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hospital de San Michele, formando una cárcel para niños delincuentes ajustada al sistema
celular con aislamiento e instrucción. Durante el antiguo Derecho las cárceles eran empleadas
para recluir a los condenados donde éstos debían cumplir sus penas. Así se erigió una en el
centro de la Ciudad, en el Foro por el rey Anco Marcio (siglo VII AC) y más tarde fue ampliada
por el rey Tulio Hostilio (670-620 A.C.) y se llamó "Latomia" (Tullianium). Era una especie de
subterráneo o lugar secreto que sirvió para poner freno como dice Cicerón, al crecido número
de delitos. El historiador romano Salustio Crispo describe este subterráneo diciendo que tenía
más de cuatro metros de longitud. La segunda cárcel romana fue construída por Apio Claudio
(454 A.c.) por lo que se la conoció con el nombre de "Claudina". Y una tercera que se conoció
con el nombre de cárcel mamertina. Un texto de Ulpiano indica con claridad la finalidad de la
cárcel: la cárcel no es dada para escarmentar los yerros más para guardar los presos tan
solamente en ella hasta que sean juzgados. Pero también se encuentra en Roma la cárcel
como medio coercitivo para los deudores y para los esclavos. Las penas privativas de la
libertad eran la esclavitud de por vida, el trabajo en las minas y la obligación de luchar con las
fieras en los circos o arenas. En el año 320 D.C. en la Constitución Imperial de Constantino se
encuentra el primer programa de reforma carcelaria. Se ordena en ella la separación de los
sexos en las prisiones, se prohíben los rigores inútiles, se declara la obligación del Estado de
mantener a su costa a los presos pobres y se dispone que en toda prisión haya un patio bien
soleado para alegría y salud de los presos (Bernaldo de Quirós, Lecciones de Derecho
Penitenciario, página 44, Imprenta Universitaria, México 1953). Así durante muchos siglos la
prisión fue un recinto donde se cumplía la detención preventiva. A ese fin se utilizaron
horrendos edificios, construidos para otro tipo de objetivos: castillos, fortalezas, conventos
abandonados, torres que ofrecían máxima seguridad y desolación a los recluidos en ellos.
Algunos autores como Mommsen (Derecho Penal romano. Trad.española, pág. 402) dicen que
en el Derecho romano se habría conocido la cárcel o ergastulum como pena propiamente
dicha, y consistía en el arresto o reclusión de los esclavos en una habitación cárcel que existía
en casa de los señores dueños de los esclavos.
Las torturas en el Imperio Romano
seguían "todo un ritual", afirman
expertos en unas jornadas sobre las
prisiones en el Mundo Antiguo
26/09/2002
Los latigazos, la torsión de miembros en el potro y los amagos de asfixia eran técnicas
utilizadas por los emperadores romanos en interrogatorios públicos que "se celebraban
cotidianamente" con los reclusos y "conformaban todo un ritual" para "extender el terror
entre la población", afirmó hoy el historiador y arqueólogo Javier Arce. El
conferenciante, que fue director de la Escuela de Historia y Arqueología del CSIC en
Roma, pronunció la ponencia inaugural de las jornadas "La cárcel en el mundo
antiguo", organizadas por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y
que se extenderán hasta el viernes.
SÍMBOLO TOTALITARIO
"En su afán por eliminar toda ideología diferente, los emperadores establecieron
métodos represivos que están presentes en todo régimen totalitario", explicó el
conferenciante, para quien la tortura y los encarcelamientos arbitrarios conformaban en
Roma un "sistema legal presente en el día a día".
Así, los tormentos relatados por Arce fueron extraídos de un libro bilingüe (en griego y
latín) utilizado "para enseñar a los niños a leer" y que describía "una jornada cotidiana"
en cualquier ciudad romana.
Las prisiones en Mesopotamia eran muy variadas, las más importantes "grandes
construcciones pertenecientes a altos funcionarios". En los textos de esta época, la
cárcel es descrita como "una casa con cimientos cargados de terror" cuya entrada es
equiparable a "las fauces de un león que engulle".
LOS ROMANOS
Con anterioridad, la primera de las cárceles romanas fue fundada por Tulio Hostilio
(tercero de los reyes romanos) que reinó entre los años 670 y 620 de nuestra era. Esta
prisión se llamó Latomia. La segunda de las prisiones romanas fue la Claudiana,
construida por orden de Apio Claudio y la tercera la Mamertina por orden de Anco
Marcío.
En la antigüedad, los delincuentes no ingresaban en las cárceles para cumplir una condena,
sino para su reclusión temporal o indeterminada, a veces en espera de la ejecución de penas
capitales, corporales o pecuniarias. El concepto de cumplimiento de condenas es más
moderno.
En Roma, las cárceles se ubicaban en subterráneos, siendo también un medio coercitivo para
deudores y esclavos. Sin embargo, el emperador Constantino ( siglo IV) llevó a cabo una
reforma carcelaria prohibiendo los rigores innecesarios con los presos, ordenando que los que
fueran pobres fuesen alimentados a cargo del Estado, y que en las prisiones se construyese un
patio al aire libre para uso de los reclusos.
La averiguación del “quid prodest” de los centros de reclusión es muy antigua, hemos de
recordar que la reclusión aparece con la civilización y con las sociedades estructuradas surge la
preocupación de cómo anular el crimen utilizando el castigo. No obstante, la prisión no
aparece inicialmente relacionada con la idea de castigo sino con la de idea de detención.
Encontramos antecedentes remotos desde el referido Platón a San Juan Crisóstomo -citados
por Cándido Conde Pumpido5 -, los cuáles entienden que la pena es medicina contra el autor
del delito, el tratamiento su aplicación y la cárcel el hospital.
Las famosas galeras (que remontan su origen a la Grecia Magna y Roma) son un claro ejemplo
de cárcel flotante donde los reos eran encadenados unos a otros y, bajo el poder del látigo,
obligados a manejar los remos de las embarcaciones.
Fue hacia el año 640 d. C. cuando encontramos la cárcel construida como tal, en
Grecia y Roma, destinada a encerrar a los enemigos de la patria. En Roma se
recuerda la cárcel conocida con el nombre de Carcere Mamertino, construida por
Anco Marcio y según la leyenda, fue el lugar donde estuvo prisionero San Pedro. En
el imperio Romano no existía el Ergastulum, destinado a todos los esclavos que
tenían la obligación de trabajar, término griego que significa labores forzadas. En
Grecia existía una cárcel destinada a los jóvenes que delinquían y asimismo había
el Pritanio, para los que atentaban contra el Estado.