaá que óareciÉrá
gerar, y-los juezes, que a estos i.r"..n enviadós. ena- conveniente para ello; d_e los quales se lej dé-posesión
exoe_ en forma, y sean amparados e,n élh, y los posean por cosa
cürquen los Indios que hallaren en las tierras y las que
dexaren a cada uno áe los tributarioi, ,i"¡"r, ,"É";;ñ suya propia, como los españoles a quien éstán sáñahdos
Caciques, solares en el dicho asiento".
-Gobernadores, ausentes v bomu"l¿"¿Li;i-----'
las formalidades qrlu "d"bfuo
.losAlreparti¡ni.qnto¡
regular .La Recopilación de 1680 sanciona de una manera am_
de tierrái-páiá "¡ré*urr"
q"" "o
to" irráiá,
p.lia_esta doctrina a1 disponer en la t"v Xñ,-ii;
lib. VI, que "a los Indios se havr¡in A"",énuiár;
iil,
]l1yt""
perjudTados en lo que venlan""itu, poseyéndo, se man_ agu?: y montes"; y en la Ley fXlif,'tít.
e;
oaoa que Ios tiscales com-pareciesen en su nornbre para
representarles y defenderl-es.
Í1,..11.: que
lib. III "repartan las aguas a los lndios, paru qrró ñ
También cuando se determinaba la política rieguen sus chacras, huertas y sementeras, v áUi.Uá"lá,
para lograr que los indios f""rán ,eá,i.ie;;; a sesuir ganados".m
poblaciones, se ordenaba expresamente que
iirl"?" b) Facuttades dominícales de los indios sobre las tie_
no se- ¡vs oui-
les Yq¡ rras que p-oseían. No podían ejercitar sobre las
tasen las tier-ras "que antei huvieien t¿;id-;;. -ii-",
se prevenía con el mayor rigor que no se un verdadero dominio. precisamente por ser considerá-
- _,ll11l*""te,
admruera comoosición de tierras ,,que huvieren sido de dos los indios, jurídicamente, como peisonas necesitadas
los Jndios,'_l28 ^ cte crerta tutela, es por lo que con ánimo de favorecerles
en.términ-os se impusielon ciertas trabas al libre ejercicio ¿e s"s
^ lI:
a tos ::,r,:l_o,que
indios Ia propiedad de las -generales debfa respetarse
tierras que cultivaüán,
facultades dominicales sobre las tierras ¿" ," pi.pi"¿á¿.
Que podían enajenar sus bienes raÍces lo aÉstilua un
_-_-1rt l*y"r XVIII, IÍI._III, r!!. !!; Xxxvr, rft. XVIII, tib. rr:
de la Recopitación de 16g0.
üi;
TvI, tlt. xrr, lib. rv; rIL-tií.iir,lir'. t r xfuii;'tii.'xfi, jií.
" " ii o';iot.'Jlf ,""1,*,,,Ti:uiii-i,?lu**hodepro
"".üi5t"t3iu""tff
144 IAS INSTITUCIONES DEL DERECIIO PRIVADO I^A,S INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 145
muy antigtto "Aranzel, por donde manda el Rey e la raba en distintas leyes de la Recopilación de ló80 que
Reyna nuestros señores que se pague e cobre los diez- fueran los indios equiparados a los españoles. Análoga
mos e primicias en la ysla española e en las otras yslas doctrina se registra en punto a los hallazgos de tesoros
e tierra firme del mar océano", en el cual se leía: "sy y- en punto a las pesquerías de perlas.18o
algún cristiano vende su tierra o sus viñas o huerta o Ya-hemos visto por otra parte, al tratar de los pueblos
olivar o otra qualquier heredat a algund yndio o el de indios, la importancia que en ellos tuvieron los bienes
yndio al cristiano. . ."; pero que en interés de los propios comunales y el papel económico que jugaron las llama-
indios se estableció desde los primeros tiempos que das "Caxas- de Óeñsos y bienes de Comunidades"' A la
esta potestad de enajenar no pudiera ejercitarse libre- regulación de éstas se consagra en la Recopilación de
mente, lo comprueba a su vez una Instrucción de 20 de 1ó80 todo el tít. IV det libro VI. Dei conjunto de sus
marlLo de 1503, en la cual se mandaba al Gobernador, disposiciones se desprende que las rentas que estos bie-
entre otras cosas, que "non consienta que los dichos nes producían se habían de gastar en beneficio del comrln
yndios vendan nin troquen con los dichos christhianos de los indios y en la satisfacción de los tributos que so-
sus bienes nin heredades por menta nin por otras cosas bre los mismos pesaban. Su administración corría a cat-
semexantes e de poco valor, como fasta aqul se a fecho, go de los oficiales reales, y para conocer de los pleitos
e que quando algo les comprasen, sea por precio xusto e que sobre estos bienes pudieran suscitarse se crearon
trocándoselo a rropas para su vestir, que valgan la mi- juzgados especiales, intégrados por un Juez oidor, un
tad de los que ansí vendieren a vista del dicho Gober- Esciibano y un Alguacil. Donde no hubiera oficiales rea-
nador o de las personas quél para ello nombrara". les, la cobranza se difería a los gobernadores o co-rre-
Al almiranie Don Diego Colón, en unas Instrucciones gidores, quienes debían hacer entlega de lo cobrado a
de 9 de mayo de 1559, se le ordenaba también que no [os deposilarios generales, dando cuenta inmediatamente
consintiese el que los indios pudiesen vender ni trocar a los óficiales reáles que residieran en el lugar más pró-
sus heredades "e quando no se pudiere escusar que non ximo. Repetidas veces, y con mayor vigor, se penaba
las vendan, que procuren que las vendan por xusto valor". a los corregidores que distraían bienes pertenecientes a
En la Recopilación de Leyes de Indias de 1680 se san- las Cajas áe las Cbmunidades de los indios. Todavía
ciona, fundamentalmente, esta misma doctrina. Se con- podrían señalarse otras leyes dispersas interesantes
siente que los indios puedan vender sus haciendas, pero para esta materia, entre las cuales merece destacarse
se exigé, para que estas ventas tengan validez, la inter' la IX, tít. XXXI, lib. II, que establecía: "que el Oidor
vención de las autoridades del lugar. Con referencia procurare que los indios téngan bienes de comunidad".
exclusiva a las tierras que, según vimos, se habían de c) Realei disposícíones correctoras de abusos ccmetí-
señalar a los indios llamados de míta, se disponía que dos contra el derecho de propíedad de los índíos. Hasta
sobre ellas no habían de tener los indios "dominio, ni aqul la condición jurídicá de la propiedad entre los in-
possesión, sino solo el derecho, que le da esta ley_,_ a dios, según resulta de los preceptos legales. La realidad
lenellas con casa, mientras durare en el Indio esta obli- debió de corresponderse muy poóo con [a doctrina. Ya he-
gación a assistir y dar la míta referida, sin -que pueda mos visto hastá qué punto lli fue discutido a los indios,
él Senor de la estancia quitar, ni trocarle las tieras, incluso en el terréno legal, el derecho a su libertad pel-
que en la primera visita de estancias le señalara el Co- sonal. Jurídicamente fueron hombres libres, dejando
rregidor del Partido". aparte las excepciones airtes apuntadas; pero se les com-
No sólo podían los indios ser propietarios de tierras pelfa a la prestación de determinados servicios persona-
en las condiciones que quedan reseñadas, sino que tam- 18O LEYCS I, XIV, XV Y XVI, tít. XIX, Iib. IV; IV, tít. XII,
bién, con respecto a-la propiedad de las minas, se decla- lih, VII[,- y XXX, tít. XXV, lib. IV de la Recopilación de 1ó80.
146 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERBCHO PRIVADO 147
les, alguno de ellos tan gravoso como el de la mita. En A los defensores de indios, en Instrucción dictada el
tales circunstancias, ¿cómo imaginarnos a los indios anó á" rli+,iá t"t recordaba que','por quanto que de las
tieras que se an vendido de loJdichos Indios y de las.
que
poseyendo tieras en un plano aproximado de igualdad
vendieien de aquí en adelante por no tener necesrclact
_con los otros propietarios españoles, y mucho menos be- á;ii;;t a" ig"l"ut restitucionei que se han hecho, los
I neficiando minas en provecho propio? Se respetaría a los ;ilñ;;úiaies tienen censos impuestos sobre hereda-
I indios la propiedad de sus tienas sólo en tanto cons-
{ tituyeran éstas un medio para satisfacer con el fruto --Lot ;ó"ñ.É
;ñ;; y no tienen cuvdádo de la cobraned"
e índios naturales de Suchinilco, en carta "'
$ de sr"r cultivo ios impuestos que venían obligados a pa- ai¡ei¿á al'monarca el 2 de mayo de 15ó3, alegaban los
""óques
É_gar a sus encomenderos o a la Corona. Por eso, más ;;;il;;t"ti.¿ot desde el principio de la c-onquista de
que como señores, deben ser considerados como siervos valle v- al Ade-
de la propia tierra que labraban. Cuando la tierra por liZ*ióó,-p?."co y Salixco, al ivtarqüés del
ellos poseída adquiría un valor económieo suficiente ñ;;á; Ái;;;dó,qúe-habían y pedían la restltución de sus derechos
para tentar la codicia de los conquistadores, pronta- u ooiásiones de sido despojados'
" bt ttttu ReaI Cédula de 12 de julio de 1ó00 declaraba
mente surgía la detención violenta o solapada que privaba
a los indios de su derecho, tantas veces sancionado por ut n"ul-;;rr" .ido ittfot-ado que muchas Provincias dese
la ley. I{"y"ó y lugares de indios, están despoblados y se van
Y no es esto una simple conjetura basada en un mero á"JooUfá"aó y qt" una de las causas desto es averles
supuesto. Abundan los testimonios que acreditan la fre- Ñi;J;-t;;í¿i¿. a los vndios sus tierras, sin dexarles
ñ q* án menester, ni áándoles otras tales o tan bue'
cuencia de estas violaciones. Ya en una fnstrucción al se ordenó esto por Cédula de
Presidente de la Audiencia de México de 72 de julio de nas, como
-- arbitrios."
los "*pt"tt-"tte
1530, se le ordenaba gue "las tierras y solares que hallá- pot ,iltirrto, para no citar más ejemplos, todavía en la
redes que los dichos Presidente y Oydores han tomado
de hecho de los Indios se las hagays luego tomar y resli- nicop¿tac¡¿n.iz Leyes de Indias -de !AA0 se encuenran
ai;-";ñ l"y"t qt ", al umpq.ar a los indios en la propie-
tuyr; y las que halláredes que huvieren cornprado dellos particu-
queriéndolas los dichos indios tornar a comprar y des- á;d ;;:;; bieies' contra- abusos cometidos po-r
lu.".l á"Liiaáa"s, confirman und vez más, de manera
hacer Ia venta, tornándoles el dicho precio que dieron
por ella, se la hagáis luego volver, sin consentir que en "'lj-iÑti¡""
indirecta, la tesis exPuesta.ls
de los iuristas. opinaba Juan de Solór-
ello haya dilación ni cautela alguna, y para eso les haced
requerir a los dichos indios". El Supremo Consejo de á"" los indios, désde el punio de vista del derecho
"u"ó
;;-;t¿;i"dtd, debían ser coñsiderados como aquellas
Indias, en un Parecer dado el 8 de noviembre de 153ó, jurídica de la
sobre los remedios que deblan seguirse en la adminis- ;;ó#;-d"tie"udui según la tecnología
que ¡o Pg-
épo"o con el námbre de-miserab!9t'y- -bienesaquí
!" raices, o de
tración de aquellos territorios, proponía, entre otras co-
sas, que ante todo "no sean quitadas a los indios sus .li"tut disponer por contrato "de
propi-as lreredades, queriendo ellos cultivarlas y trabajar áli* "oiui de précio i estimación sin especial interven-
protector general, o cel
en ellas". ción v consentimiento de su
Unos vecinos indios de Tlatelulco, descendientes de
nartiiular. que se les suele señalar en semejantes casos;
i que además de esto, ayan precedido treint-a pregones'
antiguos señores, en carta escrita al Rey el le de febrero los raíces, de nueve en
de 1537, declaraban estar en posesión-de las tierras y L.iii"i"tu días para la venta de
En cam-
cas,as de algunos pequeños pueblos, y pedfan ser ampa-
n.i""" puit la di los muebles o semovientes"'
rados en esta posesión ante el temor de más que posibles 1Bi Consúltense las citas en mi estudio, "El derecho de pre
abusos de algunos españoles. ¡,icdad enla legislación de fnclias", pp' 118-120'
148 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO I-AS INSTITUCIONES DEL DF,RECHO PRIVADO 149
bio, se.les exigían menos solemnidades de Ias ordinarias rrirlad, para las necesidades que en común les ocurrieren
para disponer de sus bienes por testamento. ii' i,ir ítiai"s y que éstas tengán su topo o medida'
Olro.problerna jurídico que Solórzano plantea es el ;;7-ftem q.t" tat tierras que así se adjudican a los in-
.
srguiente: iQué ocurriría_c-on la propiedad de las tierras, rlios rtr¡ se püedan vender a los españoles, si no a otros
aguas y pastos de los pueblos o ieducciones de indios, ií iri,lini, v-*ionces la venta se hagaion autoridad del Co-
quedasen despobladoJ por huir sus habitan;;s ;;;; rlcgidor o Protector, V ilo -de 9tr.9 marlera'
consecuencia de alguna
--
;'3--lt"* se pro"urJ que los indios de comunidad ten-
hay duda qg" -epidemia? En su concepto, no .rtuluto para ara-Í las tierras y tengan rejas
-4" lós indiós que huyeren de sus^r;á;_ ¡:irrr- ganado
ciones perdÍan Ia propiedncl dé las tiérras que les h;bi;;
,,ni dispo_ ,i* ní"tto adereEoi para ello de comunidad para pres-
y
-repa-rtidas, y no podían reivindicarlás,
srcto trllo a los pobres."
ner de -ellas en_particu1ar", como ocurría con los sola_ ir""ó-"ttáaba también Matienzo que si al repartir tie-
rregos de Castilla. Advierte, no obstante, que no se d.ebe rt or I *fui"t u los españoles en la fundación de un
extremar el rigor en estos casos, porque'los indios, al pii.,ulá, i""tu necesario iomarles algo a los indios, se les
e,r:cjo de ser ampar,ados en la posesión de sus tierras, inclemnizase con cosas de análogo valor'132
debían ser equiparados a los menores.
Los encomenderos pretendieron tener derecho a las
tierras de sus indios que por cualquiera de las 9. Las encomiend'as de indios desde eI punto de vistct
expuestas quedaran vacantes; peró nuestro autor "urrru, tlcl derecho de ProPiedad.
ad_
vierte que semejante pretensión-no prosperó porqr:" ;,él El carácter de las encomiendas de indios, así como los
tributar Ios indios a sus encomendeios, no les cla'domi_ r""tn""tot más importantes que deben ser destacados en
nio alguno sobre sus personas i hazienclas,,. pro""áiu, po, su evolución históiica, han sido suficientemente expues-
tanto, Ia reversión a Ia Corona, ya que el Rey, uiri"á los en oáeinas anterióres de este estudio' Ahora lo que
de su dominio eminente y univérsai, ,,ti"rr" É"á"j;-;; "" nos intbre-sa examinar son los perfiles jurídicos- que esta
intención en todas las tiérras .tra"anies cle sus R¿i"rJ;. institución presenta desde el punto de vista del derecho
El licenciado Matienzo, en su conocido libro Gobíerno de propiedad.
del Perú, dedica algunas páginas at estu¿io ¿" f" ,"g"iá: Cln'acierto hizo notar Solórzano que en sus tiempos
ción jurídica de Ia propiedad entre los indios. *.d;il;yá1a etapa histórica de lás encomiendas de
_ Con referencia a Ia; tierr-as que debían repartírseles, triif"¡ot peísonate,s y sustituidas éstas por las encomien-
dice que podrían ser formadu, iu, siguientes'ley"s,----' iot i" tributos- no podía dudarse de que
-la eqco-
"3-ftem que en uno o dos pagos ó más, lo,lá, .o_ mienda implicaba sólo "un derecho de percibir los.tri[ru-
"nt
marcanos y me.iores, señale y dé a cada indio dobladas tos de los indios por merced Real". En consecuencia'
tierras de las que tuviere nec-esidad, v 1.. fruÁá ;;t.;;;; tát tributos ni e¡r los.!¡rdios, n-o tienen los encornen-
qu.e-son suyas propias, que nadie se las puedJquitar. á;';; á;;;h; áie""o en propieclad, ni por vasal]aje;
"n
]'4. Olr" averigüe las tierras que tienln los éaciques y porque ésto plena, original y directanrelltÉ',- cs cle. la
flin-1ina1es
y el título que ticnen a ellas y quanto tiempó ó;;;; náut", Buscandó analógías jurídicas de esta ins-
na que tas posecn, v tcniendo justo título se las dexón iiiu"i¿" con otrás ilel derecho castellano,, sostiene que
por su-yas, _y si aquerllas no bastaren o no tuvieren nin_ podrían ser considerados los derechos de los,encomen-
guna les dé tierras competentes para .", .fraürur -y á;;;;;o*o los del legatorio enfiteuta vpuede usufructuario'
sementeras conforme a lo que cáda uno hirviere dá Quizás "el símil más a-decuaclo que se clar a las
menester. 132 Solórzano, Polític,a Indiana, lib' III, caps' xxrv y xxvrlr;
"S-ftem que dexe una buena chácara perr.a la corrlu- Matienzo, Gobíento del Perú' parte I, cap' rrr'
l- 150 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO
encominendas _añade:rgs el * de
PRIVADO
en todas." Pero a pesar de estas palabras, comentando 29 Los "españoles naturales de estos o aquellos reinos
el texto de la Real Provisión de 3 de agosto de 1546, que oue no estuiieren presentes, i residentes' en-la mesma
declaraba que las mujeres "no son hábiles, ni capazes t" ira de proveer la encomienda, al tiem-
de tener indios encomendados", después de advertir el "=r""i""iláóod"
i" vacante"-Atestigrra el.propio
ñ. ¿"prohibición Solórzano que
propio Pinelo que "este es el texto único i singular, cu- lsta se infringió repetidas veces'
yas palabras ,enunciativas, no decisivas, suponen a las -
3r Los "que en las alteraciones del Penl, se mostraron
mugeres por incapaces de tener indios", añadía que "sin conocidaménte secuazes de los que las ocasionaron' i -a
embargo, se guarda y se debe guardar lo contrario". i;ñ;áet*t di"t"o dellos".-Fácilmente se comprende
Fundamentaba este punto de vista con el hecho de que
a;=;il ;iohibición 1rstQ -sólo un.periodo de tiempo
la ley de la sucesión en las encomiendas no excluía a la il"v óottó. Aun cuando Solórzano la mencione, en su
mujer. "Y aunque se replica que para épola ya no se mantenía en vigencia'
la primera (vida) quedaron inhábiles;-advierte-
i que así no se les -;t Lá; "qo" yu tuvieren otraJencomiendas .
en su cabe-
pueden dar encomiendas, por el nuevo título i merced: ,u';.-iá h"*ót visto en las Capitulaciones de descu-
a esto se satisface có la razón i có la práctica. Con la brimiento nuevo y población, qüe esta regla dejó de
razón, porque no la ay, ni se hallan para que el capaz de ;ü;ñ;;"-óá" t..L.i"ncia al reóompensar a los descu-
la sucessión en següda vida, no pueda obtener en pri- bridores y nuevos Pobladores.
mera:. . . porque las cargas ni obligaciones no son mayo- "^E;-ü hrt-p¡{*i¿n de I'eves fu Indias de 168018 se
res, ni diferentes en una que en otra... Con la práctica fa dóctrina sentadá por estos dos ilustres juris'
se comprueba esta resolución; porque en todas las In- "o"fir-"
;;;;; i.; propios términos que acabamos de exponer'
dias son admitidas mugeres en primera vida, por uso y
costumbre de sus Provincias, no sólo tolerada, sino con-
firmada por el Supremo Consejo". E. El DEREcHo DE oBLrGAcroNES
79 l.os "extrangeros desta Corona de Castilla".-Con Sobre el derecho de obligaciones en la legislación d: In-
respecto a esta incapacidad atestigua Solórzano que era seá posible presentar conclusiones
grande "la relaxación i disolución que en esta ha avido y dias, no creemos que 's"gurai
tan relativamente como las -que hemos formu-
ay, dándoles las mejores, con varios títulos y pretextos, lado con respecto a las otras esferas del derecho prrvaoo'
i queriéndolos ya hazer i llamar naturales, por estar ca- Ñ;J;; investigaciones personales-sobre la materia no
sados y domiciliados en aquella tierra, o compuestos por fr""li¿á lodavíá suficientemente elaboradas. No cono-
la extrangería o por las cartas, que pretender aver sa- cernos, por otra puii", estudio monográfico utili-
cado, de natutaleza". zable sobre este tema. "i"gún
Tal es el cuadro general de incapacidades que presenta ---óatva¿a.así,
en principio, nuestra responsabilidad, nos
Antonio de León Finelo,re completado con algunas ob- decidimos a presehtar los que co-nsideram,os como ras-
servaciones de Juan de Solónano. ;;-;d sisnificativos del derecho de obligaciones in-
Por su parte, este último autor añade a las expuestas áiuno, segúñ resulta del examen de leyes contenidas en
las siguientes:
19 Los "infantes, pupilos i menores'de edad".-Se les --il;ü
la Recopilación de 1680.
Recopilación no se acusa un intento de con"-
admitÍa, no obstante, el goce de las encomiendas, siem- truccién sistematióa áel derecho regulador de las obli-
pre que fueran representados "por sus curadores, procu-
radores y sustitutos hasta tener edad legltima". ;;iári; J"iiai"á. en los territorios indianos' Ni sobre
186 \,rg¿ss Tratodo de tas cVnfirmrcioncs ¡Ules,.., parüe l,
tgo Política Indíana,lib. III, ÉP.u, Leyes Xll, X-I-II, XIV'-XV'
-xiVÍ,' ttt" vt1¡-
ü xvIII, lix t Íiu. -vli- LIII v . LV,. tlt' - ^xlrv'
caps. y x.
itb.^üftf; *li, tti.-it, lib. vIÍI de la Recopilación de 1680'
15ó I-AS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO 157
lo que podríamos llamar teoría de las causas o princi_ Esta prohibición de tratar y contratar los ministros
pio_s generales ni sobre las distintas figuras de coitráto. cle las Áudiencias "comprende a sus mujeres e hijos, es-
Sólo son preceptos más o menos óporádicor, ,"roi_ tando en su potestad" la Ley- L-XVI de. ese
viendo, con un criterio_ que se ajusta lo posibí" u U, mismo título y libro; y-advertía
en la LXIV se declaraba "que
"o
viej as. normas 4el derecho casteiláno, algunai situacionái baste para averiguarlo probanza irregular".
de.hecho creadas por las nuevas circunitancias de tiem- A los fiscales se les ordenaba que tuvieran "cuidado
po y de lugar. de que se ejecute lo proveÍdo sobre el tratar y contra-
tar los Ministros"; y al propio tiempo se disponía ''que
a) Limitacísnes a la capacldad de contratación de las los cargos de tratos y contratos pasen contra los here-
autoildades coloníales. deros y fiadores, habiéndose contestado con los Minis-
tros". (Leyes XXIV, tít. XVIII, lib. II, y XIX, tít. XV,
Para evitar abusos más que posibles, dada la enormiclad libro V.)
de las distancias y la dificuitad de'la, co*"ni"a"ñ;;; En la Ley XLVII, tít. II, lib. V se extendía esta prohi
se restringe con el mayor rigor la capacidad de contra_ bición de tiatar y contratar a "los gobernadores, corregi-
tación de las autoridades col,oniales y la de sus dores y alcaldes mayores y sus tenientes"; y en la XXXII,
e hijos qu-e
-permanecierar: bajo su potestadr
;.;ññ;:
-u:éiés tít. XX, lib. III, a los alguaciles mayores.
mente prohibimos la Ley LXXIV, tit. fli, A los Oficiales Realei se les ordenaba también "que
-se declaraen
lib. III- a los Virreyes de nuestras Iniias to¿; ;¿;;;; no traten ni contraten con hacienda del Rey, ni pro-
{e trato, contrato o granjería, por sí o sus criadoriiár"i- pia, ni ajena, ni tengan parte en armadas ni canoas de
liares, allegados, ni-otrá cualquier persona directa ni perlas ; que no beneficien minas ni ing-enios;- que no pue-
indirectamente, en poca o múcha óantidad, ñ; ;; ian tenór granjerías ni traer dinero fuera de las cajSs;
qi por tierra, ni el uno en las provincias a"t'"iro, péna que las *ü¡et"i e hijos de Oficiales no puedan
de nuestra ildignaciQn, y de Iás demás q"" ."ré*u'*ói tratar ni cóntratar" (Leyes XLV a -RealesXLVIII, título IV,
a nuestro arbitrio...'i y todavía se amenázaba con.,que lib. vrrr).
para la averiguación sean bastantes probanzas las iriÁ- Tampoco podían tratar ni contratar los contadores de
gulares, como está ordenado en los^ cohechoi
t-b;- la Reai Hacienda (Ley LIV, tít' I, lib. VIII) y los alcal-
terías". des mayores de minaé (Ley I, tít. XXL lib. IV). A estos
Con respecto a los. presidentes, oidores y demás miniq_ últimoJ se les prohibía, además, "que compren ni resca-
tros de las Audienciás se ordenó: .,que io, F.áriJ"ntó¡ ten oro, plata ni otros metales" y que-tuvieran "Compa-
y Ministros de las Audiencias no traien ni contraten ni ñía con áueño de minas, ni las descubran" (Leyes II y
se sirvan de los indios, tengan granjerías; q"" fá,
-ni no III, tít. XXI, lib. IV).
Oidores,,Alcaldes y Fiscales tlngá caia, chaci;;, ;;: Un alcance menos general tuvieron las restricciones
tancias, huertas ni tierras; que los-Ministrós impuestas a otros funóionario,s por razón de sus oficios'
"o"té"i¿*
en la ley antecedente incurrán en pena ¿.t prÁ.ioá"Iá, esi, a los oficiales de casas de-moneda se les -p.rob¡!¡a
estancias, huertas, casas o tierras que cornpraren, aun_ !,ré';contraten en plata" (Ley XV,-tít. XXIII, lib. Iv);
que las-hayan vendido, y en orro tánto las^ñisoi";;; v a los alcaldes oidinarios y regidores que "traten en
c-uya cabeza hubieren estado; que Jos lvtinisños no pü bastimentos" (ky XI, tít. X, lib. IV).
dan sembrar trigo ni maíz; q;e I,o, tvlirrirtroi ñá'¿Á Los "Generales, Almirantes y otros oficiales y Minis-
dinero- a c-enso; que la prohibición de tratar y contratar t.or;; de armadai v flotas, no podían contratar en las
se entienda también para no tener canoas d"
ú"1";;i indias ni durante lós viaies (tei Cvtl, tlt. XV, lib' IX)'
(Leyes LIV a LIX, tír. XVI, Iib, IL) Igual prohibición recaia sobre "el Presidente y Jueces
I58 LAS INSTITUCIONES DEL DERECHO PRIVADO
1.AS INSTITUCIONBS DE DERECHO PRIVADO 159
la Casa y los de Cádiz y de Canarias, y sus Ministros
fiscales y oficiales salariados del Tribunal del santo ofi-
de
y Oficiales y Visitadores y sus criados" (l,ey XXXII,
cio" (Ley XXIX, tít. XIX, lib. I)'
rír. II, Iib. IX). --L'"ott¿ición jurÍdica de los extranjeros, estudiada
Para corregir abusos que se habían denunciado, se or- motiíó la declaración de una nueva cau-
denó "que el Piloto Mayor anteriormente,
la Casa de Contrata- ;IJñ;ñt'dad para tratar y contratar en las Indias,
4óq- no haga instrumentos-de
ni los t¡emda a los pilotos l"lgt de,la--Recopih:ió.*'
ñ;il;; ácágida én diversat
de la carrera" (I.ey III, tít. XXIII, lib. IX); y pára de- Leyes XXIX,XXX y XXXI, tít' XXVII'
iul o""ti"
fender a los indios de actuaciones dolosas de sus.corre-
iib. Iítñ las xíII, xlv, xv v xXXII, tít' xLI, li-
"orr"l",
gidores, se dispuso "que se ponga remedio en los tratos
de los Corregidores con las cajas de comunidades" (Ley
bro IX.
xxxlv, tít. IV, lib. vI).
c\ Restriccianes en ptmto al obieto de la contratacistt
b\Atras tímitacianes ala capacidad de c,otttratacíon: ,Iiríuod^ ¿Ie Ia wlltlca económica y fiscal'
clérigos y religíosos ; ezctranieros. De la política econó¡nica v fiscal seguida Ppr e]-t!*:
español en las Indias en lo referente a las llamadas
Los clérigos y religiosos de las distintas órdenes que, ;;;;;tl:;*"¿*liái"tto un conjunto de leves q¡e afec-
contraviniendo la doctrina civil y canónica sobre la ma- 't;:;;;
teria, pretendieron lucrarse indebidamente con tratós y
;l;;i"¡" ¿á tu contratación, va.qu: consideraro-n
que' de no
granjerías que les estaban prohibidos, fueron enérgica-
;;; át¡"íot ilícitos muchas mercaderías no hubieran
mente atajados en diversas leyes de la Recopilación:
ffi;; -á¿iu¿o esos antecedente,s fiscales,
dados los pri¡rcipio¡ se-
sido incursas en esa condición,
"que los clérigos no sean factores ni traten ni contraten" *iáf!. á" la doctrina sobre el derecho de obligaciones
se dispuso, de manera general, en la Ley II, tit. XII, imperantes
-- en la éPoca.
lib. I; y en la V del mismo título y libro se añadía: "que ia [¿v I, tít. xklu, lib. VIII, ordenaba "qüe no se
los legos por cuya mano trataren y contrataren los il"iJ J.ig"á . i"t Indiás, ni se comercie en ellas si no
clérigos y religiosos, sean castigados por las justicias rea- il;*ñ;;;*i" a"t al mismo.tiempo.qgg prohi-
Ies, y se dé noticia a los superiores de los clérigos y re-
-R"vt', que hubiera es-
üf"-r"-reventa. Tambiéi se estableció sin
ligiosos". t"""" ¿" la sal "a donde puüera ser de 4e-nroyec.ho.y
Corrigiendo abusos concretos, se prohibió a los clérigos grave daño de los indios", asl como la pimrent?'--93
que "tengan canoas en las granjerfas de perlas" (Iry III,
tít. V, lib. I); y a las religiones que "tengan pulperías, ni
irr
""lp"t v áel solimátt (I*y"t XIII, XIV, XV y XVI'
atraviesen las reses" (Ley LXXXII, tít. XIV, lib. I).
-
tltulo ixlll, lib. VIII).
5" p*ftiUib, en c.ttt6io, el estanc-amiento de la cochi-
A los prelados de las Indias se les recomendaba que
"castiguen conforme a derecho canónico a los clérigos y
niffr iGv xÚft, tít. xxIII, lib. VIII) y se decretó, en
iJt*i".t'g"o"tui"t, "que no-se pongan estancos en los
-mercaderías
doctrineros culpados en tratos y granjerÍas" (Ley XLIV, ;i;;;;f*;"s, ni otias que se llevan de estos
tít. VII, lib. I); y a los fiscales de la Corona "que pidan t"l""r, ltá áe¡en comerciar libreménte,-favoreciendo la
lo que convenga sobre donaciones de clérigos a sus hijos contrátáción y comercio; y dado caso de convenga
y tletos y contr&tos... y ganancias que en ellos hubie- -que
ren tenido contra lo dispuesto por los concilios provin-
ior*ut algún estanco, próceda licencia del Rey" (Ley
ciales" (I-ey XXXII, tít. XVIII, libro II).
LXII, tít. VI, lib. Ix).
Tampoco podían tratar ni contratar "los inquisidoreg,
Con respecto al tabaco, se advertfa: "que" '.sin em-
U"igo dé ia antigua prohibición, ocasionada del comer-
T-A.S INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO IóI
cio con los extranjeros enemigos de nuestra Real Coro- brada" "hierro de Lieja" ni "pistoletes" (Leyes XXXIV'
na... se pueda sembrar tabaco en las islas de Barlovento XXXV y XXXVI, tít' XXXV, libro IX)'
y otras partes, y traiga a Sevilla derechamente... el A su tez, no se podía contratar en las Indias "con oro
tabaco que no se consumiere, y hubiere de sacarse de oál*o, ái en teiuelos, que no esté fundido, ensayado
cada isla" (Ley IV, tít. XVIII, lib. IV). "ri ni podían "eñder metales, en general, otras
El intervencionismo del Estado Español en defensa de " "ii"t"áJ'.
i,"iió"át que loi clueños de las minas (Leyes I, XXIV y
la economía peninsular, junto con otras razones de or- ku, tit. xlx, Iib. IV).
den público, motivaron la prohibición de negociar deter-
minadas mercaderías, en todas o en algunas comarcas
de las Indias. d) Otras restriccíones en punto ai objeto de la con-
Así, en la Ley XV, tít. XVIII, del lib. IV, se estableció: lratacíón.
"que en Panamá no entre ni se gaste vino del Perú". A los generales y tripulaciones de las armadas y flgt1s'
Añadiéndose en Ley siguiente del mismo título y libro: ;i;;ñ;iót díenoi v maestres depÓlvora, naos, se les prohibe
"...y todo (el vino) que se vendiere en las tabernas ¡r que negocien con "bastimentos, munlclones-'
pulperías sea de estos Reinos, sin mezcla de cocido.. , i"*irr-.-""61*t v demás cosas necesarias a los. viajes"'
y así mismo mandamos que ningún pulpero, ni otra Ii"y"t'XXXVI,"LXXVII v CVII, tít' XV, lib' IX)'
persona... pueda vender, dar ni llevar a Ia dicha ciu- '-gf ta Ley XIII, tít. XXtr, lib. IX, se-puntualizó la can-
dad ningún tabaco (por ser considerado el tabaco como ti.1uj á;Gtijás áe vino que pueden llevar ias gentes de
hierba prohibida y dañosa en la dicha ciudad y su tie- mar y guerra que rntegra6a4 u¡ra tripula'ción, para -obte-
rra)... Y permitimos que cada boticario pueda tener en uígt ttu glaniería 'en consideración del tra-
su botica dos libras y no más". ir"i,,-¡ti*o dJla nivegáción". pero paradeevirar
""t "á"'"ttu, abusos
tolerancia y
Más claro se descubre el pensamiento del legislador es- loi""iiá.. il margen dé estas medidas
pañol, a este respecto en la Ley XVIII, tít. XVIII, del -ái'é.""t"t ordenó enContagor
;;;;;';;;-jantes,-se la I*v xXIx' tít' XVII'
libro IV, donde después de disponer "que en la provin- irü.-ii, veedor v de la Armada'
cia de Guatemala no se trajine ni contrate vino del Perú", q"" ttágu" tomar para la Aimada el vino que ahorrare
se agrega: "...que por ser fuertes, nuevos y por cocer la sente v que se ie pague por cuenta de layavería todavía
o
causan a los indios generalmente muy grande daño.., ¿" pr'ovisiones ál preci-o de Cartagena" i
de más de ser causa de que tantos menos se lleven de ""ti¿ái
f^ I-"v XXXIU del mismo título y libro se, agregó:
España en perjuicio del comercio y derechos que nos ;[""
"r r*áttái.ot de raciones no se pueden vencler sin la
pertenecen". También se prohibió en Panamá la venta lióencia e intervención que se declara"'
de vino "del Aljarafe mezclado con el de Cazalla, ni am- Como consecuencia de la doctrina expues-ta. anterior-
bos géneros en una pulpería" (Iey XVII, tít. XVIII, *"!t"-toUié La enajenación de los oficios públicos' bubo
viciosas: "qu9
lib. rV): ;;;;;;d"d de ordénar, atajando prácticas los proc€sos"
Para evitar el contrabando se dispuso, en la Ley V, i;;;ü;tát "o den, vendan, ninotruequen
tlt. XVIII, lib. IV, "que por el rÍo de la Plata no pueda r1""" iót alguaciles mayores arrienden sus oficios
y VIII,
entrar gente ni mercadería al Perú, ni se contrate, en íi fi* de sus-tenientes" (Leyes xx, tit. XVIII
hierro, esclavos, ni otro ningún género del Brasil, An- título XX, lib. II).
gola, Guinea u otra cualquiera parte de la Corona de Y para proteger a los soldados contra las opera-ciones
Portugal, si no fuere de Sevilla en navlos despachados usurárias que se realizaban a cuenta de sus sueldos, se
por la Casa de la Contratación". ll""¿ "qu-e no se hagan tratos ni granjerlas con
Tampoco se podía pasar a las Indias "oro ii plata la- " ".¿énar
i^r-iiutáias de éueldos y los soldados los perciban por
;r.-.--
¡L
162 LAS INSTITUCIONES DE DERECHO
PRIVADO LAS INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO T63
consagró a 4ictar nortnas reguladoras sobre ,,los se pueda asegurar como se declara -+n póliza aparte y
y jugadorer", Y aun cuando el contenido de .rtdiuegos ñ;; noluntamenie con mercaderías-; Ag9 nin-gún Iraestre
cuadra más dentro de la esfera del derechoú;iil;"; ;i fu;ño de nao pueda tomar a cambio sobre ellaque más
Ia esfera estricta del derecho cle oblig""ioñ"r, óñá*á, á" iu t".""ra parté, y con licencia del consulado; si
oportuno, sin embargo, dejar aquí coñstancia breve áe se asegurare nao u li"-po que su pérdida se pue$a s-a-
sus preceptos más representativos: ,,que U"t,.í"g"u por hora el séguio sea nulo; que pasado año
jugar a los dados ni ténerlos, y a los náipesno otros
se pueda
v
gos n9 se- jueguen más de 10 pesos. de óro én un d?a,,.
iue_ y -"aioi la nao asegu,radá se tenga por- perdiÉa, y de-
se ordenaba en la Ley I de este título. f" iu, áor-,ij iatdolu a los asegurádores, se pueda cobrar el seguro;
que asegurada la mercaderla con precio cierto, se com-
guientes
.se-prohibía, é¡r términos generalei, t"""iá"á_ prénda él principal, seguro y costas;- que 9l riesgo de lo
"i
miento de las casas de juego y sé penabu'r"""ü*á"1" in5aao o áescaigado en beneficio de todos se rep-arta
a l4s autoridades
-"Minisiro, togádos y a sus muje_ poi avería gruesi... y que Io han de pagar l¡ nao, fletes
res"; que las venían consintienáo y dxploi""Aó.-'s" y mercaderias que en ellas fueren, con que haya sido la
permitía en cambio en Ia Ley V, .,que ios sárg"oio.
-á_ ácasión fonosi y sin culpa del maestre; que e! premio
Igr;e:_e"""n del,aprovechamiento de las tabla-s ae ¡uego del seguro se págue dentro de tres meses' y si no, no
-p"to t" puede pedir'antes-y despgés;
e,n
los cue{pos de guardia,,. Con respecto a los factorés riesgo;
de los mercad-eres, no.-sólo se les prohibía el juego, sino "órrulil
que si no se óargáre lo aieguradb, se-haya de repetir el
$:"_
r" o¡denab,a que ',los-que con ellos ¡ugarán iuelvan premio de ello quince días después de partida la. nao;
l.o ganado con la pena del doblo',. No dé:ii
de ser sisni_ que deshaciéndoie póliza,otorgada se pague medio por
ficativo .que Ia prohibición del juego d".retus; ;;; iiento al aseguradoi; que lo que se cargare para-San.LÍ-
Ta{ol vigor y amplityd, y_de un-mo?o "" expreso, para lai car o en el io, sea como en Sevilla... aunque la póliza
ciudades de portobelo I pana*¿l--
no lo declare, y de 1o que fuere en barcos para llevarlo
a las naos, hán de correr el riesgo los aseguradores,
k) Fíguras de wntratai seguro, fletamento, mandato. u""q"" la'póliza no lo diga; que asegurando más del
monto los últimos aseguradores vayan fuera con eI me'
Algunas figurag de contrato merecieron atención esoe- ai" f". ciento; que pára cobrar el seguro sea parte el
cial por parte de los legislado"ér érpánoi";:-i;i;;;fi; cargador o consignatario; que, pasados dos años -quede
con el contrato de segiros, con el i;í;;;*";;, ta fohza deshechá en lo qué faltare por correr el ries-
;;;j
:y*rZ en alguáa ¿é ,ui
lf de arrendamiento de seruicios. -á"iilrláóio.""?
el ;;; go,'y de ello se vuelva á1 prel¡io; qqe la.pérdida o
áu.¡" se haga saber, pida y cobre,en los térrninospara de
. S lqlasregulación-del contrato de seguro se dedicaron esta ley (se cónceden al cargador.o dueño dos años
191p l-eyes rrel tft.
-XXXIX, lib. IX, que en resumen notificára los aseguradores la pérdida o avería y otros
9::t1l_?:Ír,eue el que firmare riesgo por otro tenga po_ áót "putu traer lol recaudos con que cobrar"); qye .en
cer aprobado por e-l_consulado, y deje traslado; qir" ios de venida de Indias se ponga si está hecho
corredores tensan libro que asienten las pólizas; que "ii"g"t"
otro ! cómo, y si no, el que-asegurare, pague al asegu-
las pólizas firñradas d.i-en¿rl;dr;,'"-.o" Ias calidades radoi por entéro, y lo perdido paguen los prim-eros,ase-
9t1e se declaran en ella fé áe que tu-rio?ñ*", guradóres; qne en lo ásegura4o, la avería del daño o
a los contrayentes, -dando
y estando l" su libro_;-ü;_ f,ultá l."u ¿ del dueñó, y la gruesa a cdrgo del ase'
ten para ejecución y embargo; que "i.iitu
ningún corr"do, iiir* gurador; que en"árgo pólizas de venida no se-pueda asegurar
sÍ ni por ofro,.ni otro por-él; que no se pue_ él costo del seguro; que descargándose 1o asegurad-o en
lt^Tg9-por
dan asegurar artillería ni aparejos de nabs, y el clsco algún puerto p'ara tráerse en otra nao, por falta de la
I7O I.AS INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO I-AS INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO 171
navío y_registro; que Io asegurado en puerto Rico se nes cle descubrimiento se hubiera preceptuado que du-
pueda llevar a Santo Domingo a otra nao y registro; rante cierto tiempo no pudieran entrar procuradores ni
que lo asegurado desde el Cabó de la Vela se piede-llevaí letrados- lo puedan ser unos vecinos por otros".
a Puertobello o Santo Domingo, a otra nao-y registro; De los factores, mandatarios en el orden mercantil, ya
que las pólizas de Indias se enliendan sueldo a hüra en- hemos visto algunas disposiciones interesantes referen-
tre los .asegurado.res a pérdida o ganancia; que si los tes a su actuación, al estudiar el contrato de seguro.
navíos fr¡eren con tempolal a otros puertos, o áejaren lo Otros preceptos legales sobre esta institución que cabe
asegurado en ellos, corra el riesgo hasta Sevilia; que recoger aquí son los siguientes: que los factores y com-
si el-seguro- se hiciere en nao señálada diga la pólizi el pañeros tengan libros de gastos y empleos (o invelsio-
nombre de la nao y maestre; que el aseguiador por otro nes), y si fueren argüidos de falsos, el consulado ordene
lg.diga- en Ia póJilu, y p,r"á"-""bilr-"T rñ;;-fh;;;; se hagan las cuentas.como esta ley dispone ("...por las
dejación-sin poder; áué se guarden las lefes ie éste menores costas, más baratas compras y más crecidas ven-
título-solas penas conlenidas y cincuenta rnii maravedís tas, que en los mismos tiempos, lugares y géneros se
para la Cámara. hubieren hecho por otros"); que los factores que fueren
Las formalidades prescritas en estas leyes para las póli- a emplear (invertir), guarden la orden que llevaren; que
zas de seguros fueron modificadas por-Reil Cédulá de el factor no pueda emplear para sí al fiado, ni obligarse
7 de marzo de 1787. como principal o fiador, so las penas de esta ley; que los
.
Con- amplitud mucho menor se reguló en la Recopila- factorés einpleen todo lo que llevaren de sus encomen-
ción de ló80 el contrato de fletaménto. partien¿o ¿et deros conforme a sus memorias; que los factores que
prilcipio de Ia autonomía de Ia voluntad de las partes fueren a emplear vuelvan en la primera flota o navíos;
en la celebración de este contrato VI, tít. *XXI, que los factores o compañeros sean obligados a ir a dar
lib. fX-, se dictaron también algunas -Iey
no'rmas para evitai lás cuentas donde otorgaren los factorajes o compañías;
posibles, abusos de maestres y cápitanes V y VII -_ que ninguno del comercio, maestre o dueño de nao o
del tltulo y libro citado- y paia amparar -I*Éria jurisdic- rlcua reciba cosa alguna de criado, factor o mozo de
ción de las justicias órdinarial en los pleitos que pudie. tienda. . . en que se pueda presumir ocultación o fraude;
ran suscitarse sobre "los daños de lo que llevarén los que ninguno reciba por factor al que lo fuere de otro
maestres y sus averiguaciones" y sobre al pago de los fle- sin su consentimiento (Leyes LIX a LXVI, título XLVI,
tes. El intervencionismo del Esiado espadol-se acusa en lib. rx).
la reglamentación detallada que se .stablece io¡r" iu De las leyes reguladoras del contrato de arrendamiento
manera cómo debe hacerse el áforo de las toneladas de de servicios, nos ocuparemos al estudiar la condición
desplazamiento, segrln Ia naturaleza de las distintái mer- jurídica de los indios dentro de la esfera del derecho
caderías. rle obligaciones.
-
Las'disposiciones que en cierto modo condicionaron
el contrato de mandaio, se refieren principalmente a loi y maneras de pago.
procuradores de las Audiencias y tienen] por lo tanto, 1A. Requisitos de form,a
qás interés para el estudio del dérecho procesal y orga- Cerraremos ahora esta exposición recogiendo algunos
nización judicial que para la exposición históríca áet preceptos legales sobre los requisitos de forma y ma-
de¡echo de obligaciones. A Ia róglamentación de este nera de efectuar el pago en ciertos contratos, junto con
oticio se consagró todo el título XXUII del libro II. otros que se contienen en los núcléos de leyes dedicadps
Se
-previno en la Ley rII de este título:
,,que donde
no a regular el derecho rnercantil y marítimo de Ia época.
pudiera haber procuiadores en lai *pit"tá"í* Por motivos estrictamente fiscales se dispuso en las
-porque
174 I-AS INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO L,A,S INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO 175
kyes XXVII, XXIX y XXX, tít. XIII, lib. VIII: que los tual. Son éstas la LVIII, que ordena "que ningln mer-
corredores y terceros --{ue actrlan como mediadores- cader de tienda pueda ser banco público", y la LXXII,
de ventas, compras y trueques, tengan libro y den noti- que prohibe a los mercaderes que celebren entre sl es-
cia a los receptores de alcabalas; que las ventas y con- crituras "confesando el uno al otro deber la cantidad
tratos de que se debieren alcabalas pasen ante los en que se vendieren algunas mercaderías, por otra tanta
Escribanos del número... y si no los hubiere, ante que le hubiere prestado, en oro o plata, no procediendo
otros Escribanos y Notarios, los cuales sean obligados la deuda de préstamos, sino de venta y mercaderfas".
a dar cuenta cada mes al Receptor; que los escribanos
no admitan cédulas simples para reconocimiento ante ll.Preceptos derittados de ta reglamentación del trá-
las Justicias sin citar a los Recaudadores de la Alca- marítimo.
bala... porque por hacer fraudes, los mercaderes otorgan fim
muchas compras y ventas por cédulas y no por escri- Al reglamentar la navegación y comercio de las Islas
turas públicas, las cuales cédulas hacen reconocer luego de Barlovento y provincias adyacentes, y de las penni-
ante la Justicia y Escribanos". siones en el título XLII del lib. IX, se establecía: "que
En cuanto a los "contratos y concierto que se hicieren las mercaderías de navíos de permisión no se saquen
en cualquier forr¡la entre marineros y pasajeros del na- para otras partes; que de las Islas de Barlovento se pue-
vlo durante la navegación y viajes", ordenaba la Ley VII, dan trajinar las cosas de comer que se llevaren de estos
tít. XX del lib. IX, que se "han de pasar ante el Escri- reinos; que el navío que llegare a Puerto Rico pueda
bano del mismo navío y testigos,los cuales han de firmar vender sus mercaderías, cargar frutos y pasar a Tierra
con el Escribano". Firrne; que en la Isla Española puedan los que quisieren
La escasez de moneda en algunas comarcas llevó al tratar en gengibre y traerlo a estos Reinos; que los ve
legislador a aceptar que los pagos de las obligaciones se cinos de la gobernación de la Grita... no yendo navíos
hicieran en otros objetos de valor tasando su equivalen-: de permisión de estos Reinos... puedan trajinar sus fru-
cia monetaria: "gue si en la Margarita y Río de la Hacha tos en los navíos que tuvieren, como se ordena; que los
se pagaren las obligaciones. . . en perlas (por no haber mo- navíos que recibieren cargo de frutos, reciban los decima-
neda corriente) se haga el cómputo a raz6n de 1ó reales les, pagando sus fletes (se refiere a los diezmos ecle-
el peso de oro, y lo mismo se practique en los salarios. siásticos); que el repartimiento de la permisión del Río
Y declaremos que pagando el deudor en esta forma, no de la Plata se haga con igualdad" (Leyes XVI a XXI y
puede ser apremiado a otra cosa" (I"ey VII, tít. XVIII, XXX del título y libro citados).
lib. IV). En cambio, en la l"ey XXXIII, tít. X, lib. VIII, Medidas de carácter análogo se contienen en las Leyes
se ordenaba "que no se haga contrate a pagar en piñas, del título XLV del mismo libro IX, al reglamentar la
planchas o en otra cualquier plata sin quintar... excepto navegación y comercio de las Islas Filipinas, China, Nue-
si el contrato fuere en el asiento de minas donde no va España y el Perú.
hubiere fundición más cercana, que en este caso se po- Entre las leyes dictadas para regular los casos de "na-
drá hacer, e¡presando en el contrato que la plata se ha víos arribados, derrotados y perdidos", merecen regis-
de llevar q/él con registro de la justicia". trarse aquí las siguientes: que la hacienda de navfos
Entre lás leyes del título XLVI, lib. IX, dedicado a re- perdidos se envíe con los autos y escrituras... y los bie-
gular el funcionamiento de los Consulados de mercade- nes que se puclieren conservar sin dañarse, no se vendan
res de Lima y México, además de las referentes a los y los que no se pudieren buenamente conservar se ven-
factores anteriormente recogidas, se encuentran otras dan en pública almoneda... y Io procedido se junte con
dos que tienen interés desde el punto de vista contrac- los otros bienes: y si hechas estas diligencias no pare-
176 I.AS INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO LAS INSTÍTUCIONES DE DERECHO PRIVADO I?7
ciere dueño con recaudos suficientes, se envíen todos que "si para la provisión de los pueblos conviene obligar
los dichos bienes a la Casa de Contratación de Sevilla á los indios a que lleven algunos bastimentos, sea de
como de difuntos; que ninguna persona pueda comprar, forma que no reciban agravio, y puedan vender libre-
recibir ni vender cosa alguna de navíos arribados so las mente y sin tasa... y en caso que sea conveniente poner-
penas de esta ley; que las mercaclerÍas que se alijeren, se le serán los precios justos, y los indios pagados con.que
repartan por todas las de la nao (teyes XXII, VII y XXI, no vayan de tanta distancia que les cause perjuicio".
tít. xxxvllr, lib. IX). Abolidos ya los.servicios personales que los indios ve-
nían obligados a prestar a los españoles encomenderos, se
hizo necesario organizar el régimen de trabajo de la po-
12. El. derecho de obligacío'nes y los Indios. blación sometida sobre nuevas bases jurídicas y econó-
Los preceptos que se contienen en la Recopiiacián de 1ó80
micas: la institución de la ntita y el régimen del sa-
lariado dentro de un contrato de arrendamiento de
definiendo la situación de los indios en la esfera del de- servicios.
recho de obligaciones responden al principio general ya Una y otra institución se regulan con amplitud en la
expuesto al estudiar la condición jurídica de los aborí- Recopilación de 1680.
genes sometidos: consideran a éstos como personas de De la mita ya hemos expuesto anteriormente sus ras-
las llamadas en derecho miserabtes y, por lo tanto, de ca- gos fundamentales, puesto que su estudio corresponde
pacidad restringida 5z necesitadas de una especie de más al campo de las instituciones sociales y económicas
tutela legal. Por eso se condiciona su libertad en orden que al de las estrictamente jurídicas.
a la contratación y al rnismo tiempo se promulgan nu.- El contrato de arrendamiento de servicios se mani-
tridas series de disposiciones legales para protegerles fiesta en la legislación como un intento, no siempre lo-
en sus relaciones con los españoles, singularmente en lo grado, de armonizar el principio de la libre determina-
que se refiere al régimen de trabajo. ción del indio trabajador con las necesidades económicas
"Que los indios puedan libremente comerciar sus fru- de la época, saliendo al paso, al propio tiempo, de los
tos y mantenimientos", se disponía en términos generales abusos más que posibles de los patrclnos españoles.
en la l-ey XII, título I, lib. VI, cornpletándoée esta de- "Ordenamos declara en la Ley I, título XII del
claración con lo contenido en las siguientes leyes del tib. VI- que en-setodas úuestras Indias se introduzca, ob-
mismo título y libro: que entre indios y españoles haya serve y guarde que los indios se lleven y salgan a las
comercio libre a cc¡ntento de las partes... con que los plazas y iugares públicos acostumbrados para esto, donde
indios no sean inducidos, atemorizados, ni apremia- con más comodidad suya pudieran ir, sin vejación ni mo-
dos... y no se puedan rescatar, ni dar a los indios armas lestia, más que obligarlos que vayan a trabajar... po¡'
ofensivas, ni defensivas; que se procure que los indios días o por semanas, y ellos vayan con quien quisie-ren y
sean acomodados en los precios de los bastimentos y por el liempo que les pareciere.. . y de la misma forma
cosas que compraren.., y que los hallen más baratos que iean compelidol los españoles vagabundos ociosos, ¡r los
la otra gente, en atención a su pobreza y trabajo; mestizos, negros, mulatos y zambaigos libres, que lro
que los indios puedan hacer sus tianguis y vender en tengan otra ocupación ni oficio... con q,ue el trabajo
ellos sus mercaderías y frutos; que no se pueda ven- de los indios no sea excesivo, ni mayor de lo que per-
der vino a los indios. mite su complexión... y que sean pagados en mano pro-
En la Ley XXI, tít. XVIII, iib. IV, se ordenaba: "que pia como ellós quisieren y mejor les estuviere."
no se impida a los indios enviar grana y cochinilla a De esta obligaóión de arrendar su trabaio o jornal quc'-
estos Reinos por su cuenta"; y en la X, tft. X, lib. VI, daron excluidbs los indios labradores, cultil'adores de
178 LAS INSTIITUCIONES DE DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO 179
tierras propias.o ajenas, y los especializados en algún la justicia y no por imposición de los patronos españoles
oficio (Ley II, tít. XII, lib. VI). (Icy XII, tít. XIItr, lib. VI).
A los indios asÍ contratados se les habían de pagar los _ Con_ respecto al servicio doméstico, para defender a
jornales del tiempo que invirtieran en ir al lugar del los indios contra posibles abusos de los éspañoles, se or-
trabajo y en volver a sus domicilios. La distancia a re- denó que no se pudieran concertar para Jervir por más
correr no podía exceder de diez Ieguas (Ley III, tít. XII, de un año (ky XIII, título XIII, lib. VI).
rib. vr). A los indios encargados del cuidado de haciendas y
Se prohibió en términos generales que los indios lle- bagajes de españoles, se les eximió de responsabilidaá
varan cargamento de un sitio a otro "contra su volun- "en caso que sin culpa o por descuido suyo se les van o
tad, ni de su agrado". Sólo en aquellos casos "donde no hu-rtan"; y_lo mismo a los indios pastores con respecto
hubiere caminos abiertos o bestias de carga... vista la a los ganados, salvo que se concertare expresamenie lo
necesidad y que de otra forma no se puede suplir", se contrario "y por esto se le diere equivalente recompen-
facultaba a las autoridades para que tasen y señalen sa" (Leyes XVI y XVII, tít. XIII, lib. VI).
cuántos indios se han de conceder, el peso de las cargas, Se prohibió rigurosamente "que ninguno ceda en otro
camino y distancia, y la paga que han de percibir (Le- los indios que hubiera alquilado" (L"i XVIII, tít. XIII,
yes VI a X, tít. XII, lib. VI). rib. vr).
En los puertos se permitió que los indios se pudieran Los indios jornaleros, como los que prestasen servicios
alquilar "para descargar nao y llevar la hacienda media en las casas del patrono, no podían ser privados de asis-
legua". tir a misa y a la doctrina y habían de recibir asistencia
Aun en los casos en que fue permitida la prestación de sanitaria en caso de enfermedad (Leyes XXI, XXII ¡'
este trabajo de carga, se excluía a los indios menores XXIII, tít. XIII, Iib. VI).
de 18 años y se preceptuaba que la carga no pudiera ex- En las ordenanzas para el cultivo de la coca, recogi-
ceder de dos arrobas (Leyes XI, XII y XIII, tít. XII, das en las Leyes del título XIV, libro VI, se dispuio
lib. vr). que no podía exigirse obligatoriamente a los indios el tra-
Sobre los jornales a percibir por los indios se estable- b-ajo- en la_s chacras dedicadas al cultivo de la coca; que
ció en la Ley II, tít. XIII, lib. VI "que si los indios no se el plazo de, duración de los contratos de trabajo pára
moderaren en el precio de sus jornales los tasen las Jus- esta clase de cultivos había de ser fijado por lai lüsti-
ticias"; y en Ia VII del mismo tltulo y libro, "que a cias, así como los salarios a percibir; que estos contratos
ninguno se pague un jornal en chicha, vino, miel ni no eran prorrogables; y que los dueños de chacras ve-
hierba". nían obligadosalamanutFnción d-e los indios trabajado-
A las mujeres e hijos "de inüos de estancias" no se res, a procurar que el trabajo se desenvolviera en cándi-
lss lpodía obligar a trabajar. Pero "si de su voluntad y ciones de salubridad, al sostenimiento de médico. ciruiano
con la de sus padres quisiere algún muchacho ser pas- y botica y a no estorbar a los indios la santifióaciOir de
tor, se le den cada. semana dos reales y medio, que sale los domingos y dlas de fiesta.
cada mes a diez reales, y cada año a cinco pesos... y más _ Se prohibió también el trabajo obligatorio de los in-
Ia comida ]¡ vestido a uso de'indios" (Ley IX, tít. XIII, dios en el beneficio del añil.
Iib. vr). Para el laboreo de las minas se permitió el traba.jo vo-
El trabajo a destajo se permitió, con tal de que el pre- luntario de los indios, además del obligatoricl irnpuesto
cio convenido lo percibieran realmente los indios y no por el sistema de la mita. Los jornales habfan ie ser
sus caciques, ¡r siempre que los interesados aceptasen el "competentes y proporcionados al trabajo de los indios
destajo por su propia voluntad, con intervención de y a las otras circunstancias que constltuyen el Jueto va-
180 I.AS INSTITUCIONES DE DERECHO PRIVADO LAS INSTITUCIO¡iES DE DERECHO PRIVADO 181
Ior de las cosas, y págueseles el camino de ida y vuelta". cio se venda por algunos años" (Leyes VII y VtrXtr,
Se pqohibió que el desagüe de las minas se hiciera con rít. x, lib. I).
irdios "aunque sean voluntarios" (Leyes del tít. XV, En los casos en que "algún indio estuviere preso por
lib. vr). deuda y por no tener con que pagar se hubiere de entre-
Con respecto a los indios de Chile se ordenó "que los gar a su-acreedor para que le sirva", se ordenaba a los
indios no encomendables J¡ puestos en Ia Corona no se óidores que observaren "las leves de estos Reinos de Cas-
repartan de mita ni se alquilen. . . y si. . . se quisieren al- tilla, qué sobre esto disponen y entreguen al indio al
quilar a español, págueseles el justo precio ante el capi- mismo acreedor, para que le sirva el tiempo que pareciere
tán, y no se consienta pagar en vino, como está ordenado necesario a pagar la deuda: y si el acreedor no lo qui-
universalmente" (Ley VII, tít. XVI, lib. VI). siere recibir ni servirse de él en pago, le mande soltar y
A Ios del Río de Ia Plata, Tucumán y Paraguay se les no permitan que para este efecto se venda a persona
permitió que se pudieran alquilar "como los españoles, alguna (I-ey XIV, tít. VII, lib. VII)'
por días o por años, conque siendo por un año no pueda Á lor religiosos se les prohibió que se sirvieran de los
bajar el concierto de lo que en cada provincia estuviere indios, "y eñ casos muy necesarios, sea pagándoles' .. Io
tasado". Se les prohibió, en cambio, que pudieran con- que merecieren y el gobierno hubiere tasado por sus
certarse para sacar hierba del Paraguay (Leyes del tít. i.ornales (Ley LXXXI, título XIV, lib. I).
xvII, Iib. vI). Para el mé¡or cumplimiento de las disposiciones dic-
El trabajo en los obrajes de paños no podía ser exi- tadas en defensa de que por parte de los indios pudieran
gido a los indios obligatoriamente. Aunque se prohibió ser observadas las fiestas religiosas de precepto, se or-
el arrendamiento de Ios obrajes de paños, se hizo una denó ".que cuando los indios fuesen a rnisa las fiestas,
excepción con los que pertenecieran a comunidades de no vayán las fusticias a hacer averiguaciones con ellos
índios (Leyes II y VI, tít. XXVI, lib. IV). a las puertas de las Iglesias". La contravención de esta
Se admitió que "los indios muchachos puedan servir ,ürden se castigó con "perdimiento del oficio que estu-
voluntariamente en obrajes" (I-ey X, tít. ÍIII, lib. VI). viere, siendo suyo, y de la deuda que se debiere -v fuere
En los ingenios de azÍrcar y en las pesquerías de perlas a averiguar (Ley XVI, tít" I, lib. I).
se prohibió el trabajo de los indios, aun cuando quisie-
ran hacerlo voluntariamente, por considerarlo pernicioso
a su salud. Se consintió, en cambio, que pudieran servir
"en la corta y acarreo de la caña" (Ley XI, tít. XIII,
lib. vr).
Para "la boga en el río Magdalena" se ordenó que se
compraren negros, "J' en el ínterin sirvan indios" (Ley
xxv, tít. XIII, lib. vI).
Se prohibió que los indios pudieran ser condenados
por sus delitos a la prestación de servicios personales en
favor de particulares. Pero se consintió que pudieran
serlo en beneficio de "conventos y república" ( Leyes V,
tít. XII, libro VI, 5''X, tít. VIII, lib. VII).
A los jueces eclesiásticos se les ordenó "no condenen
a los indios a obrajes, ni permitan que les defrauden sus
salarios". Tampoco podían condenarles "a que su servi-
lr
DESPUES DE LA INDEPENDENCIA 183
ufgi.dg del Seño_r. Toda la maquinaria de la Ley y Ia reiteradamente evocadas, partían de este sentimiento
administración dependían de la- Corona. l,a consuma- de fidelidad a lo que estaba desvirtuado, de esa idea de
ción de Ia independencia y la adopción de la forma re- patria o de patriotismo preexistente. De aquí esta ads-
pu'blicana de gobierno (la Monarquía hecha en el país cripción a las leyes propias y de aquí la cqnciencia de
p{gbó ser ilusoria) significaba que había una crisis t'otal qué es entonces euffi-Ias-.vipjas leyes están siendoils
déI Estado. Los primeros gobiérnos republicanos care- i
mejor cumplidas ü6ü*"áas." ffii
qfhn totalmente de la clase de sanción moral que la Mo- El profesor argentino Zarroquin Becú, en un valioso
narquía española había gozado. Se mantuviero-n muchas ensayo sobre "El proceso constitucional de 1815 a 1819",
{b_las le,yes coloniales y los procedimientos, pero el Es- publicado en Revista del Institut,o d,e Hísto'ria ¿" fre.re-
dádo se halló en muchás caüs acéfalo y eí i"ito ¿. lu cho Ricardo Levence (Bueno,s Aires, 1966), recuerda el
Soberanía popular no fue efectivo." 13? fracaso de la misión encomendada a Rivadavia y Bel-
Sobre esta función histórica que había cumplido la grano para que buscara una fórmula de arreglo con el
Monarquía española en América, áctuando, casi -exclusi- rey de España bajo la base de un régimen que asegu-
vamente, como único órgano aglutinante de un mundo rase "a lo menos la libertad civil de estas provincias".
de contenido tan heterogéneo, párece opo.rtuno recordar, "Estos enviados y Belgrano-, así como
como hace el piofesor Demetiio Ramós en un estudio -Rivadavia
Sarraeta, que estaba entonces en Londres, iniciaron ges-
sobre_ "I-as
-ideás
políticas en el Buenos Aires de lgl0,,, tiones para coronar en el Plata a un prÍncipe español."
aquellas palabras de Bartolomé Mitre en las que soste- Se debe tener presente, sin embargo, que estas gestiones
nía que de la idea existente de que "la América española se realizaron por la presión de las circunstancias adver-
no formaba cuerpo de nación con la península, ni estaba sas que en aquellos días gravitaban sobre los patriotas
ligada a ella sino por el vínculo de la Corona. . ., debía rioplatenses.
surgir una teoría revolucionaria".rs'B
No-era ésta, claro está, Ia doctrina que había venido
prevaleciendo en los,hombres de gobierno, de España C. Les BASEs DE rJt DELrMrrAcróN porfrroorrnnrroRrAr,
a lo larg-o del periodo colonial; péro sí la que impe- DE I.AS NUEVAS NACIONALIDADES
raba en precursores de la Independencia, que bus- Las bases de las nuevas nacionalidades en lo que se re-
-los
caban afanosamente las bases ideólógicas áo"a" p"- fiere a srrs demarcaciones político-territoriales las cons-
diera arraigar un_ sentimiento de patriá propia. tituyeron principalmente exclusivamente- los dis-
Por eso' consideramos acertados los luiiios de De- tritos jurisdiccionales de -no
las Reales Audiencias.
metrio Ramos cuando, comentando las palabras trans- Tal ocurre en la Nueva España con la Real Audiencia
critas de Mitre, sostiene: "Naturalmente-, sin esta con- virreinal de México y la Real Audiencia pretorial de Gua-
ciencia básica, todo Io que aconteció, partiendo del temala; y en el Nuevo Reino de Granada, con las Reales
reencuentro de las tradiciones y de su revitalización, Audiencias de Santa Fe de Bogotá (Colombia), Santiago
hubiera sido otra cosa muy distinta, un corte histó- de León de Caracas (Venezuela) y Quito (Ecuador).
rico,_pero no un suceso histórico, en el sentido de En el virreinato del Perrl jugaron este papel: la Real
sucederse, de continuar: habría tónido que inventar- Audiencia de Lima, la de Santiago de Chile y, en parte,
se una Patria. Por el contrario, las tradiciones, tan las Charcas y el Cuzco.
_ -
$z Griffin, Charles C., Et período nacional en la historia del Y en el virreinato del Plata, la dc Buenos Aires, a
Nugvo Mtmdo, pp. 77-78. Mélico, 1962. pesar de lo tardío de su restablecimiento.
138 pernsfriq Ramos, Las idq.s ptíticas
en el Buenos Aires
de 1810, p.210. r,is lbid., p. ZL0.
186 DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA DESPUES DE LA INDEPENDENCIA 187
Pero así como con respecto a los cuatro virreinatos uruaguayo, instituciones cuya jurisdicción lo fuera abar-
actuaron institucionalmente como principales fuerzas de- cando en su integridad, mientras otras permanecían
sintegradoras las Capitanías Generales y las Presiden- dividiéndole."
cias, así también dentro de las unidades nacionaleb sur-
sgidas sobre la base de los viejos distritos jurisdicciona-
les de las Reales Audierrcias presionaron nuevas fuerzas D'. flNrr¡nrsMo y FEDERALTsMo. I¡s vru¡os cABrLDos
MUNICIPALES
de desintegración que tenían igualmente sus raíces en
viejas instituciones coloniales. ,La influencia de las viejas estructuras político-adminis-
Si nos fijamos en el hemisferio norte de la América Itrativas del periodo colohial, en las luchás tan tenazmen-
española, vemos cómo fracasan de diversas ,te sostenidas durante muchos años en los nuevos paí-
vicisitudes militares- los intentos-después
de integrar una fede- ses soberanos entre unitarios y federalistas, parece tam-
ración centroamericana y prevalecen las antiguas gober- bién cvidente.
naciones como fundamento de nuevas nacionalidades. Doctrinalmente, la tradición política heredada de Es-
Y en el hemisferio sur, vemos surgir a Bolivia sobre paña era de tendencia unitaria, sobre todo después de la
itorial-detAlro"fe¡ú*des-p.u.é;"de..1..?"A:gbl&* implantación del réginlen de Intendencias. En este sen-
Nacional de Chuquisu"u, $ü-*'* f páiá:a tido, tiene razón el profesor Griffin cuando afirma:
uay, sobre la sede de las
suav. "órrlroóu¿u'pá.
antiguas misiones jesuíticas,.
antisuas iesuíticas, ..j "Especiaknente en las repúblicas más extensas, el fede-
Í*a*¿e*Urggg*x"-"q}¿xaiu*psrt-dpncia*'pudo"se-c'€crisé' ralismo representó una -realidad, aunque era extraño a
guida en 1830 prevaleciéndose de las disensiones entre la tradición española y la ley colonial." t@
Brasil y Argentina. Fero no olvidemos que, en la realidad de la vida poli
Sobre el nacimiento de la nacionalidad uruguaya ha tica, las fuerzas desintegradoras que actuaron dentro de
sostenido el historiador Eugenio Muñoz Petit, en una los grandes virreinatos fueron no sólo las Capitanías
comunicación presentada al Congreso de Historia, cele- Generales y las Presidencias, sino también no pocas Go-
brado en Viena en 1965: "El proceso de nacimiento de bernaciones y hasta alcaldías mayores y los corregimien-
la nacionalidad uruguaya no surgió sobre la base de tos, muchas veces con el beneplácito de la Corona, que
ninguna de las grandes instituciones hispánicas, como fue, en realidad, el único poder verdaderamente agluti-
ocurrió en otras regiones de América, sino de un con- nante.
junto de factores geográficos, económicos y sociales que Unase a esto que el régi¡nen de Intendencias no logró
concurrieron en un territorio sobre el cual se fueron arraigar de una manera sólida y que los órganos de go-
asentando diferentes jurisdicciones de otras tantas ins- bierno de carácter local, los Cabildos municipales, a pe-
tituciones, de límites no siempre coincidentes entre sí sar de su decadencia, despertaron de su letargo y logra-
ni con este territorio, que fragmentaban su unidad, le- ron acusar vigorosanrcntc su prescncia tarn ¡:rclnto como
jos de reconocerla como subyacente y procurar regirla se debilitaron los resortes de manclo clel Superior Go-
como un todo único." "Sin embargo, la unidad que la bierno.
banda oriental del río de la Plata, es decir la futura José Miranda ha escrito esto muy bicn cn lo quc a
República Oriental del Uruguay, constituía en el aspecto México se refiere : "Descle que los sLrLresos cle la Pcnln-
geográfico, económico y social dentro del propio río de sula conmovieron hondamenle n los habitnntes de la
Nueva España, las regiones o provincias clrr clln ¡rasaron
la Plata se fue imponiendo sobre tal complejo esquema al primer plano de la vida polftica. Regfstlnse cntonccs
institucional y obligando a las autoridades españolas a
'- creando, de más en más, sobre el actual territorio tto Q,¡ifff¡, op. cit., p.58.
188 DESPUES DE LA IND,EPENDENCIA DESPUES DE I.A INDEPENDENCIA 189
algo igual, aunque con sentido moderno, a lo que ocu- tendió a crecer dentro de cada una de las unidades polí-
rrió en los albores de la colonia, cuando las ciudades ticas que habían estado en el pasado aisladas de sus
españolas, en nombre y representación de su distrito, se vecinos. Todavía incipiente en todas partes, se mostró
dirigían a las autoridades o al rey y se ponían en rela- más avanzado en Chile, Uruguay y Paraguay. En los
ción con otras ciudades para discutir o pedir algo que países más extensos el espíritu nacional fue detenido por
interesase a todas, es decir, cuando las ciudades colo- lealtades regionales, como en México, América Central,
niales, siguiendo la tradición medieval, se consideraban Gran Colombia y las Provincias Unidas del Río de la
como partes diferenciadas de un todo, grupos con per- Plata (Argentina)." ta2
sonalidad y derechos propios. Fue en la Argentina, como es sabido, donde la pugna
El distrito de las ciudades se había venido transfor- entre unitarios y federalistas alcanzó caracteres más agu-
mando con el tiempo en provincia político-administra- dos; y fácilmente se advierten en estas luchas tan tenaz-
I tiva, y esta entidad regional será la que a principios del mente sostenidas resabios coloniales.
I siglo xrx se arrogue una personalidad propia y el dere- "La rivalidad colonial burguesa escrito el profe-
cho inherente de intervenir como antaño en los nego- sor Hernández Sánchez-Barba- entre -ha Lima y Buenos
cios públicos generales o en los que en especial le ata- Aires proporcionará a las provincias una conciencia de
ñían. Cierto es que muy al principio de las agitaciones su valor. Sentido democrático entre los pobladores,
políticas de comienzos de dicho siglo se impondrá la an- excelente posición estratégica en el Atlántico y tensión
tigua costumbre y serán todavía las ciudades cabeceras interna entre capital y provincias deben constituir, pues,
de provincia, como se dijo entonces, las que tomen la los supuestos básicos para comprender la caracterización
voz de ésta o hablen en representación del distrito, de de la historia contemporánea de la República Argentina.
igual manera que México, como metrópoli, tomó la voz En realidad, la crisis de 1820 es la culminación lógica
de todo el reino. Pero luego, al introducirse por ambos de la enorme diversidad que supuso la inserción de fo'r-
lados americano y el español- la representación mas políticas europeas francesas- sobre
-el será todo el distrito el que hable y elija
democrática, una escenografía de corte -generalmente
español y la súbita caída del
por sí, pareciendo conjugarse entonces la idea con- montaje'administrativo virreinal. El antecedente colo- i
ciencia- de la personalidad propia con la de -o la repre- nial habÍa dado cuerpo a la rivalidad capital-provincias, ,{
sentación ¿9¡¿1." rar puesta ahora de manifiesto en el ámbito nacional. Et i,
Otros ejemplos de significación histórica más o menos adelante, la política nacional argentina fluye entre fe- j
análoga podrían ser aducidos: el Cabildo abierto de San- deralistas y unionistas, como nombre genérico, entre el i
ta Fe de Bogotá y el de Buenos Aires; la asamblea de campo y la ciudad en términos generales." ra} l
vecinos y notables celebrada en Quito el 13 de mayo de De modo distinto ocurrieron las cosas en la banda
1830, que proclamó la constitución del nuer/o Estado in- oriental del Río de la Plata y Chile.
dependiente, separado de Colombia, y la actuación de la En el Uruguay, el advenimiento al poder de Lavalleja
municipalidad de Lima frente a los propósitos de Boli a Rivera- implicó el triunfo de la oposición
var de dar al Perú una Constitución idéntica a la de -frente
a la democracia rural. Lavallcja, "ambicionó conseguir
Bolivia. una independencia funclamcntada en el orden, la auto-
Se debe recordar también que, como ha dicho el pro- ridad y la disciplina. Dc formación hispánica, fue el
fesor Griffin: "En América española el nacionalismo 11412 Griffin, op. cit., p, 25.
143 Hernández Sánchcz-Barba, cn llistoria social y económica
141 Miranda, José, Zas ídeas y las i.n.slilut:iotrcs políticas mexi-
de España y América, dir:igicla ¡lor J. Vicéns Vives, t. IV, vol. II,
canas, Primera parte, 152l-1820, p. 118, Móxico, 1952. pp. ó5ó y óó3, Ed. Teide, Barcclona.
190 DESPUES DE LA INDEPENDENCIA DESPUE,S DE LA INDEPENDENCIA I9I
jefe nato de la aristocracia..., dividió a los partidarios vidar que los juristas de las primeras generaciones eman-
de Rivera, disolvió la Cámara de Representantes, refon cipadoras estuvieron formados en las doctrinas del De-
mó la administración de justicia y desunió a las auto- recho romdno justinianeo.
ridades departamentales." 144 Javier Malagón ha hecho notar que el código de las
En Chile, a juicio también del profesor citado ante- Partidas, "por la formación romanista de loJ juristas
riormente, lo que más destaca como herencia colonial es hasta el siglo xrx, y aun hoy, en algunos territoiios que
"la fuerza del sentido jerárquico de la vida social";. . . $ fueron parte de la Corona española, como Florida y Lui-
"el criollo, heredero de las grandes propiedades domi- siana, continúa vigente en forma parcial.ra?
nicales, estableció un régimen de corte aristocrático-pa- Es también conocido el hecho de que no pocos de los
trimonial".las próceres de la Independencia corng ejem-
Cerremos estas consideraciones sobre unitarismo y -destaquemoJ
plo de gran relieve el del arsentino ft&sfiano Moreno-
federalismo recordando que la pugna de estas dos ten- fundamentaron en parte sus álegatos émancipadores en
dencias, como legado de la colonia, fue también acusa- los propios tratadistas clásicoJ del Derecho indiano
da, durante muchos años, en México, Colombia y Ve- de Solórzano, sobre todos.
nezuela.laG -Juan
En el terreno ideológico, no es, ni mucho menos, des-'
deñable el impacto qué sobre criollos y mestizos produ-
E. Ornas TNFLUENcTAS DEL DeRecrro rspañor Y DEL
jeron los principios de los hombres áe la Ilustiación,
DSF€CHO INDIANO EN LAS INSTITUCIONES DE LAS
así como los que animaron a los legisladores de Cádiz
NUEVAS NACIONALIDADES DE AMÉRICA unos y otros actuasen bajo signos políticos
-aunque
distintos: despotismo ilustrado y h6eralifmo óonstitu-
Como complemento de este capítulo, no parece impro- cional.
cedente hacer algunas consideraciones sobre otras ins- .Con razó-n ha podido escribir con respecto a México
tituciones españolas que gravitaron fuertemente sobre el historiador José Miranda: "El fondo ieórico del pen-
las nuevas nacionalidades americanas después de la In- samiento político mexicano en este periodo (el dé h
dependencia. post-Independencia )
_está constituido principalmente por
Una tradición jurídica varias veces secular no podía la tradición polÍticoJegal española, pór la legislación de
romperse de una manera brusca y tajante por la serie Indias y la tradición ameriCarru, poi h dogáatica polí-
de acontecimientos militares que condujeron, fatalmen- tica _del siglo xvrrr y por los principios liüerales dL la
te, ala emancipación política. revolucié-n española, en especiál poi los gaditanos.,, r4,B
Las llamadas Leyes de Indias, así como las fuentes _ Y_ yendo más lejos, el profesoi Hernáñdez Sánchez-,,
legales del Derecho castellano histórico y No- Barba llega a decir: "Haita ese momento .*trgl0dse$
-Nueva con-
vísima Recopilación y, sobre todo, las Partidas- vivió prácticamente sobre las mismas líneas éstructura-l
tinuaron vigentes durante muchos años en aquellos de les de la época colonial, si bien con una ¿if"re""i" i""-,fl
sus preceptos que no estuvieran en contradicción con la damental: la incorporación al activismo polfticó d;;;-:
soberanía política de los nuevos países. sas campesinas." lclo
Esta supervivencia de las fuentes legales hispánicas
se acusó mucho más en las distintas esferas del Derecho _,t!, I"y?\-Iti[q$Són: Estud¿os de Hi.storia y Derecho, p. 94,
Xalapa, 1%6, México. Este autor inf'ormn dc'ouc hav únh c¿ij
privado que en las del Derecho público. No hay que ol-
ción inglelq del texto relativo a lus ohligneioñes, ,ióUi¿a u l.
744 lbid, pp. ó53-54. Moreau y Henry Carleton, Nueva Orleóns,-'lglg.
1.45 lbid., pp. 636_39. ra8 Miranda, op. cit., p. 272,
r¿o Griffin, op. cit., p. 25. las Hernández Sánchez-Barba, ap, cjl., p. 553.
DESPUES DE LA INDEPENDENCIA DESPUES DE LA INDEFENDENCIA 193
t92
No hay que olvidar, por lo demás, que instituciones
.\l
Por su parte, Demetrio Ramos sostiene a este respecto
que "con el establecimiento de las Juntas americanas coloniales de carácter políticoeconómico, como las re- 1
galías l_a _Corona es_pañola en las Indias, singular-
no se rompió el nexo de comunicación ideológica con -de ,'
España, ni aun por aquellas que, no reconociendo la Re- mente las deferentes a los yacimientos mineros y a las t
gencia, vivían desligadas políticamente del gobierno pe- tierras baldías o realengas, áejaron sentir u",rrudámerri" ,;{
ninsular. Estudiamos ya este aspecto en el caso de la su influencia en los nievos países roU"rutros- rno"t oa -,,'
Junta de Caracas, incluso proclamada su independencia, años después de su emancipación. . ".'i"'
en la estructura constitucional de la primera república.l5o Recordemos que, según los preceptos del Derecho in-,
diano, todos los yacimientos mineros, de cualquier clase{
, Y, por último -añade-, en lo que se refiere a polí- que fuesen, y lo misrno si se encontraban en tierras dej
U tica religiosa, Guillermo Gallardo no sólo ha demostra' dominio público que en tierras de propiedad particularj
I do la relación existente con el famoso canónigo Llorente, pertenecÍan a la Corona, como encarnación suprema del
f q.t" incluso redactó su proyecto de reforma por encargo Estado, a título de regalía. El posible derechó a su be-! \
$ de los agentes de Buenos Aires, sino que también prueba neficio y explotación por parte de los colonizadores sólol
It cómo el decreto de abolición de la Inquisición, aprobado podría derivar originariamente, por tanto, de una gracia]
pot la Asamblea platense el 24 de marzo de 1813, fue
semejante al que emanó de las Cortes de táü2, apro--
o merced real. La separación jurídica entre el dominioi
bado el 22 de febrero. Dice Gallardo que parece imposi-
del suelo y del subsuelo se mantuvo siempre en vigorl
ble que en el breve plazo que media entre el decreto de a lo largo de todo el periodo colonial. Por eso ha po*
dido, sostener el profesor Hernández Sánchez-Barba :'7El-*
Cádiz y el de Bueno,s Aires, aquél hubiera podido cono-
cerse en la capital porteña, enigma que resuelve al ad- México independiente heredó la doctrina española sobre \,
vertir que el proyecto de la comisión de las Cortes gadi- Ia propiedad estatal de la riqueza del subsuelo,, que será .r; i
tanas había sido publicado ya el 8 de diciembre de 1812.
el argumento decisivo en la tendencia nacionalizadora ...,,
Ciertamente, el libro de Gallardo es un testimonio bien
frente al capitalismo extranjero.r@ -')'"
ilustrativo para el caso de la política religiosa. Y con referencia concreta de las minas de carbón
g Todo esto es muy natural, dada la unidad de forma- las cuales no se hablaba en las Ordenanzas de Gamboa-,-de
el ingeniero argentino Carlos E. Velarde, anteriormente
ftión y cultura de los hombres que estaban a uno y otrq citado, recuerda unas reales cédulas de 24 de agosto de
lf"lado del océano, dada la unidad doctrinal a que se há- 1792 y 5-de agosto de 1793, incorporadas a la Novísima
' bían abocado, dada la similitud de la problemática,que
Recopilación, en las que se "declaraban de libre aprove-
de ella se deriva, partiendo de Ias mismas bases, en igual
chamiento las minas de carbón de piedra, como ló eran
drama, con iguales preocupaciones e ilusiones. Así, en p,or antigua costumbre las de hierro". "'Desde entonces
coinún, tanto en coincidencias como en discrepancias, se quedaron las minas de carbón excluidas del
fraguó la emancipación, el gran acontecimiento históri- -agrega-
señóríó realfy aunque esta! leyes, por el senticlo d¿ sus\
co que es preciso ver como un proceso profunda y radi-
disposiciones, pareclan destfnadas a regir únicamente en\
calmente hispánico: se hace con esquemas, con idéas,
con sangre nuestra, de todos los hispanos, envueltos en-
la metrópoli, sirvieron, sin embargo, de fundamento en li
varios de los nuevos pafses americanos, como Chile v \i
tonces ya en la gran aventura de hacer una nueva edad, México, para reconocer al dueño del suelo el dd'ÍÉEhtJ:
un nuevo mundo que, quizé, estemos viendo hoy rr¡adu- eiElti3ii¡o de explotación y libre disposiclén dc los yaci- I
rar, entre tantos riesgos, granado de promesas.lü1 mientos de combustibles minerales, eriterio que sé ha
150 Psrnsf¡ie Ramos, op, cit,, p. 255. rdz Hernández Sánchez-Barba, op, cl¡,, p. 554.
tát lbid., p. 256.
194 DESPUES DE LA INDEPENDENCIA DESPUES DE LA INDEPENDENCIA 195
conservado'hasta la época actual. En el Perú mismo se ,rado la m-adej111 fegis,lac-ió4 sgb.r'q.1j-e.rras de algungs paí-
ha venido sosteniendo durante los últimos años una ses,americanos: p.'ej.:, para citar el caso que mejor co-
polémica que ha interesado vivarnente a la opinión pú- nocémos, Colombia.
I Y'"én cuanfó'á'los resguardos de los pueblos o comu-
blica y aun al parlamento, respecto a los derechos sobre
una extens a zon;a petrolífera del Norte, adquirida en la nidades de indios, ya hemos visto la importante función
primera mitad del pasado siglo, junto con el campo que social y económica que cumplieron durante el período
la encierra, negándose los adquirientes a constitulr per- colonial; y aunque en los últimos años de la dominación
tenencias mineras y a pagar el canon respectivo.x6s española en América, por la codicia de los conquistado-
También el profesor Eduardo Martire, en un estudio res, se acentuó el proceso histórico de su desintegración,
sobre "El D,erecho' minero patrio en la época de la In- la influencia de este sistema de propiedad comunal de la
tierra típicamente español, ya que tenía
-noinstituciones de los aborígenes- sesus
dependencia" ( 1810'1820), publicado en la Revista del raíces
Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levence, an- en viejas dejó sen-
teriormente citada, nos informa de que el Derecho mi- tir de manera acusada en los nuevos Estados soberanos.
nero rioplatense de aquellos años "las dimensiones de Es cierto que los hombres de la Independencia, come-
las minas y la cantidad que de ellas podía tener cada tiendo el mismo error en que habían incurrido los libe-
minero respondían a las disposiciones de las Ordenan- rales de las Cortes de Cádiz, concedieron a los indios
zas de Méjico, pero no existían las diputaciones mineras la propiedad individual de estas tierras comunales y, en
con jurisdicción y se les imponían reglas específicamen- consecuencia, la facultad de disponer libremente de las
te peruanas, además de las norrnas particulares que se mismas.
dictaban en cada ocasión". Pronto, sin embargo, se tuvo que dar marcha atrás en
: No ha sido menor la influencia ejercida por el Dere- esta política liberal, ya que dio por resultado el que los
indios, por medios más o menos legales, se vieran des-
i cho indiano en punto al régimen de tierfas y, sobre pojados de las tierras que antes comunalmcnte poseían;
i todo, en lo referente al aprovechamiento comunal de las y para remediar esta situación, se tuvo quc volver en no
I tierras de los resguardos pertenecientes a los pueblos pocos países al viejo sistema colonial
i de indios. mu-
tandi- de los resguardos.rsa -ntutatis
' D"b"rrros advertir, sin embargo, que esta influencia
se acusa, tanto como en los logros, en las que podemos 154 Es rnuy conocido,, a este respecto, Io ocurrido en MCxico.
calificar de frustaciones de nuestro sistema jurídico co- Sebre lo ocurrido en el Perú ha escrito la invcstigarl<¡r¿r Susana
lonial. Solano en un folleto titulado EI indígcna y l"a l"ev lrenul (l,inrtt,
1950): "El indio del Fenl'Ilegó a la Rcpública incl¡raciraclo ¡rara
hacer uso de los derechos c¡ue otorgalta la Pl.inlcra Cnrla Poll-
tica a todos los hombres naciclos cn cl Pcrú, Port¡rrr: cl r:t1 ¡i-
men colonial lo había cnvilcciclo clr¡ranlc lrersrrirrnlos cir¡cucn!a
años, utilizándolo como n¡rilnal rlc r.irr'¡tl, r'l lt'itlrir.jo t'll las n.ii-
nas, lps obrajes, el pconn.ic y olros sislclnas r¡pr.olriosos,
"L¡s libertadores, al sentill. l:rs ll.rsr.s ¡llrr.n Iir irr'¡tnrriz:rcirin clc
la República, nO,tuvicron en clt(,nlit llr tr,lrlitlirr.l l)('t'uíuut, no acl-
virtieron que la igualdacl clcnr<lc¡'lilit'lr nu ilra ¡r lrt'llclir.iar a un
vasto sector de ia nación quc vit('ltr r.lt el tnr'ts t.onr¡rlr:l.o oscr,r-
153 Q¿¡f6s E. Velarde, Historia del Derecho de minería híspa'
rantismo.
- nrÉl individualismo
y estado de Ia legislación de minas y petróIeo en exaget{dO qu(. consnlll";rhir la Pr.irncra Cons-
naamericano titución favorecía a Ia minot'fn ¡r-olrn'nrrrrlr,, rlrrr.iiir, a l¿r vcz, de
México, Perú, B.olivia, Chile y República Argmtin'a, Buenos Aires, grandes extensiones de ticrrns, lll nltft'rrlo 7',' (lc lil l'rimera Car-
1919, p. 96.
l,it
l
Las regallns . 34
e) et régirnen de la tierra; agricultura y ganadería 35
C. $égimen
Résimen minero 37
D. Comercio y navegación 39
E. Rasgos generales de Ia polftica económica de
Etpaña en las Indias . 4l
"\-
Y aDMiNIsrRAcIóN 44
Q\corlnnNo
Los adelantados gobcrnadores )ó
\
B.\Los Audiencias . , 57
C. Los virreyes, 59
D. Los capitanes.gencrales'Sobcrnadores y-los go
bernadóres, alCaldes mayores o corregidores. ó0
N fNDICE
E. Régimen munici,pal ót
F. los órganos de gopjerng rad,icados en Ia Metrr5poli.
Casa de Contratáción de Sevilla. Consejo $déd;
de las Indias 63
G. Organizacion nsc¿ y ;égt ,riu"r"¡" : : : : ó5
H. El Regio Patronato Indiano ";" 67
I. Las grandes reformas po,IÍticas y ad,ministrativas del
siglo xvrrr ó8
J. I¿s reformas institucionales intentadas por las C;or_
tes de Cádiz 69