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La información que hallará en este módulo le permitirá conocer sobre el fascinante mundo de
las rocas. Podrá disponer de conceptos introductorios en la ciencia de la petrología, listado
general de rocas, secciones finas, así como un apartado con las rocas presentes en
Venezuela y datos importantes de cada una de ellas. El mapa de localidades le dará una visión
de la disposición de éstas a lo largo y ancho de nuestra geografía.
Otros tópicos dentro de este módulo le presentarán un glosario con la terminología básica,
clasificación general de las rocas, referencias y finalmente, consejos para construir una
colección.
El Sistema Solar
El Sol
Los planetas pueden clasificarse en dos tipos: cuatro planetas interiores i.e., Mercurio, Venus,
La Tierra y Marte, densos y pequeños conocidos como planetas terrestres por sus similitudes
con el planeta Tierra, y planetas exteriores i.e., Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón,
mucho más grandes y menos densos. El gigante Júpiter por ejemplo, posee un radio diez
veces mayor que el de la tierra y un volumen cercano a 1000 veces el de la Tierra. Los
planetas exteriores son menos densos que los planetas terrestres de hecho, Saturno posee
una densidad menor a la del agua. El hecho de que los planetas exteriores posean baja
densidad sugiere que éstos consisten mayormente de sustancias tales como helio e hidrógeno
junto a otros componentes hidrogenados como el agua, amoníaco y metano. Los planetas
interiores, densos, están compuestos mayormente por silicatos y elementos metálicos. Esta
diferencia puede ser explicada debido a que los planetas exteriores, alejados del Sol han
retenido grandes volúmenes de gas desde su período de formación contrariamente, los
planetas interiores han perdido mucho de su gas original dejando las esferas rocosas con una
cubierta gaseosa menos densa.
Meteoritos
Cometas
Muchos astrónomos afirman ahora que esas largas nubes y
material que circundan los planetas exteriores poseen
núcleos mayores de un kilómetro. Los cometas, cuerpos sin
luz propia, al acercarse ocasionalmente a una estrella
alteran su curso debido a la atracción gravitacional de ésta,
adquiriendo una trayectoria elíptica alrededor del Sol. Una
vez en esta trayectoria adquieren una luminosidad que les
han hecho característicos en el imaginario histórico y
representación artística por siglos y siglos. Los cometas
consisten aparentemente de dos zonas como lo son la
cabeza, la cual se expande enormemente cuando su órbita
se aproxima al Sol, y la brillante cola compuesta de polvo y
gas. Los cometas son cuerpos de baja densidad, y su
cabeza se cree compuesta de hielo y gases congelados, así
como un núcleo sólido o partículas de polvo difusas. Se ha
detectado en ellas moléculas de monóxido de carbono,
nitrógeno, y dióxido de carbono.
La superficie terrestre está siendo continuamente esculpida por dos de los más importantes
agentes externos: viento y agua. La acción mecánica del viento, la lluvia, los ríos, glaciares y
olas a través de tiempos geológicos ha devastado cadenas montañosas y cavado a su vez,
grandes valles y cañones profundos en la superficie de la Tierra. En geología las palabras
meteorización y erosión no son sinónimas. La meteorización es el proceso por el cual las
rocas, y sus componentes minerales son alterados in situ por factores mecánicos como el
agua, viento, hielo y/o químicos como el agua rica en iones o dióxido de carbono, que se
percola a través de las rocas. La remoción del material meteorizado se conoce como erosión.
La meteorización mecánica y química son por lo general fenómenos paralelos o
contemporáneos pero, bajo diferentes condiciones climáticas uno de ellos puede predominar
sobre el otro. La disolución de grandes volúmenes de calizas debido a las aguas portadoras de
dióxido de carbono disuelto, percoladas a través de la roca puede producir sistemas de
cavernas, es un ejemplo donde la meteorización química prevalece ante cualquier factor físico
relevante. Todas las rocas, independientemente de su génesis, serán de algún modo alteradas
por los factores de la meteorización. Los minerales constituyentes en una roca mostrarán
variados grados de resistencia a la meteorización. Los minerales ferromagnesianos como
anfíboles, piroxenos, olivino y micas se alteran a minerales de arcilla (mayormente a illitas y
montmorilonitas), carbonatos y óxidos de hierro. Los feldespatos se alteran a minerales de
arcilla (mayormente caolinita), mientras que el cuarzo permanece frecuentemente inalterado
bajo estos procesos de alteración. Los materiales meteorizados son transportados luego por el
agua o el viento a una distancia de la fuente y son depositados posteriormente como
sedimentos. En condiciones especiales, estos materiales permanecen in situ en forma de
suelos o niveles lateríticos. Los suelos son depósitos de arena, arcilla y además, materia
orgánica producto de la descomposición de seres vivos. Los niveles lateríticos son depósitos
ricos en arcillas de aluminio e hidróxidos de hierro con menor proporción de sílice. Exhiben una
coloración rojiza, marrón o amarillenta, dependiendo de la presencia de hidróxidos de hierro, y
se generan en condiciones de humedad bajo climas tropicales. Las lateritas ricas en hidróxidos
de aluminio se conocen con el nombre de bauxitas, y son la mena económica más importante
del aluminio.
Transporte y sedimentación
Litificación y diagénesis
Los sedimentos con débil compactación son bajo esta consideración, aún rocas sin embargo,
es preferible considerar a las rocas sedimentarias como agregados compactos. Su
conSolidación se conoce como litificación. Los tres procesos diagenéticos más importantes
comprenden compactación, cementación y recristalización. La diagénesis se refiere a todos los
cambios físicos y químicos que toman lugar dentro del área de deposición después del
enterramiento. Es un fenómeno de baja temperatura, ya que a altas temperaturas grada hacia
el metamorfismo. Una cantidad considerable de agua está presente entre los poros de los
sedimentos sin conSolidar. La presión causada por los sedimentos suprayacentes o carga
litostática causa la sobrepresión del agua intersticial obligándola a abandonar tales espacios y
permitiendo un empaquetamiento más apretado de las partículas entre sí.
Textura y estructura de las rocas sedimentarias
El término textura se refiere a la forma, tamaño y arreglo de los granos en una roca. El tamaño
en un factor de importancia en los depósitos de acumulación mecánica i.e., sedimentos
clásticos ya que de ello depende la clasificación intrínseca de estas rocas. En las rocas de
origen químico o de génesis orgánica, el tamaño de los constituyentes no reviste tanta
importancia, ya que los procesos diagenéticos causan la alteración de éstos constituyentes.
Las categorías para el tamaño de los constituyentes en una roca sedimentaria corresponden a:
Grueso, partículas mayores a 2 mm; Medio, partículas entre 2 y 0,0625 mm; Fino, menores a
0,0625 mm. La forma de las partículas y fragmentos es un factor de importancia en la
clasificación de rocas sedimentarias. Se reconocen tres formas principalmente: angular,
subangular y redondeada. La estructura se refiere a los caracteres que muestra la roca en
escala mesoscópica. La mayor parte de las rocas sedimentarias exhiben estratificación,
laminación y estructuras en capas monótonas o alternantes. Una capa representa un episodio
en la sedimentación, y está limitada en la base y tope por un plano de estratificación. Estos
planos delimitan pausas en el tiempo para cada episodio de sedimentación. Una simple capa
puede exhibir laminación paralela, la cual corresponde a pequeñas capas o episodios
milimétricos en etapas mucho más pequeñas en el tiempo.
Las rocas sedimentarias pueden englobarse en dos grandes grupos: rocas detríticas o
clásticas, formadas por acumulación mecánica de material, y rocas químicas u orgánicas,
originadas por precipitación química o acumulación de materia orgánica. Sin embargo, la
mayor parte de los sedimentos detríticos contienen elementos de precipitado químico y materia
orgánica, así como los sedimentos químico- orgánicos contienen material detrítico.
Rocas detríticas de grano grueso
Las rocas más comunes de este grupo corresponden a las areniscas, arcosas y grauvacas.
Las areniscas están compuestas casi enteramente por granos de cuarzo bien escogidos,
subangulares a redondeados. Pueden exhibir cantidades menores de feldespato, mica, y otros
minerales tales como olivino, rutilo, circón y magnetita. Los granos de cuarzo están
frecuentemente cementados por sílice, calcita y óxidos e hidróxidos de hierro, éstos últimos
imprimen un color ocre o rojo a las muestras. El color verde en algunas areniscas es indicio de
la presencia de glauconita, un mineral del grupo de los filosilicatos. Las areniscas pueden tener
como ambiente de formación tanto zonas de aguas someras así como desiertos. Las areniscas
de desierto exhiben granos de cuarzo bien escogidos, muy redondeados y pulidos.
Las grauvacas consisten de fragmentos angulares y mal escogidos de feldespato y cuarzo
sustentados en una matriz de sedimentos mucho más finos compuesta mayormente de clorita.
Este mineral le imparte a la roca un color gris y de allí su denominación del alemán grauwacke.
Se consideran estas rocas como consolidación de sedimentos de rápida sedimentación en
aguas profundas.
Las arcosas son exhiben peor escogimiento que las areniscas y grauvacas, y están
compuestas esencialmente de granos angulares y moderadamente escogidos de cuarzo,
feldespato y mica en menor proporción. Mineralógicamente poseen similitud con los granitos, y
de hecho, obedece su origen a la depositación de los sedimentos aportados por estas rocas.
Las limolitas contienen partículas que varían entre 0,0625 y 0,004 mm. Estas rocas se forman
por la acumulación de sedimentos finos en el fondo de los mares, rios y lagos. Los minerales
constituyentes son extremadamente pequeños para ser estudiados bajo el microscopio
petrográfico sin embargo, los mejores análisis pueden ser efectuados con la ayuda de la
microscopía electrónica.
Las lutitas consisten esencialmente de minerales de arcilla con partículas menores de 0,004
mm. Los colores de estas rocas varían desde el blanco al marrón negruzco. El color negro
predominante en muchas lutitas se debe a proporciones importantes de materia orgánica y el
color rojo a la presencia de óxidos e hidróxidos de hierro.
Aproximadamente un 80% de la corteza terrestre está compuesta por rocas formadas a partir
de la cristalización de masas de rocas fundidas, entre 700 y 1200°C, y que es conocido con el
nombre de magma. Los magmas son esencialmente un conjunto de silicatos fundidos y
pequeñas cantidades de agua disuelta y otros componentes volátiles, tales como cloro, boro,
flúor y azufre. Las rocas producidas por el enfriamiento o cristalización de estos magmas se
conocen como rocas ígneas (del latín ignis: fuego). Estas rocas están compuestas
principalmente por cantidades variables de minerales silicatados, principalmente cuarzo,
feldespatos, anfíboles, piroxenos y micas. Las rocas de origen ígneo formadas dentro de la
corteza terrestre se denominan rocas plutónicas o intrusivas. Los geólogos creen que los
magmas se originan a considerables profundidades bajo la superficie de la Tierra y migran
hacia niveles superiores a través de planos de debilidad y fisuras dentro de la corteza terrestre.
Los magmas que ascienden hasta niveles superficiales y alcanzan el exterior i.e., lava
formarán por la conSolidación y enfriamiento rocas extrusivas o volcánicas.
Actividad volcánica
Rocas piroclásticas
Los fragmentos eyectados durante las explosiones volcánicas varían en tamaño desde fina
ceniza (<2 mm) lapilli medio (2- 64 mm) a bloques o fragmentos angulares (>64 mm). Si los
bloques son redondeados o elipsoidales se le denominan bombas. Las rocas piroclásticas
formadas por la consolidación de fragmentos de cenizas se denominan tuff volcánicos o tufitas
(tuff lapilli son aquellos que contienen alta proporción de lapilli) y conglomerados o brechas
volcánicas si contienen gran número de bombas y bloques. Las tufas o tufitas son clasificadas
en tuff líticos si el material fino está compuesto fundamentalmente por fragmentos de rocas,
y tuff vítreos si contienen abundantes fragmentos de vidrio, así como tuff cristalinos si exhibe
cristales rotos.
Intrusiones ígneas
La conSolidación del magma bajo la superficie da origen a las rocas ígneas intrusivas que
muestran entre sí, variadas formas y tamaños. Las intrusiones menores, tales como diques y
filones son pequeños en tamaño y ocupan los planos de debilidad en las rocas suprayacentes.
Los diques poseen generalmente una disposición vertical o ligeramente inclinada. Los filones o
cuerpos aplanados se disponen entre los planos de rocas prexistentes. Cuando los cuerpos
intrusivos poseen dimensiones de cientos de kilómetros cúbicos o más, estamos
considerándolos como intrusiones mayores. La superficie de afloramiento, expuesta gracias a
la meteorización y erosión de las rocas suprayacentes exhibe una forma circular u oval. Las
intrusiones mayores que poseen 100 Km. o más se denominan batolitos. El granito, la roca
ígnea más común de las intrusiones, forma comúnmente extensos batolitos que ocupan varios
miles de kilómetros cuadrados. Los batolitos, así como los diques y plutones son descritos
como cuerpos discordantes ya que cortan los estratos que intrusionan sin embargo, los
cuerpos como filones, lopolitos y lacolitos son considerados como cuerpos intrusivos
concordantes.
Se define textura de una roca como la relación entre los granos de minerales que la forman.
Muchos petrólogos emplean los sinónimos textura y estructura, la cual es un criterio importante
en la definición de cada roca. El tamaño de los constituyentes minerales o granos en una roca
ígnea depende de la tasa de enfriamiento del magma. Los magmas extrusivos o lavas y las
intrusiones menores se enfrían con rapidez en contacto con el aire frío o las rocas
circundantes. Como resultado de ello, los minerales se desarrollan en una masa de pequeños
cristales, usualmente menos de 0,1 mm. En otras ocasiones, el enfriamiento se sucede de
manera tan súbita que la roca resultante se compone exclusivamente de vidrio, tal el caso de
la obsidiana o taquilita. En contraste, una tasa extremadamente lenta de enfriamiento permite
el desarrollo de grandes cristales euhedrales y sub- euhedrales. Las rocas ígneas, excluyendo
las vítreas, se dicen de grano fino si los constituyentes son menores de 1 mm, grano medio si
se encuentran entre 1 mm y 5 mm y grano grueso si son mayores de 5 mm y reconocibles a
simple vista. Si los cristales constituyentes exceden a varios centímetros se dice que la roca es
una pegmatita. Las pegmatitas se forman generalmente por las ricas fracciones volátiles en
grandes cuerpos de magma intrusivo y contienen frecuentemente grandes cantidades de
minerales inusuales como el berilo, tierras raras y lepidolita entre otros. Las rocas que exhiben
minerales equidimensionales se dice que poseen textura granular. La textura porfirítica se
refiere a grandes cristales embebidos en una matriz más fina, mientras que la
textura poiquilítica exhibe grandes cristales de un mineral con inclusiones de otros minerales
más pequeños. Los magmas intrusivos y extrusivos pueden incorporar fragmentos
provenientes de la roca caja a través del ascenso que estos realizan alcanzando niveles
superiores en la corteza terrestre. Algunas veces estos fragmentos son asimilados por el
magma sin embargo, en otras el magma cristaliza y atrapa estas rocas como xenolitos, del
griego xenos, extraño, ajeno, y lithos, piedra. A escala mayor, las rocas ígneas, como el caso
de los gabros pueden exhibir laminación o bandeamiento de diferentes minerales causada por
precipitación diferencial y acumulación de minerales del magma. Esta textura de flujo se refiere
a la alineación de los primeros cristales tabulares precipitados causado por el flujo dentro del
magma.
Las rocas ígneas presentan un amplio rango de composiciones químicas. Cerca del 99% del
total están compuestas por oxígeno, sílice, aluminio, hierro, magnesio, calcio, sodio y potasio.
El porcentaje restante está constituido por elementos trazas como fósforo, titanio, flúor e
hidrógeno. Es usual expresar la composición química de las rocas ígneas en función de sus
óxidos. La sílice (SiO2) es el componente más abundante del vasto conjunto de rocas ígneas y
varía entre 40% y 75%. El porcentaje de sílice es de suma importancia en los esquemas de
clasificación de rocas ígneas. Las rocas ígneas ultrabásicas contienen menos de un 45% de
sílice, las rocas básicas entre 45 y 52%, las rocas intermedias 52- 66%, y las rocas ácidas
contienen más de un 66%. La mayor parte de las rocas ígneas están compuestas de
proporciones variables y relativamente pequeñas de un número importante de minerales
esenciales. Estos han sido convenientemente subdivididos en minerales claros como el
cuarzo, feldespatos, feldespatoides y muscovita, minerales oscuros también llamados
minerales ferromagnesianos o máficos como los piroxenos, anfíboles, olivino y biotita. La
proporción volumétrica de minerales oscuros en una roca ígnea se denomina índice de color.
De ello se desprende que un valor de índice de color en una roca indica que esta exhibe una
coloración clara o pálida. Además de los minerales esenciales en una roca otros minerales
componentes juegan papel importante como minerales accesorios y relaciones paragenéticas
tales como apatito, circón, grupo de la espinela, esfena, rutilo y topacio. Cuando el contenido
de sílice es bajo, los minerales oscuros son preponderantes, mientras que un contenido bajo
de minerales máficos caracterizan de este modo, una roca de color claro.
La clasificación y nomenclatura de los grupos más importantes de rocas ígneas están basadas
en el tamaño de grano, composición y proporción relativa de especies minerales.
2. Plagioclasas con un rango en composición que varía desde la anortita, rica en calcio
a plagioclasas con cantidades apreciables de calcio y sodio como oligoclasa,
andesina, labradorita a plagioclasa rica en sodio como anortita. Las plagioclasas y los
feldespatos ricos en sodio son conocidos en conjunto como feldespatos alcalinos. Los
feldespatos alcalinos son minerales esenciales en las rocas ácidas, pero están
ausentes o en menor proporción en las rocas intermedias, básicas y ultrabásicas. Las
plagioclasas ricas en calcio son típicas en rocas básicas y la andesina en rocas
intermedias. Por su parte, los feldespatos están normalmente ausentes en las rocas
ultrabásicas, mientras que los feldespatoides se hallan en cantidades significativas
Solo en las rocas alcalinas, las cuales exhiben feldespatos alcalinos.
Los granitos son las rocas plutónicas más comunes, así como los basaltos son rocas
extrusivas. El origen de los magmas de composición granítica y basáltica, y la relación entre
ambos es de suma importancia para el entendimiento del origen de los magmas. Se considera
que los granitos poseen dos orígenes i. e., a partir de corteza continental o magmas primarios
de origen basáltico. Se tiene la consideración general de que los granitos pueden ser
producidos gracias a dos orígenes: como roca de corteza continental y a partir de magmas de
composición basáltica. La corteza continental es de mayor espesor que la corteza oceánica.
Los magmas de composición granítica pueden generarse a grandes profundidades, donde las
temperaturas son lo suficientemente elevadas para causar la fusión de las rocas de la corteza
continental. Estos alcanzan la superficie a niveles superiores donde la temperatura es menor
Solidificándose en forma de batolitos u otros cuerpos ígneos. Se cree que los magmas
basálticos se originan en el manto superior o en las partes más bajas de la corteza. Si estos
magmas permanecen a profundidad durante un período significativo de tiempo, pueden
eventualmente Solidificarse lentamente y las primeras fases minerales comenzarán a
cristalizar a partir de la masa fundida. La composición de estos primeros cristales no posee la
misma composición del magma remanente. Este magma será sustancialmente diferente en
composición del magma original de origen basáltico. La diferenciación o separación del
magma es un conjunto de variados procesos físico- químicos, como resultado de los cuales a
partir de un magma original se originan magmas secundarios que producirán rocas de diversas
composiciones químicas. Esta diferenciación se efectúa a grandes profundidades y los estos
procesos se suceden gracias a la cristalización. El orden de ésta y la relación físico- química
entre los diversos componentes fueron establecidos por el petrólogo canadiense Norman
Bowen en forma de un esquema dual conocido con el nombre de Serie de Bowen. Este gráfico
muestra la dirección general en la formación de las rocas magmáticas, y separa dos series de
reacción de minerales, según el orden de precipitación del magma. Cada mineral superior, al
reaccionar con el magma produce el mineral situado inmediatamente en la posición siguiente.
Si la separación se sucede en las primeras fases, las rocas serán básicas, si por el contrario se
sitúan en las fases tardías, éstas tendrán carácter de rocas ácidas. En esta etapa, las
estructuras cristalinas de celda unitaria entre el silicio y el oxígeno se hacen más complejas
desde los silicatos de estructura insular hasta los de cadena, de cinta, hojosos y de armazón.
Es notorio también el incremento de las sustituciones de silicio por el aluminio. El proceso de
diferenciación magmática va acompañado de la acumulación en la masa fundida de sílice,
álcalis y agua. A los procesos de diferenciación magmática se les une el proceso de licuación
i.e., la separación de un magma líquido en dos líquidos inmiscibles, y siendo prolongado el
proceso de enfriamiento de ambos líquidos, las rocas así formadas exhibirán composiciones
diferentes. Así se formarán, de este modo, las segregaciones de schlieren, acumulaciones
minerales de una composición diferente a la masa original. En el proceso de licuación se ha
observado la separación de componentes metálicos a partir de la masa silícea produciendo así
yacimientos de cobre, níquel y cromo, de extremo valor económico en la prospección de
metales.
Metamorfismo
Estas rocas constituyen el grupo más diverso y numeroso, se forman en la corteza terrestre
donde el rango de temperaturas es moderado a alto y los esfuerzos son a escala regional. La
formación de éstas rocas está asociada a la formación de montañas y cinturones orogénicos.
Las rocas producto de estos fenómenos exhiben diversas texturas y mineralogía. Esto se debe
en gran medida a la variedad de protolitos existentes, así como a los rangos variables de
temperatura y diversidad de esfuerzos diferenciales a las que éstas están sometidas. Los
esquistos, filitas, gneisses, pizarras, anfibolitas y granulitas son algunas de las rocas más
comunes en este tipo de metamorfismo. Las areniscas puras y calizas serán metamorfizadas
regionalmente y pasarán a ser cuarzitas y mármoles respectivamente. El grado metamórfico se
refiere a la intensidad del metamorfismo que han afectado a la roca. Rocas genéticamente
emparentadas de la misma composición química producirán distintas asociaciones minerales
dependiendo del grado del metamorfismo. Las rocas sometidas a alto metamorfismo pasan por
una cristalización intensa. En el metamorfismo de bajo grado la recristalización es menor y es
más común la presencia de estructuras relícticas.
Depósitos Hidrotermales